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COLEGIO DE CORREDORES INMOBILIARIOS

DE LA PROVINCIA DE SANTA FE
SEDE ROSARIO

Balcarce 1765 - Rosario - Santa Fe - Argentina


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ESTATUTO COLEGIO CORREDORES INMOBILIARIOS DE SANTA FE
Sede Rosario

TITULO III. NORMAS DE ÉTICA.


 
Art. 57°.- Consideraciones Generales.
 El conjunto de normas éticas a enunciar tienen como objetivo central contribuir
comunitariamente a la conciencia moral del corredor inmobiliario para guiar su actitud y
conducta en la práctica de su profesión. Los valores de honestidad, verdad, probidad,
independencia, libertad, transparencia, equidad, justicia, vocación de servicio y solidaridad se
conjugan en aras de la concordia, objeto último del quehacer inmobiliario. Los conflictos
morales que puedan emerger del desarrollo de la actividad profesional, serán la materia prima
del Tribunal de Ética y Disciplina para  jurisprudencia y doctrina deontológica que enriquezcan
la profesión de corredor inmobiliario.
Art. 58º.- Normas Generales.
a. El conjunto de normas que se establecen no significan la negación de otras normas
deontológicas no expresas que puedan resultar del ejercicio profesional consiente y
digno.
b. Este conjunto de normas está constituido por directivas generales, fundadas en
principios y valores éticos, para la orientación de la conducta profesional,
presuponiendo una firme conciencia moral del corredor inmobiliario. Por ende no debe
entenderse que permitan todo cuanto no prohíban expresamente: "Sin respeto por las
normas morales la versación jurídica es inútil y aún nociva"(1 -González Sabathié)
c. El presente marco normativo fija conceptos generales para todas las ramas y
especializaciones de la actividad del corredor inmobiliario, y se adecuará a ellas
mediante la labor jurisprudencial del Tribunal.
Art. 59º.- Obligaciones para con la sociedad.
a. El Corredor Inmobiliario debe tener presente que  es un profesional al servicio del
bien común, a través de la concordia alcanzada mediante el acercamiento de las partes,
por lo que debe tener un cumplimiento digno de su rol.
b. El ejercicio profesional debe ser consiente y fiel expresión de la verdad. Toda
comunicación -pública o privada- debe hacerse en forma fehaciente, con claridad,
exactitud y precisión, de forma decorosa, correspondiéndose con la realidad objetiva y
sin omisiones ni de manera tendenciosa.
c. El Corredor Inmobiliario debe compenetrarse de la realidad económica circundante,
para servir -en la medida de las posibilidades de su rol- a las legítimas aspiraciones de
progreso e integración social.
d. El profesional debe ser ejemplo de corrección, equidad y justicia, cumpliendo y
haciendo cumplir lo legalmente establecido. No debe intervenir cuando su actuación
permita, ampare o facilite la realización de actos incorrectos o pueda utilizarse para
confundir, perjudicar o sorprender la buena fe de terceros, o usarse en forma contraria
al interés público o a los intereses de la profesión.
e. El CI debe fomentar la consideración los  valores estéticos y arquitectónicos, y de un
adecuado  desarrollo urbanístico, en pos de lograr un hábitat digno para las personas.
f. El CI debe evitar lo que afecte su independencia económica o su libertad de espíritu y
opinión. Debe cuidar el decoro, tratando de preservar la propia estimación pública.

