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Universidad Monteávila

Opinión Pública y Comunicación Política

Ensayo Corte II. 26/03/2021

Ainara Mercedes Guevara Basurco

Opinión pública y comunicación: heraldos de la democracia

Los medios de comunicación son el espacio público de la


contemporaneidad. Por tanto, políticos, periodistas y ciudadanos
buscan incidir en ellos y participar en el debate del cual deriva la
opinión pública, fuerza movilizadora de la democracia. El análisis de
este tema permite concluir que la comunicación política contribuye en
el desarrollo del sistema democrático al facilitar su proyección en el
espacio público e influir en la configuración de la opinión pública,
necesarias para su constitución y legitimidad.
Este texto cubrirá la comunicación política y su importancia en
el desarrollo de la democracia. Primero se realiza una aproximación al
concepto de democracia y su estrecha relación con la opinión pública.
Luego, se expone sobre la comunicación política, sus aportes y
caracterización en el sistema de gobierno democrático, y el rol
particular de los políticos, periodistas y ciudadanos en el proceso;
tomando la película The Ghost Writer de Polanski como ejemplo de ello.
Conceptualización de democracia moderna
La palabra democracia significa poder (kratos) del pueblo (demos)
(Sartori, 2012). Sin embargo, Sartori señala que para comprender al
concepto de manera integral es necesario considerar tanto su noción
descriptiva como la prescriptiva. "Lo que la democracia es no puede
separarse de lo que la democracia debería ser" (Sartori, 2012, p.10).
De esta forma, el entendimiento completo de la teoría de la
democracia requiere englobar ambas nociones, así como la aplicación
práctica de dicha teoría (Sartori, 2012). Para el autor la democracia
moderna es principalmente la teoría del Estado liberal-democrático.
Dicho de otra manera, "hoy la 'democracia' es una abreviación que
significa liberal-democracia" (Sartori, 1992, p.27).
La liberal-democracia es "en primer lugar, demoprotección, la
protección del pueblo contra la tiranía; y en segundo lugar demopoder,
la atribución al pueblo de cuotas, e incluso de cuotas crecientes, de
efectivo ejercicio del poder" (Sartori, 2012, p.412). La democracia
moderna posee a su vez tres aspectos distintivos respecto a la
antigua: es un principio de legitimidad; es un sistema político
destinado a solventar problemas de titularidad y ejercicio del poder;
y, sobre todo, se trata de un ideal (Sartori, 1992).
Por otra parte, Sartori (1992) indica que la legitimidad de la
democracia establece que su poder procede del pueblo, basado sobre el
consenso validado y no supuesto de los ciudadanos. Igualmente, expresa
que "el poder está legitimado (además de condicionado y revocado) por
elecciones libres y recurrentes" (p.28).
Aunque la elección y la representación son los instrumentos
indispensables para la realización de la democracia, son también su
punto débil, debido a que la primera no necesariamente es libre ni la
segunda genuina (Sartori, 2012). Por ello, la democracia moderna
existe cuando se agota la definición etimológica, la cual entendida
literalmente se concibe como una sociedad sin Estado o sus sustitutos,
ya que el poder es del pueblo solo si él lo ejerce (Sartori, 2012).
Al hablar de pueblo, poder popular y elecciones son pertinentes
algunas aclaratorias. Hoy, el pueblo se aleja de su concepción
romántica como totalidad indivisible y la democracia es más que la
regla de la mayoría (Sartori, 2012). La teoría de la democracia
propuesta por Sartori también debe encajar con el principio
mayoritario moderado, o bien, "la mayoría tiene el derecho de
prevalecer dentro de los límites, es decir, respetando los derechos y
libertad de las minorías" (p. 26).
Opinión: fundamento del consenso
La democracia, entendida como el gobierno del pueblo sobre el
pueblo, es en parte un sistema gobernado y al mismo tiempo uno
gobernante en el momento de las elecciones electorales (Sartori,
