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La lucha de los Garifunas por su territorio

Desde el 12 de abril de 1797, la comunidad Garífuna se asentó en el territorio de Honduras,


como descendientes de africanos que anteriormente habitaban en la isla de San Vicente. De
esta forma, se comenzaron a establecer las diferentes comunidades en toda la costa norte
del país, haciendo un total de 47. Uno de los problemas más relevantes dentro de nosotros,
los Garífunas, es la defensa por resguardar sus tierras, situación que se ha dado desde
tiempos históricos.

Como pueblo Garífuna, estamos luchando constantemente debido a la exclusión hacia las
comunidades y la población afro hondureñas. Por ello, hemos decidido cuidar nuestras
tierras y ganados, que son herencia de nuestros ancestros. A raíz de la lucha cotidiana por la
defensa de nuestras tierras, se ha estado dando una problemática y dura situación, ya que
los líderes de las comunidades sufren amenazas o chantaje por no permitir que extranjeros o
ajenos a la zona se adueñen de las tierras para sacar provecho de los bienes naturales o
turísticos de las comunidades. Esta problemática pone en riesgo no sólo a la comunidad,
sino que afecta a todos sus habitantes, ya que por temor muchos terminan cediendo su
patrimonio y abandonando su comunidad, produciendo la migración y forzando el
debilitamiento de la identidad garífuna.
En los últimos años varios líderes han sido asesinados, tanto hombres como mujeres de
distintas comunidades garífunas. Quienes cometen los crímenes, lo hacen para enviar un
mensaje de poder y así convencer forzosamente a ceder ante sus peticiones. Por ello, este
problema se presentó ante La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y el
pronunciamiento resultó efectivo; se logró una presión hacia el gobierno para que pudieran
otorgar el dominio pleno de las tierras correspondiente a las comunidades, y que éstas no
pudieran ser usurpadas sin ningún respaldo. Sin embargo, el Estado no ha respondido ante
esta decisión, actuando con indiferencia frente a los abusos realizados hacia los líderes
garífunas.

Según el Convenio 169 de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) PARTE I (TIERRAS)
Artículo 4.1. Deberán adoptarse las medidas especiales que se precisen para salvaguardar
las personas, las instituciones, los bienes, el trabajo, las culturas y el medio ambiente de los
pueblos interesados. 2. Tales medidas especiales no deberán ser contrarias a los deseos
expresados libremente por los pueblos interesados. 3. El goce sin discriminación de los
derechos generales de ciudadanía no deberá sufrir menoscabo alguno como consecuencia
de tales medidas especiales. Sin embargo, esto no es respetado o implementado por el
gobierno, aunque se adoptó el 27 de junio de 1989, se suscribió por el Estado de Honduras
en 1994 y está vigente desde 1995, demostrando la poca relevancia que tiene las
comunidades Garífunas para su gobierno. Cada vez más, la situación sobre nuestro
patrimonio se agrava más. ¿Que quedará como legado para nuestros jóvenes venideros, si
llegamos a ceder como ellos quieren? Es lamentable, y son contadas las organizaciones que
luchan junto a las diferentes comunidades para defender estas problemáticas.

Cabe destacar que, a raíz del poco interés del gobierno, los asesinatos y secuestros se
siguen dando hasta el día de hoy. El presidente del patronato, Alberth Sneider Centeno,
junto a otros hermanos activistas Garífunas, Milton Joel Martinez, Suami Aparecio Mejia y
Gerardo Rochez, en la comunidad de Triunfo de la Cruz (Tela) fueron secuestrados en
agosto de 2020; según sus familias, individuos entraron a traerlos a la fuerza de sus
hogares. Estamos siendo amedrentados por lo nuestro, se quieren hacer dueños de algo que
hemos preservado durante siglos y nos están matando por defenderlo. Aunque muchos
factores son parte de esta gran problemática, la corrupción y la avaricia son las principales
causas.

Con el objetivo de hacer el llamado a nuestro gobierno, se han generado protestas, pero
siempre somos reprimidos por parte de las autoridades, se nos señala de ser rebeldes y al
final siempre obtenemos un silencio como respuesta. El tiempo corre y nuestra lucha
también sigue, por lo que es necesario levantar nuestras voces, y utilizar nuestros medios
para ser escuchados, basta ya de ser amenazados, reprimidos y a los asesinatos de nuestros
hermanos por defender nuestros derechos.

No queremos dejarle este lago negativo a los niños que vienen creciendo, ellos no deben
sentir que no merecen sus tierras, y que con el hecho de habitar y cuidar de ella les generará
violencia y persecución. La orden de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
debe cumplirse, para que se proteja las vidas de los líderes y hermanos Garífunas para que
ya no se den más amenazas; la migración tampoco es una opción frente al problema.

Estamos llegando a un límite, no podemos seguir siendo callados con la muerte, muchas
comunidades ya están tocando fondo, se están sacrificando la propia vida para defender las
tierras. Sin embargo, yo creo que en la unión está la fuerza, y como joven garífuna me
rehúso a dejar mi patrimonio en mano de otros, me rehúso a dejar el legado de mis
ancestros en mano de personas que solo quieren perjudicar nuestras comunidades para el
beneficio propio. Me rehusó a tomar el papel de persona débil y a callar ante tanta
impunidad y tanta maldad, y a que solo nos vean como dice Ashanty Crisanto: “como una
joya decorativa”, porque somos un pueblo que ríe, canta y llora. Me pronuncio a través de
este artículo para que junto conmigo, otros alcen la voz ante las injusticias que se cometen
contra las comunidades Garífunas en Honduras.

-Por Allison Chávez.


Perteneces al pueblo garifuna

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