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México enfrentó a principios del siglo XIX un dilema; mantenerse al régimen monárquico y lograr
dentro de él la autonomía del Gobierno con una mayor participación y más facultades de
decisión u optar por declarar su independencia. Consumada esta última, los mexicanos de la
época definieron la organización y las instituciones en una Constitución. En los 30, el cambio en
el rumbo de la política de Antonio López de Santa Anna traería resultados funestos para la
República. México adopta entonces la estructura de una República central sustentada en el
complejo legislativo conocido como las Siete Leyes Constitucionales de 1836. El régimen
centralista fue establecido formalmente el 30 de diciembre de 1836. La organización social que
se presentó en México nunca fue estable, constantemente alterada por cambios políticos, desde
los imperios mexicanos hasta dictaduras personales, pasando por repúblicas federales,
centralistas, conservadoras y liberales. En cuanto a la política, recordemos que la Constitución
de 1824 fue la primera en constituirse como federal, organizando a la Federación por 19 estados
y 4 territorios. Se consignaba también la división de poderes, ejecutivo de la Federación
depositado en un presidente, el Poder Legislativo en un Congreso general formado por dos
cámaras, la de Diputados y la de Senadores, y el Poder Judicial depositado en una Suprema
Corte de Justicia.
● La primera ley otorgaba la ciudadanía a los que supieran leer y tuvieran un ingreso anual
mínimo de 100 pesos.
● La sexta ley sustituye a los Estados federados por departamentos, cuyos gobernadores
y legisladores eran seleccionados por el presidente.
● La séptima ley prohibía volver al sistema legal anterior por seis años.
La primera de las siete leyes se promulgó el 15 de diciembre de 1835. Las seis restantes fueron
aprobadas sucesivamente. La Constitución centralista se terminó el 6 y se promulgó el 29 de
diciembre de 1836. Con ésta se pensó que se resolverían los problemas de la nación. Sin
embargo, la realidad fue muy diferente: el sistema centralista motivó a Texas y a otras regiones,
como Yucatán, a declarar su independencia.