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1.

- Introducción
En la moral se da una reflexión sobre una experiencia previa, es decir, que podemos
afirmar que la experiencia es anterior a la ciencia. Según esto, la experiencia moral
está compuesta por el juicio y es fruto de haber juzgado algo como bueno o malo, es
decir, al juzgar a las personas o a las acciones que realizan lo hacemos dependiendo de
lo que nos expresa el concepto de bueno o malo. Ya Aristóteles decía que para que la
filosofía moral se corresponda con el que la recibe, es porque previamente la ha
experimentado, de ahí que hay que tener una base moral para estudiar ética. Por eso
en las familias los padres son los que pueden orientar acerca de la sensibilidad moral
de sus hijos y enseñarles quien es el bueno y quien es el malo.
En la moralidad hay verdad y hay falsedad y para saberlo hay que reflexionar y ver qué
es lo más racional dentro de todas las posibilidades porque lo habitual es que no haya
ideas claras.
Las ideas pueden ser más o menos verdaderas y la razón puede tener un papel
importante en la moral. También sabemos que todas las acciones humanas son
morales y no existen acciones neutras, aunque pueda parecerlo, pero seguramente es
porque no hemos tenido en cuenta las consecuencias.
Hemos hablado de la experiencia porque todas las acciones empiezan en un punto en
el que influye la historia o la tradición cultural, y podemos decir que en la moral cabe la
historia, ya que el ser humano va teniendo experiencias de las que va sacando
conclusiones y esta reflexión se interpreta a lo largo de la historia. Lo único que nos
puede sacar de este contexto es la tendencia a evitar el dolor.
Hay una ciencia que se llama anacronismo y que juzga lo que se hacía antes con
criterios de ahora y es muy fácil caer en esta posibilidad, juzgar cuando ya se conoce o
se ha tenido la experiencia, entonces la moralidad depende de las circunstancias, pero
esas circunstancias influyen. Si pensamos que las circunstancias no influyen, caemos
en el Platonismo de abstracción, es decir lo que es bueno y lo que es malo, pero no lo
sabemos plasmar al actuar.
El lenguaje es una herramienta que utilizamos para tener mayor riqueza de
vocabulario y así sabre expresarme mejor. Con nuestra tradición lo que hacemos es
intentar sacar lo máximo de lo que tenemos al alcance, dos adaptamos e intentamos
desarrollar al máximo.
2-LA MORALIDAD DEL SER HUMANO
A) ¿POR QUE SE NOS PRESENTAN PROBLEMAS MORALES?
La primera respuesta que nos sale es porque actuamos constantemente. Hay
problemas morales porque nuestras acciones además de influir en los demás
también influyen en nosotros mismos. Cada acción deja un rastro en mí y en las
situaciones pueden permanecer son los hábitos. Según la actividad vemos que
hay dos tipos de acciones
- La que permanece en la cosa hecha que es la poiesis-facere. Perspectiva
jurídica
- La actividad cuyo fruto queda en el sujeto que la hace, es la Agere y
perspectiva moral
Las decisiones que se toman son pura praxis porque cambian al sujeto, pero no
lo plasman exteriormente. Si la acción no tuviera más que el efecto externo, la
acción no sería moral, pero al final con todas las decisiones que voy tomando,
se va haciendo la persona que quiero ser. Si una acción la hago de una
determinada manera estoy condicionando las formas en las que voy a acabar
siendo. Por eso somos sujetos morales, porque de mis decisiones depende lo
que voy a ser.
B) LA PERFECTIBILIDAD HUMANA
Todas las acciones nos regulan porque los humanos somos moldeables, no somos
cerrados ni definitivos. Una elección nos lleva al bien al mal pero no a la
neutralidad. Somos perfectibles, tendemos a la perfección.
Con el temperamento o carácter definimos como somos, está dentro de nosotros y
nos define el carácter. Y este carácter tiene que ver con la moral y con el
temperamento que es parte de nuestra forma de ser y forja nuestra personalidad.
