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DE LA PROVINCIA DE SANTA FE
SEDE ROSARIO
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g. El CI debe respetar y acatar a las autoridades públicas e institucionales. El cohecho
con funcionario público o auxiliar de la administración de justicia es una falta ética
grave.
Art. 60º.- Obligaciones para con los clientes
a. Comprender las aspiraciones y proyectos del cliente y defender los intereses que le
son confiados con toda lealtad y buena fe, dedicando a ellos todas sus energías y
conocimiento, en un marco de equidad y concordia.
b. La relación entre profesional y cliente debe desarrollarse dentro de la más absoluta
reserva y confianza. El profesional no debe divulgar asunto alguno sin autorización
expresa de su cliente, guardando celosamente el secreto profesional, ni utilizar a su
favor ni de terceros, el conocimiento íntimo de los negocios de su cliente, adquirido
como resultado de su labor profesional, salvo orden de Juez o autoridad competente.
c. No debe interrumpir la prestación de sus servicios profesionales sin comunicarlo con
antelación razonable a su mandante, salvo que circunstancias especiales lo impidan.
d. No demorar la entrega o restitución de fondos o documentos que le hubieren sido
confiados, a quien corresponda o lo reclame legítimamente.
d. Todo mandato, autorización, etc. que conlleve un compromiso de desempeño
profesional, salvo excepciones debidamente fundadas, debe ser previo y escrito,
detallando términos y condiciones, vigencia, forma de pago de los honorarios del
Arancel y de los gastos de la operación encomendada, y todo otro elemento que sea
significativo para preservar la transparencia y la concordia, tanto con el cliente como
con colegas y terceros.
e. No se deben obviar honorarios presentes por honorarios futuros -propios o de
terceros- ni comprometer a compradores o clientes para eventuales comercializaciones
futuras.
Art. 61º.- Obligaciones para con el Colegio
a. Debe prestar su concurso personal para el mejor éxito de los fines del Colegio. Los
encargos y comisiones que se le confíen deben ser aceptados y cumplidos, excusándose
sólo cuando pueda invocar causa justificada.
b. No debe permitir el uso de su nombre o crédito profesional para facilitar, hacer
posible o encubrir el ejercicio de la profesión por quienes no estén legalmente
habilitados para hacerlo.
c. Debe denunciar las violaciones de las normas que rigen la profesión al Colegio de
Corredores Inmobiliarios de la provincia de Santa Fe, sede Rosario como medio de
salvaguardar el prestigio de la misma.
d. Ningún socio utilizará en su actuación profesional, los títulos o designaciones de cargo
del Colegio de Corredores Inmobiliarios, salvo en actos realizados en nombre de la
Institución.
e. El CI integrante del Directorio deberá dar cabal cumplimiento a los deberes que le
corresponden según el estatuto y que le sean encomendados por dicho órgano. Deberá
evitar hacerlo con el propósito ostensible o implícito de aprovechar su influencia en
beneficio personal.
f. El CI debe abstenerse del empleo de formalidades y recursos innecesarios, de toda
gestión puramente dilatoria que entorpezca injustificadamente el normal desarrollo de
las actividades del Colegio -de cualquiera de sus órganos- y de causar perjuicios
injustificados, aunque sea con pretexto de escrupulosa observancia de reglas legales.
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g. El CI debe aplicar escrupulosamente los honorarios determinados por el Colegio,
salvo excepción debidamente fundada que excluya la posibilidad de ser considerada
sospechosa de competencia desleal.
