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Clara Martínez Virseda

Comentario Educados con amor

En este libro Shinichi Suzuki nos muestra un enfoque de lo que es para él la educación
de un niño. A lo largo de los capítulos el autor va tratando diferentes temas como la
importancia de la educación de los padres, el concepto de habilidad y talento, la
educación musical, etc. Todo ello queda relatado de una manera muy práctica,
siempre a través de ejemplos y de su experiencia personal, lo cuál ayuda al lector a
comprender mejor los conceptos que introduce a la vez que le permite sentirse más
identificado con ellos.

Un tema novedoso para mí ha sido la afirmación de Suzuki de la imposibilidad de que


un niño tenga unas habilidades y un talento innato. Me parece interesante como
explica que, efectivamente, un recién nacido tiene capacidades ilimitadas y está en
manos de los padres proporcionar el entorno adecuado que conduzca al desarrollo
pleno de ese potencial.

Muy interesante me parece también la comparación del aprendizaje musical con el


lenguaje hablado, de ahí el término de lengua materna, para referirse también a la
música. El hecho de que Suzuki observara que todos los niños de su entorno hablaban
japonés le hizo tomar como conclusión que se podría utilizar el mismo método del
aprendizaje del idioma con el aprendizaje de la enseñanza musical. Tomando este
camino para el aprendizaje de la música, Suzuki vuelve a demostrar que el talento o la
habilidad en cualquier campo no es heredado, si no un producto del entorno. Todos
los niños pueden aprender a interpretar música al igual que han aprendido a hablar,
siempre que se utilice el mismo enfoque de aprendizaje.

Suzuki considera que todo el mundo tiene un germen de talento. Y que el hecho de
que se desarrolle o no ese talento y se convierta en una habilidad depende de cómo se
cultive.

Todo esto está claramente relacionado con la responsabilidad e importancia que


tienen los padres en la educación de un niño, otro concepto que se trata a lo largo de
todo el libro. “El destino de un niño está en manos de sus padres” afirma Suzuki.
Insiste también en que es la madre la influencia más poderosa que existe para un niño.

Los padres son al final el modelo de un niño, sus comportamientos son imitados y
asimilados por él. En este sentido, los valores, la educación y la bondad que tenga un
niño también están directamente relacionados con el comportamiento de los padres.

Suzuki acusa a muchos padres de ser demasiado exigentes con sus hijos, e incluso de
ser competitivos a través de ellos o de realizar comparaciones entre los hermanos.
Todo ello tendrá sus consecuencias en el desarrollo de un niño y nunca será fruto de
un buen resultado.

Volviendo al tema de la enseñanza musical, me parece interesante como Suzuki


plantea que si existe un previo aprendizaje de los padres del instrumento, esto llevará
a despertar la curiosidad y las ganas de tocar en el niño de una manera natural. De ahí
la importancia y necesidad en el método Suzuki de la involucración de los padres desde
el principio, incluso antes de que el niño toque el instrumento.

Suzuki considera que existen cuatro factores para que se pueda desarrollar una
habilidad en un niño: empezar a desarrollarla lo antes posible, crear un entorno
adecuado, utilizar el mejor método de enseñanza, proporcionar una gran cantidad de
adiestramiento y utilizar los mejores profesores. “Cuando todas estas condiciones
operan juntas, la flor de la habilidad realmente maravillosa florecerá”.

Una de las partes que más me gustó del libro fue cuando trata el tema de cultivar la
sensibilidad. Suzuki considera que crear un entorno en el que esté presente el arte, la
sensibilidad, la bondad, hará que todo ello se desarrolle. Poniendo la práctica del violín
como ejemplo, considera que poner grabaciones de grandes intérpretes a los niños
despertará en ellos un alto grado de sensibilidad.

En los últimos capítulos del libro, Suzuki se aleja un poco de la educación estrictamente
ligada a lo musical y habla de valores humanos. Considera que su educación no aborda
solo el desarrollo de la técnica del violín sino que “engloba el progreso de la naturaleza
humana”. Suzuki habla de la bondad, de los buenos modales y la educación y respeto
por los demás. También habla del cólera, juzgando la ira y recomendando no enfadarse
y realizar algunos juegos para que no exista esta emoción que considera perjudicial.
Para el autor la finalidad de la música es desarrollar un corazón bondadoso y
admirable, y esta se convierte en la premisa de su sistema educativo.

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