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N U E STRO : 1

AMBIENTEf

| B 0 S PA A B L0 M· 32
NUESTRO
AMBIENTE
l,t.i

Serie:
IDEAS SOBRE LA SALUD MENTAL
Folleto núm. 3

DEPARTAMENTO DE INSTRUCCION PUBLICA


División de Educaciónde la Comunidad
San Juan, Puerto Rico

Ira. edición - 1976


Libros para el pueblo, núm. 32
La División de Educaciónde la Comunidad
del Departamentode InstrucciónPública y
el Programa de Salud Mental del Departa-

mentode Salud de PuertoRico colaboraron

en la preparación del contenido de estos

folletos que esperamos ayuden al lector a

familiarizarse con los conceptos sobre la

salud mental y su relación con nuestro


diario vivir.
INTRODUCCION 44

Este es el tercer folleto que hemos preparadode la serie


titulada "Ideas Sobre la Salud Mental". El propósito de estas
publicaciones es el de ayudar a la comunidada adquirir concep-
tos más claros de lo que es salud mental.
En el primer y segundo folleto se enumerany explican al-
gunas de las necesidades emocionales básicas y nuestras res-
puestas más comunes ante la presencia de las tensionesque tur-
ban nuestro balance emocional. Se titulan "Nuestra Manera de
Sentir" y "Nuestra Manera de Actuar".
La lectura de los dos primeros folletos ayuda mucho a en-
tender más a fondo los puntos planteados en este, a pesar de que
no es indispensablepara captar su contenido.
La amplitud de los temas tratados tan sólo han permitido
cubrirlos en forma breve. Confiamosen que el lector se estimule
a seguir inquiriendo en ellos.
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FACTORES SOCIALES QUE INFLUYEN EN LA
SALUD MENTAL
El Hogar
Las actitudes de una persona se empiezan a formar en el
sitio donde se cría. Es ahí donde se inician sus posibilidadesde
ajuste adecuado a la vida.
El pan de cada día, la cama que brinda oportunidad de des-
canso, la ropa que protege y todas las demás necesidades ma-
teriales que se le ofrecen al niño, son muy importantespara la
capacidadque va a desarrollarde sentirseen paz con la vida.
Pero más importante que todo eso está el sentido de armonía que
se origina en el saberse queridopor los que le rodean.
Un plato de sopón calientito que se le sirve a un niño cuan-
do tiene mucha hambre le penetra hasta los huesos y lo deja re-
gustado, tan solo si junto con el plato de comida percibe el ca-
lor del sentimiento.Porque si ese plato se sirve con un rechazo
profundo al niño que lo recibe, ni el más caliente sopón evita el
frío que siente en el corazón.
El hogar es la piedra angular donde se pone la zapata de
nuestra conducta posterior. Esto sigue siendo cierto aún cuando
la composicióndel hogar haya cambiado dramáticamente en
Puerto Rico en las últimas décadas.
Ya es muy raro, sobre todo en la zona urbana, encontrar el
tipo de hogar donde era el padre el que salía a trabajar y la ma-
dre estaba siemprepresente en la casa. Hoy en día son muchas
las madres que tienen que salir a trabajar. Casi siemprees por
razón de que se necesita un ingresopara poder pagar la casa,
o los muebles, o la ropa de graduación,o los gustos y apetitos
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que ofrece el mundo moderno.Ilay que reconocerlas tensiones
de nuevo orden que se han producido en cl hogar, pues tan solo
así, en vez de tapar el cielo con la mano, se podrán examinar las
causas de conflictoy bregar positivamentecon ellas.
Veamos las situacionesque se producen y preguntémonos
como se pueden evitar muchos de los problemas con que se con-
fronta una familia hoy, cuando la madre trabaja fuera del hogar.
El Niño
Tomemosen primer lugar al niño. Pasa muchas horas fuera
de la influenciade la madre. Lo cuida a veces un familiaro a
veces una empleada en la misma casa. A veces se le traslada a
otra casa cerca o lejos del propio hogar.
¿CÓmopodrían esos padres asegurarse que en el desarrollo
de la personalidad de sus hijos, criados por otras personas, van
a predominar los valores que ellos quisieran inculcarles? Una
manera ideal sería si se pudiera escoger aquel familiar o emplea-
da que está de acuerdo con la manera de criar que uno tiene.
No siempre esto es posible. Aún con las abuelas se producen con-
flictos en ocasiones,o porque se cree que son muy estrictas o al
revés, muy alcahuetes.
¿Cómo se podría conseguir que la fuente de seguridad y
cariño que una madre no le puede dar a sus hijos durante las
largas horas que pasa en su ocupación,no le faltan a éste? Lo
más deseable sería que al niño lo cuidase siempre la misma per-
sona, que se convertiríapara el niño en la imagen de protección
y cariño cuando la madre está ausente. No habría mucho des-
calabro.
Infortunadamente, no siempre es así. No siempre hay una
abuela o tía amorosa cerca y se recurre a la empleada. Ya no
6
titaot

