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JURISPRUDENCIA

Roj: STS 4075/2020 - ECLI:ES:TS:2020:4075


Id Cendoj: 28079120012020100669
Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Penal
Sede: Madrid
Sección: 1
Fecha: 03/12/2020
Nº de Recurso: 592/2019
Nº de Resolución: 663/2020
Procedimiento: Recurso de casación
Ponente: CARMEN LAMELA DIAZ
Tipo de Resolución: Sentencia

Resoluciones del caso: SAP M 17230/2018,


STS 4075/2020,
ATS 870/2021

TRIBUNALSUPREMO
Sala de lo Penal
Sentencia núm. 663/2020
Fecha de sentencia: 03/12/2020
Tipo de procedimiento: RECURSO CASACION
Número del procedimiento: 592/2019
Fallo/Acuerdo:
Fecha de Votación y Fallo: 01/12/2012
Ponente: Excma. Sra. D.ª Carmen Lamela Díaz
Procedencia: AUD.PROVINCIAL SECCION N. 29 DE MADRID
Letrada de la Administración de Justicia: Ilma. Sra. Dña. María del Carmen Calvo Velasco
Transcrito por: MGS
Nota:
RECURSO CASACION núm.: 592/2019
Ponente: Excma. Sra. D.ª Carmen Lamela Díaz
Letrada de la Administración de Justicia: Ilma. Sra. Dña. María del Carmen Calvo Velasco
TRIBUNAL SUPREMO
Sala de lo Penal
Sentencia núm. 663/2020
Excmos. Sres. y Excmas. Sras.
D. Andrés Martínez Arrieta
Dª. Ana María Ferrer García
D. Vicente Magro Servet
Dª. Carmen Lamela Díaz

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JURISPRUDENCIA

D. Ángel Luis Hurtado Adrián


En Madrid, a 3 de diciembre de 2020.
Esta sala ha visto el recurso de casación n.º 592/2019, interpuesto por infracción de ley y de precepto
constitucional por la acusación particular Don Hipolito , representado por el procurador Don Manuel Martínez
de Lejarza Ureña y bajo la dirección letrada de Doña Silvia Sánchez Vela, contra la sentencia n.º 656/2018,
dictada el 22 de noviembre, por la Sección Vigesimonovena de la Audiencia Provincial de Madrid, en el Rollo
de Sala n.º 1283/2018, dimanante del Procedimiento Abreviado n.º 1796/2015 del Juzgado de Instrucción n.º
1 de Móstoles. Es parte el Ministerio Fiscal y como parte recurrida el Abogado del Estado en representación
de D. Landelino .
Ha sido ponente la Excma. Sra. D.ª Carmen Lamela Díaz.

ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- El Juzgado de instrucción número 1 de Móstoles de Madrid, incoó Procedimiento Abreviado con
el número 1796/2015, por delitos de atentado-resistencia, lesiones y detención ilegal, contra los acusados
Don Hipolito , D. Landelino y D. Pedro , actuando todos ellos también como acusación particular, y concluso,
lo remitió a la Audiencia Provincial de Madrid cuya Sección Vigesimonovena dictó, en el Rollo de Sala nº
1283/2018, sentencia en fecha 22 de noviembre de 2018, con los siguientes hechos probados:
"De la valoración en conciencia de la prueba practicada ha resultado acreditado que sobre las 4:15 horas del
día 22 de marzo de 2015 el acusado D. Hipolito , con NIE NUM000 mayor de edad, de nacionalidad colombiana
y sin antecedentes penales, se encontraba en compañía de su novia y un amigo en la Avenida de la Onu en
las proximidades del cruce con la calle Barcelona de la localidad de Móstoles, tras haber estado pasando la
noche de fiesta. En dicho punto se hallaban esperando un taxi que les llevara a sus domicilios.
A la citada hora circulaba por dicha vía un vehículo policial ocupado por agentes del Cuerpo Policía Nacional
perfectamente uniformados, con carnet profesional NUM006 , D. Landelino , con DNI NUM001 , mayor de
edad y sin antecedentes penales y el agente PN nº NUM002 D. Pedro , con DNI NUM003 , mayor de edad
y sin antecedentes penales, cuando por motivos no acreditados detuvieron su vehículo de forma apresurada,
dejándolo cruzado sobre un paso de cebra, dirigiéndose ambos agentes hacia Hipolito exigiéndole el teléfono
móvil. No ha quedado acreditado que le pidieran la documentación identificativa.
El acusado Hipolito se negó en todo momento a hacerles entrega del teléfono móvil y en un momento dado
el acusado D. Landelino con ánimo de menoscabar la integridad física le propinó un golpe en el ojo izquierdo.
Procediéndose a continuación a la detención del mismo y traslado a Centro médico para ser atendido de las
lesiones.
Hipolito como consecuencia de estos hechos sufrió lesiones consistentes en contusión ocular, herida incisa en
párpado izquierdo, erosiones corneales, edema corneal, edema retiniano OI: hiperemia conjuntival, hipofagma
temporal pequeño coagulo de sangre, edema de polo posterior con afectación macular, contusión retiniana
requiriendo para su sanidad de una primera asistencia facultativa y tratamiento médico consistente en reposo,
medicación, limpieza de la herida, sutura quirúrgica y retirada de los puntos tardando en curar 50 días de los
cuales 11 fueron impeditivos no quedando secuelas.
Mientras ocurrían estos hechos el amigo y la novia de Hipolito permanecieron en el lugar observando los
hechos.
No ha quedado acreditado que D. Pedro agrediera en modo alguno a Hipolito ni que existiera un concierto
de voluntades con D. Landelino para golpear a aquel.
El acusado Hipolito no acometió, ni agredió, ni se resistió a los agentes de la autoridad.[sic]"
SEGUNDO.- La Audiencia de instancia dictó el siguiente pronunciamiento:
"QUE DEBEMOS CONDENAR Y CONDENAMOS al acusado D. Landelino como autor penalmente responsable
del delito de lesiones del art. 147.1 CP, concurriendo la circunstancia agravante de prevalerse del cargo, a la
pena de DIECISEIS MESES Y QUINCE DÍAS DE PRISIÓN CON LA ACCESORIA DE INHABILITACIÓN ESPECIAL
PARA EL DERECHO DE SUFRAGIO PASIVO y SUSPENSIÓN DE CARGO DE EMPLEO O CARGO PÚBLICO
DURANTE EL TIEMPO DE LA CONDENA, y al pago de una octava parte de las costas de este procedimiento,
declarando de oficio las restantes.
D. Landelino indemnizará a D. Hipolito en la suma de TRES MIL CINCUENTA EUROS (3.050€) por las lesiones
causadas, declarándose la responsabilidad civil subsidiaria de la Dirección General de la Policía.

