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Antonio José de Sucre

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Para otros usos, véase Sucre (desambiguación).

Antonio José de Sucre

2° Presidente de Bolivia

28 de diciembre de 1825-2 de agosto de 1828

Predecesor Simón Bolívar

Sucesor José María Pérez de Urdininea

Jefe Supremo Militar del Perú


7 de junio de 1823-17 de julio de 1823

Predecesor José de la Riva Agüero

Sucesor José Bernardo de Torre Tagle

Jefe Superior del Distrito del Sur de la Gran Colombia

1822-1823

Presidente Francisco de Paula Santander

Predecesor Cargo Creado


Melchor de Aymerich
(Jefe Político Superior de la Provincia de Quito)

Sucesor Vicente Aguirre

Rango 1
Gran Mariscal de Ayacucho

Rango 2
General en Jefe del Ejército Unido Libertador

Rango 3
Comandante del Ejército del Sur

Información personal

Nombre Antonio José Francisco de Sucre y Alcalá Pardo


completo Sánchez
Nacimiento 3 de febrero de 1795
, Cumaná, Venezuela, Imperio español

Fallecimiento 4 de junio de 1830 (35 años)


, Montaña de Berruecos, Gran Colombia

Causa de
Herida por arma de fuego 
muerte

Sepultura Catedral Metropolitana de Quito 

Nacionalidad Venezolana

Familia

Cónyuge Mariana Carcelén y Larrea, marquesa de Solanda

Hijos Simona Sucre Bravo (1822-¿?)


José María Sucre Cortés (1826-1882)
Pedro César de Sucre Rojas (1828-¿?)
María Teresa Sucre y Carcelén de
Guevara (1829-1831)

Información profesional

Ocupación Militar, ingeniero, político, diplomático, estadista

Rango militar Mariscal 

Distinciones Orden del Sol del Perú 

Firma

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Antonio José Francisco de Sucre y Alcalá (Cumaná, 3 de febrero de 1795-


Berruecos, 4 de junio de 1830), también conocido como Gran Mariscal de
Ayacucho, fue un político, mariscal y militar venezolano, prócer de
la emancipación hispanoamericana y principal héroe de la actual República del
Ecuador, así como un diplomático y estadista, presidente de Bolivia, gobernador
del Perú, General en Jefe del Ejército de la Gran Colombia, Comandante del
Ejército del Sur y Gran Mariscal de Ayacucho. 12345
Índice

 1Primeros años de Sucre


 2El Armisticio de Santa Ana
 3Emancipación de Ecuador, Perú y Bolivia
 4Campaña del Ecuador
 5La batalla del Pichincha
o 5.1La Capitulación de Pichincha
o 5.2Perú solicita ayuda a la Gran Colombia
 6Navidad negra. Masacre de civiles en Pasto
 7La batalla de Junín
o 7.1Sucre, Jefe Militar Supremo
 8La batalla de Ayacucho
o 8.1La capitulación de Ayacucho
o 8.2Reconocimientos por la victoria de Ayacucho
 9El nacimiento de Bolivia
o 9.1Entrada del Mariscal Sucre a la Real Audiencia de Charcas
o 9.2Congreso de Chuquisaca
o 9.3Declaración de la Emancipación de Bolivia
 10Matrimonio y descendencia
 11Guerra de la Gran Colombia con Perú
 12La batalla de Tarqui
o 12.1El convenio de Girón y el tratado de Guayaquil
 13La Gran Colombia
 14Últimos días
o 14.1Última carta a Bolívar
 15Véase también
 16Referencias
 17Bibliografía
 18Legado
 19Enlaces externos

Primeros años de Sucre[editar]


Artículo principal: Familia Sucre
Antonio José Francisco de Sucre y Alcalá nació el 3 de febrero de 1795 en
Cumaná, Capitanía General de Venezuela en ese entonces, de una familia cuyos
ascendientes son originarios de Bélgica y España. Fue hijo de Vicente de Sucre
Pardo y García de Urbaneja, militar y político español y María Manuela Alcalá y
Sánchez. Perdió a su padre y a su madre a los siete años de edad. Aún
adolescente fue enviado a Caracas al cuidado de su padrino, el arcediano de la
catedral, presbítero Antonio Patricio de Alcalá, para iniciar estudios de ingeniería
militar en la Escuela de José Mires. En 1809, con su hermano Pedro y otros
jóvenes, integró como cadete la compañía de Húsares Nobles de Fernando VII,
en Cumaná, unidad organizada por Juan Manuel Cajigal y Niño, gobernador de
la provincia de Nueva Andalucía.
Escudo de armas de la familia Sucre.

En 1810, la Junta de Gobierno de Cumaná le confiere el empleo de subteniente de


milicias regladas de infantería. Este grado fue ratificado por la Junta Suprema de
Caracas el 6 de agosto de ese mismo año. En 1811 desempeña en Margarita el
cargo de comandante de ingenieros. El 31 de julio de ese año recibió el despacho
de teniente. En 1812 se halla en Barcelona, en calidad de comandante de la
artillería. Allí, el 3 de julio del citado año, junto con otros ciudadanos notables,
firmó el acta de la junta de guerra que se reunió aquel día para resolver lo
conducente a la seguridad de la República, a raíz de los acontecimientos en
Caracas (ofensiva de Domingo de Monteverde) y la ocupación de Cúpira por un
grupo de partidarios de Fernando VII.
Tras la capitulación del general Francisco de Miranda, Sucre, amnistiado por
Monteverde regresó a Cumaná, donde el nuevo gobernador realista Emeterio
Ureña le extendió pasaporte para que se trasladase a Trinidad; pero no consta
que hiciera uso de dicho documento. En 1813, bajo las órdenes del
general Santiago Mariño, integra el grupo de republicanos conocido como
los libertadores de oriente y participa en las operaciones para la liberación de
aquella parte de Venezuela. Como edecán del general Mariño, en 1814, asiste a la
conjunción de las fuerzas de oriente con las de occidente en los valles de Aragua.
Ese año, su hermano Pedro fue fusilado en La Victoria por los realistas; y víctimas
de José Tomás Boves mueren en Cumaná sus hermanos Vicente y Magdalena.
No menos de 14 parientes inmediatos perecerán en la Guerra de Independencia.
En 1815, tras combatir bajo las órdenes del general José Francisco Bermúdez en
Maturín, pasa a Margarita y escapando del general Pablo Morillo, sigue a las
Antillas y Cartagena. En esta plaza, con Lino de Pombo de jefe inmediato, dirige
los trabajos de fortificación para la defensa de la ciudad contra el asedio realista
de Pablo Morillo. En diciembre está en Haití. Cuando regresaba después a
Venezuela naufraga en el golfo de Paria. En 1816, Mariño lo nombra jefe de su
Estado Mayor y lo asciende a coronel. Este mismo jefe lo designa en 1817
comandante de la provincia de Cumaná. Ese año, después del Congreso de
Cariaco (8 de mayo) desconoce la actuación de dicho cuerpo colegiado y la
autoridad de Mariño y se traslada a Guayana, donde se pone bajo las órdenes
de Simón Bolívar. El 17 de septiembre de ese mismo año recibió de Bolívar la
designación de gobernador de la Antigua Guayana y comandante general del Bajo
Orinoco, y también el encargo de organizar un batallón con el nombre Orinoco.
Empezaba su carrera de gobierno en la cual desempeñaría todos los cargos de la
Administración civil hasta presidente de la República en Bolivia. El 7 de octubre de
1817 recibió el nombramiento de jefe de Estado Mayor de la división de la
provincia de Cumaná, bajo las órdenes del general Bermúdez, nombrado
comandante de la citada gran unidad. Estos nombramientos tenían, además, la
finalidad de reducir la disidencia que reinaba en Cumaná. «El general Bermúdez y
Vd. van a hacer cosas grandes en Cumaná y quizás algún día serán llamados los
salvadores de su país», dijo Bolívar a Sucre en aquella ocasión. En agosto de
1819 fue ascendido a general de brigada por el vicepresidente de Venezuela,
Francisco Antonio Zea; grado que será ratificado por Bolívar el 16 de febrero de
1820. Viaja a las Antillas comisionado para adquirir material de guerra; misión que
cumple con éxito. Ese mismo año desempeña, interinamente, la cartera de Guerra
y Marina y es jefe titular del Estado.