La idea es que podemos pensar que soy así y eso no puede ser la razón de hacer las
cosas de una determinada manera, por eso hay que distinguir entre lo que es
temperamento y carácter. El hacer el bien no es cumplir unas cuantas reglas , hace
falta tener un buen carácter. No nacemos totalmente capacitados para la vida,
necesitamos capacitarnos y ese es el poder de la perfectibilidad humana y moral. Si
el ser humano es perfectible, la actividad que nos lo permite es lo que llamamos
virtud. La persona buena es la que elige bien, pero a veces perdemos el control de
nosotros mismos y no manejamos nuestro carácter, las virtudes nos ayudan a
elegir.
A veces, a los problemas morales se les intenta dar una solución técnica pero no es
la solución porque cualquier acción acaba por moldearnos y mi modo de ser hace
que me vaya perfeccionando a la hora de realizar tareas.
C) LA ACCION: LIBERTAD E INTENCIONALIDAD
Hay muchas acciones que causamos que no son propiamente acciones. Son
acciones las que causamos con intención y con libertad.
La libertad se define como la ausencia de obstáculos para hacer lo que quiero. No
tiene por qué ser buena porque también hay libertad para hacer el mal y como el
bien es un hábito y una tendencia, se puede ver como un obstáculo. A una persona
injusta le cuesta hacer lo justo y al revés, a una justa le cuesta hacer lo injusto.
La distinción entre lo bueno y lo malo solo se puede hacer dentro de la libertad,
por eso lo primero que hay que saber es que es lo libre. Hay libertad física en la
que no hay obstáculos físicos que impidan actuar, e importa el que seamos seres
corporales. Es la misma libertad que tienen también los animales. Y la libertad
específica, solo yo soy la causa de esta acción y soy libre cuando lo que hago es
mío.
Cuando realizamos una acción podemos ser más o menos libres en función de los
factores externos y según las circunstancias. El que es capaz de controlar la acción
es capaz de actuar independientemente de lo que vaya a pasar, se compromete
más o menos. La única forma de ser libres es poder tomar decisiones cuando hay
un compromiso con un futuro cierto. Si hay un futuro incierto, no nos podemos
librar del futuro. Si el pasado es cierto, no se puede cambiar porque ya ha sucedido
y nos podemos liberar del pasado por el perdón, y entonces, al estar ya liberados
podemos crecer en libertad.
Hay que tener en cuenta un problema que se puede plantear que es la
reincidencia. Entre un hábito bueno y uno malo, ambos son libres y normalmente
cuando tenemos un habito, reincidimos. En lo repentino se nota el hábito. Si una
respuesta es lenta es porque no hay habito. Una persona que tiene menos libertad
tiene espontaneidad reactiva y el más libre actúa premeditadamente, pero
necesita factores externos. El que tiene espontaneidad activa es más libre.
EL habito se alcanza a base de lo natural y lo libre y el objetivo no es hacer solo lo
bueno sino hacerlo libremente, que sea una acción del todo mía. Pensamos que
somos totalmente libres cuando tenemos que elegir entre varias opciones, pero
realmente somos libres cuando hacemos lo que sale de mí y además acertar.
Las acciones por las que adquirimos el hábito bueno son buenas, pero no son
perfectamente libres porque a veces dejamos de hacer lo que queremos
INTENCION
Vemos que hay dos tipos de intenciones.
- La intención en sí, que depende de cuál es la intención del sujeto y define la
acción. Rajar una persona para operar o matar. La acción es la misma, el fin
es distinto
- La intención con la que se hace la acción y define el interés ultimo del
sujeto, la intención no es la acción. Operar para ganar dinero o para salvar
una vida.
Existe también otro concepto que es la acción de doble efecto, efecto bueno y
efecto malo. Hay que saber cuál es la intención, si es buena el efecto es bueno,
aunque siempre hay un punto de efecto malo. Desenchufar a alguien para
quitarle el dolor es bueno, pero matarle es malo.
