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SWAMI MAHESHWARANAND

EL ASHRAM
DE NARA NARAYANA
SU GLORIA SE EXTIENDE SOBRE VALLES Y COLINAS
4

Título original: Sai Baba and Nara Narayan Gufa Ashram


© 1990 Swami Maheshwaranand

D.R. © ERREPAR S.A.


Avda. San Juan 960 - (1147) Buenos Aires
República Argentina
Tel.: 27-4394 - 27-5142 - FAX (541) 23-9541 - (541) 361-0177

ISBN 950-739-161-4

Queda hecho el depósito que marca la ley 11723

Impreso y hecho en Argentina


Printed in Argentina

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la tapa,


puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna
ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de
grabación o de fotocopia, sin permiso previo del editor.
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INDICE

Prefacio .......................................................... 7

Prefacio a la segunda edición ......................... 11

Prefacio a la tercera edición............................ 13

I. La Cueva de Nara Narayana. El viaje ............ 15

II. El episodio de Urvashi Kund. El duodécimo


compañero. Los lilas de Sai ........................... 29

III. La extraordinaria enredadera. Los dos sabios . 43

IV. Sabios de los Himalayas ................................ 59

V. Una evaluación objetiva ................................ 71

VI. Epílogo .......................................................... 81

Apéndice. La encarnación de Sri


Nara Narayana .............................................. 89
7

PREFACIO

La descripción del Gufa Ashram (Ashram* de la


cueva de Nara Narayana) que brinda este pequeño li-
bro está basada en el relato de Swami Maheshwara-
nand. La narración original está escrita en hindi. Cuan-
do la leí, descubrí que no sólo es muy excitante, sino
que también nos permite vislumbrar uno de los innu-
merables lilas (juegos divinos) de Bhagavan Baba en
un plano totalmente diferente. Fue una experiencia re-
veladora. Se me ocurrió que sería egoísta de mi parte
no compartir con otros hermanos el júbilo que el ma-
nuscrito en hindi me había brindado. El idioma es un
tema delicado y, en un campo como el espiritual, tras-
mitir con sutiles percepciones las ideas y sentimientos
de cualquier autor es extremadamente difícil, especial-
mente para alguien que, como yo, es un principiante
en este campo. Me planteé esta cuestión y tuve una
respuesta interna. El Señor, con Su infinita Misericor-
dia me dio Su aprobación.
Con respecto a la autenticidad de la narración, co-
nocí al autor, que reside en Prashanti Nilayam (Ash-
ram de Sai Baba) y quise saber si tenía algo que decir.
Esto es lo que me contó:
* Ashram: Lugar donde se realizan disciplinas espirituales. Monasterio.
8

-8- SWAMI MAHESHWARANAND

“Visité a Puttaparti (el pueblo donde nació Sai Ba-


ba) por primera vez en 1978, poco antes del festival de
Dassara (festival de la Luz). Como cualquier otro visi-
tante, yo también tenía muchas preguntas en mi men-
te. Pero vi al Señor y me conquistó. En 1982, Swami
me ordenó que me quedara, y desde entonces estoy
aquí.

”Durante mi estadía, me enteré de la visita de cier-


to Mahatma (Gran Alma) de Janakpur, situada en la
frontera indonepalesa. Estaba acompañado por un jo-
ven bien parecido, de unos 28 años. Bhagavan les
concedió una entrevista. Yo estaba ansioso por saber
lo que el Señor le había dicho, así que me entrevisté
con el Mahatma al día siguiente. Me informó que el Se-
ñor le había pedido que siguiera estrictamente los rigo-
res de austeras prácticas ascéticas (tapas). Cuando
pregunté acerca del joven acompañante, me informó
que gozaba de la Gracia especial de Bhagavan. Lo que
el Mahatma reveló era sencillamente conmovedor. El
muchacho era miembro de una rica y próspera familia
de Janakpur. Baba lo amaba tanto que se había apro-
ximado al jefe de la familia en forma de un Sadhu
(hombre dedicado a la disciplina espiritual) y había
pedido al joven como su discípulo. El joven hizo su
doctorado en Ciencias Matemáticas y, abandonando su
hogar, se dedicó a ser Sanyasi (renunciante).

”Visitó a Prashanti Nilayam un par de veces entre


1979 y 1980 y tuve ocasión de conocerlo y cultivar su
buena compañía. Cuando visitó a Prashanti Nilayam en
1982, Bhagavan le pidió que se quedara en el Ashram
mientras El lo deseara. Este hecho me acercó aún más
al joven en cuestión. En 1983, él y un grupo de otras
diez personas se entrevistaron con Swami en Bangalo-
re; se les pidió que fueran a Prashanti Nilayam y espe-
9

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA -9-

raran allí. Cuando Baba regresó, llamó a dos de los


miembros del grupo, a los que se unió una tercera per-
sona. En ese momento, el Señor les entregó al Aksha-
ya Patra (recipiente Divino) y les pidió que fueran a los
Himalayas a hacer tapas. Hacia allí se encaminó la par-
tida. El joven asceta no me dijo que Bhagavan les ha-
bía dado el Akshaya Patra, a pesar de que éramos ami-
gos bastante íntimos. Yo me enteré mediante otro de-
voto, Sri Shyam Sundar, de Hyderabad. Pero como la
historia no provenía del mismo joven, yo albergaba mis
dudas acerca del episodio. En 1986, este joven, que
para entonces ya era el líder del Ashram de la cueva,
visitó Prashanti Nilayam y, siguiendo instrucciones de
Baba, se quedó tres meses en el Albergue de Ganesha.
De todos modos, había venido de incógnito y nadie se
enteró. Cuando lo contacté y quise saber acerca del
Akshaya Patra sólo obtuve respuestas evasivas. Así
que oré al Señor continuamente durante tres días. Al
cuarto día, sin que yo lo hubiera solicitado, el Sanyasi
vino a mí a las 8.00 p.m. y me narró con gran detalle
todo lo que yo he puesto por escrito. Sin embargo, los
comentarios son míos. Me atreví a escribirlos sólo des-
pués de haber obtenido inspiración de Bhagavan.”

La narración contiene gran cantidad de palabras en


sánscrito, relacionadas con la espiritualidad. Su signifi-
cado es tan sutil que ningún sustituto en inglés podría
hacerles justicia. Por lo tanto, han sido mantenidas en
el idioma original. También hay muchas citas del Ra-
mayana de Tulsidas y de otras Sagradas Escrituras.
Han sido transcriptas en escritura romana. En general,
se ha utilizado ortografía hindi, pero algunas palabras
están escritas con ortografía de lenguas hermanas.

No cumpliré con mi deber si no expreso mi gratitud


a Sri K.M. Radhakrishnan, que preparó el mecanogra-
10

- 10 - SWAMI MAHESHWARANAND

fiado de este libro, a pesar de sus múltiples ocupacio-


nes. Asimismo, le estoy agradecido a Sri Shantibhai
Tailor que financió su impresión.

El lector versado puede llegar a encontrar deficien-


cias en la presentación del material, que espero pueda
perdonar. Debe tomarse en cuenta el hecho de que las
edades de varias personalidades mencionadas en este
libro corresponden al año 1986.

Jai Sai Ram


B.P. Mishra
30 de setiembre de 1989
Prashanti Nilayam
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PREFACIO A LA SEGUNDA EDICION

La Gracia de Bhagavan no tiene límites y sus lilas


no tienen precedente; de otra manera cómo podría uno
explicarse la muy rápida venta de la primera edición
de este libro. A los diez días se había agotado toda la
edición de 2.000 ejemplares. La demanda persiste, lo
cual nos alienta a publicar una segunda edición. El
mérito por la popularidad del libro no es ni del autor ni
del editor (seguramente no de este último). El secreto
reside en las glorias del Señor. La Voluntad Divina pue-
de realizar lo imposible. Tulsidas ha dicho acertada-
mente:
“Mook hohin vachal,
Pangu chadhahin girivar gahan,
Jasu krupa sudayalu,
Dravahu sakal kalimal dahan.”
“Oh, Señor, son sólo Tu Piedad y Divina Voluntad
las que permiten a un mudo hablar con fluidez y ayu-
dan a un cojo a escalar hasta la cima de una enorme
y escarpada montaña. Oh, Señor que destruyes com-
pletamente las impurezas del corazón, ¡ten piedad de
mí!”
12

- 12 - SWAMI MAHESHWARANAND

Iguales son nuestras plegarias al Señor Sainath.


Recibimos varias valiosas sugerencias como así tam-
bién comentarios con respecto al contenido y la pre-
sentación del libro. Hemos tratado de implementar al-
gunas de ellas, pero somos impotentes con respecto a
otras, ya que son de competencia del autor. A pesar de
ello, como devoto, lo que personalmente siento es que
en lo que respecta a la devoción no hay lugar para la
lógica y la razón. La estructura completa de la devo-
ción se basa en la fe y en la entrega. El mismo Bhaga-
van ha dicho: “No existe razón ni estación para el
amor”. De modo que sumerjámonos profundamente
en el océano de Su amor y disfrutemos de la bienaven-
turanza que El derrama sobre Sus criaturas.

El editor
15 de marzo de 1990
Ahmedabad
13

PREFACIO A LA TERCERA EDICION

¡Oh! Nadie, a no ser que se realice este milagro


de resplandecer mi amor,
con brillo inmortal en la tinta negra de mis versos.*

Shakespeare

Extraños y sutiles son los caminos del Señor Sai.


Sus lilas son interminables y están más allá de la ima-
ginación. Todavía me pregunto cómo es posible que
este pequeño libro, que es sólo un osado intento para
describir Su gloria, pueda haber capturado la mente y
disposición de los lectores. La avasalladora respuesta
por parte de los hermanos devotos nos ha alentado a
lanzarnos a esta tercera edición, pero no sabemos si
nos será posible satisfacer la demanda del libro duran-
te las celebraciones del cumpleaños de Bhagavan.
¡Sólo el Señor puede ayudarnos!

En esta edición hemos tratado de minimizar el nú-


mero de errores y liberarla de ellos tanto como fue po-
sible. Estamos agradecidos a Sri V.M.R. Sharma que
dedicó su tiempo a leer las pruebas y ofrecer sus valio-
sas sugestiones.
* Traducción de Luis Astrana Marín.
14

- 14 - SWAMI MAHESHWARANAND

El nuestro es un servicio simbólico que ponemos a


los pies del Señor, sin intención de ninguna clase de
beneficio material. Sólo suplicamos Su amor y Su gra-
cia para que nos permita actuar como dignos instru-
mentos en la difusión de Su mensaje.
El editor
1 de agosto de 1990
Prashanti Nilayam
15

I
LA CUEVA DE NARA NARAYANA.
EL VIAJE

Hemos oído acerca de este extraordinario e impor-


tante centro de peregrinación y de los hechos que allí
ocurren de tanto en tanto. Devotos de Sai provenientes
de Mithila y Nepal han hecho breves relatos acerca de
los elevados y realizados devotos que residen en este
santo lugar. Sus narraciones fueron muy emocionan-
tes. Pero en marzo de 1987 tuve la excepcional opor-
tunidad de conocer al director de este Ashram, que ha-
bía descendido de las montañas a ver a Bhagavan Ba-
ba, a instancias Suyas. Este hecho me dio la posibili-
dad de tratarlo y de enterarme en detalle de todo lo
concerniente a este sagrado Ashram. Lo que dijo me
produjo la impresión de que no estamos viviendo ya
en Kali Yuga (Edad del Mal) sino realmente en Sathya
Yuga. Y si realmente existe ese Yuga, es sólo en los la-
berintos de la ignorancia, donde el hombre se pierde
debido a sus miedos imaginarios.

Conozco al director de este Ashram (que desea


permanecer en el anonimato) desde 1978. Tuve opor-
16

- 16 - SWAMI MAHESHWARANAND

tunidad de encontrarlo y de disfrutar de su valiosa


compañía cuando visité a Puttaparti por primera vez
para el Darshan (visión de una persona santa) de Bha-
gavan. Es un hombre joven, de 35 años (en 1986) y
nativo de Janakpur, en el distrito de Mithila Bihar. Es
graduado en Matemáticas y bien versado en las Escri-
turas de la India. El relato que él me hizo acerca del
Ashram es el siguiente:
A 25 millas hacia el noroeste del santuario de Ba-
drinath, hay una montaña conocida como Narayana
Parvata. Al pie, hay una enorme cueva orientada hacia
el norte. Dentro de ella, en un extremo, fluye una co-
rriente de agua dulce y cristalina, pero el resto es seco.
Los Himalayas están llenos de cuevas, mas casi todas
son húmedas, como la de Amarnath, porque el agua
proveniente de distintas fuentes se filtra continuamen-
te. Por lo tanto, no son adecuadas como viviendas. Sin
embargo, esta cueva en particular es seca y puede ser
usada como residencia. Por instrucciones de Bhaga-
van Sai Baba hay un grupo compuesto por once miem-
bros viviendo allí. Dos de ellos son ancianos Sanyasis.
No sólo tienen edad avanzada, sino que son igualmen-
te avanzados en experiencia espiritual y conocimiento
de las Escrituras. Tuvieron la buena fortuna de lograr
la Gracia de Swami hace quince años y están total-
mente provistos de los recursos para la realización del
alma; han hecho grandes progresos en este campo.
Naturalmente merecen las felicitaciones de otros her-
manos devotos y nos inspiran gran respeto. Se los co-
noce como Sri 108 (numeración jerárquica) Swami
Vamadeoji Maharaj y Sri 108 Swami Virajanandji Ma-
haraj. A pesar de su edad, gozan de buena salud. Los
nueve miembros restantes pertenecieron en algún mo-
mento a Nepal o a Mithila. Todos son graduados en
Artes o Ciencias y algunos tienen doctorados en Filo-
sofía. Son jóvenes de treinta a treinta y cinco años. En
17

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 17 -

lo que respecta a educación espiritual, están perfecta-


mente familiarizados con las Sagradas Escrituras y
con la antigua cultura de la India. Cuando uno escucha
las inspiradoras discusiones de estos pocos afortuna-
dos, recuerda el diálogo de Krishna y Arjuna en el Gi-
ta. Curioso como es, Arjuna le pregunta a Krishna:
“¡Madhusudhana! (apelativo de Krishna, indicativo de
quien puede destruir el ego) si un practicante del Yoga
abandona su cuerpo mortal y no ha logrado su objeti-
vo, ¿qué consecuencias cosecha?” Luego de decir es-
to, Arjuna expresa simultáneamente su propia conclu-
sión: “¡Krishna! creo que tal como un fuerte viento
desgarra las nubes en el cielo, el practicante de Yoga
que fracasa tendrá el mismo destino. Los vaivenes de
Maya (ilusión) deben destruirlo completamente porque
como Sadhaka (practicante espiritual) ha fallado mise-
rablemente en lograr su meta durante su período de vi-
da”. Kabir afirma enfáticamente este hecho cuando di-
ce:

“El hogar de Sai está muy lejos. Ir allí es como es-


calar una palmera. Si uno tiene éxito en hacerlo, obtie-
ne el zumo del Amor Divino, pero si resbala y cae, se
rompe en pedazos”.

El Señor Krishna refuta esta aseveración severa-


mente. Primero previene a Arjuna, reprendiéndolo
amorosamente: “En el futuro, no vuelvas a preguntar
semejantes cosas”, y luego responde: “Mis devotos
nunca son destruidos. Sólo aquellos engañados por
Maya (ilusión) tienen ese trágico fin”. Arjuna aventura:
“Bueno, aunque vuelva a nacer hombre, probablemen-
te lo hará en un hogar pobre”. Esta vez, Krishna res-
ponde con excitada agitación: “¡No, nunca! Mis criatu-
ras nunca nacen en familias pobres o indigentes. Lo
hacen en familias ricas, prósperas pero moderadas”.
18

- 18 - SWAMI MAHESHWARANAND

Lo citado en el párrafo anterior se aplica adecuada-


mente a los once miembros del Ashram de Nara Nara-
yana. Ninguno de los residentes proviene de familias
pobres. Todos pertenecen a familias nobles, prósperas
y afectuosas. Ninguno de ellos tiene ideas mezquinas
ni miras estrechas. Todos están motivados por altos
ideales en la vida. Ninguno sufre de apegos munda-
nos. Cuando Bhagavan Baba les ordenó entregar sus
riquezas y propiedades a sus sucesores en el término
de tres años y hacer toda la caridad que quisieran du-
rante este período, asegurándoles que El cuidaría de
todas sus necesidades devocionales y espirituales,
aceptaron la orden con reverencia y se consideraron
extremadamente afortunados. Se deshicieron de sus
fortunas, que llegaban a billones de rupias, en muy po-
co tiempo. Resulta por lo tanto evidente que, de acuer-
do con lo descripto en el Gita, todas estas almas eran
realmente grandes personalidades, elevadas por el pro-
greso espiritual logrado en sus nacimientos anteriores.

