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Louis Dumont

Introducción a dos teorías


de la antropología social

EDITORIAL ANAGRAMA
BARCELONA
Titulo dé la edición original:
[ntroduction a deux théories d'anthropologie sociale INDICE
© École Pratique des Hautes Études and Mouton

Traducción:
José R. Llobera (texto de Dumont)
Antonio Desmonts, Helena Valentí, Erika Bornay (Apéndice)
Maqueta de la colección:
Argente y Mumbrú

Prefacio 9

PRIMERA PARTE

E L PARENTESCO SEGÚN RADCLIFFE-BROWN 13

A. ¿Qué es el parentesco? 15
1. Notes and Queries 15
2. Radcliffe-Brown 18

B. ¿Qué entender por «sistema de parentesco»? . . . . 20


3. El principio 20
4. Características de los sistemas de parentesco según Rad-
cliffe-Brown 22
5. Esbozo de una teoría de los «sistemas» 23
6. Diversos aspectos del parentesco 29
7. La naturaleza del parentesco: una discusión reciente . 31

C. Relaciones de persona a persona y «principios estructu-


rales» 34
8. Relaciones interpersonales: vocabulario y comportamiento 34
9. Los «principios estructurales» de Radcliffe-Brown . . 39
10. El principio mayor: la filiación 41
Esta edición, realizada en México por Representaciones
Editoriales, S. A., se publica con la autorización de:
Editorial Anagrama de Barcelona España SEGUNDA PARTE
Editorial Anagrama, S.A.
Representaciones Editoriales, S . A . LA TEORÍA DE LOS GRUPOS DE UNIFILIACIÓN 45
Derechos reservados conforme a la ley.
Impreso y hecho en México. D. Antes de The Nuer 47
ISBN 84 - 339 - 0605 - 4 11. La filiación según Rivers 47
Dqxisito LeRal: B . 50927-1975 12. «Descent» y «Succession» en Radcliffe-Brown . . . . 51
13. Unifiliación y otras «filiaciones» 54

5
E. EVANS-PRITCHARD: THE NUER nidad local y, de esta forma, se separa de otras comunidades del
mismo tipo» (p. 135; subrayado por mí). E l autor a ñ a d e : «El
examen de la palabra cieng nos m o s t r a r á uno de los caracteres
m á s fundamentales de los grupos locales, y ciertamente, de todos
los grupos sociales nuer: su relatividad estructural».

¿Qué quiere decir un nuer cuando afirma: «Soy un


hombre de tal cieng». Cieng significa home, pero el sig-
nificado preciso del t é r m i n o varía con la situación en
que se pronuncia. Si alguien encuentra u n inglés en Ale-
mania y le pregunta de dónde es (where his home is), es
muy posible que responda que es de Inglaterra. Si encon-
14. The Nuer: relatividad estructural tramos al mismo individuo en Londres y le hacemos la
misma pregunta dirá que es de (his home is) Oxfordshire,
Tratar de resumir The Nuer de Evans-Pritchard sería perder y si lo encontramos en dicho condado dirá el nombre del
el tiempo; obra maestra de la literatura monográfica moderna, pueblo o ciudad donde vive. Finalmente, si se le pregunta
el libro está condensado al m á x i m o . En vez de tratar de resu- en su ciudad o pueblo, responderá mencionando la calle
mirlo, es preferible intentar señalar su aportación original. Ante y si se le pregunta en dicha calle r e s p o n d e r á señalando
todo, la obra constituye el fundamento de la teoría de los siste- su casa. Lo mismo sucede con los nuer. Fuera de su país,
mas políticos y de los grupos de unifiliación en la antropología un nuer afirma que es de cieng Nath, Nuerlandia. Es po-
inglesa. Con relación a Radcliffe-Brown representa, a la vez, una sible que se refiera t a m b i é n a su país tribal con el tér-
continuidad y una ruptura (D. F. Pocock, Social Anthropology) mino cieng, aunque la expresión m á s c o m ú n en este caso
He aquí los aspectos que conviene subrayar en primer lugar. sería rol. Si en su t r i b u se le pregunta dónde está su
E l rasgo m á s general que caracteriza a la obra del principio al cieng, n o m b r a r á su pueblo o sección tribal según el con-
final, y la opone tanto a sus precedesores como a muchos de sus texto. Por lo general n o m b r a r á su sección tribal terciaria
sucesores, es el aspecto estructural: Evans-Pritchard profundiza o su pueblo, pero puede referirse t a m b i é n a las secciones
considerablemente la noción de «estructura social» de Radcliffe- primarias y secundarias. Si se le hace la pregunta en su
Brown. Pero no basta con decir esto, ya que, de hecho, reem- pueblo, responderá mencionando el nombre de su caserío
plaza esta noción vaga por una idea precisa que, como t r a t a r é o indicará su casa o aquella parte del pueblo donde está
de mostrar, es verdaderamente la idea de «estructura» en el sen- situada su casa. Así, cuando un hombre dice: «Wa cieng-
tido estricto del t é r m i n o . da» (Me voy a casa), si está fuera de su pueblo quiere
Podemos- empezar por insistir sobre la «relatividad» de las decir que vuelve a éste, si está en éste indica que se dirige
nociones, cuestión sobre la que Evans-Pritchard vuelve una y a su caserío, y si está en su caserío que va a su vivienda.
otra vez, y que h a b í a sido central ya en su gran libro sobre la Cieng significa, pues, casa, caserío, pueblo y secciones
brujería entre los azande. A p r o p ó s i t o de las agrupaciones loca- tribales de órdenes diversos (p. 136).
les, o comunidades locales, nos dice que empleando tal o cual
nombre que las designa, el nuer «se identifica como una corau- El autor a ñ a d e que estas variaciones en el sentido de la pala-
bra no son debidas a una incoherencia lingüística, sino a la
1. L a s citas y referencias remiten a m i prefacio a l a t r a d u c c i ó n francesa
de The Nuer ( G a l l i m a r d , 1968); en dicho prefacio he incorporado las conclusiones relatividad de los grupos (exactamente a los «valores de los gru-
del presente estudio. pos») a los que remite la palabra. Es preciso comprender esta