D) LA ACCION: ACTUALIZACION PRACTICA DEL AGENTE; DECIDIR ES DECIDIRSE
En el momento en que decido hacer algo, la decisión recae sobre mí y el efecto de
mis acciones recae también sobre mi. Mi vida sigue un plan y un proyecto que se
va decidiendo porque constantemente hay un interés por ir descubriendo para ver
si las acciones me ayudan en ese plan que quiero para mí y no son acciones
aisladas.
A veces podemos caer en la vergüenza si nuestras acciones no concuerdan con
nuestro proyecto. Si lo que hago es como si fuera una respuesta automática a una
situación esperada, en ese momento tenemos menos libertad. Si veo un toro corro
y me rompo una pierna, es una situación normal. Si veo una araña y salgo
corriendo, es una situación ridícula.
E) HABITOS Y AFECTOS
Los estoicos dicen que el bien no está en los objetos externos sino en la sabiduría y
dominio del alma que permite liberarse de las pasiones y deseos que perturban el
alma, es decir, piensan que los afectos son signos de debilidad, pero lo cierto es
que además de inteligencia y voluntad tenemos también afectividad y hay que
tenerla en cuenta.
Los afectos es la primera respuesta ante los estímulos externos y según tengamos
los afectos veremos el bienestar que nos generan, nuestras tendencias. Si jugamos
a algo, lo normal es que queramos ganar. Pero no debemos permitir que todas
nuestras acciones sean pasionales.
Hay un problema con los afectos y es que no son estables, sino que van y vienen,
no son voluntarios ni podemos tener los afectos que queramos, no se pueden
forzar los afectos. Y a la vez nuestras acciones no pueden depender de nuestros
afectos. Las cosas que hay que hacer, se hacen independientemente de cómo me
encuentro.
A la vez los afectos me sitúan en el presente, puedo pensar en el futuro, pero es la
idea de futuro que tengo ahora, el afecto es de ahora.
Los afectos hay que moderarlos todo lo que se pueda, y controlarlos, no
eliminarlos ni dominarlos para que no nos encierren en el presente y no perdamos
de vista el futuro. Nuestras acciones deben tener algo de independencia de los
afectos para poder tener en cuenta otras cosas. Si los afectos son inmoderados
acabamos haciendo lo que nos apetece y no lo que tenemos que hacer.
El afecto es un recurso y la medida del afecto depende de que seamos cada uno.
Un torero tiene distinta medida del miedo que una persona normal, cada uno tiene
una medida.
La moderación en los afectos viene de las virtudes. De ahí la frase muy cierta de
que en el término medio esta la virtud. Por eso es importante buscar el término
medio también en los afectos que me van a ayudar en mis acciones pero que no
deben tener el control. Las reacciones inmoderadas son negativas y exageradas
porque no nos dejan actuar. Y la razón la podemos poner en cualquier sitio, una
cosa es obrar por pasión donde los afectos son inmoderados y otra obrar con
pasión, puede ser mejor que obrar sin pasión.

Las cuatro virtudes prudencia, justicia, fortaleza, y templanza


La virtud es un habito operativo bueno, es decir cualidad permanente que no se
pierde fácilmente. Si ese habito es bueno es la virtud.
Prudencia: aunque la nombramos la primera es consecuencia de todas las otras
virtudes ya que justicia fortaleza y templanza la hacen posible. Si los afectos son
inmoderados llaman nuestra atención, si una cosa me llama la atención, pongo mi
atención en eso. Las virtudes tienen mucho que ver con lo que queremos saber de
la realidad y buscamos razones para hacer lo que queremos hacer. El que tiene
prudencia tiene en cuenta lo que hay que tener en cuenta.
Paciencia es saber padecer y necesita fortaleza, ya que el que es impaciente no ve
la meta.