Art. 62º.- Deberes para con los Colegas
a. Debe actuar con plena conciencia del sentimiento y solidaridad profesional.
b. No debe formular manifestaciones que puedan significar menoscabo a otro
profesional en su idoneidad, crédito, prestigio o moralidad.-
c. Debe hacerse responsable de la intervención de sus dependientes y gestores, que
será considerada como actuación propia en cuanto a la responsabilidad frente a
terceros.
d. Debe mantener la mayor cordialidad y atención en las relaciones con los colegas,
brindando su colaboración cuando se la requiera, y suministrando verazmente y a
tiempo la información que pueda serles útil.
e. Respetar ideas, elaboraciones e identidad pública de los colegas, generando nuevas y
propias sin recurrir a copias o imitaciones.
f. Debe competir lealmente, obteniendo y manteniendo la clientela en base a
procedimientos éticamente correctos y decorosos, evitando propaganda y
participaciones incompatibles con la dignidad profesional, u ofrecer prestaciones
profesionales sin cargo o con bonificaciones o descuentos especiales en honorarios.
g. No debe buscar o tratar de atraer los clientes de otro colega. Tampoco debe
intervenir en asunto confiado a un par sin causa justificada, sin previo aviso al mismo y
sin dejar a salvo sus derechos. No debe tratar directamente con ningún interesado en
cuya representación actúe otro colega, sino con éste.
h. Cuando conozca o infiera que un inmueble ha sido confiado a la actuación de un
colega, deberá abstenerse de efectuar evaluaciones, emitir opiniones o intervenir en
cualquier forma que fuere sin el consentimiento expreso del colega autorizado.
i. No debe solicitar participaciones en honorarios por asuntos que en ejercicio de su
actividad profesional se encomendaron a otro colega, salvo las que correspondan a la
ejecución conjunta de una labor previamente convenida, o surjan de la participación en
las asociaciones de profesionales. La coparticipación de honorarios deberá probarse
mediante la inclusión en el mandato escrito por el comitente o por el reconocimiento
escrito del colega.
j. Cuando actúe por delegación de otro profesional, debe abstenerse de recibir
honorarios o cualquier otra retribución sin autorización de quien le hubiera
encomendado la tarea.-
k. Cuando por razones de fuerza mayor, duelo, ausencia o enfermedad, un corredor
inmobiliario se vea imposibilitado de continuar definitiva o momentáneamente con la
actividad, el matriculado deberá prestarle su colaboración y ayudar en la resolución de
sus problemas.
l.- El CI debe privilegiar la comunicación con los colegas, respondiendo veraz, pronta y
cordialmente.
Art. 63º.- De la prescripción.
La prescripción de las acciones violatorias al Código de Ética, se operan a los dos años de
producido el hecho que les dio origen.-
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Art. 64º.- Se incorporará a estas normas de Ética un Reglamento y Código de Procedimiento,
fijándose los pasos procesales para la aplicación del presente articulado, que será redactado
por el Tribunal de Disciplina y Ética en ejercicio.
A todos los Corredores Inmobiliarios del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Santa Fe Sede
Rosario, en esta etapa institucional fundacional, sin menoscabo de la aplicación de la totalidad
de las obligaciones éticas en el accionar profesional, el Tribunal de Ética y Disciplina exhorta a:
1.- Estudiar reflexivamente las normas éticas del capítulo III del Estatuto;
La aprobación de la Ley 13.154 es el punto de partida para la consolidación de una nueva
profesión, la del Corredor Inmobiliario. Una profesión se funda en un valor que una
determinada sociedad quiere preservar. No se prescinde de los demás valores, sino que éstos
se concatenan en torno a ese valor fundante.
La profesión del Corredor Inmobiliario es la CONCORDIA. El CI pro-fe -sa la concordia. En toda
su actividad busca el acuerdo, desarrollando mediante esos acuerdos el proyecto de vida de las
personas. Al crear y proteger esta profesión y este valor mediante esta Ley, la sociedad
santafesina le asignó derechos, pero también deberes y obligaciones.
Estos deberes son legalmente obligatorios, pero la práctica profesional provee aún más
deberes, los éticos, que son los que se establecen en el Estatuto. La ética profesional –o
deontología- no se agota en ellas, porque surgen del buen hacer de la profesión, pero las que
expresa el Estatuto son las básicas.
Y esas normas básicas expresadas en el Estatuto deben ser estudiadas reflexivamente para ser
aplicadas de manera automática en nuestra actividad profesional.