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relatividad para que «las contradicciones aparentes de nuestra Se trata de la relatividad de los elementos en un sistema
descripción puedan verse como internas a la estructura misma, segmentario, y esto es cierto con independencia del sistema po-
como una característica de ella». Se ha dado un paso impor- lítico, del sistema de linajes o del sistema de clases de edad.
tante: es evidente que no estamos ya al nivel de la «estructura Sea un sistema de grupos en que los grupos A , B , C, D, etc., com-
social» de Radcliffe-Brown, sino al nivel de la estructura en el prenden subdivisiones de primer orden A i , A2, A , B i , B2, B3, etc., 3
sentido estricto e intelectual del término, de la estructura como que a su vez comprenden subdivisiones de segundo orden Ai»,
sistema de oposiciones. Aib, etc., B i a , B i b , etc., y así sucesivamente. Nos detendremos en
2
el tercer orden: A i i , etc. . E l sistema se llama segmentario si las
a

subdivisiones de diversos órdenes coexisten virtualmente en todo


momento y sólo se manifiestan alternativamente en situaciones
A2 determinadas. Tomemos como ilustración el caso de los grupos
Al
territoriales.
a b e a b e Supongamos que un miembro de A i ha cometido un homi- ta

cidio. Se presentan tres casos distintos según la víctima sea un


® miembro de A2 por oposición a A i , de A i por oposición a A i ,
o de Aia„ por oposición a A i i (ver Fig. 1).
a
c a

CASO I

© Primer caso: la víctima es miembro de A20.: todo miembro


de A es solidario contra todo miembro de A i . E l conflicto es
2

entre subdivisiones de primer orden.


Segundo caso: la víctima es miembro de A i „ : todo Au es c

solidario contra todo A . E l conflicto es entre subdivisiones de


)a

a b e segundo orden.
Tercer caso: la víctima es miembro de A „ : el conflicto es !a

entre A i y A i , subdivisiones de tercer orden.


)a a n

CASO II
15. The Nuer: sistema político y sistema de linajes

Hemos visto (§§ 5-6) que Evans-Pritchard distingue, a d e m á s


de la familia, tres «sistemas» diferentes: sistema de parentesco,
sistema de linajes y sistema político. La distinción entre los dos
primeros se basa en la distinción indígena entre mar, parentes-
co «cognaticio» o consanguíneo entre personas, y buth parentesco
exclusivamente agnaticio entre grupos. Desde el punto de vista
del mar, Ego tiene un círculo de parientes cuya distancia en
CASO III

2. No hemos c r e í d o necesario ser fieles a la s i m b o l i z a c i ó n propuesta por


e l autor por considerarla poco c l a r a y en u n a o c a s i ó n ambigua ( " A , B . C " pp. 193
y 201). Hemos preferido una s i m b o l i z a c i ó n que traduzca de la manera m á s
c l a r a posible, y de una forma s i s t e m á t i c a , la idea del autor.
Fig. 1
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generaciones es inferior, o igual, a tres; desde el punto de vista ceptual» (p. 212) de estas unidades territoriales, como veremos
de buth Ego reconoce un parentesco agnaticio de grupo a partir a continuación.
de cuatro o cinco generaciones de distancia. Desde este punto E l autor distingue entre «secciones tribales» o subdivisiones
de vista, desde el lado agnaticio, el límite entre los dos lo pro- de tres órdenes sucesivos: primarias, secundarias y terciarias.
porciona la siguiente definición: «son mar aquellas personas a La tribu que llamaremos Sa se subdivide pues en: a i , a2, a , 3

las que en el matrimonio de sus hijas Ego puede reclamar una secciones tribales primarias, éstas, a su vez, se subdividen en
parte» de la prestación proporcionada por los parientes del ma- secciones secundarias: a¡¡, a¡ , a n , etc., a2i, a22, a23, etc., y éstas en
2

rido a los parientes de la esposa («bridewealíh proper»); esto se secciones terciarias: a m , a m , ai22, etc.
extiende (recíprocamente) hasta el bisabuelo de la mujer inclu- Paralelamente en el sistema de linajes el clan £ A se divide
sive, es decir, tres generaciones de agnados (n.° 9, p. 7). Más allá en linajes «máximos» A i , A2, A ; estos linajes m á x i m o s se divi-
3

de ello el parentesco mar se acaba y se trata ya de linajes, no de den, a su vez, en linajes «mayores» A n , A n , etc.; A21, A22, etc. Los
personas. linajes mayores se subdividen en linajes «menores» A m , A u , etc.;
2