El Armisticio de Santa Ana[editar]


Archivo:Monumento al Mariscal Antonio José de Sucre.jpg
Monumento de Mariscal Sucre ubicado en la Av. 6 de Agosto de Cochabamba en Bolivia

Tras la liberación de la Nueva Granada y creada la República de Colombia,


Bolívar firma con el general español Pablo Morillo, el 26 de noviembre de 1820,
un Armisticio, así como un Tratado de Regularización de la Guerra. Sucre redactó
este Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra, considerado por Bolívar
como "el más bello monumento de la piedad aplicada a la guerra". La importancia
de los documentos redactados por Sucre, en lo que significó su primera actuación
diplomática, fue la paralización temporal de las luchas entre los patriotas y los
realistas, y el fin de la guerra a muerte iniciada en 1813. El Armisticio de Santa
Ana le permitió ganar tiempo a Bolívar para preparar la estrategia de la Batalla de
Carabobo, que aseguró la independencia venezolana. El documento, marcó un
hito en derecho internacional, pues Sucre, fijó mundialmente el trato humanitario
que desde entonces empezaron a recibir los vencidos por los vencedores en una
guerra.6 De esta forma se convirtió en pionero de los derechos humanos. Fue de
tal magnitud la proyección del tratado que Bolívar en una de sus cartas
escribió: "este tratado es digno del alma de Sucre. El Tratado de Armisticio tenía
por objeto suspender las hostilidades para facilitar las conversaciones entre los
dos bandos, con miras a concertar la paz definitiva". El Armisticio se firmó por seis
meses y obligaba a ambos ejércitos a permanecer en las posiciones que
ocupaban en el momento de su firma "...Por el cual desde ahora en adelante se
hará la guerra entre España y Colombia como la hacen los pueblos civilizados".7

Emancipación de Ecuador, Perú y Bolivia[editar]


Pampa de la Quinua.

Comenzó entonces la campaña de liberación de Ecuador, que tuvo su culminación


en la batalla de Pichincha librada el 24 de mayo de 1822. Con esta victoria de
Sucre se consolidó la independencia de la Gran Colombia, se consumó la de
Ecuador y quedó el camino listo para la batalla contra las últimas fuerzas realistas
que quedaban en el Perú. Tras una reunión en Guayaquil entre Simón Bolívar y
San Martín, este último cede parte de su ejército al primero, y se retira
definitivamente de las batallas de la emancipación hispanoamericana. Así, Sucre
llegó y entró en Lima en 1823, precediendo a Bolívar. El 1 de diciembre de 1823
llegó a Yungay, estableciéndose en él por ser el punto céntrico del
acantonamiento. Acomodó en sus inmediaciones a los batallones "Voltígeros de la
Guardia" y "Pichincha" a los que la población avitualló y pertrechó hasta ponerlos
en condiciones de marchar el 25 de febrero hacia Huánuco. Participó junto
a Bolívar el 6 de agosto de 1824 en la batalla de Junín y, el 9 de diciembre del
mismo año, venció al virrey José de la Serna en Ayacucho, acción que significó el
fin del dominio español en el continente sudamericano. El Parlamento peruano lo
nombró Gran Mariscal y General en Jefe de los Ejércitos.8
Al frente de estos se marchó al Alto Perú, donde, junto a los líderes libertarios,
fundó la República de Bolívar (después denominada República de Bolivia) en
homenaje al Libertador, a quien encargó la redacción de su Constitución, la cual
fue promulgada en 1826 bajo la premisa de ser "la Constitución más liberal del
mundo." Al frente del Gobierno boliviano, Sucre promulgó leyes progresistas;
ejecutó la división política del país de acuerdo a la Constitución propuesta por
Simón Bolívar; impulsó la instrucción pública; organizó el aparato administrativo; y,
encaminó ambiciosos programas para la recuperación económica. El 18 de
abril de 1828, estalló un motín en Chuquisaca.9 El Mariscal Sucre fue herido de
dos balazos. Este incidente ocasionó que el Mariscal tomara la decisión de
abandonar el cargo de Presidente de Bolivia para evitar rencillas y contribuir a la
pacificación de la República. La Asamblea local lo nombró presidente vitalicio,
pero dimitió en 1828 a raíz de los motines y la presión de los peruanos opuestos a
la independencia boliviana. Se retiró entonces a Ecuador acompañado de su hija
María Teresa y de su esposa, Mariana Carcelén de Guevara y Larrea, Marquesa
de Solanda y de Villarocha.

Campaña del Ecuador[editar]


El 11 de enero de 1821, en Bogotá, Sucre fue nombrado por Bolívar comandante
del Ejército del Sur, en reemplazo del general Manuel Valdés; era la fuerza que,
desde 1820, operaba en Popayán y Pasto. Sucre no recibió el cargo porque las
razones de índole estratégica y política hicieron que Bolívar anulase tal
designación y le diese comisión para marchar a Guayaquil, donde reemplazaría al
general José Mires y asumiría la misión que se le había encomendado: la de hacer
que dicha provincia (la cual se había independizado de los españoles en octubre
de 1820) se incorporase a la República de la Gran Colombia y tomar el mando de
las tropas que hubiese en Guayaquil, como pasos previos para la liberación
de Quito, que era el propósito principal de las operaciones que se ejecutasen. El 6
de abril llegó Sucre a Guayaquil y al presentarse ante la Junta de Gobierno,
expuso la razón de su presencia allí y de la idea de una unión de la provincia con
Colombia. El 15 del mismo mes fue celebrado un tratado entre Sucre (por
Colombia) y José Joaquín de Olmedo, Francisco Roca y Rafael Jimena, miembros
de la Junta. El tratado estipulaba que Guayaquil mantendría su soberanía, pero
bajo la protección de Colombia. En aquella oportunidad Sucre quedó facultado
para abrir la campaña contra los realistas, y con tal motivo, Guayaquil le ofreció
todos los recursos disponibles para liberar a Quito. El 19 de agosto de 1821 se da
la batalla de Yaguachi (o de Cone) entre tropas independentistas guayaquileñas
de la División Protectora de Quito y refuerzos grancolombianos, liderados por
Sucre contra las tropas realistas del coronel Francisco González. Sucre vence a
los españoles y aseguró la independencia definitiva de la Provincia Libre de
Guayaquil.
Las tropas de Sucre tras haber vencido en Yaguachi avanzan hacia Quito, los
españoles al mando del mariscal de campo Melchor de Aymerich los seguían de
cerca y tomaron posiciones en un terreno llamado Huachi donde ya habían
derrotado a fuerzas guayaquileñas un año atrás. El 12 de septiembre de 1821, tras
un breve contacto entre ambas fuerzas, los realistas intentaron huir. El
general José Mires permitió a los batallones Albión y Guayaquil perseguir a los
realistas, pero estos fueron atacados por la caballería e infantería realista que dio
vuelta y cercó a los batallones patriotas. Con el ejército patriota en desorden y
Sucre herido, los patriotas se volvieron a Guayaquil, dejando en el campo de
batalla a muchos hombres y pertrechos. Los realistas detuvieron el avance hacia
Quito de los independentistas.