El prudente tiene capacidad para captar la realidad, tenerla en cuenta, verla y
escucharla. Se moderan los afectos y con eso podemos escuchar la realidad.
Justicia: nuestra realidad implica socialmente a los seres humanos, y nos movemos
en realidades que incluyen cosas de los otros, cosas que queremos poseer.
La fortaleza modera el dolor porque la realidad nos trae dolores, cosas
desagradables. El afecto ante el dolor es el miedo y el temor. El placer nos llama,
pero el dolor nos echa para atrás. En este afecto la moderación es la fortaleza ya
que tenemos que moderar el miedo al dolor para actuar bien. El miedo
inmoderado es lo que nos lleva a hacer lo que no queremos hacer.
Templanza: esta virtud modera los afectos de lo que es placentero. En la vida nos
aparecen cosas que suponen placeres que nos gustan y la moderación de estos
placeres es la templanza. Si todos los placeres fueran buenos no haría falta la
templanza, lo placentero no tiene por qué ser bueno. La necesitamos para moderar
la atracción.
Como conclusión podemos decir que estas cualidades humanas son las cuatro
virtudes. Si negamos las virtudes negamos la realidad.
Como personas tenemos aspiraciones y vamos actuando en cada momento con
libertad y con una intención. Estas acciones tienen un valor moral y si estas
acciones frustran nuestro proyecto nos pueden provocar vergüenza.
Las acciones no las medimos en lo inmediato, sino que tenemos un proyecto de
futuro y en el fondo tenemos que tener algo en cuenta del pasado. Si quiero una
moto tengo que ahorrar en el pasado para poder comprarla. La virtud perfecciona
la acción y el camino que debemos tomar hacia el proyecto hacia el que vamos.

3- ¿POR QUÉ ES BUENO SER MORALMENTE BUENO? LA CUESTION DE LOS


MOTIVOS
Sabemos que las acciones que realizamos nos dan un modo de ser bueno o malo
en función de si son acciones mejores o peores, virtudes o vicios porque llevan a
obrar bien o mal respectivamente.
A) FELICIDAD O DEBER. EGOISMO O ALTRUISMO
El deber como planteamiento deontológico, de Kant. DESACERTADO
Kant nos dice que nuestro obrar es un obrar perfecto si el motivo es la obligación.
En general lo obligatorio se nos presenta como contrario a lo que nos apetece y
esto nos lleva a pensar en dos cuestiones: la conciencia y el mérito.
La conciencia puede juzgar algo como bueno, pero si se presenta como obligatorio
puede parecer un deber por eso decimos que escuchamos la voz de la conciencia
cuando el bien aparece contrario a mi conciencia.
El mérito es como la recompensa por haber hecho algo bueno, seguramente
renunciando a algo. Si no hay renuncia no hay mérito.
Ambas cosas son experiencias de la persona no virtuosa ya que el que no es
virtuoso necesita la conciencia para actuar, si uno va a hacer algo porque es bueno,
pero lo ve como obligación, podemos decir que no es virtuoso en eso. Si algo me
parece bien pero no escucho a la conciencia, lo puedo ver como bueno, aunque no
lo sea. Por eso este planteamiento de Kant invita a no ser virtuoso.
La felicidad como planteamiento eudemonista de Aristóteles. ACERTADO
Este planteamiento propone la felicidad como el motivo de nuestro actuar y eso es
lo que mueve tanto al que hace el bien como al que hace el mal. No sabemos si
estamos acertando. Todo el mundo desea ser feliz porque es un deseo esencial.
El planteamiento de Kant falla porque dice que el deber nunca es absoluto, es
relativo, el deber nunca es lo primero ni el fin es un medio, pero el deseo si es
absoluto. Un deseo absoluto es algo que es por sí mismo y no me lleva a nada. Y
ser feliz es lo que mas se desea, es el fin último de nuestro obrar.
