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Antonio José de Sucre

Antonio José Francisco de Sucre y Alcalá


(Cumaná, 3 de febrero de 1795-Berruecos, 4 de
junio de 1830), también conocido como Gran
Antonio José de Sucre
Mariscal de Ayacucho, fue un político, mariscal y
militar venezolano, prócer de la emancipación
hispanoamericana y principal héroe de la actual
República del Ecuador, así como un diplomático y
estadista, presidente de Bolivia, gobernador del
Perú, General en Jefe del Ejército de la Gran
Colombia, Comandante del Ejército del Sur y Gran
Mariscal de Ayacucho.1 2​ 3​ 4​ 5​ ​

Índice
Primeros años de Sucre
El Armisticio de Santa Ana
Emancipación de Ecuador, Perú y Bolivia
Campaña del Ecuador
La batalla del Pichincha
La Capitulación de Pichincha
Perú solicita ayuda a la Gran Colombia

Navidad negra. Masacre de civiles en 2° Presidente de Bolivia


Pasto 28 de diciembre de 1825-2 de agosto de 1829
La batalla de Junín Predecesor Simón Bolívar
Sucre, Jefe Militar Supremo Sucesor José María Pérez de Urdininea
La batalla de Ayacucho
La capitulación de Ayacucho
Reconocimientos por la victoria de
Ayacucho Jefe Supremo Militar del Perú
El nacimiento de Bolivia 7 de junio de 1823-17 de julio de 1823
Entrada del Mariscal Sucre a la Real Predecesor José de la Riva Agüero
Audiencia de Charcas Sucesor José Bernardo de Torre Tagle
Congreso de Chuquisaca
Declaración de la Emancipación de
Bolivia

Matrimonio y descendencia Jefe Superior del Distrito del Sur de la Gran


Guerra de la Gran Colombia con Perú Colombia
1822-1823
La batalla de Tarqui
El convenio de Girón y el tratado de Presidente Francisco de Paula Santander
Guayaquil Predecesor Cargo Creado
La Gran Colombia Melchor de Aymerich
(Jefe Político Superior de la Provincia
Últimos días
de Quito)
Última carta a Bolívar
Sucesor Vicente Aguirre
Véase también
Referencias Información personal
Bibliografía Nombre Antonio José Francisco de
Legado completo Sucre y Alcalá Pardo Sánchez

Enlaces externos Nombre en


Antonio José de Sucre y Alcalá.
español
Nacimiento 3 de febrero de 1795
Primeros años de Sucre , Cumaná, Venezuela,
Imperio español
Antonio José Francisco de Sucre y Alcalá nació el 3 Fallecimiento 4 de junio de 1830 (35 años)
de febrero de 1795 en Cumaná, Capitanía General , Montaña de Berruecos,
de Venezuela en ese entonces, de una familia cuyos Gran Colombia
ascendientes son originarios de Bélgica y España. Causa de
Herida por arma de fuego
Fue hijo de Vicente de Sucre Pardo y García de muerte
Urbaneja, militar y político español y María Manuela Sepultura Catedral Metropolitana de Quito
Alcalá y Sánchez. Perdió a su padre y a su madre a
Nacionalidad Venezolana
los siete años de edad. Aún adolescente fue enviado
a Caracas al cuidado de su padrino, el arcediano de Familia
la catedral, presbítero Antonio Patricio de Alcalá, Cónyuge Mariana Carcelén y Larrea,
para iniciar estudios de ingeniería militar en la marquesa de Solanda
Escuela de José Mires. En 1809, con su hermano Hijos Simona Sucre Bravo (1822-¿?)
Pedro y otros jóvenes, integró como cadete la
José María Sucre Cortés (1826-
compañía de Húsares Nobles de Fernando VII, en
1882)
Cumaná, unidad organizada por Juan Manuel
Cajigal y Niño, gobernador de la provincia de Pedro César de Sucre Rojas
Nueva Andalucía. (1828-¿?)
María Teresa Sucre y Carcelén
En 1810, la Junta de Gobierno de Cumaná le
de Guevara (1829-1831)
confiere el empleo de subteniente de milicias
regladas de infantería. Este grado fue ratificado por Información profesional
la Junta Suprema de Caracas el 6 de agosto de ese Ocupación Militar, ingeniero, político,
mismo año. En 1811 desempeña en Margarita el diplomático, estadista
cargo de comandante de ingenieros. El 31 de julio Rango militar Gran Mariscal de Ayacucho
de ese año recibió el despacho de teniente. En 1812
se halla en Barcelona, en calidad de comandante de General en jefe del Ejército
la artillería. Allí, el 3 de julio del citado año, junto Unido Libertador
con otros ciudadanos notables, firmó el acta de la Comandante del Ejército del Sur
junta de guerra que se reunió aquel día para resolver
Conflictos Guerras de independencia
lo conducente a la seguridad de la República, a raíz hispanoamericanas
de los acontecimientos en Caracas (ofensiva de
Domingo de Monteverde) y la ocupación de Cúpira Distinciones Orden del Sol del Perú
por un grupo de partidarios de Fernando VII. Firma

Tras la capitulación del general Francisco de


Miranda, Sucre, amnistiado por Monteverde regresó
a Cumaná, donde el nuevo gobernador realista
Emeterio Ureña le extendió pasaporte para que se trasladase a Trinidad;
pero no consta que hiciera uso de dicho documento. En 1813, bajo las
órdenes del general Santiago Mariño, integra el grupo de republicanos
conocido como los libertadores de oriente y participa en las operaciones
para la liberación de aquella parte de Venezuela. Como edecán del general
Mariño, en 1814, asiste a la conjunción de las fuerzas de oriente con las
de occidente en los valles de Aragua. Ese año, su hermano Pedro fue
fusilado en La Victoria por los realistas; y víctimas de José Tomás Boves
mueren en Cumaná sus hermanos Vicente y Magdalena. No menos de 14
parientes inmediatos perecerán en la Guerra de Independencia. En 1815,
tras combatir bajo las órdenes del general José Francisco Bermúdez en
Maturín, pasa a Margarita y escapando del general Pablo Morillo, sigue a
las Antillas y Cartagena. En esta plaza, con Lino de Pombo de jefe
inmediato, dirige los trabajos de fortificación para la defensa de la ciudad
Escudo de armas de la
contra el asedio realista de Pablo Morillo. En diciembre está en Haití.
familia Sucre
Cuando regresaba después a Venezuela naufraga en el golfo de Paria. En
1816, Mariño lo nombra jefe de su Estado Mayor y lo asciende a coronel.
Este mismo jefe lo designa en 1817 comandante de la provincia de
Cumaná. Ese año, después del Congreso de Cariaco (8 de mayo) desconoce la actuación de dicho cuerpo
colegiado y la autoridad de Mariño y se traslada a Guayana, donde se pone bajo las órdenes de Simón
Bolívar. El 17 de septiembre de ese mismo año recibió de Bolívar la designación de gobernador de la
Antigua Guayana y comandante general del Bajo Orinoco, y también el encargo de organizar un batallón
con el nombre Orinoco.

Empezaba su carrera de gobierno en la cual desempeñaría todos los cargos de la Administración civil hasta
presidente de la República en Bolivia. El 7 de octubre de 1817 recibió el nombramiento de jefe de Estado
Mayor de la división de la provincia de Cumaná, bajo las órdenes del general Bermúdez, nombrado
comandante de la citada gran unidad. Estos nombramientos tenían, además, la finalidad de reducir la
disidencia que reinaba en Cumaná. «El general Bermúdez y Vd. van a hacer cosas grandes en Cumaná y
quizás algún día serán llamados los salvadores de su país», dijo Bolívar a Sucre en aquella ocasión. En
agosto de 1819 fue ascendido a general de brigada por el vicepresidente de Venezuela, Francisco Antonio
Zea; grado que será ratificado por Bolívar el 16 de febrero de 1820. Viaja a las Antillas comisionado para
adquirir material de guerra; misión que cumple con éxito. Ese mismo año desempeña, interinamente, la
cartera de Guerra y Marina y es jefe titular del Estado.

