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Dispositivos de cerramiento de vanos

1. Definición
2. Funciones del vano
3. Aislamientos de cerramientos de vanos
4. Clasificación de DCV
5. Materiales de DCV
6. Herrajes

1. Definición

Ya hemos mencionado la necesidad de abrir vanos y las funciones que deben


cumplir, aunque no todas de manera simultánea. Por otra parte, diferentes
condiciones ambientales que se dan en distintas estaciones de año y situaciones
particulares de los individuos, determinan la necesidad de seleccionar entre
todas las posibilidades las funciones que interesen circunstancialmente y
regular su intensidad.

Para ello se debe dotar los vanos de elementos movibles, llamados dispositivos
de cerramiento de vanos (DCV), que analizaremos a continuación.

Los DCV (puertas y ventanas) cumplen funciones diferenciadas. Las puertas


responden a la necesidad de comunicación, aunque eventualmente cumplan
funciones de iluminación, ventilación, etc., mientras que las ventanas resuelven
específicamente los problemas que hacen a la selección y regulación de
iluminación, ventilación, asoleamiento y visión hacia el exterior.

A pesar de sus distintas funciones, puertas y ventanas constituyen una


estructura integrada por elementos comunes. Ambas poseen marcos, herrajes,
y diversos accesorios destinados a perfeccionar el conjunto desde diferentes
puntos de vista: estético, de seguridad, de hermeticidad, etc.

También es común a ambos tipos de DCV los materiales con que pueden
construirse, entre otros, madera, acero, aluminio y materiales de síntesis de
amplia difusión en la actualidad.
3. Funciones del vano

a) comunicación

Su función es comunicar los locales entre sí y con el exterior. La naturaleza de


esta necesidad nos permite circunscribir el análisis de los vanos destinados a
permitir el acceso y salida de los locales, denominados puertas.

Ello implica un problema de ubicación y dimensión. La primera es función de la


forma, dimensión y destino del local a servir; en cuanto a la segunda, dependerá
–tanto en ancho como en altura- del tipo e intensidad del tránsito que tenga
lugar.

En la mayoría de los casos, ambas dimensiones son una consecuencia de la


escala humana, a excepción de la necesidad del paso de cosas (vehículos en
garajes, aviones en hangares, maquinarias en industrias, etc.). De todos modos,
aún cuando se trata del paso de personas, en situaciones como edificios
públicos, bancos, estadios, etc., su ancho, ubicación y cantidad tendrá que
asegurar el fácil, seguro y rápido acceso y egreso de las personas, debiendo
calcularse en función del factor de ocupación, que es el número teórico de
ocupantes por superficie de piso y cuyo valor establecen los distintos
reglamentos.

b) iluminación

La mayor parte de las actividades que desarrollan las personas en el interior de


los locales requieren luz, siendo una de las múltiples acciones de las radiaciones
solares. En la mayoría de las circunstancias, la cantidad de luz que recibimos del
sol es excesiva para las funciones que normalmente desarrollan las personas,
pero su intensidad puede sufrir grandes variaciones en lapsos muy breves.

La intensidad de la iluminación adecuada depende fundamentalmente del tipo


de actividad a desarrollarse y las exigencias están relacionadas con la precisión
requerida en cada caso. La intensidad se mide en lux, y las normas fijan la
iluminación requerida según la categoría del trabajo que se realiza en el local. El
problema a resolver, entonces, será la forma, dimensiones y ubicación de las
aberturas que comunican con el exterior; cada local tendrá –desde el punto de
vista lumínico- una forma y dimensión óptima de las aberturas.

La mayor parte de los locales se pueden dividir en zonas con diferentes


exigencias de iluminación. La máxima se obtiene con aberturas ubicadas en el
centro de la pared, y la mínima cuando las mismas se encuentran próximas a las
esquinas.
Con respecto a la altura, a igualdad de superficie, la mas conveniente es la que
llega hasta el cielorraso, pero se debe tener en cuenta que las ventanas que van
de cielorraso a solado son de poca eficacia por debajo del plano de trabajo; para
las mismas condiciones exteriores, una ventana que llega hasta el solado y otra
con un antepecho de 1 m de altura sobre el nivel del mismo, incrementa sólo en
un 20% la iluminación que proporciona respecto de la otra.