La batalla del Pichincha[editar]


Artículo principal: Batalla de Pichincha
La Batalla del Pichincha ocurrió el 24 de mayo de 1822, en las faldas del volcán
Pichincha, a más de 3000 metros sobre el nivel del mar, arriba de la ciudad
de Quito, en el Ecuador actual. El encuentro, que ocurrió en el contexto de
las Guerras de Independencia Hispanoamericana, enfrentó al ejército
independentista bajo el mando del General venezolano Antonio José de Sucre y al
realista, comandado por el Mariscal de Campo Melchor de Aymerich. La derrota
de las fuerzas realistas leales a España condujo a la liberación de Quito y aseguró
la independencia de las provincias que pertenecían a la Real Audiencia de Quito,
también conocida como la Presidencia de Quito, la jurisdicción administrativa
colonial española de la que eventualmente emergió la República del Ecuador.10 Al
amanecer, sin que Sucre lo supiera, los centinelas apostados cerca de Quito
avistaron a las tropas independentistas ascendiendo por las laderas del Pichincha.
Aymerich, entonces consciente de la intención de Sucre de flanquearlo mediante
el ascenso al volcán, ordenó a su ejército de 1894 hombres subir por la montaña
lo más pronto posible, para oponerse ahí a Sucre. 11
Al haberse encontrado en un campo de batalla tan improbable, los dos
comandantes no tuvieron otra opción más que enviar gradualmente sus tropas a la
batalla. Existía poco espacio para maniobrar en las empinadas laderas del
Pichincha, entre profundos barrancos y densos matorrales. Los hombres del Paya,
tras recuperarse de la conmoción inicial, se reposicionaron bajo el fuego enemigo,
esperando la llegada del batallón Trujillo. Sucre, que solo esperaba que los
españoles estuviesen más cansados que sus propias tropas, envió al
batallón Yaguachi, conformado por ecuatorianos. El batallón Alto Magdalena trató
de hacer un movimiento de flanqueo, pero sin éxito, pues el terreno no se lo
permitió. Pronto, los batallones Paya, Trujillo y Yaguachi, sufriendo muchas bajas
y con pocas municiones, comenzaron a replegarse. 12 Para entonces el destino de
la batalla para los Patriotas parecía depender del Albión, que transportaba las
municiones tan necesarias; sin embargo, se desconocía su paradero. A medida
que pasaba el tiempo, los Realistas parecían ganar el control de la batalla.
El Trujillo fue obligado a retroceder, mientras que el batallón peruano Piura huyó
antes de enfrentarse al enemigo. En medio de la desesperación, a los hombres de
reserva del batallón Paya se les ordenó cargar contra el enemigo con sus
bayonetas. Ambos bandos sufrieron grandes bajas, pero la situación se estabilizó
más o menos para los Patriotas. A pesar de esto, Aymerich, como parte de su
estrategia, durante el ascenso al Pichincha separó de su fuerza principal al
batallón Aragón, ordenándole avanzar hasta la cúspide del volcán, para así luego
atacar a los Patriotas por la retaguardia, rompiendo sus líneas en el momento
adecuado.13 El Aragón era el mejor batallón del ejército realista; estaba formado
por veteranos españoles que habían actuado tanto en la Guerra de la
Independencia Española como en otras batallas en América del Sur, y en ese
momento estaba más arriba de los Patriotas y listo para atacar. Afortunadamente
para los Patriotas, cuando el Aragón iba a cargar sobre la decaída línea Patriota,
el Albión les detuvo en seco, al entrar en la batalla de forma imprevista. Así,
el Albión consiguió avanzar a una posición más alta que la de los españoles.
Pronto se unió a la batalla el Magdalena, y el Aragón, tras sufrir fuertes bajas, se
deshizo. Entonces el Magdalena avanzó hasta la línea Patriota para reemplazar
al Paya, y cargó contra la línea Realista, que acabó por romperse". 14
Las consecuencias de la batalla fueron bastante significativas. El 25 de mayo de
1822 Sucre entró con su ejército en la ciudad de Quito, donde aceptó la rendición
de todas las tropas españolas establecidas en el territorio que el gobierno
de Colombia llamaba "Departamento de Quito", al considerarlo como parte integral
de la República de Colombia desde su creación el 17 de diciembre de 1819.
Cuando Sucre recapturó Cuenca el 21 de febrero, obtuvo de su Consejo local un
decreto en el cual se proclamaba la integración de su ciudad y provincia a
la República de Colombia. Entonces, con la rendición de Quito, que a su vez puso
fin a la resistencia Realista en la provincia norteña de Pasto, Bolívar pudo entrar
en la ciudad, cosa que finalmente hizo el 16 de junio de 1822. Entre el entusiasmo
general de la población, la antigua Provincia de Quito se incorporó a la República
de Colombia. Por su parte Guayaquil, que aún no había decido su futuro, con la
presencia tanto de Bolívar como del victorioso ejército Grancolombiano en su
territorio, proclamó la incorporación de Guayaquil a la Gran Colombia el 13 de
julio de 1822.15
La Capitulación de Pichincha[editar]

La capitulación de la batalla de Pichincha, óleo sobre lienzo de Antonio Salas.

A las doce del día bajo un sol resplandeciente, los soldados de la libertad en la
cima del Pichincha, a más de 3000 metros de altura, dieron el grito de victoria. La
victoria fue de Sucre, y se completó con la capitulación que la autoridad patriota
concedió al Mariscal Aymerich el 25 de mayo del mismo año. Con las operaciones
cuyas acciones finales se produjeron en las faldas del Pichincha y en la ciudad
de Quito, Sucre decidió a su favor la vacilante y delicada situación de Guayaquil;
dio libertad al territorio que conforma hoy la República de Ecuador, y facilitó su
incorporación a la Gran Colombia.16 El 18 de junio de ese año, Bolívar le asciende
a general de división y le nombra intendente del departamento de Quito. Al frente
de los destinos de Ecuador desarrolla una positiva obra de progreso: funda la
Corte de Justicia de Cuenca y en Quito el primer periódico republicano de la
época: "El Monitor". Instala en esa ciudad la Sociedad Económica. De su actividad
personal es buena prueba que, el 6 de septiembre de 1822 expidió y firmó en
Quito 52 comunicaciones. Interesado por la educación puede afirmar que halló en
Cuenca 7 escuelas y dejó 20.1718
Perú solicita ayuda a la Gran Colombia[editar]
Tras la retirada de José de San Martín, el Congreso Constituyente nombró como
presidente de la Junta de Gobierno al general José de La Mar. Este comprometió
buena parte del ejército en campañas ambiciosas que fracasaron en las batallas
de Tarata y Moquegua, dejando al gobierno peruano en una delicada condición
militar. Las derrotas militares y las pugnas políticas entre los patriotas peruanos
debilitaron las fuerzas independentistas peruanas. El gobierno de Riva Agüero fue
presionado por la opinión pública para que solicitara la intervención de Bolívar.
El Libertador, que se encontraba en Guayaquil vigilando los acontecimientos
en Perú, envió a las primeras solicitudes peruanas los 6000 hombres que ya tenía
preparados en Ecuador en dos expediciones sucesivas de 3000 hombres, con el
general Sucre al mando de las fuerzas y encargado de negociar con el Perú los
términos en que La Gran Colombia intervendría en la guerra.

Navidad negra. Masacre de civiles en Pasto[editar]


Durante la Campaña de Pasto, por orden de Simón Bolívar, la ciudad de Pasto fue
tomada por las tropas comandadas por Antonio José de Sucre el 24 de diciembre
de 1822. Durante tres días los soldados patriotas del batallón Rifles saquearon la
ciudad, destruyeron archivos públicos, libros parroquiales y asesinaron a más de
400 civiles hombres, mujeres, ancianos y niños, una cuarta parte de la población.
La masacre es conocida en Colombia como la Navidad Negra y recordada en
el Carnaval de Blancos y Negros”.1920

La batalla de Junín[editar]

Batalla de Junín, óleo sobre lienzo.

