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Citación:

Fernández-Rasines, P. (2001). Afrodescendencia en el Ecuador:


raza y género desde los tiempos de la colonia. Quito: Editorial Abya Yala.
AFRODESCENDENCIA EN EL ECUADOR
Raza y Género desde los tiempos de la Colonia

Palo ma F er n án dez- Rasin es

lra. Edición: Ediciones Abva-Yala


Av. l2 de Octubre l4-30 y Wilson
Telfs. : 562-633 | 506-267
Fax: 5O6-2551506-267
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Quito-Ecuador

Coedición: Abya-Yala Editing


Paloma Fernández-Rasines

@: Paloma Fernández-Rasines,2001

Diseño de portada: RaúlYépez

Fotografía de portada: fulio Fernández 1988, entre Chota y Esmeraldas

ISBN: 9978-04-7ll-5

Impresión Digital Docutech / UPS


Quito - Ecuador

Impreso en Quito - Ecuador,2001

Texto adaptado de Ia edición original. Permisos adquiridos.


@ Dióspora africana en América Latina. Discontinuidad racial y maternidad polítíca en Ecuador 1999. Serie
Tesis Doctorales. Universidad del Pals Vasco. Servicio Editorial. Bilbao (España).
INDICE DE CONTENIDOS

I . EPISTEMOLOGÍAY LA LÓGICA DEL MÉTODO. LA POSICIÓN 8UNUCOIDE...............,......... II


Conocimiento es poder......... L4

ReJlexividad y la corporeización del conocimiento .................. 16


Consideraciones teóric¿s, "nur fiirSchwindelfreie"......... 17
Crltica feminista en las ciencias socia1es............ l8
Teorizando la dióspora africana en las Américas....................... 22
Matrifocalidad y significación de la figura de Ia madre. 24
Raza, género y estratificación social. Estereotipos y liminalidades................., 29
Diseño de la investigación................ 3l

Seleccíón del área de estudio y el contexto geográfico.................... 33


Aproximarse

Descripción del espacio coyuntural ...... 38

2 . DIALÓGICA HISTÓRICA. CUERPOS NOMBRADOS POR LA ESCLAVITUD 4I


Discurso colonial sobre el mestizaje........ 4l
Relatos y crónicas de los primeros tiempos............ 4l
Cuerpos nombrados por la esclavitud ..................... 49
Política sexual y matrimonio restrictivo........ 5l
Retórica ilustrada. "menores" demandando nuevos derechos......... 55

Movilidad social, sexismo y uso carnal ... 62

3 . ESCLAVITUD Y MORALIDAD FAMILIAR. PROCESO DE MODERNIZACIÓN....... 67


Esclavitud en costa y sierra.............. 67
Moralidad familiar en minas y haciendas. La Compañía de Jesús............ 69
Esmeraldas, tierra de promisión. I¿s nuevas colonizaciones 72
Mercado exterior expoliando naturaleza y cultura............ 74
Proceso de modernización. Antes y después de la reforma agraria............ 76
Preparando el éxodo rura1................ 79

Movilidad social y racismo activo .............. ....................i... 83


"Criadas" en los oficios mujeriles......... 89
6 tindice

4 . EMANCIPACIÓN DESDE UNA COMUNIDAD SUBURBANA."SER DUEÑO DE CASf .......... 93


Demanda y adquisición de vivienda popular.......... 93
Mujeres
Clientelísmo político y fisuras internas........... 95
El sector de silanes y la pobreza estructura1................. 98

5 . CONYUGALIDAD E INTERCAMBIO SEXUAL. DEL DEBERY DEL DESEO,, ...... 111

Llmites

Compadrazgo o el gendarme del orden monogimico... ........ 116


Heterosexualidad compulsiva y sexo matrimoniable................ .................... I l8
Régimen católico. Norma y ritual ............... 120
Imaginerla judeo-cristiana para la iniciación ...................... l2l
El mal aire o "siempre carne y sangre es débi1".......... .,......... 122
Mal de ojo o la incontinencia del deseo en ciertas mujeres............ ............... 124
Ritmo y proximidad de los cuerpos ........... 126
Nombrando las transgresiones de sexo y de género......... ...... 128
Consumo de los servicios sexuales........... ...... l3l
6. MATERNIDAD SOCIAL. EFICIENCIA Y LIDERAZGO. MUJERES POR CUENTA PROPIA....... I35
Hombres y mujeres que fundaron el barrio de Silanes....... ...................... 135

Mujeres por cuenta propia............ .............. 138


Emiliana o la mujer que se him madre.. ....... 138

Madres agentes y jefatura de hogar ......... ........................... l5l


Hechos y sujetos administrab\es...................... ...................... 153

7. SISTEMA PATRIARCAL. PODERES Y AUTORIDADES. EL CUERPO CONTINENTB.................. T59


La metáfora del "respaldo" y el privilegio de'la libertad ......................... 160
Poliginia o la univocidad androcéntrica ....... 163

Fertilidad,fecundidadyfacultadbio-reproducthta................. ..................... l7l


Simbólica sobre el diablo, Ia mujer y la m4dre......... ......... 176
Brujas que vuelan y sacan la virtud.......... .... 179
La Tunda y el fetichismo mercantil......... ...... 183
La Mula o la hembra yerma y la resistencia....... .................. 188

Conclusiones o morir un poco ..............'.... 195

Referencias citadas ........,...


AGRADECIMIENTOS

Quiero mostrar mi reconocimiento a ción sobre el terreno. )uan García me acercó el


todas las personas e instituciones por cuya co- norte de Esmeraldas con toda la cordialidad de
laboración se hizo posible esta tesis doctoral. su familia. Mi querido amigo Carlos Lascano
Con todas ellas estoy en deuda. se hizo responsable de mi salud. El ya no está
Este trabajo de investigación ha sido pero su sentida memoria siempre me sirve de
realizado en su mayor parte al amparo de una compañía.
beca predoctoral del programa de formación En la primavera de 1996 Alexandra
para la investigación del Departamento de Martínez estuvo al cargo de mi visita científica
Educación, Universidades e Investigación del al Instituto de Historia y Antropología Andi-
Gobierno Vasco. El centro académico de apli- nas de Quito. A ella le agradezco mi acerca-
cación de esta beca entre 1993 y 1997 ha sido miento a los archivos históricos de Quito y
el Departamento de Filosofía de los Valores y Guayaquil. Un año más tarde fui recibida co-
Antropología Social de la Universidad del País mo investigadora predoctoral en el Programa
Vasco en Donostia-San Sebastián. de Estudios de Género de Duke University en
Durante mi trabajo de campo etnográ- EEUU. Su directora, Jean O'Barr se ocupó de
fico en el Ecuador, Elba y Gladys me prestaron introducirme en la comunidad científica y fue
sus voces y fueron especiales colaboradoras. A una excelente anfitriona. El grupo de trabajo
ellas, como al resto de los hombres y las muje- Gender and Praxis in Latin America fue para
res que me ofrecieron sus testimonios se debe mí un entorno muy enriquecedor, tanto como
este estudio. aquella universidad en extenso.
Teresa del Valle ha dirigido esta investi- Desde comienzos de 1997 la redacción
gación desde sus comienzos y de su tutoría me de esta tesis se llevó a cabo en el Laboratorio
ha llegado buena parte del ánimo necesario de III Ciclo del Dpto. de Filosofía de los Valo-
parala realización de esta tesis. A ella le debo res y Antropología Social de la Universidad del
también mi iniciación en la antropología so- País Vasco.
cial, en la crítica feminista y en los estudios de Quiero agradecer también a Gioconda
género. Herrera, Coordinadora de la Maestría de
En el Ecuador encontré personas y Género de la FLACSO en Quito. Ella me ha
amistades cercanas que me ayudaron estrecha- brindado la oportunidad de devolver el
mente también en lo profesional. María Cuvi conocimiento que me llevé de este país a través
fue mi asesora permanente. De ella me llegó del curso "Raza, género y sexualidad" que dicté
gran parte de la información sobre el género en julio de 2001.
en la política social y cultural. Con ella pude De Julio Fernández me han llegado su-
aprender mucho más de mí misma como in- gerencias desde el comienzo de este proyecto,
vestigadora y bastante más de mi relación con él ha sido un importante mentor durante todo
todo el resto de las palabras y de las cosas. Sa- el proceso. Suya es también la fotograffa para
ra Báez me ayudó activamente en la prospec- el diseño de la portada. Patricia Posadas ha leí-
8 / Agradecimientos

do los manuscritos, ha participado con sus co- ahora. Se lo debo también a nuestra madre,
mentarios y me ha acercado más al conoci- Anunciación. Ella es una de las mujeres a quie-
miento instrumental de las lenguas bárbaras. nes dedico esta tesis doctoral, por haberme
Nuestra comunicación ha hecho más llevade- educado en el gusto por conocer y por su eter-
ro y humano este largo proceso de transición. na rebeldía.
Por último quiero mostrar mi agradeci-
miento más sentido a mis hermanos y herma- A las mujeres por quienes
nas: a Mercedes, fulio, Regina, fosu y muy es- el amor maternal no es natural,
pecialmente a Gabriel. De sus cuidados y aten- ni es incondicional
ciones ha dependido siempre mi bienestar y y tampoco es gratuito,
por su enorme generosidad he llegado aqul
INTRODUCCION

¿Dónde se sitúa la frontera entre ser logía de la experiencia, en los estudios de géne-
mestiza, chola, zamba, negra, parda, señora...? ro sobre los países en desarrollo, y en los estu-
¿De qué manera se ha ido elaborando el racis- dios de familia al respecto de la teorización de
mo desde los tiempos de la colonia? Ia diáspora africana en las Américas.
¿Cómo una persona se hace hombre o Los capítulos segundo y tercero ofrecen
muje¡ madre o padre, hijo o hija dentro de es- una visión histórica del proceso de categoriza-
te sistema r acializado? ción racial y sexual en lo que actualmente co-
Afrodesdendencia en el Ecuador es w es- nocemos por Ecuador, como país heredero de
tudio etnográfico y etnohistórico sobre la he- la polltica colonial española. Hablaré de las
rencia de la esclavitud, en el que pretendo re- percepciones locales al respecto del mestizaje,
coger los resultados de mi tesis doctoral. A tra- de las clases y las castas. En el capltulo segun-
vés de las voces y los relatos de hombres y mu- do se tratará la contrucción de la moral fami-
jeres afrodescendientes, quiero ver cómo estas liar y el matrimonio restrictivo; así como las
personas se transforman en sujetos políticos, implicaciones del sistema esclavista para hom-
en artífices de su propia historia. bres y mujeres en servidumbre forzosa.
Con este libro deseo ante todo devolver El tercer capítulo es una continuación
el conocimiento que me fue prestado por dife- del anterior donde se abordan los condicio-
rentes personas e instituciones durante los 23 nantes estructurales que han podido justificar
meses de mi estadía en el Ecuador. Los datos una marcada regionalización bipolar de los
etnográficos y documentales fueron recogidos contextos de costa y sierra en el Ecuador ac-
en este país entre 1993 y 1996. tual; así como sus implicaciones en el orden
Mi tesis doctoral se sitúa en el marco in- moral familiar y en los sistemas de género. Ha-
terdisciplinar de la antropología social y los es- blaré de las familias Negras sometidas por la
tudios de género. Esta investigación parte de empresa jesuíta en la sierra y de la emergencia
una discusión sobre el concepto de matrifoca- de grupos de poder de Mulatos notables en la
lidad y sus implicaciones en la formación de la costa norte. Siguiendo con el proceso histórico
identidad afrodescendiente. El contexto del es- se verán los resultados de Ia transnacionaliza-
tudio lo conforma la política racial y sexual ción económica y de las nuevas colonizaciones
heredera de la colonia en las Américas. en el periodo republicano. Se hará alusión a las
El libro ha sido estructurado en siete ca- migraciones internas previas al éxodo rural
pítulos que se articulan por su temática, así co- producto de la Reforma Agraria. Desde el en-
mo por el orden del proceso histórico y etno- torno urbano se mostrarán los componentes
gráfico. En el primer capítulo se abordan las del racismo activo de cara a la evitación de la
cuestiones epistemológicas y de método, se- movilidad social.
guido de la exposición del diseño de la investi- El cuarto capítulo refleja el entorno in-
gación y la metodología. En el marco teórico mediato del trabajo etnogriífico realizado en
hablaré de la crítica feminista en las ciencias una comunidad suburbana de Quito. He abor-
sociales y de sus implicaciones en la antropo- dado la fundación de un barrio popular a fina-
10 / Introducción

les de los años 60 en tanto que proyecto coo- tersubjetividad de hombres y mujeres imbui-
perativo de emancipación en el contexto urba- dos diferencialmente en el dimorfismo sexual.
no. La adquisición de vivienda en propiedad y La fertilidad se abordará como componente de
la dotación de un espacio comunitario de vin- la identidad masculina en tanto que prueba de
dicación ha tenido a hombres y mujeres como acceso al derecho paterno. La fecundidad será
agentes sociales. He tratado particularmente la vista también como síntoma de la interven-
participación de las mujeres como interlocu- ción exterior a través de las políticas de control
toras políticas y su poder efectivo de represen- natalista. Finalmente he tratado el significado
tación en un barrio conceptualizado desde los de la autoridad materna en el nivel simbólico
cánones de la pobreza estructural. a través del análisis de la mitología local y sus
En el capítulo quinto hablo del matri- implicaciones al respecto de la subversión de
monio en el discurso y en la práctica. Se trata la maternidad y de la resistencia a la interven-
la institución del compadrazgo en tanto que ción externa,
rito católico gendarme de la monogamia. En la Desde el espacio interdisciplinar de los
base de todo ello va a aparecer la norma hete- estudios de género y a través de las aportacio-
rosexual, así como las subversiones que apare- nes de la crítica feminista a las tendencias más
cen bajo el espacio discursivo. Se verán los es- recientes de la antropología social he realizado
pacios del ritual en que la simbología cristiana esta investigación con la premisa de que no
ejerce el control sexual y conyugal. existe el conocimiento ingenuo, de que hacer
El capítulo sexto aborda la autoridad ciencia responde siempre a un compromiso
conferida a las madres y el liderazgo político político ya sea éste explícito o no. En este sen-
que desarrollan como tales. Se habla del con- tido, comparto la crítica del pensamiento que
cepto de jefatura femenina de hogar, de la fe- subyace en los debates feministas de la década
minización de la pobreza y de madres agentes que cerró el milenio. Subscribo la propuesta
en un contexto de injusticia social. Trato espe- de Donna Haraway (1991) en el compromiso
cialmente la contrucción de Ia maternidad se- de cuestionar las tendencias totalizantes con el
parada de la fertilidad orgánica y entendida objetivo de reinventar lo que se ha pensado era
como metáfora del liderazgo y la representa- natural. Esto resulta crucial para la gente que
ción. necesitamos albergar la esperanza de vivir en
En el séptimo y último capítulo se con- un mundo menos manejado por la lógica de la
sidera el cuestionamiento de la autoridad mas- dominación clasista, colonialista, heterosexista
culina. La imagen de la madre aparece en la in- y racista.
EPISTEMOLOGíA Y LA LÓGICA DEL MÉTODO
[o posicón eunucoide

El objeto de esta investigación es la cen- de agendas políticas que estaban erosionando


tralidad de la figura de la madre en tanto que el tradicional compromiso antropológico con
constructo sobre la alteridad al respecto de la la objetividad y la ciencia: si la comunidad an-
política racial y sexual en el contexto post-co- tropológica deseaba sobrevivir como empresa
lonial de América Latina. He tratado la matri- científica, deberla unificar sus tropas y presen-
focalidad siendo consciente de que se trata de tar un frente común contra todos los relativis-
un concepto que ha sido construido para ex- mos. En su opinión "the'relativist' anthropo-
plicar los patrones parentales de las llamadas logists" deberían encontrar sus nichos en cual-
comunidades Negras en las Américas, cuya rea- quier otro lugar, a saber, en departamentos de
lidad se ha interpretado habitualmente desde filosoffa, literatura, estudios de género, etc,..
la alteridad, ese "Otro" que no es Blanco y Oc- Argumentaba sin embargo que la antropolo-
cidental. Esto será explicado con mayor detalle gía debería liberarse de los prejuicios sobre la
en el apartado dedicado al diseño de la inves- biología y la sicología, especialmente para el
tigación. Antes me permito hacer una intro- caso del estudio de la etnicidad (Llobera
ducción acerca de las consideraciones episte- 1993). Debo decir que toda esta información
mológicas a modo de posicionamiento previo la he rescatado de la posterior lectura del tex-
a la investigación. to. Lo que me quedó de la exposición de su co-
A ñnales de 1993 comenzaba el desarro- municación en La Laguna fue su figura sobre
llo de esta tesis doctoral. En setiembre de ese la posición eunucoide, epistemológicamente
mismo año se celebraba el congreso de la Fe- hablando, según sus palabras. Con esta metá-
deración de Asociaciones de Antropología del fora el autor mostraba la debilidad de una
Estado Español en La Laguna. Aquel era el pri- postura epistemológica crítica con el etnocen-
mer foro que pude observar sobre esta disci- trismo colonial. Llobera identificaba tres posi-
plina. fosep R. Llobera había presentado una ciones ideológicas, tres ismos que habían pues-

comunicación en uno de los simposios acerca to en peligro la empresa científica antropoló-


de la modernidad y la postmodernidad en Ia gica en las últimas décadas: postmodernismo,
antropología actual. Me refiero a Reconstruc- tercermundismo y feminismo.
ting Anthropology: the task for the nineties. Mi "La segunda posición ideológica que he tratado
precario nivel de alfabetización en inglés no de considerar es el tercermundismo. Por este
me permitió acceder entonces a la lectura de término designo la creencia de que no hay ver-
su texto. Dado que tuvo la deferencia de pre- dad objetiva acerca de El Otro, sino sólo las
sentar su comunicación en el idioma del con- verdades locaüzadas que son directamente ex-
greso pude sin embargo procesar parte de su presadas por las diferentes culturas del Tercer
mensaie in situ. Para Llobera. había una serie Mundo.(...) Esta actitud es sentida por mu-
12 / Epistemología y la lógica del mérodo

chos/as antropólogos/as tercermundistas como Siguiendo a Dolores /uliano (1996) es


una justa expiación de los pecados cometidos significativo destacar que cada vez encontra-
por la disciplina durante el periodo colonial. mos más analistas de la ciencia que muestran
Ello ubica a eVa antropólogo/a en una posición
gran interés por las propuestas feministas, ya
eunucoide, epistemológicamente hablando.
sea para denostarlas, ya sea para considerar
Desafortunadamente, eVa antropólogo/a ter-
que ofrecen una crítica epistemológica alter-
cermundista a menudo ha tenido que contar
trivialidades, y hacerlo de una manera acrítica nativa y digna de ser estudiada. fuliano encon-
porque él o ella se ha cargado de una culpa pa- traba dos claros ejemplos de estas posturas en
ralizante. El temor a ser acusado/a de Eurocen- el foro del Congreso de Tererife que he citado
trismo o, aún peo¡ de racismo detiene la sim- más arriba: Llobera (1993) ilustraría la prime-
ple y honesta práctica de llamar-al pan, pan y al ra y James Fernandez (1993) la segunda. (fu-
vino, vino. " (Llobera 1993: 7 4) L liano 1996:16).

Probablemente Llobera (1993) piensa "La teoría a construirse no es un sistema sino


que su propio discurso es desapasionado, un instrumento, una lógica de ia especificidad
exento de subjetividades, exento del poder de de las relaciones de poder y de las luchas alre-
dedor de ellas. La investigación sólo puede ser
las ideologlas y de los is¡nos. Pensará que las
sobrellevada paso a paso sobre la base de una
alusiones a la culpa no tienen nada que ver con
reflexión, que ha de ser histórica necesaria-
el cristianismo. Pensará que el símil de las tro- mente en algunos aspectos, acerca de situacio-
pas y los frentes no es una analogía militar nes determinadas" (Michel Foucault, en Clif-
muy propia, por ejemplo del imperialismo co- ford 1991)
lonial. Pensará por último que la figura alegó-
rica de Ia posición eunucoide no tiene nada James Clifford (1991) recoge esta cita
del falogocentrismo tan usado y abusado en la del pensador francés para hablar de la quiebra
de la autoridad etnográfica. La actividad de la
retórica de los estudios sociales y de las cultu-
representación transcultural, advierte, está
ras. Aunque probablemente no me unen con
más en cuestión que nunca. En palabras de
el autor las inquietudes políticas y por ello no
Clifford Geertz (1991), a lo que escribimos y
entiendo la ciencia desde su punto de vista,
lo que leemos le ha llegado un ajuste democrá-
debo agradecer a su artículo el haberme dado
tico. Si la etnograffa surge de una actitud her-
la oportunidad de introducir mi posiciona-
menéutica, interpretamos constructos que son
miento epistemológico. De este modo he teni-
intentos de formular el modo en que un pue-
do la oportunidad para declarar que en mi tra-
blo, una persona, una institución en un perio-
bajo he dado asilo a las partes acusadas por do y entorno concretos tienen sentido para sí
Llobera de provocar la fragmentación de la mismos. Interpretamos en una variedad de
disciplina antropológica. De acuerdo con Ed- idiomas que se intersectan. La observación
ward Bruner (1986), desde la antropología de participante se traduce en la etnograffa que
Ia experiencia, entiendo que los relatos y las queda así construida por analogla textual. El
historias no son ideológicamente neutrales. mundo creado por la experiencia etnográfica,
Las etnografías, en tanto que narrativas no só- como tal ficción es inter-subjetivo. Los datos
lo son estructuras de significado, sino que son que se han recogido en condiciones discursi-
también estructuras de poder. vas, dialógicas, en su escenario preciso, pasan a
La posición eunucoide / 13

ser objeto de apropiación en el texto. Un mo- El enfoque de Strathern sobre la diffcil o


delo discursivo que contemple la inter-subjeti- embarazosa relación entre feminismo y antro-
vidad y la polifonía supone un serio desafio al pología me parece particularmente relevante
objetivismo que ha buscado supuestos univer- aún hoy. La autora concluye que supuesto el
sales a través de las corrientes dominantes de estatus paradigmático de ambas prácticas, és-
las ciencias sociales. ¿Cómo puede ser esto más tas aparecen como irrelevantes una a la otra,
que una declaración de intenciones sabiendo no se desaftan, sino que se parodian mutua-
de los requerimientos que, como limitantes, mente. Uno de los debates de fondo supone la
operan en el ordenamiento académico? Espe- discusión sobre sujeto y objeto de la investiga-
ro, no obstante, que este texto denso y plano ción antropológica. En este sentido, corrientes
pueda quedar abierto a lecturas inesperadas. críticas ajenas al feminismo ya estaban cues-
Harding (1987) cree que el relativismo tionando el énfasis teórico en la descripción
de que se acusa a la postura epistemológica fe- de sistemas totales, de leyes y normas sobre las
minista no es un problema que surge por estructuras, Strathern, hace ahora una década,
cuanto busque dar prioridad a la visibilización argumentaba que si la antropologla social si-
de las experiencias de las mujeres y contribuir gue considerándose como el estudio de la con-
a los intereses feministas, sino que es funda- ducta social o de la sociedad, en términos de
mentalmente una respuesta sexista que pre- sistemas y representaciones colectivas, el para-
tende legitimar la visión androcéntrica ante digma -en sentido Kuhniano- ha seguido in-
las evidencias disonantes. Según Harding tacto a pesar de la crítica interna. Strathern
( l99l ), el feminismo académico necesita cien- entiende que el modelo paradigmático basado
cias que sean más objetivas que las que parten en una supuesta lógica natural y sus leyes no
de la práctica investigadora de grupos domi- corresponde al desarrollo de las ciencias socia-
les, por cuanto en éstas las diferencias teóricas
nantes que han pasado por ser objetivas, desa-
surgen a partir de la formación de diferentes
pasionadas, desinteresadas y universales (Har-
intereses sociales.
ding 1991:307).
Aurora Gonzál.ez Echevarría (1987) ha-
Según Strathern (1987a) podría pensar-
ce un intento de aplicar ciertos desarrollos de
se que el feminismo en la academia tuvo éxito
ya en los 70 al respecto de cambiar el paradig-
la filosoffa de la ciencia a ciertos problemas
ma androcéntrico en la antropología, Sin em- disciplinares de la antropología cultural. De
bargo, en tanto que estamos hablando de una acuerdo con ella, la distinción entre lo teórico
disciplina que se entiende abierta y tolerante, y lo observacional queda fuera de lugar, por-
Strathern piensa que la antropología feminis- que nuestra realidad observada, así como el
ta ha sido tolerada como una especialidad que discurso que utilizamos para contar Ia expe-
ha podido ser absorbida sin que ello haya su- riencia están cargados de preconcepciones, de
puesto un desaffo a la totalidad. En otras pala- teoría.
bras, dice Strathern, los análisis feministas no "Pienso que cualquiera que sea nuestra visión
han influenciado sustancialmente en el curri- del mundo, cualquiera que sea Ia orientación
culum tradicional precisamente porque tales teórica a la que nos adscribamos, Ias teorías
aniílisis desafían los marcos teóricos funda- que propongamos deben de ser tales que se
mentales de la disciplina. puedan poner a prueba, si quieren ser científi-
14 / Epistemologíay blógtca del método

cas. Fe popperiana incongruente porque pien- bien la relación con el cuerpo, el lenguaje, el
so, con Feyerabend, que también deberíamos tiempo y espacio son aspectos estructurales de
de preguntarnos si la ciencia contribuye o no a la práctica que la visión subjetivista ha ignora-
aumentar nuestra felicidad y nuestra libertad."
do. En este sentido, el autor ha aportado la no-
(González Echevarría 1987: 50)
ción de habitus como conjunto de estructuras
González Echevarría dice que la relación mentales a través de las cuales los agentes
de empatía puede tener un valor heurístico pe- aprehenden el mundo social, que resultan ser
ro argumenta que no debe olvidarse "la necesi- producto de la interiorización de las estructu-
dad de elementos de juicio objetivo que garan- ras del mundo social. El gusto o habitus pro-
ticen la validez de la identificación del investi- duce prácticas y representaciones dispuestas
gador con el investigado! (González Echeva- para la clasificación que difieren desde el pun-
rria 1987:208). Entiendo que hablar de la con- to de vista objetivo, pero que sólo son percibi-
secución de la felicidad y la libertad supone ha- das en toda su dimensión por agentes que po-
seen el código para comprender su sentido so-
blar de confrontación de intereses políticos a
través de la inter-subjetividad. En lo referente cial. Bourdieu habla de una doble estructura-
al objeto que me ocupa, pienso que los juicios ción del mundo social. El lado objetivo estruc-
no pueden escaparse a la dialéctica social. tura en base a propiedades atribuidas a los
De acuerdo con algunas de las corrien- agentes o a las instituciones que se presentan
en combinaciones aplicadas en probabilidades
tes críticas postestructuralistas -y entiendo co-
mo tales a la antropología de la experiencia y muy desiguales. El lado subjetivo lo hace en
base a los esquemas de percepción y de apre-
la antropología feminista- objeto y sujeto de la
investigación están en un plano inter-subjeti- ciación, muy especialmente los que se inscri-
vo sometidos a la continua autocrítica de la re- ben a través del lenguaje, que expresan el esta-
fl exividad. Esto tiene implicaciones importan-
do de las relaciones de poder simbólico. Este
tes al respecto del posicionamiento epistemo-
autor define el poder desde una visión de las
lógico. No es tanto que la ciencia no suscite divisiones. Poder político por excelencia es ha-
cer visibles las divisiones sociales implícitas,
concupiscencia entre cierta producción antro-
pológica crítica del estructuralismo, sino que
poder de hacer grupos, de manipular la es-
hay quienes pretendemos hacer que la ciencia
tructura objetiva de la sociedad. En este senti-
sea otra cosa2. do, un poder simbólico puede convertirse en
poder de constitución, esto es, en poder de
Conocimiento es poder transformar o bien conservar los principios
objetivos que unen y separan las clasificacio-
Encuentro pertinentes las propuestas de nes que se crean en base a las diferencias.
aniílisis de Pierre Bourdieu para tratar el po-
der y las clasificaciones sociales. Bourdieu A través del bnguaje
( 1988), definiéndose dentro del estructuralis-

mo constructivista, afirma que la investiga- Los significados asociados a los hechos


ción atraviesa los momentos objetivista y sub- complejo sistema de inter-relaciones
reales y al
jetivista, los cuales se hallan en una relación tienen muy diversas vías de expresión. Recoge-
dialéctica. El autor argumenta que las distan- mos datos que observamos e intuimos pero
cias sociales están escritas en los cuerpos, si sobretodo datos que tendremos luego que de-
La posición eunucoide / 15

codificar a partir del lenguaje que usan infor- metonimias, lo que el estructuralismo ha co-
mantes y demás interlocutores. Conocer el nocido por asociaciones paradigmáticas y aso-
idioma de las personas a quienes escuchamos ciaciones sintagmáticas.
durante el trabajo de campo facilita mucho la
A tratés del ritual
interacción. No obstante, formar parte de una
tradición construida en otra tierra y cultura Las expresiones del ritual forman parte
puede inducirnos a imponer nuestras metáfo-
de códigos asociados, de lógicas de representa-
ras en lugares inapropiados. Las palabras, el ciones. Sin duda, el ritual es también un len-
modo en que aparecen asociados los campos guaje en la construcción cultural. Turner
semánticos y la pertinencia de los silencios, (1986) entiende el ritual y todas las artes ex-
son continentes de significados configurados a presivas como derivaciones de lo subjuntivo,
través de la dialógica donde los distintos pode- liminal, reflexivo; esto es, del corazón explora-
res han desarrollado sus discursos y ejecutado torio del drama social (1986: 43). Gran parte
sus acciones, de la expresión ritual representa la dialógica de
En esta investigación me ha preocupa- los poderes enfrentados y su desarrollo nos ha-
do desvelar qué hay detrás de las formas con bla de las formas en que los límites son respe-
las que hombres y mujeres se posicionan en tados, reproducidos y también transgredidos.
relación a una categorizacíón social y a una ta- Poder y autoridad están asociados. El
xonomización racial determinada. La creación poder está legitimado habitualmente en base a
de significados está en los procesos de interio- principios morales y la autoridad regula el ac-
rízación pero también en los procesos de inte- ceso al poder económico y político. A través
racción. Las contigüidades y las semejanzas en del ritual podemos entender la legitimidad y
los conceptos interactúan para expresarse en el las transgresiones, en tanto que Ios ritos expre-
lenguaje con la forma de lo que se da en llamar san las divisiones y jerarquías que utilizan los
-por analogía textual- figuras estilísticas o tro- sistemas de autoridad. Iean La Fontaine
pos. En este sentido, me ha resultado intere- (1984) entiende que los ritos de iniciación son
sante considerar la propuesta de Fernandez representaciones ajustadas a pautas concretas
(1993b) acerca del valor de la metáfora como con el propósito de lograr individuos transfor-
modo de análisis para la formación de identi- mados. Con esto, el efecto es demostrar el po-
dades y para la creación de personalidades di- der del conocimiento tradicional y legitimar
ferenciadas. Este autor entiende la metáfora. además un orden social continuado. La autora
fundamentalmente la textual, como el princi- defiende que el ritual es una acción efectiva, es
pal medio por el cual los pronombres o suje- decir, que no sólo es la expresión de ideas y
tos incoados llegan a ocupar sus lugares y se significado social sino que es una acción que
desplazan en el espacio cualitativo. Argumen- pretende afectar al mundo. En el ritual conver-
ta que la misión de Ia metáfora es proporcio- gen la acción, los significados y un orden so-
nar una identidad a los sujetos en su incom- cial en base al cual los comportamientos son
pletud. Lo que el autor llama micro-cosmogo- descritos y valorados. La Fontaine encuentra
nía, donde los diferentes niveles de la expe- que hay"símbolos universales", que los rituales
riencia ocupan marcos delimitados por nues- emplean un repertorio similar de conceptos
tros propios cuerpos, puede entenderse como referidos al entorno natural o al cuerpo y sus
el producto de la interacción entre metáforas y facultades. Estov de acuerdo con la autora en
16 / Epistemolo gíay lalógtcr del método

que, no obstante, los significados atribuidos bajo de campo es una experiencia total que de-
en un contexto dado a estos símbolos no de- manda todos los recursos de quien hace antro-
ben extrapolarse de igual modo hacia diferen- pologla y estos son recursos intelectuales, ffsi-
tes contextos. cos, emocionales, políticos e intuitivos. Lo per-
sonal, lejos de ser anecdótico, resulta ser parte
Interpretar eI objeto de la teoría.
El presente estudio no pretende obviar
En todo proceso hermeneútico, tanto que la investigadora forma parte de una me-
por analogía textual como dramática, está el
moria construida, lo que hace que su trabajo
riesgo de caer en un excesivo cripticismo. Las
sea una representación parcial y tal vez poco
interpretaciones homológicas y alegóricas no
validable ante otras visiones pretendidamente
sirven si no resultan coherentes ni comprensi-
imparciales. Okely argumenta que la forma-
vas. En este sentido, Pierre Bourdieu (1991)
ción diferencial y la experiencia de vida de las
critica la utilización del discurso interpretativo
personas en lo relativo a su sexo/ género tienen
que reduce las prácticas a juegos de escritura
implicaciones para la teorización y para la to-
semiológica. Con esto el autor se cuestiona
ma de posición (Okely 1992: l2). No única-
acerca de la explicación que se da a la práctica
mente el género, sino también factores identi-
social como mera "agrupación de material fac-
tarios como son raza, etnicidad, orientación
tual" en que se busca "ver las correlaciones".
sexual, edad, clase y nacionalidad, ubican a la
Bourdieu, en la búsqueda de su relación con el
investigadora en un posicionamiento desde
objeto, entiende ahora que no es dable enten-
donde va a priorizar unas determinadas aso-
der la lógica de la práctica si no es a través de
ciaciones lógicas y simbólicas. He sido cons-
construcciones que la destruyen en tanto que
ciente por tanto de que mi participación en el
tal, mientras no nos cuestionamos lo que son
escenario etnográfico ha provocado en todo
y lo que hacen los instrumentos de objetiva-
momento alteraciones determinadas en res-
ción. El autor admite que este cuestionamien-
puesta a mi intervención como observante.
to se escapaba a su preocupación puramente
A modo de síntesis acerca del posicio-
teórica en una epistemología de Ia clasifica-
namiento epistemológico, me interesa recoger
ción, para acercarle más hacia una crítica radi-
las valoraciones de Harding (1991) acerca de
cal de toda objetivación y por ello, de la cien-
los análisis feministas al respecto de la ciencia,
cia misma.
la tecnología y la epistemología. De acuerdo
Reflexividad y la corporeización del conoci- con ello:
miento
. Ciencia es política.
A través de la reflexividad nos coloca- . l¿ ciencia contiene elementos progresi-
mos como sujetos conscientes dentro de la et- vos y regresivos, al igual que el feminismo.
nografía y por ello, nos entendemos responsa- . Sujeto y objeto, observador/a y observa-
bles de nuestras decisiones tomadas sobre el do/a están en el mismo plano. Es nece-
campo, en el tratamiento de los datos y en la sario sacar del punto referencial, a las
expresión del texto final. En palabras de Iudith mujeres Blancas, de clase media, hetero-
Okely (1992), una inmersión a través del tra- sexuales, de occidente y avanzar en los
La posición eunucoide ,/ 17

an¿ílisis feministas plurales a partir de prendidos con precisión: talvezla aguda con-
las más diversas experiencias (Harding cienciación del movimiento postmoderno de
l99l 9) que todos los significados tienen que descons-
truirse de un modo tal que también atraiga a
De acuerdo con Harding (1987), pienso sus opuestos y ponga de relieve las contradic-

que lo que distingue a la investigación femi- ciones escondidas en ellos, o algo por el estilo,
imposibilite de hecho una formulación resuel-
nista no son los métodos ni las técnicas que
ta y sin ambigüedades de su postura. En cual-
utilizamos para buscar y analizar los datos si-
quier caso, si esto tiene que hacerse, que lo ha-
no el prisma desde el cual conocemos lo que ga otro: yo me encuentro dernasiado a gusto en
conocemos. Así pues, la epistemología es aquí esas alturas o en esas profundidades. Esto es
el reto. Esta posición ante el conocimiento de- nur flir Schwindelfreie lnota del trad.: sólo pa-
be producir una investigación politizada en ra Ios que no tienen vértigo], entre los cuales
que la experiencia de las mujeres sea conside- no me cuento" (Geüner 1994:32\
rada como fuente y justificación del conoci-
miento. Entiendo entonces que conocimiento En cuanto a la cobertura teórica, la ma-
es poder y que la respuesta no es buscar la ver- yoría de las referencias bibliográficas de esta
dad sino desplazar los conocimientos domi- investigación provienen del pensamiento aca-
nantes y opresivos. Así, resultan interesantes démico de los EEUU. La selección de los textos
los espacios del poder y los flujos en que se ha tenido mucho que ver con la mera accesibi-
crean las autoridades. A través del discurso lidad. Algunas teorizaciones que han tenido
podemos llegar a las posiciones que vienen gran predicamento han sido consideradas
ocupando personas e instituciones. El lengua- aquí, pero también lo han sido otras que for-
je y el ritual vehiculan la experiencia y nos man parte de producciones más al margen de
acercan a la construcción de signiñcados para las ediciones principales. Micaela di Leonardo
la comprensión de cada cual en su mundo. (1991) contextualiza la producción académica
Linda Thompson (1992) sugiere el uso de una de conocimiento en EEUU desde los años 70 y
metodología inclusiva a partir de una episte- señala el escaso poder de las mujeres antropó-
mología que haga política de la investigación logas en los departamentos universitarios en
en aras del empoderamiento de las mujeres, en aquel país, así como el androcentrismo en las
tanto que no escuchadas. Parte de esta posi- etnograffas. Esto se refleja también en nuestro
ción ética es compartida por la antropologla entorno académico en cuanto a la producción
de la experiencia, en lo relativo al compromi- teórica disponible, publicable y traducible.
so por abundar en la justicia social a través del Además de Ia literatura propia de la an-
diálogo, la accesibilidad y la autoría com- tropología feminista y de la perspectiva del gé-
partida. nero en el desarrollo, he incorporado referen-
cias de la literatura afro-americana y especial-
Consideraciones teóricas, "nur fiir Schwin- mente del pensamiento feminista afro-ameri-
delfreie"3 cano. Si bien algunos de estos trabajos son
"Thnto el movimiento [postmodernismo] co- contextualizados en los EEUU, entiendo que
mo sus ideas son, me temo, un poco demasia- son pertinentes en tanto que consideran las
do etéreos y volátiles para ser captados y com- implicaciones del sistema esclavista y el pasa-
18 / Epistemologay lalígca del método

do colonial en la construcción de una sociedad mia y así denunciar el androcentrismo en la


marcada por las categorías de raza, género y producción del conocimiento. El proyecto fe-
clase. minista en antropología ha tenido, como el
resto de la empresa académica, la influencia de
Crítica feminista en las ciencias sociales los distintos cambios acontecidos en la exten-
sa escena intelectual y en la política económi-
Esta investigación pretende contribuir ca global. La llamada segunda ola del feminis-
en la línea de los cuestionamientos acerca del mo en Ios 80 empezó a tomar en considera-
androcentrismo, el etnocentrismo y sus impli- ción la diversidad de modos de pensamiento
caciones en los llamados Estudios de Familia dentro del movimiento y con ello la aparición
tan extendidos en el ámbito de las ciencias so- de nuevas identidades. Las académicas femi-
ciales. Se trata en este estudio etnográfico y et- nistas comenzaron entonces a considerar la
nohistórico de discutir modelos teóricos que cuestión de la diferencia y la heterogeneidad
los agentes dominantes en la producción del atendiendo a la emergencia de identidades
conocimiento han dado por sentados, a partir múltiples según factores como raza, étnia, cla-
de una experiencia sesgada de su propia reali- se, orientación sexual, edad, nación y religión,
dad. Desde la antropología feminista, se pre- por nombrar algunos (di Leonardo 1991). Es-
tende aquí denunciar la imposición de con- tos constructos no deben ser entendidos en-
ceptos que en aras de criterios de operatividad tonces como características individuales in-
aparecen en las ciencias sociales como cons- mutables, sino en tanto que categorías sociales
tructos fundamentales para hablar de cuestio- cambiantes que van construyéndose en una
nes tales como la familia, el matrimonio y la intensa negociación políticaa. Durante las últi-
maternidad. mas décadas se ha ido priorizando la atención
Desde los Estudios de las Culturas y la hacia las realidades de las mujeres en los espa-
Antropología Social, Strathern (1987b) en- cios perifericos y subalternos. Los países del
tiende que las investigaciones feministas, sien- tercer mundo, las clases desfavorecidas, las ra-
do polifónicas por necesidad política, no pue- zas, etnias y sexualidades minorizadas supo-
den abordar la antropología sino como "una nen espacios en que nuevas construcciones al-
voz más". Percibe la investigación feminista co- ternativas emergen para la subversión de los
mo un fenómeno postmoderno y entiende valores dominantes.
que el carácter multidisciplinar y multivocal
de las conversaciones feministas se anticipó a "funtoa la investigación de las construcciones
las experiencias de la antropología postmo- dominantes en las que los sistemas de parentes-
derna. Strathern piensa que la diversidad mis- co y matrimonio son importantes, ProPongo
ma de la experiencia es prueba de autentici- que habría que fijarse en las estructuras de
dad, que las discusiones en el seno del feminis- donde pueden emerger construcciones subver-
sivas, alternativas, los nuevos sistemas de valo-
mo tienen un carácter plural y polifónico in-
res. En este sentido los campos a explorar a tra-
herente en que los diversos puntos de vista
vés de las actoras/actores, serán aquellas rela-
pueden ser sostenidos en paralelo sin miedo a
cionadas con lo marginal y con elementos de
no lograr un acuerdo unívoco.
cambio, roles nuevos y sistemas altirnativos de
El feminismo occidental de los años 70 prestigio." (del Valle 1989: 44)
buscaba hacer explícito el sexismo en la acade-
Ia posición eunucoide / 19

Toda realidad vivida es generizada. La discusiones sobre el poder y la inequidad6. La


experiencia individual y colectiva toma forma investigación feminista ha planteado cuestio-
a través de las interacciones entre las relacio- nes que no podían ser respondidas dentro de
nes de género y demás relaciones sociales. Los los marcos teóricos disponibles. Siguiendo a
flujos de poder no parten de esencias fijas, si- Sherry Ortner (1989), las autoras pretenden
no que se transforman en el curso de Ia histo- explicar cómo la práctica feminista ha llevado
ria y a través de la actividad política de sus a adoptar posiciones teóricas que Ortner iden-
agentes. Si pretendemos explicar el proceso tifica como una "aproximación práctica" de la
histórico y los modos de articulación de las re- antropología. La práctica feminista, como la
laciones sociales desde una investigación femi- teoría práctica, nos lleva a cuestionar la utili-
nista necesitaremos deconstruir significados dad del sistema de pares de opuestos. Algunos
mas allá de lo que concierne a la biología, el se- trabajos en este sentido han visto que el mar-
xo, el género y lo natural. La teoría feminista xismo tradicional, el estructuro-funcionalis-
contemporánea, en tanto que crítica postmo- mo y la corriente durkheimiana han ocultado
dernista, debería animarnos a considerar y cuestiones como la implicación de las mujeres
tratar de interpretar la ambivalencia, la ambi- en la política y su participación en las relacio-
guedad y la multiplicidad a la hora de explicar
nes parentelares. Si la práctica feminista busca
la experiencia y la realidad social. En este sen-
la subversión de los roles de género, desde la
tido, Jane Flax (1987) plantea que Ia decons- antropología se deberá atender la construc-
trucción de la que parten los discursos post- ción cultural de los conceptos de feminidad y
modernistas busca tomar distancia y ver con
masculinidad.
escepticismo supuestos dados por sentados
En Ia línea de Ortner y Whitehead
acerca de la verdad, el poder, el individuo y el
( l98l ) el problema de sexo y género precisa de
lenguaje, que han servido secularmente para
un an¡ílisis simbólico de interpretación. En pa-
legitimar la predominancia de la llamada cul-
labras de Collier y Yanagisako (1989), las an-
tura occidental. En palabras de Seyla Benha-
bib: "El feminismo contemporáneo ha modifi-
tropólogas feministas han sido participantes
activas en el desarrollo de una aproximación
cado su atención desde el análisis social al aná-
lisis del discurso, desde el poder en sí mismo a práctíca porque han forzado que se aborde el
la política de sus representaciones" (Benhabib problema central de la teorla práctica, y esto
1989: 366). Así, los acontecimientos, las rela- es, tratar de entender el proceso por el cual el
ciones sociales, la naturaleza, no existe sino co- sistema construye agentes capaces de actuar y
mo representación construida, que no es mí- transformarlo. Estas autoras cuestionan el
mesis sino nueva creación a través de la dialó- modelo durkheimiano de la oposición entre lo
gica discursiva. sagrado y lo profano, según el cual existe un
En esta critica de la tradición androcén- mundo profano guiado por necesidades bioló-
trica y etnocéntrica, las antropólogas fane Co- gicas que se opone a un mundo sagrado crea-
llier y Sylvia Yanagisako (1989) creen que la do por la capacidad de los hombres (man's)
práctica feminista precisa del desarrollo de para el pensamiento simbólico. Según estas
nuevas teorías y conceptos5. Muchas de las in- antropólogas de Stanford, el interés de la an-
vestigaciones que parten de esta práctica se tropología feminista se ubica en el debate con-
han encontrado con las inadecuaciones de las tinuo contra el privilegio ideológico y analíti-
aproximaciones teóricas que hegemonizan las co de la acción simbólica masculina. Este inte-
20 / Epistemolo$ry lalógcadel método

rés se fundamenta en que todas las prácticas ce con la dicotomía espacial doméstico/ públi-
humanas son creadas por personas que viven y co; así como el de Harris y Young (1981), en
actúan dentro de sistemas de significados his- que se discute la oposición analltica produc-
tóricamente construidos. ción/ reproducción. Atendiendo a las configu-
Desde la interdisciplinariedad de los Es- raciones simbólicas de los significados de gé-
tudios de Género se han revisado los estudios nero que muestran las distintas sociedades, es-
sobre parentesco y familia, situando el trata- tas oposiciones cerradas se consideran poco
miento del género en el núcleo teórico de la adecuadas fuera de su contexto.
antropología7. Susana Narotzky (1988) alude Los "Estudios de Familia" han pretendi-
al ámbito de los Estudios de Género como es- do objetivar las relaciones que se dan en torno
pacio crítico donde se cuestionan los concep- a un grupo heterosexuado y su descendencia.
tos analíticos más usuales. Narotzky califica de El concepto clásico que conocemos como fa-
importante la tarea de revisar crlticamente milia nuclear supone un constructo menos in-
conceptos como son: hogar, familia y grupo clusivo aún. Basado en la unión monógama y
doméstico; asl como su relación con produc- el matrimonio restrictivo, aparece como el
ción, reproducción, subsistencia y economía modelo hegemónico que ha logrado ordenar
natural, que resultan ser constructos claves en la realidad occidental moderna y por extrapo-
las ciencias sociales de los últimos treinta años. lación, todo el resto de realidades posibles.
Esta autora entiende que tales conceptos han En la búsqueda de perspectivas críticas
de ser considerados como productos que son para el estudio de la familia, las antropólogas
de un proceso histórico determinado. Esta dis- feministas de Stanford (Collier, Rosaldo y Ya-
cusión aparece en una extensa literatura que nagisako 1982) sometían a examen el modelo
ya desde los años 70 fue perfilando el corpus funcionalista de familia propuesto por Mali-
teórico de la antropología feminista. De ello da nowski. Estas autoras abordan también el pre-
cuenta Henrietta Moore (1991), cuyo trabajo supuesto de muchos de los trabajos que, desde
de slntesis de los distintos avances teóricos en la antropología clásica, han considerado la
la materia es un importante referente en este universalidad del vínculo madre-cría, supo-
campo. Buena muestra de toda esta literatura niendo por ello la naturalización de la mater-
es la obra de Collier y Yanagisako (1987), sien- nidad. Según esto, las relaciones dentro de la
do también contribuciones importantes los familia estarían basadas en lazos naturales de
trabajos de Collier y Rosaldo l98l ), así como
( amor, quedando el funcionamiento de la insti-
Ortner y Whitehead (1981), en que se trata el tución en oposición simbólica a las relaciones
parentesco integrado en sistemas extensos de de mercado. Estas autoras consideran que, a
inequidad, para lo cual el género supone una pesar de que parece que desde la antropología
dimensión clave. Estos análisis teóricos abo- se ha reconocido ya que los lazos del amor y la
gan por disolver las fronteras analíticas con- maternidad sacrificada no son conceptos uni-
vencionales. Es importante desde esta óptica versales, en materia de familia y maternidad
haber cuestionado las dicotomías analíticas siguen alimentándose teorías un tanto parcia-
precedentes, en la línea de los trabajos de Ort- les, al igual que se hace desde el resto de las
ner (1974), que se ocupa del par naturalezal ciencias sociales. Por ello sugieren la puesta en
cultura; de Michelle Rosaldo (1974) que lo ha- práctica de nuevas perspectivas antropológi-
[a posición eunucoide / 21

cas que supongan teorizar sobre alternativas a masculina en la unidad de convivencia. Harris
la tradición que considera "la Familia" como afirma que la autoridad que pueda ejercer la
algo necesario y natural. "cabezd'del hogar no debe ser únicamente
Las más recientes críticas feministas en concebida a través de las funciones económi-
antropología, según lo recoge Moore (1991), cas deproducción y distribución. Afirma tam-
han trabajado -en efecto- sobre los conceptos bién que la autoridad otorgada ala"cabeza"
de familia, domesticidad y más específicamen- del hogar no es intrínseca a las relaciones en-
te sobre la pretendida naturalización de la ma- tre los miembros del mismo sino que debe
ternidad. Moore explica cómo los estudios clá- buscarse en las estructuras de la sociedad en su
sicos sobre familia -Fortes (1969) y Goode- extensión, en tanto que muchos aspectos de la
nough (1970), entre otros-, criticaron la idea autoridad masculina sobre el resto de los
que Malinowski asentó sobre la familia nu- miembros del hogar derivan por orden del Es-
clear universal, pero se quedaron en una idea tado.
sobre la maternidad basada en la invariabili- Dentro del feminismo que revisa las
dad transcultural del vínculo madre-crla. Para construcciones marxistas sobre cultura y polí-
la mayoría de Ias antropólogas feministas crí- tica, se ha cuestionado que el ejercicio repro-
ticas del marxismo, la familia no es un grupo ductivo haya sido la principal justificación pa-
natural creado por los lazos de la sangre, sino ra la condición subordinada de las mujeres. En
que es un espacio de relaciones humanas que este sentido, Eleanor Leacock (1978) discute el
aparece como una unidad moral ideada por el carácter universal y necesario de la subordina-
Estado. Es el Estado quien reconoce las fami- ción de las mujeres. Leacock afirma que la
lias como unidades que mantienen la propie- condición subordinada de las mujeres no de-
dad y que proporcionan afecto y bienestar en pende tanto de su papel de madres ni de su re-
pro de las generaciones venideras. Por interés clusión en la esfera doméstica, sino del control
fiscal, el Estado instituye un representante con que tengan sobre el acceso a recursos, sobre
quien poder negociar las deudas y sancionar sus condiciones de trabajo y sobre la distribu-
los incumplimientos. Se entiende que esta re- ción de lo que con ello se genera.
presentación ha de ser actuada por un hom- Las aportaciones recogidas por Pearson,
bre, lo que le otorga un poder de coerción so- Whitehead y Young (1984) tratan la subordi-
bre quienes está representando, aunque tal vez nación de las mujeres en el proceso de desa-
-como observa Olivia Harris (1988)- la autori- rrollo. Proponen el concepto de subordina-
dad que se deriva de ello es raramente abso- ción para explicar el carácter político de las re-
luta. laciones entre hombres y mujeres. Entienden
Harris (1984), revisando también los que términos como explotación, opresión y
análisis marxistas sobre la familia, critica el en- patriarcado, si bien pueden resultar útiles para
foque Chayanov que explica la economía cam- el análisis de situaciones determinadas históri-
pesina como economía natural y así el hogar camente, no son explicativos de la posición de
como unidad natural de la sociedad cuya "ca- las mujeres en las distintas sociedades. Ponen
bezd' o líder (head) supone la autoridad mas- de relieve que mucha de la literatura que en
culina. Harris critica también el clásico de clave marxista ha criticado el imperialismo, el
Claude Meillassoux (1977) en tanto que no ha impacto del colonialismo y del neo-colonialis-
abordado el cuestionamiento de la autoridad mo, aunque ha considerado cuestiones como
22 / Epistemologjay lalógca del mérodo

Ia opresión y la injusticia racial, ha ignorado el las mujeres de las élites y de los grupos de la
aniílisis de los sistemas de género. Por otra par- burguesía ha supuesto un cuestionamiento
te, estas autoras han visto que gran parte de los importante a la familia y a las relaciones exis-
estudios sobre "mujeres y desarrollo" han sido tentes sobre la propiedad. Stolcke entiende que
predominantemente descriptivos, tratando a sin una transformación radical del matrimo-
las mujeres como una categoría homogénea y nio y de la familia, ninguna revolución social
no han abordado en profundidad el análisis de será completa. Pienso que la asignación "natu-
la condición subordinada de las mujeres. La ral" de la maternidad a las muieres es un tema
compilación de estas editoras da muestra del digno de ser considerado en profundidad.
modo en que el debate del género en el desa-
rrollo se habla intensificado en los 80, en res- Teorizando la diáspora africana en las Américas
puesta a las consecuencias sociales del nuevo
"Las ideas culturales sobre el género no reflejan
orden mundial y de la globalización de la eco-
claramente la posición social y económica de la
nomía de mercado. Dado que el estudio que
mujer y del hombre, aunque ciertamente nacen
presento aquí ha sido realizado sobre un país
en el contexto de dichas condiciones." lMoore
de los llamados periféricos, pobres o del Tercer
1991:53).
Mundo, considero fundamental la articula-
ción entre género, economía y desarrollo hu- La presente investigación se ubica en el
mano. contexto habitado y recreado por las minorías
Verena Stolcke (1984b) argumenta que afro-americanas en lo que hoy conocemos co-
el matrimonio y la familia, en tanto que insti- mo America Latina, particularmente en la ac-
tuciones para la reproducción social al servicio tual República del Ecuador. He utilizado el
de las clases dominantes, están en Ia raíz de la concepto de diáspora africana porque forma
subordinación de las mujeres. Según Stolcke, parte del discurso más reciente en los estudios
el matrimonio monógamo entre iguales ga- sobre las construcciones teóricas en torno a
rantiza la perpetuación de los privilegios de colectivos descendientes del exilio africano
clase. La producción de descendencia legítima
forzoso a las Américas provocado por el siste-
requiere el confinamiento de las mujeres y el
ma esclavista a partir del siglo XVI. Los cons-
control de su sexualidad. A un nivel ideológi-
tructos acerca de lo que constituye el parentes-
co, la reproducción de los valores de la socie-
co, la maternidad, los roles de género y las di-
dad de clases precisa que las mujeres acepten
ferencias raciales varían según el proceso his-
que la maternidad es su principal misión en la
tórico para cada contexto cultural. En el área
vida. Esta autora pone de relieve que ninguna
de los "Estudios sobre Familia" se aprecia un
sociedad moderna ha abolido las instituciones
sesgo etnocéntrico en la mayoría de las teori-
del matrimonio y la familia, a pesar de la con-
zaciones más citadas. Los "Estudios sobre fa-
tradicción que ello supone para el cumpli-
miento de la retórica liberal-burguesa sobre la milias afro-americanas" (Black Family Stu-
libertad y la igualdad de oportunidades. Las dies), son una muestra de Ia construcción teó-
mujeres siguen siendo definidas principal- rica con base en la alteridad. Algunos de estos
mente como madres y ello no ha variado en estudios han contribuido a polarizar aún más
gran medida con su incorporación al mercado esta oposición simbólica de lo Negro frente a
de trabajo. Tampoco la profesionalización de lo Blanco.
Iaposición eunucoide / 23

Un tipo de familia conceptualizada co- racismo activo vincula Io Negro con la anima-
mo incorrecta es la que Franklin Frazier lidad y entiende la familia Negra como algo
(1966) recrea sobre la población Negra en los desorganizado, que no conoce la autoridad pa-
EEUU. Las tesis de este estudio fueron retoma- terna y donde la sexualidad desenfrenada sería
das a fines de los años 60, en un momento en propiciatoria de una gran promiscuidad y un
que se precisaba de una justificación de la in- desentendimiento de la conyugalidad. Frazier
conveniencia del auge del movimiento Negro explicaba entonces este desorden moral a par-
en aquel país. Este trabajo ha sido ampliamen- tir del sistema exclavista que habría destruido
te extendido y ha sido citado por algunos estu-
la tradición africana. También argumentaba
dios eurocéntricos como los de Martine Sega-
que las consecuencias del proceso de moderni-
len ([1981] le9l) y René Kónig ([1974] l98l)
zación no hicieron sino intensificar este tipo
para ilustrar la cuestión de la centralidad de la
de desorden familiar. Frazier ofrece una ima-
madre dentro de la estructura familiar. Ira
gen de la mujer Negra como una persona fuer-
Buchler (1982), en sus estudios de parentesco
te e independiente que se ofrece sin conscien-
dedica también un espacio para conceptuali-
zar los tipos de familia alternativos a la norma cia a la libertad sexual y que no tiene noción
nuclear androcéntrica. Esta autora se refiere al de la supremacía masculina. Este es uno de los
parentesco en comunidades Negras y habla de mitos fruto de la versión estereotipada de las
"grupos domésticos matricéntricos" en Amé- mujeres Negras que las feministas afro-ameri-
rica Latina y el Caribe, así como en colectivi- canas han puesto en cuestión.
dades afro-americanas de los EEUU y conside- Este estudio de Frazier, así como los que
ra que en el Caribe se dan "familias con geni- han perseverado en su relevancia, han sido re-
tor pero sin pater" (Buchler 1982:56). Se pue- futados por su debilidad metodológica y tam-
de decir que hay un grueso de estudios que bién por la crítica a unos resultados expuestos
han conceptualizado las "familias Negras" co- de modo negativo y moralizante. Bonnie T.
mo un todo homogéneo situado en la alteri- Dill ( 1987) en la línea de estas críticas, encuen-
dad de la cultura de la familia occidental nor- tra que la propuesta del historiador Herbert
mativa. Gutman (1975,1976) es más acertada para en-
La obra del afro-americano Frazier ha tender la historia de las familias Negras, en
sido calificada como uno de los estudios más tanto que muestra un análisis dialéctico sobre
influyentes en el área de los "Estudios de fami- las mujeres Negras y sus familias. Ello permite
lias afro-americanas". En todo caso, su visión cuestionar cómo y por qué la familia, así como
del tema ha sido criticada en extenso por estu- los roles de las mujeres en ella han cambiado a
dios posteriores sobre todo por las corrientes través del tiempo. Dill argumenta que la litera-
del pensamiento feminista afro-americano tura que trata peyorativamente a las mujeres
(Dill 1987, Giddings 1984, Collins 1990). Fra- Negras se asienta en una profunda contradic-
zier llegaba a concluir que los "hogares enca- ción: una imagen dominante de mujeres Ne-
bezados por mujeres", aludiendo al término gras como "bestias de carga", en contraste con
inglés de "matriarcate", eran el prototipo de fa- los ideales de feminidad más extendidos en los
milia Negra. El polémico estudio de este autor EEUU que recrean una mujer Blanca, frágil y
afro-americano hay que ubicarlo en el espacio no muy brillante (Dill 1987:105). Esta idea de
discursivo de los años 60 en EE.UU, donde el la oposición mujer Negra/ mujer Blanca, en
24 / Epistemologiry blógca del método

que se asocian status antagónicos inferior/ su- poder fuera de los ámbitos del parentesco ha
perior, se encuentra en gran parte de la litera- sido incorporada en esta investigación, a par-
tura reciente del feminismo afro-americano. tir de la deconstrucción de la naturalización de
Patricia Hill Collins (1990) habla de la objeti- la maternidad. Para el tratamiento reflexivo de
vización de las mujeres Negras como "lo otro", la centralidad de Ia figura de la madre creo
la alteridad dentro de la condición de las mu- preciso avanzaÍ en el conocimiento de los sig-
jeres norteamericanas. Según esta autora, so- nificados asociados a la maternidad en toda su
bre las mujeres Negras se han creado los este- extensión. Me ha interesado especialmente
reotipos de niñera/ ama de cria (nanny) y de analizar las percepciones que son asumidas so-
mujer de mando/ madre con poder (ma- bre la maternidad biológica y las formas de
triarch), que significan la polaridad entre la maternidad no biológica, tanto en Ia práctica
sumisión y la subversión. Collins afirma que como en el discurso,
las mujeres Negras tienen un punto común
desde donde pens¿¡rse y pensar en base a su ex- Matrifocalidad y significación de la figura de la
periencia como tales. Esta autora se suma a la madre
idea del "propio punto de vista" (standpoint) y
Los estudios sobre el parentesco en co-
propone un an¡ílisis feminista afro-céntrico en
munidades afro-americanas han hecho uso del
los estudios para tratar de explicar la materni-
concepto de matrifocalidad como constructo
dad desde la experiencia de estas mujeres afro-
explicativo particularizante dentro del discur-
americanas. Afirma que esto supondría depla-
so racial, para explicar la realidad de las llama-
zar las imágenes de "esclava sumisa" y de "mu-
das familias Negras. La centralidad de la ma-
jer de mando", creadas por la visión Blanca
dre se ha visto asociada a la ausencia de la fi-
masculina; así como la imagen también este- gura paterna y ello ha llevado a hablar de sis-
reotipada de "madre Negra y super-fuerte" que temas de poliginia seriada para concePtualizar
ha creado la crítica afro-americana de corte el orden parental y doméstico de la alteridad.
androcéntrico como fueron los estudios de Probablemente Raymond T. Smith fue
Frazier y el polémico estudio conocido como quien introdujo el concepto de matrifocalidad
Informe Moynihans (Collins 1990:ll7). Esta como instrumento analítico en el estudio de
autora profundiza en la maternidad entendida familias afro-americanas. Smith ha estudiado
como símbolo de poder y argumenta que la las relaciones raciales, el parentesco y la es-
maternidad para las mujeres Negras es una tructura de la familia en el Caribe, principal-
institución dinrímica y dialéctica en la que en- mente en las Indias Occidentales anglófonas
tran todo tipo de contradicciones. Collins ha- (West Indies). En una edición de este autor a
bla de la importancia de "otras madres" en el cargo de las antropólogas de Stanford, Smith
sentido de madres sociales, frente a "madres de (1987) argumenta que el "matrimonio" y las
sangre" entendidas como madres biológicas y "uniones irregulares" en la sociedad criolla de
sitúa Ia centralidad de las madres no necesa- las Indias Occidentales son formas alternativas
riamente vinculada a la eventual ausencia de de unión basadas en la articulación de las de-
los maridos. sigualdades de raza, clase y género en una so-
Esta perspectiva que vincula la materni- ciedad marcadamente estratificada. El autor
dad con la gestión extra-doméstica y con el observa que las supuestas desviaciones que se
La posición eunucoide / 25

atribuyen a la estructura familiar y parental de Ios presupuestos convencionales de las socieda-


estas sociedades son parte integrante de un sis- des europeas y de los EEUU, ha sido central pa-

tema de matrimonio que incluye el matrimo- ra el trabajo teórico de Meyer Fortes, así como
nio Iegal y el concubinato como modos del or- en el de Malinowsky, Murdock, Parsons y otros
muchos." (Smith 1996: 6)9
den social jerárquico. Demostrando que estas
"uniones irregulares" no son meros fracasos
Smith tomaba en todo caso como refe-
de conseguir la familia nuclear monógama, rente a la familia, en tanto que grupo domésti-
Smith revela que el matrimonio en estas socie-
co. Aquí propongo considerar la centralidad
dades es un producto histórico y por ello pue-
de las madres para explicar la dinámica de los
de alterarse. Afirma que los datos del Caribe
poderes y la autoridad en toda su extensión
parecen poner en cuestión la universalización
política. En este sentido, he atendido las impli-
de los roles de género en Ia familia nuclear y el
caciones de la matrifocalidad como fuente de
parentesco (Smith 1987).
liderazgo político para la transformación de
Ya en 1956, Smith introducía el trata-
los sistemas perpetuadores de las desigualda-
miento de la centralidad de la madre dentro de
des sociales. No obstante, el an¿ílisis de esta in-
su estudio sobre el parentesco en las Indias
Occidentales (Smith 1956). Concretamente vestigación considera fundamental lo que el
acuñaba el término de familia matrifocal para
mismo Smith encuentra que fue el eje de sus
designar un patrón de grupo familiar en el que más tempranas argumentaciones; y esto es,
las mujeres sobresalen en los asuntos domésti- que son las mujeres, en su rol de madres, quie-
cos y los hombres, en el estatus de marido-pa- nes resultan ser el foco de las relaciones, más
dre, son marginales con respecto a los estre- allá de la mera atribución de la jefatura o lide-
chos lazos entre madres y su descendencia por razgo del espacio doméstico.
sucesivas generaciones. Argumenta que a pe-
"Habiendo escogido preferentemente el
sar de que las madres en el Caribe no han es-
término 'matrifocal' en lugar de otros tér-
tado bajo la dominación político-jurídica de minos descriptivos como'matricéntrico',
sus hermanos y de los hermanos de sus ma- 'matriarcal','de dominio femenino','familia
dres, como ocurre en las sociedades matrili- maternal extensa', por citar algunos, inten-
neales clásicas, los datos parecen cuestionar la taba concretamente argumentar que son las
universalidad de los roles al interior de la fa- mujeres en su ¡ol de madres quienes vienen
milia y el grupo parental. También los datos a ser el foco de las relaciones, en lugar de ser

abrirían el debate sobre la capacidad de las meras líderes del hogar. El hecho de que Ia

mujeres para sustentar unidades familiares familia nuclear es una norma idealizada y
también un estado real en el desarrollo de
viables sin la presencia de hombres en el esta-
todos los grupos domésticos, fue algo cen-
tus de marido-padre, o de protector avuncular
tral en mi argumentación." (Smith 1996:
(Smith 1996).
4Dt0
"Probablemente lo más importante es la ruptu-
Considero preciso advertir la confusión
ra inequívoca con la idea de que la familia nu-
que, sobre todo en la literatura sobre políticas
clear o elemental de un hombre, su esposa legal
y su desdendencia legítima sea una institución de desarrollo, se hace de los términos "matri-
social universal y necesaria en el género huma- focal" y "jefatura femenina de hogar". Habi-
no. Esta idea, tan profundamente intrincada en tualmente esta confusión contribuye a vincu-
26 / Epistemolo gay lalógca del método

Iar las familias matrifocales, entendidas como patrón para explicar el sistema de alianzas en
familias con jefatura femenina, con la pobreza. la zona. Whitten realizó trabajo etnográfico en
Por otra parte, en la línea de la argumentación Esmeraldas, norte de Ecuador, durante los
central de Smith, asumo también que el pa- años 60. He considerado su trabajo como un
trón de familia nuclear es normativo en el importante referente académico en el área de
contexto estudiado, prevaleciendo en el dis- la antropología cultural realizada desde los
curso y en la práctica. Esto está lejos de admi- EEUU sobre esta zona. Su monograffa,realiza-
tir la contingencia del modelo y de entender da en los primeros 70, tiene todos los rasgos de
que su continuidad sea natural. Pienso que la la antropología estructural en que no cabe
biologla no determina en ningún caso las con- contradicción y todo encaja como un puzzle.
diciones sociales y culturales. Es preciso en- Afirma Whitten, en la línea de los estudios clá-
tonces tener en cuenta los factores económicos sicos sobre parentesco que la díada madre-cría
y las categorías sociales que se establecen en es universal y necesaria. Entiende que los
base al acceso a los recursos. "hombres Negros de frontera", ("the Black
Buscando las razones históricas del frontiersmen"), se adaptan al entorrio y en la
contexto que me ocupa, entiendo que la escla- adaptación no hay fisuras. Con la debida dis-
vitud del periodo colonial propició un tipo de tancia, he rescatado el valor documental de su
estructura social muy desigual, donde la fami- obra, sobre todo en su acercamiento a los es-
lia nuclear constituía la base creada como fun- pacios exclusivos de los hombres, aunque vis-
damento al sistema de explotación. De igual to desde la crítica contra-androcéntrica sus
manera, Ios procesos de modernización en el omisiones son patentes. En lo relativo al trata-
periodo post-colonial y la globalización eco- miento de los mitos populares, Whitten ofrece
nómica han propiciado nuevas categorlas so- de manera descriptiva una serie de fenómenos
ciales y nuevas formas de trabajo por las que la que entiende alejados de la racionalidad. Pien-
familia nuclear ha vivido transformaciones en so que la riqueza de la tradición oral en Ia zo-
su estructura. Smith (1996) afirma que el sis- na de Esmeraldas -tal como yo la conocí- me-
tema de clases ha sido el pre-requisito para el rece un análisis simbólico de interpretación, a
desarrollo de un sistema de concubinato ex- partir del cual podamos ubicar los mecanis-
tramarital, por el cual, las mujeres de estatus mos de respuesta por parte de los grupos su-
inferior resultan disponibles como concubi- balternos ante la transformación de las estruc-
nas. Lo que Smith llama concubinato extra- turas económicas. En este sentido. considero
marital o matrimonio dual, trata de explicar muy relevante el análisis de Michael Taussig
un fenómeno que aquí he tratado como rela- (1980) sobre el fetichismo mercantil y la res-
ciones poligámicas. En este estudio voy a tratar puesta simbólica en una comunidad afto-co-
las relaciones múltiples, algo que he preferido lombiana. Este es un aspecto que he abordado
llamar poligamia en extenso, que incluye lo en la presente investigación, sobre todo en lo
que ya se ha teorizado como poliginia seriaday referente al tratamiento de Ia idea del diablo y
simultánea. de su articulación con la construcción de figu-
Norman Whitten (1974) en su etnogra- ras míticas asociadas con las imágenes de la
fía sobre las tierras bajas de la costa del Pacífi- mujer y de la madre.
co en el norte de Ecuador y sur de Colombia, En definitiva, Whitten ( 1994) considera
utiliza el concepto de "poliginia seriada" como la poliginia seriada como un ajuste social aco-
laposición eunucoide / 27

modaticio a la sociedad de consumo. En su ar- Negras de los EEUU. Según Thnner, la matrifo-
gumentación los hombres son agentes itine- calidad se observaría en sistemas de parentes-
rantes que adquieren o repudian mujeres, co y filiación en los que el rol de la madre es
mientras éstas permanecen como inmóviles estructural, cultural y afectivamente central,
receptoras, siendo además dirigidas y explota- siendo esta centralidad legitimada en la comu-
das por sus maridos. Whitten habla de la nece- nidad. Esta autora afirma que además debe
saria complementariedad de los roles de géne- darse una relación entre los sexos relativamen-
ro. Su aproximación no pone en cuestión la te igualitaria y que atendiendo a las esferas
itinerancia masculina ni el rol doméstico de económica y ritual, hombres y mujeres resul-
las mujeres. No aparecen voces tanto de hom- tan ser ambos importantes actores. Entiende
bres como de mujeres cuyas percepciones de- que la madre no es sólo quien engendra bioló-
safíen este discurso. No problematiza a quién gicamente sino quien representa Ia figura po-
se otorga el acceso a la vivienda y a los medios derosa, económicamente significativa y cultu-
de generación de ingresos, tampoco cuestiona ralmente central. (Thnner 1976: l3l).
la autoridad masculina y, en suma, no nos Carol B. Stack (1976) se basa en los re-
ofrece una visión contextual histórica para ex- sultados etnográficos de su estudio sobre una
plicar lo que ha conceptualizado como poligi- comunidad urbana Negra de los EEUU, apo-
nia seriada. yandose en datos de carácter biográfico. Ob-
serva la flexibilidad de los hogares que estudia
"Cualquiera que sea el grado en que se da el
en cuanto a la composición de sus miembros.
contrato matrimonial, los hombres esperan ir
Afirma que las mujeres tienen un papel domi-
pasando a través de una serie de dladas de afi-
nante en el hogar y que además el rol del pa-
nidad, mientras que las mujeres quedan a la es-
pera de retener un marido en particular por el
dre-marido, aunque pueda ser limitado, no só-
mayor tiempo posible. AJgunas veces los hom- lo se considera viable sino que resulta ser muy
bres tienen más de una esposa y en ocasiones significante. Esta autora establece unos patro-
tal poliginia tiene lugar dentro de un mismo nes para lo que llama la "red matrifocal" que
hogar, incluso en los núcleos urbanos. Las mu- suponen corresidencia, fronteras domésticas
jeres no son autorizadas por sus esposos a com- elásticas, convivencia de tres generaciones y
partir sus relaciones sexuales con otro hombre. expectativa de que el padre-marido asuma su
Puesto que un hombre que tiene dos mujeres se rol en el grupo parental de su madre, siendo la
encuentra a menudo en el proceso de cambiar
autoridad doméstica atribuida a las mujeres.
una por otra, he caracterizado como poliginia
(Stack 1976: 126)
seriada el patrón de afinidad en el litoral hú-
Stack (1974) muestra los resultados de
medo." (Whitten, 1974: 155)ll
su trabajo etnográfico realizado a fines de los
Hubo también en los años 70 antropó- años 60 en una comunidad que define como
logas feministas que se dedicaron al estudio de Negra, urbana y pobre, en los EEUU. El núcleo
la realidad afro-americana, por cuanto la no- de su estudio era, según la misma autora, mos-
ción de la centralidad de la madre en el iímbi- trar las estrategias adaptativas dentro de los
to doméstico podía resultar, cuando menos, sistemas de familia y parentesco de la "cultura
subversiva. En este sentido, Nancy Tanner Negra" dentro de la "cultura Blanca". Stack
(1976) había propuesto dos constructos para concluía entonces con que, en aquella comu-
explicar la matrifocalidad en colectividades nidad, se daban ciertas adaptaciones estructu-
28 / Epistemologiry ltló$cr del método

rales a la pobreza dentro de un modelo bicul- "red familiar". Lo que quiero rescatar de este
tural y que el desarrollo de un sistema coope- estudio es una cita en la que una simple obser-
rativo implicaba unas determinadas percep- vación muestra toda una retórica abundando
ciones acerca de la maternidad, la paternidad y en tópicos sobre la victimización de las muje-
la estructura de Ios grupos domésticos. La res, la criminalización de los hombres y Ia
misma Stack (1994) ha visto recientemente preocupación por la eventual decisión de las
con distancia su etnograffa temprana. En una mujeres de iniciar relaciones sexuales al mar-
revisión de su propio trabajo realizado tres dé- gen de la norma heterosexual. Quiero destacar
cadas atrás, pone de relieve que a pesar de que que este particular aparece como una desvia-
tuvo cuidado en evitar que su visión etnográ- ción añadida.
fica fuera considerada representativa de la lla-
"Puede predecirse que cada vez más mujeres
mada "cultura afro-americana", su entrena-
Negras, por diferentes razones -la soledad. . ., Ia
miento previo en antropología le había lleva-
incapacidad de algunos hombres Negros para
do a construir una historia que resultara cohe- comprometerse, el número desproporcionado
rente y en la que las partes explicaran el todo. de hombres Negros en prisión, una inclinación
Considero que hablar de adaptación de natural hacia la homosexualidad, etc..., empe-
las minorías forma parte de un esquema es- zará¡ a buscar relaciones homosexuales."
tructuro-funcionalista. De acuerdo con la pro- (Martin y Martin 1978 69)12
pia auto-revisión de Stack, pienso que es pre-
ciso repensar los resultados de estas primeras Las construcciones en torno a las llama-

etnograffas sobre la cuestión afro-americana. das familias Negras han sido a menudo el
He visto que la mayoría de los estudios realiza- campo en que todo tipo de desviaciones tiene
dos en las décadas de los 60 y 70, como son: cabida. Considero que esta idea tiene implica-
Whitten (1974), Stack (1974), Thnner (1976), ciones diversas. Por una parte, las desviaciones
Martin y Martin (1978), si bien intentaron de la norma se prestan a ser condenables mo-
aplicar ciertos niveles de reflexividad crítica, ralmente. Esta idea puede servir de soporte a
cayeron también en el reforzamiento de los tó- las tesis más conservadoras en apoyo de las po-
*lo líticas racistas. Por otra parte, tales desviacio-
picos sobre las comunidades Negras como
otro", definidas desde la pobreza, la estructura nes pueden ser valoradas como formas alter-
familiar incompleta y la ausencia de la autori- nativas y ser por ello apreciadas, en tanto que
dad masculina. Me interesa destacar aqul una suponen un cuestionamiento importante a los
observación que aparece en el estudio del ma- modelos dados por sentados. Esto último ex-
trimonio afro-americano Martin y Martin plica que este campo haya resultado un espa-
(1978). Se trata de una aproximación socio- cio sugerente para las investigaciones feminis-
antropológica al estudio de las familias afro- tas. En mi opinión, el riesgo está en que las ex-
americanas, basándose en una muestra de 30 trapolaciones y las generalizaciones injustifi-
familias de diferentes estados de los EEUU. cadas alimenten el racismo a través de la natu-
Martin y Martin caracterizan este tipo de fa- ralización de ciertos problemas. De ahí el este-
milias como extensas y su enfoque, predomi- reotipo que maneja el modelo dominante por
nante descriptivo, apunta que en la gran ma- el cual la desorganización familiar, Ia crimina-
yoría de ellas la figura dominante era la mujer lidad y la pobreza son inherentes y connatura-
de miís edad, que había llegado a ser líder de la les a la'raza Negra".
la posición eunucoide / 29

El concepto de matrifocalidad, asociado configuraciones simbólicas. Reconocemos Ia


al concepto de jefatura femenina de hogar, ha potencialidad del desorden que representa a la
sido aplicado en las Américas como forma de vez peligro y poder. Cualquier sistema de cla-
organización que cuestiona el ideal de familia sificación provoca sus propias anomallas que a
nuclear y ha servido para el análisis del paren- su vez justifican el control.
tesco en colectividades Negras. Con interés Entiendo entonces que conceptos acu-
econométrico se ha vinculado el incremento ñados como conocimiento mágico, hechicería
de hogares dirigidos por mujeres con la estabi- y brujería tratan con las expresiones del desor-
Iidad de la pobreza estructural. Hasta donde den incorporadas en los espacios liminales. Es-
conozco, no se ha teorizado la matrifocalidad tos poderes se ponen de manifiesto en tanto
sobre los sectores sociales exitosos en los ám- que pretenden ser controlados y son situados
bitos económico y político, sino sobre Ios sec- siempre en el plano de los saberes amenazan-
tores subordinados y con escasa capacidad de tes. De acuerdo con Douglas, cualquier inter-
reacción. De este modo, las colectividades Ne- pretación que de forma parcial se pretenda
gras americanas aparecen como un todo en la realízar sobre las reglas de contaminación de
pobreza, un todo en que la autoridad parental una cultura será cuestionable. Entiendo pues
no es masculina. Rose M. Brewer (1988) pre- que las ideas de contaminación, en tanto que
tende situar el actual debate acerca de los ho- creadoras de ordenamiento y clasificación, só-
gares dirigidos por mujeres Negras dentro del lo adquieren sentido haciendo referencia a la
contexto coyuntural de los EEUU. Esta autora estructura total del pensamiento en la cultura
observa que el énfasis dado a la problemática dada. En el estudio coordinado por Teresa del
sobre estos hogares es un fenómeno histórico Valle (1984) podemos ver cómo a través del
reciente, sin embargo la pobreza de estas mu- aniílisis simbólico de la fuerza en el contexto
jeres no lo es (Brewer 1988).
de Euskal Herria (País Vasco), aparecen figuras
importantes que, como las brujas, ocupan po-
Raza, género y estratificación social. Estereotipos
siciones claramente marginales en el orden de
y liminalidades
los sistemas de género y las estructuras de pa-
Para el tratamiento de las subversiones, rentesco, así como en relación a los conceptos
así como de las posiciones liminales y margi- de familia y maternidad.
nales creo interesante considerar las nociones Siguiendo con el tratamiento de las li-
de pureza y contaminación propuestas por minalidades, Victor Turner (1988), hablando
Mary Douglas (1991). Esta autora, desde un del proceso ritual, se pregunta por qué las si-
enfoque estructuralista, argumenta que a la tuaciones y los roles liminales suelen verse
experiencia le imponemos un orden a través asociados a propiedades mágico-religiosas,
de las ideas de separación, purificación, de- desfavorables o contaminadoras. Turner
marcación y castigo de las transgresiones, El (1980, 1988) habla de entes liminales, en su es-
riesgo de contaminación es un elemento per- tudio sobre los ritos de paso a partir del con-
suasivo para el cumplimiento del deber. Evitar cepto de liminalidad acuñado al efecto por
la suciedad supone crear una unidad de expe- Van Gennep. Türner introduce así el concepto
riencia, en tanto que la suciedad es desorden y de communitas asociándolo a lo no estructura-
que éste supone una amenaza para nuestras do, lo anti-social, donde concurren los seres li-
30 / EpistemoloSay blógca del método

minales que car€cen de atributos y resultan in- argumenta que el sexo no es la única ficción
visibles. En este punto, me pregunto si existen que aparece como naturaly necesaria, y que la
seres liminales o si la liminalidad se materiali- materialización de la norma se da en los cuer-
za en cuerpos determinados a través de la pre- pos a través de la repetición, la nominación.
dicación, de la repetición nominativa. Turner Pienso que la tesis de Butler resultaría aplica-
(1980) habla de la brujeria y la hechicería, ble a la diferenciación racial, en tanto que el
aunque no parece clara su conexión con lo que racismo, al igual que el sexismo se nutre de la
refiriéndose a las liminalidades nombraba co- diferenciación establecida en base a categorías
mo "el peligro místico y los poderes de los dé- naturalizadas por la anatomía política.
biles". El autor pretende establecer una dife- En el tratamiento de las configuraciones
renciación conceptual entre brujería y hechi- culturales en torno a los conceptos de raza y
cería. Aduce que muchas de las sociedades género me ha parecido importante atender la
africanas entienden que hay individuos que formación de estereotipos -como los que se
tienen capacidades que él clasifica en innatas, fundan sobre las mujeres Negras-, asl como la
conformación de categorías pensadas para ser
adquiridas, aprmdidas y heredadas, por medio
permanentemente liminales. Pienso que los
de las cuales son capaces de operar para hacer
estereotipos y las fronteras liminales forman
daño y para matar. En ciertos estudios que ci-
parte de un sistema de valores clasificatorio.
ta Turner, hay una tendencia a describir que
Los significados que definen a personas y co-
los brujos tienden a ser mujeres y los hechice-
lectivos son valoraciones que van a situar a
ros son hombres. Por mi parte, he considerado
unas y otros en las categorías o en sus límites.
la brujería como acusación que crea figuras a
Este orden de valores nunca es estable, las
través de la interpelación,yla hechicería como
fronteras se mueven pero siempre producen
práctica, tanto higiénica como contaminado- las discontinuidades que sostienen un sistema
ra. Si esta interpelación nomina como mujeres normativo determinado. Estereotipos y már-
a las brujas es algo que habrá que considerar genes pueden entenderse como figuras del dis-
en el contexto de la dinámica de los poderes en curso que hacen inteligible la experiencia da-
un proceso determinado. da. Según del Valle (1989) la creación de este-
Turner (1980), a través del estudio de reotipos sería la aplicación de determinadas
varias monograffas acerca de procesos rituales caracterlsticas que de un modo fijo van a figu-
en Africa Central, argumenta entre otras cosas rar como representativas de una persona, un
que la liminalidad se caracteriza por una au- colectivo y podríamos añadir, de una cultura.
sencia de una marcada polaridad sexual. He
visto que el sexo es tratado por Turner como "La deñnición de un sistema de valores se pue-
categoría natural que prevalece a la homoge- de utilizar para estereotipar a una población
sin dar cabida a cambios o a sistemas alternati-
neización. Este autor no ha problematizado la
un
vos. Puede utilizarse como la vara que mide
polaridad sexual. Creo relevante preguntarse,
comportamiento considerado como normal y
no únicamente sobre la existencia categorial por lo tanto para significar de forma negativa a
de hombres y mujeres sino sobre los orígenes aquellas personas que no encajen con el mode-
prediscursivos del sexo. En este sentido, fudith lo de referencia preferencial." (del Valle, 1989:
Butler (1993) se pregunta sobre esto último y 4s)
ta posición eunucoide / 31

En este sentido, Strathern (1979) en- que perpetúen la invisibilidad. Raza es un tér-
tiende que la forma como se crean los estereo- mino que aparece en el discurso en un mo-
tipos debe ser comprendida dentro de su con- mento histórico en obediencia a unas necesi-
texto cultural. En definitiva, la creación de Ios dades socio-políticas y aunque de contenidos
estereotipos que ordenan los sistemas de géne- siempre cambiantes, se ha mantenido como
ro tienen el objetivo de "naturalizar" los atri- constructo ideológico justificatorio de un sis-
butos asignados. Según esto, los estereotipos tema que clasifica para jerarquizar, que conci-
de género consiguen que parezca "natural" que be las diferencias para inventar las desigual-
los hombres están mejor dotados orgánica- dades.
mente para unos roles y las mujeres lo están Sexoy género son conceptos de un deba-
para otros. Esta naturalización es fuente ina- te que la teoría feminista ha integrado en su
gotable de simbolismo. En base a la masculini- crítica al método de las ciencias sociales. De
dad y la feminidad se producen mitos que acuerdo con Stolcke (1992a), el género, des-
cambian como lo hace el lenguaje y los proce- pués de su introducción como categoría analí-
sos de transformación. Los sistemas de género tica en los 80, ha pasado a ser "un término aca-
evidencian estereotipos que se han generado a démico sintético que hace referencia a la cons-
partir de estructuras de prestigio como son los trucción social de las relaciones sociales entre
órdenes raciales, sexuales y parentales. El este- mujeres y hombres, cuyos significados e impli-
reotipo habla de las características elementales caciones políticas no están, sin embargo, siem-
de quien o quienes cumplen o transgreden un pre claros" (Stolcke 1992a:90). En este traba-
rol determinado en estos órdenes estructura- jo, Stolcke aborda precisamente la articulación
les. Tratando de ilustrar someramente estas de estos conceptos que me ocupan aquí. La au-
afirmaciones se puede decir que en el contex- tora cita a Harding (1986) quien argumenta
to etnográfico estudiado, en la República del que "en las culturas estratificadas, tanto por el
Ecuador de nuestros días, los estereotipos que género como por laraza, el género siempre re-
regulan los sistemas de género expresan las sulta ser también una categoría racial y la raza
tensiones sexuales y a través de éstas, Ias ten- una categoría de género" (Harding, en Stolcke
siones en las estructuras de prestigio estableci- reeL 93)
das en base a jerarquías de raza y de linaje.
Estimo fundamental establecer una ar- Diseño de la investigación
ticulación entre las nociones de raza, género,
sexo y clase porque son términos que inundan La centralidad de la figura de la madre,
el pensamiento contemporáneo en las ciencias como objeto de esta investigación, ha sido
sociales y sobre todo, porque esta investiga- abordado a partir del concepto de matrifocali-
ción busca teorizar en torno a la interacción dad en tanto que constructo sobre la alteridad
de sus implicaciones conceptuales. He utiliza- racial y Io que ello ha supuesto en el cuestiona-
do la noción de clase no tanto en el sentido miento del modelo de familia nuclear con ba-
materialista moderno, sino como categoría se en el matrimonio monógamo restrictivo.
pre-marxista establecida entre límites creados. La ubicación geográfica del problema
La noción de raza la he considerado sin reser- corresponde a la actual República del Ecuador,
vas y tratando de evitar términos eufemísticos heredera del pasado colonial español en Amé-
i2 / Epistemolo $a y la ló$ca del método