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g. El CI debe respetar y acatar  a las autoridades públicas e institucionales. El cohecho
con funcionario público o auxiliar de la administración de justicia es una falta ética
grave.
Art. 60º.- Obligaciones para con los clientes
a. Comprender las aspiraciones y proyectos del cliente y defender los intereses que le
son confiados con toda lealtad y buena fe, dedicando a ellos todas sus energías y
conocimiento, en un marco de equidad y concordia.
b. La relación entre profesional y cliente debe desarrollarse dentro de la más absoluta
reserva y confianza. El profesional no debe divulgar asunto alguno sin autorización
expresa de su cliente, guardando celosamente el secreto profesional, ni utilizar a su
favor ni de terceros, el conocimiento íntimo de los negocios de su cliente, adquirido
como resultado de su labor profesional, salvo orden de Juez o autoridad competente.
c. No debe interrumpir la prestación de sus servicios profesionales sin comunicarlo con
antelación razonable a su mandante, salvo que circunstancias especiales lo impidan.
d. No demorar la entrega o restitución de fondos o documentos que le hubieren sido
confiados, a quien corresponda o lo reclame legítimamente.
d. Todo mandato, autorización, etc. que conlleve un compromiso de desempeño
profesional, salvo excepciones debidamente fundadas, debe ser previo y escrito,
detallando términos y condiciones, vigencia, forma  de pago de los honorarios del
Arancel y de los gastos de la operación encomendada, y  todo otro elemento que sea
significativo  para preservar la transparencia y la concordia, tanto con el cliente como
con colegas y terceros.
e. No se deben obviar honorarios presentes por honorarios futuros -propios o de
terceros- ni comprometer a compradores o clientes para eventuales comercializaciones
futuras.
Art. 61º.- Obligaciones para con el Colegio
a. Debe prestar su concurso personal para el mejor éxito de los fines del Colegio. Los
encargos y comisiones que se le confíen deben ser aceptados y cumplidos, excusándose
sólo cuando pueda invocar causa justificada.
b. No debe permitir el uso de su nombre o crédito profesional para facilitar, hacer
posible o encubrir el ejercicio de la profesión por quienes no estén legalmente
habilitados para hacerlo.
c. Debe denunciar las violaciones de las normas que rigen la profesión al Colegio de
Corredores  Inmobiliarios de la provincia de Santa Fe, sede Rosario como medio de
salvaguardar el prestigio de la misma.
d. Ningún socio utilizará en su actuación profesional, los títulos o designaciones de cargo
del Colegio de Corredores Inmobiliarios, salvo en actos realizados en nombre de la
Institución.
e. El CI integrante del Directorio deberá dar cabal cumplimiento a los deberes que le
corresponden según el estatuto y que le sean encomendados por dicho órgano. Deberá
evitar hacerlo con el propósito ostensible o implícito de aprovechar  su influencia en
beneficio personal.
f. El CI debe abstenerse del empleo de formalidades y recursos innecesarios, de toda
gestión puramente dilatoria que entorpezca injustificadamente el normal desarrollo de
las actividades del Colegio -de cualquiera de sus órganos- y de causar perjuicios
injustificados, aunque sea con pretexto de escrupulosa observancia de reglas legales.