ruc t:

existe aquel tipo de criada que pasaba toda una vida en un ho-
gar, compartiendo con la madre la responsabilidadde velar por
los hijos. La verdad es que aquel ser humano se conformaba con
tan poco la mayor parte de las veces que no vemos mal que haya
desaparecidoel tipo de explotacióna que se le sometía.
Hoy la empleada doméstica se va cuando menos se espera
y empiezan a pasar por la casa una sucesiÓnde entes cuyos
nombres a veces es difícil de recordar. Hasta la más dócil de las
criaturas se rebela ante tanta incertidumbre y es capaz de pegar-
le un mordisco al que se le interponga en su camino cuando quie-
re retener a la madre, colgadode su cuello.
Si se meditara a fondo lo importante que es conseguir la
mejor persona posible para cuidar de los hijos cuando la madre
trabaja, se haría un esfuerzo más consciente por seleccionar y
retener una buena empleada. A veces puede ser tan sencillo co-
mo pagar el jornal en lo que vale.
I lenios oído jnenudo una pareja que dcqcsperada
'
quien cuide de los hijos, decir que ncccqitan una 'sirvienta", A
trnglÓn seguido añaden quc tan solo Ic cxigcn que cuide bien
de los niños aunque no Ic dé tictnpo a recoger la casa, La pala-
eon sus connotaciones tradicionales, ya indica quc no sc Ic
tiene en otra estima que la del concepto dc fregar y cocinar co-
mo una autÓmata.
No puede ser "sirvienta"la que forma cl carácter de nuestros
hijos en ausencia nuestra. Vale tanto su presencia cn el hogar que
vale una buena paga. Quizás las deserciones frecuentes bajarían,
si lo que se pagase guardara proporción con los requisitos que
debiera exigírselepara su ocupación.
Otra solución que puede ocurrírsele a una comunidad es la
de proveer para el cuido de los niños a base de la organización
de servicios grupales tales como los jardines de infancia.
¿Qué otras solucionespuede haber? Es menester darle pen-
samiento, puesto que estaríamos preocupándonospor una causa
de vital necesidad en la comunidaddel presente.

La Madre
Veamos ahora, no ya el lado del hijo, sino el de la madre,
cuando sale a trabajar fuera. En esa madre ocurren conflictos
que no podemos negar. Muchas veces cuidan a los hijos en otro
hogar, pero ella tiene que regresar a su casa a hacer todas las labo-
res. Después de luchar contra el "tapón" llega desarbolada a reco-
ger los hijos, a preparar la comida, a pensar en el traje que se va a
poner el otro día, a calmar la irritación del marido que no en-
cuentra el periódico. Salud Mental al máximo es lo que necesita
para no mandar a los hijos, al marido y el trabajo al infiernoen
uno de esos momentos.
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LII