La batalla de Junín fue uno de los últimos enfrentamientos que sostuvieron


los ejércitos realistas e independentistas en el proceso de la independencia del
Perú. La batalla se desarrolló en la pampa de Junín en el
actual departamento de Junín, el 6 de agosto de 1824; la victoria de los
independentistas, aumentó la moral de las tropas independentistas. En 1824 los
realistas mantenían en su poder la sierra central y el Alto Perú (hoy Bolivia). Simón
Bolívar, Libertador y Presidente de la Gran Colombia continuó la guerra de
emancipación con el Perú. Bolívar tenía un ejército de 8000 hombres, equivalente
en número al realista, pero las fuerzas realistas estaban dispersas entre el valle
del Mantaro y Alto Perú. Esto fue debido a la sublevación en el Alto Perú
del General realista Olañeta que fracturó la defensa del virreinato y obligó
al virrey a mandar sobre el Alto Perú parte importante de sus ejércitos, unos 5000
regulares, bajo el mando de Jerónimo Valdez, que tenían su base en Puno.
Bolívar, conocedor de esta ventaja, aprovechó la oportunidad para aislar a las
solitarias fuerzas realistas situadas en el norte. En junio de 1824, Bolívar enfila su
ejército hacia la sierra central del Perú para enfrentarse con el general
realista José de Canterac.21
El Ejército Libertador contaba con 6000 grancolombianos y 4000 peruanos que
tenían rumbo hacia el sur del continente. En Junín, el 6 de agosto de 1824, chocan
ambos ejércitos. No se disparó un solo tiro. La lucha fue con espadas y lanzas.
Junín se convirtió en una gran victoria para el Libertador. Mientras las
tropas grancolombianas desembarcaban en el puerto de El Callao bajo el mando
del general Antonio José de Sucre, el general Andrés de Santa Cruz, que hasta
poco tiempo antes había luchado en las filas realistas,fue enviado a engrosar las
tropas de Sucre, iniciando su marcha hacia el Alto Perú. En agosto
de 1823 ingresó en la ciudad de La Paz, y forzado a librar combate, Santa Cruz
sale victorioso en la batalla de Zepita contra una división del general Valdez, el 25
de agosto de 1823.22
El panorama no podía ser más sombrío para los patriotas. La independencia del
Perú no estaba consolidada, ya que el 29 de febrero de 1824 los realistas lograron
ocupar nuevamente Lima. Pero esta vez, las conmociones políticas que vivía
España influyeron decididamente para el fraccionamiento de las tropas españolas
en América. El general Pedro Antonio Olañeta, absolutista recalcitrante, se rebeló
contra el virrey La Serna, que era de tendencia liberal y constitucionalista, porque
le atribuía a este el deseo de separarse de la monarquía para liberar a Perú del
absolutismo que quería imponer Olañeta. Bolívar, encontró a los realistas divididos
y organizó prontamente un ejército formado por colombianos. La batalla de Junín
del 6 de agosto de 1824 levantó la moral del ejército patriota y fue decisiva en la
siguiente batalla de Ayacucho. El general Sucre, que marchaba al frente de la
infantería, cuando llegó al campo de Junín, oyó los gritos de alegría por el triunfo.
Todo el enfrentamiento duró aproximadamente cuarenta y cinco minutos a una
altura de 4100 metros sobre el nivel del mar. El triunfo en la Pampa de Junín haría
renacer la moral entre el ejército unido, gracias a las lanzas de los llaneros
grancolombianos (Colombianos y Venezolanos), que brillaron en los
nevados Andes peruanos.23
"General Sucre... Diga usted Libertador... La oportunidad que yo esperaba se ha presentado. El general
español Pedro Olañeta y su ejército de cuatro mil hombres desconoce la autoridad del Virrey. Por
mucho tiempo Olañeta ha gobernado el alto Perú y resiente la autoridad de la Serna. Ya el Virrey no
tiene doce mil soldados, como tenía antes, sino apenas ocho mil, que luchan ahora contra los otros
cuatro. ¡Llegó la hora!." (Diálogo de Bolívar con Sucre antes de la Batalla).

Sucre, Jefe Militar Supremo[editar]


Al llegar la primera expedición Grancolombiana al puerto de El Callao, Santa Cruz
y Gamarra se encontraban en una ofensiva cerca de La Paz con casi todas las
fuerzas peruanas. Lima había sido dejada casi desguarnecida por el ejército
peruano, situación que aprovechó el Brigadier Canterac para organizar un ejército
de 8000 hombres en Jauja con el que marchó sobre la capital, entrando en Lima
el 18 de junio. El congreso nombró a Sucre general en jefe, quien contando el 18
de junio con solo 3700 hombres, evacuó la ciudad para El Callao. En los días
siguientes hubo varios encuentros entre las avanzadas de ambas fuerzas,
incluyendo un sangriento combate en el Carrizal y la Legua el 1 de julio. El 21 de
junio el congreso peruano proclamó a Sucre Jefe Supremo Militar.

La batalla de Ayacucho[editar]
Artículo principal: Batalla de Ayacucho
Batalla de Ayacucho, óleo sobre lienzo de Martín Tovar y Tovar.

La Batalla de Ayacucho fue el último gran enfrentamiento dentro de las


campañas terrestres de las Guerras de Independencia Hispanoamericana (1809-
1826). La batalla se desarrolló en la Pampa de la Quinua en el departamento
de Ayacucho, Perú, el 9 de diciembre de 1824. La victoria de los independentistas,
significó la desaparición del último virreinato que seguía en pie, el del Perú, y puso
fin al dominio colonial español en Sudamérica; se cerraba la Independencia del
Perú . Así finalizaban las batallas de la independencia del Perú, con una
capitulación militar que se transformaría años más tarde en tratado diplomático
firmado en París el 14 de agosto de 1879. Antes del inicio de la batalla, el general
Antonio José de Sucre arengaba a sus tropas:
"¡Soldados!, de los esfuerzos de hoy depende la suerte de América del Sur; otro día de gloria va a
coronar vuestra admirable constancia. ¡Soldados!: ¡Viva el Libertador! ¡Viva Bolívar, Salvador del Perú!."
Antonio José de Sucre

El dispositivo organizado por Canterac preveía que la división de vanguardia


rodease en solitario la agrupación enemiga cruzando el río Pampas para sujetarla,
mientras el resto del ejército realista descendía frontalmente desde el cerro
Condorcunca, abandonando sus posiciones defensivas. Sucre se dio cuenta
inmediatamente de la arriesgada maniobra, y con la división de Córdova acometió
directamente a la masa desorganizada de tropas realistas, que sin poder formarse
para la batalla descendían en hileras de las montañas. Los violentos choques de
las formaciones de línea empujaron a los dispersos tiradores de la división de
Villalobos, quienes arrastraron en su retirada a las masas de milicianos sin que
tampoco el grueso de la división de Monet ni la división de Reserva, que
permanecían en la montaña, tuvieran alguna oportunidad de participar en la
batalla. En el otro extremo, la segunda división de José de La Mar más la tercera
división de Jacinto Lara detuvieron juntas la acometida de los veteranos de la
división de vanguardia de Valdés. La batalla estaba ganada para los
independentistas, el ejército Real del Perú destruido, y el Virrey herido, fue hecho
prisionero. A la una de la tarde, la batalla de Ayacucho había terminado con el
rotundo triunfo del ejército de la libertad. El telón colonial había caído para siempre
en la pampa de la Quinua, escenario de uno de los momentos estelares de la
humanidad. Pero siguieron sucediéndose los duelos de cortesía y de humanidad".
Cuando el Virrey La Serna, herido y apresado entregó su espada, el General
Sucre la rechazó diciéndole: "Honor al vencido. Que continué en manos del
Valiente". Luego, los términos de la Capitulación no pudieron ser más generosos
ni caballerosos. Así se mostró que la nobleza y la hidalguía eran tan
sudamericanas como españolas.

Efigies de Sucre en el Panteón de los Próceres en Lima.

Bolívar convocaba desde Lima al Congreso de Panamá, el 7 de diciembre, para la


unidad de los nuevos países independientes. El proyecto fue ratificado únicamente
por la Gran Colombia. Cuatro años más tarde la Gran Colombia a causa de una
escasa visión institucional y del personalismo de Bolívar se desmembró siguiendo
el proceso desintegrador del movimiento independentista. A raíz de la victoria
de Ayacucho, en la que participaron 5.780 soldados, 24 el Mariscal Sucre entra
triunfante en el Cuzco y liberta después las provincias del Alto Perú. En 1825
convoca a los representantes de dichas provincias para reunirse en asamblea, y
con la aquiescencia de Bolívar ésta decide la creación de Bolivia. Es significativa
la obra cumplida por el mariscal Sucre en Bolivia, especialmente en la
organización de la Hacienda Pública y de la administración general. Se empeñó en
promover la libertad de los esclavos y el reparto de tierras a los indios, y sobre
todo en beneficio de la educación y la cultura. Ante el Congreso fue categórico al
declarar que: "Persuadido de que un pueblo no puede ser libre, si la sociedad que
lo compone no conoce sus deberes y sus derechos, he consagrado un cuidado
especial a la educación pública". En el transcurso de las 13 semanas que van del
3 de febrero al 5 de mayo de 1826, dio a Bolivia 13 decretos referentes a la
creación de colegios de ciencias y artes, más institutos para huérfanos y
huérfanas en todos los departamentos, y a establecer escuelas primarias en todos
los cantones de la República. La historia recoge la cuenta de su orgullo: "La
educación pública es lo que ha hecho más progresos. Los colegios quedan
establecidos y marchan bien en todas las capitales de los departamentos, donde
también se han abierto escuelas de enseñanza mutua que adelantan rápidamente.
En 1829 la República requiere sus servicios para mandar el ejército que debe
enfrentar la ofensiva peruana en el sur del Ecuador. Triunfa en la batalla del
Portete de Tarqui y ofrece a los vencidos una capitulación que es modelo de
generosa fraternidad americanista, fiel a su lema que "Nuestra justicia era la
misma antes y después de la batalla". Su hija Teresita, que vivirá solo 2 años,
nació el 10 de julio de 1829. En La Paz había nacido un hijo natural suyo y de
Rosalía Cortés, José María, el 13 de enero de 1826. La provincia de Cumaná,
permanente afecto lo escogió como su representante al Congreso. En camino
a Bogotá tiene conocimiento de la agitación separatista que José Antonio
Páez fomenta en Venezuela. En la difícil circunstancia de 1830, se destaca en el
quehacer político por su consecuencia hacia la persona y la obra de Bolívar.
El Congreso Admirable, reunido en Bogotá, lo elige su presidente en enero de ese
año; en febrero, el mismo cuerpo le encarga una misión conciliadora ante el
Gobierno de Venezuela que se reúne en Cúcuta.
La capitulación de Ayacucho[editar]