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g. El CI debe aplicar escrupulosamente los honorarios  determinados por el Colegio,
salvo excepción debidamente fundada que excluya la posibilidad de ser considerada
sospechosa de competencia desleal.
Art. 62º.- Deberes para con los Colegas
a. Debe actuar con plena conciencia del sentimiento y solidaridad profesional.
b. No debe formular manifestaciones que puedan significar menoscabo a otro
profesional en su idoneidad, crédito, prestigio o moralidad.-
c. Debe hacerse responsable de la intervención de sus  dependientes y gestores, que
será considerada como actuación propia en cuanto a la responsabilidad frente a
terceros.
d. Debe mantener la mayor cordialidad y atención en las relaciones con los colegas,
brindando su colaboración cuando se la requiera, y suministrando verazmente y a
tiempo la información que pueda serles útil.
e. Respetar ideas, elaboraciones e identidad pública de los colegas, generando nuevas y
propias sin recurrir a copias o imitaciones.
f. Debe competir lealmente, obteniendo y manteniendo la clientela en base a
procedimientos éticamente correctos y decorosos, evitando propaganda y
participaciones incompatibles con la dignidad profesional, u ofrecer prestaciones
profesionales sin cargo o con bonificaciones o descuentos especiales en honorarios.
g. No debe buscar o tratar de atraer los clientes de otro colega. Tampoco debe
intervenir en asunto confiado a un par sin causa justificada, sin previo aviso al mismo y
sin dejar a salvo sus derechos. No debe tratar directamente con ningún interesado en
cuya representación actúe otro colega, sino con éste.
h. Cuando  conozca o infiera que un inmueble ha sido confiado a la actuación de un
colega, deberá abstenerse de efectuar evaluaciones, emitir opiniones o intervenir en
cualquier forma que fuere sin el consentimiento expreso del colega autorizado.
i. No debe solicitar participaciones en honorarios por asuntos que en ejercicio de su
actividad profesional se encomendaron a otro colega, salvo las que correspondan a la
ejecución conjunta de una labor previamente convenida, o surjan de la participación en
las asociaciones de profesionales. La coparticipación de honorarios deberá probarse
mediante la inclusión en el mandato escrito por el comitente o por el reconocimiento
escrito del colega.
j. Cuando actúe por delegación de otro profesional, debe abstenerse de recibir
honorarios o cualquier otra retribución sin autorización de quien le hubiera
encomendado la tarea.-
k. Cuando por razones de fuerza mayor, duelo, ausencia o enfermedad, un corredor
inmobiliario se vea imposibilitado de continuar definitiva o momentáneamente con la
actividad, el matriculado deberá prestarle su colaboración y ayudar en la resolución de
sus problemas.
l.- El CI debe privilegiar la comunicación con los colegas, respondiendo veraz, pronta y
cordialmente.
Art.  63º.-  De la prescripción.
La prescripción de las acciones violatorias al Código de Ética, se operan a los dos años de
producido el hecho que les dio origen.-

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Art. 64º.- Se incorporará a estas normas de Ética un Reglamento y Código de Procedimiento,
fijándose los pasos procesales para la aplicación del presente articulado, que será redactado 
por el Tribunal de Disciplina  y Ética en ejercicio.

DECALOGO DE NORMAS ETICAS Autor: C.I. Julio Farah

A todos los Corredores Inmobiliarios del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Santa Fe Sede
Rosario, en esta etapa institucional fundacional, sin menoscabo de la aplicación de la totalidad
de las obligaciones éticas en el accionar profesional, el Tribunal de Ética y Disciplina exhorta a:

1.- Estudiar reflexivamente las normas éticas del capítulo III del Estatuto;
La aprobación de la Ley 13.154 es el punto de partida para la consolidación de una nueva
profesión, la del Corredor Inmobiliario. Una profesión se funda en un valor que una
determinada sociedad quiere preservar. No se prescinde de los demás valores, sino que éstos
se concatenan en torno a ese valor fundante.
La profesión del Corredor Inmobiliario es la CONCORDIA. El CI pro-fe -sa la concordia. En toda
su actividad busca el acuerdo, desarrollando mediante esos acuerdos el proyecto de vida de las
personas. Al crear y proteger esta profesión y este valor mediante esta Ley, la sociedad
santafesina le asignó derechos, pero también deberes y obligaciones.
Estos deberes son legalmente obligatorios, pero la práctica profesional provee aún más
deberes, los éticos, que son los que se establecen en el Estatuto. La ética profesional –o
deontología- no se agota en ellas, porque surgen del buen hacer de la profesión, pero las que
expresa el Estatuto son las básicas.
Y esas normas básicas expresadas en el Estatuto deben ser estudiadas reflexivamente para ser
aplicadas de manera automática en nuestra actividad profesional.
Para facilitar su aprehensión intelectual, el estatuto separa en cuatro tipos de obligaciones:
para con la sociedad, con el Colegio, con los clientes y con los colegas.
Cada una de esas normas es el fruto del esfuerzo reflexivo de muchos Tribunales de Ética que
contemplaron y compadecieron las dificultades de sus colegas, cuando no la de ellos mismos.
Disfrutemos las normas éticas del Estatuto. Son el fruto de la experiencia. Son las que nos
permitirán avanzar profesionalmente por un camino libre de tropiezos, pletórico de buenas
relaciones, exitoso en una sociedad que espera profesionales dignos de su misión.