2012). Estas últimas establecen el representante del gobierno mas no
el contenido de su gestión (Sartori, 2012). Sobre esto, Dicey (1905,
c.p. Sartori, 2012) expresa que la opinión de los gobernados es el
fundamento real de cualquier gobierno.
Es aquí donde entra en escena la opinión pública, pues las
elecciones constituyen un medio para la consecución de un gobierno de
opinión (Sartori, 2012). La democracia es tal, un "gobernar fundado en
la opinión" (Sartori, 2012, p.71); y tal cimiento es particularmente
una opinión pública, una que sea realmente originaria del público
(Sartori, 2012). Hay que destacar que la opinión es pública en la
medida en que se difunda entre el público y aluda al bien común, al
interés general (Sartori, 2012).
El gobierno que surge de la opinión de los electores es también
un gobierno por consentimiento (Sartori, 2012). El consenso en
democracia, dice el autor, comprende los niveles de comunidad
(valores), régimen (reglas de procedimiento) y de gobierno (políticas
de gobierno). Adicionalmente, el consenso que es verdaderamente
condición requerida de la democracia es el procedimental, debido a que
establece un método de solución de conflictos y al quién que tiene el
derecho a decidir cómo (Sartori, 2012).
Por otra parte, el consenso sobre el nivel de gobierno suscita
un disenso, donde la afirmación "la base y esencia de toda democracia
está en 'gobernar discutiendo'" (Barker, 1942, c.p. Sartori, 2012)
adquiere sentido. En este caso, el disenso no se centra en la forma de
gobierno sino en las políticas de gobierno; y es en el convenir sobre
la disensión que se observa cómo la opinión pública es un fundamento
sustantivo y operativo de las democracias (Sartori, 2012).
Comunicación política como facilitadora
Ahora bien, la opinión pública no es una fuerza innata, sino que
interactúa con flujos de información recibidos principalmente por el
público (Sartori, 2012). En estos flujos de información inciden
principalmente los medios comunicación y, en consecuencia, puede
observarse el papel de la comunicación política con los mismos.
Dada la constante impregnación de la comunicación en todos los
niveles de la política, se han realizado diversos esfuerzos teóricos
para una correcta conceptualización de la comunicación política, donde
la más apropiada apunta a una intersección entre las dos acepciones
con entidad propia e independencia (Canel, 1999).
La política es aquella actividad de adopción y aplicación de
decisiones en y para la comunidad, y la comunicación incide en ella
como proveedora de información y recogedora de datos para la toma de
medidas, como cooperante en el carácter vinculante de las mismas y en
la organización de la comunidad, pues es útil para otorgar consenso,
proporcionar directrices, facilitar la comprensión de posturas y
percepciones diferentes sobre valores y tradiciones, y solucionar
conflictos por la verificación de opciones distintas (Canel, 1999).
La comunicación política puede definirse, entonces, como el campo
de estudio que abarca la actividad determinada de políticos,
comunicadores, periodistas y ciudadanos, en la que se genera en
relación a los asuntos públicos, un intercambio de información, ideas
y actitudes (Canel, 1999). Del mismo modo, la comunicación política
abarca una serie de técnicas de comunicación electoral e
institucional, que favorecen el alcance de un objetivo político
(Canel, 1999).
En estas técnicas puede apreciarse la contribución de la
comunicación en el aspecto vinculante de las medidas políticas, ya que
sustentan la legitimidad de los sistemas políticos en los niveles del
origen y ejercicio del poder (Canel, 1999). En el caso de la
democracia, hoy día no pueden ganarse elecciones si el candidato no
utiliza los medios para darse a conocer, y no podrá tampoco consolidar
la legitimidad obtenida de las elecciones si no comunica fluidamente
sus medidas para su asunción y entendimiento (Canel, 1999).
La comunicación política podrá caracterizarse de democrática al