Unidades de análisis Unidades de observación

Dialógica de los poderes en conflicto: Procesos de intervención, represión y respuesta


dominantes, subalternos y emergentes
Política racial: construcción de Expresiones del racismo y el sexismo
las discontinuidades
Política sexual: dimorfismo sexual Formas de acceso a la propiedad y división del trabajo
Orden familiar: matrimonio restrictivo Formas del intercambio sexual
Matrifocalidad: la figura de la madre Percepciones sobre la familia: jefatura de hogar, fertilidad
Liderazgo e interlocución política Vínculos para la formación de identidades

rica del Sur. El núcleo del trabajo de investiga- ordenan el proceso de abstracción del presente
ción ha correspondido a un estudio etnográfi- etnográfico y de la contextualización histórica.
co focalizado en Silanes (nombre ficticio), un El análisis ha seguido las variaciones
barrio urbano-marginal de la ciudad de Qui- históricas de las construcciones culturales so-
to, capital de Ecuador. La contextualización brelaraza, el sexo, la maternidad y la familia.
del presente etnográfico ha supuesto un estu- He propuesto la búsqueda en un espacio en el
dio del continuum histórico que recorre el pa- que convergen el sistema esclavista colonial
sado colonial hasta la configuración del Ecua- católico con la formación del Estado republi-
dor actual. cano laico y los procesos de globalizacíón
El objeto de estudio ha sido abordado a transacional que han dado lugar al Ecuador
partir de dos hipótesis que se relacionan: actual.
Las técnicas de investigación principales
. El concepto de matrifocalidad es un para el estudio etnográfico han incluido la re-
constructo sobre la alteridad para expli- cogida de material factual, a traves del trabajo
car el sistema parental de la diáspora de campo observacional, y principalmente a
africana en las Américas. partir del método biogriífico. En el procesa-
. La centralidad de la figura de la madre miento del material biográfico me ha servido
supone el cuestionamiento del modelo el estudio de |uan fosep Pujadas (1992) al res-
de familia nuclear y resulta ser metáfo- pecto. La utilización de fuentes cuantitativas
ra del liderazgo político de Ias mujeres socio-estadísticas ha servido en ocasiones para
como agentes sociales. la contrastación de aspectos puntuales. En
cuanto a la contextualización histórica, el mé-
Como ya se ha visto más arriba, el mar- todo biográfico ha sido aplicado también a los
co teórico de la investigación se inspira en Ios protocolos notariales sobre las relaciones es-
estudios sobre familia desde la antropología fe- clavistas. He realizado la lectura de las fuentes
minista, en los estudios de género en el desarro- primarias de los diversos cronistas en tanto
llo y en los estudios afro-americanos. Para que narrativas etnográficas. A continuación
abordar las hipótesis de trabajo he seguido cier- paso a describir el proceso etnográfico, segui-
tas unidades de aniílisis y de observación que do del proceso de contextualización.
[a posición eunucoide / 33

Presente etnográfico han decidido estudiar. En efecto, ninguna de-


cisión es gratuita y las motivaciones que nos
Esta investigación ha focalizado su llevan a ellas parten de la trayectoria vital y so-
atención en una recogida de información so- bre todo, creo, de una experiencia sentida.
bre un espacio en que personas e instituciones Diré que al atender este tipo de pregun-
se inter-relacionan, creando y transformando tas me daba cuenta de que definitivamente yo
sistemas complejos de jerarquización social. no era percibida como cercana a mí objeto de
Agentes protagonistas de este estudio han sido estudio y al mismo tiempo, quien hacía la pre-
grupos y personas que viven en un barrio ur- gunta tampoco lo era. Esto en los primeros
bano marginal de la ciudad de Quito, donde se momentos me situaba en una aventa)ada dis-
llevó a cabo el trabajo intensivo de campo du- tancia antropológica,si bien esto no era tan de-
rante cinco meses a finales de 1994. Gran par- seable en la práctica y menos a instancias de
te de la información proviene también de la un posicionamiento epistemológico que busca
observación en varias visitas a la costa norte establecer relaciones en cierto modo empáti-
del Ecuador y sobre todo a una permanencia cas. Con el tiempo creo haber entendido que
total en el país de 23 meses, durante tres estan- las relaciones empáticas en el proceso etnográ-
cias separadas entre 1992 y 1995. Concreta- fico no dependen tanto de la distancia cultural
mente, la estancia de l5 meses entre fines de o identitaria sino de la disposición de las par-
1993 y principios de 1995 me permitió tener tes para hacerse compatibles en el reconoci-
una visión de conjunto acerca de la composi- miento de la diversidad.
ción multicultural y las diferencias regionales No quiero sustraerme de responder so-
del país. La convivencia con distintos estratos bre las motivaciones y para ello tendré que
de la sociedad, en medios tanto rurales como
describir la trayectoria personal que ha podido
llevarme alarealizaciín de este proyecto. Des-
urbanos de costa y sierra me proporcionó una
cartamos pues la cercanía cultural puesto que
información contextual muy importante. Así
no soy ecuatoriana, ni siquiera americana, y
he podido apreciar en su justa medida la dife-
tampoco mi ascencencia es notablemente afri-
renciación cultural entre costa y sierra, algo
cana, ni heredera del legado de la esclavitud.
que trataré más adelante.
Pertenezco al ámbito académico occidental,
Selección del área de estudio y el contexto geo- con Io que mi situación no se parece a la de las
gráfico mujeres de los sectores populares de los países
de América Latina. Muy bn disonancia con la
Una pregunta frecuente que se me ha experiencia de la mayoría de las mujeres que
hecho ha sido: l) el porqué de la elección de conocí durante mi trabajo de campo, yo no era
un país como Ecuador;2) por qué abordar la madre, ni tenía a un hombre como eventual
matrifocalidad, la categorízaciín racial y los compañero. Considero que esto último me ha-
sistemas de género;3) por qué hacerlo desde la cía mucho más distinta y distante de ellas en
experiencia de la minoría Negra en aquel país. nuestras interacciones que la procedencia o el
Hasta donde conozco por quienes también in- fenotipo.
vestigan, este tipo de pregunta no se hace re- Mis conexiones con Ecuador arrancan
gularmente a quienes se les supone integrantes mucho antes del otoño de 1991. En ese tiempo
o al menos en cercanía al contexto y lugar que y tras terminar una licenciatura en Ciencias de
34 / Epistemología y la lógica del método

la Educación pedí asesoría a Teresa del Valle La parte práctica del programa me con-
con el fin de encontrar una forma de articular dujo en agosto de 1992 a realizar una estancia
un proyecto que me llevara a América Latina de cinco meses en Ecuador como pasante en el
para tratar cuestiones que preocupan a la an- Centro de Planificación y Estudios Sociales
tropología desde una perspectiva feminista. A (CEPLAES), organización no gubernamental
ella le debo el primer acercamiento a estos te- para el desarrollo con sede en Quito. Durante
mas y también la invitación a formar parte del mi estancia, como asistente de investigación
entonces Seminario de Estudios de la Mujer de los proyectos que se llevaban a cabo en el
que fue para mí un privilegiado espacio de tra- Area de Mujery Area de Familia, puede tomar
bajo intelectual, del que surgió lo que fue un contacto con grupos de mujeres de los sectores
primer proyecto de investigación. Un proyecto populares con quienes se implementaban pro-
que pretendía profundizar en las raíces de Ia yectos tanto productivos como de capacita-
jefatura femenina de hogar en el contexto de ción. El conocimiento que pude adquirir sobre
los sectores populares del Ecuador fue recha- la diversidad cultural, racial, regional y de cla-
zado como susceptible de ser financiado en se de aquel país fue fundamental a la hora de
1991 por la misma institución que ha finan- formular el proyecto que dio origen a esta
ciado este trabajo que presento ahora. Des- tesisl5.
confiando de mis habilidades investigadoras Me decidí a trabajar sobre la minoría
estuve a punto de desistir en el intento cuando afro-ecuatoriana porque había percibido so-
en el verano de 1992, habiendo completado la bre el terreno que su situación era diferencia-
mitad de los créditos del programa de docto- da del resto de las identidades agrupadas en
radol3 y mientras trabajaba eventualmente torno a lo que se ha dado en llamar indigenis-
como auxiliar de biblioteca pública, tuve una mo. Sobre este concepto y sobre la experiencia
oferta para viajar a América Latina como asis- de diversas comunidades indígenas que pue-
tente de investigación. El ahora instituto uni- blan el país se han hecho la mayorla de las teo-
versitario Hegoal4 me proponla como repre- rizaciones antropológicas. El discr,rrso sobre la
sentante para participar en el curso: "Mujer y razaha sido mayoritariamente abordado des-
Desarrollo" organizado por el Instituto de la de el problema de la etnicidad sobre el debate
Mujer para la formación de postgrado en Gé- indigenista. Sin duda, la fuerza del movimien-
nero y Desarrollo. Pasada la selección, tuve la to indígena durante esta última década ha es-
oportunidad de asistir a un programa teórico timulado mucho la atención académica sobre
que me fue convalid'ado posteriormente en el ello. Más de una veintena de grupos étnicos de
cómputo de créditos para el programa de doc- origen andino y amazónico pueblan la Repú-
torado en curso. Este programa incluía conte- blica del Ecuador. No obstante su gran diversi-
nidos diversos desde diferentes disciplinas en dad, la comunidad indígena constituye un
un intento de contextualizar el género en la di- oponente en el orden simbólico y también en
versidad cultural y las diferencias económicas el político, unificado ante un Estado con base
de los palses subdesarrollados, para asi realizar práctica en la supremacía racial de origen eu-
propuestas de intervención destinadas a la ropeo. La existencia de hombres y mujeres
cooperación gubernamental y no guberna- descendientes del régimen esclavista parecía
mental. en gran medida silenciada por este conflicto
la posición eunucoide / 35

bipolar. La minorización cuantitativa que se tión mi habilidad para sortear las diñcultades
ha hecho de este segmento de la población, así sobre el terreno.
como el defecto de atención académica y polí-
tica sobre su situación, formaban parte de las Aproximarse al campo
motivaciones que me llevaron a abordar esta
investigación y no otra. Hasta llegar al lugar en que finalmente
El proyecto fruto de esta primera refle- se realizó el trabajo intensivo de campo tenla
xión obtuvo una beca predoctoral de investi- que buscar un espacio ffsico que me permitie-
gación en setiembre de 1993 y con ello la in- ra tratar la centralidad de la figura de la madre
vestigación pudo llevarse a cabo en exclusivi- en un contexto en que la presencia de la mino-
dad durante cuatro años16. Este proyecto ini- ría Negra tuviera entidad evidenciable. Como
cial fue modificándose atendiendo a distintas ya dije, la decisión final estuvo determinada
adecuaciones sobre las limitaciones en el cam- por limitaciones de orden práctico. Tras haber
po y también a distintas influencias de la for- realizado algunas visitas prospectivas en cier-
mación teórica adquirida durante todo este tos puntos en la costa y sierra norte de Ecua-
tiempo. Lo que en un principio pretendía ser dor, y habiendo efectuado prácticas como asis-
un enfoque más socio-económico sobre la si- tente de investigación en el país con anteriori-
tuación de las madres y las familias en un con- dad, el criterio fue la accesibilidad tanto al es-
texto rural de costa, donde Ia concentración de pacio ffsico como al entorno relacional,
población Negra ha sido tradicionalmente no- A través de la colaboración con una in-
table, ha pasado a ser una investigación en que vestigadora, consultora en cooperación inter-
la matrifocalidad, los sistemas de género y la nacional, logré el contacto con el equipo a car-
política racial se contemplan desde una cons- go de un programa cooperativo entre el Fon-
trucción dialógica de los significados en el do de Naciones Unidas para la Infancia y el
proceso etnohistórico. Municipio de Quitol8. Este programa Munici-
La decisión de reubicar el espacio flsico pio-Unicef actuaba en una selección de ba-
para el trabajo intensivo de campo vino pro- rrios marginales de la capital. Entre otros ob-
vocada por un criterio práctico que se puso de jetivos, buscaba la formación de grupos de
manifiesto tras una segunda prospección del mujeres a través de proyectos productivos,
entorno rural de la costa. Tias pasar un mes en cursos de capacitación e información jurídica.
este entorno, pude darme cuenta de que no es- En primera entrevista con la responsable del
taba fisica ni anímicamente preparada para programa, le informé sobre mi deseo de reali-
trabajar un tiempo prolongado en un lugar de zar una estancia de varios meses, como traba-
difícil acceso y en el que la situación epide- jo de campo para una tesis doctoral, recogien-
miológica era más que preocupante para una do información sobre las relaciones en el ba-
joven poco experimentada en el tratamiento rrio y más específicamente sobre la minoría
de las situaciones de ansiedad durante la in- Negra desde la perspectiva de género. El pro-
mersión etnográfical7. Esta reubicación fue grama contaba con la asistencia de promotores
uno de los cambios que más me resistí a deter- barriales,personas que conocen eláreaen que
minar por cuanto pensaba me obligaría a re- trabajan a través del contacto directo con la
plantear el proyecto y porque ponía en cues- vecindad. Con la aprobación de la responsable
36 / Epistemolo gja y h lígtca del método

del programa, me fue posible llegar al barrio saber sobre la gente morena, me Puso en con-
acompañando a dos de los promotores en una tacto con quienes consideraba de mayor auto-
de sus visitas. Una vez allí, me hicieron cono- ridad en ello y ellos fueron hombres ancianos.
cer al personal que se mueve en diferentes ins- Me costó trabajo justificar mi gran interés en
tancias como la escuela-colegio, la guardería y entrevistar a mujeres. Por otra parte, las em-
el centro de salud. Fui presentada como estu- pleadas en la guardería municipal me acerca-
diante voluntaria del programa, algo que ten- ron a otras mujeres. A través de los primeros
dría que ir desmintiendo en lo sucesivo. Supie- informantes fueron llegando más personas
ron de mi intención de saber sobre la gente que me permitieron recoger sus testimonios.
tnorena y de contactar especialmente con lo El guión de la entrevista buscaba reco-
que llaman madres solas. Me llevaron a cono- ger información acerca de la procedencia y
cer a una mujer de ascendencia africana, ma- origen de la persona, su integraci,ón en el ba-
yor de cincuenta años, sin compañero en la rrio, su experiencia como migrante, su situa-
coyuntura y con un hijo menor a su cargo. Ha- ción y percepciones en relación a la vida en pa-
biendo sido informada de que esta mujer era rejaylacrianzade menores, su posición en las
conocida como la mamá del barrio, que repre- redes parentales, así como en otres filiaciones
sentaba una figura emblemática por sus actua- y adscripciones susceptibles de construir nive-
ciones como líder en conflictos con la admi- les de identidad de género, racial, regional, po-
nistración, y notando una excelente disposi- lltica o religiosa. Las entrevistas tuvieron lugar
ción por su parte al ofrecerme un espacio en en el domicilio de la persona, salvo en caso de
su hogar, decidí ubicarme al lado de esta infor- otra preferencia por parte de ella misma. Hay
mante que resultó ser una colaboradora prin- que decir que algunas mujeres preferían reali-
cipal. zar la entrevista en otro lugar ajeno al hogar
Pasado algún tiempo de convivencia y por evitar ciertas compañías que pudieran in-
observación participante en este barrio de terferir. También eran ellas quienes mayor di-
Quito, había previsto recoger una serie de re- ñcultad tenlan en concretar de antemano una
latos de vida de informantes previa selección. hora y un lugar para hablar conmigo. En prin-
Los criterios iniciales obedecían a establecer cipio, había previsto realizar una única sesión
grupos según género, edad, tipo de hogar y por persona de 60 minutos de duración. En la
procedencia. En la práctica no era simple en- práctica, algunas sesiones fueron de 30 minu-
contrar personas dispuestas a que una joven tos y otras superaron los 60 minutos, depen-
extranjera inquiriera sobre sus vidas ante una diendo de la disponibilidad de la persona y del
grabadora. El hecho de que me alojara en casa nivel de articulación de la información habla-
de una mujer conocida como miembro activo da. Algunos relatos se ajustan más al guión que
de una confesión religiosa que hace apología otros. Algunos de ellos pueden considerarse
mediante visitas domiciliarias, hacía que mis como historias de vida por su extensión y por
entrevistas parecieran tendenciosas. En varias la calidad de los testimonios, mientras que
ocasiones tuve que desmentir que mi inten- otros atienden a ciertos contenidos de modo
ción fuera seducir a las almas. No obstante, fue más focal.
gracias a la informante principal que logré el Durante cuatro meses entre setiembre
acceso a las primeras personas susceptibles de de 1993 y enero del siguiente año, recogí los
ser entrevistadas. Sabiendo ella que yo quería testimonios de 2l personas. Habiendo trans-
Ia posición eunucoide / 37

crito el material grabado, los testimonios se s.XVI, he considerado también el texto del vi-
compilan en un volumen total aproximado de cario católico español Cabello de Balboa por
320 páginas. El relato más extenso resulta un cuanto informa de la visión de un miembro
texto de 62 páginas y el más breve es de 6 pá- del poder colonial, y además describe las rela-
ginas. ciones culturales en la zona de Esmeraldas de
fines del siglo XVI, tiempo en que las primeras
La contextualización comunidades Negras llegaron a poblar una zo-
na que tradicionalmente se ha considerado
Había que ubicar el estudio en el tiem- Negra en el contexto ecuatoriano. Resultará
po, en el espacio y dentro de las relaciones de obvio señalar que los textos se escribieron pa-
poder que construyen los sistemas de signifi- ra ser leídos por las élites gobernantes del im-
cados y las estructuras que ordenan economía perio colonial. El periodo colonial está docu-
y política. Las personas que me informaron mentado entonces principalmente a través de
habían sido participantes de un proceso mi- fuentes primarias. Las crónicas me informa-
gratorio del campo a la ciudad, propiciado por ron sobre el orden social y las categorías esta-
una serie de cambios que habían ordenado la blecidas en base a los sistemas de prestigio. So-
economía hacia un nuevo modelo de desarro- bre el periodo republicano me ha servido el
llo que transformaría la estructura del país a texto del diplomático y geógrafo francés Onf-
partir de la década de los 60. Los significados' froy de Thoron, cuyas descripciones etnográfi-
así como las relaciones que pude recoger en los cas sobre el Ecuador eran destinadas a la atrac-
discursos y en otras representaciones de las ción de nuevos colonizadores europeos.
que pude ser testigo, encontraban sentido en Al respecto de la política racial, me inte-
su construcción histórica. resaba en especial obtener información prima-
Me interesé por documentar el pasado ria acerca de las relaciones esclavistas, para lo
histórico partiendo del encuentro entre natu- que consulté físicamente los fondos disponi-
rales, españoles y negros en tiempos de la con- bles en los dos archivos históricos principales
quista española de las indias occidentales, con- del país. A través de las consultas de la llamada
cretamente la transformación del Tahuantin- sección de esclavos del Archivo Nacional de
suyu en lo que la Corona española llamaría Historia del Ecuador en Quito (ANHE) y del
Tierras del Perú y después la Real Audiencia de inventario general del Archivo Histórico del
Quito. Además de acceder a bibliograffa con- Guayas en Guayaquil (AHG), seleccioné 92
temporánea y a las obras de cronistas de pro- protocolos de un total de 392 documentos dis-
cedencia mestiza, realicé una búsqueda en Ar- ponibles. A partir de estos textos he podido in-
chivos Históricos de Quito y Guayaquil sobre ferir datos sobre las relaciones de poder entre
documentos relativos a las relaciones esclavis- amos, amas, esclavas y esclavos, sobre el orden
tas y sus protagonistas desde 1604 hasta 1840. parental vigente, sobre los procesos de repre-
He tomado los textos de Guamiín Poma de sión y respuesta, sobre las transgresiones a la
Ayala y de Inca Garcilaso de Ia Vega por cuan- autoridad de los poderes dominantes y otros
to son autores que han sido considerados co- temas que permiten entender parte de Ia in-
mo figuras del pensamiento mestizo que cues- fluencia del sistema esclavista en la dinámica
tionaban, cada cual en su término, la política socio-racial del Ecuador contemporáneo. Por
colonial. Sobre el inicio de la época colonial, el supuesto que la contefiualización histórica no
38 / Epistemología y la lógica del método

pretendía ser exhaustiva. Gran parte de este tos niveles de bienestar y por ello al acceso a
material lo conseguí en el propio país y de al- los recursos. A través de estudios de sociología
guna manera da cuenta del patrimonio archi- urbana pude ubicar el nivel de integración
vístico con que físicamente cuenta un país co- económica del barrio, atendiendo a criterios
mo Ecuador en sus instituciones públicas y de medición de pobreza al uso en las agencias
privadas. internacionales. Además de los datos directos
De igual manera, la mayoría del mate- de los relatos, me interesaba conocer qué gru-
rial bibliográfico que informa sobre las trans- pos eran principales demandantes de ayuda
formaciones económicas y políticas habidas ante las instancias administrativas. Así consul-
desde la formación de la República en 1840 y tando en Quito la base de datos del Instituto
en tiempos más recientes, son estudios realíza- Nacional del Niño y la Familia pude tener in-
dos por profesionales locales, aunque también formación acerca de los perfiles de las familias
de visitantes, pero que han publicado en el de menores institucionalizados en la zona en
pals. Considero importante que sus trabajos lo relativo a la composición de sus grupos do-
sean susceptibles de ser conocidos por quienes mésticos y a la jefatura de hogar.
son también agentes de los procesos que se En el contexto estudiado, Ia familia nu-
analizan. Hay que hacer notar que la mayoría clear monógama entre iguales y con el pater
de las fuentes secundarias. sobre todo los estu- como representante jurldico, ha sido el orden
dios historiográficos de antes de los 70, son parental impuesto a toda jerarquía social des-
claramente androcéntricos por lo que las mu- de la conquista hasta nuestros días. Veremos
jeres -inclusive las pertenecientes a las élites- que su vigencia ha variado con el desarrollo de
aparecen en posiciones muy subsidiarias y es las libertades, esto es, con el desarrollo del es-
preciso buscar su participación de modos in- tatus de ciudadanía y sobre todo, con los nue-
directos. vos procesos de globalización de la economía.
He considerado la centralidad de la madre en
Descripción del espacio coyuntural el contexto del mestizaje que tuvo lugar a par-
tir de la conquista española. Muy a pesar de las
El espacio de Silanes, el barrio en que se restricciones matrimoniales que ajustándose
realizí el trabajo etnográfico, se ubica en el al derecho cristiano fueron impuestas en la
conjunto del área urbano-marginal de la ciu- época, veremos que la pureza de la sangre
dad de Quito, capital de la República del Ecua- nunca existió sino como constructo sobre el
dor. He visto necesario ubicar a los colectivos cual fueron sustentadas las jerarqu,ías en base a
y las personas según su procedencia, atendien- raza, casta y linaje.
do a dos contextos de señaladas diferencias co- Al respecto del tratamiento de h familia
mo son la Costa y la Sierra del Ecuador. En es- como concepto socio-demográfico he buscado
to me he servido de estudios socio-económi- en la literatura más reciente acerca de la reali-
cos como son estudios agrarios y demogriífi- dad de América Latina y el Caribe. A menudo
cos que ilustran diferencialmente ambos con- el lenguaje técnico y el académico hacen uso
textos. de términos convencionales fruto de traduc-
Entiendo que las relaciones de poder se ciones del idioma dominante en la distribu-
establecen en base a posiciones o categorías, ción del conocimiento. Para el contexto de
órdenes de prestigio que van asociados a cier- América Latina y el Caribe, y por influencia de
[a posición eunucoide / 39

la lengua dominante en los Estados Unidos, se nes recíprocas de ayuda material y no siempre
utilizan los conceptos de hogar y de familia se incluyen los lazos genealógicos. Habitual-
que a menudo sirven indistintamente para mente y por metonimia, familia son también
traducir household. Cuando se trata el tema las personas habidas de un vínculo filial. "Pa-
sobre female headed household, se habla de je- rientes" son personas ligadas por lazos genea-
fatura femenina de hogar o de su traducción lógicos pero pueden no ser familia, es decir, no
como "hogares dirigidos por mujeres". En este tener vinculación afectiva ni obligación de
tipo de definiciones operativas se ocupan estu- ayudar. Por otra parte, he prestado atención al
dios socio-demográficos que confían en la parentesco ficticio que produce la institución
cuantificación de los datos. Al respecto del tra- del compadrazgo. Compadresy comad,"es son
tamiento de la feminización de la pobreza y la personas unidas mediante rito de paso, habi-
jefatura femenina de hogar he considerado es- tualmente católico. El compadrazgo en tanto
tudios locales, como el de CEPLAES (1994). que institución gendarme de la monogamia,
Este estudio trata la pobreza en el Ecuador y es vincula personas que han vivido en proximi-
un trabajo preparado para la intervención del dad, siendo a menudo parientes, familia o re-
Banco Mundial en la región, de ahí la perti- lativos en orden de intercambio mercantil. Por
nencia de tomarlo en cuental9. otra parte, madre sola es término que designa
En el discurso de los llamados sectores a una mujer que no tiene compañero en un
populares de habla hispana en el Ecuador los momento dado, y este significado dista mucho
significados desconocen las convenciones del del término jefa de hogar o jefa de familia que
lenguaje académico referido a las redes paren- algunos estudios han utilizado haciendo sinéc-
telares. Considerando la terminología verná- doque del concepto de madre sola. Si bien hay
cula, puedo decir que el término /amilia se usa estudios que relacionan la jefatura femenina
en una gran variedad de campos semánticos. de los hogares en la actualidad con el estable-
Sin embargo, hogarno aparece sino en ocasio- cimiento de la pobreza estructural, veremos
nes puntuales. Del hogar se habla en relación que en el contexto de la minoría Negra en
al espacio en que se dan los afectos y particu- Ecuador la jefatura femenina de hogar es un
larmente está asociado al locus de la pareja he- problema de consideración reciente, mientras
terosexual y su descendencia. Familia designa que la pauperización se remonta al tiempo de
personas vinculadas por afecto o por relacio- la conquista.
ft
DIALOGICA HISTORICA
Cuerpos nombrodo.s por lo esclovifud

Discu¡so colonial sobre el mestizaje Relatos y crónicas de los primeros tiempos

Partiendo de los datos extraídos del He considerado los textos de los llama-
análisis de textos escritos entre los siglos XVI y dos cronistas mestizos del Perú porque su re-
XIX, he prestado atención especial a la cons- tórica resulta útil para recrear los sistemas de
trucción de categorías dentro de un orden je- valores entonces vigentes. En su discurso apa-
rárquico. Los datos dan cuenta de un comple- recen sus posicionamientos en lo relativo a las
jo mundo marcado por la inequidad en que las categorías del mestizaje y de los sistemas de
relaciones interétnicas y los sistemas de género género. Guamán Poma y Garcilaso de la Vega,
aparecen como ejes de estructuración funda- aunque desde distintas subjetividades, escri-
mentales. En las narraciones que se han estu- bieron para ser leídos por una élite imperial
diado aparecen conflictos entre poderes diver- española y en el caso concreto del primero, por
sos que van transformando la realidad históri- la clase política. La nueva crónica y buen go-
ca. Poderes dominantes, subalternos y emer- bierno de Guamán Poma, escrito fechado a
gentes ocupan posiciones móviles en este lar- principios del s. XVII, hace valoraciones desa-
go entramado de la dialógica discursiva. Se ve- fiantes denunciando el abuso de los conquista-
rá que las categorías que definen las disconti- dores. Sin embargo afirma, en una muestra de
nuidades raciales y de género en el sistema es- gran confianza, qtJe la corona española va a
clavista y en contexto colonial de la Real Au- restituir la justicia y el buen gobierno en el Pe-
diencia de Quito, lejos de ser naturales son ca- rú con la instauración del monoteísmo cristia-
tegorías cambiantes y merecen ser contextuali- no y con el catolicismo como doctrina. Gua-
zadas históricamente. mán Poma encontraba justificación a la derro-
El trabajo ha tenido como fuentes los ta militar de los Incas e incluso a los abusos y
textos de dos cronistas mestizos y de un espa- atropellos continuados por parte de los espa-
ñol de fines del siglo XVL Los relatos de viaje ñoles, en base a que el gobierno de los últimos
de un diplomático francés de fines del XIX in- Incas estaba necesitando un nuevo orden y és-
forman sobre la realidad neocolonial de la jo- te iba a ser la doctrina católica de que se sirvie-
ven República. EI análisis ha contado con el ron los conquistadores cristianos. El cronista
apoyo de diversas fuentes secundarias. Entre muestra reiteradamente en su texto, gran
los documentos de archivo consultados ñgura preocupación sobre lo inconveniente que esta-
una selección de protocolos notariales y otros ba resultando el mestizaje para el buen gobier-
documentos extraídos de la "sección de escla- no del Perú y sobre todo para la supervivencia
vos" del ANHE y del catálogo general de ad- de los naturales en el respeto y la convivencia.
quisiciones del AHG.20 Hace saber que la llegada de los españoles su-
42 / Dialógca Histórica

puso cambios en el orden político, los cuales "Porque el hombre hace la casta, que no la mu-
vinieron acompañados de importantes modi- jer. Pero la dicha hacienda tiene de llevar todo
ficaciones de orden racial desde los primeros y la honra perdido, aunque sea negro o judío o
moro; quien tal se casa con india tiene que lle-
momentos.
var a las ciudades a vivir en ella. Si es casta de
"De cómo por la riqueza envió el emperador principal de hombre y de Ia mujer tiene de go-
gobernadores y oidores, presidentes y obispos y bernar de todo y ser señor en ella; gana la hon-
sacerdotes y frailes y españoles y señoras: todo ra y mérito y facultades, preminencias que les
era decir Pirú [sic] y más Pirú. De los ciento y dio Dios. Y con indio bajo, pierde mérito y
sesenta españoles y un negro congo, aumentó honra, lo propio con los españoles."
mucha gente. De españoles y mercaderes y res-
catadores y mercachifles y muchos morenos. "El indio mitayo y Ia india mitaya es fino; como
Ahora multiplica, mucho más que indio, mes- casarse con judío o moro es judía o mora. Y si
tizos hijo lsicl de sacerdotes. Oro y plata en el fuere de principal él y ella, su hijo legítimo de
Pirú." (Guamán Poma de Ayala 1990: 363). matrimonio es hijo de Dios. Si pudiere, tenga
tiana de oro por derecho de Dios y de la justi-
Guamán Poma considera que el mesti- cia de este reino." (Guamán Poma de Ayala
zaje puede hacer peligrar los valores funda- r99O 421).
mentales y entre ellos figuran la pureza de san-
gre y la preservación del linaje. La casta la Quiero destacar que, para escándalo de
transmite el hombre y así un español es igual- los conquistadores cristianos, la honra según
mente contaminante que un indio bajo en el imaginario pre-hispánico no era otorgada
tanto que no se le conozca linaje de nobleza. en relación a la virginidad de las mujeres del li-
Harán lo correcto quienes permitan a las mu- naje. Asl aparece en el estudio de Irene Silver-
jeres de su grupo casarse con hombres de blatt (1990) al respecto de las relaciones de gé-
comparable linaje y de igual o superior casta. nero y las clases en los Andes pre-hispánicos y
Los linajes de los naturales se ordenan entre coloniales. Esta autora cita al cror¡ista español
principales o nobles descendientes de los incas Acosta, quien muestra su indignación y su
y mitayos o tributarios, descendientes de los condena moral a este respecto.
pueblos sometidos por aquéllos. Las castas se
"La virginidad, que entre todos los hombres es
expresan en categorías que parten del ideal de
mirada con estima y honor, Ia desprecian estos
pureza de sangre al uso en tiempo de la con-
bárbaros como vil y afrentosa. Excepto las vír-
quista, como son negro, moro, judío y español o genes consagradas al Sol o al Inca,...todas las
cristiano viejo. demás mientras son vírgenes se consideran
despreciadas, y así, en cuanto pueden, se entre-
"Pero si la mujer, hija o hermana, siendo seño-
gan al primero que encuentran" (Acosta, en Sil-
ra de la casa grande de título, se casa con negro
berblatt l99o:65).
catibo o horro2l que Dios Ie ha echado maldi-
ción, es catiba y negra como el marido. Y si se
La transmisión de la honra según Gua-
casa con indio tributario y mitayo22, también
mán Poma no va ligada a la virginidad de la
es india tributaria como el marido en bajo es-
tado. A todos sus hijos no le vienen de derecho
doncella casadera y tampoco a que la descen-
de justicia. Y si se casa con indio principal, sale dencia sea fruto de matrimonio jurídicamente
a más alto grado la casta y señorío y merece sancionado, sino que es consecuencia directa
más honra ella." de la pureza de sangre y de linaje, de la cual el
Cuerpos nombrados por la esclavitud / 4l

hombre es responsable en todo caso. El linaje guno no queden en los pueblos de los indios,
se transmite por línea paterna, "porque el que han de estar en las ciudades y villas, aldeas
hombre hace la casta, que no la mujer". de este reino. Y Ias justicias que consintieren,
sean castigados y penados para la cámara de su
"...como la mujer pobre que no fue casta de Majestad en este reino" (Guamán Poma de
hidalgo entra a la honra de su marido, del ca- Ayala 1990: 498).
ballero, casándose. Aunque no fuese casado y
tuviese un hijo es honrado; aunque sea mesti- Sin duda el texto de Guamán Poma tie-
zo, si es judío se le pega la mancha en ellos. El ne mucho del discurso español dominante de
hombre tiene la culpa. Y si fue el hombre gente su tiempo. Es recurrente la alusión al judaísmo
baja o judío y la mujer fue de Ia casa de caballe- como parte del origen de una casta indeseable.
ros y de cristiano viejo, de todo se echa a per- Al margen del estatus social de algunos grupos
der, parientes y linajes y sus hijos; son de ruin de la comunidad judía -en ocasiones como
casta, peor que mestizo. Aunque sea negro o es-
mercaderes influyentes- su adscripción al
pañol o indio, tiene que le honre si es caballero
margen del cristianismo normativo les sitúa
de título desde sus antepasados y linajes" (Gua-
dentro de lo abominable. Indeseables eran
mán Poma de Ayala l99O:470).
también morosy negros, aunque estos últimos,
Lo que ha nacido impuro es deshonro- en estado puro podían gozar hasta de ser hon-
so ymerecedor de castigo. Aunque ha visto rados. Resulta relevante que la visión que ofre-
que este posicionamiento no es tan simple y es ce este cronista sobre el honor y el deshonor
no destaca la preeminencia de la virginidad de
discutido en caso de que el padre sea de linaje
las doncellas y tampoco hace mención al con-
reconocido. En esta dialógica contradictoria
trol sexual que ello supone. He visto que este
entre la posicion racial y de linaje, lo que nace
particular parece confirmar la tesis de Stolcke
mestizo ha de apartarse de lo que se guarda en
(1992b) sobre la relación entre el honor y la
su pureza y esto lo sitúa fuera del estatus de
honra a través de su estudio etnohistórico en
ciudadanía, que se expresa en este caso con el la Cuba colonial y de su contrastación con las
pago del tributo. teorías sobre el honor en el Mediterráneo.
"Que el cholo y sanbaigo23 [sic] pague el pe- Stolcke invierte la relación propuesta al res-
cho y el tributo y ha de acudir a todos los ser- pecto por Campbell (L964), Pitt-Rivers (1966)
vicios personales de este reino. Porque del todo y Lisón Tolosana (1966), según la cual el ho-
es indio fino, que no se ha de entender de la nor masculino exige la honra femenina. Esta
casta de principal de título, que el cholo ya no autora entiende que el orden social jerárquico
tiene cosa de español. Y en esto tiene la culpa y depende del valor que se otorgue a la honra fe-
pecado su padre, maldición de Dios, hijo en el menina, algo que a su vez tiene base en el ho-
mundo de mala fama, mestizo y cholo, mulato, nor masculino (Stolcke 1992b). En el discurso
zanbahigo [sic]" de Guamán Poma el honor viene dado por la
"Para ser bueno criatura de Dios, hijo de Adán pureza de sangre a través del matrimonio en-
y de su mujer Eva, criado de Dios, español pu- tre iguales. La transmisión del honor a la des-
ro, indio puro, negro puro". cendencia no procede de la legalización del
vínculo entre progenitores, sino de que los li-
"Estos y sus descendientes mestizos, mulatos o najes que se unan no sean dispares, Queda sa-
mestizas, mulatas, chola, zanbaiga, uno ni nin- ber si la responsabilidad que Guamán otorga a
44 / üalópLca,ltrstól,lrc

los varones sobre el honor implica indefecti- bilidad de casarlas con hombres de compara-
blemente su actuación como gendarmes en el ble linaje. Había también otras mujeres, en to-
control sexual de las mujeres de su linaje. do caso distintas. Guamán Poma no necesita-
Este cronista denuncia también el de- ba explicar que las "vírgenes monjas negras"
fecto de orden en cuanto a la categorización iban a servir a "Dios nuestro señor" pero tam-
social y el fraude que la conquista ha propicia- bién y de modo más directo a otras almas en
do en este sentido. Afirma que el título de don sus demandas más mundanas. Esto era una
/ doña, ha de ser otorgado por el rey a quienes obviedad porque era contenido irnplícito en la
van a ostentar su autoridad delegada en pago a categoría racial.
sus lealtades. En ningún caso estos títulos le
parecen crelbles cuando describen a quienes "Muy santa cosa y servicio de Dios nuestro se-
realizan las labores mrís bajas y éstas son las re-
ñor quese edifiquen monasterios de vírgenes
monjas de las indias y negras para que aumen-
lativas a oficios que usan fundamentalmente
te la fe de fesucristo en el mundo y tengan sus
de la actividad flsica. El oficio mecánico, así
abadesas y vicarios de este reino y pulicía Isic] "
llamado, es pues claramente degradante. (Guamán Poma de Ayala 1990: 450).
"Todos los hombres y mujeres y sacerdotes es
En los Comentarios Reales de Garcilaso
bueno que tengan título de Ilamarse don y do-
de la Vega, texto escrito a fines del s. XVI, el
ña y los dichos padres de llamarse licenciado o
bachiller, maestro, doctor. Que compren y se mestizaje no aparece como algo degenerador o
compongan con su Magestad para llamarse pernicioso. Garcilaso, habiendo pasado gran
don y doña y licenciado y sea muy examinado parte de su vida en la metrópoli, valora muy
con el colegial de su Majestad para llamarse positivamente la reconstrucción de su pasado
don y doña y cada uno tengan sus títulos, si es incaico que considera con dignidad parte de
hiio de caballero de su descendencia o linaie su origen. Esta valoración pasa por el orgullo
propietario legltimo que le viene de derecho...
sentido de ser llamado mestizo, en tanto que
Se llama don y doña los españoles y señoras
hijo de caballero español y de señora de linaje
pulperas y judías y de gente baja; sus padres
han usado de pulpería y mercachifle, sastre y incaico, hija de cacique o principal. Así, en-
zapatero, otros oficios mecánicos y muy bajos. tiende que es honra lo que le otorga su condi-
Y asímismo los dichos indios o indias con el ción de mestizo y en su texto no expresa que
don hacen grandes daños, asímismo las muje- tal virtud sea privativa de una u otra de las na-
res de los mestizos y mulatos se llaman doñas, ciones, asi las llama, celebrando su llegada al
que revuelve el mundo'l (Guamán Poma de nuevo mundo. Esta denominación introduce
Ayala 1990: 502)
un elemento retórico que no participa de la
Parte importante del buen gobierno ca- clasificación racial de modo evidente.
tólico que tanto estimaba Guamán Poma era el "Lo mejor de Io que nos ha pasado a las indias
confinamiento de las vírgenes monjas y asl lo se nos olvidaba, que son los españoles y los ne-
señala el cronista como muy santa cosa. No sa- gros que después acá han llevado para servirse
bemos si las jerarquías entre las vírgenes incai- de ellos, que tampoco había antes en aquella mi
cas serían comparables a las existentes entre las tierra. De estas dos naciones se han hecho allá
que iban a poblar los conventos en que se otras, mezclados [sic] de todas las maneras..."
guardaban doncellas españolas ante la imposi- (Inca Garcilaso 1996 2531.
Cuerpos nombrados por la esclaütud / 45

Ambos cronistas mestizos hablan en "Todos se hacían sus casas, y las mujeres eran
términos de una dicotomización sexual. Am- las que más sabían de todo; sin criarse en rega-

bos citan a mujeres como categoría separada, lo, sino con mucho cuidado sirviendo a sus
maridos" (Garcilaso 1996: 168).
en tanto que objetos relativos a los hombres.
Así, mujer es metonimia de términos como es- El discurso de Garcilaso parece también
posa o cón¡rge, hermana, hija, doncella, por imbuído por el sistema de valores predomi-
citar algunos. Guamán Poma insta en su cró- nante en el imperio español del s. XVII. Defi-
nica a que se considere el respeto a las mujeres ne a las mujeres por el oficio que realizan de
principales, de linaje incaico, a quienes presen- servir a sus maridos, a quienes pertenecen, o
ta como mujeres del Inca y servidoras del Sol. de servir a sus madres. Es interesante que las
Garcilaso, por su parte, reconoce Ia autoridad amas, pertenecen a lo que pode-mos calificar
de su madre como testigo y transmisora de la de institución maternal o mamacuna. Las mu-
tradición oral incaica. En este caso, la autori- jeres madres y amas tienen la autoridad sobre
dad es otorgada a las madres, que no a las mu- las mujeres mozas, conferida en tanto que
jeres. transmisoras de los valores del incario. Thl co-
mo aparecen, mujer y madre son categorías no
"Los jueces y visitadores tenían cuidado y dili-
naturales, sino aprendidas o de oficio. La insti-
gencia que todos Ios varones se ocupasen en
sus oficios, y de ninguna manera estuviesen
tución maternal resulta un elemento funda-
ociosos; que las mujeres cuidasen de aliñar sus
mental sobre el que se articula la buena políti-
casas, sus aposentos, sus vestidos y comida, de ca y el buen gobierno a debatir entre jerarquías
criar sus hijos; finalmente de hilar y tejer para de maridos, que no son mujeres ni son
su casa; que las mozas obedeciesen bien a sus madres.
madres, a sus amas; que siempre estuviesen La conquista habría también propiciado
ocupadas en los oficios caseros y mujeriles" desajustes indeseables según Garcilaso. Esto se
(Garcilaso 1996:163) hacla evidente con la aparición de figuras mar-
ginales que atentaban el orden de industriosi-
"Dentro en la casa [Casa de las mujeres del Sol]
dad y buen gobierno. El cronista afirma que
había mujeres de edad que vivían en la misma
no había conocido la mendicidad en su tierra,
profesión envejecidas en ella, que habían entra-
hasta la llegada de los españoles. Sólo una figu-
do en las mismas condiciones, y por ser ya vie-
jas y por el oficio que hacían, las llamaban ma- ravalia para mostrar el daño que podía pro-
macuna que interpretándolo superficialmente, ducir al sistema la subversión que una mujer
bastaría decir matrona; empero que darle toda anciana había hecho del oficio de madre. La
su significación, quiere decir mujer que tiene vieja Isabel era definitivamente abominable:
cuidado de hacer el oñcio de madre. .. Hacíales holgazana, viciosa y de conducta comparable a
bien el nombre, porque unas hacían oficio de la de las gitanas, categoría que ya ocupaba el
abadesas, otras de maestras de novicias para discurso racial español con anterioridad a la
enseñarlas, así en el culto divino de su idolatría, conquista del Perú.2a
como en las cosas que hacían de manos para su
ejercicio, como hilar, tejer,...les proveía abun- "La costumbre de no pedir limosna todavía se
dantísimamente de la hacienda del Sol porque guardaba en mis tiempos, que hasta el año de
eran mujeres suyas". (Garcilaso 1996: 168). mil y quinientos y sesenta que salí del Perú, por
Icursiva mía] todo lo que por él anduve no vi indio ni india
461Dialógca rustórica

que la pidiese; sola una vieja conocí en el Cuz- a tiempo que podamos tomar por madrinas y
co, que se decía Isabel, que la pedía; y más era comadres mujeres españolas, pues se han de
por andarse chocarreando de casa en casa co- venir a poblar con nosotros, Para que estas se-
mo las gitanas que no por necesidad que hu- ñoras pongan a nuestras mujeres en pulicía y
biese. Los indios e indias se Io reñían, y riñén- Ies enseñen cómo han de servir a sus maridos y
dola escupían en el suelo, que es señal de vitu- criar a sus hijos; así, señor Vicario, sobresea lo
perio y abominación; y por ende no pedía Ia uno y lo otro hasta que más cómodamente se
vieja a los indios sino a los españoles; (...) y pueda hacer" (Balboa 1945:43)
luego con sus chocarrerías, haciéndose truha-
na, pedía un poco de cuca [sic], que es la yerba De cómo esta negociación no se llevó a
preciada que Ios indios traen en la boca; y de efecto y de cómo por consiguiente, esos hom-
esta manera andaba en su vida holgazana y vi- bres tuvieron que esperar a ser maridos y a ser
ciosa" (Garcüaso 1996: 175). servidos, no pretendo hablar aquí, Me interesa
no obstante, rescatar de la crónica del vicario
Sobre esta política sexual, resulta muy español, el modo en que describe la variedad
elocuente lo que al respecto se trata en LaDes- de pueblos de diversas costumbres que habi-
cripción Compendiosa de la Provincia y Tierra tan la tierra de las Esmeraldas y como sus va-
de las Estneraldas, texto del vicario católico es- loraciones morales establecen las bases para la
pañol Cabello de Balboa25. En su descripción, jerarquización. La imagen creada en torno a
Balboa habla en boca de Alonso de Illescas, los pueblos bárbaros, los distintos grupos de
quien es definido como negro cimarrón con naturales, los grupos cimarrones de origen
quien la corona ha entablado negociaciones africano y los conquistadores, establecen cate-
para someter esa demarcación de la costa del gorlas que los objetivan en posiciones relativas
Pacífico bajo el dominio de Dios y el rey. Bal- ante los poderes dominantes, a saber, la Coro-
boa dice que lllescas pide expiar su culpa y na española y la Iglesia Católica. El texto de
busca el remedio de los sacramentos de la con- Balboa es una copia judicial fechada en 1583,
fesión, el bautismo y el matrimonio. El perdón transcrita por el argentino Roberto Levilier
le compensaría a Illescas con el cargo de Go- quien justificaba su importancia en tanto que
bernador de la provincia y además tendría co- "se fundó allí un señorío negro y se transfor-
mo beneficio conseguir relaciones convenien- mó así la composición racial de esta porción
tes de compadrazgo que propiciaran algo tan de la Costa Pacífica de Sudamérica" (Balboa
anhelado como era la domesticación de sus 1945: vx).
mujeres, para que de este modo aprendieran Balboa describe la existencia de varios
cómo servir a sus maridos, Estas son palabras grupos de naturales a quienes diferencia por
que Balboa dice transcribir de la propuesta de sus hábitos y costumbres, en cualquier caso,
su interlocutor: ajenos para el imaginario de los conquistado-
res. El cronista había sido nombrado mensaje-
"...señor, cuanto a lo tocante a Ia confesión,
cosa es tanto de mí deseada, cuánto no cesaría
ro de la Real Audiencia de Quito Para nego-
más una conciencia tan estragada como Ia mía, ciar, en calidad de Vicario, el sometimiento de
envejecida en pecados de más de veinte y cinco estos pueblos bárbaros. Obviando la diversi-
años.. . En lo de nuestros casamientos y bautis- dad, Balboa había previsto entablar negocia-
mos de nuestros hijos, ya lo habemos platicado ción con un único interlocutor en la zona y és-
entre nosotros, y somos de parecer de aguardar te iba a ser Alonso de lllescas. Según la des-
Cuerpos nombrados por la esclaütud / 47

cripción del vicario, Illescas era negro ladino, área de mayor concentración de población de
criado en Sevilla y educado en la fe católica26. origen africano en la zona. Es común encon-
Este ex-esclavo habría llegado a liderar al gru- trar en el imaginario colectivo que Ia concen-
po con quienes logró escapar de la servidum- tración de población Negra en esta parte de la
bre al encallar en la citada costa el barco que costa norte se debe a un desarrollo de palen-
los transportaba. Balboa se contradice en sus ques o comunidades de origen cimarrón. La
valoraciones hacia la personalidad de Illescas. percepción estereotípica racista asocia las zo-
En todo caso Ie concede el liderazgo casi abso- nas rurales de Esmeraldas con el salvagismo y
luto en el área, en base a su habilidad como Ias zonas urbanas con la criminalídad27.
guerrero. Lo califica de temerario y cruento en Volviendo al texto de Balboa, quiero
la lucha. Lo sitúa "cercano al diablo en su mal- destacar las categorías transversales que cru-
dad", pero también le otorga la virtud de la ca- zan las marcadas jerarquías raciales en el siste-
ridad para con los españoles que se han halla- ma esclavista. Balboa cita que en una de sus úl-
do perdidos en la zona. En todo caso, y aún timas conversaciones con lllescas. éste le ofre-
imaginándolo como "pernicioso monstruo", ce ayuda económica para que busque un par
su educación en la lengua y costumbres de los de esclavos que le asistan en su travesía de re-
españoles, así como en la fe católica y en el ser- greso a la sierra. Illescas, libre ya de ser esclavo,
vicio a la Corona le situaría como interlocutor se pondrla en situación de par con el vicario
propicio ante los conquistadores. Illescas no Ilegado de la Real Audiencia. Finalmente el re-
era entonces tan bárbaro, tan ajeno. Veo que el lato informa de que el vicario no hizo aprecio
lenguaje y los códigos internalizados cobran de este regalo por no necesitar de tales servi-
aquí la enorme importancia de ser el vínculo cios en aquel momento.
mediante el cual se establecen alianzas desde En este sentido, me interesa destacar
las posiciones aparentemente más dispares. El también que el texto de Balboa informa de que
liderazgo que Balboa le otorgaba a Illescas vie- al menos una de las hijas de lllescas, de nom-
ne a diluirse cuando, al no producirse el acuer- bre |usta, habría sido tomada por un Capitán
do último, el vicario especula con que los na- español para su servicio, casándola con un es-
turaleshabrian desengañado a Illescas sobre la clavo de su propiedad para tenerla como escla-
conveniencia de someterse al Gobierno de los va en la ciudad de Guayaquil. Puede constatar-
españoles. En el imaginario del Balboa, la re- se que el linaje, como hija del cimarrón que
sistencia de los naturales habría superado en fuera a ser nombrado gobernador de la pro-
representación al pretendido liderazgo del in- vincia de Esmeraldas, no le sirvió a esta mujer
terlocutor ladino. para librarse de la esclavitu d. La razay el géne-
El texto de Balboa lo he considerado ro prevalecieron aquí ante la fuerza del linaje
con atención en tanto que informa sobre las adquirido.
relaciones raciales que ya en el último tercio
"Tiene el Alonso de Illescas dos hijos, el mayor
del siglo XVI generaron tensiones en lo que
llamado Enrique y el otro Sebastián, y una hija
ahora conocemos como la costa norte de
llamada Justa, que Andrés Contero la pudo ha-
Ecuador, la provincia de Esmeraldas. En cierta
ber a las manos y la sacó a Guayaquil y la casó
manera se trata de un documento en que po- con un esclavo suyo, Ia otra llamada María,
der sustentar una genealogía plural de lo que ayuntada suciamente con el Gonzalo de Avila.
tradicionalmente se ha considerado como el Otros hijos los tiene cuyos nombres importa
4E / üalóglcatustónca

poco saberlos y no es mucho que tenga tantos ción de la tierra de las Esmeraldas estaba en
hijos el que tiene a su libre mandar catorce o vías de ser negociada.
quince mujeres, que los años de cada una no El retrato forma parte del catálogo del
exceden a la cantidad de todas." (Balboa 1945:
Museo de la Casa de América en Madrid. Esta
26)
obra pictórica fue firmada por Andrés Sán-
Muy por el contrario, los varones del li- chez Callque en 1599, pintor mestizo y discí-
naje de Illescas iban a tener otro destino. Del pulo del jesuíta Padre Bedón. Acerca de esta
hijo de Illescas llamado Sebastián, se sabe que obra se conserva referencia textual en el Archi-
colaboró posteriormente con los emisarios de vo General de Indias de Sevilla:
la Real Audiencia. Había sido nombrado Go-
"El oidor de Ia Audiencia de Quito, Juan del
bernador de Esmeraldas y habla participado
Barrio de Sepúlveda lograba a fines de 1597 el
enla pacificacióny poblamiento de algunos en-
sometimiento de "los negros establecidos entre
claves de importancia estratégica para el inte-
Lita y Esmeraldas", gracias a la acción misione-
rés colonial (Savoia 1988b). En la descripción ra del padre mercedario Diego de Torres. An-
que cita Rafael Savoia (1988b), como coetáneo drés Sánchez Callque fue enviado para que rea-
de Sebastián figuraba el mulato Francisco de I:nara el retrato de estos exóticos protagonistas
Arobe. Este último habría llegado a Quito en que sería enviado al rey como comprobante de
actitud negociadora como principal de Esme- la pacificación de esas tierras. El oidor describía
raldas con anterioridad a que lo hiciera el pro- así Ia apariencia de estos negros en carta al so-
pio Sebastián, hijo de Alonso de Illescas2s. berano español: Por parecerle Vuestra Mages-
Arobe, sería uno de los llamados "mulatos de tad gustaría ver aquellos bárbaros retratados,
Esmeraldas", en tanto que hombre principal que hasta ahora han sido invencibles y ser cosa
que comandaba la Bahía de San Mateo. muy extraordinaria (...)'. (AGI, 76-6-2)". (La
He visto que está documentado que hu- Enciclopedia del A¡te Ecuatoriano 1985)

bo al menos dos grupos autónomos de comu-


El vicario Balboa escribió también que
nidades de origen africano en los orígenes de
Illescas, a través de otra de sus hijas, resultó
la colonia española en Esmeraldas en el 1600.
emparentado con un español de origen cana-
Uno sería el grupo liderado por los descen-
rio que habría llegado como mozo de servicio.
dientes de Illescas y el otro sería el liderado por
Me interesa mostrar la valoración que Balboa
Francisco de Arobe. Este último debía ser des-
hace de este canario llamado Avila y de su pa-
cendiente de quien es citado por Balboa como
rentesco con Illescas. La condición racial es
el primer caudillo de la zona, "el negro Antón".
metonimia en este caso de la condición social,
Arobe fue quien en el año de 1600, acompaña-
do de dos de sus hijos se entrevistaría con el Avila resulta considerado "no blanco yerno"
del "negro suegro" por cuanto su extracción es
Oidor de la Real Audiencia en Quito. Entonces
sería nombrado Gobernador de la Provincia servil.
de Esmeraldas (Savoia 1988). De aquel episo- "Tras toda esta canalla, saltaron en tierra los
dio queda el testimonio del retrato pintado dos Regentes, el negro suegro y el no blanco
por el mestizo Andrés Siínchez de Callque y yerno y juntamente sus mujeres, aunque, por el
enviado a la Metrópoli para que el monarca bien parecer, no traían más, de cada uno,
español tuviera constancia de que la pacifica- una..." (Balboa 1945: 42\
Cuerpos nombrados por la esclavitud / 49

Balboa advierte Ia poliginia de estos señalan distintas categorías atendiendo a Ia ra-


hombres en varios pasajes del relato y en todo za, el género y la posición social. En el Archivo
caso lo hace con una gran carga moralizante. Nacional de Historia del Ecuador, entre los si-
Illescas se habría emparentado en esta forma glos XVII y XIX, aparecen nombradas perso-
con algunos linajes de las comunidades aborl- nas e instituciones que se ubican a determina-
genes de Ia zona, como el mismo Balboa pone dos niveles en relación al sistema esclavista. De
de manifiesto. Puede constatarse que este una parte, están personas y colectivos que
a¡rntamiento entre poderes resistentes a la co- compran o venden, y de otra, personas y colec-
rona era poco conveniente, no en vano la poli- tivos que son comprados y vendidos por su va-
ginia resultaba por ello algo verdaderamente lor de uso en la producción de bienes y ser-
condenable. vicios.
Como se puede apreciar, los criterios fe- En los autos figuran como dominantes
notípicos no han sido nunca definitivos en la quienes pueden comprar y vender, que son
taxonomización racial y social. La condición miembros de la nobleza y la incipiente bur-
servil no siempre se ha visto aliviada por un guesía, miembros de la jerarquía militar, ecle-
fenotipo no africano y a su vez, una condición siástica y administrativa. También aparecen
de Iiderazgo ha podido verse degradada por como tratantes personas sin título alguno y en
criterios fenotípicos. En Ios textos que se han algunos casos con estatus de pobre de solem-
analizado las mujeres han sido definidas como nidad29. Entre tratantes de origen español no
relativas a los hombres. No han aparecido aún aparece referencia racial distintiva, sino de po-
como agentes protagonistas y no se ha visto sición social relativa al oficio desempeñado o a
que su condición racial haya podido ser sub- su jerarquía dentro del grupo. Aparece sin em-
vertida por su condición social adquirida. He bargo una alusión racial implícita al citar a los
visto que las mujeres de origen africano no caciques como tratantes, en tanto que natura-
aparecen sino en condición subalterna como les de noble linaje30. Los escribanos españoles
esclavas o como mujeres del linaje de los liber- llamaban caciques a las autoridades indígenas,
tos o cimarrones, El resto de las mujeres apa- que son referidos en quechua como curacas'
recen como mujeres de los más variados lina- principales o nobles de tradición incaica. Apa-
jes y castas a los que sus padres y maridos han recen también distintos personajes eclesiásti-
sido adscritos. En este sentido, los registros es- cos de las órdenes vigentes, como son: cura,
critos sobre el matrimonio interracial y las va- maestro cura, vicario provincial, presbítero,
loraciones que los diferentes discursos hacen obispo, canónigo, religioso, religiosa, abadesa
de ellos son importantes de ser considerados. y priora. Personajes militares, administrativos
Esto será tratado más adelante en base a la in- y juristas, como: capitán, general, alguacil, co-
formación de Ios protocolos notariales desde misario, regidor, juez, procurador y cacique. A
el siglo XVII al XIX. la mayoría de estas personas les caracteriza el
título dado de Don o Doña, otorgado inicial-
Cuerpos nombrados por la esclavitud mente por el Dios católico a través del empe-
rador, según los cronistas. Aparecen también
Atendiendo a la información recogida personajes al cargo de industrias y haciendas
sobre la esclavitud en los archivos históricos, como presidente hacendero, minero y mayor-
los documentos que expresan autos judiciales domo. Personajes con oficio o negocio como
5O / Dialúgca Históric¿

oficial carpintero, herrero, bodeguero y mer- negros fueron esclavos" (Guillot 1961: l7).
cader. Estos últimos pueden aparecer nombra- Considero importante señalar entonces
dos junto a su categoría racialy en ningún ca- que, desde los inicios de la conquista, tener as-
so con otro título que preceda su nombre y cendencia africana no era sinónimo de estar
apellido. en condición de esclavitud. Según los datos de
Figuran como subalternos quienes son este mismo autor se puede inferir que hubo
objeto de compra-venta o bien están nego- clases y castas que diferenciaban unos esclavos
ciando el pago de su libertad. Estas personas de otros. Los llamados "esclavos ladinos", o la-
son descritas básicamente como esclavos o es- tiníes fueron quienes primero llegaron acom-
clavas y caracterizadas por raza, género, origen pañando a quienes ya los tenían en propiedad
y fenotipo. Así aparecen términos como escla- en ciudades del sur de la Península lbérica. He
vo/ q mulato/ a, negro congo, pardo/ a, sambo/ citado a los esclavos ladinos porque Guillot no
a, negra criolla, negro libre, negra color etíope, hace referencia a las mujeres salvo en ocasio-
por citar algunos. Se definen siempre como es- nes muy peculiares. La legislación amparaba
clavos o esclavas y en ocasiones como personas en un principio la llegada de ladinos en tanto
miserables. Ningún título precede a su nom- que se suponía, tenían ya un adiestramiento
bre de pila que puede ir acompañado de un previo y sobre todo conocían el idioma y la
apellido, el cual, en caso de concordar con el doctrina católica. Según el estudio de Guillot,
de quien tiene su propiedad denota que han hay bastante documentación sobre el rol que
servido desde su nacimiento a tal amo o ama. ciertos Negros ladinos desempeñaron como
Con esta descripción previa de persona- reconocidos militares en la conquista y de có-
jes que se han encontrado en los textos, he mo este aspecto pudo resultar suñcientemente
querido hacer visible nuevamente que las cate- subversivo para que la Corona española temie-
gorías raciales han podido ser subvertidas por ra su insubordinación.
la posición adquirida, con lo que la política ra- El trabajo de Guillot, como algunos
cial del orden colonial sobre la realidad del otros estudios que tratan la esclavitud durante
mestizaje resulta sumamente compleja en la la dominación española de América, tiene to-
taxonomización social. En este sentido, y de das las limitaciones de los estudios androcén-
acuerdo con Stolcke (1992b), el matrimonio tricos. No es simple la tarea de encontrar do-
restrictivo ha sido pieza clave en la reproduc- cumentación para establecer el modo en que
ción de la sociedad de clases y castas. Ias mujeres estarían subvirtiend,o sus roles
Desde los inicios de la empresa españo- asignados. Hasta donde he podido averiguar,
la en la conquista de América, la servidumbre las mujeres no pudieron ganar su libertad co-
estaba integrada por hombres y mujeres de mo los hombres que participaron en las mili-
distintas procedencias y no siempre en estado cias, tampoco están citadas entre los líderes
de esclavitud. En los textos de los cronistas que eran considerados "peligrosos revolvedo-
aparecen referencias en este sentido. En cuan- res" por incitar a "los pacíficos bozales". Según
to a los distintos orlgenes y fenotipos de la ser- parece la legislación trató de evitar enseguida
vidumbre que llegó a las Indias antes y duran- la llegada de latiníes, para favorecer la de boza-
te Ia trata esclavista, el historiador argentino les3l. Con ánimo de impedir que los ladinos se
Federico Guillot, hace la afirmación de que "ni constituyeran en líderes, se pensó que las pie-
todos Ios esclavos fueron negros, ni todos los zas que no conoclan la lengua ni la cultura,
Cuerpos nombrados por la esclavitud / 5 I

siendo "ignorantes" serían menos problemáti- matrimonio. Avanzando hasta el discurso ilus-
cas. Entonces surgió el riesgo de "los negros is- trado de Ia Reforma Borbónica vemos que la
lamizados". La Junta de Teólogos contra los Real Cédula de 1789, llamada de la Instruc-
Asientos de Negros para las Indias en 1552, ha- ción, vuelve a recordar este propósito del ma-
cia la siguiente advertencia: "Podrían pasar es- trimonio restrictivo. Según Manuel Lucena
clavos de Sicilia (...) negros, de los cuales son (1994),en su estudio sobre la Reforma Borbó-
malos y de casta de moros y muy soberbios, y nica al respecto de la esclavitud en la Real Au-
serían parte para revolver las Indias y alzarse diencia de Quito, el Art. 16 de ésta ley rezaba
con ellas" (citado en Guillot 196l: 22). Más que debían fomentarse los matrimonios entre
tarde se tralaría de regular Ia entrada de los esclavos y esclavas, así como que no debía im-
que entre estos últimos eran llamados "jelo- pedirse que contrajesen matrimonio esclavos y
fes", a quienes se les consideraba también ame- esclavas de distintos "patrones". En tal caso, la
nazantes. Guillot explica que jelofe era sinóni- mujer debía seguir al marido y para ello debe-
mo de parlanchín y que los hombres así llama- ría ser comprada por el dueño del marido.
dos, eran en exceso habladores. Es importante El estudio de Stolcke (1992) sobre las
considerar cómo el dominio del lenguaje y el prohibiciones al matrimonio interracial en la
ejercicio del discurso es temido por los pode- Cuba del siglo XIX, trata las consecuencias de
res dominantes, en tanto que suPone Ia vía de la aplicación de la Pragmática Sanción, pro-
articulación política para la insumisión. mulgada en 1776 por la corona española para
impedir los matrimonios entre no iguales
Política sexual y matrimonio restrictivo (Stolcke 1992: 37). En 1778 esta regulación
contraria al matrimonio interracial se harla
Al respecto del orden matrimonial, pre- efectiva en las colonias de ultramar. Entre la
servador de la pureza de sangre, está docu- documentación consultada sobre la Real Au-
mentado que ya en 1570 se regulaba sobre la diencia de Quito, no he encontrado alusión
"Prohibición de que los esclavos casados llega- explícita a esta Orden Real, aunque como se
ran a las Indias si no era acompañados de su verá más adelante, en uno de los protocolos de
mujer" (Lucena 1994: lll). He encontrado principios del siglo XIX, una madre disiente
también referencia a dos Cédulas Reales de sobre casamiento de su hija española con un
1538 y l54l, "disponiendo que se procurase mulato, argumentando que no sería entre
que los negros se casaran con negras y [que] iguales.
los esclavos no fuesen libres por haberse casa- Durante el gobierno de la República, la
do" (Tobar 1959:7). Asamblea de 1843 -que el historiador ecuato-
La regulación matrimonial sobre escla- riano Julio Tobar (1959) califica de tradiciona-
vos y esclavas estuvo entonces prevista desde el lista y propugnadora de los derechos de auto-
inicio de la trata esclavista en América. Las res- ridad- prohibe la introducción de esclavos
tricciones podían no ser explícitas, esto es, al aunque paradógicamente la permite, previa Ii-
parecer no se había regulado la prohibición del cencia gubernamental para emPresas agrícolas
matrimonio interracial en la práctica. Sin em- y mineras. La nueva ley determina que la des-
bargo, se instaba a procurar que Negros se ca- cendencia de mujeres esclavas nacerá libre, si
saran con Negras y que en ningún caso un es- bien estos hijos e hijas estarán obligados a per-
clavo o esclava lograra la libertad a través del manecer en poder de los amos de la madre
52 /üalú$caErstónca

hasta la edad de 25 años. Según esto, el propie- vándola de su servicio (...) Que declarase Pe-
tario no podla Iegalmente enajenar separada- dro de Silva qué cantidad ofrecía por Ia libertad
mente a la madre de su descendencia y tampo- de la dicha mujer. A que éste respondió que da-
rá 400 pesos y que dije era precio bajo por esta
co era permitido vender por separado a dos
la mía esclava, de las habilidades y ( . . .) de edad
cón¡rges.
de 32 años..." (ANHE, serie esclavos, Caja n. l,
Se puede inferir de las regulaciones ha-
Expediente n. 8, 1690)
bidas, que el matrimonio interracial no era na-
da conveniente para la política colonial y tam- Thmbién al respecto del orden matri-
poco para la polltica de la joven República. En monial, me interesa recordar el desprecio con
tanto que la esclavitud se basaba en el Derecho que Balboa veía el orden poligínico en que
Romano, por el cual la condición servil era Illescas desenvolvía su liderazgo en la provin-
transmitida por la madre, las mujeres resulta- cia de las Esmeraldas. Recordemos que según
ban necesarias principalmente como úteros en el mismo cronista, Illescas había mostrado
que la esclavitud se hiciera perpetua. gran interés en que señoras españolas llegaran
Como ya se ha visto, no hubo una úni- a poblar las Esmeraldas para que enseñaran a
ca categorla racial construida en torno a las sus mujeres "el buen servir" a sus maridos, con
piezas de ascendencia africana con que los po- objeto de poner el orden, y cito literalmente:
deres dominantes comerciaban. La taxonomi- "en pulicía". Esta política del matrimonio mo-
zación era variada, obedeciendo a criterios co- nógamo no entró entonces a ser normativa en
mo la procedencia geográfica, el idioma y la la práctica de aquella zona y por distintas cir-
adscripción político-religiosa. He visto que los cunstancias, su retraso fue notable si lo com-
criterios para la categorización sexual obede- paramos con su temprana vigencia en el con-
cen al dimorfismo, algo preciso para el contra- texto de los valles interandinos. Como vere-
to conyugal de hecho o de derecho. Según el mos en el capítulo siguiente, el orden familiar
discurso, entre Ia servidumbre de origen afri- presenta patrones diferenciales según el desa-
cano que llegó al Nuevo Mundo hubo mujeres rrollo del proceso histórico en los contextos
de esclavos, mujeres de sus amos o amas y económicos de costa y sierra.
también mujeres amazonas o guerreras32. Pa- Si bien parece que en Esmeraldas el ma-
ra algunas mujeres esclavas en la Real Audien- trimonio restrictivo no se impuso de inmedia-
cia de Quito, la propiedad sobre sí mismas se to entre las comunidades libertas y aborígenes,
debatía entre la persona de su amo y la de su en el sistema de las minas de la cercana Barba-
legitimo marido, a menudo también esclavo. coas, la política del contrato monógamo racis-
Un hombre de bajo oficio podía comprar la li- ta se había previsto y puesto en práctica como
bertad de su mujer, como se indica en este do- requisito al sistema de explotación. Desde fi-
cumento de fines del siglo XVII. nes del siglo XVI, ciertos informantes de las
gobernaciones habían propuesto a la corona
"Pleito de Pedro de Silba, oficial carpintero,
española la conveniencia de enviar mano de
marido y junta persona de P. del Castillo, escla-
va de mi parte"(...) Pedro de Silba: "petición obra esclava para las minas de Barbacoas, ac-
diciendo que quería libertar a su mujer, esclava tual sur de Colombia, debido a lo ineficiente
de mí. Habiendo procedido que sin otro deci- que estaría resultando el empleo de aboríge-
miento alguno (...) Ia despojaron a dicha mi nes. Según la transcripción de Pilar Ponce
parte... depositándola y teniéndola oculta pri- ( 1992) sobre las Relaciones Histórico-Geográ-
Cuerpos nombrados por la esclaütud / 53

ficas de la Real Audiencia de Quito a este res- sí, pero cuando los casados sean de dos dueños,
pecto, la propuesta para Barbacoas y Popayán su modo y regla se hará en general de hasta
era "poblarle con negros casados en colonias". cuánto ha de servir al marido la mujer y cómo
El informante de la corona española, que fir- se ha de partir el pueblo. (...) Las penas a Ios
negros serán azotes y desorejarlos y a los tres
ma como Francisco de Anuncibay en 1592,
veces fugitivos desgarronarles y prisiones, hie-
responde a los cuestionarios de la corona y
rros y argollas y campanilla y no destierro ni
propone la introducción de "hasta 2.000 ne- galeras y si el delito fuere atroz, muerte. (...)
gros, 1.200 los varones y 800 las hembras" pa- No se les ha de permitir casar con indias, de
ra la explotación minera de la zona. Establece ninguna manera" (Ponce 1992, Tomo I: 521)
una serie de condiciones que ordenarían las
explotaciones, por las cuales: se habría de pro- Lo más probable es que estas regulacio-
curar que "sean los más casados con negras" y nes que aparecen en el discurso no se hicieran
que de ningún modo se les permita casar con enteramente aplicables en la práctica. De to-
indias. Aconseja que se les otorgue cierto do- dos modos, parece que la explotación de las
minio como alivio a su condición servil, que minas de Barbacoas se hizo a cargo de esclavos
tengan "posesión o cuasi de sí y de su mujer y y esclavas unidos en matrimonio, aunque de
de su casilla y rozay hijuelos". Basándose en la ello no he encontrado constancia documental
Utopía de Moro y porque "en la comunicación hasta finales del siglo XVIII. Así aparece en los
se da el peligro'l Anuncibay proponla Ia ido- documentos del ANHE, uno de Ios cuales está
neidad de la endogamia entre esclavos y escla- comentado en el estudio de Bernard Lavallé
vas, (1994) sobre la esclavitud en la Real Audiencia
de Quito. Este autor cita un auto al respecto de
"Discurso sobre Ios negros que se pretenden la demanda realizada por dos hombres escla-
Ilevar a la gobernación de Popayán. Madrid vos en 1799, en tanto que maridos, sobre el
1592. (...) que son necesarios hasta 2.000 ne-
abuso sexual sufrido por sus mujeres en las
gros, Ios 1.200 varones y las 800 hembras, ma-
minas. Según he podido coteja¡ el citado do-
yores de 17 años aunque algunos sean mayores
de 40, porque para esta población importa que
cumento correspondería con un auto fechado
algunos haya de edad que los otros respeten. en 1801. Otro protocolo del ANHE, al respec-
(. . . ) No hay otro remedio para sacar un tesoro to del orden con¡rgal, informa de la demanda
tan grande como hay en aquel sitio sino procu- de un esclavo Negro en 1816 que objeta ir a las
rar de poblarle con negros casados en colonias milicias porque su esposa esta "por parir"33.
que aunque sean esclavos (...) Condiciones: Según los protocolos analizados, he po-
dido inferir que la esclavitud de hombres y
Hasen de procurar que sean los más casados
mujeres al interior de las casas de los "patro-
con negras, porque el matrimonio es el que
nes" en las ciudades parece que ha estado tam-
amansa y sosiega a los negros. (...) porque lo
malo que ha Ia condición servil, perfecciona y
bién sujeta al régimen del matrimonio restric-
purga la posesión o cuasi de sí y de su mujer y tivo. La endogamia entre los esclavos de la ca-
de su casilla y roza e hijuelos y la aptitud de los sa de servicio era algo que podla propiciarse,
oficios dichos. (. . . ) Cada pueblo o ranchería se estableciendo un protectorado de la familia
casará entre sí (...) porque de la comunicación nuclear al interior de la casa de los propieta-
hay peligro y confusión de los casamientos y rios. Más común debía ser el caso de matrimo-
será mejor que se casasen cada cuadrilla entre nios entre esclavos y esclavas cuyos amos o
54 / Dialógica Histórica

amas residían en cercanía. Así aparece en un Pienso que el hecho de que no exista
caso fechado en 1792. Se trata de un recurso constancia con anterioridad a 1748 sobre la
que hace un propietario canónigo contra la oposición de esclavos y esclavas al extraña-
denuncia que había hecho una esclava suya miento de su espacio habitual de relaciones,
por maltrato. El propietario renegaba de la es- no indica que no conocieran "entorno fami-
clava por ser de condu cta holgazana. viciosa y liar" entonces, sino que la vindicación sobre
escandalosa, Argumentaba que la anterior ama ello comenzó a formar parte de la retórica de
de la esclava había obligado que se casara con los Procuradores de Menores a mediados del
un esclavo suyo, al que tenía por buenoy pací- siglo XVIIL ETan estos letrados, también lla-
fico. Declaraba que por no faltar a la ley del mados Procuradores de Pobres, quienes ejer-
matrimonio había accedido a conservar a la cían la representación de estos hornbres y mu-
esclava, a pesar de lo gravosa que le resul- jeres ante el sistema judicial.
taba3a. Los lazos consangulneos se ponían de
Lavallé (1994), basándose en los proto- manifiesto en ocasiones, como en el auto de
colos notariales del ANHE de fines del siglo 1780 en que luan Mecía, pardo libre, declara
XVIII y principios del XIX, ve que esclavos y que desea comprar la libertad de Petrona Me-
esclavas valoran y vindican su "entorno fami- cía, "su hermana uterina", para redimirla de la
liar", algo que se pone de manifiesto cuando esclavitud "llevado del amor fratennal". Según
demandan que no se les separe de sus parien- he podido averigua¡ un auto con fecha de
tes cercanos, Para ello, estos hombres y muje- nueve años antes, sitúa a Petrona Mecías como
res se amparaban en el derecho a cambiar de menor de edad, por quien declara su madre,
amo o ama. Un derecho que según Lavallé, es- fosefa Mecías, a la muerte de su ama y en pre-
taba ya contemplado en las Siete Partidas de visión de que fueran enajenadas juntas, tras el
Alfonso X el Sabio. Sin embargo, no he encon- reparto de los bienes heredables: "Josefa Me-
trado demandas al respecto de este derecho clas por mi propio derecho y el de Petrona Me-
con anterioridad a 1748. Con tal fecha, un es- cías, mi hija, por quien presto voz (...) de nue-

clavo comparece en Quito contra su amo, co- ve años, en acta pública por bienes de [su ama]
mo marido de una mujer esclava de otra pro- Dña. Luisa Mecías"35. Nueve años más tarde
pietaria. El esclavo "de color pardo" demanda su hermano ]uan, ya emancipado, podría pre-

a su propio amo que no le lleve a otro lugar, sentarse para el pago de sus derechos de li-
puesto que "quiere no alejarse de su mujer". bertad.
Lavallé encontró también alusión al "amor "fuan Mecía, pardo libre de esta ciudad lQuito]
maternal" un auto de 1798 en que declara una con el mayor rendimiento parezco ante VS. Y
esclava para no ser separada de su hijo, proto- digo: que yo tengo una hermana uterina nom-
colo que no he podido contrastar. brada Petrona Mecía al presente sujeta a escla-
vitud en el Señorío de Doña Rosa Matheu viu-
"Quito. Santiago Pelaes de color pardo esclavo da del Capitán Don foseph Ascasubi. Y respec-
de D. A.lejandro Gonzales (...) y conjunta per- to de hallarme yo con la plata necesaria para re-
sona de Antonia Flores, asímismo de color par- dimirla de esta esclavitud, llevado del amor fra-
do, esclava de Dña. Ignacia Flores (. . . ) Compa- ternal expongo a VS que me hallo pronto de
rece en juicio contra su amo. [Quiere no alejar- entregar en el día a dicha su Ama toda la plata
se de su mujerl" (ANHE: 1748, c4 eB) de su redención, según y como constare su pre-
Cuerpos nombrados por la esclavind / 55

cio y valor de la escritura que se celebrarla a fa- segunda mitad del siglo XX se realizan las rei-
vor de dicha su Ama (...) y Ia deje libre de su vindicaciones parentales por parte de hombres
esclavitud." (ANHE, 1780: c9 e8) y mujeres esclavas al respecto de sus hijos e hi-
jas. Se alude al "amor maternal", "amor frater-
Los lazos familiares entre esclavos y es-
nal", y a la indisolubilidad de los sagrados vín-
clavas se cultivaban, aunque ello no siempre
culos del matrimonio.
fuera reivindicable y aunque tampoco ello es-
La esclavitud en la Real Audiencia de
tuviera relacionado con un patrón de corresi-
Quito afectó de manera diferente a hombres y
dencia. Los hijos e hijas resultantes de matri-
a mujeres, Sus demandas' a través de la figura
monios legítimos entre hombres y mujeres en
del defensor de menores, evidencian que su si-
esclavitud podían ser objeto de venta desde
tuación debía ser sensiblemente distinta. Me
edades tempranas. Según los protocolos que
interesa ofrecer la visión de estos hombres y
consulté en el ANHE, entre 1748 y 1825 se re-
mujeres, en tanto que agentes demandantes de
gistran al menos 14 casos en que la familia
derechos nuevos que van transformando la
monógama aparece como elemento estructu-
realidad histórica. Así puede constatarse en los
rante entre Ia población esclava. La mayoría de
documentos notariales que figuran en los ar-
los casos tratan demandas realizadas por el
chivos consultados, tanto el ANHE como el
marido -esclavo o pardo libre- sobre la liber-
AHG. Si bien estas consultas no son exhausti-
tad de ambos cónyuges y a veces, demandando
vas, puesto que sólo una reducida parte de la
también la libertad de hijos e hijas36.
documentación relativa al sistema esclavista se
encuentra en estos archivos, pueden darnos
Retórica ilustrada "menores" demandando
una idea acerca de cuáles eran las posiciones
nuevos derechos
de hombres y mujeres, así como sus demandas
A medida que avanza el siglo XVIII, los ante el sistema.
protocolos redactados por los Procuradores de En primer lugar, me interesa destacar la
Menores en representación de esclavos y escla- incidencia del causal de redibitoria por cuanto
vas, muestran un cambio importante en la fi- resulta un tipo de demanda recurrente y Por-
guración del discurso. A mediados del siglo que he visto que afectaba significativamente a
XX aparecen en las declaraciones alusiones a la las mujeres esclavas. Por este nombre se cono-
igualdad y al derecho natural, aunque también cen los casos que tratan sobre la devolución de
se menciona recurrentemente la caridad cris- una pieza comprada' o de reclamación sobre
tiana, la religión y la humanidad, así como el su compra alegando que se ha producido al-
poder de las Leyes sacramentales, en especial, gún defecto o fraude ante lo acordado en la
del vínculo matrimonial. He visto que se aPre- trata. Un total de trece casos de este tipo, regis-
cia la introducción de un discurso secular, que trados en el AHG entre 1738 y 1820 se referían
se amalgama con la retórica católica. No obs- a mujeres esclavas, ninguno de ellos tenía un
tante, la propia naturaleza de las demandas varón por objeto37.
que se registran, indica el signo de los nuevos Otro tipo de causal en que esclavos y es-
tiempos. Estos hombres y mujeres en esclavi- clavas eran.también parte demandante eran
tud estaban reivindicando derechos nunca an- los autos en que solicitaba tasación para la ne-
tes contemplados debido a su miserable casta y gociación de su libertad. De las ocho peticio-
su infelíz condición. Como ya se ha visto, en la nes de libertad archivadas en el AHG, con fe-
56 / Didógic¿ Histórica

cha entre 1690 y 1832, siete fueron realizadas conjuntamente, para vivir según las leyes del
por mujeres y sólo una, la primera, fue peti- Matrimonio. Ambos detallan haber sido mal-
ción de un hombre en 1690. El registro que si- tratados por el matrimonio de sus propieta-
gue a éste de 1690 es el primero en que figura rios. En la declaración de Bernarda se argu-
una mujer solicitando la libertad en 1738. Dos menta sobre-explotación de su persona, por
de estas demandas realizadas por mujeres, tie- haber sido obligada a trabajar en varios tipos
nen por objeto la demanda de libertad de sus de tareas incompatibles. Declara Bernarda que
hijos o hija$8. los esclavos no son criminales, ni son bestias,
Según la relación de los casos de com- sino prójimos de sus amos. He citado aquí lo
pra-venta y litigios entre propietarios, así co- que considero más destacable del relato:
mo de Ios casos que afectan a hombres, a mu-
jeres y a colectivos o lotes, no se puede inferir "fuan Hernández, mulato esclavo de Don luan
Ruíz |imenez, vecino de la Villa de Ibarra, pre-
que hubiera más mujeres que hombres en la
sentado en esta Real Carcel de Corte, en virtud
trata esclavista. Sin embargo, los causales afec-
del notorio caso de Corte que me compete co-
taban de muy distinta manera a unos y otras. mo a miserable persona, en la vía y forma que
En los documentos del ANHE, entre 1730 y más haya luga¡ en Derecho parczco ante VS y
1845 hubo dieciséis casos de redivitoria sobre digo: (. . . ) El motivo que yo tengo para buscar
mujeres esclavas, frente a cinco casos sobre va- nuevo amo, no puede ser más justo, pues se re-
rones. Se registraron 48 casos en que mujeres duce a libertarme de la intolerable crueldad
hacían demandas explícitas sobre su situación con que me maltrata dicho Don fuan, de cuyo
de enajenamiento, es decir, pedían un cambio genio notoriamente duro y terco, no se hará di-
en su situación, solicitando "cambio de amo". ficil de creer, si afirmaré, como desde luego
afi¡mo, que no me ha mirado como a Prójimo
En 28 casos lo hicieron los hombres. La mayo-
suyo, ni con la compasión natural, propia entre
ría de las peticiones de las mujeres "ajustándo-
los individuos de una misma especie, sino que
se a derecho" son peticiones de libertad frente
como a Bestia, o criatura insensible, ha tenido
a sus amos o amas. A partir de 1777 aparecen por costumbre lastimar mis carnes horrenda-
diez casos en que mujeres piden tasación sobre mente, con palos, azotes y golpes espantosos,
su valor en orden a cambiar de amo o ama. hiriendo se puede decir, las heridas mismas,
Habitualmente era maltrato o abuso lo que por ser tan ordinario, y repetido el castigo; las
alegaban en su defensa. más veces sin causa, o por motivos tan leves,
Al respecto de las demandas de "cambio que pudieran y debieran disimularse con cari-
de amo", alegando maltrato, me interesa reco- dad y prudencia. Esta sevicia intolerable, junto
ger la retórica de las declaraciones de Juan con la desnudez que he padecido; según todos
Ios Derechos me conceden acción para solicitar
Hernández y Bernarda Oñate, marido y mujer,
mi alivio con nuevo dueño. (. . . ) Fuera de esto,
en un auto de 1782. Iuan declaraba desde la
hago presente a VS que en poder de el dicho
Real Cárcel de Corte, lugar en que se asilaban
Don fuan, no he adquirido habilidad alguna
los esclavos que pedían tasación sobre su valor que me constituya en precio más estimable: an-
para ser enajenados a nuevo amo. Bernarda se tes bien, puedo asegurar, que estoy de peor
reuniría con su marido días más tarde y esta- condición, por el estrago que necesariamente
ría recogida en la prisión de mujeres de Santa habrían causado en mi naturaleza, los frecuen-
Marta. Iban a solicitar ser tasados y vendidos tes y regulares castigos con que he sido martiri-
Cuerpos nombrados por la esclavitud / 57

zado. En cuya conformidad, siendo incontesta- cuanto el verme desnuda a los ojos de dichos
ble el Derecho natural que tengo para solicitar hombres, siendo mujer casada, y no habiendo
amo que me mire con Caridad Cristiana..." dado motivo alguno para tan extraordinario ri-
gor (...).Pero como a este mismo tiemPo tuve
"Bernarda de Oñate, mulata esclava de Don noticia de que mi marido, Juan Hernández, es-
fuan Ruíz Iiménez, presentada en el recogi- clavo también de dicho Don Juan Ruiz se halla-
miento de Santa Marta de la Cárcel Real de ba presentado en esta Cárcel de Corte para ser
Corte de esta ciudad, (. . . ) parezco ante VA y di- vendido a nuevo Amo, determiné seguirle y so-
go: que hacía el tiempo de siete años que dicho licitar que este mismo nos comprase a uno y
Don Juan me compró del poder de Doña Rosa otro, para que viviésemos juntos, según las Le-
Suárez de Figueroa, vecina también de dicha yes del Matrimonio." (ANHE:1782,c9 el7)
Villa en la cantidad de doscientos y sesenta pe-
sos. Y habiéndome cogido sana y buena, en la Si la proporción entre hombres y muje-
servidumbre cruel y rigurosa de dicho Don res en la trata esclavista era equilibrada, consi-
fuan he quedado lisiada de medio cuerpo en dero que el hecho de que las mujeres fueran
que me pasó la hora por causa de haberme objeto y sujeto de la mayor parte de las de-
obligado a servicios cuasi incompatibles como
mandas es altamente significativo, Pienso que
son la cocina, el horno, y el río para lavar la ro-
este dato informa sobre una respuesta especí-
pa, en cuyos ejercicios he servido yo sola; re-
fica de Ias mujeres ante las condiciones opresi-
quiriendo separadamente cada uno una criada.
Sin embargo, de todo esto no he podido suavi-
vas. Las mujeres demandantes informan de su
zar el genio cruel y tirano de dicho Don |uan, y papel como agentes, por sus propios derechos
de su esposa Doña María liménez, Ios cuales y por los de los menores a su cargo. Estas mu-
han hecho particular estudio de martirizar a jeres aparecen respondiendo de modo activo y
sus esclavos tratándolos sin compasión alguna, también en desacato, tratando de subvertir su
más como Bestias, que como a prójimos suyos. situación.
Bien notoria es en esta ciudad Ia crueldad con Los hombres esclavos por su parte, eran
que siendo Administrador de las Temporalida- susceptibles de acceder a la libertad entrando
des, trataba a los Infelices que destinaba la fus-
en milicias, como consta en un caso registrado
ticia al Obraje de Yaruquí, pero al fin estos eran
en 1790 y en otro de 181639. De ello también
delincuentes que iban a pagar sus delitos cons-
tituyéndose siervos de la pena. Los esclavos de
informan documentos citados por Alfonso
ninguna suerte entramos en esta clase: somos Anda (1993) sobre la esclavitud en la provin-
prójimos de nuestros amos por consiguiente cia de Loja, actual sur de Ecuador. A este res-
acreedores al buen trato que inspira la Caridad pecto de los esclavos en Ias milicias, Tobar
Cristiana, especialmente si no damos motivo (1959) afirma que la introducción de esclavos
de enojo; y antes bien les servimos con la pun- al ejército republicano fue un gran impulso
tualidad correspondiente. No haré por ahora para el movimiento emancipador. Este autor
particular mención de todos los malos tratos y afirma que los esclavos vinieron a fortalecer la
persecuciones que he padecido en los dichos clientela política del militarismo dominante.
siete años y sólamente expondré a VA que aho-
El mismo general Urvina que firmó la Ley de
ra, díez o doce días en ausencia de dicho Don
Manumisión de Esclavos en 1852, promulgó
Juan, me hizo da¡ su esposa, Ia dicha Doña Ma-
dos años más tarde un decreto por el cual se
ría, hasta cerca de cien azotes tendida en una
escalera por mano de dos hombres, en cuyo
daba preferencia en los pagos de esclavos ma-
castigo no sentí tanto el martirio de los azotes numitidos a los señores que los alistaran en el
58 / Dialógica Histórica