Por otra parte, Evans-Pritchard desgaja un sistema político. A m , A122, etc. Finalmente, los linajes menores se subdividen en
La «estructura política» es definida, al principio, de forma pre- linajes «mínimos», que aquí dejaremos de lado.
liminar (p. 4); se trata de: Hay una correspondencia entre estos dos conjuntos segmen-
tarios por cuanto:
las relaciones en el interior de un sistema territorial en-
tre los grupos de personas que viven en regiones espácial- 1. Existe siempre un grupo patrilineal dominante en el seno
mente bien definidas y que son conscientes de su identi- de un grupo territorial determinado; esto significa, simplifican-
dad y de su carácter exclusivo. do, que puede decirse también de un clan en una tribu, un linaje
máximo ( A i ) en la sección tribal primaria ( a i ) , etc.
El sistema está en estrecha relación con la ecología. Los nuer
distinguen tribus, que tienen un nombre y habitan una circuns- 2. Si la t r i b u ( S a ) y el clan A) tienen nombres distintos,
cripción territorial definida, aunque a menudo exista disconti- esto no sucede al nivel de las subdivisiones ya que en ellas el
nuidad espacial entre la circunscripción correspondiente a la grupo patrilineal dominante es el que da el nombre a la sección
estación h ú m e d a y los «campamentos» de la estación seca, territorial correspondiente. Aunque esto no sea siempre cierto,
construidos alrededor de pozos de agua m á s o menos permanen- de hecho acontece normalmente. Esto induce al autor a escribir
tes. No existen órganos políticos especializados, n i autoridad el nombre propio con versales cuando designa u n grupo patri-
política permanente, n i siquiera al nivel de la t r i b u o de sus lineal y con minúsculas cuando designa el grupo territorial o
subdivisiones. Los nuer carecen de «estado», como no sea u n el grupo patrilineal dominante. Esta es la razón por la que he-
«estado de parentesco»; viven en lo que podría denominarse l i - mos escogido aquí los símbolos de tal forma que la unidad
teralmente «anarquía», sólo que es una «anarquía ordenada» (The territorial aparezca como si correspondiera al grupo patrilineal
Nuer, p. 181, etc.); el autor ha tratado de captar los principios que le da su nombre (sea la sección tribal secundaria a n y el
subyacentes a este orden a n á r q u i c o en lo que denomina el «sis- linaje mayor A n ) .
tema político» de los nuer. Podemos decir, sin duda alguna, que De ahí se sigue el cuadro:
el principio de este orden relativo es doble: está formado, por.
una parte, por el carácter segmentario o estructural de las sub-
divisiones territoriales de las tribus, que a la vez las une y las
separa, es decir, que mantiene una «distancia estructural» y, por
otra parte, en los clanes y linajes que facilitan el «esqueleto con-

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SISTEMA TERRITORIAL SISTEMA D E GRUPOS PATR1L1NEOS
cial y el valor, o concepto, del linaje funciona, así, a tra-
vés del sistema político. Cada poblado nuer está asociado
(2a) (tribu) (EA) (CLAN) con u n linaje y, aunque sus miembros ú n i c a m e n t e cons-
1 1
tituyen una pequeña p r o p o r c i ó n de la población total del
secciones primarias linajes m á x i m o s
poblado, la comunidad del poblado es identificada con
1 l 1 1 ellos como un agregado de personas agrupadas alrede-
• 11 a2 a3 Al A2 A3
dor de u n núcleo agnaticio. E l agregado es identificado
SCCCkNKS secundarias linajes mayores lingüísticamente con el núcleo, ya que la comunidad del
t .1 1 poblado es designada generalmente mediante el nombre
al.2 al.3 Al.l
Al.2 AI.3 del linaje. Los linajes sólo aparecen como grupos com-
secciones terciarlas linajes menores pletamente a u t ó n o m o s con respecto a las reglas de exo-
i 1 gamia, a ciertas actitudes rituales y, hasta cierto punto
al A .1 1 Al.1.2
1.1 al.1.2 muy limitado, a la responsabilidad por homicidio. E n la
Fig. 2 vida social en general, los linajes funcionan en el interior
de las comunidades locales de todos los tipos, desde el
16. The Nuer: precisiones y aclaraciones poblado hasta la t r i b u , y como parte de dichas comuni-
dades (p. 203).
El esquema ideal que hemos propuesto exige, para su plena
comprensión, u n cierto n ú m e r o de precisiones y aclaraciones. El autor llama «linaje dominante» precisamente al linaje que
Ante todo, quien dice clan no dice dominación en la tribu; y es reconocido como el núcleo de un grupo territorial que le
por dos razones principales (p. 213): 1) todos los clanes no da su nombre (p. 205). Es probable que se trate de los habitan-
tienen un status superior o «dominante» en una t r i b u : existen tes originarios de la región (p. 212), pero lo esencial es que son
clanes que no dominan en parte alguna y los linajes de origen considerados como personas que tienen un lazo importante y
dinka son tomados a título subordinado en la red territorial; único con este territorio. Esta «dominancia» viene definida al
2) todos los miembros de un clan no viven allí donde el clan es nivel de la t r i b u en su conjunto, y «en cada t r i b u un clan, o un
dominante ya que, por oposición a las tribus, los clanes están linaje máximo [N. B. con respecto a nuestro esquema ideal] está
dispersos por toda la extensión del país nuer; allí donde m i clan asociado al grupo político y ocupa en éste una posición domi-
es dominante poseo el status aristocrático (dil); donde no lo es, nante con respecto a otros grupos que viven allí igualmente...
poseo el status de un extranjero (rul) con respecto a los aristó- (y) cada uno de estos segmentos de la tribu» (pp. 211-12). E l autor
cratas dominantes. Citemos enteramente un p á r r a f o en el que traduce por «aristócrata» el t é r m i n o nuer (dil, p l . diel) que in-
el carácter de las relaciones entre linajes y grupos territoriales dica este status superior por oposición a rul, extranjero, que
es puesto admirablemente en evidencia: se aplica a los otros linajes o segmentos de linajes. Se trata, por
otra parte, de prestigio e influencia, m á s que de rango y po-
Los linajes nuer no son comunidades localizadas y cor- der (p. 215), ya que los nuer son fuertemente igualitarios. La
porativas (corporate, localized, communities: colectivi- diferencia no es significativa m á s que con respecto a la estima-
dades que por razón de sus relaciones con la tierra cons- ción del «ganado de sangre» (blood-caítle), es decir, el n ú m e r o
tituyen personas jurídicas), pero están asociados, fre- de cabezas de ganado que hay que pagar para compensar u n
cuentemente, con unidades territoriales, y aquellos miem- homicidio; si el homicidio ha tenido lugar en el interior de la
bros de un linaje que viven en un área asociada con su unidad donde la diferencia de status es pertinente, es decir, el
linaje se contemplan a sí mismos como un grupo residen- poblado (por ejemplo, 20 cabezas en lugar de 17). Con relación