2.- Participar, apoyar y colaborar con el Colegio;


Muchos corredores inmobiliarios superaron sus diferencias y aunaron sus esfuerzos bregando
durante dos décadas para la creación del Colegio de Corredores Inmobiliarios de la Provincia
de Santa Fe.
Finalmente, en las postrimerías de 2010 la sanción de la Ley 13.154 coronó esos esfuerzos. Sin
dudas, los que asistieron a la creación del Colegio ya no eran los mismos que habían iniciado
las primeras gestiones.
Pero había un mismo espíritu. De solidaridad, camaradería y dignificación profesional.
Es un imperativo ético ser coherentes. Coherentes, de co-herencia. De una herencia común: el
legado que nos dejaron aquellos que bregaron, superando sus diferencias, para fundar una
profesión que sentían digna sólo en su ideario. Porque la sociedad no los reconocía, y el
mundo académico los ignoraba.
Hoy tenemos un Colegio Profesional que nos protege y nos obliga.

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Primero, a construir desde los valores una ética profesional clara, distinguible para la gente,
que permita identificarnos como pro-fe-sionales, que ya no cobran comisión sino honorarios,
por los valores que defienden y por la disciplina moral que sostienen de manera transparente
frente a la sociedad.
Segundo, a hacer del Colegio una organización eficiente, activa y vital, que cumpla con lo
ordenado por la ley y el estatuto, y que se adapte a los tiempos cambiantes con celeridad e
inteligencia.
Y tercero, a promover la carrera universitaria estatal con título de grado y a fomentar la
capacitación permanente en una currícula transdisciplinaria para integrar conceptualmente la
profesión.
Participar, apoyar y colaborar con el Colegio. Ayer un objetivo. Hoy un punto de partida.

3.- Trabajar con autorización escrita del mandante, detallada y previa;


La falta de autorización escrita es la mayor causa de los conflictos entre colegas y con los
clientes que llegan al Tribunal de Ética. ¿Que nos ocurre?
Las respuestas más frecuentes son:
a) “el cliente no quiere firmar la autorización” y
b) “¿cómo voy a hacerle firmar a un amigo?. . .le parecerá que desconfío de su palabra”.
Debemos reflexionar sobre estos dos aspectos. Veamos:
a) Si el cliente no quiere firmar la autorización, o tiene miedos o no pretende negocios
transparentes.
• Si tiene miedos, es necesario aventarlos desde un comienzo, es indispensable fundar la
relación en la confianza, porque luego deberá firmar documentación de mayor relevancia y
compromiso, entre otros aspectos.
• Quien no es transparente, suele basarse en “lo que vale es la palabra” y sólo habla bien
de sí mismo. Y probablemente luego dirá “yo no le firmé nada”, confirmando que su palabra
no valía tanto. El Corredor Inmobiliario que cae en este juego manipulador se auto engaña,
para después tener la pseudogratificación de sentirse víctima, cuando se consuma la previsible
infidelidad a la palabra recibida.

b) Con respecto a la amistad, o al cliente de tantos años, el tema es más complejo, requiere
una reflexión más profunda y un análisis más cuidadoso.
Aquí hay dos valores que entran en una aparente contradicción: la transparencia en los
negocios y la amistad. Creo que no existe tal contradicción. Reflexionemos juntos:
a) La autorización firmada no es sólo con validez entre autorizante y autorizado. Revela con
claridad a terceros la verdadera relación comercial existente con un amigo, lo cual consolida y
demuestra esa relación más profunda existente (la amistad) en sólo uno de sus aspectos, que
no es el fundamental.
b) La relación comercial no debe afectar ni confundirse con la relación de amistad. Se puede
tener una relación profunda de amistad y sin embargo no tener la confianza operativa en la
realización de determinados negocios. La verdadera amistad no puede resentirse por ello.
Ergo, la autorización revela una faceta que no es necesaria ni indispensable en la relación de
amistad.
c) La autorización deja en claro y por escrito la relación comercial existente entre las partes en
cuanto a procedimiento y detalles. Desde esta perspectiva evita malentendidos que preservan
y protegen la relación amistosa preexistente.