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JURISPRUDENCIA

DEBEMOS ABSOLVER y ABSOLVEMOS a D. Hipolito del delito de atentado-resistencia por los que se formulaba
acusación.
DEBEMOS ABSOLVER Y ABSOLVEMOS a D. Pedro del delito de lesiones agravadas y del delito de maltrato de
obra por el que se formulaba acusación.[sic]"
TERCERO.- Notificada la sentencia a las partes, se preparó recurso de casación, que se tuvo por anunciado;
remitiéndose a esta Sala Segunda del Tribunal Supremo las certificaciones necesarias para su substanciación
y resolución, formándose el correspondiente rollo y formalizándose el recurso.
CUARTO.- La representación del recurrente basa su recurso de casación en los siguientes motivos:
Primero.- Por infracción de ley al amparo de lo dispuesto en el artículo 849 apartado 1º de la Le de
Enjuiciamiento Criminal.
Segundo.- Por quebrantamiento de forma al amparo del artículo 851.1 de la Ley adjetiva Penal.
Tercero.- Al amparo del artículo 24.1, 17.1 y 19 de la Constitución Española, se alega vulneración del derecho a
la tutela judicial efectiva y derecho a libertad y libertad deambulatoria. Por infracción del número 4 del artículo
5 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, al amparo del artículo 852 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
Cuarto.- Por infracción de ley al amparo de lo dispuesto en el articulo 849 apartado 2º de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal.
QUINTO.- Instruidas las partes del recurso interpuesto, el Ministerio fiscal solicita la inadmisión de todos los
motivos del recurso interpuesto por Don Hipolito , impugnándolos subsidiariamente.
El Abogado del Estado impugnó el recurso interpuesto y aprovechando el trámite dado procede a adherirse
al recurso formalizado de contrario, pero con argumentos propios, formalizándolo en un único motivo: Por
infracción de precepto constitucional al amparo del art. 852 LECrim en relación con el art. 5.4 LOPJ, por
vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva y el derecho a la presunción de inocencia, consagrados en
el art. 24.1 de la Constitución Española ("CE"), por haberse efectuado una valoración irracional de las pruebas
practicadas.
El Ministerio Fiscal en el recurso adhesivo manifiesta que el mismo no puede prosperar; la Sala lo admitió,
quedando conclusos los autos para señalamiento de fallo cuando por turno correspondiera.
SEXTO.- Hecho el señalamiento del fallo prevenido, se celebró deliberación y votación el día 1 de diciembre
de 2020.

FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Por sentencia número 656/18, de 22 de noviembre, dictada por la Sección Vigesimonovena de la
Audiencia Provincial de Madrid, se condenó a D. Landelino como autor penalmente responsable del delito de
lesiones del artículo 147.1 del Código Penal, concurriendo la circunstancia agravante de prevalerse del cargo, a
la pena de dieciséis meses y quince días de prisión con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho
de sufragio pasivo y suspensión de cargo de empleo o cargo público durante el tiempo de la condena, y al
pago de una octava parte de las costas procesales. Igualmente fue condenado a indemnizar a D. Hipolito en
tres mil cincuenta euros (3.050 €) por las lesiones causadas, declarándose la responsabilidad civil subsidiaria
de la Dirección General de la Policía.
En la misma sentencia se absolvió a D. Hipolito del delito de atentado-resistencia y a D. Pedro del delito de
lesiones agravadas y del delito de maltrato de obra de los que habían sido acusados.
También fueron absueltos D. Landelino y D. Pedro del delito de detención ilegal por el que fueron acusados
por la Acusación Particular.
Contra esta sentencia la representación procesal de Don Hipolito ha interpuesto recurso de casación.
El Abogado del Estado impugnó el recurso al tiempo que articulaba un recurso adhesivo autónomo con un
único motivo por infracción de precepto constitucional ( artículo 852 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal en
relación con el artículo 24.2 de la Constitución Española).
Recurso Adhesivo formulado por el Abogado del Estado.
SEGUNDO.- La viabilidad de este recurso adhesivo en la actualidad no ofrece dudas. Conforme señalábamos
en la sentencia núm. 383/2018, de 25 de julio, nada impide a la defensa, pese a que no interpuso en su momento
recurso, introducir como petición propia autónoma una pretensión de absolución basada en la presunción