El egoísmo o altruismo:
Para hacer algo tenemos que pensar que eso que queremos hacer es necesario
para conseguir lo que queremos, es decir que actuamos egoístamente para ser
felices. Lo que tenemos que saber qué es lo que nos hace felices. Las acciones
buenas siempre nos llevan a ser felices. Siempre se hace algo por un motivo de
búsqueda de la felicidad, me debe agradar y me debe beneficiar. Si algo no nos
beneficia, lo podemos tener como verdadero, pero no como bueno.
Cabe preguntarnos si el motivo de mi felicidad es mío, ¿soy entonces egoísta??
Realizamos las cosas movidos por el deseo y mi deseo es mi felicidad. A veces
hablamos de altruismo, pero no se puede siempre obrar por el bien ajeno porque a
mi no me beneficia. La diferencia entre un egoísta y un altruista está en el tipo de
bien que deseo. El altruista busca el bien para las personas de manera
desinteresada.
El bien que quiero como propio, si no lo comparto es un bien egoísta, si lo
comparto hago un bien.
El egoísta es cuando pongo mi propio bien solo para mi o cuando pongo mi bien en
un bien común, si el bien común es una opción y no la tengo en cuenta, soy
egoísta.
La felicidad hemos dicho que es mi bien absoluto y siempre lo vamos identificando
con algo e intentamos acertar. El problema moral puede venir por saber desear lo
que deseamos. El que obra mal o el que es inmoral es el que no sabe ser feliz, hay
que acertar y saber donde estamos poniendo nuestra felicidad. Y aquí entra la
virtud que nos ayuda a acertar en esa búsqueda de felicidad. Tenemos que tener
un determinado carácter y realizar unos actos según nuestra manera de ser y todo
esto nos ayuda y nos capacita para ser felices.
Para la felicidad no hay fórmula. Tenemos ganas de ser felices, tenemos un
carácter y una realidad. Me tengo que conocer y así podré cada instante desear lo
que realmente me hace feliz, y a la vez tendré que reconocer cuando me equivoco
y así avanzo a mi deseo final.
B) EL HEDONISMO
El hedonista busca con las acciones alcanzar el placer, estar a gusto y evitar el
dolor. Esto nos lleva a pensar que lo que nos mueve es el deseo porque el deber
solo no funciona. El hedonismo descubre que hay un deseo, pero lo que busca es
ver cómo me siento después de hacer algo, es decir, por poner un ejemplo, si salvo
a alguien no por mi satisfacción sino porque me alegra salvar la vida a un hombre.
Puede haber error al intentar diferenciar placer y felicidad. El hedonismo pone la
razón del obrar en la sensación que queda después de la acción. Esa sensación es
algo pasivo, yo no hago nada para tenerla. Si el placer es el fin, la acción se
convierte en un medio y no se justifica. Nos da placer lo que coincide conmigo.
El tramposo es un hedonista porque la trampa busca resultados sin importar la
actividad, se consigue un fin sin un medio, la acción es un medio y al final uno se
acaba acostumbrando. Con la virtud vemos como se puede alcanzar el placer y hay
varios autores que hablan acerca de este tema y de cómo se puede apetecer el
placer. San Agustín cuenta que se encontró con un borracho que iba feliz pero san
Agustín a pesar de tener que ir a dar un discurso reconoció que no se cambiaba por
él y por esa felicidad de un rato.
En conclusión, hay que saber que el placer puede ser malo y no es un objetivo en
sí, hay que saber quererlo. El hedonista que lleva esto al extremo es el tramposo
que actúa sin excelencia, sin calidad, porque no le interesa lo que hace.
El placer sexual por ejemplo se está tratando como una experiencia hedonista que
busca solo el placer porque se está tratando con independencia de la acción. La
excelencia es cuando hay amor. Dos personas que buscan solo el placer sexual no
buscan ser excelentes en el amor. Usan el amor para llegar al placer, pero para
ellos el amor no es el fin. El placer sexual así considerado instrumentaliza ya que se
usa sólo para obtener placer y encima dejo que tú me uses para obtenerlo.