Cuanto más alto están ubicadas las ventanas la intensidad lumínica que aportan
es menor, pero resulta más uniforme que en las ventanas bajas; el primer caso
traslada el punto de iluminación promedio al centro del local, siendo más
eficaces para locales profundos.

Para los casos generales se estima que las dimensiones de las ventanas que
proporcionan una iluminación media horizontal adecuada son aquellas que
implican una superficie de las mismas que resulte entre 1/10 y 1/8 de la
superficie del local, estableciéndose así en los reglamentos ofíciales. El aumento
de la dimensión de la abertura no produce un aumento proporcional, ya que
una duplicación de la superficie de la ventana mejora la intensidad lumínica
aproximadamente en un 60%.

En casos especiales, habrá que acudir al cálculo para determinar las


dimensiones necesarias si las condiciones de iluminación resultan muy
rigurosas.
c) ventilación

El aire, elemento vital para los seres vivientes, se mantiene puro en el exterior
por un proceso natural de regeneración, pero que en el interior de los locales
hace necesaria la renovación que puede ser satisfecha de diversas maneras en
función de la intensidad requerida.

Varios son los aspectos a considerar en lo referido a la ventilación natural de los


locales, los que analizaremos a continuación.

contenido de humedad:

En los ámbitos cerrados y ocupados por personas, el aire se satura de humedad


con relativa rapidez. En un local con una temperatura interior de 20º C, el aire se
satura con un contenido de vapor de agua de 16 gr/m³; si el mismo tiene 40 m³
de volumen y una humedad relativa del 50%, implica la existencia de 8 gr/m³, o
sea un total de 320 gr.

Una persona, mediante sus exhalaciones y la evaporación de la transpiración de


la piel, produce 40 gr/ hora de vapor de agua, o sea que en 8 horas producirá
320 gr., precisamente la cantidad de agua que provocará la saturación del
ambiente (100% Hr); si fueran dos personas, la saturación se lograría en sólo 4
horas. En tal situación se produce una notoria sensación de falta de confort, ya
que se paraliza la cesión de energía térmica producida por el organismo al no
poder evaporar ante la nula receptividad del ambiente y el consecuente
incremento de temperatura del cuerpo. Ello implica el mantenimiento de la
humedad en la piel y en la ropa, lo que contribuye al aumento de la sensación
de molestia. Por otro lado, la sensación de humedad incrementa la sensibilidad
orgánica, haciéndose mas intensas las sensaciones de frío o de calor; también
afecta los materiales, alterando los colores, durabilidad, estabilidad
dimensional y de forma, etc., y generando el desagradable aspecto de paredes
mojadas y vidrios empañados por efectos de la condensación, problema ligado
al aislamiento térmico ya estudiado.

En este estado de cosas, se hace necesario disponer de una adecuada


ventilación, a los efectos de la renovación del aire. Cabe acotar que –aún en los
días muy fríos- es importante permitir el ingreso de aire exterior, ya que aún
cuando la humedad relativa registrada sea del 100%, en razón de la baja
temperatura del aire exterior, la humedad absoluta es apreciablemente menor
a la interior; por otro lado, el aire en virtud de su bajo calor específico se
calienta muy rápidamente, lo que permite alcanzar de inmediato el nivel
térmico anterior.
temperatura:

Al aumentar la temperatura del interior de los locales por la cesión de la energía


térmica de las personas que los ocupan, disminuyen las posibilidades del
organismo para regular su temperatura mediante el recurso de disipar calor
mediante la convección, problema que se acentúa –evidentemente- en los
meses de verano.

En este caso, el movimiento del aire mejora la situación. Cuando el aire está en
reposo, las corrientes convectoras solo pueden formarse por el cambio de
densidad de las capas que rodean al cuerpo, que al elevar su temperatura se
hacen más livianas y ascienden; en verano es necesario activar la dispersión
mediante el movimiento del aire.