El Ashram está establecido en esta enorme cueva


que mide 18m. x 8m.. Una parte de la montaña Nara-
yana donde Bhagavan Nara Narayana hizo penitencia,
se llama cadena Urvashi. Cerca de ella hay un profun-
do valle por el que fluye el río Ganges. Detrás de este
sagrado Ganges está el famoso lugar mencionado en
los Puranas como Shamyaprash. Fue allí donde Maha-
rishi Veda Vyas designó al Señor Ganesha como su es-
critor y compuso el Panchama Veda, Mahabharata,
aparte de otros inapreciables libros sagrados. Más tarde,
por divina inspiración de Devarshi Narada, escribió el
Shrimad Bhagawata, desbordante de devoción. A la iz-
quierda del Rishi Ganges está la cadena Urvashi, donde
Bhagavan Sathya Sai Baba, la actual encarnación de
Dios, ha fundado el Ashram de la Cueva. Sólo devotos y
profetas de muy alto orden pueden permanecer allí. Al
19

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 19 -

lado del Ashram está el Urvashi Kund (lago). El mismo


Sri Sai Baba ha explicado en detalle la importancia es-
piritual y mitológica de este santo lugar.

Resumidamente, en el Sathya Yuga, el Urvashi


Kund fue el lugar que el Señor Nara Narayana utilizó
para hacer penitencia. Cuando estaba sumido en ella,
Indra, el Señor del Cielo envió a Kamadeva (dios del
amor, de la pasión) con un grupo de ninfas para pro-
barlo. Todos sus esfuerzos para distraerlo fallaron, y
Kamadeva y su grupo tuvieron que aceptar la derrota,
del mismo modo que hubo de ser aceptada con Krish-
na. Las ninfas y Kamadeva se sintieron profundamente
avergonzados de su conducta. Se postraron a los Pies
de Loto de Narayana y suplicaron humilde y ferviente-
mente al Señor: “¡Oh, Omnipresente y Omnisciente
Narayana, la victoria sea contigo! ¡Tu gloria es infinita!
Eres la verdadera encarnación de la exaltación y la
dignidad. Hemos cometido un grave pecado. Podrías
habernos castigado severamente. Pero en lugar de ello
nos has perdonado. Así como el niño inocente sentado
en el regazo de su abuelo está siempre inquieto y lo
fastidia de todas las formas posibles, algunas veces
agitando su barba y otras golpeándole las mejillas sin
saber lo que está haciendo, del mismo modo nos he-
mos comportado contigo de la manera más indigna
bajo la influencia de nuestra revoltosa naturaleza. Pero
del mismo modo en que el abuelo tolera todas estas
travesuras del niño y en vez de irritarse derrama su
amor en él, así Tú nos has tratado como a niños igno-
rantes y nos has perdonado. ¡Qué magnanimidad, oh,
Señor!”

De este modo, Kamadeva y las ninfas ofrecieron


una y otra vez sus disculpas al Señor y pidieron permi-
so para regresar al cielo. El siempre bondadoso Nara-
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- 20 - SWAMI MAHESHWARANAND

yana sonrió con gentileza y dijo: “No es propio que


una persona regrese con las manos vacías después de
haber visitado este lugar en mi presencia. Aguarden y
lleven algún Prasad (alimento consagrado) al Señor In-
dra”. Así diciendo, el Señor creó una cantidad de nin-
fas de divina belleza y dijo a Kamadeva: “Presenta es-
tas ninfas a Indra como obsequio mío”. Kamadeva y
sus acompañantes se deprimieron terriblemente. Con
renovado fervor y humildad, rogaron al Señor dicién-
dole: “¡Oh, Señor! En el momento en que Indra pose
su mirada en estas ninfas estaremos sentenciadas,
porque ni en gracia ni en belleza nos podemos compa-
rar con ellas, y nuestro amo nos echará del cielo”. Con
una dulce sonrisa, Narayana habló nuevamente: “Pero
no es adecuado que ustedes se vayan así. Va contra la
etiqueta. Bien, lleven a la ninfa menos atractiva con
ustedes”. Diciendo esto, Narayana les confió a Urvas-
hi. En cuanto llegaron al cielo y el Señor Indra la vio
quedó fascinado con su belleza. Era la más hermosa,
por lo que Indra la convirtió en jefa de todas las ninfas
del cielo.

La victoria de Narayana sobre Kamadeva, aunque


se trate de un juego, es una victoria en el verdadero
sentido. Lo que habitualmente vemos en el mundo es
algo diferente. El que sale victorioso se vuelve arro-
gante, intoxicado por su triunfo, y el perdedor sufre si-
lenciosamente, intoxicado de vergüenza y remordi-
miento. Pero en nuestro caso, Narayana, el conquista-
dor, no es afectado en lo más mínimo por su victoria.
Está totalmente libre de cualquier sentimiento de orgu-
llo. Del mismo modo, el derrotado Kamadeva también
se liberó de su pena y remordimiento cuando recibió a
Urvashi como una gracia de Narayana. Después de es-
te incidente, Nara Narayana dejó este lugar y se retiró
a un punto desconocido del otro lado de la montaña
21

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 21 -

Narayana. Tomó tal determinación a fin de evitar el


contacto con otros dioses que pudieran acercarse a fe-
licitarlo por su victoria sobre el deseo.

Como resultado de la Voluntad Divina, el lugar


donde el Señor Nara Narayana había hecho su peni-
tencia se convirtió en un gran lago que se conoce hoy
como Urvashi Kund o Urvashi Sarovar. La actual en-
carnación del Señor estableció el Ashram de la Cueva
para sus devotos cerca de este lago sagrado.

La historia de la llegada de los devotos de Sai ele-


gidos por El mismo, a este sagrado lugar es muy ex-
traña y emocionante. En 1983, Bhagavan Baba pidió a
doce personas que fueran a Bangalore. El grupo in-
cluía a los once devotos antes mencionados y a una
persona más, que era también un buscador espiritual.
Se quedaron en Bangalore alrededor de una quincena,
como huéspedes de Bhagavan. Baba los visitaba dia-
riamente y les impartía las instrucciones y la orienta-
ción necesaria en lo referente a la Sadhana (práctica
espiritual) y Satsang (buena compañía). Luego, todos
ellos fueron a Prashanti Nilayam, donde Baba bendijo
a dos con una entrevista. Después de dar las directivas
necesarias, Swami dijo lo siguiente:

“En el Dwapara Yuga (era en la que encarnó Krish-


na), el Dios Sol bendijo a Draupadi con un recipiente
divino. Este maravilloso recipiente ayudó a Draupadi a
alimentar a los cinco Pandavas (príncipes) junto con
los Brahmines (una de las castas, quienes han alcan-
zado conocimiento pleno de Brahman, Dios) y huéspe-
des que allí se encontraban a la hora del almuerzo. La
comida nunca escaseó, ya que el recipiente era divino
y multiplicaba cualquier cosa que se pusiera en él, de
modo que pudiera alimentar a tantas personas como
22

- 22 - SWAMI MAHESHWARANAND

fuera necesario. Rishi (sabio iluminado) Dhaumya ha-


bía pedido que Yudhishtira realizase una ceremonia
para complacer al Dios Sol y, como resultado de ella,
los Pandavas obtuvieron como regalo el recipiente di-
vino. El recipiente que ahora les entrego es mucho
más maravilloso. Es muy superior al entregado a Drau-
padi. En aquel, había que poner algo de comida pri-
mero y luego rezar mientras se cocinaba. Como resul-
tado de la plegaria, la comida se volvía ilimitada. Pero
el recipiente que les entrego no requiere plegarias ni
que se ponga artículo alguno en él. Cada vez que Yo
note que tienen hambre, la comida necesaria requerida
por ustedes aparecerá automáticamente dentro de él,
por mi Divina Voluntad. No sólo comida, sino que ob-
tendrán leche, jugo de frutas y otros artículos que ne-
cesitan, en este recipiente. Vayan y permanezcan en
una cueva solitaria y deshabitada en los Himalayas,
con este recipiente. Practiquen la más alta forma de
meditación, que conduce al trance y los conecta direc-
tamente con el principio Atmico (del alma) de acuerdo
con mis indicaciones. Lo que no han podido lograr en
sus nacimientos anteriores, lógrenlo ahora”.

Ambos Sadhakas se postraron frente a Bhagavan y


le ofrecieron sus salutaciones. Luego partió el grupo
hacia los Himalayas con las bendiciones de Bhagavan
y el recipiente divino. Estuvieron alrededor de un año
en distintas partes de los Himalayas de Nepal, pero se
dieron cuenta de que donde fueran, la gente se con-
gregaba para audiencias y compañía espiritual, lo que
obstaculizaba la penitencia. Su nivel de Sadhana había
descendido. Por lo tanto decidieron ir hacia Badrinath
en busca de algún lugar solitario, lejos del alcance de
la gente, para poder satisfacer su intensa sed de Sad-
hana. Siguiendo un camino serpenteante a través de
los Himalayas, el grupo llegó hasta el santuario de Ba-
23

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 23 -

drinath. Allí, luego de llevar a cabo los rituales adecua-


dos para ese tipo de lugares, tributaron homenaje al
Señor Badrinath, y cruzando el Ganges se encamina-
ron hacia Urvashi Kund, situado hacia el oeste de Ba-
drinath. En el camino, tuvieron que pernoctar en la
montaña nevada, al refugio de una inmensa roca, por-
que el terreno era peligroso y difícil. No tuvieron pro-
blemas con la comida, ya que el recipiente divino acu-
dió en su ayuda y, gracias a su gran entrenamiento as-
cético y a las bendiciones de Bhagavan, el frío intenso
no los afectó. Llegaron a Urvashi Kund alrededor de
las diez de la mañana siguiente. Corría el mes de junio
de 1984. Cuando el grupo alcanzó el lugar, Bhagavan
Sai Nath llevó a cabo un inimaginable lila. Luego de
bañarse en el lago y ni bien se sentaron en Padmasana
(posición física para meditación), perdieron todo con-
tacto con este mundo y entraron inmediatamente en
trance. Pero no fue un trance que durara una o dos ho-
ras, ni dos o tres días, sino ¡18 días completos!

¡El lector puede imaginar fácilmente qué proeza


imposible fue aquella! Los Sadhakas estaban a 18.000
pies de altura, donde debido a la falta de oxígeno se
hace difícil hasta respirar. Los vientos soplaban a gran
velocidad. Todo el lugar, a cielo abierto, se hallaba
afectado por una ola de frío intenso. ¡Y en estas condi-
ciones los devotos de Sai Baba estuvieron en completo
trance durante 18 días! Viviendo en el Kali Yuga, a
gente como nosotros se le hace difícil creerlo. Pero el
hecho es que estos devotos pudieron llevar a cabo este
Samadhi (estado de bienaventuranza) con éxito, por
primera vez en su vida, debido a la gracia infinita del
Señor encarnado, Bhagavan Baba. Semejante logro
hubiera estado más allá de cualquier esfuerzo humano.
Mas ningún acto de Dios carece de propósito y, por lo
tanto, este lila basado en el Samadhi tenía múltiples
24

- 24 - SWAMI MAHESHWARANAND

objetivos, uno de los cuales era la exposición del prin-


cipio de la devoción.

Hay un viejo dicho:

“Rama, el Señor, es accesible a cualquiera de cora-


zón puro y simple, pero el Señor Chaturbhuja está fue-
ra del alcance para quien quiera lograr su favor con
engaños”.

El lila de Sainath que acabamos de narrar tenía un


objetivo de ese tipo. Los detalles son los siguientes:
Había un duodécimo miembro en el grupo original,
cuando la partida dejó a Prashanti Nilayam. Se trataba
de un gran devoto de Bhagavan Sainath. Como mues-
tra de Su gracia, el Señor le había regalado un reloj y
un anillo materializados por El. Este devoto, que era
muy inteligente, confiaba más en su razón que en su
fe. Cuando en Prashanti Nilayam se hizo una despedi-
da al grupo, el Señor llamó a este hombre aparte y le
dio una orden diferente. Le prohibió ser de la partida.
“Considerando tu naturaleza y tu temperamento, he
decidido una clase de Sadhana distinta para ti”. Se le
solicitaba que llevara a cabo las instrucciones del Se-
ñor, reverentemente. Pero considerándose demasiado
inteligente, el hombre no obedeció. Se excusó y dijo a
Bhagavan que con seguridad acompañaría al grupo.
Una vez más, el Señor le explicó: “Mira, soy más gene-
roso contigo que con cualquiera de los otros once y,
evidentemente, tú disfrutas más de Mi gracia. A ellos
sólo les ofrezco el sendero del Yoga (método para rea-
lizar la unión del alma individual con el Alma Univer-
sal) y de la penitencia, pero sobre ti, como sobre el
Rey Janaka, derramo toda Mi gracia y te concedo tan-
to el Yoga como la penitencia Bhoga (placer, experien-
cia como parte del sacrificio). A los demás los he he-
25

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 25 -

cho desprenderse de sus fortunas, que ascendían a mi-


llones y simbolizaban el apego a los placeres munda-
nos y les he asignado penitencia estricta para alcanzar
la liberación, pero en tu caso, no sólo disfrutarás de ili-
mitadas riquezas sino que adquirirás maestría en el Yo-
ga Vidya (Yoga de la Sabiduría) por Mis bendiciones.
Por lo tanto, deberás atender mi consejo y no acompa-
ñarlos”.

A pesar de la persuasión de Bhagavan Baba, el in-


dividuo no obedeció. Partió con el grupo y llegó a Ur-
vashi Kund. Además, urdió una estratagema. En su
mente había surgido una duda. Probablemente creía
que siguiendo instrucciones de Swami, los otros podrí-
an abandonarlo en alguna parte del camino y, por lo
tanto, ideó un plan para protegerse contra esa even-
tualidad. Se hizo depositario del dinero que los otros
llevaban para cubrir las exigencias del viaje y guardó
la suma completa. Nadie tenía reservas. Y además lle-
vaba el recipiente divino que Bhagavan les había dado.
De este modo, se convirtió en el líder y comenzó a
manejar los asuntos administrativos concernientes al
viaje. Para cuando arribaron a Urvashi Kund, eran sólo
once. Este duodécimo hombre, el líder, se había perdi-
do y lo dejaron atrás; por lo tanto, llegó más tarde. Pa-
ra ese momento todos los otros devotos habían caído
en trance por Voluntad Divina. Cuando llegó al sagrado
lugar y vio a los otros en trance, fue víctima de la ilu-
sión. Tomó toda la situación como un acto de hipocre-
sía, con el resultado de que, a pesar de haber llegado a
Urvashi Kund, creado por el mismo Narayana, se olvi-
dó de tomar un baño. En lugar de ello, se dedicó a ridi-
culizar a sus amigos por alrededor de media hora.
Cuando se dio cuenta de que a pesar de esto no había
reacción alguna, ni siquiera el más ligero movimiento
entre sus compañeros, tuvo dudas. Sospechó que algo
26

- 26 - SWAMI MAHESHWARANAND

malo estaba pasando ya que era imposible que duran-


te casi media hora sus burlas no hubieran producido
un sonido, una risa sofocada, un estremecimiento o al-
guna otra reacción en los otros. Se acercó a ellos y to-
có sus cuerpos. Estaban fríos como el hielo y duros
como piedras. Tremendamente sorprendido, empezó a
pensar que estaban muertos. Examinó los pulsos, pero
no había tales. (Cuando uno está en Samadhi, hasta el
pulso se detiene.) Finalmente, confirmó su conclusión
de que todos sus compañeros habían muerto. Con
gran dolor, lloró por más de una hora.

Luego, su mente se empantanó en toda clase de


especulaciones: “Sai Baba es un mentiroso. El es el
responsable de la muerte de mis amigos. Y si El es un
mentiroso, todo lo que nos ha dado debe ser falso”. Lo
desafortunado de la situación fue que en su desvarío
olvidó completamente que durante todo el viaje hasta
Urvashi Kund, había sido el Akshaya Patra entregado
por Bhagavan el que había cubierto todas sus necesi-
dades (llámese leche, frutas, comidas o cualquier otra
cosa). Aun lo que obtuvieron como limosna de los
Grihasthas (jefe de familia, uno de cuyos deberes es
dar limosnas) durante el trayecto se había debido a la
Gracia Divina. Se confundió, perdió el buen juicio y re-
colectando todos los artículos que Baba les había en-
tregado los arrojó con fuerza al Urvashi Kund (lago).
Luego regresó a Rishikesh, vía Badrinath, diciendo a
cuantos se cruzaban con él que todos los miembros
del grupo habían abandonado sus cuerpos en trágicas
circunstancias. De ese modo, trató de hacer prevalecer
la falsedad sobre la verdad. Se probó fehacientemente
lo que antes habían declarado los santos:

“Rama, el Señor, es accesible a cualquiera de cora-


zón puro y simple, pero el Señor Chaturbhuja está fue-
27

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 27 -

ra del alcance para quien quiera lograr su favor con


engaños”.

Aquellos que aceptaron con reverencia los dictados


de Bhagavan tuvieron éxito en lograr la unidad con el
Señor a través de Samadhi y comenzaron su vida en
un lugar sagrado como Urvashi Kund, donde el mismo
Señor Nara Narayana había hecho penitencia. Pero la
persona que actuó artificiosamente y con poca fe per-
dió la gracia de Swami, a causa de su conducta. Lo
que el Señor quiere es entrega total, no inteligencia.
29

II
EL EPISODIO DE URVASHI KUND.
EL DUODECIMO COMPAÑERO.
LOS LILAS DE SAI

Mientras los días pasaban, los once devotos que


habían caído en trance cerca de Urvashi Kund se-
guían en profunda meditación, y las inclemencias del
tiempo —el fuerte viento helado y la nieve— no los
afectaron. El mundo externo no tenía importancia pa-
ra ellos.

