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Rastrillo

La historia de la maquinilla de afeitar es realmente interesante. Conocida también como


cuchilla de afeitar, rasuradora o rastrillo es un instrumento para afeitarse, sin riesgo a sufrir
grandes cortes. En CurioSfera-Historia.com, te explicamos su origen, quién inventó la
maquinilla de afeitar y cómo ha sido su evolución con el paso de los años.

Sabemos que la barba cerrada no facilita la labor de la maquinilla de afeitar eléctrica, y que en
tal caso lo mejor ha sido la navaja de afeitar, porque de lo contrario queda una sombra en los
carrillos.

Ése fue uno de los problemas que


únicamente la navaja de afeitar
solucionaba, y lo que hizo que la
navaja no muriera; eso y un hecho de
tipo social: la gente con dinero no se
afeitaba ella, sino que era afeitada en
la barbería. la navaja tenía cierto
tinte aristocrático.

Además para usar la navaja de afeitar


hacía falta tener cierta destreza. Por ese motivo, hacía falta algo que permitiese a todos los
hombres afeitarse cómodamente en casa y sin el riesgo de producirse cortes profundos. La
solución fue la maquinilla de afeitar.

Quién inventó la maquinilla de afeitar

La maquinilla de afeitar la inventó el estadounidense King Camp Gillette (1855 – 1932) a finales
del siglo XIX. King C. Gillete viajaba constantemente por su trabajo. Necesitaba afeitarse a
diario y en muchas ocasiones debía afeitarse con navaja en los lavabos de un tren. Algo
realmente arriesgado y peligroso.

Tuvo la gran idea de crear un producto sencillo, de pocos usos (desechable) y barato, ya que
las navajas de barbería eran un producto bastante caro.

Era una maquinilla de afeitar de una sola hoja y con un sistema que impedía el excesivo
contacto del filo de la hoja con la piel. Esto impedía que se pudieran producir cortes de
importancia en la cara o cuello.

Para vender y comercializar su producto, el 8 de septiembre de 1901 creó la American Safety


Razor Company y en el año 1902 cambió su nombre a Gillete Safety Razor Company.

La Primera Guerra Mundial propagó el invento por todo el mundo, ya que el Ejército de Los
Estados Unidos suministró maquinillas a todos sus soldados. Al finalizar el conflicto Gillette
había vendido casi 4 millones de maquinillas y 32 millones e cuchillas.

De este modo, cuando Gillette se retiró del negocio en 1931 ya era archimillonario. Había
amasado una fortuna, pero a pesar de éxito tan fulminante estaba contrariado porque algunos
utilizaban dos veces las hojas de afeitar que él recomendaba para un solo uso.

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