El Armisticio de Santa Ana


Tras la liberación de la Nueva Granada y creada la República de Colombia, Bolívar firma con el general
español Pablo Morillo, el 26 de noviembre de 1820, un Armisticio, así como un Tratado de Regularización
de la Guerra. Sucre redactó este Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra, considerado por
Bolívar como "el más bello monumento de la piedad aplicada a la guerra". La importancia de los
documentos redactados por Sucre, en lo que significó su primera actuación diplomática, fue la paralización
temporal de las luchas entre los patriotas y los realistas, y el fin de la guerra a muerte iniciada en 1813. El
Armisticio de Santa Ana le permitió ganar tiempo a Bolívar para preparar la estrategia de la Batalla de
Carabobo, que aseguró la independencia venezolana. El documento, marcó un hito en derecho
internacional, pues Sucre, fijó mundialmente el trato humanitario que desde entonces empezaron a recibir
los vencidos por los vencedores en una guerra.6 ​ De esta forma se convirtió en pionero de los derechos
humanos. Fue de tal magnitud la proyección del tratado que Bolívar en una de sus cartas escribió: "este
tratado es digno del alma de Sucre. El Tratado de Armisticio tenía por objeto suspender las hostilidades
para facilitar las conversaciones entre los dos bandos, con miras a concertar la paz definitiva". El
Armisticio se firmó por seis meses y obligaba a ambos ejércitos a permanecer en las posiciones que
ocupaban en el momento de su firma "...Por el cual desde ahora en adelante se
hará la guerra entre España y Colombia como la hacen los pueblos
civilizados".7 ​

Emancipación de Ecuador, Perú y Bolivia


Comenzó entonces la campaña de liberación de Ecuador, que tuvo su
culminación en la batalla de Pichincha librada el 24 de mayo de 1822. Con esta
victoria de Sucre se consolidó la independencia de la Gran Colombia, se
consumó la de Ecuador y quedó el camino listo para la batalla contra las últimas
fuerzas realistas que quedaban en el Perú. Tras una reunión en Guayaquil entre
Simón Bolívar y San Martín, este último cede parte de su ejército al primero, y
se retira definitivamente de las batallas de la emancipación hispanoamericana.
Así, Sucre llegó y entró en Lima en 1823, precediendo a Bolívar. El 1 de Monumento de
diciembre de 1823 llegó a Yungay, estableciéndose en él por ser el punto Mariscal Sucre ubicado
céntrico del acantonamiento. Acomodó en sus inmediaciones a los batallones en la Av. 6 de Agosto
"Voltígeros de la Guardia" y "Pichincha" a los que la población avitualló y de Cochabamba en
pertrechó hasta ponerlos en condiciones de marchar el 25 de febrero hacia Bolivia
Huánuco. Participó junto a Bolívar el 6 de agosto de 1824 en la batalla de Junín
y, el 9 de diciembre del mismo año, venció al virrey José de la
Serna en Ayacucho, acción que significó el fin del dominio
español en el continente sudamericano. El Parlamento peruano
lo nombró Gran Mariscal y General en Jefe de los Ejércitos.8 ​

Al frente de estos se marchó al Alto Perú, donde, junto a los


líderes libertarios, fundó la República de Bolívar (después
denominada República de Bolivia) en homenaje al Libertador,
a quien encargó la redacción de su Constitución, la cual fue
promulgada en 1826 bajo la premisa de ser "la Constitución
Pampa de la Quinua.
más liberal del mundo." Al frente del Gobierno boliviano,
Sucre promulgó leyes progresistas; ejecutó la división política
del país de acuerdo a la Constitución propuesta por Simón
Bolívar; impulsó la instrucción pública; organizó el aparato administrativo; y, encaminó ambiciosos
programas para la recuperación económica. El 18 de abril de 1828, estalló un motín en Chuquisaca.9 ​ El
Mariscal Sucre fue herido de dos balazos. Este incidente ocasionó que el Mariscal tomara la decisión de
abandonar el cargo de Presidente de Bolivia para evitar rencillas y contribuir a la pacificación de la
República. La Asamblea local lo nombró presidente vitalicio, pero dimitió en 1828 a raíz de los motines y
la presión de los peruanos opuestos a la independencia boliviana. Se retiró entonces a Ecuador acompañado
de su hija María Teresa y de su esposa, Mariana Carcelén de Guevara y Larrea, Marquesa de Solanda y de
Villarocha.

Campaña del Ecuador


El 11 de enero de 1821, en Bogotá, Sucre fue nombrado por Bolívar comandante del Ejército del Sur, en
reemplazo del general Manuel Valdés; era la fuerza que, desde 1820, operaba en Popayán y Pasto. Sucre
no recibió el cargo porque las razones de índole estratégica y política hicieron que Bolívar anulase tal
designación y le diese comisión para marchar a Guayaquil, donde reemplazaría al general José Mires y
asumiría la misión que se le había encomendado: la de hacer que dicha provincia se incorporase a la
República de la Gran Colombia y tomar el mando de las tropas que hubiese en Guayaquil, como pasos
previos para la liberación de Quito, que era el propósito principal de las operaciones que se ejecutasen. El 6
de abril llegó Sucre a Guayaquil y al presentarse ante la Junta de Gobierno, expuso la razón de su presencia
allí y de la idea de una unión de la provincia con Colombia. El 15 del mismo mes fue celebrado un tratado
entre Sucre (por Colombia) y José Joaquín de Olmedo, Francisco Roca y Rafael Jimena, miembros de la
Junta. El tratado estipulaba que Guayaquil mantendría su soberanía, pero bajo la protección de Colombia.
En aquella oportunidad Sucre quedó facultado para abrir la campaña contra los realistas, y con tal motivo,
Guayaquil le ofreció todos los recursos disponibles para liberar a Quito. El 19 de agosto de 1821 se da la
batalla de Yaguachi (o de Cone) entre tropas independentistas guayaquileñas de la División Protectora de
Quito y refuerzos grancolombianos, liderados por Sucre contra las tropas realistas del coronel Francisco
González. Sucre vence a los españoles y aseguró la independencia definitiva de la Provincia Libre de
Guayaquil.

Las tropas de Sucre tras haber vencido en Yaguachi avanzan hacia Quito, los españoles al mando del
mariscal de campo Melchor de Aymerich los seguían de cerca y tomaron posiciones en un terreno llamado
Huachi donde ya habían derrotado a fuerzas guayaquileñas un año atrás. El 12 de septiembre de 1821, tras
un breve contacto entre ambas fuerzas, los realistas intentaron huir. El general José Mires permitió a los
batallones Albión y Guayaquil perseguir a los realistas, pero estos fueron atacados por la caballería e
infantería realista que dio vuelta y cercó a los batallones patriotas. Con el ejército patriota en desorden y
Sucre herido y salvado a duras penas de caer prisionero por su edecán Manuel Jordán Valdivieso,10 11 ​ ​los
patriotas se volvieron a Guayaquil, dejando en el campo de batalla a muchos hombres y pertrechos. Los
realistas detuvieron el avance hacia Quito de los independentistas.

La batalla del Pichincha


La Batalla del Pichincha ocurrió el 24 de mayo de 1822, en las faldas del volcán Pichincha, a más de 3000
metros sobre el nivel del mar, arriba de la ciudad de Quito, en el Ecuador actual. El encuentro, que ocurrió
en el contexto de las Guerras de Independencia Hispanoamericana, enfrentó al ejército independentista bajo
el mando del General venezolano Antonio José de Sucre y al realista, comandado por el Mariscal de
Campo Melchor de Aymerich. La derrota de las fuerzas realistas leales a España condujo a la liberación de
Quito y aseguró la independencia de las provincias que pertenecían a la Real Audiencia de Quito, también
conocida como la Presidencia de Quito, la jurisdicción administrativa colonial española de la que
eventualmente emergió la República del Ecuador.12 ​ Al amanecer, sin que Sucre lo supiera, los centinelas
apostados cerca de Quito avistaron a las tropas independentistas ascendiendo por las laderas del Pichincha.
Aymerich, entonces consciente de la intención de Sucre de flanquearlo mediante el ascenso al volcán,
ordenó a su ejército de 1894 hombres subir por la montaña lo más pronto posible, para oponerse ahí a
Sucre.13 ​