Capitulación de Ayacucho, óleo de Daniel Hernández.

Es el tratado firmado por el jefe de estado mayor José de Canterac y Sucre


después de la batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824. Sus principales
consecuencias fueron varias:

 1.º La Capitulación únicamente del Ejército bajo su


mando.
 2.º La permanencia Realista en el Callao.
 3.º Perú, nace a la vida independiente, con una deuda
económica a los países que contribuyeron
militarmente a su independencia.
"Don José Canterac, teniente general de los reales ejércitos de S. M. C.,
encargado del mando superior del Perú por haber sido herido y prisionero en la
batalla de este día el excelentísimo señor virrey don José de La Serna, habiendo
oído a los señores generales y jefes que se reunieron después que, el ejército
español, llenando en todos sentidos cuanto ha exigido la reputación de sus armas
en la sangrienta jornada de Ayacucho y en toda la guerra del Perú, ha tenido que
ceder el campo a las tropas independientes; y debiendo conciliar a un tiempo el
honor a los restos de estas fuerzas, con la disminución de los males del país, he
creído conveniente proponer y ajustar con el señor general de división de la
República de Colombia, Antonio José de Sucre, comandante en jefe del ejército
unido libertador del Perú". La Batalla de Ayacucho fue la última batalla del proceso
emancipador. Bajo las órdenes de Sucre combatió una efectiva representación de
la unidad continental en oficiales provenientes de Venezuela, Colombia,
Ecuador, Panamá, Argentina, Perú,
Bolivia, Paraguay, Chile, Uruguay, Guatemala y México; además de otros
procedentes de distintas naciones de Europa.
Reconocimientos por la victoria de Ayacucho[editar]

El panteón de los héroes, óleo de Arturo Michelena.

Bolívar, quien redactó y publicó en 1825 su "Resumen Sucinto de la Vida del


General Sucre", único trabajo en su género realizado por el Padre de la Patria, no
escatimó elogios ante la hazaña culminante de su fiel lugarteniente:
"La batalla de Ayacucho es la cumbre de la gloria americana, y la obra del general Sucre. La disposición
de ella ha sido perfecta, y su ejecución divina". Las generaciones venideras esperan la victoria de
Ayacucho para bendecirla y contemplarla sentada en el trono de la libertad, dictando a los americanos el
ejercicio de sus derechos, y el imperio sagrado de la naturaleza".
"Usted está llamado a los más altos destinos, y yo preveo que usted es el rival de mi Gloria".
"El Congreso de Colombia hizo entonces a Sucre General en Jefe, y el Congreso de Perú le dio el grado
de Gran Mariscal de Ayacucho".

El nacimiento de Bolivia[editar]
Entrada del Mariscal Sucre a la Real Audiencia de Charcas[editar]
Vista del Palacio de Congresos de Bolivia.

Luego del triunfo de Ayacucho, y siguiendo precisas instrucciones de Bolívar, el


general Sucre entró en territorio boliviano el 25 de febrero de 1825. 25Su papel se
limitó a dar visos de legalidad a un proceso que los mismos bolivianos ya habían
puesto en marcha. El general Olañeta permaneció en Potosí, en donde recibió al
batallón "Unión" procedente de Puno al mando del coronel José María Valdez,
convocó a un Consejo de Guerra que acordó continuar la resistencia. Olañeta
distribuyó sus tropas entre la fortaleza de Cotagaita con el batallón "Chichas" al
mando de Medinacelli, Valdez con el "Unión" fue enviado a Chuquisaca y él
marchó a Vitichi, con 60 000 pesos de oro de la Casa de la Moneda de Potosí.
En Cochabamba se sublevó, con el Primer Batallón "Fernando VII" el coronel José
Martínez; seguido en Vallegrande, por el Segundo Batallón "Fernando VII",
deponiendo al brigadier Francisco Aguilera el 12 de febrero. El coronel José
Manuel Mercado ocupó Santa Cruz el 14 de febrero, Chayanta quedó en manos
del teniente coronel Pedro Arraya, con los escuadrones "Santa Victoria" y
"Dragones Americanos" y en Chuquisaca el batallón "Dragones de la Frontera" del
coronel Francisco López se pronunció por los independentistas el 22 de febrero.
El coronel Medinacelli con trescientos soldados se sublevó en contra de Olañeta y
el 2 de abril de 1825 se enfrentaron en la Batalla del Tumusla que culminó con la
muerte de Olañeta. El 7 de abril, el general José María Valdez se rindió en
Chequelte, ante el general Urdininea, poniendo fin a la guerra en el Alto Perú.2627
Congreso de Chuquisaca[editar]
Fachada de la Casa de la Libertad en (Sucre), donde se reunió 1825, la asamblea de diputados de las
cinco provincias altoperuanas convocadas por el mariscal Antonio José de Sucre, para deliberar sobre el
destino del Alto Perú.

El 9 de febrero de 1825, el mariscal Antonio José de Sucre y Casimiro Olañeta,


abogado de Chuquisaca y sobrino del mencionado general, convocaron a todas
las provincias altoperuanas para reunirse en un congreso que debía decidir el
destino de la nación.28
Abascal como resultado de la revolución del 25 de mayo de 1809 en Chuquisaca,
o sostener con decisión la independencia absoluta del Alto Perú, no solo con
relación a España, sino también con referencia al Provincias Unidas del Río de la
Plata y al Perú. Tanto como el gobierno de Buenos Aires y el Perú admitían esta
tercera alternativa, en cambio, Bolívar, si bien no desautorizó públicamente a
Sucre le reprochó en carta privada esta iniciativa, pues entendía que alentar en
ese momento un acto de soberanía de esa naturaleza, conspiraba contra los
intereses de la Gran Colombia, ya que el territorio de la Real Audiencia de
Quito podría pretender el mismo trato que la de Charcas. El Congreso General
Constituyente de Buenos Aires, por decreto de 9 de mayo de 1825, declaró que
"aunque las cuatro provincias del Alto Perú, han pertenecido siempre a este
Estado, es la voluntad del congreso general constituyente, que ellas queden en
plena libertad para disponer de su suerte, según crean convenir a sus intereses y
a su felicidad", despejando el camino a la independencia altoperuana.
Declaración de la Emancipación de Bolivia[editar]

Acta de la Independencia de Bolivia en la Casa de la Libertad, Sucre.

Convocada nuevamente la Asamblea Deliberante en Chuquisaca por el Mariscal


Sucre, el 9 de julio de 1825, y concluida se determinó la completa independencia
del Alto Perú, bajo la forma republicana, por soberana de sus hijos. Finalmente, el
presidente de la Asamblea José Mariano Serrano, junto a una comisión, redactó
el "Acta de la Independencia" que lleva fecha del 6 de agosto de 1825, en honor a
la Batalla de Junín ganada por Simón Bolívar.29 La independencia fue declarada
por 7 representantes de Charcas, 14 de Potosí, 12 por La Paz, 13
por Cochabamba y 2 por Santa Cruz. El acta de independencia, redactada por el
presidente del Congreso, José Mariano Serrano, en su parte expositiva dice en
tono vibrante:
El mundo sabe que el Alto Perú ha sido en el continente de América, el ara donde vertió la primera
sangre de los libres y la tierra donde existe la tumba del último de los tiranos. Los departamentos del
Alto Perú, añade en su parte resolutiva, protestan a la faz de la tierra entera, que sus resolución
irrevocable es gobernarse por sí mismos.30

El Mariscal Sucre es el redentor de los hijos del Sol.