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de inocencia. "Aunque sea una pretensión en abierta contradicción con el recurso principal, es admisible.
Las reticencias que mantuvo la jurisprudencia para aceptar esa fórmula han ido cayendo progresivamente
hasta imponerse un criterio de total apertura y laxitud, en armonía con lo que desde siempre se admitió en
la jurisdicción civil."
El único motivo del recurso adhesivo invoca, al amparo del artículo 852 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal,
vulneración de derechos fundamentales, en concreto, vulneración del derecho a la presunción de inocencia
previsto en el artículo 24.2 de la Constitución Española.
En desarrollo de este motivo señala que la sentencia recurrida fundamenta la condena de D. Landelino única
y exclusivamente en la declaración de dos testigos cuyas declaraciones no cumplen las exigencias requeridas
por la Jurisprudencia de esta Sala para que puedan servir como base para un fallo condenatorio cuando se
erigen en la única prueba de cargo. Alega que también se ha descartado sin justificación alguna el testimonio
de los Policías Nacionales NUM004 y NUM005 que pusieron de manifiesto la agresividad que presentaba
el Sr. Hipolito , y que tampoco se valora el testimonio del Policía Nacional Pedro , coacusado y finalmente
absuelto.
Pone de manifiesto las contradicciones en que incurren el Sr. Hipolito y las dos personas que le acompañaban
el día de los hechos y que declararon como testigos en el acto del Juicio Oral. Añade que el informe médico
no deja de ser una prueba documental, no impugnada, estimando que no desacredita el testimonio de los
funcionarios de policía núm. NUM004 y NUM005 y que no tendría por qué reflejar el estado de ánimo del
paciente más allá de las lesiones objetivas. A su juicio, tampoco descarta completamente la caída al suelo
como causante de las lesiones, en consonancia con lo declarado por el recurrente y su compañero Sr. Pedro .
De esta manera, lo que hace el recurrente es una nueva valoración de toda la prueba personal. Niega crédito a
algunos testigos y pretende imponer sus propias conclusiones sobre las plasmadas de forma suficientemente
argumentada en la sentencia por la Sala. Con ello está sobrepasando lo admisible en casación a través de la
denuncia de una vulneración de la presunción de inocencia.
El Tribunal ha examinado la totalidad de las declaraciones prestadas por los acusados y testigos que ante
él declararon y no solo las llevadas a cabo por Hipolito y sus amigos. Ha puesto de manifiesto las
contradicciones en que incurrieron los testigos, entre ellos y en las distintas declaraciones prestadas por cada
uno ante la policía y ante el Juzgado Instructor, incluso con las efectuadas por Hipolito en los escritos dirigidos
al Director General de la Policía y al Defensor del Pueblo. Ello le ha llevado a excluir la calificación de los hechos
como delito de lesiones con instrumento peligroso ( artículo 148 del Código Penal) y a absolver a Pedro de
los delitos de lesiones y mal trato de obra, y a éste y a Landelino del delito de detención ilegal.
La conclusión extraída por el Tribunal es razonable. Lo único que aparece suficientemente acreditado es el
encuentro que tuvo lugar entre los policías y Hipolito y sus amigos. En el transcurso de la actuación policial
resultó lesionado Hipolito quien fue trasladado al Hospital donde fue atendido de sus lesiones. Dos son
las versiones para explicar su origen. Los agentes de policía señalan que cayó al suelo cuando trataba de
agredirles. Hipolito y sus amigos sostienen que recibió un golpe en el ojo infligido por D. Landelino .
El Tribunal ha optado por la versión ofrecida por Hipolito atendiendo para ello al resultado de otras pruebas
practicadas a su presencia, como son la pericial Médico Forense y la documental consistente en fotografías
de las lesiones de Hipolito y del lugar escenario de los hechos.
La prueba pericial forense, no es un documento sino una prueba pericial documentada que fue practicada en
el acto del Juicio Oral, donde declaró la Médico Forense ratificando y explicando su contenido y sometiéndose
al interrogatorio de las acusaciones y defensa.
Recoge el Tribunal las explicaciones de la perito en el acto del Juicio Oral, donde señaló que "aunque
no podemos descartar completamente la caída al suelo, para haberse provocado estas lesiones hubiera
necesitado una superficie no plana, con algún tipo de reborde, para poder lesionarse solo en el ojo. Si hubiera
caído al suelo de cara se hubiera fracturado la nariz también y hubiera tenido otro tipo de lesiones".
Precisamente estas explicaciones, junto a la localización y características de las lesiones sufridas por Hipolito
especificadas en el informe médico y observadas en la fotografía realizada, y las características del suelo
donde se produjeron los hechos que se pudo igualmente observar el Tribunal en las fotografías incorporadas,
son las que le han llevado a concluir que las lesiones de Hipolito provienen de un golpe recibido directamente
en el ojo.
Por ello descarta el Tribunal la versión ofrecida por los agentes en cuanto al origen de las lesiones sufridas
por Hipolito fuera una caída en el suelo, que se representa como improbable e ilógica.