Para facilitar su aprehensión intelectual, el estatuto separa en cuatro tipos de obligaciones:
para con la sociedad, con el Colegio, con los clientes y con los colegas.
Cada una de esas normas es el fruto del esfuerzo reflexivo de muchos Tribunales de Ética que
contemplaron y compadecieron las dificultades de sus colegas, cuando no la de ellos mismos.
Disfrutemos las normas éticas del Estatuto. Son el fruto de la experiencia. Son las que nos
permitirán avanzar profesionalmente por un camino libre de tropiezos, pletórico de buenas
relaciones, exitoso en una sociedad que espera profesionales dignos de su misión.
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Primero, a construir desde los valores una ética profesional clara, distinguible para la gente,
que permita identificarnos como pro-fe-sionales, que ya no cobran comisión sino honorarios,
por los valores que defienden y por la disciplina moral que sostienen de manera transparente
frente a la sociedad.
Segundo, a hacer del Colegio una organización eficiente, activa y vital, que cumpla con lo
ordenado por la ley y el estatuto, y que se adapte a los tiempos cambiantes con celeridad e
inteligencia.
Y tercero, a promover la carrera universitaria estatal con título de grado y a fomentar la
capacitación permanente en una currícula transdisciplinaria para integrar conceptualmente la
profesión.
Participar, apoyar y colaborar con el Colegio. Ayer un objetivo. Hoy un punto de partida.
b) Con respecto a la amistad, o al cliente de tantos años, el tema es más complejo, requiere
una reflexión más profunda y un análisis más cuidadoso.
Aquí hay dos valores que entran en una aparente contradicción: la transparencia en los
negocios y la amistad. Creo que no existe tal contradicción. Reflexionemos juntos:
a) La autorización firmada no es sólo con validez entre autorizante y autorizado. Revela con
claridad a terceros la verdadera relación comercial existente con un amigo, lo cual consolida y
demuestra esa relación más profunda existente (la amistad) en sólo uno de sus aspectos, que
no es el fundamental.
b) La relación comercial no debe afectar ni confundirse con la relación de amistad. Se puede
tener una relación profunda de amistad y sin embargo no tener la confianza operativa en la
realización de determinados negocios. La verdadera amistad no puede resentirse por ello.
Ergo, la autorización revela una faceta que no es necesaria ni indispensable en la relación de
amistad.
c) La autorización deja en claro y por escrito la relación comercial existente entre las partes en
cuanto a procedimiento y detalles. Desde esta perspectiva evita malentendidos que preservan
y protegen la relación amistosa preexistente.
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d) No firmar una autorización permite la manipulación psicológica –recíproca o unilateral-
haciendo uso de una pretendida amistad con el objetivo de instrumentar a la contraparte en
beneficio propio.
e) La verdadera amistad es tan cuidadosamente meticulosa que evita poner al amigo en
entredicho, no dudando en seguir los debidos procedimientos a los efectos de marcar con
claridad la diferencia existente entre los negocios y la relación con el amigo.
Debo ser auténtico amigo y auténtico profesional. No debo sobreactuar amistades para lograr
autorizaciones de venta, lo que conlleva engaño o manipulación. Y tampoco debo en las
auténticas amistades desestimar los procedimientos profesionales que inclusive salvaguardan
esa amistad, demostrándola a terceros con claridad y transparencia, y demostrando una
confianza en lo operativo que es un nivel distinto al de la amistad.
En síntesis, la autorización firmada, tanto de venta como de administración, es un deber ético
y legal inexcusable. Debe ser escrito y expresar con claridad la identidad de los mandantes, la
identificación del inmueble, los honorarios pactados, la vigencia, y cuanta precisión sea
pertinente. Es el único medio fehaciente de prueba y el marco de veracidad de la actuación
profesional.