Al haberse encontrado en un campo de batalla tan improbable, los dos comandantes no tuvieron otra
opción más que enviar gradualmente sus tropas a la batalla. Existía poco espacio para maniobrar en las
empinadas laderas del Pichincha, entre profundos barrancos y densos matorrales. Los hombres del Paya,
tras recuperarse de la conmoción inicial, se reposicionaron bajo el fuego enemigo, siendo reforzados con la
llegada del batallón peruano Trujillo. Sucre, que solo esperaba que los españoles estuviesen más cansados
que sus propias tropas, envió al batallón Yaguachi, conformado por ecuatorianos. El batallón Alto
Magdalena trató de hacer un movimiento de flanqueo, pero sin éxito, pues el terreno no se lo permitió.
Pronto, los batallones Paya, Trujillo y Yaguachi, sufriendo muchas bajas y con pocas municiones,
comenzaron a replegarse.14 ​ Para entonces el destino de la batalla para los Patriotas parecía depender del
Albión, que transportaba las municiones tan necesarias; sin embargo, se desconocía su paradero. A medida
que pasaba el tiempo, los Realistas parecían ganar el control de la batalla. El otro batallón peruano Piura
fue obligado a retroceder. En medio de la desesperación, a los hombres de reserva del batallón Paya se les
ordenó cargar contra el enemigo con sus bayonetas. Ambos bandos sufrieron grandes bajas, pero la
situación se estabilizó más o menos para los Patriotas. A pesar de esto, Aymerich, como parte de su
estrategia, durante el ascenso al Pichincha separó de su fuerza principal al batallón Aragón, ordenándole
avanzar hasta la cúspide del volcán, para así luego atacar a los Patriotas por la retaguardia, rompiendo sus
líneas en el momento adecuado.15 ​El Aragón era el mejor batallón del ejército realista; estaba formado por
veteranos españoles que habían actuado tanto en la Guerra de la Independencia Española como en otras
batallas en América del Sur, y en ese momento estaba más arriba de los Patriotas y listo para atacar.
Afortunadamente para los Patriotas, cuando el Aragón iba a cargar sobre la decaída línea Patriota, el Albión
les detuvo en seco, al entrar en la batalla de forma imprevista. Así, el Albión consiguió avanzar a una
posición más alta que la de los españoles. Pronto se unió a la batalla el Magdalena, y el Aragón, tras sufrir
fuertes bajas, se deshizo. Entonces el Magdalena avanzó hasta la línea Patriota para reemplazar al Paya, y
cargó contra la línea Realista, que acabó por romperse".16 ​

Las consecuencias de la batalla fueron bastante significativas. El 25 de mayo de 1822 Sucre entró con su
ejército en la ciudad de Quito, donde aceptó la rendición de todas las tropas españolas establecidas en el
territorio que el gobierno de Colombia llamaba "Departamento de Quito", al considerarlo como parte
integral de la República de Colombia desde su creación el 17 de diciembre de 1819.

Cuando Sucre recapturó Cuenca el 21 de febrero, obtuvo de su Consejo local un decreto en el cual se
proclamaba la integración de su ciudad y provincia a la República de Colombia. Entonces, con la rendición
de Quito, que a su vez puso fin a la resistencia Realista en la provincia norteña de Pasto, Bolívar pudo
entrar en la ciudad, cosa que finalmente hizo el 16 de junio de 1822. Entre el entusiasmo general de la
población, la antigua Provincia de Quito se incorporó a la República de Colombia. Por su parte Guayaquil,
que aún no había decido su futuro, con la presencia tanto de Bolívar como del victorioso ejército
Grancolombiano en su territorio, proclamó la incorporación de Guayaquil a la Gran Colombia el 13 de julio
de 1822.17 ​

La Capitulación de Pichincha

A las doce del día bajo un sol resplandeciente, los soldados de la


libertad en la cima del Pichincha, a más de 3000 metros de altura,
dieron el grito de victoria. La victoria fue de Sucre, y se completó con
la capitulación que la autoridad patriota concedió al Mariscal
Aymerich el 25 de mayo del mismo año. Con las operaciones cuyas
acciones finales se produjeron en las faldas del Pichincha y en la
ciudad de Quito, Sucre decidió a su favor la vacilante y delicada
situación de Guayaquil; dio libertad al territorio que conforma hoy la
República de Ecuador, y facilitó su incorporación a la Gran La capitulación de la batalla de
Colombia.18 ​ El 18 de junio de ese año, Bolívar le asciende a general Pichincha, óleo sobre lienzo de
de división y le nombra intendente del departamento de Quito. Al Antonio Salas.
frente de los destinos de Ecuador desarrolla una positiva obra de
progreso: funda la Corte de Justicia de Cuenca y en Quito el primer
periódico republicano de la época: "El Monitor". Instala en esa ciudad la Sociedad Económica. De su
actividad personal es buena prueba que, el 6 de septiembre de 1822 expidió y firmó en Quito 52
comunicaciones. Interesado por la educación puede afirmar que halló en Cuenca 7 escuelas y dejó
20.19 20
​ ​

Perú solicita ayuda a la Gran Colombia

Tras la retirada de José de San Martín, el Congreso Constituyente nombró como presidente de la Junta de
Gobierno al general José de La Mar. Este comprometió buena parte del ejército en campañas ambiciosas
que fracasaron en las batallas de Tarata y Moquegua, dejando al gobierno peruano en una delicada
condición militar. Las derrotas militares y las pugnas políticas entre los patriotas peruanos debilitaron las
fuerzas independentistas peruanas. El gobierno de Riva Agüero fue presionado por la opinión pública para
que solicitara la intervención de Bolívar. El Libertador, que se encontraba en Guayaquil vigilando los
acontecimientos en Perú, envió a las primeras solicitudes peruanas los 6000 hombres que ya tenía
preparados en Ecuador en dos expediciones sucesivas de 3000 hombres, con el general Sucre al mando de
las fuerzas y encargado de negociar con el Perú los términos en que La Gran Colombia intervendría en la
guerra.

Navidad negra. Masacre de civiles en Pasto


Durante la Campaña de Pasto, por orden de Simón Bolívar, la ciudad de Pasto fue tomada por las tropas
comandadas por Antonio José de Sucre el 24 de diciembre de 1822. Durante tres días los soldados patriotas
del batallón Rifles saquearon la ciudad, destruyeron archivos públicos, libros parroquiales y asesinaron a
más de 400 civiles hombres, mujeres, ancianos y niños, una cuarta parte de la población. La masacre es
conocida en Colombia como la Navidad Negra y recordada en el Carnaval de Blancos y Negros”.21 22 ​ ​

La batalla de Junín
La batalla de Junín fue uno de los últimos
enfrentamientos que sostuvieron los ejércitos realistas e
independentistas en el proceso de la independencia del
Perú. La batalla se desarrolló en la pampa de Junín en
el actual departamento de Junín, el 6 de agosto de
1824; la victoria de los independentistas, aumentó la
moral de las tropas independentistas. En 1824 los
realistas mantenían en su poder la sierra central y el
Alto Perú (hoy Bolivia). Simón Bolívar, Libertador y
Presidente de la Gran Colombia continuó la guerra de
emancipación con el Perú. Bolívar tenía un ejército de
Batalla de Junín, óleo sobre lienzo.
8000 hombres, equivalente en número al realista, pero
las fuerzas realistas estaban dispersas entre el valle del
Mantaro y Alto Perú. Esto fue debido a la sublevación en el Alto Perú del General realista Olañeta que
fracturó la defensa del virreinato y obligó al virrey a mandar sobre el Alto Perú parte importante de sus
ejércitos, unos 5000 regulares, bajo el mando de Jerónimo Valdez, que tenían su base en Puno. Bolívar,
conocedor de esta ventaja, aprovechó la oportunidad para aislar a las solitarias fuerzas realistas situadas en
el norte. En junio de 1824, Bolívar enfila su ejército hacia la sierra central del Perú para enfrentarse con el
general realista José de Canterac.23 ​

