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REPORTE SOBRE

LA CONSTITUCIÓN DOGMATICA DEI VERBUM

La Constitución Dogmática Dei Verbum traza un camino para comprender la


divina revelación y su transmisión para que el mundo “oyendo, crea el anuncio de la
salvación; creyendo, espere, y esperando, ame”.

Comienza exponiendo que es Dios el que quiere revelarse a Sí mismo y dar a


conocer el misterio de su voluntad, por medio de Cristo, mediador y plenitud de la
revelación, para que todos los hombres tengan acceso al Padre en el Espíritu Santo y se
hagan consortes de la naturaleza divina. Para el hombre implica "la obediencia de la fe",
confiando libre y totalmente en Dios, entregándole su entendimiento y voluntad.

Explica cómo ha dispuesto Dios que la transmisión de la revelación permanezca


integra para siempre y sea transmitida a todas las generaciones, Cristo mando a los
Apóstoles que predicaran a todos los hombres el Evangelio, estos a su vez como sucesores
a los Obispos, "entregándoles su propio cargo del magisterio", y por la asistencia del
Espíritu Santo han hecho que permanezca viva la Tradición, íntegro el Canon y que la voz
del Evangelio siga resonando, induciendo a los creyentes en la verdad entera.
Menciona la unidad entre la Sagrada Tradición, la Sagrada Escritura y el Magisterio
que no tiene consistencia el uno sin el otro, y juntos, contribuyen eficazmente a la salvación
de las almas.

Aclará que las verdades reveladas en la Sagrada Escritura, son fueron escritas por
inspiración del Espíritu Santo, utilizando a hombres como verdaderos autores
(hagiógrafos), pero que escribieron todo y sólo lo que Dios quería, por eso la Iglesia ha
venerado siempre las Sagradas Escrituras al igual que el mismo Cuerpo del Señor.

Recuerda que la palabra de Dios debe estar siempre disponible, por eso la Iglesia
procura, con solicitud materna, que se redacten traducciones aptas y fieles en varias
lenguas, sobre todo de los textos primitivos de los sagrados libros. Así mismo menciona la
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responsabilidad del Magisterio en profundizar sobre las verdades revelada para con
fidelidad y custodiar el sentido verdadero -con la ayuda de los exegetas y teologos-.

El documento concluye recordando la necesidad de que la Iglesia se nutra y rija de


la Sagrada Escritura, para encontrarse con Jesucristo, acompañada de una vida de oración
para que se entable diálogo entre Dios y el hombre. Para que "la palabra de Dios se difunda
y resplandezca" y el tesoro de la revelación, confiado a la Iglesia, llene más y más los
corazones de los hombres.

Después de repasar las líneas más importantes del documento, puedo concluir que la
Constitución Dei Verbum nos permite revalorizar la importancia fundamental de la Palabra
de Dios para la renovación en la vida de la Iglesia, porque solo en el estudio de la Biblia
que es el alma de la teología, comprenderemos la verdad y la vida. Al ser Palabra viva, se
convierte en una tarea que no termina nunca: cada época debe, de nuevo y a su manera,
intentar entender los Libros Sagrados, para comprender en cada momento lo que Dios
quiere decirnos por medio de Jesucristo, por supuesto, siguiendo los criterios que la Santa
Madre Iglesia nos propone para su comprensión y explicación.

Ana Guadalupe Martinez Esqueda

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