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a otros segmentos, a otros poblados, la diferencia entre dil y Tal y como nosotros lo entendemos, el proceso con-
rul es, por el contrario, neutralizada: existe indiferenciación en siste en lo siguiente: ciertos grupos de linajes adquieren
el interior de u n segmento político con relación a otros seg- importancia y exclusividad políticas y se convierten en
mentos. los núcleos de las secciones tribales. De esta forma esta-
Lo mismo sucede con respecto al status inferior a los dos bilizan su posición estructural, y sus puntos de bifurca-
precedentes, el de jaang, que se aplica a un dinka cautivo y ción se convierten en puntos fijos y permanentes de su
adulto, haya sido adoptado o no (ver m á s adelante), por oposi- estructura de linajes. Esto explica por q u é la filiación
ción a un dinka nacido en el lugar. Uno es jaang únicamente en materna sólo es significativa estructuralmente en unas
el interior de la familia nuer con la que está vinculado; con pocas de las numerosas familias polígamas y por q u é
respecto al mundo exterior, no se es m á s que u n miembro de la bifurcación tiene lugar en el linaje cuando ocurre en
dicha familia (p. 219). De la misma forma que los grupos son la t r i b u (p. 247).
relativos unos con respecto a otros, igualmente el status es
relativo a los grupos.
Hay motivos para matizar lo que ha sido dicho con res- 17. The Nuer: modo de correspondencia entre sistema político
pecto a la designación de la unidad territorial por el nombre del y sistema de linajes
grupo patrilineal correspondiente. Esto es aplicable en general
(ejemplo, pp. 204-5), pero no siempre es cierto. En especial, las Se c o m p r e n d e r á mejor lo que precede cuando hayamos visto
tribus, y en ocasiones las secciones primarias, tienen nombres pro- por q u é medios se asegura de hecho la correspondencia entre
pios; lo mismo sucede con los poblados, que tienen nombres los dos sistemas. De menor a mayor importancia, existen tres
de los lugares donde están situados, aunque t a m b i é n es posible medios: la adopción, mediante la cual un adolescente dinka que,
designarlos por el nombre de su «linaje principal». Notemos siendo cautivo, es incorporado al linaje que lo ha capturado; el
esta última expresión, que marca el hecho de que el linaje prin- intercambio matrimonial que tiene como consecuencia el esta-
cipal en un poblado puede no formar parte del clan dominante blecimiento de lazos de consanguinidad entre miembros de lina-
en la t r i b u : entonces, el emplazamiento del poblado no le per- jes diferentes en el interior de las comunidades locales y, final-
tenece, pertenece, como es habitual, al clan dominante; es por mente, los mitos que unen las grandes unidades patrilineales e
ello que se requiere un t é r m i n o especial para designar un linaje incluso territoriales.
de dicho tipo (p. 207 n). De la adopción no hay mucho que decir. Se trata de la adop-
Al terminar su capítulo sobre el «sistema de linajes», Evans- ción en el linaje (la incorporación a la familia se sobreentiende),
Pritchard precisa notablemente la relación entre la segmenta- que sólo puede aplicarse a jóvenes cautivos dinka de sexo mascu-
ción de los linajes y la segmentación política. Sería forzar su lino, pero no a adultos (de ahí la existencia inevitable de linajes
pensamiento decir que la segunda es la causa de la primera, dinka), ni a los nuer (ya que un nuer no puede cambiar de
pero por lo menos la gobierna en gran medida. La segmentación linaje). E l dinka adoptado se encuentra pura y simplemente
de linajes sigue a la segmentación territorial, «la estructura transplantado al linaje nuer; sus descendientes r e m o n t a r á n su
de los linajes está ordenada de acuerdo con (torcida por: twisted ascendencia al antepasado nuer del linaje. En suma, el dinka
into) la forma de la estructura política» (p. 241). E l autor da adoptado se funde totalmente con el linaje nuer.
ejemplos y ofrece diversos tipos de pruebas, entre ellas: «El El clan nuer es exógamo e incluso podemos encontrar una
intervalo en el que se tiene en cuenta el parentesco agnaticio prohibición de casarse en el linaje máximo de la madre. (Por
depende, en gran medida, de su r o l organizador en la estructura el contrario, un dinka adoptado puede casarse en los linajes
política» (p. 246): colaterales del clan de su linaje adoptivo):

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.'. — IMKUDU'CIÚN DOS TKOKlVi