El Marido
No olvidemos al marido. Muchos de ellos comparten hoy
con gusto las tareas cotidianas.Pasan el mapo, echan la ropa a
lavar y hacen sinfín de otras labores que antes hacía solita la
esposa. Aún así, pueden surgir conflictos. Cuando él quisiera
desahogarse con la esposa de un mal rato que pasó en el trabajo,
ella puede a su vez consumir el tiempo que pasan juntos descar-
gando los problemas que tuvo en el día. Se va el marido a com-
prar los alimentosy se le ocurre traer, para que se lo preparen
enseguida, un antojo que tan solo puede prepararse con la cal-
ma y el tiempo que la esposa no tiene.
Son muchísimaslas tensionesque produce la situaciÓntan
común hoy de la madre que trabaja. No podríamos agotar el te-
ma por más ejemplos que se diesen. Lo mejor en cada caso es que
la familia estudie su propia situación y determine la mejor mane-
ra de aliviar aquellos problemas donde reconoce que la raíz del
mal está en las complicacionesque se producen con la ausencia
de la madre.
Es mucho también lo que podrían producir en ideas sobre
el tema los grupos que se dispusiesena estudiarloa fondo. Se-
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ría interesante saber qué opinan, no solamentelos espososy es-
posas, sino también los adolescentes,los familiares y la comu-
nidad en general.
Los Jóvenes
Hay otra área de salud mental relacionadacon el hogar que
necesita exámen cuidadoso.Se trata del cambio que ha ocurrido
en la manera en que los hijos responden a los esfuerzosde sus
padres por orientarlos.
Son muchos los padres que se quejan de que la crianzade
los hijos se les ha ido de las manos. Este problema cobra vigen-
cia dramática cuando se trata de los adolescentes.Algunospa-
dres se violentan al ver que sus hijos, después de cierta edad,
no les quieren obedecer. Otros prefieren ignorar las presiones
del ambiente diciéndoseque en el caso de su familianunca ha-
brá problemas como los que ven a su alrededor. Se espantan
cuando surge un incidente donde están envueltossus propios hi-
jos y entonces se paralizan. Hay quienesdeciden que es mejor
aceptar cuanto suceda. O se sienten incapacitadospara orientar
a sus hijos o presumenque el ambienteen que viven es tan ma-
ravilloso comparado a lo que tuvieron ellos en su juventud que
no quieren ser obstáculo para sus hijos. Así permiten todo cuan-
to al adolescente se le ocurra. Cuando quieren atajar lo que
ya no puede tolerarse, es a veces muy tarde.
Cada vez que ocurre un problema de relacionescon los ado-
lescentes los padres se recuerdan con nostalgia de los "tiempos
de antes", Había una vez que los niños no salían ni al balcónex-
no
cepto con el permiso de sus padres. Un joven de 16 ó 17 años
fijada,
se atrevía a llegar de una fiestecitamás tarde de la hora
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que en muchos casos no pasaba de las 9:00 P.M.
En aquel entonces la crianza de los hijos tenía unos ribetes
autoritarios que afectaban el crecimiento democrático de la per-
sona. Eran muchas las veces que caía un joven o una jovencita
en un matrimonio mal hecho, con tal de salir del ambiente opre-
sivo a que se le sometía. Quería acabar con el sistema donde a
él o a ella lo mandaban. Pero, total, lo que buscaba era tener la
oportunidad de mandar a su vez. Y se caía en un círculo vicioso.
Los padres que pretenden la obediencia ciega de entonces
se olvidan que la mente del hombre tiene un cerebro que Dios
le dió para usarlo.
Trae mayor satisfacción a una persona, no importa su edad,
el poder conducirse a base de lo que la razón misma le dice que
a base de la decisión hecha por otro, sin posibilidades de cues-
tionarla. La imposición sobre un hijo de una conducta en particu-
lar puede funcionar muy bien, al parecer.
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El hijo parece nuty obediente porque sc baña a la hora que
le dicen, eotne lo que se decide que (lebe cotncr y casi hasta res-
pira cornole dicen quo debe respirar. Y nadic sc da cucnta quo,
a más represión,tuás grande puede ser la rcbelión dc la criatura
que parecía tan dócil a los ó 12 años.
Entiéndase bien que no estamos predicando la libertad sin
límites, Salud Mental no es hacer lo que a uno le venga en ganas,
pues nadie vive solo y sin responsabilidadeshacia los demás. Lo
que sugerimos, a los padres, es que examinen sus métodos de
guiar a sus hijos adolescentes.
No es fácil hacerlo. Cuando tenemos un problema encima
ya no queremos volver atrás y ver que parte del problema fue
creado por nosotros mismos. Leer lo que dice un "experto"en
un folleto no proporciona soluciones.Si una comunidad quiere
darse a la tarea de meterle mano a los problemasde la orienta-
ción adecuada a los adolescentesnecesita dedicar tiempo a es-
tudiar la situación, utilizando consejosprofesionalesque un Cen-
tro de Salud Mental puede ofrecer.

