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La novia del mar

Se cuenta que hace mucho tiempo, en lo que es actualmente la ciudad de Campeche,


México, vivía una hermosa joven, la cual eran tan bella que todos los pobladores de aquel
lugar querían cortejarla. Su belleza era indescriptible, su mirada era tan penetrante y
armoniosa, que hasta el propio mar se cautivaba al verla.

A diario, por las tardes, la joven solía contemplar el atardecer sentada a orilla del mar
mientras las suaves olas cubrían poco a poco su piel, y la cálida brisa soplaba suavemente
sobre su ondulado cabello. La joven estaba impresionada de lo inmenso del mar y de lo
hermoso que se tornaba al irse la luz del sol, pues para ella todo esto era un gran
espectáculo digno de admirarse.

Todos los días asistía al amanecer para contemplar la salida del sol y mirar a las personas
que zarpaban para ir a pescar, era muy atentan de todo marinero que salía y llegaba. Por su
parte, el mar se fue acostumbrando de la presencia de tan bella jovencita y disfrutaba cada
segundo que la tenía cerca, era algo difícil de asimilar, pero estaba enamorado de ella.

En una tarde muy iluminada la joven vio llegar un barco, al levantar su mirada se dio cuenta
que en él viajaba un joven que era muy simpático para su gusto, sin dudarlo lo miró
fijamente y acudió hacia donde él estaba, para su sorpresa el joven quedó encantado con
su dulce mirada y se enamoró a primera vista de ella.

Pasaron los días y el amor entre los dos jóvenes se hizo muy grande, al grado que la joven
se olvidó del mar. En una noche oscura mientras caminaban por la orilla de la playa, el joven
le expresó su amor y le prometió que siempre la amaría. El mar solo escuchaba todo lo que
le decían a su amada, y los celos se apoderaban poco a poco de él, por lo que creó una ola
grande que sacudió a los enamorados; estos al ver el oleaje que se movía bruscamente
decidieron que lo mejor sería retirarse del lugar.

El tiempo pasó y el amor entre los dos jóvenes amantes se consolidaba día con día. En una
mañana muy alegre, el marinero recibió una mala noticia que lo llenó de tristeza, pues el
capitán del barco le comunicó de un viaje a mar abierto que tenían que realizar de manera
urgente en la mañana siguiente. Esta noticia destrozó el corazón de los enamorados, pues
ya no estarían juntos por algún tiempo.
A la mañana siguiente, el marinero, con tristeza, se despidió de la bella joven para
embarcarse con la tripulación. Su despedida fue un profundo beso, un beso que convertiría
en el último de sus vidas.

El mar esperó a que la tripulación estuviera alejado a varios kilómetros de la hermosa playa
de Campeche para desatar su enorme ira, todo el odio y desprecio que había almacenado
fue desatado, pues el marinero era la causa por la cual la bella joven lo había abandonado.
Sin dudarlo creó una tormenta sin precedentes, el oleaje y los fuerte vientos terminaron
hundiendo el barco con toda su tripulación, haciéndolos presos para siempre en los oscuros
sinfines del mar. De la tripulación y del barco jamás se tuvo noticia.

Al enterarse la bella Campechana de lo sucedido, maldijo al mar por lo que había hecho. El
mar al ver el sufrimiento de la joven trató de consolarla con sus suaves olas, pero el mal ya
estaba hecho, ella tenía roto el corazón y todos sus días se tornarían de tristeza por extrañar
al amor de su vida.

Se dice que la joven visitó todos los días la orilla de la playa con la esperanza de que el mar
le regresara a su amado, pero nunca sucedió. En la ciudad de Campeche, podemos observar
una estatua en honor a la joven que murió esperando el regreso del amor de su vida.
Cuentan los campechanos que en días de lluvia han visto a la hermosa joven sentada en
espera de su novio.

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