El Ejército Libertador contaba con 6000 grancolombianos y 4000 peruanos que tenían rumbo hacia el sur
del continente. En Junín, el 6 de agosto de 1824, chocan ambos ejércitos. No se disparó un solo tiro. La
lucha fue con espadas y lanzas. Junín se convirtió en una gran victoria para el Libertador. Mientras las
tropas grancolombianas desembarcaban en el puerto de El Callao bajo el mando del general Antonio José
de Sucre, el general Andrés de Santa Cruz, que hasta poco tiempo antes había luchado en las filas
realistas,fue enviado a engrosar las tropas de Sucre, iniciando su marcha hacia el Alto Perú. En agosto de
1823 ingresó en la ciudad de La Paz, y forzado a librar combate, Santa Cruz sale victorioso en la batalla de
Zepita contra una división del general Valdez, el 25 de agosto de 1823.24 ​

El panorama no podía ser más sombrío para los patriotas. La independencia del Perú no estaba consolidada,
ya que el 29 de febrero de 1824 los realistas lograron ocupar nuevamente Lima. Pero esta vez, las
conmociones políticas que vivía España influyeron decididamente para el fraccionamiento de las tropas
españolas en América. El general Pedro Antonio Olañeta, absolutista recalcitrante, se rebeló contra el virrey
La Serna, que era de tendencia liberal y constitucionalista, porque le atribuía a este el deseo de separarse de
la monarquía para liberar a Perú del absolutismo que quería imponer Olañeta. Bolívar, encontró a los
realistas divididos y organizó prontamente un ejército formado por colombianos. La batalla de Junín del 6
de agosto de 1824 levantó la moral del ejército patriota y fue decisiva en la siguiente batalla de Ayacucho.
El general Sucre, que marchaba al frente de la infantería, cuando llegó al campo de Junín, oyó los gritos de
alegría por el triunfo. Todo el enfrentamiento duró aproximadamente cuarenta y cinco minutos a una altura
de 4100 metros sobre el nivel del mar. El triunfo en la Pampa de Junín haría renacer la moral entre el
ejército unido, gracias a las lanzas de los llaneros grancolombianos (Colombianos y Venezolanos), que
brillaron en los nevados Andes peruanos.25 ​

"General Sucre... Diga usted Libertador... La oportunidad que yo esperaba se ha presentado.


El general español Pedro Olañeta y su ejército de cuatro mil hombres desconoce la autoridad
del Virrey. Por mucho tiempo Olañeta ha gobernado el alto Perú y resiente la autoridad de la
Serna. Ya el Virrey no tiene doce mil soldados, como tenía antes, sino apenas ocho mil, que
luchan ahora contra los otros cuatro. ¡Llegó la hora!." (Diálogo de Bolívar con Sucre antes de
la Batalla).

Sucre, Jefe Militar Supremo

Al llegar la primera expedición Grancolombiana al puerto de El Callao, Santa Cruz y Gamarra se


encontraban en una ofensiva cerca de La Paz con casi todas las fuerzas peruanas. Lima había sido dejada
casi desguarnecida por el ejército peruano, situación que aprovechó el Brigadier Canterac para organizar un
ejército de 8000 hombres en Jauja con el que marchó sobre la capital, entrando en Lima el 18 de junio. El
congreso nombró a Sucre general en jefe, quien contando el 18 de junio con solo 3700 hombres, evacuó la
ciudad para El Callao. En los días siguientes hubo varios encuentros entre las avanzadas de ambas fuerzas,
incluyendo un sangriento combate en el Carrizal y la Legua el 1 de julio. El 21 de junio el congreso
peruano proclamó a Sucre Jefe Supremo Militar.

La batalla de Ayacucho
La Batalla de Ayacucho fue el último gran
enfrentamiento dentro de las campañas terrestres de
las Guerras de Independencia Hispanoamericana
(1809-1826). La batalla se desarrolló en la Pampa
de la Quinua en el departamento de Ayacucho,
Perú, el 9 de diciembre de 1824. La victoria de los
independentistas, significó la desaparición del
último virreinato que seguía en pie, el del Perú, y
puso fin al dominio colonial español en
Sudamérica; se cerraba la Independencia del Perú .
Así finalizaban las batallas de la independencia del
Perú, con una capitulación militar que se
transformaría años más tarde en tratado diplomático Batalla de Ayacucho, óleo sobre lienzo de Martín
firmado en París el 14 de agosto de 1879. Antes del Tovar y Tovar.
inicio de la batalla, el general Antonio José de
Sucre arengaba a sus tropas:

"¡Soldados!, de los esfuerzos de hoy depende la suerte de América del Sur; otro día de gloria
va a coronar vuestra admirable constancia. ¡Soldados!: ¡Viva el Libertador! ¡Viva Bolívar,
Salvador del Perú!."
Antonio José de Sucre
El dispositivo organizado por Canterac preveía que la división de vanguardia rodease en solitario la
agrupación enemiga cruzando el río Pampas para sujetarla, mientras el resto del ejército realista descendía
frontalmente desde el cerro Condorcunca, abandonando sus posiciones defensivas. Sucre se dio cuenta
inmediatamente de la arriesgada maniobra, y con la división de Córdova acometió directamente a la masa
desorganizada de tropas realistas, que sin poder formarse para la batalla descendían en hileras de las
montañas. Los violentos choques de las formaciones de línea empujaron a los dispersos tiradores de la
división de Villalobos, quienes arrastraron en su retirada a las masas de milicianos sin que tampoco el
grueso de la división de Monet ni la división de Reserva, que permanecían en la montaña, tuvieran alguna
oportunidad de participar en la batalla. En el otro extremo, la segunda división de José de La Mar más la
tercera división de Jacinto Lara detuvieron juntas la acometida de los veteranos de la división de vanguardia
de Valdés. La batalla estaba ganada para los independentistas, el ejército Real del Perú destruido, y el
Virrey herido, fue hecho prisionero. A la una de la tarde, la batalla de Ayacucho había terminado con el
rotundo triunfo del ejército de la libertad. El telón colonial había caído para siempre en la pampa de la
Quinua, escenario de uno de los momentos estelares de la humanidad. Pero siguieron sucediéndose los
duelos de cortesía y de humanidad". Cuando el Virrey La Serna, herido y apresado entregó su espada, el
General Sucre la rechazó diciéndole: "Honor al vencido. Que continué en manos del Valiente". Luego, los
términos de la Capitulación no pudieron ser más generosos ni caballerosos. Así se mostró que la nobleza y
la hidalguía eran tan sudamericanas como españolas.

Bolívar convocaba desde Lima al Congreso de Panamá, el 7 de


diciembre, para la unidad de los nuevos países independientes. El
proyecto fue ratificado únicamente por la Gran Colombia. Cuatro
años más tarde la Gran Colombia a causa de una escasa visión
institucional y del personalismo de Bolívar se desmembró
siguiendo el proceso desintegrador del movimiento independentista.
A raíz de la victoria de Ayacucho, en la que participaron 5.780
soldados,26 ​el Mariscal Sucre entra triunfante en el Cuzco y liberta
después las provincias del Alto Perú. En 1825 convoca a los
representantes de dichas provincias para reunirse en asamblea, y
con la aquiescencia de Bolívar ésta decide la creación de Bolivia.
Es significativa la obra cumplida por el mariscal Sucre en Bolivia,
especialmente en la organización de la Hacienda Pública y de la
administración general. Se empeñó en promover la libertad de los
esclavos y el reparto de tierras a los indios, y sobre todo en
beneficio de la educación y la cultura. Ante el Congreso fue
categórico al declarar que: "Persuadido de que un pueblo no puede
ser libre, si la sociedad que lo compone no conoce sus deberes y
sus derechos, he consagrado un cuidado especial a la educación
pública". En el transcurso de las 13 semanas que van del 3 de
febrero al 5 de mayo de 1826, dio a Bolivia 13 decretos referentes a
la creación de colegios de ciencias y artes, más institutos para Efigies de Sucre en el Panteón de
huérfanos y huérfanas en todos los departamentos, y a establecer los Próceres en Lima.
escuelas primarias en todos los cantones de la República. La
historia recoge la cuenta de su orgullo: "La educación pública es lo
que ha hecho más progresos. Los colegios quedan establecidos y marchan bien en todas las capitales de los
departamentos, donde también se han abierto escuelas de enseñanza mutua que adelantan rápidamente. En
1829 la República requiere sus servicios para mandar el ejército que debe enfrentar la ofensiva peruana en
el sur del Ecuador. Triunfa en la batalla del Portete de Tarqui y ofrece a los vencidos una capitulación que
es modelo de generosa fraternidad americanista, fiel a su lema que "Nuestra justicia era la misma antes y
después de la batalla". Su hija Teresita, que vivirá solo 2 años, nació el 10 de julio de 1829. En La Paz
había nacido un hijo natural suyo y de Rosalía Cortés, José María, el 13 de enero de 1826. La provincia de
Cumaná, permanente afecto lo escogió como su representante al Congreso. En camino a Bogotá tiene
conocimiento de la agitación separatista que José Antonio Páez fomenta en Venezuela. En la difícil
circunstancia de 1830, se destaca en el quehacer político por su consecuencia hacia la persona y la obra de
Bolívar. El Congreso Admirable, reunido en Bogotá, lo elige su presidente en enero de ese año; en febrero,
el mismo cuerpo le encarga una misión conciliadora ante el Gobierno de Venezuela que se reúne en
Cúcuta.