Las reglas de exogamia nuer rompen el exclusivismo una realidad sui generis (territorial, «corporativa» o agnaticia);
de los grupos agnaticios, obligando a sus miembros a el conjunto será restituido al final. La consideración privilegiada
casarse fuera de ellos, y creando así nuevos lazos de pa- o exclusiva de los grupos m á s o menos como sujetos colectivos
rentesco (p. 225). o individuos colectivos conduce a lo que p o d r í a m o s llamar, desde
un punto de vista estructural, una distorsión, es decir, la subordi-
Esta fórmula es digna de atención. P o d r í a m o s limitarnos a nación de la relación entre las partes y el conjunto.
considerarla como un recordatorio o confirmación de la concep- El resultado inmediato del intercambio matrimonial es que
ción de la unifiliación de Rivers, en la que la existencia de los ^ los habitantes de un poblado están, generalmente, emparentados.
grupos de unifiliación está ligada a la exogamia. Pero, precisa- E l «agregado» que constituye el poblado es un agregado de pa-
mente en relación a la complementariedad establecida por Ri- rientes agrupados en torno al núcleo constituido por el linaje
vers entre, por una parte, grupos perfectamente distintos y, por dominante (o principal). Sin duda, estas relaciones de paren-
otra, las relaciones de intercambio matrimonial que son obliga- tesco no agnaticias son, por oposición a las relaciones agnaticias,
toriamente externas a estos grupos, la fórmula de Evans-Prit- relaciones personales y no relaciones entre grupos. Sin embargo,
chard tiene algo de sorprendente: salvo breves alusiones, el in- las relaciones de consanguinidad están generalizadas al nivel
tercambio matrimonial no ha sido considerado bajo esta pers- de los grupos o linajes locales. En efecto, para designar las rela-
pectiva en las 224 primeras páginas del libro, mientras que el ciones no agnaticias se habla de forma predominante de «hi-
interés se ha concentrado, a partir del capítulo I V (p. 139), sobre jos(as) de muchachas» (gaat nyiet) (o ¿debiéramos hablar m á s
los grupos políticos y agnaticios, aunque ciertamente conside- bien de hijos(as) a través de las muchachas?) y esta relación se
rados en su relatividad, pero con independencia de este lazo esen- aplica entre linajes a partir de un sólo intercambio matrimonial.
cial entre ellos, o entre sus miembros. Sin embargo, la impor- Entre los elementos de los linajes, y por consiguiente entre los
tancia de las transferencias de ganado como compensaciones grupos, existen relaciones de parentesco consanguíneo (o «cog-
matrimoniales (bridewealth) se ha impuesto a la intención (véase naticio») contrariamente a la antítesis establecida entre mar y
el índice). Si se nos habla del «exclusivismo» de los grupos agna- buth. Lo que es preciso mantener es que, a diferencia del paren-
ticios que las reglas matrimoniales se supone van a romper, tesco agnaticio, el parentesco consanguíneo no es constitutivo
uno tiene el derecho a preguntarse dónde se sitúa este exclusi- de grupos.
vismo. En la medida en que no se sitúa totalmente en el espíritu
El matrimonio está no sólo prohibido en el clan del padre,
del autor, o bien no actúa a q u í como un procedimiento estilís-
sino también entre consanguíneos próximos, e incluso en todo
tico para ampliar la consideración «exclusiva» de los grupos
el linaje m á x i m o de la madre, lo que extiende la red de inter-
en sí mismos, este exclusivismo se sitúa indudablemente en el
cambios matrimoniales a otros poblados y a otras unidades
interior del marco que la exogamia le prescribe, pero la exoga-
territoriales:
mia no lo rompe, sino que lo domina. En la medida en que es
inexacta y exagerada, la fórmula de Evans-Pritchard, opuesta al
punto de vista de Rivers, nos sitúa frente a la revolución que ha Así el sistema de parentesco permite salvar las discon-
tenido lugar en la antropología inglesa en beneficio de los gru- tinuidades de la estructura política mediante una cadena
de lazos que une a los miembros de los segmentos opues-
pos y contra el tipo de relaciones que los limita m á s radicalmen-
tos (p. 226).
te. Si sobre otros puntos los sucesores de Evans-Pritchard pa-
recen alejarse de sus enseñanzas, sobre éste él se adelanta a los
desarrollos posteriores. Todo lo que podemos decir es que la Esto plantea un «conjunto de problemas complejos». En di-
exogamia q u e d a r á a menudo malparada. Pero es preciso consta- cho contexto el autor no considera m á s que el papel desempeña-
tar que aquí se empieza ya con elementos que se supone poseen do por el parentesco no agnaticio en la cohesión de las unidades
territoriales:

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Un linaje es sólo un grupo agnaticio exclusivo en si-
por medio de las relaciones agnaticias dentro de un mismo clan
tuaciones rituales. E n otras situaciones se funde con la (pp. 231-232).
comunidad, y la consanguinidad («cognation»; mar) ocu-
La cosa va mucho m á s lejos: los mitos establecen relaciones
pa el lugar de la agnación del linaje (buth) como forma
entre diferentes clanes dominantes y distintas tribus, haciendo
de expresión {valué) de las relaciones mutuas entre las entrar finalmente «la totalidad del país nuer en una única es-
personas que viven juntas (p. 228). tructura de parentesco» (p. 236). Por oposición al «sistema de
linajes», interno en cada ocasión a un clan dado, nos hallaríamos
aquí ante un «sistema de clanes» (p. 237); las tribus son también
Hemos visto que la adopción permite incorporar a los jóve- personificadas y se establecen relaciones de parentesco entre
nes cautivos dinka a los linajes nuer; t a m b i é n hemos visto que ellas; en el límite, se nombra a los antepasados o al antepasado
el parentesco no agnaticio une en torno a un núcleo agnaticio a común de todos los nuer: «un sistema único de parentesco o
personas de ascendencia agnaticia diferente en comunidades pseudo-parentesco» «une todos los segmentos territoriales del
territoriales, pero principalmente en el poblado. Un tercer pro- país nuer» (p. 240). Vemos, pues, que, por una parte, el paren-
cedimiento para asegurar la conjunción de la agnación y de la tesco agnaticio, si bien constituye el «esqueleto conceptual» de
territorialidad consiste en la «creación mitológica de ficciones las unidades territoriales, recurre a título complementario al
de parentesco». Esta forma es «apropiada para las relaciones parentesco no agnaticio, y que, por otra parte, estos lazos de pa-
entre linajes dominantes y grupos extranjeros o dinka que con- rentesco no están contenidos, en última instancia, en el marco
viven en los mismos segmentos tribales, que por ser demasiado de las unidades territoriales, n i siquiera en las m á s vastas, sino
vastos y distintos territorialmente no pueden ser incorporados que, por el contrario, las engloban. Como bien señala el autor
por los otros dos métodos», (p. 228). Por ejemplo, jinaca es el en diversos lugares, «los valores del parentesco son los senti-
clan dominante en la t r i b u lou. Por lo c o m ú n , tres linajes má- mientos y las normas m á s poderosas de la sociedad nuer; todas
ximos del clan jinaca dan cada uno su nombre a una sección las relaciones sociales se expresan en un lenguaje de parentesco»
tribal secundaria ( N . B . : y no primaria, como en nuestro dia- (p. 228). En particular, «las relaciones de comunidad (territorial)
grama teórico), a saber: gaaliek, gaarbal y rumjok. Pero esto se... traducen en relaciones de parentesco» (ibid.). Señalemos de
no es todo, ya que otras dos secciones tribales secundarias tienen paso que en este caso nos hallamos, q u é duda cabe, ante el pro-
por dominantes a los linajes máximos jimac y jaajoah, que no totipo de punto de vista desarrollado por Beattie a propósito
pertenecen al clan jinaca. Un mito da cuenta de esta a n o m a l í a : de la naturaleza del parentesco (antítesis entre lenguaje y con-
estos dos linajes se remontan a los hijos(as) de las hermanas: tenido; ver epígrafe § 7). Notemos también que el autor no
dos hermanos, que desaparecieron misteriosamente, fueron reem- desarrolla lo que denomina «sistema de c l a n e s » : se limita a
plazados por dos hermanas. (Por otra parte, el mito en cuestión señalar brevemente este sistema que engloba a la sociedad nuer
no se limita, como veremos m á s adelante, solamente a esto.) La al final del capítulo consagrado al «sistema de linajes». Hay que
mitología del clan gaatgankiir es mucho m á s rica. No sólo da comprender que, al nivel de las tribus, no se trata m á s que de
cuenta de la inserción a nivel de las secciones tribales secunda- representaciones vagas, que no corresponden a rasgos determi-
rias de dos linajes heterogéneos en la sección primaria reng de nados del comportamiento: el conjunto de las tribus nuer, con-
la t r i b u gaajak, sino t a m b i é n de la separación en tribus diferen- cebido desde la perspectiva de una tribu particular, no se vive
tes de linajes relativamente vecinos, e, inversamente, de la re- j a m á s en actos o ceremonias cualesquiera. Al nivel de los clanes
unión en la misma tribu de linajes relativamente alejados. Pode- las cosas son distintas, ya que, como hemos visto, la ley de la
mos ver, pues, aquí algo que desborda lo anunciado por el autor, exogamia «rompe» de forma muy efectiva el «exclusivismo» pa-
en la medida en que el mito desborda la consideración de una trilineal; por consiguiente, todo matrimonio es, en algún grado,
tribu determinada y establece relaciones entre tribus diferentes una relación vivida entre dos clanes diferentes. Finalmente, el

