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TEORÍA DEL APLAUSO |

José Guerrero

Se trata una demostración de consenso, de aprecio, reconocimiento, respeto y


confianza. Se puede aplaudir irónicamente, pero el aplauso es el gesto para manifestar
la adhesión, no sólo a los valores percibidos, sino a las cosas que se dicen, a hechos
pasados, al desarrollo de los acontecimientos. Es una adhesión manifiesta con
respecto a la manera en la que se desarrolla un intervención presente o pasada.

Aplauso proviene del latín applausus y plausible de plausibĭlis con una misma raíz. Se
aplaude aquello que es plausible, es decir aquello digno o merecedor de aplauso. Sin
embargo se aplaude en muchas situaciones tanto positivas como negativas, por
ejemplo: el aplauso positivo de los pasajeros al aterrizar su avión, de manera
impaciente en un espectáculo a manera de protesta cuando el tiempo de inicio ha
pasado, los aplausos guiados en los programas de televisión, para llamar a un mesero,
entre otras situaciones.

En un evento, al aplaudir, si la cantidad de personas que aplauden no alcanza la


rítmica necesaria ni la cantidad mínima para lograr la activación, el aplauso masivo no
se activa y no se genera, mientras que si el aplauso inicial no muere y tiene la fuerza y
la rítmica necesaria, otros se incorporarán y se iniciará la gran lluvia en sincronía. Los
comportamientos individuales se tornarán en comportamientos masivos, que
generarán en el receptor del aplauso, una gran motivación. Un aplauso cerrado es
decir un aplauso nutrido y unánime, puede convertirse en un aplauso prolongado que
se convierte en ovación, considerada como una manifestación generada por el aplauso
ruidoso y colectivo que se presenta como tributo.

Podemos identificar varios tipos de aplausos en un evento de capacitación, por el


momento de aparición, en combinación con las categorías enunciadas:

1. Aplauso inicial antes de una intervención (de respeto) (por compromiso)

2. Aplausos intermedios (de aprobación) (de satisfacción) (de simpatía)

3. Aplauso posterior a la intervención (de satisfacción) (de gratitud) (de admiración)

El conferencista o facilitador puede fortalecer o debilitar los aplausos mediante su


comunicación analógica a través de su demostración de satisfacción, sus gestos y
ademanes.

Aprender a crear pausas y manejarlas, será una destreza que puede irse desarrollando
conforme logramos mayor experiencia.

Al iniciar una intervención es recomendable que quien nos presenta, tenga como
consigna al terminar de presentarnos y darnos paso, hacer que se nos reciba por parte
del público, con un fuerte aplauso, incentivando en ellos una espontaneidad guiada. Al
entrar en escena nuestra entrada será mucho más firme y contundente.

Recibir los aplausos es maravillosamente gratificante y alimentan nuestro ego,


generando mayor compromiso dentro de la intervención en sí misma, así como en el
futuro dentro de un proceso continuo de excelencia.

Así como es importante para nosotros recibirlos, es fundamental saber administrarlos


permanentemente con los participantes durante las sesiones de aprendizaje, para
estimular la participación y generar ambientes andragógicos adecuados.

Hemos identificado varias categorías de aplausos que pueden manifestarse


independientemente o en una combinación de causas:

1. De rigor
2. Irónicos
3. Por compromiso
4. Guiados
5. De simpatía
6. De respeto
7. De aprobación
8. De satisfacción
9. De admiración
10. Como tributo

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