La capitulación de Ayacucho

Es el tratado firmado por el jefe de estado mayor José


de Canterac y Sucre después de la batalla de
Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824. Sus principales
consecuencias fueron varias:

1.º La Capitulación únicamente del Ejército


bajo su mando.
2.º La permanencia Realista en el Callao.
3.º Perú, nace a la vida independiente, con
una deuda económica a los países que
contribuyeron militarmente a su
independencia.
Capitulación de Ayacucho, óleo de Daniel
"Don José Canterac, teniente general de los reales Hernández.
ejércitos de S. M. C., encargado del mando superior
del Perú por haber sido herido y prisionero en la
batalla de este día el excelentísimo señor virrey don José de La Serna, habiendo oído a los señores
generales y jefes que se reunieron después que, el ejército español, llenando en todos sentidos cuanto ha
exigido la reputación de sus armas en la sangrienta jornada de Ayacucho y en toda la guerra del Perú, ha
tenido que ceder el campo a las tropas independientes; y debiendo conciliar a un tiempo el honor a los
restos de estas fuerzas, con la disminución de los males del país, he creído conveniente proponer y ajustar
con el señor general de división de la República de Colombia, Antonio José de Sucre, comandante en jefe
del ejército unido libertador del Perú". La Batalla de Ayacucho fue la última batalla del proceso
emancipador. Bajo las órdenes de Sucre combatió una efectiva representación de la unidad continental en
oficiales provenientes de Venezuela, Colombia, Ecuador, Panamá, Argentina, Perú, Bolivia, Paraguay,
Chile, Uruguay, Guatemala y México; además de otros procedentes de distintas naciones de Europa.

Reconocimientos por la victoria de Ayacucho

Bolívar, quien redactó y publicó en 1825 su "Resumen Sucinto de


la Vida del General Sucre", único trabajo en su género realizado
por el Padre de la Patria, no escatimó elogios ante la hazaña
culminante de su fiel lugarteniente:

"La batalla de Ayacucho es la cumbre de la gloria


americana, y la obra del general Sucre. La disposición de
ella ha sido perfecta, y su ejecución divina". Las
generaciones venideras esperan la victoria de Ayacucho para
bendecirla y contemplarla sentada en el trono de la libertad,
dictando a los americanos el ejercicio de sus derechos, y el El panteón de los héroes, óleo de
imperio sagrado de la naturaleza". Arturo Michelena.
"Usted está llamado a los más altos destinos, y yo preveo
que usted es el rival de mi Gloria".

"El Congreso de Colombia hizo entonces a Sucre General en Jefe, y el Congreso de Perú le
dio el grado de Gran Mariscal de Ayacucho".

El nacimiento de Bolivia

Entrada del Mariscal Sucre a la Real Audiencia de Charcas

Luego del triunfo de Ayacucho, y siguiendo precisas


instrucciones de Bolívar, el general Sucre entró en territorio
boliviano el 25 de febrero de 1825.27 ​
Su papel se limitó a dar
visos de legalidad a un proceso que los mismos bolivianos ya
habían puesto en marcha. El general Olañeta permaneció en
Potosí, en donde recibió al batallón "Unión" procedente de
Puno al mando del coronel José María Valdez, convocó a un
Consejo de Guerra que acordó continuar la resistencia.
Olañeta distribuyó sus tropas entre la fortaleza de Cotagaita
con el batallón "Chichas" al mando de Medinacelli, Valdez
con el "Unión" fue enviado a Chuquisaca y él marchó a Vista del Palacio de Congresos de
Vitichi, con 60 000 pesos de oro de la Casa de la Moneda de Bolivia.
Potosí. En Cochabamba se sublevó, con el Primer Batallón
"Fernando VII" el coronel José Martínez; seguido en
Vallegrande, por el Segundo Batallón "Fernando VII", deponiendo al brigadier Francisco Aguilera el 12 de
febrero. El coronel José Manuel Mercado ocupó Santa Cruz el 14 de febrero, Chayanta quedó en manos
del teniente coronel Pedro Arraya, con los escuadrones "Santa Victoria" y "Dragones Americanos" y en
Chuquisaca el batallón "Dragones de la Frontera" del coronel Francisco López se pronunció por los
independentistas el 22 de febrero. El coronel Medinacelli con trescientos soldados se sublevó en contra de
Olañeta y el 2 de abril de 1825 se enfrentaron en la Batalla del Tumusla que culminó con la muerte de
Olañeta. El 7 de abril, el general José María Valdez se rindió en Chequelte, ante el general Urdininea,
poniendo fin a la guerra en el Alto Perú.28 29
​ ​

Congreso de Chuquisaca

El 9 de febrero de 1825, el mariscal Antonio José de Sucre´ y Casimiro Olañeta, abogado de Chuquisaca y
sobrino del mencionado general, convocaron a todas las provincias altoperuanas para reunirse en un
congreso que debía decidir el destino de la nación.30 ​

Abascal como resultado de la revolución del 25 de mayo de 1809 en Chuquisaca, o sostener con decisión
la independencia absoluta del Alto Perú, no solo con relación a España, sino también con referencia al
Provincias Unidas del Río de la Plata y al Perú. Tanto como el gobierno de Buenos Aires y el Perú
admitían esta tercera alternativa, en cambio, Bolívar, si bien no desautorizó públicamente a Sucre le
reprochó en carta privada esta iniciativa, pues entendía que alentar en ese momento un acto de soberanía de
esa naturaleza, conspiraba contra los intereses de la Gran Colombia, ya que el territorio de la Real
Audiencia de Quito podría pretender el mismo trato que la de Charcas. El Congreso General Constituyente
de Buenos Aires, por decreto de 9 de mayo de 1825, declaró que "aunque las cuatro provincias del Alto
Perú, han pertenecido siempre a este Estado, es la voluntad
del congreso general constituyente, que ellas queden en plena
libertad para disponer de su suerte, según crean convenir a
sus intereses y a su felicidad", despejando el camino a la
independencia altoperuana.

Declaración de la Emancipación de Bolivia

Convocada nuevamente Fachada de la Casa de la Libertad en


la Asamblea Deliberante (Sucre), donde se reunió 1825, la
en Chuquisaca por el asamblea de diputados de las cinco
Mariscal Sucre, el 9 de provincias altoperuanas convocadas por
julio de 1825, y concluida el mariscal Antonio José de Sucre, para
deliberar sobre el destino del Alto Perú.
se determinó la completa
independencia del Alto
Perú, bajo la forma
Acta de la Independencia de republicana, por soberana de sus hijos. Finalmente, el presidente de la
Bolivia en la Casa de la Libertad, Asamblea José Mariano Serrano, junto a una comisión, redactó el
Sucre. "Acta de la Independencia" que lleva fecha del 6 de agosto de 1825,
en honor a la Batalla de Junín ganada por Simón Bolívar.31 ​ La
independencia fue declarada por 7 representantes de Charcas, 14 de
Potosí, 12 por La Paz, 13 por Cochabamba y 2 por Santa Cruz. El acta de independencia, redactada por el
presidente del Congreso, José Mariano Serrano, en su parte expositiva dice en tono vibrante:

El mundo sabe que el Alto Perú ha sido en el continente de América, el ara donde vertió la
primera sangre de los libres y la tierra donde existe la tumba del último de los tiranos. Los
departamentos del Alto Perú, añade en su parte resolutiva, protestan a la faz de la tierra
entera, que sus resolución irrevocable es gobernarse por sí mismos.32 ​

Mediante un decreto se determinó que el nuevo estado llevaría el


nombre de "Bolívar", en homenaje al Libertador, quien a la vez fue
designado "Padre de la República y Jefe Supremo del Estado" y su
capital Sucre en honor al Mariscal de Ayacucho Antonio José de
Sucre. Bolívar agradeció estos honores, pero declinó la aceptación de
la Presidencia de la República, para cuyo cargo designó al Mariscal de
Ayacucho Antonio José de Sucre. Pasado un tiempo se volvió a
debatir el nombre de la joven nación, y un diputado potosino llamado
Manuel Martín Cruz, dijo que al igual que Rómulo viene Roma de
Bolívar vendrá Bolivia.