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d) No firmar una autorización permite la manipulación psicológica –recíproca o unilateral-
haciendo uso de una pretendida amistad con el objetivo de instrumentar a la contraparte en
beneficio propio.
e) La verdadera amistad es tan cuidadosamente meticulosa que evita poner al amigo en
entredicho, no dudando en seguir los debidos procedimientos a los efectos de marcar con
claridad la diferencia existente entre los negocios y la relación con el amigo.
Debo ser auténtico amigo y auténtico profesional. No debo sobreactuar amistades para lograr
autorizaciones de venta, lo que conlleva engaño o manipulación. Y tampoco debo en las
auténticas amistades desestimar los procedimientos profesionales que inclusive salvaguardan
esa amistad, demostrándola a terceros con claridad y transparencia, y demostrando una
confianza en lo operativo que es un nivel distinto al de la amistad.
En síntesis, la autorización firmada, tanto de venta como de administración, es un deber ético
y legal inexcusable. Debe ser escrito y expresar con claridad la identidad de los mandantes, la
identificación del inmueble, los honorarios pactados, la vigencia, y cuanta precisión sea
pertinente. Es el único medio fehaciente de prueba y el marco de veracidad de la actuación
profesional.

4.- Comunicar y publicitar en forma veraz, clara, exacta y precisa;


La verdad es un valor insustituible para el corretaje inmobiliario. No puede haber concordia si
no hay verdad. La concordia es etimológicamente del corazón, y es necesaria la verdad para
acuerdos del corazón.
Ciertamente que la verdad se expresa en cierto contexto, y por lo tanto hay información
pública, reservada y confidencial. Porque la información se dosifica en el marco del avance de
la negociación. Pero una cosa es dosificar la información brindándola en la medida que la
negociación avanza, y otra muy distinta es tergiversarla, falsearla, inducir a error o, en el
extremo, mentir.
El caso más frecuente ocurre en el desarrollo de emprendimientos inmobiliarios. A veces
expertos publicitarios diseñan una campaña para vender un producto que nunca será el que se
construya, por calidad, dimensiones o lo que fuere. Y hasta diseñan otra para manejar la
frustración consecuente.
El Corredor Inmobiliario no puede prestarse a este “juego” comunicacional porque es el
profesional responsable de todo el proceso de comercialización. Su intervención debe ser para
la sociedad la garantía profesional de la veracidad de la información, independientemente de
las necesidades de la constructora o desarrolladora, y de lo que el publicitario diseñe. De
hecho, es la cara visible del proyecto frente al comprador y a la sociedad.
Pero en esta etapa institucional de la profesión, el corredor inmobiliario debe librar primero
su batalla más difícil: enfrentar su propia verdad primordial. Deberá decidir si será o no
profesional del Corretaje Inmobiliario. Sólo si la respuesta es sí, con todas las pérdidas de
negocios, costos y responsabilidades que ello conlleva, podrá ser la garantía de veracidad en
las operaciones inmobiliarias que nuestra sociedad espera.

5.- Salvaguardar los valores profesionales denunciando violaciones a las normas éticas.-
Esta normativa ética y legal se funda en el amor puro a los valores que constituyen nuestra
profesión. Hay dos tendencias –tan humanas ellas- que amenazan esta defensa de nuestros
valores: la desidia y la complicidad.