Mediante un decreto se determinó que el nuevo estado llevaría el nombre de


"Bolívar", en homenaje al Libertador, quien a la vez fue designado "Padre de la
República y Jefe Supremo del Estado" y su capital Sucre en honor
al Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre. Bolívar agradeció estos honores,
pero declinó la aceptación de la Presidencia de la República, para cuyo cargo
designó al Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre. Pasado un tiempo se
volvió a debatir el nombre de la joven nación, y un diputado potosino
llamado Manuel Martín Cruz, dijo que al igual que Rómulo viene
Roma de Bolívar vendrá Bolivia.
"Si de Rómulo, Roma; de Bolívar, Bolivia".

Bolívar al enterarse de esta noticia se sintió halagado con la joven nación. Bolívar
hasta ese momento no aceptaba de buen grado la independencia de Bolivia,
debido a que le preocupaba su futuro, debido a que la situación geográfica
de Bolivia la sitúa en el centro América del Sur, y esto según Bolívar supondría
que sería una nación acosada y que afrontaría futuras guerras, cuestiones que
curiosamente se cumplieron. Bolívar deseaba que Bolivia formara parte de otra
nación preferentemente Perú, pero lo que le convenció profundamente fue la
actitud de las masas populares. El 18 de agosto, a su llegada a La Paz hubo una
manifestación de regocijo popular. La misma escena se repitió cuando el
Libertador llegó a Oruro, después a Potosí y finalmente a Chuquisaca. Esta
expresión tan ferviente de la población, conmovió a Bolívar, quien llamó su "Hija
Predilecta" a la nueva Nación.
Bolivia obtuvo su primera Constitución Política en 1826, la cual organizó las
instituciones estatales y adoptó como sistema administrativo el modelo de los
Departamentos en enero de 1826, que en ese tiempo eran solo cinco, Sucre
trabajó afanosamente en el gobierno hasta en 1828, cuando por descontentos por
parte de la población atentaron contra su vida con móviles mezcla de
desavenencias ideológicas y administrativas en las que pudieron estar
involucrados algunos ilustres como Olañeta y Lemoine. El atentado fue fallido,
pero dejó al Mariscal herido en un brazo y convencido de que más valía
marcharse y al carácter vitalicio de la presidencia que ejercía, además se presentó
el 1° de mayo de 1828 la invasión de tropas peruanas en Bolivia que exigían el
retiro de oficiales y funcionarios grancolombianos del gobierno boliviano,
considerando retirar el gobierno que estaba basada en leyes de la constitución
vitalicia de 1826, la cual también se impuso en Perú donde reemplazada días
después. El 6 de julio de 1828 se logró el tratado de piquiza mediante el cual
Sucre se mantenía como presidente hasta agosto de 1828 y podría dirigirse al
actual Ecuador, cuando se marchaba de la capital fue abucheado por la población,
incidente en el cual, se cuenta, la Coronel Juana Azurduy de Padilla escupió en la
cara a uno de los conspiradores, Casimiro Olañeta, para significar su disgusto con
el trato que le daban.

Matrimonio y descendencia[editar]

El mariscal Sucre y su esposa, la marquesa quiteña Mariana Carcelén de Guevara.

En carta que dirigió el 11 de octubre de 1825 a su amigo, el coronel Vicente


Aguirre, el Mariscal Sucre le solicitó que hiciera recoger y educar a la niña Simona
de Sucre Bravo, nacida el 16 de abril de 1822, quien era hija de Tomasa Bravo,
una pareja sentimental de Sucre, quien había muerto en esa época y del propio
Mariscal, según afirmaba la madre. Los gastos de crianza y educación de Simona
correrían por cuenta del prócer. No se supo más del destino posterior de esta hija
de Sucre. 31También el prócer mantuvo una relación sentimental con Rosalía
Cortés Silva, de la cual nació en La Paz el 15 de enero de 1826 su primer hijo,
José María Sucre Cortés. 32
El 20 de abril de 1828, pocos días después del incidente que casi acaba con su
vida en Bolivia, el Mariscal se casó por poder con la quiteña Mariana Carcelén de
Guevara y Larrea, marquesa de Solanda y Villarocha.33 La ceremonia se llevó a
cabo en la iglesia de El Sagrario de la ciudad de Quito, siendo Sucre representado
por su amigo el coronel Vicente Aguirre, mientras que los padrinos de la boda
fueron los marqueses de San José: Manuel de Larrea y Jijón y su esposa Rosa de
Carrión y Velasco, que resultaban además tíos maternos de la novia. 33Ese mismo
año, el 7 de junio, en Chuquisaca, nació Pedro Ceśar de Sucre y Rojas, fruto de
otra relación de Sucre con María Manuela Rojas. 32
El primer encuentro de la pareja ya como matrimonio se dio el domingo 28 de
septiembre en la Hacienda Chisinche, propiedad rural de la Marquesa cerca
de Machachi, al sur de la capital, y que a futuro se convertiría en una de las
favoritas del Gran Mariscal.34 Al día siguiente se dirigieron a la ciudad de Quito, en
donde Sucre había adquirido previamente la Mansión Carcelén, que había
pertenecido a su difunto suegro y a la que había ordenado varias refacciones. 34
Desde entonces la cotidianidad de la pareja transcurrió entre la mansión de Quito
y las estadías temporales en el Palacio de El Deán, en medio de un ambiente
apacible y al margen de las intrigas políticas.35
El 10 de junio nació la única hija de la pareja, bautizada al día siguiente en
la iglesia de El Sagrario con el nombre de Teresa en honor a sus dos abuelas, los
padrinos de la pequeña fueron el general Juan José Flores y su esposa Mercedes
Jijón de Vivanco, esta última resultaba además prima segunda de Mariana
Carcelén.36 En una misiva posterior, Simón Bolívar le expresó su descontento a
Sucre por no haberlo escogido a él como padrino, por lo que se disculpó alegando
que se trataba de una promesa previa que le había hecho a Flores en el campo de
batalla de Tarqui.36 Lamentablemente la niña no alcanzaría la edad adulta, pues
dos años y medio más tarde, ya cuando Sucre había fallecido, la niña murió de
afecciones estomacales, una causa común entre los niños de la época, aunque
existen versiones en las que se culpa directamente de la muerte de la niña al
General Isidoro Barriga (segundo esposo de la Marquesa posterior al fallecimiento
del Mariscal Sucre) quien jugando un día con ella, la habría lanzado desde el
primer piso de la casa ubicada en el hoy Centro Histórico de Quito (Mansión
Carcelén) , muriendo ella de un traumatismo craneal, aunque esta versión ha sido
desmentida por miembros de la familia Carcelén, siempre quedaron dudas del
comportamiento de Barriga posterior a la muerte de Sucre visitando
continuamente a su viuda, algo muy mal visto por la sociedad de la época y por el
hecho de que al morir Teresa Sucre la fortuna de la Marquesa quedaría en manos
de él y sus descendientes.3738

Guerra de la Gran Colombia con Perú[editar]


Véase también: Intervención peruana en Bolivia de 1828
La guerra grancolombo-peruana (1828–1829) fue un conflicto armado que
enfrentó a la República de Gran Colombia contra la República del Perú por el
dominio de Quito (hoy Ecuador) y otras zonas reclamadas por Perú. Se inició con
la intervención peruana de Bolivia y culminó con la batalla del Portete de Tarqui y
el Tratado de Guayaquil.39 Las relaciones con el Perú habían sido tirantes desde
principios de 1827 cuando una revuelta en Lima derrocó al régimen establecido allí
por Simón Bolívar antes de su regreso a casa.40
Tras la independencia definitiva del Perú, el país estaba en buena parte bajo el
protectorado de la Gran Colombia por órdenes de Simón Bolívar, que controlaba
estrechamente sus asuntos. Además, todavía estaba acantonada en Lima la 3ª
División del ejército grancolombiano que había colaborado en la
independencia. Bolívar hubo de abandonar el Perú en 1826, para intentar
solucionar los graves problemas que se planteaban en la Gran Colombia.41 Este
hecho fue aprovechado por destacados miembros del gobierno y el ejército
peruano para liberarse de la influencia colombiana, y poder incluir dentro del
territorio nacional a la nueva República de Bolivia (el antiguo Alto Perú), así como
el departamento colombiano de Azuay (correspondiente a la actual parte
meridional del Ecuador, con capital en Cuenca), y la ciudad de Guayaquil, donde
una parte influyente de la burguesía apoyaba su incorporación al Perú. En junio
de 1827 las elecciones legislativas proclamaron presidente del Perú al
general José de La Mar.42

Monumento a Antonio José de Sucre en el Panteón Nacional de Venezuela.