ejército del gobierno para la defensa contra las gras" representa eI8'2o/o sobre el total de la po-
incursiones de su rival el General Flores. blación censada. Puede apreciarse que entre
He visto que también los hombres es- los hombres casados son más los libres que los
clavos acusaban a sus propietarios de maltrato esclavos. Entre las mujeres casadas la relación
y a menudo solicitaban cambio de amo o ama, es levemente inversa. Uno de cada tres hom-
aunque como veremos m¡ís adelante las de- bres ya se ha emancipado cuando dos de cada
nuncias registradas por parte de las mujeres tres mujeres aún son esclavas. Mientras los
sobre maltrato o sevicia duplican en número a hombres no casados se han emancipado en
las de los varones. Si bien en el caso de las mu- mayor medida, las mujeres no casadas están
jeres denunciantes de maltrato era común ale- distribuidas igualmente entre libres y esclavas.
gar "abuso carnal", no he visto que ello sea Los datos sobre este padrón puede que
causa de denuncia para los hombres esclavos. sean escasamente representativos. No obstan-
Considero que esto no indica que no se diera te, otro padrón de habitantes de 1783 es la
el abuso sexual para con los hombres esclavos, muestra cuantitativamente más representativa
sino que ello no quedaba registrado, probable- que he podido encontrar con segregación de
mente porque no se había considerado mate- chses, estados y castas, incluido el sexo. Este
ria para la negociación de su libertad. Pienso censo se trata del padrón de la Provincia de
que Ios varones se veían obligados a otro tipo Quito encargado por orden real de 1773. Se
de estrategias para eludir todo tipo de sobre- encuentra citado en las Relaciones Histórico-
explotación. No en vano, la mayoría de los ca- Geogriificas de la Real Audiencia de Quito,
sos criminales por lesiones y con resultado de transcritas por Ponce (1992). En este padrón
muerte tienen por objeto a los varones es- se incluyen "las almas de todas clases, estados
clavos. y castas" habitantes de la Provincia de Quito,
Los casos de compra-venta y litigios que incluye gran parte de lo que hoy conoce-
asociados con la trata expresan que la propor- mos como Ecuador, con la excepción de la cos-
ción de hombres y mujeres en esclavitud no ta de Esmeraldas, Manabl y el Guayas.
era desigual. En el ANHE son 28 casos los que En los datos de este Padrón de habitan-
afectan a mujeres y 26 los que afectan a hom- tes del Reino de Quito en 1783 se aprecia la se-
bres. Por otra parte, viendo los casos de niños gregación entre blancos, indios, libres de varios
y niñas que son objeto de transacciones, son colores y esclavos de varios colores. Ello se cruza
ll los casos de niñas y 7 los de varones. con el sexo y el estado civil de todas las almas.
Las diferencias entre hombres y mujeres Se incluye también un registro del número de
en la consecución de su libertad pueden tam- matrimonios segregados por castas de blancos,
bién inferirse a través de los datos de un censo indios, pardos libres y esclavos. Me interesa co-
realizado en la Ciudad de Quito en 1840. mentar aquí la información sobre el estado ci-
Alonso Castro (1990) analiza los datos de lo vil de hombres y mujeres "de varios colores",
que parece ser un padrón parcial de la capital esclavos y libres, por lo que he obviado los da-
en el que aparece segregación entre "blancos", tos referentes a la casta de indiosy blancos.Por
"indios" y "negros'1 Si bien parecen discutibles los datos se aprecia que apenas hay diferencia
las conclusiones a las que llega, resulta intere- cuantitativa entre el total de hombres y muje-
sante analizar los datos de los que parte. Según res en esclavitud: 1.235 hombres, 1.369 muje-
estos datos, la proporción de "personas ne- res. Sin embargo, entre el total de pardos libres,
Cuerpos nombr¿dos por la esclaünrd / 59

hay 7.504 hombres frente a 6.990 mujeres. Es- Si bien la llamada "serie de esclavos" del
to indica que la presencia de los hombres es ANHE no contiene documentación expresa al
superior a la de las mujeres en más de un 3'5olo respecto de actas matrimoniales, a través de
del total de población "de color". Si atendemos uno de sus protocolos encontré constancia de
al estado civil de estos hombres y mujeres, se un matrimonio legítimo entre español y mula-
aprecian nuevas diferencias. La cantidad de ta que se habría realizado el año de 1732.En eI
hombres y mujeres "libres de varios colores" auto que pude consultar, un hijo de este matri-
en solterla no varía significativamente: 4.049 monio estaría solicitando "declaratoria de ser
hombres, 3.974 mujeres. Sin embargo, Ia dife- mulato" con el objeto de no pagar el tributo d
rencia entre la cantidad de hombres y mujeres que estaban sujetos naturales y zambos. El au-
casados de este grupo sí resulta algo más signi- to estaba fechado en 1781, esto es, casi cin-
ficativa: 3.456 hombres, 3.016 mujeres. De es- cuenta años después del matrimonio de sus
tos datos se puede inferir que las mujeres están progenitores. Este hombre pudo haber vivido
sub-representadas entre la población libre en esclavitud y tras negociar su libertad se ha-
mombrada como "pardos o de varios colores" bría visto en la obligación fiscal del pago del
y doblemente sub-representadas lo están las tributo. A este caso siguen cuatro más bajo la
mujeres casadas. causa de "declaratoria de mulato para no pa-
En definitiva, he visto que el proceso de gar tributo"4o.
desesclavización afectí de modo diferente a los
hombres que a las mujeres. He llamado deses- "Autos de Matías Argüelles, color pardo, sobre
no pagar tributos ( . . .) he hecho constar ser hi-
clavízacíón, al proceso por el cual una mujer o
jo legítimo de Don Alejandro Argüelles, espa-
un hombre dejaba su condición de esclavitud,
ñol y de Tomasa Peres, mulata que segrln la
para ser pasar a la categoría de libre. Ello debe
partida de casamiento, resulta haber los dichos
distinguirse del proceso general de Manumi-
padres contraído matrimonio el año de
sión o liberación de esclavos y esclavas, que en
1732..." (ANHE: I781, c9 el4)
la República del Ecuador entraría en vigor me-
diante Ley aprobada por la Asamblea de la Re- Declararse mulato para lograr la exen-
pública en 1852. Lo que refiero aquí por deses- ción del pago del tributo podla ser un vehícu-
clavización venía ya dándose con anterioridad lo para la movilidad social ascendente. EI mis-
a la abolición formal y durante toda la época mo hombre que había sido considerado pardo,
colonial. zambo y hasta indio tributario, podia pasar a
ser nombrado mulato por la vía legal. Vemos
Matrimonio interracial
de nuevo cómo las categorías raciales no son
En el padrón citado de 1783 se registran naturales sino que han ido construyéndose y
los matrimonios habidos entre hombres y mu- modificríndose en base a las necesidades histó-
jeres de la misma casta y clase. El matrimonio ricas, a través de la acción política de sus
interracial, como ya hemos visto, no entraba agentes.
dentro de lo previsto en la política colonial y He encontrado constancia de dos ma-
resultaba antinormativo. Las uniones consen- trimonios interraciales que probablemente no
suales de este tipo debieron ser mucho más fueron polémicos, por tratarse de personas de
frecuentes que los matrimonios ajustados a clase baja y sinreconocido linaje. Sin embargo,
derecho, aunque también éstos tuvieron lugar. la esclavitud les afectó de diferente manera en
60 / Didógic¿ Histórica

el mismo contexto. Ambos casos aparecen en ane VS con mi mayor rendimiento y en el mo-
un auto en que se informa del inventario de do más conforme a Derecho, digo: que sin em-
piezas de esclavos en las haciendas del norte de bargo el amor y fidelidad con que dicho mi
marido ha servido desde niño al expresado ca-
Quito que estuvieron al cargo de lo que se dio
ballero su amo, en cuantos empleos y ocupa-
en llamar las Temporalidades. Tias la expul-
ciones le ha mandado; ha resuelto repentina-
sión de la Compañla de Jesús en 1767,laadmi-
mente venderlo a un sujeto vecino de Guaya-
nistración secular se hizo cargo de la gestión y quil para que lo lleve en su servicio a esa ciu-
enajenamiento de sus propiedades en hacien- dad. Y no pudiendo verificarlo el referido mi
das y obrajes. El auto es de 1769 e informa de marido sin romper los sagrados vínculos de la
las familias de esclavos que deberán permane- unión conyugal, y dejarme abandonada en esta
cer en determinadas haciendas de Pasto, así ciudad con dos hijos que tenemos por fruto de
como de las familias e individuos que deberán nuestro matrimonio, y a quienes hasta por De-
ser trasladados a Popayán. Entre los que se recho natural está obligado a sustentar; ni pu-
quedan figura el esclavo Manuel de Jesús, de diendo tampoco yo seguirlo para dicha ciudad
32 años "casado con libre". Según el texto del de Guayaquil sin exponer mi vida y la de dichos
mis hijos; vendríamos a dar en una separación
auto, Manuel es el único esclavo con la suerte
de por vida, contra las Leyes Divinas, humanas
de permanecer en el Tejar del Calvario, al car-
y positivas y especialmente contra Ia piadosa
go de su pequeña explotación familiar. Tal vez
mente de VS suplicándole con el último enca-
su esposa Iibre pudo haber pedido que no fue- recimiento se digne mandar que el amo del re-
ra trasladado con el resto. El otro caso es el de ferido mi marido suspenda venderlo, por el
|osefa de lesús, de 37 años, "casada con blanco término de dos meses en que podrá solicitar
libre". A pesar de tener dos hijos mulatos, uno otro que lo compre para ocuparlo dentro de es-
de ellos "mulato blanco", fosefa es sacada con ta misma provincia, donde podamos seguir ha-
ellos del antiguo Colegio fesuíta de Pasto y ciendo vida maridable y no padezca en detri-
trasladada a la ciudad de Popayán, por orden mento la unión con¡rgal, y el bien de nuestras
de la funta de Temporalidades (ANHE:1699, almas, pues siendo como es, hombre de bien y
expedido para todo trabajo, no faltará quien
c7 e6). De la lectura del auto no se desprende
pague su precio, como que ya hay sujeto que lo
que su marido Blanco hubiera mostrado opo-
quiere satisfacer dentro del expuesto término.
sición a ello..
Francisca Terán" (ANHE: 1807, cl9 el2).
En otro caso, encontré que una mujer
Blanca era esposa legítima en Quito de un Ne- Un caso de matrimonio interracial en
gro esclavo. Francisca Terán pedla clemencia que se alega desigualdad aparece registrado en
para que su marido esclavo no fuera vendido a el ANHE, fechado en 1803. Su encabezamien-
nuevo amo y enviado a Guayaquil. La mujer to me pareció muy sugerente: "doncella espa-
argumentaba que el padre de sus hijos tenla ñola inquietada por un zambo". En este auto,
que sustentarles por Derecho natural, y que Doña Manuela Gutierrez argumenta disentir
ella no podría seguirle, por lo que se hallaban del matrimonio entre su hija Rita, doncella es-
en peligro las Leyes divinas del sagrado matri- pañola, y Mariano al que define como zambo
monio, esclavo y reo condenado. Doña Manuela pide
"Quito. Francisca Terán, mujer blanca y esposa que se detenga la acción del cura que quiere
legítima de Pedro Laso, de color moreno, escla- apremiar el casamiento. En el auto, tras su de-
vo del Caballero de Don fuan I. Laso, parez.co claración aparece la de su hija, que declara es-
Cuerpos nombrados por la esclaütud / 61

tar encinta y desear el matrimonio. Declaran que estaba causado, y que estaba firme en ca-
después parientes de Ia disidente cuyo relato sarse con é1. Preguntada por su merced qué
hace gala retórica de "la pureza de sangre, lim- años tenía, y si sabía y conocía la desigualdad
pieza de malaraza, decencia y calidad". Por ul- notable que había, tanto porque ella según su
representación era mujer española, menor de
timo declara el pretendiente como hombre de
edad ¡ Maenza, a más de ser pardo, era según
color pardo que argumenta estar siendo perju-
su aspecto de más de treinta o cuarenta años,
dicado por quienes pretenden "macular su
digo: que será de quince a diez y seis años, que
buena conducta". Aquí he querido reproducir era cierto que era hija de padres de buena cali-
lo más relevante del relato: dad, y nacimiento, y que también conocía la
mayor edad y naturaleza de Maenza; pero que
lMadre disidente] "Doña Manuela Gutierrez, habiéndosele alzado la menstruación desde
vecina de esta ciudad, conforme a Derecho, pa-
ahora mes y medio, conocía que se hallaba em-
rezco ante VS y digo: que yo soy una mujer es-
barazada de Maenza, y por eso ha resuelto ca-
pañola notoria y conocida, y tengo una hija de
sarse con é1."
la misma calidad llamada Rita Cansino, a la
cual me la ha inquietado un zambo esclavo de
[Testigo 1o] "Ramón liménez. Que le consta
la casa de los marqueses de Maenza. Reo con- que Rita Cansino es mujer española, límpia de
denado por la Real Audiencia a servir en las toda mala taza por parte paterna y materna;
Obras públicas de Guayaquil, que ha salido de pues es hija de un sujeto decente como Don
la cárcel con pretexto de enfermedad y solicita
Xavier Cansino."
casarse con eüa, y sin embargo sé que he im-
puesto al Cura de San Blas sobre la desigualdad [Testigo 2"] "María Manuela Herrera: que es
que interviene entre é1, y ella manifestándole hija de Don favier Cansino, persona noble, y de
mi disenso, se manifiesta dicho cura despótica- Manuela Gutierrez, mujer española, límpia de
mente empeñado en que se contraiga el referi- toda mala raza|' y qve por tales Ias tiene y co-
do matrimonio, ora sea por dichos derechos, noce."
por recomendaciones, o porque Ie hubiese in-
fluido algunas falsedades contra mí: En su vir- [Testigo 3al "Josef-Joaquín Elías de Ia'Torre:
tud de que mi hija es notoriamente española, y que desde ahora más de once años, conoce a
que lo justificaré, y él un zambo quasi negro, Manuela Gutierrez y a Don Xavier Cansino,
reo, se sirva VS de declarar racional mi disenso, padre de Rita Cansino, tenida y reputada por
se le prevenga a dicho cura no pase a verificar tal. Que el padre es sujeto conocido en esta ciu-
el casamiento y que se le ponga a ella deposita- dad por hombre noble; y que la madre también
da en el Hospicio... Manuela Gutierrez, 12 es mujer decente en su calidad..."
marzo 1803"
IPardo pretendiente] "Mariano Maenza de co-
[Doncella pretendida] "(...) el Señor fuez
de lor pardo ante V. según Derecho parezco. Y di-
esta causa, en virtud de la Comisión que se le go; que he llegado a entender que Manuela Gu-
ha conferido por el Señor Presidente y habien- tierrez se halla produciendo cierta información
do hecho comparecer en su judicial presencia a de testigos con la que pretende macular mi
Rita Cansino (...), preguntádola si era cierto buena conducta, y arreglados procedimientos,
que intentaba casarse con ella Máximo Maen- dirigiéndose su fin a entorpecer el Matrimonio
za, de color pardo, y si sabía que era tal y reo de que pretendo contraer con su hija Rita Cansi-
causado, dijo: Que desde ahora seis meses en no, como si de esta alianza se Ie siguiera algún
que habló con ese hombre determinó casarse desdoro, como lo ha de ver a su debido tiem-
con éI, y que no ignoraba ni su calidad, ni el po... ". (ANHE: 1803, c17 e10)
62 / Didígcatustónc

De la lectura de este auto se puede infe- su color y que, al recordar su origen, se sentía
rir que la madre que disiente, a pesar de ser es- como marchita por su contacto impuro con un
pañola no parece claro que tenga linaje reco- ser cuya reputación era la de un bandido que
pertenecía a una casta envilecida por una larga
nocido. Si bien se declara que el padre es de li-
naje reconocido y noble, este no comparece esclavitud" (Thoron 1982: 27)

como tal. No resulta claro tampoco si la madre


Pese a que Thoron había considerado la
tiene o no tiene don y al parecer, su hija esta-
belleza y la posición social adquirida del Ne-
ría empleada en condición servil. Como argu-
gro como determinantes en que la joven Blan-
mentaba el novio pretendiente, tal vez el casa-
ca hubiera consensuado la unión, el mismo re-
miento con un pardo no le iba a suponer nin-
lato denosta la unión como contacto impuro.
gún desdoro a la tal doncella.
La impureza habla de contaminación racial. La
En algunos casos de uniones interracia-
raza qve antes era metáfora de lo maldito,
les consensuadas, la oposición de la parte ra-
ahora, desde el prisma ilustrado es además si-
cialmente superior se resolvía con el rapto de
nónimo de una casta envilecida por su condi-
la novia por parte del pretendiente. Así apare-
ción social de servidumbre.
ce en la descripción de Thoron ( 1983) sobre su
Hemos visto la importancia del discur-
viaje por Ecuador a mediados del siglo XIX. Su
so como vehículo de expresión de los poderes
visión, desde un discurso ciertamente ilustra-
en conflicto durante el sistema esclavista. Pare-
do, da cuenta del prejuicio racial ante una ce claro que este sistema, como el orden colo-
unión conyugal considerada desigualal. Según nial en extenso, afectó de manera diferente a
Thoron, un hombre Negro habría raptado a la
hombres y mujeres en condición servil. Las
hija de un español en Tumaco, villa costera a
mujeres, por ejemplo, no solicitaban "declara-
escasas 60 millas al norte de la actual ciudad de
toria de ser mulato", porque no debían ser
Esmeraldas. La joven habría huído con el al-
consideradas como representantes fiscales de
calde de la villa ante la imposibilidad de llevar
la unidad familiar. La política sexual impuesta
a cabo un matrimonio consentido por su fa-
por la Corona española y la doctrina católica
milia. Thoron se emplea líricamente en descri-
tuvo resultados diversos en su aplicación del
bir esta historia de amor y nos muestra el de- modelo de familia monogámica con¡rgal. Por
senlace en su encuentro con lafeliz pareja pa-
otra parte, los procesos de adquisición de li-
sado un mes de la hulda.
bertades afectaron también de modo distinto a
"La hija del Español se paseaba entre dos de sus ellos que a ellas. Los hombres pudieron encon-
amigas que no la renegaron, como hubiera su- trar modos más dignificantes que Ias mujeres,
cedido en la sociedad de severas costumbres de según los valores morales al uso. Para ellas el
Europa; y tras eüas, con un aire triunfante, ca- obligado servicio sexual pudo constituir un
minaba el más feliz de los negros, teniendo a instrumento legítimo para negociar el precio
sus lados a dos hombres de color que velaban, de su libertad.
a la vez, por su seguridad y por Ia conquista que
había hecho. Nos acababa de divisar este grupo Movilidad social, sexismo y uso carnal
de paseantes cuando, viendo el aire preocupa-
do y los ojos bajos de la blanca esposa del ne- Por lo que ya se ha visto, parece que las
gro, comprendimos que sentía una especie de mujeres tuvieron más dificultades para hacer-
vergüenza al pasar cerca de los europeos, los de
se con su libertad que los hombres. Ellos pu-
Cuerpos nombrados por la esclavitud / 63

dieron negociar sus libertades con pago efecti- vitud era transmitida por la madre, el produc-
vo de propio peculio o bien pudieron ser en- to de las uniones entre india y negro no iba a
tregados en prenda como soldados. Si logra- ser comercializable. Por otra parte, las alianzas
ban sobrevivir habrían alcanzado cierto esta- entre esclavos Negros y familias aborígenes de
tus de ciudadanía asociado al supuesto presti- cierto estatus, estaba produciendo una movili-
gio militar. Ellas pudieron negociar el precio dad social poco deseable. El cronista Guamán
de sus libertades, también con ahorro de sus Poma mostraba su indignación porque indios,
jornales y en mal pago de sus servicios. Aun- mestizos y mulatos eran invitados por las auto-
que sin duda no tuvieron el prestigio de haber ridades a comer en la misma mesa. El cronista
servido a una causa noble. A la servidumbre ofrece una ilustración de su puño que titula:
doméstica y sexual no le era supuesto el valor, "Que el corregidor convida en su mesa a co-
como al soldado ello se le supone. mer a gente baja, indio mitayo, a mestizo, rnu-
Las diferencias en los derechos otorga- Iato y le honra" (Guamán Poma 1990: 469).
dos a hombres y mujeres en el sistema esclavis-
"Coregimiento/ Que el corregidor conbida en
ta se ponían de manifiesto en las regulaciones
su mesa a comer a gente vaja, yndio mitayo, a
oficiales desde comienzos de la época colonial.
mestizo, mulato y Ie honra/ mestizo/ mulato/
Ya en l54l se ordenaba que "ningun negro po- yndio tributario/ corregidor/'Brindes (...) se-
día tener más de una india a su servicio" (cita- ñor curaca'/ Apo muy sino, noca ciruiscayqui'
do en Descalzi 1982: ll3). Este servicio era ('Señor muy seño¡ yo te voy a servir')/ pro-
probablemente doméstico y también sexual. bi(n)cias" (Guamán 1990:468)
Esta regulación moral heterosexista parece que
llegó para prevenir los abusos. Así que los es- Esto expresa el temor a que "los mula-
clavos, Negros o no, si eran varones tenían el tos" pudieran emerger como nuevo grupo de
derecho establecido de tener al menos una presión para establecer alianzas y acuerdos
persona a su servicio. Concretamente una in- con los poderes dominantes. En efecto, debía
dia, categoría sexual y racial sometida. Es pre- ya de haber una clase emergente entre los
sumible que el pago de este servicio había de hombres y mujeres de ascendencia africana,
salir del propio peculio del esclavo o bien serla algo que el gobierno de la corona intentaba
negociado en forma de unión con¡rgal san- cuanto menos ocultar cuando a mediados del
cionada legalmente o no. Las uniones interra- s. XVI se prohibió en todo territorio de Indias

ciales debían preocupar a la corona española "que las negras y mulatas libres traigan oro, se-
cuando en 1570 se emitía una prohibición de da, mantos, ni perlas" (citado en Tobar
tratar esclavos que no fueran acompañados de 1959:7).
sus mujeres (Lucena 1994l. Lll). Al margen de Volviendo a la cita sobre la orden de
esta regulación, Ios tratantes podían argumen- l54l que regulaba que los Negros tuvieran no
tar que comerciaban esclavos no casados. Sin más de una indiaa su servicio, no se había pre-
embargo, la ley de prohibición da cuenta de la visto que las mujeres esclavas fueran a pagar el
preocupación por evitar el matrimonio inte- servicio de mujeres indias. Más bien se sabe
rracial. que ellas mismas iban a ser requeridas para la
Las uniones conyugales entre negros es- realización de este servicio a solicitud de sus
clavos e indias estarian provocando desajustes propietarios, ya sea para el disfrute propio o
en el sistema. Puesto que la condición de escla- para su comercialización. De la información
64 u nidógca uistórica

que aporta Guillot ( l96l ), se puede inferir que critas a las mujeres esclavas como sirvientas,
uno de los modos en que los propietarios co- los servicios sexuales efectuados para benefi-
braban el jornal a sus esclavas era a través de cio de los varones de la casa tenían valor sus-
su explotación sexual para terceros. También ceptible de negociación. A menudo la resisten-
Hilary McBeckles (1989) informa sobre este cia de las esclavas a las propuestas y acosos por
particular en la isla de Barbados. Segun pare- parte de los propietarios, llevaban a que éstos
ce, una combinación de estrategias permitía a tuvieran que negociar el pago de la libertad a
hombres y mujeres en esclavitud hacer frente cambio de ciertos usos carnales. Así lo mues-
al pago del jornal que requerían sus amos y tra un auto judicial emitido en Guayaquil en
amas. En ciertos casos, los hombres destinados 1818. Este fue el único documento al que tuve
para trabajar en las minas o en el lavado de oro acceso en el AHG y lo considero un valioso re-
posiblemente tomaban lo que desde el discur- lato de vida. En este auto, una mujer esclava
so marxista podría llamarse parte de la plusva- declara contra su propietario, quien había pro-
lía por su trabajo. Sobre este particular se in- metido rebajar en 100 pesos el precio de su li-
forma en una carta de Fray Bernardino de bertad si accedía a "su uso carnal': La decla-
Manzanedo en 1518, desde La Española (Gui- rante argumenta su resistencia en base a que
llot l96l). su amo era casado, por lo que temía graves re-
presalias de su ama. Cuenta cómo su resisten-
'Anda ya entre ellos una contratación y merca-
dería tan grande y de tanto valor y astucia para
cia fue insostenible, debido a la coacción del
lo cual hacen tantos y tan famosos robos en to- solicitante y cómo este servicio fue continuado
das las granjerías del campo, que no hay negro durante dos años y medio. Durante este tiem-
en esta isla por bozal que sea, que no tiene ya po tuvo dos embarazos, el segundo de los cua-
por cierto que cada día ha de robar un poco o les salió a la luz para que fuese "testigo fiel", en
mucho, unos para pagar el jornal que dan a un sus propias palabras.
tomín cada día a sus amos por aveniencia,
otros para lo dar a Negras, otros para vestir y "Señor Gobernador: Segunda Cazols, morena
calzar, hurtando y robando de noche y de día Esclava de Iosé Albiar del B... de Machala,
todo cuanto hay y entre ello oro por fundir. Es- puesta a Ios pies de V.M. con todo respeto digo:
tos hurtos encubren por medio de doscientas o que hallándome en la servidumbre de este in-
trescientas negras que llaman "ganadoras", que dividuo, desempeñando las obligaciones de mi
salen a correr toda la isla, y llevan robos a ven- Esclavismo, me propuso el expresado mi amo
de¡ y traen y encubren todos cuanto se hace que me rebajaría cien pesos del precio de mi
por la tierra adentro. Y andan los negros, a lo cabeza, porque yo le entregase mi persona para
menos de esta ciudad, tan ricos de oro y vesti- su uso carnales [sic], mas yo, antendiendo a
dos y tan sobrellevados, que a mi parecer ellos que mi amo es casado, y que por ésta su razón
son más libres que nosotros" (Fr. Bernardino podían resultarse mis atropellamientos si su es-
de Manzanedo en Guillot 196l:34)a2 posa llegase a comprenderlo, hice vigorosa re-
sistencia a las solicitudes del expresado mi
Según los protocolos estudiados, puede amo. Yo al fin cedí como frágil a los halazos con
verse que, en la mayoría de los casos, la servi- que me solicitaba. Dos años y medio disfrutó
dumbre sexual era implícita en la llamada ser- rni amo Albiar de mi cuerpo a toda su satisfac-
vidumbre doméstica. Aunque figuraba fuera ción, en cuyo tiempo tuve dos preñados, de los
del cómputo de las labores y obligaciones ads- que fue el uno abortado y el otro salió a luz, pa-
Cuerpos nombrados por la esclaütud / 65

ra que sirviese de testigo fiel que con su vida parece que el discurso jurídico se había conta-
acreditase...del padre que la engendró. Mas co- giado de cierto humanismo ilustrado ya a me-
mo esta mi flaqueza fue entendida por la mujer diados del siglo XVIII44.
de mi amo que es Doña María Ximena, luego Me interesa mucho destacar que, tal co-
aspiró a tomarse por su propia mano las más mo aparece en el caso citado de Segunda Ca-
crueles venganzas con castigos y persecuciones
zols, parece claro que las mujeres esclavas te-
que no se pueden ponderarse ni manifestarse,
nían un considerable nivel de control sobre su
sino a costa de muchas lágrimas del corazón.
ciclo reproductivo, procurando evitar los em-
Pero de aquí resultó que inventaron protestar
que hacían venta de mi persona en favor del barazos habidos del servicio sexual45. En caso
Caballero D. Jonasio de Mendía dejando en su de que la negociación coaccionada no resulta-
servicio a la hija de Nuestro pecado nombrada ra sobre lo esperado, algunas mujeres podían
Nicolasa, en la corta edad de diez y ocho me- decidir que el producto de Ia cópula con la
ses..." (AHG: l8l8- 742) persona de su amo sirviera como prueba del
trato incumplido. Me parece importante seña-
He visto que el maltrato de las esclavas lar que a efectos judiciales la cuestión noera
domésticas por parte de sus amas era casi una de orden moral. No se estaba tratando el adul-
constante. Pienso que ello puede servir de sín- terio de un hombre casado y el honor de su es-
toma indicador de su uso sexual por parte de posa ultrajada. Se estaba juzgando si el trato
los propietarios. Son numerosos los casos de primero entre amo y esclava tenía o no valor
seyiciao maltrato que mujeres esclavas denun- mercantil. El fruto inesperado de este trato iba
cian formalmente contra la persona de sus a ser recuerdo del incumplimiento. Como en
amos o amas. La cantidad de estas demandas este caso, los niños y niñas nacidos de este mo-
duplica al total de las realizadas por varones y do debían ser casi de inmediato mercancía
también al número de demandas por parte de vendible. He visto que entre 1707 y 1830 se re-
colectivos en haciendas o en casas de servicio. gistraron al menos ocho casos en el ANHE en
Las mujeres que denuncian maltrato lo hacen que mujeres madres reclamaban la libertad de
en su mayoría contra la persona de sus amas43. sus hijos e hijas. En el caso de que fuera a efec-
Según parece, las amas o las esposas de tuarse su venta, éstas reclamaban que ello no
los propietarios, haciendo uso de la autoridad supusiera un alejamiento de su tutela46. Como
conferida por la institución del matrimonio ya se ha visto, había un patrón de familia nu-
monógamo y destinado a la procreación, iban clear, pero también habría grupos familiares
a ejercer el castigo en los cuerpos de las muje- cuya tutela era reivindicada por las mujeres
res donde el pecado del uso sexual estaba te- madres.
niendo lugar. Las mujeres esclavas no podían Al margen del control de las mujeres es-
sino ser castigadas, no eran víctimas, sino cul- clavas sobre su ciclo reproductivo, el servicio
pables en tanto que su cuerpo era significante sexual -además de reportar Ia satisfacción de
del pecado. En el ANHE no aparecen casos de los varones de la casa- suponía un medio con-
sevicia o maltrato hasta 1764. Seguramente veniente de lograr nuevas piezaslistas para ser
ello no había sido tipificado como causal de vendidas en un mercado que apreciaba más el
querella con anterioridad. Sobre este particu- fenotipo mulato para el servicio doméstico. La
lar, pese a que la reforma borbónica de la Ins- ley ordenaba al propietario de una esclava que
trucción de 1789 no se llevó nunca a efecto. comprara a su marido si esta se casaba, aunque
66 / Didógica Histórica

también podía ser a la inversa. Si la casa no explotación del servicio sexual, igualmente co-
precisaba aumentar la servidumbre, lo más merciables para el servicio doméstico, que era
conveniente sería evitar el gasto en el precio el destino principal de la esclavitud en la ciu-
del nuevo esclavo y esperar los productos de la dad de Quito.
#
ESCLAVITUD Y MORALIDAD FAMILIAR
Proceso de mode rnizoción

En este capítulo se aborda la construc- relatos biográficos recogidos durante el traba-


ción histórica de la marcada regionalización jo etnográfico que evocan el pasado sobre pro-
del país sobre los contextos de Costay Sierra. cesos de cambio en las comunidades de origen.
Ello tiene relevancia por el hecho de que un En el Ecuador los contrastes entre los
desarrollo estructural diferencial ha provoca- contextos de sierra y costa son origen de una
do el establecimiento de valores distintos en lo conceptualización regional marcadamente bi-
relativo a la estructura familiar y a la idea de Ia polar. Diferencias históricas separan ambos
centralidad de la figura de la madre, que es el espacios donde las variantes geográficas han
objeto que me ocupa. He prestado especial sido también determinantes. El clima, la topo-
atención a la dinámica de la estructura fami- grafray la accesibilidad a la colonización son
liar propiciada por el sistema esclavista para factores que han marcado el desarrollo de cos-
las explotaciones agrícolas y mineras, durante ta y sierra del actual Ecuador como regiones
discretas. Mientras que la sierra norte fue inte-
las transformaciones que se anticiparon a la
grada al sistema colonial desde los inicios de la
Manumisión general en el primer tercio del s.
conquista española durante el siglo XVI, la
XIX y de nuevo durante el proceso de moder-
costa norte estuvo más alejada del control es-
nización del Estado de mediados del siglo XX.
tatalista. Si bien en la costa hubo explotación
Veremos que con anterioridad a la promulga-
temprana en las minas de Barbacoas, así como
ción de la Ley de Manumisión de Esclavos se
cierta explotación agrícola en régimen de ha-
produjeron movimientos migratorios signifi-
cienda, veremos que la integración de estas tie-
cativos desde la sierra a la costa y también del
rras al aparato económico colonial no llegaría
campo a las ciudades de Quito y Guayaquil.
hasta bien entrado el siglo XVIII.
Por último se verá que durante el proceso de
Lalocalización geográfica que voy a tra-
modernización y tras la reforma agraria de los
tar se refiere al norte del actual Ecuador y al
años 70 -con el subsiguiente proceso de colo- sur de Colombia. En lo sucesivo hablaré de la
nización de la costa- el éxodo rural se confir- provincia de Esmeraldas, como rePresentante
ma, sobre todo de Ia sierra a Ia ciudad de de la presencia de comunidades de origen afri-
Quito. cano en la costa y de las provincias de Imbabu-
Parte de los datos que se aportan Proce- ra y el Carchi, en tanto que herederas del anti-
den de fuentes primarias, como son documen- guo sistema esclavista en la sierra.
tos originales sobre sublevaciones en las ha-
ciendas, traslados forzosos, tumultos y fugas. Esclavitud en costa y sierra
He consultado fuentes secundarias acerca de
los procesos históricos y económicos en ambas Emiliana, mi anfitriona en el barrio de
regiones. Han sido también incorporados los Silanes y una de mis informantes más cerca-
68 / Esclavitud y moralidad familiar

nas, tenía casi 60 años47. Cuando hablaba de el valle del Coangue ya en el primer tercio del
su infancia y juventud en el pueblo, la sierra siglo XVII, no solamente para explotaciones
norte, la esclavitud no parecía formar parte de propias sino para su venta en el mercado inte-
la memoria colectiva. Sin embargo, esta zona rior.
del Ecuador es territorio en que la Compañía "En 1637, en lbarra, el Procurador Miguel Gil
de Jesús introdujo mano de obra esclava me-
de Madrigal, de Ia Compañía de lesús' vende al
diante la trata negrera para sus explotaciones Capitán Andrés de Sevilla [Juez de Comisión y
agrícolas desde su asentamiento en las Améri- Escribano de Visitas y Numeraciones de la Real
cas durante el s. XVII, hasta su expulsión en Audiencial los siguientes esclavos: 24 hombres
1767. Según el estudio de Rosario Coronel adultos, 24 muleres adultas, 37 niños y 29 ni-
(1988), propietarios anteriores a los jesuítas ñas. A los ll4 esclavos se agregan 4'negritos
habrían introducido familias Negras para tra- nacidos en tiempo de la entrega'que no cuen-
bajar en Ias haciendas incipientes del valle del tan en el total de pesos" (Coronel l99l: 86)
Coangue para el cultivo de la hoja de coca y el
Según esto, he visto que las haciendas
algodón. Coangue es el nombre aborigen del
gestionadas por la Compañía de Iesús se sir-
valle interandino conocido por Valle del Cho-
ta-Mira, por la confluencia de ambos ríos, en vieron del trabajo de hombres y mujeres de
la provincia de Imbabura. origen africano ordenados al efecto en familias
Parece que hasta mediados del siglo nucleares. La empresa jesultica impuso enton-
XVII fueron generaciones de negros criollos Ia ces la moralidad familiar como Parte funda-
mano de obra principal en la zona, en compa- mental de su organigrama productivo. He to-
ñía de familias indlgenas en una menor Pro- mado el concepto de moralidad familiar deI es-
porción. Es a partir de este momento cuando tudio de Stolcke (1984a), en que se trata la ex-
los jesuítas comienzan a introducir cantidades plotación del trabajo familiar bajo el sistema
de "piezas" de esclavos y esclavas bozales pro- de colonato para el cultivo del café, Por parte
venientes de los mercados de Cartagena de In- de grupos familiares procedentes fundamen-
dias para su proyecto de sustituir los cultivos talmente de Alemania y Portugal que llegaron
tradicionales de la coca y el algodón por el cul- a Brasil con la política neocolonialista del siglo

tivo extensivo de la caña de azicar (Coronel XIX. En el sistema de trabajo familiar el padre
l99l). Estoy de acuerdo con la autora en que se sitúa como representante de la unidad pro-
hubiera sido interesante investigar sobre las ductiva ante el mayordomo y el patrón, que
relaciones que negros criollos y negros bozales son también y a su vez, categorías de padres en
tuvieron entre sí, así como sobre los conflictos ascenso.
que pudieron darse con los patronos de la or- Recordando el texto de la crónica de
den de los jesuítas. Ciertos documentos que Guamán Poma (1990), los jesuítas ya desde su
Coronel ha utilizado en su estudio nos mues- llegada en el siglo XVI llamaban la atención de
tran cómo el sistema de los jesuítas para la los naturales por cuanto se hacían llamar "her-
producción de la caña precisaba de unidades manos"y así llamaban a todo prójimo. Sin du-
productivas compuestas por hombre, mujer y da esa confraternidad en la retórica no se tra-
menores. La Compañía de Jesús introdujo fa- ducía, en la práctica, en un mundo de iguales.
milias Negras criollas y seguidamente ordenó Puedo afirmar que desde principios del siglo
familias nucleares de importación africana en XVII hasta ñnes del XVIII, por obra de la
Proceso de modernización / 69

Compañía de lesús, pasaron muchos años en trarse las fugas colectivas. En 1789 se informa
que la tradición de familia patriarcal pudo ha- de una fuga en la hacienda de Cuajara, un año
cerse sólida como norma en la sierra norte. La más tarde en la de Pachimbuela y en 1798 se
expulsión de los fesuítas en L767 y las conse- registra una sublevación en la hacienda de la
cuentes transformaciones en la gestión de sus Concepción. Ya entrado el siglo XIX, en 1809
propiedades, debieron producir cambios im- la hacienda de Cuajara es protagonista, se in-
portantes en las condiciones de vida de las fa- forma "sobre la holgazanería de los negros y
milias esclavas. los tumultos". Se hace evidente que la obedien-
Durante el periodo llamado de las Tem- cia al orden dominante se está cuestionando y
poralidades, tiempo en que la administración que hay respuestas a sus imposiciones50. En
colonial se hizo cargo de la gestión y venta de Otavalo, en 1810, se registra una Cemanda co-
estas haciendas después de la expulsión de la lectiva por maltrato y en 1826 una demanda
Compañía de Jesús, se dieron demandas y acu- similar llega de la costa, de los lavaderos aurí-
saciones que terminaron en lo que en el AN- feros de Playa de Oro5l.
HE se registran como sublevaciones, tumultos y En 1819 una cédula real prohibe la tra-
fuga{8. Los cambios ya comenzaban a hacerse ta esclavista, aunque permisos especiales de
notar. Se estaban produciendo demandas que compra-venta serán concedidos eventualmen-
posicionaban a colectivos de esclavos y escla- te52. Hasta 1815 se registran ventas en lote de
vas como agentes políticos frente al poder ins- esclavos y esclavas procedentes de las hacien-
tituido. Así en 1778 ya se denuncian malos tra- das en conflicto, la última que se registra tiene
tos infringidos sistemáticamente en la hacien- lugar en la hacienda de Malbuchos3.
da de la Concepción. En 1780 se realiza una
venta en lote de "esclavos de la Compañía". Las Moralidad familiar en minas y haciendas. La
movilizaciones no cesan en los años sucesivos. Compañía de Jesús
y en 1783 colectivos de esclavos y esclavas se
oponen a ser trasladados de Ia hacienda de Durante el último tercio del siglo XVIII
Cuajara, para cuyo desalojo y represión es ne- la esclavitud en la Real Audiencia de Quito se
cesario un piquete de soldadosa9. repartía principalmente en los trapiches de ca-
ña de los valles, las minas de Barbacoas, ha-
"Expediente formado por D. Carlos Araujo ve-
ciendas y obrajes en Imbabura; y en el servicio
cino mercader de esta ciudad, sobre que se le dé
doméstico y el trabajo artesanal en Quito y
el auxilio de un Piquete de Soldados para sacar
Guayaquil (Lavallé 1994). Según los datos de
algunas piezas de esclavos de la Hacienda de
Cuajara." (ANHE: 1783, cl0 el) Tobar (1959), en las provincias de Pichincha y
Guayas la esclavitud respondía principalmen-
Durante esos años continúan las ventas te a la demanda del servicio doméstico, mien-
en lote a pesar de la oposición de esclavos y es- tras que en Imbabura se empleaba en la explo-
clavas que actúan no ya como piezas comer- tación agrícola de régimen de hacienda.
ciables, sino como entes autónomos en la vin- En este tiempo, hombres y mujeres en
dicación de nuevos derechos. En 1787 se ven- esclavitud fueron objeto de migraciones invo-
den "43 esclavos" nuevamente de la hacienda luntarias propiciadas por la trayectoria de las
de la Concepción. La situación parece difícil- inversiones económicas. Como cita Lavallé
mente sostenible cuando comienzan a regis- (1994), durante este periodo las minas de Bar-
70 / Esclavitud y moralidad familiar

bacoas, actual Colombia, fueron demandantes un informante de la corona al respecto del or-
de gran cantidad de mano de obra. Este sería den en las explotaciones propuesto para las
entonces un destino para la reventa de esclavos minas de Popayán: "Las penas a los negros se-
y esclavas procedentes de las haciendas de la rán azotes y desorejarlos y a los tres veces fugi-
sierra y del servicio doméstico en Quito. Al pa- tivos desgarronarles y prisiones, hierros y ar-
recer, era sabido que amos y amas amenazaban gollas y campanilla y no destierro ni galeras y
a sus esclavos y esclavas con enviarlos a Barba- si el delito fuere atroz, muerte." (Francisco de
coas como medida disciplinaria. Sabido que Anunciba¡ en Ponce 1992t 522)
las condiciones de trabajo en estas minas eran Las migraciones o los traslados forzosos
nada deseables, hombres y mujeres hacían de esclavos y esclavas se produjeron especial-
oposición por la vla judicial para tratar de im- mente después de la expulsión de los jesultas
pedir estos traslados. Por la documentación en 1767. La funta de Temporalidades, organis-
que aporta Lavallé, vemos que hombres y mu- mo encargado de la gestión de las propiedades
jeres fueron objeto de tales reventas y en oca- incautadas, ordenó el extrañamiento de fami-
siones lo fueron matrimonios y familias nu- lias esclavas de unas haciendas a otras y tam-
cleares. bién a ciudades como Popayán. En un auto fe-
He visto que hay constancia de que las chado en 1769 se informa sobre el inventario
mujeres eran objeto de un tratamiento parti- de "piezas de esclavos" que quedan en las ha-
cular en lo relativo a su uso sexual. también en ciendas de lo que habían sido las propiedades
el sistema de explotación minera. Como ya ha de la Compañía en Pasto. Se informa de que
quedado citado en el capítulo precedente, al era ya sabido que "los negros" contenidos en
respecto de Ia política sexual y el matrimonio las citadas haciendas no producían utilidad al-
restrictivo. en las minas de Barbacoas la fami- guna. En pro de la eficiencia económica se ar-
lia patriarcal fue propiciada entre la mano de bitraba quienes iban a permanecer en la zona
obra esclava desde los comienzos de su explo- y quienes serían trasladados a la ciudad para
tación, a principios del siglo XVIL En un auto su enajenación. De las piezas inventariadas, 23
fechado en 1801, Claudio y Bonifacio "ambos permanecerían en la zonay 48 serlan traslada-
con sus esposas", cuentan de sus angustias co- das a Popayán, para su posterior venta y re-
mo esclavos en las minas. El primero relata mate.
con lujo de detalles las torturas que les han si- Se puede apreciar que en el citado in-
do infrinjidas a él y en mayor grado a su mu- forme aparecen esclavos y esclavas ordenados
jer, a quien las lesiones habrían dejado al bor- en familias. Se cita primero al padre, seguido
de de la muerte. Su relato desvela una conduc- de su mujer y de los hijos e hijas. Entre las fa-
ta disciplinaria empleada contra las mujeres milias y piezas que permanecen están dos mu-
de manera normativa: ".,.querer violentar a jeres ancianas, "inútiles e inhábiles". Thmbién
las mujeres esclavas que si éstas condescienden quedarán cuatro familias compuestas de mari-
Io pasan bien, de lo contrario beben estos tra- do y mujer con sus hijos e hijas. Entre quienes
gos de la muerte" (citado en Lavallé 1994l. 43). sufrirán traslado están 9 familias compuestas
Este tipo de penas y castigos era norma- también por marido y mujer con menores, y 4
tivo desde los inicios de la introducción del familias compuestas por mujer-madre con sus
sistema esclavista en las minas. Así aparece en hijos e hijas. Pienso que no fue casual que to-
1592, en el informe del ya citado Anunciba¡ das las familias con una muier al frente fueran
Proceso de modemización / 7l

trasladadas para su venta y ninguna de ellas tas al sistema esclavista del mismo modo en
permaneciera en el lugar, ni siquiera la enca- que lo estuvo la producción hacendataria en la
bezada por Josefa de lesús, de quien se apunta sierra. En el auto que se cita, un grupo de mu-
que era casada con Blanco54. Iatos estarian reclamando Iegalmente su dere-
En otro de los autos del ANHE también cho a cobrar jornales con carácter retroactivo.
se puede inferir el orden familiar en las ha- No se dice que los demandantes sean esclavos,
ciendas y propiedades de la Compañía de fesús se los nombra como Mulatos y ello indica un
en la sierra norte. En este documento, fechado estatus de superioridad en el régimen de clases
en 1787 se informa del traslado de "familias y y castas al uso. Concretamente Ia demanda ha-
negros huérfanos" de la Hacienda de la Con- bría sido interpuesta por un mulato que ya go-
cepción. No aparece claramente cual sería el za del título de don y esto bastante sig-
es en sí
destino de estas "43 piezas", aunque su tasa- nificativo de la movilidad social entre los
ción indica que serían destinadas para Ia ven- hombres mulatos o pardos libres.
ta. Se trata de seis familias y de tres "solteros
"Mulatos piden jornales por trabajo en Mira
huérfanos" que incluyen una mujer menor de
lEsmeraldas] (...) Digo que vd. [Gobernador
12 años. En el informe se detallan con nom-
de Esmeraldas] me mandó notificar pagase
bres y edades, al igual que en el auto anterio¡ ciertos jornales que Don Gaspar Mendes, mu-
los miembros de las familias por orden de pa- lato de la Bahía de San Mateo, dice que debo a
dre-marido, mujer y menores. En este auto se los mulatos de dicho pueblo que ocho meses
incluye además su precio tasado. Se trata de 6 fueron a trabajar a Puerto de Santa María de
familias con padre-marido al frente, ninguna Mira que el dicho disfrazadamente llama Bahía
de ellas tiene a una mujer por cabeza55. De los de Tumaco a que respondo que todo cuanto re-
apellidos que se citan se puede inferir que do- fiere en dicho memorial es siniestro y notado
por el Procurador de la Orden de Nuestra Sra.
mina la transmisión patrilineal y la endogamia
de las Marcia, que así lo ha visitado a ese mula-
dentro de la misma zona.
to, que haga semejantes informes..." (ANHE:
Puedo decir entonces que se conñrma
1617 cl e4)
que en el orden de haciendas de los valles cáli-
dos de la sierra norte, así como en el régimen Interesa tener en cuenta que en un mo-
de minas de la costa, el orden de la familia mento en que los jesuítas estaban importando
conyugal patriarcal fue impuesto por la coro- esclavos y esclavas bozales para la sierra, a me-
na española y por la empresa católica -jesuíta diados del siglo XVII en la costa, otros hom-
principalmente- entre la población esclava bres de ascendencia africana se habían dotado
desde los inicios de la conquista española. Un ya de un corporativismo -en cierto sentido
orden que, según el discurso trataba de evitar sindical- con el que hacer frente a los poderes
el matrimonio interracial y en el que las muje- dominantes, en este caso representados por la
res esclavas debían aprender la servidumbre a orden católica de los mercedarios. Estos mula-
los maridos, los padres y los "patrones". tos figuran como pobladores de la Bahía de
En los documentos de archivo he en- San Mateo, núcleo urbano que fue asimilado
contrado muy escasa información sobre la es- por la actual ciudad de Esmeraldas, aunque
clavitud en el litoral de la costa norte. Un auto bien podían haber sido de Tumaco donde, se-
de 1667 es el texto más temprano que induce a gún la cita de Thoron en el capítulo preceden-
pensar que aquellas tierras no estuvieron suje- te (pág.86), un "grande y hermoso negro" sería
72 / Fsclerindy moralidad familiar

designado alcalde y se casaría con la hija de un "Entre los cursos de agua antes mencionados,
armador español a mediados del siglo XIX. algunos son auríferos; pero los indios, negros y
Poco sabemos aún acerca del orden familiar de criollos solamente pueden soportar el trabajo
del lavado del oro en las orillas; es Ia razón por
aquellos mulatos, no sabemos si tenían la suer-
la que la verdadera riqueza debe, para el colono
te de Illescas o la del alcalde de Tumaco. Me
extranjero, consistü en la agricultura y en la ex-
parece interesante ver la movilidad social de
plotación de maderas de construcción y de
ciertos hombres Negros, que pasan a ser con- ebanistería de las que está cubierta esta región"
siderados Mulatos, y el papel del matrimonio (Thoron 1983, tomo I: 79)
interracial en este proceso. Más de dos siglos
separan los personajes de dos líderes en Esme- Del texto de Thoron se infiere que la co-
raldas, ambos Negros libres, mombrados mu- lonización de esta zona iba a darse definitiva-
latos con cargo público, ambos emparentados mente durante el siglo XIX a manos de nuevos
con españoles: el primero con un yerno de ex- colonos inicialmente de origen británico. La
tracción servil y el segundo con un suegro de independencia de la corona española se saldó
reconocido linaje. contrayendo una deuda económica con otra
metrópoli, el Reino Unido. En 1854 Londres
Esmeraldas, tierra de promisión. Las nuevas negocia con el gobierno ecuatoriano el modo
colonizaciones de saldar la deuda firmada en bonos colom-
bianos. Los bonos provisorios o intereses dife-
Los libros de viaje -por así llamarlos- de
ridos de esta deuda, serían amortizados con
Thoron (1983, Tomo I y II) me han servido terrenos baldíos. Estos terrenos se iban a en-
como relato etnogriífico sobre las tierras de Ia contrar en la costa y en el oriente, o la selva
República del Ecuador de la segunda mitad del amazónica del país. Según parece, el gobierno
siglo XIX. Su texto informa sobre las transfor- del Presidente García Moreno habría pedido a
maciones en los flujos de poder, sobre las rela- Francia el protectorado tras declarar la insol-
ciones sociales y también sobre el desarrollo vencia del país para hacer frente a la deuda. Pa-
económico en la costa norte. concretamente ra esta fecha la compañla inglesa Ecuador
en la actual zona de Esmeraldas, durante la se- Land Company (ELC) exportaba productos
gunda mitad del siglo XIX. El autor se dirigía tropicales, principalmente cacao56.
a posibles ccilonizadores franceses con objeto Thoron describe la agricultura de Es-
de seducirles en la empresa de llegar a esta tie- meraldas de mediados del siglo XIX como una
rra de promisión. Thoron había llegado como producción casi enteramente para el autocon-
ingeniero al Ecuador en 1852 y participaría en sumo y con poco excedente para el mercado
la medición de las tierras colonizables de la exterior. Enumera las diferentes actividades de
costa, a petición de instancias gubernamenta- extracción de ingresos por parte de quienes
les de la joven República. Este ingeniero y di- habitan la zona, de cuya información he podi-
plomático francés describe la provincia de Es- do inferir muy poco sobre la división sexual
meraldas como una tierra fértil, en un entorno del trabajo, así como sobre si las omunidades
que encierra incontables recursos naturales, Negras e indígenas se estarían dedicando a ac-
cuya explotación estarla destinada a pasar a tividades distintas, según factores como la ubi-
nuevas manos europeas. cación de sus asentamientos.
Proceso de modemhaciín / 73

"La provincia de Esmeraldas, por estar total- por suyos los nombres de los linajes de nuevos
mente despoblada, se encuentra hasta aquí sin "patrones", de los hijos y las hijas de los seño-
provecho. Los habitantes se contentan con res, los nuevos "Míster" que habían ocupado
sembrar un poco de arroz,maiz y otros granos;
su tierra. En Esmeraldas especialmente pude
siembran tabaco y plantan bananos, así como
apreciar la convivencia de nombres propios de
algunos árboles frutales y un poco de caña de
origen judeo-cristiano con nombres de origen
azicar; crian pollos, cazan aves y animales sal-
sajón. Los varones han tomado los apellidos de
vajes y van a la pesca; recogen en la orilla del
mar mariscos y tortugas en la desembocadura
"patrones" sajones, el significante de su linaje.
de los ríos, muy buenas ostras, que se haüan en Así, es común encontrar a hombres Negros
bancos, y éstas se agarran no solamente a las cuyos nombres de pila son Wilson, Gibson,
rocas sino también a la raíces de los manglares Nelson, Klever y otros apelativos que en la per-
que crecen entre los lodos y aguas medio sala- sona del patrón se anteceden siempre del títu-
das de esos rlos" (Thoron 1983, tomo II: 6l) lo de Mister. En ningún caso los nombres de
pila de estos "patrones" han transcendido para
La incursión de la ELC en Esmeraldas
que los hombres locales sean nombrados con
habría propiciado cierta inmigración desde
ellos. Pienso que el nombre sajón es metoni-
Inglaterra y sin duda ello iba a producir un mia del poder que representa y así es deseable
impacto en las dinámicas culturales, resultan- como nominativo para un varón. Por su parte,
do un nuevo mestizaje con las comunidades las mujeres locales han tomado los nombres
pobladoras. Sin embargo, los acuerdos con In- propios de las mujeres de los linajes de los "pa-
glaterra para la explotación maderera de estas trones" sajones, o bien el de las esclavas de las
tierras ya se habían dado con anterioridad. De Indias anglófonas. En ningún caso las mujeres
ello informa la Memoria lmpresa de Vicente eran nombradas con el indicativo del linaje en
Maldonado, quien fuera Gobernador de la tanto que metáfora del poder. Algunas mujeres
Provincia de Esmeraldas en el primer tercio de la zona se llaman Marlene, Shirle¡ Nancy,
del siglo XVIII. Según Savoia (1992), Maldo- Mae, Priscilla, lessica. Durante mi trabajo de
nado había negociado la entrada de maquina- campo he encontrado estos nombres, junto
ria inglesa para el procesamiento de la indus- con los judeo-cristianos en todas las genera-
tria de la madera en los bosques de Esme- ciones. Las novelas de los autores locales, Estu-
raldas. piñán-Bass y Ortí2, ambientadas en la zona a
Durante mi trabajo de campo pude per- principios del siglo XX también evocan estos
cibir algunos síntomas de este nuevo colonia- nombres5T. Asl lo he encontrado inclusive en
lismo a un nivel cultural. Veo interesante hacer otras zonas del país, por cuanto los grupos que
notar que en el siglo XIX, durante la interven- han migrado a Ia sierra llaman a sus hijos e hi-
ción de la ELC, los nombres propios de las per- jas con los nombres que les sitúan en su idea-
sonas habrían pasado de ser configurados en rio de pertenencia. Por ejemplo Gloria, una de
castellano a nombrarse también en inglés. Si- mis principales informantes en Silanes, salió
glos atriís, hombres y mujeres traídos en situa- de Esmeraldas mucho antes de tener a su hija
ción de esclavitud habían sido despojados de Priscilla a quien nombró y crió una vez insta-
sus nombres propios para ser nombrados por lada ya en Quito.
significantes de la cultura judeo-cristiana his- Las alteraciones de estas colonizaciones
panizada, ahora sus descendientes tomaban sucesivas debieron ser notables en el orden so-
74 / Esdmvrntdy moralidad familiar

cial. Resulta relevante considerar que el régi- también se trasladaron, o en qué medida unos
men de plantaciones extensivas introdujo y otras lo hicieron en forma de grupos familia-
transformaciones en el funcionamiento pro- res. Parece que los varones podían encontrar
ductivo y por ello en el orden estructural. empleo asalariado a través del reclutamiento
Quiero mostrar un signo de los cambios acon- de la ELC, pero no está claro si las actividades
tecidos que encontré en el citado texto de Tho- de las mujeres tenían relación directa con las
ron. Según este geógrafo francés, el gobierno nuevas explotaciones madereras y de cacao
ecuatoriano y la ELC llegaron a un acuerdo para la exportación.
por el que los obreros de la compañía estarían
exentos del servicio militar. Esta exención se Mercado exterior expoliando naturaleza y
hacía efectiva para todos los colonos particula- cultura
res, así como para los obreros a su servicio, si
bien los indígenas no resultaban exentos. En- Durante la dominación española, la ex-
tiendo que este particular preveía favorecer el plotación de recursos tanto hurnanos como
reclutamiento de mano de obra masculina pa- naturales había sido constante y sistemática.
ra las nuevas plantaciones de cacao. Es de su- La sujección del trabajo indígena se aseguraba
poner entonces que este tipo de producción a través de sistemas como la mita y la enco-
extensiva de semilla de cacao para la exporta- mienda que regulaban el trabajo forzado en
ción precisaba de mano de obra casi exclusiva- minas, haciendas y obrajes principalmente en
mente masculina. Thoron se permite hacer la la sierra. Por otra parte, el sistema esclavista
observación de que la compañía inglesa se es- proporcionab a fuerza de trabajo complemen-
tarla convirtiendo en "asilo de bandidos", in- tariay a veces específica, tanto en la sierra co-
cluyendo "aventureros sin fama y ni fortuna", mo en la costa. Con trabajo de hombres y mu-
procedentes de Inglaterra (Thoron 1983, To- jeres en esclavitud se dieron las explotaciones
mo I: 139) auríferas y las plantaciones en los valles cálidos
Veo muy pertinente establecer ahora la de la costa y la sierra norte. De igual manera
conexión entre esta demanda de mano de obra fue posible la servidumbre doméstica y el de-
masculina con las fugas o migraciones de ex- sarrollo de los obrajes en las ciudades y en las
esclavos desde la sierra a la costa después de casas de hacienda de la sierra principalmente.
1852 cuando fue aplicada la Ley de Manumi- (Lucena l992,LavalIé 1994, González 1986)
sión de Esclavos. Tobar (1959) recoge un apun- La memoria popular guarda recuerdos
te de Teodoro Wolf quien en 1879 escribía recientes en que ciertos sistemas productivos
acerca de la llegada a Esmeraldas de antiguos se valoran como altamente explotadores. Un
esclavos procedentes de las haciendas de las ejemplo de ello es la explotación hacendataria
sierra. El texto informa de que "buena parte de de la caña de azicar y la industria de su proce-
los negros de las haciendas de Imbabura se samiento. La actividad en los trapiches para la
trasladó a Esmeraldas y fundó algunos pueble- elaboración del aguardiente se recuerda como
cillos como Playa de Oro, o aumentó la pobla- un trabajo forzoso y extenuante en que las
ción de otros ya existentes como Uimbí, Ca- mujeres han participado de un modo eviden-
rondelet, Cachabí y Concepción" (Tobar 1959: te. Juana, una mujer de 64 años me decía que
25). No he podido inferir si se trató de migra- su abuela trabajó toda la vida en un trapiche
ción mayoritaria de varones, si las mujeres rlo adentro en Esmeraldas. Esta mujer evocaba
Proceso de modenizaclón / 75

aquella dura actividad de moler la caña desde habría afectado a la zona que estamos tratan-
el alivio de no haber tenido que continuar en do. Tias la caída del cacao, el nuevo hito eco-
ese tipo de explotación. Su abuela debió vivir nómico en la costa sería el auge del banano,
en el último tercio del siglo XIX. que llegaría a su m¡íxima cota en los últimos
En efecto, los molinos de caña de azucar años cincuenta. El estudio de Barsky centra su
y la industria para la destilación del aguar- atención en las transformaciones habidas en el
diente aparecen también en los valles de río sistema agrario de la sierra. Al margen de las
adentro en Esmeraldas. Thoron describe el transformaciones agrarias propiciadas por la
trabajo de una mujer en esta industria, a su globalización del mercado, sospecho que entre
parecer en condiciones moralmente precarias. los auges de la exportación del cacao y el bana-
Según su texto, otras mujeres estarían logran- no, la extracción de reservas naturales fue un
do ingresos de manera más autónoma, o tal gran negocio en Esmeraldas, a partir de la
vez de modo compatible con sus obligaciones aplicación de la ley de colonizaciones con el
en la casa de hacienda, con la fabricación de ci- gobierno conservador de la joven república.
garros de tabaco local y con su comercializa- Como cita Thoron. el lavado de oro en los ríos
ción. era una industria extractiva muy recurrida en
que Ios nuevos colonos empleaban la fuerza de
"En el pueblo de Boca Grande hay un molino trabajo de hombres Negros.
para exprimir el jugo de caña y allí vimos una
mujer desnuda, de lo más fea, que tenía por to- "La suerte me procuró estos dos negros reme-
do vestido una especie de faldeta corta o delan- ros sin parecido; antes que Nueva Granada hu-
tal que no la cubrla sino del ombligo hasta la biese proclamado la libertad de los esclavos, es-
mitad de las piernas. En este establecimiento tos dos hombres habían estado al servicio de
ella servía para transportar el jugo de las cañas uno de los descendientes del inmortal Fernan-
y para verterlo en grandes jarras llamadas boti- do Cortés, y eran empleados en el lavado de
jas o tinajas en las que se produce Ia fermenta-
oro en Barbacoas y luego sobre el río Nulpe,
ción necesaria el buen guarapo que' por otra afluente del Mira. Por cuenta de su maestro,
parte, se consume enormemente en el pueblo.
habían explorado varios ríos.. . " (Thoron 1983,
Otras mujeres en esta casa se dedicaban a la fa-
tomo I: 165)
bricación de los cigarros que me vendieron"
(Thoron 1983, tomo I: 106)
En ninguno de los relatos que recogí
Entrado ya el siglo XX, según se recoge durante mi trabajo de campo se menciona el
en el estudio agrarista de Oswaldo Barsky lavado de oro como una actividad común en la
(1984), el clima de la costa permitía el desarro- actualidad. Si bien, en la zona de Esmeraldas
llo de productos tropicales para el mercado ex- me informaron de que un colono italiano ha-
terior a través del sistema de plantaciones. bría tenido el monopolio de la extracción del
Hasta 1920 la exportación de cacao fue alta- oro en la isla Tolita Pampa de Oro -no en va-
mente rentable. A partir de esta fecha se prio- no así nombrada- hasta entrados los años se-
rizan los cultivos d,e arroz y de quinina para el tenta. La memoria colectiva recuerda con niti-
abastecimiento de mercados alterados tras la dez que nuevas tecnologías filtraban grandes
Primera Guerra Mundial. Puesto que en Es- cantidades de tierra donde los antiguos ente-
meraldas no se ha dado cultivo extensivo de rramientos aborígenes habían ocultado el oro
arroz, hasta donde conozco, este cambio no de los elementos ornamentales durante mile-
76 / Esclavitud y moralidad f¿miliar

nios. El oro era directamente fundido y envia- de Esmeraldas como tierra de inagotables re-
do a Europa. No dispongo de otros datos para cursos. Además del cultivo del tabaco y el ca-
el contraste que confirmen este dimensionado cao, la extracción del caucho y otras resinas,
expolio cultural. No he sabido sobre quién ha- así como la industria de la madera eran fuen-
bría vendido los derechos de esta explotación tes de desarrollo económico dignas de ser con-
y a cambio de qué beneficios. De cualquier sideradas por eventuales colonos europeos.
modo, quienes pueblan La Tolita y los caseríos
"El valle de Esmeraldas es de los más fértiles y
circundantes a la desembocadura del río San-
el cacao se ha convertido en objeto de grandes
tiago no han visto que ello haya revertido en el cultivos gracias al ejemplo y a la importancia
desarrollo de su entorno. de las plantaciones de los señores Concha y
Durante mi estancia en la costa, la isla Cox. Hasta ahora la principal riqueza de la pro-
de La Tolita me pareció lugar digno de un es- vincia es el tabaco, que tiene ganada su fama; y
tudio etnográfico en profundidad. A través de sus selvas producen excelentes maderas de
unos colegas del país que trabajaban en un construcción y de ebanistería, caucho, varias
proyecto antropológico de conservación en la otras resinas balsámicas y vainillal' (Thoron
1983, tomo lI: 64)
isla, supe que se trataba de una zona con la
más alta concentración en nichos funerarios
No he encontrado estudios acerca de la
de alto valor arqueológico. En los años ochen-
implicación de hombres y mujeres en las plan-
ta el Banco Central del Ecuador puso en mar-
taciones de cacao en la zona durante su expan-
cha un proyecto para inventariar la riqueza ar-
sión transnacional masiva en el último tercio
queológica de la zona. A partir de este mo-
del siglo XIX y principios del XX. Considero
mento el expolio delas huacas o nichos queda-
que sería interesante profundizar acerca de la
ba prohibido oficialmente. No obstante, hom-
división sexual del trabajo en esta forma de ex-
bres y mujeres de la zona siguen buscando
plotación agrícola. Durante mi estancia en la
huacas y tratando de evitar el control de las
costa, apenas pude saber que el procesamiento
autoridades. Giovanni, un joven de 3l años,
me decla en su relato que ya nadie quiere "sa- del cacao para su comercialización local y de
carse una huaca" porque las autoridades con- ámbito interno era prácticamente artesanal.
fiscan el material extraído. Un joven de La To- No me ha sido posible profundizar sobre los
lita me dijo que estudiaba ingeniería en Esme- intercambios entre los propietarios de la plan-
raldas "gracias a una beca de una señora de tación y las comunidades locales, sobre si ello
Suiza". A cambio de esto él le hacía llegar cier- produjo transformaciones importantes en la
tos restos arqueológicos, cuyo valor de cambio estructura productiva y por consiguiente, en Ia
en el mercado europeo nunca llegaría a sospe- división sexual del trabajo.
char siquiera. Me hicieron saber que la violen-
cia se había convertido en una forma normal Proceso de modernización. Antos y después
de resolución de conflictos. habidos a causa de de la Reforma Agraria
estas extracciones ilegales que siempre han es-
tado rodeadas de procesos rituales previos a la "...eI objetivo último de la intervención estatal
localización de los enterramientos. en las zonas rurales latinoamericanas ha sido,
Como ya se ha visto, Thoron insiste en por encima de todo, fomentar la moderniza-
su texto sobre la potencialidad de la provincia ción y el desarrollo del sector agrario. Un desa-
Proceso de modenhación / 77

rrollo sectorial que se entendía a Ia vez como las llamadasf ncas.En la región de la costa no-
imprescindible y subordinado de cara a Ia con- roccidental, las comunidades Negras se habían
solidación de un modelo de crecimiento indus- vinculado a la economía de la exportación con
trialista, verdadera prioridad macroeconómica la recolección de Ia tagua, del caucho y el cor-
en Ia mayor parte de los países. Con la finalidad
te de madera de balsa, aunque fue el cultivo
de estimular ese crecimiento, garantrzar la paz
del banano Io que transformaria radicalmente
social y expandir la influencia del aparato del
Estado, las políticas agrarias han sido utilizadas
la economía de la zona. Trujillo argumenta
por las élites nacionales para fortalecer su pro- que las comunidades campesinas que no se in-
pio estatus hegemónico. Esto explica que las ternaron en el bosque fueron despojadas de
prescripciones gubernamentales sobre Ia mo- sus tierras o bien fueron asimiladas por la pro-
dernización hayan hecho, salvo excepciones, ducción bananera. Es de suponer que los
más énfasis en Ia productiüdad que en la igual- hombres pasaron a emplearse como transpor-
dad de oportunidades." (Bretón 1994: 55) tadores fluviales. Con esta información se con-
firma nuevamente que el tipo de trabajo de-
Sabine Speiser (1993), en su estudio so-
sempeñado por los hombres en esta zona, no
bre la tenencia de la tierra en Esmeraldas, se-
ha abandonado la condición de itinerancia, al-
ñala que ésta ha sido una de las provincias del
go que resulta importante en la configuración
país más relegadas por parte del Estado. No de las redes parentales y en Ia estructura de las
obstante indica que desde los años 50, el desa- composiciones domésticas. Como aparece en
rrollo del banano, de la palma africana y las in- las fuentes primarias ya nombradas, los hom-
dustrias camaroneras han otorgado un prota- bres de la zona han sido empleados tradicio-
gonismo económico que permite hablar de in- nalmente como guías y transportadores por
tegración de la zona al sistema mercantil esta- innumerables viajeros y colonos (Balboa 1959,
talizado. Me permito añadir que esta pretendi- Thoron 1983).
da integración al sistema ha supuesto un alto Según Trujillo, la colonización como
costo en términos ecológicos y de desarrollo proceso de ocupación masiva de las tierras
humano, tropicales y subtropicales -en que se incluye la
Siguiendo el estudio del antropólogo provincia de Esmeraldas- se llevó de forma
ecuatoriano |orge Tiujillo (1986), los primeros más visible a partir de los años 50. Esta coloni-
avances colonizadores en la costa se remontan zación de las tierras de costa y oriente iba a
a los años de exportación del cacao. Los traba- formar parte de lo que se ha dado en llamar
jadores de que precisaban las nuevas planta- "proyecto de modernización" de la economía
ciones llegarían del excedente de campesinos ecuatoriana. Esto incluiría las reformas del sis-
sujetos a servidumbre en las haciendas del in- tema agrario tradicional, el desarrollo de las
terior, Como se ha visto más arriba, parece que industrias sustitutivas de las importaciones y
los recolectores de la semilla de cacao para la el inevitable crecimiento de las ciudades. Tiu-
exportación eran principalmente, si no exclu- jillo argumenta que este proceso no sólo debe
sivamente, hombres. Las haciendas arroceras y entenderse como la ocupación de tierras por
los ingenios azucareros fueron receptores campesinos colonos, sino como una apertura
principales de esta mano de obra, aunque del país a la inversión agroindustrial y a la ex-
también los migrantes definitivos constituye- plotación empresarial de recursos naturales
ron pequeñas unidades de explotación propia, renovables y no renovables. En tanto que las
7E / Escl¿ütud y moralidad famüar

tierras a ser ocupadas no eran baldías, como Ilips informa de que el huasipungo, como tipo
fueron llamadas, sino que estaban pobladas agrlcola de intercambio miás extendido, pro-
por diferentes comunidades tanto indígenas ducía una división sexual del trabajo en la que
como Negras en el caso de Esmeraldas, el pro- las mujeres tenían un rol insustituible. El tra-
ceso de colonización supuso una confronta- bajo de éstas servía para cumplir las obligacio-
ción del Estado contra las comunidades de nes más variadas en el seno de las relaciones de
campesinos, Esta confrontación no estuvo poder con el hacendado, la Iglesia católica y el
exenta de violencia y sin duda constituyó un Estado. El sistema de pongas o prestación de
importante pilar en la formación de indenti- servicios a la lglesia a través del trabajo de las
dades colectivas asociadas a la constitución de mujeres ha tenido vigencia hasta 1959.Lahua-
cooperativas agrlcolas y de comunas para la sicamla o el servicio personal en la casa de Ia
reivindicación del espacio habitable. hacienda era un trabajo obligado para las mu-
Ti.ujillo explica que las demarcaciones jeres. He visto que la abolición de este deber se
administrativas menores que parroquias pasa- menciona en las demandas campesinas a par-
ron a denominarse comunas a partir de la ley tir de los años 60 (CEPLAES 1984).
de 1937, pensada para la reorganización y re- La Reforma Agraria tiene lugar a partir
gulación de las mismas. Según esta le¡ una co- de las leyes de 1964 y 1973 con el objeto de eli-
muna se conforma legalmente con al menos minar los obstáculos que entorpecían la acu-
"50 comuneros con residencia habitual" y de- mulación capitalista en el campo. Según Phi-
be dotarse de un Cabildo de cinco miembros llips, esto no afectó a la concentración de la
como órgano representativo. Entiendo que los propiedad de la tierra puesto que la redistribu-
cincuenta comuneros son hombres en tanto ción no fue real58. Como se ha visto, la ley de
que cabezas de familia. Entonces, es de supo- Cooperativas incipientes discriminó a las mu-
ner que Ia comuna está constituida por hom- jeres, dado que no podían asociarse ambos
bres, mujeres y menores, ordenados en fami- cón¡rges y en todo caso el marido tenía la au-
lias monogámicas donde los maridos-padres toridad para arbitrar el permiso a la mujer pa-
son representantes y agentes políticos. Pienso ra asociarse. Las tierras se adjudicaron al jefe
que esto ha de tener implicaciones en las rela- de la unidad huasipunguera, al hombre, que-
ciones de género dentro de esta nueva entidad dando excluídas las mujeres del acceso a la
institucional. propiedad.
En este sentido, Lynn Phillips (1986) se- A partir de los años 50 el pals se abría a
ñala las implicaciones que ha tenido para la vi- nuevas transformaciones estructurales. La eta-
da de las mujeres el llamado proceso de mo- pa de modernización se apoyó en el auge de las
dernización en el sistema agrario en la sierra exportaciones bananeras y se condensó en la
ecuatoriana. Cuando esta autora se refiere a la creciente industrialización con el resultado del
región de la sierra, no incluye otra minoría ét- crecimiento demográfico de las ciudades prin-
nica que la indígena sin especificación. Sospe- cipales de Quito y Guayaquil. En el campo co-
cho que la participación de las comunidades menzaba una tlmida mecanización en las nue-
Negras e indígenas no fue indistinta dentro del vas parcelas resultantes de las desintegración
complejo de relaciones de producción habidas de las haciendas tradicionales. Según las fuen-
en el sistema de la hacienda serrana tradicio- tes, las trasformaciones agrarias tuvieron un
nal. No obstante estas particularidades, Phi- resultado migratorio importante con trayecto-
Proceso de modernzación / 79

rias en dos sentidos fundamentales: por una servidumbre era el pago de una deuda perpe-
parte un éxodo de la región de la sierra a las de tua (Peñaherrera y Costales 1964). En l95l el
la costa y el oriente amazónico; y por otra, una Instituto Ecuatoriano de Antropología y Geo-
migración a los centros urbanos (Barsky 1984, grafra realizó un estudio sobre los modos de
Gondard 1988, Trujillo 1988). producción en el Valle del Chota. Según estos
Los testimonios recogidos sobre el te- datos, tenemos que había 72 haciendas pro-
rreno corroboran que en los años 60 se acusó ductoras en la zona. En ellas trabajaban el 460/o
un movimiento migratorio importante desde de las familias descendientes de aquellas "fa-
las tierras de origen a la capital de la república. milias de negros criollos y bozales" que intro-
Los hombres eran requeridos sobre todo en el dujeron los jesuítas siglos atriís. Según la cita
sector de la construcción y las mujeres llega- que Ronald Stutzman (1979) hace de la fuente
ban a trabajar mayoritariamente para el servi- primaria -(Peñaherrera y Costales 1959)-,
cio doméstico. "8.000 morenos" poblaban la zona y más de la
mitad trabajaban como partidarios, peones li-
Preparando el éxodo rural bres o en el usufructo de tierras.
Según esto, he podido inferir que cerca
En algunos puntos de la sierra norte el de la mitad de las familias pobladoras estarían
cultivo del algodón ha sobrevivido al proyecto teniendo dificultades para desarrollar su tra-
jesuíta de la caña de azicar. Emiliana nació en
bajo vinculado a la agricultura. Según los rela-
un pueblo de la sierra norte y contaba que su tos de vida, el proceso migratorio hacia las ciu-
madre, como todas las madres, trabajaban a dades y particularmente hacia la capital había
jornal en la recogida del algodón. Esto era a dado comienzo incluso antes de los años 50,
partir de los años 20 del siglo XX. Con anterio- aunque es a partir de los 60 cuando se acusa
ridad aún se trabajaba en la extracción artesa- un éxodo rural más regular.
nal de la sal, como lo hicieron el padre y la ma- Si bien el orden de hacienda fue predo-
dre de su madre. He visto que hacia los años minante en la sierra hasta la implantación de
30 y 40, la mayoría de las mujeres jóvenes tra- la reforma agraria en 1963 y l974,las activida-
bajaban antes de casarse en muy distintas acti- des productivas eran variadas y compatibles
vidades como jornaleras. La madre de Emilia- con este orden. Los relatos dicen que "hombre
na ordeñaba a jornal en las haciendas lecheras y mujer trabajaban por igual en el campo",
hasta que se casó hacia 1935 y sus tías por en- aunque las descripciones acerca de las activi-
tonces eran peonas parala construcción de la dades muestran matices que ubican a hombres
carretera que une Quito con San Lorenzo. y mujeres en clara situación diferencial. En
En Imbabura, tras la abolición formal primer lugar, Ia tierra era asignada para traba-
de la esclavitud por la constitución de 1852, jarla al jefe de la unidad doméstica con quien
quienes habían estado en situación de esclavi- el patrón y el mayordomo establecían las rela-
tud permanecieron en el sistema de huasipun- ciones económicas. Como decía Emiliana en
go, trabajando para las haciendas bajo el siste- su relato, aunque las gentes decían poseer la
made endeudamiento. La práctica del priostaz- tierra, no hubo propiedad del campesinado a
go aseguraba el sobre-consumo popular y los efectos legales hasta la intervención del IERAC
jornales no bastaban para cubrir Ias deudas con la reforma agraria60. Hasta entonces, la
contraídas con el patrón59. En ocasiones la forma de trabajo agrícola en el sistema tardío
80 / Esclavitud y moralid¿d familiar

de hacienda eraconocido en la zona como tra- chera y participando en la cosecha del algo-
bajar "a medias". Esta era Ia manera más co- dón.
mún de acceder al uso de la tierra ajena. La se- Según los datos de los testimonios y el
milla era puesta por quien trabajara la tierra contraste con los estudios agraristas, Parece
aunque esto podía negociarse. Cada parte se claro que las parcelas en aparceria resultaban
llevaba la mitad de la cosecha. Esta era una de en su mayoría precarias en extensión y en vo-
las formas de producción agrícola considera- lumen productivo. Lo que se ha dado en lla-
das como precarias por la ley de Ia Reforma mar presión demogriífica habría comenzado a
Agraria, una de las formas que estaba destina- afectar ya de manera preocupante con las pri-
da a desaparecer. He visto que la definición meras décadas del siglo XX en algunas zonas
que más se ajusta a la forma descrita por los rurales de la sierra norte62. Así lo muestran
relatos es lo que en el A¡t.51 de dicha ley se ci- también la mayoría de los relatos sobre la zona
ta como aparcería (Barky 1984)61. de Imbabura.
El sistema de hacienda regulaba el acce-
"En el campo no es que sea duro, sino que es de
so a vivienda para las familias que trabajaban
darse de cuenta que si vd. vive en el campo, ha
en ella. Emiliana hace mención a que antes de
de tener adónde sembrar para que vd. pueda
que muriera su padre, Ia casa en que vivían era vivir. Porque tampoco va a estar uno enfrenta-
de ambos cónyuges. Lo legalmente admisible do a la suegra ni a los padres de uno. Uno ha de
era que un patrón o hacendero fuera el único tener aunque sea su pedacito para sembrar más
propietario. A una unidad doméstica de fuer- que sea un guacho de camote o una mata de
za de trabajo se le concedía el derecho al culti- yuca o una mata de plátanos." (Milagros' 45
vo de una parcela en la cual debían instalar la años)
vivienda familiar. La familia debla realizar en
Fernando Guerrero (1996) argumenta
primer lugar las actividades requeridas por el
que la reform a agraria en el valle del Chota no
orden de Ia explotación hacendataria. He visto
que el cultivo predominante en la zona de Sa- redundó en la distribución de la tierra entre
las comunidades campesinas. En este sentido,
linas, Valle del Chota, era el algodón cuya co-
secha se inventariaba como bienes de la ha- según el aniílisis de Vlctor Bretón ( 1997)' debi-

cienda. En cada cosecha se entregaba la mitad do a la presión sobre la tierra y a la disminu-


del producto al patrón. La mitad de la cosecha ción de la oferta de trabajo agrícola, Ias nuevas
sería pues comercializable por la familia de generaciones que han permanecido en la zona
campesinos. El cultivo de hortalizas, granos y lo han hecho en empleos asalariados, y en ma-
otras legumbres para el autoconsumo podía yor medida con trabajo familiar no remunera-
tener un excedente para la comercialización a do. Buena parte de estas nuevas generaciones
pequeña escala. Pese a que el difunto padre de han de haber sido obligadas a la emigración.
Emiliana tenía una tierra asignada Para usu- El estudio de Lourdes Rodríguez
fructo, Io que ésta producía no debía ser sufi- (1994a, b) ilustra como Ia presión sobre Ia tie-
ciente para el mantenimiento de una mujer rra en los años 50 era fuente de conflictos
con tres criaturas. Prueba de ello es que Emi- constantes entre Negros y pastusos o campesi-
liana trabajaba esta tierra con su madre y ade- nos Blanco-mestizos en la provincia del Car-
más cortaba leña a jornal. Su madre buscaba chi, en la sierra norte que limita con Colom-
también jornal ordeñando en una hacienda le- bia. Según esta autora, estos conflictos busca-
Proceso de modernización / 81

ban asegurar la reproducción de las familias llegaban a la capital con idea de lograr cierta li-
Negras de la comuna de Caldera que en tiem- quidez que invertirían después en su tierra. En
pos de la colonia fue hacienda jesuíta. La ocu- casi todos los casos había una intención de
pación de tierras por parte de las comunidades moverse a la ciudad con la certeza de lograr
Negras parece poner de manifiesto que las una educación, tanto para sí como para sus hi-
nuevas generaciones estarían reclamando nue- jos e hijas. Pude apreciar que esta idea de la
vos derechos ante el establecimiento de colo- educación se refería al perfeccionamiento for-
nos Blanco-mestizos. Resulta relevante que mal a través de estudios secundarios, pero so-
mediante estas luchas por la tierra, la identi- bre todo a lo que podría llamarse conocimien-
dad racial afro-ecuatoriana es algo que se to de las normas cívicas, algo de un considera-
construye en torno a los derechos adquiridos y ble valor simbólico. He visto que quienbs lle-
por un sentido de pertenencia histórica al lu- gan del campo desean incorporarse en las nue-
gar en el que se ha trabajado en situación de vas categorías sociales al uso en la ciudad y
esclavitud. despojarse de sus adscripciones adquiridas en
base a criterios que rigen en su zona de origen.
Llegando a la capital Por ejemplo, las mujeres jóvenes de la sierra
que llegan a la capital valoran positivamente el
Lo que se ha dado en llamar proceso de
ser tratadas como señoritas. Para la gente de la
modernización, que implica las transformacio-
costa es importante dejar de ser visto como
nes habidas a partir de la década de los 60 en
montubio, término que define al campesino
la agricultura y la industria, indujo corrientes costeño y le atribuye un temperamento hosco
importantes de migraciones del campo a las y una conducta poco cultivada.
ciudades. En términos generales se puede de-
Al respecto de las migraciones, pienso
cir que la presión demográfica en el campo, que los estudios socio-demográficos, aunque
iunto con la creciente demanda de mano de tienen sus limitaciones pueden resultar orien-
obra en las ciudades fueron factores que in- tativos. Sobre este particular, no he podido
centivaron estas corrientes migratorias. Si nos contar con datos desagregados por sexo, lo que
acercamos a la realidad particular a través de hubiera resultado interesante a la hora de ver
los relatos, se aprecia que las motivaciones pa- las tendencias y destinos de los hombres y las
ra salir del campo y llegarse a una ciudad cer- mujeres que salen de su lugar de origen. To-
cana o a la capital, han sido diversas según el mando las provincias de Imbabura en la sierra
lugar de origen. Estas motivaciones guardan y Esmeraldas en la costa como zonas represen-
relación con estrategias de reproducción, con tativas del origen de las comunidades Negras,
valores sobre el progreso y la movilidad social he tenido en cuenta los datos que sobre migra-
ascendente; y sobre todo, resultan ser diferen- ciones se han elaborado sobre los últimos
ciales para hombres y mujeres. quince años. Según esto, durante el periodo
Una gran parte de las personas de la sie- 1985-1990 Ia provincia de Imbabura tuvo un
rra con quienes hablé, decían que en el campo saldo migratorio negativo, esto es, hubo más
no se puede vivir sin tierra, por lo que la sali- emigrantes que inmigrantes (CEPAR 1993).
da a la ciudad aparecía como una estrategia de Cerca de doce mil personas emigraron a Pi-
sobrevivencia ante la presión sobre el acceso a chincha -provincia de la capital del país-, cer-
tierra cultivable. Algunas personas de la costa ca de un 5o/o dela población promedio en este
82 / Escl¿vitud y moralidad famiüar

intervalo. Durante el mismo periodo, Esme- ca en Manabí, su provincia de origen, que lle-
raldas tuvo un saldo positivo, tuvo más imi- gan a Esmeraldas atraldos por los beneficios
grantes que emigrantes. El mayor volumen de de una ley de colonización, Algunas comuni-
emigrantes -miís de diez mil-, tuvieron la pro- dades Negras que ocupaban sus parcelas en ré-
vincia de Guayas como destino y especialmen- gimen tradicional de posesión, se han visto le-
te su capital Guayaquil como ciudad más po- galmente desposeídas y muchos de sus repre-
blada del país. El segundo destino de la emi- sentantes han optado por vender. Orestes está
gración desde Esmeraldas fue la provincia de entre los que aún se resisten.
Pichincha, con cerca de siete mil migrantes
(CEPAR 1992b), "Entonces hay manabas... lo que quiera, de ese
lado de allá del Santiago, y lo que quiera de es-
Creo importante señalar que la provin-
te lado de acá del Cayapas. De la comuna no
cia de Esmeraldas ha sido considerada por el
hay manabas. Comuna es hasta un punto lla-
IERAC como zona abierta a la colonización mado de Playa Rica, por el Santiago. Y por el
hasta 1990. Por esta raz6n en la actualidad. la Cayapas es hasta un punto llamado Corriente
población inmigrante en ella son en su mayo- Grande. Eso es comuna, allá no entran mana-
rla colonos que llegan de Manabí, de Colom- bas. Sí, ellos han ido para comprar y no les de-
bia, de Guayas y de Pichincha, por este orden. jan. Allá donde yo vivía llegó un manaba a
La llegada de colonos de Manabí ha sido espe- comprar. Un cuñado mío le vendió y después,
cialmente significativa y ha producido conflic- la comuna pues le paró el carro a mi cuñado y
tos con las comunidades Negras e indígenas en tuvo que andar con la ley. Con la ley lo sacaron.
No, la comuna con los manabas no se llevan.
Esmeraldas. La comunidad indígena Chachi -
Llegan y el manaba es egoísta pues. Ahí en ese
conocida localmente como Cayapas-, goza del
sector de Onzole, llega un manaba ahí en eso
usufructo de las tierras asignadas por el Esta-
solito. Si vd. le vendió ahí, éste pite ahí. Llega él
do a la Comuna Rio Santiago-Cayapas. lo tumba el monte, siembra cualquier cosita y
Durante mi trabajo etnográfico supe empieza a hacer ranchito. Se va. Cuando viene,
que una de las demandas de las comunidades que le venda ese pite por aca, que le venda ese
Negras de la zona al gobierno en los últimos pite más allacito. Ahora vd. llega a ese punto de
años 80 era la reivindicación de un territorio Tangaré, y ¡hay manabas que lo que tienen ahí
como grupo étnico, en igualdad de derechos es hacienda! Ahora, ellos son los que tienen la
con el grupo Chachi. Según Speiser (1993) a plata. Los manabas son los que tienen la tierra
principios de los 90 el IERAC hizo promesa ahora. Los morenos les queda es nada [sic]. Al-
gunos que cambiaron su terreno por dos o tres
verbal de no entregar miís tierras a colonos
vaquitas.. . Yo aquí tengo que morirme pero yo
hasta que no se asegurara un proceso de lega-
mi tierra no la vendo" (Orestes, 59 años)
lización de asentamientos para las comunida-
des Negras. No obstante, los relatos que he re- Las comunidades Negras en Esmeraldas
cogido declaran que las tensiones continúan y se han desarrollado en base a diversos tipos de
que los colonos compran las tierras a los po- actividades agrícolas, pesqueras, extractivas y
bladores, quienes en última estancia ven em- de cacería (Speiser 1993). La devastación de
peorar su situación y tienden a emigrar a la los manglares, particularmente acusada en la
ciudad de Esmeraldas o a los destinos antes se- década de los 80 con el auge de las explotacio-
ñalados. Los manabas son colonos Blanco- nes camaroneras, ha afectado al equilibrio de
mestizos expulsados por la presión demográfi- peces y crustáceos en el litoral. De manera in-
Proceso de modernzación / 83

directa, la pesca artesanal -actividad exclusiva- guardias de seguridad y en el sector de la cons-


mente masculina- se ha visto afectada negati- trucción. También trabajan en el sector infor-
vamente. La recolección de crustáceos del mal, aunque son las actividades de las mujeres
manglar -actividad que realizan tradicional- las que más permanecen ocultas, por cuanto
mente mujeres y menores, ha decrecido de son ellas las más representadas bajo el indica-
forma más dramática. Giovanni iba con las dor de población inactiva.
mujeres a conchar y en su relato apunta la dis-
minución que ha notado en el nivel de captu- Movilidad social y racismo activo
ra. En los últimos 15 años el volumen habría
llegado a diezmarse.
Muchos de los hombres que conocí en
el barrio de Quito, lograron ser empleados en
"De la concha se saca más o menos, Io que aho- las décadas pasadas y algunos gozan de los be-
ra no hay como antes. En el tiempo que yo neficios de un trabajo estable, como es la afi-
aprendí, cuando valía el ciento 25 sucres, me liación al seguro social. Hay que decir que Ia
sacaba ochocientas, me sacaba mil quinientas mayoría son de origen serrano. Los costeños,
conchas. Hoy día se fue subiendo, ahorita en la salvo excepciones han llegado a Silanes más re-
actualidad está a 4.000 el ciento y ahora me sa- cientemente. Según aparece en los relatos, no
co trescientos, doscientos, ciento cincuenta... a
han encontrado grandes problemas para in-
veces nada! cuando no se topan." (Giovanni,32
sertarse en empleos que apenas requieren cua-
años)
lificación.Se puede apreciar un problema de