5.- Salvaguardar los valores profesionales denunciando violaciones a las normas éticas.-
Esta normativa ética y legal se funda en el amor puro a los valores que constituyen nuestra
profesión. Hay dos tendencias –tan humanas ellas- que amenazan esta defensa de nuestros
valores: la desidia y la complicidad.
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Por la desidia resuelvo no involucrarme a) para no perder el tiempo de mis objetivos
individuales, b) para no implicarme en un conflicto de resultado incierto, c) para no
exponerme frente a los colegas como un justiciero exacerbado y quedar aislado. Esto sólo se
resuelve con altruismo, coraje y solidaridad.
Muchas denuncias sólo tienen por objetivo recuperar honorarios birlados o que se debían
compartir. Logrados esos honorarios retiro la denuncia o pierdo interés como si ninguna falta
ética hubiera ocurrido. Utilicé el Tribunal como herramienta para mis objetivos individuales sin
importarme los valores profesionales vulnerados, ni el tiempo de los jueces (ad-honorem)
sacrificado, ni los recursos del Colegio destinados al juicio. Nuevamente es una clara falta a la
solidaridad profesional.
La complicidad también atraviesa la historia de nuestra actividad. Y de otras profesiones. Parte
del concepto institucional fundado en un falso “espíritu de cuerpo” que protege a los
individuos infractores disimulando sus faltas para proyectar una falsa imagen impoluta del
conjunto. Instituciones perfectas, súper profesionales sin fallas que deberán ser respetados y
admirados por la sociedad.
Es bueno que los Corredores Inmobiliarios reflexionemos si nuestra sociedad necesita
profesionales protegidos, perfectos y admirados que disimulan solidariamente sus errores, o
profesionales reales, con faltas reconocidas, sancionadas y aceptadas con humildad, que se
proponen ser un poco mejores día a día, y que se perfeccionan por el estudio, el trabajo, la
creatividad y la reflexión, en el marco de una solidaria camaradería.
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necesaria para el verdadero desempeño profesional del Corredor Inmobiliario. El desafío es
entonces el conocimiento, el estudio y la capacitación, no el camino fácil de la baja de
honorarios.
Cabe destacar que haber elaborado una Tabla de Aranceles única para toda la Provincia de
Santa Fe ha sido una encomiable previsión de la dirigencia institucional de los dos Colegios
existentes.
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conflicto por la tergiversación que los mismos clientes hacen de la información que
intercambian. Tres errores que hacen mucho daño.
Privilegiar la comunicación con los colegas es una obligación inexorable de camaradería, que
me permite conocer la verdad que hay en el colega para acordar, disentir o comprender su
posición antes de formar un juicio sobre el o sobre su conducta. Y nos permite crecer a ambos
cuando intercambiamos información, experiencias o conceptos del desempeño profesional, un
capital al que muy pocos pueden renunciar sin pagar un alto precio.
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que en algunos casos constituye una vulneración a derechos laborales, lo que constituiría una
falta ética adicional.
Reza el Estatuto que se debe obtener y mantener la clientela en base a procedimientos
decorosos, y el contratar dateros no lo es.
Tampoco lo es trabajar con profesionales de otras disciplinas permitiendo al otro asumir el
accionar propio del corretaje inmobiliario, o dándole la misma jerarquía y participación en los
honorarios, respecto al corretaje propiamente dicho. El Corredor sigue teniendo la total
responsabilidad de las operaciones inmobiliarias.
El segundo punto está referido a la responsabilidad por el accionar de los dependientes.
Ocurre que el Corredor Inmobiliario delega funciones sobre sus dependientes, y las más
importantes sobre aquellos que han obtenido su mayor confianza personal y operativa. Pero
se delega autoridad, no responsabilidad. Es indelegable e indeclinable la función de control,
porque la responsabilidad del Corredor Inmobiliario incluye el accionar de sus dependientes.
Las eventuales sanciones que el dependiente reciba, no amparan al profesional de su
responsabilidad frente a terceros, y sobre todo en cuanto a cuestiones éticas, ya que de eso se
trata.
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