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LA DUALIDAD

Escribe el Dr. Jorge Adoum “Aunque todo sea uno, en realidad y esencia todo se manifiesta y aparece
como dos” Así como la Unidad caracteriza al Ser (en el cual no puede haber ninguna diferencia o
antinomia), así igualmente la Dualidad expresa la existencia en sus múltiples formas. Del concepto de
dualidad se puede definir el Dualismo, que es una doctrina metafísica según la cual la materia y el
espíritu, lo físico y lo psíquico, son dos substancias esencialmente distinta e independientes, nace de
la creencia religiosa de los pueblos antiguos que consistía en considerar el universo como formado y
mantenido por el concurso de dos principios igualmente necesarios y eternos. Todo cuanto existe es
dual en esencia y todo cuanto se manifiesta es trino en principio. La Unidad de ambos elementos,
positivo y negativo, es necesaria para cualquier manifestación y esta ocurre en el punto en que se
unen ambos elementos. En ese punto de unión se encuentra el equilibrio.

En la masonería la dualidad esta representada en su simbología, tenemos por ejemplo las 2 columnas
que se encuentran al occidente y a la entrada del Templo de la Sabiduría son el símbolo del aspecto
dual de toda nuestra experiencia en el mundo objetivo o Reino de la Sensación. Representan los dos
principios complementarios, humanizados en la dualidad manifiesta en casi todos nuestros órganos, en
los dos lados, derecho e izquierdo, Cósmica corresponden a los dos Principios de la Energía y de la
Materia, de la Esencia y de la Sustancia, Metafísicamente, por los dos aspectos masculino y femenino
de la Divinidad, que como Padre y Madre celestes, como dioses y diosas, y en sus aspectos
particulares, se encuentran prácticamente en todas las religiones.

El pavimento de mosaico es un hermoso emblema de la multiplicidad engendrada por la dualidad,


constituida por los pares de opuestos que se encuentran constantemente el uno cerca del otro: el día
y la noche, la oscuridad y la luz, la Materia y la Antimateria, el sueño y la vigilia, el dolor y el placer,
las honras y las calumnias, el éxito y la desilusión, la dicha y la desdicha, etc. sobre estos opuestos,
que se hallan sobre todos los caminos y en todas las etapas de nuestra existencia, el iniciado que ha
gustado el Cáliz de la Amargura debe marchar con ánimo sereno sobre la búsqueda simbólica del Cáliz
de la Dulzura.

La plomada y el nivel, Mientras la Plomada es el emblema del Segundo Vigilante, el Nivel está
asociado al Primer Vigilante o Vicepresidente de la logia. La utilización de ambos instrumentos en
albañilería es perfectamente opuesta entre sí: la Plomada sirve para trazar planos perpendiculares; el
Nivel busca afirmar la horizontalidad. En la masonería se consideran muy importantes estos
instrumentos simbolizando los dos primeros grados de la iniciación el paso de la plomada al nivel
comporta el paso del grado de aprendiz al de compañero, el primero es un grado que comporta
reflexión interior, aprendizaje y sumisión al maestro de la logia el Mason se convierte así en un sujeto
pasivo que recibe enseñanza y empieza a ser devastado de su ignorancia, el segundo por el contrario
es un grado activo y expansivo, los conocimientos adquiridos en el primer nivel de iniciación le
permite caminar por si mismo en su interiorioridad.

El mallete y el cincel, encontramos en estos instrumentos el doble carácter, activo y pasivo, que
veíamos en el Nivel y la Plomada. El Martillo, golpea activamente la piedra, dirigido por la hábil mano
del artesano que lo dirige, no directamente contra ella, sino optimizando su acción a través del
Cincel; éste, por su parte, cumple pasivamente su cometido. el cincel sin el mazo no sirve de nada,
porque simbólicamente tenemos que combinar la energía del empuje del mazo con el uso inteligente
en la aplicación de esta con el cincel, tenemos pues que la fuerza debe ser siempre guiada con
inteligencia para poder realizar un trabajo que nos haga mejores cada día, así, mientras debemos
tratar de mantener ese impulso inicial y la energía y ganas de trabajar del aprendiz mediante el uso
del mazo y también debemos elegir con cuidado e inteligencia aquellos lugares donde aplicar nuestra
fuerza mediante el uso del cincel para descargar de material sobrante nuestra piedra golpeando
rítmicamente y estableciendo así un método de realización personal que simbólicamente se podría
asemejar al modo en que un escultor observa un gran bloque de mármol.

Además de las ya citadas podemos encontrar otros simbolismos duales, la escuadra y el compás, la
piedra en bruto y la cúbica perfecta, el cubo y la esfera, San Juan Bautista y San Juan Evangelista, el
Sol y la Luna.
Como conclusión, la unidad está compuesta por la dualidad resultando en la trinidad que vuelve a la
unidad, donde se encuentran dos fuerzas pero no siempre son opuestas sino también pueden ser
complementarias, el mal complementa al bien, lo negro a lo blanco; para llegar a la elevación
espiritual y volver al uno, debemos lograr un equilibrio entre estas dos fuerzas que conviven en
nosotros, dominando la manifestación de cada una de ellas, siendo que quien determina cuando se
deben presentar la una ola otra, somos nosotros. Y termino citando el principio de correspondencia de
la filosofía Hermética “Como arriba es abajo, como abajo es arriba”

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