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rrrr,

Los :nisrnos tienen que ser incluidosen la tarea, si


es que se quiere elaborar con ellos los Inejores medios de llegar
a un entendido de paz y tranquilidadcornún.
Al menos podernos hacer algunas anotaciones sobre los cam-
bios que han ocurrido en la sociedadIli0(lernay que afectan las
relaciones con adolescentes. Uno de los factores de cambio
ha sido el hecho de que hoy el grado de escolaridades mucho
más alto. Un joven que ha adquirido por lo menos su diploma
de cuarto año de Escuela Superior tiene mucha más confianza
en su capacidad de opinar y decidir por sí mismo que antes. Es
capaz de desafiar conceptosy patrones de conducta si no se le
dan razones que lo convenzan.
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Otro factor de peso es el grado de progreso económicoque
hemos alcanzado. Se ha puesto a la disposición de la juventud
una serie de recursos que no se conocían antes. A los 16 años
se puede obtener una licencia para guiar automóvil y se puede
comprarun "cacharro" con una cantidad que el joven se puede
ganar por sí mismo.
La composicióndel vecindario dejó de ser en muchos sitios
aquel que conocíamoslos mayores donde no había vecino que
no supiera quien era el hijo de quien y cual de ellos había hecho
la travesura. La gente se ha agrupado más cerca unos de los otros,
lo mismo en la zona rural como en las urbanizacionespúblicas,
como en las privadas, pero están más lejos uno de los otros en
la convivencia. Los niños no van todos a la misma escuela ni se
juntan con los mismos grupos. Las diversiones dependen mayor-
mente de facilidades que requieren salir del vecindario en que
se vive. Los padres tienen muchas más oportunidades de hacer
su propia vida social o de negociosque limitan la oportunidad
de supervisar las actividades de los hijos.
¿Qué se puede hacer? ¿Cruzarnosdé brazos y decir que no
se puede hacer nada, que los cambiosson inevitablesy que te-
nemos que aceptar que la familia está abocada a desaparecer?
No lo creemos. La familia dentro de la estructura que conocía-
mos antes, es cosa del pasado. Pero la familia, dentro de cual-
quier nueva condición que exista, seguirá siendo la piedra angu-
lar donde se pone la zapata de nuestra conducta posterior. Vale
la pena buscar los medios de conservar los valores en que se
cimenta.

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LOS GRUPOS A LOS CUALES UNO PERTENECE:
El Trabaio
El grupo eon el cual uno se relaciona más después del hogar
es casi siempre el grupo con el cual uno trabaja. Son muchas las
maneras en que las personas que nos rodean en el trabajo pue-
den afectar nuestra salud mental, unas veces muy positivamen-
te y otras en forma negativa a nuestro ajuste.
Un buen compañero,con su generosidad,le puede hacer a
una persona apreciarse más en sus buenas cualidades. No siem-
pre pasa así.
Un jefe autoritario que se goza en crear un ambiente de te-
rror psicológico entre los subalternos puede causar múltiples pro-
blemas emocionales.
Un compañero ambicioso que utiliza medios de poca honra-
dez para lograr ascensos a base de desprestigiar la labor de otro,
puede causar tanta ansiedad que la tensión en que está la perso-
na puede trascender hasta el hogar.
Una competencia desmedida en una joven por exhibir la
vestimenta o los peinados o las prendas más modernas o costo-
sas, puede no solamente dar al traste con el presupuesto familiar,
sino también crear estados de intranquilidad tan grandes que
permean a través de todas sus relaciones con los demás.
Es necesario confrontarse a las situaciones de trabajo con
una visión clara de las satisfaccionesque en verdad puede uno
esperar del trabajo en sí y de las relaciones con los demás com-
pañeros. Es saludable reconocer el sitio que ocupa ese trabajo
en la vida total de uno y preguntarse si no se está esperando
demasiadodel trabajo. O por el contrariosi es que uno mismo
no está dando todo lo que puede dar para hacer del trabajo una
experiencia placentera.
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"EL PROFETA" Gibrán del Trabaio —(Fragmento)