En el día décimoctavo, alrededor de las diez de la


mañana, todos salieron de su trance casi al mismo
tiempo. Estaban rebosantes de júbilo porque durante
muchos días habían disfrutado del privilegio de beber
copiosamente el néctar de la proximidad del Señor
Todopoderoso. La fusión del ser individual con el Ser
Divino es una experiencia única, sólo asequible a un
verdadero devoto. El período completo de dieciocho
días no les había parecido más que cuarenta y ocho
minutos. Repentinamente, la mirada de uno de ellos se
posó en el reloj que tenía puesto. Era del tipo automá-
30

- 30 - SWAMI MAHESHWARANAND

tico y marcaba día y hora. Así se dieron cuenta del


tiempo que habían estado meditando. Fueron presa de
la incertidumbre, ya que no podían determinar si habí-
an pasado sólo 48 minutos o dieciocho días en Sa-
madhi. Analizando el punto se dieron cuenta de que se
había tratado de una inusual Gracia de Bhagavan Sai-
nath. Para Sus devotos, El puede hacer cualquier cosa.
En el caso de ellos, la extensión y mitigación del tiem-
po fue uno de sus milagros. Hay innumerables ejem-
plos de milagros de este tipo que Bhagavan Sainath
hizo en sus anteriores encarnaciones. Como Krishna
transportó a todos los residentes de Mathura o Dwara-
ka, mientras dormían, para salvarlos de la brutal inva-
sión del poderoso Jarasandha. Los ciudadanos de Ma-
thura se acostaron a dormir en su ciudad, pero cuando
despertaron se encontraban en Dwaraka. Lo más ma-
ravilloso fue su completa familiaridad con ella, como si
hubieran vivido allí durante años. El tiempo y el espa-
cio son insignificantes para el Señor, cuando se trata
de servir a sus más queridos devotos.

Durante su encarnación como Rama convirtió un


día en un año. Nuevamente como Krishna, con su jue-
go divino prolongó una noche a seis meses. El actual
milagro del Señor Sainath pertenece a la misma cate-
goría. Relajó las reglas del tiempo para Sus devotos y
los transportó del mundo del dominio del tiempo al del
dominio de la gracia.

Los devotos estaban extasiados pensando todo es-


to, cuando ocurrió un segundo milagro. Repentina-
mente recordaron al duodécimo compañero. ¿Dónde
estaba el líder? Buscaron por todas partes, pero no lo
hallaron. Estaban preocupados, ya que el recipiente
divino y todo el dinero habían quedado bajo su custo-
dia. “¿Cómo nos será posible vivir en estas alturas sin
31

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 31 -

la ayuda del recipiente divino?”, fue el primer pensa-


miento que cruzó la mente de cada uno. Finalmente,
dejaron todo librado a la misericordia del Señor. “El
siempre generoso Sainath, que nos mantuvo en per-
fecta salud durante dieciocho días sin comida ni agua,
que nos protegió de las terribles ráfagas de los Himala-
yas, seguramente nos cuidará en el futuro. Por lo tan-
to, ¿para qué preocuparnos?” Con esta decisión, sim-
plemente se levantaron y comenzaron a buscar alguna
cueva adecuada donde pudieran vivir permanente-
mente. Esa fue la primera orden que el Señor había
dado. No habían caminado aún un octavo de milla
cuando encontraron una amplia y hermosa cueva se-
ca. En un rincón fluía una apacible corriente de agua
clara. Se sintieron encantados al verla y se sentaron
allí a descansar. Pero la misma preocupación volvió a
asaltarlos. ¿Cómo podrían arreglarse sin el Akshaya
Patra? Comenzaron a culparse a sí mismos. “El Señor
nos lo había entregado; lo hemos perdido por nuestra
locura y negligencia”. Finalmente decidieron sentarse
a meditar, ya que estaban seguros de que Bhagavan
Sainath haría algo por ellos sin duda. Durante la medi-
tación, dos de los miembros percibieron que el reci-
piente divino yacía en el fondo del Urvashi Kund. Al
principio lo tomaron como una ilusión, pero mientras
meditaban vieron lo mismo repetidamente, de modo
que creyeron que lo mejor sería verificarlo. En cuanto
llegaron a la orilla del lago y miraron sus aguas calmas
y cristalinas pudieron ver fácilmente el recipiente, que
estaba en el fondo. Aunque el lago tiene unas 330 yar-
das* de profundidad, el agua es tan transparente como
la del Mansarovar, de modo que se lo veía muy clara-
mente.

* Una yarda: aproximadamente 92 centímetros.


32

- 32 - SWAMI MAHESHWARANAND

La dificultad que se planteaba ahora era diferente.


Habían buscado y encontrado el Akshaya Patra, pero
el problema consistía en cómo recuperarlo. Sumer-
girse en aguas tan profundas y heladas no era bro-
ma. Discutieron el asunto pensando en todas las po-
sibilidades, pero no pudieron encontrar una solución.
Finalmente, llegaron a la conclusión de que era una ta-
rea ardua y más allá de la capacidad de cualquiera de
ellos. Por lo tanto, lo mejor sería orar a Bhagavan Ba-
ba para que acudiera a su rescate. El nuevo líder del
grupo, que había permanecido en silencio por algún
tiempo, habló de improviso: “Bhagavan Sai Baba nos
entregó este único Akshaya Patra, y gracias a él he-
mos estado disfrutando por un año de la mejor de las
comidas como Su prasad. ¿Es esto algo común? ¿No
creen que fue Su real gracia y Su amor por nosotros lo
que hizo que materializara ese recipiente y nos lo die-
ra? Preservarlo y mantenerlo seguro es ahora nuestra
responsabilidad. Es absolutamente impropio molestar
a Bhagavan por cada pequeño obstáculo que surja”.

Con certeza, el mismo Bhagavan estaba respon-


diendo a su interrogante, utilizando a su nuevo líder co-
mo médium. Por eso, una empresa tan difícil como sa-
car el recipiente del fondo del lago le pareció algo sim-
ple y pequeño. Rápidamente se levantó y encaminán-
dose hacia el Urvashi Kund pidió a sus compañeros
que rezaran a Bhagavan por el éxito de su cometido.

Este devoto tenía una especialidad. Podía retener el


aliento por una hora o más, como resultado de su exhaus-
tiva y regular práctica de Pranayama (regulación de la
respiración). Elevó una plegaria al Señor y se zambu-
lló. Sumergiéndose, se dirigió directamente al lugar
donde estaba el recipiente, rasgando el agua a su paso.
Lo recogió y comenzó a emerger. Pronto llegó a la su-
33

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 33 -

perficie y nadó hasta la orilla. Toda la operación no le


tomó más de cuarenta minutos. Sin embargo, el agua
estaba helada. Cayó al suelo inconsciente. Su cuerpo
quedó exánime. Sus compañeros lo masajearon por
más de media hora mientras pronunciaban el nombre
de Bhagavan Sainath. De manera gradual recuperó el
sentido y poco después estaba totalmente repuesto.

Un estremecimiento de alegría conmovió al grupo


entero. Estaban nuevamente en posesión del recipien-
te divino que el bienamado Bhagavan les había entre-
gado, que era para ellos más precioso que sus propias
vidas. Al fin todos sus problemas estaban resueltos.
Gracias a las bendiciones del omnipresente Señor Sai-
nath tenían una espaciosa cueva para vivir, agua pota-
ble y el Akshaya Prasad Patra, el cual les proporciona-
ba cualquier clase de alimento que necesitaran. Ahora
comenzaron a prestar atención a los detalles menores
que había que ultimar antes de que finalmente pudie-
ran dedicarse de lleno a los cantos devocionales y a la
meditación. La cueva estaba aproximadamente a 6
metros del suelo, así que hicieron escalones para faci-
litar el ascenso y descenso. Luego, por medio de pare-
des bajas, dividieron la cueva en doce aposentos, re-
servando el central, duodécimo en orden, como tem-
plo a Bhagavan Sainath. En un pedestal colocaron la
fotografía del Señor. Con gran veneración, rindieron
culto incluso al recipiente divino y lo colocaron a los
pies del Señor mientras entonaban mantras. Asimis-
mo, acopiaron distintos artículos y materiales para el
culto regular y para realizar el Arathi.* Cada devoto
comenzó a vivir en el aposento que le fuera adjudica-
do; la meditación, el culto y el Arathi se convirtieron
en características corrientes de su vida allí.

* Adoración de Dios, con la llama de alcanfor.


34

- 34 - SWAMI MAHESHWARANAND

Todos los preparativos requirieron alrededor de dos


semanas. Una vez que se hubieron instalado comple-
tamente, su Sadhana tomó el ritmo deseado. Se retira-
ban a descansar alrededor de las 9:00 p.m. y se levan-
taban de madrugada entre las 2:00 y las 2:30 a.m.
Completaban sus abluciones y el baño alrededor de las
4:00 a.m. y ofrecían sus plegarias a Bhagavan Sai Ba-
ba, seguidas por Bhajans y el Arathi. De 4:00 a.m. a
4:30 p.m. se sentaban a practicar Dhyana (medita-
ción) regular durante doce horas. Tres de los devotos
eran Agnihotris (el que mantiene el perpetuo fuego del
sacrificio), así que dejaban sus meditaciones a las
8:00 a.m., llevaban a cabo su rito de adoración de la
llama y luego entraban nuevamente en Samadhi. A las
4:30 p.m. el grupo daba por terminada la meditación
del día y hacía algunos ejercicios moderados para en-
derezar los miembros. Se lavaban y después de una
media hora, ni bien entraban en el templo de Sainath
para el Darshan y levantaban la tapa del recipiente di-
vino, encontraban comida recién preparada, lista para
ser consumida. Comían el Prasad alegremente. Luego
venía el culto nocturno, Bhajans y Arathi. Ni bien eran
las 8:00 p.m. el recipiente se llenaba de leche hervida.
Después de beber un vaso cada uno, discutían algunos
temas espirituales por media hora, como parte de su
programa de autoestudio. Exactamente a las 9:00
p.m. se retiraban a sus camas. Esa era su rutina diaria.

Una vez ocurrió que estuvieron en trance durante


tres días y tres noches, setenta y dos horas corridas.
Al tercer día, cuando recobraron la conciencia y saca-
ron la tapa del recipiente divino encontraron que, en
lugar de comida, había jugo de fruta fresco y sabroso.
Todos estaban encantados, porque siempre es bueno
romper el ayuno con jugo de fruta. Si el devoto ingiere
cualquier otra cosa ese día puede afectar su sistema
35

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 35 -

digestivo. Estar continuamente sentado durante largo


tiempo afecta el normal funcionamiento de los intesti-
nos. La materia fecal se seca y se adhiere a las pare-
des de los intestinos. Por eso, la mayoría de los yoguis
usan jugo de frutas como primera bebida después de
una continuada y larga meditación.

Naturalmente, cuando encontraron el celestial jugo


de fruta en el recipiente se sintieron rebosantes de ale-
gría y agradecieron a Bhagavan el extremo cuidado
para con Sus devotos. Pudieron darse cuenta de que el
Señor Sai no es sólo padre para ellos, sino también
una madre cariñosa. ¿Quién otro los cuidaría tanto?
Estaban convencidos de que la Madre Sai estaba de-
rramando amor y afecto infinitos sobre ellos; de otro
modo ¿quién iba a suministrarles ese celestial jugo re-
frescante?

La vida en la cueva estaba ahora bien regulada y


organizada. De acuerdo con las necesidades, el reci-
piente divino les proporcionaba regularmente comida,
leche, jugo de frutas y todo lo necesario. No sólo eso;
alrededor de las cinco, cuando los Sadhakas se senta-
ban a comer el Prasad, algunos grandes siddhas (el
que ha alcanzado poderes divinos) y yoguis de hasta
quinientos y mil años de edad bajaban a la cueva des-
de puntos recónditos de los Himalayas para compartir
el Prasad. En el momento en que aparecían en la cue-
va, el contenido del recipiente se multiplicaba e inclu-
so, esos sabios se sentían felices porque lo que comían
les era ofrecido por el mismo Bhagavan Sainath. Por lo
tanto, los devotos residentes estaban libres de preocu-
paciones y pasaban todo el tiempo inmersos en ale-
gría. No tenían que preocuparse en absoluto por sus
necesidades mundanas por cuanto el Padre Omnipo-
tente había asumido la responsabilidad de cuidarlos.
36

- 36 - SWAMI MAHESHWARANAND

De todas formas, había momentos en que algo los


perturbaba. El recuerdo de su duodécimo compañero.
¿Dónde había ido? ¿Qué le había ocurrido? Tales pen-
samientos rondaban sus mentes. Había pasado ya un
mes y medio. Un día, cuando acababan de terminar su
meditación regular alrededor de las 4:30 p.m. y se es-
taban relajando sobre el piso del templo, Bhagavan
Sainath se les reveló. Se postraron ante el Señor y soli-
citaron a la Encarnación del Amor que les concediera
la gracia de tomar Su asiento. Bhagavan, con Su gentil
y encantadora sonrisa derramando amor y gracia so-
bre los presentes tomó asiento y levantando Su mano
en gesto de protección les pidió que se sentaran. In-
quirió acerca de su bienestar, aclaró sus más impor-
tantes interrogantes y satisfizo su curiosidad. Dijo Bha-
gavan: “Fue a causa de Mi deseo que ustedes pudieron
alcanzar este lugar, el más santo y solitario. Todos us-
tedes están preocupados por el duodécimo compañe-
ro. Escuchen lo que tengo que decirles al respecto”.
Bhagavan entonces narró a los devotos la historia de
ese hombre tal como ha sido descripta anteriormente
en este libro. Finalmente, el Señor dijo: “Yo le había
pedido que no los acompañara, pero no siguió Mi con-
sejo. Naturalmente tenía que sufrir por la ilusión, pero
está bajo Mi gracia y Mi piedad dondequiera que esté.
Así como me han entregado todas sus preocupacio-
nes, transfiéranme también ésta y dedíquense comple-
tamente a su práctica espiritual”. Luego, el Señor les
hizo un vívido relato de los antecedentes mitológicos
del Urvashi Kund que antes narráramos. Bhagavan se
refirió posteriormente a la preocupación de los tres
Agnihotris que se contaban entre los devotos. Su pro-
blema era que sin mantequilla clarificada y otros ma-
teriales necesarios para el sacrificio, no les fuera posi-
ble llevar a cabo su ritual (Agnihotra) diario, que había
formado parte de su tradición familiar durante muchos
37

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 37 -

años. El Señor les aseguró que tal cosa nunca sucede-


ría. Por su voluntad divina, el recipiente les suministra-
ría dos kilos de mantequilla clarificada y todos los ele-
mentos para el fuego del sacrificio, suficientes para to-
do un mes. Y esto se repetiría todos los meses. Des-
pués de asegurarles esto, Bhagavan Sathya Sai Baba
se hizo invisible. Desde entonces, Bhagavan Baba con-
tinúa apareciendo cada mes o dos ante estos devotos
de alto orden que viven en la cueva, y dirige los asun-
tos del Ashram, brindando guía e instrucciones cuando
resulta necesario.

A veces Bhagavan lleva alegría a los moradores de


la cueva también con Sus lilas. Por ejemplo, en una
ocasión en que acababan de terminar su comida a las
5:00 p.m. apareció el Señor. El líder del grupo se la-
mentó de que se hubieran visto privados de Su com-
pañía durante la cena. ¡Qué regocijo si el Señor hubie-
ra estado con ellos durante esos momentos! Natural-
mente la aparición del Señor les produjo inmensa ale-
gría. El líder desvió la mirada hacia el recipiente divino
y quedó asombrado al comprobar que estaba lleno de
fresco jugo de frutas. Inmediatamente lo sirvieron en
doce vasos y pidieron al Señor que aceptara uno. El
Señor ordenó que se colocara un vaso delante de cada
devoto y les pidió que ellos bebieran primero, luego lo
haría El. Esto era sumamente incorrecto, pero nadie
osó desobedecer a Bhagavan e hicieron lo que Swami
pedía. Ni bien probaron el jugo se dieron cuenta de
que era terriblemente amargo. La expresión de sus
rostros no dejaba lugar a dudas. El Señor sonrió y pre-
guntó divertido: “¿Qué ocurre? ¿Es amargo? Muy bien,
acérquenme sus vasos”. Así lo hicieron y Bhagavan
Baba, sumergiendo el dedo en Su vaso dejó caer unas
pocas gotas sobre el jugo de los demás. Les pidió en-
tonces que lo probaran y le hicieran saber qué gusto
38

- 38 - SWAMI MAHESHWARANAND

tenía ahora. El primer sorbo trajo un sentimiento de


frescura y alegría que fue claramente visible en sus
rostros. El Señor y los devotos comenzaron a reír. En
esta risa había un profundo significado. Este mundo de
ilusión está siempre lleno de pesar. La experiencia que
de él se obtiene es siempre amarga. La felicidad es só-
lo un intervalo entre dos dolores. Es como acampar
durante el camino. Uno puede detenerse sólo por un
tiempo para descansar y luego prosigue el viaje, que
es largo y difícil. Lo mismo ocurre con la felicidad, que
es de corta duración en este mundo de ilusión, mien-
tras que el sufrimiento y el dolor son duraderos. Sin
embargo, si uno obtiene aunque sea una gota de la
gracia del Señor, la amargura del sufrimiento se con-
vierte en dulzura y alegría. Uno se aficiona a ella y fi-
nalmente este Jeeva (vida individual, aliento vital) se
funde con el Señor. Así son los lilas de Bhagavan Sai-
nath; cada uno contiene un mensaje espiritual.