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Por la desidia resuelvo no involucrarme a) para no perder el tiempo de mis objetivos
individuales, b) para no implicarme en un conflicto de resultado incierto, c) para no
exponerme frente a los colegas como un justiciero exacerbado y quedar aislado. Esto sólo se
resuelve con altruismo, coraje y solidaridad.
Muchas denuncias sólo tienen por objetivo recuperar honorarios birlados o que se debían
compartir. Logrados esos honorarios retiro la denuncia o pierdo interés como si ninguna falta
ética hubiera ocurrido. Utilicé el Tribunal como herramienta para mis objetivos individuales sin
importarme los valores profesionales vulnerados, ni el tiempo de los jueces (ad-honorem)
sacrificado, ni los recursos del Colegio destinados al juicio. Nuevamente es una clara falta a la
solidaridad profesional.
La complicidad también atraviesa la historia de nuestra actividad. Y de otras profesiones. Parte
del concepto institucional fundado en un falso “espíritu de cuerpo” que protege a los
individuos infractores disimulando sus faltas para proyectar una falsa imagen impoluta del
conjunto. Instituciones perfectas, súper profesionales sin fallas que deberán ser respetados y
admirados por la sociedad.
Es bueno que los Corredores Inmobiliarios reflexionemos si nuestra sociedad necesita
profesionales protegidos, perfectos y admirados que disimulan solidariamente sus errores, o
profesionales reales, con faltas reconocidas, sancionadas y aceptadas con humildad, que se
proponen ser un poco mejores día a día, y que se perfeccionan por el estudio, el trabajo, la
creatividad y la reflexión, en el marco de una solidaria camaradería.

6.- Cobrar los honorarios determinados por el Colegio;


Los honorarios no son meramente convencionales. Es necesario tener claro el primer
concepto: los honorarios expresados en la Tabla de Aranceles son los que la experiencia del
conjunto comprende como necesarios para brindar un servicio adecuado y digno para todos
aquellos que nos soliciten los servicios profesionales. Marcan un nivel mínimo de prestación,
por eso las exigencias legales y éticas. No se puede brindar un servicio inferior para cobrar
menos. Por eso es un servicio tutelado por la legislación. Por otro lado, si en algún caso el
honorario fuere excesivo o insuficiente, se auto compensará, pero no podrá quedar solicitante
sin servicio, mientras nos respete y se adecúe a los procedimientos pertinentes. Es decir, no
puedo atender sólo a clientes ricos. Son honorarios, no comisiones. Se profesan valores, no se
persigue rentabilidad a ultranza.
En segundo lugar es necesario prevenir la competencia desleal. Tanto porque daña la
solidaridad entre colegas como porque termina disminuyendo la calidad del servicio
profesional a los clientes. Se compite por servicios, no por honorarios. De esta manera,
estaremos en una espiral virtuosa creciente en calidad de servicios, creatividad positiva e
innovación permanente.
Dos argumentos suelen esgrimirse para no aplicar los aranceles establecidos: la reducción de
honorarios por volumen de negocios o por monto de operación. La primera esconde la
cantidad de trabajo que no puede disminuir su calidad de servicio profesional, y la segunda la
responsabilidad emergente del volumen de la operación. Ninguno de los argumentos encaja
en la excepción estatutaria de estar libre de sospecha de encuadrarse en competencia desleal.
Ambos argumentos podrían fácilmente ser falaces encubriendo la verdadera raíz. Mucho más
cuando no es dable precisar la cuantificación de la excepcionalidad.
La competencia de otros profesionales sobre lo que consideramos nuestra incumbencia laboral
sólo afecta si la calidad de nuestro servicio no está a la altura de la transdisciplinariedad

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necesaria para el verdadero desempeño profesional del Corredor Inmobiliario. El desafío es
entonces el conocimiento, el estudio y la capacitación, no el camino fácil de la baja de
honorarios.
Cabe destacar que haber elaborado una Tabla de Aranceles única para toda la Provincia de
Santa Fe ha sido una encomiable previsión de la dirigencia institucional de los dos Colegios
existentes.