En los días cálidos, es necesario movimientos del aire con velocidades del orden
de los 12 m/min, las que se obtienen mediante la apertura de ventanas.

contenido de anhídrido carbónico:

La respiración es una combustión que se produce en el interior del organismo


humano, liberando CO₂ y vapor de agua. Durante años se creía que el tenor de
CO₂ era decisivo para determinar la pureza del aire y existía una preocupación
permanente para impedir que llegar a niveles considerados como máximos; hoy
esto se ha modificado, ya que la fisiología ha demostrado que mientras no se
alcancen valores muy altos, no crea problemas al individuo. Se estima que el
aire es respirable hasta tenores del 1% de CO₂; si bien se hallan en los pulmones
de una persona sana hasta el 5% del mismo, en lugar del 0,04% del aire normal,
su exceso produce un efecto narcotizante.

disminución de oxígeno:

Contrariamente a lo que pueda suponerse, la disminución de oxígeno operada


en un ambiente como consecuencia de la respiración de las personas que lo
ocupan, carece de importancia en lo que se refiere a la función vital.

Una persona consume 25 lts./hora de oxígeno, lo que representa 600 lts. en las
24 horas de un día completo. El aire normal tiene un contenido de oxígeno de
200 litros/m³, lo que implica en un local de 30 m³ de volumen, una existencia
de dicho gas del orden de 6000 litros; en consecuencia, aún cuando el local
fuera hermético e impermeable, podría disponer de oxígeno para su función
vital durante un período de 10 días.
Pero el volumen de aire que se renueva por filtración a través de los materiales
y los dispositivos de cerramientos de los vanos, cambia totalmente el panorama.
Para una pared de ladrillos revocada en ambas caras y una ventana de madera
de 1,20 x 1,60 m, con una velocidad del viento de 4 m/min, ingresan 107 m³ de
aire, o sea 24.000 lts. de oxígeno, lo que implica 25 veces más de lo necesario.

d) asoleamiento:

Es una función importante del vano; se orientan las aberturas buscando la


insolación, es decir, la penetración de la luz solar en el interior de los edificios
para disfrutar de las ventajas de su acción directa o mediata. La luz solar actúa
sobre el organismo como un excitante y su falta acarrea problemas como el
raquitismo, disminución de glóbulos rojos, etc. Por otro lado, los rayos UV gozan
de la propiedad bactericida.

En nuestra zona geográfica, un edificio orientado en dirección N-S, presentará


paramentos hacia el E y el O con la misma cantidad de asoleamiento medida en
horas/sol, pero resultará mas cálida la fachada con rumbo al O.

3. Aislamientos de cerramientos de vanos

Ya vimos que las condiciones de aislamiento exigidas a las paredes dejaban de


cumplirse con la ejecución del vano, que se presenta como un elemento
perturbador de aquellas; precisamente por esta razón es necesaria la presencia
de los dispositivos de cerramiento a efectos de que restituyan en la mayor
medida posible las condiciones deterioradas, fundamentalmente las funciones
de aislamiento acústico y térmico.

3.1. Aislamiento térmico

La presencia de vidrios en los cerramientos de vanos exteriores es el factor


determinante en este aspecto. El vidrio común de 6 mm de espesor posee un
coeficiente de transmisión térmica K= 5,60 Kcal/m² ºC h, y uno de 3,2 mm de
espesor un K= 5,67 Kcal/m² ºC h, valores que resultan altísimos con relación a
una pared de 30 cm de espesor de ladrillos comunes que estimamos en K= 1,5
Kcal/m² ºC h, o sea algo menos de la cuarta parte.

Un primer recurso es la utilización de vidrios atérmicos, que utilizan la


propiedad de permeabilidad selectiva respecto de las radiaciones de algunas
sustancias. Se utiliza el óxido ferroso, que le da al vidrio una tonalidad verdosa y
absorbe parte de la energía térmica, elevando la temperatura de la lámina
vítrea. Ésta emite en partes iguales hacia el interior y el exterior, teniendo como
consecuencia menor ingreso de calor al local.

Otra alternativa es la utilización de vidrio doble que deja entre sí una cámara de
aire; el coeficiente K varía entre 4 Kcal/m² ºC h (cámara de 4 cm de espesor)
hasta 2,53 Kcal/m² ºC h (cámara de 12 cm de espesor). Puede inclusive
construirse ventanas de doble hoja y vidrio doble, que alcanzan K= 2,3 Kcal/m²
ºC h con cámara de 5 cm de espesor.