Giovanni tiene una parcela para el auto- falta de empleo en esta década de los 90 y so-
consumo en Esmeraldas y realiza actividades bre todo, se acusa la discriminación racial a la
diversas como la recolección de concha, la ela- hora de solicitar un empleo con nivel medio y
boración de carbón vegetal y la sanación de alto de cualificación. Antonio decía que había
enfermedades, entre muchas otras, Dice que sido rechazado en dos ocasiones cuando se
cuando se cansa s€ va para la ciudad. Pasa presentó a cubrir una vacante como técnico en
unos meses al año en Guayaquil y ahora está computación y ello, aducía, era debido a su co-
probando suerte en Quito. Durante este tiem- lor. También Benancio, marido de Gloria, esta-
po se dedica a cocinar para el consumo ajeno ba seguro de que era discriminación racial lo
y parte de los ingresos le sirven para obtener que en ocasiones le había impedido ser em-
tierra legalmente en Esmeraldas y para '<man- pleado en Quito.
tener", dice así, a las mujeres con quienes con- "Yo si he sabido de marginación en el trabajo.
vive en un lugar y en otro. Entre los hombres Una experiencia propia. Yo estudié computa-
que encontré en Quito, procedentes de Esme- ción, entonces yo trabajaba en "tal sitio" y ha-
raldas, existe un patrón similar de itinerancia. bía la posibilidad de que yo maneje la contabi-
Suelen encontrarse de paso, a menudo se alo- lidad y el hecho de ser negro, no quisieron que
jan en casa de parientes y cuando han obteni- fuese. No me dijeron que era por eso pero uno
do los ingresos esperados vuelven a su tierra, se da cuenta por comentarios de los compañe-

para salir de nuevo después de un tiempo. Es- ros." (Antonio, 32 años)


tos hombres, una vez en Quito encuentran a "Verá yo creo que sl había ese cierto racismo
menudo empleo regular como obreros de fá- que al momento mismo de andar buscando un
bricas, como operarios de servicios, como trabajo... claro que yo llegué con trabajo pero
84 / Esclavitud y moralidad famiüar

después quise independizarme, digamos ya yo centro de salud del Ministerio. Estas últimas,
sólo, sentirme que yo sólo puedo buscar un tra- más afortunadas, no eran recién llegadas. Co-
bajo. Estuve así andando unos ocho días y veía nocí también a mujeres más jóvenes que eran
los rótulos. Es tal como ahora si ponen "hay empleadas en empresas para la exportación de
cuartos de arriendo" y cuando va y ven una flores cortadas, que reclutan mano de obra
persona de color negra, le dicen que ya no está
principalmente femenina. He visto que tam-
de arriendo. Entonces yo veía los rótulos "se
bién las mujeres con educación $ecundaria o
necesita carpintero", porque yo me íba a las car-
pinterías. Salían, me veían y decían: si fuera a
formación profesional encuentran difi cultades
haber venido más de mañanita, entonces había para insertarse en el empleo. Sagrario estudió
el trabajo, porque recién nomás... o: véngase la contabilidad y trabaja en el servicio doméstico
otra semana. Iba, igual me decían que no había con el deseo de ser admitida en otro tipo de
chance y igual seguía el rótulo ahí. Entonces yo empleo mejor considerado. Asegura que existe
creo que en eso había un poco como de racis- una clara discriminación racial en el empleo.
mo, ¿ya?, de egoísmo, todo eso." (Benancio, 30 El relato de María abunda tambien sobre ello.
años)
"EIIa [su patrona] piensa que todavía el negro
"Como digo, ahí sí puede decirse que la discri- tiene que pertenecer al ciclo del esclavo, según
minación social, por cuanto a uno no le permi me da a entender. (...) Quiero salirme de Io
ten superarse. También tuve un buen amigo, mismo, ver si puedo aplicar en un almacén de
Fulano Tal. El era en ese entonces el mejor de- dependiente. Aunque sea en una tienda, pero
portista del país. A él Ie tocó pedir la baja por ya no quiero ahí. Sí, hay discriminación en el
cuanto no le dejaban suPerarse ahl donde él es- trabajo. Donde más hay. En una institución pú-
taba. estaba en las Fuerzas Atmadas. Era el úni- blica, vd., una persona morena la ve, pero ¿de
co negro, entonces siempre... En el ejército qué?, está limpiando o por el estilo. ¿Por qué no
tampoco admiten, pero cuando son los mejo- puede estar tras de un archivo o tras de un es-
res deportistas, ahí sí les admiten. Eso me pare- critorio?" (Sagrario, 35 años)
ce algo que no debiera ser Porque así como
"...una prima mía mismo. Ella se graduó, o
pueden aportar con su ffsico, también, si logra-
sea, estudió en un colegio, se graduó ahí, le die-
mos tener maneras de superarnos también po-
ron la oportunidad de trabajar ahl. Era buena
demos aportar con nuestra inteligencia y desta-
estudiante,...después le quisieron dar el cargo
car en todo. Pero ahí sí hay bastante discrimi
de licenciada ahl mismo, pero Por ser negra no
nación." (Maritza, 3 I años)
le permitieron. Sí, por eso le dijeron. ( . . ' ) Yo no
sé, pero ya viene de siempre. Por eso debe de
Por otra parte, la mayoría de las mujeres
ser Ia rebeldía de nuestra raza. Imagínese' yo
que conocí no tenían emPleo formal remune-
creo que todos somos iguales, tenemos la mis-
rado, habían llegado a trabajar en el servicio ma capacidad para desempeñar cualquier car-
doméstico o se dedicaban a otras actividades go." (María,31 años)
de la economía informal como la venta ambu-
lante, el lavado de ropa y en menor medida el Estas mujeres han tenido acceso abierto
servicio sexual. Algunas mujeres gestionaban a la realización de actividades vinculadas con
pequeños negocios de venta en su domicilio, la domesticidad, como son la crianza de me-
Ias menos eran empleadas en medianas y nores y el cuidado de ancianos y enfermos. Pa-
grandes emPresas; y también en instituciones ra este rol, algunas de ellas fueron entrenadas
públicas como las guarderlas del barrio, y el desde muy niñas. Como veremos en el aparta-
Proceso de modernización / 85

do siguiente, algunas de estas mujeres fueron pellizcaban entre ellos, que... "bola de humo",
"sacadas" de su entorno familiar para ser cria- en ffn. Se pelüzcaban entre ellos y decían: "con-
das en la servidumbre de las casas de los "pa- tra la mala suerte, contra la mala suerte", y no-
trones" en la ciudad. sotros ya sabíamos que era contra nosotros. O
de no, eran "Schssssss". Todo esto era como le
Los testimonios de las personas de me-
digo, en primer lugar, no era gente decente.
diana edad dan cuenta de otro tipo de racismo
(. . . ) A mí mismo me han pasado cuántas expe-
cuya expresión es mucho más performativa
riencias que yo he pegado a muchos-muchos.
que la mera discriminación laboral. Hombres Cuando vivían unas tres o cuatro familias, pai-
y mujeres que habían llegado a la capital en los sanas mías morenas, en los barrios del sur, por
tempranos años 60, habían sufrido ataques in- el Camal, ellos habían hecho pero luchas, hasta
sultantes de manera sistemática. Ello se re- con 2O y 30 personas, y ellos eran una jorga de
cuerda con crudeza como algo que forma par- seis morenos o siete, por lo que así les fastidia-
te del pasado, aunque testimonios sobre he- ban. Fastidiaban mucho mucho a la raza more-
chos más recientes informan también sobre na. (...) Eran jorgas de bastantes, muchachos
jóvenes también, hombres. Molestaban durísi-
ello en la actualidad. Entre los insultos más
frecuentes se encuentran alusiones al color de mo a hombres y mujeres. Con estas cosas que
por decir así, nos hemos parado duro, esto se
modo muy despectivo y en forma de metáfo-
borró. Ya no, ahora no, se perdió totalmente,
ras asociadas a Ia nocturnidad, la suciedad, el
pero ya le digo, cuando nosotros vinimos."
mal agüero y el diablo. A este respecto secogí (Emiliana,58 años)
numerosos testimonios que concuerdan en la
mayoría de las elocuciones insultantes. Preci- "Son más revoltosos flos morenos], es que di-
samente fueron también los años 60 un tiem- ga, a veces porque sí les buscan. A veces, ellos
po de duros enfrentamientos raciales en los como buenos, son bien buenos, quizá más que
EEUU que llevaron a la conformación de una nosotros pero asl mismo, el hecho que les ha-
unión identitaria en torno a la vindicación por cen sentir mal ellos reaccionan. Claro, a ellos
los Derechos Civiles y al consiguiente logro de les dicen insultos, les ponen hasta sobrenom-
bres. Por ejemplo en mi barrio había que les sa-
que la segregación formal fuera derogada en
blan molestar a los morenitos, les decían que
1968 en los estados sureños.
por vagos han quedado así negros, porque
"Especialmente Ia razaindígena, porque la gen- cuando. . . hay esa leyenda pues, de que cuando
te blanca-blanca tiene más consideración. más dice que era que Diosito dice que se vayan al
aprecio a la gente morena, pero la gente indíge- río, ni sé como, entonces es que todos los que
na tiene más desprecio a la raza morena, no sé somos así, digamos un poquito más blancos
por qué pero eso sí es casi experimentado. Mi- hemos corrido, ya a bañarnos, que por eso so-
re,la raza morena aqul, más o menos en e1... mos blancos, en cambio los morenos, que
62, cuando vine yo ya a residir, más tiempo siempre han sido vagos, perezosos y que por
aquí, cuando yo ya me casé y entonces ya vine eso tienen las plantas de las manos y de Ios pies
a hacer aquí mi residencia casi hasta el mo- más blancas, porque ellos por dormilones se
mento. Entonces ahí se veían las burlas, las mo- han ido al último y lo único que han hecho es
fas, y eso no sólo le voy a contar yo, posible- refregar las plantas de las manos y de los pies.
mente esto van a expresar otros morenos tam- Así que les tienen por vagos. Osea yo creo. .. to-
bién. En cuanto le veían a la raza morena, se dos no son, pero sí que hay algunos que sí." (Al-
burlaban y por ejemplo contra Ia mala suerte se bita,32 años)
86 / Esclaritud y moralidad familiar

"No me he dejado, yo no me he dejado, pero sí cernos: gus-gus. Quería decir: gallinazos. Era la
ha ocurrido. Sí creo que este país es racista. Nos gente blanca, ver al negro era como ver... có-
gritaban: bola de humo, cocolón quemado... y mo puedo decirle pues, como ver al diablo.
había que soltar las manos, cogerse a lo fuerte, Claro y nos ofendían. Hasta ahora mismo hay
y así nos hemos hecho respetar. Sí, ahora es dis- algunitos que nos ofenden, pero ya más o me-
tinto, ha cambiado. Gracias a dios ha cambia- nos... " (Pancho,6l años)
do, porque era un país más racista. Pero el ra-
cismo que hoy tenemos es hipócrita. Porque si Los testimonios que recogí en los que se
por delante le tratan bien, por detrás no sé lo evocaban esos años en Ecuador. informan del
que le dirán." (Elena,44 años) nivel simbólico de las ofensas racistas. El rela-
to citado de Pancho Acosta es el más claro en
"O sea, el negro, aquí en la sierra tiene mala fa-
este sentido. Ver a un Negro, dice, era como ver
ma. Vd. por ejemplo va caminando por esta
parte y vienen dos allá, y si es hora de noche,
al diablo. Era habitual que en presencia de es-
esos dos se le cruzan acáy itá-tál, de miedo. El tos hombres y mujeres, quienes se les cruzaban
negro tiene mala fama. (. . . ) Sí oiga, es un con- se comportaran ritualmente contra la mala
flicto esto. O sea, a mí me gusta andar bonito, suerte. Esto podía incluir el gesto de pellizcar-
más cuando voy al centro. Me gusta andar pre- se o la emisión de ciertos sonidos silvantes pa-
sentado, para que no vayan a pensar mal. (.. . ) ra ahuyentar a las aves de mal agüero. En este
Sólo que la ventaja que ha¡ ¿¡carámba, dónde sentido, los insultos incluían alusiones a este
no hay negrosl? Entonces, la prueba cuando tipo de aves como es el "gallinazo". Esta es un
uno sale al centro y ¡pah!, ve a un negro y lo ave carroñera de plumaje enteramente negro
queda viendo. O sea, como que se nota un mo-
que abunda en los depósitos de deshechos y
reno. ¡Siquiera sorprender!" (Angel, l9 años)
cuyos movimientos son torpes y nada gracio-
"Entonces, como yo ví que él [patrón] se por- sos. Thmbién los insultos incluyen el nombre
taba muy mal me fui a trabajar a una casa Ia de "gus-gus", algo que según pude consultar es
primera vez. Ahí estuve como unos seis meses, una derivación modal del quechua para refe-
me trataron muy bien y ahí aprendí a relacio- rirse a las aves nocturnas.
narme un poco.. . lo único que siempre tuve el Esta observación del discurso dominan-
complejo de... porque siempre la raza negra, te que concibe lo Negro desde la demonización
por ejemplo en la ciudad ala raza negra le mi-
me parece muy digno de ser tenido en cuenta.
ran mal visto, porque por unos a veces paga-
Considero que ello está muy enraizado en la
mos todos. Que dicen que los negros son ladro-
nes, o sea, eso está correcto, pero a veces no so-
subjetividad colectiva y he visto que sus efec-
mos todos iguales." (Giovanni,32 años) tos en el funcionamiento de Ias estructuras je-
rárquicas no son banales. Me permito recordar
"Yo le diré, verá que más antes Ia gente que se que a mediados del siglo XVII, cuando fue
llaman blancos, dicen ¿no?, que yo tampoco me fundada la Iglesia de la Compañía de Iesús en
llamo negro, porque nosotros somos mezcla- el centro de Quito, había expresiones por par-
dos. El negro-negro existe que vive digamos en
te del imaginario católico que mostraban la
San Lorenzo. Esos son los propios negros, de
imagen del diablo a través de la figura de un
ahí nosotros ya somos mezclados. Antes me
hombre Negro. Asl puede apreciarse en la obra
acuerdo yo que la gente blanca tenía Ia costum-
bre de deci¡nos a nosotros: gallinazos. O sea,
pictórica de dos hermanos de la Orden, que
nos corrían. En Quito, en Ibarra, era asl. Nos bajo el título de EI lnfierno se exhibe en el ala
dccían gallinazos. Tenlan la costumbre de ha- derecha de la citada iglesia. En el cuadro, en
Proceso de modernzaciít / 87

que se aprecian los horrores del fuego eterno, "De ahí, otravez así iba caminando y unos chi-
aparece la figura de un hombre Negro equipa- cos, cuando recién llegué aquí a Quito la pri-
mera vez, dicen: ahí va mi sangre, mi sangre de
do con dos cuernos y cola representando al
Africa, me decían. Yo no, bueno, no les paraba
diablo63.
bola. Ellos blancos. De ahí vuelta siguieron mo-
Pienso que la nocturnidad, la maldad, el
lestando así hasta que ya me dio iras, llegué a Ia
crimen y la holgazanería, son atributos más tienda y siguieron diciéndome: ven acá Africa.
propios de la conceptualización de los hom- Yo ya regresé y le digo: yo no soy de Africa, yo
bres Negros. Las mujeres, por su parte, y den- me Ilamo Gloria y mi nombre es ese para cual-
tro del contexto de la servidumbre doméstica, quiera. Ay Ia negrita refinada, me decían [ríe].
son categorizadas principalmente como lasci- Y bastante molestaban en Ia calle un tiempo,
vas. Una nominación recurrente que me Pare- que yo tenía 14 años, aquí en Quito. De ahí un
ció muy explicativa en este sentido, fue la de tiempo trabajaba por La Prensa, también llegué
"negra desgraciada" y "negra infeliz". Ambos así a una casa. La señora... me decían: vea, di-

calificativos los había visto citados en alguno rásle a la negra que haga esto y esto. Yo a lo re-
cién no les decía nada porque no me ofendla
de los documentos del ANHE con referencia a
pero. .. hasta que ya llegó un día le digo: seño-
mujeres esclavas. Cuando los transcribía de la
ra me voy, porque aquí sólo de negra me tratan
voz de uno de los testimonios de una mujer de
y yo ya sabe que me llamo Gloria, yo no me lla-
sesenta años, me evocaron contenidos relati- 3l
mo Ia negra." (Gloria' años)
vos a la contaminación sexual y al subsiguien-
te pecado católico6a. La mayoría de las mujeres Este ultimo relato de Gloria hace alu-
en sus relatos, mostraban que les resultaba sión también al acoso de que las mujeres Ne-
muy ofensivo que sus "patrones" obviaran su gras son habitualmente objeto por parte de los
nombre de pila para suplantarlo por la mera hombres. Un atributo que se les asigna es el de
nominación como "negra". En el relato de Ma- provocadoras, En cierta ocasión, durante una
ritza, se explica claramente que esta nomina- reunión de profesionales en Quito, pude reco-
ción resulta performativa, puesto que impri- ger la opinión de una mujer de clase media,
me y reproduce el propio contenido alienante
con educación técnica y empleada en un labo-
de la subordinación esclavista.
ratorio, que se hubiera caliñcado como Blan-
"Para todo Io que yo había vivido, le digo, des- ca, al respecto de la servidumbre doméstica'
de pequeña. Me habían tratado mal, me insul- Esta mujer mostraba su descontento con la lle-
taban, me pateaban. Me hacían sentir... real- gada a su casa de una joven Negra para el ser-
mente yo no aprendl ni a valorarme. Yo era una vicio. Opinaba de ella que además de tener un
persona que vivía porque era de vivir y nada
cuerpo bonito, su actitud era ciertamente las-
más. Siempre con mucho respeto a las personas
civa. Argumentaba que ella prefería las cholas -
con las que me crié: era la Niña65, el Señor, Ia
Señora. . ., sin embargo eüos, para mí, no tenían
mestizas- a las morenas, Porque las motenas
esa consideración. Siempre era "la negra", muy son soberbias y rebeldes, son "alzadas" y no
pocas veces me decían por mi nombre. Sí: ne- son fáciles de dominar.
gra, coneja. No es que me molestaba, Pero en
cambio influye. Porque es muy diferente saber "Me han traído una empleada nueva, una mo-
que yo me Ilamo Maritza y soy de piel negra, a rena así altota y bueno, ¡un cuerazo! [bonito
que siempre me estén diciendo: ¡negra! Una ya cuerpo]. Y los ojos ¡verdes-verdes! Verás mijita
se queda con eso." (Maritza,31 años) Isic], le digo, tendrás que cubrirte porque aquí
88 / Esclavitud y moralidad famitar

hay hombres, está mi marido y está mi hijo que ser un negro jefe en una empresa. Porque vd. ya
aunque es niño todavía... Yo te voy a comprar debe conocer bastante de nuestro país, aquí
un delantal: 'Ni gaste en el delantal porque no mismo no se ve que sea el gerente, el presiden-
me pienso poner'. Ya digo, yo no, a mí la verdad te de una empresa el negro. Claro que por lo
que no me gustan las morenas y no es por el general esos puestos ya los tienen porque desde
color, nada que ver, sino que son bien sober- que entran ya ellos son adineradoa. Un gerente
bias, son alzadas. Yo prefiero la que tengo aho- es de que ya nace con la plata. Nosotros la raza
ra, a ésta más que no sepa, le puedo domar a mi negra, casi la mayoría somos pobres. Hay unos
costumbre': (Mujer de clase media, 40 años. que han hecho fortuna y tienen plata pero no
Diario de Campo) sé. Digamos económicamente, yo creo, no sé
oiga.. . pero yo creo que mismo las tierras don-
La mayoría de los testimonios coinci- de nos asentamos creo que no fueron muy pro-
den en asociar a "los morenos" con la pobreza. ductivas o en ese tiempo no tenían vías de co-
Pude ver que las personas que entrevisté se municación para sacar los productos. Porque si
identificaban como pobres y gran parte de la bien ahora se exporta madera, en ese tiempo
discriminación racial la explicaban en cuanto no había de dónde. Entonces la gente llegó a te-
que tales. Parece como si la precariedad econó- ner una fuente de trabajo y acá mismo fueron
mica les fuera inherente, sin embargo, en sus también, tal como se emigra para acá también
van emigrantes de acá. Gente de plata a cose-
relatos aparecen razonamientos que vinculan
char Io que produce nuestra tierra. Siempre por
su situación subordinada a la minorización y a
lo general la gente negra ha sido peón del blan-
la privación histórica de que las comunidades
co, hemos dependido de ellos. Hay riquezas en
Negras han podido ser objeto. Ia agricultura, en la madera, pero los dueños de

"Porque realmente el principal factor de pro- las empresas no son gente de allá, de nuestro
medio, negra, sino que son gente que va buscar
blemas, si se puede deci¡ es la deficiencia eco-
más fortuna al campo." (Benancio, 30 años)
nómica. Los morenos somos bien pocos, no te-
nemos garantías, a pesar de convivir aquí mis-
El racismo en todas sus expresiones re-
mo en este país. No se tiene garantías con las
sulta un grave obstáculo para la movilidad so-
que se necesita crédito para formar una empre-
cial de las personas categorizadas en las razas
sa, para prepararnos.. . y ese apoyo no hay. En-
tonces, siempre que tal vez surge un moreno
inferiores. Encuentro que una de estas expre-
que se Iogra superar se independiza de los de- siones que limita claramente las fronteras de
más morenos. Hace un grupo social con gente razay clase es la evitación de las relaciones de
exclusivamente morena que tengan una posi- pareja interraciales. La mayoría de los testimo-
ción aledaña a la de ellos, o a su vez se agrupa nios decían que en la actualidad las relaciones
con la sociedad blanca. Son muy pocos los que eran más libres, como explicando que el amor
tienen ese lazo, muy poquitos." (Maritza, 3l era poderoso ante las fronteras del color. No
años) obstante, la descripción de casos concretos a
"Parece de que todavía la gente, en algunas em- menudo rebatían esta afirmación. Giovanni
presas hay eso de que no le admiten al negro pensaba que debía encontrar "una mujer blan-
para ocupar más que todo un puesto alto. Si es ca para resaltar en sociedad", sin embargo, ter-
que le dan el trabajo pero para que siempre es- minaba argumentando que es mejor "cada
té si es posible cargando cajas, como que en ese uno con su aparejo". Angel vela con frustra-
sentido no quieren que se supere, que llegue a ción que su declaración de amor a una joven
Proceso de modernización / 89

Blanca sería inutil, porque entre ambos había grario había nacido en. Quito y me explicaba
"mucha diferencia'i cómo su madre, habiendo nacido en Esmeral-
das, llegó de niña a la capital. "Mi mamá es ro-
"Yo decía que tenía que encontrar una blanca
bada", me dijo. Con aparent€ rencor hablaba
porque yo era muy refeo y tenía que encontrar
de quienes habrían traído a su madre de niña
una mujer más bonita que mí para resaltar en
con objeto de adiestrarla en el servicio domés-
sociedad. Yo pensaba así, pero luego me dí
cuenta que no, mejor estaba uno con su apare-
tico desde la temprana edad de cuatro años.
jo. Porque yo lo he visto que hay mujeres blan- Cuando hablé con Marcia -su madre-, abundó
cas que tienen un hombre sencillo y si les apa- en detalles sobre los malos tratos y vejaciones
rece uno un poco mejo¡ capaz le traicionan co- de que había sido objeto por parte de sus "pa-
mún y corriente. (. . .) eso me pasó a mí, con Ia trones". Decía tener un leve recuerdo de su lu-
mujer que tuve en Guayaquil, ella era manaba." gar de origen y estar segura de ser "hija de ma-
(Giovanni,32 años) trimonio", puesto que lo había constatado
cuando tuvo que solicitar una partida de naci-
"Estaba enamorado de una chica donde traba-
jaba antes la Mari, ella sí es blanca. Estuve,le fui
miento para su cédula de identidad. En efecto,
a hablar, conversamos... O sea, así, todo bien, Marcia ha conservado dos apellidos que son
pero, lo que pasaba esque los padres, como ella comunes en una zona del litoral de Esmeral-
es rica y yo soy pobre, ella es estudiada y yo no. das, nunca ha sabido de su familia de origen y
Yo le dije entonces: mire Lolita, vd. me gusta, a teme buscar sus raíces con más de 60 años y
mí se me hace duro -le dije- declarármele así, una precaria salud.
porque yo sé que entre vd. y yo hay mucha di-
ferencia, porque vd. tiene y yo no tengo, y vd. es "Yo me crié en esa casa [de servicio] hasta.. . yo
estudiada y yo no... Ella no me dijo ni sí, ni no. le tuve a mi hija a los 17 años, de ahí ya me sa-
O sea, todo era de Ios padres." (Angel' 19 años) lí, porque mucho me pegaban y a cada rato. El
trato que a uno le dan de niño, se puede decir,
Al margen de la conceptualización ne- debe de ser con cariño y no maltratar. Muy mal

gativa de su condición racial a nivel simbólico, trato, siempre-siempre fue así. Thl es que yo no
tenía nombre. Nunca me llamaban por mi
he visto que existen toda una serie de expresio-
nombre. Thl es que a mí no me hace mella que
nes racistas en los niveles objetivos de las es-
me digan negra. Al menos, cuando mi patrona
tructuras de poder que afectan negativamente estaba brava, mi nombre era solamente: negra
a estas personas. Esta discriminación racial es desgraciada, negra infeliz. Ese era mi nombre:
también generizada, hemos visto que hombres negra esto, negra el otro..." (Marcia,64 años)
y mujeres son objeto de atribuciones estereotí-
picas diferenciadas. Me interesa destacar a El testimonio de Marcia abundaba en

continuación la subordinación de las mujeres detalles sobre malos tratos continuados y abu-
que son criadas para ser confinadas en la ser- sos, que debieron incluir la coacción al servi-
vidumbre doméstica de sus "patrones'1 cio sexual. Su relato me traía a la memoria las
voces de las mujeres esclavas que acusaban se-
'lCriadas" en los oficios mujeriles vicia o maltrato por parte de sus "patrones" a
fines del siglo XVIII y principios del XIX, de lo
Algunas mujeres de Esmeraldas que co- cual he hablado en el segundo capítulo. Consi-
nocí en El Barrio, en Quito, llegaron desde ni- dero que la entrega de Marcia cuando niña no
ñas a trabajar para el servicio doméstico. Sa- fue un rapto, sino que de algún modo hubo de
t0 / Esclavitud y moralidad f¿miliar

realizarse un pacto entre las partes, sin duda A través de los relatos, pude entender
un pacto en términos desiguales, fruto del cual que tener una hija "sirviendo interna" en Qui-
esta mujer fue obligada a representar el papel to, posibilita también el establecimiento de
de negra esclava durante gran parte de su vida. una serie de redes por las cuales hermanas,
Este tipo de acuerdos, por los cuales fa- hermanos y demás parientes cercanos tienen
milias acomodadas, "gente blanca y de socie- una vía de acceso a la servidumbre en la capi-
dad" de Quito, extraen niñas de su entorno fa- tal. En el caso de Maritza, al menos su herma-
miliar en Esmeraldas se dan aún en nuestros no Angel llegó también desde niño a servir un
dlas. Maritza, a sus 31 años, cuenta que una corto tiempo como paje. He visto que habitua-
patrona se puso de acuerdo con su madre en mente, las labores para las que los muchachos
traérsela a Quito a Ia edad de cinco años para son requeridos son menos contirauadas y no
el servicio doméstico. A cambio, la patrona da- requieren de estabilidad. La condición de los
ba periódicamente alguna compensación ma- muchachos que sirven en las casas es más iti-
terial a su madre que consistía casi únicamen- nerante que la de las muchachas, Las tareas
te en ropa usada y algún objeto inservible. El asignadas a los chicos son complementarias a
acuerdo incluía que la niña estaría alimentada las que realizan niñas y mujeres como "mu-
y vestida. Maritza dice que tuvo "la suerte" de chachas de mano" -sierva personal-, cocineras,
que los "patrones" le "pusieran en la escuela". niñeras, costureras, planchadoras y lavande-
Recuerda como positivo haber tenido la opor- ras. Pienso que el confinamiento doméstico ha
tunidad de seguir la educación primaria y has- sido más propiciado para la mujeres que para
ta la secundaria. Valora también haber apren- los hombres dentro de la condición servil.
dido las labores propias de la crianza de meno-
res y propias de una casa con niveles de bienes- Migración sin retorno
tar deseables. Estima el haber ido bien vestida
y no haber pasado hambre, aunque valora so- Entre los hombres en general el servicio
bre todo esto el afecto que siempre dice haber- militar o conscripción es un hito que a menu-
le faltado. do marca una nueva etapa en busca de auto-
nomía fuera de la tierra de origen. Muchos de
'A los cinco años me trajeron para acá. Saben ir
los hombres serranos que conocí salieron de
bastantes personas de vacaciones a Ia costa y
su tierra para entrenarse como soldados y ya
por lo general es una costumbre que vayan y les
traigan a las niñas para aci,para que les sirvan
no retornaron sino a buscar compañera con
en las casas. A mí también me fueron a buscar quien convivir en un nuevo espacio en la ciu-
allá y mi mami me mandó. (...) Me daban to- dad. Durante la conscripción reciben los reca-
do. Sí mejoró un poco mi trato pero cuando se dos desde su tierra fundamentalmente a través
alocaba la abuelita..., yo les decía papá, mamá de paisanas o parientes que trabajan en el ser-
a ellos, porque así me enseñaron que les diga, vicio doméstico y gracias a estos vínculos
¿no? La mamá de ellos era ya mayor y sí que era eventualmente pueden acceder a algún trabajo
bien cascarrabias. Me ortigaba de pronto cuan- en la zona con referencias previas. Así ocurrió
do se enojaba, pero igual eran más buenos que
con el ex-marido de Emiliana, con sus sobri-
los otros. Me daban ropa, me cuidaban, me exi-
nos y con el hijo mayor de Orestes, entre otros
gían que sea aseadita, entonces sí mejoró ahí la
casos.
vida". (Maritza, 3l años)
Proceso de modenicación / 9l

Algunas mujeres de la sierra llegaron los hombres jóvenes tiene destino en la costa,
formando parte de familias nucleares como en las plantaciones de banano en mayor medi-
hijas, como madres o como cónyuges recien- da, aunque también se dirigían a los empleos
tes. Excepcionalmente algunas llegaron de ofertados en las ciudades.
motu propio y con ayuda del contacto de algu- Creo muy importante señalar los vlncu-
na pariente en Ibarra o en Quito. Un caso re- los que hacían posible la llegada de estos hom-
currente es que una mujer se quede al cargo de bres y estas mujeres a su nuevo destino. La ma-
sus hijos e hijas, ya sea por fallecimiento del yoría de las personas, antes de salir, habían es-
marido, o por abandono de éste. Así habría tablecido contacto previo con quienes habi-
ocurrido con la madre de Milagros en el Cho- tualmente eran parientes, habían salido con
ta. Tras el abandono del marido y al parecer anterioridad y ya tenían asiento. Hay que decir
sin apoyo de su grupo consanguíneo, decide que las mujeres han tenido un papel primor-
trasladarse a Quito donde trabaja en el servi- dial al servir de primer contacto y de apoyo en
cio doméstico. He visto que este tipo de traba- el momento de la llegada de parientes varones
joes el más recurrido en el caso de las mujeres y mujeres. Casi todos los relatos remiten a una
que llegan de la sierra. En ciertos casos, las mujer pariente, una tía o una prima que ya es-
mujeres que llegan con menores pueden te- taba en Ia ciudad y cuyo apoyo sirvió para Pa-
nerlos consigo en la casa de servicio. En otros sar los primeros días o para conseguir un pri-
casos, familias conyugales completas se trasla- mer trabajo. La familia Yázquez, llegó por
darían también con la idea de no retornar. Es- contacto previo con la hermana de la madre.
te es el caso de la familia Linares que, según el Pancho llegó con mujer y criaturas a casa de
relato de Emiliana, salió también en los 60 pa- una prima hermana y su marido. Por el cuar-
ra Quito. El padre y los hijos varones podrían to arrendado de Emiliana pasaron al menos
ser operarios o peones en la construcción' és- dos sobrinos y un primo en distintas ocasio-
tos vivían con la madre en una habitación nes. El mecanismo seguía un patrón bastante
arrendada. La madre trabajaba en el manteni- regular. El joven llegaba a la habitación de su
miento del hogar y en alguna otra actividad prima o su tía, quien le ayudaba a encontrar su
como la venta de comida preparada. Las hijas primer empleo, a menudo con los contactos de
trabajaban internas en casas de servicio y lle- la familia de los "patrones" de ésta. Una vez
gaban los domingos a entregar el jornal. que el joven habla conseguido un empleo con
He visto que en otros casos, algunas cierta estabilidad como para arrendar una ha-
mujeres jóvenes decidirían salir de forma indi- bitación propia, volvía al pueblo con intención
vidual, habitualmente a trabajar como inter- de convencer a su joven esposa del traslado.
nas en el servicio doméstico. Este fue el caso de Este patrón se daba también cuando, como en
Emiliana, quien tras terminar la escuela pri- el caso de la familia Linares, el hombre que sa-
maria y trabajar unos años como jornalera en lía tenía familia con hijas e hijos en edad de
distintas actividades agrícolas decidió salir a trabajar.
Ibarra y luego a Quito en contra de la volun- Como ya se ha visto, el orden parental
tad de su familia, formada por el grupo de su en la sierra norte ha seguido unos patrones re-
abuela materna, con quien estaría viviendo lativamente estables en cuanto a la conforma-
tras las segundas nupcias de su madre. He en- ción de familias nucleares. Familias así llama-
contrado también que la salida individual de das eran constituidas en el lugar de origen y así
t2 / Esclavitud y moralidad famiü¿r

se trasladaban a su destino en la ciudad. No Según todo lo anterior, he visto que la


obstante, mujeres con menores a su cargo, asl trayectoria de hombres y mujeres en la migra-
como mujeres jóvenes sin criaturas mostraban ción a la capital ha sido diferente y que la dis-
en sus salidas, las fisuras de este sistema paren- criminación racial ha sido un factor decisivo
tal. Según los relatos, quienes han migrado de en su inserción laboral, sobretodo para las
la sierra norte, si bien han tenido contacto pe- mujeres, cuyas condiciones laborales en mu-
riódico con sus parientes que quedaron en el chos casos les mantienen aún hoy tan cercanas
pueblo, no muestran deseo de retornar, Sin a la servidumbre esclavista. Existen claras dife-
embargo, han reforzado los vínculos con pa- rencias entre mujeres de Esmeraldas y mujeres
rientes que han llegado también a la ciudad y de la sierra norte. Las primeras han podido ser
en estos lazos encuentran las bases para las re- entregadas como criadas desde niñas, o bien
des de ayuda recíproca. En el barrio pude ob- su llegada ha sido más reciente. Por el contra-
servar que cuando se precisa de apoyo para la rio, hombres y mujeres de la sierra tienen ma-
realización de cualquier obra material se llama yor estabilidad propiciada por su eventual ve-
al trabajo comunitario de hombres y mujeres teranía en la capital. Los parientes serranos en
parientes que también están en la ciudad. Así Quito han establecido unas redes que son de
se organiza una minga para la ocasión. La distinta naturaleza que los vínculos dinámicos
minga es una forma de trabajo comunitario de que mantienen hombres y mujeres de la costa
origen anterior a la conquista española. basados en la itinerancia.
En un estudio realizado por CEPAR Se ha visto cómo en los años 60 se des-
(1985) sobre a inmigración a Quito y Guaya- plazaron grupos familiares completos, sobre
quil tras el éxodo rural, una de las conclusio- todo de la sierra a Quito. No obstante, hom-
nes apunta a que las mujeres de Quito son las bres jóvenes lo hicieron también, con el apoyo
que menos deseos tienen de retornar a su lu- especial de mujeres parientes asentadas ya en
gar de origen. Se trata de un estudio basado en la ciudad en el servicio doméstico. Por su par-
una recogida de información semi-estructura- te, estas mujeres también llegaron de manera
da sobre 300 familias de ambas ciudades. En individual con el apoyo también de paisanas o
Quito estas familias pertenecían al sector peri- parientes que les ayudaban a insentarse en al-
férico sur de la ciudad. Según los datos de la guna casa de servicio como internas. Otras
encuesta, la mayoría de los y las inmigrantes mujeres Ilegaron también con sus criaturas,
llegaron a las ciudades con otras personas, fa- obligadas por factores económicos tras la pér-
miliares o allegadas, por lo que presuponen dida de su marido, por abandono o por muer-
que se desplazaron grupos familiares comple- te. En los años más recientes puede apreciarse
tos. En cuanto a las percepciones sobre el nue- también la llegada de mujeres jóvenes, algunas
vo espacio urbano, estas personas habrían con estudios secundarios profesionales, a tra-
cambiado sus códigos de referencia de una u bajar como empleadas en empresas emergen-
otra forma, frente al nuevo medio. Su espacio tes para la exportación.
se habla transformado y habrían modificado
sus conductas ante el medio ambiente citadino
(CEPAR 1985:88).
¿,
"--" " ; -"- '

EMANCIPACION DESDE UNA COMUNIDAD SUBURBANA


"Ser dueño de coso"

La casa en el aire propiedad, un espacio exento de presiones ex-


ternas. "Dueño" aparece en masculino porque
"Te voy a hacer una casa en el aire
cuando el relato es articulado por las mujeres,
solamente para que vivas tú,
las nominaciones y las sustantivaciones referi-
después le pongo un letrero bien grande
das a ellas mismas se efectúan casi siempre en
de nubes blancas que diga:'La Luz'.
forma masculina.
Cuando a'La Luz' se haga esta señorita
y alguno, le quiera hablar de amor, La demanda de vivienda popular en las
el tipo tiene que ser aviador ciudades es parte de un proceso de descampe-
para que pueda hacerle una visita. sinización, producido por las transformacio-
Porque el que no vuela no sube nes en la estructura agraria del país y por el
a ver a'La Luz' en las nubes, subsiguiente desarrollo urbanístico y de servi-
porque el que no vuela no llega allá cios en las capitales. La migración campesina a
a ver a'La Luz' en Ia inmensidad. las grandes ciudades y concretamente a Quito
Voy a hacer mi casa en el aire
producía ya en los años 60 un problema de es-
para que no la molesre nadie.
casez de vivienda en la capital. Se había dado
Pónte a pensar cómo seró de bonito
vivir arriba de todo el mundo. un proceso de tugurización del centro históri-
Alló en las nubes con los angelitos co, por el cual, antiguas viviendas familiares
sin que te pueda molestar ninguno. son divididas en habitáculos que se van arren-
Si te preguntan cómo se sube dando a familias o grupos numerosos por se-
decíle, que muchos se han perdido. parado. La insuficiencia del abastecimiento de
Para ir al cielo creo que no hay camino, los escasos servicios propiciaba que las condi-
nosotros dos iremos en una nube.
ciones de vida en eslos cuartos fueran cierta-
Porque el que no tuela no sube.. .
mente prec¿¡rias, Las clases con un mayor po-
Vallenato popular der adquisitivo se fueron mudando al norte de
la ciudad entonces en expansión.
Demanda y adquisición de vivienda popular El área suburbana de El Camino Llano.
a la que pertenece el barrio de Silanes,se origi-
He recogido la expresión local "ser due- na hacia el año 1973 tras años de una presión
ño de casa" porque he visto que tiene una gran popular memorable. Algunos partidos y coali-
fuerza simbólica en la dinámica social de los ciones de izquierda convocaban entonces para
llamados sectores populares urbanos que co- la movilización a personas que hablan llegado
nocí durante mi trabajo de campo. Aparece así a la ciudad de Quito y ocupaban arriendos en
en el discurso de hombres y mujeres expresan- condiciones de hacinamiento. El objetivo adu-
do con orgullo que han logrado una casa en cido era lograr terreno urbanizable en propie-
)4 / Enrarrrcipación desde una comunidad

dad para la mayoría de estas personas que no Patria". Destacamos también una alusión retó-
disponía de los recursos con que acceder a una rica a la participación de ciertas mujeres.
compra regular. (CPAP y CP 1990: l-8).
A finales de la década de los 60 aparece
una formación nombrada Pro-Vivienda Popu-
"No debemos olvidarnos entre Ios múltiples
actos de valentía, a la muier; una ocasión Doña
lar, con el objetivo de aglutinar a personas sin
Dora (la gorda y bonita Dora) en compañía de
vivienda, a instancias de algunas fuerzas polí-
la señora Amada Minda (la negra Minda), sa-
ticas de izquierda y con el liderazgo de un re- caron de su despacho al Sr. Alcalde (. . . ) agarra-
conocido abogado. Recordamos esta figura das de la corbata" (CPAP y CP 1990: 8)
porque da nombre al grupo de quienes aún le
siguen. Un vehículo importante para la propa- Mujeres en la memoria
ganda sería la Universidad Central del Ecua-
dor. Una sistematización del proceso que par- El hito citado más arriba sobre la inter-
te de la propia Universidad Central, informa vención de las mujeres en las reivindicaciones
de que su líder era "un encarnizado opositor activas lo recuerdan los relatos que recogí en el
de Ia oligarquía y los yanquis", que en las con- barrio de Silanes. Estos cuentan cómo algunas
centraciones "se arengaba contra los terrate- mujeres obligaron al alcalde a permanecer
nientes, oligarcas, exportadores, contra la CIA, junto con el gentío entre los gases lacrimóge-
pollticos y gobierno de turno..,", que sus inte- nos. Emiliana era la mujer que me contaba es-
grantes eran "personas subempleadas, emplea- to. Argumentaba que las mujeres eran más
das domésticas, vendedores ambulantes, betu- atrevidas porque por su condición de mujeres
neros, cargadores, albañiles.," y que "El que no no pueden ser agredidas por la policía como
iba con el uniforme (falda o pantalón negro y pueden serlo los hombres 66. He üsto que ésta
saco rojo) era multado y tildado de traidor". es una valoración habitual tanto en hombres
En los relatos de vida no aparece recogida esta como en mujeres, que trata de minimizar las
simbología aunque sí se hace referencia a la es- acciones de respuesta y transgresión que, idea-
tricta disciplina que debía seguirse para parti- das y realizadas, por mujeres son susceptibles
cipar en lo que en 1974pas6 a constituirse co- de trascender y ser históricas. En este sentido,
mo el área barrial suburbana de El Camino fuliano (1998) habla de que a menudo se im-
Llano. pone un estereotipo desvalorizador sobre las
EI terreno procedía de la adquisición de mujeres de los grupos subordinados según el
150 Has. de terreno urbanizable, procedentes cual aparecen como sumisas y pasivas, siendo
de una antigua hacienda en el nororiente de la sus reivindicaciones desvalorizadas y minimi-
capital. También se recuerda que se produjo zadas. fuliano advierte de que ello tiene mu-
una respuesta popular muy significativa y que cho que ver con el general desconocimiento e
la conflictividad de aquel tiempo era vivida ignorancia sobre las estrategias subversivas
entre el orgullo y el temor. EI texto citado an- que estas mujeres idean y llevan a la acción.
teriormente expresa que entre 1970 y 1972 se La participación de las mujeres en los
realizaron "las más grandes manifestaciones llamados comités, de estructura piramidal,
de sectores poblacionales en la historia de la eran y son en todo caso de jerarquía inferior a
"Ser dueño de cair" / 95

la de los hombres. No he visto nombradas a También en este caso, la misma Emilia-


mujeres en papeles de presidencia o vicepresi- na -que ha sido indiscutible interlocutora y lí-
dencia de un comité. Aparecen como tesore- der durante toda la historia del barrio- argu-
ras, secretarias y vocales, La representación mentaba que las mujeres participan m¡ís en las
formal, por tanto, ha sido y es eminentemente comisiones porque no tienen que ir a trabajar
masculina. Algo muy distinto es lo que ocurre como los hombres y por eso tienen más tiem-
en la práctica de la interlocución política y en po para estas ocupaciones. A este respecto' no
el activismo. Las mujeres participaron desde conocí a ninguna mujer en el barrio que no
los primeros momentos en las mingas "tiran- realízara al menos alguna actividad para la ob-
do de pala" a la par con los hombres. Asl lo di- tención de ingresos. Entiendo que este desa-
cen los relatos, sin embargo el texto citado juste del discurso con Ia práctica sólo encaja
apunta que las mujeres en las mingas servían como parte de la influencia del discurso domi-
los refrescos. Las mujeres han sido y son quie- nante por el cual las actividades que realizan
nes han formado las comisiones de trabajo e las mujeres carecen de valor de representación.
interlocución. Son ellas las que se reúnen, se Resulta evidente que gracias al esfuerzo de las
organizan y se personan cuando hay que resol- mujeres y gracias también a la interlocución
ver un problema colectivo ante las autoridades de ciertas líderes se han conseguido logros co-
locales. Así me lo explicaban cuando durante tidianos y objetivos estratégicos de importan-
mi presencia, tuvieron que gestionar con la cia para la comunidad. Esta contradicción me
compañía telefónica un nuevo cuadro general parece por tanto muy significativa.
de acometida, debido al robo del cuadro ini-
cial. Fueron las mujeres en su mayoría quienes Clientelismo político y fisuras internas
pidieron a Emiliana que fuera a hablar a la
Apenas pasados tres años desde su
compañía de teléfonos como rePresentante.
Fue ella también la que, desde su rol de "mamá
constitución legal como cooperativa de vi-
vienda, el Camino Llano sufre una excisión in-
de Silanes" quedó a cargo de aconsejar a los
terna importante. Emiliana me cuenta que en
dos muchachos del barrio que presuntamente
su casa se reunían durante el invierno de 1977
habían robado el cuadro, de que no volvieran
a hacerlo y se comportaran "como es debido". el grupo alternativo a la postura del abogado
Una vez más la autoridad es conferida a las líder. Sin embargo, otro líder emergente, ha-
madres, que no a las mujeres. Emiliana no es bría logrado la gestión de una partida presu-
madre biológica, pero su autoridad se reviste puestaria para realizar parte de la canalización
con el ejercicio de una maternidad social. de aguas fecales. La noche que iba a realizarse
la reunión que organizara las mingas Para co-
"Nadie se atreve a hacerles frente, se les teme. A menzar las obras, el grupo de seguidores del
mí me saludan, me dicen mamita Emiliana, abogado líder iban a mostrar su desacuerdo.
que son guambras [muchachos] ¿no? y yo esta-
Emiliana me cuenta que estuvo a punto de
ba en la idea de hablarles bonito, que no se re-
producirse un linchamiento, que Antonia
sientan, pero para que no vuelvan a hacer"
Ororó estaba al otro lado, dondese habían ar-
(Emiüana)
mado con palos y piedras. Desde aquellos años
t6 / Emancipación desde una comunidad

estas dos mujeres -ambas "veteranas" y funda- ido consiguiendo escrituras para algunos de
doras del barrio- no cruzan palabra. Existe un las parcelas de quienes habían podido pagar
recuerdo general nostálgico entre quienes fun- precios que los seguidores del abogado líder
daron el barrio, de que antes había una única calificaban de excesivos. La gente que conocí
fuerza y que luego las excisiones fueron divi- adscrita al Comité Pro-Mejoras tenía ya las es-
diéndola en grupos antagónicos. crituras, mientras que la gente que permanecla
Logrado el terreno y la adjudicación de en el proyecto inicial no las habla logrado aún.
los lotes, o parcelas para construir, el objetivo
"Nosotros acudimos a los del Camino Llano, sí
subsiguiente fue la formalizacíín de los docu-
porque hay otra... sí, las señoras del Pro-mejo-
mentos de propiedad. Las escrituras notariales
ras, pero eso es muy diferente. Cada quien de-
estaban muy lejos de ser otorgadas. Tras la fiende su teología [sic]. La diferencia es, se pue-
creación de varios grupos se constituye jurídi- de decir... por ejemplo, mi suegra, ella es la
camente en 1982 el Comité Central Pro-Mejo- que me introdujo en esto de la cooperativa. Es-
ras.En 1985 el Camino Llano tiene 45.000 ha- to es la Cooperativa del Camino Llano. ¿En qué
bitantes. El informe señalado anteriormente consiste esto? Bueno, según la historia hasta
anota que en ese mismo año el gobierno de Fe- donde yo sé, ha habido un señor, un líder, que
bres Cordero ordena la intervención de la coo- es el Dr. Tal. El ha sido que ha buscado tierras
perativa y otorga las escrituras de propiedad para la gente pobre y a base de lucha, han paga-
según el arbitrio de sus aliados políticos en el do cómodamente los terrenos. En ese entonces,
bace 22 años que creo que es esto, costaban cin-
barrio (CPAP y PC 1990). A partir de aquí hay
co mil y pico los terrenos, En ese tiempo, como
nuevas categorías: "propietarios/as" y "pose-
todo mejora, ha salido otro grupo de compañe-
sionarios/as". La minoría que ha logrado su es-
ros partiendo de la misma organización. Sino
critura notarial tiene ya propiedad formal. La que, qué es lo que pasa: ellos logran mejoras
gran mayoríar p€s€ á los derechos adquiridos y realmente, más deprisa que lo que hace el sr.
el precio pagado por su parcela, no tienen aún presidente de la cooperativa, el dr. Tal; pero
el respaldo legal y se dice que ocupan la parce- ¿por qué no hace estos logros gratis?, porque él
la como "posesionarios/as", lo que quiere es que,. ., como él sabe que somos
Esta situación ha sido generadora de gente pobre, que la mayoría de las gentes de
graves tensiones internas, por cuanto legal- aquí son esposas solas, que se han quedado las
mente, cualquier parcela no escriturada es sus- antiguas con sus hijos; entonces ellas no podían
ceptible de ser vendida sin previo aviso de pagar un impuesto como lo que pagan Ia gente
quien la tiene en posesión. La postura de los que tiene dinero, no pueden pagar el agua sin
que esté firmado un convenio, o sea, donde
seguidores del abogado líder al respecto, según
conste que estas personas son realmente de es-
me cuenta Maritza desde dentro, es lograr una
casos recursos. Entonces, como en todo lado, se
suerte de exención fiscal, de modo que a cada
ve que hay grupos de personas que realmente
'posesionario" hombre o mujer le sea otorga-
tienen y la mayoría no tiene." (Maritza, 3l
da su escritura formal a un precio mínimo. años)
Ella misma afirmaba que en el barrio habla
gente sin recursos y especialmente "madres so- Quienes siguen fieles al proyecto rodri-
las", esto es, mujeres con criaturas sin compa- guista denuncian a un cura católico como el
ñero estable. En efecto, podía verse que el co- causante de la excisión definitiva. Habría sido
mité antagónico -Comité Pro-Mejoras- había el Padre Collin Mc. Innes, sacerdote católico
"Ser dueño de cua" / 97

de una misión escocesa, quien habría respal- con bajo interés, desde y para la comunidad. A
dado la creación del Comité Pro-mejoras. El esta nueva cooperativa han contribuido hom-
mismo cura habrla convocado a Ia mayoría de bres y mujeres que se desvincularon del pro-
líderes para la consecución de otro de los ob- yecto inicial, por cuanto suponlan ser dos or-
jetivos principales: la acometida del agua entu- ganizaciones antagónicas. En sus relatos afir-
bada. A partir de 1987 se creó para este propó- man que gracias a la cooperativa de ahorro y
sito el CPAR Comité Pro-Agua Potable. Tras crédito pudieron ir construyendo sus vivien-
demandas, gestiones y negociaciones, los fon- das y realizando mejoras. Algunas de estas per-
dos fueron llegando de instancias guberna- sonas, han sido y son garantes de préstamo, es-
mentales así como de organizaciones no gu- toes, que figuran como responsables subsidia-
bernamentales extranjeras. El apoyo técnico rias de otras personas que solicitan un crédito.
para el proyecto estuvo a cargo de la FIAD, Esto me permitió observar la actualización de
Fundación de Investigación y Acción para el algunos vínculos ya establecidos, así como el
Desarrollo (CPAP y PC 1990). Casi diez años establecimiento de otros nuevos. Me hicieron
más tarde, en mi ultima visita a la capital, la saber que habitualmente se es garante de pa-
prensa local se hacía eco de un asunto de mal- rientes o compadres-comadres. En la práctica,
versación de fondos públicos de que era acusa- conocí casos en que se evitaban estos vínculos
da Ia tal fundación. A su vez, ésta acusaba al de dependencia para reforzar otros, como son
cura católico y éste optó finalmente por per- las redes de las nuevas confesiones religiosas o
manecer en paradero desconocido tras ser he- las relaciones laborales y de patronaje. Algunas
cha pública una orden de busca y captura so- mujeres que han hecho uso de este sistema de
bre su persona. Despues de las múltiples acu- crédito, recurren también a otro tipo de prés-
saciones hechas sobre el tema en uno y otro tamos que llegan directamente de parientes en
sentido, el asunto quedaba en manos de los situación similar. Otras mujeres, con menor
tribunales en 1995. Hubo parte de la vecindad poder de recuperación, han recurrido a apo-
que se posicionaba claramente con el cura y se yos puntuales por parte de sus patronas en la
realizaron manifestaciones públicas de apoyo casa de servicio, o del dueño o dueña de la pie-
a la persona de este líder (Diario El Comercio za que mantienen en arriendo,
28t02te6). El inicio del proceso de adquisición de
El sacerdote católico Mc. Innes había vivienda popular a través de la Cooperativa
promovido también en 1989 la fundación de del Camino Llano en los 70 se recuerda como
una cooperativa de ahorro y crédito. Con el un tiempo de gran conflictividad y activismo.
nombre de la parroquia católica San |osé Quienes querían tener acceso a una parcela
Obrero, este fondo de crédito popular iba a re- para vivienda se debían al compromiso de
sultar también un espacio emergente de nue- asistir a concentraciones agotadoras en las que
vas relaciones de poder y vínculos de apoyo. sólo era permitido escuchar. Debían participar
Con el objetivo explícito de evitar el abuso de en manifestaciones y en pegada de carteles de
Ios préstamos en régimen de usura, conocidos propaganda política. En las elecciones locales,
localmente como "préstamos al chulco", la cantonales y presidenciales su voto era obliga-
nueva cooperativa de ahorro y crédito surgía damente de apoyo a la candidatura propuesta
como fondo de inversiones y préstamos que por el líder al que su grupo estuviera adscrito.
facilitara el acceso de dinero líouido a crédito Estos hombres y mujeres mostraban clara-
l8 / Emancipación desde una comunidad

mente en los relatos recogidos que su adscrip- condiciones habitacionales o sanitarias preca-
ción política ha tenido y tiene que ver con la rias y otras necesidades no materiales insatisfe-
simple conveniencia. Como dicen con gran chasl'(MDMQ 1995: 20)
honestidad al respecto de la política partidista:
"estamos con el que miís ofrece, a la final todos Entiendo que estos niveles son en todo
caso relativos. Este concepto de pobreza es me-
fallan lo mismo".
dido cuantitativamente en base a indicadores
El sector de Silanes y la pobreza estructu¡al cuyo cálculo puede ser tan discutible como el
concepto que persiguen definir. Quiero seña-
Cuando menciono el barrio. me refiero lar que el barrio de Silanes forma parte de un
entonces a Silanes, que es donde se llevó a ca- grupo de 14 barrios periféricos susceptibles de
bo la observación participante y la mayoría de ayuda prioritaria, seleccionados por el muni-
las entrevistas. Según datos recogidos de los cipio de la capital.
relatos, en el barrio viven actualmente unas No deseo entrar en la discusión del mé-
3.000 familias, dicho por una de las vocales del todo pero sí apuntaré que el modelo propues-
Comité Pro-Mejoras de la zona. No obstante, to por el estudio citado parte de la construc-
según la administración el número de habi- ción de tres indicadores socio-económicos
tantes sería menor, con una población total de considerados básicos: servicios de la vivienda,
3.340 personas (MDMQ 1995). En este estu- educación y ocupación del jefe de hogar. EI je-
dio, la Dirección General de Planificación del fe de hogar es por defecto un hombre. Esta vi-
Municipio del Distrito Metropolitano de Qui- sión apriorística hace que resulten invisibles
to da a conocer algunos resultados al respecto las formaciones que no son representadas por
de la estimación de la pobreza en Quito y en el un hombre jefe de hogar, o que sus condicio-
país. Añrma que según estudios recientes se nes de vida sean minimizadas, siendo incluí-
estima que en el Ecuador, cerca del 600lo de la das en otros grupos liderados por un hombre-
población vive en situación de pobreza y que padre. Por esta razón, la distribución laboral
ésta es una tendencia en aumento desde el ini- en Silanes, según este estudio se reduce a
"obreros" y "albañiles". Siempre según esta
cio de la crisis de los años 80 y del ajuste eco-
nómico de las políticas neoliberales. A partir misma fuente, habría mil familias viviendo en
del manejo de indicadores demográficos, se esta zona, de las cuales el 80 % tiene vivienda
aprecia que el 48olo de la población de Quito se en propiedad y el resto en régimen de alquiler.
distribuye por debajo de la línea de pobreza. Las viviendas originarias habrían sido media-
guas -viviendas de una sola planta- y el tipo de
Para definir la pobreza, el citado estudio se ha
basado principalmente en el concepto multi- construcción mayoritaria sería de tipo sólido y
variable en la línea de pensamiento de la CE- semisólido, con techumbre de cinq. El agua
llega por "sistema entubado", el alcantarillado
PAL, Comisión Económica para América Lati-
es "parcial'i el adoquinado también y la elimi-
na y el Caribe.
nación de aguas fecales se realizaría "a la calle".
"La pobreza se caracteriza como un síndrome Me interesa mostrar cómo se distribuye esta
situacional al cual están asociadas la desnutri- población entre distintas categorías de pobres,
ción, infraconsumo, bajos niveles educativos, para ello recogemos los datos de Silanes y del
inserción inestable en el aparato productivo,
"Ser dueño de czr¡a" / 99

Camino Llano. Según este estudio del Munici- rrano. Dos guarderías públicas recogen las
pio de la capital, la gran mayoría de quienes criaturas del barrio, una de ellas gestionada
pueblan Silanes están ocupando varias catego- por el Departamento de Presidencia como
rías de pobres. Menos del 10% de su población obra social, y la otra a instancias del Instituto
se considera integrada económicamente y con Nacional de Niño y la Familia. Su cobertura no
las necesidades básicas satisfechas. Una mayo- es mayoritaria, pero permite el cuidado de me-
ría de la población serían pobres según el cri- nores durante todo el día por una módica su-
terio de ingreso mínimo y aún serían más ma mensual que equivale a lo que gana una
quienes tienen las necesidades básicas insatis- mujer lavando tres docenas de piezas de ropa.
fechas, esto es en este caso, el acceso al agua ca- Todas las mujeres con las que hablé estaban de
nalizada, alcantarillado y pavimento. acuerdo en que el sistema de guarderías era
A partir de los datos etnográficos, pue- muy conveniente aunque había desacuerdos
do decir que la población que habita en el ba- en Ia estima de su funcionamiento. Las muje-
rrio sería superior a la estimada en el estudio res que se llaman madres cuidadoras y que se
antes citado. Supe que muchas de las personas encargan del funcionamiento de una de estas
residentes se inscriben aún en el censo de sus guarderías me decían que, pese a la accesibili-
anteriores lugares de vecindad o de origen. En dad del servicio, muchas madres desconfían y
cuanto a la estimación de cobertura de las ne- prefieren no llevar a sus criaturas. Thmbién me
cesidades básicas, a través de la observación decían que había varios casos en que las fami-
participante, he visto que en efecto la mayoría lias no pagaban Ias cuotas. Por lo que pude ob-
de las viviendas son sólidas o semisólidas. El servar, las criaturas que asistían a la guardería
suministro eléctrico, instalado en 1988, cubre no eran en su mayoría hijos o hijas de madres
hoy casi Ia totalidad del área. El agua canaliza- sin compañero estable. Ocurría también que
da, como la eliminación de aguas llega sólo a en el caso de que el padre viviera en el hogar,
las viviendas cercanas a la calle principal y el podían darse presiones para que la mujer no
servicio telefónico se considera minoritario. fuera a liberarse del cuidado de sus hijos e hi-
Sin embargo, me indicaron que había un total jas. La mayorla de las criaturas eran "hijos de
de 100 líneas contratadas en dos de las áreas, lo matrimonio" y residentes en hogares en que la
que constituye algo menos de la mitad del ba- mujer-esposa trabajaba fuera del hogar.
rrio en extensión. El servicio de transporte po- Los niveles de educación de "el jefe del
pular mediante autobuses fue un logro tardío hogar" forman parte también de los indicado-
que empezó a funcionar cuatro meses antes de res de pobreza. En cuanto a los niveles de edu-
mi llegada en 1994. cación y formación de los hombres y mujeres
En cuanto a los servicios otorgados por del barrio, puedo decir que sólo me encontré
el Estado, existe un Centro de Salud depen- con una mujer que no aprendió a leer ni a es-
diente del Ministerio de Sanidad desde 1990, cribir. Varias de las mujeres con quienes me
que ofrece atención diaria ambulatoria. La en- entrevisté tenlan estudios secundarios de nivel
fermera vive en el barrio y es una de las funda- profesional; no obstante, la mayoría no ejercía
doras procedentes de la sierra norte con ascen- su profesión y se dedicaba al servicio domésti-
dencia africana. Existe también un llamado re- co o a diversas actividades de la economía in-
tén policial asignado alazona,donde el comi- formal. La mayoría de los hombres, con em-
sario jefe es también "moreno" y de origen se- pleos algo más estables, tenían educación pri-
100 / Emancipación dede una comunidad

maria y entre los más jóvenes algunos hablan organizan redes de mujeres que funcionan co-
realizado también estudios secundarios. mo mecanismos de auto-ayuda. Muchas veces
Entre los hombres y mujeres que fueron la eñcacia de su estrategia reside en su invisibi-
lidad, ya que Ia sociedad patriarcal les permite
informantes y colaboradoras principales, pude
más fácilmente el ejercicio de ciertas cuotas de
apreciar una jerarquización en base al acceso a
poder, si éste se disfraza de sumisión". (Juliano
vivienda, recursos, ocupación, educación y ni-
1996: 9)
vel de liderazgo en el barrio. Al margen de es-
tos criterios, Ias personas son consideradas se- La Sra. Caridad vive tres años arrendan-
gún la posición adquirida que tiene que ver do una habitación en la zona alta del Camino.
con el género, la edad y con su posición relati- Tiene una hija de 14 años que le ayuda a criar
va al núcleo de ciertas redes parentales, de las a sus dos últimos bebés. Trabaja en múltiples
familias fundadoras que se consideran ejes en actividades que le permiten la crianza de sus
el orden interno de prestigio. Hay unas perso- menores. Lava ropa como actividad constante
nas que son nombradas como don/ doña, y eventualmente realiza comidas para banque-
otras simplemente como señor/ señora, He tes, con las habilidades obligadamerite apren-
visto que entre personas de edad avanzada, es- didas desde muy corta edad. A los dos años fue
ta diferencia denota situaciones diferentes en entregada en un hospicio de las rnonjas domi-
el acceso a los recursos y a la vivienda. No he nicas y enseguida comenzarla a trabajar para
conocido ninguna mujer que sin tener vivien- un hospital gestionado por esta orden. No tie-
da en propiedad tenga otorgado el título de ne vínculos parentales en el barrio y comenta
"Doña", aunque vi que un hombre anciano sí que su patrona le fía el valor del arriendo
era tratado de'Don" sin ser propietario. Esto cuando no le "alcanza la plata". Los domingos
no equivale a decir que toda persona "dueño sale con sus criaturas hacia una parcela que su
de casa" lo tenga. De hecho algunas personas hermano le ha cedido cerca de donde él vive.
de edad avanzada con o sin vivienda en pro- Entre ella y su hija mayor están construyendo
piedad, cuyo rol en las redes parentales no es una mediagua, donde espera ir a vivir en cuan-
nodal, o bien, su posición ha sido de relativo to le sea posible. Caridad ha tenido problemas
aislamiento con respecto a la política comuni- con las hermanas del progenitor de sus dos úl-
taria, son nombradas sin este tltulo. timos hijos y ahora sus vínculos no le sitúan
en condiciones de establecerse en el lugar.
Categorlas de pobres
"De ahí, así sigo yo luchando, lavando, de lo
"Las mujeres de los sectores populares, escasa- que pueda. A veces me contratan para que pre-
mente familiarizadas con las propuestas teóri- pare alguna cena para gente especial..Ahora
cas [feministas], siguen librando cada día la ba- que he acabado de lavar me dice una señora
talla de la supervivencia, obteniendo en ella pe- que si puedo para mañana hacer un almuerzo
queños triunfos que nadie teoriza mandar a
asímismo para unos señores que van a venir.
estudiar a una hija, obtener una relación sexual Dejando los guaguas en la guardería salgo a la-
satisfactoria, negarse a una boda impuesta u var a las ocho de la mañana. Ahorita vengo de
obtener la satisfacción y el orguüo de la autosu-
lavar en dos casas. Ese es mi trabajo, si me lle-
ficiencia económica. Para conseguir estos lo- van de aquí a lavar o a planchar este sábado, yo
gros negocian con los hombres, recurren a las
me voy, porque necesito. Es que para trabajar
fuerzas sobrenaturales y fundamentalmente
en casas no consigo, de ahí, para mí sería mu-
"Ser dueño de casa' / 101

cho mejor un trabajo firme. Porque hay tem- las cuotas, pero sus dos hijas mayores no po-
poradas que tengo lavadas todos los días, pero drían ir a la escuela en el año en curso 67. Nor-
a veces que voy y no están, se han ido de viaje, ma pensaba moverse a otro lugar en cuanto
y ya pierdo el pasaje, pierdo el día y ya ese día evolucionara su situación, debido a problemas
no tengo para la leche de mis guaguas, ya no
en la relación con su última pareja. Pese a que
puedo reunir para el arriendo, para las necesi-
la relación con la hermana de este compañero
dades (...) Treinta [mil] pago de arriendo, o
sea, treinta y cinco con la luz y el agua. Se saca
no se había deteriorado, su nivel mínimo de
Iavando, pero cuando ha¡ cuando no hay no integración en el barrio no le había garantiza-
saco ni para un litrito de leche. Muchas veces do unos vínculos sólidos para establecerse.
que yo paso hambre y no tengo qué darles a
"Parientes no tengo, soy sola. Hay paisanos pe-
mis hijos. (...) Así es la vida, ahora tengo mis
ro. . . o sea, no me llevo con ellos. O sea, yo me
dos hijos chiquitos y lucho por ellos, para sa-
vine de Esmeraldas, me vine con un Coronel de
carlos adelante. Tiato de hacer mi mediagua
la policía. En esa época era Mayor, de la policla
para tener un medio mejor de vida y darles lo
y me cogió y trabajé ahí diez años. Me trajeron
que yo puedo, hasta cuando pueda. Porque
de Esmeraldas aquí. Ahorita es coronel y é1,
tanto trabajar también ahora me siento enfer-
cualquier cosa que yo necesito, me ayuda (. . . ).
ma, me duelen los pulmones. Toda la vida y
Arrendando [vivo]. Por la circunstancia me hi-
duro. Yo no sé que será el descanso." (Caridad,
ce amiga de ellos y como ven que soy sola más
42 años)
que todo, no pago mucho. Sí, todo esto que ve
es del mismo señor, del papá de las chicas Váz-
La Sra. Norma, llegó de la costa con dos
quez." (Norma,34 años)
hijas y un hijo menores, ocupa una habitación
en la casa de "las chicas Vázquez" cuyo precio Angel perdió su trabajo en una fábrica
no puede pagar desde que no trabaja. Su rela- cuando se ausentó para socorrer a la Sra. Nor-
ción con Angel, un joven itinerante de la cos- ma en un aborto provocado tras un embarazo
ta, le ha permitido integrarse también en la red
en que él había tenido participación. Este jo-
parental de Maritza, hermana de é1, quien a su ven costeño va y viene de Quito a su lugar de
vez está unida a un hijo de Antonia Ororó, pri- origen en Esmeraldas, es uno de tantos hom-
ma hermana de Pancho. Yázquez y Acosta son bres jóvenes de la costa itinerantes en el área,
dos familias consideradas eje en el barrio. Pese Esta es una condición que caracteriza a los
a su precariedad económica, Norma se man- hombres costeños, sobre lo que he hablado en
tiene levemente integrada en la red. Cuando le el capítulo tercero. Sin hacerlo explícito, su re-
preguntaba si contaba con algún apoyo se refi- lato muestra que en el barrio cuenta con el
rió únicamente a la ayuda subsidiaria de un vínculo de su hermana Maritza, integrada de
patrón a quien estuvo ofreciendo sus servicios algún modo en la red parental de Milagros y
hasta hacía tres años. Se vino hace tres años al
Pancho. Por su relación con Norma, las puer-
barrio porque los arriendos eran más baratos tas de la casa deYázquez siguen abiertas. Sobre
que en la zona alta del Camino. Debido a un todo, cuenta con el cuarto que arrienda junto
complicado embarazo dejó el servicio domés- con sus primas y su amante actual, quienes
tico hace cuatro meses. La conocí postrada en trabajando en el servicio doméstico aportan
una cama. Aunque no podía pagar la habita- su salario y su trabajo propiciando una relati-
ción podría seguir en ella. Su hijo menor se- va estabilidad en el espacio. Llegó de la costa
guiría también en la guardería pese a no pagar
lO2 / Emancipación desde una comunidad

desde niño a Quito, acompañando a sus her- sus criaturas. No está casada y su compañero
manas mayores en las casas de servicio. Salie- tuvo una unión matrimonial anterior con des-
ron, dice, por la necesidad. Desde que su her- cendencia. Nadie se dirige a ella como señora,
mana Maritza se ha estabilizado en el barrio, menos aún como doña. Llegó de Esmeraldas a
sus temporadas en este área son más constan- Quito de muy niña para trabajar en el servicio
tes. No obstante, no desea instalarse y piensa doméstico y hace ocho años que vive en el ba-
que su estatus es superior al que se le presenta rrio. En su relato se refiere a Antonia Ororó
en el barrio. Angel y su hermano menor, Joa- como su suegra y a pesar de su aparente rela-
quín, trabajan cuando pueden y su presencia ción conflictiva de pareja, este vínculo, junto
no es constante, El se percibe como la autori- con su trabajo de aparente estabilidad, son fac-
dad del hogar que comparte de manera coyun- tores que Ie posicionan con un mayor nivel de
tural y se cree diferente, definitivament€ supe- integración en el barrio. Aunque dice que no
rior a las mujeres que le rodean. desearía mudarse, cuando evoca la casa de su
madre en la costa lo hace aludiendo a su "casa",
'Aquí viven, verá, Liliana, Antonia, Teresa...
El haber pasado casi la mitad de su vida ads-
Antonia y Liliana son primas, Sandra es la ena-
crita a una confesión evangélica, la realización
morada, Teresa, la que está aquí al lado... pri-
ma sí, y el foaquín que es mi hermano. Arren- de estudios secundarios, y su participación en
damos aquí. No tan caro, 50.000 se paga no- los grupos de mujeres que propician los servi-
más. Ellas trabajan de empleadas domésticas, cios municipales a instancias de grupos de fe-
en la Rumiñahui.(.. . ) El egoísmo es feo. Y por minismo activista, son factores que han de ha-
eso es que yo estoy así. Porque si yo fuera egoís- ber influldo sin duda en que su discurso sea
ta, ninguna de ellas estuvieran aquí, yo: fuera m¡ís elaborado y que su relato pretenda ser co-
de aqul, muchachas. Pero yo no, yo comparto rrecto, aunque sin evitar afirmaciones que su-
hasta mi ropa: muchachas, vístanse, nos vamos ponen un desafío a los poderes establecidos.
a bailar. Yo le digo, el egoísmo no me gustal'
'Aquí a Silanes me vine como de 2l años. Sí es
"A uno, cómo le digo, imagínese... no sé cómo de propiedad [el lote de su compañero] Como
Dios hará sus cosas, ¿no?, pero sí es diferente la ocho años va ha hacer ya. Me vine sola. Prime-
gente de acá. Yo al menos, aquí donde esto¡ sé ro arrendaba aquí yo. Thmbién trabajaba de
más que la Mari [su hermana]. La Mari no sa- empleada doméstica, he trabajado de eso por lo
be, no conoce bien las personas, cualquier cosa general. En la guardería estoy hace cinco años."
tengo que ir a decirle, a aconsejarle. Por ejem-
plo ahí, o sea, no sé si es que yo soy especial, pe- "Realmente no he pensado irme. Yo realmente,
ro yo no me creo capacitado como, por ejem- para trasladarme de un lugar a otro soy bien
plo, para ser el marido de Ia señora Norma. Yo cobarde, por eso ni a mi casa [de su madre] me
no me siento bien, sali¡ al centro con ella. Con voy. No me agrada mucho estar aquí y allá."
ninguna de las que están aquí me siento bien
que me coja de la mano y ir al centro. No me "No, yo nunca pensé casarme, nunca he tenido
siento bien, yo me siento, la verdad, como si yo Ia idea, o sea, no me llama Ia atención para na-
fuera más que ellas, así. No sé por qué será." da. Mi meta talvez fue, una vez que ya tuve a mi
(Angel, 19 años) hija, como mujer realizarme, o sea, tener una
profesión en el cual pueda desempeñar y que a
Maritza vive en la vivienda de su actual mi hija, que tenía en ese entonc€s, no le falte
compañero con el que ha tenido la última de nada. De ahí a pensar que iba ¿ unirme con
"Serdueño decasa" / lO3

otra pareia, no, ni pensé. No ha sido ese mi an- suciedad es lo más grande. Si yo madrugo a ha-
helo. Pero así se dieron Ias cosas y üora convi- cer esto, esta masa Iempanadas] y a preparar a
vo con este señor y por lo que haya sido tengo los niños para la escuela, el colegio... mi espo-
mi hija, y lo importante para mí es que las dos so queda dormido ahí hasta las ocho de Ia ma-
están conmigo. Eso es la base, lo demás ya no ñana. Entonces no se puede avanzar así, con
me interesa, para nada." (Maritza, 3l años) una sola persona no hay cómo."

