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https://www.labrujulaverde.com/2019/06/cuando-los-juegos-olimpicos-incluian-competiciones-
de-duelo-con-pistola?fbclid=IwAR3w0q6sdwbUX7xeyuM4PznlQbyox62R3ESRv-
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Desde que Pierre de Coubertin recuperó en 1896 los Juegos Olímpicos que había en la Antigua
Grecia, se celebran cada cuatro años casi ininterrumpidamente (las excepciones fueron los de
1916, 1940 y 1944 a causa de las guerras mundiales) y en cada edición suelen barajarse cambios e
incorporaciones en la lista de deportes admitidos, ya sean de competición o de exhibición. Un
vistazo a la historia de ese evento nos revela que algunos de los incluidos antaño eran tan
asombrosos como el duelo olímpico, una recreación de los desafíos con pistola típicos de otra
época.
Meses atrás publicamos aquí un artículo en el que contábamos que entre 1912 y 1948 los Juegos
incluían competiciones de arquitectura, literatura, música, pintura y escultura, e incluso se llegó a
hablar de ampliarlas a danza, cine, fotografía y teatro, aunque al final sólo se añadieron -
efímeramente- alpinismo y aeronáutica. Lo cierto es que, si bien esa lista será insólita para muchos
lectores, la sorpresa resultará aún mayor sabiendo que en las Olimpiadas de 1906 y 1908 hubo
varias pruebas de tiro con pistola en las que el objetivo no era una diana sino un maniquí con
forma humana en un caso y, lo que es todavía más inaudito, un adversario real en el otro.
El famoso duelo
de Onegin, en la obra homónima de Pushkin (Ilya Repin)/Imagen: dominio público en
Wikimedia Commons
Ahora bien, el COI consideró que esa imagen podía resultar demasiado
fuerte para los JJOO y en lugar de dispararse entre sí, los tiradores lo
hacían sobre blancos neutros o maniquíes. Se establecieron dos pruebas,
diferenciadas por la distancia a la que se disparaba (una era de 20 metros y
otra de 25) y por el tiempo disponible para realizar cada disparo, de modo
que en la primera era mayor que en la segunda, en la que había que
efectuar cada tiro cuando lo ordenaba el árbitro y además lo hacían todos
los participantes simultáneamente. En la prueba de 20 metros el blanco
principal tenía un diámetro de 19 centímetros, aunque había otros diez
secundarios de un centímetro para ir sumando puntos. El oro fue para el
francés Léon Moreaux con 242 de los 300 posibles puntos, la plata para el
italiano Cesare Liverziani con 233 y el bronce para otro galo, Maurice
Lecoq, con 231.
Un duelista en plena
competición/Imagen: Library of Congress
Ahora bien, el recorrido del duelo olímpico no acabó ahí. En 1908, Londres
acogió la IV edición de los JJOO y volvió a ser una disciplina presente,
aunque como deporte de demostración, es decir, esas modalidades que el
COI incluye de vez en cuando, en parte para fomentarlas y en parte para
homenajear al país organizador cuando es en él donde se practican
especialmente. En el caso londinense, el duelo no era algo típico pero sí
el bike-polo, una variante del polo que usaba bicicletas en vez de caballos y
que también fue designada ad hoc
Lo que pasa es que hubo una novedad: en esta ocasión el duelo olímpico
se parecía más a la realidad porque los competidores no disparaban sobre
maniquíes sino uno contra otro. Usaban las citadas balas de cera y
protecciones pero aún así las malas lenguas decían, medio en serio medio
en broma, que se hacía para que resultara más morboso para el público. La
competición se desarrolló en el White City Stadium de Shepherd’s Bush,
barrio del municipio londinense de Hammersmith y Fulham donde ese
mismo año se había celebrado una exposición franco-británica que
precisamente incluyó exhibiciones de duelo olímpico. Pero, al tratarse de un
deporte de demostración, los resultados no contaron para el medallero final,
al igual que hoy el COI no tiene en cuenta las preseas de los Juegos
Intercalados.