Una vez, los once devotos desearon poder divertir-


se y jugar con Bhagavan. Estaban cansados de comer
sambhar (tipo de sopa) y arroz todos los días. De mo-
do que decidieron rezar todos, pidiendo un cambio en
el menú. Así lo hicieron; cada vez que tenían tiempo
oraban a Baba para que introdujera algún cambio en
las comidas de acuerdo con el gusto de cada uno. Así
siguieron durante tres días, pero sin ningún resultado.
Por lo tanto, cambiaron la tónica de su pedido e hicie-
ron satyagraha (resistencia pasiva). En cierto modo,
su campaña fue única. En los tiempos modernos tene-
mos una forma de satyagraha muy distorsionada. En
nombre de la resistencia pasiva, se ha convertido en
moda recurrir a las huelgas, al sabotaje y al terroris-
mo. Son actos vergonzosos. Los japoneses son mucho
mejores al respecto. Su modo de expresar su descon-
tento puede que no se ajuste a la forma virtuosa del
39

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 39 -

satyagraha, pero realmente no es tan absurdo y coléri-


co como en la India. Cuando los ciudadanos japoneses
presentan sus demandas y no obtienen una respuesta
favorable del gobierno, aumentan sus horas de trabajo.
Si su horario es de ocho horas, trabajan nueve, diez u
once. En otras palabras, prefieren infligirse sufrimiento
y dolor a sí mismos antes que dañar la maquinaria na-
cional y exponer la nación a pérdidas.

Pero la resistencia basada en la verdad y la rectitud


es de un nivel aún más alto. Significa que si nuestra
postura se basa en la verdad, entonces Dios, que es la
encarnación de la Verdad, ciertamente vendrá en
nuestra ayuda. Será un testigo de nuestra posición y
hará que otros la acepten. Si no se materializa nuestro
pedido, deberemos pensar que nuestro corazón no es
puro, por eso Dios no presta atención a nuestras ple-
garias. Por lo tanto, deberemos eliminar de él toda im-
pureza, para que nuestras plegarias sean respondidas.

Mahatma Gandhi, el santo de la era moderna, se


sirvió sólo de este método. Cuando sentía que la gente
no prestaba atención a sus sugerencias y gestiones
para el beneficio de la humanidad, ayunaba hasta
veinte días. En tiempos antiguos, la misma práctica
fue seguida por Dhruva y Prahalad. Cada vez que Pra-
halad encontraba a su padre Hiranyakashipu golpean-
do sin piedad a los inocentes brahmines sólo porque
eran devotos de Vishnu, se tiraba al suelo y comenza-
ba a llorar. Su padre entonces le decía afectuosamen-
te: “Querido hijo, si sólo estoy castigando a los adora-
dores de Vishnu, ¿por qué te sientes tan contrariado y
ofendido?” Con lágrimas en los ojos, Prahalad respon-
día: “Reverenciado padre, cuando tú castigas a estos
santos brahmines, sin piedad, yo experimento el mis-
mo dolor que ellos”. Hiranyakashipu tomó esta res-
40

- 40 - SWAMI MAHESHWARANAND

puesta como falta de entendimiento por parte de su hi-


jo y siguió golpeando a los santos brahmines. Prahalad
recurrió entonces a la resistencia pasiva. Dejó de co-
mer y beber por muchos días. Su padre quiso saber
qué hacía su hijo y por qué. Prahalad respondió que
dado que su padre no prestaba atención a sus verda-
deras y sinceras súplicas, él había sentido que había
impurezas en su corazón; de lo contrario, hubiera habi-
do una respuesta positiva por parte de Hiranyakashi-
pu. Si un ruego proviene desde lo más profundo de un
corazón puro, no sólo los hombres sino Dios mismo
tienen que escucharlo. Por lo tanto, dijo Prahalad: “Pa-
dre, he comenzado a ayunar a fin de purificar mi inte-
rior. Una vez que haya tenido éxito, estoy seguro de
que tu corazón se ablandará y te podré hacer com-
prender mi punto de vista”. Como todos sabemos,
Dios finalmente oyó sus plegarias y apareció como el
Señor Narasimha para proteger a Su devoto.

Los devotos de la cueva también recurrieron a este


método. Cuando vieron que sus plegarias no tenían
respuesta, que no había cambios en su dieta diaria, lle-
garon a la conclusión de que claramente sus corazo-
nes estaban impuros por algún mal pensamiento y que
necesitaban purificación mediante la penitencia. Por lo
tanto, dejaron de lado la única comida que ingerían a
las 5:00 p.m. y se limitaron a tomar un vaso de leche a
las 8:00 de la noche, antes de retirarse a descansar.
También aumentaron la duración de la meditación; en
lugar de terminar a las 4:30 p.m. la continuaron hasta
las 6:30. Uno de los miembros expresó su duda: “Este
acto nuestro, ¿no será una falta de respeto a la comida
que nos da Bhagavan Baba?” Otro de los integrantes
del grupo encontró una salida. Sugirió que guardaran
los alimentos que el recipiente proporcionaba y se los
ofrecieran a los santos de los Himalayas que los visita-
41

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 41 -

ban bastante seguido. Como hacía mucho frío, no ha-


bía posibilidad de que la comida se echara a perder.

De esta forma decidieron la estrategia a seguir para


la resistencia pasiva. Continuaron con esta actitud du-
rante tres días y al cuarto encontraron el recipiente lle-
no de verduras, legumbres y chapaties (panecillos).
Sus plegarias habían sido escuchadas y estaban llenos
de alegría por su éxito. Es lamentable que los indios
hayamos olvidado esta forma de resistencia pasiva ba-
sada en la verdad. En nuestros días, cualquier movi-
miento de no cooperación termina en violencia y cau-
sa incalculables perjuicios a la nación. Es como come-
ter suicidio. La pérdida de la propiedad nacional, a la
larga se compensa con impuestos adicionales. Por lo
tanto, nosotros mismos somos los perdedores.

El principal de nuestros ancestros, el santo Ma-


nu, menciona en su Smruti: “Etad-desh prasootasya
sakashadagra janmah”, es decir, los que nacieron
en Bharat (India) servirán como modelos al mundo,
debido a su ideología de resistencia pasiva basada
en la verdad. En el Rig Veda también hay un mantra,
(Neta sindhunam), el pueblo de Bharat dirigirá el
mundo.

La actual encarnación —Bhagavan Sathya Sai Ba-


ba— está también difundiendo Su mensaje acerca de
los cinco valores humanos: Verdad, Rectitud, Paz,
Amor y No violencia, por todos los escondrijos y rinco-
nes del mundo. El compara estas cinco virtudes al
Panch Pranas*. En otras palabras, así como nuestro
cuerpo sin el alma no tiene significado, del mismo mo-

* Los cinco pranas (aires vitales) del hombre, que sustentan, activan y
vitalizan el cuerpo.
42

- 42 - SWAMI MAHESHWARANAND

do la vida sin los cinco principios enunciados por Bha-


gavan Baba tampoco. Por ello, Sathya (Verdad) es la
palabra que precede a Sai Baba, el nombre dado a la
actual encarnación del Señor.
43

III
LA EXTRAORDINARIA ENREDADERA.
LOS DOS SABIOS

Ya se ha dicho que el Señor dio un Akshaya Patra a


once de sus devotos, que posteriormente se radicaron
en una inmensa cueva situada en la montaña de Nara
Narayana y comenzaron su vida de meditación y peni-
tencia. El Señor aparece ante ellos como y cuando es-
tima necesario y los guía en su Sadhana, el sendero
interior.

Hallazgo de la enredadera de Soma


y otras hierbas medicinales
Una de las actividades importantes del Ashram de
Nara Narayana es tener en cuenta que haya trozos de
madera disponibles para preservar el fuego del Ag-
nihotra. Por lo tanto, todos los Sadhakas debían ir a
recoger leña una vez al mes. Como el Ashram está a
18.000 pies de altura, a su alrededor no hay árboles
ni bosques, así que los devotos debían descender en-
tre cuatro y seis millas hasta los bosques.
44

- 44 - SWAMI MAHESHWARANAND

Para un lego la cosa puede parecer bastante simple,


pero tenía sus riesgos. A pesar de ello, cuando Dios en-
carnado está con uno nada es imposible, y el milagro
ocurrió. Este nuevo milagro se materializó en la forma
del hallazgo de algunas hierbas medicinales poco co-
munes, como la enredadera Soma (Somalatha). En el
período védico, los sacrificios y Agnihotras se llevaban
a cabo únicamente con esta enredadera. Era el jugo de
la Soma (Soma rasa) el que se ofrecía a dioses como
Indra y Varuna durante la ofrenda. Sólo de esa forma
ellos se sentían complacidos y concedían abundancia
en la producción de grano, riquezas y todo lo necesario
para la existencia y mantenimiento de la vida. En los
Shastras (Escrituras Sagradas) hay referencias acerca
de la enredadera Soma y su maravillosa propiedad de
rejuvenecimiento, que elimina todas las enfermedades y
devuelve la juventud a ancianos y decrépitos.

En la actualidad, muchos podrán pensar que ese


rejuvenecimiento es sólo una quimera. Entre 1940 y
1950, el reverenciado 108 Swami Vishnudasa Tapasvi
realizó dicho tratamiento de rejuvenecimiento a alrede-
dor de diez personalidades muy conocidas que incluían
al Pandit Madan Mohan Malaviya, al Raja Saheb de
Manikpur, al Raja Saheb de Suketu y al Raja Saheb de
Mandi. El mismo se sometió al tratamiento y llegó a la
edad de 185 años. El hecho recibió amplia publicidad
en varios periódicos contemporáneos de América, In-
glaterra y Europa. La gente aceptó el procedimiento
como la octava maravilla del mundo. Todo como re-
sultado del uso metódico y sistemático de la Soma.

En los Vedas hay una referencia a las montañas


Moozban. Fue allí donde creció esta enredadera y se
extendió como espeso follaje. Con el tiempo, los arios
abandonaron su tierra natal y se dispersaron por el este
45

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 45 -

y el sur de la India; su contacto con la planta de Soma


disminuyó. La fe de la gente también influyó. La mayo-
ría de los divinos regalos de la naturaleza se hicieron
escasos, con el correr del tiempo. Se fueron perdiendo
de Sathya a Treta Yuga, de Treta a Dwapara Yuga y
subsecuentemente de Dwapara a Kali Yuga (las cuatro
edades del mundo). La Somalatha no fue una excep-
ción. Por eso, para las ofrendas del Kali Yuga (nuestra
era) la gente empezó a utilizar Putiklatha en lugar de
Soma. Se trata de una enredadera de inferior calidad y
crece en ciertas partes de las montañas Vindhya.

Como se sabe, lo que es divino no puede perecer.


Aparece en la superficie y notamos su presencia. De-
saparece y decimos que se ha perdido. Pero es una
verdad aceptada, que el Universo tiene todo lo que el
hombre pueda imaginar, aunque sólo esté disponible
para aquella persona industriosa y emprendedora.
Cuando un hombre comete actos pecaminosos, esas
cosas se vuelven inaccesibles para él. Mas, una vez
que se libera de las ataduras de los deseos materialis-
tas y purifica su corazón, vuelven a aparecer, y el
hombre puede conseguirlas mediante esfuerzos since-
ros. Este eterno principio de la naturaleza se manifestó
a aquellos buscadores de Dios que residían en el Ash-
ram de Nara Narayana. Debían vagar por los bosques
mientras recolectaban hierbas, frutos, etc., para el fue-
go del sacrificio. En una de esas oportunidades, vieron
una extraña planta a la distancia. Al aproximarse pu-
dieron reconocerla. Era la poco común y divina enre-
dadera Somalatha. Dos de los miembros del equipo
estaban bien versados en Ayurveda (medicina védica)
y ciencia médica. La identificaron inmediatamente y el
hallazgo los conmovió. La enredadera fue llevada al
Ashram de modo ceremonial, entonando himnos védi-
cos. En la cultura de la India no tratamos a las hierbas
46

- 46 - SWAMI MAHESHWARANAND

y medicinas como materia estática. Más bien merecen


nuestro respeto, ya que están bendecidas por los de-
vas (entidades divinas) y contienen un elemento de di-
vinidad en sí. Por eso, observamos el mencionado ri-
tual cada vez que traemos cualquier hierba del bosque.

En la siguiente oportunidad en que el Señor apare-


ció ante ellos, le presentaron la enredadera y el Señor
confirmó que era Soma. El hecho es que fue sólo debi-
do a la Gracia de Bhagavan Sainath que pudieron ha-
llar esta divina medicina. Caso contrario, hubiera sido
imposible conseguirla en esta edad de Kali (de disen-
sión, discordia, mal, perversidad, guerra). Luego, el
Señor plantó la enredadera en un lugar adecuado cer-
ca del Ashram. Están dadas todas las posibilidades
para que en un futuro se expanda a su alrededor.

De modo similar, los Sadhakas encontraron otra


maravillosa hierba divina. Si se pone el jugo de sus ho-
jas en los ojos, proporciona a quien lo utiliza, una ca-
pacidad de visión inusual que le permite distinguir ob-
jetos en la más densa oscuridad de la noche tan clara-
mente como si fuera de día. ¡Y estos no fueron los úni-
cos hallazgos!

Dos sabios en el Ashram de Nara Narayana


Dios desciende a la tierra para el bienestar de toda
la humanidad. Trátese del rico o del pobre, del grande
o del pequeño, del que está inmerso en los asuntos
mundanos o del desapegado, de un padre de familia
devoto o de un Sanyasi, todos se benefician con la
presencia del Señor. El lector todavía puede considerar
una coincidencia el hecho de que entre aquellos que
habían renunciado al mundo y se habían convertido en
Sanyasis, muy pocos tuvieran contacto cercano con
47

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 47 -

Bhagavan Baba. Es por lo tanto adecuado hablar aquí


de dos personalidades que eran miembros del grupo
de los once Sadhakas y que vivían en el mencionado
Ashram.

108 Sri Swami Vamadeva Maharaj


Swami Vamadeva tiene 104 años de edad. Lo que
lo hizo optar por Sanyasa (renuncia a las ataduras
mundanales) fue una intensa necesidad de adquirir
sadhana chatushtaya.

Como es bien sabido, una persona cuya vida se


basa en la discriminación y el desapego y que está do-
tada de las cuatro virtudes de sabiduría, renunciación,
virtudes morales e intenso deseo de obtener la libera-
ción, tiene derecho en buena medida, a optar por la vi-
da de Sanyasi. Estas cuatro virtudes se conocen como
sadhana chatushtaya.

Desde este punto de vista, Swami Vamadeva era


extremadamente afortunado, ya que cuando se convir-
tió en Sanyasi, poseía esas cuatro virtudes. Muy a me-
nudo se ha comprobado que, aun Sanyasis con todas
las virtudes, se vuelven víctimas del deseo de estable-
cer una tradición de discípulos y fundan Ashrams de
ladrillo y concreto. Pero Swami Vamadeva merece elo-
gios en este aspecto, porque en lugar de pedir a otros
que se convirtieran en sus discípulos, consideró más
adecuado dedicarse a controlar su mente y sus senti-
dos y convertirse así en su amo. Los esfuerzos de toda
su vida se encaminaron hacia ese fin. Hasta aquí su
experiencia es similar a la de otros. “Si tu mente te do-
mina, estás perdido. Si puedes conquistarla, serás el
vencedor. El Universo entero es amigo de aquel que
controla su mente y sus sentidos”.
48

- 48 - SWAMI MAHESHWARANAND

En otras palabras, una persona que es derrotada


por su mente arruina su vida, tanto en este mundo co-
mo en el otro. Pero aquel que puede sojuzgarla y con-
vertirla en su esclava mejora sus oportunidades en
ambos. Logra buen nombre y fama en este mundo y li-
beración en el otro. Y eso fue lo que Swami hizo.

La opinión de Swamiji con respecto a la vida en los


Ashrams era muy clara. De acuerdo con él, este cuer-
po nuestro nos proporciona refugio y es un Ashram
para dedicarnos a la búsqueda de Dios y finalmente
fundirnos con El. Por lo tanto, es el verdadero Ashram,
por brindar refugio al buscador de la Verdad, es decir,
al buscador de Dios. Toda otra forma de Ashram es
inútil. Por lo tanto, si uno no tiene discípulos ni posee
un complejo edilicio llamado Ashram, no surge el pro-
blema de la posesión o la riqueza y uno no está apega-
do a ninguna forma material. Esto produce automáti-
camente un sentimiento de desapego y renunciación
que crece con el tiempo.

Veinte años atrás, Swamiji pudo vislumbrar que en


los años por venir, a medida que su edad avanzara, su
cuerpo se volvería débil y quedaría expuesto a todo tipo
de enfermedades. Por lo tanto, ¿por qué no abandonarlo
voluntariamente? En aquel momento tenía alrededor de
85 años. Hay un clan de Sanyasis (Avadhutas) que si-
guen el sistema de Rishabhadeva de abandonar volun-
tariamente el cuerpo.