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También rechaza la afirmación de que Hipolito se mostrara agresivo contra los agentes. Los funcionarios
de policía que declararon como testigos afirmaron que observaron que Hipolito , a su llegada al hospital ya
detenido, estaba agresivo. Frente a ello el Tribunal comprueba en el parte asistencial que el médico, frente a
lo que es habitual, no reflejó nada al respecto. En todo caso, el estado de Hipolito , tras haber sido primero
agredido y después detenido, nada indica sobre cual fuera su estado previo a la agresión.
Se comprueba así que el Tribunal de instancia ha llegado a la conclusión plasmada en la sentencia a través
de pruebas válidas, sometidas a contradicción y con un significado incriminatorio suficiente (más allá de toda
duda razonable) para estimar acreditada la participación del recurrente en los hechos por los que ha resultado
condenado, pruebas que, además, han sido valoradas con arreglo a las máximas de la experiencia y a criterios
lógicos y razonables, constando en la sentencia el razonamiento lógico de la convicción alcanzada por el
Tribunal a partir de las circunstancias relatadas. Se trata en definitiva de una conclusión valorativa ciertamente
racional y razonada, careciendo esta Sala de Casación de motivos para invalidarla.
Tal como esta Sala viene señalando de forma reiterada (auto núm. 1133/2018, de 6 de septiembre, con expresa
remisión a la sentencia 689/2014, de 21 de octubre), "el control que le corresponde realizar a este Tribunal
sobre la eventual vulneración del derecho a la presunción de inocencia se extiende a verificar si se ha dejado
de someter a valoración la versión o la prueba de descargo aportada, exigiéndose ponderar los distintos
elementos probatorios, pero sin que ello implique que esa ponderación se realice de modo pormenorizado, ni
que la ponderación se lleve a cabo del modo pretendido por el recurrente, requiriendo solamente que se ofrezca
una explicación para su rechazo", como, en efecto sucede en el caso que nos ocupa. Continúa el citado auto
señalando que "en cuanto a la tesis alternativa planteada por el recurrente, hemos afirmado en numerosos
precedentes ( STS 636/2015, de 21 de octubre, entre otras), que nuestro papel como órgano de casación no
consiste en seleccionar cuál de las versiones sobre el hecho objeto del proceso resulta más atractiva, la que
ofrece la defensa del recurrente o la que ha proclamado el Tribunal a quo. Tampoco podemos desplazar el
razonamiento del órgano decisorio, sustituyéndolo por la hipótesis de exclusión formulada por el recurrente,
siempre que, claro es, aquél resulte expresión de un proceso lógico y racional de valoración de la prueba", como
en efecto sucede en el presente caso, de conformidad con lo expuesto en los párrafos precedentes.
El recurso adhesivo ha de ser desestimado.
Recurso formulado por D. Hipolito
TERCERO.- Razones de orden metodológico y sistemático en el ámbito procesal y también de claridad en
la exposición nos llevan a reordenar los motivos del recurso formulado por D. Hipolito , a los efectos de su
examen en esta instancia.
De modo que se comenzará por los motivos segundo del recurso, que denuncia quebrantamiento de forma al
amparo del artículo 851.1 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal; y tercero que se articula por falta de motivación,
al amparo del artículo 852 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Y ello porque la estimación de alguno de estos
motivos puede determinar la declaración de nulidad de la sentencia y la retroacción de las actuaciones para
la subsanación del defecto de forma que a través de ellos se denuncia. Por último, procederemos en su caso
al examen de los motivos primero y cuarto, deducidos por infracción de ley.
Así, en desarrollo del segundo motivo de su recurso, señala el recurrente que los hechos declarados probados
indican de forma evidente que no tenía por qué acatar las órdenes de los agentes de policía y, por tanto, que
fue detenido sin causa o motivo alguno.
A través del tercer motivo denuncia vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva, en su modalidad de
derecho a una resolución motivada, razonada y razonable del artículo 24.1 de la Constitución.
Da íntegramente por reproducidos los razonamientos expuestos en el primer motivo en el que refiere que los
agentes han intentado justificar su actuación sin éxito desde su detención ofreciendo distintos motivos de
su intervención. Aduce que el motivo de la actuación policial no ha sido reflejado en el apartado de hechos
probados de la sentencia, señalando que fue "por motivos no acreditados", por lo que se acercaron a Hipolito
"exigiéndole el teléfono móvil". Indica también que el hecho probado declara que "no ha quedado acreditado
que le pidieran la documentación identificativa". Añade que él no ha sido condenado por ningún acto de
desobediencia o resistencia, por lo que estima que la actuación policial no era justificada ni tampoco la orden
que dieron de entregarles su teléfono. Por ello concluye que la detención tampoco estaba justificada, por lo
que fue ilegal, no estando amparada por los artículos 490 y 492 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, y que los
agentes eran conocedores de la ilicitud de su conducta aunque solo fuera por los años de experiencia en el
Cuerpo de Policía. Por ello estima que ambos agentes deben ser condenados por un delito de detención ilegal.
1. Reiterada doctrina de esta Sala, expresada en la sentencia núm. 421/2018, de 26 de septiembre, con
referencia expresa a la sentencia núm. 307/2016 de 13 de abril, sobre el vicio procesal a que se refiere el

