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EL ESPÍRITU DE LOS VALIENTES 3

Los Hombres Principales Son Levantados De La Nada. Dios entra en este mundo a
través de las personas menos pensadas, las que no llenan expectativas, las que no tienen
currículum, aquellas que siempre pasan desapercibidas, pero que caminan en obediencia a
los principios revelados de Dios y Su Palabra.
a) En el caso de David, ni su padre ni sus hermanos, y tampoco el profeta Samuel se
imaginaban que éste pudiera ser el candidato de Dios para ser el rey de Israel, por
eso es que no fue convocado a la cita profética. 1ª Samuel 16:7-12
b) Las personas que comenzaron a congregar con David en Adulam no poseían el
mejor perfil psicológico para iniciar un movimiento espiritual de éxito, no tenían poder
económico para solventar las campañas militares, eran más bien gente endeudada,
gente que habían perdido el sentido a la vida.
c) Parecían no tener futuro, pero contrario a toda expectativa humana son ellos los
escogidos desde donde Dios empieza a realizar la liberación de Israel.
d) Cuando Dios empieza algo grande toma lo más pequeño. Ésta es una máxima de
Dios. 1ª Corintios 1:26-26

“Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del
mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado
escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su
presencia”.

Venía un nuevo tiempo para Israel y ellos eran los protagonistas para hacer que el reino
dadívico se estableciera en la nación
a) El entendimiento profético comenzó en la cueva de Adulam . Ellos entendieron que
no era la unción de Saúl, ni el manto de Saúl el que traería la bendición para Israel.
Ellos vieron que David era el hombre de Dios para el trono.
b) El entendimiento profético los comprometió con David en un doble terreno : destino
divino de un propósito Trascendente, y la devoción personal al siervo.

El Futuro Se Estaba Desplegando Ante Sus Ojos. Sus vidas afectarían el rumbo de
pueblos que aún no habían nacido. En la cueva de Adulam estos hombres cambiarían la
historia de naciones enteras.

Hoy han pasado miles de años desde aquel momento en la cueva de Adulam, y Dios sigue
llamando a sus David y entrenando a sus Hombres Principales.
a) Hombres que de algún modo ven más allá de la mundana mirada de una vida vacía.
b) Hombres que han sido capturados por un celo y pasión por el futuro venidero.
c) Hombres cuyos propósitos los elevan por sobre lo mediocre y los preordenan a ser
sobresalientes.
d) La gente, al observarlos se pregunta: ¿Qué es lo que los hacen diferentes? ¿Por
qué parecen ser dirigidos en forma singular hacia una misión más allá de sus
capacidades?

No había nada en particular en aquella cueva sucia y maloliente de Adulam un grupo de


“los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura
de espíritu” (1ª Samuel 22:1-2), se sujetaron a una palabra profética dada a un líder
rechazado para hacerle rey en Israel. Ellos fueron los sin nombres, los anónimos, los
fracasados, los arruinados que por fin se pusieron de pie y dijeron BASTA.

Hoy somos nosotros los protagonistas de la historia, y al igual que como con ese puñado
de hombres desconocidos en esa cueva de Adulam el Espíritu de Dios está con nosotros
empujándonos y moviéndose para que alteremos el futuro para siempre. Hoy también
nosotros nos ponemos de pie y decimos BASTA.

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