7.- Fundar el accionar en el respeto y la solidaridad profesional


Parece una abstracción pero es la piedra angular del decálogo. Toda profesión se funda en la
ética y la ética nace de la consideración del otro como a uno mismo. Esto lleva primero al
respeto y luego a la solidaridad.
Respeto por el otro es no expresar opiniones negativas sobre su desempeño, su honor o su
conducta, ni afectar o confundir su imagen pública, no impedir de manera alguna que cobre
por el fruto de su trabajo, ni intervenir en asuntos que le hayan sido confiados sin su solicitud
expresa, no competir deslealmente bajando aranceles o atrayendo clientes de manera
indecorosa, no copiando sus fórmulas y procedimientos sin su consentimiento, no atrayendo a
sus dependientes, etc. En síntesis, no hagas lo que no quisieras que te hagan.
Solidaridad profesional es, en cambio, hacer lo que quisieras que hagan tus colegas por vos.
Que atiendan tus llamados telefónicos, te brinden la información que necesites, colaboren en
tu capacitación, te avisen de los riesgos y las noticias pertinentes, que colaboren contigo en las
instituciones gremiales y profesionales, que defiendan tu prestigio y buen honor cuando te
difamen, colaboren con tus empleados si faltas, y respeten y ayuden a tus hijos si heredan tu
empresa. En síntesis, hacé por los colegas aquello que quisieras que hagan por vos.
Es tan simple que parece inútil escribirlo o leerlo.
Pero es que por nuestra propia naturaleza humana, a veces resulta difícil acertar decisiones.
Pero es que desde Aristóteles, pasando por Heidegger, Aranguren y otros tantos, hasta llegar a
Eco o Savater, necesitamos seguir recordando que la Ética está escrita en nuestro corazón para
sacarla a relucir, aunque sea de tanto en tanto, a nuestra vida cotidiana y a nuestro
desempeño profesional.

8.- Privilegiar la comunicación con los colegas;


l. El CI debe privilegiar la comunicación con los colegas, respondiendo veraz, pronta y
cordialmente.
¿Porque darle al último inciso del último artículo del capítulo de las normas éticas del Estatuto
tanta importancia como para incorporarlo al decálogo?
Simplemente porque nos ahorraríamos muchas denuncias, de esas que normalmente
concluyen en una audiencia de conciliación, no necesariamente sin sanciones.
Hagamos de la comunicación con los colegas un eje central de nuestra actividad profesional y
veremos cambiar rápidamente nuestra óptica sobre la misma profesión. Para ello es
importante, primero eliminar prejuicios. Muchas veces nos hemos dejado llevar –y a veces
hemos provocado- comentarios maliciosos sobre nuestros colegas. Enmarañados en imágenes
comunes, sin ver que nos dañamos a nosotros mismos, no creamos el ambiente de
camaradería que permita el contacto fluido, simple y franco que permita aventar sospechas o
dirimir deferencias, aún con el apoyo de un tercero.
Muchas veces creamos las imágenes de los colegas por comentarios de clientes. A veces
pactamos tareas en común a través de los clientes. Y otras veces terminamos trenzados en un

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conflicto por la tergiversación que los mismos clientes hacen de la información que
intercambian. Tres errores que hacen mucho daño.
Privilegiar la comunicación con los colegas es una obligación inexorable de camaradería, que
me permite conocer la verdad que hay en el colega para acordar, disentir o comprender su
posición antes de formar un juicio sobre el o sobre su conducta. Y nos permite crecer a ambos
cuando intercambiamos información, experiencias o conceptos del desempeño profesional, un
capital al que muy pocos pueden renunciar sin pagar un alto precio.