Swami Vamadeva decidió lograr la liberación si-


guiendo la misma tradición. Cuando el bosque en el
que Rishabhadeva estaba sumido en meditación se in-
cendió y cada árbol y arbusto fue reducido a cenizas,
el santo ofreció su cuerpo mortal a las llamas y logró
la divina bienaventuranza. Vamadeva pensó: “¿Por qué
49

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 49 -

no ir a Kashi, donde reside el mismo Señor Shiva y las


sagradas aguas del Ganges lavan todos nuestros peca-
dos, y entrar en el estado de liberación ofreciéndome a
mí mismo a su corriente?”

Con esta decisión fue a Kashi y, meditando en el


Señor Shiva, saltó al agua. En ese preciso momento
ocurrió un milagro. El santo había meditado en el Se-
ñor Shiva, con su cutis color alcanfor adornado con ce-
niza, pero lo que vio fue una divina figura vestida de
color azafrán, con una corona de abundante cabello y
la mano levantada en gesto de protección. Se manifes-
tó unos pocos minutos y luego desapareció. También
ocurrió otro milagro. Cuando el santo cayó al agua se
hundió profundamente, pero al segundo su cuerpo apa-
reció en la superficie y comenzó a flotar como si fuera
un tronco. Apenas había recorrido en este estado un
octavo de milla cuando tuvo lugar un tercer milagro.
De las calmas aguas del Ganges se levantó una inmen-
sa ola que depositó su cuerpo en la orilla y se retiró.
Las aguas quedaron nuevamente en calma. Swami Va-
madeva, con firmeza, decidió quedarse en el mismo
punto donde Madre Ganges lo había dejado. Se dijo a sí
mismo: “Entraré en trance aquí mismo en postura de
loto. Durante las lluvias, cuando el Ganges desborde,
seré irremediablemente barrido. Una vez que haya ofre-
cido este cuerpo mío al Señor Shiva y a la Madre Gan-
ges que descansa en Su cabeza, no necesitará protec-
ción. Estará en ellos cuidarlo, si así lo desean”.

Esa misma noche, el travieso Señor Sainath hizo


que un oficial de rango superior, devoto de Sai, tuviera
un extraño sueño. Vio que Bhagavan Baba sentaba en
su falda a un Sanyasi y lo alimentaba con dulces. Su
expresión derramaba amor maternal sobre el santo.
Ante este sueño, el devoto se sintió lleno de amor y re-
50

- 50 - SWAMI MAHESHWARANAND

verencia por el Señor. Comenzó a pensar: “¡Qué afor-


tunado es ese Sanyasi! El Señor Sai lo trata como si
fuera una inocente criatura y lo alimenta de dulces con
Sus propias manos. Si yo pudiera echar una mirada a
este santo me consideraría extremadamente afortuna-
do”. Los profetas han dicho:

“Cultiva tu amistad no con el Señor sino con los


devotos. Mientras Dios te otorga fortuna y prosperidad,
un devoto te brinda acceso al Señor mismo”.

En otras palabras, se puede alcanzar a Dios sólo a


través de Satsang, la compañía de los buenos y vene-
rables. Por lo tanto, durante el sueño mismo, este de-
voto de Baba comenzó a orar con las manos juntas:
“¡Oh, Señor Sai! Permíteme ver a Tu amado santo. Mi
vida se llenaría de significado si tuviera la oportunidad
de servir a un alma tan realizada”.

A la noche siguiente, el devoto fue a dar un paseo


por las orillas del Ganges. Apenas había andado cuan-
do encontró al santo de su sueño sentado en postura
de loto y perdido en meditación. Se sintió arrebatado
de felicidad y cayó postrado a sus pies. Admirado de
su suerte, empezó a orar a Bhagavan Baba. Swami Va-
madeva estaba muy sorprendido. Le dijo: “Nunca te he
visto, ni conozco a tu Sai Baba. No hemos tenido con-
tacto o relación alguna antes. ¿Por qué, entonces, me
halagas innecesariamente? ¿No crees que todo es
imaginario y falso?” Entonces el devoto le contó el
sueño que había tenido la noche anterior y explicó: “Le
había rogado a Bhagavan Sai Baba que me otorgara tu
darshan y que me diera la oportunidad de servirte. Es
una fortuna el hecho de que mi pedido haya sido con-
cedido tan pronto. He tenido la suerte de encontrarte,
pero no es suficiente. Te pido tengas la bondad de
51

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 51 -

acompañarme a mi humilde morada y me des una


oportunidad de servirte por algún tiempo”.

De este modo, Swami Vamadeva supo acerca de


Sai Baba gracias al sueño de Su devoto. ¡Qué extraños
son los lilas de Bhagavan! En una fracción de segundo
Swami Vamadeva recordó la divina figura que se le ha-
bía manifestado cuando él estaba meditando en el Se-
ñor Shiva antes de sumergirse en el Ganges. La des-
cripción que el devoto le hizo de Sai Baba correspon-
día perfectamente con la divinidad que había apareci-
do ante él. “¿Es Sai Baba la encarnación del Señor
Shiva?”, se preguntó. Su voz interior respondió: “Eso
sólo podrás confirmarlo cuando acompañes a este de-
voto de Sai Baba, te quedes con él por algún tiempo y
escuches lo que tiene que decir acerca de su Señor”.

Sin embargo, aún había algo que aclarar. El Swami


dijo: “Sabes que soy un Sanyasi Avadhuta y paso mi
tiempo solamente en la jungla. No puedo aceptar la
hospitalidad de un devoto padre de familia”. A lo que
él respondió: “Swamiji, estoy bien familiarizado con tu
modo de vida. Haré los arreglos necesarios para que te
quedes en un lugar que te complacerá”. Uno puede
llamarlo una coincidencia del lila de Bhagavan Baba,
pero el hecho es que en Manikarnika Ghat, al lado del
río, hay un crematorio. Un número de Sanyasis devo-
tos del Señor Shiva se quedan allí y meditan en El.
Apenas un día antes del encuentro del devoto con
Swami Vamadeva, había fallecido uno de esos Sanya-
sis y la vivienda que ocupaba había quedado vacía. En
Varanasi, el crematorio de Manikarnika es el lugar fa-
vorito de los ascetas. Noche y día, una u otra pira está
ardiendo, lo que refuerza el sentimiento de desapego
en los Sanyasis y los convence de la futilidad de este
mundo material. El devoto trasmitió toda esta informa-
52

- 52 - SWAMI MAHESHWARANAND

ción al Swami y le propuso ocupar la vivienda vacante,


si le parecía bien. Swami Vamadeva aceptó la idea con
entusiasmo.

Allí se quedó por algún tiempo. Tuvo oportunidad


de saber más acerca de Bhagavan Baba a través de
las experiencias narradas por el devoto, las fotos que
vio y disfrutó y la descripción de los lilas de Baba que
el devoto hizo. Llegó el momento en que se sintió
inundado de amor y experimentó el intenso deseo de
tener el darshan de Bhagavan. Ya no lo podía contro-
lar. Finalmente, se unió al grupo de devotos que ahora
están en el Ashram de Nara Narayana, se presentó en
Whitefield con ellos para las bendiciones de Baba y
fue seleccionado por El para ir y quedarse en el Ash-
ram. Así fue como este santo impregnado de espíritu
de renunciación entró en contacto con el Señor encar-
nado.

Sri 108 Swami Virajanandaji Maharaj


Al igual que Swami Vamadeva, Swami Virajananda
es también un Sanyasi de alto orden. Es un gran erudi-
to y está totalmente apartado del mundo. Ahora tiene
cien años, pero goza de salud lo suficientemente bue-
na como para permitirle hacer largos viajes. Llevaba
una vida de penitencia del otro lado del Ganges, en
Dashashwamedha Ghat, Kashi. Era un asceta en el
verdadero sentido. Virtuoso, entendido, bien versado
en las escrituras y, sin embargo, humilde y modesto,
tenía una gran cantidad de discípulos cuyas vidas se
volvían puras, nobles y dignas de ser vividas bajo su
guía.
Hace veinte o veinticinco años oyó acerca de la en-
carnación del Señor. En 1970, visitó a Prashanti Nila-
yam junto con quince o veinte discípulos y pasó veinte
días en el Ashram. Como generalmente ocurre, los li-
53

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 53 -

las de Bhagavan son impredecibles. Algunas veces


son tan extraños que aun los más grandes rishis (ilu-
minados) y profetas son llevados a engaño. Nuestra
mitología está llena de este tipo de referencias. Sati, la
consorte del Señor Shiva, dudó del Señor Rama cuan-
do El iba a través del bosque, y quiso verificar la divi-
nidad de Rama desoyendo los consejos del mismo Shi-
va. Narada, el gran sabio, tuvo un ataque de ira cuan-
do descubrió que su apariencia había cambiado y ha-
bía sido convertido en mono por Narayana que se ha-
bía casado con la hermosa princesa Viswamohini. Con
Swami Virajananda hubo otro incidente. Después de
pasar veinte días en Prashanti Nilayam, llegó a la si-
guiente conclusión: “Baba es el dios de los extranjeros
y los ricos. Una encarnación de Dios es el Amor mis-
mo y no hace diferencia entre el rico y el pobre. En el
caso de Baba, esto no parece ser cierto. ¡Nos hemos
quedado aquí durante veinte días y durante este tiem-
po ni se molestó en preguntarnos quiénes somos ni de
dónde hemos venido! ¡Realmente, él no puede ser Pre-
maswarupa! (Encarnación misma del Amor)”. Con es-
ta idea, ordenó a sus discípulos que dejaran el lugar
inmediatamente y se encaminaron hacia el norte de la
India. Pasaron la primera noche en uno de los choul-
tries (tipo de Ashram) en Dharmavaram. Ocupaban
dos habitaciones, una para los discípulos y ayudantes
y otra para Swami Virajanand.

Se acercaba ya la noche cuando un extraño pidió


permiso y después que Swami hizo un gesto afirmati-
vo, entró en la habitación. Cortésmente presentó sus
saludos y dijo: “¡Swamiji! Bhagavan Sainath me ha en-
viado a ti con la solicitud de que seas tan amable de
acompañarme a Puttaparti ahora mismo. Por favor,
prepárate para venir conmigo”. Swami estaba muy
ofendido. Respondió en tono despreciativo: “¡No iré! El
54

- 54 - SWAMI MAHESHWARANAND

podrá ser el Señor de los ricos, pero no es el nuestro


por cierto. No es bueno ni afectuoso. No es la Encar-
nación del Amor que manifiesta ser”. El visitante, sin
embargo, repitió su pedido, esta vez de modo más
enérgico: “¡Maharaj! ¡He sido enviado con esta misión
y no me iré de este lugar a menos que me acompañes!
El auto está esperando afuera. Te llevaré y te traeré en
el mismo vehículo”. Así siguió el intercambio de pala-
bras hasta que Swami decidió acompañar a esta per-
sona. Después de todo, pensó, no tomará más de dos
horas y media ir y volver en auto.

Tan pronto como Swami Virajanand llegó a Pras-


hanti Nilayam, Bhagavan envió por él y fue conducido
a Su habitación superior. En el momento en que entró
tuvo la intención de hacer llover una retahíla de insul-
tos y quejas sobre Bhagavan Baba, pero el Señor son-
rió y le dijo gentilmente: “Cenemos primero y luego
eres libre de hacerme tantas preguntas como desees”.
La cena se sirvió inmediatamente en ese mismo lugar.
Luego Swami se sentó frente al Señor. Un segundo
después Baba abrió Su mano derecha y le mostró la
palma. Swami apenas había mirado la palma de Bha-
gavan una fracción de segundo cuando se puso terri-
blemente nervioso y comenzó a transpirar profusa-
mente. Su rostro traicionaba miedo y ansiedad. Todas
sus preguntas habían sido respondidas.

Lo que Swami había visto en la palma de Bhaga-


van había sido su casa y su grupo de discípulos. Ade-
más oía claramente la voz de Bhagavan que decía:
“Amor, Amor, Amor. ¿Qué es el amor? ¿Piensas acaso
que abandonar a una familia de cinco a siete miem-
bros y agrupar alrededor de ti una más numerosa de
discípulos es signo de verdadero amor? Abandonaste
tu casa ancestral, pero ahora te pasas el tiempo preocu-
55

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 55 -

pado tratando de conseguir unas pocas cabañas para


que sirvan de Ashram. La autorrealización, que es la
verdadera meta de esta existencia ha sido dejada muy
atrás. Estás ahora más interesado en tus discípulos y en
las viviendas. Eso no es amor, es apego. La esencia de
la vida es el amor, no la codicia. Y la esencia del amor
está compuesta solamente por la devoción y el amor a
lo Divino, no por la codicia y la gloria temporal”.

Fue una experiencia cumbre para el Swami. Nunca


nadie le había hablado de esa forma, de temas espiri-
tuales y le había mostrado la hipocresía de la que so-
mos víctimas mientras practicamos nuestra Sadhana.
Por primera vez le había sido mostrada la amarga ver-
dad y había sido Bhagavan mismo el que lo había he-
cho. Por lo tanto, encontró a Dios en la forma de Baba.
El Creador en forma de hombre. El Swami cayó a los
pies del Señor. Con gran humildad suplicó al Señor
que lo iniciara con Mantra y con Sus enseñanzas, a lo
que Bhagavan respondió: “Se le da Mantra sólo a un
discípulo, es decir, a aquel que se ha entregado total-
mente a la voluntad de lo Divino”. Indirectamente, el
Señor le estaba diciendo que él estaba más interesado
en sus discípulos y Ashrams que en el Principio del Al-
ma y en el deseo de obtener la liberación. ¿De qué val-
dría entonces darle cualquier tipo de iniciación espiri-
tual? El asceta captó el sentido de las palabras del Se-
ñor, ofreció sus saludos con gran humildad y le pidió
permiso para retirarse. Bhagavan sonrió y dijo: “Espe-
ra un minuto”. El Swami se sentó. De pronto sintió
sueño. En un segundo, cuando despertó, se encontró
en su cuarto en el choultry de Dharmavaram y no en
Puttaparti.

El Swami estaba asombrado. ¿Cómo podía haber


cubierto una distancia de 25 millas en un segundo,
cuando ni siquiera había dado un paso del lugar donde
56

- 56 - SWAMI MAHESHWARANAND

había estado sentado en la habitación de Bhagavan?


Sólo se puso a meditar y su mente estaba a los Pies de
Loto del Señor. El mero hecho de poder recordarlos
era en sí mismo un acto de Gracia. Luego, vino a su
memoria lo que las Upanishads dicen acerca de los
atributos de un Avatar:

“Apani Paado Jayano Grahita…”

Goswami Tulasidas ha dicho lo mismo en las si-


guientes palabras:
“El Señor es aquel que camina sin usar Sus pies,
oye sin utilizar Sus oídos, disfruta de todos los sabores
sin utilizar Su boca, es un gran orador que no usa Su
lengua y es un realizado profeta. De esta forma, todos
Sus actos parecen milagros. Es aquel cuya gloria está
más allá de toda descripción”.

Así como Bhagavan viaja por tierra y mar sin mo-


verse físicamente, también puede hacer que aquellos
que disfrutan de Su gracia hagan lo imposible en caso
de ser necesario. El Swami llegó a la conclusión de
que todo lo que había pasado había sido resultado de
la excepcional gracia del Señor, ya que para él hubiera
sido imposible cubrir la distancia hasta Dharmavaram
en ese tiempo. Está más allá de cualquier duda que Sri
Sathya Sai Baba es el mismo Dios.

Cuando llegó a Kashi, llamó a sus discípulos y les


dijo con franqueza: “En mi terrible ignorancia los hice
a ustedes mis discípulos y me declaré Gurú. Pero la
verdad es que sólo Dios es realmente el Gurú. Es
nuestra buena fortuna que Brahma, el Creador, el pre-
servador y destructor de este universo, ya haya des-
cendido a la tierra en la forma de Bhagavan Sri Sathya
57

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 57 -

Sai Baba; por lo tanto, todos nosotros, ustedes y yo, lo


aceptaremos como nuestro real y verdadero Gurú”. Se
liberó luego de todos los lazos que lo ataban a Sus dis-
cípulos y al Ashram y se dedicó a hacer severa peni-
tencia. Habiendo notado la simplicidad de su vida y su
ardiente devoción, Bhagavan lo llamó a Prashanti Nila-
yam en 1982 y lo seleccionó como miembro del grupo
que iría a establecerse en el Ashram de la Cueva.