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artículo 851.1 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, señala "... que la sentencia debe anularse, prosperando
por lo tanto este motivo, cuando se aprecie en el relato fáctico una insuficiencia descriptiva que lo haga
incomprensible, o difícilmente inteligible, bien por una omisión total de la descripción fáctica, bien por
omisiones parciales que impidan su comprensión, bien por el empleo de frases ininteligibles o dubitativas que
imposibiliten saber lo que el Tribunal declara efectivamente probado, o bien por contener la sentencia un relato
de hechos construido de tal forma que genere dudas acerca de si el Tribunal los está declarando probados o
no; siendo necesario además que los apuntados defectos no permitan calificar jurídicamente los hechos .
Consecuentemente, el vicio alegado, debe deducirse directamente del apartado fáctico y se desenvuelve en el
ámbito de lo gramatical e inteligible, de forma que no cabe enfrentarlo a la propia valoración de la parte sobre
los hechos que debieron declararse probados...
... De igual manera, la falta de claridad no se integra por las meras omisiones de datos fácticos en el relato
de hechos probados, ya que, como la contradicción, es vicio puramente interno del mismo que solo surge por
omisiones sintácticas o vacíos de comprensibilidad que impiden conocer qué es lo que el Tribunal consideró
o no probado."
Aunque no puede ser denunciada la contradicción que sea cierta o crea advertirse entre el factum y la
fundamentación jurídica de la resolución, de este requisito se excepcionan aquellos apartados de fundamento
jurídico que tengan un indudable contenido fáctico; esto es, la contradicción ha de darse entre los fundamentos
fácticos tanto si se han incluido correctamente entre los hechos probados como si se trata de complementos
fácticos integrados en los fundamentos jurídicos ( sentencia núm. 981/2010, de 16 de noviembre).
2. En el caso de autos existe cierta oscuridad interna del relato de hechos de la sentencia de la Audiencia que
impide su comprensión.
Efectivamente, conforme denuncia el recurrente, en los mismos se hace constar que los funcionarios de policía
"(...) por motivos no acreditados detuvieron su vehículo de forma apresurada, dejándolo cruzado sobre un paso
de cebra, dirigiéndose ambos agentes hacia Hipolito exigiéndole el teléfono móvil. No ha quedado acreditado
que le pidieran la documentación identificativa.
El acusado Hipolito se negó en todo momento a hacerles entrega del teléfono móvil y en un momento dado
el acusado D. Landelino con ánimo de menoscabar la integridad física le propinó un golpe en el ojo izquierdo.
Procediéndose a continuación a la detención del mismo y traslado a Centro médico para ser atendido de las
lesiones. (...)
El acusado Hipolito no acometió, ni agredió, ni se resistió a los agentes de la autoridad."
De esta forma, el hecho probado describe una conducta por parte de los agentes que bien puede merecer la
calificación jurídica de delito de detención ilegal.
Como señalábamos en la sentencia de esta Sala núm. 279/2017, de 19 de abril, el delito de detención ilegal