3.2. Aislamiento acústico

La eficacia del aislamiento acústico de una puerta o ventana está en relación


directa con su peso por metro cuadrado; cuanto mayor sea éste, mayor será la
protección acústica que proporciona.

En general, las puertas comunes resultan suficientes si no existen


requerimientos específicos, ya que a través de ellas una conversación es oída en
forma ininteligible.

Además de la transmisión del sonido a través de los cerramientos debido al


efecto de diafragma, el sonido pasa por las juntas a las que se debe prestarles la
mayor atención mejorando los contactos mediante el empleo de burletes,
fieltros, etc.
4. Clasificación de DCV

De acuerdo a la forma en que se produce le desplazamiento de la hoja a efectos


de regular la abertura del vano, podemos clasificar a las aberturas como:

1. de bisagras verticales o a la francesa


2. pivotantes o a la inglesa
3. a banderola
4. de proyección automática
5. a balancín
6. corrediza simple
7. corrediza telescópica
8. corrediza articulada
9. corrediza plegada
10. a guillotina
11. levadizas
12. Giratorias
5. Materiales de DCV

 Madera

Practicado el vano en la pared, surge la necesidad de controlar la abertura. A


esta necesidad obedece la presencia de la hoja, elemento imprescindible en
todo DCV. Para que la hoja funcione como elemento regulador de la abertura,
deben cumplirse dos condiciones fundamentales: una es que permanezca
vinculada al vano y otra es que sea posible el movimiento que será,
precisamente, el que da la posibilidad de mantener abierto o cerrado el vano.

Ambas condiciones se satisfacen con la incorporación de un elemento


especialmente diseñado para cumplir estas funciones, genéricamente llamado
bisagra y forma parte de un conjunto de elementos denominados herrajes por
estar construidos generalmente con metales.

Especialmente cuando se trata de puertas que vinculan el interior de un local


con el exterior, se hace imprescindible un cierto grado de hermeticidad a lo
largo de las juntas entre hojas y mochetas del vano, a efectos de evitar –o al
menos amortiguar- el pasaje de aire que perturba las condiciones de confort.
El logro de esta hermeticidad requiere de una superficie de contacto entre hoja
y mocheta, difícil de obtener con dos materiales tan diferentes, y sobre todo
con posibilidades tan desiguales en lo que se refiere a la precisión de ejecución,
como son la madera de la hoja y el mortero o el pétreo de la pared. Estos
problemas de ajuste se solucionan si se incorpora un elemento de madera
intermedio entre hoja y mampostería, que admite ser trabajado con
herramientas eficaces para obtener la superficie de contacto referida; dicho
elemento es el marco.

El marco debe fijarse a la pared de un modo efectivo, lo que se consigue


mediante el empleo de grapas, que son planchuelas de acero de unos 15 cm de
longitud fijadas por un extremo al marco mediante tornillos mientras que el
otro quedará embutido en la mampostería. Éste consta de un bastidor
constituido por dos elementos verticales (jambas o largueros) y uno horizontal
(dintel), ensamblados a caja y espiga; en algunos casos –generalmente puertas
que dan al exterior-, están provistos de una pieza horizontal, el umbral, cuya
función es mejorar la hermeticidad.

Para eliminar la posibilidad de desplazamientos horizontales por efecto de


golpes de la hoja contra la superficie de contacto se practica un rebaje que se
llena con mortero al levantar la mampostería y actúa como cuña.
Asegurada la inmovilidad, esta aún el problema que se localiza en la unión entre
el marco y la pared, debido a la higroscopicidad de la madera, ya que al
modificar ésta su tenor de humedad tienen lugar contracciones y expansiones
que determinan la apertura de la junta, provocando un aspecto desagradable
que es conveniente evitar. Para ello se coloca un elemento tapajunta fijado al
propio marco, llamado contramarco.

Cuando la pared tiene 30 cm de espesor, existe la posibilidad de colocar el


marco en la parte central de la mocheta (media mocheta) o bien a filo interior o
exterior (esquinero).