Es gratificante ver que los ascetas que se dedica-


ron a la búsqueda de Dios a través de la renuncia al
mundo y que viven como Sanyasis hayan comenzado
a reconocer la encarnación del Señor Sai. En 1987, se
organizó en Prashanti Nilayam un Congreso de la
Unión de Sadhus (sabios, virtuosos) del estado de
Andhra. En presencia de una gran concurrencia de
Sadhus, Sanyasis y eruditos de gran reputación, Sri
108 Swami Bhoomanand Saraswati, el entonces pre-
sidente de la Unión, y los dos presidentes anteriores
reconocieron el descenso del Señor a la tierra en la
forma de Sri Sathya Sai Baba. Esperamos que otros
estados sigan el ejemplo.
59

IV
SABIOS DE LOS HIMALAYAS

En los tres capítulos anteriores vimos que Bhaga-


van entregó el Prasad Patra a un grupo de once devo-
tos. Estos establecieron el Ashram de la Cueva en la
Montaña de Nara Narayana, a 20 millas al noroeste del
santuario de Badrinath. Eran todos aspirantes de alto
orden y comenzaron a practicar samadhi. Bhagavan
Baba se manifiesta en el Ashram de tiempo en tiempo
y les imparte valiosas enseñanzas respecto de su sad-
hana. También lograron encontrar algunas hierbas me-
dicinales, como la Somalatha. Asimismo, vimos cómo
dos Sanyasis de grandes logros llegaron a contactarse
con Bhagavan de modos aparentemente extraños y
más tarde se unieron al grupo de aspirantes que fueron
enviados por el Señor a practicar penitencia y hacer
Samadhi Yoga en el Ashram de la Cueva. Es interesan-
te a esta altura saber lo que dicen acerca de Bhagavan
los sabios del Himalaya, con grandes siddhis (poderes
divinos).

La vida en el Ashram de la Cueva se desarrolla con


estricta disciplina y se enriquece de tanto en tanto con
60

- 60 - SWAMI MAHESHWARANAND

la visita de grandes sabios de más de 500 y hasta de


1.000 años de edad, que viven en las laderas de los
Himalayas. Con respecto al Señor encarnado, ellos ha-
cen las siguientes observaciones.

1. Sri Avadhutji
Sri Avadhutji vive en el pico de la montaña Kaka
Bhushundi. Cuando visitó el Ashram por primera vez
se trataron algunos temas religiosos. En el curso de la
conversación, se le formuló una pregunta: “¿Cuál es su
opinión acerca de Bhagavan Sri Sathya Sai Baba, la
encarnación de Shiva?” Como respuesta, Sri Avadhut
recitó la siguiente sloka del Gita:

“El Señor Krishna le dijo a Arjuna: ‘¡Oh, Arjuna!


Nadie, ni siquiera los dioses o rishis pueden saber
acerca de Mí, el encarnado. ¿Cómo puede entonces
saber la gente común? Yo soy el Creador original de
todos esos dioses y maharshis (quienes enseñan y
transmiten los ideales de los Vedas)’.”

Sri Avadhut agregó: “Donde fallaron los dioses total-


mente fundidos en la Divinidad y los grandes rishis que
establecieron contacto con el Señor cantando los sagra-
dos mantras, ¿qué queda para una persona como yo?”

Unos días después, se le hizo a Avadhutji una nue-


va pregunta con respecto a la encarnación del Señor.
Esta vez, su respuesta fue diferente. “Aquellos que tie-
nen la buena suerte de tener el darshan del Señor en-
carnado, recibir Su gracia y el alimento diario del Pra-
sad Patra que El les entregara, son muy afortunados.
En lo que a nosotros respecta, el Avatar no nos conce-
de siquiera Su proximidad, por lo tanto, recibir Su gra-
cia y Sus bendiciones es sencillamente imposible”.
61

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 61 -

Resulta evidente que Sri Avadhut aceptaba a Sri


Sathya Baba como Dios encarnado y trataba de acer-
carse a El. Si falló en su empresa, es tema aparte.

2. Un Vedantino Parivrajak Siddha Purusha


Debe recordarse que nadie osaría preguntar el
nombre a estos sabios, ya que en la Vedanta Sadhana
(disciplina espiritual que conduce a la fusión del yo
con el Creador) el “nombre” y la “forma” se conside-
ran falsos. Se le formuló al Vedantino la misma pre-
gunta que a Sri Avadhut. Respondió: “Sí, el Señor Shi-
va ha descendido a la tierra en la forma de Sai Baba,
pero lo que resulta sorprendente es que el Avatar no
nos permita a nosotros, los Siddhas, acercarnos a El”.

3. Mahavatar Baba
Los lectores deben estar familiarizados con esta
personalidad. Hay varias respetuosas referencias res-
pecto de él en la “Autobiografía de un Yogui”, escrita
por Paramahansa Yogananda. Varios aspirantes, tanto
de la India como del exterior se acercan a él para que
los guíe. Se considera que tiene más de 1.000 años de
edad. Se acredita a Mahavatar Baba el haber revivido
la antigua Sadhana del Kriya Yoga (forma práctica del
yoga: austeridad, estudio y devoción al Señor).

El líder del Ashram de la Cueva fue el único que


pudo lograr una entrevista personal, pero en cámara.
Se le hizo a Mahavatar Baba la misma pregunta con
respecto al Avatar Sai y su respuesta fue: “Conozco a
los tres Avatares del Señor Shiva. Tuve el darshan de
Shirdi Sai y también el del actual Avatar Sathya Sai.
También conozco al futuro Avatar del Señor Shiva en
la forma de Prema Sai”.
62

- 62 - SWAMI MAHESHWARANAND

4. Baba Sundardas (Nath)

Hay una historia popular acerca de este mahapu-


rusha en el santuario de Badrinath. Hablando de sus
ancestros, los residentes de este centro de peregrina-
ción dicen que alrededor de 125 años atrás Baba Sun-
dardas complacía a todos con su darshan. Había lo-
grado la perfección en Pranayam Sadhana (disciplina
de la regulación de la respiración y la energía vital).
Un día, en presencia de todos, voló al cielo. Desde en-
tonces, sus apariciones públicas cesaron, pero aque-
llos que son grandes sadhakas pueden verlo y tener
audiencias con él.

Todos los devotos del Ashram de la Cueva pudie-


ron disfrutar de su darshan y mantener conversaciones
con él. El visitaba a menudo el Ashram. Después de
recibir sus visitas durante casi tres años, se le preguntó
su opinión acerca del Avatar de Sri Sathya Sai Baba.
Amablemente respondió: “Cuando por primera vez oí
algo acerca del Avatar, no pude creerlo. La mayoría de
lo que uno ve y oye no es cierto. En lo que hace a
examinar la personalidad del Avatar más profunda-
mente, es algo que está totalmente fuera de mi alcan-
ce. No soy tan competente. Es cierto que me he eleva-
do por encima del nivel en que las ilusiones mundanas
restan valor a una persona, pero todavía no he realiza-
do adecuadamente al Principio Divino. Hablando con
franqueza, a menos que uno haya realizado a la Divini-
dad en el real sentido, es casi imposible reconocer al
Avatar, porque la encarnación de Dios es la manifesta-
ción de la Divinidad, Brahma mismo”.

Poco más tarde, Baba Sundardas agregó, muy fe-


liz: “Pero ya que gozo de vuestra compañía y he oído
una cantidad de santas historias acerca de Bhagavan
63

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 63 -

Baba, además de leer libros sagrados tales como el


Jaimini Mahabharat, estoy convencido de que Bhaga-
van ha descendido a la tierra. Ahora estoy aguardando
las bendiciones del Señor”.

5. El Jaimini Mahabharat
Hay varias razones por las cuales los Siddhas que
viven en los Himalayas visitan el Ashram de la Cueva.
Una de ellas es compartir el Prasad del recipiente Divi-
no. Otra es la vida austera que llevan los once devotos
del Ashram, que pasan la mayoría de su tiempo fundi-
dos en estricta penitencia. Y hay también una tercera
razón. Es la oportunidad de estudiar el Jaimini Mahab-
harat, libro sagrado difícilmente asequible, al que Baba
Sundardas se refiriera en líneas anteriores.

El autor de esta gran epopeya fue el principal discí-


pulo de Maharshi Ved Vyas, el Rishi Jaimini. Su mayor
logro es la adecuada y detallada exposición de las
prácticas para llevar a cabo yajnas (sacrificios, ofren-
das). Este texto sagrado es el compendio de todo el
conocimiento acerca de los métodos de purificación de
la persona materialista y la realización de las yajnas.
Es uno de los seis bien conocidos sistemas filosóficos
clásicos. Maharshi Jaimini también escribió otro texto
épico que trata de una cantidad de incidentes extraor-
dinarios y reveladores que no se encuentran en el Ma-
habharat escrito por Maharshi Ved Vyas. Este texto se
llama Jaimini Mahabharat.

En la India, muchísima literatura sobre temas espi-


rituales fue destruida durante el transcurso de las suce-
sivas invasiones extranjeras que ocurrieron de tiempo
en tiempo. Uno puede imaginar la cantidad de escritu-
ras y libros sagrados que había en la Biblioteca Saras-
64

- 64 - SWAMI MAHESHWARANAND

wati de Srinagar cuando lee que los invasores no sólo


saquearon, sino que también utilizaron libros como
puente para cruzar el río Vitasta. En forma similar, en
el Fuerte Rojo de Delhi se utilizaron, durante casi seis
meses, preciosos libros y antiguas escrituras para ca-
lentar el agua de los baños reales. Especialmente el
norte de la India sufrió varias de esas invasiones; escri-
turas valiosas como el Mahabharat de Jaimini fueron
destruidas y, de haber quedado alguna copia, simple-
mente desapareció de la vista del público. De los 18
capítulos de esta gran epopeya sólo puede conseguir-
se el que trata del Ashwamedha Yajna. Se ha perdido
el resto de los diecisiete. El Ashwamedha Parva ha si-
do editado por la Gita Press, Gorakhpur.

Es también un milagro de Bhagavan Baba que el


Jaimini Mahabharat completo pudiera ser encontrado
intacto, perfectamente preservado, en una de las cue-
vas de la montaña. La persona que lo encontró no era
experta en sánscrito. Por lo tanto, presentó el manus-
crito al líder de la Cueva de Sri Nara Narayana, que es
un erudito en dicho idioma.

Lo que este libro tiene de especial es que contiene


una descripción completa de Bhagavan Sri Sathya Sai
Baba, una encarnación del Señor Shiva. Menciona el
nombre del Avatar, hace una relación completa de su
dinastía y narra varios maravillosos milagros del Señor
que indican el comienzo de una nueva era, el Sathya
Yuga, en la que se establece la verdadera religión. Los
Siddhis que visitaron el Ashram de la Cueva tuvieron
la buena suerte de leer este sagrado libro. Estaban
asombrados de poder verlo, de poder leer y oír su con-
tenido. Se dieron cuenta entonces que más de cinco
mil años atrás, el gran Muni* Jaimini, que estaba mu-
* Muni: Monje que practica silencio espiritual.
65

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 65 -

cho más avanzado que ellos en espiritualidad, predijo


la encarnación del Señor Sainath. Expresaron su sin-
cera gratitud a los residentes del Gufa Ashram por ha-
berles brindado la oportunidad única de ver el sagrado
libro que fuera descubierto gracias a sus desinteresa-
dos esfuerzos. Baba Sundardas también les agradeció
mientras aludía al Jaimini Mahabharat.

6. Devaraha o Devaria Baba


Este gran sabio no vive en los Himalayas, sino a
orillas de los sagrados ríos que allí se originan. Habita
el primer piso de una estructura de madera de dos pi-
sos, cerca de la sagrada confluencia del Ganges, el Ya-
muna y el Saraswati. Es considerado como un yoga de
los Himalayas por su asociación con los mencionados
ríos. Se estima que tiene 450 años de edad. Es un an-
tiguo conocido del líder del Gufa Ashram. Cierta vez,
éste quiso saber la opinión de Devaraha Baba acerca
de Bhagavan Sri Sathya Sai. Devaraha Baba afirmó en
claros y enfáticos términos que Bhagavan Baba es la
encarnación del Señor Shiva. “El es Brahma mismo
encarnado”. El jefe deseaba una aclaración sobre este
punto y por lo tanto, expuso su duda: “¡Maharaj! Te es-
toy agradecido por haber disipado de la mente de las
personas una inquietud de larga data, pero, ¿serías tan
amable de decirme la razón por la cual mantuviste es-
te hecho como un secreto para mí y mi familia aunque
te hemos visitado por varias décadas?” Devaraha Ba-
ba, tranquilo y con serenidad dio su respuesta en tono
grave: “No es adecuado decir ciertas cosas a menos
que sean expresamente preguntadas. Primero hay que
ser un real buscador. Además, existe otra razón impor-
tante. El Señor encarnado ha prohibido estrictamente
a los Sidhas mencionar este hecho a nadie. Por lo tan-
to, no podemos siquiera discutir el tema entre nosotros
66

- 66 - SWAMI MAHESHWARANAND

mismos. Este misterio acerca de la encarnación de


Bhagavan Sainath puede sólo ser brevemente discuti-
do en compañía de los sadhakas altamente realizados,
que son realmente inquisitivos”. Permaneció en silen-
cio unos minutos y luego dijo quedamente: “No está
lejos el tiempo en que profetas, sabios y santos de to-
do el país se reúnan en Puttaparti para recibir las ben-
diciones del Señor encarnado”.*

7. El Reverenciado Maharshi Bhrigu Baba


Maharshi Bhrigu es conocido en todo el mundo por
sus exactas predicciones. Dotado de una sutil inteli-
gencia divina, hizo innumerables predicciones de las
que llegamos a enterarnos a través del Bhrigu Samhi-
ta. Casi todas ellas se han cumplido. ¿Qué mayor ha-
lago puede hacerse a Bhrigu Maharaj que el del Omni-
potente y Omnipresente Señor Krishna en el Shrimad
Bhagavad Gita? Mientras hace una exposición sobre
Su Omnipresencia, el Señor dice: “De entre los Mahar-
shis Yo soy Bhrigu”. Un Maharshi ocupa un lugar más
elevado que un Rishi, y dentro de la categoría Bhrigu
es el más alto exponente. Bhriguji ha dado detallada
información acerca de la encarnación de Bhagavan
Sainath, en su inmortal trabajo, el Bhrigu Samhita. Sus
seguidores han establecido una asociación llamada
“Manav Dharma Sangh”. Hace 25 años, cuando esta
institución se estableció en Delhi, Bhrigu Maharaj en-
vió a su director a visitar primero a Puttaparti y recibir
las bendiciones de Bhagavan Sai Baba, para luego ini-
ciar su santa misión. Sus deseos fueron cumplidos y
sólo entonces comenzó a funcionar la organización,
que tiene una cantidad de sedes en todo el país. Este

* Una quincena antes de que esta edición se publicara, Devaraha Baba


dejó el cuerpo mortal y tomó Mahasamadhi (estado posterior a la desa-
parición del cuerpo).
67

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 67 -

solo hecho es suficiente para ilustrar la importancia


que Maharashi Bhrigu da a Bhagavan Baba, el Avatar
del Señor Shiva.

Un juicio crítico
La primera pregunta que viene a la mente es: ¿Por
qué el Señor no permite a los Siddhas acercarse a El?
La simple respuesta es: “No ha llegado aún el momen-
to en que el Señor se revele públicamente”. Si permite
que los Siddhas vayan a El y reciban Su bendición,
una interminable multitud de Sadhakas los seguiría.
Sería natural que pensaran que si los Siddhas lo acep-
tan como Avatar, sería tonto que ellos no lo hicieran
también. Muy pronto Sai será universalmente aceptado
como Dios.

En realidad, el propósito preciso de un Avatar es


dar a conocer a la gente Su llegada, pero en Su pro-
yecto divino siempre hay un tiempo para cada cosa.
Ya llegará el momento en que todos tengan oportuni-
dad de disfrutar de Su darshan (presencia), sparshan
(tacto) y sambhashan (diálogo). Mientras tanto, sólo
unos pocos elegidos pueden acercarse a El.

Sirva el siguiente relato a modo de ilustración. El


Señor Shiva encontró a Rama, el morador del bosque,
llorando por la pérdida de su esposa Sita y preguntan-
do a plantas y árboles si habían visto en alguna parte a
Sita, la de los ojos de gacela. Viendo al Señor del Uni-
verso en tan lamentable condición, Shiva se sintió em-
bargado de tristeza y tuvo el deseo de acercarse y
ofrecerle sus plegarias. Pero en ese mismo momento
su discriminación vino al rescate. Recordó el deseo
que Brahma había concedido a Ravana.
68

- 68 - SWAMI MAHESHWARANAND

Este había pedido a Brahma que, si llegaba a mo-


rir, fuera a manos de hombre y no de algún dios. Vish-
nu, por lo tanto, había descendido a la tierra en forma
de hombre como Rama. “Por lo tanto, si voy y comien-
zo a rezarle como Paramatma, las palabras de Brahma
no se cumplirán”, pensó Shiva.

Uno se pregunta cómo podría equivocarse. Des-


pués de todo, el mismo Shiva es el Maestro Supremo
de todos los Siddhas y supremo también en la jerar-
quía de los dioses. Pero hay algo que debe evitarse. Si
Shiva comenzaba a orar a Rama, todos los otros dio-
ses, los Siddhas, los Rishis y los santos lo imitarían, y
el aspecto divino de Rama sería conocido por todos y,
por lo tanto, no sería tratado como hombre. Para res-
petar lo concedido por Brahma, Rama no mataría a
Ravana. En el campo de batalla de Lanka, Ravana se
jactaría: “¡Oh, Señor de los Señores! ¡Arroja tu arco y
tus flechas! Brahma, el creador del universo me ha
concedido un deseo. ¡Nadie excepto el hombre puede
matarme! Pero tú no eres hombre. Eres Ishwara. Dota-
do y revestido de divinidad, aunque hombre, tú eres
realmente Dios. ¡No puedes matarme!” Por lo tanto,
hasta que Ravana no fuera destruido, Rama se com-
portaría como cualquier ser humano. Una vez que Ra-
vana hubiera sido eliminado, todos los dioses, Shiva
incluido, ofrecerían sus plegarias a Rama como la en-
carnación del Señor Vishnu, el Supremo Hacedor.