La señora Elena tiene marido, muy a su "Mi mamá sí hubiese tenido. si hubiese vivido.
pesar. Vive arrendando una vivienda y se la- Entonces yo me hubiese apegado a ella y en un
menta de no haber logrado parte de la parcela momento dado eso hubiese sido mío, pero, yo
que adquirió su madre antes de que muriera. no Io pensé en ese instante. Entonces yo vivía
en mis trabajos, porque yo trabaiaba puertas
Trabajó años en el servicio doméstico y actual-
adentro [empleada interna]."
mente elabora empanadas para la venta ambu-
lante en el barrio. Cursó estudios secundarios "EI hace de carpintero [marido]. A veces sí me
como auxiliar de enfermería y afirma que toca mantenerle a é1. Me pide una cosa, me pi-

nunca pudo ejercer por impedimento de su de otra cosa. Me pide dinero y yo en estos últi-
marido. Su hermana Nuria es "posesiona¡i¿"68 mos tiempos no le he dado." (Elena,44 años)

de una parcela y ejerce su profesión en el ba-


María es la menor de las "chicas Váz-
rrio. Su trabajo le vincula directamente con quez". Su familia migró a Quito desde la sierra
Antonia Ororó, y también le sitúa cercana a
norte y se situaron como una de las fundado-
Pancho. Pese a que Elena no tiene una buena
ras del barrio. Su padre llegó primero y su ma-
relación con su hermana, los vínculos a los que
dre le siguió con las criaturas gracias al contac-
ésta le acerca, unidos a los vínculos consanguí-
to de una tía materna que estaba asentada ya
neos de su marido en la parte alta del Camino,
en Quito. María tiene tres hijos y dice que su
le hacen percibirse enredada en un entramado
compañero vive con ella, aunque él no aparece
en el que se siente ciertamente incómoda. Ha en el reparto de personajes que pueblan la ca-
buscado apoyo fuera de su parentela en una sa originaria de sus padres. Su madre murió y
confesión evangélica y pese a afirmar su de- su padre vive en el sur de la ciudad, cerca de
sengaño al respecto, sus años de adscripción le donde trabaja. En la casa viven ella y sus hijos,
han permitido adquirir una articulación en el su hermana e hijos, además de dos hermanos
discurso que le sitúa intelectualmente en posi- y una hermana más jóvenes. Ella es la mayor y
ción diferenciada. Las redes a las que pertene- cuando se refiere a la familia lo hace en rela-
ce y el ser hija de una de las personas fundado- ción a su rol como hija y hermana. Su herma-
ras del barrio, son factores que le ubican en un na tiene un trabajo regular como empleada de
nivel de integración superior al nivel que po- prisiones y los tres más jóvenes tienen también
dría corresponderle por su precariedad econó- trabajo remunerado. Ella dice no trabajar fue-
mica. Su relato está lleno de resentimiento ha- ra de casa, siempre la he encontrado lavando,
cia la persona de su marido. ocupada en las tareas domésticas y haciéndose
cargo de los niños y niñas de la casa. Asiste a
"No, mi hermana se inscribió sola, o sea, sepa-
un colegio nocturno con el interés de comple-
radamente de mi madre. Ella cogió el lote y yo
ya no avancé a coger. Ahora tenía cogido un pe- tar su educación secundaria. Con una expre-
dacito acá, ya me han ganado. Porque aquí, Ia sión verbal concisa afirmaba estar desengaña-
104 / nmanciyación dede una comunidad

da de su vida de pareja. Esperaba del padre de pasó a manos del hermano mayor, quien la
sus hijos únicamente que se acordara de que ocupaba con su mujer e hijos. Durante su vida
"los hijos comen y se visten". María argumen- de matrimonio, Antonio y su mujer vivían en
ta que ella se crió con mayores comodidades casa de los padres de ella. El culpaba a esta si-
que las que conoce ahora. No obstante esta tuación de haber sido detonante de una sepa-
precariedad, ella se sitúa en un buen nivel de ración tan temprana. Había adquirido recien-
integración, en tanto que vive en la casa fami- temente una parcela a través de una comPra
liar y tiene el vínculo de su hermana y herma- regular y estaba en litigio con sus actuales ocu-
nos, miembros de una de las familias con pres- pantes con derechos adquiridos como "pose-
tigio adquirido como fundadoras. A María no sionarios/as". Este conflicto estaba en los tri-
le llaman "señora" y a su hermana tampoco, bunales y durante el proceso hubo graves ten-
no están legalmente casadas y viven en lo que siones en que se vieron implicadas personas de
fue la casa de sus padres, son'las chicas Váz- las posiciones encontradas: seguidores del
quez'. abogado líder y pro-mejoras. A resultas de es-
to, Emiliana fue detenida junto a su primo tras
'Aquí en total estamos: mi hermana con sus hi-
unos incidentes en que las dos Partes se enre-
jos, yo aquí con mis hijos, acá viven mis herma-
daron físicamente. Durante mi estancia la si-
nos y mi hermana que también está aquí con-
tuación era ciertamente tensa puesto que tras
migo."
el juicio podía sentenciarse la prisión para
"Estuve trabajando en un almacén de ropa, pe- Emiliana y Antonio, entre otras personas im-
ro no me enseñé, me Parece muy duro, tener plicadas. Cuando comentaba el caso con cier-
que venir a hacer las cosas de aqul, y que traba- ta preocupación en compañía de mis colegas
iaba los sábados, todo el día. Y los chicos, igual, de Quito, me aconsejaron mantenerme al
cuando querían mis hermanos se quedaban y si margen del conflicto, Porque según decían:
no. .. A ver, estamos mi hermana mujer.. . cua- "los pobres andan siempre en esos llos". Afor-
tro, conmigo. Son más jóvenes que mí [sus her-
tunadamente para el desarrollo de mi trabajo
manos y hermana convivientesl, son solos. Sl,
y sobre todo para la tranquilidad de Emiliana,
ellos trabajan." (María,3l años)
la resolución no les envió a prisión, por el mo-
Antonio es hijo de Julio Flores, ya di- mento. Antonio me contaba que desde que
funto, uno de los hombres cuyas familias fun- murieron sus padres todo para él había sido
daron el barrio. Antonio es primo hermano de desdicha, se dolía de su matrimonio interrum-
Emiliana y durante mi estancia solía acercarse pido y me hablaba de la incomprensión de las
a la hora del almuerzo, por lo que nuestras mujeres como un alma en pena. Este hombre
conversaciones eran frecuentes, Había estado no había tenido la suerte de ser primogénito y
casado con una joven Blanca de quien estaba heredar la parcela, por lo cual tení¿ m¡ís traba-
en trámites de divorcio. En ese tiempo trabaja- jo para hacerse con una vivienda en propiedad
ba como asistente del abogado Dr. Torralba, y establecerse. Las mujeres de su grupo con-
"abogado de los morenos'1 almorzaba y se sanguíneo eran su apoyo cotidiano y él enten-
aseaba en casa de su prima Emiliana, y dormla día su situación como pasajera, deseaba "reha-
en el cuarto alquilado de su hermana Nanry, cer su vida" y formar un hogar en su nueva
cuando no lo hacía en compañla de alguna propiedad, aún por regularizar. Antonio podía
mujer. La parcela que sus padres comPraron haber sido considerado en el barrio en un ni-
"Ser dueño de casa' / 105

vel superior por su ascendencia, por los víncu- en el barrio era mínimo, debido a su itineran-
los consanguíneos, por su educación secunda- cia. Acudía a la ciudad ocasionalmente para
ria y profesión técnica. Su vínculo roto con obtener ingresos para invertir en su tierra de
una familia Blanca y su paternidad frustrada le origen. Como dice, sale a la ciudad para "nive-
hacían pertenecer a la categoría de los poco larse" económicamente. El tipo de actividades
hábiles, de los que han tenido la oportunidad que realiza en su tierra, debido a los cambios
de fracasar. producidos tras la colonizacíón en el área -co-
mo vimos en el capítulo anterior-, son medios
"Mis padres me han traido de un año de edad precarios de extracción de ingresos que dificil-
[a Quito]... Mi papá estuvo de varios trabajos, mente proporcionan capacidad de ahorro.
estuvo de soldador y mi mamá de quehaceres
domésticos. Claro, cuando se sale ya es otro "Entonces de acá he estado yendo y viniendo a
medio de vida, es más amplio, toca esforzarse mi pueblo, de Guayaquil a San Lorenzo. En San
más. Mis papás se vinieron directamente a Lorenzo me mantengo conchando, Porque yo
Quito, que yo recuerde no tenían a nadie aquí. sé conchat sé pescar, hago carbón... Entonces
Les tocó venir a encontrar vivienda." cuando me canso de esa vida me voy a la ciu-
dad."
"Antes vivíamos en el barrio del Chiriacu, en
las Cinco Esquinas, sí, arrendaban. Del Camino "Ahorita de aquí me voy al norte lEsmeraldas].
creo que supieron de la voz popular, eran ba- Yo me vine aquí para ver que tal era la situación
rrios pobres y se enteraron de que se estaba y más o menos, pero es más diffcil que en Gua-
creando este comité y fueron a indagar. Les yaquil. Primer lugar, sin ánimo de ofender, pe-
gustó la idea, sobre todo por conseguir un lu- ro tienen mal agua, segundo lugar, no conozco
gar más cómodo, más barato. Con eso se hicie- bien, tercer lugar pues, los sueldos son un Poco
ron del lote. Sí, donde vive mi hermano ahora." más bajos. Entonces yo tengo que irme a mi ca-
sa, ¿no? No, ya no me voy a Guayaquil, bueno,
"...yo quiero rehacer mi vida, no tengo por qué iré a visitar a mi mamá porque ahorita ella vi-
ser negativo por haber pasado esta situación. ve allá con mi padrastro. Entonces si voy es a
Me separé, entonces ahora con mayor exPe- visitarla siempre (.. . ) Sino que yo ya no me en-
riencia, inclusive mayor nivel mental, puedo seño allá [Guayaquil], porque yo ahora ya ten-
hacer mi vida y no vivir amargado, pensando go una muje¡ o sea, primero yo tuve una esPo-
en que con ella quería ser feliz... yya no va a sa, nos seParamos y entonces yo ahora tengo
ser más." (Antonio,32 años) otra mujer, otra señora. EIla tiene 18 años re-
cién va a cumplir ahora en este mes y yava pa-
Giovanni, como el citado Angel, es otro ra tres años, entonces con ella nos comprende-
de los jóvenes itinerantes de la costa. Nacido mos más. Entonces ella está en el norte, como
en el litoral de la provincia de Esmeraldas, ha poco a poco ya vamos adquiriendo sus cositas,
vivido tiempo en Guayaquil y vino a Quito a entonces no vale dejar la casa sola. Si yo salgo a
probar suerte. Había llegado a casa de su pri- trabajar unos tres meses es para nivelarme, pa-
ra hacer por ahí el pan, entonces yo ahora ya
ma, que trabajaba en una cadena de lavado de
tengo mi horno de gas, entonces cuando quie-
envases y me dijo que se disponía a volver pa-
ro conchar, concho, cuando quiero amasa¡
ra "su casa" en la costa, porque no le había gus- amaso." (Giovanni, 32 años)
tado el negocio. Se dedicaba entonces a la ela-
boración de pan y de comida para la venta en Don Orestes vive en la provincia de Es-
restaurantes del lugar. Su nivel de integración meraldas y estaba de paso visitando a su mujer
106 / Emancipación desde una comuniüd

que pasaba un tiempo en el hospital. Le llaman loncito Iarroz pegado a la olla]...' y ya le dio los

don y es un hombre anciano que no tiene gran platos para que coma. Dice que como un mes
hacienda y convive con su esposa legítima. paró ahí y de ahí ya se fue con plata para ade-
Con ella se casó de joven y juntos han tenido lante."
más de catorce hijos. Se le supone cierta esta-
bilidad en su lugar de origen. Me contaba que "Ahora él trabaja de un taller que tiene. El tie-
su mujer llevaba un tiempo viviendo con su ne un taller allá afuera. El también es dueño de
hijo, quien se había hecho con una parcela en la casa. No, aquí no paga arriendo, nomás está
la parte alta del Camino. Me hablaba de cómo pagando es del agua, y la luz. Pero ahí tienen un
su hijo había salido de su tierra de origen, pa- comedor que tienen que estar pagando el
ra llegar a establecerse en el lugar con compa- arriendo. Si pues esto lo hizo con la mujer y co-
mo esto es pate con pate, entre la junta, pues
ñera e hijos. Ahora este hijo tenía vivienda,
esto es que el uno le ayudaba al otro.. . eso, ha-
trabajaba como mecánico en un taller y su
cían minga." (Orestes,59 años)
mujer atendía un local arrendado para comi-
das. Desconozco su vinculación parentelar en Gloria muestra otro caso en que mi-
el entorno, pero sospecho que no guardaba re- grantes de la costa se han asentado en la zona.
lación alguna con las familias serranas funda- Ella había salido de su tierra años atrás. Ini-
doras de las zonas bajas del barrio. Este caso cialmente salió embarazada hacia la región del
fue uno de los pocos que conocí en que mi- oriente, a trabajar como camarera en los asen-
grantes de la costa se hubieran asentado como tamientos petrolíferos. Una vez llegada a Qui-
"posesionarios/as" de una parcela en la zona y to, trabajó sirviendo en un restaurante y en
concretamente confirma el patrón por el cual una casa de hacienda. En Quito se casó con su
los hombres jóvenes emprenden la emigración actual marido, un joven de su población de
tras cumplir el servicio militar. Aunque algu- origen en Esmeraldas. Tias haber vivido de al-
nos de ellos vuelvan después a la casa paterna, quiler, accedieron a "posesionarse" de un te-
ello sirve como hito con que iniciarse en una rreno en el tramo intermedio entre el Camino
cierta suerte de madurez. y Silanes hacía tres años. Gloria ha trabajado
como empleada en distintas fábricas en los pe-
"No sé señora, este muchacho se vino es hace
riodos entre embarazos. Le llaman Sra. Gloria.
tiempos-tiempos. Cuando salió de la conscrip-
ción [servicio militar]... Sí pues aquí encontró tiene marido, cinco criaturas y vivienda. Por-
mujer, pero ahora después encontró mujer. La que fueron muchas veces las visitas y las con-
mujer es de aquí, la mujer ella es... yo he oído versaciones, nos tratábamos mutuamente por
que ella es media serrana y media india. No, el nombre de pila, algo poco usual en la zona.
ella es descolorida. Ella salen los hijos mestizos, Pese a la aparente precariedad de la vivienda,
morenos como el papá. Ese muchacho rodó, que no contaba con servicio de agua ni elimi-
sra... yo ya sé cuando un hombre va a pasar nación de residuos, Gloria tenía cierto poder
trabajo en el mundo. Me dice que había tiem- de acumulación. Tenía abierta una cuenta de
pos, había días que las pasaba solamente be-
ahorro en un banco local, donde guardaba
biendo agua. Y llegó a una parte y le vió a una
efectivo para la matrícula escola¡ de su hija
señora, había un hotel de una señora y le dijo:
'señora, vengo con hambre, no quiere que le la- mayor, para la dieta especial post-parto y para
ve los platos, para que me dé nomás un coco-
una ampliación prevista en la vivienda. Quería
una habitación separada de las criaturas, por-
"Serdueño deczsa" /lO7

que -decía-, viviendo "todos juntos, los niños " Mejor aquí, porque ya no se paga arriendo, se
se malcrian y tratan a los padres sin respeto, estálibre que nadie le moleste.. . ya casi esto es
como que fueran iguales". Su marido trabajaba de uno, ¿no?... Uno hace lo que le da su gana
como custodio y en alguna ocasión se había prácticamente en su casa, o sea, comiendo o no
comiendo pero se pasa tranquilo, nadie de
ausentado de la casa, tratando de compatibili-
afuera sabe de uno. Porque los arriendos ya se
zar vna nueva relación de pareja. Gloria no
sabe, hay otros inquilinos y ya la dueña de ca-
tiene vínculos consanguíneos en la zona, su (Gloria,3l años)
sa."
marido los tiene en las zonas altas del Camino,
pero no dentro de las familias serranas que he La señora Milagros tiene marido, tam-
considerado eje. Ella no ha tenido educación bién a su pesar. No ha aprendido a leer ni es-
secundaria y su vivienda no cuenta con los cribir, lo intentó en una escuela nocturna "pa-
servicios básicos, no obstante, la variedad de ra adultos", pero dejó de ir cuando el progra-
estrategias con que persigue su autonomía le ma de alfabetización se suspendió en el barrio
han permitido estabilizarse en un lugar en que y tenía que desplazarse para asistir a las zonas
no cuenta con alianzas evidentes. altas del Camino. Nació en la sierra norte y se
"Yo salí aquí a Quito y me encontré con una vino a Quito con su madre cuando tenía siete
amiga y de ahí nos fuimos a trabajar al Orien-
años, después de que su padre se desentendie-
te. Sí, solita me vine. Yo, mi problema era que ra de las responsabilidades parentales. Su ma-
yo estaba embarazada de él [su primogénito] y dre lavaba ropa para mantener sus criaturas.
me peleé con el papá y por eso me fui al Orien- Ella ha trabajado en el servicio doméstico y ha
te. Sí, embarazada todavla. En el Oriente, en el vivido arrendando con su marido hasta que
Chaco. Ahí me tocaba trabajar en un restaurán,
lograron "posesionarse" de la parcela que ocu-
trabajábamos de 4 a 4 de Ia mañana, por el día
pan ahora. Dice que no trabaja fuera de la ca-
dormía. Ahí estuve el tiempo casi de tres meses
sa pero me consta que lava ropa para obtener
hasta que Tito nació. Ya como era muy húme-
do ese lugar, me tocó volver a Quito a un traba- ingresos sin que lo sepa su marido, quien por
jo que tenian en una hacienda. De ahí ya estoy ello le reprendería. Se lamenta de que aún no
por aquí. Trabajé en una casa que tenían finca han conseguido las escrituras de propiedad y
en Guayabamba." espera que ello llegue a través del procedi-
"De este lote Isupimos].... principalmente por
miento del abogado líder. Su vivienda no
el señor de aquí, del siguiente lote. EI ya era po- cuenta con eliminación de aguas residuales y
sesionado, ya vivía ¿no? Entonces, una vez nos tampoco tiene pozo séptico. Su marido tiene
encontró y nos dijo: vayan, que allí les van a empleo permanente de <lperario y es el herma-
ayudar para encontrar. ¿Qué año? ¿Qué año no de uno de los hombres fundadores, con lo
era, Suárez? [pregunta a su marido]. -Eso era que se sitúa dentro de una red parental impor-
eI... 91. Antes de aquí vivíamos en el Camino.
tante en el barrio. Tiene además dos hermanas
Sí, más arriba. Arrendábamos, sí. De que nos
que viven cerca y su relación, tanto con el gru-
entregaron primero cavamos esto y de ahí, mi
esposo, él cavaba, yo botaba, le ayudaba. Ya hi- po consanguíneo, como con el de afines es
cimos cantidad de cavado y ya élhizo la casa y constante. Antes de "posesionarse", junto con
nos vinimos a vivir. En el Camino siquiera su marido, de la parcela en que viven, había to-
unos seis años estuvimos, de ahí nos vinimos mado en una ocasión la determinación de se-
para acá. Aquí será unos tres años que lleva- pararse de éste porque el maltrato era constan-
mos, ¿no?"
lOE / Emucipuión dede una comunidad

te. Entonces estuvo junto a su madre, hasta mano de mi marido. Mi marido es el último.
que accedió a reunirse de nuevo con él por Con todos me llevo. Se reúne cuando hay algu-
presión de la familia política. Puesto que tie- na fiesta, invitan y se va, pero a veces me voy y
a veces no me voy. O sea, me gusta la música,
nen el terreno, dice que "hay que vivir donde
pero así ya el baile no. No me ha gustado de jo-
el esposo vive". Tal vez a su pesar, Milagros es-
ven, peor ahora de vieja." (Milagros, 45 años)
ta muy integrada en el barrio. Aunque su si-
tuación personal sea ciertamente precaria, sa- En general, quienes tienen una parcela
lir de la zona le resultaría impensable. Sólo es- con o sin escrituras legales expresan que ha-
pera que a la vejez se suavize el maltrato por berse añliado al proyecto inicial de la Coope-
parte del esposo con el que convivir es un rativa del Camino Llano fue una gran libera-
deber. ción. Estas personas habían sido en su gran
mayoría hombres y mujeres que vivían en
"En San fuan vivimos nosotros, arrendando.
Quito en condiciones precarias y cuyo origen
En el tiempo de antes la vida era buena. Mi ma-
era principalmente de la sierra norte. Al mar-
má iba a lavar y nosotras nos quedábamos en la
gen de las familias fundadoras, nuevas genera-
casa hasta que mi madre venga. A mí me man-
dó a la escuela, a mis hermanas ya no, porque ciones se han incorporado y algunas personas
como eran más pequeños, no... I yo por ser la han adquirido sus parcelas recientemente. En-
más grandecita sí me puso a la escuela. Lo que tre estas personas ya se incluyen migrantes de
pasa que a uno no se le mete en la cabeza, yo la costa, cuya presencia comienza a ser signifi-
me hacía como que me iba a la escuela pero no cativa en los años 90. He conocido mujeres sin
entraba, en el parque nomás me quedaba ju- compañero estable que son propietarias y
gando y ahora me arrepiento, si no, hubiese otras que viven en habitaciones arrendadas.
aprendido. Yo le agradezco a mi madre y me He visto también mujeres con compañero es-
arrepiento de eso, porque ahora, más que sea table que a pesar de llevar muchos años en la
para un papel o cualquiera cosa.. . es una pala-
zona no han logrado aún "posesionarse" de
bra que Ie diré que es bastante vergonzoso.
una parcela. Por esto no he encontrado corre-
Póngase, me diga: fume un papel, y como no
lación entre estabilidad conyugal y acceso a
decir: no sé. Sí que luego he que-
sé, tengo que
rido aprender. Estábamos aquí en la nocturna, una vivienda propia. No he visto, por tanto,
un año estábamos, medio-medio aprendí. De que la jefatura de hogar femenina determine
ahí dijeron que íbamos a seguir, pero no vinie- negativamente el acceso a la vivienda en pro-
ron más. Si lo pusieran otra vez sí que saliera, piedad.
sólo que ahora, vd. sabe, mucho peligro para ir En definitiva, quienes tienen su parcela
por afuera." añrman haber pasado a ser "libres de los seño-
res dueños de casa" y ello supone la gran im-
"Sí se vive mejor aquí, porque una. .. ya casada,
portancia que se le otorga a la emancipación.
usted sabe que hay que vivir donde el esposo
Los relatos muestran que el acceso a la compra
vive, y bien bendito que tenemos este pedacito.
Yo me he enseñado ya aquí. Catorce años vivi-
de un terreno edificable ha supuesto grandes
mos en Silanes. Antes de eso vivíamos arren- esfuerzos para estos hombres y rnujeres quie-
dado." nes aún se identifican como "pobres". No obs-
tante, como resultado positivo aparece el desa-
'Aquí en Silanes viven mis hermanas, dos vi- rrollo comunitario a través de la formación de
ven. Por parte de é1, el de los pescados es her- una comunidad vecinal desde las bases. He
"Ser dueño de casa" / 109

visto que según las valoraciones recogidas, te- La postura de algunas mujeres puede
ner una vivienda y desarrollar un esquema pa- dar muestras de conformidad aunque también
triarcal en el hogar con relativo éxito econó- el discurso se muestra en ocasiones disonante.
mico se ve como vehículo para integrarse en la En la práctica, casi todas las mujeres han pasa-
sociedad en su conjunto. Como dice Pancho: do por procesos en que se han visto obligadas
"ahora, a donde vamos no somos negados". Lo a hacer concesiones conyugales en virtud de
que no se muestra de manera explícita en los asegurar la vivienda de sus criaturas, cuya pro-
relatos es la importancia de la demanda colec- piedad ha sido autorizada a los maridos o pro-
tiva de vivienda popular como proceso eman- genitores. Otras mujeres sin compañero han
cipador, en tanto que provocador de la forma- logrado una parcela desde la fundación del ba-
ción de grupos organizados de contestación y rrio. De ellas hablaré más adelante, cuando
demanda ante las autoridades locales. La soli- presente a los hombres y las mujeres que fun-
daridad y el trabajo comunitario es algo que daron el barrio. Ellas forman parte de los si-
no se valora como un logro, sino como un me- lencios en la memoria colectiva, aunque saben
dio. No obstante, se aprecia con nostalgia la que tener una vivienda en propiedad les ubica
fragmentación de los grupos iniciales, el haber en una posición aventajada desde donde rati-
perdido una supuesta unidad inicial. ficar su proceso de autonomía.
s
CONYUGALIDAD E INTERCAMBIO SEXUAL
Del deber y deldeseo

"The apparent inability of traditional anthropo- "La aparente falta de habilidad por parte de la
logy to consider sexual variation as other than antropología tradicional para considerar ln va-
bizarre curiosity speaks to the parallel phenome- ríación sexual como otra cosa que no sea una cu-
non of an'heterosexual assumption' in Western riosidad extraña habla acerca del fenómeno pa-
Societies, that is, the assumption that heterose- ralelo de una'suposición hererosexual' en las so-
xuality is natural and universal and that it re- ciedades occidentales, es decir, la suposición de
quires neither explanatíon nor theorizing. (...) que la heterosexualidad es natural y universal y
Feminist anthropologists, despite their early con- que esto no requiere ninguna erplicación ni teo-
viction that shared femaleness would give ethno- rimción. (. ..) Las/os antropólogas/os feministas,
graphic studies of women by women an authen- a pesar de su convicción temprana de que la
fe-
ticity and authority not present in studies of wo- minidad compartida darla a los estudios etno-
men done by men, later followed other feminist gráficos hechos por mujeres sobre mujeres una
theorist and came to question the degree to which autenticidad y una autoridad no presente en los
identity of gender erased or minimized other estudios sobre mujeres hechos por hombres, des-
sources of difference. This recognition eventually pués siguieron otras teóricas feministas y llegaron
grew into an insistant, and still unraolved, ques-
a cuestionar el grado en que la identidad de gé-
ioning of the use of terms like "women" and "gen- nero elíminaba o minimizaba otras fuentes de
der" to characterize qualities that transcend cul- diferencia. Con el tiempo, este reconocimiento ha
ture and a corresponding suspicious that use of
crecido con un cuestionamiento insistente y aún
these terms may reinforce the very dichotomim-
sin resolver sobre el uso de términos como'mujer'
üon."
y'género' para caracterizar cualidades que trans-
cienden a la cultura y con una correspondiente
sospecha de que el uso de esos términos puede re-


-
o"tud formr la misma dicotomimción."
o -'1.
d-i
f-ou"^-yAL^'3 "Writing a lesbian ethnography" Ellen Lewin
(1995: 324,326) (trad. propia)
o,
(.'- -e
^o
3o-r." f
1 12 / Conyugalid¿d e interc¿mbio sexual

Vlnculos y alianzas taba que su marido era zamboy su familia po-


lítica era claramente de fenotipo africano. Re-
La población de ascendencia africana de cuerdo que a Emiliana le gustaba hacer rabiar
origen serrano que reside en el barrio de Sila- a la menor de las hijas de Albita, diciéndole
nes, en Quito, está unida en su mayoría por que de veras eran parientes. La niña salía siem-
vínculos de parentesco y/o compadrazgo. pre corriendo y negándolo entre sollozos. En
Hombres y mujeres con la misma ascendencia una ocasión en que Albita me invitó al rito ca-
y de origen costeño se han integrado excepcio- tólico de la comunión de una de sus hijas,
nalmente y en tiempo reciente en estos gru- Emiliana me dijo con cierto sentimiento que,
pos, por lo que sus vínculos no son tan consis- aunque no hubiera podido aceptar la invita-
tentes. Podemos decir que los grupos de ori- ción por ser testigo de Jehová, hubiera espera-
gen serrano tienen un mayor nivel de cohe- do al menos ser invitada puesto que eran pa-
sión, a través de redes endogámicas de afinida- rientes en segundo grado.
des y compadrazgos. Estos vínculos se dieron
con anterioridad a la fundación del barrio y se Llmites de la endogamia
han ido reforzando con uniones entre nuevas
generaciones. Las afinidades, así como los acuerdos de

En ocasiones, las diferencias surgidas amistad o conveniencia entre grupos de sierra


sobre las tendencias en el activismo comunita- y costa son excepcionales en el barrio. En lo
rio han podido diluir los vínculos establecidos que respecta a las uniones maritales, he obser-
antes de la llegada al barrio. Al margen de las vado que las uniones entre serranoy costeñao
actuales discrepancias, las personas rememo- viceversa son casi tan inusuales como las unio-
ran y señalan el hecho de que son parientes o nes interraciales. A nivel de discurso, los rela-
comadres de tal o cual persona. Por ejemplo, tos dicen que cuando se elige pareja sólo man-
Emiliana fue madrina de la hija menor de An- da el corazón y que no influye laraza ni el ori-
gen. En la práctica he observado que la mayo-
tonia. Ambas son pues comadres y con este
tratamiento se dirigen a Emiliana las hijas de ría de los hombres y las mujeres de la sierra eli-
Antonia. Pese a que ambas mujeres no se ha- gen como pareja matrimonial a alguien de su
blan por sus diferencias políticas, esta repre- origen y fenotipo, sobre todo en las primeras
sentación que realizan sus hijas actualiza el nupcias. No he conocido ningún matrimonio
vínculo en el día a día. Supe que eran coma- de primeras nupcias entre dos cón¡rges de
dres a través de las conversaciones casuales, no distinto origen. Sin embargo, se aprecia la exis-
obstante, cuando durante la entrevista pre- tencia de uniones posteriores -no necesaria-
gunté a Emiliana al respecto de sus compadres mente nupciales- entre costeña y serrano o vi-
y comadres, hizo omisión de esta relación con ceversa. Thl es el caso de Maritza, quien tras te-

Antonia en particular. ner una hija cuyo progenitor era de origen


En otros casos, he visto que una perso- costeño como ella, se unió a uno de los hijos
na podría evitar el recuerdo de ciertos víncu- de Antonia, un hombre serr¿rno y casado ante-
riormente con una mujer también serrana con
los parentales que les vinculan con grupos de
ascendencia africana. Albita nunca me dijo
quien había tenido hijos. En otro caso, la
que era pariente de Emiliana, aunque no ocul-
unión primera entre serrano y costeña fue
dramáticamente resuelta. Una hermana de
Del deber v del deseo / 113

Maritza tuvo un hijo con uno de Ios hijos de tonia. Otra de sus hijas se había casado con el
Mariana. El pequeño Ionathan resultó ser un hijo de la misma prima, el cual se separó para
vínculo entre la familia de María y la de Marit- convivir con una mujer de la costa.
za, avn después de la muerte repentina de am- Entre los hombres que entrevisté, los
bos jóvenes progenitores antes de que el niño que se habían casado alguna vez, lo habían he-
cumpliera su primer año de vida. cho por vez primera con una mujer de su mis-
En el barrio conocí dos casos de matri- mo origen y fenotipo. Las mujeres que entre-
monio en primeras nupcias entre Negro y visté habían tenido su primera criatura con un
Blanca. Aunque los relatos dicen que en la ac- hombre de su mismo origen y fenotipo, con Ia
tualidad ya no hay prejuicio por el color, en la excepción de los casos en que los progenitores
práctica estas uniones son muy excepcionales. no eran recordados intencionalmente. Pienso
Estos dos casos correspondían a los matrimo- que la norma del derecho paterno al respecto
nios de dos hermanos, con dos mujeres blan- de Ia transmisión de la herencia patrimonial y
cas del barrio. Ambas uniones se realizaron a de linaje es poderosa en este sentido. Las pri-
fines de los años 80. Antonio era el segundo de meras nupcias se ajustan al deber hacer, por-
estos hermanos, de quien ya he hablado con que de ellas surgirán descendientes de dere-
anterioridad. Según su relato, había sido aban- cho. Como se verá más adelante, en un nivel
donado por su mujer y su divorcio fue final- simbólico, los niños y niñas nacidas en estas
mente ratificado durante mi estancia en el ba- circunstancias ser¿ín ajenos a toda contamina-
rrio. He observado que las uniones interracia- ción y serán valorados por encima de los hijos
les no son tan inusuales entre hombres y mu- e hijas fuera de matrimonio normativo o de
jeres que han tenido uniones previas. Esto es segunda opción. Esto tiene relación con Io que
algo que no sorprende y se ha dado desde los más adelante va a ser tratado en el apartado:
lugares de origen con regularidad. Concreta- Régimen católico. Norma y ritual.
mente en Imbabura, Ia madre de Emiliana se La información que me ha llegado so-
casó tras enviudar, con un hombre Blanco ha- bre la costa de Esmeraldas muestra que la en-
cia los años 40. Tras unos años de convivencia dogamia no ha sido patrón tan recurrente co-
éste la obligó a salir de la casa y posteriormen- mo en la sierra en los últimos 40 años. Sobre la
te se unió de nuevo con una mujer negra. sierra no he tenido noticia de uniones frecuen-
Saliendo ya del contexto del barrio, me tes entre hombres y mujeres de grupos negros
interesa considerar el tipo de uniones que tra- e indígenas. En Esmeraldas, las uniones entre
dicionalmente venían dándose en los lugares indlgenas Chachis y gente Negra no son raras,
de origen, en la costa de Esmeraldas y en la sie- tanto en primeras uniones como en posterio-
rra norte, En la sierra norte, la endogamia era res. El marido de Gloria le decía a ella que'ha-
patrón habitual en las uniones con¡rgales de bía salido media-india", porque podía bañarse
primeras nupcias. Albita se casó con el herma- en agua fría en los helados amaneceres de la
no del marido de su prima. La hermana de sierra. En efecto. la madre de Gloria era mula-
Emiliana se casó con un primo carnal de su ta y su padre era hijo de español e "india caya-
marido. He visto que este patrón se ha mante- pa", como llaman a los Chachis de Esmeraldas.
nido entre ciertos grupos parentales ya esta- En el trabajo etnográfico de Martha Escobar
blecidos en el barrio. Así, un hijo de Pancho se (1990) se informa de que el informante prin-
casó con la menor de las hijas de su prima An- cipal, un anciano residente en la zona interior
ll4 / Conygüd¿d e intercambio sexu¿l

de Esmeraldas, hablaba la lengua Chachi y ha- los mulatos. Ahora llega el mulato a ponerle su
bla convivido con varias mujeres de este leña, a hacer la casa, cogerle su plátano. Sí, me-
jor le conviene ala cayapa. (...) Allá en el río
gruPo.
mío en un punto que se llama San Juan, había
Del relato de Orestes pude recoger su
un muchacho que se metió con una cayapa
versión de este tipo de uniones mixtas en la
también. Pero ella, no es que le deja al marido
costa. Sobre este hombre anciano de Esmeral- que trabaje solo, no señora. Donde el marido
das que visitaba esporádicamente a su hijo en brinca, ahí brinca ella, que el marido tira para
Quito he hablado anteriormente. Decía que una punta, ella empieza por la otra punta a ti-
allá en su tierra se estaba "revolviendo la razd', rar machete. Tienen un potrero grandísimo ahí
que se estaban mezclando "mulato con caya- arriba. Trabaian lo mismo." (Orestes, 59 años)
pa'l del mismo modo que antes lo habrían he-
cho "mulato con castellano". Me parece intere- Como ya se ha visto en los capítulos de
sante señalar cómo las distancias culturales se contextualización histórica, este mestizaje cul-
expresan aquí a partir de las diferencias en las tural se ha dado en Esmeraldas desde los pri-
percepciones sobre los sistemas de género' Las meros siglos de la conquista. Me parece intere-
"cayapas" hacen trabajos que los "mulatos" sante que la diferenciación cultural se hace
creen deberían ser hechos por hombres. Según evidente, no obstante, a través de la expresión
el relato de Orestes, la división sexual del tra- de este tipo de percepciones como las de Ores-
bajo entre cayapas no se parece a Ia que se da tes, que sitúan un comportamiento extraño en

por normativa entre mulatos, Esto puede estar la alteridad. Parece claro que en la práctica el
señalando una diferencia identitaria impor- mestizaje se produce, sin embargo en el dis-
tante entre las comunidades Chachis y Negras, curso aparecen valoraciones contrarias que li-
pero también indica que los atributos de géne- mitan la exogamia. Un ejemplo es la novela de
ro son construidos culturalmente y por ello Adalberto Ortíz ( 1988) escrita en los años 40 y
son sujetos a transformaciones. ambientada en Esmeraldas. En ella el autor in-
dica que las uniones enfre cayaPasy negrosno
"Los morenos sí, allá arriba están con ellos se consideraban deseables, principalmente por
lChachis]. Ahora s1... ahora se han virado, lo parte de las mujeres Chachis o cayapas. De he-
mismo que castellanos están revolviendo la ra- cho, las uniones de este tipo se estarían produ-
za. Antes no les gustaba pero ahora están revol-
ciendo. Sin embargo el discurso, tanto por
viendo la raza, moreno con cayaPa. No, antes
parte de los Chachis como de la gente de as-
sólo era cayapo con cayapo y mulato con mu-
cencencia africana, ratificaba el ideal endogá-
lato. Ahora cayapo con mulato y mulato con
cayapa. EI cayapo era jodido con la cayapa, por-
mico. Asunción Lastre, el Negro protagonista
que se iban al monte a trabajar, el cayapo que es de la novela de Ortiz ( 1988), afirmaba que "la
el hombre, para labrar la canoa, Para tumbar. india no quiere fuyungo. fuyungo es el mono,
Para limpiar limpiaba, apuntalar apuntalaba, es el diablo, es el negro".
pero para cargar el verde, es la cayapa. El caya-
po no carga el verde, no señora. El cayapo no Matrimonio regular
corta leña. La mujer es la que carga el verde y Ia
leña. Donde un palo se le quedó ahí y esa lo vi- El matrimonio regular en el país' reco-
de [sic], allá con su canoa y pen-pen, todita la nocido por el código civil de la República, san-
canoa llenita de leña. Pero ahora. . . la cayapa ya ciona la unión con¡rgal monogámica entre
no trabaja como en antes, ahora ya están pues
Del deber y del deseo / 115

dos personas sexuadas como varón y mujer en son estáticos, sino que deben entenderse en un
edad reproductiva. La República del Ecuador proceso dinámico donde los condicionantes
mantiene el laicismo entre sus máximas cons- de orden estructural han sido determinantes.
titucionales. No obstante, siendo el culto cató- Pienso que el matrimonio civil y eclesiástico se
lico el más extendido en el país, el matrimonio mantiene vigente como normativo en ambos
monógamo es, además de la única unión con- contextos, sobre todo en las primeras uniones
yugal posible de jure, un rito normativo de la entre jóvenes. La unión libre aparece con más
doctrina judeo-cristiana que se representa y frecuencia en las uniones subsiguientes, tanto
reproduce a través de la práctica católica. en la sierra como en la costa. Hay que decir
Partiendo de los datos etnográficos, he que en la sierra el matrimonio monógamo es
visto que la unión entre varón y mujer con el más susceptible de ser continuado en el tiem-
propósito de convivencia, intercambio hetero- po, por lo que las uniones sucesivas no serían
sexual y procreación es un patrón normativo, tan frecuentes. Sin duda ha de haber influido
si bien no siempre estas uniones son reguladas el sistema productivo hacendatario basado en
por el pacto matrimonial o por el orden mo- el trabajo familiar. Sin embargo, por los condi-
nogámico. A propósito de las uniones conyu- cionantes estructurales -que han sido ya trata-
gales entre varón y mujer, he observado nue- dos en capítulos precedentes-, la itinerancia de
vamente las diferencias que definen costa y los maridos en la costa es sólo un síntoma de
sierra como contextos discretos. En cuanto a una poligamia simultánea y sucesiva que se ex-
lo que en lenguaje socio-estadístico se llama presa en el establecimiento de uniones de pa-
nupcialidad, se puede apreciar que las provin- reja no sancionadas de jure.
cias de Imbabura en la sierra y de Esmeraldas
Práctica poligámica
en la costa muestran perfiles marcadamente
distintos. Así lo expresan los datos procedentes
Según los relatos recogidos, las personas
del censo de población de 1990, sistematizados
procedentes de la sierra eran en su mayoría hi-
en CEPAR (1992b,1993).
jos e hijas de matrimonios de derecho, o bien
Según los datos de estos estudios del
formaban parte de este tipo de uniones de pa-
Centro de Estudios sobre Población y Paterni-
reja. Sus progenitores podían haber tenido
dad Responsable (CEPAR), la composición
uniones sucesivas tras la muerte de uno de los
por estado civil o conyugal de las personas de
cónyuges. Este fue el caso de Pancho, Emilia-
l5 años y más en las dos provincias, indica que
na, Albita, María, Elena y Antonio. En el caso
Ia unión conyugal de jure es ampliamente ex-
de las personas procedentes de la costa, como
tendida en Imbabura, donde sólo un 3olo se de-
claró en "unión libre" de pareja69. Sin embar- Gloria, Orestes y Marcia, había muestras de
go, en Esmeraldas la mayoría de la población matrimonios de derecho. Sin embargo, apare-
en pareja mantiene uniones no sancionadas cían en los relatos multitud de alusiones a pa-
por el matrimonio civil o eclesiástico. rejas unidas consensualmente en uniones su-
A partir de los datos etnográficos, se cesivas, fuera del orden civil o eclesiástico, in-
aprecia que la práctica de la unión libre enla dependientemente de que se hubiera produci-
costa es común, mientras que no lo es en la do la muerte de una de las partes.
sierra en absoluto. No obstante, estos datos no
I 16 / Conyugalidad e intercambio sexual

'Aqul hay un punto importante, hay que recal- mujeres se ubican en redes parentales vincula-
hombre... ya cuando se casa un hombre
car, el das por lazos de consanguinidad y afinidad
moreno, costeño, es porque realmente ya está que escapan del ámbito de la ideal familia nu-
cansado de tener mujeres. Porque para ellos, clear. Este particular será tratado más adelante
mientras más mujeres tienen, son más machos.
cuando se aborde el cuestionamiento de la au-
Esa es Ia cuestión." (Maritza,3l años)
toridad masculina.
Estas alusiones a la práctica poligámica
Compadrazgo o el gendarme del orden monogá-
aparecen en los últimos 40 años. El estereotipo
mico
citado en el relato de Maritza, indica que los
hombres morenos costeños son habitualmen-
He visto que a partir de los ritos católi-
te polígamos. Esta práctica se ubica en un pro-
cos de iniciación, como son el bautizo y el ma-
ceso histórico determinado. Se ha visto en ca-
trimonio, las personas y los grupos establecen
pítulos anteriores que el orden monogámico
vínculos a través de quienes representan a los
fue implantado por la política colonial. Pienso
y las que se van a iniciar ante la autoridad ca-
que la práctica poligámica no ha logrado la
tólica. La institución del compadrazgo regula
ruptura del orden monogámico en esa zona.
la vinculación entre personas que representan
Whitten (1974), como ya quedó expuesto en (madrinas-padrinos) y personas que van a ini-
las consideraciones teóricas del capltulo pri-
ciarse o quienes actúan como sus tutores o tu-
mero, utiliza el concepto de poliginia seriada
toras. En el caso del bautizo, el padrino y la
(serial polygyny) como patrón para explicar el
madrina de la criatura pasan a ser compadre y
sistema de afinidad en la zona de Esmeraldas.
comadre de quienes la han llevado ante la igle-
Considera la poliginia seriada como un ajuste
sia, que no siempre son la madre y el padre
social acomodaticio en que los hombres son
biológicos. En el caso del rito de matrimonio,
agentes, mientras las mujeres permanecen in-
la novia y el novio son comadre y compadre de
móviles ¡ podríamos añadir, domesticadas. Su
su madrina y padrino de boda respectiva-
etnograffa muestra a los maridos polígamos
mente.
en el papel central, como jefes de varias unida-
Según aparece en los relatos es común
des domésticas en las que diversas mujeres tra-
que quienes con compadres-comadres sean
bajarían a su servicio. Su aproximación no po-
también parientes consanguíneos. Así, el tío de
ne en cuestión la itinerancia masculina o el rol
Emiliana fue su padrino de boda, mientras
doméstico de las mujeres, ni problematiza a
que ella era madrina del bautizo de la hija de
quién se otorga el acceso a la vivienda y a los
su hermana, Por su parte, Pancho tuvo de ma-
medios de generación de ingresos. Por otra
drina de boda a su prima Antonia. Gloria era
parte, Whitten tampoco cuestiona la presunta
comadre de su cuñada. Milagros era también
autoridad masculina y en su análisis no se
madrina de sus sobrinas y sobrinos. Se dan
ofrece una visión contextual histórica que ex-
también vínculos de compadrazgo entre per-
plique este patrón de intercambio marital. Por
sonas que no tienen lazos parentales, si bien,
mi parte, creo más acertado referirse a estos he visto que éstas mantienen o han mantenido
vínculos con el nombre de relaciones poligómi-
en algún tiempo una relación mercantil. Así la
c¿s. Con ello pretendo expresar un tipo de sis-
patrona, "dueña de casa" de Esperanza fue ma-
tema de afinidad de hecho, donde hombres y
drina de bautizo de su hija, del mismo modo
Del deber y del desrco / ll7

de Emiliana lo fue el primogénito de su inqui- tre una de ellas y el compañero de Ia otra pu-
lina, la hija de Milagros. La patrona de la casa do haber sido susceptible del acceso carnal.
en que Marcia trabajaba fue madrina de su se- Habitualmente esüín unidas por vínculos de
gunda hija. En el caso de Maritza, un empresa- compadrazgo las personas que han comparti-
rio maderero con quien su padre trabajaba fue do vivienda o han tenido interacción frecuen-
padrino del bautizo de ella. te, sin que se esperara que entre ellas hubiera
A tenor de lo que dicen hombres y mu- intercurso heterosexual. Dicho de otra forma.
jeres, se elige compadre y comadre "para que ser compadres o comadres aparece como una
haya respeto", aunque también puede interve- garantía de cara a la comunidad de que tal in-
nir el interés material. Comentarios relativos tercurso no va a darse jamás. Se dan multitud
al. respeto entre comadres-compadres es algo de casos que confirman este particular. Por
muy recurrente en el discurso cotidiano. Glo- ejemplo, Pancho se casa civilmente con Alicia,
ria me decía que su cuñada, siendo como era tienen algunas criaturas y se trasladan definiti-
su comadre, no era persona que guardara el vamente a Quito, donde les recibe su prima
debido respeto. En alguna intervención en- Paulina quien les incita a contraer matrimonio
contré la alusión explícita a lo que ese respeto eclesiástico de inmediato. Pancho relata: "nos
se refiere en primera instancia. Principalmen- hicieron casar". Entonces, a través del matri-
te tal respeto implica el tabú del intercambio monio eclesiástico ambos pasan a ser compa-
heterosexual. dre-comadre de boda. Esto implica que du-
rante el tiempo que tuvieron que compartir
"Para que reciban nuestros hijos un sacramen-
techo en casa de su prima Paulina, se da por
to, siemprese necesita una persona seria. EI de-
cirnos compadres es, o sea, un poco más de res- supuesto que ninguna de las parejas, ni la de él
peto. Verá, entre compadres hay más respeto en ni la de ella se vieron amenazadas por el
el bautizo que es un sacramento tan funda- adulterio.
mental en la vida de la persona. Ya en la confir-
"Yo, son 37 años que llevo yo aquí en Quito.
mación, ya hoy no es tan obligatorio digamos
de ver padrino, a veces hacen poner hasta los Asímismo de Ibarra nos vinimos con mi sra.,
mismos padres, aunque nunca estamos de porque era un poco escaso de trabajo. Llega-
acuerdo. Porque diga, si nosotros nos ponemos mos a la casa de mi prima, de la Paulina. Por-
de padrinos de nuestros hijos, vamos a dormir que ya vinimos casados de allá, entonces mi
entre compadres y siempre es un poquito... prima dijo: hay que hacer diligencia para que se
que esas cosas no se ven." (Albita, 32 años) casen el eclesiástico [sic.]. Entonces nos hicie-
ron casar." (Pancho)
Cuando se saludan o se nombran com-
padres y comadres entre sí suelen utilizar este He visto que la prohibición sobre el in-
título que antecede al nombre de pila, actuali- tercambio sexual entre compadres-comadres
zando así la vigencia del vínculo y re-creando es de hecho transgredida. Puede ocurrir que
sus implicaciones, entre ellas el citado tabú. He una mujer sin compañero elija como compa-
podido observar que dos parejas unidas en dre para el bautizo de una de sus criaturas pre-
compadrazgo, han convivido eventualmente cisamente al hombre que es susceptible de ser
bajo el mismo techo. He visto en ocasiones su amante, para disipar así las sospechas que
que si una mujer es comadre de otra, es muy pudiera haber sobre la relación entre ambos.
probable que en algún tiempo, la relación en- Un ejemplo aparece claramente en el relato de
I 18 / Conyugalidad e intercambio sexual

Angel, quien se sorprende a sí mismo de ser He observado una pretendida dualidad de la


padrino siendo tan joven, para contar a conti- identidad femenina que se expresa en la figura
nuación que ha sido amante de la madre de su dela madre-esposay la figura cornplementaria
ahijado, amante pues de su comadre, la sra. dela amante-lasciva. Como si hubiera mujeres
Norma. destinadas para lo uno o para lo otro. En rela-
ción con esto, el intercambio sexual con¡rgal
"EI Nelson [hijo menor de Norma] es ahijado se reviste de respeto y el extraconyugal de de-
mío. Imagínese, ya tengo 19 años y padrino'
senfreno, lo que se confunde con la falta de
¿¡puede creer!? Entonces, yo bajaba donde ella, respeto. Así aparece en un relato de Albita so-
conversábamos y todo, pero qué pasa, que la
bre la respuesta que su marido le diera acerca
sra. Norma... O sea, yo bajé donde ella, pero yo
tenía, como unos dos o tres meses que no hacía
de por qué los hombres "traiiionan" a las mu-
yo el amor. Y bajé adonde ella, yo... o sea, yo la jeres.
enamoré totalmente, pero no veía la gordura,la
"Claro, yo le voy a decir esto... que una vez me
edad, nada. Pero yo la enamoré y me retiré. Pe-
dijo mi esposo. La curiosidad mía era también
ro bajé una vez, yo nunca pensé dormir con
de preguntar por qué el marido le traiciona a Ia
ella. Bajé una vez y ¡tln!, me dijo ella que me
esposa. Dice que el hecho que se le respeta más
quería ver. Cuando a media noche me buscó
a la esposa es por lo que es madre de nuestros
ella a mí, hicimos el amor, me gustó." (Angel,
hijos y es nuestra mujer, dice. En cambio, dice,
19 años)
a las amantes, para hacerlas el amor hay que
y sexo matrimo- hacerlas diferente. Yo le dije así: ¿por qué pues?
Heterosacualidad compukiva
Dice: es que, póngase, en una manera... si uno
niable
se le dice a la esposa: yo quiero tener relaciones
así. . . y lo primero dice: ¡¿qué?!, no, no.. . así yo
Las alusiones explícitas al intercambio
no. En cambio, a la amante, corno está en una
sexual no son frecuentes en los relatos, si bien
manera que está pagando, Ie hacen como les da
hubo personas que las hicieron de forma más la gana. Claro, ellos pagan, y ellos con satisfacer
patente, independientemente de que mi rela- ese deseo pues les hacen como les da la gana,
ción con ellas y ellos fuera cercana o no. En to- sin ningún respeto ni consideración. Eso es lo
do caso, debo decir que tales alusiones explíci- que a mí me supo decir y he oído también. No-
tas se referían a relaciones entre hombres y sotros mismo, el hecho de que ellos no nos den
mujeres. He visto que en el intercambio se- esa confianza, sí podemos ser un poco más re-
xual, se distingue claramente la percepción en- servados y si las otras ya son como de costum-
tre las prácticas maritales y las que no lo son. bre y ya son más libres de actuar. Parece que a
Hablando del sexo en el matrimonio, ellos les fascina más eso. Claro, en nosotros
mujeres eso no pasa." (Albita,32 años)
muchas de las mujeres que me confiaron sus
relatos mostraban que era el marido quien de- Las mujeres no me han hablado explíci-
mandaba placer sexual de manera expllcita. En tamente del placer sexual habido con sus ma-
los relatos resulta recurrente que las mujeres ridos, por el contrario he visto muestras de
expresen que su forma de entender la sexuali- evitación de este deber conyugal por parte de
dad marital dista mucho de la práctica deman- ellas. Esto no quiere decir en absoluto que este
dada por sus maridos. Existe el estereotipo de placer no tenga lugar, como lo expresaba clara-
que "los hombres están siempre dispuestos", mente Emiliana cuando me contaba que no
que necesitan tener relaciones extra-maritales'
Del deberydel deseo / 119

entendía como su hermana Claudia renegaba parte, Milagros contaba que ahora que su ma-
de convivir con el marido. Admitía que en su rido era ya anciano, esperaba que no fuera tan
propio caso había sido duro hacerse a no tener grosero con ella y esto aludla a la violencia fí-
relaciones tras "haber conocido el deseo se- sica y sexual.
xual" y en cierto modo entendía que su her- Algunas mujeres casadas me dijeron
mana debería sacar provecho de tener marido. que en ocasiones los maridos no aceptaban la
Cuando me comentó este particular, lanzó una falta de disposición por parte de ellas p.üa con
opinión introductoria que me hizo dudar de este deber conyugal. No obstante, tal indispo-
que la percepción que tenía sobre mí me fuera sición aparecía siempre encontrando justifica-
a ayudar a que se me confiara información al ción en agentes externos o en el cumplimiento
respecto. Entendí de nuevo que no ser mujer de otro deber materno-conyugal. Por ejemplo,
de marido, ni madre de criatura, me otorgaba es común que ellas cuenten cómo los maridos
una categoría liminal ligada a la presunta cas- no aceptan el no por respuesta, ni en el caso de
tidad del comportamiento infantil. que la inactividad sexual por parte de la mujer
sea parte de una supuesta prescripción facul-
"Verá Palomita, yo Ie voy a decir claramente,
tativa.
aunque quiás vd. sea aún niña, pero yo le digo
a mi hermana: tú, que tienes esposo, ¿qué es "En conciencia le digo srta. Paloma. hasta por-
que te reniegas?, verás que la Soffa [otra herma- que uno no se les ha aceptado... como esposo.
na] y yo, habiendo tenido esposo y luego más Por eso vienen problemas, muchos. Y he conta-
compromisos, y hemos sabido lo que es el de- do asl con mis amigas, entre señoras nos pone-
seo sexual y es duro hacerse a no tener relacio- mos así a conversat ¿no?, de que a veces el mé-
nes. Pero como yo le digo, )ehová nos pide por- dico le dice que se cuide unos ocho días o unos
que sabe que es algo que podemos cumplir y quince días que no tenga nada. Pero el hombre,
asl cumplimos. Entre nosotros no está permiti- si es comprensivo lo respeta y de no; ¿qué, ya te
do la fornicación, que son las relaciones sexua- cansaste de mí?, ya no me quieres, ¿tienes otro
les antes del matrimonio, ni el adulterio, que hombre?. Y no es de eso. A veces ha tocado lle-
son las relaciones fuera del compromiso del var a los maridos donde el médico para que le
matrimonio. Por eso yo le digo: si tú tienes tu diga delante de él que no es mentira de la espo-
esposo, ¡pues hija, no es que se te haga tan du- sa, sino que de verdad necesita ese descanso.
ro!". (Emiliana, 58 años) Eso yo le digo, a veces... el hombre es medio
niño. Yo me he dado de cuenta muchas veces.
He observado que se asocia el deseo se- Póngase, srta. Paloma., vd. ve la televisión, ve
xual con la juventud y ello aparece en algunos un reportaje de que una pareja se está besando
relatos al respecto de hombres y mujeres. Emi- y así, no sé, y nosotros Imujeres] parece que so-
liana me decía que no tenía relaciones sexuales mos más maduras, ¿no?; pero en cambio el
porque se lo prohibía su religión, pero sabía hombre ya no le ve así. O sea, ellos ya le viene
que siendo joven no habría renunciado a tener la malicia a la mente. Si por ellos, ese momen-
"compromisos" de pareja. Sagrario, a sus 35 to ya... quieren estar igual. Las mujeres no es-
años, me decía que no quería tener un hombre tamos en eso, exactamente. Diga, srta. Paloma,
y a mí me ha constado porque en muchos ca-
como conviviente pero afirmaba: "de conse-
sos me han contado amigas: Dña. Albita, ¿vd. sí
guirme otra persona, nadie me dice lo contra-
sabe ver esas películas prohibidas?, hija, a mí sí
rio. Tengo un anhelo brutal, como ser huma-
ya me cansan, pues que dice pues mi marido
no, como mujer en sí, la soledad pesa". Por otra
120 / Conyugalidad e interc¿mbio sexual

que igual que en esas películas pues que yo bo, la criatura es considerada altamente vulne-
también igual Isicl, entonces yo le digo: ¡ qué rable a la acción de los peligros del espíritu.
feo...! Yo le digo: discúlpeme eso ya es una Estos provienen de la intervención de brujas,
mente, algo que es raro. Porque diga, no es ne-
demonios, así como de la obra de maldiciones
cesario ver en un vídeo que uno mismo, o
diversas.
sea... el amor que a uno le produce cualquier
En el discurso popular, "ser cristiano"
cosa sin necesidad de estar viendo películas."
(Albita,32 años) equivale a tener el estatus de ciudadanía.
Cuando se reclama el derecho al tratamiento
En cierta ocasión, estábamos en casa de equitativo es común aludir a un tópico recu-
fuliana tras un almuerzo que cocinamos y co- rrente: "todos somos igual cristianos [sic]'i In-
mimos en ausencia de los hombres. Las criatu- dependientemente de cual sea la adscripción
ras habían salido ya ajugar a la calle y ensegui- religiosa, esta enunciación es recu¡rente y con-
da entró la menor de las hijas de Maritza para sidero que su significado no resulta banal. La
decirle:"Mami, ya llegó mi papi chumado cristiandad habría quedado fijada como metá-
[ebrio]... que dice que vayas a la casa". La niña fora del ideal moderno de ciudadanía.Laretó-
mostraba una sonrisa de despreocupación con rica católica que ilustra la dicotomía entre el
tono de cierta irreverencia. De igual manera la bien y el mal, lo sagrado y lo profano, tiene sus
madre, haciendo un caprichoso gesto y como expresiones propias en este contexto. Me ha
para ser oída por el aludido y por el resto del interesado profundizar sobre a quienes se les
mundo, afirmó: "que diga lo que quiera, yo en- supone agentes contaminantes y cuáles son sus
tro en casa y me pongo a la piedra"; Marítza posiciones en el orden social. Me ha interesa-
hablaba de la piedra de lavar y su afirmación do también saber sobre las implicaciones de
implicaba que no iba a aceptar el cumplimien- estas expresiones retóricas en tanto que mues-
to de ningún otro deber con¡rgal. Tenla ropa tras del control normativo de la sexualidad.
que lavar y no iba a atenderle a su marido por- He observado que las criaturas nacidas
que tenía otro quehacer. Su indisposición esta- de matrimonio eclesiástico pertenecen a una
ba justificada, como si no fuera en rebeldía, categoría protegida. El rito católico del bautis-
igual que la de las mujeres a las que la autori- mo les inicia en una vida dentro de la norma,
dad médica se lo había prescrito. en el orden judeo-cristiano con todas sus im-
plicaciones. Atendiendo a lo común que resul-
Régimen católico. Normal yritual tan las relaciones en parejas de hecho, las cria-
turas nacidas fuera de matrimonio no son ca-
En el contexto del barrio, el acceso a la sos aislados. Sin embargo, he observado que su
administración eclesial se supone cercano y integración en la sociedad se encuentra con
permanente, puesto que hay parroquia católi- problemas desde la más tierna iinfancia. Por
ca con un cura asignado en el lugar. En lugares
ejemplo, una madre que desee hacer bautizar a
de Esmeraldas apartados de los núcleos de ac-
su bebé sin un hombre que declare ser el padre
tuación de la misión católica, el acceso a la ad- de la criatura, va a encontrar problemas para
ministración de sus servicios es mucho más que la jerarquía eclesiástica seleccione a la per-
restringido. Durante el tiempo que pasa desde
sonita para el rito primero de iniciación.
el nacimiento hasta que un rito de iniciación Las criaturas no bautizadas por el rito
como el bautizo sea encargado y llevado a ca- católico son susceptibles de ser perseguidas
Del deberydel deseo / l2l

con toda la imaginería diabólica eclesial. Ni- tólico varían y a menudo, las madres no pue-
ños y niñas en estas circunstancias reciben den asistir a las sesiones catecumenales previas
nombres no poco significativos. En la costa, a que suelen ser preceptivas. En otras ocasiones,
un niño o niña sin bautizar se le llama tnoro o los curas mostrarían reticencias en bautizar a
tnoray aquí aparece patente la influencia his- una criatura sin padre reconocido, por lo que
pana. El término, aun en contexto de jocosi- las madres sin compañero estable encuentran
dad, es peyorativo y degradante. En la sierra es más dificultades para iniciar a sus criaturas en
más usual el término aucade Ia memoria que- la doctrina católica.
chua, nombre que se da también a ciertos gru- Sagrario me dijo que había logrado si-
pos de aborígenes amazónicos especialmente mular que su sobrino de 18 años se hiciera pa-
entrenados como guerreros y cuyo comporta- sar por progenitor de su primera niña para
miento es considerado salvaje. Es interesante que ésta fuera finalmente bautizada. María
señalar que ambos términos muestran signifi- mostraba cierta preocupación en bautizar a
cados asociados simbólicamente a la rebeldía y sus tres hijos varones, argumentaba que no lle-
a la peligrosidad, por cuanto, aucasy morosre- gaba a un acuerdo al respecto con el padre de
sultan indómitos ante los conquistadores incas los chicos, quien probablemente no había for-
y cristianos respectivamente. malizado su situación como marido, ni como
padre. Pancho me contó que una de sus hijas
Imaginería judeo- cristiana p ara la iniciación tuvo un altercado con el cura del barrio por-
que no podía asistir a las sesiones preparato-
En el barrio, así como en el contexto de
rias para el bautizo de su hijo. He visto que al
la sierra por extensión, era frecuente ver a cria-
margen de estas dificultades está la mera cues-
turas con un lazo rojo anudado en la muñeca,
tión económica. Además de las horas de traba-
Cuando preguntaba el porqué de esto, me die- jo que se pierden en las sesiones preparatorias,
ron distintos razonamientos coincidentes en
el rito merece una fiesta en que el desembolso
que aquello era para evitar el mal de ojo,para
económico varía según las posibilidades.
evitar que "ojeen" a la criatura. Otros males
que la medicina occidental no cura son el mal "Si es que Dios me ayuda, voy a ver si le bauti-
aire y el espanto. He visto que son niños y ni- zo el mes que viene. Hay que seguir el curso en
ñas sin bautizar quienes son susceptibles de la iglesia, con los padrinos. La abuela se ofreció,
sufrir el ataque de estos males, si bien, excep- Ia mamá de é1, y el abuelo mismo. Son dos días

cionalmente personas ya bautizadas e incluso el curso, y de ahí al baile. De ley toca hacer una
comida o algo".
adultas podrían también ser objeto de estas
dolencias. "Por ejemplo, lo que se espantan también. Es-
Pude ver que bautizar a una criatura no tán durmiendo tranquilamente y pegan unos
resultaba tan simple. Era preciso buscar com- chillidos. .. ¡Ay Dios mío!, que del grito que pe-
padre y comadre, que serían padrino y madri- gan, uno también se asusta. Están solamente
na. Este vínculo ritual puede haberse negocia- llorando y con el espanto se pueden mori¡ se
do durante el embarazo, pero a veces las partes van secando, no comen. Se van en diarrea. O
pueden no ponerse de acuerdo sobre el mo- sea,dicen que cuando no están bautizados. Los
aucas, Ios niños aucas que se han muerto les
mento preciso. Por otra parte, los requisitos
persiguen a los niños. Los niñitos aucas que se
por parte del cura o administrador del rito ca-
murieron sin bautizar. Entonces esos espíritus
122 / Conpgaltd¿d e intercambio sexual

le atraen a los guaguas, por Io que están sin "El mal airees, póngase vd. que va al campo a

bautizar. Si es que el guagua se va a morir sin desocuparse ldefecar] y que tanta suciedad que
bautizar se le echa agua bendita. Se le bautiza al botan, tanta porquería ¿no?, tanto ocioso que
apuro, si está grave y si se llega a morir antes se anda. Porque con eso se me murió el bebecito
le echa agua bendita. Cuando ya se bautizan ya de ella Ide su hija], el primero, de mal aire. Vi-
no les da el espanto, pero el mal de ojo y el mal no una señora a visitarle a mi hija y el niño ya
aire sí, eso sí les da." (Caridad,42 años) ha comenzado a vomitar. Vivía allá, donde la
compañera Elena vivla mi hija, pero para cuan-
do yo ya fui, ya fue demasiado tarde. El niño ya
El mal aire o "siempre carne y sangre es débil" comenzó a botar espuma por la boca... Eso le
digo, yo creo que es Por tanta suciedad. Es de
El mal aire produce una dolencia que tanta porquería. Póngase, que van chicas a des-
puede conducir a la muerte. Afecta a menores perdiciarse". (Milagros, 45 años)
sin bautizar y también a personas débiles. Esto
es lo que aparece en los relatos, en que se cuen-
A través de los relatos y de la observa-
ción, parece que tanto hombres como mujeres
ta que el mal aire viene al pasar Por "lugares
pesados". He observado que estos lugares son
podrían ser igualmente transmisores o vícti-
mas. No obstante, entre los casos de las vícti-
habitualmente tr¡ínsitos marginales como las
quebradas en que, por otra parte, se acumulan mas son mayoría los/as menores, tanto niños
multitud de vertidos de deshecho. No obstan- como niñas, que no han sido iniciados/as en el
te, no únicamente esta "suciedad" material ha-
rito católico. Así afirma Milagros que murió su
ce que estos lugares resulten contaminantes.
primer nieto. De mal aire también lograron
"limpiar" a la hija de Norma y también a Ia de
Ciertas alusiones hablan de Ia contaminación
Sagrario. Como víctimas aParecen las niñas en
en términos del intercambio sexual fuera del
el inicio de la edad reproductiva, así como las
canon matrimonial. Los lugares pesados son
jóvenes antes de haber formalizado el compro-
"sitios por donde no ha pasado agua bendita"'
lugares en que "el demonio habita'l En otros miso matrimonial. Este es el caso de la propia
relatos se habla de que son lugares "donde an-
Marlay de Nanc¡ esta última sobrina de Emi-
liana y curada por ella. No he sabido de muje-
da gente ociosa" y "donde las muchachas van a
res regularmente casadas y con criaturas fruto
desperdiciarse". Un hombre joven me decía
que de niño'lo habla sufrido y que en su mo-
de unión monogámica que hayarr sido vícti-
mas de la dolencia. Sin embargo, mujeres en
desta opinión, el mal aire ocurría más en la
edad reproductiva cuya situación marital no es
ciudad que en zonas rurales puesto que a la ca-
pital "vienen personas de todos los países con regular o no lo ha sido durante algún periodo
de su vida aparecen como víctimas o transmi-
varias costumbres". En relación con la conta-
soras. Este es el caso de María, Sagrario y Nor-
minación sexual que implica el significado del
ma. Me parece muy significativo gue las muje-
mal aire, es interesante observar a quién o a
res "en pecado" sean más susceptibles de sufrir
quiénes se les supone agentes portadores o
estas "maldiciones".
transmisores de la suciedad provocadora de la
tal dolencia. Thmbién me ha interesado descu- "El mal aire ha sido, cosa que no creía sincera-
brir qué tipo de personas son susceptibles de mente, pero una vez pasé por un sitio bastante
ser afectadas y cuáles son los lugares que ocu- pesado y la niña, que estaba muy bien, llegó
pan en el orden católico patriarcal.
Del deberydel deseo / 123

aquí con un vómito terrible y una temperatura significativos en su narración y finalmente


bárbara. Después ya comenzó a estar, enfin, to- aludía a que "siempre carne y sangre es débil".
do el tiempo y una amiga me dijo que era mal Pienso que esta metáfora explica la implica-
aire. Ella cogió, le limpió y bueno, al rato ya es- ción de la libido en todo este asunto.
tuvo bien. Un sitio pesado, dicen que es donde
ni siquiera ha andado un poquito de agua ben- "El mal aire, el síntoma es de que duele la cabe-
dita. Por los bosques, por esos sitios que...[si- za, a veces le davómito y un malestar, como un
Ienciol Pero de ahí para creer así, íntimamente decaimiento del cuerpo, o puede ser un dolor
en eso, no. Porque imagínese, cuántas veces fuerte también, en dife¡ente parte del cuerpo
uno ha agarrado el camino, se ha largado pe- que puede llegar a un mareo y puede incluso
ro... ¡puchas! por dónde. Incluso hasta con la desmayarse. Todas estas cosas parece que se
pareja mismo, no se quedaba por aquí, sino dan..., se dan..., no sé cómo me explico esta
que se iba a dar la vuelta por abajo, por afuera partecita... [silencio significativo]. Por ejem-
y en seguida no pasaba nada, sino que dice que plo, a mí me ha dado mal aire y yo he curado
coge a la persona más débil. Ese día le limpia- mal aire y positivamente les ha hecho bien, les
ron con ají, tabaco y huevo". (Sagrario, 35 años) ha sanado. Pero ho¡ que ya no practico esas
creencias y estas cosas, yo ya no puedo. Así ten-
No he conocido caso alguno en que un ga yo un dolo¡ yo ya no puedo. No sé, gracias a
hombre joven o adulto hubiera sido la vlctima, Dios mi hijo no ha tenido ese síntoma. .. Sí, nos
con la excepción de Lucho, euien fuera mari- sentimos curados por estar en esta nueva opi-
do de Emiliana. Pienso que resulta significati- nión [Testigos de fehová], porque si siguiéra-
mos Io mismo querría decir que nuestra car-
vo indicar que este hombre no tuvo hijos du-
ne. . .. siempre carne y sangre es débil, y podía-
rante su matrimonio y que tenía intercambio
mos dar este paso atrás, pero yo no. Hasta aquí,
sexual con varias mujeres regularmente. Thm-
gracias a Dios no, Pero antes de ser yo testigo sí,
bién resulta peculiar que fuera él quien se cu- he curado, y se han sanado de cosas". (Emilia-
raba a sí mismo, según me informó Emiliana na, 58 años)
en cierta.ocasión.
Por otra parte, quienes aparecen en los He visto que las referencias al mal aire
relatos como personas causantes o transmiso- provienen de las personas de origen serrano.
ras de la contaminación son en su mayoría y No he recogido alusiones al respecto por parte
casi de manera exclusiva mujeres en edad re- de hombres y mujeres de la costa de Esmeral-
productiva. Implícitamente aparecen como das. Si bien el rito sanador incluye componen-
mujeres que habrían desarrollado una con- tes que varían de unos relatos a otros, casi
ducta sexual extra-marital, atentando así a la siempre aparecen el huevo y eI aji, o chile rojo
monogamia. He visto que resultan afectadas picante. Táles elementos se consideran agentes
las mujeres que podrían estar teniendo inter- purificadores fundamentales en los ritos cura-
curso sexual con hombres que no son sus tivos que se realizan en la sierra. Para este par-
compañeros asignados o con hombres que lo ticular, creo interesante relacionar estas prácti-
son de otras mujeres. Pese a que Emiliana me cas actuales con las prácticas aborígenes andi-
hablaba con cierta soltura de cuestiones liga- nas de tradición pre-colonial y su miscegena-
das a Ia sexualidad, cuando me contaba sobre ción con las pautas rituales purificadoras de la
el mal aire, mostraba cierto pudor en explicar tradición judeo-cristiana. Aparecen también
Ia razón íntima de la dolencia. Hubo silencios en el ritual de "la limpia" alusiones al fuego
124 / Conygñdad e intercambio sexual

purificador, aunque más explícitamente al hu- cita de El Quinche tengo. No, después de bau-
mo que produce la combustión del tabaco y de tizarle se le deja nomás. Pero aquí se les ojea
otras yerbas aromáticas, localmente llamadas también después. A la grande [hija mayor] me
hediondas, yerbas que al arder en crudo pro- la ojearon, por el pelo. O sea, hay gente que le
tiene envidia al pelo, porque no tienen, ¿no?
vocan un olor intenso. Se nombra en ocasio-
Entonces le ven con iras ¡ la otra vez le ojearon
nes el incienso y el "saumerio", usado igual-
por el pelo, que lo tenía más largo que ahora. Se
mente en espacios eclesiiísticos, y también la
Ia hizo la cabecita puro grano y se le estaba ca-
chilca y la ruda, de uso común entre aboríge- yendo el pelo. La curaron por allá por Guayu-
nes de la sierra andina pe, con maí2, con pepa de zambo [calabaza],
con trago, le molieron y eso le pusieron en el
Mal de ojo o la incontinencia del deseo en cier- pelo, de ahí se curó. Porque Ie pusimos poma-
tas mujeres das, inyección y todo eso, y no le hizo nada. Co-
mo le curó un primo, no me cobró nada." (Ca-
Hay quienes desde la medicina alópata ridad,42 años)
se apresuran a diagnosticar el mal de ojo como
una infección resultante de una enfermedad En el barrio aprendl que el acceso afec-
venérea que se transmite a la criatura durante tivo de las personas adultas para con los y las
el parto. Los síntomas de esta dolencia serlan menores era restringido. Enseguida tomé nota
inicialmente un lagrimeo persistente, seguido de que hay personas que son sospechosas de
de inapetenci a y rcchazo al alimento. Los rela- resultar contaminantes para con las criaturas,
tos cuentan que si estos casos no se curan a pese a que ello no sea su intencionalidad. Se-
tiempo, la criatura'se va secando" hasta que gún lo que pude observar, hay personas que se
muere. Las gentes del lugar saben que "los mé- perciben como agentes con poderes y ello se
dicos" no pueden curar estas cosas. Hay perso- expresa en que tienen "una mirada pesada" o
nas cuya ocupación es "limpiar" este tipo de que "miran con gusto". La actitud de estas per-
males, cobrando sus servicios curativos. Thm- sonas se entiende como amenazante para la se-
bién hay quienes eventualmente pueden reali- guridad de las criaturas susceptibles de ser
zar ritos curativos en beneficio de parientes o "ojeadas". Los animales domésticos pueden, al
person¿rs allegadas, en cuyo caso el acto no se igual que las criaturas humanas sufrir las con-
monetariza y forma parte del intercambio de secuencias del mal de ojo. También he visto
a¡rda en reciprocidad. En los relatos aparecen que pueden sufrir la contaminación personas
hombres y mujeres que pueden realizar estas que tienen una hermosa cabellera. Esto inclu-
curaciones, independientemente de su situa- ye a niños y niñas pre-púberes, y también, de
ción conyugal. He visto que tanto ellas como modo muy especial a muchachas adolescentes.
ellos constituyen la franja de la edad madura y
"Esto es para que no le peguen el ojo [pulsera
su estatus dentro del grupo parental y de afi-
rojal. Esto se les pone, a todos los niños se les
nes, goza de cierta autoridad adquirida.
pone, ahí ya no les pegan el ojo. No sé, creo que
"Sí, sl les ojean. Sí le hice yo la manilla [braza- es porque es bonito, porque es pelón [pelo lar-
lete rojol y tiene escapulario. Le pongo cuando
gol... me parece que es por eso. Que el niño sea
demasiado precioso, vd. le queda viendo... tén-
me voy a Cayambe, porque sí les da mal aire. Sí,
gale seguro, si no Ie mata, le pone algo. Vd. pue-
con eso ya no le da, por Io que está bendecido.
de enamorarse de un niño, le pega el ojo y co-
Es de la virgen y de nuestro señor. De la virgen-
Del deber y del desruo / 125

mienza nomás a hacerse puro legañas, o si le sus propios retoños. Albita decía de ella que
pega el ojo al pelo, comienza el pelo a caerle. Si incluso eraíncapaz de darles el pecho porque
vd. se enamora, dice: qué lindo ese niño, qué los ojeaba simplemente con una tímida mira-
linda esa niña. Así es, no es por el pensamiento da. Thmbién había hecho que una muchacha
de vd. A veces sí se mueren. Eso no hay como
con bonita cabellera perdiera el pelo con sólo
curar. Se van secando y secando, hasta que
hacer mención a su belleza. Al parecer, cuando
mueren. Sí, si he visto.'fambién cuando está a
ella misma tomaba conciencia de la supuesta
tiempo también, con un huevo se puede lim-
piar también. Ya le digo, no es por la mala vo-
influencia maliciosa, podía también "limpiar"
luntad, sino que hay niños que Ia misma sangre a las víctimas a posteriori.
le tira a uno, ¿no?, le dice: qué lindo... Así sea
"El mal de ojo no es brujería, nada malo, sino
de la familia Ie ojea." (Milagros,45 años)
que a veces tiene Ia potencia de la vista muy
fuerte. Sí, mi hermana que le conté tiene así.
Durante mi visita a la casa de Milagros
Ella le ve a un niño que le guste y ella no Ie ve
percibí que yo misma podía fundar claras sos-
con ninguna mala intención, según ella dice.
pechas de producir el "ojeo" a menores y con-
Porque vea, a mis hijos les quiere y también les
cretamente a su bonito nieto. Como me dijo: ha ojeado. EIla le marca [coger en brazos] le di
"Usted puede enamorarse de un niño...". Me ce hola al guagua, dice: ¡hola mijito! [sic] Yo no
pareció que la mujer mostraba un notable ce- sé como es pero el guagua ya empieza con vó-
lo por la criatura y evité toda alusión a elogiar mito, diarrea y así a decaerse. Ella mismo les
su belleza porque ello hubiera parecido un de- cura. Les sabe curar machicando [sic] las pepas
satino, A través de otras conversaciones ya ha- de zapallo lcalabaza] con trago pero puro y con

bía comprendido que determinada conducta eso les hace de soplarles aLa carítay a los ojitos.
Eso le han enseñado, entre personas mayores
cariñosa con menores por mi parte podría re-
creo. Había habido un caso que mi hermana,
sultar amenazante. Pienso que el hecho de que
cuando recién se casó se fue a Cahuasquí y ahí
fuera una mujer joven de la que no se conocía una chica dice que tenía un pelo precioso, pero
vínculo marital ni maternidad certera, hacía dice que llegaba hasta casi la rodilla. Y mi her-
de mí una clara candidata para que la libido mana dice que le habla dicho: qué lindo pelo.. .
me rebosara en Ia simple mirada a "los inocen- Así, y a los ocho días dice que la chica se pasa-
tes". Por el contrario, durante mi estancia en la ba Ia peinilla y que Ie salía casi todo el pelo...
provincia de Esmeraldas no percibí que se die- Asímismo le habían soplado trago con ajípara
ra ese celo en torno a criaturas. Del mismo que ella ya no ojee. Ahora tiene pero ya no muy
modo, en el barrio, tanto Gloria como Marit- fuerte. Eso Ie hizo una señora mayor. Porque
diga, ella no podía ni darle el seno a la misma
za -ambas costeñas- parecían incentivar que
criatura de ella porque igual le ojeaba" (Albita,
me mostrara cercana y amable con sus criatu-
32 años)
ras. Por consiguiente, creo que esta tendencia
del celo para con los y las menores se observa Me interesé por conocer algo más del
principalmente en la sierra. Esto parece guar- perfil de esta mujer que provocaba mal de ojo
dar relación con la tradición andina. y puse atención a toda la información que me
Albita me contó que una de sus herma- llegara acerca de ella. Así supe que esta mujer,
nas "tenía poderes". Su hermana de manera in- de unos treinta años, había estado casada con
voluntaria "ojeaba" a algunas crías de animales un hombre de cuya unión no tuvo hijos que
domésticos, a criaturas humanas, e incluso a vivieran. Tuvo cinco partos que no prospera-
126 / Conyugrhdad e intercambio sexual

ron y esta razón habría sido causa del abando- ban mejores pagadoras que los hombres. Sin
no por parte de su primer marido. Posterior- embargo, resultaba indiscutible la continuidad
mente tiene una segunda unión de la que na- del apoyo financiero a los hombres en un pro-
cen dos criaturas y para entonces ya tenía los yecto para la pesca artesanal. Aquellas mujeres
tales poderes, puesto que ojeaba a sus propios no obtuvieron su crédito para la cría domésti-
bebés. Aparece un joven mozo en la escena que ca de pollos y para una planta mínima Para se-
se convierte en su amante y en palabras de su cado de pescado. Pienso no obstante, que
hermana "la guambra pendeja deja al marido aquellas reuniones que las convocaban resulta-
y los guaguas para irse con é1". Creo interesan- ban de lo más atractivas para todas ellas, por
te señalar que la conducta de esta mujer no pa- cuanto suponían un espacio, separado de los
rece ajustarse al deber seren cuanto al ejercicio hombres, para la complicidad y la trans-
del rol maternal y a las obligaciones maritales. gresión.
Su actividad sexual se situaría en orden prefe- En esta ocasión, tuve la oportunidad de
rencial con respecto a sus deberes como madre observar una interesante danza que me advir-
y esposa. Esta mujer, desde su experiencia tió sobre el modo en que estas mujeres encon-
transgresora, estaría pues en posición amena- traban placer en reunirse y expresar conteni-
zante. Su peligrosidad aparece reflejada en Ia dos relativos al goce sexual. En ese tiempo es-
acción de "sus poderes" que, aunque sin inten- taba de moda una canción pegaüza que, traí-
cionalidad, estarlan provocando una contami- da por las ondas de radio, se escrrchaba a toda
nación nada conveniente al orden establecido. hora y se bailaba en los bailes populares. "El
baile del perrito" tenía ritmo de merengue do-
Ritmo y proximidad de los cuerpos minicano y era pues para ser bailado en Pare-
ja con una cadencia cimbreada pero más o
En Esmeraldas, como en el resto del menos mecánica. Un amigo euroPeo me co-
Ecuador, la cooperación internacional para el mentaba que "las mulatas cuando lo bailan ha-
desarrollo tiene un extenso camPo de acción. cen una cara que parece que la cosa no va con
Una de mis visitas a la cuenca del río Santiago ellas". Estando entonces allí reunidas, dos de
se produjo gracias al contacto de Mara Ruí2, las mujeres que llegaron primero comenzaron
una profesional en este camPo que trabajaba a incitarse la una a la otra para representar el
para una contraparte ecuatoriana de la coope-
baile entre risa y carcajada. Neli le decla a Emi-
ración italiana y eventualmente colaboraba en lia que estábamos esperando verla bailar, le
los programas de la cooperación oficial alema-
animaba y argumentaba que aprovechara la
na (GTZ). En una ocasión, acompañé a Mara ocasión porque "esto donde hay los hombres
como observante, para colaborar en su visita no hay como hacer". Emilia, cantando el estri-
de campo al norte de Esmeraldas. Se trataba de
billo inició un movimiento rápido de oscila-
convocar una reunión para las mujeres que
ción pélvica que duró aPenas Io que hubiera
habían sido previamente informadas sobre la
tardado en aParecer un orgasmo Por auto-
posibilidad de solicitar micro-créditos a la complacencia. Con uno de sus brazos extendi-
GTZ para proyectos productivos de pequeña dos hacia la parte posterior, el ritmo le llevaba
escala. Debo decir que finalmente estos crédi-
a hacer que el giro de su mano derecha semi-
tos no fueron concedidos, a pesar de que el
cerrada mostrara un pulgar pendulante entre
diagnóstico mostraba que las mujeres resulta-
los límites de un ángulo recto dibujado en el
Del deber v del deseo / 127

aire húmedo, crílido y agitado por el griterío de congregación local y que mi interés especial
excitación del resto de las compañeras que ya por teorizar sobre su experiencia parecía in-
iban llegando. Mara y yo nos dejamos llevar quietar a este hombre que no dejaba de man-
por el encantamiento de nuestras anfitrionas. tenerse alerta. En la casa de una de las familias.
Pienso Que la representación de esta danza se donde habitualmente se daban las reuniones
producía en un espacio sexualizado por estas confesionales, se preparó un baile tras un bre-
mujeres, un espacio en que el intercambio se- ve oficio religioso. Luego de que las mujeres
xual normativo estaba fuera de lugar. hubimos servido las infusiones y las porciones
Recordando las maneras de las mujeres de postres modestos que la mayoría de ellas
que conocí en la sierra y concretamente en el habían preparado -yo me había dado el lujo de
barrio en Quito, me resulta impensable una comprar un bizcocho fabricado-, algunos
expresión semejante a la que me ofrecieron las hombres "sacaron" a bailar a algunas mujeres,
mujeres costeñas en aquella ocasión. Emiliana Viendo que los hombres no eran muy propi-
me contaba que de joven le llamaban "la loca cios, algunas mujeres se instaban al baile unas
que prende la fiesta", que le ponían música y a otras. "Más que sea entre mujeres, bailemos",
levantaba el polvo con el baile. Eso era antes, así me regalaba el primer baile una mujer jo-
como decía, de haberse cambiado de religión. ven, mientras de la mano me llevaba al centro
Emiliana conservaba una selecta colección de de la sala. Desde ahí estaba viendo a Emiliana
discos sencillos, lo que me suponía un goce y sus movimientos me hicieron pensar en el
adicional al que me proporcionaba escucharle m¡ís cadencioso de los cuerpos metido en una
hablar sobre sus experiencias vividas. Por piel de oso. Por la familiaridad que yo creía ha-
suerte para mí, la radiola y la música bailable ber adquirido sobre su vida, sabía que la ener-
se habían salvado de la limpieza idolátrica en gía que conocía de ella estaba muy lejos de
que habían caído los bien escasos elementos aquella sala. La potencia que antes "prendía la
ornamentales y ciertos hábitos, que como el fiesta", se había quedado en las noches de "las
uso del tabaco y el licor, podían ser constituti- colonias de morenos'1 No pude sino interpre-
vos de vincular la experiencia con el placer de tar su modo de bailar como el síntoma de una
los sentidos. mutilación, de un placer dejado atrás, reprimi-
Los bailes que Emiliana recordaba ha- do tal vez ya para siempre. Nuestras miradas se
bían tenido lugar en lo que llamaba "las colo- cruzaron y creo que hubo una suerte de com-
nias de morenos", lugares de reunión en que plicidad entre la tristeza y Ia compasión. Pensé
"los paisanos" de la sierra norte buscaban di- que Emiliana y yo, asociábamos el baile a con-
versión en el centro del Quito de los años 60. tenidos mucho más poderosos.
A partir de su cambio de postura religiosa, sus Si bien los espacios son determinantes
ámbitos lúdicos de sociabilidad se habían li- en la ubicación de las expresiones placenteras,
mitado a los espacios que propiciaba la con- a menudo las transgresiones se muestran en
gregación de los Testigos de |ehová de la zona. lugares públicos no sin cierto nivel de conflic-
Después de más de un mes de convivencia en tividad. Siguiendo Ia ruta de recogida de la ta-
su casa, fuí invitada expresamente a una de es- gua, marfi.l vegetal que hombres jóvenes reco-
tas reuniones lúdicas por parte del responsable Iectan de los pequeños productores a orillas
del grupo en el barrio. Debo decir que Emilia- del río Santiago en la costa norte, tuve ocasión
na era la única persona y mujer Negra de la de ser invitada a un rito funerario, un telorio
128 / Conyugalidad e intercambio sexual

celebrado la primera noche de mi estancia. El cional de aquel hombre expectante. El joven


cuerpo de una mujer ancianayacia en una es- no respondió y no obtuve ni un comentario
tancia preparada para la ocasión, rodeado de por su parte, tan sólo se limitó a hacerme el
mujeres Negras y Chachis que sentadas en el gesto de que la mujer estaba ebria y seguimos
suelo lamentaban Ia muerte entre sollozos y hablando sobre apariciones y espíritus.
alabados o cantos funerarios. Fuera del aire es-
peso de la estancia, el resto de la concurrencia Nombrando las transgresiones de sexo y de

pasaba las horas conversando. fugaban a los género


naipes entre tragos de aguardiente y algún bo-
En las conversaciones cotidianas apare-
cadito de comida que ofrecían "los deudos de
Ia muerta". Me acompañaba uno de los jóvenes
clan términos que definiendo hombres y mu-
jeres, daban significado al modo en que ellas y
encargado de la cuadrilla de recolectores de ta-
gua, quien era bien conocido en el área como ellos no respondían en sus roles sobre lo espe-
uno de tantos hombres itinerantes y cuya ma- rado, o dicho de otra manera, informaban de
dre vivía en el caserío colindante. que sexo y género se construyen en disconti-
Tratando de atender con todos mis sen- nuidades que se escapan de la diotomía basa-
tidos la cantidad de información que me llega- da en criterios reproductivos y o de elección
ba a través de las conversaciones, me distrajo el del objeto de deseo.
comportamiento de dos mujeres que estaban Carishina es un término quechua que
provocando cierto desasosiego en la mirada de nunca escuché en la costa. Carishina es una
mi interlocutor más cercano. Una joven Cha- mujer que no es diestra en las actividades u
chi, con la belleza de una actitud serena se en- oficios "mujeriles". Una mujer que no encuen-
trelazaba con una mujer Negra envilecida por tra el punto de cocción del arroz, que es des-
el maltrato de la edad y por una mirada cruza- cuidada o impuntual en las labores del arreglo
da que le estaba dedicando a mi acompañante. del hogar es carishina. No es una mujer que
Sentadas frente a nosotros, se movían en Ia es- actúa como hombre, no define una postura
trecha maniobrabilidad de la proximidad de masculinizada, sino la despreocupación por
sus cuerpos. No he visto que las madres con las las labores de mantenimiento del hogar y so-
hijas o con otras mujeres cercanas en parentes- bre todo en la preparación de los alimentos
co tengan un nivel de intimidad corporal que para el consumo doméstico. No es convenien-
me permita interpretar que aquellas mujeres te que una mujer reciba este calificativo, aun-
estaban unidas por vínculos parentales con- que usado entre mujeres suele sen más jocoso
sanguíneos. En todo cÍlso creo que una apre- que ofensivo. Así lo entendí cuando, entre mis
ciación asl, en base al mero contacto físico, hu- colegas, había quien lo era más que yo en de-
biera sido una visión apriorística. En aquel terminadas ocasiones.
momento pensé, probablemente por el fenoti- Emiliana solía justificar alguna de sus
po de la joven, que las mujeres no podían ser actuaciones como de machona. Sus cuchillos
sino amigas. En la agresividad de la mirada y eran de machona porque no tenlan mango.
en la respuesta verbal con que la mujer mayor Este término aparecía en campos semánticos
replicó la atención de este hombre joven, me compartidos con el de carishina, si embargo,
pareció ver que la cercanla corporal de ambas he visto que denota más rudeza que impropie-
no deseaba ser invadida por la mirada inten- dad o impuntualidad en la realización de las
Del deber y del deseo / 129

actividades domésticas. No he encontrado que finitivamente no se espera de una madre que


ello sirviera para designar a las hembras infér- sea maricona. Este es un término que, como
tiles, como parece signifi car la raiz de este tér- los nombrados más arriba, sirve para calificar
mino en otras culturas hispano-hablantes. Ser comportamientos realizados por mujeres y
machona tampoco define un comportamiento nunca por hombres,
masculinizado, sino que su significado se opo- En uno de mis viajes a la costa norte,
ne al refinamiento y tiene que ver con una do- acompañada de un amigo panameño para ser
mesticación muy rudimentaria. Un comporta- presentada ante grupos denominados afro-
miento asilvestrado o poco sofisticado en una ecuatorianos que trabajaban en acción políti-
mujer al cargo de una c¿rsa serviría para defi- ca, me sorprendí preguntándole sobre el signi-
nirla en ocasiones como machona. He visto ficado de un grafitti que rezaba: "Olianda les-
que no aparece tan alegremente como el de ca- biana'l Aunque recordara el nombre real no lo
rishina y casi siempre lo he escuchado como iba a reproducir. Era un nombre de mujer se-
autocrítica, más que como insulto. Nunca fui guido de un calificativo que yo asociaba con la
conceptualizada como tal, ni siquiera en for- orientación político-sexual de ciertas mujeres.
ma de calificativo inofensivo. Entonces pensé que aquella mujer habría sido
Siguiendo con Ia raiz semántica, "traba- sorprendida con su amante, que su actividad
jar a lo macho" es una expresión que las muje- política le llevaba a la equiparación de los de-
res usan recurrentemente en relación a su ex- rechos civiles para las "parejas del mismo se-
periencia como criadoras sin compañero esta- xo", o que podía ser -aunque muy improbable-
ble. Significa trabajar sin descanso y sin apoyo, mente- de origen griego. Seriamente diré que
trabajar en solitario. En todo caso parece dig- aquello en un grafitti me sonó a improperio.
nificador para una mujer por cuanto muestra Mi amigo, que tenía conocimiento de la zona,
su capacidad como criadora y como madre. me dijo que creía que esa mujer era jueza. EI
"Trabajar he trabajado a lo macho, como se di- dijo "juez" y a mí me parece ahora muy poco
ce, pero sola, sola....", decía Marcia explicando verosímil, por cuanto he visto la dificultad de
que habla quien podía perjudicarle por envi- las mujeres para alcanzar tales puestos en el
dia, que ellajustificaba por el hecho de que ha- país, mucho más para el caso de las mujeres
bía prosperado en la crianza de sus dos hijas. Negras. En cualquier caso, mi amigo quiso de-
De algún modo lo verbalizan así las mujeres de cir que tal mujer estaba ocupando una catego-
edad hablando de su duro pasado y de la ener- ría profesional tradicionalmente construida
gía que en la juventud Ie dedicaron al trabajo para ser encarnada por un hombre, Así que
por la supervivencia de sus criaturas. entendí que el significado asignado a lesbiana
No recuerdo haber registrado que nin- no calificaba a esta mujer, sino al cargo que re-
guna mujer en el barrio admitiera ser marico- presentaba. Más que un insulto a su femini-
na. Es un término más escuchado en la costa y dad, como pretendiera parecer, era un anuncio
que recuerdo en boca de Paula, una amiga de Ia amenaza que representa la transgresión
profesional de clase media. Una mujer se com- que supone el acceso de las mujeres a las posi-
porta como maricona cuando muestra indeci- ciones de liderazgo institucional.
sión, miedo o falta de coraje. No es nada con- Los hombres también reciben calificati-
veniente para una mujer merecer este califica- vos diversos que ponen en cuestión la polari-
tivo, miíxime si tiene criaturas a su cargo. De- dad genérica. El término marica designa un
130 /Conyugalidad e intercambio sexual

contenido similar al que para las mujeres su- sa.No percibí que Giovanni se afectara por es-
pone el de maricona. Un hombre actúa como te particular, al menos no hizo nada por mos-
marica cuando es indeciso, tímido, débil en trar su irritación al respecto. Me sentí en el de-
sus actuaciones. Habrá quien argumente que ber de hacerle un gesto a Gloria, indicando
bastarla decir que es sinónimo de afeminado. que podía irse a casa si lo deseaba. En mi si-
Si por afeminado se supone lo cercano a las guiente entrevista con ella le pregunté sobre su
formas de expresión de las mujeres, el com- comportamiento. Con nuevo divertimento me
portamiento atribuido a un marica no lo he decía que le había estado comentando a su
visto en ninguna de las mujeres que he cono- marido que no había sabido que la tal mujer
cido allí. No he visto que los hombres lo utili- tenía un cuñado marica, de la misma pobla-
cen en el barrio, ni en tono jocoso, ni como in- ción de la que ambos proceden, en Ia costa
sulto, aunque tuve que registrarlo cuando una norte. No me explicó por qué se había reído
de mis más cercanas relatoras Io utilizó para así. Entendí que su risa era una respuesta casi
definir a uno de los hombres que yo iba a en- refleja de sorpresa y en cierto modo de temor
trevistar. ante algo pretendidamente Poco común y por
Gloria, una de mis colaboradoras prin- tanto, de diffcil clasificación.
cipales en el barrio, me ayudaba a ser introdu- Durante mi entrevista con Giovanni, en
cida ante personas dispuestas a concederme un par de ocasiones me pidió disculpas para
una entrevista. En una ocasión y tras presen- levantarse y pasar a la cocina, donde sus sobri-
tarme ante un grupo de hombres y mujeres nos hablaban y reían en el tono usual en que
con quienes ella había trabajado en una cade- Ios muchachos se entretienen. El sonido de al-
na de lavado de envases, me acompañó hasta la gunas bofetadas y de su voz maldiciendo gra-
casa de una de ellas. Casi habíamos concerta- vemente a los chicos precedía su regreso al lu-
do ya una entrevista grabadora en mano cuan- gar en que yo estaba. Una agresividad así me
do esta mujer me dijo que mejor sería hacerle pareció muy inusual y sobretodo, gratuita. En-
la entrevista a su primo que estaba pasando seguida entendí que este patrón de comporta-
unos dlas en su casa. No era la primera vez en miento tenía sentido como comPonente de
que caí decepcionada ante la negativa de una afirmación de una masculinidad impositiva,
mujer que considera que su información no va un deber de "sentirse macho". El siguiente ex-
a ser relevante, delegando su palabra en la de tracto de su relato me Parece muy evocador
un hombre. Giovanni tenía un tono de voz ati- porque expresa la solidez de la norma marital
plado y una gesticulación un tanto histriónica. y heterosexual que persiste en las relaciones de
Su apariencia flsica era común con la de los pareja donde las categorlas de género han sido
otros hombres pero su expresividad no Io era, transgredidas. Según su relato, Giovanni ha-
comparado con la de éstos y tampoco con la brla decidido'buscar una mujer", Para no te-
de las mujeres. Gloria, con su bebé en el rega- ner que "trabajar para mantener a un hom-
zo y acompañándonos en la estancia, comenzó bre". Una droga Ie habría trandormado en
a reír tímidamente cuando Giovanni recitaba "macho'1 Pienso que lo que Giovanni exPresa
su nombre de pila. Mientras trataba de aten- resulta muy significativo al respecto de los ro-
der al relato de este hombre, pude advertir que les de género y de la asignación sexual en base
mi amiga no tenía intención de reprimir la ri- al obieto de deseo.
Del debervdel deseo / 131

