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- Introducción
En la moral se da una reflexión sobre una experiencia previa, es decir, que podemos
afirmar que la experiencia es anterior a la ciencia. Según esto, la experiencia moral
está compuesta por el juicio y es fruto de haber juzgado algo como bueno o malo, es
decir, al juzgar a las personas o a las acciones que realizan lo hacemos dependiendo de
lo que nos expresa el concepto de bueno o malo. Ya Aristóteles decía que para que la
filosofía moral se corresponda con el que la recibe, es porque previamente la ha
experimentado, de ahí que hay que tener una base moral para estudiar ética. Por eso
en las familias los padres son los que pueden orientar acerca de la sensibilidad moral
de sus hijos y enseñarles quien es el bueno y quien es el malo.
En la moralidad hay verdad y hay falsedad y para saberlo hay que reflexionar y ver qué
es lo más racional dentro de todas las posibilidades porque lo habitual es que no haya
ideas claras.
Las ideas pueden ser más o menos verdaderas y la razón puede tener un papel
importante en la moral. También sabemos que todas las acciones humanas son
morales y no existen acciones neutras, aunque pueda parecerlo, pero seguramente es
porque no hemos tenido en cuenta las consecuencias.
Hemos hablado de la experiencia porque todas las acciones empiezan en un punto en
el que influye la historia o la tradición cultural, y podemos decir que en la moral cabe la
historia, ya que el ser humano va teniendo experiencias de las que va sacando
conclusiones y esta reflexión se interpreta a lo largo de la historia. Lo único que nos
puede sacar de este contexto es la tendencia a evitar el dolor.
Hay una ciencia que se llama anacronismo y que juzga lo que se hacía antes con
criterios de ahora y es muy fácil caer en esta posibilidad, juzgar cuando ya se conoce o
se ha tenido la experiencia, entonces la moralidad depende de las circunstancias, pero
esas circunstancias influyen. Si pensamos que las circunstancias no influyen, caemos
en el Platonismo de abstracción, es decir lo que es bueno y lo que es malo, pero no lo
sabemos plasmar al actuar.
El lenguaje es una herramienta que utilizamos para tener mayor riqueza de
vocabulario y así sabre expresarme mejor. Con nuestra tradición lo que hacemos es
intentar sacar lo máximo de lo que tenemos al alcance, dos adaptamos e intentamos
desarrollar al máximo.
2-LA MORALIDAD DEL SER HUMANO
A) ¿POR QUE SE NOS PRESENTAN PROBLEMAS MORALES?
La primera respuesta que nos sale es porque actuamos constantemente. Hay
problemas morales porque nuestras acciones además de influir en los demás
también influyen en nosotros mismos. Cada acción deja un rastro en mí y en las
situaciones pueden permanecer son los hábitos. Según la actividad vemos que
hay dos tipos de acciones
- La que permanece en la cosa hecha que es la poiesis-facere. Perspectiva
jurídica
- La actividad cuyo fruto queda en el sujeto que la hace, es la Agere y
perspectiva moral
Las decisiones que se toman son pura praxis porque cambian al sujeto, pero no
lo plasman exteriormente. Si la acción no tuviera más que el efecto externo, la
acción no sería moral, pero al final con todas las decisiones que voy tomando,
se va haciendo la persona que quiero ser. Si una acción la hago de una
determinada manera estoy condicionando las formas en las que voy a acabar
siendo. Por eso somos sujetos morales, porque de mis decisiones depende lo
que voy a ser.
B) LA PERFECTIBILIDAD HUMANA
Todas las acciones nos regulan porque los humanos somos moldeables, no somos
cerrados ni definitivos. Una elección nos lleva al bien al mal pero no a la
neutralidad. Somos perfectibles, tendemos a la perfección.
Con el temperamento o carácter definimos como somos, está dentro de nosotros y
nos define el carácter. Y este carácter tiene que ver con la moral y con el
temperamento que es parte de nuestra forma de ser y forja nuestra personalidad.
La idea es que podemos pensar que soy así y eso no puede ser la razón de hacer las
cosas de una determinada manera, por eso hay que distinguir entre lo que es
temperamento y carácter. El hacer el bien no es cumplir unas cuantas reglas , hace
falta tener un buen carácter. No nacemos totalmente capacitados para la vida,
necesitamos capacitarnos y ese es el poder de la perfectibilidad humana y moral. Si
el ser humano es perfectible, la actividad que nos lo permite es lo que llamamos
virtud. La persona buena es la que elige bien, pero a veces perdemos el control de
nosotros mismos y no manejamos nuestro carácter, las virtudes nos ayudan a
elegir.
A veces, a los problemas morales se les intenta dar una solución técnica pero no es
la solución porque cualquier acción acaba por moldearnos y mi modo de ser hace
que me vaya perfeccionando a la hora de realizar tareas.
C) LA ACCION: LIBERTAD E INTENCIONALIDAD
Hay muchas acciones que causamos que no son propiamente acciones. Son
acciones las que causamos con intención y con libertad.
La libertad se define como la ausencia de obstáculos para hacer lo que quiero. No
tiene por qué ser buena porque también hay libertad para hacer el mal y como el
bien es un hábito y una tendencia, se puede ver como un obstáculo. A una persona
injusta le cuesta hacer lo justo y al revés, a una justa le cuesta hacer lo injusto.
