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AUTOR DESCONOCIDO

MARTA ROJAS
Longeva
y fecunda
juventud
Con fragmentos de
una entrevista hasta
ahora inédita rendimos
homenaje a nuestra
inolvidable colega
Por TANIA CHAPPI DOCURRO

A recuerdo amable, sonrien- Su labor en BOHEMIA

L te. La periodista y escritora


con la que conversé a lo
largo de dos horas, pudiera ha-
contribuyó en gran
medida al prestigio
de la publicación.
berse vanagloriado por su con- en su quehacer profesional y en la la calle Trocadero, cerca de Galia-
tribución a un momento cardinal manera en que la recordaríamos no. Pregunté por el director –Que-
de la historia de Cuba y por su los cubanos. vedo se asombró–, el secretario
ya asentada presencia en el uni- –¿Cuándo usted empezó a me hizo subir y lo vi [a Quevedo]
verso literario de la Isla. Sin em- laborar en la revista? en la puerta de su despacho y a
bargo, aquel día en la redacción –En octubre de 1953. Estaba re- alguien que luego supe era Enri-
del periódico Granma, donde tra- cién graduada de periodismo, ya quito de la Osa, jefe de la sección
bajaba, ella era toda sencillez. habían ocurrido los hechos del En Cuba. Quevedo me pidió que
Ni poses ni voluntad de protago- Moncada. Esa historia se conoce. escribiera el reportaje, lo redacté
nismo, solo un afán colabora- Yo me encontraba en Santiago de allí mismo.
dor con el empeño de preservar Cuba, no como periodista del se- “Él me dijo: ‘Vuelve enseguida
la memoria sobre una revista a la manario, sino de vacaciones. No para Santiago’. Porque a quien
cual había dedicado años de su tenía la menor idea sobre trabajar [los batistianos] andaban buscan-
vida: BOHEMIA. en BOHEMIA. Nunca pensé que do –pienso que incluso para ma-
Por consiguiente, no hablamos podía entrar porque era la revista tarlo–, era a Panchito Cano, pues
acerca de sus novelas publicadas más importante, no solamente cambió los rollos de fotos: las de
o en proyecto, los disímiles galar- en Cuba, sino en América Latina; los carnavales fue las que entregó
dones y reconocimientos obtenidos incluso poseía una corresponsalía al ejército cuando lo requisaron.
–entre ellos el Premio Nacional de en Nueva York. Me pagaron el reportaje como si
Periodismo José Martí (1997) y el “En Santiago la publicación lo hubieran publicado. Y, además,
Título de Héroe del Trabajo (1999)–, tenía un corresponsal gráfico, un el director me dio un dinero extra
sus vivencias como reportera en gran fotógrafo: Francisco Cano. por si pasaba cualquier cosa al-
Vietnam, los encuentros con per- Él vivía relativamente cerca de mi quilara un carro o tomara un avión
sonalidades de la política mundial casa. En dos o tres ocasiones, an- y regresara a La Habana”.
y tantas otras experiencias prota- tes del 53, me pidió que le hiciera [En la capital oriental la joven
gonizadas a lo largo de su longeva los pies de grabado para las fotos consiguió reportar el juicio a los
y fecunda juventud. que la revista le pedía sobre el moncadistas. De inmediato retornó
Nos concentramos en volver ambiente local; y yo los hice. Él a BOHEMIA con el material redac-
sobre sus pasos, los de aquella mandaba el trabajo y mi nombre tado. Aunque no podían publicarlo
veinteañera Marta Rojas, a par- salió, creo, en dos ocasiones. debido a la censura, fue evaluado
tir del instante en que conoció “Vine a La Habana, el 27 de por Quevedo y Enrique de la Osa.
al dueño del semanario: Miguel julio, con las fotos de Panchito so- Entonces le ofrecieron trabajar en
Ángel Quevedo, sin ella imaginar bre el Moncada. Por primera vez periodismo investigativo, para En
que esa jornada sería definitoria entré a BOHEMIA, que estaba en Cuba, y ella aceptó].
32 22 de octubre de 2021
–Una vez dentro del equipo,
¿cuáles eran sus deberes?
–Como había censura, los plie-
gos de En Cuba no salían, salvo
cuando suspendían la medida;
pero había que hacerla todas las
semanas, cual si fuera a salir. La
sección tenía autonomía, sobre
ella nada tenía que ver el jefe de
redacción e información, solo el
director y Enrique de la Osa.
“Ese segmento de periodis-
mo de inside llenaba numerosas
planas e incluía caricaturas, fo-
tografías. El texto no se firmaba.
La sección era anónima y no
funcionaba dentro de la sede de
la revista, la editaba el propio En- Texto publicado en la revista el 27 de septiembre de 1953.
rique en su casa. Se entregaba