Mientras tanto, Simón Bolívar estaba convencido de que el Perú estaba dispuesto


a promover problemas, con el preciso objetivo de anexarse la República
de Bolivia, Guayaquil y posiblemente, más territorio grancolombiano. Existían
también desacuerdos concretos en cuanto a cuestiones fronterizas entre los dos
países, el pago de 7 595 747 pesos, como deuda por la guerra de la
emancipación, y la disputa por los territorios colombianos de Tumbes, Jaén y
Maynas. Las negociaciones diplomáticas con Bolívar fracasaron, y el 3 de julio
de 1828 la Gran Colombia le declaró la guerra al Perú. El 28 de
noviembre de 1828 La Mar penetró en territorio grancolombiano y ocupó gran
parte del departamento de Azuay, La Mar ocupó también Guayaquil, evacuada por
el almirante general grancolombiano Juan Illingworth Hunt a la espera de
refuerzos.43 Tras el bloqueo de Guayaquil, el Perú había ganado la guerra en el
mar.44
Ante la situación, el mariscal Sucre, entonces ya de vuelta a Quito tras renunciar a
la presidencia boliviana, concentró el ejército del sur de la Gran Colombia cerca de
Cuenca para presionar a las tropas peruanas, que había sido ocupada el 10 de
febrero de 1829. Después de un breve encuentro cerca de la población
de Saraguro, donde la vanguardia grancolombiana derrotó a un destacamento
peruano, el 27 de febrero tuvo lugar el encuentro principal entre los dos ejércitos.
Al ejército peruano lo integraban 5000 soldados 45 y al grancolombiano, 4200.46
La batalla de Tarqui[editar]
La batalla del Portete de Tarqui se libró el 27 de febrero de 1829 en el llamado
Portete de Tarqui, a pocos kilómetros de Cuenca, entre tropas de la Gran
Colombia, comandadas por Antonio José de Sucre, y tropas peruanas
comandadas por José de La Mar. El combate duró media hora, donde el ejército
colombiano batió a las fuerzas peruanas.47 La victoria grancolombiana se debió en
buena parte al enfrentamiento por separado contra cada batallón del ejército
peruano, que en ningún momento actuó de forma unitaria y dejó sus batallones
aislados los unos de los otros. El resultado de la batalla hizo que el general La Mar
dispusiera el repliegue del ejército hacia Girón.
Sucre, no satisfecho con este resultado, envía a un oficial de Estado Mayor, con el
objeto de negociar con La Mar, siendo aceptado por el presidente peruano y el 1
de marzo, en el campo de Girón, se firma el convenio de Girón que es ratificado
por los generales Flores y O'Leary, por parte de la Gran Colombia y Gamarra y
Orbegoso, por parte del Perú.48
El convenio de Girón y el tratado de Guayaquil[editar]
De acuerdo al convenio de Girón, las fuerzas peruanas se habrían de retirar de la
provincia del Azuay y abandonar todas las plazas ocupadas. Si bien las fuerzas
peruanas se retiraron La Mar se negó a entregar Guayaquil y, de hecho, se
preparaba para iniciar una nueva ofensiva. Sin embargo, la guerra acabó
inesperadamente con un golpe de estado por parte de Agustín Gamarra y otros
jefes peruanos en Lima que derrocó a La Mar. El nuevo gobierno cesó las
hostilidades y entregó Guayaquil el 20 de julio. El 22 de septiembre de 1829 se
firmó un tratado de paz en Guayaquil, donde se estableció:

 Se reconocen por límites los mismos que tenían antes


de su independencia los antiguos Virreinatos de
Nueva Granada y el Perú, con las variaciones que
juzguen convenientes acordar entre sí.
 Se debería nombrar una Comisión de dos personas
por cada República para que recorrieran, rectificaran y
fijasen la línea divisoria, trabajos que se debían iniciar
40 días más tarde de haber sido ratificado el tratado
por ambos países. El trazo de la línea comenzaría en
el río Tumbes.49
 El Perú pretendía apropiarse de Tumbes, Jaén y
Maynas, que eran indiscutidamente de la Gran
Colombia, la cual conservaba Guayaquil.50

La Gran Colombia[editar]
Mapa de la Gran Colombia. El Mariscal Sucre compartía la visión política de Bolívar y la unidad de la
América Hispana.

Después de que Sucre acudiera en ayuda de la Gran Colombia, marchó


a Bogotá en un momento en que el país se encontraba ya en proceso de
desintegración, fundamentalmente por movimientos separatistas como el de la
Cosiata en su natal Venezuela.51 En la reforma constitucional de 1830 en la Gran
Colombia, sus enemigos logran poner la norma que para ser presidente o
vicepresidente se debían tener 40 años (Sucre tenía 35). Y también es muy
probable que esto haya sido la causa de su asesinato. Con Sucre vivo, continuaría
la visión política de Bolívar y la unidad de la Gran Colombia. Simón Bolívar, el cual
describió la grandeza de Sucre con una biografía en la cual quedan plasmadas
citas como ésta:
La General Sucre es el Padre de Ayacucho: es el redentor de los hijos del Sol; es el que ha roto las
cadenas con que envolvió Pizarro el imperio de los Incas. La posteridad representará a Sucre con un pie
en el Pichincha y el otro en el Potosí, llevando en sus manos la cuna de Manco-Capac y contemplando
las cadenas del Perú rotas por su espada. 52

Últimos días[editar]

La Muerte de Sucre en  Berruecos (1895) obra de Arturo Michelena.


La quiteña Mariana Carcelén de Guevara, esposa del Mariscal Sucre.

Estatua de Sucre en la localidad bogotana de Chapinero, obra de Raoul Verlet.