Los marcos estudiados hasta aquí proporcionan un contacto simple con la hoja;
si fuera necesario mejorar la hermeticidad de la junta, se puede conseguir un
doble contacto modificando la forma del marco y de la hoja.

En cuanto a las hojas, existen diversos tipos. Las mas simples son las hojas de
enrasado constituidas por tablas machihembradas colocadas verticalmente y
encoladas entre sí; se usan solo en viviendas rurales o de tipo económico, dado
que la variación de humedad provoca su inestabilidad dimensional.

Las hojas lisas presentan dos caras constituidas por superficies planas y
continuas, generalmente madera terciada, que ocultan una estructura interior.
Inicialmente, la estructura estaba conformada por la placa de carpintero, de
donde tomó el nombre de puerta placa.

Debido a su elevado costo, son de escasa utilización, siendo corrientes en la


actualidad otro tipo de hojas de similar aspecto exterior pero diferente
estructura interior, compuesta por bastidor y listones ensamblados separados
por una distancia variable, según la calidad de la hoja. Estos listones constituyen
una cuadrícula sobre la que se encola la madera terciada, obteniendo una hoja
con una estructura alivianada y más económica; se las conoce como puertas
placadas, por su similitud con las anteriores.

Un detalle a tener en cuenta es que aparece a la vista el canto de la madera


terciada quedando expuesta a la rotura, por lo que se agrega un tapacanto.

 metal

Los DCV analizados en cuya construcción se utiliza la madera, han evolucionado


en lo que a material se refiere mediante el empleo masivo de metales,
encontrándose el acero en primer lugar. Ello se debe a que permite notables
reducciones en las dimensiones de los marcos y bastidores de hojas,
incrementando apreciablemente el rendimiento lumínico del vano en alrededor
del 20%. También es beneficiosa la estabilidad dimensional y de forma frente a
los agentes climáticos, la mayor resistencia mecánica, durabilidad e
incombustibilidad que presenta respecto de la madera.

Se pueden construir mediante perfiles laminados, especialmente el T y el L,


junto a chapas y planchuelas.
También se resuelven mediante el empleo de chapas de acero, a las que se
aplica un proceso de doblado para conformarlas adecuadamente; por ello se la
conoce como carpintería metálica de chapa doblada.

Siguiendo los marcos los mismos principios que los de madera, incluyen a los
contramarcos y se los conoce como marco de chapa unificado.

En las últimas décadas se ha generalizado el empleo de aleaciones de aluminio


para la ejecución de numerosos dispositivos y accesorios para los cerramientos
de vanos.

Se caracteriza por ser un material de fácil trabajado, que admite uniones


mediante el empleo de tornillos, remaches e incluso soldadura. Es casi tres
veces más liviano que el acero, a pesar de lo cual cumple con las exigencias de
resistencia mecánica, presentando una duración e inalterabilidad frente a los
agentes agresivos atmosféricos casi ilimitada. Su característica sobresaliente la
constituye la natural resistencia a la corrosión: expuesto al aire, se combina
rápidamente con el oxígeno, siendo el óxido de alúmina una película
extremadamente dura, impermeable, transparente y muy adherida al metal,
que lo protege contra el efecto citado, requiriendo un mantenimiento mínimo.
La desventaja relativa frente al acero es su módulo de elasticidad (3 veces
menor que el de éste) lo que determina una reducción de rigidez que debe
mejorarse mediante el diseño apropiado de los perfiles a emplear.

Su presentación puede ser perfectamente lisa, satinada y sin textura superficial


tal como sale de la línea de producción, o puede modificarse mediante pulidos
mecánicos o químicos.

El proceso mas usual es el anodizado, que consiste en producir la capa de


oxidación citada artificialmente mediante electroquímicos, con lo que resulta de
mayor espesor y permite su coloreado mediante la incorporación de anilinas.

Cada fabricante desarrolla perfilerías estudiadas que no admiten muchas


variantes, de modo que el proyectista queda excluido de la fase de proyecto,
debiendo buscar el tipo de cerramiento que mejor se adapte a sus necesidades.