Así como Shiva ofreció Su salutación a Rama des-


de lejos y secretamente, así Bhagavan Baba no permi-
te a Rishis y Siddhas que se congreguen a Su alrede-
dor. Pero no está lejano el tiempo en que los dioses
asuman formas humanas y vayan a Puttaparti junto
con Rishis y munis a ofrecer sus devociones al Señor y
buscar Sus bendiciones.
69

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 69 -

Hace veinte años, el Señor hizo una afirmación si-


milar. Estaba desayunando con algunos de los devotos
más allegados, cuando ésos le propusieron: “¡Swami!
tus lilas y milagros son el tema obligado en cada hogar
de casi todos los países más importantes del mundo.
Queremos organizar una conferencia a nivel internacio-
nal de todos los buscadores espirituales y declarar des-
de ese foro que Dios, el Creador de este Universo, ya
ha descendido a la Tierra. De este modo, la humanidad
entera se beneficiará con la presencia del Señor”.

Bhagavan Baba los escuchó con una sonrisa y lue-


go habló, lleno de compasión: “Vuestros sentimientos
hacia vuestros semejantes son dignos de elogio y yo
los respeto. Pero el tiempo todavía no ha llegado. Pri-
mero tengo que acercar a Mí a aquellos que en vidas
anteriores han estado tratando incesante e incansable-
mente de llegar a Mí a través de severa Sadhana. Ya
vendrá el tiempo en que el mundo sepa del Avatar me-
diante la declaración pública. De todas formas, si im-
pulsados por su sentido del deber quieren llevar esta
Verdad a conocimiento de otros devotos y amigos,
pueden hacerlo a nivel personal”.

Uno, por lo tanto, puede comprender fácilmente


por qué Swami generalmente no permite a nadie escri-
bir acerca de El de modo que parezca un anuncio pú-
blico. Por ejemplo, cuando los Sadhakas del Gufa Ash-
ram pidieron permiso para la publicación de la referen-
cia acerca de Bhagavan Baba que hay en el Jaimini
Mahabharata, Baba se negó. En forma similar, Irani
Ma, una de las antiguas devotas de Bhagavan quiso
publicar lo que Mahoma había profetizado en uno de
sus famosos libros “Océano de Luz”. En él se mencio-
nan en detalle veintisiete atributos del Avatar. Sin em-
bargo, Baba no dio permiso para su publicación. En
70

- 70 - SWAMI MAHESHWARANAND

forma similar, Acharya Ganjur Narayana de Bangalore,


tiene en su poder un escrito único, el “Sai Charitamru-
tum”, que fue escrito por Shuka Muni hace cinco mil
años. Allí hay una detallada descripción de la encarna-
ción del Señor Sai en el Kali Yuga. Algunos amantes
del Señor Sai se acercaron a El buscando permiso pa-
ra publicar este importante documento. Una vez más
la petición fue denegada.
71

V
UNA EVALUACION OBJETIVA

(Hemos hablado ya del Prasad Patra entregado por


Bhagavan Baba a los once Sadhakas que fueron a los
Himalayas y establecieron el Gufa Ashram. Viven allí
en forma permanente y se dedican exclusivamente a
la Sadhana y a Samadhi. Los Siddhas y Rishis de los
Himalayas visitan el Ashram de tiempo en tiempo para
compartir el Prasadam, y cuando se les pidió una opi-
nión sobre Bhagavan Baba la dieron. El autor ha desa-
rrollado en forma crítica los puntos de vista de los
Siddhas. El Editor.)

Por lo que los Siddhas han dicho acerca de Bhaga-


van Baba, resulta claro que, aunque reconocen la im-
portancia del Avatar, asumen su incapacidad para
apreciar la verdadera naturaleza del Señor en su totali-
dad. Citan el Gita:

“Cuando los dioses, totalmente imbuidos de la divi-


nidad, y los Maharshis, que pueden ver el pasado, el
presente y el futuro invocando los mantras sagrados,
expresan su impotencia acerca de la manifestación del
72

- 72 - SWAMI MAHESHWARANAND

Avatar, ¿cómo podemos nosotros, simples seres hu-


manos saber algo al respecto?”

Hay varias cuestiones básicas que se desprenden


de esto. Primero, si los Siddhas de los Himalayas, que
son almas realizadas, no tienen éxito al identificar al
Avatar, ¿está realmente dentro de la capacidad y es-
fuerzo humanos comprender Su realidad? Segundo,
si Bhagavan Baba no permite que Siddhas ni sabios
se acerquen a El, ¿hasta qué punto podemos noso-
tros, los simples devotos alcanzarlo? En tercer lugar,
si por casualidad se logra acceso a El, ¿qué seguri-
dad hay de no ser desaprobados y rechazados? Hay
cientos de dudas de este tipo que surgen en la mente
de un lego.

Sin embargo, todas ellas tienen una respuesta sim-


ple. ¿Hasta qué punto uno se ha entregado a sí mismo
a Dios? Si la entrega es total, no habrá dificultad en al-
canzarlo física y espiritualmente y, asimismo, identifi-
car al Avatar.El Señor mismo concederá al devoto una
oportunidad de verlo y de disfrutar de la gloria del
Avatar. Desafortunadamente, los Siddhas carecen de
este espíritu de entrega total al Señor. Su ego, envane-
cido por el hecho de ser Siddhas y más sabios que el
resto de la humanidad, les impide entregarse total-
mente a los Pies de Loto de Bhagavan. Aun en el caso
de que algunos de ellos experimenten ese sentimiento,
lo hacen de modo muy limitado. La simple razón es
que el ego del ser humano no está libre ni siquiera de
la vanidad de ser virtuoso. El espíritu de entrega total
se hace fácilmente evidente en los simples devotos, en
los hombres y mujeres comunes, pero en el caso de
intelectuales, pensadores y Siddhas, el ego se interpo-
ne en su camino.
73

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 73 -

El sloka del Gita citado por estos grandes aspiran-


tes y realizados espirituales apunta a la causa por la
cual no pueden conocer al Avatar en Su totalidad. El
Señor dice: “Soy el hacedor original de todos los actos
de los dioses y maharshis. Como tal, ellos no pueden
comprender mi totalidad cuando encarno”.

El Señor Krishna está haciendo aquí referencia a la


peculiaridad de la naturaleza humana. Cada vez que el
hombre realiza un acto, lo más importante en su men-
te es que es él quien lo ha llevado a cabo. El es el ha-
cedor. Se olvida del Señor. Todos recuerdan lo que han
hecho, pero olvidan fácilmente lo que se les ha hecho.
Recordamos bien aquello que creamos, construimos o
descubrimos, pero olvidamos fácilmente quién fue
nuestro creador. Hay una referencia acerca de Brah-
ma, el creador, en el Ramayan. Junto con otros dioses,
Brahma visitó a Mithila o Janakpuri para asistir a las
celebraciones del matrimonio de Sri Ram. Al ver la
grandeza y hermosura de la ciudad quedó asombrado.

Fue sorprendido en grado sumo y había motivos


para Su sorpresa. Como creador, pensaba que el uni-
verso entero había sido creado por El; Mithila no era la
excepción. Pero encontró que en dicha ciudad todo era
nuevo y de una belleza exquisita que El mismo no po-
día concebir. Lo que demuestra lo estrecho de su pun-
to de vista. Había ido a presenciar el divino casamien-
to del Señor Ram con la Madre Sita. Era una ocasión
especial. Su suponía que lo que debía hacer era ofre-
cer Su respetuosa salutación a los Pies de Loto del Se-
ñor Ram, mas en lugar de ello, estaba ocupado en
descubrir rastros de Su creación. Estaba absorto pen-
sando en Su propia gloria, en cómo había creado los
catorce mundos. El planeta tierra era uno de ellos y
Mithila una de sus ciudades. En ese lugar se llevaba a
74

- 74 - SWAMI MAHESHWARANAND

cabo el casamiento de Ram y Sita, de modo que el


mérito por haber creado a Mithila era Suyo. Se encon-
traba abstraído en ese tipo de pensamientos egotis-
tas. Pero al llegar allí y no encontrar rastros de Su
creación, se sintió conmocionado. Su ego quedó des-
truido y se dio cuenta de Su error. Mithila y Ayodhya
eran los lugares elegidos para los lilas de Bhagavan
aun antes de Su encarnación. Brahma había olvidado
este simple hecho. Esta verdad queda lo suficiente-
mente clara en el Avatar Krishna. Ni bien Krishna de-
ja Su cuerpo físico, toda la ciudad de Dwaraka se
hunde en el océano, hecho que marca el comienzo
del Kali Yuga. De la misma forma, tan pronto como
Sri Ram abandona su cuerpo terrenal en Guptar Ghat,
en el río Sarayu y retira Su lila, las divinas ciudades
de Ayodhya y Mithila también se hunden.* Esto es
natural, porque ¿cómo podían existir en el mundo fí-
sico creado por Brahma?

Como Brahma estaba obsesionado por el ego de Su


deber cumplido —el deber de crear el universo— veía a
la divina ciudad de Mithila como parte de Su creación.
Por lo tanto, sólo recordaba lo que El había creado, pe-
ro olvidaba a Su creador. Por eso el Señor Shiva, el
más grande preceptor de Bhakti Sadhana (disciplina
espiritual de la devoción) tuvo que explicar la impor-
tancia de ese auspicioso momento, a los dioses.

El Señor Shiva hizo que todos los dioses presentes


comprendieran la verdad: “¡Oh, dioses! No se dejen
confundir por lo que ven, por lo que los sorprende. Pien-
sen con paciencia. No es un matrimonio común. Es el
matrimonio del Señor mismo. Dado lo cual, cualquier
* Lo que el autor quiere decir es que la gloria original de estas ciudades se
pierde. Aunque todavía existen, su antiguo esplendor intrínseco ha
desaparecido.
75

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 75 -

cosa puede suceder. ¿Por qué dudar?” Explicó a Brah-


ma que esta verdad elemental sólo podía ser compren-
dida cuando uno se liberaba de las garras del ego de ser
el creador y meditaba profundamente en el hecho de
que hay un Ser Superior que lo ha creado a uno.

El Señor Shiva, el enemigo de Kamadeva, afirmó


que los cuatro atributos: Arth (prosperidad), Dharma,
Kama y Moksha son concedidos a aquel que se consa-
gra al servicio del Señor Rama y la Madre Sita.

Era esta una observación indirecta para que Brah-


ma no se dejara llevar por Su intelecto, sino que llena-
ra su corazón con verdadera devoción. Brahma aceptó
este oportuno consejo con satisfacción, y en ocasión
del encuentro de Radha con Krishna en Dwapara, pre-
senciado por todos los dioses del cielo, la actitud de
Brahma fue totalmente diferente. Se encontraba en el
bosque adyacente a Nandgaon. Pero Su forma de ver
las cosas fue distinta. El incidente completo ha sido
descripto en los Puranas (colección de escritos que
describen los poderes y hechos de los dioses) de la si-
guiente forma:

Cierto día, Shyam Sundar Krishna había ido al bos-


que a cuidar las vacas mientras pacían. El día pasó
tranquilamente. Baba Nanda, el hermano mayor Ba-
labhadra y su amigo Shridama se fueron a casa. Krish-
na quedó solo. Radha, la consorte de Krishna estaba
preocupada. Pensó que en otras oportunidades había
podido ver a su Señor cuando pasaba por ese camino
con Balabhadra y Shridama. “Pero hoy todos los de-
más se han ido a casa, sólo Sri Krishna y Sus vacas no
han regresado”. Pensando en Krishna, fue en busca de
su Señor y llegó al lugar donde se encontraba Shyam
Sundar, bajo un árbol.
76

- 76 - SWAMI MAHESHWARANAND

Sri Krishna no estaba solo ahora. Lentamente, co-


menzó a caminar por el bosque acompañado por Su
invisible Shakti (energía femenina cósmica universal)
manifestada en la forma de Radha. Una música celes-
tial en forma de divinas melodías fluía de la flauta que
tocaba. Era ya de noche y las nubes azules habían os-
curecido el cielo.
En esta ocasión especial apareció Shri Brahma. Es-
taba sentado en Su cisne y lentamente descendió a la
tierra frente a Sri Krishna y Radha. Inmediatamente
Krishna le ofreció Sus saludos. Ofreció plegarias a
Brahma como autor de los Vedas, que son la base de
toda creación. Luego, Brahma le habló de esta manera:
“¡Oh, Krishna! La gente de Bhuloka es verdadera-
mente afortunada, ya que has descendido a la tierra
para liberarla de su peso y de los males que la ago-
bian. A tu izquierda se halla tu lila Shakti, Radha, la
que está eternamente presente en tu corazón. Así co-
mo el fuego y su poder de quemar no son cosas sepa-
radas y no existen como dos fuentes de energía, sino
que son uno indivisible; así como el agua y la ola, a
pesar de aparecer en dos formas diferentes son esen-
cialmente una, del mismo modo tú y Shri Radha son
eternamente uno y el mismo. Tú has asumido dos for-
mas humanas para la manifestación de tu lila a tus de-
votos. Así como estás comprometido a realizar lilas, lo
estás también a mantener la tradición. Por lo tanto,
acepta graciosamente la alianza matrimonial entre Shri
Radha y tú en esta muy auspiciosa ocasión. Esta santa
alianza ciertamente no te beneficiará en modo alguno,
pero Yo seré inmensamente beneficiado. En lenguaje
espiritual será considerada como la alianza entre Jña-
na (conocimiento) y Bhakti (devoción), y como tendré
la oportunidad de actuar como oficiante, la forma inte-
grada de Jñana y Bhakti morará eternamente en mi
corazón y ofrecerá la mayor recompensa a la que pue-
de aspirar la vida: la fusión con el Señor.”
77

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 77 -

El incidente arriba descripto demuestra claramente


que la forma de pensar de Brahma había sufrido un
cambio radical en la época de la encarnación del Se-
ñor Krishna. No había rastros de ego en El, a diferen-
cia de lo ocurrido cuando visitó a Mithila en épocas de
Ramavathar. En ese momento había estado preocupa-
do ¡porque no había visto ninguna maravilla de Su cre-
ación allí! En esa época, ver a Dios y Su gloria no ha-
bía sido Su propósito. Quería ver sólo Su propia Glo-
ria, que no pudo encontrar en ninguna parte en Mithila.
La ocasión del matrimonio de Sri Ram es especial-
mente significativa también en otro sentido. Hay una
comparación entre el hombre común y el virtuoso y
realizado. Mientras que el primero está siempre apega-
do a su Señor ya que no tiene otra posibilidad, el vir-
tuoso y erudito es incapaz de aprovechar el beneficio
de su proximidad con el Señor. Por un lado tenemos a
los ciudadanos de Mithila que decoraron la ciudad con
todo su amor, devoción y habilidades para la auspicio-
sa ocasión del matrimonio de Madre Sita; por el otro, a
personalidades tales como Brahma e Indra. Existen
dos referencias acerca de los ciudadanos de Mithila,
gente común que era feliz en el Reino de Janaka.

El ciudadano común de esta ciudad era tan rico


que hasta Indra, el soberano del cielo, no podía evitar
asombrarse. El mismo cielo con toda su riqueza y en-
canto palidecía hasta la insignificancia.

El otro comentario es acerca de lo bella que quedó


Mithila después de haber sido decorada con gran habi-
lidad por sus habitantes. La cuestión es que tanto Indra
como Brahma eran la última palabra en sus respecti-
vos campos. ¿Quién podría rivalizar con Indra en lo
que se refiere a satisfacciones materiales y la felicidad
con ellas asociada? Asimismo, ¿quién superaría a
78

- 78 - SWAMI MAHESHWARANAND

Brahma en su poder creativo? Después de todo, el ma-


terial elegido para la decoración era creación de Brah-
ma: flores, hojas, colgaduras de seda, oro y plata, ge-
mas y piedras preciosas. Además, toda la naturaleza
con sus encantos y belleza —las colinas, valles, arro-
yos, cascadas; las nubes, el arco iris, el Sol, la Luna, el
amanecer y el atardecer; las siempre cambiantes esta-
ciones— todo era sólo creación de Brahma. Siendo
así, ¿cómo pudo ocurrir que la belleza de Mithila y la
prosperidad de sus ciudadanos superaran respectiva-
mente la creación de Brahma y la riqueza de Indra? La
razón que hay detrás de este misterio es el espíritu de
humildad con que los ciudadanos hicieron su trabajo.
El Ramayana describe su modo de encarar la tarea.

Los ciudadanos pensaron primero en Shri Ram


desde el fondo de sus corazones y luego ofrecieron sus
plegarias a Brahma. “Nos damos perfecta cuenta de
que este universo es creación de Brahma y de que la
fuerza viva y la energía que vamos a utilizar para de-
corar a Mithila nos es dada por el Señor Rama. Somos
simples marionetas en las manos del Señor. En reali-
dad, tanto el hacedor como lo hecho y el principio mo-
tor son Dios mismo, y dado que Dios es todo, ¿por qué
deberíamos engañarnos con el sentimiento de que so-
mos nosotros los que hacemos esto o aquello?”

