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NORMAS DE CONDUCTA DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

INTERNACIONAL

RAUL CARRASCAL KUTT

Profesor

Ingris Viviana Pertuz De Ávila

Cód.: 1021620006

Universidad Autónoma Del Caribe

Programa de negocios y Finanzas

Facultad De Ciencias Administrativas y Contables

Barranquilla – Atlántico

2017
En los 50 años pasados la administración pública se había regido por las normas
de conducta de la administración pública internacional hechas en 1954 por la junta
consultiva. Pero en el inicio del nuevo milenio se cambiaron varia cosas con el fin
de que las normas tuvieran un lenguaje más moderno y neutral respecto al género
circunstancias y conceptos que tenían menos importancia en 1954.

El tema de la ética pública está cobrando cada vez más importancia para la
ciudadanía, los gobernantes y los estudiosos. La ética pública se considera muy
importante en el desarrollo de un país. Los gobiernos que quieran ser
considerados como justos deben contar con individuos íntegros, y es
precisamente la ética la que ayuda a seleccionar y formar servidores públicos que
actúen con responsabilidad y eficiencia (Naessens, 2010).
Acerca de la importancia de la selección, Bautista (2001) opina que es importante
que el área de personal de las administraciones públicas vele porque los
individuos que aspiren a formar parte éstas pasen un proceso de admisión más
exhaustivo. Bautista propone que a la persona que desee ingresar al servicio
público apruebe unos exámenes psicométricos de personalidad, de
conocimientos, de capacidad y médicos con el fin de conseguir un perfil idóneo
para cada cargo. Éste proceso de selección además de ser un medio para
escoger a los candidatos más idóneos en cuanto a su la capacidad, formación y
experiencia, ayudaría a descartar a aquellos que no cumplan los estándares
éticos.
Los códigos de conducta constituyen una de las herramientas más utilizadas por
las administraciones públicas para la regulación de los comportamientos éticos de
sus empleados. Se trata de establecer unos principios y normas de
comportamiento que resuman los valores deseables por esa institución.
El interés en la creación de códigos de conducta en las Administraciones públicas
es innegable, puesto que el factor humano en la Administración pública es el eje
fundamental del engranaje institucional. Los empleados públicos son los que
“tienen en sus manos los caudales de la nación, administran los servicios que a
todos nos interesan, ocupan un lugar destacado, y son o han sido, durante mucho
tiempo, el La Ética en la Administración Pública: los códigos de conducta. El caso
español.
Modelo de las demás profesiones. Por todos estos motivos, el prestigio, la moral,
la ética de esta clase es extraordinariamente importante” (Jordana, 1954 p.87).
Los códigos de conducta constituyen una herramienta que posibilita la regulación y
normalización de las decisiones y comportamientos de los empleados públicos
que afectan al conjunto de la sociedad. Dichos códigos nacen con el propósito de
servir de guía para las decisiones y conductas de los trabajadores públicos.
Este interés por el desarrollo efectivo de mecanismos para la gestión ética en las
administraciones aumenta en la segunda mitad del siglo XX, para garantizar una
gestión eficiente, íntegra y transparente de los recursos públicos. España cuenta
con códigos de conducta a nivel nacional, autonómicos y, en algunos casos, local.
1. Las Naciones Unidas y sus organismos especializados tienen el objetivo de
hacer que todos los seres humanos vivan con la justicia social, la dignidad,
libertad, salvo de guerra y el respeto de la igualdad de derechos de
hombres y mujeres, así como de las naciones grandes y pequeñas.
2. La administración pública es responsable de hacer realidad los ideales y se
basa en la competencia, integridad, imparcialidad y discreción. Pero los
funcionarios públicos internacionales tienen que trabajar en pro de los
ideales de paz, de respeto de los derechos fundamentales, de progreso
económico y social, y cooperación internacional, deben cumplir las normas
más estrictas de conductas ya que la administración pública internacional
permitirá al sistema de las naciones unidas un mundo justo y en paz.
3. La lealtad es la concepción que asegura la integridad y la mentalidad
internacional de los funcionarios públicos internacionales y garantiza que
pongan los intereses de una organización ante los propios y demás usen
los recursos de esta, de un modo responsable.
4. La carta de las naciones unidas están los aspectos del comportamiento de
los funcionarios públicos internacionales como la veracidad, honradez e
incorruptibilidad, son tan esenciales como la competencia y eficiencia.
5. La tolerancia y comprensión son fundamentales para los funcionarios
públicos internacionales.

6. La independencia de la administración pública internacional no contradice ni


desvirtúa el hecho de que sean los Estados miembros los que
colectivamente integren la organización, la secretaría fortalece a la
organización y redunda en interés de ésta.

7. Los funcionarios públicos internacionales responsables de proyectos en


países o regiones determinados pueden tener especial atención al
mantenimiento de su independencia.

8. La mentalidad internacional deriva de la comprensión de los objetivos y los


propósitos de la propia organización internacional establecidos en sus
instrumentos jurídicos y de la lealtad a ellos, También requiere estar
dispuesto a trabajar sin prejuicios con personas de todas las
nacionalidades, religiones y culturas, y tener siempre en cuenta cómo
pueden interpretar otros las propuestas, sucesos y declaraciones.

9. La ausencia de discriminación es un derecho humano esencial. Los


funcionarios públicos internacionales deben respetar la dignidad, el valor y
la igualdad de todas las personas sin distinción alguna. Deben evitar
siempre las suposiciones basadas en estereotipos. Uno de los principios
fundamentales de la Carta es la igualdad entre hombres y mujeres; por lo
tanto, las organizaciones deben hacer todo lo posible para promover la
igualdad entre los géneros.

Conclusión

Para que se cumplan las normas de conducta de la administración pública


internacional se precisa el firme empeño de todas las partes. Los funcionarios
públicos internacionales, deben estar dedicados a los valores, principios y normas
expuestos en el presente documento. Deben hacerlos valer con una actitud
positiva y activa. Deben sentir la obligación de contribuir a la causa de los ideales
amplios a que se dedicaron al ingresar en el sistema de las Naciones Unidas. Las
organizaciones internacionales tienen el deber particular de asegurar que se
proporcione la orientación y se adopten las reglas necesarias para aplicar esas
normas. Por su parte, los Estados miembros por medio de su adhesión a la Carta
y los demás instrumentos constitutivos, deben preservar la independencia e
imparcialidad de la administración pública internacional.

Para que esas normas se apliquen con eficacia, es esencial que se divulguen
ampliamente y que se tomen medidas para que la administración pública
internacional, los Estados miembros y las organizaciones del sistema de las
Naciones Unidas comprendan su alcance e importancia.

El respeto de esas normas asegura la eficacia con que la administración pública


internacional seguirá desempeñando sus funciones y satisfaciendo las
aspiraciones de los pueblos del mundo.

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