Se os ha dicho sienapreque el trabajo es una
maldición,y
que la tarea es una desgracia.
Pero yo os cligo que, cuanclotrabajáis,
cumplís una parte del
más alto sueño de la Tierra, parte que se
os asignó al nacer de
ese sueño.
Y al ser fieles al trabajo, en cerdad amáis
la vida, y amar
la cida, mediante el trabajo, es
penetrar en su más íntimo secreto.
Pero si en vuestro (10101'consideráisuna aflicción haber na-
cido, y la carga del cuerpo una maldición escrita
en vuestra
frente, os respondo que sólo el sudor de vuestra frente
lavará lo
en ella escrito.
También se os ha dicho que la cida es oscuridad, y en cues-
tro hastío sois un eco de lo que han dicho los hastiados de la vida.
Y yo digo que la cicla es oscuridad, salco cuando hay ansie-
dad, y que toda ansiedad es ciega, salco cuando hay conocimien-
to, y que todo conocimientoes cano, excepto cuando hay traba-
io, y que todo trabajo es fútil, salco cuando hay amor; y que
cuando trabajáis con amor, os unís a cosotros mismos,y a los
demás,y a Dios.
Y, ¿qué es trabajar con amor? Trabajar con amor' es tejer
la tela con hilos de cuestro corazón como si el ser amado fuera
a usar esa prenda de vestir.
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Es construir una casa con estnerado afecto, como si el ser
antado fuera a cirir en esa casa,
Es arrojar sentillas con,ternura, cosechar con alegría, como
si el ser antado fuera a conter ese fruto.
Es intpregnar todo lo que hacéis con un soplo de vuestro
propio espíritu, y saber que todos los bienaventurados muertos
están junto a cosotros,presenciandolo que hacéis.
Os he oído decir, a lncnudo, como si hablaseis en sueños,
que el que traslada la fornaade su propia alma a la piedra es más
noble que cl que ara la tierra. Y que quien se apodera del arco
iris para trasladarlo a la tela que capte la imagen del hombre, es
más honorable que quien hace las sandalias para nuestros pies.
Mas yo os digo, no en sueños, sino en la alerta cigilia del
Inediodía, que el viento no habla más dulcemente a los gigan-
tescos robles que a la mínima hoja de hierba, y que sólo es
grande el que transforma la coz del ciento en un canto más
dulce, al influjo de su propio amor.
El trabajo es anuor,hecho visible.
Y si no podéis trabajar con amor, sino sólo con disgusto,
será mejor que abandonéis el trabajo y os sentéis a las puertas
del templo, a recibir las limosnasde quienes trabajan con alegría.
Porque si cocéis el pan con indiferencia, haréis un pan amar-
go, que sólo saciará a medias el hambre del hombre.
Y si pisáis la uva cle mala gana, destilaréis un ceneno en el
vino.
Y aunque cantarais como los propios ángeles, sin amar el
canto, harías insensibles los oídos del hombre a las coces del
día y a las coces de la noche.

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9

LAS ORGANIZACIONES Y ASOCIACIONES


A LAS CUALES UNO PERTENECE
En la actualidad, tanto los adultos como los menores, tienen
mucha ocasiÓnde pertenecer a grupos de distinta naturaleza en
la comunidad.La experienciade ser miembrode cualquierade
estas instituciones puede llenar plenamente algunas o varias de
nuestras necesidades emocionales y contribuir a nuestra salud
mental. Veamos algunos ejemplos.
Ser miembro de un club, asistir a las reuniones y participar
de las actividadesde ese club puede llenar un vacío de cariño.
Al ser aceptada la persona por el grupo tiene un sentido de per-
tenencia que le estaba haciendo falta en su caso. Un envolvi-
miento creador en los asuntos de una organización a la cual uno
pertenece puede ocupar tiempo libre en cosas productivas y evi-
tar el aburrimiento.Un logro obtenidopuede hacer sentirse a
una persona orgullosade su propia capacidad de servir bien a
los demás. O simple y llanamentela participaciónen la organi-
zaciÓnpuede proveer la recreación que la persona necesita.
Esto lo pueden entender muy claramente los vecinos de las
comunidadesorientadaspor la Divisiónde Educación de la Co-
munidad, que asisten regularmente a las reuniones que su comu-
nidad lleva a cabo. Al participar en las actividades estos vecinos
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ELPA50