Como se puede apreciar, estaban totalmente des-


provistos de sentimientos egoístas y se habían entre-
gado completamente a los Pies de Loto de Bhagavan.
Con una actitud semejante, hasta el más común de los
mortales puede lograr mayor éxito que Brahma, el cre-
ador y puede ser más rico que Indra, el Señor del Cie-
lo. No es él quien lo logra, sino que al haber rendido
totalmente sus acciones y a sí mismo al Señor, es la
voluntad del Señor la que prevalece. El derrama Su
79

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 79 -

gracia sobre sus devotos. Para semejante devoto, el


tiempo y la distancia no tienen importancia. La Gracia
del Señor lo eleva por encima de estos y el devoto re-
side todo el tiempo en el mundo de Su gracia y no en
este mundo terreno. Es un hecho tan simple. En tanto
uno no se libere de su ego, vive en el mundo circuns-
cripto por el tiempo y el espacio. Pero desde el mo-
mento en que uno se entrega, entra en el mundo de la
Gracia Divina. Toda acción llevada a cabo en el mun-
do temporal padece de apego y toda riqueza que uno
adquiera está viciada de codicia. Pero las acciones que
se llevan a cabo mientras se vive en el mundo de la
gracia de Swami son motivadas por la devoción, y la
riqueza que se adquiere lleva al contento. La devoción
y el contento son muy superiores al apego y la codicia.
Esta es la razón por la cual los ciudadanos de Mithila
podían poseer más fortuna que Indra y hermosear su
ciudad más que el propio Brahma.

Obviamente, Brahma e Indra, dotados de conoci-


miento, poder, autoridad y otras varias virtudes, aun
viviendo cerca de Bhagavan, estaban devocionalmente
lejos, mientras que la gente común de Mithila y Ayodh-
ya son verdaderas encarnaciones de devoción. Este
argumento es aplicable al caso de los Siddhas, quienes
por sus siddhis yóguicos son víctimas de sus egos y
encuentran difícil reconocer al Avatar de Bhagavan Sri
Sathya Sai Baba. Naturalmente, deben esperar y sufrir
hasta obtener autorización del Señor para acercarse y
recibir Su Gracia. Los verdaderos devotos creen en la
entrega total, y uno puede verlos reunidos todas las
mañanas en Prashanti Nilayam para ver al Señor, aun-
que sea un instante.
81

VI
EPILOGO

Al tiempo que Bhagavan Baba entregaba el Reci-


piente Divino a los devotos, ordenó que no publicitaran
el hecho. “Hay una característica que forma parte de
vuestra naturaleza, que es la siguiente: cada vez que
experimentáis aunque sea un pequeño milagro como
resultado de vuestra Sadhana, lo dais a publicidad. No
hagáis eso”.

Es natural que el Señor Omnipresente y Omnipo-


tente hable de este modo. El creó los tres mundos y
catorce Bhuvanas sólo con Su divina voluntad. Monta-
ñas imponentes como los Himalayas, insondables océ-
anos y los cinco elementos son el resultado de Su vo-
luntad. El hecho de enviar a los once aspirantes con el
Akshaya Prasad Patra a 18.000 pies de altura era para
El sólo un juego de niños. No había nada sorprendente
que publicitar. De todas formas, existe otro importante
aspecto de Sus lilas. De los muchos objetivos para los
cuales Dios encarna en la tierra, uno de ellos es que:
“El Señor sin forma asume una forma porque no se
puede llevar a cabo ningún lila sin un cuerpo”. Durante
82

- 82 - SWAMI MAHESHWARANAND

Su encarnación, el Señor lleva a cabo innumerables li-


las divinos basados en el puro y verdadero amor que
existe entre El y Sus devotos. La gente canta las glo-
rias de Sus lilas y santifica su corazón, sembrando de
este modo la semilla del amor. Cuando florece, se rie-
ga con la narración de los lilas y milagros de Bhaga-
van en compañía de los buenos y los nobles. Gradual-
mente, esta planta de amor afirma sus raíces en el co-
razón de los devotos y se transforma en un enorme ár-
bol que les brinda los frutos de la liberación. Este amor
y esta devoción al Señor son precisamente los que
ayudan a un devoto a cruzar el océano de este mundo
material. Esa es la intención con que ha sido prepara-
do este libro.

Existe también otra razón. Muchos de los devotos


del Señor, que han tomado contacto con El están ocu-
pando cargos de gran responsabilidad en la vida públi-
ca, tanto en la India como en el exterior. Swami les ha
pedido que desempeñen sus funciones como verdade-
ros servidores públicos. Pero en sus cargos, a veces se
ven enfrentados con situaciones que representan ver-
daderos desafíos. Tales personas necesitan una reafir-
mación de su fe. Esto se hace posible cuando saben
cada vez más acerca de la gloria de Bhagavan, que se
expande y conmueve por siempre. El Señor mismo di-
jo: “Resulta muy difícil para las personas que están a
mi alrededor comprender que soy Bhagavan. Sólo un
Sadhaka que esté siempre alerta puede lograrlo”.

¿Por qué? Goswami Tulasidas ha dado una bella


explicación a este enigma, en el Charit Manas del Se-
ñor Rama:

“Es muy fácil comprender los aspectos Nirguna y


Nirakara del Señor (descripción de Dios sin atributos y
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EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 83 -

sin forma), pero para aquellos devotos que creen en


Sagunopasana, es decir, que el Señor encarna en esta
tierra con todos los atributos de un ser humano, resulta
extremadamente difícil conocerlo”.

Esta cita constituye una afirmación paradójica, ya


que la opinión popular sostiene que Nirgunopasana es
la más dificultosa de las dos formas de adoración. In-
clusive en el Gita, el Señor Krishna define a la adora-
ción de Dios sin forma ni atributos (Nirgunopasana)
como la más difícil. Adorar a Dios con un nombre y
una forma es mucho más sencillo. ¿Por qué entonces
Tulasidas hace semejante afirmación?

Desde el punto de vista de la Sadhana, la adora-


ción de lo sin forma y sin atributos es bastante difícil.
El sendero de la adoración de Dios con forma es com-
parativamente más fácil. Pero desde el punto de vista
de las dudas e ilusiones, la Sadhana basada en dicho
sendero es más difícil. La no-dualidad es la meta final
de Nirguna Sadhana. En toda creación no hay nada,
sólo Brahma. Por lo tanto, no hay nada de qué dudar.
La duda surge cuando hay diversidad. Pero, ¿acerca
de qué se puede dudar cuando no existe nada que no
sea Brahma?

El Vedanta (sistema de filosofía de lo Absoluto don-


de el universo concreto es considerado como ilusión)
dice:

“Siendo totalmente cierto que Brahma es Omnipre-


sente, ¿por qué entonces distraerse con ilusiones o la-
mentarse?”

Pero en la Sadhana basada en la devoción a un


Dios con una forma definida y poseedor de atributos
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- 84 - SWAMI MAHESHWARANAND

específicos, que constituye la base para todos los aspi-


rantes, siempre surgen contradicciones y dudas. ¿Cuál
es la clase de contradicción que el Sadhaka encuen-
tra? Tulasidas dice que los lilas del Señor son a un
tiempo simples y complicados. Están llenos de miste-
rio y a veces resultan engañosos. A causa de la simpli-
cidad de estos lilas, el devoto común comienza a du-
dar si su adorado es realmente Dios o no. Por su as-
pecto, forma de hablar y comportamiento, parece una
persona como cualquier otra. Cuando el Señor encar-
na, todas Sus actividades son como las de cualquier
ser humano. Come, bebe, habla, juega y duerme como
otros, lo que lleva a la gente a creer que no hay nada
especial en El. Es como cualquiera de nosotros. Cuan-
do Bhagavan lleva a cabo uno de Sus lilas, todo parece
muy misterioso. Uno no puede razonar sobre Sus accio-
nes y ni siquiera los grandes eruditos, munis y Siddhas
llegan a comprenderlo y se confunden. De este modo
empiezan a surgir las dudas.

Lo llamativo es que, a veces, el mismo lila de Bha-


gavan parece simple y misterioso simultáneamente.
Hay un buen ejemplo de un lila semejante en el Avatar
Krishna. De niño, Krishna tenía como compañeros a
los chicos pastores que llevaban las vacas a pastar.
Participaba con ellos en toda clase de actividades. Co-
mía, jugaba y a veces incluso hacía trampa en los jue-
gos. Lo llamaban Kanhaiya, Kanha y algunas veces
“Kanna”. De cuando en cuando había alguna pelea.
Montaban sobre su espalda y nadie se preocupaba si
le daban para comer algo que otro hubiera ya proba-
do. En una oportunidad, Brahma, el creador de los Ve-
das, pasó por allí y encontrando a Krishna en estas ac-
tividades y a los pastores tomándose libertades con El,
tuvo dudas sobre la divinidad de Krishna y la puso a
prueba. El mismo lila de Bhagavan resultaba simple
85

EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 85 -

para los pastores, que eran sus compañeros, pero es-


taba más allá de la comprensión de Brahma. De simi-
lar modo, Bhagavan Sathya Sai Baba ha llevado a ca-
bo lilas semejantes, simples y complicados a la vez.

Tomemos uno de sus lilas vinculados con el Gufa


Ashram. Al llegar a Urvashi Kund, el duodécimo miem-
bro del grupo de Sadhakas arrojó al lago el anillo, el
reloj y el recipiente divino que Bhagavan entregara.
Dejó el lugar y volvió a su casa. Sus dudas acerca de
la divinidad de Bhagavan Sainath lo habían superado.
La implicancia de tales lilas es muy sencilla. Aquel que
no domina su ego, ni se vuelve puro y simple y se en-
trega totalmente al Señor no puede comprender la ma-
ya (ilusión, ficción) de Bhagavan. Aunque este hombre
había tenido la suerte de estar cerca de Bhagavan, no
prestó atención a Sus instrucciones y las violó. Evi-
dentemente, no pudo comprender la Divinidad. Por lo
tanto, en un sentido espiritual llegó hasta un punto sin
retorno, mientras que aquellos que se entregaron a la
voluntad del Señor ganaron Su gracia. Pero este lila de
Bhagavan tenía otra dimensión misteriosa de la cual
ninguno de los once estaba al tanto. Cierta vez, cuan-
do el Señor se manifestó en el Gufa Ashram, develó el
misterio.

Bhagavan reveló que cuando los miembros del


grupo propusieron elevar sus plegarias para que El los
ayudara a recuperar el recipiente Divino del Urvashi
Kund, el jefe del grupo se había opuesto a la idea. No
sólo eso, sino que él mismo se zambulló en las profun-
das aguas y rescató el Akshaya Patra, lo cual era una
misión imposible que nadie hubiera podido llevar a ca-
bo con éxito. Fue la voluntad divina de Bhagavan Sai-
nath lo que motivó el hecho, desde el rechazo a la pro-
puesta, hasta la recuperación del recipiente.
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- 86 - SWAMI MAHESHWARANAND

Al escuchar esta revelación de Bhagavan, uno de


los miembros del grupo preguntó lleno de curiosidad:
“¡Maharaj! Esa acción fue tremendamente difícil. ¿No
crees que hubiera sido mejor que en lugar de inspirarlo
a correr el riesgo, hubieras sacado de algún modo el
recipiente? No hay duda de que nuestro líder lo logró,
pero cayó inconsciente y estaba casi muerto. Reaccio-
nó tras grandes dificultades media hora después”. El
Señor sonrió al responder: “Fue como debió haber si-
do. Eso es lo que Yo quería”. Los presentes quedaron
muy sorprendidos al oír esta aseveración.

Para calmar su instinto de curiosidad y mitigar su


sorpresa, Bhagavan continuó: “El misterio real de este
lila reside en el hecho de que este hombre estaba des-
tinado a morir en ese día en particular. Era el día en
que completaba su vida y debía dejar el cuerpo. Nació
con un período de vida de 33 años y algunos meses, y
ese tiempo se había cumplido. Esta calamidad se evitó
haciendo que estuviera inconsciente durante media
hora. La agonía que hubiera experimentado en el mo-
mento de la muerte fue convertida en media hora de
inconsciencia. Además, se le otorgó un nuevo período
de vida de 120 años. Tuve que hacerlo porque este de-
voto se había entregado totalmente a mí. También en
sus nacimientos anteriores había llevado una existen-
cia piadosa y había realizado tan sólo actos nobles”.

Todos sabemos que Bhagavan Sainath había pro-


longado la vida del devoto americano Cowan. Para el
caso de este hombre, el Señor habló con Yamaraja
(dios de la muerte). “En todos sus nacimientos ante-
riores este individuo ha llevado a cabo sólo actos san-
tos y su vida ha sido pura, y en esta vida, al igual que
en las anteriores no ha podido lograr su objetivo, es
decir, completar la sadhana que lo lleve a lograr la li-
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EL ASHRAM DE NARA NARAYANA - 87 -

beración, de modo que su período de vida puede ser


extendido”.

El mismo punto fue aclarado por Bhagavan de un


modo diferente. Así como el gobierno trata con com-
prensión a un comerciante honesto que sufre una pér-
dida en su negocio y le otorga un crédito a bajo interés
y con cuotas muy accesibles, del mismo modo Dios pi-
dió a Dharmaraja (monarca de la justicia) que garanti-
zara algunos años de vida a Cowan y también al jefe
del grupo de devotos mediante el lila de Urvashi Kund.
En el caso del líder, volvió a nacer en su mismo cuerpo
y continuará viviendo por 120 años a partir de ese día.

Al escuchar esta revelación, los devotos presentes


quedaron asombrados. Se dieron cuenta de que exte-
riormente, los actos de Swami que constituyen Su lila
parecen simples, pero internamente tienen significados
muy profundos. La verdad es que nadie, por sabio que
crea ser, debe tratar de entender al Señor. Sharanagati
y la entrega total son los únicos medios de acercarse a
El. Llega un momento en que El mismo revela el mis-
terio a Sus devotos.

Así como los devotos del Gufa Ashram pudieron


conocer los misterios de Bhagavan Sainath sólo a tra-
vés de la Gracia de Sai, otros podrán beneficiarse con
las experiencias narradas. Debemos ser extremada-
mente cautos en nuestra aproximación al Señor. Que
Sus simples lilas diarios no nos lleven a tomarlo por
una persona común, pero al mismo tiempo no lo con-
sideremos fuera de nuestro alcance por ser tan miste-
rioso, tan difícil de comprender. Que ninguna duda nos
perturbe. Nuestra fe en el Señor debe ser inamovible
como una montaña. Sainath, a menudo, brinda a Sus
devotos la oportunidad de pedir lo que desean. Este es
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- 88 - SWAMI MAHESHWARANAND

un momento de prueba para ellos. Nada deben pedir


al Señor como no sea Su eterna gracia y poder poner
su fe a los Pies de Loto de Bhagavan.

Para terminar, quiero expresar mi sincera gratitud


al líder del Gufa Ashram que, durante su estadía aquí,
me hizo esta narración en detalle.

Vuestro
Maheswaranand
Prashanti Nilayam
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APENDICE

LA ENCARNACION DE
SRI NARA NARAYANA

La encarnación del Señor Nara Narayana represen-


ta un ideal de penitencia en la más sagrada de las sa-
gradas tradiciones concernientes a los Avatares. Entre
los muchos libros famosos que tratan los veinticuatro
Avatares del Señor Vishnu, el Bhaktamala de Nabha-
das ocupa un importante lugar. Además de Nara Nara-
yana, el Avatar también es conocido como Badripati.
Como Badripati, El continuará preservando la santidad
del sagrado santuario de Shri Badrinath, situado en la
ladera de una de las más sagradas cadenas de monta-
ñas, los Himalayas.

El Señor Narayana nació de Murthi, una de las hi-


jas de Daksha. Se manifestó a Sí mismo en dos for-
mas, como Nara y como Narayana. En el momento
mismo del nacimiento asumió la apariencia de un gran
asceta. Su cabellera era espesa, la piel era azul claro,
había un aura brillante alrededor de Su rostro y Sus
brazos eran largos y fuertes. Poco después del naci-
90

- 90 - SWAMI MAHESHWARANAND

miento, pidió permiso a Sus padres y marchó al sagra-


do santuario de Badrinath a hacer penitencia. Desde
entonces, está completamente dedicado a sus prácti-
cas de austeridad y sacrificio y seguirá en este estado
hasta el fin de este Kalpa (período de 432.000 años).

El carácter de Nara Narayana es la verdadera en-


carnación de un real asceta que pudo conquistar a Ka-
madeva de modo único. Otros dioses también lo logra-
ron, pero tuvieron que recurrir a Krodha (ira, resenti-
miento, odio, venganza) para lograrlo. En cambio, el
Señor Nara Narayana lo logró sólo a través de Su
amor y generosidad. De este modo estableció el más
alto ideal del verdadero asceta. Hay detalladas referen-
cias acerca de Nara Narayana, en el Srimad Bhagawat
Purana, en el Mahabharata y en otros Puranas, además
del Bhaktamala.

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