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Los principios teóricos de la absorción atómica fueron establecidos en 1840 por Kirchhoff y
Bunsen en sus estudios del fenómeno de autoabsorción en el espectro de los metales
alcalinos y alcalino térreos.
La base de la espectroscopia de absorción atómica (EAA) la entregó Kirchhoff al formular su
ley general: « cualquier materia que pueda emitir luz a una cierta longitud de onda también
absorberá luz a esa longitud de onda». El significado práctico de esto fue recién desarrollado
en 1955 por el australiano Walsh, apareciendo los primeros instrumentos comerciales a
principios de 1960.
Así, por lo común, un espectro de absorción atómica consta sobre todo de líneas de
resonancia, las cuales son resultado de transiciones del estado basal a niveles superiores de
energía.
A temperatura ambiente, todos los átomos de una muestra de materia están esencialmente en el
estado basal. Por ejemplo, el electrón externo simple de un átomo de sodio ocupa el orbital 3s en
estas circunstancias. El paso de este electrón a orbitales superiores se logra mediante el calor de
una llama, un plasma o un arco o chispa eléctricos. Sin embargo, el tiempo de vida del átomo
excitado es breve y su retorno al estado basal produce emisión de fotones
Métodos de atomización
Para obtener espectros ópticos atómicos y espectros de masa atómicos, los constituyentes de una
muestra se deben convertir en átomos o iones gaseosos que puedan ser determinados por
mediciones espectrales de emisión, absorción, fluorescencia o masa. La precisión y la exactitud de
los métodos atómicos dependen en gran medida del proceso de atomización y del método para
introducir la muestra en la región de atomización.
En el caso de las primeras cinco fuentes de atomización que se enlistan en la tabla 8.1, las muestras
son introducidas por lo general en forma de soluciones acuosas (en ocasiones se usan soluciones no
acuosas) o, con menos frecuencia, como lechadas (una lechada es una suspensión de un polvo
finamente dividido en un líquido). Sin embargo, para muestras que son difíciles de disolver, se han
usado varios métodos para introducirlas en el atomizador en la forma de sólidos o polvos finamente
dispersos. Por lo general, las técnicas de introducción de muestras son menos reproducibles y están
más sujetas a varios errores, como resultado, no se usan tanto como las técnicas de solución acuosa.
La nebulización directa es la que se usa con más frecuencia. En este caso, el nebulizador introduce
en forma constante la muestra en la forma de una fina dispersión de pequeñas gotas, llamada
aerosol. La introducción continua de muestra en una flama o plasma produce una población de
átomos, moléculas y iones en estado estable.
NEBULIZACION NEUMATICA
La clase más común de nebulizador es el tipo neumático de tubo concéntrico, en el que la muestra
líquida se extrae por un tubo capilar mediante una corriente de gas de alta presión que fluye
alrededor de la punta del tubo (el efecto Bernoulli). Este proceso de transporte de líquido se llama
aspiración. El gas de alta velocidad descompone al líquido en gotitas de varios tamaños, que son
llevadas después al atomizador
NEBULIZADORES ULTRASÓNICOS
Los nebulizadores ultrasónicos producen aerosoles más densos y homogéneos que los
nebulizadores neumáticos. Sin embargo, estos dispositivos tienen bajas eficiencias con soluciones
viscosas y con las que contienen partículas.
VAPORIZADORES ELECTROTÉRMICOS
Es un evaporador colocado en una cámara por la que fluye un gas inerte como el argón para llevar
la muestra evaporada hacia el atomizador. Una pequeña muestra de líquido o sólido se coloca en
un conductor, como un tubo de carbono o un filamento de tántalo. Una corriente eléctrica evapora
con rapidez y por completo la muestra en el flujo de argón. En contraste con los sistemas de
nebulizador recién considerados, un sistema electrotérmico produce una señal discreta en vez de
una continua. Es decir, la señal de la muestra atomizada se incrementa al máximo y luego disminuye
a cero a medida que la muestra es barrida por la región de observación
Las técnicas de generación de hidruros representan un método para introducir como un gas
muestras que contienen arsénico, antimonio, estaño, selenio, bismuto y plomo en un atomizador.
Tal procedimiento incrementa los límites de detección para estos elementos por un factor de 10 a
100. Debido a que varias de estas especies son muy tóxicas, es muy importante determinarlas en
niveles de concentración bajos
El haz que sale de la fuente de cátodo hueco se divide mediante un cortador reflectante, una mitad
pasa por la llama y la otra la rodea. Los dos haces se recombinan después mediante un espejo
semiplateado y pasan a un monocromador de red de Czerny-Turner; un tubo fotomultiplicador hace
las veces del transductor. La salida de este último es la entrada a un amplificador de cierre que se
sincroniza con el movimiento del cortador. La relación entre la referencia y la señal de la muestra
se amplifica y alimenta al dispositivo de lectura, que puede ser un medidor digital o una
computadora.
La eficiencia de las lámparas de cátodo hueco depende de su forma y del voltaje de operación. Los
voltajes altos y, por tanto, las corrientes altas, dan lugar a mayores intensidades. Esta ventaja se
compensa un poco mediante un incremento en el ensanchamiento Doppler de las líneas de emisión
de la lámpara. Además, las corrientes mayores producen una cantidad más grande de átomos no
excitados en la nube. Los átomos no excitados, a su vez, son capaces de absorber la radiación
emitida por los átomos excitados. Esta autoabsorción origina intensidades menor
Tubo fotomultiplicador
Un fotomultiplicador está compuesto de un fotocátodo, que emite electrones cuando sobre él
inciden fotones de energía adecuada. Un campo eléctrico acelera estos electrones y los dirige hacia
un ánodo, que en estos tubos recibe el nombre de dínodo. La energía de los electrones incidentes
provoca la emisión un número mayor de electrones secundarios que son dirigidos hacia un segundo
dínodo. El número de dínodos y su disposición varía con el modelo de fotomultiplicador
Los tubos fotomultiplicadores están limitados a medir radiación de baja potencia porque la luz
intensa ocasiona daños irreversibles en la superficie fotoeléctrica. Por esta razón, el dispositivo está
siempre alojado en un compartimiento hermético a la luz, y se toman todas las medidas
precautorias para eliminar la posibilidad de que quede expuesto aunque sea sólo un instante a la
luz del día u otro tipo de luz intensa mientras está activado. Si cuentan con circuitos externos
apropiados, los tubos fotomultiplicadores se pueden usar para dete