"Si de Rómulo, Roma; de Bolívar, Bolivia".

Bolívar al enterarse de esta noticia se sintió halagado con la joven


nación. Bolívar hasta ese momento no aceptaba de buen grado la El Mariscal Sucre es el redentor
independencia de Bolivia, debido a que le preocupaba su futuro, de los hijos del Sol.
debido a que la situación geográfica de Bolivia la sitúa en el centro
América del Sur, y esto según Bolívar supondría que sería una nación
acosada y que afrontaría futuras guerras, cuestiones que curiosamente se cumplieron. Bolívar deseaba que
Bolivia formara parte de otra nación preferentemente Perú, pero lo que le convenció profundamente fue la
actitud de las masas populares. El 18 de agosto, a su llegada a La Paz hubo una manifestación de regocijo
popular. La misma escena se repitió cuando el Libertador llegó a Oruro, después a Potosí y finalmente a
Chuquisaca. Esta expresión tan ferviente de la población, conmovió a Bolívar, quien llamó su "Hija
Predilecta" a la nueva Nación.

Bolivia obtuvo su primera Constitución Política en 1826, la cual organizó las instituciones estatales y
adoptó como sistema administrativo el modelo de los Departamentos en enero de 1826, que en ese tiempo
eran solo cinco, Sucre trabajó afanosamente en el gobierno hasta en 1828, cuando por descontentos por
parte de la población atentaron contra su vida con móviles mezcla de desavenencias ideológicas y
administrativas en las que pudieron estar involucrados algunos ilustres como Olañeta y Lemoine. El
atentado fue fallido, pero dejó al Mariscal herido en un brazo y convencido de que más valía marcharse y al
carácter vitalicio de la presidencia que ejercía, además se presentó el 1° de mayo de 1828 la invasión de
tropas peruanas en Bolivia que exigían el retiro de oficiales y funcionarios grancolombianos del gobierno
boliviano, considerando retirar el gobierno que estaba basada en leyes de la constitución vitalicia de 1826,
la cual también se impuso en Perú donde reemplazada días después. El 6 de julio de 1828 se logró el
tratado de piquiza mediante el cual Sucre se mantenía como presidente hasta agosto de 1828 y podría
dirigirse al actual Ecuador, cuando se marchaba de la capital fue abucheado por la población, incidente en
el cual, se cuenta, la Coronel Juana Azurduy de Padilla escupió en la cara a uno de los conspiradores,
Casimiro Olañeta, para significar su disgusto con el trato que le daban.

Matrimonio y descendencia
En carta que dirigió el 11 de octubre de 1825 a su amigo, el coronel
Vicente Aguirre, el Mariscal Sucre le solicitó que hiciera recoger y
educar a la niña Simona de Sucre Bravo, nacida el 16 de abril de
1822, quien era hija de Tomasa Bravo, una pareja sentimental de
Sucre, quien había muerto en esa época y del propio Mariscal, según
afirmaba la madre. Los gastos de crianza y educación de Simona
correrían por cuenta del prócer. No se supo más del destino posterior
de esta hija de Sucre. 33 ​También el prócer mantuvo una relación
El mariscal Sucre y su esposa, la sentimental con Rosalía Cortés Silva, de la cual nació en La Paz el 15
marquesa quiteña Mariana de enero de 1826 su primer hijo, José María Sucre Cortés. 34 ​
Carcelén de Guevara.
El 20 de abril de 1828, pocos días después del incidente que casi
acaba con su vida en Bolivia, el Mariscal se casó por poder con la
quiteña Mariana Carcelén de Guevara y Larrea, marquesa de Solanda y Villarocha.35 ​ La ceremonia se
llevó a cabo en la iglesia de El Sagrario de la ciudad de Quito, siendo Sucre representado por su amigo el
coronel Vicente Aguirre, mientras que los padrinos de la boda fueron los marqueses de San José: Manuel
de Larrea y Jijón y su esposa Rosa de Carrión y Velasco, que resultaban además tíos maternos de la
novia.35 ​Ese mismo año, el 7 de junio, en Chuquisaca, nació Pedro Ceśar de Sucre y Rojas, fruto de otra
relación de Sucre con María Manuela Rojas. 34 ​

El primer encuentro de la pareja ya como matrimonio se dio el domingo 28 de septiembre en la Hacienda


Chisinche, propiedad rural de la Marquesa cerca de Machachi, al sur de la capital, y que a futuro se
convertiría en una de las favoritas del Gran Mariscal.36 ​Al día siguiente se dirigieron a la ciudad de Quito,
en donde Sucre había adquirido previamente la Mansión Carcelén, que había pertenecido a su difunto
suegro y a la que había ordenado varias refacciones.36 ​ Desde entonces la cotidianidad de la pareja
transcurrió entre la mansión de Quito y las estadías temporales en el Palacio de El Deán, en medio de un
ambiente apacible y al margen de las intrigas políticas.37 ​
El 10 de junio nació la única hija de la pareja, bautizada al día siguiente en la iglesia de El Sagrario con el
nombre de Teresa en honor a sus dos abuelas, los padrinos de la pequeña fueron el general Juan José Flores
y su esposa Mercedes Jijón de Vivanco, esta última resultaba además prima segunda de Mariana
Carcelén.38 ​ En una misiva posterior, Simón Bolívar le expresó su descontento a Sucre por no haberlo
escogido a él como padrino, por lo que se disculpó alegando que se trataba de una promesa previa que le
había hecho a Flores en el campo de batalla de Tarqui.38 ​ Lamentablemente la niña no alcanzaría la edad
adulta, pues dos años y medio más tarde, ya cuando Sucre había fallecido, la niña murió de afecciones
estomacales, una causa común entre los niños de la época, aunque existen versiones en las que se culpa
directamente de la muerte de la niña al General Isidoro Barriga (segundo esposo de la Marquesa posterior al
fallecimiento del Mariscal Sucre) quien jugando un día con ella, la habría lanzado desde el primer piso de la
casa ubicada en el hoy Centro Histórico de Quito (Mansión Carcelén) , muriendo ella de un traumatismo
craneal, aunque esta versión ha sido desmentida por miembros de la familia Carcelén, siempre quedaron
dudas del comportamiento de Barriga posterior a la muerte de Sucre visitando continuamente a su viuda,
algo muy mal visto por la sociedad de la época y por el hecho de que al morir Teresa Sucre la fortuna de la
Marquesa quedaría en manos de él y sus descendientes.39 40 ​ ​

Guerra de la Gran Colombia con Perú


Véase también: Intervención peruana en Bolivia de 1828

La guerra grancolombo-peruana (1828–1829) fue un conflicto armado que enfrentó a la República de Gran
Colombia contra la República del Perú por el dominio de Quito (hoy Ecuador) y otras zonas reclamadas
por Perú. Se inició con la intervención peruana de Bolivia y culminó con la batalla del Portete de Tarqui y
el Tratado de Guayaquil.41 ​ Las relaciones con el Perú habían sido tirantes desde principios de 1827
cuando una revuelta en Lima derrocó al régimen establecido allí por Simón Bolívar antes de su regreso a
casa.42 ​