Sucre era conocido en el ejército con los apodos de “Mulei” o “Mulengue”, alusión
que hizo el general Luis Urdaneta, cuando escribió a Juan José Flores desde
Tocaima 19 días antes del asesinato: “... A García, el diputado por Cuenca, le
instruí de todo lo que debía decir a Ud. y ahora le añado que es preciso que Ud.
redoble su vigilancia con el M...”. Tres días antes de su muerte, el periódico "El
Demócrata" de Bogotá publicó un artículo en el que se expresaba: “Acabamos de
saber con asombro, por cartas que hemos recibido por el correo del Sur, que el
general Antonio José de Sucre ha salido de Bogotá... Las Cartas del Sur aseguran
también que ya este general marchaba sobre la provincia de Pasto para atacarla;
pero el valeroso general José María Obando, amigo y sostenedor firme del
Gobierno y de la libertad, corría igualmente al encuentro de aquel caudillo y en
auxilio de los invencibles pastusos. Puede que Obando haga con Sucre lo que no
hicimos con Bolívar...”
De lo anterior, se deduce que el asesinato del Mariscal Sucre fue planificado y
ejecutado en las Montañas de Berruecos - Arboleda (Nariño) cerca de San Juan
de Pasto. En el lugar del crimen permaneció su cadáver por más de 24 horas
hasta que los pobladores de las localidades cercanas le dieron sepultura. Si el
Mariscal Sucre se hubiese ido por Buenaventura, allí lo esperaba el general Pedro
Murgueitio para darle muerte; si optaba por la vía de Panamá lo acechaba el
general Tomás Herrera, y desde Neiva lo vigilaba el general José Hilario López. El
Libertador, Simón Bolívar, al saber del asesinato, expresó en una carta: “...Yo
pienso que la mira de este crimen ha sido privar a la patria de un sucesor mío...
¡Santo Dios! ¡Se ha derramado la sangre de Abel!... La bala cruel que le hirió el
corazón, mató a Colombia (La Gran Colombia) y me quitó la vida".
Durante mucho tiempo se corrió la noticia de que fue el general Juan José Flores,
compatriota y compañero de gestas independentistas, quien había ideado el
crimen, debido a la simpatía del pueblo quiteño al Mariscal y la posibilidad de este,
al radicarse en Quito con su esposa y su hija, de convertirse en el primer
presidente del Ecuador –como ocupó las presidencias de Bolivia y Perú–, cargo
que ocupó Flores desde 1830. Simón Bolívar le escribió una carta a la viuda de
Sucre agradeciéndole el ofrecimiento de conservar la espada de su esposo, el 5
de noviembre de 1830. De esta manera, ella cumplió con una de las cláusulas del
testamento de Sucre; sin embargo Bolívar, en el suyo, ordenó que la espada del
prócer le fuese devuelta a ella. Los restos del Mariscal Sucre fueron llevados
a Quito por su esposa y mantenidos en secreto en el Palacio de El Deán, una
propiedad familiar ubicada en el Valle de los Chillos, en las afueras de Quito. En
1832 y cumpliendo la voluntad de Sucre, que deseaba ser enterrado en la capital
ecuatoriana, fueron depositados en secreto en el Convento del Carmen Bajo.
En 1900, durante la presidencia del general Eloy Alfaro, fueron llevados a
la Catedral Metropolitana de Quito, donde ocupan una capilla. Una anciana
religiosa, que había escuchado de sus antecesoras la historia, relató al arzobispo
de Quito, Federico González Suárez, que la Marquesa de Solanda visitaba
siempre el altar en donde fueron colocados los restos. Alertado el Gobierno de
esto, solicitó a la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Central del
Ecuador se nombre una junta médica forense la misma que reconoció el esqueleto
encontrado, y lo identificó por las heridas de bala en el cráneo y en brazo,
producto del crimen de Berruecos y la revuelta en Bolivia. Sin embargo no existe
consenso respecto al paradero de los restos del Gran Mariscal ya que a inicios del
siglo XX, la primera mujer que ingresó a la Academia de Historia de Venezuela,
Lucila Luciani afirmó en su texto "Maravillosa historia de unos restos" la
imposibilidad de que los restos del gran mariscal Antonio José Sucre estuvieran en
Ecuador y desglosó una serie de argumentos para afirmar que los restos aún
estarían en Colombia, aunque esto no pasa de ser simples elucubraciones.
El catafalco que contiene los restos del Gran Mariscal, está hecho de andesita del
volcán Pichincha, y el mausoleo está decorado con alegorías de la Independencia,
La Libertad y la Victoria. El Gobierno venezolano donó una réplica de la espada
del Libertador, que se encuentra en la pared del mausoleo. Periódicamente, la
Guardia de Granaderos de Tarqui, que custodia el cercano Palacio de Gobierno,
rinde honores a los héroes.
Tumba del Mariscal Antonio José de Sucre en la Catedral Metropolitana de Quito

En su honor fue bautizada la capital de Bolivia, el estado donde nació y varios


municipios en Venezuela, un departamento de Colombia, el aeropuerto
internacional y varios barrios de la ciudad de Quito y la moneda antigua del
Ecuador. La Escuela Militar de Ingeniería de Bolivia, que forma ingenieros civiles y
militares a nivel universitario, porta su nombre igualmente.
Última carta a Bolívar[editar]
El día 8 de mayo de 1830, el Mariscal Sucre envió desde Bogotá a Simón Bolívar,
una misiva con este texto:
Cuando he ido a casa de Ud. para acompañarlo, ya se había marchado. Acaso es esto un bien, pues
me ha evitado el dolor de la más penosa despedida. No son palabras las que pueden fácilmente explicar
los sentimientos de mi alma respecto a Ud.; Ud. los conoce, pues me conoce mucho tiempo y sabe que
no es su poder, sino su amistad la que me ha inspirado el más tierno afecto a su persona. Lo
conservaré, cualquiera que sea la suerte que nos quepa, y me lisonjeo que Ud. me conservará siempre
el aprecio que me ha dispensado. Sabré en todas circunstancias merecerlo. Adiós, mi general, reciba
Ud. por gaje de mi amistad las lágrimas que en este momento me hace verter la ausencia de Ud. Sea
Ud. feliz en todas partes y en todas partes cuente con los servicios y con la gratitud de su más fiel y
apasionado amigo.
A.J. de Sucre

Varios años después, el investigador Jorge López Falcón encontró en la Biblioteca


Nacional de Venezuela, un documento manuscrito escrito en Bogotá el día 25 de
mayo de 183031 que es otra carta que, en apariencia, dirigió a modo de despedida
el Mariscal Sucre a Simón Bolívar, cuyo texto es el siguiente:
Bogotá, Mayo 25 de 1830
Mi querido Bolívar:
De pronto partir para Quito donde está el reposo tan deseado y al alejarme de todas las luchas políticas,
quiero antes avisarle mi adiós y mi eterno cariño. Dios bien sabe cuánto hemos luchado por la libertad
de todas estas tierras y cuán mal nos han pagado. Sé que al alejarme no me guía ningún síntoma de
cobardía y de traición, sólo el gran amor y cariño a mi esposa e hija, las cuales hace mucho tiempo que
no abrazo, me obligan a ello y también para dejar el puesto a todos nuestros enemigos, que con sus
apetitos y sus falacias llevan la República al caos y a la ruina.
Allá, en el remanso de [palabra rota] da pu [palabra rota] la, en la belleza de mi [ilegible]. Sie[mpre roto]
[ten]drá usted, noble y viejo amigo un puesto de honor, y [palabra rota] no de quien lo quiere de veras.
A.J. de Sucre

Sin embargo, el historiador Tomás Straka llamó la atención sobre tres aspectos de


esta misiva: en primer lugar, la confianza con que Sucre trató a Simón Bolívar a
quien siempre llamó "Su Excelencia"; en segundo, el estilo de redacción inusual y
en tercero, la propia fecha del documento ya que, de haber sido escrito en la fecha
declarada, no hubiera podido llegar el 4 de junio al sitio donde el prócer fue
asesinado, ya que solo se contaba con traslado a caballo, como único medio de
transporte en esa época.

Sucesor:
Predecesor:
José María Pérez de
Simón Bolívar
Urdininea
Presidente de Bolivia
1825 - 1828

Sucesor:
Predecesor:
José Bernardo de Torre
José de la Riva Agüero
Tagle
Presidente de la República
Presidente de la República
del Perú Jefe Supremo Militar del Perú del Perú
1822 - 1823
Sucesor:
Predecesor: Gran Mariscal de Ayacucho
Mariana Carcelén de
Cargo creado 1825 - 1830
Guevara y Larrea53

Véase también[editar]
 Museo Gran Mariscal de Ayacucho

Referencias[editar]
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cifras máximas al comenzar la campaña, "Sucre commanded
5,780 men (4,500 men from Gran Colombia, 1,200 from Peru,
and 80 from Río de la Plata) and 2 cannon." Robert L. Scheina
(2003). Latin America's Wars: The Age of the Caudillo, 1791-
1899. Vol 1. pp.68. United States: Brassey's Inc. ISBN 1-57488-499-
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Bibliografía[editar]
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 Varios autores, “Historia del Ecuador”, Salvat Editores
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Caracas, 1988. ISBN 980-6122-01-1.

Legado[editar]
 Misión Sucre
 Satélite Sucre (VRSS-2)

Enlaces externos[editar]
  Wikimedia Commons alberga una galería
multimedia sobre Antonio José de Sucre.
 Antonio José de Sucre en el catálogo del Instituto
Ibero-Americano de Patrimonio Cultural Prusiano.
 Gran Mariscal de Ayacucho

media

779

Antonio José de Sucre

0881 5595

 (data)

10

1740

599

L497162A

nciclopedias

Categorías: 
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 Nacidos en 1795
 Fallecidos en 1830
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