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hecho de presentar el parentesco no agnaticio y el parentesco teoría sociológica» (p. 266). Su tema fundamental son las insti-
mítico, agnaticio o no, como simples medios para establecer la tuciones políticas (p. 4). E l problema era averiguar qué es lo
relación entre grupos agnaticios y grupos territoriales no deja que reemplazan las instancias de gobierno territorial en un
de aparecer como arbitrario. En gran medida, esto es el resul- pueblo que carece de ellas y cómo prevalece un cierto orden,
tado de la consideración exclusiva o, mejor dicho, o de una acen- relativo si se quiere, allí donde existe literalmente anarquía. Con-
tuación privilegiada de los «grupos», que relega a un segundo siderando el plan del libro, el sistema político se sitúa en la
plano las relaciones entre dichos grupos cuando éstos no son encrucijada de, por una parte, la ecología y la distribución espa-
ni territoriales n i agnaticios. En particular, los mitos son consi- cial, las cuales, junto con la demografía, le proporcionan la
derados de forma rígida (p. 229) como racionalizaciones de las materia prima, y, por otra, el «sistema de linajes» que le con-
relaciones privilegiadas por el autor. E l antepasado de un clan fiere su «esqueleto conceptual». La preocupación central con-
y sus descendientes masculinos, que son los antepasados de los duce a prestar una atención especial a los «grupos» (p. 4); en
linajes, no vienen dados como especialmente míticos; únicamen- efecto, las relaciones entre grupos locales son las relaciones que
te sus esposas y las otras circunstancias míticas de la funda- pueden denominarse políticas (pp. 264-265). La consideración se
ción de los linajes y de las tribus aparecen bajo dicha forma. justifica, por lo menos, de dos formas. En primer lugar, en el
En el caso citado de la t r i b u lou, el antepasado del clan jinaca, juego recíproco del territorio y del parentesco en el sentido m á s
Denac, posee dos esposas, Nyagun y Nyamor, que dan su nom- amplio del t é r m i n o , es el aspecto territorial o político el que
bre a las secciones primarias gun y mor. ¿Qué hay de m á s constituye «la variable dominante», y «el vivir juntos es m á s
«mítico» en estas dos mujeres epónimas que en su marido? importante que el parentesco» (p. 256); en suma, como hemos
Además, el detalle contradice la tesis del autor según la cual visto antes, este hecho hoy p o d r í a expresarse diciendo que el
las genealogías no hacen m á s que reflejar las relaciones terri- «contenido» político es m á s importante que el «lenguaje» del
toriales entre linajes. En efecto, el clan jinaca es dominante en parentesco en el que se expresa la mayoría de las veces. La otra
dos tribus, lou y rengyan, con dos linajes máximos en esta últi- justificación, que aparece claramente en las ú l t i m a s páginas del
ma. Sería de esperar, pues, que dada la existencia de dos libro, es la de hacer progresar la teoría antropológica; al distin-
esposas, los hijos(as) de una fueran los antepasados de los lina- guir sistemas especiares como los del parentesco (en sentido es-
jes de la t r i b u lou, los otros de la tribu rengyan. Ahora bien, no tricto), de los linajes, y de los grupos políticos, pasamos del
es este el caso: de la primera esposa descienden dos linajes lou nivel concreto de los grupos, o «masas» de personas, al nivel
y dos linajes rengyan; de la segunda un linaje lou (y los dos de las relaciones y de las relaciones entre estas relaciones. De
linajes «hijos(as) de h e r m a n a » , igualmente lou). hecho, la relación entre «sistema político» y «sistema de linajes»
constituye el tema central de la segunda parte del libro.
Sin embargo, en su conclusión el autor parece inseguro o
18. La idea de estructura en los nuer perplejo: las relaciones entre sistemas aparecen de forma incom-
pleta; el aspecto, político lo ha llevado a u n territorio poco cono-
Tratemos de destacar lo esencial del libro de Evans-Pritchard. cido para el que no está preparado y, por consiguiente, deja el
Al principio, el autor, tras haber expuesto las enormes dificulta- campo para sus sucesores. Estos no han faltado. ¿Qué es un
des con que tuvo que enfrentarse en su trabajo de campo, presen- sistema? Es un conjunto de relaciones entre grupos (p. 264) y
ta su estudio como «una contribución a la etnología» de la región, una estructura, definida inicialmente como lo que perdura en
más que como un «estudio sociológico detallado» (p. 15). Pero la sociedad, y algo diferente: un conjunto de relaciones persona-
la obra en su conjunto contradice dicha afirmación; por otra les no es una estructura ya que, al no intervenir los grupos, no
parte, al final del libro el autor admite y resume, afortunada- es algo permanente, o relativamente permanente, en la vida de
mente, sus preocupaciones teóricas y su «breve incursión en la una sociedad. Hay que señalar algo paradójico en este doble

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acento sobre «grupo» y sobre «relación»: las relaciones reales o verdaderamente los nuer un sistema político? Para evitar cues-
duraderas, o principales, serían las relaciones entre grupos per- tiones de tipo demasiado general, limitemos la pregunta: ¿Tiene
manentes. Las relaciones de parentesco (o las relaciones entre algún interés distinguir un «sistema político» de un «sistema
estas relaciones) también trascienden el efímero sujeto indivi- de linajes»? E n nuestro resumen hemos visto que lo que está en
dual, pero no alcanzan la dignidad eminente que tienen las cuestión la m a y o r í a de las veces en los dos capítulos correspon-
relaciones de grupos en un sistema de grupos. Sin embargo, la dientes, es la correspondencia entre estos dos «sistemas» (cf.
aportación esencial del autor consistirá en destruir estas sus- Kinship and Marriage, Bibliog., n.° 9, p. 1). No está en m i inten-
tancias, mostrando su «relatividad estructural». E x t r a ñ a para- ción negar que existe una dimensión territorial en el sistema
doja. Es fácil ver que la consideración política es la que en político y de linajes de los nuer y que a esta dimensión corres-
alguna forma la impone. Pero, a la inversa, p o d r í a decirse ¿ p o r ponden grupos territoriales, distintos de los grupos de linajes.
qué la elección de la dimensión política, a no ser en virtud de Pero, ¿qué interés subyacente puede existir en erigir los dos
este a p r i o r i sustancialista? tipos de grupos en dos sistemas distintos, dado que no pensamos
Las dudas o escrúpulos expresados por el autor en su con- ya en términos de masas, sino en términos de relaciones? E l así
clusión dejan absolutamente intacta esta elección de la dimen- llamado sistema político no tiene ni cabeza n i lengua: se ex-
sión política. No nos es posible aclarar esta elección, dado que, presa casi exclusivamente en el lenguaje de los clanes, de los
en gran medida, desconocemos las circunstancias concretas de linajes y de los mitos ancestrales. Toda la tensión que aparece
la investigación, las preferencias y la evolución ideológica del entre los dos sistemas proviene de a h í : la variable que se su-
autor y las preocupaciones colectivas del medio antropológico pone dominante requiere constantemente de u n intérprete para
británico de los años treinta. Las enseñanzas de Radcliffe-Brown, poder expresarse e, inversamente (se nos recuerda frecuente-
tan visibles en los numerosos aspectos de The Nuer que contra- mente) el i n t é r p r e t e del linaje se ocupa muy raramente de ha-
dice o supera, nos informan de manera menos directa que la blar por su propia cuenta (situaciones rituales). En definitiva,
posteridad misma de The Nuer. Qué duda cabe que Evans-Prit- separar los dos sistemas es separar el «contenido» y la «forma».
chard ha abierto un nuevo camino que la antropología británica ¿No sería mejor reunirlos? Entonces p o d r í a m o s reconocer, sim-
esperaba ansiosa para seguirlo en masa. En la sección siguiente plemente, que el ensamblaje de los linajes —y m á s allá de éste
veremos que lo que en nuestro autor es estructural y relativo, el de los clanes, aquí algo sacrificado— posee una función polí-
se endurece y solidifica en otros. Este es, precisamente, un signo tica, y se p o d r í a estudiar cómo la dimensión política, lejos de
de que su innovación no es puramente individual. Lo que le es existir por sí misma es, en este caso, un atributo del sistema de
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característico es el paso del grupo a la relación, su relativi- grupos patrilineales . Podríamos entonces compararla con las
zación. sociedades en las que la variable se desprende por sí misma y
con otras en las que la función puede satisfacerse de otras for-
mas. La aportación fundamental de The Nuer seguiría en pie,
y podríamos hacer entonces justicia a los aspectos no agnaticios
Esté hecho nos induce a pedir permiso al lector para especu-
del parentesco, bien como complemento de la agnación en el
lar un poco m á s , advirtiéndole que lo que sigue a continuación
interior de las unidades territoriales (por cuanto debe existir
es menos científico que lo precedente. Será t a m b i é n inevitable-
una relación de complementariedad), bien desde fuera. ¿Sería
mente «personal», dado que nos alejaremos de las perspectivas
c o m ú n m e n t e aceptadas en la antropología c o n t e m p o r á n e a .
Hagamos lo que la posteridad no ha hecho todavía: ponga- 4. E n un a r t í c u l o que no me e r a conocido en el momento de preparar este
3
a n á l i s i s , Marshall S H A L I N S renueva l a c u e s t i ó n : ¿ s e e x p l i c a r í a e l sistema seg-
mos en duda el tratamiento de la dimensión política . ¿Poseen mentario de linajes por la r e l a c i ó n agresiva de los nuer con sus vecinos? ¿deter-
m i n a r í a la r e l a c i ó n con el medio ambiente (este aspecto de) l a o r g a n i z a c i ó n
3. M . G . S M I T H h a hecho lo contrario en su "On Segmentary Lineage Sys- interna? V e r "The Segmentary Lineage", American Anthropologist, 63, 1961,
tem", J. R.A.I., T . 86-2, 1956, pp. 39-80. pp. 322-345.