Tras la independencia definitiva del Perú, el país estaba en buena parte bajo el protectorado de la Gran
Colombia por órdenes de Simón Bolívar, que controlaba estrechamente sus asuntos. Además, todavía
estaba acantonada en Lima la 3ª División del ejército grancolombiano que había colaborado en la
independencia. Bolívar hubo de abandonar el Perú en 1826, para intentar solucionar los graves problemas
que se planteaban en la Gran Colombia.43 ​ Este hecho fue aprovechado por destacados miembros del
gobierno y el ejército peruano para liberarse de la influencia colombiana, y poder incluir dentro del
territorio nacional a la nueva República de Bolivia (el antiguo Alto Perú), así como el departamento
colombiano de Azuay (correspondiente a la actual parte meridional del Ecuador, con capital en Cuenca), y
la ciudad de Guayaquil, donde una parte influyente de la burguesía apoyaba su incorporación al Perú. En
junio de 1827 las elecciones legislativas proclamaron presidente del Perú al general José de La Mar.44 ​

Mientras tanto, Simón Bolívar estaba convencido de que el Perú estaba dispuesto a promover problemas,
con el preciso objetivo de anexarse la República de Bolivia, Guayaquil y posiblemente, más territorio
grancolombiano. Existían también desacuerdos concretos en cuanto a cuestiones fronterizas entre los dos
países, el pago de 7  595  747 pesos, como deuda por la guerra de la emancipación, y la disputa por los
territorios colombianos de Tumbes, Jaén y Maynas. Las negociaciones diplomáticas con Bolívar fracasaron,
y el 3 de julio de 1828 la Gran Colombia le declaró la guerra al Perú. El 28 de noviembre de 1828 La Mar
penetró en territorio grancolombiano y ocupó gran parte del departamento de Azuay, La Mar ocupó
también Guayaquil, evacuada por el almirante general grancolombiano Juan Illingworth Hunt a la espera de
refuerzos.45 ​Tras el bloqueo de Guayaquil, el Perú había ganado la guerra en el mar.46 ​

Ante la situación, el mariscal Sucre, entonces ya de vuelta a Quito tras renunciar a la presidencia boliviana,
concentró el ejército del sur de la Gran Colombia cerca de Cuenca para presionar a las tropas peruanas, que
había sido ocupada el 10 de febrero de 1829. Después de un breve encuentro cerca de la población de
Saraguro, donde la vanguardia grancolombiana derrotó a un
destacamento peruano, el 27 de febrero tuvo lugar el encuentro
principal entre los dos ejércitos. Al ejército peruano lo integraban
5000 soldados47 ​y al grancolombiano, 4200.48 ​

La batalla de Tarqui
La batalla del Portete de Tarqui se libró el 27 de febrero de 1829 en
el llamado Portete de Tarqui, a pocos kilómetros de Cuenca, entre
tropas de la Gran Colombia, comandadas por Antonio José de
Sucre, y tropas peruanas comandadas por José de La Mar. El
combate duró media hora, donde el ejército colombiano batió a las
fuerzas peruanas.49 ​ La victoria grancolombiana se debió en buena
parte al enfrentamiento por separado contra cada batallón del
ejército peruano, que en ningún momento actuó de forma unitaria y
dejó sus batallones aislados los unos de los otros. El resultado de la Monumento a Antonio José de Sucre
batalla hizo que el general La Mar dispusiera el repliegue del en el Panteón Nacional de
ejército hacia Girón. Venezuela.

Sucre, no satisfecho con este resultado, envía a un oficial de Estado


Mayor, con el objeto de negociar con La Mar, siendo aceptado por el presidente peruano y el 1 de marzo,
en el campo de Girón, se firma el convenio de Girón que es ratificado por los generales Flores y O'Leary,
por parte de la Gran Colombia y Gamarra y Orbegoso, por parte del Perú.50 ​

El convenio de Girón y el tratado de Guayaquil

De acuerdo al convenio de Girón, las fuerzas peruanas se habrían de retirar de la provincia del Azuay y
abandonar todas las plazas ocupadas. Si bien las fuerzas peruanas se retiraron La Mar se negó a entregar
Guayaquil y, de hecho, se preparaba para iniciar una nueva ofensiva. Sin embargo, la guerra acabó
inesperadamente con un golpe de estado por parte de Agustín Gamarra y otros jefes peruanos en Lima que
derrocó a La Mar. El nuevo gobierno cesó las hostilidades y entregó Guayaquil el 20 de julio. El 22 de
septiembre de 1829 se firmó un tratado de paz en Guayaquil, donde se estableció:

Se reconocen por límites los mismos que tenían antes de su independencia los antiguos
Virreinatos de Nueva Granada y el Perú, con las variaciones que juzguen convenientes
acordar entre sí.
Se debería nombrar una Comisión de dos personas por cada República para que
recorrieran, rectificaran y fijasen la línea divisoria, trabajos que se debían iniciar 40 días
más tarde de haber sido ratificado el tratado por ambos países. El trazo de la línea
comenzaría en el río Tumbes.51 ​
El Perú pretendía apropiarse de Tumbes, Jaén y Maynas, que eran indiscutidamente de la
Gran Colombia, la cual conservaba Guayaquil.52 ​

La Gran Colombia
Después de que Sucre acudiera en ayuda de la Gran Colombia, marchó a Bogotá en un momento en que el
país se encontraba ya en proceso de desintegración, fundamentalmente por movimientos separatistas como
el de la Cosiata en su natal Venezuela.53 ​ En la reforma constitucional de 1830 en la Gran Colombia, sus
enemigos logran poner la norma que para ser presidente o vicepresidente se debían tener 40 años (Sucre
tenía 35). Y también es muy probable que esto haya sido la
causa de su asesinato. Con Sucre vivo, continuaría la visión
política de Bolívar y la unidad de la Gran Colombia. Simón
Bolívar, el cual describió la grandeza de Sucre con una
biografía en la cual quedan plasmadas citas como ésta:

La General Sucre es el Padre de Ayacucho: es el


redentor de los hijos del Sol; es el que ha roto las
cadenas con que envolvió Pizarro el imperio de los
Incas. La posteridad representará a Sucre con un pie en
el Pichincha y el otro en el Potosí, llevando en sus
Mapa de la Gran Colombia. El Mariscal
manos la cuna de Manco-Capac y contemplando las
Sucre compartía la visión política de
cadenas del Perú rotas por su espada.54 ​
Bolívar y la unidad de la América
Hispana.
Últimos días

La Muerte de Sucre en Berruecos (1895) obra de


Arturo Michelena.

La quiteña Mariana Carcelén de


Guevara, esposa del Mariscal Sucre era conocido en el ejército con los apodos de “Mulei” o
Sucre. “Mulengue”, alusión que hizo el general Luis Urdaneta, cuando
escribió a Juan José Flores desde Tocaima 19 días antes del asesinato:
“... A García, el diputado por Cuenca, le instruí de todo lo que debía
decir a Ud. y ahora le añado que es preciso que Ud. redoble su
vigilancia con el M...”. Tres días antes de su muerte, el periódico "El
Demócrata" de Bogotá publicó un artículo en el que se expresaba:
“Acabamos de saber con asombro, por cartas que hemos recibido por
el correo del Sur, que el general Antonio José de Sucre ha salido de
Bogotá... Las Cartas del Sur aseguran también que ya este general
marchaba sobre la provincia de Pasto para atacarla; pero el valeroso
general José María Obando, amigo y sostenedor firme del Gobierno y
de la libertad, corría igualmente al encuentro de aquel caudillo y en
auxilio de los invencibles pastusos. Puede que Obando haga con Sucre
lo que no hicimos con Bolívar...”

De lo anterior, se deduce que el asesinato del Mariscal Sucre fue


planificado y ejecutado en las Montañas de Berruecos - Arboleda
Estatua de Sucre en la localidad
(Nariño) cerca de San Juan de Pasto. En el lugar del crimen
bogotana de Chapinero, obra de
Raoul Verlet.
permaneció su cadáver por más de 24 horas hasta que los pobladores
de las localidades cercanas le dieron sepultura. Si el Mariscal Sucre se
hubiese ido por Buenaventura, allí lo esperaba el general Pedro Murgueitio para darle muerte; si optaba por
la vía de Panamá lo acechaba el general Tomás Herrera, y desde Neiva lo vigilaba el general José Hilario
López. El Libertador, Simón Bolívar, al saber del asesinato, expresó en una carta: “...Yo pienso que la mira
de este crimen ha sido privar a la patria de un sucesor mío...¡Santo Dios! ¡Se ha derramado la sangre de
Abel!... La bala cruel que le hirió el corazón, mató a Colombia (La Gran Colombia) y me quitó la vida".