están siendo miembros de la institución básica a la cual el ciu-


dadano pertenece en una democracia: su propia comunidad. Lo
que aprende la persona en la convivenciacon sus vecinos le •ha-
ce mejor miembro de cualquier otro grupo social al que perte-
nece.
Si la participación nuestra en una organizaciÓnde cualquier
tipo no consigue el logro emocional que buscábamos y lo que
nos trae es un aumento en las preocupaciones,entonces hay que
buscar la base de esa insatisfacción. Puede estar en nosotros
mismos.
Puede muy bien ser que nuestras motivaciones estén un
poco confusas. Nos decíamos, por ejemplo, que queríamos entrar
a una organizaci6n porque deseábamos ayudar a los semejantes
y luego nos duele el tener que hacer el más mínimo sacrificio
de nuestro tiempo y esfuerzo. Nos engañábamos pretendiendo
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que tan sólo queríamos ser útiles calladamente y luego nos des-
vela la necesidad que tenemos de que nuestro nombre brille a
todas horas. Creíamos que nos íbamos a distraer con asistir a las
actividades sociales y luego lo que hacemos es sufrir cuando no
podemos estrenar un traje cada vez que hay una fiesta. En casos
como los que hemos citado la organizaciónno va a poder ofre-
cernos, por mejor que funcione, una salida favorable para nues-
tra salud mental.
A veces la falla puede estar en la organizaciÓnmisma. Se
supone que el eje central de cualquier organización o asociación
se basa en el crecimiento contínuo de cada uno de sus miembros,
que tienen la oportunidad de utilizar sus capacidades al máximo
y desarrollar destrezas socialesde valor para ellos y para los de-
más. Si esto no está presente la experiencia del socio puede ser
frustrante.
Las metas de una organizaciÓnpueden ser tan confusas que
el trabajo del socio se diluye. Los métodos utilizados por los di-
rigentes pueden ser represivos y ahogar la capacidad de expresiÓn.
El reclutamiento de sociospuede ser tan deficiente que el gru-
po no tenga intereses en comÚnde acuerdo a los verdaderos ob-
jetivos de la organización.
Cada persona tiene que examinarsu propia situación y de-
terminar si su participaciónen la organizacióna que pertenece
está en verdad contribuyendo al desarrollo de su personalidad.
Si cree que la función del grupo es valiosa y que su participación
es necesaria le es menester colaborar a la medida de sus esfuer-
zos para ayudar al éxito de la organización.Pero para eso nece-
sita analizar más a fondo sus propias actuaciones y lidiar con las
áreas que le traen conflicto.
20
LA COMUNIDAD DONDE UNO RESIDE
Como dijimos antes, los cambios sociales que han ocurrido
en Puerto Rico durante las últimas décadas han traído una situa-
ción radicalmente distinta en los vecindarios,sobre todo en la zo-
na urbana.
Muchas veces no se conoce el nombre de los vecinos que
quedan más cerca, ni se sabe de donde vinieron, ni que hacen. Son
muchos los hogares en las urbanizaciones modernas que perma-
necen cerrados durante todo el día. Los miembrosde la familia
llegan casi de noche a comer y a dormir.Esta falta de conviven-
cia acarrea en muchos casos conflictos serios de relaciones entre
los vecinos.
Podíamos desentendernos de la situación diciéndonos, en
forma egoísta, que hoy en día no se necesita de los vecinos para
vivir tranquilos. Podemos salir fuera a buscar amistades y diver-
siones. Con vivir cada cual en su casa, sin meterse en la vida aje-
na, ya tiene.
Al asumir esta posición estaríamosescapando de la realidad.
Dondequiera que haya gente viviendo cerca uno de los otros van
a surgir situacionesde interrelaciÓn,quiéraseo no.
Tomemos,en primer lugar, el aspecto puramente físico rela-
cionado con las facilidades que existen en una comunidad. Si las
condiciones que existen son indeseables, constituyen una fuente
de irritación común. Cuando falta lo más indispensable, como la
carretera ó el agua potable, iQué desesperación!Pero aún cuan-
do estas facilidades existieran hay otras cosas que pueden moles-
tar. La disposicióninadecuada de la basura lleva ratas y sa-
bandijas a cualquier hogar. Un negocio que estimule el vi-
21
cio es un peligro para cualquiera de los residentes. La falta
de una farmacia o de teléfono, o del servicio de correo, trae
molestias para cualquiera de los que viven en el sitio. No se
puede alegar que no tenemos nada en comÚncon nuestros ve-
cinos.
Cuando se trata de áreas que trascienden lo puramente
material es más importante aún reconocer la importancia vi-
tal de la comunidaden la salud mental de sus residentes.No
es igual vivir a la defensiva, sospechandode quienes nos ro-
dean que saber que estamos entre amigos. No es igual tener
que mantener los hijos encerrados en la casa que poderlos de-
jar salir a jugar sabiendo que no hay peligro. Se siente uno
mejor si ha podido poner su piedrecita para ayudar a aquellos
22
hogares donde surge una crisis y uno ha podido poner su par-
te de buen vecino.
Cuando se ha llegado a conocer la importanciaque tiene
la manera de vida de una comunidaden la salud mental los
mismos vecinos se interesan por ayudar a que se desarrolle
el mejor clima posible de relaciones.
Cada comunidad tiene ante sí la responsabilidadde es-
tablecer los mecanismosde comunicaciÓnque le permita a los
vecinos incorporarse a un proceso constante de labor común
para beneficio de todos. Se está entonces alerta a las presio-
nes que produce la misma cercanía de unos con otros, se an-
ticipan las situaciones que podrían causar problemas y se bre-
ga con ellas a tiempo. La reuniÓnperiódica y contínua de la
comunidad, donde todos tienen la oportunidad de participar
es el eje de la vida democráticade la comunidad.
para
No sabemos cuantas cosas sería capaz de producir
ese alto
su propio provecho una comunidad que ha logrado
sin embargo, de
grado de desarrollo cívico. Estamos seguros,
ser fuente
que la actividad creadora de la comunidad puede
de salud mental para todos sus residentes.
23
LOS PATRONES CULTURALES Y SU INFLUENCIA EN
LA SALUD MENTAL
En la manera de ser de los individuoshay reaccionesque
son producto de los patrones culturales de su país. En múltiples
ocasionesse responde a una situaciÓndel presente haciendo uso
de las respuestas que se han ido formando en el pasado. Los pue-
blos van creciendo y adaptándose a las circunstanciasparticula-
res a su desarrollo. Se adoptan maneras de pensar y actuar en
determinadassituacionesque se van transmitiendode genera-
ción en generación. A veces es posible reconocer los modos de
respuesta que son producto de la influenciacultural y a veces
no. Muchas veces se puede llegar a definir claramente el porqué
de un determinado patrón cultural y en otras no es tan fácil. El
clima, las condicioneseconómicas,la ocupación de la gente, la
manera en que se agrupan para vivir, las oportunidadesde ex-
presiÓn,el tipo de gobierno,las raíces étnicas; todo esto y mu-
chísimos factores más son fuerzas que van moldeando la perso-
nalidad de la gente.