Con el objeto de no exponer el cerramiento a los deterioros propios de la obra,


se puede recurrir a la colocación de premarcos, que son estructuras que se
amuran a la pared y permiten la colocación del cerramiento en la etapa final,
aún cuando las paredes ya se encuentran pintadas. Luego, el cerramiento llega a
la obra totalmente armado en taller, incluyendo la colocación de vidrios.
 polivinilo de cloruro (PVC)

El PVC, como material para la fabricación de puertas y ventanas, presenta una


serie de características favorables.

En cuanto a la aislación hidrófuga, el agua no le produce oxidación o la


putrefacción. El PVC es óptimo en áreas costeras, donde debido a la salinidad
del ambiente y las frecuentes tormentas y lluvias, otros materiales (como metal
o madera) tienen corta vida útil.

Además de la impermeabilidad del PVC en sí, el sistema multicámara de los


perfiles permite un óptimo desagüe.

El PVC es un excelente aislante térmico, dado que su coeficiente de


conductividad térmica es ligeramente más bajo que el de la madera, y
muchísimo más bajo que el del aluminio. Esto sumado al aire encerrado en las
multicámaras del perfil, hace que la aislación térmica sea óptima, y mejor que
en aberturas de ningún otro material. Se estima que el ahorro energético
logrado utilizando carpinterías de PVC con doble vidriado hermético es superior
al 30% en los meses mayor de consumo.
En una isoterma en un perfil de PVC, los colores más rojos indican mayor
temperatura. En el interior (derecha de la imagen) se observan mayores
temperaturas, correspondientes al valor del ambiente; en el exterior colores
azules, o sea menores temperaturas, coincidentes con el frío exterior. Esta
estratificación es lo que impide la pérdida de calor, ya que la ventana no está
entregando tantas calorías al ambiente exterior como si estuviera a la similar
temperatura de ambos lados.

En referencia a la aislación acústica, los perfiles de PVC combinados con doble


vidriado hermético ofrecen la máxima aislación del ruido exterior. Para
conseguir una ventana con un alto aislamiento acústico, tanto el vidrio, como la
carpintería deben tener un alto valor aislante. Una buena abertura de PVC con
DVH reduce un ruido exterior de 50 decibeles, a uno interior de 15.

Presenta fácil limpieza y bajo mantenimiento, alta resistencia a la abrasión y a


los golpes. y resulta muy poco inflamable y autoextinguible. Como
contrapartida, algunos estudios indican que estos productos liberan
compuestos tóxicos durante su vida útil, a la vez que son sumamente peligrosos,
sobre todo para los niños, aquellos productos rígidos, como ventanas, que
contienen en su composición plomo y cadmio.

7. Herrajes

Los herrajes tienen una importancia fundamental, ya que son quienes permiten
fijar las hojas al vano y además hacer posible su movimiento. Existe una gran
variedad destinados a cumplir diversas funciones, aun dentro de los que tienen
la misma misión, y es casi imposible estudiarlos en su totalidad; haremos
entonces una clasificación sintética de los mismos.

Según su función específica, los dividimos en tres grandes grupos:

 herrajes de movimiento: posibilitan el movimiento de las hojas a fin de


regular la abertura del vano;

 herrajes de retención: mantienen la hoja en la posición deseada y –


eventualmente- brindan seguridad;

 herrajes de accionamiento: su misión es el mando del movimiento

Veamos los más utilizados en los respectivos grupos:


bisagras (libro, fichas, pomelas, de resorte, especiales)
de pivotes
movimientos especiales (hojas corredizas, guillotina, plegables, etc.)

cerraduras (comunes, de combinación, de cilindro)


aldabas
de fallebas
retención retenes
pasadores

manijas
de accionamiento a distancia
accionamiento cierrapuertas

Los herrajes se pueden construir con materiales de distinta calidad, entre los
que mencionaremos:

acero: se utilizan para todo tipo de herrajes, con la precaución de ser pintados a
efectos de preservarlos contra la corrosión y mejorar su aspecto.

bronce: es una aleación de cobre con estaño; en realidad, en la mayoría de los


casos se emplea en latón (aleación de cobre con zinc), y su coloración depende
del porcentaje de cada metal, denominándose oro o platil.

acero inoxidable: de alto costo, su uso se restringe a herrajes de alta calidad.

Se puede mejorar el aspecto y dar protección a materiales como el acero


mediante recubrimientos de níquel o cromo.

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