9.- Formarse y actualizarse en Derecho, Comunicación, Economía, Arquitectura e Ingeniería;


En la mayoría de los casos, la idoneidad otorgada por la Ley 13.154 a los Corredores
Inmobiliarios con experiencia va acompañada de un título de grado universitario.
La formación de los nuevos Corredores Inmobiliarios es generalmente de escasos dos años.
Todos debemos reconocer con humildad nuestras falencias de formación sistemática
académica. Hay un punto en nuestra evolución que no podremos seguir siendo autodidactas.
Mientras tanto, tanto grupal como individualmente, podemos seguir intercambiando
conocimientos de nuestras profesiones de origen y sumarlas a las actualizaciones provenientes
de las universidades de nuestro medio. No obsta que aguardamos la indispensable creación
de la carrera en la Universidad Nacional de Rosario.
Ocurre que nuestra carrera no es inter-disciplinaria sino trans-disciplinaria. No está entre las
distintas disciplinas sino que las atraviesa transversalmente. Abogados, arquitectos,
comunicadores, contadores, ingenieros, (escritos en orden alfabético para que nadie se
resienta) todos hacen un aporte importante de parte -sólo parte- de sus respectivas
disciplinas.
Para el Corredor Inmobiliario todas son importantes epistemológicamente. Ninguna es
autosuficiente –ni asociada a otra- sino todas en su conjunto aportan indefectiblemente al
perfil profesional.
Cuánto más importante es la solidaridad cuando en el nacimiento de la profesión todos
necesitamos al colega para aprender. Cuando la transdisciplinariedad es la orden del trabajo
en equipo de un grupo humano que crecerá si se brinda derribando los muros del
individualismo profesional para contribuir al valor fundante de la nueva profesión: la
concordia.

10.- Operar sólo con corredores matriculados, y responsabilizarse del accionar de


dependientes.
El eje central es la responsabilidad absoluta del profesional. El Corredor Inmobiliario no puede
delegar ni compartir su responsabilidad por las tareas encomendadas y asumidas.
Por ende, sólo podrá compartirla con otro CI matriculado.
Existe una práctica extendida que es la asociación con “dateros” que prestan servicios a
distintas inmobiliarias “vendiendo “ la confianza al mejor postor, desnaturalizando la relación
profunda de reserva y confianza que debe haber entre el profesional y el cliente.
Esta práctica resulta muchas veces en el amparo del ejercicio ilegal de la profesión al darle viso
de profesionalidad a agentes (dateros) que no tienen la responsabilidad de un gestor de
negocios ni actúan bajo la facultad direccional del empleador. Por ende, el profesional
actuante es como un autorizante que no asume la responsabilidad legal del accionar del
datero, pero que le compra el “producto” (cliente) y le paga por ello. Todo esto sin analizar

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que en algunos casos constituye una vulneración a derechos laborales, lo que constituiría una
falta ética adicional.
Reza el Estatuto que se debe obtener y mantener la clientela en base a procedimientos
decorosos, y el contratar dateros no lo es.
Tampoco lo es trabajar con profesionales de otras disciplinas permitiendo al otro asumir el
accionar propio del corretaje inmobiliario, o dándole la misma jerarquía y participación en los
honorarios, respecto al corretaje propiamente dicho. El Corredor sigue teniendo la total
responsabilidad de las operaciones inmobiliarias.
El segundo punto está referido a la responsabilidad por el accionar de los dependientes.
Ocurre que el Corredor Inmobiliario delega funciones sobre sus dependientes, y las más
importantes sobre aquellos que han obtenido su mayor confianza personal y operativa. Pero
se delega autoridad, no responsabilidad. Es indelegable e indeclinable la función de control,
porque la responsabilidad del Corredor Inmobiliario incluye el accionar de sus dependientes.
Las eventuales sanciones que el dependiente reciba, no amparan al profesional de su
responsabilidad frente a terceros, y sobre todo en cuanto a cuestiones éticas, ya que de eso se
trata.

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