Winston seguía recostado en la camilla, pero ya no estaba atado tan fuerte, no
sabía cuánto había pasado quizás semanas, no lo sabía. O'Brien le dijo que él había colaborado para escribir el libro de Goldstein y le dijo que lo escrito ahí era pura tontería, que lo más importante es el poder, no el amor ni nada solo el poder. Comenzó a decir que Oceanía era todopoderosa y que podía conquistar Asia Oriental o Eurasia si lo quisieran, también que la tierra era el centro del universo, que el sol y las estrellas giraban en torno a la tierra, Winston dijese lo que dijese O'Brien lo contrarrestaba. O'Brien dijo que el verdadero poder no es sobre las cosas sino sobre los hombres. A pesar de todo Winston le decía que hagan lo que hagan fracasarán y algún día todo cambiará. O´Brien lo soltó, lo hizo desnudarse y colocarse frente a un espejo de tres lunas, al verse no podía creer lo que veía, era su cara, pero estaba en un estado deplorable. O ´Brien lo hizo sentirse miserable y que no valía nada, incluso le saco uno de los pocos dientes que le quedaban, le hizo comprender a Winston que a pesar de todas las torturas tanto físicas como psicológicas en ningún momento había traicionado a Julia, había contado todo sobre ella y lo que habían hecho, incluso de sus relaciones sexuales y que iban en contra del partido; pero nunca dejo de amarla, sus sentimientos seguían intactos a pesar de todo lo dicho. En el capítulo 3 de la tercera parte, O’Brian explica a Winston que el Partido busca el poder por el poder mismo y que en el futuro el control será cada vez mayor. Ante el escepticismo de Winston lo obliga a mirar en un espejo el terrible estado al cual ha sido reducido. Winston se considera moralmente superior al Partido y para refutarlo O’Brian reproduce una grabación de todas las atrocidades que Julia y él admitieron estar dispuestos a hacer para derrocarlo. (Capítulo 8 de la 2° Parte) Winston tiene su “revancha” y le gana un argumento a O’Brian cuando éste tiene que reconocer que aún con todo su poder no logró que Winston deje de amar a Julia. Capítulo IV Ya se sentía mucho mejor, estaba en una mejor celda, se encontraba en mejores condiciones, le llevaban tres comidas cada veinticuatro horas. Sospechaba que habrían pasado semanas o meses, durante ese tiempo trato de hacer ejercicio, al principio no pudo, pero con el tiempo y las comidas puedo lograrlo. Se sentó en el taburete y puso la pequeña pizarra que se encontraba en la celda en sus rodillas y luego comenzó a escribir todo lo que el estado quería que el afirmara, como que Oceanía siempre había estado en guerra contra Asia Oriental. Ya solo esperaba que le dispararan tal y como decían, un tiro en la nuca mientras cambiaba a uno de celda en celda. En medio de una ensoñación en donde ya se había reconciliado con el partido, se despertó y se escuchó a si mismo llamando a Julia en medio de gritos. Por ese suceso ya solo esperaba comenzar a escucha las botas de los guardias acercándose. Sentía odio hacia el partido, moriría odiándolos al momento de recibir el disparo en la nuca, al igual que odiaba al gran hermano. Escucho unos sonidos de botas, entonces entró O'Brien junto con dos guardias más, él le pregunto qué era lo que sentía hacia el gran hermano, a lo cual Winston respondió que lo odiaba. O'Brien le dijo que ahora que lo odiaba debía aprender a amarlo así que lo mando con los guardias a la habitación 101. En el capítulo 4 leemos que las condiciones del encierro de Winston mejoran, entonces recupera parte de su salud y sus fuerzas reviven. O’Brian le pregunta por sus verdaderos sentimientos hacia el Gran Hermano y ante la respuesta negativa ordena su traslado a la Habitación 101. O’Brian le informa a Winston que ha progresado intelectualmente pero no emocionalmente, para ello es necesario un último paso que se llevará a cabo en la temida Habitación 101 en la cual Winston “aprenderá” a amar a Big Brother. En la Habitación 101 O’Brian inmoviliza a Winston y lo amenaza con acercarle a la cara una jaula conteniendo dos ratas hambrientas y abrirla. Capítulo V En cada etapa de su encarcelamiento Winston creyó saber en dónde se encontraba, pero la nueva habitación a la que lo llevaron era nueva para él. Fue atado tan fuertemente que no podía moverse, ni siquiera la cabeza, luego O'Brien entró y le dijo que en la habitación 101 había lo peor del mundo, un guardia entro con una clase de jaula, al O'Brien moverse Winston pudo observar que en la jaula se encontraban ratas, a las cuales él les tenía miedo O'Brien soltó uno de los dos resortes que mantenían la jaula cerrada. Lucho contra su propio pánico para concentrarse en pensar cómo salvarse, llego a la conclusión de que debía interponer a otra persona. Estaba desesperado, había comprendido que solo había una persona a la que podía pasar su castigo, esa persona era Julia, rogaba porque se lo hicieran a ella y no a él. Estaba todavía en la silla, se encontraba como ido, pero en medio de su estado escucho al primer resorte volver a su lugar, la jaula no había llegado a abrirse. En el capítulo 5, aterrorizado, Winston suplica a O’Brian que le apliquen el castigo a Julia en lugar de él. Capítulo VI El nogal estaba vacío, Winston estaba en su mesa del rincón de costumbre, esperaba que en la telepantalla dieran las noticias del frente sobre la conquista de África. Después de que lo soltaran había engordado y lo habían cambiado de trabajo, a uno mucho mejor. Un día en el parque por casualidad se encontró a Julia, caminaron hasta detenerse bajo un arbusto, el cual no los cubría nada. Ella llevaba una cicatriz que era cubierta por el cabello, se sentaron en dos sillas, los dos dijeron que se habían traicionado, los dos se habían vendido; luego de eso ella se fue a tomar el metro y el decidió acompañarla hasta la estación. Poco después dejo de seguirla y comenzó a caminar en dirección opuesta hasta el nogal. Dos veces a la semana iba a un despacho polvoriento en el miniver y trabajaba un poco. Bebiendo ginebra le floto en la memoria un recuerdo de el de unos nueve o diez años, estaban aburridos y comenzó a hacer berrinche. Su madre para calmarlo le compro un juego de ¨serpientes y escaleras¨, no le llamo la atención, pero su madre se puso a jugar con el mientras que su hermana reía. De pronto salió de la ensoñación al escuchar a la telepantalla, decía que habían ganado la batalla. Mucho había cambiado desde aquel primer día en el ministerio del amor, pero todavía no se había producido el cicatrizado final, el cambio salvador. Dos lágrimas le resbalaron por las mejillas. Pero ya todo estaba arreglado, se había vencido a sí mismo definitivamente. Amaba al Gran Hermano. El capítulo 6 de la tercera parte es el capítulo final de 1984. Leemos que Winston ha sido liberado y pasa su tiempo consumiendo alcohol. Recuerda su encuentro casual con Julia en el que se confesaron sus mutuas traiciones y la imposibilidad de que nada vuelva a ser como antes. Winston reconoce su derrota, ahora ama al Gran Hermano.
¿Cuándo Procede Ordenar La Actuación de Medios de Prueba de Oficio Según La Modificatoria Del Artículo 194 Del Código Procesal Civil?. Autor: Dr. Janner A. Lopez Avendaño