"He tenido amistades buenas y amistades ma- contaban con los recursos para comprar su in-
las. Mis padres se han creído que yo era un mediata puesta en libertad, podían ser objeto
pandillero, qué se yo... Yo no, lo he intentado, de humillaciones y vejaciones similares a las
lo he deseado, sí, para qué le voy a mentir, pero
que reciben las mujeres de los servicios hetero-
he visto que esa vida no es la correcta. Ahora,
sexuales cuando son detenidas en redadas mu-
yo he vivido mucho con mis amigos que son
homosexuales en Guayaquil, y me he dado cho más rutinarias.
cuenta de la vida... que tienen que trabaiar pa- Abundando en la significación del ter-
ra mantener a un hombre, etcétera, etcétera... mino homosexual, he visto que este término -
Son puntos de vista en que yo no podía avan- en el contexto que estamos tratando- sólo de-
zaÍ a esa ley. Entonces me decidí de buscar a mi fine al hombre que no penetra y que es pene-
mujer y he vivido... un tiempo estuve con una trado, o goza de la "potencialidad" del cuerpo
droga que existía le decían Ia roinol [sic], y yo de otro hombre, dentro del esquema falocén-
he sido con esa droga para sentirme bien ma-
trico. Un amigo que pasó cinco años en Ia cár-
cho, y hoy en el día ya no la tomo. No sé, yo Ia
cel de Guayaquil por motivos políticos me co-
compraba. Hoy en el día no la tomo porque no
Ia necesito, estoy bien así como estoy. Sí, bas- mentaba que "los homosexuales estaban en la
tante duro, aunque ahora parece que se les aca- otra galería y los dejaban pasar a que vieran a
ba facilito, digo yo, ¡que antes los mataban!, sí sus novios que estaban donde todos". He visto
yo ya sé70. Sí pues yo digo que cada cual el que que es habitual la asignación de este término a
elige su vida debe ser respetado y yo sí quisiera los hombres que no con considerados como
que en el mundo hubiera un respeto para todas tales, sino como "afeminados". Nuevamente
las personas. El que es loco que lo lleven a su ello aparece reforzando el dimorfismo sexual y
lugar y lo dejen con su loquera, el que es homo-
la polaridad genérica. Una mujer en la costa
sexual que lo dejen con sus... mariconadas que
norte me comentaba que había cambiado a su
es la palabra correcta, él verá como vive" (Gio-
vanni,32 años) hijo de doce años a la escuela del pueblo de al
lado porque el profesor en su pueblo era "un
Hay que decir que la práctica homose- homosexual". En éste y en otros casos el térmi-
xual ha sido considerada como delito en el có- no define las conductas pederastas, pero sobre
digo penal ecuatoriano hasta las últimas refor- todo una amenaza sentida hacia alguien consi-
mas constitucionales de 1998. Esta ley opresi- derado como "pervertidor" de los gustos se-
va no afectaba en la práctica a las mujeres por- xuales de los varones menores. En todo caso, el
que en la política policial a quien se criminali- término está cargado de negatividad y resulta
za es a quien es penetrado por otro hombre. insultante en cualquier contexto a excepción
Hablando con algunos amigos que ocupan de los tímidos espacios de militancia política
profesiones liberales en Quito y que se definen por el derecho a la libre opción sexual.
*los
como gays, el castigo se lo llevan pasivos".
En las redadas de los locales nocturnos del Consumo de los servicios selcuales
norte de Quito, los detenidos habían de pasar
la prueba que les definiría como activos o pa- Son hombres los que suelen comprar el
placer a través de servicios sexuales realizados
sivos. Se trataba de una prueba pericial usada
por la policía que no voy a describir aquí, pe- por varones y mujeres de toda edad. Aunque
Ias mujeres del Iugar podrían pagar también
ro que supone un atentado claro a la dignidad
estos servicios, no he tenido noticia de que lo
de la persona, Los considerados pasivos que no
132 / Conyugahdad e intercambio sexual

hagan. Las mujeres que compran servicios he- clamaban en su mayorla el cumplimiento del
terosexuales son en todo caso turistas. son trato por parte de sus amos: acceso carnal a
"gringas". Estas transacciones mercantiles al cambio de libertad.
margen de la ley ofrecen un abanico de rela- Un caso de eventual trabajador del sexo
ciones de poder en que el género,la raza y la era Angel. Este joven me contaba que nunca
clase social son determinantes. llegó a hacerle saber a su madre sobre ese tipo
La costa norte y más concretamente Es- de modos de obtener beneficio. La primera vez
meraldas es lugar propicio del mercado sexual, que accedió a la solicitud sexual de una mujer
sobre todo en oferta de muchachos. Un maes- extranjera debía tener apenas I I años. Se
tro de escuela de la ciudad de CuencaTl me acompañó de uno de sus amigos, y tuvo mie-
contaba que ya en 1962 era sabido que turistas do, pero se le pasó un poco cuando vio que de
extranjeros hacían uso de muchachos para aquellos dos dólares que obtuvo a cambio le
servicios de place¡ en aquel caso un hombre y llegó para comprar una bicicleta usada. Ense-
una mujer aparéntemente matrimoniados ha- guida aprendió que hay distintas clases de mu-
brían tomado un muchacho Negro para su jeres. Este joven decía que hay mujeres que "sí
uso personal durante un tiempo indetermina- analizan", que son capaces de demandar placer.
do. Le llevaban acompañándoles en sus viajes Seguramente este joven no había reconocido
por el pals. Según este informante, el mucha- esta conducta en las mujeres que no pagaban
cho no debía tener más de nueve años y les por sus servicios.
servía también para el transporte de equipajes
"Allá, por ejemplo a San Lorenzo llegan todos
y otras labores.
los días gente del exterior. Llegan de Argentina,
"El chico era refeo, el cuerpo tenía así llenito de de España, de Estados Unidos, montones. El
pupos [abscesos] pero a ellos será que les gus- día que no llega nadie es porque no ha habido
taba, no sé... con lo mínimo le vestían, le da- transporte. Por ejemplo, Ilegan así mujeres
ban de comer de la boca a la boca, le tocaban
gringas, ellas se manifiestan [expresan de-
bastante, de mano a mano lo pasaban..." (Ed-
seol... Claro, es verdad, ella paga, cuando a vd.
gar,46 años. Diario de campo) lo lleva al hotel. Pero yo, o sea, yo cuando veo
una mujer sincera, aunque sea fea, pero me
El hombre que me contaba esto no pa- gusta. Porque me gusta que me diga: tú me gus-
tas, quiero que me hagas así, quiero que me ha-
recla mostrar estupor, si bien me dijo que era
gas este otro... Y vea que ellas sí analizan, lo
algo que llamaba la atención verlo en la sierra,
que el hombre le hace en el amor, porque ellas
donde él se encontró con la tal pareja de turis- dicen tú me haces mejor, y eso. Forque me dijo
tas extranjeros. No he tenido testimonios que que regresara en la noche, a mí. Le dije: pero,
se remitan a este tipo de servicios, o al respec- ¿que yo solo?, así en señas. O sea, me dio mie-
to de la explotación de cuerpos ajenos en años do ya cuando me dijo que vaya solo. Ahí dicen
anteriores, no obstante supongo que puede que los gringos secuestran a los muchachos...
haber sido una conducta continuada desde el pues, a algunos ya se han llevado. Ya me iba pa-
ra la calle, y yo estoy si Ie cuento a mi mami que
sistema esclavista. En todo caso, las denuncias
esa mujer me dice que vuelva. Pero si Ie cuento
que constan en los archivos al respecto de abu-
tiene que saber..." (Angel, 19 años)
so sexual en los primeros años del siglo )ilX
registran únicamente casos de mujeres, quie- Pienso que este joven asociaba este tipo
nes como ya vimos en el segundo capítulo, re- de actividad con una prolongación de su acti-
Del deberydel der,eo / 133

vidad heterosexual placentera. En ningún mo- dinero y Ie dijo que lo había ganado en la qui-
mento Ie informó a su madre ni le entregó un na, una especie de bingo. La madre desconfia-
céntimo del dinero que obtenía por este con- ba pero él le juró que no lo había robado, en-
cepto, lo cual invertía en artículos para su dis- tonces le dio unos centavos para comprar una
frute. Sin embargo, el servicio que realizaba a vela que ponerle a la imagen de La Virgen pa-
los hombres tenía un carácter bien distinto. En ra que siguiera ayudándolo. Angel nunca puso
su relato Angel justificaba, previamente a citar la vela pero La Virgen siguió sin duda "ayu-
este particular, que en casa se pasaba hambre, dándolo" con nuevos clientes. De algún modo,
que su madre lo pasaba mal y que él sólo pen- el servicio a Ios hombres era algo que é1 consi-
saba en aliviar Ia situación. Hacía multitud de deraba como trabajo por cuanto su beneficio
labores para conseguir ingresos, entre todas era cuantificable en términos de consumo pa-
ellas limpiaba zapatos. Con la primera solici- ra la satisfacción de las necesidades más bási-
tud que tuvo de un turista Blanco del país ve- cas. Era trabajo también porque no lo advertía
cino obtuvo el dinero equivalente al que hu- en absoluto como placentero para é1. Era tra-
biera sacado limpiando zapatos durante una bajo tal vez considerado indigno, pero que pa-
semana. Ésta es la cuenta que dice le llevó a de- radógicamente constituía un modo de apare-
cidirse, muy a su pesar de que su madre se lo cer ante la autoridad de su madre como pro-
tenía prohibido. veedor. Angel crela que su masculinidad podía
"Porque mi mami, lo primero que me decía: estar siendo puesta en cuestión porque nunca
hubiera permitido ser penetrado por un clien-
¡nada de estarse cogiendo a un homosexual! Y
yo le digo, uno cuando es inocente es hasta te, algo que habría sido una buena razón para
pendejo. ¡No!, le dije yo, porque mi mami lo llevarle a la culpa.
primero que me ha dicho, que yo no puedo. Al respecto dela homofobiaen eI discur-
Porque él sí decía, me gustas tú, ellos se iban so y en la práctica me interesa registrar la in-
[sus amigos], pero o sea, sólo a mí me acosa- formación acerca de una serie de casos crimi-
ba... Yo ya lloraba, por Dios que ya lloraba. nales de relativo impacto social que se produ-
Cuando vino y me dijo: vamos a comer, me in- jeron durante mi estancia de trabajo de campo
vitó a un restaurante. De ahí al restaurante me en el país. A finales de 1994 en Quito se escu-
llevó arriba a una cama. Subí, pero o sea, todo
chaba que "algunos n€gros están matando a
lo hacía é1, yo de mi gusto, me hubiera gustado
los maricas". La información era bastante difu-
tenerlo ahí en mis manos, porque ya sabía lo
sa. Con anterioridad a estas fechas se oía que
que me esperaba. Pagó ya y todo. Pero yo antes
"están matando a los homosexuales de la Ma-
le dije: cuide vd. que me vaya a hacer a mí algo,
riscal". Ambos rumores se confundían y con el
¿no?, con viricarme Isic], como dicen ellos... si
vd. me llega a hacer a mí algo así, yo le pego su tiempo entendí que aunque podían estar rela-
golpe. Le dije así. No, me dijo, si fuera así no te cionados, ambos se referían a diferentes vícti-
traía...Ya con esa plata, estuvo allí en Ia casa, mas. La Mariscal es una zona conocida por la
comimos algunos días bien, pero se acabó" presencia de transvestidos y transexuales para
(Angel, 19 años) el servicio a hombres solicitantes. La muerte
de algunas de estas personas en circunstancias
Angel nunca le dijo a su madre que ha- violentas levantó los rumores de que tal vez
bía estado "con un homosexual". le dio todo el una red paramilitar estaría implicada en un
134 / Conygaltdad e intercambio sexual

limpieza homofóbica no muy bien sistemati- destacar cómo "los negros costeños" estaban
zada, puesto que los hechos se produjeron con siendo criminalizados y además pensados co-
muy poca discreción. mo sicarios. Un profesional liberal de Quito
A través de unas y otras fuentes era co- que afirmaba no haber hecho uso nunca de es-
nocido que "negros esmeraldeños" trabajaban tos servicios se alarmaba por estas muertes de
para hombres que podlan pagar sus servicios. personas a quienes había conocido en ámbitos
Nueve hombres considerados consumidores de sociabilidad y decía en una reunión "era de
de este tipo de mercado se encontraron muer- esperar, se meten con esos negrros.,.". Presté
tos en extrañas circunstancias. La noticia se hi- atención a estos rumores, por cuanto daban
zo más explícita tras la muerte de un profesio- cuenta de la discriminación racial, criminali-
nal muy conectado con agencias internaciona- zando la masculinidad de los hombres negros.
les para el desarrollo y cuya muerte transcen- He pretendido mostrar que la norma
dió las fronteras del país. Los rumores indica- heterosexual es poderosa, tanto en el discurso
ban que "bandas de morenos" estarían dedica- como en lapráctica,y ello figura en la base del
das a efectuar robos en domicilios particulares contrato matrimonial. En este sentido, el régi-
de hombres que contrataban sus servicios se- men católico ha perseguido la sexualidad ex-
xuales y que serían asesinados después. Pasó tra-marital y para su control se han construi-
algún tiempo hasta que se demandó hacer una do una serie de maldiciones que afectan a
investigación exhaustiva por parte de personas quienes transgreden los llmites del sexo matri-
influyentes que se vieron de algún modo im- moniable. Pienso que el control de la sexuali-
plicadas. Desconozco curíles habrán sido sus dad responde a las contingencias del Derecho
resultados. Otros rumores indicaban que la Paterno a través de la institución de un orden
muerte violenta de más de nueve hombres monogámico restrictivo. En la práctica, las
Blancos en menos de un año, hacía sospechar uniones endogámicas y su sanción de derecho
cierto nivel de organización. Tras los ejecuto- se dan más en las primeras uniones, con el ob-
res materiales podrían haber intereses impli- jeto de generar descendencia legítima, dentro
cados en los órganos de poder. Me interesa del deber ser en este orden establecido.
#
MATERNIDAD SOCIAL. EFICIENCIA Y LIDERAZGO
Muieres por cuento propio

Ese capítulo pretende contribuir a des- Hombres y mujeres que fundaron el barrio
velar en qué medida la autoridad conferida a de Silanes
las madres puede capacitar a las mujeres para
el ejercicio del poder representativo. De otro En los años 90 el barrio de Silanes, está
modo y como parte de la misma reflexión, se poblado por una mayoría Blanco-mestizapro-
verá en qué medida esta autoridad conferida a cedente en su mayorla de las provincias limí-
las madres resulta determinante en el desarro- trofes de Ia sierra y muy significativamente de
llo de las mujeres como agentes transforma- Loja, la provincia costera del sur del país, que
dores. limita con el Perú. Es importante la represen-
En el contexto estudiado he visto que el tación de este último grupo que se aprecia du-
patrón de familia conyugal nuclear continúa rante la celebración de las ñestas del barrio en
vigente y es normativo. La autoridad fiscal de- setiembre, cuando se realiza una procesión ca-
legada en el padre-marido prevalece tras siglos tólica en honor a la Virgen del Cisne, cuya
de una fuerte imposición a través de los mode- imagen es traída de la provincia de Loja.
los económicos y de la doctrina moral católi- No obstante la composición actual, me
ca. Esto ha sido expresado en los capítulos en interesa recoger aquí la memoria sobre quie-
que se ha desarrollado la contextualización nes se recuerdan como "fundadores", nombra-
histórica. He visto que esta norma se actualiza
dos en masculino por defecto. En los relatos se
en el discurso y se recrea en muchas de las re-
recuerdan llderes, personas que desde dentro
presentaciones de la práctica. A través de los
de la comunidad incipiente eran nombradas
relatos recogidos, los hogares se conciben co-
para presentar las decisiones ante las autorida-
mo espacios en que conviven esposo, esposa,
des, o bien, personas que son recordadas por
hijos e hijas legítimos. Esto forma parte del de-
su capacidad de crear vínculos de ayuda mu-
ber ser, así el hogar es un espacio en que los ro-
tua a través de actos voluntarios de generosi-
les de género ordenan el régimen de activida-
des y en que la autoridad miixima recae sobre
dad y propiciatorios de cierta cooperatividad
el padre-marido. Sin embargo, en la práctica solidaria. Estas personas habitan el barrio des-
los hogares pueden ser espacios mucho más de sus inicios, por lo que se consideran funda-

dinámicos en que las relaciones se dan sin que dores y fundadoras del mismo. He tratado
la pareja conyugal sea el centro de las mismas. aquí únicamente sobre hombres y mujeres de
Los roles de género que se suponen normati- ascendencia africana, lo que en este caso equi-
vos son ciertamente transgredidos y la preten- vale a decir que eran de origen serrano, puesto
dida autoridad masculina es también dis- que la gente de la costa ha llegado más tardía-
cutida. mente.
136 / Maternidad Social

Debo señalar que en los relatos, cuando es nombrado "Don Pancho'l Cuando yo pre-
se hace alusión a la creación del barrio, se citan guntaba acerca de la historia del barrio, varias
unas personas mientras que se omiten otras. personas me indicaron que debería hablar con
Habitualmente se habla de familias fundado- él y asl lo hice. Tras escuchar su relato, pensé
ras o de grupos relativos a hombres-maridos y que si bien este hombre parecía haber estado
padres, que son quienes son citados como fun- vinculado con el activismo en sus inicios, des-
dadores. Por el contrario, se omiten los nom- conocía en gran medida la política de la comu-
bres de las mujeres que llegaron también co- nidad en los últimos años. Sus objetivos pare-
mo pioneras. De este modo, en los relatos re- cían orientados al desarrollo de su entorno fa-
cogidos se evocan los nombres de los padres miliar y de su empresa. Interpreto que se Ie
de las familias Acosta, Quiñones, Linares, Váz- considera como figura importante en tanto
quez y Flores. Aparecen los nombres de los que hombre de edad, con el prestigio adquiri-
hombres padres como metonimia de su exten- do por haber liderado una familia numerosa y
sa familia, Sin embargo, no aparecen los nom- haber prosperado en un negocio que resulta
bres de Marcia Aguado, Mariana Martínez, ser el lugar en que las gentes del barrio se reú-
Antonia Ororó y Emiliana Salinas, quienes, nen a pasar algunos ratos de ocio.
entre otras mujeres, fueron también pioneras La idea del progreso la he visto aquí ex-
y llegaron con su grupo doméstico. Ni siquie- presada en el desarrollo exitoso de una activi-
ra estas dos últimas aparecen como tales en los dad de extracción de ingresos. Este negocio
relatos, aunque sí se las recuerde como impor- comenzó siendo una venta ambulante de pes-
tantes líderes durante todo el proceso de ad- cado frito, para llegar a ser un local en el cen-
quisición de tierras y en las posteriores gestio- tro del barrio, en que se consume pescado, re-
nes de acondicionamiento urbanístico. frescos y cervezas, donde se escucha música y
se puede bailar. "El Salón" o "Los Pescados" de
Memorias omitidas Don Pancho es sin duda un referente impor-
tante en el barrio. No sólo constituye un ámbi-
"Cabalmente ahora se ha llenado una cosa de to de sociabilidad en sí mismo, sino que supo-
negros que a nosotros mismos nos da sorpresa. ne un espacio en que se producen interaccio-
Porque aquí, aquí en Silanes, de familias vivía-
nes ciertamente endogámicas. A este local acu-
mos yo, los Vázquez, los Flores, tres, mi padri-
den todo tipo de personas, en su mayoría
no Emilio, cuatro, ñnado Cecilio Quiñones,
cinco. Ahora hay una cantidad. Sólo que todos
hombres, que son del barrio o que llegan de
no son, no son dueños, sino que vienen es [sic] fuera exclusivamente a degustar su afamado
arrendando " (Pancho Acosta,6l años) pescado frito. Acuden, por otrd parte, y con
mayor asiduidad personas que, vinculadas con
Pancho Acosta -quien en su "yo" repre- su familia por afinidad y parentesco, constitu-
familia- es considerado uno
senta a su extensa yen un grupo más o menos integrado, el gru-
de los fundadores y una autoridad en cuanto po de "los morenos'1 Pancho Acosta sabe que
al tema de la formación y el desarrollo barrial. ha tenido la fortuna de prosperar en un nego-
Su condición de hombre padre, cabe decir de cio que inicialmente hubiera sido "cosa de
patriarca, como cabeza de un grupo que ha lo- mujeres", puesto que habitualmente son muje-
grado cierto éxito a través de un negocio fami- res las que cocinan dentro y fuera de la casa.
liar, le otorga el respeto de la comunidad y así Ellas lo hacen como actividad de venta ambu-
Mujeres por cuenta propn / 137

lante y no he conocido casos en que ello les ha- ja menor. La madre de Elena llegó viuda con
ya permitido establecerse o ser conocidas por dos de sus hijas y sus familias. Mariana Martí-
su prestigio empresarial. En este caso, la usur- nez llegó sin marido y con varias criaturas,
pación por parte de este hombre de los saberes acompañada de su padre, cuya vida no había
asociados al rol de una mujer le ha permitido sido nada próspera. Considero que entre estas
integrarse en el sistema con éxito, Pancho con- mujeres sólo Emiliana, euien fue mi principal
fesaba en su relato que obtuvo la idea viendo la informante en el barrio, ha tenido una proyec-
rentabilidad que obtenía una prima suya, ción importante como líder desde los inicios,
quien de modo ambulante vendía pescados en aunque no por ello figura como cabeza de una
la plaza del barrio en tiempos de su creación, familia fundadora.
en los primeros años 70. Su prima Antonia Pude constatar que las líderes más
Ororó, una de las líderes en la memoria del ba- nombradas y reconocidas, habían sido tam-
rrio, participaba del negocio como ayudante. bién pioneras o fundadoras, aunque no se las
Esta mujer, de haber sido marido y padre hu- recordaba por esto último, si no era como mu-
biera tenido sin duda otra posición en el ne- jeres adscritas a su rama parental de linaje pa-
gocio. terno. En el caso concreto de Emiliana, su figu-
ra se piensa como integrante de una de las
"Vine a poner este negocio... hablando franca-
nombradas familias fundadoras, los Flores. Su
mente, vino una prima mía con una cestita
tío, Julio Flores, había llegado también a ocu-
aquí, a vender unos pescados... Y no demoró
par una parcela con su mujer y sus criaturas.
mucho, oiga,la cuestión de Ia venta de ella. Más
Este hombre había muerto ya,yla vecindad le
se demoró en sacar las libras de pescado y se Ie
terminó. Ahí cogí y me fui a la casa y le digo a había dedicado una calle a su nombre. Su hijo
mi mujer: ¡chuta!, me voy a ver un medio bal- me lo contaba con orgullo, justificando que su
decito de pescado... De ahí se hacía rápido, co- padre había sido considerado una gran perso-
mo en ese tiempo toditos Ihijas e hijos] vivían na. Debo indicar que en todo el tiempo que es-
con nosotros. Nos pusimos a lavarlo lento... tuve alll, no me llegó ninguna alusión a este se-
Fuimos incrementando hasta que llegó una ñor que recordara su participación en el desa-
ocasión que llegamos a vender seis tanques de rrollo de la comunidad. Desconozco, por tan-
pescados de este porte... Sí ha ido bien, Dios le
to si fueron más los méritos del padre de An-
pague, Dios bendito." (Pancho Acosta,6l años)
tonio Flores que los de la madre de Elena
He observado que en la narración de los Fuentes, también difunta, también fundadora
orígenes del barrio se omite el recuerdo de y también recordada por su hija como una
mujeres que llegaron con sus criaturas y sin persona de gran generosidad. Cabe preguntar-
marido. También se omite citar a los hombres se entonces si las mujeres recordadas en tanto
que no han tenido una vida valorada como que líderes, como lo son Emiliana Salinas y
próspera en cuanto a la industriosidad. Entre Antonia Ororó tendrán en el futuro un reco-
las omisiones importantes de las cuales tuve nocimiento similar al que pueda merecer Pan-
noticia están las de algunas personas que co- cho, por cuanto ellas no son consideradas re-
nocí. Se trataba de mujeres que llegaban como ferentes de su grupo parental. Como ya se ha
responsables de su grupo doméstico y sin ma- visto, Emiliana es pensada como sobrina de
rido o compañero estable. Emiliana llegó sin Flores y Antonia lo es como viuda del difunto
marido y sin criaturas. Marcia llegó con su hi- Quiñones, y como prima de Pancho.
138 / Maternidad Soci¿l

Mujeres por cuenta propia ser mi principal colaboradora durante mi tra-


bajo de campo. Ella fue una de las personas a
Conocí a mujeres que habían formado través de la cual me iba a llegar la mayor parte
parte de la cooperativa de vivienda desde su de la información concreta sobre el barrio y
fundación a finales de los años 60. Sus aporta- también en un sentido mrás global. Ella misma
ciones habían hecho efectiva la adquisición de me introdujo a parte de la vecindad cercana,
una propiedad inmueble, algo que iba a situar- presentándome con cortesía cotno su "hués-
las en una posición de relativa soberanía. Se ped". Si bien nuestra forma de interactuar se
trataba de mujeres que, independientemente regla siempre por las normas de la cortesía del
del modo en que hubieran ejercido Ia materni- régimen clasista, pienso que nuestra relación
dad, hablan vivido gran parte de su vida sin la fue ciertamente empática. Emiliana era muy
presencia de un conviviente marital. Estas mu- buena comunicadora y el hecho de que traba-
jeres habían trabajado en el servicio domésti- iara en su casa nos permitía larrgas horas de
co. Esta condición de servidumbre ha implica- conversación, que se ocupaban pnincipalmen-
do la relación de patronaje. En ocasiones, su te con los relatos sobre su vida. A ménudo me
situación económica ha sido subsidiaria del sorprendla lo que podríamos llamar el nivel de
protectorado interventor y paternalista de sus confidencialidad con que me informaba sobre
"patrones", En el modo de actuar de estas mu- su experiencia personal, sobre todo porque las
jeres encontré una suerte de excelencia para la normas "protocolares" y la distancia que ellas
optimización de los escasos recursos, junto creaban prevalecieron siemPre.
con una nada desdeñable actitud transforma- Considero relevante ofrecer al persona-
dora de las estructuras. A pesar de las incohe- je de Emiliana un espacio algo más extenso.
rencias entre el discurso y Ia práctica que Con ello pretendo Presentar parte de su histo-
muestran sus relatos, su existencia suPone una
ria de vida al respecto de la eficiencia y el lide-
discusión abierta de la autoridad masculina en
razgo que le caracterizan. Su posición se Pre-
toda su extensión. En una lectura de su trayec-
senta como miembro fundador del barrio, con
toria vital y de las afirmaciones hechas en los
la autoridad conferida como madre simbólica
propios relatos, me Parece destacable que la
y como mujer formada desde la autonomía.
educación aparece como un elemento clave en
la percepción que estas mujeres tienen de la Emiliana salió de su lugar de origen en
movilidad social ascendente y de la adquisi- la adolescencia y su juventud había transcurri-
ción de prestigio. Dicho de otra manera, estas do trabajando Para el servicio doméstico
mujeres entendían que era principalmente a mientras se formaba como costurera, profe-
través de la educación y del ejercicio de una sión que ejercerla siempre, dentro y fuera de
profesión con industriosidad como podría lle- las casas de servicio. De la unión con su primer
garse a un reconocimiento social. y único marido no tuvo hijos y una sucesión
de desencuentros terminó en la obtención del
Emiliana o la mujer que se hizo madre
divorcio formal. Tuvo algún cornpañero con
quien nunca llegó a convivir de rnanera esta-
Durante mi permanencia en el barrio
ble. Hacía nueve años que había adoptado un
viví en casa de Emiliana. Como señalé en el ca-
bebé de modo irregular, un chico que había
pítulo metodológico, y como ha debido que-
dar patente en todo este texto, esta mujer iba a tutelado todo este tiemPo.
Mujeres por cuett^ propi^ / 139

Antes de que fuera presentada ante ella conocen como "la mamá de Silanes'l Hubo un
se me hizo saber que era "morena" y proceden- caso también, sobre la Iuz eléctrica...' que yo
te de la provincia de Imbabura, la sierra norte. les dije, bueno, en esto hagamos así y una vez
que cojamos la luz ya nos van a poner' Porque
Me anticiparon también que era "madre sola"
de otra manera no nos la van a poner. Ahí fui-
y que jugaba un papel importante como inter-
mos a expresarnos ante Ia empresa el señorVal-
locutora en Ia política comunitaria del barrio,
divielso y mi persona. Esas cosas se han dado y
aunque su participación habría sido menos siempre conmigo a Ia cabezal' (Emiliana, 58
protagonística desde que prosperara su mili- años)
tancia dentro de la confesión de los Testigos de
fehová. El promotor barrial del municipio que Emiliana me recibió en su casa y ésta
me introdujo en la zona dijo que iba a presen- fue la primera visita privada que se me Presen-
tarme a "la mamá de Silanes". Me informó que tó en el barrio. Como otras mujeres serranas
la Sra. Emiliana, "mamita Emiliana", era así co- de los sectores populares me saludó acercando
nocida en el barrio por haber sido líder en la el dorso de la muñeca de su mano derecha
política vecinal. Dijo además: "porque es gran- hasta rozar el dorso de la que yo le tendía.
de también". Cuando la vi asomarse por el um- Nunca pude hacer una lectura coherente de
bral de su puerta me pareció que su estatura y este tipo de saludo que no me resultaba en ab-
complexión no eran usuales entre las mujeres soluto familiar. Podía parecerme una variante
de ascendencia africana en la zona y menos del occidental apretón de manos en que la ac-
aún entre las mujeres de Ia mayoría mestiza. ción prensil no era lo apropiado. Era dado que
Pensé que la figura de la madre aparecía aso-
el tratamiento iba a ser desde la distancia de
ciada a una enormidad orgánica, a un cuerpo posición de clase, desde la persona del usted,
continente en toda su amplitud. Por otra par-
de señora a señorita y viceversa. Así fueron
te, me pareció claro que la maternidad figura-
nuestras maneras en el trato desde el primer
ba aquí como metáfora del liderazgo político.
encuentro hasta mi despedida última. Las di-
"Nuestra mamita" era un tropo que asociaba a
ferencias se evidenciaban desde los prelimina-
esta mujer con el significado simbólico de la
res. Invitándome a pasar al interior de su vi-
maternidad, esto es, con la autoridad para la
vienda me dijo: "disculpe la pobreza". Pensé
toma de decisiones colectivas y para actuar co-
que esta alocución me situaba en muy suPe-
mo representante e interlocutora frente a las
instancias intitucionales v administrativas lo-
rior distancia a la que ya estaban marcando las

cales.
normas de etiqueta. Era Ia primera vez que me
otorgaban la autoridad de perdonar a alguien
"Por las necesidades que han habido en el ba- culpable de ser pobre. Esta expresión retórica
rrio, nos hemos organizado. Pero siempre en concreto y también otras, en que la pobre-
cuando ha habido la idea de cuál es Ia persona
za adquiria contenido, aparecían con cierta
que puede hablar con esta autoridad o este Pe-
frecuencia en distintos relatos. Nunca me pa-
dido que vamos a hacer, formar comisiones,
pues siempre me han puesto a la cabeza a mí,
recieron banales. Entendí que la pobreza esta-
para que yo hable, para que yo exprese... en ese ría siendo percibida como atributo determi-
sentido yo he oído a Ia mayoría de los poblado- nante en la conformación identitaria de cier-
res de acá: "es nuestra mamita, es nuestra ma- tos grupos de los sectores populares de aquel
mita". Yo creo que por ahí se hizo vulgar y me contexto,
140 / Maternidad Social

En lo que se refiere a los recursos y al ni- virasí, yo no tengo problema en que se quede'l
vel de bienestar, Emiliana vivía en situación de (Emiliana, Diario de Campo)
relativa comodidad. Hacía trabajos de costura
por encargo y además era propietaria de la Emiliana habla adquirido Ia parcela pa-
gando Ias cuotas de la cooperativa desde los
parcela en que se ubicaba su vivienda. Se diría
inicios de la cooperativa de vivienda, a fines de
que se había permitido distribuir su espacio
los 60. En ese tiempo vivía en las casas de ser-
habitable en aras de la eficiencia económica.
vicio, cuando no trabajaba como costurera pa-
Una habitación le servía como almacén de
ra confecciones industriales viviendo en cuar-
abastos para la venta. Un tercio de la edifica-
tos de alquiler del centro de Quito. Participó
ción principal tenía acceso independiente para
en las reuniones y las mingas o trabajos comu-
ser arrendada a terceros y también le reporta-
nitarios del proyecto de la cooperativa del Ca-
ba ingresos el alquiler de un cobertizo anexo a
mino Llano. Sobre este proceso he hablado en
la casa. Yo iba a ser su tercera inquilina, aun-
el capítulo cuarto al respecto de la demanda
que mi contrato fuera irregular. A pesar de que
colectiva de vivienda popular. Cuando su par-
por mi parte había estipulado una cantidad de
cela le fue asignada pasaron unos años hasta
dinero que le pagaba semanalmente, Emiliana
que reuniera los medios para construir una
nunca puso precio a la habitación que me ce-
mediaguareducida, una construcción en plan-
dió y con cada entrega se repetía la escenifica-
ta única, donde con el tiempo iría añadiendo
ción del pudor de quien recibe una donación
dependencias accesorias. Thl como lo conocl,
gratuita.
Ia parcela de Emiliana debía tener unos 130
Durante esa primera entrevista con ella
metros cuadrados. Estaba ubicada en la calle
le hice saber sobre mi intención de quedarme
principal, por lo que tenla acceso a la red de
a vivir un tiempo en el barrio con objeto de sa-
agua canalizada y al sistema de eliminación de
ber sobre "la gente morena" y especialmente
aguas residuales. Un cubículo de madera te-
sobre "las madres solas". Me habló de su lugar
chado de cinq albergaba el inodoro que, como
de origen y someramente me dio algunos
la llave de agua usaban también los inquilinos.
apuntes sobre su trayectoria personal. Su dis-
La vivienda contaba con instalación eléctrica
posición y el nivel de articulación con que
que distribuía al menos un punto de luz en ca-
pausadamente concatenaba los elementos de
da habitación. Tenía una línea de teléfono de
su narración ya me habían seducido cuando
adquisición reciente que alquilaba también
me animé a pedirle que fuera mi anfitriona para el uso público.
durante los meses previstos para mi estancia
La vivienda que ella habitaba ocupaba
allí. No precisó ni un momento para respon-
menos de la mitad de la superficie de la parce-
der afirmativamente haciéndome saber que, la. En la parte posterior había un patio en que
puesto que no tenía marido, no necesitaría
estaba Ia pila de lavar junto a una frondosa hi-
consultar su decisión.
guera. Al otro lado de la pila quedaba el pe-
"Como le digo, para mí es más personal el de- queño cobertizo. El espacio que habla reserva-
cidirme. Como no tengo el esposo, no tengo do para su vivienda se componla de una estan-
ese problema, porque acaso, a veces los mari- cia principal y tres accesorias. En la primera,
dos saben ser celosos o se preocupan. Le digo que servía de recibidor, había una radiola de
entonces srta., que si a vd. no le incomoda el vi- los años sesenta, un aparato pequeño de tele-
Muieres por cuentzpropia / l4l

visión en blanco y negro, unos sillones muy nivel de vida adquirido y su posición en el en-
usados rodeando una mesita y una tabla de torno habían sido logros de una trayectoria
planchar formando el grueso del inventario. personal en busca del éxito desde que emigró
Presidiendo la estancia se exhibía su título en- de su lugar de origen en la sierra norte. Emilia-
marcado de costurera, Ello era un icono im- na recuerda las tareas agrlcolas en las hacien-
portante para ella, una presencia simbólica das, donde trabajó hasta los dieciséis años co-
que expresaba su estatus profesional. mo jornalera, y atendiendo con su madre una
Siguiendo con la descripción del in- parcela cuya titularidad, en régimen de apar-
mueble, debo señalar que a causa de mi pre- cería, transmitiera su padre al morir. Llegando
sencia se dieron cambios en la asignación de a la adolescencia, un nuevo matrimonio de su
espacios. Uno de los cuartos que tenía luz ex- madre albergó a su hermana menor en la casa
terior era ocupado por la tienda. El orden de del nuevo marido72. Tal vez porque Emiliana
habitaciones se alteró a mi llegada como hués- era entonces púber, no entró en el trato del
ped, dado que Emiliana me cedió la habitación nuevo nicho conyugal y tuvo que permanecer
que ocupaba su hijo. Ambos se mudarían a lo en el hogar donde su abuela materna vivía con
que inicialmente era la cocina, por ser lugar hijos e hijas. En este espacio habían convivido
más espacioso que el anterior cuarto de Emi- tres generaciones. Tras la muerte de su padre,
Iiana. En su nueva habitación acondicionó el Emiliana comienza a llamar "pupá" a uno de
taller de costura con sus dos máquinas indus- los hermanos de su madre, quien a pesar de ser
triales junto a los dos catres. La cocina quedó más joven que su madre y de no estar casado,
en un mínimo espacio, suficiente para alber- cumplía las funciones de mentor que ella re-
gar una cocineta de butano y una nada osten- clamaba de la figura del padre.
tosa utilería. Una mesa y cuatro sillas para co-
"Por lo que ella [a madre] era bien jovencita y
mer cupieron en la estancia principal.
como le digo, ella tenía su casita, mis tíos, que
La habitación que me fue cedida conta-
también eran solteros y mi abuelita, entonces
ba con ventana al exterior, a diferencia de Ia ellos vinieron a hacer una sola familia. Por eso
que Emiliana y Nicolás iban a ocupar. Para es que como yo no tuve a quién decir papá, le
dormir tuve una cama de mayor anchura que decla papá a mi tío, él era menor a mi mamá, Ie
el catre de mi anfitriona, una cama de los se- seguía a ella."
senta con un cabezal lacado muy funcional.
"Cuando mi mamá de enamoró de este señor,
Una mesa y una silla me servían de escritorio.
vivíamos en familia con mi abuelita, tampoco a
Sobraba espacio con amplitud para una con-
ella le gustaba. No tengo recuerdo exacto de mi
sola donde ordenar mis pertenencias. La habi-
abuelito. Sólo sé que, no sé por qué, cuando mi
tación que ocupé estaba equipada con gran di- abuelita vivía con mi abuelito, él [su grupo] se
ferencia del resto. El acceso a los servicios dis- vino a vivir con mi mamá estando ya casada."
ponibles y el nivel del inventario estaban muy (Emiliana,58 años)
lejos de lo que yo hubiera considerado situa-
ción de precariedad. Este nuevo matrimonio de su madre fue
He querido describir el espacio creado determinante para Emiliana en la decisión de
por Emiliana para indicar que su modo de vi- salir del entorno rural. Su situación de desam-
da en el contexto del barrio le situaba en un paro patrimonial tendría sin duda mucho que
nivel medio-acomodado y nada precario. El ver con la presión demográfica sobre la tierra
142 / M¿t€rnidad socid

en la sierra norte, como ya se ha visto en capí- tras contaba la realización de sus estudios se-
tulos precedentes. Tias unos años de trabajo cundarios verbalizaba este sentimiento: "no he
agrícola para terceros, había decidido salir a de bajar hecho el mismo pelagatos que salí".
trabajar a la capital a pesar de la oposición de Emiliana no se desvinculó en ningún
su grupo parental. En dos ocasiones se escapó momento de su grupo de origen. Estuvo siem-
a Ibarra, la capital más cercana, y sus parientes pre en contacto con sus parientes en el pueblo,
se encargaron de hacerla retornar. Cuando tu- haciéndoles partícipes de las decisiones im-
vo la mayoría de edad tomó el ferrocarril para portantes. Enseguida acordaron que su her-
Quito y ya no la retuvieron. En su recuerdo, mana menor saliera también para la capital y
afirma que a partir de que su madre se casara ambas trabajaron durante un tiempo para los
en segundas nupcias ella comenzó a tomar sus mismos "patrones", o dueños de la casa de ser-
propias decisiones, que no eran sino fruto de vicio. Tias unos años en Quito ambas herma-
una reflexión habida cuenta de su posición nas se trasladan con éstos a Guayaquil, una vez
dentro de las condiciones estructurales del en- obtenido el permiso de sus parirentes en su
torno. pueblo. A pesar de que la autoridad se situaba
allá en su lugar de origen, un poder diferido de
"Mi expectativa desde cuando yo niña era de
intervención le permitía a Emiliana situarse
no vivir ahí, de salir de ahí. No tanto desde que
como figura responsable y tutelar de su her-
mi papá murió, fue de que mi mamá se volvió
y se casó. Cuando ella se casó, yo ya estaba más
mana menor, quien -en sus palabras- estuvo
tomadita el cuerpo, más completita, yo tendría bajo su poder hasta que se hizo también se-
unos catorce años y yo empezaba ya a tomar ñorita.
mis decisiones. Como sabía que no tenía dón- Emiliana decidió seguir en Guayaquil
de acudir, tenía que forjarme mi futuro yo mis- cuando su hermana tomo la opción de retor-
ma. Yo ya trabajaba en las haciendas, pagaban nar al pueblo. Seleccionada como niñera iba
150 jornal, cortaba la leña en unos ataditos que
ahora a concentrarse en el tutelaje de las cria-
costaban un real. Yo no trabajé nunca en la sal.
turas ajenas a quienes -dice-, crió y tuvo bajo
Cortando la leña, cogiendo algodón..." (Emi-
liana, 58 años) su poder, tratándoles "como que fueran [sus]
hijos". Veo importante destacar que Emiliana
Apenas llevaba Emiliana unos meses había percibido esta experiencia como un mo-
trabajando interna en una casa de servicio en do de ejercer el rol maternal separado del he-
Quito "puertas adentro" cuando, en su inten- cho bio-reproductivo.
ción de encontrar gente de su tierra, se sor-
prendió gratamente al encontrarse con un jo- "Yo seguí en Guayaquil y ya los niños crecieron,

ven paisano. Emiliana señala en su relato: "yo crié cuatro. Al primero cogí caminando y los
demás de que nacieron ya estuvieron bajo mi
me recuerdo que él ya me trató de señorita".
poder. Sería mi culpa, especialmente el mayor
Este momento aparece como un hito en el que
se hizo bien malcriado, entonces yo me cansé.
una modificación en el estatus iba ya indican-
Yo misma tuve la culpa porque üos mimé mu-
do cierta movilidad social ascendente. En otra cho-mucho, los trataba como que fueran mis
ocasión, Emiliana mostraba una intención ex- hijos." (Emiliana, 58 años)
presa de retornar algún día a su tierra, pero no
antes de haber logrado una posición aceptable Había cambiado ya de casa de servicio y
a través de la educación. A este respecto, mien- entró a trabajar para unos patrones ancianos
Muieres por cuentz propia / 143

que vivían solos. Su propósito de estudiar era costa medio canela, pero el pelo no era de mo-
claro y logró organizarse sus tareas de modo reno, de raza morena." (Emiliana, 58 años)
que logró el permiso de sus patrones para asis-
Siempre en contacto con su familia en el
tir a clases nocturnas. El curso de corte y con-
pueblo, a quienes veía todos los años "el día de
fección duró algunos meses y con ello afirma:
la fiesta", a Emiliana le llega una propuesta pa-
"me gradué de costurera en el 59". No pude
ra dar clases de costura en su pueblo natal. Tal
contrastar este dato, fecha que Emiliana recor-
vez no fuera casual que su relación con el jo-
daba como un nuevo hito que le situaba como
ven costeño no prosperara. De nuevo en su
la primera joven Negra de su pueblo que había
tierra de origen, Emiliana estrechaba relacio-
realizado estudios secundarios. Buscando co-
nes con un joven de su pueblo que había tra-
herencia con el resto del relato. Emiliana ten-
bajado igualmente como jornalero y había pa-
dría entonces veinticuatro años y su primer
sado también un tiempo trabajando en Quito,
marido aún no habría entrado en escena. En
después de su salida a Guayaquil llamado al
ese tiempo estaba dedicada a prepararse para
servicio militar. Emiliana recuerda que se ena-
ejercer la costura como profesión. Necesitaba
moró totalmente de él y ambos contrajeron
proveerse de maquinaria y elementos para
matrimonio civil sin mayor demora. Previa-
ello, lo cual iría logrando poco a poco de su
mente, Emiliana se habla integrado en el hogar
propio peculio. Al margen del deseo de ejercer
de su padrastro quien le habla recibido "como
como costurera, había pensado en la eventua-
una hija más", por cuanto su aportación eco-
lidad de casarse con un pretendiente de Mana-
nómica era ya importante. Daba algunas clases
bí. Había decidido que si se casaba dejaría de
remuneradas y contaba con ciertos ahorros
trabajar en Ia casa de servicio para buscar un acumulados en su vida de servicio en Ia capi-
espacio de alquiler. Emiliana veía que vivir de
tal. Tál vez porque la familia de ella no vio con
forma autónoma no era lo más conveniente agrado la boda, la pareja se trasladó enseguida
para una mujer sin marido. Esta percepción a Quito.
podía resultar paradógica a la luz del conjunto Al parecer, pronto comienzan las desa-
de su experiencia vital. venencias conyugales y Emiliana retorna a su
"Yo seguí trabajando. Como vivía en casa ajena, pueblo a instancias de su marido. Durante es-
puertas adentro, mi intención fue ir compran- ta primera separación de hecho, Emiliana en-
do lo necesario para yo poder trabajar. Thl vez fra a trabajar en el negocio de una tía. Ella va-
una máquina, una plancha... Por otro lado, Ioraba que su familia había tratado en todo
pensaba que vivir solita en Guayaquil no sería momento de ofrecerle medios, sin embargo su
conveniente. Yo tenía un enamorado, yo decía, nivel de vida estaba decayendo. Se enfrentó a
si me caso con é1... pensaba que ya tendría que su marido haciéndole responsable de que su
salir de aquí y mientras no me casara pues no.
situación estuviera precarizándose, debido a
Esa fue mi idea, que si me casaba, podría libe-
una falta de compromiso por parte de él con el
rarme del trabajo pero que si no, me tocaría se-
guir trabajando. Yo sí tenía idea de casarme con
contrato matrimonial. Tias un tiempo de se-
é1. Trabajaba de mensajero donde el hermano
paración de hecho el marido habría vuelto al
del señor donde yo trabajaba. El no era more- pueblo para "reclamarla". Emiliana cuenta en
no, no... bueno, era de ese color que hay en Ia su relato que su familia intervino en el sentido
144 / Materrudadsocial

de no autorizar que ella volviera con su mari- mensual, me tocaba pagar el arriendo. Y vd. sa-
do a menos que se celebrara matrimonio ecle- mi comi-
be, en la casa que trabajaba, yo tenía
siástico. Debido a Ia presión de su familia, se da, mi almuerzo. Entonces si yo no necesitaba
casan por los cánones de la Iglesia católica y se ni mucho, vi que me iba mal esa cuenta. Yo sí
trasladan nuevamente a Quito. me decía, 'Dios mío, si estoy cometiendo un
error, que él está malbaratando su trabajo'. Y te-
A Emiliana no le faltaba trabajo en las
nía su sistema de vida libre, gastaba y gastaba,
casas de servicio, No obstante, puesto que su
tomando, en fiestas, en taxis con las mujeres,
marido requería que ella estuviera más dedica-
Ilevándoles por aquí y por allá." (Emiliana, 58
da al hogar, Emiliana dejó el servicio domésti- años)
co en casa de los patrones para alquilar una
pieza dedicándose a la costura y al servicio La desarmonía conyugal se resolvía en
marital con mayor exclusividad. Se había cum- uniones y nuevas separaciones jalonadas de
plido el deseo expreso del marido. A la hora episodios recordados de violencia física. Emi-
que él llegara la encontraría en la casa. Emilia- liana recuerda que en una ocasión, habida
na vería pronto que "no [e] iba bien esa cuen- cuenta de las dimensiones del malrtrato, los ve-
ta". De nuevo veía precarizarse su situación cinos llamaron a la policla y tras la detención
tras haber subordinado sus intereses a los de del marido, el propio intendente le dio orden
su marido. En sus propias palabras, ella le ha- de que no conviviera con el agresor. Me pare-
bía obedecido para estar en buen ambiente, ce destacable que en su relato, una orden des-
pero él segula sin ser "responsable en la casa". de la autoridad policial estaría justificando el
abandono del hogar conyugal. Por otra parte,
"...entonces le dije:'si vos te vas a poner res-
ponsable en la casa, yo salgo del trabajo y me el hecho de que la violencia física reiterada es-
paso aquí en la casa'. Y así hice Ia prueba, salí taba afectando el orden en su entorno vecinal
yo. En ese tiempo trabajaba donde una familia actuaría como detonante a la hora de tomar la
Tal. Entonces arrendamos una pieza a la calle, decisión de interrumpir definitivamente la
yo acomodé un medio tallercito y él seguía su convivencia marital. Vi que la decisión en su
trabajo y yo seguía en la casa. El venía a la hora relato se mostraba desde la heteronomía.
que venía y me encontraba en la casa. (...).
Cuando yo salí del trabajo, totalmente se des- "Eso tenía é1, me maltrataba mucho. No me
cuidó. Yo tenía plata que me venía, que me sa- respetaba y era muy violento y muy maltrata-
caba de las obras [costura] casi todos los días, dor y mujeriego. Inclusive en otra ocasión yo
en veces. Entonces él diría:'como ella tiene pla- tuve que separarme pero por el intendente de
ta diariamente, pues yo me descuido'. Llegaban Ia policía, él me dio orden de que nos separa-
las quincenas y me decía: 'yo en esta quincena ran. Con el maltrato que él me daba, había tes-
no voy a coger nada'. Así es que muchas veces timonio de los vecinos. Una vez asimismo que
me tocaba pagar hasta de la pieza que arrenda- él me maltrataba ¡como qué!, a puerta cerrada,
ba. Entonces se descuidó. Cuando ya tuvimos yo, menos mal me logré escapar. Entonces, así
el disgusto, le dije: 'mira, yo con tal de obede- en calle pública me pegaba y los vecinos pues
certe y estar en un buen ambiente... me has pe- habían llamado a la policía. Vinieron dos pa-
dido que salga del trabajo, he salido. Qué pasa, trulleros, entonces él se fue detenido. Ahí yo me
he salido del trabajo y sigo yo aguantando la di de cuenta [sic] de que tenía que separarme,
misma responsabilidad que cuando estaba tra- porque no podía vivir con un hombre así."
bajando'. Porque muchas veces cuando cogía el (Emiliana)
Mujeres por cuenaProPia / 145

Tras ocho años de matrimonio decidie- niendo. Entonces yo le hice notar que ahí esta-
ron pedir el divorcio de mutuo acuerdoT3. ban los papeles de que ya estábamos divorcia-
Emiliana me decía en varias ocasiones que a dos" (Emiliana, 58 años)
pesar de que el divorcio fuera acordado por
Emiliana y su marido no tuvieron cria-
ambos, el proceso no fue nada fácil a nivel
turas. Sin duda este particular pudo haber si-
afectivo. Afirmaba que ambos se querían pero
do determinante en el comportamiento de su
que no se llegaron a comprender. Los senti-
compañero. Su marcada agresividad física y el
mientos eran ambivalentes por ambas partes y
exhibicionismo con que mostraba sus múlti-
ello les llevaba a unirse eventualmente. "Más le
ples intercambios sexuales, podrían estar indi-
machucan a uno, más con ellos se quiere", así
cando una necesidad de afirmarse en su mas-
expresaba esa dependencia afectiva del com-
culinidad. Una masculinidad construida prin-
pañero "maltratador", en una ocasión en que
cipalmente a través del desarrollo de una po-
también su hermana Soffa estaba presente. Es-
tencialidad sexual que se dignifica con la ini-
ta hermana menor había sido también partici-
ciación en la paternidad. Este hombre no ha-
pe de una relación marital en que la violencia
bía logrado esta paternidad en su legítimo ma-
física era patrón regular en la resolución de
trimonio. Emiliana decía que su ex-marido se
conflictos. Fue bajo el tutelaje de Emiliana
lamentaba del divorcio a posteriori. Recreaba
cuando esta mujer logró que se le adjudicara
una escena en que él exclamaría doliente:
pensión alimentaria para sus dos hijos tras el
"¡Cómo le perdí a mi mujer...!". En este dra-
abandono del marido.
ma, el contenido de Ia pérdida de la mujer
Emiliana recibla finalmente la confir-
puede significar ante todo el haber perdido la
mación legal de su divorcio en 1968, cuando
oportunidad de mostrar una identidad mas-
aún estaba conviviendo con su entonces mari-
culina por la falta de realización de la paterni-
do. Ella hizo frente al pago de los trámites ju-
dad de cara a la norma social. Emiliana me
diciales y administrativos. Parece como si este
contaba que en ocasiones y después de haber-
requisito formal hubiera servido de acicate pa-
la maltratado, cuando su marido "se sanaba"
ra evitar que él la buscara nuevamente con fi-
de la ira, le pedía perdón con sentido arrepen-
nes de convivencia. al menos esa era la forma
timiento. En cierta ocasión él habría verbaliza-
en que Emiliana lo transmitía.
do un importante deseo simbólico' Le habla
"...ya nuevamente nos volvlamos a unir, des- dicho a Emiliana que "si pudiera hacer una ca-
pués nuevamente entrábamos en un problema sa colgada en el aire", allí desearía vivir sólo
y nos volvíamos a seParar. Hasta que por últi- con ella, sin que nadie pudiera molestarles. In-
mo el divorcio nos cogió viviendo juntos, terpreto que el peso normativo del derecho
cuando nos salió, por decirlo asl, Ia sentencia
paterno al respecto del orden monogámico y
en la cual me dijeron que tenía yo que pagar los
la consiguiente desaprobación del entorno so-
derechos nomás. Yo pagué, por mi parte, él no
pago. La mayoría de gastos pagué yo... Enton-
bre la marcha de su matrimonio era algo que
ces yo agarré los papeles y así mismo sin pelear-
tenía'especialmente atormentado a este hom-
se, nada, yo le hice notar. Porque en veces él ve- bre. La metiífora de la casa en el aire, me evo-
nía insistiendo, que todavía no estábamos di- caba Ia razón que da nombre a ese Vallenato
vorciados y él quería seguir nuevamente así vi- popular, cuya leyenda he incluido como porta-
146 ¡ uaternidad Social

da del capítulo cuarto, relativo a la adquisición él también hubiera tenido su responsabilidad


de la vivienda en propiedad como vía para la más. Porque este es el punto de vista que ha si-
emancipación. do dificil separarse de esta otra mujer. Porque
claro, él hijos ha tenido por aquí y por allá, pe-
"EI después, cuando se sanaba, en ojos de hom- ro ya formado como una especie de hogar fue
bre se Ie Ilenaban los ojos de lágrimas, me de- con la chica esta que ya tuvo dos niños. Enton-
cía: Emiliana, yo no sé que me pasa, no sé que ces se nota que él sí tenía responsabilidad ahí
me pasa, si yo pudiera vivir contigo -me decía ¿no? Pero, desgraciadamente é1, desde el co-
así, me acuerdo una vez que me dijo esto-, yo te mienzo, yo necesitaba un tratamiento y él no
prometo, viviríamos los dos solitos, donde na- me quiso autorizar para que me haga este tra-
die nos haga lío, yo ver a nadie [sic], ni que tú tamiento. Inclusive yo le dije que yo tenía unos
veas a nadie. Si yo pudiera hacer una casa col- mediecitos guardados por ahí, que si es por el
gada en el aire, ahí viviéramos, me decía. No ve gasto pues que no se preocupe porque yo tam-
que después él me veía la caray el cuerpo... y bién iba a afrontar con Io más. Forque esa fue
se le llenaban los ojos de lágrimas viendo el mi ilusión, casarme y tener hijos, con é1. Pero
maltrato que él me había hecho. Y bueno yo desgraciadamente él no respetó esa decisión.
qué mas podía hacerle, ya estaba hecho. Sino Porque yo me fui a hacer chequear con el mé-
que me acuerdo de esa vez que me pegó tan dico y me dijo:'vd. sí puede tener familia, nece-
feamente que el intendente me dio orden a que sita esto y esto otro'. Cuando yo le conté a é1, en
me separe y yo saqué las cosas de donde vivía- vez de decir...-como estaba entretenido en ese
mos, yo creía que ya no ha de ir más, pero a los tiempo-, dijo:'yo a la final contigo alguna vez
quince días, cuando más un mes ya nuevamen- me he de separar...', y en fin... Entonces he-
te seguía insistiendo, me buscaba." (Emiliana, mos tenido esa lucha ¿no?, en que yo he tenido
58 años) mis intenciones, él ha anulado esas intenciones,
cuando él ya ha visto, entonces yo ya no he
De haber tenido descendencia, Emilia- querido. Cuando él quiso tener hijos yo ya no
na afirma que su orgullo hubiera sido menor, quise. A la final ya habíamos tenido como dos
como hubiera sido mayor la responsabilidad o tres separaciones, yo le dije:'para que me de-
de é1. Ví que por "orgullo" Emiliana entendía jes con hijos, mejor me quedo sola, y es lo que
la "alevosía" declarada ante una autoridad ma- sucediól (Emiliana, 58 años)
rital carente de respuesta en el orden represen-
Según diagnóstico médico, Emiliana
tativo y en lo relativo a la provisión material.
precisaba un tratamiento cuyo costo estaba
En este sentido, Emiliana entendía que el nue-
dispuesta a asumir en su mayoría- Ajustándo-
vo vínculo que su marido había establecido
se al derecho patriarcal regulado por la le¡ el
con una joven costeña -cuya relación sí dejó
permiso del marido es preceptivo pararealizar
descendencia- había sido más sólido que el re-
esta intervención en el cuerpo de la mujer. En
presentado por su matrimonio con ella mis-
el caso de Emiliana. la autorización de su ma-
ma, por cuanto había resultado yermo. En re-
rido nunca llegó. Finalmente decide no insistir
lación con este relevante respecto, Emiliana
en ello e invertir su capital acumulado en la
habla tratado de poner remedio a su presunta
máquina de coser: "Yo estaba dispuesta a gas-
infertilidad bio-reproductiva desde los prime-
tarme lo que me gasté en la máquina en hacer-
ros años.
me el tratamiento". Quiero destacarlo porque
"Estoy segura de que si hubiéramos tenido hi- me parece muy significativo: Emiliana había
jos, capaz que mi orgullo hubiera sido menos y decidido promover de manera autónoma el
Muieres por ctentzpropiz / 147

desarrollo de su profesión en lugar de ejercer cooperativa en el barrio de San Carlos, al No-


la maternidad biológica en unas condiciones roeste de la ciudad. Una fase de tutelaje se ha-
maritales que no le satisfacían en relación a los bía cerrado e iba a iniciarse otra. Enseguida
niveles de co- responsabilidad. Emiliana, cerca de sus cincuenta años, muestra
Ya en ausencia de su marido a princi- interés por adoptar una criatura. Tias varios
pios de los setenta, Emiliana regresa a vivir intentos, una mujer que estaba de paso Ie deja
dentro de las casas de servicio. En una casa, a su hijo de ocho meses. El muchacho tenía
cuyo patrón era militar de alto rango, estuvo nueve años cuando le conocí. En cierta oca-
largo tiempo empleada. Allí disfrutaba de un sión, Emiliana le reprendla una mala conduc-
pequeño apartamento independiente. En ese ta actualizando una constante en su trayecto-
tiempo acoge a su anciana madre que había si- ria vital, la soledad como precio de su autono-
do expulsada del hogar con¡rgal por su se- mía. Le decía con animosidad: "Verás que más
gundo marido. Cede también parte de su esPa- vieja como soy, me voy a coger la puerta y me
cio a Softa, su "hermana de madre", que se ins- voy. Yo siempre he pasado solita, ¡qué más!".
tala con marido y dos criaturas. En la difícil si- Sin embargo, aún estaría dispuesta a hacer
tuación marital de su hermana y en el desam- concesiones con tal de no envejecer en sole-
paro de su madre, Emiliana toma la responsa- dad, en sus propias palabras "sin alguien que
bilidad económica de todo el grupo y figura me levante un jarro de agua".
además como interlocutora ante las instancias Pude apreciar que en la vida de Emilia-
jurídicas para que se regularice la separación na la maternidad se había materializado a tra-
conyugal de su hermana y de su madre. En el vés de una construcción ajena a la reproduc-
primer caso consigue Ia pensión alimentaria, ción bio-genética. Su caso resulta paradigmá-
no así en el segundo caso. Sus logros en este ti- tico por cuanto pone en evidencia los signifi-
po de gestiones los contaba con gran entusias- cados asociados a la figura de la madre. El con-
mo y satisfacción. Esto le situaba en una posi- tenido de esta maternidad está ligado al desa-
ción central dentro de su grupo parental, su rrollo del poder para la acción efectiva y para
autoridad era reconocida y ella tenía conscien- la toma de decisiones al respecto de la repre-
cia de ello. sentación política. El caso de Emiliana me
Cuando a Emiliana Ie otorgan la parce- mostraba como el tutelaje de otras personas, la
la en la cooperativa de vivienda a mediados de capacidad de gestión, de interlocución y la
los setenta, su madre y su hermana viven aún proyección pública, son aspectos de la expe-
con ella y bajo su responsabilidad en mayor riencia en la práctica que pueden explicar la
medida. Un hermano de su madre adquiere centralidad de la figura de la madre y la auto-
también una parcela y su grupo doméstico se ridad que de ello se genera también en el nivel
traslada a vivir al barrio. Claudia, su hermana simbólico.
de padre y madre, hace lo propio con su mari-
do y criaturas. Esto supone que Emiliana par- Marcia y Sagrario
ticipaba ya de una red parental dentro del re-
cién inaugurado contexto vecinal. Marcia era otra de las mujeres pioneras
Pasados unos años y antes de que su en el barrio, aunque no era considerada líder
madre muriera, su hermana Soffa se había en la comunidad. Llegó con su hija Sagrario a
mudado ya a ocupar una nueva parcela en otra ocupar una parcela asignada por la cooperati-
148 / Maternidad Social

va de vivienda popular en los inicios de la fun- Cuando logró la parcela por sorteo se integró
dación del barrio. Sobre su vida he hablado en a participar de los trabajos comunitarios y de
el capítulos anteriores al respecto del maltrato Ias reuniones preceptivas, pero siempre evitó
del que había sido objeto, lo cual hacía recor- tomar parte en las manifestaciones y las expre-
dar la condiciones de vida de las esclavas cen- siones públicas de protesta y demanda. Como
tro de las casas de servicio. Marcia había naci- ya cité en el capítulo relativo a la formación de
do en la costa de Esmeraldas y de ello tenía só- Ia comunidad del barrio, las protestas eran
lo un vago recuerdo. Un oficial del ejército le contundentes y de gran impacto local. Pese a
sacó de su entorno a la edad de cuatro años, tal los temores y las dificultades, Marcia llegó a
vez antes, para que sirviera en su casa de fami- ocupar su vivienda junto con Sagrario, la me-
lia. De su condición servil recuerda los malos nor de sus hijas, quien tendría recientemente
tratos. Nunca tuvo vínculo familiar alguno, una niña que lleva el apellido de su abuela.
puesto que aquel desarraigo forzoso le alejó de
"Una señora me avisó. Una señora me dice: vea
toda referencia en su lugar de origen74. Lle-
Marcia, porqué no se mete en e$to. Entonces,
gando a la adolescencia cambió de casa de ser-
yo digo: pero, dónde es y cómo es, y todo eso,
vicio y cuando tuvo su primer embarazo bus-
¿no? Entonces me explicó, ella mismo me llevó
có un cuarto de alquiler en el centro de Quito. justamente a la oficina. Entonces le digo: y si no
A través de la observación y contrastando los tengo para pagar,¿de dónde pago? Entonces me
relatos de ella y de su hija, pude inferir que su dice: no pues Marcia, de lo que vd. vende, síga-
embarazo pudo haber sido provocado por se reuniendo y verá que algún día acaba de pa-
abuso sexual del patrón. A este respecto, era gar el terrenito. Entonces yo me metí en esto
significativo que tuviera que dejar la casa por del Camino Llano calladito de mis hijas. Mis
razón de ello. No obstante, ella no dio ningu- hijas no sablan, sólo mis dueños de casa sabían.
na información explícita sobre los progenito- Porque yo [a] ellos no les he ocultado nada, era
res de sus dos hijas y tampoco yo quise instar- como que fueran mis padres. Ahí los conversé y
todo eso. Me dijeron que estaba bien, que bue-
le a que lo hiciera.
no. Bueno y pensaba yo: pueda ser que algún
Al parece¡ los malos tratos, la desaten-
rato, a pesar de mi mala suerte, que me salga un
ción y un ritmo extenuante de trabajo servil le
terreno. Pues yo estaba calladita-calladita, no
Ilevaron a enfermar gravemente. Tras el parto les decía nada a mis hijas. Con que en una de
de su segunda hija se le presenta un cuadro esas ya me salió el terreno porque era por sor-
epiléptico que le va a impedir ser aceptada a teo y me salió el terreno. Yo lloraba, porque de
trabajar en casas para el servicio doméstico. la emoción lloraba. Fui, le avisé a mi dueña de
Comienza con la venta ambulante de comida y casa. Mis hijas, como digo, no sabían. Cuando
le hablan de la posibilidad de acceder a la com- ya estaba acabando de pagar el terreno, le digo
pra de un terreno para vivienda. Afirma que a mi hija la mayor, le digo: ve, qué te parece mi-

"sus dueños de casa" -arrendadores de cuarto- ja [sic. mi hija] si me meto en esto del Camino
Llano. Ahí se disgusto. No, dice, mamá vd. está
le ayudaron con alguna aportación económica
loca, que ni se cuánto... vd. no se meta en eso.
para las cuotas y también otras personas para
¡Porque el Camino Llano era temible! Porque
quienes trabajaba eventualmente. Me contaba
salían a cada rato a hacer manifestaciones. Yo
que tuvo indecisión a la hora de entrar a for- nunca no llegué a salir [sic]. Que hacían mani-
mar parte de la cooperativa por el temor de no festaciones y que hacían bullas y todo eso.
poder hacer frente a los pagos de las cuotas. ¿Quién no tenía miedo al Camino Llano?, mie-
Muieres por cuenapropn / 14)

do Ie tenían, la gente del Camino Llano era te- uno. Entonces, más vale sola que mal acompa-
mible. Eso ya ha de ser unos.,., vea, ya va a ñada."
cumplir 21 años. En ese entonces ya Ie digo, a
"Eso sí, molestan.. ., piensan que Porque una es
cada rato se oía que habían hasta muertos, he-
soltera, que se ha tenido los hijos soltero... yo
ridos, que les persegula Ia policía y todo eso. A
las manifestaciones yo nunca me atreví a ir, so-
lo que le dije una vez a una señora: si a Dios
que es más Ie he ofendido, como me juzgue Ia
lamente a las gestiones, a las mingas yo asistía,
gente a mí no me importa. A mi no me impor-
pero al resto nada más. (Marcia,64 años)
ta lo que digan de mi persona. Sé que ante Dios
tengo mi conciencia limpia y sanseacabó. En lo
La señora Marcia y su hija Sagrario no
único que yo he pensado es en mis hijas. Des-
tienen vínculos de afinidad en la zona, por lo
pués de, ya le digo, trabaja y trabaja, me hice de
que no participan de las redes principales. Vi- este terrenito:'
ven de manera independiente y conciben su
casa como una isla. El interior de su vivienda "No, yo nunca he tenido pareja. Me imagino
me pareció, dentro de la sencillez, de un nivel que ya no es Io mismo la vida de soltera y de li-
de acondicionamiento poco usual. Puesto que bre, se puede decir. Porque ya se ve cuántas pa-
rejas que se casan con tanta novelería.'. des-
su casa no estaba sobre Ia vía principal, me
pués: que ya no pueden salir, que ya el marido
sorprendió encontrar una ducha integrada no le deja, que si el marido es celoso, que esto y
dentro de la vivienda. Si bien no tenían línea lo otro. Más problemas que soltera. Para estar
telefónica, otros elementos funcionales me así, más vale... Yo no me arrepiento de haber
dieron a entender que habían logrado una ca- tenido a mis hijas. Nunca me arrepentí ni me
lidad de vida envidiable en Ia zona. Marcia arrepiento, al contrario." (Marcia,64 años)
afirma en su relato que ha criado a sus hijas
con mucho trabajo y sin ningún deseo de Marcia tuvo dos hijas ¡ según me dijo,
compartir la vida con un hombre. Valoraba nunca había convivido con ningún compañe-
que el problema viene de "el qué dirán"' Pien- ro o marido. Argumentaba que una mujer de-
dicada a trabajar no precisa de marido para sa-
so que con ello se muestra la importancia
car adelante a una familia. Iba más allá dicien-
coactiva que tiene la valoración moral negati-
va del discurso dominante, Para con las muje-
do que los maridos celan a las mujeres y ello de
alguna manera entorpece la vida. Me llamó la
res que desarrollan su ciclo vital con indepen-
dencia de la relación conyugal.
atención que, al margen de su posicionamien-
to radicalmente contrario a la convivencia
"Yo creo que todo es, se puede decir, como uno conyugal, Marcia justificaba el no haber tenido
se desenvuelva, ¿no? Porque hay mamases [sic] pareja en el hecho de que, a pesar de no faltar-
que no... que se hace tan diffcil Ia vida para le proposiciones, nadie le iba a querer debido
ellas, tienen a sus hijos y que si no están con un a su enfermedad. En su relato decía que de jo-
compañero al lado no pueden vivir. Entonces
ven pensaba: "nadie me va a querer, va a decir,
yo digo, es una cosa absurda. Tranquilamente
'esta enferma para qué la tengo"...". Con esta
una mujer, se dedica a su trabaio y a sus hijos'
afirmación estaría situando la decisión de vivir
puede vivir tranquilamente, sin que nadie le
moleste, sin estar mandada, sin esta¡ nada de sin pareja fuera de su dominio, como si no
eso. Porque me imagino que eso también es... fuera ella misma quien habría decidido rehu-
otro compromiso que va a estar maltratada por sar a la convivencia marital. Me pareció que
esto o por lo otro, o que le maltraten al hijo de ella percibía que su sentida minusvalía le ha-
150 / M¿ternidad Social

bría otorgado una incapacidad para ejercer el berle servido a su hija Sagrario, quien se crió
necesario deber conyugal de servir al marido. en las casas donde Marcia trabajaba. Thmbién
Por otra parte, bien podía ser una manera de el desarrollo de la autonomla como mujer y
simular que tal decisión vino dada por las cir- como madre parece haber redundado en el ca-
cunstancias, justificando así que no fue toma- rácter de esta joven que se muestra firme por
da por ella deliberadamente. conseguir cambios en la estructura social de
Paradógicamente, pienso que su enfer- privilegios. Sagrario se afirmaba resistente a
medad no era simplemente una disfunción or- continuar el ciclo servil ¡ aunque seguía tra-
gánica. Lo que la medicina alópata había diag- bajando en la casa donde pasó su infancia, de-
nosticado como una epilepsia, descubría una seaba conseguir un empleo autónomo que le
dolencia que aparecía simbólicamente como permitiera ejercer como ayudante de contabi-
castigo impuesto ante la transgresión que su- lidad. Completar sus estudios secr¡ndarios ha-
ponía el hecho -deliberado o nó- de haber de- bla sido un desaffo para la autoridad de su pa-
sarrollado su vida al margen del matrimonio. trona, quien trató siempre de disuadirle. Al
A Marcia le habían dicho que su epilepsia era igual que su madre, Sagrario no había convivi-
fruto de un maleficio de alguien que le envi- do maritalmente y afirmaba que no precisaba
diaba por haber criado a sus hijas con éxito y de "una especie masculina al lado" para criar a
sin la ayuda de un hombre. Me dijo que pese a su hija. Sin embargo, declaraba que "en calidad
no dar mucho crédito a estas voces, se acercó de mujer" deseaba la compañía de un hombre
ante la presencia de un prestigiado curandero. para el desarrollo de la afectividad. Me conta-
Al parecer el hombre le informó de que, en ba que haber sido madre fuera del matrimonio
efecto, su enfermedad provenía del trabajo no representaba para ella el resu,ltado de un
maléfico encargado por la envidia de alguien. descuido o de un desengaño. En su relato afir-
Puesto que ella no confiaba en las artes mági- maba rotundamente que nunca tuvo inten-
cas, en palabras del curandero estaría conde- ción de convivir con el progenitor de su hija,
nada a sufrir el mal de por vida. ni tampoco de solicitar de él la declaración de
paternidad. Precisó que él era un hombre ca-
"He luchado, trabajado duro, pero me desen-
sado y vecino también del barrio. Lo que no
volví, se puede decir, yo sola. Tuve mis dos hi-
pude escuchar de ella fue que la decisión de
jas y como ya me enfermé... Porque propues-
haber tenido la criatura hubiera sido conscien-
tas no me faltaban, pero yo me ponía a pensar
y digo: no, nadie me va a querer, va a decir: te o de algún modo planificada.
bueno, esta enferma para qué le tengo. Enton-
'Aqul hay que hacer de padre y madre. En una
ces, yo sola, dando gracias a Dios, me supe de-
mano el pan y en la otra el palo, Yo soy muy-
senvolver." muy enérgica con la niña, exagerádamente
enérgica. No me gusta que cometa errores ni
"De la envidia [a enfermedad por maleficio]
que sea molestosa y a veces pienso que esto le
declan, pero yo me ponla a pensar y decla: ¿en-
va a afectar en un futuro, pero no puedo cam-
vidia de qué?, que tuve mis dos hijas y que sola biar."
he sabido desenvolverme. Envidia de eso, nada
más." (Marcia,64 años) "Claro que es más dificil [sin marido-padre],
por el hecho de que tiene que ver vd. por edu-
La experiencia y resistencia de Marcia cación, vestuario, alimentación, enfermedad.
trabajando en condiciones serviles ha de ha- Tiene que ver sola. Si la niña se le enferma a las
Muieres por cuenta propia / l5l

doce de Ia noche, ¿quién le ayuda?, vd. sola. Es "dueño de casa" suponía un paso importante
muy-muy diferente en pareja, pero... se sale percibido como emancipador en términos ge-
adelante." nerales. Para las mujeres sin marido, en su ma-
yoría subsidiarias del paternalismo del patro-
"No tengo ninguna pena de no tener a esa Per-
nazgo de las casas de servicio, Iograr una vi-
sona [progenitor de su hija], especialmente no.
De conseguirme otra persona, nadie me dice Io vienda en propiedad contribuía en efecto a su
contrario. Tengo un anhelo brutal, como ser movilidad social ascendente, pero sobre todo
humano, como mujer en sí, la soledad pesa. No consolidaba un proceso de autonomía perso-
por el hecho de ser madre sola, a la final tengo nal elaborado desde dentro del sistema pa-
el apoyo de mi madre, el apoyo de mi hermana triarcal para -al mismo tiempo- desafiarlo.
y de Ia gente que me rodea. Sino en calidad de
mujer, a eso sí me pesa la soledad. Por lo demás Madres, agentes y jefas de hogar
no, para nada." (Sagrario,35 años)
He utilizado la adjetivación agente para
Antes de haber tenido a su niña, Sagra- matizar el significado de la maternidad desde
rio me dijo haber participado en grupos de jó- el ámbito de lo político. Me refiero a "madres
venes en torno a una organización que citó co- agentes" a través del contenido anglófono de
mo " sobre la conciencia Negra". Según su re- agency en el contexto del tratamiento del desa-
lato, esta joven entendía que la vida de su ma- rrollo desde una visión feminista. Hablo de
dre pertenecía a un ciclo servil propio del ra- agentes en tanto que figuras con capacidad de
cismo de tiempo atrás. Su discurso pertenecía gestión autónoma y competente en el ámbito
a una elaboración consciente sobre la identi- de las relaciones institucionales. Ello supone
dad racial contra la supremacía Blanca. Sagra- también hablar de Iíderes y de sujetos políticos
rio valoraba su propia experiencia con mucha capaces de adquirir poder y de transformar los
distancia de la de su madre. Se consideraba sistemas de injusticia social.
mucho más afortunada, gracias al apoyo de su Hablar de jefatura de hogar, además de
madre y su hermana. En su argumentación hablar de poder, supone entrar en el aniílisis
consideraba que la discriminación racial en el del discurso socio-estadístico de los estudios
país es algo que va remitiendo. Ello era una es- demográficos orientados a los llamados estu-
pecie de deseo vindicativo. Esperaba y deseaba dios de familia con enfoque econométrico. En
que esa discriminación no condicionara la vi- esta empresa se dedican gran parte de los re-
da de su hija. Afirmaba que no iba a escatimar cursos de la planificación para el desarrollo a
recursos para que la niña fuera a un buen co- instancias de las agencias supra-nacionales.
legio, con vistas a que se desarrollara como Más concretamente, hablar de jefatura feme-
una profesional con éxito, y no tuviera que es- nina de hogar es moverse en el contexto de los
tar "tras de las ollas" como ella y su madre. De estudios de pobreza que regulan la interven-
nuevo percibí que la educación es pensada co- ción de las políticas sociales sobre la amplia
mo la vía principal para la emancipación, para mayoría de la población en los llamados países
lograr el reconocimiento social en condición pobres. Un concepto paralelo en otros contex-
de igualdad. tos sociales sería el de monoparentalidad pero
Para Emiliana y Marcia, como para la este no es el caso que me ocupa. Esta dualidad
mayoría de personas que se integraron en la conceptual da muestra de la versatilidad del
cooperativa de vivienda, el pasar al estatus de discurso, que genera conceptos diferentes so-
152 / M^|c:r¡td¿.dSr,dal

bre hechos homólogos, dependiendo de su va- En definitiva, el estudio de CEPLAES


Ioración. (1994) concluye con que, si bien parece haber
He considerado interesante mostrar los evidencia estadística de que los hogares con je-
resultados habidos en ciertos estudios realiza- fatura femenina cuentan con menores ingre-
dos en el país, con objeto de tener idea de la sos que los de jefatura masculina, no se puede
orientación de los estudios de familia en el inferir que aquéllos sean los más pobres. Pare-
contexto, y concretamente del papel que otor- ce que los planes de ajuste estructural, espe-
gan a las mujeres como madres agentes en el cialmente durante la crisis de la década de los
desarrollo. Viendo el estudio de CEPLAES 80, han afectado de modo generalizado a los
(1994) sobre género y pobreza en Ecuador, sectores populares de un estrato determinado
aparecen referencias a la jefatura femenina de por ingresos. No obstante, es presumible que
hogar en relación con la pobreza y concreta- los hogares con jefatura masculina hayan teni-
mente a la feminización de ésta. Tal como in- do acceso a vías más'exitosas" para hacer fren-
forma el citado estudio, para el Instituto Na- te a la situación. Esto encuentra explicación en
cional de Estadística y Censos, la definición de Ia injusticia del sistema con respecto a las po-
la jefatura de hogar se identifica con la llama- sibilidades que se abren hacia la movilidad as-
da jefatura económica y esto corresponde a: cendente para hombres y para mujeres. Con-
"aquel miembro del hogar que mayor canti- cretamente, según el estudio citado, el desem-
dad de dinero aporta al presupuesto familiar". pleo afecta al doble de la población que ocupa
Ello indica que el esquema indiscutible de fa- hogares con jefatura femenina. Los hogares
milia será el modelo nuclear, en tanto que gru- con jefatura masculina invierten más horas en
po formado por la pareja conyugal con su des- el trabajo remunerado que los de jefatura fe-
cendencia ¡ en la mayoría de los casos, la jefa- menina, constituyendo estos últimos el grueso
tura será asignada al hombre-padre a menos de la fuerza de trabajo en el subempleo, el sec-
de que éste no figure en el hogar. Según esta tor informal y el sumergido. El estudio de CE-
definición, la Encuesta Permanente de Hoga- PLAES (1994) abunda en que, si bien el mayor
res de l99l estimaba en un 22o/o el porcentaje nivel de instrucción y formación de las muje-
de hogares con jefatura económica femenina res debería haber redundado en una diversifi-
para la totalidad del censo. Este porcentaje se cación de su acceso al mercado laboral, esto no
habría incrementado en cuatro puntos con se ha dado asl. debido a la discriminación en el
respecto a los datos habidos en 1988. empleo que sigue ubicando a las mujeres en
En el estudio de Anne Faulkner (1990) trabajos tradicionalmente asignados al rol do-
se aprecia que no existe diferencia en términos méstico y reproductivo.
de pobreza entre hogares con jefatura femeni- Pienso que quizás los mejores niveles de
na o masculina, si bien en los primeros la pau- instrucción de las mujeres hayan servido de
perización habría sido miís significativa du- otro modo para abrir un espacio de liderazgo
rante la década de la llamada crisis de los años en la política representativa. En este sentido, la
80. Carlos Larrea (1990) indica que los hoga- participación de las mujeres en las organiza-
res con jefatura económica femenina se sitúan ciones populares de carácfer vecinal, agrario-
por debajo de la línea de pobreza, sin embargo campesinas o sindicales ha llamado la aten-
en su mayoría tendrían las necesidades básicas ción de las instituciones en el sentido de con-
satisfechasT5. siderar a las mujeres como agentes en las de-
Muieres por cuenta propia / 153

mandas. De acuerdo con María Cuvi (1992), de poder y como demandas para cambiar las
las políticas dirigidas a las mujeres en Ecuador modalidades de atención hacia los grupos su-
durante la década de los 80 son muy diversas y bordinados". (León l99l:171)
muy censurables, aunque en conjunto se con-
En tanto que sector urbano-marginal, el
sidera positivo que el enfoque de género haya
contexto del barrio era lugar propicio para la
llegado a integrarse en el discurso de las insti-
intervención exterior con muy distintos obje-
tuciones. Esta autora señala que desde finales
tivos. Las instituciones gubernamentales y no
de los setenta, cuando el gobierno ecuatoriano
gubernamentales cumplían con Ia implemen-
se sumó al plan de acción firmado en la Con-
tación de proyectos derivados de los Planes de
ferencia Mundial para el Año Internacional de
Desarrollo. Como indicaré más adelante, voy a
la Mujer de 1975, las instituciones estatales
han visto la importancia de considerar la par- considerar también la intervención de las mi-
siones católicas y especialmente de la adminis-
ticipación de las mujeres en el desarrollo. Sin
embargo, en el diseño de las políticas se han tración clerical vicaria, cuya influencia en los
desconocido las necesidades específicas de las niveles estructurales y de representación me
mujeres y no se ha problematizado su triple pareció muy significativaTT. Indicaré también
rol reproductivo, productivo y de gestión. Cu- la intervención de las nuevas confesiones reli-
vi abunda en que la práctica estatal ha visto a giosas que han ido ganando espacios de actua-
las mujeres como madres o como agentes pro- ción en los últimos años. He querido eviden-
ductivos y, en consecuencia, ha obrado con ciar estas intervenciones por cuanto dan
dos limitados enfoques: "asistencialista" y muestra de la participación de las mujeres-
"productivista". La Dirección Nacional de la madres a distintos niveles en las políticas pú-
Mujer de finales de los 80 no habría logrado blicas.
una política comprehensiva e integradora de Con objeto de tener información acerca
las mujeres en el proceso de desarrollo según de la significatividad de la jefatura femenina
Cuvi76. Esta institución no habría logrado in- de hogar en el barrio de Silanes solicité una
troducir el enfoque de género de modo trans- consulta a la base de datos del Sistema de In-
versal en todas las políticas sectoriales. Según formación para la Infancia (SIPI-INNFA), que
esto, las mujeres han sido sujetos de los pro- coordinan el Instituto Nacional del Niño y la
yectos de desarrollo como potenciales genera- Familia junto con el Ministerio de Bienestar
doras de "ingresos familiares complementa- Social. En esta base se registran las fichas per-
rios". En ningún caso se ha producido un aná- sonales de menores que son objeto de los pro-
lisis de la condición específica de las mujeres, gramas de asistencia social78. Las modalidades
así como de la heterogeneidad de las situacio- de asistencia en el barrio se traducían en una
nes en que éstas se desenvuelven. guardería de cuidado diario -ubicada precisa-
mente en el sector de Silanes- y tres comedo-
Hechos y sujetos administrables
res con apoyo escolar, situados en la parte alta
"Las necesidades deben ser reveladas no sola- de El Camino Llano. La información que reco-
mente como hechos "administrables" que pue- gen las fichas de la base son datos relativos a
den ser atendidos o tratados con los medios ya los indicadores que se usan en la medición de
eüstentes, sino como la expresión de relaciones la pobreza.
154 / Maternidad Social

Concretamente, me interesaba obtener afectados de modo similar por el hacinamien-


información desagregada por hogares según to79. En cuanto al indicador sobre la educa-
"jefatura femenina" o "jefatura masculina". Es ción y la ocupación laboral, la mayoría de las
preciso decir que estas fichas no recogen el da- madres de menores que se incluyen en este re-
to de jefatura económica del hogar, sino el re- gistro tienen nivel de instrucción primaria y su
ferente del grupo de convivencia. Según esto, categoría de ocupación más frect¡ente es la de
queda registrado si el o la menor vive con el "empleada doméstica'l En ello no se aprecian
padre, con la madre, con ambos o con parien- diferencias significativas entre unos grupos y
tes, Según este criterio, el 43o/o de menores en otros. Ocurre sin embargo que en los hogares
el registro vivlan en hogares donde se indica en que "no existe padre", al que llaman Grapo
que "no existe padre", frente al 60/o en los que Madre en el informe, la tenencia de vivienda
"no existe madre". Creo importante clarificar varía levemente indicando que éstos han teni-
que ello no equivale a decir que las madres del do menor acceso a la propiedad de la vivienda
primer grupo no tuvieran convivencia marital. que los hogares en que "existe padre y madre",
Pienso que este dato muestra una información llamados Grupo Padre-Madre. Véase en la pá-
interesante, ya que supone que casi la mitad de gina siguiente, Figura 1: Indicadores de pobre-
la asistencia social en materia de crianza de za según jefatura de hogar: El Camino Llano".
menores ha sido demandada por mujeres en el Esta diferencia en el acceso a la vivien-
ejercicio de su autoridad monoparental. da, me parece relevante debido a la importan-
Según estos datos, en lo relativo a los in- cia que hombres y mujeres otorgan en el ba-
dicadores de pobreza, las diferencias entre ho- rrio a la consecución de una vivienda en pro-
gares de jefatura masculina y jefatura femeni- piedad. He visto que ello va muy ligado a la
na no son significativas. La mayoría de los gru- movilidad social ascendente, por lo cual consi-
pos domésticos viven en cuartos arrendados, dero que el acceso a la vivienda supone presti-
tienen las necesidades básicas satisfechas, y son gio material y simbólico.