24
Algunas de las manifestacionesculturales de un país son
tan positivas que contribuyen mucho al bienestar general. Están
tan adentradas en la costumbrepopular y crean tales satisfaccio-
nes que pueden resistir los embates de los cambios, adaptándo-
se de alguna manera a las nuevas circunstancias.En Puerto Ri-
co nos distinguen de otros pueblos algunos rasgos que seguirán
siendo siempre un puntal de fortaleza emocional.

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1
1,

,11/1/1/1,

42
Ya mencionamosantes la importanciaque tiene aquí la fa-
milia. Cierto es que habrá muchoshogares donde los miembros
casi no se ven durante la semana, pero en un día domingo hay
miles de familias que se congregan en algún lugar común de reu-
nión. Puede que no sea ya en todos los casos la casa de los padres,
la cual visitan todos los hijos casados que ya están establecidos
en su propio hogar. A lo mejor se juntan para una jira en la playa,
o se va un grupo al cine mientras otros se quedan en la casa vien-
do la televisiÓno jugando una partida de dominó.Lo cierto es
que la familia se sigue buscando en Puerto Rico. Dentro de su
seno se resuelven infinidad de problemas que de otro modo cau-
saría desbalance en algunos de los miembros.Es uno de los pa-
trones culturales que no debiera descuidarse.
Tiene sus desventajas también, cuando se pretende obligar a
todos los miembros de la familia a seguir un mismo patrón de con-
ducta.
26
le-
Hay padres que tratan de evitar que sus hijos se muden
se
jos, buscando nuevos horizontes y nuevas oportunidades. No
percatan de que el lazo de afecto puede ser más fuerte si no se
le ponen nudos. Una cercanía llena de inconformidadtrae más
tensionesque una ausencia salpicada de visita, que aunque cor-
tas o espaciadas,conservanla amistad sin trabas que caracteri-
za una buena relación familiar.
Aún estando la familia cerca, hay que cuidarse de caer en
el egoísmoinconscientede tratar de vivir la vida de los demás.
Cuando se quiere constreñir la relación social, sobretodo en
el adolescente a la familia nada más, el círculo familiar resulta
limitado. Por eso es deseable que se acepte la necesidad que tie-
nen distintos miembros de la familia de tener sus propias amista-
des y sus propias formas de recreaciÓnaparte de las que existen
dentro de la familia.