Durante mucho tiempo se corrió la noticia de que fue el general Juan José Flores, compatriota y compañero
de gestas independentistas, quien había ideado el crimen, debido a la simpatía del pueblo quiteño al
Mariscal y la posibilidad de este, al radicarse en Quito con su esposa y su hija, de convertirse en el primer
presidente del Ecuador –como ocupó las presidencias de Bolivia y Perú–, cargo que ocupó Flores desde
1830. Simón Bolívar le escribió una carta a la viuda de Sucre agradeciéndole el ofrecimiento de conservar
la espada de su esposo, el 5 de noviembre de 1830. De esta manera, ella cumplió con una de las cláusulas
del testamento de Sucre; sin embargo Bolívar, en el suyo, ordenó que la espada del prócer le fuese devuelta
a ella. Los restos del Mariscal Sucre fueron llevados a Quito por su esposa y mantenidos en secreto en el
Palacio de El Deán, una propiedad familiar ubicada en el Valle de los Chillos, en las afueras de Quito. En
1832 y cumpliendo la voluntad de Sucre, que deseaba ser enterrado en la capital ecuatoriana, fueron
depositados en secreto en el Convento del Carmen Bajo.

En 1900, durante la presidencia del general Eloy Alfaro, fueron llevados a la Catedral Metropolitana de
Quito, donde ocupan una capilla. Una anciana religiosa, que había escuchado de sus antecesoras la historia,
relató al arzobispo de Quito, Federico González Suárez, que la Marquesa de Solanda visitaba siempre el
altar en donde fueron colocados los restos. Alertado el Gobierno de esto, solicitó a la Facultad de Ciencias
Médicas de la Universidad Central del Ecuador se nombre una junta médica forense la misma que
reconoció el esqueleto encontrado, y lo identificó por las heridas de bala en el cráneo y en brazo, producto
del crimen de Berruecos y la revuelta en Bolivia. Sin embargo no existe consenso respecto al paradero de
los restos del Gran Mariscal ya que a inicios del siglo XX, la primera mujer que ingresó a la Academia de
Historia de Venezuela, Lucila Luciani afirmó en su texto "Maravillosa historia de unos restos" la
imposibilidad de que los restos del gran mariscal Antonio José Sucre estuvieran en Ecuador y desglosó una
serie de argumentos para afirmar que los restos aún estarían en Colombia, aunque esto no pasa de ser
simples elucubraciones.

El catafalco que contiene los restos del Gran Mariscal, está hecho de andesita del volcán Pichincha, y el
mausoleo está decorado con alegorías de la Independencia, La Libertad y la Victoria. El Gobierno
venezolano donó una réplica de la espada del Libertador, que se encuentra en la pared del mausoleo.
Periódicamente, la Guardia de Granaderos de Tarqui, que custodia el cercano Palacio de Gobierno, rinde
honores a los héroes.

En su honor fue bautizada la capital de Bolivia, el estado donde


nació y varios municipios en Venezuela, un departamento de
Colombia, el aeropuerto internacional y varios barrios de la ciudad
de Quito y la moneda antigua del Ecuador. La Escuela Militar de
Ingeniería de Bolivia, que forma ingenieros civiles y militares a
nivel universitario, porta su nombre igualmente.

Última carta a Bolívar


Tumba del Mariscal Antonio José de
El día 8 de mayo de 1830, el Mariscal Sucre envió desde Bogotá a
Sucre en la Catedral Metropolitana
Simón Bolívar, una misiva con este texto:
de Quito

Cuando he ido a casa de Ud. para acompañarlo, ya se había


marchado. Acaso es esto un bien, pues me ha evitado el
dolor de la más penosa despedida. No son palabras las que
pueden fácilmente explicar los sentimientos de mi alma
respecto a Ud.; Ud. los conoce, pues me conoce mucho
tiempo y sabe que no es su poder, sino su amistad la que me
ha inspirado el más tierno afecto a su persona. Lo
conservaré, cualquiera que sea la suerte que nos quepa, y me
lisonjeo que Ud. me conservará siempre el aprecio que me
ha dispensado. Sabré en todas circunstancias merecerlo.
Adiós, mi general, reciba Ud. por gaje de mi amistad las
lágrimas que en este momento me hace verter la ausencia de
Ud. Sea Ud. feliz en todas partes y en todas partes cuente
con los servicios y con la gratitud de su más fiel y
apasionado amigo.
A.J. de Sucre

Varios años después, el investigador Jorge López Falcón encontró en la Biblioteca Nacional de Venezuela,
un documento manuscrito escrito en Bogotá el día 25 de mayo de 183033 ​ que es otra carta que, en
apariencia, dirigió a modo de despedida el Mariscal Sucre a Simón Bolívar, cuyo texto es el siguiente:

Bogotá, Mayo 25 de 1830

Mi querido Bolívar:

De pronto partir para Quito donde está el reposo tan deseado y al alejarme de todas
las luchas políticas, quiero antes avisarle mi adiós y mi eterno cariño. Dios bien sabe
cuánto hemos luchado por la libertad de todas estas tierras y cuán mal nos han
pagado. Sé que al alejarme no me guía ningún síntoma de cobardía y de traición,
sólo el gran amor y cariño a mi esposa e hija, las cuales hace mucho tiempo que no
abrazo, me obligan a ello y también para dejar el puesto a todos nuestros enemigos,
que con sus apetitos y sus falacias llevan la República al caos y a la ruina.

Allá, en el remanso de [palabra rota] da pu [palabra rota] la, en la belleza de mi [ilegible].


Sie[mpre roto] [ten]drá usted, noble y viejo amigo un puesto de honor, y [palabra rota] no de
quien lo quiere de veras.
A.J. de Sucre

Sin embargo, el historiador Tomás Straka llamó la atención sobre tres aspectos de esta misiva: en primer
lugar, la confianza con que Sucre trató a Simón Bolívar a quien siempre llamó "Su Excelencia"; en
segundo, el estilo de redacción inusual y en tercero, la propia fecha del documento ya que, de haber sido
escrito en la fecha declarada, no hubiera podido llegar el 4 de junio al sitio donde el prócer fue asesinado,
ya que solo se contaba con traslado a caballo, como único medio de transporte en esa época.
Sucesor:

Predecesor:
José María Pérez de
Simón Bolívar
Urdininea
Presidente de Bolivia
1825 - 1828

Predecesor: Sucesor:

José de la Riva Agüero


José Bernardo de Torre Tagle

Presidente de la República Presidente de la República


del Perú Jefe Supremo Militar del Perú
del Perú
1822 - 1823
Sucesor:

Predecesor: Gran Mariscal de Ayacucho


Mariana Carcelén de Guevara
Cargo creado 1825 - 1830
y Larrea55 ​

Véase también
Museo Gran Mariscal de Ayacucho

Referencias
7. «El Armisticio de Trujillo» (https://web.archi
1. «Sucre, Un militar de institución» (https://w ve.org/web/20080705193326/http://www.ef
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htm). Archivado desde el original (http://ww
ilustres.com.ve. 26 de mayo de 2007.
w.efemeridesvenezolanas.com/html/armisti
Archivado desde el original (http://www.ilus
cio.htm) el 5 de julio de 2008. Consultado
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2009. Consultado el 25 de noviembre de
2013. 8. «Biografía escrita por Simón Bolívar en
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Legado
Misión Sucre
Satélite Sucre (VRSS-2)

Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una galería multimedia sobre Antonio José de Sucre.
Antonio José de Sucre (http://iaiweb1.iai.spk-berlin.de/DB=1/SET=2/TTL=1/MAT=/NOMAT=
T/REL?PPN=398875871) en el catálogo del Instituto Ibero-Americano de Patrimonio
Cultural Prusiano.
Gran Mariscal de Ayacucho (https://web.archive.org/web/20061021011250/http://www.edos
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Los Restos del Mariscal Sucre (vídeo) (https://www.youtube.com/watch?v=sxIh_yVDZ8Q)

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