considerar su 'democraticidad', al cuantificar qué tan democrática es
en función de las características de la democracia (Sartori, 2012).
Estas, como explica el politólogo italiano, pueden referirse a la
participación, el consenso, la igualdad, el pluralismo, entre otros.
La 'democraticidad' de la comunicación política podría medirse en
el espacio público donde los actores intercambian información, que en
la actualidad, es el conjunto de los medios de comunicación. La
estructura de estos en democracia debe ser policéntrica, permitiendo
que las comunicaciones masivas incluyan más voces que solo la del
régimen y consientan la verificación de lo verdadero, contrario al
totalitarismo (Sartori, 2012).
Junto a lo anterior, factores como la libertad de pensamiento y
expresión, que se basen en una búsqueda y respeto por la verdad y la
seguridad para exteriorizar lo que se piense (Sartori, 2012),
contribuirán en la construcción de una opinión pública que sea
realmente del público, auténtica y autónoma, y no solo esté en él.
Para cada actor, la comunicación política supone un rol
particular: el político es ejecutor de las medidas orientadas al bien
común, el comunicador es estratega, el periodista intermediario entre
el poder y la opinión pública (Cavia, 2017), y el ciudadano debe ser
reflexivo frente a la información recibida a través de los medios. La
opinión pública que este construya será democrática si la información
dada por el periodista no se desprestigia y sea acorde a la realidad.
En la película The Ghost Writer (2010) puede observarse la
interacción y cooperación de los actores de la comunicación política,
especialmente en el equipo de trabajo de Adam Lang, donde este funge
como político, sus asistentes Amelia, Alice y Lucy como estrategas de
su comunicación institucional, y el fantasma como un ciudadano. Al
este cooperar en la elaboración de una declaración de Lang, puede
verse, como dice Canel (1999), la inclusión de cualquier miembro de la
sociedad como emisor del mensaje político expreso o implícito.
Igualmente, la cobertura de la noticia de la acusación de Lang
como criminal de guerra corresponde al carácter de reporterismo
declarativo del periodismo político (San Martín, 2007), y las
protestas contra él podrían explicarse con la teoría de agenda
setting, en la que el contenido de los medios es incluido en el
conocimiento de la gente, enfatizándolo o ignorándolo en el escenario
público (Cavia, 2017). Además, por ser un problema cercano a la gente,
sugiere una opinión pública auténtica pero obstinada e inesperada
(Sartori, 2012).
En síntesis, la comunicación política colabora con los objetivos
generales de la política, además de proyectar y consolidar su
legitimidad de origen y ejercicio en los medios. En el caso de la
democracia, contribuye también en la configuración de una opinión
pública autónoma como expresión de un verdadero gobierno de consenso.
Referencias bibliográficas
Benmussa, R., Polanski, R. y Sarde, A. (Productores). Harris, R y
Polanski R. (Guionistas). Polanski, R. (Director). (2010). The
Ghost Writer. [Cinta cinematográfica]. Alemania, Francia y Reino
Unido: Summit Entertainment & Optimum Releasing.

Canel, M.J. (1999). Comunicación Política Técnicas y estrategias para


la sociedad de la información. Madrid, España: Tecnos.

Cavia, G. (2017). Políticos y periodistas: las relaciones personales


del poder. En G. González (Ed). Comunicación política:
periodistas, políticos y la opinión pública. Definiciones,
conceptos e investigación de campo. (pp.44-52). La Plata:
Universidad Nacional de La Plata.

San Martín, E. (2007). Periodismo Político. Periodismo Político


¿Ilustración o tribalismo? (pp. 1-22). Zaragoza: Fundación Manuel
Giménez Abad de Estudios Parlamentarios y del Estado Autonómico.

Sartori, G. (1992). Elementos de teoría política. Madrid, España:


Alianza Editorial.

Sartori, G. (2012). ¿Qué es la democracia? México D.F., México:


Santillana Ediciones Generales.

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