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Hora Santa.

Horas Santas
HORA SANTA DE PASCUA (1)
Monitor: En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos: Amén.
Monitor: El Señor esté con ustedes.
Todos: Y con tu espíritu.
Monitor: Pidamos al Señor, que Cristo Resucitado habite en nuestro corazón y que
la alegría de esta Pascua se manifieste en todas nuestras obras, a fin de que
respondamos generosamente a nuestra vocación, y así demos testimonio de su
presencia entre los hombres a través de la Eucaristía.
Exposición del Santísimo
Se expone reverentemente el Santísimo Sacramento.
CANTO.
ORACIÓN
Monitor: Oremos. Dios nuestro, que por medio de tu Hijo a la muerte y nos has
abierto las puertas de la vida eterna, concede a quienes celebramos la Pascua de
Resurrección del Señor, resucitar también a una nueva vida, renovados por la gracia
del Espíritu Santo. Por Cristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA.
De los Hechos de los Apóstoles (Hech 4, 8-12)
En aquellos días, Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: “Jefes del pueblo y ancianos,
puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo,
para saber cómo fue curado, sépanlo ustedes y sépanlo todo el pueblo de Israel:
este hombre ha quedado sano en el nombre de Jesús de Nazaret, a quienes
ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entres los muertos. Este mismo
Jesús es la piedra que ustedes, los constructores, han desechado y que ahora es
la piedra angular. Ningún otro nos puede salvarnos, porque no hay bajo el cielo otro
nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos”. Palabra de
Dios.
Todos:
Te alabamos Señor.
SALMO REPONSORIAL.
Salmo 117
Salmista: Este es el día del triunfo del Señor. Aleluya.
Todos: Este es el día del triunfo del Señor. Aleluya.
Salmista: Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es
eterna. Diga la casa de Israel: “Su misericordia es eterna.
Todos:
Este es el día del triunfo del Señor. Aleluya.
Salmista:
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro orgullo. No moriré,
continuaré viviendo para contar lo que el Señor ha hecho.
Todos: Este es el día del triunfo del Señor. Aleluya.
Salmista:
Hora Santa.

La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto es obra
de la mano del Señor, es un milagro patente.
Todos:
Este es el día del triunfo del Señor. Aleluya.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO.
Todos: Aleluya, Aleluya
Salmista: Yo soy el buen pastor, dice el Señor; yo conozco a mis ovejas y ellas me
conocen a mí.
Todos: Aleluya, Aleluya
Del Santo Evangelio según San Juan (10,11-18)).
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor
da la vida por sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es pastor ni el dueño
de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se arroja
obre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas.
Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así
como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas.
Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traigan
también a ellas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor.
El padre me ama porque doy mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita; yo la
doy porque quiero. Tengo poder para darla y lo tengo también para volverla a tomar.
Éste es el mandato que he recibido de mi Padre”. Palabra de Señor.
Todos:
Gloria a ti, Señor Jesús.
BREVE REFLEXIÓN
Monitor: Jesús se define a sí mismo: “Yo soy el buen pastor”, él se dirige a nosotros
con cariño: “No teman, mi pequeñito rebaño”, porque “yo soy el buen pastor, yo
conozco a mis ovejas” “y las llamo a cada una por su nombre”. No tengo más ilusión,
que formar “un solo rebaño, con un solo pastor”. Alimento a mis ovejas, a las que
conduzco a buenos pastos y por las que yo, “expongo mi vida”. “Les doy la vida
eterna, y no se perderán jamás, porque nadie me las podrá arrebatar de mi mano”.
Jesús subido al Cielo, deja en la tierra, como pastores, al Papa, los Obispos y
sacerdotes: “puestos por el Espíritu Santo, para que apacienten la Iglesia de Dios”
El rebaño es sólo de Cristo, como se lo expresa a Pedro, a quien le encarga el
pastoreo supremo: “Apacienta mis ovejas”.
Muchas veces recitamos ese incomparable salmo 22, “El Señor es mi pastor, nada
me falta, en verdes praderas me hace recostar”. Y al rezarlo se nos va siempre el
pensamiento a, la Eucaristía: ¡Aquí está el Pastor, Jesús! ¡Aquí, la comida deliciosa,
brindada por el mismo Pastor: su propio Cuerpo y su propia Sangre! ¡Qué defendido,
qué bien nutrido y robusto, qué deliciosamente querido, se siente el rebaño al verse
junto al altar, con Jesús, Pastor en medio de sus corderos y de sus ovejas felices!...
Jesús es el Maestro. Nosotros somos los discípulos de oído atento. Y el Maestro
nos habla. ¡Buenas noticias! Nos enseña el Evangelio. ¡Cómo se parece al Maestro
nuestro anciano Papa!, cómo se le parece el obispo y nuestro párroco. Hoy también
los laicos evangelizamos.
De los laicos aprenden los pastores el Evangelio de la vida, la buena noticia de que
Jesús está vivo y muy presente entre nosotros. Los laicos dicen a los sacerdotes
que no busquen a Jesús en la tumba vacía de los tratados teológicos, que lo
Hora Santa.