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posible la identificación tan estrecha entre los nuer y su ganado grupo con otros linajes—, por múltiples lazos de paren-
si este ú l t i m o sólo simbolizara la permanencia del linaje y no tesco que no presentan la ambivalencia del parentesco
también, al mismo tiempo —si bien de manera m á s implícita— agnaticio. Además, hemos señalado que el linaje nuer no
los intercambios matrimoniales, es decir, a fin de cuentas, dos es sólo un grupo de filiación, sino que es un grupo de
aspectos complementarios del parentesco? filiación dotado de funciones políticas. No parece dema-
Volens nolens nos vemos obligados a concluir que, a nivel siado fantasioso sugerir que el tipo agnaticio de relacio-
global, el tratamiento de los nuer no es estructural en el sen- nes de parentesco esté asociado a la a u t o n o m í a y a la opo-
tido de una antropología que vaya del conjunto a las partes y sición estructural de los segmentos políticos entre sí —el
que privilegie la relación antes que los t é r m i n o s de la relación. proceso de fisión— y que el tipo no agnaticio de relacio-
El autor parte de un grupo territorial, o de u n grupo de linaje, nes de parentesco esté asociado, mediante una compleja
como de un individuo colectivo, aunque a continuación restituya red de lazos de este tipo, con el sistema social global que
las relaciones de orden diferente (parentesco, parentesco no une a los segmentos entre sí y los contiene —se trata del
agnaticio) en las que se toma el grupo. Los sucesores no lo h a r á n proceso de fusión. Una de las series de actitudes subraya
en la misma medida. Dado estos hechos es todavía m á s nota- la singularidad y el exclusivismo del grupo agnaticio, la
ble ver establecerse una perspectiva estructural al nivel de estos otra la vida de comunidad en las que se funden dichos
mismos grupos: aparecen y desaparecen según las situaciones, grupos.
se ven envueltos en un movimiento incesante de fisión y de fu-
sión igualmente relativas, temporales separadamente, pero cons-
tantes en su conjunto. Es precisamente esta «elasticidad» la
que permite el orden, si bien es claro que se apoya sobre u n
conjunto de representaciones comunes sin las que sería impo-
sible. Y ésta no es solamente una cuestión de hecho, como los
párrafos citados han mostrado claramente; lo que sucede es
que, conceptualmente, los grupos no existen m á s que en su
situación relativa, m á s que en oposición unos a otros. Para desig-
nar esta forma particular de estructura que opone dos entidades
de la misma naturaleza, se puede hablar de segmentación. Hay
que señalar que éste no es el aspecto m á s duradero de la antro-
pología inglesa. Pero hay algo m á s importante todavía: es la
aportación propia de Evans-Pritchard, por oposición a la que
comparte con sus contemporáneos inmediatos.
A guisa de conclusión, citaremos un texto posterior del mismo
autor (Kinship and Marriage, Conclusión, p. 177):

De esta forma los miembros del mismo linaje están


ligados entre sí, por lazos rituales, por intereses comunes
relativos al ganado, por el deber de la venganza de san-
gre y otras obligaciones morales, por asociación con u n
territorio común, etc., mientras que están unidos en el
interior de la sociedad global con personas —y como

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