Figura l: Indicadores de pobreza segrin jefatura de hogar: El Camino Llano

Indicador / variable de máxima ocu¡rencia grupo padre-nudre grupo madre


tipo de vivienda
cu arto 430/o 5s%
tenencia de vivienda
arrendada 55"/" 630/"
propra 33y. 21"k
necesidades básicas satisfechas 90"/" 90y"

hacinamiento 37"/o 45y.


lnstrucción de la madre
primaria 65"/" 63"/o

Categorla de ocupación de la madre


empleada doméstica 5gyo 58"/.

Elaboración propia. Fuente: Informe INNFA (1996)


Mujeres por cuentapropia / 155

En cuanto a la ayuda institucional sobre el Centro de Estudios Afro-ecuatorianos -de-


Ia crianza de menores, en el sector de Silanes pendiente de la misión- mostraba su desilu-
tuve conocimiento de la acción de dos guarde- sión al respecto por cuanto no veía un apoyo a
rías. Una de ellas gestionada por el INNFA y la su propuesta sobre "el grupo de señoras", por
otra por el Departamento de la Presidencia co- parte de Ia administración clerical vicaria. An-
mo obra social. Con una capacidad similar, ca- tes de mi salida del país esta mujer abandona-
da una de ellas acogía un volumen aproxima- ba el proyecto que ella misma habla impulsa-
do de entre 40 y 60 menores. Por la informa- do. En lo sucesivo dos jóvenes postulantes de
ción que me llegaba de las mujeres al frente de la misión se hacían cargo de las sesiones y ellas
una de las guarderías, supe que la asistencia de mismas eran quienes tenían Ia atribución de
los y las menores no era perm¿¡nente en todos realizar visitas domiciliarias cada domingo
los casos, sino que variaba sobre todo en fun- con interés pastoral.
ción de la disponibilidad laboral de las ma- Por otra parte, el Proyecto de colabora-
dres. La guardería ofrecía el cuidado de niños ción entre el Municipio de Quito y el Fondo de
y niñas durante la mayor parte del día en el Naciones Unidas para la Infancia considera el
que se les daba comida y merienda. Las muje- barrio dentro de la zona metropolitana que
res empleadas para el cuidado de las criaturas merece intervención prioritaria. Al margen de
me indicaron que la participación de las ma- las a¡rdas para obras de infraestructura, el
dres en las reuniones convocadas no era regu- proyecto Municipio-Unicef contemplaba la
lar. Al margen del sistema de guarderías no tu- formación y el seguimiento de un grupo de
ve conocimiento de otro tipo de política gu- mujeres madres. Este grupo era dinamizado
bernamental de carácter asistencial para me- por la figura de w promotor barrial,así llama-
nores en la zona, do, y se reunla periódicamente en función de
Una obra asistencial era también la que las actividades ofertadas por el proyecto. Du-
ofrecía la misión católica comboniana a través rante mi estancia conocí la fase de implemen-
del reparto de alimento básico infantil. Este tación de cursos de capacitación sobre activi-
era el vehículo por el cual la misión llegaba a la dades productivas o de obtención de ingresos.
intervención en los órdenes privados de los En lo concreto, una ingeniera agrónoma se lle-
hogares. Cada sábado las mujeres madres de gaba al barrio para formar a las mujeres inte-
más limitados recursos acudían al centro pa- resadas sobre cultivos hidropónicos8O. No pu-
rroquial de El Camino Llano para recibir el de obtener información sobre si previamente
peso de una libra de avena, alimento muy usa- se había llevado a cabo una fase de diagnósti-
do como sustituto o complemento de Ia leche co de necesidades, por Io que dudo que estas
en la dieta de menores. Antes de la entrega, se actividades fueran eficientes en gran medida.
les invitaba a participar en una sesión pastoral Las mujeres me informaron de que habían te-
en que se trataba su particularidad racial. Una nido cursos sobre "derechos de la mujer en la
mujer colaboradora seglar de la misión había familia" y sobre "autoestima". Hasta donde pu-
fomentado la constitución de este grupo de de saber, no se hizo evaluación sobre estas ac-
mujeres en torno a la discriminación racial. El tividades.
grupo era referido como "las señoras afro". Es- En cierta ocasión, un numeroso grupo
ta mujer Negra de origen serrano, sin marido, de madres que habían sido convocadas a una
y cuya hija menor trabajaba como auxiliar en celebración festiva en Ia guardería del Ministe-
156 / PalomaQernández Rasines

rio me indicaron que ya habían tenido dema- cían en otros niveles. Se trataba de mujeres-
siados cursos, más o menos aburridos y que madres con un nivel secundario de estudios y
deseaban tener cursos más útiles para apren- cuya edad rondaba Ios treinta años. En sus re-
der a hacer "ricas recetas" y tener nociones de latos abordaban cuestiones como la "libera-
"esteticienne", especialmente sobre el modo en ción de la mujer" y el "machismo" desde un
que deberían maquillarse. Debo indicar que punto de vista particular, que no aparecía en
aquella respuesta me desanimó bastante. Traté los posicionamientos de las otras mujeres. Por
de integrarla a mi esquema conceptual apren- ellas supe que en ocasiones habían viajado con
dido de la teoría, pensando que dudaba de que el proyecto a Guayaquil para conocer otros
('grupos
la satisfacción de ciertos intereses prácticos de señoras" en contextos vecinales del
conduciría al logro de intereses estratégicos re- área urbano marginal. Es interesante destacar
levantes. que este tipo de proyectos de las administra-
Sin embargo, aquello no era tan simple ciones locales en Ecuador, cuentan con la in-
como la mera idea de que para las mujeres po- fluencia de profesionales del género en el desa-
bres la realización de los intereses prácticos a rrollo que trabajan en instituciones guberna-
menudo entorpece la consecución de los inte- mentales y no gubernamentales. Algunas de
reses estratégicos8l. Enseguida entendí que de- estas profesionales, con nombre propio, se
bería revisar mis planteamientos si no quería consideran integrantes de la agenda polltica
caer en juicios apriorlsticos. Pensé que la res- feminista, aunque ello se traduce localmente
puesta de estas mujeres formaba parte de la como "movimiento de mujeres".
coacción del discurso dominante clasista, que Por último, y para terminar con lo que
promociona el ideal burgués de dama o seño- he considerado intereses intervencionistas en
ra. Ello incluye las atribuciones como ama de la zona, me interesa tratar la influencia de las
casa y como buena esposa, hábil en las domes- nuevas confesiones religiosasS2. Pude observar
ticidades y de impecable presencia. Esto me que la participación de las mujeres en las nue-
trajo el recuerdo de los análisis de algunas fe- vas confesiones religiosas resultaba significati-
ministas afro-americanas al respecto de las va en comparación con la de los hombres'
conceptualizaciones raciales de género en los Puesto que la pertenencia a estas nuevas confe-
EEUU de principios de siglo y finales del siglo siones suele precisar de un compromiso regu-
XIX. El discurso sufragista y de Ia liberación de lar de asistencia a los distintos cultos y sesiones
las mujeres por un lado, y la emergencia de la doctrinales, el argumento de que las mujeres
emancipación afro-americana Por otro, daban tienen más tiempo sirve para explicar su ma-
origen a la vindicación de dos tipos de identi- yor participación. Como si el tiernpo fuera un
dades de género entre las mujeres. Las mujeres bien material sobre el que estas mujeres tuvie-
Blancas estarían reivindicando ser considera- ran el privilegio de la acumulación. Otro de los
das en tanto que mujeres (women), mientras argumentos en los relatos era que Ias personas
que las mujeres Negras pedirlan ser considera- acuden a estos credos en busca de ayuda. En
das como damas (ladies) (Giddings 1984). general se percibe que "los mormones", "los
Por otra parte, conocí a algunas de Ias evangélicos" o "los testigos de fehová" están
mujeres que habían particiPado regularmente "más unidos". He podido observar que estos
en las convocatorias promovidas por el pro- grupos obran sobre el funcionamiento de unas
yecto Municipio-Unicef, cuyos deseos apare- redes endogámicas que pueden actuar como
Muieres por cuentzproph / 157

vínculos restrictivos ante la vecindad en su la maternidad en ocasiones puede traducirse


conjunto. Era común que mujeres-madres en en el desarrollo del Iiderazgo por parte de al-
situación de precariedad acudieran a estos gunas mujeres para llegar a ser sujetos políti-
grupos en busca de a¡rda. Sin embargo, no co- cos y agentes transformadores. Pienso no obs-
nocí a ninguna mujer que en este caso entrara tante, que esto no supone un efecto liberador
después a participar de manera más estable. inmediato para las mujeres por cuanto son
Las tres mujeres que conocí de cerca como consideradas exclusivamente como responsa-
miembros activos de dos de estas confesiones bles parentales. He visto que las pollticas de
no habían accedido desde la precariedad de re- género se traducen en la implementación de
cursos. Las tres tenían estudios secundarios, proyectos productivos, de capacitación y de
pero sus niveles de articulación en el discurso sensibilización a mujeres. Pienso.que no se ha
no parecían procedentes de la instrucción for- considerado suficientemente la integración de
mal sino del ejercicio de la palabra en el inte- los hombres en estas políticas. Apenas se cono-
rior de estos grupos, donde se entrena con ri- cen sus percepciones y sus demandas en este
gor la articulación para la predicación apolo- sentido. No sabemos mucho acerca de la posi-
gética. Estas tres mujeres concebían su adscrip- ción de los varones ante la paternidad y la pa-
ción religiosa como un importante elemento reja83. Por tanto, en Ia medida en que el enfo-
identitario que les permitía percibirse como que de género en el desarrollo comprometa
superiores a su rango socio-racial, también a los hombres, no sólo desde la pro-
En resumen, puede decirse que la parti- ductividad sino también en una labor reflexi-
cipación de las mujeres-madres en distintos va y de sensibilización sobre la corresponsabi-
grupos ya sea con interés asistencialista, pro- lidad, podremos anticipar tal vez Ia emergen-
ductivista o doctrinario, Ies permite ejercer cia de hombres y mujeres como agentes del
una función de representación. Esta figura de desarrollo en posición de equidad.
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SISTEMA PATRIARCAL. PODERES Y AUTORIDADES
Ft
H Cuerpo conflnenre

I think of somebody with hands who does not Pienso en alguien con unas tnanos que no
want me to die. quiere que me mueta.

"But was ít really like that? As painful as I re- "Pero,¿era realmente así?, ¿Thn doloroso como lo
member? Only mildy. Or rather, it was a produc- recuerdo? Solo moderadamente. O más bien, era
tive and frutifying pain. Love, thick and dark as un dolor productivo y fructífero. Amor, espeso y
Alaga syrup, eased up into that cracked window. oscuro como jarabe de Alaga, penetraba por
I could smell it -taste it- sweet, musty, with an aquella ventana cuarteada. Podía olerlo -sabo-
edge of wintergreen in its base -ever\were in that rearlo- dulce, agrio, con un ópice de rosal silves-
alongwith my tongue, to the fros-
house. It stuck, tre en el fondo, en todos los lugares de aquella ca-
ted windowpanes. It coated my chest, along with sa. Se adhería, junto con mi lengua, a los vidrios
the salve, and when the flannel came undone in escarchados de las ventanas. Abrigaba mi pecho,
my sleep, the clear, sharp curves of air outlined its junto con el bólsamo, y cuando las franelas se
presenceon my throat. And in the night, when desprendían durante mi sueño, las nítidas, mar-
my coughing was dry and tough, feet padded in- cadas curyas de aire perfilaban su presencia en
to the room, hands repinned the flannel, readjus- mi garganta, Y durante la noche, cuando la tos
ted the quilt, and rested a moment on my fore- era seca y dura, unos pies se deslizaban dentro de
head. So when I think of autumn, I think of so- la habitación, unas manos recolocaban las man-
mebody with hands who doa not want me to tas, ajustaban de nuevo l.a sobrecama y se queda-
die;' ban un momento sobre mi frente. Por eso, cuan-
do pienso en el otoño, pienso en alguien con unas
Claudia evoking her mother in The Bluest Eye, manos que no quiere que me muera."
by Toni Morison
Claudia evocando a su madre en The Bluest Eye,
de Toni Morrison. [traducción propia]

Considero que las posiciones de poder to que implica la centralidad de la imagen de


que ocupan hombres y mujeres dentro del sis- la madre en la dinámica del poder dentro de
tema patriarcal monogámico no son estáticas. los sistemas de género. Me parece importante
He abordado la autoridad masculina desde la por ello observar las percepciones en torno a
relatividad de un sistema en que las relaciones la autoridad del padre-marido en el orden fa-
no son unívocas. Como ya quedó expuesto en miliar, así como las subversiones desde el siste-
las consideraciones teóricas del primer capítu- ma relacional poligámico.
lo, he tratado la matrifocalidad como concep-
160 / Sistema Puriarcal

La metáfora del "respaldo" y el privilegio de "Porque si se casauno joven, no se tiene mucha


"la libertad" experiencia, tanto el hombre como la mujer. Yo
de mi parte, pues tal vez no tuve una guía, en-
Según la información recogida en los tonces yo creía que él tenía que estar siempre
relatos, la norma de la familia nuclear mono- conmigo y luego ya comprendí que bueno, la
gámica aparece como valor deseado por la ma- mujer es de la casa. En ese sentido yo no Ie hi-
ce sufrir a é1, porque eso ya comprendí. Com-
yoría, existe además un deseo de la familia de
prendí también que yo nunca tenía que poner-
corte pequeño-burgués, donde se espera que
me alevosa con é1, en el sentido de ponerme así
la madre-esposa esté confinada al espacio del en revancha, en pelea, porque dije yo.. . eso an-
hogar. Dentro de este esquema, el marido-pa- tes de ser casada, decía yo:'si alguna vez llego a
dre toma sentido como "respaldo" de la mujer- casarme, así me case con un hombre más baji-
madre. Se percibe además que un hombre vis- to que mí, pero yo le he de respetar como mi
te de respeto a la casa. El marido-padre no esposo que sea'. Eso sí pensaba y al fin, bueno,
aparece tanto como agente sino como repre- como soy alta, pues mi esposo también fue alto
sentante en un sentido ciertamente estático. y es alto ¿no?, porque vive." (Emiliana, 58 años)
En la figura del respaldo, el marido se sitúa es-
"Yo sl hubiera querido tener un hijo varón,
coltando los movimientos de la mujer, sirvién-
porque es un respaldo, se puede decir, para la
dole de gendarme. Según los testimonios, po- casa. Claro, un hijo varón. Pero viéndolo bien,
dría decirse que la mujer-madre es quien ope- sabiendo educar a sus hiios, da lo mismo sean
ra en vanguardia, quien figura como agente de varones o sean mujeres." (Marcia, 64 años)
la acción. Por ello, he visto que la necesidad de
un marido se sitúa fuera, como imperativo de "Aquí mismo donde vivo tengo e$e problema, a
la norma social. A este respecto, en el relato de mí no me ven bien porque no hay un hombre
aquí en la casa, no hay respaldo. Para ellos yo
Emiliana se puede apreciar que esta mujer no
soy una cualquiera, por el hecho de haber teni-
está dispuesta a modiñcar su posición como
do a mis hijos. Y para las mujeres, no son casa-
agente y llder, si bien piensa que la presencia
das, ¿no?, tienen el amante... Porque, esta que
de un marido revestiría su hogar de un respe- vive aquí afuera, el señor que vive con ella es
to de cara al exterior. casado. Pero como él vive con ella, tiene ese res-
paldo." (Caridad, 42 años)
"En realidad, una mujer sola es... necesita el
respaldo de un hombre, para el respeto mismo En ocasiones, la autoridad masculina se
de la casa. Y vd. muchas veces ve comprender
ha justificado en base al rol de los padres-ma-
[sic], si él [ex-marido] estuviera aquí, fueran
ridos como proveedores exclusivos, asignado
muy diferentes algunas actitudes. No tanto só-
lo a mi hijo, sino a la gente misma. Yo sé que...,
por el discurso dominante. En la práctica, he
gracias a Dios me tienen bastante respeto, por- observado que son mayoría las mujeres que se
que de nó, fuera un poquito más dura tal vez afirman en sus actividades externas de obten-
mi vida. En ese sentido sí, pero cuestión al tra- ción de ingresos, a pesar de la oposición por
bajo [tienda], pues muchas personas abusan. Si parte de algunos maridos. He visto que inclu-
yo tuviera un esposo, sobre el trabajo que tene- so en los casos en que la coerción por parte de
mos sería muy diferente. Porque yo conozco a éstos es contundente, las mujeres realizan
mi esposo, a mi ex-esposo, que todo puede ser igualmente estas labores remuneradas aunque
pero él sí ha sido... sl era un hombre que sí ha-
lo mantienen en secreto. Por su parte los ma-
cía respetar a su casa" (Emiliana, 58 años)
El cuerpo conünente / 161

ridos, según la norma, están conminados a de- "Hay mujeres que por decir son también... ca-
cir que su mujer no trabaja, que no les gusta prichosas, rebeldes, que el hombre le habla por
que lo haga, o bien, que lo hace bajo su con- la buena y ellas entienden todo al revés, y en-
trol. En todo caso, la obtención de ingresos tonces ahí va la violencia. En mi caso, mire, yo
soy violento, pero con la mujer que tengo aho-
por parte de la mujer-esposa de forma autó-
rita no lo puedo ser así, porque si en un caso le
noma supone un desafío a la norma social, la
doy una cachetada ella no me la responde, en-
misma que otorga autoridad a los hombres en
tonces yo reacciono y veo que no somos igua-
tanto que proveedores. les, pero si ella reaccionara con un pie encima,
En este sentido, es ilustrativo el testimo- entonces yo sí tengo que tratar de defenderme.
nio de un joven procedente de la costa. Según Si ella se hace violenta y yo violento, eso pasa."
el relato de Giovanni, el trabajo remunerado (Giovanni,32 años)
de la esposa puede alterar la dedicación en su
servicio al marido y además puede contribuir He visto que la autoridad otorgada a los
a desprestigiar la imagen de éste. Este hombre, maridos como gendarmes del hogar implica
que tiene el perfil de hombre de la costa en si- circularmente el sometimiento formal de las
tuación de itinerancia, explicaba que coyuntu- mujeres a sus arbitrios. Así, se entiende que
ralmente había dejado a su actual mujer bajo una mujer no debe "ponerse alevosa" con su
la vigilancia de su madre, para asegurarse el marido y tampoco debe cuestionar su libertad
control de sus movimientos. de movimientos. Por otra parte, una mujer no
debe moverse de manera autónoma en ausen-
"Me gusta que trabaje [su mujer], por ejemplo cia del marido. Las mujeres a menudo mues-
en una casa decente, en un comedor, en algo, tran cierta culpa por la transgresión que su vi-
pero que no trabaje puertas adentro... que me da cotidiana supone ante esta norma social. Es
parece que mi mamá no la va a poder vigilar a
corriente escuchar que tal mujer es una "pata-
qué horas llega. Prefiero que duerma donde mi
caliente". Aunque este atributo no está cargado
mamá, porque sé que si sale a las ocho, de todas
de excesiva negatividad, expresa que tal mujer
maneras regresa a las seis o las siete donde mi
mamá. Y así Ia gente observa. Aparte de eso me está ausente de la casa cuando es buscada y
gustaría que no trabajara, porque si no trabaja, connota que siempre está en movimiento, con
tiene cómo tenerme todo en orden. Tiene có- una suerte de ubicuidad que dificulta el con-
mo tenerme un pantalón limpio, planchado, trol por parte del marido. Esta libertad de mo-
cosido y remendado, que es la palabra en el vimiento es lo que la mayoría de las mujeres
norte, ¿no? Entonces tiene como satisfacer mis atribuyen a los hombres y en ocasiones envi-
necesidades biológicas porque no se siente can-
dian. Algunas mujeres expresaban que habrían
sada, está a mi manera. Y si trabaja, me parece
preferido nacer varones para haber podido
que no puedo exigirle: esta camisa está mal
ejercer lo que ellas entendían como libertad,
planchada o que el piso está mal barrido, mal
trapeado, ¿por qué? pues porque estamos tra- en relación a la movilidad y a la toma de deci-
bajando todos, los dos, entonces eso es una siones sin temor a una sanción exterior.
comprensión." (Giovanni, 32 años)
"[habría querido ser] Varón, sl. Porque se tiene
"Claro, la mujer debe estar siempre en la casa. más libertad, se tiene más... qué le podría de-
A la cuenta la mujer debe ser la esclava del ci¡ aparte de la libertad, un poco más de auto-
hombre, a pesar que esto no debería ser correc- suñciencia, ¿no? Porque la mujer es... en mu-
to." (Giovanni, 32 años) chos de los casos somos muy tímidas, o sea, pa-
162 / Sistema Patn rcd

ra salir o para decir cualquier cosa, siempre ve- marcabÍrn un hito a partir del cual comenza-
mos: es que soy mujer y no puedo hacer. En ron a rodar, a sufrir, a aprender de la vida. An-
cambio el varón, así sea que se vaya de nariz, es gel, a sus 19 años hablaba sobre este particular
varón y ya. Entonces, sí me hubiese gustado ser
cuando decía que a partir de su salida de Esme-
varón." (Sagrario, 35 años)
raldas cuando aún era un niño de 9 años, em-
pezó a "rodarle", a aprender de la vida en sus
"Creo que hay mejor vida para los hombres idas y venidas a Quito. El anciano Orestes se re-
que para las mujeres, porque de todas las ma-
fería a su primogénito varón y con admiración
neras, claro, el que no tiene mala suerte, ¿no?
relataba que cuando este joven salió de Esme-
Como yo digo, tengo mala suerte, por lo que he
raldas para hacer el servicio militar, empezó a
pasado, he tenido mis hijos, he estado sola...
"pasar trabajo'1 esto es, a sufrir y a vagar ham-
entonces yo digo: preñero ser hombre. Ellos
tienen más libertad, o sea, yo tuve el problema briento, en busca de una mínima tarea por la
con el papá de mis hijos. Nos peleamos y les de- que pudiera obtener "siquiera un cocoloncito",
jó ahí, me tocó a mí quedarme con los guaguas el arroz que queda pegado a la olla. El testimo-
y él hizo su vida." (Norma,34 años) nio de Pancho es más explícito a este respecto
y desvela que es intencional salir a rodar la vi-
"Como le dije, volvería a nacer negra igual sólo
da, a sufrir, para luego contarlo, haciendo re-
que con más inteligencia y más dinero. Entre
creación de la experiencia. Me pa.rece intere-
hombre o mujer... mujer igual. Yo me siento
sante destacar que según esto, la afirmación
igual libre, yo pienso que el hecho de que uno
esté completo, con todas sus partes en su cuer-
identitaria de los varones pasa por hacer partí-
po, en su sique, es más que suficiente. O sea, cipes al resto del drama que ilustra la autoridad
que estar atada a algo..., no sé, uno se debe es- adquirida en este aprendizaje de la vida.
tar atada a Dios, a los hijos y a nadie más." (Ma-
"En el 54 me salí yo a Ibarra ya definitivamen-
rrtza,31 años)
te. Me salí como quien dice a rodarle, a apren-
Acerca de la construcción de la autori- der la vida, porque como para aprenderle a vi-
dad masculina, he visto que la iniciación de los virIa vida es solamente rodando. Entonces ya
uno al rodar ya va aprendiendo a vivir. Hasta
varones jóvenes -como sujetos autónomos y
para tener qué contar, cómo ha sufrido, cómo
susceptibles de ejercer la paternidad- pasa por
ha pasado desde su juventud, desde su soltería.
la adquisición de una suerte de veteranla liga-
Sí es bueno salir a rodar, sufrir un poco." (Pan-
da al sufrimiento habido en una forzada itine- cho,6l años)
rancia. Si bien la vida de las mujeres migrantes
está marcada también por la itinerancia, ello En el periodo vital previo a esta inicia-
no aparece en sus relatos como factor estruc- ción en la itinerancia, he observado que los
turante de su construcción subjetiva. Es co- muchachos se atienen a la autoridad materna.
mún en los relatos de los hombres que hagan Las madres suelen decir que hay un momento
referencia a su rodar en el mundo como proce- a partir del cual criar a los chicos precisa del
so previo a su ubicación en una posición de "carácter de un hombre", haciendo alusión a
cierta estabilidad en que el reconocimiento so- una diniímica disciplinaria. Por otra parte, he
cial llega a través de la realización de su pater- visto que Ia división sexual en las actividades
nidad. Haciendo referencia al momento en del hogar no es muy marcada entre los meno-
que dejaron su tierra de origen, los hombres res. Los muchachos menores realizan tareas
[l cuerpo continente / 163

que pasan a ser "de mujeres" cuando éstos van de las mujeres afectadas. Ellas pueden hablar
llegando al tránsito de la pubertad. Las muje- de esto como de un problema y a menudo su
res dicen que sus hijos menores realizan tareas respuesta pone de manifiesto una sobre-afir-
como Iavar la ropa o hacer la comida. Thmbién mación del rol de madre-esposa. Ante sí mis-
he observado que se hacen cargo del cuidado mas, ante sus maridos y ante el mundo, ellas
de bebés. Esto ocurre con normalidad, y en habrían estado cumpliendo con todas las atri-
obediencia a sus madres, hasta un momento buciones de su rol. De ese modo, ellas entien-
en que protestan porque tal o cual labor "no es den legítima su protesta ante la conducta del
propia de hombres". Es sobre todo en esta épo- marido y se descargan de la culpa social. Así lo
ca de transición de los muchachos, cuando se interpretaba Milagros que exhibía el cumpli-
supone que la presencia de una autoridad miento de sus deberes como esposa ante un
masculina en la casa es relevante para hacer marido cuya actitud no era lo esperado en re-
valer la disciplina y el orden. ciprocidad.

Poliginia o la univocidad androcéntrica "Se nota nomás al hombre, que ya cambia to-
talrnente con la esposa. Cambia el hombre.
Desde el supuesto sometimiento de las Póngase, ya vienen a la casa, uno ya se les sir-
ve... cualquier pobreza ¿no? y comienzan: que
mujeres, se asume que los maridos tienen rela-
la comida está así, que la casa... Porque un
ciones simultáneas con otras mujeres. Even-
tiempo se me dañó pues, el mío, sí se me dañó.
tualmente puede valorarse positivamente, por
Hu¡ al principio, nomás que es la moda. El
el hecho de que existe el estereotipo según el hombre sí cambia. Comenzó: que la casa está
cual los hombres que gozan del intercambio así, que Ia ropa no le tengo en orden... y ya un
sexual con varias mujeres tienen un poder ad- día, los dos nos quedamos. Le digo: ¿qué es lo
quisitivo superior. En los relatos, las mujeres que le pasa? El, claro, me decía que no le pasa-
expresan que su marido "se ha dañado" cuan- ba nada. De ahí le digo: ¡algo hay!, ¿qué le pa-
do perciben que su comportamiento en el ho- sa?,la comida le tengo en orden, el rato que vie-
ne ya le sirvo..., la ropa Ie tengo lavadita, plan-
gar ha cambiado, que ha descuidado su aten-
chada, en su cajón... ¿¡qué más mujer puede
ción, su aportación económica, o que sus mo-
ser..!?. a mí no me gusta baile, a mí no me gus-
dales son excepcionalmente agresivos. Algunas
ta el salir de mi casa.. . entonces, qué más quie-
mujeres añrman que este comportamiento es re, Ie digo." (Milagros,45 años)
síntoma de que su marido tiene otra pareja.
Sobre este particular, veo preciso esta- Como ya he indicado en las considera-
blecer una distinción entre la práctica de una ciones teóricas del primer capítulo, las relacio-
sexualidad extra-marital y el desarrollo de una nes poligámicas a menudo han sido concep-
nueva relación de convivencia. La sexualidad tualizadas desde el referente masculino. Como
de los hombres fuera del matrimonio, a través puede verse en la etnografla de Whitten (1974)
del pago de servicios, es algo que se asume co- sobre el norte de Esmeraldas, se habla la poli-
mo comportamiento regular. Sin embargo, el ginia como consecuencia de la eficiencia eco-
hecho de que un hombre que vive en pareja nómica de ciertos hombres. He visto que el
"desatienda" su hogar, porque esté formando discurso dominante supone que un hombre
una riueva relación de convivencia, es valora- acumula mujeres en tanto que acumula rique-
do negativamente y tiene respuesta por parte za. Entiendo que responde al estereotipo pen-
164 / Sistema Patdr¡rc^l

sar que los hombres actúan en este tipo de re- ticos de un modo fluido, con el fin de acomo-
laciones múltiples como triunfadores y que las dar las fluctuaciones de los recursos económi-
mujeres lo hacen como víctimas. Sin embargo, cos en el entorno." (Whitten 1974: I 18)84

he observado que las percepciones de hombres


Whitten presenta un caso, que observó
y mujeres sobre lo que yo he preferido llamar
en Esmeraldas, en apoyo de su argumentación.
relaciones poligámicas son de lo más variadas.
Así, cuenta que un hombre tenía una mujer en
En lo que se refiere a las mujeres, he visto que
tal sitio al cuidado de una granja "para é1", te-
Io que podrla parecer tolerancia por su parte,
nía también otra mujer en otro lugar al cargo
puede estar velando una rebeldía latente fren-
de un almacén -cuyo hermano era además el
te al sexismo en los valores de la norma pa-
jefe de la minga o cuadrilla- y tenla por último
triarcal.
una mujer como esposa con su descendencia
Pienso que es cuestionable la lectura
en la ciudad.
unívoca de las relaciones poligámicas, donde
el varón aparece como la figura central. Esta "forge tiene una mujer viviendo en La Tolita de
lectura provoca una doble moral performativa Pailón, la cual mantiene una pequeña granja
por la que un hombre puede hacer alarde de para él allí, de la cual él surte su tienda [de él].
tener varias mujeres, cuando para una mujer Tiene también una mujer en otra pequeña po-
sería impensable hacer una afirmación así con blación por la vía del tren arriba, donde ésta
respecto a los hombres. En este sentido, creo gestiona una pequeña tienda junto con su her-
que la ley del derecho paterno, por la cual el mano [de ella] (quien además es también el je-
hombre-padre tiene la función representativa fe de la minga). En San Lorenzo, vive con su es-
posa Daisy y tres hijos/as pequeños/as." (Whit-
del grupo familiar a efectos fiscales, resulta de-
ten 1974: 169)85
terminante en Ia construcción de esta visión
androcéntrica. Whitten no duda en situar al hombre
Como ya se citó en el capítulo primero, que cita en el centro del sistema. No obstante,
Whitten (1994) considera que en el norte de en su an¡ílisis no se evidencia si este hombre
Esmeraldas se observa un sistema de poliginia hacía efectivamente explotación del trabajo de
seriada como "adaptación" a las graves fluc- estas mujeres en una posición de dominancia
tuaciones económicas del contexto. Afirma estable. Según ello, tampoco se podía saber a
que es común el hombre que "tiene más de quien pertenecía la titularidad fiscal de las
una mujer-esposa (wife), mientras que a la propiedades sobre las que ellas e$tarían desa-
mujer "no se le permite" tener miís de una re- rrollando sus actividades productivas. De
lación de forma simultánea. El autor argu- igual manera, no se sabía nada de Ia percep-
menta generalizando que los hombres pasan ción subjetiva del caso por parte de é1, ni por
por múltiples uniones durante sus vidas, parte de ellas; y tampoco la de sus demiís even-
mientras Ias mujeres hacen lo posible por ase- tuales amantes -también itinerantes- que no
gurarse un hombre el mayor tiempo posible. aparecen en la narración. Por todo esto, en-
"Este proceso se llama poliginia seriada. En- tiendo que hablar de la autoridad moral del
tiendo la poliginia seriada como un ajuste so- hombre citado con respecto a sus pretendidas
cial efectivo dentro de Ia sociedad de consumo. mujeres resulta cuestionable y apriorístico. Por
Este ajuste permite ordenar los asuntos domés- lo tanto, pienso que el androcentrismo en el
El cuerpo continente / 165

sistema poligámico que Whitten teoriza como es de ustedes. . .'Y nunca supimos qué hizo con

poliginia seriada, debe ser revisado. Desde un ese dinero, o no Ie pagarían, no sé. Entonces de-
enfoque económico pienso que ayudaría en cía:'no, me robaron la finca... cuando estaba
esta revisión considerar a las mujeres como borracho'. Mamá quedó sin nada, en ese tiem-
po la finca tenía madera bastante y todo perdi
agentes, como representantes jurídicas de su
mos gracias a mi papi." (Gloria,3l años)
propia actividad productiva y comercial. Sin
embargo, soy consciente de que esto se enfren- Al respecto de la revisión de lo que
ta en la práctica con la tradición patriarcal del Whitten llamaba poliginia seriada en Esmeral-
orden legislativo. das, el relato de Gloria informa que tanto
En efecto, considero determinante la in- hombres como mujeres se mueven en las rela-
tervención del derecho paterno sobre la repre- ciones múltiples con relativa fluidez, algo que
sentación fiscal de la unidad familiar en la afir- desde su posición subjetiva era considerado
mación de la autoridad del padre-marido. muy problemático y nada deseable. Esta mujer
Existen evidencias de ello en algunos de los afirmaba que a ella no le servía un marido pa-
testimonios recogidos. Gloria en su relato ha- ra "traer la plata" si no cumplía con la convi-
bía situado a su padre como un hombre res- vencia marital. Sin embargo, su testimonio
ponsable a nivel proveedor y afectivo. El grupo menciona el caso de su hermana quien según
familiar habitaba en la costa de Esmeraldas a decía "aguantaba" que su marido hiciera exhi-
fines de los 70 cuando, en un momento dado, bición de sus amantes, viviendo en un círculo
este hombre se despreocupa de sus deberes co- de violencia conyugal en que la mujer no apa-
mo padre y marido. Por su mala gestión pier- recía como mera víctima. Creo preciso consi-
de su terreno en propiedad y la familia queda derar que, de no vivir con su marido, la her-
sin medios de subsistencia. Debo indicar, re- mana de Gloria habría tenido muchas más di-
cordando el análisis ya visto en el capítulo ter- ficultades en adquirir la vivienda que compró
cero, que este caso se ubica en un contexto con é1.
donde la presión de nuevos colonos de la sie-
rra y de la provincia costera limítrofe de Ma- 'Aquí es distinto que allá [Esmeraldas]. ¿Sabe
nabí, provocaba la venta de tierra cultivable por qué es que yo vivo aquí? Si yo, apenas ya
por parte de los grupos locales en condiciones cuando vine con Tito [su primogénito] dije
que yo de aquí ya no me iba más. ¡Porque en la
muy desiguales. En cualquier caso, una mujer
costa es mucho problema! Las mujeres son da-
no tiene opción legal de comprar o vender sin
ñadas, le quitan el hombre una a otra, o los
el consentimiento del padre o del marido. Por
hombres tienen dos, tres mujeres ya definitiva-
el contrario, a un marido le asiste la ley cuan- mente de frente. Y a mí no me gusta esa vida.
do toma decisión unilateral de enajenar los Yo he sido bien celosa, se puede decir. En ese
bienes de la sociedad conyugal. sentido sí, no me gusta. Ya que él entre, vive
aquí, o. .. es lo mismo, pero que no me falle a la
"Somos seis que nos dejó, que no nos quiso ya
casa. Definitivamente fallarme dos, tres días,
dar el estudio por la vaguería de la tomada. De-
para mí eso es pecado. ¡Que no vuelve más
ñnitivamente dijo:'yo me largo, no quiero sa-
conmigo, no vive! Vuelta ellos están ocho días
ber nada de ustedes'. Pero mi mami no se con-
donde la una, ocho días donde la otra, y con
fió de que él iba a dejarnos definitivamente y que les den la plata ya se conforman. Y a mí no
no iba esos días a Ia finca a molestarle hasta que
me gusta esa vida." (Gloria, 3l años)
ya fue y le dice un señor: 'no, si esta ñnca ya no
166 / Sistema Patriarcal

"Total que por eso ella [su hermana] tiene casi- sadas o no casadas con criaturas, evidencian
ta en Ibarra ahora, y sigue con el marido así... que éstas mantienen también rrelaciones si-
pero, ¡se meten duro!, unas pizas Ipalizas] con multáneas en la práctica, aunque €llo no cuen-
é1, porque dice que él no se compone. El no es
te con la aprobación del entorno social. Por
como el Benancio [su marido] que sea mojiga-
otra parte, he visto que para un hombre joven
tito así de lejos. No, él de frente Ie pone las se-
mantener una relación con una mujer mayor y
ñoras. Pero mi ñaña [hermana] le aguanta y le
aguanta. Ya se han comprado casa en lbarra. Le
con criaturas puede que no sea fuente de pres-
digo, ella tiene estas experiencias que ha pasa- tigio, y puede considerarse hasta mal visto por
do, por eso yo le creo." (Gloria, 3l años) el entorno. Así lo relataba Antonio, un hombre
divorciado y sin descendencia, cuando expli-
Pienso que la respuesta de las mujeres caba los recelos de hacer visible una relación
ante la conducta de los hombres tiene sentido que estaba manteniendo con una mujer divor-
desde la inter-subjetividad, un enfoque que ya ciada y con criaturas a su c¡¡rgo. Antonio llega-
he tratado en el primer capítulo. No me pare- ba, como de costumbre, a comer a casa de su
ce acertado hablar de tolerancia o de resisten- prima Emiliana. En una ocasión se sentaba a la
cia, porque ello supondría asumir que el hom- mesa con una leve sonrisa mientras articulaba:
bre tiene una posición invariable de domina- "¡el inñerno son las mujeres!", Seguidamente
ción. En este sentido, el testimonio de un contaba que había terminado las relaciones
hombre joven me parece explicativo. Giovanni con una mujer divorciada y con dos hijos. Se-
relataba cómo en un tiempo mantenía relacio- gún su versión la mujer decía que "no quería
nes con dos mujeres de manera simultánea. recibir(le) miís porque los vecinos hablaban".
Aún muy en contra de su voluntad, una "le po- Antonio seguía su relato explicando: "Ella es
nía los cuernos" y la otra "le quería gobernar". divorciada. Si ella cuida por su honra, también
Si bien no tuvo descendencia con ninguna de uno tiene que cuidarse por su dignidad...
ellas, su nivel de control sobre estas mujeres en Thmbién la gente habla cuando uno se mete
la práctica, según su relato, parecía muy di- con una mujer ya grande y con hijos".
fuso. A este respecto cabe también el testimo-
nio de Angel. Sobre la situación de este joven
"Entonces yo convMa con ella allá y tenía otra
ya he hablado en el capltulo precedente acerca
en el norte en ese tiempo. Si estaba allá, estaba
con ella y si estaba acá con la de acá. Entonces de la sexualidad y conyugalidad. Este joven
una vez que fui allá, vi que aquella me ponla los tampoco tenía esposa regular ni descendencia
cuernos. Ia de la ciudad... Entonces le vine acá reconocida. Informaba de que había sido soli-
a la del campo. Resultó que la del campo tam- citado en varias ocasiones por mujeres mayo-
bién, como era más mayor quería mandarme, res que é1. "La señora Norma" le habrla solici-
quería gobernarme... sí pues ella tenía en ese tado como amante y él se percibla acorralado
entonces... 28 [años] yyo tenla unos 18 o 19. por la voluntad de ésta y de otras mujeres, por
Ella era mayor que mí, pero yo no me dejaba cuya presión se habría sentido oblligado a esca-
gobernar y ella quería que yo hiciera lo que ella
par en ocasiones anteriores.
quisiera." (Giovanni, 32 años)
'A ella [sra. Norma] no le importa, yo puedo
Los testimonios de algunos hombres traer una mujer aquí, que a ella no le importa.
que han sido pareja coyuntural de mujeres ca- O sea, no sé, se aferran feísimo [sic]. O sea, si a
El cuerpo continente / 167

mí una mujer me viniera a decir:'no quiero es- que compartía también los favores sexuales de
tar contigo'... Yo, o sea, yo le dejo en libertad. su amante, Un elemento nuevo entraba en es-
En cambio a mí no, no me dejan, me acorralan cena, Ia actuación maléfica de una segunda
por aquí, por acá. Yo creo que la maldición de mujer en discordia.
mi mami con que soy el más feo..., algo pasa
üí. O sea, porque yo he tenido así Ia mayoría "Por ejemplo, lo que yo tengo en Ia pierna, que
de enamoradas. Me he querido abrir y he teni- dice que es... ¿cómo se llama eso? Eso, erisipe-
do que cambiarme de cuarto, para poderme sa- la. O sea, según los médicos ya estoy bien, todo,
lir. Y lo que más, o sea, mujeres ya mayores de pero a mí me duele la pierna. Igual se me sigue
edad, así, se enamoran a veces de uno y esas co- hinchando. Entonces yo digo, si es que fuera
sas." (Angel, 19 años) por el embarazo, se me hincharan [sic] las dos,
no la una. No me he ido [a sanar] pero sí pien-
En esta polifonía está también la voz de so ir... También eúste lo de la brujería, que ha
Norma. De ella también hablé en los dos capí- de haber oído. Entonces me quiero ir a ver de
tulos que preceden a éste. De Norma supe que eso. A ver si me han hecho algo. O sea, hacen
tenía dos hijas y un hijo cuyo padrino de bau- daño fmaleñcio], porque quieren. A veces por
tismo estaba siendo su propio amante. Como envidia... o sea, en este mundo habemos per-
ya se ha visto cuando traté sobre la institución sonas que nos vemos con estos problemas. Si
del compadrazgo, este caso ilustraba el incum- una persona viene que se ha hecho de un hom-
plimiento del tabú del intercurso sexual entre bre. .. porque yo he tenido ese problema con el
que es papá de este que estoy. Ha estado con
compadres-comadres. Norma estaba en avan-
una mujer que tiene su marido. Claro, de pron-
zado estado de gestación y postrada con un
to es ella." (Norma,34 años)
diagnóstico médico de erisipela cuando la co-
nocí. Por Angel supe que él era responsable ge- He observado que es común que la en-
nitor de la criatura que Norma esperaba y que fermedad sea explicada en base a una obra
hacía dos años que ella había interrumpido mágica encargada por alguien con intención
otro embarazo de é1. En su relato, Angel indi- de hacer mal. Esta acción, que es referida co-
caba: "...ella ya antes de éste se ha sacado uno múnmente como maleficio, suele evocar a las
mío. Ella se ha hecho, porque dice que yo no la mujeres como agentes principales. Según esto,
quería, que no le paraba bola..., ya va a hacer
pienso que la resolución de conflictos entre
dos años". Thmbién a través del relato del joven
mujeres, así como las subversiones ante la au-
Angel supe que había sido expulsado de su tra-
toridad masculina aparecen a menudo en el
bajo, como operario de una fábrica, por acudir
espacio que ocupan las expresiones mágicas.
a asistir a Norma en la provocación del aborto
Tiataré con mayor detalle de todo esto en el úl-
y en las complicaciones posteriores.
timo apartado de este capítulo, haciendo refe-
Sin embargo, en el relato de Norma el
rencia a la feminización de la figura del diablo,
progenitor no aparece identificado y tampoco
figura como conviviente, sino como eventual metáfora católica de lo maligno.
proveedor. Según su versión, en aquel mo- Hasta aquí he intentado argumentar
mento estaban "peleados", por lo que la rela- que la autoridad masculina en el orden fami-
ción era difusa. Norma interpretaba que su en- liar no es absoluta, sino que responde a reque-
fermedad habría sido debida a un maleficio rimientos estructurales que propician que el
encargado contra ella por una mujer casada marido-padre aparezca en posición central y
168 / Sistema Parri¿rcal

con influencia unívoca. Observando la prácti- gena y mestizo- cercano a la capital, ofrece da-
ca poligámica desde la inter-subjetividad pue- tos útiles para apreciar el tratamiento sexista
de apreciarse que estos hombres no ocupan desde el nacimiento. Este autor informa de
necesariamente las posiciones dominantes. A que el periodo de lactancia tiene una duración
continuación trataré las posiciones en que se promedio que oscila entre l8 meses y 3 años.
ubican las mujeres-madres en el orden fami- Sin embargo, en la zona se observa que a los
liar. Para ello voy a presentar las percepciones niños varones se les prolonga este periodo, lle-
en torno a la figura de la madre y a la materni- gando a ser por costumbre significativamente
dad como facultad bio-reproductiva en un más largo que el periodo de lactancia de que
contexto de mestizaje cultural. disfrutan las niñas. Esta costumbre se justifica
en algunos testimonios en base al futuro desa-
Cuerpo continente rrollo de los varones como Proveedores. Según
el relato de una partera recogido en el citado
Durante el trabajo de campo pude ob- estudio: "Entre los blancos, la costumbre es
servar un tratamiento sexista por parte de las dar de mamar a las hembritas hasta el año y
madres en la nutrición temPrana. Pienso que medio de edad, y a los varoncitos hasta los dos
ello puede tener implicaciones en un desarro- años. Esto es porque el varón tiene que traba-
llo afectivo diferencial, lo que explicaría en jar" (Estrella l99l: 76).
parte por qué la percepción de la figura de la A partir de los relatos de vida que reco-
madre nutricia varía según la subjetividad de gí puedo afirmar, aún a riesgo de generalizar,
hombres y mujeres. En definitiva creo que los que los hombres ven en la madre un referente
patrones sexistas -performativos del dimorfis- principalmente afectivo, mientras que las mu-
mo- que se aplican en la crianza de menores jeres piensan en sus madres como apoyo es-
desde el nacimiento, muestran los comienzos tructural. He visto que los hombres pueden
de una objetivación generizada. Entiendo que encontrar su realización en la medida en que
esta objetivación produce hombres y mujeres sus madres aprueban su contribución al grupo
a partir de lo que Fernandez (1993b), al res- y les tienen en cuenta para la toma de decisio-
pecto de la metáfora expresiva, denominaba nes. Por su parte, las mujeres pueden buscar su
pronombres incoados. realización en la autonomía, enfrentándose al
Como complemento al margen de mi poder de la influencia de sus madres. En este
observación de campo, me he apoyado en el sentido, entiendo que el ejercicio de la mater-
estudio de un médico y antropólogo local que nidad como facultad bio-reprodurctiva supone
se basa en la información recogida de mujeres Ia iniciación de las mujeres jóvenes, en tanto
y parteras acerca de lo que llama la "función que nuevos sujetos nodales dentro del grupo
maternal" (Estrella l99l). Si bien sus datos co- parental. Esto podría conducir a la muy asen-
rresponden a un contexto predominantemen- tada idea de que la maternidad biológica es
te indlgena andino, considero importante su profundamente deseada por las mujeres con
aportación etnográfica acerca de las prácticas anterioridad incluso a su madurez uterina.
culturales sobre embarazo, Parto y puerperio. En este sentido Marla Cuvi y Alexandra
El estudio de Eduardo Estrella (1991) acerca Martínez-Flores (1994), en su estudio sobre
de las imágenes culturales sobre maternidad y las relaciones de género en Ecuador, analizan
sexualidad en un contexto rural mixto -indí- distintas percepciones acerca de la maternidad
El cuerpo continente / 169

por parte de mujeres de los sectores populares nes ideológicas que subyacen a las nuevas tec-
y de clase media. Sus aportaciones son intere- nologías reproductivas argumenta que el de-
santes sobre todo por la aplicación del método seo o la necesidad de la realización de la pater-
de análisis multifactorial, a partir de relatos et- nidad por parte de los hombres puede condu-
nográñcos, y también por la recogida de mate- cir el supuesto deseo de las mujeres de pro-
rial acerca de la sociabilidad y la inter-subjeti- crear en las condiciones más agresivas contra
vidad en los espacios masculinos. No obstante, sus propios cuerpos.
veo que en su aniílisis no se cuestiona que la Según los relatos, los hombres conñgu-
maternidad biológica sea un factor identitario ran a la madre como un referente afectivo fun-
deseado por las propias mujeres (Cuvi y Mar- damental. En distintos testimonios se afirma
tínez-Flores, 1994). que ser hombre, en contraste con ser mujer,
Como parte de este cuestionamiento, he pasa por la facultad para "ayudar'l y "hacer res-
visto que las posturas de las mujeres ante su petar" a la madre y a las hermanas en todo
potencialidad como reproductoras biológicas momento. Un hombre, tenga o no descenden-
son multivocales y tan ambivalentes como los cia, si ha perdido a su referente materno o es-
vínculos afectivos con sus madres biológicas. tá lejos de las mujeres que lo representan, pue-
De acuerdo con Carmen Diez Mintegui en- de hacer ostentación de su pena y es objeto de
tiendo que existe un código cultural y moral condolencia. Puede ocurrir que cuando el ma-
que rige lo que debe ser, hacer y sentir una rido está contrariado a menudo beba licor con
mujer al respecto de Ia maternidad. otros hombres hasta la embriaguez y busque la
casa de su madre. Esto no aparece como algo
"...este código cultural y moral se elabora y
reprobable, sino que forma parte del compor-
reelabora permanentemente, nutriéndose tan-
to desde propuestas supuestamente científicas tamiento esperado.
como mítico-religiosas, elaboraciones discursi- Por otra parte, para las mujeres la rela-
vas que entretejen el imaginario y deben ser de- ción con su progenitora suele aparecer carga-
construidas y reconstruidas por cada mujer, sea da de conflictos. No obstante, ocurre también
madre o no, tratando de conjugar Io prescrito y que las hijas ponen su proyecto de vida en es-
lo deseable." (Diez Mintegui f 995: 83) pera mientras cuidan de la vejez de la madre,
por asignación, pero con la idea del deber
Este constructo ideológico sobre la fer-
cumplido. En varios de los relatos las mujeres
tilidad de las mujeres regula la maternidad dis- afirman: "mi mamá era bien grosera con noso-
criminando a quienes no la ejercen, y estigma- tras", o "yo creo que no me quería mi mamá".
tizando también a los hombres que no han A pesar de la expresión de estas percepciones
participado de la progenitura. Así, he observa- en cierto modo resentidas, las mujeres decla-
do que la fertilidad uterina aparece más desea- ran firmemente el apoyo recibido de sus ma-
da por los hombres que por las propias muje- dres y valoran mucho el trabajo de éstas como
res, en tanto que supone un rito de paso en su mantenedoras del grupo familiar.
acceso a la patria potestad, estatuto cuya san-
Quiero mostrar diferentes modos de
ción social y jurídica tiene importantes impli- percibir la ñgura de la madre, según lo cuen-
caciones en el orden jerárquico. En este senti- tan los hombres y mujeres que pude entrevis-
do, Stolcke (1987) analizando las construccio- tar. En primer lugar creo interesante ilustrar la
170 / Sistema Püflu¡rcal

autoridad materna con un relato que indica maba creer que su madre no le había querido
cómo la aprobación de la madre puede consti- y por ello nunca las relaciones entre ambas
tuir un elemento importante en la configura- fueron satisfactorias. Esta mujer evocaba la fi-
ción identitaria de un hombre joven. El autor gura de su madre como la de quien había da-
de este testimonio ha sido ya introducido ca- do la autorización para que ella fuera llevada
pítulos atrás. Para Angel, regresar a su lugar de de niña a la capital para trabajar en una casa
origen suponía una gran alegría. El goce de ser de servicio. Esta servidumbre a la que ella es-
nombrado y añorado por las mujeres del gru- taba sometida desde muy niña le proporciona-
po de su madre, así como la estima por parte ba a su madre una insignificante limosna. Ma-
de ésta le hacían sentirse alguien importante. ritza relataba con cierto resentimiento que
Este joven aludía a la autoridad de su madre cuando su madre iba a recoger periódicamen-
sobre su vida en todos los episodios de su rela- te esta "caridad" a casa de sus "patrones", no
to. Parecía que su existencia estuviera subordi- atendía sus lamentos de que estaba sufriendo
nada al bienestar de la figura de su madre y maltrato y humillación . Maritza argumentaba
que su conducta precisara de la aprobación que nunca vivió con su madre porque tal vez
por parte de Ia autoridad materna. Su madre le ésta no la quiso tener. Hasta que fue llevada a
otorgaba además el poder de intervención con servir a Quito vivió con su abuela paterna, del
el que adquiría el prestigio en el grupo. mismo modo que sus hermanas.

'Allá [su pueblo] es bonito, tres veces mejor "No vivía con mi mamá, porque... no sé, pare-
que acá. Uno llega, ya las vecinas lo reciben, Ias ce que ella no ha querido tenerme. Yo vivla con
tlas, las abuelas:'ha venido mi niño, o mi nieto', mis otras hermanas. Como le habían quita-
¿no? Lo llarnan para todos los lados (...). Por do... tal vez me imagino que de eso y de ver
ejemplo, yo en mi casa, yo soy importante. Mi que yo era mujer, ¿no? O sea, mi papi es hijo
mami:'mi-hijo, ¿qué vamos a hacer?'. O sea, me único de mi abueüta, no tiene hermanos de
siento orgulloso [siendo hombre], que pasa al- ningún otro lado. Entonces, como yo nací mu-
gún problema con mi hermana, irla a defender. jer mi abuelita me adoraba, era la vida para ella
Es diffcil que pierda el pleito por un caso de yo. Siempre se preocupó de mí, pero mi mami
esos,porque me siento ese orgullo, saco fuerzas no, yo creo que mucho no me quería. Hasta
de donde no hay. O que alguien de mi familia ahora nos echamos los trastos, (Maritzz, 37
no pueda, llegue yo y le defienda, ahí me sien- años)
to bien". (Angel, 19 años)
Para Milagros la relación con su madre
"Su madre a veces ni cuenta y vd. está dan-
se da se tornó insostenible cuando ésta alcanzaba la
do mismo la vida. Me han hecho linchar. me edad reproductiva. Con objeto de interrumpir
han seguido. Yo he tenido que esconderme a ve-
la convivencia con ella y de iniciar una vida se-
ces ocho, diez días en elmonte, porque me han
parada de su influencia, Milagros intentó sin
ido Uno tiene historia. La verdad es
es a matar.
éxito dedicarse al servicio sexual y enseguida
que, señorita, yo diría, ¿no?, en este caso... es
duro con uno, o sea la vida." (Angel, 19 años)
inició una vida marital como segunda opción.
Esta mujer recuerda a su madre en aquellos
De forma muy diferente, la imagen de años con aspereza y su memoria evoca una va-
esta misma madre para Maritza -hermana de loración no exenta de ambivalencias. En este
Angel- no pasaba por lo afectivo. Maritza afir- caso, pude ver que tomar la decisión de convi-
ll cuerpo conünente / 171

vir maritalmente formaba parte de una libera- mandó a llamar mi mamá, pero de todas ma-
ción de la presión ejercida por la autoridad neras no quise saber nada yo ya de é1. Nada de
materna. Sin embargo, enseguida aparecería el nada, yo ya seguía trabajando hasta cuando ha-
reconocimiento de la madre como apoyo y re- bían sido tres años. Ya después él quiso quitar-
me a Ia niña. Me obligó. Me obligó a ir con é1.
fuerzo. Años más tarde y después de una con-
EI ya me dijo que ya cambiaría, que se va a po¡-
vivencia marital nada satisfactoria, Milagros
tar bien. Pero de todas maneras, bien grosero
decide volver con su madre quien resulta ser
era." (Milagros, 45 años)
para ella un refugio frente a la autoridad coer-
citiva de su marido. Este tipo de conflicto con la madre a la
hora de encontrar la primera pareja aparece
"Claro, uno por guambra [muchacha], ¿no?, se
también en el relato de Gloria. Ella decidió irse
dice, bueno yo me caso, qué padre ni qué nada.
a convivir con un hombre tras la desaproba-
A uno cuando ya se Ie mete en Ia cabeza y no se
ve nada. Pero yo, lo primero era mi madre. Ve- ción de su madre. Afirma en su relato: "Si yo no
rá, yo cuando ya me salí de la casa, mi madre le quería a ese señor, sino que mami me habló
no quería que me casara. Mi madre me aborre- feo, entonces yo me fui con é1, resentida de mi
ció, me mandaba sacando de la casa. De ver eso casa". El hombre con quien Gloria salió de casa
yo me salí de la casa. Caro que me hacía feo de su madre fue progenitor de su primer hijo.
abandonar la casa, pero qué más me tocaba. Apenas convivió con é1, puesto que tras com-
Entonces, yo de verme así, yo iba a tomar un probar que estaba unido a otra mujer con cria-
camino que no era de meterme ¿no? Pero des- turas tomó la resolución de emigrar antes de
pués me puse a pensar, este camino para mí no
dar a luz. Sin embargo, Gloria dice haber con-
es. O sea, yo me iba a hacer mujer de la vida. ..,
tado siempre con su madre como defensa ante
era que tenía un despecho yo. Me daba ganas
aquel acompañante y ante las posteriores con-
de cometer algo, pero después me ponía a pen-
sar y no. Me metí a una casa a trabajar. Porque
tingencias con su actual compañero y marido.
no tenía cariño ni de madre, peor de padre... Basándome en los datos, veo que la au-
Por mi mamá el despecho, hu¡ era muy grose- toridad materna provoca una relación dialéc-
ra. nos trataba... como a una basura nos trata- tica entre madres e hijas, que no aparece en la
ba." (Milagros, 45 años) relación con los hijos varones. Entiendo que
esto no ocurre con los varones porque ellos no
"Dos años le dejé botando (a su marido). EI se
resultan ser nuevos sujetos nodales en la es-
fue a lo que era de é1. Yo me fui donde mi ma-
tructura parental. De cualquier forma y a pe-
má, como ya tenía la niña, simplemente yo le
sar de las ambivalencias mostradas en las rela-
dejaba la niña con mi madre y yo me iba a tra-
bajar. De puertas para adentro en una casa ciones entre mujeres unidas por lazos de con-
grande. O sea, a los dos años vinieron con los sanguinidad, pienso que el apoyo y la solidari-
papás fde él]. Yo no quería saber nada de é1, es- dad entre ellas resulta fundamental durante
taba bien desobligada, porque era bien malo é1. todo el ciclo vital.
No sabía ni en dónde andaba yo, porque ya yo
me llevé a mi chiquita conmigo. Yo no salía pa- Fertilidad, fecundidad y facultad bio -reproduc-
ra nada, para nada (sic), y como la señora ya sa- tiva
bía, yo no salía para que él no me encuentre. De
ahí le habían convencido a mi mamá que no, En el contexto del barrio las valoracio-
que debo de casarme con é1... Entonces ya me nes en torno al control d,e la fertilidad son dis-
172 / Sistema P^tt'l¿rcoJ

pares. En el discurso puede aparecer la fertili- zación uterina por vía quirúrgica-
dad como don divino. Así, "los hijos los da Sobre algunas maneras tradicionales en
Dios" ¡ puesto que son una bendición, Ias que las mujeres aborígenes han controlado su
criaturas son siempre bienvenidas. Esta visión, fertilidad encontré también datos en Estrella
que encuentra sentido en el contexto rural en (1991). Según este estudio, en el área rural pró-
que la descendencia puede significar bendi- xima a Quito, se recogen relatos de mujeres y
ción en tanto que fuerza de trabajo para el parteras que en la actualidad informan sobre
grupo, coexiste con una visión urbana en que este particular. Las mujeres estarían usando con
se valora el control de la fertilidad como ma- este propósito diferentes plantas e infusiones,
nejo eficiente de los escasos recursos. además de otros elementos m¡ís recientes como
Veo pertinente hacer un inciso para ha- el jabón de tocador. Me parece destacable que
blar de las trayectorias de la fecundidad, en según los relatos que se citan en este estudio, las
tanto que concePto socio-estadístico, y más parteras Blanco-mestizas desconocen gran par-
concretamente del modo en que las políticas te de los métodos usados tradicionalmente en el
demográficas en el Ecuador han intervenido contexto rural indígena. Durante mi trabajo de
en los cuerpos de las mujeres. Parto de la base campo no me llegó referencia alguna a este tipo
de que las culturas han regulado los nacimien- de prácticas entre las mujeres que conocl. Me
tos y las mujeres han ejercido el control de sus pareció ciertamente curioso que mujeres Ne-
úteros en la medida de sus posibilidades en to- gras y Blanco-mestizas que se habían criado en
dos los tiempos de la historia. No obstante, en la sierra norte -donde la influencia indígena an-
el contexto que me ocupa, el control de la fer- dina es predominante- no mostraran familiari-
tilidad en las ultimas décadas ha supuesto una dad con estas prácticas aborlgenes tan vigentes.
clara intervención externa a través de las poll- Por otra parte, no puedo afirmar que las muje-
ticas natalistas impuestas por las relaciones res de ascendencia africana hayan conservado
Norte-Sur. en la memoria los métodos de control utiliza-
Según he podido averiguar, la interven- dos por las abuelas de sus abuelas durante los
ción exterior ha influido de modo determi- tiempos duros del régimen esclavista86.
nante en las conductas reproductivas de mu-
"A las naturales que no quieren tener criaturas,
chas de las mujeres, sobre todo en el contexto
les he preguntado por qué no tienen guaguas
urbano. Creo importante hacer constar que el
lcriaturas]. 'Sabes mamita -me han dicho-, el
control natalista se ha focalizado casi exclusiva- rato que di a luz, me dieron un pilche de agua
mente en la regulación del cuerpo de las muje- de jabón de rosas, para no tener guaguas, eso es
res, obviando la corresponsabilidad de los varo- Io que hemos tomado'. ( . . . ) También Ias natu-
nes en el proceso bio-reproductivo. He visto rales acostumbran a llevar un pan de jabón de
que los métodos tradicionales para la regula- rosas en el seno, yo no sé qué tenga. Al menos
Ias longas [jóvenes indias] solteras, todas tie-
ción de los nacimientos, ya sea para la evitación
nen un jabón de rosas, por si acaso les pasa al-
de embarazos, para la interrupción de los mis-
go y no quedarse encinta [sic]." (Relato de una
mos, así como para su eliminación Post-parto,
partera, en Estrella l99l: l13)
se han unido a los métodos farmaco-quirurgi-
cos rriás recientes. Entre estos métodos llegados Durante mi estancia en el país, las refe-
de la intervención exterior, cabe destacar la me- rencias al control de la fertilidad por parte de
dicalización del aborto provocado y la esterili- las mujeres que conocl aludían al uso de méto-
El cuerpo continente / 173

dos modernos como los anovulatorios orales, los últimos 30 años, sobre la incidencia de la
la "T de cobre" o dispositivo intra-uterino, el esterilización como método y sobre el perfil de
aborto provocado y sobre todo a la ligadura las mujeres esterilizadas según grupos de edad,
tubárica. Sobre este último método debo decir pertenencia a contexto rural o urbano y regio-
que me sorprendía encontrar en la cotidiani- nes de sierra o costa,
dad alusiones tan recurrentes al respecto. Era He visto algunos datos relevantes en el
común que durante una conversación, una citado estudio. En 1979 la mitad de las muje-
mujer preguntara a otra sobre si se había "liga- res de contexto urbano entrevistadas usaban
do" o no, si lo pensaba hacer, o bien podía co- métodos anticonceptivos. Según la encuesta de
mentar que ella ya había pasado por la opera- 1989 una de cada cinco mujeres que usaban
ción. Me sorprendió encontrar que una gran "algún método", con edades comprendidas en-
mayoría de las mujeres con las que me relacio- tre 15 y 49, se habían esterilizado, Esta cifra
naba profesionalmente habían sido esteriliza- duplicaba el mismo indicador registrado diez
das. En el barrio, el tema formaba parte tam- años antes. Según esto, la aplicación de la este-
bién de las interacciones cotidianas. En cierta rilización como método de regulación de la fe-
ocasión, una mujer joven llegó a la casa para cundidad duplicó su influencia en los años 80.
comprar algo en el almacén de mi anfitriona. Como consecuencia, la tasa de fecundidad dis-
Emiliana le saludó haciéndole una observa- minuyó sobre lo esperado.
ción sobre su estado, a lo que Ia mujer respon- Los datos más tempranos de este estu-
dió que efectivamente estaba embarazada. En- dio de CEPAR se ubican en 1964. No he en-
tonces Emiliana añadió una valoración en que contrado información certera sobre si el méto-
daba por sentada la esterilización de la joven do de ligadura tubárica había sido introducido
una vez de que hubiera tenido niño y niRa. con anterioridad a ese año en el país. El estu-
Emiliana:-"Ya le iba a tener un mal pensamien- dio abunda en que del total de mujeres esteri-
to..." lizadas, casi la mitad (un 44o/o) no habían uti-
foven-"Que estoy embarazada, claro que así es, lizado ningún otro método moderno con an-
de seis meses estoy ahora." terioridad. Este porcentaje sería más alto entre
Emiliana-"Qué bueno, vea, ahorita recién que mujeres del área rural y entre mujeres con me-
la noto gordita. Bueno, de ahí le viene Ia mujer- nor instrucción,
citay ya se pone el tapón..." (Conversación ca- A pesar de que la ligadura tubárica esta-
sual entre Emiliana y una ioven. Diario de ba siendo un método muy recurrente, el estu-
Campo)
dio citado indica que la prevalencia de este
Sobre la esterilización y los métodos método sobre otros inició su descenso poco
farmaco-quirúrgicos, he tenido en cuenta un antes de 1975 y más acusadamente desde ese
estudio sobre fecundidad que con interés de- año hasta 1989. El estudio argumenta que ello
mográfico fue realizado por el Centro de Pla- fue debido al creciente conocimiento y uso de
nificación y Paternidad Responsable de la ca- métodos reversibles por parte de las mujeres.
pital. El estudio enfoca el impacto de la esteri- A este respecto, me permito inferir que podían
lización femenina en la fecundidad desde el existir otras razones para que la esterilización
método socio-estadístico (CEPAR 1992a)tt. fuera decayendo en la práctica. Pienso que las
Algunos de sus resultados informan sobre el políticas de control natalista habían constata-
descenso en el nivel de fecundidad del país en do cambios satisfactorios, habida cuenta de los
174 / Sistema Patriarcal

resultados ya obtenidos. Por otra parte, en- "Yo a mi mujer Ia quiero, pero cuando me re-
tiendo que la presión del enfoque de género en cuerdo que se ha muerto mi hija... Yo tengo
el desarrollo después de la Conferencia de la ahorita un hijito de ella que lo tiene mi mamá,
ONU de 1975 y durante el "Decenio para la mi mamá estaba enferma y me lo traje acá pa.
mujeres" (1975-1985) tuvo también algo que ra llevarlo [a tratar]. Sí, mi mujer ella tuvo un
pasado y tiene un hijito muy bonito... Ella
ver sobre este particular.
quedó muy niña embarazada, entonces la ma-
Volviendo nuevamente a las valoracio-
má no quería hacerse cargo de ella. De todas las
nes acerca de la maternidad biológica recogi- maneras, mire, no me llena el r¡acío." (Giovan-
das en los relatos, he visto que en la práctica ni,32 años)
son mayoría los hombres que aparecen intere-
sados en que sus esposas o compañeras hagan También Antonio es un hombre joven,
uso de su facultad reproductiva. Dicho de otro que como Giovanni se duele de no haber visto
modo, es como si los hombres mostraran ma- realizada su paternidad. Antonio tuvo un di-
yor interés en materializar la progenie que las vorcio interracial yjustificaba que no tuvieron
mujeres. Sobre ello informan de manera más hijos porque tenían un proyecto común de
explícita los relatos de Emiliana, que se vieron "superarse" antes de iniciar una familia. No
en el capltulo relativo a la conyugalidad, así obstante, él consideraba que tal vez si hubieran
como en los de Orestes, Giovanni, Antonio, tenido criaturas la separación no se habría
Milagros y Gloria. Orestes entendía como una producido. En cierta ocasión, me comentó que
gran suerte el haber encontrado como esposa estaba resentido porque supo a posteriori que
a una mujer tan prolífica en su sentido más es- su mujer había estado controlando su fertili-
tricto. Esta mujer, su esposa, era ampliamente dad con un dispositivo intra-uterino, sin ha-
valorada como criadora en un contexto rural berle hecho partícipe de la decisión. Su postu-
de la costa de Esmeraldas de los años 50. ra se mostraba ambivalente ante la convenien-
cia de tener criaturas de inmediato, por cuan-
"Antes de con ésta yo no he tenido más hijos.
to valoraba el lograr previamente una posición
Tuve otra mujer, que estuve como unos dos
mejor. Por otra parte, me pareció interesante
años con esa otra mujer pero... Y no tuve un
que su relato mostraba asociaciones claras en-
hijo con otra mujer. Busqué esa mujercita, co-
ger y pru-pru-pru, 14 hijos. Sl, esa es la mujer
tre progenie efectiva y potencia sexual mascu-
propia... somos hasta casados. Con el cura ca- lina. Según ello, tener criaturas significaría un
sados." (Orestes, 59 años) reconocimiento social de la potencia sexual. El
testimonio de Antonio daba cuenta también
Más cercana en el tiempo es la evoca- de sus temores porque el entorno le culpabili-
ción de Giovanni sobre su mujer, quien vive zara de inhábil por no haber desarrollado la
también en el entorno rural de la costa. Este paternidad.
hombre se dolía de haber perdido la única
"No, no he tenido hijos. Thl vez, cada cual tiene
criatura de la que había sido progenitor y al
su opinión. Al casarme yo con ella... tuvimos
parecer ello determinaba el aprecio por su
una meta, tener primero algo donde establecer-
mujer. Decía que tener la custodia del niño de
nos, un año o dos años. Thl vez, si hubiéramos
su mujer no le aliviaba del vacío por la muer-
tenido desde un principio, nos hubiera unido
te de quien fuera su única hija. más, no hubiera habido una razón para sepa-
rarnos (. . . ). Habrá gente que piensa que me he
El cuerpo conünente / 175

divorciado por eso, pero yo tengo la conciencia do últimamente de sus responsabilidades co-
tranquila. Se piensan que yo he tenido la culpa, mo padre. Ella dejó de tomar las pastillas pen-
que no he tenido fiterza para satisfacerle. Eso es sando que su marido no iba a volver al hogar y
algo absurdo, porque hay que prepararse para se dispuso a no admitirle de nuevo. Este volvió
tener los hijos, para darles estudios..." (Anto- y según su relato, la sedujo con engaño. Ella
nio,32 años)
había aceptado copular con él a condición de
Milagros tuvo varios partos pero sólo que hiciera uso de métodos de barrera. Gloria
una hija sobrevivió. En su relato mostraba que afirmaba que él había roto intencionalmente
su marido no podía culparle por ello, pero sin los preservativos y así quedó embarazada de su
embargo afirmaba que él no dejaba de mos- quinta criatura en contra de su voluntad. Ella,
trarse violento con ella. Por otra parte, esta muy ofendida, le espetó que iba a interrumpir
mujer valoraba que en el caso de su hija con su el embarazo, porque no quería más criaturas.
yerno, la llegada de una criatura pudo haber El le rogó que no lo hiciera. Entiendo que fi-
favorecido que disminuyera la conflictividad nalmente el que su embarazo prosperara iba a
dentro de la relación de la joven pareja. formar parte de una negociación por la cual su
marido habla logrado ser nuevamente admiti-
"Cuando no se tiene hijos, ahí vienen los pro- do en casa de manera cautelar.
blemas. Era en el caso de mi hija mismo. Tuvie-
ron el primer niño pero se les murió. Por eso "Y viene el bandido [su marido], se mete ya aquí
me parece a mí que pataleaban de más tam- ¡y de ahí me convence! Yo también bien tonta.
bién, por los hijos, que no... ella no quería te- Digo: bueno, no ha de pasar así por una vez...
ner. Porque él [su yerno], como Ie digo, era bas- Bien tonta. Total que el bandido... Ie digo yo: si
tante grosero y Ie estropeaba. No quería tener, compras preservativos muy bien. Total que trae
se cuidaba. Entonces Iuego Ie digo: vale que los preservativos y ¡ya él les había es roto! [sic].
tengas ya un hijo, para ver si así él cambia. Pa- Eso, por eso es que nació esta guaguita. Yo esta-
ra qué le voy a deci¡ le vino el niño... total- ba en la fírbrica y me sentía mal, pues claro que
mente él cambió. Porque vd. sabe que un hogar quedé encinta. ¡Hu¡ yo ya me fregué!, ahí ya nos
vacío no hay nada, silencio en Ia casa (. . .) Tu- peleamos. Yo le boté vuelta [e echó de Ia casa],
ve una niña, pero de todas maneras él [su ma- al mes de estar lembarazada] de ella, diciendo
ridol no cambiaba. Tuve cinco yo, pero me vi- que me voy a sacar que ya no quería más hijos.
vió una nomás. De chiquitos, de una semana, Y é1, hecho el mojigato se quedó asímismo has-
dos días nomás... así. Ella la primera. No podía ta ahora que ya, bueno, que según él se ha com-
culparme é1, porque... el útero dice que tenía puesto. Pero yo no le hago caso en el sentido que
muy débil, entonces, todo lo que yo comla no él va a cambiar. No, yo sé que algo se tiene guar-
me hacía. Me nacían muy delgaditos. Unita no- dado, ¿no? Digo, por los hijos todo se puede
más se me crió.." (Milagros,45 años) aguantar, ¿no? Definitivamente por último aho-
ra sí ya aceptó de que me cuide (. . . ) Y eso yo me
La hija de Milagros era una mujer que cuido hasta donde sea. Porque con ella [tercera
"se cuidaba", controlaba su fertilidad como la hija] yo me cuidé cuatro años. Sino que por este
ex-mujer de Antonio, como Gloria y como Benancio que me hace unos trucos... Le digo:
otras muchas mujeres jóvenes. Gloria me con- 'ahora sí que nos peleamos pero yo me quedo
tó que había usado anovulatorios orales con cuidando hasta no ver definitivamente que te
independencia de la opinión de su marido, vayas'. Dice:'pero yo ¿cómo me voy a ir? ya me

quien por otra parte parecía haberse descuida- la hiciste buena', dice..." (Gloria, 3l años)
176 / Sistema Púfjt^rcal

En definitiva, según el análisis de la in- decir, ejercer como tal, puede suponer para es-
formación que pude recoger, pienso que la tas mujeres una posición de prestigio. Para de-
afirmación de que la maternidad es factor in- sempeñar este rol o función maternal, lo que
herente en la constitución de la identidad de Garcilaso ( 1996) en su crónica llamaba "el ofi-
Ias mujeres de los sectores populares, necesita cio de madre", estas mujeres han sido tradicio-
ser revisada. En primer lugar veo preciso sepa- nalmente adiestradas. En los casos en que las
rar el significado de la maternidad, en tanto mujeres afirmaban haber sido raptadas, vendi-
que ejercicio de la facultad bio-reproductiva, das o entregadas desde niñas para trabajar en
de su significado asociado a la tutela, el lide- el servicio doméstico, se observa una tenden-
razgo y la representación política en extenso. cia a valorar positivamente el hecho de que
Sobre la primera acepción he visto que la fer- gracias a ello habían aprendido las tareas rela-
tilidad de las mujeres no responde a contin- tivas a la crianza de menores muy temprano y
gencia natural alguna, sino que es producto de de forma muy eficiente.
regulaciones estructurales y de relaciones de
poder en que la idea de la paternidad coaccio- Simbólica sobre el diablo,lamujeryla madre
na de manera poderosa. Sobre la segunda
Durante mi observación sobre el terre-
acepción, entiendo que la figura de la madre
no me pareció relevante atender la informa-
tiene una autoridad conferida para la interlo-
ción que expresaba el modo en que las perso-
cución polltica y para la toma de decisiones.
nas perciben los conflictos, los contratiempos
Como reverso de esta argumentación, he visto
y lo que resulta irregular en el transcurso de la
que no se entiende que una mujer ocupe esta
vida. Pude ver en los relatos recogidos que era
posición políticamente estratégica si no es
común atribuir una enfermedad, una muerte
conceptualizada como madre. De igual mane-
ra, pienso que no es inteligible Pensar en un
o una catástrofe al infortunio provocado por
hombre como gestor y como líder, si no es des- una acción maléfica intencional. Me interesa-
ba desvelar quiénes eran las personas a las que
de su posición como padre. Considero intere-
se les atribuía la acción de hacer maleficio so-
sante problematizar que los significantes de
mujer y varón han sido ocupados por los sig- bre otras y en qué situaciones eran rePresenta-
nificados de madre y padre respectivamente. das estas pretendidas acciones. En un nivel de
Aquí veo nuevamente la poderosa influencia análisis simbólico pude ver la asociación entre
del discurso sobre derecho Paterno, la familia la idea de lo maligno y la sexualidad desorde-
y la norma heterosexual. nada. La expresión mítica de este mal está la fi-
He observado que las percepciones de gura del diablo, que se representa a través de
hombres y mujeres acerca de la maternidad los cuerpos de la mujer y de la madre'
biológica son contradictorias' por cuanto ello Según los relatos, he observado que son
implica el ejercicio de la paternidad por parte mujeres las que habitualmente resultan sospe-
de ellos y el control autónomo de la sexualidad chosas de haber encargado un rnaleficio con-
por parte de ellas. Tal como lo he visto expre- tra el bienestar de otras mujeres o de sus gru-
sado en su contexto, la madre o figura mater- pos, Las mujeres aparecerían entonces como
na está personificada en una mujer que ha- protagonistas en las competencias del mal'
biendo parido o nó, ha ejercido la crianza o tu- Quienes emiten los relatos son siempre las su-
tela de menores. Ser madre, o mejor debería puestas vlctimas del daño hecho por el malefi-
El cuerpo continente / 177

cio. En los relatos se explica que alguien que ces pude ir hilvanando una narración sobre el
tiene envidia, por la razón que sea, encarga un caso. Emiliana me iba informando con preo-
arte o trabajo con propósito de hacer mal y cupación sobre el estado de su hermana y al
provocar la desgracia. Se supone que existen mismo tiempo me proporcionaba datos al res-
personas que se dedican a hacer este tipo de pecto de la muerte de su sobrina Tatiana.
encargos, tanto para provocar la contamina- EI episodio de la muerte de Thtiana me
ción o el mal, como para sanar o preparar la pareció muy relevante por cuanto fue un he-
"limpia" en contra de un maleficio. Debo decir cho atribuido a la acción de otra mujer que es-
que no tuve acceso a ningún testimonio de al- taría compitiendo con la difunta por la com-
guien que admitiera realizar los rituales pro- pañía de un hombre. Pude saber que Tátiana
pios de las artes para provocar el mal. había muerto con un diagnóstico médico de
He visto que los elementos simbólicos envenenamiento por ingestión tóxica. Clau-
de ciertos rituales y apariciones míticas reve- dia, madre de esta joven y hermana de Emilia-
lan que la autoridad masculina es puesta en na, había decidido pedir que se abriera una in-
cuestión. En ocasiones, los hombres aparecen vestigación policial sobre este asunto. Claudia
objetualizados y carentes de autonomía. Se- tenía sospechas de que en la muerte de su jo-
rían las mujeres quienes a través del ritual lle- ven hija se hallaba implicada la anterior com-
garlan al control de sus cuerpos y de sus con- pañera del hombre que había sido conviviente
ductas. Ellas son citadas compitiendo por sus de la difunta. Según su propia versión, un tra-
respectivos dominios, y se entiende que su au- bajo de hechicería encargado por la tal mujer
toridad sólo puede ser franqueada por un arte habría sido representado por un ritual que,
maléfico. Un tipo de maleficio recurrente que realizado por el hombre sobre un espejo de la
aparece en los testimonios corresponde a la casa, habría desencadenado la tragedia que
disputa entre dos mujeres por la compañía de acabó con la vida de Tatiana.
un marido o amante. En la representación de Como digo, durante mi estancia me
esta dialéctica los hombres son como fichas en fueron llegando diversas reconstrucciones de
juego, como objetos manipulados por las mu- aquel episodio dramático. Emiliana hablaba
jeres que los solicitan. de un suicidio como posible causa de la muer-
Un caso de este tipo es el que me relata- te de su ahijada. La joven habría ingerido un
ron acerca de la muerte de una joven que ha- material pirotécnico altamente tóxico al ente-
bía sido ahijada y sobrina de Emiliana, la mu- rarse de que el hombre con el que había inicia-
jer que me tenía como huésped. Esta joven de do convivencia tenía esposa y familia en otro
19 años habla muerto medio año antes de mi lugar.
llegada al barrio y el hecho estaba siendo aún
investigado por la vía policial. Supe del parti- "Vea, disculpará que tengo que salir a ver, que
cular porque durante mi estancia la hermana tengo una hermana que la hija dizque se estaba
de Emiliana, madre de la difunta, estaba recla- comprometiendo con un hombre que ya había
sido casado y del disgusto, Ia guambra [mucha-
mando de sus cuidados por estar sufriendo un
cha] se come unos diablillos [petardos] y se
supuesto trastorno traumático por la muerte
mata. Ahora mi hermana dice que su hija no se
repentina de su hija. Esta situación implicaba
ha muerto de los diablillos y que ella misma se
la tranquilidad de su hijo Nicolás y también de
quiere matar mismo. ¡Ay diosito!'l (Emiliana,
su primo Antonio. A través de unas y otras vo- en Diario de Campo)
178 / Sistema Patriarcal