busquen en los hortelanos, los peregrinos, los que pasean al amanecer a la orilla
del lago. Jesús sigue vivo y nos espera aquí, en nuestra propia tierra, en el terruño
donde nuestra fe fue plantada y florece día a día.
Atrás queda la tumba vacía. Poner de manifiesto la importancia de la Pascua, como
fuente y fin de nuestra vida cristiana; nos ofrece la oportunidad de aceptar a
Jesucristo en nuestra vida, y que podamos hacer que, en las familias de nuestras
comunidades, surjan vocaciones sacerdotales, que sean los Pastores del mañana
que continúen la Obra redentora de Cristo. Reflexionemos sobre la necesidad del
sacerdote en las comunidades parroquiales.
(breve silencio)
Canto eucarístico.
PRECES.
Monitor: Pidamos al Espíritu Santo, por intercesión de Santa María, madre de Dios
y madre nuestra, que nos anime en nuestra vocación y nos haga conscientes del
amor con que Dios nos ama al habernos llamado a la vida, al seguimiento de Jesús
y a nuestra específica vocación. Pidámosle que nos conceda orar incesantemente
pidiendo que haya jóvenes que deseen vivir su vocación como religiosos, religiosas
y sacerdotes, a la vez que nos ayude a ser corresponsables en cada momento del
cuidado y maduración de estas vocaciones.
Monitor: Oremos al Señor Nuestro Dios, que dispuso darnos su gracia por medio de
Jesucristo, el buen Pastor. Diciendo con mucha confianza: Padre Escucha nuestra
oración.
Monitor: Por la Iglesia: para que, fortalecida con el pan de la palabra de Dios, no
caiga en la tentación de confiar en poderes y medios extraños a su misión en el
mundo. Oremos.
Todos: Padre Escucha nuestra oración.
Monitor: Te pedimos, Señor Jesús, por nuestro Papa N. por todos los obispos,
sacerdotes y diáconos, y por todas las personas que tienen una responsabilidad
pastoral. Que en su servicio a la Iglesia sean, como tú, verdaderos buenos pastores
para tu pueblo. Oremos.
Todos: Padre Escucha nuestra oración.
Monitor: Te rogamos, Señor Jesús, por las vocaciones específicas a la vida
sacerdotal y religiosa. Sigue suscitando en el corazón de muchos jóvenes el deseo
de seguirte como sacerdotes y religiosos/as y que ellos/a respondan con valentía y
generosidad a tu invitación. Oremos.
Todos: Padre Escucha nuestra oración.
Monitor: Por los niños y jóvenes de nuestra parroquia y del mundo, que están
alejados de la iglesia, para que nuestro ejemplo y nuestra alegría los acerquen a la
luz que no se apaga en Cristo resucitado. Oremos.
Todos: Padre Escucha nuestra oración.
Monitor: Te pedimos, Señor de nuestras vidas, por todos nosotros y nosotras. Que
sepamos dar testimonio, en nuestro entorno concreto (escuela, universidad, trabajo,
casa, familia, grupo de amigos…) de la alegría profunda de saberte caminando con
nosotros como Buen Pastor y de seguirte. Oremos.
Todos: Padre, Escucha nuestra oración.
Se puede agregar alguna petición.
Hora Santa.

Monitor: Por nosotros, aquí reunidos, que hemos escuchado “No solo de pan vive
el hombre”: Para que nos despierte el hambre de la palabra de Dios. Oremos.
Todos: Padre, Escucha nuestra oración.
Monitor: Por nuestros difuntos: para que alcancen pronto la felicidad eterna.
Oremos.
Todos: Padre, Escuchanos.
Oremos.
Señor, Dios nuestro, enseñanos a vivir en nuestros corazones el misterio de la
Pascua de tu Hijo,
por el cual, Tú redimiste al mundo. Cuida amorosamente los regalos de gracia
que por tu amor hemos recibido y llevarlos a su culminación en la gloria del cielo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Todos: Amén
Canto eucarístico.
Monitor: Señor te ofrecemos este Padre nuestro y Ave María por las intenciones de
la Santa Iglesia Católica. Padre nuestro…Ave María… Gloria.
Monitor: Señor te ofrecemos este padre nuestro y Ave María por las intenciones de
nuestro Santo Padre el Papa N. Padre nuestro…Ave María… Gloria.
CANTO EUCARÍSTICO.
Monitor: Terminemos nuestro encuentro con el Señor, con las palabras que el
mismo nos enseñó. Padre Nuestro...
BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO SACRAMENTO Y DESPEDIDA.
CANTO FINAL.
Altísimo Señor.

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