En toda forma de amor está implícito el cuerpo. Tenemos manifestaciones de
amor, abrazos, besos. En cualquier forma de amor interviene el cuerpo y a través
de él se lleva a cabo la acción. La excelencia del amor se manifiesta en el modo de
involucrar el cuerpo. Y el modo de involucrar el cuerpo se hace de distintas formas
según el grado de conocimiento que se tenga con la persona, no es lo mismo
saludar a una abuela que a un colega. Y se puede distorsionar la acción y dar un
mensaje erróneo si el cuerpo no manifiesta el amor de la manera correcta,
estrechar la mano a mi abuela en lugar de darle un beso puede ser raro. Lo mismo
sucede con el placer sexual si se usa mal, la acción se convierte en medio para
buscar el placer en lugar de ser la excelencia. El amor se falsea. Es distinto querer a
una persona en su sexualidad que querer la sexualidad de otra persona, es decir
dos personas que se quieren y tienen relaciones sexuales, se quieren en su
sexualidad. Si no hay amor, solo quieren la sexualidad del otro. Si yo veo que en mi
vida hay amor estoy dentro de la vida del otro.
El pudor es una cualidad relativa a la sexualidad porque una persona pudorosa es
la que es selectivo con aquel a quien manifiesta su intimidad, lo mismo que no
cuento mi vida a todo el mundo, no debo enseñar mi cuerpo a todo el mundo.
C) LA FELICIDAD ES ACTIVIDAD
La felicidad es acción porque nos lleva a actuar y actuamos para ser felices. Si la
felicidad no fuera acción iríamos en directo al fin, tendríamos que eliminar la
acción, porque no tendríamos que pasar por actuar. En una palabra, la felicidad es
vida.
Según Aristóteles hay causas de la felicidad: fortuna o suerte, regalo de dioses o la
felicidad depende de nosotros y depende de la virtud cuando es acción y en la
acción siempre hay moralidad.
Somos la integración de todo lo que somos y tenemos muchas facetas en potencia
o en acto cuando no estamos actuando. Si estudio no soy excelente amiga ni
alumna. Una actualización excelente reconoce que cuando actúa mal, y lo
reconozco, soy mas feliz. Si Dios me regala la felicidad independientemente de mis
acciones, no vale. Hay una felicidad que depende de mi y otra de Dios.
La acción excelente es la felicidad y va acompañada del gozo

D) BIEN INDIVIDUAL, BIEN PROPIO Y BIEN COMUN. EL FUNDAMENTO SOCIAL DE


LA MORAL
Los beneficios que me puede aportar por ejemplo la caridad o la amistad o estas
cosas no son fácilmente cuantificables, cosa que si es posible con las cosas
materiales. Hay que saber como he vivido la vida si he deseado vivir de acuerdo a
las virtudes. Una persona que va a la guerra elige la dignidad y la valentía antes que
la cobardía, pone en juego su vida por un bien superior a su propia vida. Cuando
una persona obra moralmente es porque quiere el bien para la otra persona como
lo quiere también para si mismo y a la vez mi bien individual repercute en el bien
común. Es lo que pasa en una familia en la que los padres así lo hacen. Somos seres
sociales y estamos hechos para el bien común, si estuviéramos solos no
alcanzaríamos lo mejor de nosotros mismos.
