Otro año se encuentra a punto de terminar y como a todos me toca la
hora de hacer un balance. En comparación a los dos últimos años tuvo mucho más “color”. El lapso comprendido entre 2019 y 2020 sentí que no lo viví, lo sobreviví. Sin entrar en demasiados detalles, me pasaron muchas cosas negativas y se me privó por parte del Estado de disfrutar los resultados que el esfuerzo me dió. Si bien sucedieron cosas positivas, no contrarrestaron una mala cotidianidad. Este 2021 lo transité de manera muy saludable y así también lo hizo todo mi entorno. Este es un aspecto revalorizado, producto de la pandemia, que antes se veía como algo normal por lo que un joven no debía agradecer. Ahora me doy cuenta de que la muerte no le importa tu DNI, te llega en cualquier momento y sin avisar. Con respecto a lo laboral, el año fue bueno, pude realizar la pasantía de manera presencial, esto me permitió conocer a la Agencia Córdoba Deportes desde adentro e interactuar con muchas personas, insertándome dentro de un ambiente “real” de trabajo. A pesar de esto debo ser franco la cuestión de la remuneración, es un tema que no se concreta y eso me frustra. Con respecto a lo personal también lo considero bueno. Mantuve y profundicé los valiosos vínculos que ya tenía además de hacer algunos nuevos. Pude abrir está vía de comunicación, un viejo anhelo que los tiempos y ocupaciones me habían negado. Para ser sincero debo decir que este año, quizás no quede marcado a fuego en mi me memoria. Ya que no hubo grandes acontecimientos, se puede rescatar como pico: la obtención de la Copa América en el Maracaná. A pesar de no tener grandes emociones el 2021, me permitió tener una cotidianidad: buena, normal y ordenada, aspectos que no se conjugaban desde el 2019. Creo que esta convergencia me hizo recuperar la paz y el buen humor. En síntesis, el 2021 no tuvo grandes luces ni grandes sombras, por eso le doy un 8, porque si tenemos en cuenta el contexto, la suma de pequeñas cosas buenas, termina dando como resultado un año muy bueno. Veremos que me depara el 2022, un año en el cual espero repetir sensaciones y que todo lo descripto anteriormente se mantenga, como mínimo de igual manera. Me hace mucha ilusión lo deportivo. El año que viene muy probablemente Roger Federer disputé sus últimos torneos como profesional, lo que resta saber el nivel que tendrá. Además, como “plato fuerte”, estará el Mundial. En medio oriente nuestro combinado nacional irá en búsqueda de ese anhelo que se nos niega, hace más de 3 décadas. Para finalizar, quiero realizar cuatro agradecimientos especiales. Uno a mi tío Darío, hacedor logístico de este sitio. A los “insistidores” que creyeron en mí al leer cada texto, por ello me pedían que compartiera mis artículos. A mis padres por tomarse el tiempo de pulir esas ideas primigenias. Y por último a ustedes lectores asiduos de este blog, sin su participación, este emprendimiento no tendría sentido, gracias por “prenderse” a la diversidad de ideas, además del apoyo constante… veremos que fluye durante el 2022, espero sigan ahí brindándome su tiempo y realizando sus comentarios ya sean positivos o negativos... LES DESEO UN GRAN 2022 A TODOS..