La distinción entre lo bueno y lo malo solo se puede hacer dentro de la libertad,
por eso lo primero que hay que saber es que es lo libre. Hay libertad física en la
que no hay obstáculos físicos que impidan actuar, e importa el que seamos seres
corporales. Es la misma libertad que tienen también los animales. Y la libertad
específica, solo yo soy la causa de esta acción y soy libre cuando lo que hago es
mío.
Cuando realizamos una acción podemos ser más o menos libres en función de los
factores externos y según las circunstancias. El que es capaz de controlar la acción
es capaz de actuar independientemente de lo que vaya a pasar, se compromete
más o menos. La única forma de ser libres es poder tomar decisiones cuando hay
un compromiso con un futuro cierto. Si hay un futuro incierto, no nos podemos
librar del futuro. Si el pasado es cierto, no se puede cambiar porque ya ha sucedido
y nos podemos liberar del pasado por el perdón, y entonces, al estar ya liberados
podemos crecer en libertad.
Hay que tener en cuenta un problema que se puede plantear que es la
reincidencia. Entre un hábito bueno y uno malo, ambos son libres y normalmente
cuando tenemos un habito, reincidimos. En lo repentino se nota el hábito. Si una
respuesta es lenta es porque no hay habito. Una persona que tiene menos libertad
tiene espontaneidad reactiva y el más libre actúa premeditadamente, pero
necesita factores externos. El que tiene espontaneidad activa es más libre.
EL habito se alcanza a base de lo natural y lo libre y el objetivo no es hacer solo lo
bueno sino hacerlo libremente, que sea una acción del todo mía. Pensamos que
somos totalmente libres cuando tenemos que elegir entre varias opciones, pero
realmente somos libres cuando hacemos lo que sale de mí y además acertar.
Las acciones por las que adquirimos el hábito bueno son buenas, pero no son
perfectamente libres porque a veces dejamos de hacer lo que queremos
INTENCION
Vemos que hay dos tipos de intenciones.
- La intención en sí, que depende de cuál es la intención del sujeto y define la
acción. Rajar una persona para operar o matar. La acción es la misma, el fin
es distinto
- La intención con la que se hace la acción y define el interés ultimo del
sujeto, la intención no es la acción. Operar para ganar dinero o para salvar
una vida.
Existe también otro concepto que es la acción de doble efecto, efecto bueno y
efecto malo. Hay que saber cuál es la intención, si es buena el efecto es bueno,
aunque siempre hay un punto de efecto malo. Desenchufar a alguien para
quitarle el dolor es bueno, pero matarle es malo.
D) LA ACCION: ACTUALIZACION PRACTICA DEL AGENTE; DECIDIR ES DECIDIRSE
En el momento en que decido hacer algo, la decisión recae sobre mí y el efecto de
mis acciones recae también sobre mi. Mi vida sigue un plan y un proyecto que se
va decidiendo porque constantemente hay un interés por ir descubriendo para ver
si las acciones me ayudan en ese plan que quiero para mí y no son acciones
aisladas.
A veces podemos caer en la vergüenza si nuestras acciones no concuerdan con
nuestro proyecto. Si lo que hago es como si fuera una respuesta automática a una
situación esperada, en ese momento tenemos menos libertad. Si veo un toro corro
y me rompo una pierna, es una situación normal. Si veo una araña y salgo
corriendo, es una situación ridícula.
E) HABITOS Y AFECTOS
Los estoicos dicen que el bien no está en los objetos externos sino en la sabiduría y
dominio del alma que permite liberarse de las pasiones y deseos que perturban el
alma, es decir, piensan que los afectos son signos de debilidad, pero lo cierto es
que además de inteligencia y voluntad tenemos también afectividad y hay que
tenerla en cuenta.
Los afectos es la primera respuesta ante los estímulos externos y según tengamos
los afectos veremos el bienestar que nos generan, nuestras tendencias. Si jugamos
a algo, lo normal es que queramos ganar. Pero no debemos permitir que todas
nuestras acciones sean pasionales.
Hay un problema con los afectos y es que no son estables, sino que van y vienen,
no son voluntarios ni podemos tener los afectos que queramos, no se pueden
forzar los afectos. Y a la vez nuestras acciones no pueden depender de nuestros
afectos. Las cosas que hay que hacer, se hacen independientemente de cómo me
encuentro.
A la vez los afectos me sitúan en el presente, puedo pensar en el futuro, pero es la
idea de futuro que tengo ahora, el afecto es de ahora.
Los afectos hay que moderarlos todo lo que se pueda, y controlarlos, no
eliminarlos ni dominarlos para que no nos encierren en el presente y no perdamos
de vista el futuro. Nuestras acciones deben tener algo de independencia de los
afectos para poder tener en cuenta otras cosas. Si los afectos son inmoderados
acabamos haciendo lo que nos apetece y no lo que tenemos que hacer.
El afecto es un recurso y la medida del afecto depende de que seamos cada uno.
Un torero tiene distinta medida del miedo que una persona normal, cada uno tiene
una medida.
La moderación en los afectos viene de las virtudes. De ahí la frase muy cierta de
que en el término medio esta la virtud. Por eso es importante buscar el término
medio también en los afectos que me van a ayudar en mis acciones pero que no
deben tener el control. Las reacciones inmoderadas son negativas y exageradas
porque no nos dejan actuar. Y la razón la podemos poner en cualquier sitio, una
cosa es obrar por pasión donde los afectos son inmoderados y otra obrar con
pasión, puede ser mejor que obrar sin pasión.