El carácter de cada persona importa a la hora de hacer algo ya que influye en el
bien común de los que tienen relación con él. Si solo lo hacemos para nuestro bien
individual, decimos que el que lo hace así es egoísta. En el tema de la justicia pasa
lo mismo, siempre se busca el bien propio y el bien común. Y es cierto que puede
apetecer mas conseguir los bienes individuales, pero a la larga el beneficio de
conseguir los comunes contribuye al bienestar también de uno mismo
El problema viene porque estamos en una sociedad individualista, solo manejamos
bienes individuales. Y eso nos ha llevado a que la emancipación. La historia nos
recuerda que antes también había emancipación, pero también había
incorporación, los jóvenes lo que querían eran salir de su mundo para incorporarse
a un mundo mas amplio, participando en bienes comunes. Ahora se concibe la
educación como dejar de seguir a los demás, tener ideas propias, tener autonomía
y eso al final va en contra del principio del bien común. La tradición que en el fondo
es pasar la historia de unas manos a otras, no se lleva bien con lo que se quiere
ahora que es ser original y la propia palabra lo dice, original viene de origen, de
buscar el origen de algo. Lo que hay que hacer es enriquecer y mejorar lo que nos
traspasan de otra época y mejorarlo. Un buen resumen es decir que educación, es
la suma de tradición con docilidad y reconocimiento de la autoridad, en una
palabra, personalizar la tradición. Y todo esto teniendo en cuenta el sentido
común, es decir actuar teniendo en cuenta no lo que hacen todos sino lo común.
4 – LA MEDIDA DE LA PERFECCIÓN MORAL
A) ¿Para qué están los seres humanos?
Si nos preguntamos si existe algo propio del ser humano lo que nos viene a la
cabeza es que la excelencia es la felicidad. El ser humano va decidiendo para
realizar actividades concretas. Y debe elegir bien y eso lo hace a través de las
virtudes.
La PROAIRESIS es la elección de la felicidad en cada instante y la capacidad de
hacer algo en el momento en que nos lo proponemos y lo hacemos así porque
buscamos ser felices y para eso elegimos.
La virtud me lleva a elegir bien, pero no única virtud sino todas y esto se muestra
en el principio de las virtudes, que deben ir juntas, una virtud que no acompaña a
otra virtud hace que nuestra elección no sea buena. El problema puede venir
porque los vicios nos desvían de lo que queremos.
Tenemos posibilidad de dos tipos de elecciones: la elección de la felicidad y la
elección práctica. Para que las dos sean buenas se necesita la virtud, pero
especialmente la elección practica y así voy modelando mi elección de felicidad.
Con la madurez vamos haciendo real la elección de la felicidad
B) De la deliberación a la decisión: apetito y razón, identidad personal y contexto
práctica.
Para decidir y elegir hay un proceso que tiene varias fases:
1- deliberación: es la primera fase porque antes de decidir nada deliberamos, es
decir, vemos los pros y los contras y todo se hace según la razón. La
deliberación puede ser infinita porque siempre hay consideraciones para tener
en cuenta. La voluntad es la que interviene para cortar y decidir. Como la
deliberación puede ser infinita debemos tener argumentos que ayudan a mi
voluntad a decidir cual es la respuesta que se acerca más a mi obtención de la
felicidad. Voy acotando respuestas y posibilidades y al final tengo que elegir
una y ahí interviene la justicia, influirán mas los argumentos concretos que los
correctos.
La voluntad con la razón hace que no me detenga sólo en aspectos que me
favorecen a mí, sino que deben favorecer a los demás porque si no es un
autoengaño. Volviendo a Aristóteles, dice que la verdad práctica es la decisión
acertada, lo que se hace desde una voluntad recta, y volvemos a las virtudes
que son las que nos hacen llevar una valoración correcta de la realidad, nos
ayudan a que podamos decidir bien y a mantener la decisión tomada.
En la deliberación es importante la concreción del sujeto, se decide lo bueno.
Mi persona tiene un rol y las decisiones las tomamos teniendo en cuenta
nuestro proyecto de vida como personas únicas- identidad personal- y teniendo
en cuenta los roles que adquiero en cada contexto que se me presenta-
identidad practica- La acción tiene que ser concreta porque nadie actúa en
general. La identidad practica es la concreción que tengo que dar a mi identidad
para que sirva para la acción, es una única identidad a la que hay que darle
concreción

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