Cuando Emiliana me informó de esto, nio podía ser combatido por la hechicería. So-
después de atender una llamada telefónica de bre Angel he hablado anteriormente y de mo-
su hermana, salió en auxilio de ésta y yo per- do particular al respecto de la autoridad que
manecí en la casa con su hijo Nicolás, de nue- en su testimonio le otorgaba a snr madre. Este
ve años, quien me iba a dar enseguida su ver- joven decía que su madre no podla hacer fren-
sión del asunto. Nicolás me dijo, sin que yo te a la mala conducta de su padnastro porque
preguntara, que su prima difunta tenla unos sus resentimientos estaban apagados por la
19 años cuando murió, que se había graduado brujería. Ello implicaba que en circunstancias
en el colegio de secundaria y que estando em- normales, sin acción maléfica, su madre tal vez
barazad.a se comió 56 "diablillos", por cuya to- se habría enfrentado a las agresiones de su
xicidad había muerto días mas tarde. A la ho- conviviente o al menos las podía haber repeli-
ra del almuerzo llegaba Antonio, primo her- do, impidiendo así ser sometida.
mano de Emiliana, y comentó también el caso.
"Por la hechicería, la brujería. El Isu padrastro]
En su versión aparecía la presión de la familia
le ha hecho a mi mami. Eso le hacen, por ejem-
de Ia difunta como determinante de la acción
plo, con su nombre y apellido, con unos cal-
previa a la muerte que, según é1, habría sido un
zoncillos, una fotografta. Eso le hace é1. Ahí ya
suicidio. es diffcil que ella busque. El puede hacer el
"La Tatiana... que se suicidó. Por ejemplo eso, amor delante de ella, pero ella no se da cuenta.
Bueno, sí, la ve ¿no?, pero o sea, no le pone
yo por más que respeto a Ia familia... ella, que
atención, los resentimientos están apagados."
había entrado en compromiso con un hombre
(Angel, 19 años)
que ya había sido comprometido, pero ya esta-
ba aparte. Yo creo que nos hemos de respetar
También Elena mencionaba que su sue-
unos con otros. Bien que los papás le hubieran
gra y sus cuñadas estarían apoyando a su ma-
dicho que se cuidara por si luego se diera algún
problema, perc ya estando esperando un gua- rido en la empresa de hacer maleficio contra
gua... hasta dizque tiene que abortar si nó, no ella, con objeto de desestabilizar la relación
entraba en la casa, estando como estaba encin- conyugal. Esta sería larazón de que su marido
ta de cuatro meses y claro... parece que ella de fuera tan agresivo con ella. Se entiende que en
la desesperación se suicida." (Antonio, en Dia- condiciones normales ella podría evitar este
rio de Campo) sometimiento. Por causa de este maleficio ella
no podía defenderse de las agresiones de él y
Según las distintas voces, había tres su-
por lo mismo su hogar no conocía progreso.
puestos para la muerte de Thtiana: suicidio,
En su relato, esta mujer se percibe superior en
muerte accidental por intento de aborto y
desarrollo intelectual y en honestidad a su ma-
muerte provocada por obra de un maleficio
rido. Esto lo afirmaba literalmente evocando
encargado por una mujer que competía por el
una escena en que hizo uso de la furia para res-
hombre conviviente. Me interesa destacar que
ponderle. Ella le previno entonces a su mari-
el tercer supuesto era considerado tan verosí-
do: "¡yo soy mala!". Con ello esta mujer estaría
mil como el resto.
reivindicando el ejercicio de la malignidad co-
He visto que la interpretación de los he-
mo vía de lucha en el conflicto.
chos en otros casos operaba de modo pareci-
do. En el relato de Angel se mostraba que el "Nunca pensé que me iba a fallar así. Incluso,
poder de una mujer y la acción sobre su domi- sabía salir en paz de aquí de Ia casa, pero yo no
El cuerpo co¡tinente / 179

sé qué le ponían en el trago, o qué polvos lleva- interpreta como el resultado de un arte malig-
ban para que él se tome con el licor, para venir no que opera dentro de la extensa influencia
con los ojos incendiados, rojos, digamos, ya en- atribuida al poder y al dominio de las mujeres-
demoniado. Porque incluso Ie caí aquí. Vino madres. A continuación voy a tratar cómo las
una noche, que había sido poco tiempo de que
fuerzas malignas, en ocasiones identificadas
me había casado, entonces vino a la madruga-
con la imagen católica del demonio se mate-
da y me dio pique. Vino a buscar pelea, claro,
porque yo ni siquiera le reclamo. Nunca le he
rializan en cuerpos de mujer y cuáles son los
reclamado, ni porque toma, ni porque nada. significados que se expresan en estas represen-
Pero, salió de aquí, a tomar otras copas más y taciones,
no sé qué polvos se tomó, porque ya vino más
enfurecido. Y ahl sí, me paré y me he parado to- Brujas que vuelan y sacan Ia virtud
da Ia vida. Me paré con un pico en la arena:
'¿que tú vayas a ser más inteligente que mí,..? Debo decir que para saber sobre las
Yo te puedo estar sacando el aire aquí, no me brujas tuve que preguntar por ellas. Por tanto
provoques, yo soy mala88'. Yo siempre tengo de la información me llegó previa petición y no
decirle:'yo soy mala'. Y no es que soy mala, si- recogí alusión alguna que tuviera como con-
no es que si me provocan ya no se puede texto el barrio de Silanes. Los relatos apunta-
aguantar más. Y yo he sido tolerante, le he ban a la actuación de las brujas en los entornos
aguantado que me saque los dientes, que me
rurales de origen, especialmente en la zona de
haga... lo que él ha querido ha hecho conmigo,
Esmeraldas. He evitado tratar las acusaciones
pero siempre en base a los maleficios. Siempre
en base a eso. Porque así nomás no hubiera po-
o los trabajos de hechicería, así como las figu-
dido hacerlo." (Elena,44 años) ras conocidas como "brujos" o autoridades en
las artes de la curación. He focalizado el aniíli-
En el caso de Caridad, habría sido la sis en la imagen de La Bruja, una de las diver-
hermana del progenitor de su segunda criatu- sas versiones míticas que configuran la visión
ra la responsable del maleficio. La supuesta cosmológica de la tradición afro-ecuatoriana
culpable habría intervenido mediante hechice- que habita Ia tierra de Esmeraldas.
ría para que él la abandonara para casarse con La Bruja es un mito cuya imagen está
una mujer Blanca. También Gloria contaba llena de complejidad. En los relatos aparece
que, en una ocasión, su marido había seguido nombrada en singular, se construye con enti-
ciertas instrucciones sobre un ritual que pro- dad de mujer y suele materializarse en la fiso-
ducía en ella un atenuamiento de la furia que nomía de un ave nocturna. La Bruja aparece
le provocaba la mala conducta por parte de é1. como figura única aunque también se habla de
Según Gloria, por esta razón su marido llega- las brujas como colectivo que opera conjunta-
ba tras varios días de ausencia en eventual mente. He visto que esta imagen, aparece aso-
compañía de otra mujer y ella se sentía inca- ciada al intercambio sexual, ya que se hace
paz de descargar la rabia contenida contra é1. presente durante la noche para morder y chu-
En los relatos de Gloria, Caridad, Nor- par apasionadamente el vientre y los senos de
ma, Angel y Elena, asl como en la realidad que las mujeres embarazadas, Por otra parte, la ac-
puede observar, se muestra que la indefensión ción de las brujas se asocia con el celo en la
de las mujeres frente a la conducta de los hom- transmisión del conocimiento mágico. Ciertas
bres no es "natural". Por el contrario, ésta se mujeres, en este caso las brujas, estarían guar-
180 / Sistem¿ Patriarcal

dando su sabiduría celosamente sin permitir transmisión del saber. Debo decir que en este
que fuera transmitida a nuevas criaturas a tra- contexto ser "mudo" o "muda" es sinónimo de
vés del parto. Pienso que esta imagen mítica debilidad mental. El estereotipo dice que "las
puede leerse como una subversión a la mater- mujeres tienen la fuerza en Ia boca" y lejos de
nidad biológica o como un control sobre la ac- ser banal, entiendo que esta afirmación indica
tividad uterina. que la transmisión oral del conocimiento por
Analizando las prácticas rituales que se parte de las mujeres puede constituir una po-
realizan con el propósito de sacar de niños y derosa vía subversiva.
niñas "la virtud" antes de que lo haga la bruja, El testimonio de Orestes al respecto de
he visto que bien podrían ser consideradas co- la imagen de La Bruja es significativo. Duran-
mo prácticas de infanticidio selectivo que rea- te su relato me citaba el supuesto de un niño
lizan o encargan las madres. Considero que es- perseguido por tener virtud. Le pregunté sobre
ta afirmación puede resultar comprometida. si también las niñas podlan nacer con virtud.
No me ha sido posible asistir presencialmente Respondió afirmativamente y lo ilustró con el
a ese tipo de rituales, por lo que no dispongo
caso de la hija de un cuñado de é1. La niña era
otros datos que no sean los que provienen de
muy lista y La Bruja le habría sacado la virtud
los relatos. Sobre este particular, un testimonio
transformándola en una bestia, esto es' provo-
de Gloria me dio la clave para Pensar que du-
cándole un trastorno que no iba a tener cura.
rante los rituales para sacar "la virtud" puede
que los niños o niñas fallezcan y ello forma "Eso sí, sra. eso sí hay. La Bruja sí. La Bruja esa
parte de lo previsto. Los rituales incluyen di- es una gente, es una mujer completamente. La
versos tipos de torturas como son azotes y se- Bruja es... que vd. es bruja, pongamos la com-
mi-enterramientos prolongados. paración, que vd. sea bruja'.. entonces vd. pue-
La virtud aParece como un don Para de volar de aquí a Nueva York, de aqul a Esme-
ejercer la adivinación o el conocimiento mági- raldas, de aquí a Guayaquil, de aquí a Quito. Y
co. Cuando una mujer embarazada es atacada vd. ve a una mujer que tenga hijo de virtud, en-
por La Bruja, se dice que la criatura "viene con tonces vd. se conversa con las otras brujas y se
virtud", Cuando esta criatura nace se compor- van hoy día. Esas vuelan es por el aire' día y no-
che vuelan esas, Hasta que llegue adonde es. Ya
ta de manera inusual y se dice que La Bruja
vd. parió su hijo, pongamos que vd. tenga hijo
quiere "sacarle la virtud". Esto puede ser inme-
y viera que es de virtud. .. si es de ürtud, tiene
diato, con el resultado de la muerte de la cria-
que ponerle así una tijera atravesada al pie de la
tura, o puede ser un Proceso en el que la vida
cama [en forma de cruz], o si nó vd' está encin-
de ésta se pone en juego. A menudo ésta no so- ta y la bruja Ie lastima toda la barriga' Ia muer-
brevive mucho tiempo y si lo hace sus capaci- de, la deia toda besadita, le chupa el seno. Vd.
dades tanto físicas como mentales se verán dis- amanece con esas motas grandlsimas. Sí, yo he
minuidas para siempre. Siempre según los re- visto eso. Yo he visto mujeres, que somos ami-
latos, la pérdida del habla puede ser suficiente gos y me ha hecho ver:'fíjate lo que me ha he-
para que La Bruja deje de perseguir a la criatu- cho la bruja, todo chupado-chupado'. IPregun-
ra. Se entiende que una vez asi habría perdido to sobre la virtud]: Los muchachos van a nacer,
el instrumento del lenguaje hablado, indispen- nacen y se mueren. No ve que ella le hala [tira]'.
sable para la transmisión del conocimiento' ella se la lleva la virtud. La virtud es que es adi-
Me parece relevante que es la palabra y vino, nace adivino. Vd. tiene un hijo que es adi-
por ello la oralidad lo que representa aquí Ia vino, Ie dice:'mama, ahl en ese plan van a ha-
El cuerpo continente / 181

ber cuatro muertos que van a matar, el día mis- nacido "normal" y habría sido La Bruja quien
mo. -Y vd. dice: ¡embustero!. . .'. Al otro día vd. intentando inhabilitarlo lo habrla dejado así.
oye que ayer se mataron tres, o cuatro. [Pre- Cuando conocl al muchacho tenía nueve años
gunto si las niñas nacen con virtud]: Mujeres y su articulación verbal era muy precaria. Glo-
también, todo mata esa.. . no va a dejar que sa- ria tenía miedo aún de que La Bruja pudiera
quen la virtud. Yo tenía un cuñado que tenía
"llevárselo", aunque decía que tal vez ya no lo
una muchachita tan maja, era una muchachita
harla, puesto que el niño no podía hablar con
viva flista] y después ¡se volvió una bestia!, se-
claridad, habla perdido la valiosa articulación
ñora. Le sacó la virtud. Ella era grande... pero
desnudita en pelotas, le sacó la bruja la virtud. verbal.
[Pregunto si tiene cura]: No pues, ya Ia deja Io- "Eso de la bruja, verá, cuando yo ya fui mujer,
ca. Ya no, ya no hay como curarla. A los dos
que yo ya tuve a mi hijo, ahí üne a saber bien-
años ella pueda madurar y de ahí morir tras-
bien de La Bruja, porque yo tampoco creía.
tornada". (Orestes, 59 años)
Porque a veces decían... y sí se le sentía ¿no?
Volaba bum-bum, como pájaro grandote. Pero
El primogénito de Gloria había nacido
cuando tuve yo a este chiquito, embarazada de
con virtud. Este fue el caso más cercano que
é1, yo dormía y le sentía [a la bruja]. A veces,
me llegó al respecto de la obra de La Bruja. Se-
cuando ya creo se iba o me levantaba yo, ama-
gún me contaba en su relato, esta mujer había
necía así mordido, negro, pero como que me
sentido en su primer embarazo las huellas de
habían mordido, pero así bien cogido. Estaba
la acción de La Bruja. Entonces, su madre le morado-morado. [Pregunto] No lastimaba pe-
pone sobre aviso de que la criatura esperada ro amanecía así como adolorido como eso que
iba a ser algo misterioso. Tias un desengaño le hacen un chupete, así redondo, en la barriga
con su pareja, Gloria emigra sola al Oriente me hacía eso. Pero era grande, asl como que
amazónico. Allí nace la criatura y enseguida se una boca o las patas, ¿qué también sería?
detectan en el niño conductas extrañas como [sic] .. . Yo le contaba a mi mami, entonces ma-
actividades motrices nada comunes para las mi me dijo:'¡huy Dios mío!, parece que el niño
primeras semanas de vida. El niño podía darse que tienes adentro ha de ser algo misterioso,
la vuelta y salirse del capazo donde dormía. A porque eso sólo les pasa a los niños que van a
la vista de estos slntomas, otras mujeres le in- ser adivinados, adivinadores, o van a saber al-
go'. Y entonces pues pasó un tiempo, un tiem-
dicarían a Gloria que eso estaba siendo obra
po hasta que en el Oriente di a luz el niño y me
de La Bruja para sacarle al niño la virtud. Ello
nace así. Me nació a los siete meses. Parecía
suponía que La Bruja iba a intentar matarlo o
normal pero había un problema, que yo hasta a
dejarlo al menos sin habla, para que no pudie-
él le tenía miedo. El niño se viraba [volteaba]
ra transmitir el conocimiento que poseía. Una
desde que nació. Le poníamos pañal, le ponía-
mujer mayor ejecuta entonces en el niño una mos todo bien amarrando [sic] y yo no sé co-
serie de rituales con objeto de sacarle la virtud
mo él se sacaba eso y venía a asomar sin nada.
antes de que lo haga La Bruja. A base de azo- O le dejaba bien así puestito y él se botaba aba-
tes, elniño podía perder el habla y tal vez la vi- jo. Total nosotros no sabíamos qué cosa era.
da, tras lo cual La Bruja habría perdido el inte- Ahí me dijeron que es [causa de] bruja. Una se-
rés sobre é1. Gloria decía que en la clínica ma- ñora en el Oriente le puso escapulario a é1, con
terno-infantil le informaron a los pocos meses saumerio y muchos azotones, muchos azoto-
de que su hijo "sufría mongolismo". No obs- nes... Le llevé a Baeza [al hospital] y me dije-
tante, ella estaba segura de que el niño había ron:'el niño está sufriendo de mongolismo'. Pe-
182 / Sistema Patriarcal

ro si él era normal, ¿cómo así ahora se me va a formaba también sobre un ritual efectivo para
volver así?. [Pregunto] Sí, cuando nació era evitar la presencia de La Bruja. En esta acción
nonnal, en Baeza me dijeron, todo normal. Ya ritual intervienen elementos que precisan ser
le digo, eso era bien misterioso. (...) O sea di-
contextualizados y que en el orden simbólico
cen que es cuando la bruja se los quiere llevar
podrían tener diversas interpretaciones. He
para que no sean adivinos, no digan nada de
elaborado una de tantas, donde la autoridad
cosas de la vida que a veces ellos nacen nomás
sabiendo esas cosas. (...) De esos azotones [a
masculina aparece como fruto de un artificio.
sanadora] empezó a dejarlo así medio rojito, Para ejecutar el ritual, según Ore5tes, sería pre-
que ya no hablaba, ni gritaba, nada. Quedito ciso un calzoncillo con el que debe esparcirse
sabía estar, como que le adormecía. [Pregunto] una buena cantidad de un determinado tipo
Sería para ver si iba a matarle o ver si lo que Ie de cereal sobre la base del umbral de la casa.
ha hecho, que ya es casi mudo que no habla Entiendo que la prenda interior exclusiva del
bien. .. para que no diga nada, por el poder que hombre es metonimia de Ia propia presencia
podía tener. Ahora últimamente está empezan- masculina y más estrechamente del sexo del
do a hablar, pero mi mamá me dijo: 'cómprele varón. Hay que decir que el cereal que cita
vuelta el escapulario [sic]i Le puso mi mami y Orestes es preciso comprarlo porque no es de
él vuelta se sacó aquí. Por eso es mi miedo, En
cultivo autóctono. Más que riqueza, interpreto
Ia puerta tengo miedo que esté, que de una,
que estos granos pueden representar mercan-
¡fiuu! me lo lleva [a Bruja] y me lo deja muer-
cía de cambio. Tenemos pues que Ia presencia
to. Suele matarlos. [Pregunto] Sí, todavía se lo
puede llevar, aunque tal vez no, porque si no del hombre que contiene y disemina la mer-
habla todavía bien-bien, dicen que no. El es cancía de cambio hace frente a la figura de La
bien distinto, dicen que mongolismo, que tan- Bruja. Según el relato, a través de este ritual el
tas cosas. . ., pero él es vivísimo. Que él aparen- espectro se detiene a contar los granos vertidos
ta eso pero nadie sabe... ¡no le digo que él se y retoma de inmediato su apariencia física de
viraba, pues si un niño recién nacido no se vi- mujer-esposa, quedando su personalidad al
ra! (...) Y por medio de cosas en Ia costa que descubierto.
mi mami lo llevó, ya vino más avanzado ya ca- La Bruja es entonces una mujer-madre,
minando. Mi mami le ponía que escapulario, le cuyo marido es ignorante de sus prácticas y
ponía saumerios y cosas así. Dice que le había
duerme cada noche junto a su cuerpo vacío,
hecho eso de que le entierran en la arena para
mientras ella sale a volar en busca de la virtud
que camine, porque me lo dejó tullendo-tu-
en las criaturas, celosa de la transmisión del
llendo le digo de tanto golpe y tanta cosa. AIIá
saber. Veo que este ritual expresa que La Bruja
en el oriente se caía, en Quito también, y yo al
ver que no funcionaba un día Ie digo a mi ma- estaría materializando el cuestionamiento a la
mi: 'llévelo a ver'. Tráemelo dijo,'tal vez allá Io autoridad del marido.
haga ve¡ si se cura que se cure, si no..."' (Glo-
"Pero es que ella, ella [a Bruja] sabe el hijo que
ria,3l años)
tenga virtud. No descuide mucho. Para poder-
la coger, tiene que coger un calzoncillo con un
Para actuar en contra de la acción de La
poco de quíniba. [Pregunto] Una pepa llamada
Bruja aparecen la simbología y los rituales
de quíniba y ahora sí regarle ahl en toda la es-
cristianos como lo indican la señal de la cruz
calera. Quíniba ,linaza. .. le puede regar ahí. Así
en las tijeras, el uso de escapularios o la quema
sea una libra, vd. compra. Ahí le deja regado to-
ritual de "saumerios". El relato de Orestes in- do bien y el calzoncillo ahí. Y el otro dla vd. la
El cuerpo continente / 183

conoce quién es... y ahí vd. Ia topa contándole bién en mi investigación he considerado esta
los granos. Ahí vd. ya sabe quién es la bruja. pregunta, aunque no de manera central. Thus-
[Pregunto]. Sí, es mujer. Porque esa a su mari- sig mantiene la tesis de que la proletarización
do, si ella va a volar lo deja bien dormido. Ella de los campesinos viene acompañada de su in-
Ie pone cascarón, un cascarón y ahora ya se po-
vocación al diablo como parte del proceso de
Al marido lo deia dormido, le bate al
ne a volar.
mantenimiento o crecimiento de la produc-
marido, el marido se duerme hasta que ella no
ción. Así, en el Cauca colombiano, el contrato
Ilega." (Orestes, 59 años)
con el diablo se realiza -invariablemente por
Existen otros personajes mlticos en la parte de los varones- para obtener mejores be-
zona de las Esmeraldas y entre ellos he rescata- neficios y ganancias. Sin embargo, estos bene-
do dos porque he visto asociado su contenido ficios no podrán ser invertidos en bienes de
con la centralidad de la madre, con la fertili- capital porque su producción resultaría estéril
dad y con la respuesta colectiva ante las agre- y además el hombre contratante moriría de
siones externas. Voy a tratar a continuación las manera trágica.
figuras de La Tunday de La Mula, de sus re- El autor reitera que son sólo Ios hom-
presentaciones y de los significados asociados bres quienes supuestamente realizan contratos
a su construcción simbólica. con el diablo para incrementar la producción.
Taussig critica en su an¡ílisis las posiciones
La Tunda y el fetichismo mercantil funcionalistas que ven la invocación al diablo
como una respuesta cultural pre-científica. Si-
He tomado el concepto de "fetichismo
guiendo su enfoque materialista, el autor afir-
mercantil" (commodity fetishism) del modo
ma que el proceso de mercantilización oculta
en que Taussig (1980) lo aplica para el trata-
el hecho de que el trabajo como valor de uso,
miento de la presencia del diablo en algunas
dentro de "la matriz de la institución capitalis-
comunidades rurales cuya incorporación al
ta", es la fuente misma de los beneficios. Así,
sistema capitalista moderno ha sido recien-
para una jornada de trabajo de doce horas, el
te89. Me ha interesado especialmente este tra-
trabajador ha generado en seis horas las ga-
bajo de Taussig por cuanto se basa en un tra-
nancias que equivalen como mercanclas al va-
bajo etnográfico realizado en dos contextos de
América del Sur, uno de los cuales se ubica en
lor del salario recibido por las doce. El impago
el Valle del Cauca cuya población es mayorita-
de esta plusvalía es incuestionable por parte
riamente afro-colombiana. El autor afirma del sistema capitalista burgués y ello aparece
que con su estudio trata de mostrar la signifi- como eficiente, natural y bueno. Sin embargo,
cación social del diablo en el folklore de los afirma Taussig que sería ingenuo pensar que Ia
trabajadores de las plantaciones y Ios mineros gente que pone su fuerza de trabajo pueda
en la América del Sur contemporánea. Literal- aceptar que esta alienación es natural. Thussig
mente argumenta que el diablo es un símbolo argumenta que el proceso de mercantilización
de la alienación que experimenta el campesi- supone una descontextualización en la que los
nado cuando trata de entrar en "las filas del beneficios o el provecho ya no aparecen como
proletariado". El autor comienza preguntán- el resultado de una relación social, sino como
dose entonces cuál es la relación entre la ima- una cosa. Aquí el autor aplica el concepto mar-
gen del diablo y el desarrollo capitalista. Tam- xista de "cosificación" (reification).
184 / Sistema Patriarcal

A pesar de que Thussig no se prodiga en proceso productivo y la transformación de las


el análisis simbólico, su revisión histórica y las relaciones de género, a tenor de los cambios en
escuetas citas de campo que ofrece me hicie- las estructuras económicas.
ron pensar en la proximidad contextual entre Este autor habla del diablo en el contex-
el Valle del Cauca y el entorno rural en Esme- to histórico de lo que llama la cosmogénesis
raldas. En lo que concierne al pasado de los del capitalismo. En su construcción histórica
grupos de origen africano, Táussig indica que sobre el Valle del Cauca he visto paralelismos
La Inquisición se fundó en Cartagena de In- con los cambios estructurales habidos en la
dias a comienzos del siglo XVII. Con cierta an- costa ecuatoriana durante el siglo XX' Taussig
terioridad la Europa occidental se había inicia- afirma que en la memoria popular se recuerda
do ya en la caza de brujas. El autor entiende el primer tercio del siglo como un grave expo-
que en su invocación al diablo, los esclavos se lio, tiempos en que las tierras comienzan a co-
estaban apropiando del enemigo de su enemi- mercializarse. Cambios graves se suceden du-
go. El autor cita a Eugene Genovese (1972) en rante décadas, cuando ya en los años 70 el go-
la afirmación de que el pensamiento euroPeo bierno colombiano, asistido por la agencia
de aquel tiempo había asociado persistente- norteamericana para la ayuda al desarrollo
mente la religión y el folklore de los esclavos - (USAID), intenta una planificación para in-
identificación de Io africano- con el diablo' Sin crementar la productividad campesina. Casi
embargo, para los/as esclavos/as africanos/as el un tercio de los campesinos aceptaron los
diablo no era necesariamente el espíritu ven- préstamos para desarrollar un nuevo sistema
gativo de lo maligno. El diablo podía ser para de granjas. Taussig afirma que los beneñciarios
ellos y ellas una figura que comporta hilari- fueron en todos los casos hombres, porque los
dad, júbilo y que es además un poderoso ma- servicios financieros de extensión rural eran
go o embaucador. En este sentido, quiero re- pensados para ellos y porque las mujeres en
cordar la alusión que se hizo en el capítulo general estaban en desacuerdo con la idea. El
cuarto acerca del racismo activo, al respecto de resultado de esta innovación fue el incremen-
la imagen de los hombres Negros como Perso- to astronómico del endeudamiento de los
nificación del diablo desde los temPranos campesinos. Como resultado, las mujeres se
tiempos de la conquista. vieron obligadas a emigrar integrando la ser-
De la visión de Taussig no se desprende vidumbre doméstica de las ciudades. Habían
que la encarnación de la figura del diablo tome perdido autonomía económica y estaban pa-
otro cuerpo que el sexuado masculino. Taussig sando a ser más dependientes de los hombres
no habla de que el diablo se haya materializa- que nunca.
do como mujer en el contexto del Cauca y ello
"Las mujeres han perdido el suministro de los
me resulta curioso Porque me consta que figu- frutos tradicionales que solían recolectar en sus
ras mlticas, como las que he encontrado en Es- huertas para vender en las ciudades y han llega-
meraldas tienen paralelismos en tierras co- do a ser más dependientes de los hombres que
lombianas de la costa del Pacífico90. De todas nunca. Ellas suponen un contingente de mano
maneras he considerado el trabajo de Thussig de obra preparado para los empleadores o para
con interés por cuanto su enfoque, predomi- la gente urbana acomodada que hace uso de
nantemente materialista, contempla la posi- ellas como sirvientes domésticas". (Taussig
ción diferencial de hombres y mujeres en el 1980: 88)91
El cuerpo conünente / 185

Habida cuenta de las transformaciones faenar en día festivo. En el relato de Orestes, La


estructurales acontecidas en el contexto de la Tunda se hace presente cuando el que relata -
costa esmeraldeña, citadas en el capítulo cuar- en este caso un hombre adulto- ha estado bus-
to, creo que la tesis de Taussig resulta extrapo- cando sacar provecho de un producto comer-
lable al contexto de Esmeraldas. Considero cializable. En este caso, Orestes quería cazar un
que el proceso de alienación se producía ya en jabali y comercializar gran parte de su carne.
las explotaciones coloniales para el procesa- En el relato intervienen acciones como son el
miento de la caña de azúcar. En tiempos más trabajo artesanal para la pesca y el labrado de
recientes, la acción de las explotaciones exten- una canoa que iba a ser continuado después de
sivas en Esmeraldas, como la cría del camarón un sábado, es decir un domingo, día de des-
para la exportación en las últimas décadas, canso. Doy paso al texto en su justa integridad
además de constituir un deterioro ecológico y respetando el ritmo de la oralidad en las ex-
del manglar sin precedentes, ha desplazado la presiones onomatopéyicas y las repeticiones
recolección sostenible de marisco y su comer- que forman parte del español vernacular de la
cialización por parte de mujeres y menores. zona. Después comentaré los elementos que
Otras transformaciones se han producido a intervienen en la narración.
través de la intervención exterior en materia
"No pues la Tunda es como gente. Sí, cuando a
de planificación al desarrollo, La mayoría de
ml me pasó yo iba por una tatabra. No ve que
las acciones han sido pensadas para los hom-
yo me saco plata. Yo me cojo dos, me como me-
bres, produciendo su endeudamiento, como
dia y vendo los seis cuartos y ya tengo plata. Pe-
son las explotaciones ganaderas a pequeña y ro no alcancé a matar ni una. Una vez yo me
mediana escala, y también la incentivación de fui, llegué a un punto llamado de Tangaré. Yo
la pesca artesanal92. En este sentido, quiero me veo señora y yo no me conozco ahora. Me
destacar el impacto de la industria de la caña y fui y estaba labrando una canoa en un punto
de la extracción camaronera porque he visto más abajo del cementerio, donde un finado lla-
que han $enerado respuestas que se materiali- mado Sr. Alfredo Obar. Labré la canoa... no,
zan en Ia cosmovisión de los grupos afro- estaba labrando la canoa, como era día viernes,
ecuatorianos. Elementos de estas dos empresas trabajé el día viernes todo el día... dije yo: sá-
forman parte de la simbología de los dos figu- bado no voy a ir para allá. El día mismo que fui
a ir [domingo], las tatabras hasta eso lo habían
ras míticas que voy a mostrar a continuación.
dejado trillado. Señora, llego a la casa, me aco-
Ambos hacen referencia a la materialización
modo, compro pertrechos. Me compro cuatro,
del diablo católico en un cuerpo de mujer.
seis c¿rtuchos llenos, me compro una onza de
El siguiente relato de Orestes ilustra la pólvora, compré diez tuquetes. Cargué la esco-
imagen de La Tunda. Habitualmente la Tunda peta y me fui. Señora, yo caminé bastante. Me
se aparece a los hombres o a los muchachos iba por aquí y estaba por aquí y después, en to-
que se internan en el bosque selvático con ob- das partes yo la veo, y no la topo. Mamita, fue
jeto de sacar algún provecho, ya sea con valor darle pata y darle pata y darle pata Isic].
de uso o de cambio. He visto que su presencia
aparece en días en que es preceptivo el descan- [Pregunto] No, pues los rastros de la tatabra, de
ese puerco, ese puerco que tiene que es arisco.
so, con lo que su actuación puede entenderse
Puerco arisco, nosotros le decimos tatabra a
como mecanismo regulador. A veces se apare- eso. Señora, y cuando yo ya iba en la tarde, yo
ce en zonas de litoral a pescadores que salen a dije: no, yo ya voy mal. Salí a un punto llamado
186 / Sistema Patriarcal

el Papayal, pero arriba de la cabecera, y ¡nada! que saciaron su apetito son una presencia exó-
Digo: ahora me voy más para abajo, y me salí tica, porque no se dan en ese medio en absolu-
por más abajo. Estuve haciendo vueltas por to. Sí me parece relevante la presencia del hu-
donde entré. Señora, y cuando veo, ahí van mo de tabaco como elemento purificador. A
fresquitas [huellas del jabalí] y dije: ya mismo
partir de que Orestes enciende su pipa, la ac-
la cazo. Cuando me doy cuenta ya estoy enfren-
ción de la Tünda se desvanece y el hombre en-
te de un chocolatal de un tío llamado Eulogio.
Mamita, yo dije: ya está tarde, pues ya ahora me
cuentra al fin el camino de regreso. Ante mi
voy... Señora, cogí para irme para afuera a ca- pregunta insistente, Orestes afirma que "La
minar. Cuando llego a pie en la loma se me ce- Tunda es gente" y que es una mujer con cierta
rraba el camino. Yo vuelta para adentro y ya particularidad fisonómica.
tarde. Ya la barriga que me pedía,ya estaba to- Esta es una de las descripciones físicas
do el día sin comer. Vuelta salía para fuera, y al tlpicas de La Tunda. No se dice que sea una
llegar al pie de la loma, no había camino ni pa- mujer "patoja", por coja, sino que tiene "una
ra ningún lado. Me cambié así para un bajo. pata de gente y otra de molino". Me interesa
Llegué para otro chocolatal, había unas manza-
analizar los componentes simbólicos que co-
nas maduras, se conoce que habían dejado bo-
mo "el molino", proporcionan información
tadas ahí. Entonces me comí cuatro. como seis
acerca de la respuesta cultural a las transfor-
manzanas. Digo: voy para afuera. Prendí la pi-
pa... cuando estoyvolviendo, allí está el cami- maciones acaecidas en el entorno económico y
no limpio. Ahí hay una Tunda. [Pregunto] No ecológico. Hay que decir que en la zona se lla-
pues, a ml no se me apareció a mí, sino que ella ma molino a un instrumento que las mujeres
donde está vd. lo entunda, Io lleva a vd, lo en- usan para hacer chocolate y que el cacao fue
reda... A mí, inocente y en un decir, vd. sube, uno de los principales productos de exporta-
mira para atrás, para delante y no encuentra el ción en esta zona a principios del siglo XX. No
camino. [Pregunto] Claro, vd. se pierde. Sí, es obstante, esta interpretación me parece más
una señora, es una mujer... conversaba la ñna-
débil que la del molino como metáfora del du-
da mi mamá que la Tunda es una mujer que la
ro trabajo de la molienda de la caña. Hasta los
una pata, la una pierna es de gente y la otra es
años cuarenta he tenido constancia de la vi-
de molino." (Orestes, 58 años)
gencia de las ruedas de molino que no se dete-
La Tunda actuaría confundiendo a los nían nunca durante el tiempo de la molienda.
hombres que van a sacar un provecho desme- En los cantos que acompañan a la marimba se
dido ya sea en el bosque, ya sea en la cuenca expresa recurrentemente la actividad de moler
del río o en el mar. Los hombres susceptibles la caña en el trapiche93.
de ser afectados pueden haber salido a faenar A continuación mostraré otro relato,
o a cazar en día festivo. La Tunda entonces ha- también de Orestes, donde La Tunda ha actua-
ce que pierdan su rumbo y que fracasen en su do sobre unos muchachitos que quisieron
empresa. En el relato citado de Orestes apare- también sacar provecho de la fruta del árbol
cen elementos que creo interesante aÍalízan del pan. Se entiende que la Tunda quiere se-
Aparece la tatabra como bien de consumo y de cuestrar a los chicos, "se los quiere robar". Aquí
cambio. Se trata de una especie de jabalí que aparece el uso ritual de la marimba, el combo,
suele ser nombrado así en femenino y a quien el cununo y la guasá. Expresiones rítmicas con
se atribuye gran fuerza y ferocidad. Thl vez no instrumentos de percusión y la participación
sean un elemento central, pero las manzanas de coros de mujeres. En este caso, queriendo
El cuerpo continente / 187

ahuyentar a la Tunda y rescatar a los mucha- tos, La Tunda da de comer a los niños camaro-
chos, se alude al bombo y al cununo, instru- nes cocinados al calor de su trasero. Literal-
mentos que tocan sólo los varones. mente se cita como "culo" y es preciso decir
que en el español vernacular de la zona andi-
"En un punto Ilamado Zapallito [La Tunda] se
na, "culear" es término que expresa el inter-
robó un poco de muchachitos [sic], se los robó.
cambio sexual, siendo considerado una expre-
Se conoce que tenían vicio de irse a apañar una
sión muy grosera por lo soez. Interpreto en-
fruta que llamaban antes de pan. Señora, cuan-
do van a ir la familia allá, y espera y espera [sic]
tonces que la potencia sexual de La Tunda se
a los muchachitos. Ya llegaron para allí, hicie- materializa en la transformación para el con-
ron bombo, cununo, marimba y guasá, a mitad sumo de un alimento concreto producto del
de monte. Señora, y jala pata y grita a los mu- manglar. El camarón, junto con ciertos molus-
chachitos... y jala pata y grita a los muchachi- cos como la concha, han sido productos tradi-
tos... [sic] Cuando más ya le topan a uno, pero cionalmente recolectados por mujeres y me-
parecía un tatabro, ¡bravísimo! Cuando van a nores, para el consumo y parala venta. Como
juntarle Ia mano y lo que hace es trago [mor- ya se ha visto en el capítulo tercero, la indus-
der]. Los otros cogen un cabo:'váyase para tria extensiva del cultivo del camarón para la
afuera'. Y los otros, ¡cómo Ios cogen! Los metió
exportación ha arrasado el manglar y con ello
a un restrero. EI [La Tunda /el diablo] hace ca-
esta actividad tradicional de recolección.
marón acá en el culo, él hace sus camaroncitos,
cociditos... y los va llevando. Por aquél espine- Pregunté a Orestes si las mujeres no son
ro los mete [a los chicos]. Así es. . . vlctimas también de la Tunda y su ambivalen-
te respuesta no se corresponde con lo que
[Pregunto] No, después lo toparon, como a Ios acontece en las informaciones que sobre este
dos días lo toparon, los otros, los muchachos.
mito aparecen en otros testimonios. Se habla
En un punto Ilamado de Zapallito. La Tunda
siempre de "muchachos robados" y nunca de
pues lo había entundado, y ya le digo que era
como un tatabro, arisco-arisco. Eso, cuando niñas. La Tunda en ocasiones se define como
veían Ia gente ellos se metían debajo de los pa- una mujer muy hermosa que seduce a los
Ios, bajo las hojas se iban metiendo y ahí les hombres, también es una mujer muy parecida
echaban mano, pero con cabo. Hasta que los a la madre que "se roba a los muchachos" lla-
sacaban a fuera y los amansaron vuelta. Sí hay mándolos por su nombre. He visto que se per-
cómo amansarlos. cibe que en una complejidad de asociaciones:
La Tunda lo que quiere es llevárselo a uno. La Tunda es el mismo diablo, es mujer hermo-
[Pregunto si sólo a Ios hombres] No pues, a los sa, es madre, es sexualmente potente y es nu-
hombres.. [Pregunto si no ocurre a las mujeres] tricia a partir de un elemento que, como el ca-
No pues, hay... sí hay tundos machos también marón, sintetiza una de las grandes transfor-
que llevan a Ias hembras, a las mujeres hem- maciones capitalistas de las últimas décadas en
bras. Y la Tunda hembra les lleva pues a los el área.
hombres machos. Lo mismo tiene, es una pata
Pienso que la versión del mito, en tanto
de gente y otra de molino. Y vestido igual como
que construcción histórica ha de haber sufrido
gente normal. Asl andan esos diablos. Sí, dia-
blos mismo son." (Orestes, 58 años) transformaciones. No me ha sido posible ave-
riguar desde cuándo ha tomado el nombre de
La última parte de este relato es tam- Tunda y tampoco si en Ia actualidad resulta
bién una expresión que aparece en otros rela- más recurrente la versión de la pata de molino,
188 / Sistema Patnarcal

como metáfora de la industria de la caña, o la ma mujer. Porque allá en el punto de nosotros


versión con los camarones, como metáfora de había una señora que ella vivió con un cura. EI
la industria camaronera. cura Ie hizo un hijo, ese hijo se llamaba Federi-
co Zapata. Y esa señora, yo le juro que cuando
La Mula o la hembra yerma y la resistencia era tiempo de Semana Santa ella por el día era
brava-brava y... amanecla con la cabeza ama-
La Mula es una expresión mítica que rrada... y de noche la topaban comiendo yer-
ba. [Pregunto] Si uno se encuentra con la mu-
también se registra en Esmeraldas y cuya ma-
la hay que darle látigo pero duro, de noche. No
terialización, al igual que La Bruja y La Tunda,
hay que darle despacito. Déle aquí [en el hoci-
es el cuerpo de una mujer. Con fines interpre-
col y corra. IPregunto] Si no le da... a vd. pues
tativos y tratando de contextualizar histórica- la mata. [Pregunto] De día pues está hecho
mente, es importante recordar que las mulas, mujer por su casa, trabaja lo que quiera, con el
entre otros équidos, fueron introducidas por marido de día, de noche trabajan. Y el marido
los conquistadores españoles. Quienes proba- no sabe, pero ella está hecho mula. Ahí había
blemente se sorprendieron con su presencia una señora en Telembí, donde yo vivía, que era
serían las comunidades indígenas, porque Ios mula. Ahí la gente Io que tenla es que cuando
negros ladinos, que poblaron la Tierra de las iban los curas... A¡ caramba les ponían, Ies po-
Esmeraldas desde los inicios de la conquista, nen de todo aquí. Entonces: "que le vaya mi
ya habían tenido familiaridad con estos ani- mujer a cocinarle al padre'l y esa mujer iba a
cocinarle al padre. Pum-pum, preñada del cu-
males en la metrópoli. Posteriormente la mula
ra. Ya pues, el marido es peor que ella... ellos
ha servido también de medio de transporte mismos que las mandan que se vayan a coci-
para nuevos colonos y también para autorida- narle a los curas... Así es, señora." (Orestes, 58
des eclesiiísticas como vicarios y curas. En años)
efecto, así aparecen mulas en las crónicas y en
los libros de viaje (Balboa [1586] 1945, Tho- El odio declarado a esta bestia de carga
ron [1866] 1983). podría interpretarse como metonimia del odio
En el relato común sobre ese mito, Ia a quien se sirve de ella para invadir. Considero
MuIa es una mujer que'peca" con el cura. Te- también relevante tener en cuenta que la mula
niendo en cuenta que en muchos lugares de es un animal híbrido de yegua y asno. Como
Esmeraldas los administradores católicos apa- tal se Ia supone hembra estéril, si se me permi-
recen únicamente en ocasiones, como la cele- te usar este oxímoron. Podríamos interpretar
bración católica de la Semana Santa, pienso este mito desde la metáfora que supone una
que el mito de La Mula estaría expresando la hembra esterilizada. Hacer pacto con el inva-
resistencia ante esta intervención y por exten- sor, ofrecerle servidumbre hará que las muje-
sión a toda invasión externa. res se transformen en mulas, engañando a los
maridos y pariendo hijos de otros, convertidas
"Yo la Mula he oldo decir que es gente. Si pues,
en hembras yermas, estériles para la cultura
es mu¡'e¡ mujer cristiana. Sino que... cuando
propia.
pecan con los curas, entonces se hacen mulas.
He intentado mostrar que la autoridad
EIla puede vivi¡ puede andar con el marido, lo
de los hombres es otorgada por el derecho pa-
que sea. Pero de noche ella sale y el marido no
se da de cuenta que la mujer ya es una mula.
terno en tanto que maridos-padres, No obs-
[Pregunto] No señora, yo le digo que es la mis- tante, esta supuesta autoridad y su poder de
El cuerpo continente / 189

coerción no parecen tan patentes como la au- la vía que convierte a las mujeres en madres, el
toridad que se confiere a las madres. Este po- interés que ellas parecen mostrar por tener hi-
der que se otorga a las madres ubica a las mu- jos e hijas no es mayor del que muestran los
jeres en competencia por sus dominios respec- varones, para quienes la descendencia les otor-
tivos y es en el nivel simbólico donde se deba- ga la posición de padres. Porque es la posición
ten la mayoría de los conflictos entre mujeres- de padres lo que supone la realización de la de-
madres. Si bien la progenie efectiva supondría seada fantasía de la masculinidad hegemónica.

Notas

Tiad. propia: "1ltre second ideological position that I Hill Collins, Bonnie Thorton Dill, bell hooks y Pau-
intend to consider is thirdworldism. By such a term la Giddings.
I designate the beüef that there is no objective truth fane Collier y Sylvia Yanagisako son autoras pertene-
about the Other, but only the localised truths that cen al grupo que aquí refiero como antropólogas de
are directly expressed by the different Third World Stanford y han contribuído desde la antropologla
cultures. This attitude is felt by many thirdworldist social en la crítica del esüucturalismo con un enfo-
anthropologists as the just expiation oftie sins com- que desde el feminismo de orientación marxista.
mitted by the discipline during the colonial period. Utilizo el término de inequidad para expresar lo
It does place the anthropologist in a eunuchoid po- opuesto a equidad, en el sentido de justicia. La ine-
sition, epistemologically speaking. Unfortunatel¡ quidad entonces implica asimetrla en términos de
the thirdworldist anthropologists has often to pedd- acceso a los focos y lugares del poder y a la gestión
le twaddle -and do it in an uncritical manner becau- polltica. Por otra parte, desigualdad expresaría una
se he or she is totally encumbered with a paralysing distancia categorial respectiva dent¡o de un sistema
guilt. The fear of being accused of Eurocentrism or, estratificado. "Sistemas de inequidad" es un concep-
even worse, of racism, stops the simple and honest to que aparece habitualmente en la literatura sobre
practice of calling a spade a spade." (Llobera 1993: género y desa¡rollo. Con ello se alude a la injusticia
74\ social por la cual se considera que los grupos subor-
He tomado la expresión de González Echevarría pa- dinados, como pueden ser las mujeres y las minorías
rafraseando a Leü-St¡auss en la década de los 60. raciales, tienen limitado acceso al poder político y a
(González Echevarría 1987: 190). la gestión de los recursos.
Nur fi)r Schwinde[reie,"S6lo para quienes no tienen He traducido "Women's Studies" como Estudios de
vértigo". Tomado de la reflexión de Ernest Gellner a Género. En el ámbito académico de los EE.UU. los
propósito de lo que llama "movimiento postmoder- progrí¡m.¡s y departamentos de "Women's Studies"
nista" (Gellner, 1994 38). Nótese que en la edición han ido consolidándose en las dos últimas décadas
que se cita se ha traducido como "sólo para los que como importantes espacios interdisciplinares para la
no tienen vértigo", relativo masculino plural en cas- crítica del conocimiento. A este respecto puede con-
tellano. sultarse el estudio de Jean O'Barr ( 1994).
Es preciso hacer mención a la influencia del moü- Un estudio también polémico y criticado por el fe-
miento por los derechos civiles en los EE.UU. duran- minismo afioamericano fue el llamado informe
te los años 60; y más concretamente de la importan- Moynihan (1965), por su carácter intervencionista
cia del pensamiento feminista afroamericano en la desde posiciones ¡acistas, Una de las tesis de este in-
conformación de esta idea plural y abierta sobre la forme reposan en la idea de que la desmembración
identidad de las mujeres. Una idea m€nos etnocén- familiar en las comunidades negras se debe a que la
trica de obügada incorporación en la busqueda del autoridad masculina es débil o inexistente dentro del
conocimiento y en la agenda polftica. Referentes del hogar.
feminismo afroamericano en aquel pals son -entre Trad. propia: "Easily the most important is the une-
otros muchos- los trabajos de Angela Davis, Toni quivocal break with the idea that the'nuclear'or'ele-
Morrison, Evelyn Brooks Higginbotham, Patricia mentary' family of a man, his legal wife, and their le-
19O / Sistem¿ Patrur.cal

gitimate child¡en is both a universal and necessary l5 Parte de este conocimiento fue si$tematizado en la
human social institution. This idea, so deeply em- memoria presentada al Instituto de la Mujer por
bebbed in the commonsense assumptions of Euro- parte de Paloma Fernández y M" de los Angeles San
pean and North American societies, had been cen- José, 1993: "Género y Desarrollo. Situación de las
tral to Meyer Fortes's theoretical work, as it has been mujeres en Ecuador'l Memoria de Postgrado. Ma-
in the work of Malinowski, Mu¡dock, Parsons, and drid: IPADE/ Instituto de la Mujer [Sin publicar].
many others." (R.T. Smith 1996: 6) t6 Programa de formación para la investigación, De-
t0 Tiad. propia: "In choosing the term'matrifocal'in partamento de Educ¿ción, Universidades e Investi-
preference to such descriptive terms as'matri-cen- gación del Gobierno Vasco. (Ref. BFI 93.045 AE)
tral','matriarchal','female-dominated','grandmother t7 Para este propósito conté con el inestimable apoyo
family', and so on, I specifically intended to convey del antropólogo fuan Garcia y su familia en Limo-
üat it is vomen in their role of mothers who come to nes, quienes fueron excelentes anfitriones durante
be the /ocus of relationship, rather than head of the
mi estancia en la zona,
household as such. In fact it was central to my argu- l8 Mi agradecimiento a Sara Báez,left de Proyectos en
ment that tlre nuclear family is both ideally normal,
Terranuova, contraparte local en Quito de la coope-
and a real stage in the dwelopment of practically all
ración oficial italiana. Gracias a este contacto pude
domestic groups" (R.T. Smith 1996: 42)
prospeccionar preüamente la zona rural del litoral
ll Trad, propia: "Whatever the degree of actual marria-
de Esmeraldas, así como varios barrios suburbanos
ge contract, men expect to go through a series of af-
de Quito como fueron: Atucucho, Ferroviaria Alta y
final dyads in their lifetimes, and women attempt to
San Carlos.
hold a particular husband for as long as they can.
l9 Al respecto de la jefatura de hoga¡ de la feminiza-
Sometimes men have more than one wife, and occa-
ción de la pobrez y de su tratamiento en el ámbito
sionally such polygyny takes place within a house-
de la planificación al desarrollo, cabe destaca¡ los es-
hold, even in towns. Women are not allowed by their
tudios de Joycelin Massiah (1988) sobre el Caribe y
spouse to share their sexual relationships wiü anot-
de Mayra Buvinic (1991) sobre pollüca social en
her man. Since the man with two wives is often in
América Latina y el Caribe.
the process of change from one to anotier, I carac-
20 Del A¡chivo Nacional de Historia del Ecuador en
terize üe affinal pattern of the wet üttoral as s¿rial
polygn/' (Whitten, 197 4: 155) Quito tuve acceso a la llamada "serie de esclavos". De
t2 Trad. propia: "lt can be predicted that more and mo-
un total de 392 expedientes disponibles en tal serie
fueron seleccionados 95, principalmente en base a la
re black women for various reasons -loneliness....
unwillingness of some black men to make a com- legibilidad y el estado de conservación de las graflas.
mitment, the disproportionate number of black En lo sucesivo. cuando se citen estos documentos se
men in prison, a natu¡al inclination toward homose- hará referencia al numero de legajo o caja (c), segui-
xuality, etc... will begin to seek homosexual rela- do del número de documento o expediente (e). En el
tionships." (Martin y Martin 1978: 69) Archivo Histórico del Guayas no tuve acceso directo
t3 Programa de Doctorado para el bienio l99l-93 a los documentos originales, con excepción de uno
"Génesis de grupos. Género, clase y etnicidad desde que se citará, por lo que hice una selección sobre su
la Antropologla Social'l Dpto. de Filosoffa de los Va- catálogo impreso de adquisiciones. Cuando se citen
lores y Antropologla Social de la Universidad del documentos del AHG se hará anotando la fecha, se-
Pals Vasco. guida de un guión al que sigue el código de búsque-
t4 Organización no gubernamental para la investiga- da del registro.
ción sobre el Desa¡rollo de la que formo parte desde 2l Horro es el esclavo o esclava libertado por su amo o
1992. Hegoa ha estado comprometida en la divulga- ama por'tarta de ahorro y libertad'l esto es, previa
ción de contenidos crlticos en torno a las diferencias negociación del precio de su libertad. Este tipo de
Norte-Sur y ha estado est¡echamente vinculada a la carta escriturada aparece en algunos de los protoco-
sociedad civil asl como al mundo académico, en los del ANHE que se han consultado. He visto que
concreto a través del Departamento de Relaciones desde los tempranos tiempos de la colonia este fue
Internacionales y la Facultad de Ciencias Económi- un tipo regular de emancipación en la Real Audien-
cas de Sarriko en la Universidad del Pais Vasco. cia de Quito.
Afrodescendencia en el Ecuador / 191

22 Mitayo es el nativo que sirve en la mita, trabajo me- 28 Rafael Savoia (1988b) hace mención de la Relación
cánico, sinónimo d,e indio bajo. Este término es en la del Capitán Pedro de Arévalo al Oidor Juan del Ba-
actualidad un calificativo degradante de carácter cla- rrio, escrita en Quito el 2 de Diciembre de 1600.
sista que se considera muy insultante. 29 ANHE: 1702: cl e14.
23 Zambaigo es una de las incontables categorías nom- 30 Natural aparece como sinónimo de indio y es cate-
bradas sobre el mestizaje. Hoy se llama mmbo a al- gorla extensiva a toda una variedad étnica de pue-
guien que muestra combinación fenoüpica indígena blos de origen incaico y preincaico que encontraron
y africana. Por asociación, se llama también así a los conquistadores españoles a su llegada.
quien tiene el cabello rizado o "crespo". 31 Boznl es el esclavo que no habla otra lengua que la
74 La expulsión formal de esta categoría social, üno de- suya de origen africano. Por extensión es sinónimo
terminada por orden imperial emitida ya en 1581. de torpe e ignorante. Su procedencia era mayorita-
La Co¡ona española ordenaba entonces expulsar de riamente del Golfo de Guinea.
las Indias a "los gitanos y sus mujeres, hijos y cria- 32 Guillot cita la crónica de un malagueño que cuenta
dos, (...) para que no hagan daño ni engañen a los cómo en una de sus batallas tuvo que hacer frente a
indios incautos" (Cédula real citada en Descalzi un grupo de mujeres [deradas por una "negra ladi-
1982:265). na'i nacida también en Málaga. El historiador, aun-
25 Miguel Cabello de Balboa: Desoipción compendiosa que duda de la veracidad del relato lo encuentra pro-
de Ia Proyincia y Tierra de Iw Esmeralilas. Editorial picio para interpretar que esto podría haber sido
Ecuatoriana: Quito 1945. Se trata de una copia judi- una reminiscencia africana, fellz idea que alude al
cial fechada en 1583, una crónica o informe dirigido mltico matriarcado: "tendríamos el trasplante a In-
al funcionario español fuan López de Cepeda que en dias del uso de tropas femeninas como se utilizaron
1588 salió de Panamá para hacerse cargo de la Presi- en Africa en los reinos de Nonometapa y Dahomey.
dencia de las Charcas, actual Boliüa. El objeto del ü- Vestigio guerrero de un antiguo matria¡cado..."
cario era obtener el apoyo de Cepeda para que la (Guillot 1961:214)
Real Audiencia de Quito considerara de manera ANHE: 1807 c19 e4, 1816 c2l e9.
prioritaria ejecutar la conquista deñnitiva de la tie- 'J
2i ANHE: 1792, c13 el.
rra de las Esmeraldas. Debido al diffcil acceso de es- 35 ANHE: 1771, c7 e12.
tas tierras y a la resistencia aborigen, la empresa de la
36 ANHE, serie de esclavos (1744-1825): c3 el6, c4 e8,
llamada pacificación y cristianización de estas tierras
c4 310, c5 e13, c6 e8, c8 e3, c9 el5, c14 el, c19 e14,
bajas del Paclfico fue una asignatura pendiente para
c22 el5, c23 eL.
el gobierno colonial hasta bien entrado el siglo XVIL
37 AHG: 1738-653 n.27, 1753-429 n.27, t803-2458
El texto de Balboa fue transcrito por el investigador
n.42, 1808-1357 n.18, l810-860 n.31, 1813-1160
argentino Roberto Levilie¡ quen la descubrió entre
n.28, 1813-865 n.10, 1819-1269 n.52,1820-467 n.6,
papeles del Tücumán, en el Archivo General de In-
1823-689 n.a4, 1830[?] -i546 n. 29 [3 casos distin-
dias en Sevilla.
tosl.
26 Ladinos o latinles son esclavos llevados a las Indias,
38 AHG: I 690- I 73 n.22, 17 38 - 1007 n.9, t7 7 8 -87 8 n.22,
que hablan la lengua romance aprendida en su ser-
vidumbre en Portugal o España. En este caso, el es-
l80l-2400 n.30, 1813-1060 n.7, l8l8-742 n.29.
clavo había serüdo en Sevilla a un conquistador lla-
l8l9- 1261 n.35, 183O-672 n.64.

mado Alonso de Illescas, a quien habría acompaña-


39 ANHE, serie de esclavos: l79O cl2 el3, l8l6 c2l e9.
do en su viaje y de quien habría tomado su nombre 40 ANHE: (1784-1786) clO el2, clO el5, clO el6, ctO e
18, cl I e3.
posteriormente.
27 Puesto que los informes censales no establecen va- 4l El texto de Thoron (1983) se trata de un diario y
riables raciales o étnicas en el Ecuador desde la pro- guía de üaje escrito a finales del siglo XIX, dirigido
clamación del Estado Repubücano, los datos a este a posibles colonizadores franceses para la zona de
respecto son estimaciones oficiosas. Se estima que Esmeraldas. Thoron había llegado como ingeniero al
en Esmeraldas puede haber más de un 50% de po- Ecuador en 1852 y participó a instancias del gobier-
blación de origen afiicano, siendo considerada co- no en la riredición de las tierras colonizables. Consi-
mo la "provincia negra" del pals. Nota de prensa en dero este texto como interesante documento en el
diario de Quito: "Esmeraldas: libre por rebelde y por que se informa sobre su expedición de campo. Se
rebelde libre'l Hov 0l 106197. alude también a cierta correspondencia administra-
192 / SistenaPatrnrcal

tiva de los ürreyes españoles, así como a lo que lla- 6U El Instituto Ecuatoriano para la Reforma Agraria y la
ma "crónicas sucintas" de la conquista y a relatos de Colonización fue creado Para regulal las transfor-
misioneros como rinicos documentos históricos de maciones en la agricultura desde la aplicación de las
que disponía como fuentes. leyes de reforma y sus funciones continuaron hasta
42 Carta de Fr. Bernardino de Manzanedo desde la Es- 1994 año en que el proceso se dio por concluido.
pañola, en febrero de l5 18. Informe de A¡cediano de 6l A¡dculo de la ley citado en Barsky ( 1988). Este estu-
Sto. Domingo al Consejo de Indias, en 1542 (Guillot dio realiza un análisis de los condicionantes que lle-
196 I ). varon a la reforma agraria de 1974, asl como del im-
43 ANHE(1764-1821):c6ell,cBe4,c8el0,cll e8'cl3 pacto y los importantes cambios que produjo su im-
e4, cl6 e5, cl7 el, c20 el0, cZO el4' c22 el0. plementación en los ámbitos diferenciados de sierra
44 La Instrucción de 1789, según Lucena, no fue revo- y costa del pals.
cada ni suspendida, Fue suspendida en sus "efectos" oz En una entreüsta personal mantenida con Hernán
y recomendada en su "esplritu" (Lucena 1994: 49)' Ibarra, sociólogo agrarista que ha trabaiado sobre la
45 Giddings 1984, documenta el uso de contraceptivos resistencia del campesinado en la ¡ierra del país, el
por parte de las mujeres esclavas en Norteamérica. autor ecuatoriano enfatizaba que la presión que las
46 ANHE: (1707-1830) cl e20,c2 e6'c3 el0,c7e12'cll nuevas generaciones ejercieron demandando nuevas
e 14, cl6 el1, c22 el3, c23 e17. tierras en uso era tan creciente ya a finales del siglo
47 I¡s nombres de las personas que apa¡ecen en el tex- XIX que en algunas zonas del callejón interandino,
to no necesariamente concuerdan con sus nombres la conflicüvidad por el uso de la tierra era diffcil-
reales. mente sostenible.
48 En el ANHE se conserva documentación al respecto OJ Un detalle de esta obra pictórica de Hernando de la
de fugas ytumultos en las haciendas gestionadas por Cruz y Nicolás favier Gorizar está reproducida en La
la funta de las Temporaüdades con fecha de 1780: Enciclopedia del A¡te Ecuatoriano ( 1976: 46).
c24 e24. 64 Por lo que pude inferir del testimonio de esta mujer
49 ANHE: (1778-1783) c8 e8' c9 el0' c10 e1. y del de su hija, la primera habrla sufrido abuso se-
50 ANHE: (1787-1809) c11 el3,cl2e3,cl2e4'cl5ell' xual sistemático en la casa de los patrones que la sa-
c20 el l. caron de su lugar de origen en Esmeraldas.
51 ANHE: 1810 c20 el5, lE26 c23 e5. 65 Durante mi estancia en el país fui testigo de que Ni-
52 ANHE: l8l9 c22 e2. ño/a, Joven, Srta., Sr. y Sra., son entre otros, los títu-
53 ANHE: 1815 cl8 e6. los que aún el serücio doméstico debe contemplar
54 ANHE: 1769 c7 e6' terminantemente en el trato con las personas de la
55 ANHE: 1787 cll e13 casa.

56 Thoron hace alusión a "las Señoras de Quito" como Aunque en otro orden de cosas, pude saber que al-
destacadas accionistas de la ELC. Este es un particu- gunas de las mujeres que militaron en el desapareci-
lar que me ha sorprendido encontrar y que informa do grupo armado AVC (Alfaro Vive ¡Carajo!)' tienen
sobre los niveles de influencia en la gestión econó- otra opinión a este resPecto tras conocer la persecu-
mica de las muieres casadas de las élites en el pals del ción y el sistema carcelario del gobierno de Febres
siglo XIX. Cordero a mediados de los 80.
57 Nelson Estupiñrán -Bass; Cuanilo los guayacanes flore' 67 Aunque la educación primaria es "obligatoria y gra-
clan. Adalberto Ortlz: luyungo. Hktotia de una isla, tuita'l la realidad es que en una escuela fiscal' o pú-
un negro y otros negros. blica, es preciso pagar una matricula anual, algo que
58 Una üsión crltica de la reforma agraria en América sumado al costo del uniforme, al marterial escolar y a
Latina ha sido abordada por Vlctor Bretón ( 1994)' los costos del profesorado adicional -como el de len-
Más especificamente este autor ha t¡atado el caso gua extranjera-, suPone un desembolso imPortante
ecuatoriano en Bretón ( 1997)' para una economía domestica precaria'
59 La tradición del priostazgo como institución clasista 68 En el barrio de Silanes, ser "posesionaria" de una
a través de la celebración de fiestas del calendario ca- parcela se distingue de ser ProPietaria..Tener un te-
tólico se mantiene aún, incluso en el entorno subu¡- rreno en propiedad supone tener escrituras legales'
bano. Pude apreciarlo durante mi trabajo de campo Sin embargo, tener un terreno en "posesion" indica
en el barrio de Quito. oue se disfruta del mismo sin tener escrituras, ya sea
Afrodescendenciaen el Ecuador / 193

por su adquisición preüo pago de las cuotas de la minación de aguas residuales. Para casos específicos
cooperativa de üvienda que fundó el barrio a prin- de contextos urbanos de reciente creación se consi-
cipios de los años 70, o bien con derechos adquiridos dera tambien la pavimentación de la vía pública, co-
porque se ha ocupado con posterioridad. De ello he mo en el caso del estudio del Municipio de Quito,
hablado en el capítulo cuarto (pá9. 146). (MDMQ l99s).
69 Por "unión libre" se entiende la unión consensual 76 La Dirección Nacional de la Mujer, DINAMU, fue
entre varón y mujer para la convivencia, el intercam- creada a finales de los 70 a instancias de la Comisión
bio heterosexual y la procreación, en la que no inter- Interamericana para la Mujer de la Organización de
viene sanción ciül ni eclesiástica. Estados Americanos. Comenzó siendo un departa-
,/u Habla con estupor cuando comento sobre las recien- mento del Ministerio de Previsión Social, en 1980 se
tes muertes violentas de algunos hombres en Quito, elevó a la categoría de Oficina Nacional de la Mujer
relacionadas con el ambiente homosexual. Más de y seis años más tarde sería Dirección adscrita al Mi-
nueve hombres fueron muertos en extrañas ci¡cuns- nisterio de Bienestar Social (Cuvi 1992).
tancias durante el año 1994 en la capital. 77 Como ya quedó dicho en el capltulo relativo a la
71 Cuenca es la tercera ciudad del país y esta conversa- fundación del barrio, el cura párroco había figurado
ción tuvo lugar durante un paseo con uno de los como artífice de la ruptura de una supuesta univoci-
miembros de un conocido grupo de montaña. Este dad del movimiento político que promovía la fun-
maestro conocía mi interés por la vida de la gente dación del barrio popular. Al mismo úempo, la me-
negra y entre otros temas, me contó de la costumbre moria colectiva recuerda que su intervención produ-
de los turistas de llevarse "negritos de Esmeraldas", al jo cambios importantes en la política vecinal frente
parecer para todo tipo de propósitos. a la administración loc¿1.
72 Cuando una mujer con hijas púberes a su cargo de- 78 Preüa solicitud a la coordinadora del programa se
cide iniciar una nueva relación marital. no es infre- me ofreció un informe elaborado a partir de los da-
cuente que estas hijas sean apartadas del locas ma- tos actualizados con fecha de abril de 1996. l¿ base
terno en tanto que se las considera susceptibles de del SIPI-INNFA registraba los datos de 13.257 me-
provocar la seducción por parte del nuevo compañe- nores a nivel del país, de los cuales 1.602 habían sido
ro de la madre. residentes en El Camino Llano. Ví que esto suponía
t) Hay que decir que, si bien el divorcio puede resultar un l29o de la demanda de asistencia en términos ab-
común entre la clase media en la actualidad, se con- solutos durante los años 1993 y 1996. Según esto, es
templa como algo nada común para los sectores po- de suponer que la intervención del INNFA se focaü-
pulares a finales de los años sesenta. Tras escuchar za en las áreas urbano-marginales de las dos grandes
esta apreciación en los círculos de ciertos colegas del ciudades del país, a saber, Quito y Guayaquil.
ámbito académico en el país le comenté a Emiliana 79 El hacinamiento se estima en base al número de per-
sobre esta observación. En efecto, ella confirmaba sonas por espacio habitable y su cuantificación varía
esta apreciación sobre la infrecuencia de los divor- según los contextos y segtln las fuentes.
cios en su entorno inmediato, No obstante, me indi- 80 Este tipo de cultivos introducen una técnica que
có que su caso había tenido el precedente del divor- combina el agua con un sustrato muy pobre que
cio de su tío Nelson, a quien ella se referia como su puede conseguüse fácimente en los aledaños de las
papáy a quien he mencionado anteriormente. ciudades, sin necesidad de tier¡a fértil. Pude ver que
74 Su hija Soledad me habla dicho: "Mi mamá fué ro- algunas mujeres habían logrado cultivar algunas
bada'l Po¡ su p¿¡¡te, Marcia en su relato daba señales plantas de tomate y judías, aunque sospecho que ello
para p€nsar que el tal robo podía haber sido una ne- no suponía un alivio importante para su economía.
gociación desigual. Además de que conservaba sus 8l Esta es una de las posiciones en el debate mantenido
apellidos de origen, sabía que había sido "hija de por algunas profesionales que desde el feminismo
matrimonio", puesto que cuando hubo de formali- trabajan en la planificación para el desarrollo en la
zar su cédula de identficación tuvo oportunidad de región andina. Al respecto pueden consultarse los
ver su partida de nacimiento. trabajos del Centro Flora Tiistán de Lima, siendo re-
75 Se consideran necesidades básicas, en este caso, el ac- ferentes Maruja Barrig y Virginia Vargas, entre otras.
ceso al sistema de agua canalizada y a las vías de eü- En el contexto ecuatoriano son referentes profesio-
l}4 / Sistema Patriarcal

nales del estudio del género en la planiñcación para Esta encuesta fue realizada dentro del Programa de
el desarrollo: Maúa Cuü, Magdalena León y Rocío Encuestas Mundiales de Fecundidad, por lo que se
Rosero, por citar algunas. aprecia la intervención externa. T:rmbién se basa en
82 He llamado nuevas confesiones a los credos alterna- los datos de la Encuesta Demográfica y de Salud Ma-
tivos al católico, que aparece como dominante. En el terna e Infantil de 1989, rcakzada por el CEPAR y
barrio de Silanes habla representación de varios cre- que contó con el asesoramiento del Center for Di-
dos, entre los que figuran por orden de influencia La sease Control de Atlanta en EEUU. En estas encues-
Iglesia de Jesucristo y de los Santos de los lJltimos tas fueron entrevistadas un total de 6.797 y 7.961
dfas, la comunidad Evangéüca Cristo Vive y la co- mujeres respectivamente, de edades comprendidas
munidad Cristiana de los Testigos de fehová. Con entre 15 y 49 años.
anterioridad hubo también representación del credo 88 "Saca¡ el aire" es una locución que se usa para signi-
Pentecostal, aunque no me llegaron datos sob¡e su fica¡ el hecho de provocar fatiga y también puede
influencia. querer decír atacar fisicamente con agresividad.
83 Acerca de las percepciones de los varones sobre las 89 Taussig ( 1980) se ha basado en su trabajo etnográfi-
relaciones de pareja, sobre la autoridad paterna y la co sobre comunidades indígenas qrrre trabajan en las
sexualidad, quiero destacar el estudio de Marla Cuvi explotaciones mineras del altiplano boliviano y en
y Alexandra Martlnez-Flores (199a). Su metodolo- comunidades afro-colombianas que trabajan en las
gla inclula valiosos testimonios de varones acerca de plantaciones extensivas de caña en el Valle del Cau-
estos aspectos, que fueron recogidos por un profe- ca en Colombia.

sional colaborador en los espacios de la sociabiüdad 90 Milagros Palma (1990), apunta sobre la existencia
masculina en un entorno rural de la costa ecuatoria- del mito de "l¿ Patasola" en el Chocó colombiano
na. dentro de la tradición oral entre las comunidades
Negras de la zona. La descripción de este mito tiene
84 Traducción propia: "This process is called serial
muchos paralelismos con el de "La Tunda" en Esme-
polyCyny. I see serial polygyny as an effective social
raldas. Sin embargo, creo que la interpretación de
adjustment within a purchase society. The adjust-
Palma precisarla de una mayor profundidad en la
ment allows for fluid household arrangements
contextualización y en el anáüsis simbólico.
which accommodate the fluctuations of money
9r Traducción propia: "Women have lost the supply of
sources in üe environment." (Whitten 1974:ll8),
traditional foods that they used to gather in the old-
85 Tiaducción propia: "forge has a woman living at La
style plots to sell in the towns and have become mo-
Tolita de Pailón who keeps a small fa¡m for him the-
re dependent on men than ever. They proüde a
re, from which he supplies his shop. He also has a
ready labor pool for the labor contractors or for the
woman up üe railroad in a small town, where she
urban wealthy who use them as domestic servants".
runs a small shop togeüer with her brother (who, by (Taussig 1980: 88)
the wa¡ is also a jefe de la minga) . ln San Lorenzo he 92 Sobre este particular tuve información durante mi
lives with his wife, Dais¡ and three small children'l traba.io etnográfico en la zona. En cierta ocasión tu-
(Whitten 1974:169\ ve una invitación para observar los proyectos sobre
86 A este respecto, se sabe que la fertiüdad de las muje- el terreno de la Agencia Oficial Alemana para la
res esclavas en ocasiones no obraba "conforme a lo Cooperación Exterior (GTZ) y de la Fundación In-
natural" y de ello hay referencia en las Relaciones teramericana (lAI).
Geográficas de la Real Audiencia de Quito (Ponce 93 La marimba es un intrumento musical de percusión
1994). En otros contextos el control de la fertilidad que sólo tocan los hombres. Por sinéqdoque, ma-
por parte de las mujeres esclavas ha sido también rimba es la actuación conjunta de coros femeninos y
documentado. McBeckles (19E9) habla al respecto voces masculinas, al ritmo de varios instrumentos de
de Barbados y Giddings (198a) lo hace sobre Nor- percusión como la propia marimba, el bombo, el cu-
teamérica. nuno, la maraca y la guasá, con propósito ritual o
87 CEPAR ( 1992a) es un estudio sobre fertilidad que se festivo. La marimba forma parte del llamado folklo-
basa en los datos de la Encuesta Nacional de Fecun- re particular de la población afro-ecuatoriana de la
didad de 1979 (sobre datos del periodo 1964-79). costa de Esmeraldas.
CONCLUSIONES O MORIR UN POCO

Hablar de concluir entiendo que ideas previas a la experiencia etnográfica que


supone tomar responsabilidad sobre la autori- podían coincidir en cierto modo con los argu-
dad que se confiere a quien investiga. Siento mentos de Franklin Frazier (1966) al respecto
que supone también morir o matar un poco. de lo que él definía como matriarcado, refir-
Este volumen se cierra con resultados que no iéndose a la matrifocalidad dentro del sistema
son definitivos y que aspiran a ser reconsider- parental de las comunidades Negras en los
ados en futuras investigaciones. Con mi traba- EEUU de los años 40. Pensaba que parecía
jo he pretendido contribuir en el desarrollo de verosímil que la herencia africana y las condi-
unas líneas teóricas que al mismo tiempo me ciones de Ia esclavitud hubieran producido
han servido de soporte y referencia contrasta- una tendencia matrifocal en el interior de la
da para el análisis. organización de los hogares Negros. Pensaba
La centralidad de la figura de la madre yo que las familias Negras en Ecuador iban a
ha ido guiando esta investigación que ha ser casi "naturalmente" desestructuradas. Pues
quedado formulada según las siguientes bien, cuando llevaba un tiempo en aquel país
hipótesis: pude ver que la política racial y las relaciones
de género eran mucho más complejas sobre el
o El concepto de matrifocalidad es un con- terreno. Si en un principio pensaba que la
structo sobre la alteridad para explicar el matrifocalidad iba a ser un elemento casi iden-
sistema parental de la diáspora africana titario de las comunidades Negras, enseguida
en las Américas. Dicho de otro modo, entendí que el propio concepto había sido
este concepto viene a explicar una construido para ser aplicado a ellas, como si
supuesta desviación del modelo de famil- compartiesen una esencia que las hiciera
éstas
ia de la clase hegemónica. homogéneas, en tanto que "ese Otro" por
¡ conocer'
La centralidad de la figura de Ia madre,
La realidad' por el contrario' muestra
como tal constructo, además de suponer
el cuestionamiento del modelo de familia
toda una diversidad de modos culturales' En
Ecuador he visto que la herencia africana se ha
nuclear, resulta ser metáfora del liderazgo
político de las mujeres como agente, fundido con la española y la aborigen muy a
pesar de la inconveniencia de este mestizaje a
sociales. Las mujeres en tanto que madres
los ojos del discurso colonial dominante. Si en
resultan ser sujetos nodales en la estruc-
tura social y como tales eventualmente Ecuador puede hablarse de comunidades
Negras' es preciso atender a su heterogeneidad
acceden a la representación política como
en relación con sus orígenes y de Ia posición
actoras de primer orden.
regional en la que se han desarrollado.
Sobre la primera hipótesis he seguido Al respecto de los orígenes, gran parte
un proceso de reestructuración. Yo tenía unas de los esclavos y esclavas que llegaron a la Real
196 / Conclusiones

Audiencia de Quito eran latiníes, esto es, nidades Negras de EEUU y del Caribe' Smith
habían tenido crianza en las colonias, por Io pretendía desplazar los conceptos que al
que no puede decirse que participaran de una respecto de las familias Negras hablaban de
herencia cultural africana común. Debido a las matriarcado y de un consigui,ente debilita-
múltiples procedencias de quienes fueron miento de Ia autoridad masculina. La propia
importados/as como piezas de la trata esclav- auto-revisión de Smith ( 1996) sobre la idea de
ista desde las vastas tierras de Africa, no puede la matrifocalidad pone de manifiesto que la
afirmarse que su herencia cultural fuera fuerza de este constructo está en lo que supone
común en absoluto. Tampoco sufrieron idén- de cuestionamiento a la familia nuclear y a la
tico sometimiento dentro del sistema esclav- autoridad masculina.
ista. La esclavitud no afectó de igual manera a Al respecto del debate sobre la unidad
quienes llegaron a habitar la tierra de las familiar y la autoridad fiscal masculina como
Esmeraldas y otras tierras bajas del Pacífico, algo natural he visto relevante el análisis de
que a quienes poblaron las tierras altas de los Young (1984), si bien he pretendido mostrar
valles interandinos bajo la empresa de Ia que no resulta correcto hablar de autoridad
Compañía de fesús. La esclavitud afectó tam- masculina sino de autoridad paterna o de Ios
bién de modo diferencial a hombres y mujeres varones en tanto que padres. Con apoyo en la
en condición de servidumbre forzosa. Pude tesis de Stolcke (1984a) he tratado la
ver que la moralidad familiar había sido explotación dela moralidad familiar, no tanto
impuesta por la polltica católica colonial a la que se produce sobre familias ya constitu-
través del sistema esclavista y que su vigencia idas sino Ia que genera familias para el efecto
era muy poderosa en el orden práctico y en el productivo, como aparece en la empresa de la
simbólico. caña gestionada por la Compañía de fesús en
La constatación de esta heterogeneidad los valles interandinos. De esta misma autora
ha sido clave para descartar aquellas ideas me han servido los aniílisis sobre la articu-
apriorísticas. Si las comunidades Negras lación analítica de género, razay clase (Stolcke
hablan compartido algo, lejos de ser particu- l992a,b). En este sentido he considerado sus
laridades cromosómicas, aquello era una aportaciones acerca del matrimonio restrictivo
herencia del .sometimiento colonial basado en como institución racista para la evitación de la
la retórica de la pureza de sangre. He aborda- movilidad social de posibles gruPos emer-
do la discontinuidad racial-sexual al respecto gentes y como mecanismo de control de la
de la construcción de las categorías sociales, en sexualidad.
el sentido de que las categorías basadas en cri- De las tesis de Smith (1987, 1996) he
terios fenotípicos no han sido nunca definiti- tomado el concepto de matrifocalidad en
vas y que las posiciones sociales han sido fruto tanto que modelo explicativo de la situación
de la dialógica de los poderes en conflicto' de las madres en el foco de las relaciones den-
El concepto de matrifocalidad que tro y fuera del hogar. Ello sitúa el mito del
Smith (1956) acuñara para hablar de Ia figura derecho materno fuera del análisis. En este
de la madre como foco de las relaciones entre sentido me he apoyado también en algunas de
las comunidades negras en la Guyana inglesa, las elaboraciones teóricas del feminismo afro-
ha sido aplicado por extensión a las comu- americano que entienden la maternidad como
Afrodescendenciten elücurrdor / 197

una institución compleja que sobrepasa el ción que se piensa natural como es el amor
estrecho ámbito de la procreación (Collins maternal. La dialógica del discurso a través del
1990). Esta idea se relaciona con la autoridad proceso histórico ha ido dando nuevos signifi-
conferida a las madres y con el poder de cados a la maternidad y a la posición de las
gestión que significa su posición. A este mujeres en ella.
respecto he hablado de maternidad política, en La esclavitud afectó de manera distinta
tanto que la figura de la madre significa poder al régimen de minas reales, haciendas, obrajes
de gestión (agency), tutoría e interlocución en y servicio doméstico. No obstante, se puede
el terreno representativo. decir que la norma de la familia nuclear pafri-
A través de la investigación he podido arcal fue impuesta por la corona española y
constatar que la autoridad materna tiene una por el régimen católico durante toda la políti-
construcción histórica que no depende especí- ca esclavista. Hay prueba de ello en el arreglo
ficamente de la herencia africana o de la de familias esclavas para las minas reales de
esclavitud y que nos lleva más atrás. En el Barbacoas desde principios del siglo XVII, así
primer capítulo se ha mostrado que la catego- como para la empresa hacendataria |esuíta de
rízación colonial atendía a un orden racista y la caña de azucar en los valles interandinos al
sexista basado en criterios de pureza de sangre, norte de Quito.
para lo cual el matrimonio monógamo restric- La retórica ilustrada de fines del siglo
tivo era crucial. Hubo hombres Negros que XVIII haría emerger la demanda de nuevos
pudieron subvertir su condición racial y lle- derechos por parte de esclavos y esclavas sobre
garon a ser Mulatos notables, Gobernadores de el supuesto derecho natural de los vínculos
la tierra de las Esmeraldas con quien Ia corona matrimoniales y de familia. Los hombres
española iba a negociar sobre la pacificación Negros y Pardos comienzan a demandar el
de sus dominios. Quiero destacar que si bien reconocimiento de su posición como padres y
estos Mulntos ladinos gozaron de cierta movil- las mujeres Negras aparecen también como
idad social, algunas mujeres de su linaje agentes para Ia emancipación de ellas mismas
fueron sometidas a servidumbre y cautiverio, y de sus hijos e hijas. El proceso de emanci-
con lo que se confirma que la condición de pación o de desesclavizaciónafectó de diferente
género puede agravar una condición racial manera a hombres y mujeres. Muchos de los
subordinada. hombres no pudieron elegir que el precio de
He pretendido mostrar que la mater- su libertad fuera integrar las filas de los más
nidad, lejos de ser natural, ha sido una institu- variados ejércitos. Las mujeres tampoco tenían
ción sujeta a transformaciones. Garcilaso de la elección cuando debían negociar su libertad a
Vega (1996) hablaba en el siglo XVI de mama- cambio de los servicios sexuales impuestos por
cuna, la institución maternal por excelencia sus "patrones". He visto que de aquí parten dos
durante el Incario. En los protocolos notari- estereotipos importantes que marcan la vida
ales no se habla de amor maternalhasta la lle- de hombres y mujeres de ascendencia africana:
gada del discurso ilustrado en la demanda de el hombre es conceptualizado como guerrero y
nuevos derechos parala servidumbre esclava. criminal, mientras que la mujer lo es como
En efecto, hasta la llegada del discurso ilustra- sirvienta y amante lasciva.
do no tenemos constancia de una construc-
198 / Conclusiones

He revisado los últimos años del sis- resultó con la ley de cooperativas que excluía
tema esclavista y el proceso de las nuevas col- la participación de las mujeres madres en tér-
onizaciones en el periodo republicano de minos de igualdad. A partir de las transforma-
Ecuador para sustentar el análisis del desarrol- ciones debidas a la reforma agraña aparecen
lo diferencial de las regiones de costa y sierra atisbos de construcción de identidades
como fuente de la diversidad cultural. La raciales. Ejemplo de ello es la demanda de
norma de la familia fue preponderante aunque derechos sobre la tierra por parte comu-
puede decirse que la moralidad familiar fue nidades Negras en Esmeraldas, como también
más explotada en la región de la sierra, por lo es la ocupación de tierras por parte de los y
cuanto estuvo más sujeta al control de las las descendientes de las antiguas familias
instituciones. La particularidad geográfica de Negras de los jesuítas en sus antiguas
la costa norte pudo propiciar una itinerancia propiedades de la sierra norte. Aparece así una
que explica la cohexistencia de la norma identidad afro-ecuatoriana ligada a la
monogámica con Ia práctica poligámica. Por propiedad sobre la tierra que estas comu-
otra parte, entiendo que la supuesta frag- nidades rurales han ocupado tradicional-
mentación en la estructura conyugal en la mente, ya sea en libertad o en esclavitud.
costa norte puede haber sido resultado del En relación con la segunda hipótesis,
expolio del entorno a partir de las sucesivas he visto que la autoridad masculina es un con-
colonizaciones. structo que explica una relativa fuerza coerci-
La expulsión de la Compañía de fesús a tiva de los varones -en tanto que padres- en el
finales del siglo XVIII produjo transforma- sistema parental. Esto último es lo que quiero
ciones en la gestión de sus propiedades. Las destacar: que es la posición de padres lo que
familias esclavas que habían pertenecido a la hace a los varones susceptibles de que la
orden emergen como agentes colectivos de autoridad les sea conferida. Por lo mismo.
una demanda política en contra de su enaje- podemos dar el siguiente paso: aceptar que
nación como bienes muebles. Se van pro- esta lógica de la dominación no integra a los
duciendo migraciones internas que nutren de varones sino en tanto que padres biológicos y
mano de obra masculina las nuevas explota- transmisores del linaje, de ahí su interés en
ciones extensivas, como la del cacao, de la reforzar vínculos mediante la paternidad
costa norte en manos de capital transnacional. biológica.
La tecnificación del trabajo agrícola en la sier- Al respecto de la facultad bio-repro-
ra va redundando en una presión demográfica ductiva he visto que la fertilidad uterina es
sobre Ia tierra. Con la ley de reforma agraria de demandada dramáticamente por los varones
la década de los 60 y 70 se acusa el exodo rural para acceder a su integración en una identidad
a las dos grandes ciudades del país, Quito y masculina que se ha construido €n base a su
Guayaquil. El llamado proceso de modern- acceso como agentes al derecho paterno. En
izaciónd,el sector agrario no redundó en la dis- esta línea he visto la pertinenci,a de lo que
tribución de la propiedad, había dido diseña- Stolcke (1987) teorizaba sobre la idea de la
do para evitar la precarización y favorecer la paternidad en el discurso de las nuevas tec-
acumulación capitalista. El marido-padre nologlas reproductivas. Entiendo que la vieja
seguía siendo el jefe de la unidad productiva, si paternidad necesita ser revisada y problemati-
cabe. esta autoridad fiscal se reforzaba. Así zada.
Afrodescendenciaen el Ecuador / 199

En los relatos recogidos sobre el ter- colectivo y que es hora de aplicar de manera
reno he visto que la fertilidad uterina, Io que se integral un enfoque parala invención de hom-
entiende por la facultad reproductiva de las bres y mujeres como agentes sociales en condi-
mujeres, responde más a una demanda de los ciones de igualdad.
varones que a una necesidad vital de ellas mis- En el análisis del discurso sobre la
mas. Conseguir progenie efectiva, hijos e hijas, pobreza estructural aplicado al barrio de La
es una necesidad para que los sujetos incoados Bota, he visto que dentro de la retórica de la
logren integrar la identidad masculina al feminización de la pobreza no se puede afir-
acceder a la posición agente del derecho pater- mar que la jefatura de hogar femenina deter-
no. Por el contrario, he visto que las mujeres mine una mayor depauperación de los grupos
llegan a ocupar la posición materna a través de domésticos. Tal como muestran los datos
modos alternativos a la propia procreación. sobre el barrio en que realicé mi trabajo etno-
Esta idea se vincula con la segunda hipótesis al gráfico, los hogares con jefatura femenina no
respecto de que la maternidad significa lider- son más pobres en términos generales. Si ten-
azgo y poder representativo para las mujeres emos en cuenta que estos hogares son los que
que Ia ejercen en cualquiera de sus formas más sufren de desempleo y subempleo, parece
posibles. Este argumento es circular puesto claro que la gestión autónoma de las mujeres
que entiendo que las mujeres pueden acceder en tanto que madres es notablemente efi-
al liderazgo a través de su posición como ciente. Hay que destacar que en el acceso a
madres, pero también ocurre que las mujeres vivienda propia sí se acusa una diferencia sig-
adquieren la posición de madres a través de su nificativa en este sentido. Los hogares con
condición de líderes y agentes interlocutoras jefatura femenina tienen menor acceso a la
en el espacio político, lo cual conforma el sig- vivienda en propiedad. Creo que esto es
nificado profundo de la institución de la importante, en tanto que "ser dueño de casa"
maternidad. tiene un alto valor material y también simbóli-
La maternidad aparcce como metáfora co.
deI liderazgo político y representativo. He visto Un tema central es el orden familiar del
que en el barrio de La Bota las madres apare- derecho paterno como resultado del matrimo-
cen como agentes en el desarrollo, El caso de la nio católico restrictivo basado en el racismo y
maternidad construida en la persona de Elba la norma heterosexual. Esto último va íntima-
ilustra que el liderazgo político significa la mente relacionado con Ia construcción de las
autoridad conferida a las madres para la inter- identidades bipolares de género y con las con-
locución y el poder de gestión. Ello explica por siguientes asignaciones de la autoridad
tanto el contenido semántico de la maternidad parental. Así, el matrimonio monógamo
separado de la facultad bio-reproductiva. En el aparece como normativo. Esto ha sido tratado
terreno de la planificación para el desarrollo y a partir de los relatos recogidos en el capítulo
de la intervención institucional al respecto, he quinto. Considero importante revisar las ideas
visto que el enfoque de género puede reflejarse androcéntricas acerca de las relaciones
en el trabajo formativo y productivo con poligámicas. Al respecto de la vigencia de la
mujeres. Por otra parte, pienso que los varones conyugalidad o matrimonio de jure se aprecia
precisan también atención diferencial como nuevamente que existen diferencias entre
2(X) / Conclusiones

costa y
sierra. En Ia costa la nupcialidad es tar el sexo conyugal y para ello se justifican en
mucho menos significativa que en la sierra. la heteronomía, como si no les fuera permiti-
Por lo que he podido inferir del análisis de los do tomar la libre opción de la abstinencia.
relatos de vida y a través de la experiencia Pude ver que las mujeres habían sexualizado
etnográfica, he visto que las relaciones espacios en que el intercambio con¡rgal qued-
endogámicas son más evidentes en las aba fuera de lugar. He visto que la sexualidad
primeras uniones. En este sentido, el matri- extra-conyugal se expresa desde múltiples sig-
monio entre iguales se aprecia miís en las pare- nificados que aparecen en el terreno de las
jas que se unen por primera vez. Por iguales fuerzas mágicas que la economía de lo malig-
considero de costa o de sierra, quedando la no. Aquí veo la fuerte influencia de la doctrina
particularidad racial en un segundo plano. He católica con su administración de la gracia y el
visto que las uniones interraciales se han dado pecado a quienes se atienen a la norma o se
tradicionalmente en ambos contextos aunque desvían de ella respectivamente.
casi siempre como resultado de uniones suce- En este sentido, la igualdad se expresa a
sivas a la primera. través de la retórica católica. Ser "cristiano/a"
He considerado las posiciones de hom- representa pertenecer a la categoría de los
bres y mujeres en el sistema patriarcal tal iguales. El ritual del bautismo implica la ini-
como ap¿rrecen en sus percepciones acerca de ciación en esta doctrina y su no realización
la autoridad materna y paterna en la inter- está cargada de simbolismo. Los niños y niñas
subjetividad. En este sentido, he visto que Ia que no se han iniciado son susceptibles de
imagen del marido-padre forma parte de la sufrir los males asociados a la contaminación
metáfora del "respaldo" de la mujer-madre del pecado como son el mal de ojoy el mal aire.
como ente autónomo que tiene conferida la He visto que esta contaminación alude casi
autoridad materna de gestionar y decidir exclusivamente al intercambio sexual extra-
sobre el grupo doméstico. Como ya ha queda- conyugal. Algo que quiero destacar es que son
do dicho, entiendo que es cuestionable la lec- las mujeres no sujetas al sexo matrimoniable y
tura unívoca de las relaciones poligámicas las que han hecho subversión de la maternidad
donde el varón aparece como centro de las las que son eventualmente acusadas de
mismas. Sin embargo, creo que las implica- infundir el mal de ojo en las criaturas. Se
ciones de la ley del derecho paterno, por la cual entiende que es deseo pasional, contami-
el marido-padre tiene la función representati- nación sexual, lo que estas mujeres transmiten
va del grupo familiar a efectos fiscales, son a las criaturas por las que pueden mostrar
determinantes en la construcción de esta involuntariamente agrado. Aparecen por
visión androcéntrica. tanto, expresiones implícitas al margen de la
Las expresiones acerca dela sexualidad heterosexualidad conyugal.
refuerzan la norma del intercambio heterosex- He visto que la autoridad materna
ual. Las subversiones aparecen justificando la provoca una relación dialéctica entre madres e
norma. He visto que el placer sexual como hijas que no aparece en la relación de aquéllas
parte del deber conyugal no se hace explícito con los hijos varones. Entiendo que esto no se
en la subjetividad de las mujeres, sin que esto da con los varones porque ellos no son consid-
quiera decir en absoluto que este placer no erados sujetos nodales en las estructuras
tenga lugar. A menudo las mujeres buscan evi- parentales que emergen. Esto refuerza la idea
Afrodescendencia en el Ecuador / 201

de Ia figura de la madre como sujeto central en idad desordenada. He pretendido mostrar que
las relaciones parentales. Según esto podría a la luz de los datos sobre personajes de la
pensarse que las mujeres buscan la realización mitología local, Ia idea del diablo tiene su
de la facultad bio-reproductiva por cuanto ello expresión en los cuerpos de la mujer y de la
supone su iniciación en tanto que nuevos suje- madre. Ellas aparecen representadas en los
tos nodales dentro del grupo parental. Sin relatos de la mitología como protagonistas en
embargo, volviendo a uno de los argumentos las competencias del mal y su poder es patente.
centrales, he visto que la fertilidad uterina En estas personificaciones del diablo he apre-
aparece más necesaria para los varones por ciado la construcción de figuras que podrían
cuanto les supone la carta de acceso aI derecho conceptualizarse como híbridos entre mujer-
Paterno y ello tiene importantes implicaciones madre y máquina que ponen de manifiesto la
en el orden jerárquico más extenso. Por todo autoridad conferida a la maternidad. También
ello quiero destacar que la afirmación de que he visto que estas narraciones míticas pueden
la maternidad es factor inherente en la consti- estar indicando una resistencia colectiva ante
tución de la identidad de las mujeres necesita la colonización en lo que respecta a los proce-
ser revisada. sos de invasión, a la imposición tecnológica
Para terminar, y desde un nivel de externa y a la enajenación de las personas y de
análisis simbólico he visto una clara aso- los pueblos.
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