27
no significan en ningún momento que se
advertencias
Estas
que no vale la pena tratar de conservarla
válido
aceptecomo estaríamos haciendo al negar la impor_
Lo que
unidad familiar. igual que botar el grano junto con
familiar sería
tancia de la vida
la paja. al
característica que de veras distingue puertorrique_
Otra
El que ha viajado sabe que la hospitalidad
ño es la hospitalidad.
otra manera, puede existir dondequiera. Sin embargo,
en una u
Rico toma una forma muy puramente nuestra. Porque
en Puerto completos al semejante, pa-
brazos y el corazón
es un abrirle los
ayuda, no solamente física sino espiritual. Eso es así por-
ra darle
de nuestras virtudes es también la compasiÓn.Ante el
que una
otro ser humano nos sale adentrouna
infortuniopor el cual pasa
que ya nos caracteriza, el "Ay Bendito". Surge tan espon-
frase
a veces, con eso nada más, le
tánea y tan sincerala frase, que
sus pesares.
estamos dando alivio al que nos cuenta
Nuestropueblo sabe dar. Desde la taza de café o refresco
que se le ofrece al extraño una vez traspone el umbral de las
puertas de nuestro hogar, hasta las colectas públicas para las víc-
timas de una inundación,nuestro pueblo tiene el don de saber
compartir lo que se tiene.
Por otro lado hay patrones culturales que en algunos de sus
aspectosno son muy saludables, porque aprietan y estrujanla
posibilidad de crecimiento emocional en los individuos.
El tabú serio sobre el sexo al cual nos referimos en el folleto
número uno es uno de los moldes más rígidos a que hemos esta-
do sometidos. Ya dijimos que este tema merece atención separa-
da.

28
La falta de suficiente conciencia colectiva sobre el deber
ciudadano de participación democrática conlleva a una actitud
de indiferencia del individuo cuando surgen asuntos de interés
público.
La herencia de patrones de imposiciónautoritaria restringe
la expresión individual.
Tenemos muchísimos defectos, pero tenemos muchas más
virtudes. Tenemos la responsabilidad de conocernosmejor. A ma-
yor conciencia de los valores reales que se quieren conservarhay
menos posibilidad de tensiÓny angustiasen las relacionesarmo-
niosas que pueden tener las distintas generaciones,ya que se
pueden aceptar los cambios que surgen sin querer detener el paso
de los años. Al mismo tiempo se puede orientar a las nuevas ge-
neraciones a preservar la esencia de las cosasbuenas que nos ha
legado el pasado.

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29
VALLE DE COLLORES

Cuando salí de Collores,


fue en una jaquita baya
por un sendero entre mayas
arropás de cundeamores.
Adiós, malezas y flores
de la barranca del río,
y mis noches del bohío,
y aquella apacible calma,
y los viejosde mi alma,
y los hermanitos míos.

Qué pena la que sentía


cuando hacia atrás yo miraba
y una casa se alejaba
y esa casa era la mía.
La última vez que volvía
los ojos, vi el blanco vuelo
de aquel maternal pañuelo
empapadocon el zumo
del dolor. Más allá, humo,
esfumándoseen el cielo.

Después en pos de ideales.


Entonces me hirió la envidia.
Y la calumniay la insidia
y el odio de los mortales,
y urdiendo sueños triunfales,
vi otra vez el blanco vuelo
de {quel maternal pañuelo
empapado con el zumo
del dolor. Lo demás humo
esfumándoseen el cielo.
30
laa eatnpeslre floración
era triste, opaca y nnustia.
Y todo, corno una angustia,
tue aptvtaba el corazón.
La jaca, a su discreción,
iba a paso perezoso.
Zunibaba el viento, oloroso
a madreselvasy a pinos.
Y las ceibas del camino
parecían sauces llorosos.

No recuerdo cómo fue.


(Aquí la memoria pierdo) .
Más en mi oro de recuerdos,
recuerdo que al fin llegué.
La urbe, el teatro, el café,
la plaza, el parque, la acera.
y en una novia hechicera
hallé el ramaje encendido
donde colgué el primer nido
de mi primera quimera.

iAy la gloria es sueño vano!


iAy, el placer sólo es viento,
y la riqueza tormento,
y el poder, hosco gusano!
iAy, si estuviera en mis manos
borrar mis triunfos mayores
y a mi bohío de Collores
volver en la jaca baya
por el sendero de mayas
arropás de Cundeamores!

Luis Lloréns Torres


( Puertorriqueño )

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Escritores: Carmen Isales
Dr. José Núñez López

Diseñador Gráfico Diseño de Portada:


Ilustrador Rafael Tufiño

Impresión: Talleres de la División de


Educación de la Comunidad
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