granma.cu
el miércoles por la tarde, o a lo
sumo, si era algo muy importan-
te, el jueves a primera hora, al
cierre. Era el último pliego que
se imprimía.
“Había que hacer lo que te
dijeran. Por ejemplo, hipotética-
mente, iba a ocurrir una reunión Fructíferos fueron
secreta del Partido Ortodoxo para sus 93 años. Al
cambiar una directiva y BOHE- fallecer, el pasado
MIA quería saber cuáles eran las 3 de octubre, seguía
tendencias de los participantes, colaborando con
entonces uno tenía que investi- Granma y finalizaba
su séptima novela: El
garlo; debíamos desarrollar ha- espejo de tres lunas.
bilidades para buscar nuestra
propia fuente, que podía ser in- luz o porque había una lámpara, “También colaboraban plumas
cluso el chofer del presidente del o porque hay un cuadro… el latinoamericanas, como Juan
partido político o un parqueador, sustantivo es fundamental, no Bosch. Asimismo, Carlos Lechu-
o quien entraba a la reunión para el adjetivo’. Entonces yo tuve, me ga (quien fundara, con Enrique,
llevar el café. acuerdo, que ir al lugar para ver la sección En Cuba); Tony de la
“Al mismo tiempo, había infor- cómo era ese salón por dentro. Osa, hermano de Enrique y bri-
mantes: personas dentro de esos Enrique era un pedagogo, no te llante periodista; un profesor uni-
ámbitos, quienes simpatizaban apabullaba, no se ponía bravo. versitario, Valdés Rodríguez de
con el semanario o querían dar in- Era un tipo fantástico y, además, apellido, crítico de cine; Loló de la
formación para que apareciera su muy meticuloso y organizado. Torriente, Nicolás Guillén, carica-
nombre, o para que no aparecie- “La revista tenía una nómina turistas como David, entre otros.
ra. Era bien complicado. Debías pequeña. En la propia sección Muy amigo de Quevedo era Raúl
leer casi todos los periódicos y En Cuba no éramos más de 12. Roa; yo lo vi por primera vez un
estar muy al tanto de todo lo que Pero sí había un buen núme- día en BOHEMIA”.
ocurría en el terreno sociopolítico ro de colaboradores, incluidas –¿Por esa época escuchó
y económico del país. personalidades; por ejemplo, a algún colega o colaborador
“Una cosa que nunca se me Herminio Portell Vilá, que hacía hablar sobre la función de la
olvidará: hice un día una nota que muchísimos artículos, impor- prensa y la responsabilidad
estaba, según Enrique de la Osa, tantísimos, a veces se sentaba de BOHEMIA en específico?
muy buena en cuanto al conteni- frente a la máquina, otras ya los –Esas son palabras de ahora. Lo
do, pero en un momento yo digo llevaba escritos. Mañach iba a que teníamos que hacer nosotros
que dentro de un espacio ‘muy BOHEMIA casi todas las se- era buscar e informar la verdad,
bello’ fulano hizo tal cosa. En- manas a entregar trabajos. Era confrontar las fuentes, no quedar-
tonces él indaga: ‘¿qué significa un hombre elegante, educado, nos nunca con una sola. Era un de-
es bello?’. Le respondí y replicó: siempre con saco y corbata, ber de los periodistas en general,
‘No, es bello o porque entra la o guayabera. y más de la sección En Cuba.
Año 113/No. 31 33

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