admite solo exclusivamente su comisión dolosa, es decir, la conciencia y voluntad del sujeto activo de privación
de libertad de una persona con independencia de cuál sea el móvil o la intención ulterior. Además, cuando
se trata del tipo del artículo 167 , detención ilegal llevada a cabo por autoridad o funcionario público, debe
concurrir el elemento normativo de que la detención se lleve a cabo fuera de los casos permitidos por la ley
y sin mediar causa por delito, lo cual hace que este precepto sea una norma penal en blanco (remitiéndose a
los artículos 492 y siguientes). El delito aplicado, frente a la detención del 530 del Código Penal, supone en
consecuencia la existencia de una detención ilegal en cuanto al fondo, es decir, la misma no cabe en ningún
caso estando siempre fuera de la ley. El dolo por lo tanto tiene que abarcar la conciencia del sujeto activo
de actuar de esta forma. Por otra parte, tratándose el mismo de un funcionario en quien concurre la expresa
facultad de practicar detenciones en el ámbito de sus competencias, al tratarse de un delito especial impropio
solo puede ser cometido por sujeto activo en el que concurra esta competencia, no puede dudarse de su
conocimiento de los requisitos normativos señalados.
En el supuesto sometido a consideración, el hecho probado describe claramente que los funcionarios de policía
procedieron a la detención del Sr. Hipolito . No se relata ningún tipo de actuación por parte del Sr. Hipolito que
pudiera revestir los caracteres de delito y que, por tanto, permitiera su detención conforme a lo preceptuado
en el artículo 492 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Lejos de ello, el Tribunal declara probado que " Hipolito
no acometió, ni agredió, ni se resistió a los agentes de la autoridad".
Además, el Tribunal ha considerado no acreditado que los agentes solicitaran a Hipolito que se identificase,
por lo que su actuación tampoco podía entenderse realizada conforme a la legislación vigente ( artículo 20
LO 1/1992, de 21 de febrero, sobre Protección de la Seguridad Ciudadana vigente en la fecha de los hechos,

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en términos análogos a los establecidos en el artículo 16 de la vigente LO 4/2015, en vigor desde el día 1 de
julio de 2015).
Por tanto, del hecho probado se infiere que la detención se llevó a cabo fuera de los casos permitidos por la
ley y sin mediar causa por delito, así como que la misma se realizó por funcionarios de policía. Esta condición
determina que, por su profesión y experiencia, conocían los preceptos legales señalados. Por ello, lo que
describe el hecho probado constituye un delito de detención ilegal.
Ello no obstante, en el fundamento de derecho cuarto de la sentencia, el Tribunal justifica en parte la actuación
de los funcionarios de policía, señalando que "los agentes requirieron a una persona en la vía pública para
que les entregara el teléfono, negándose a hacerlo y con independencia que se encontrara fundada dicha
petición, lo cierto y verdad es que no cumplió aquello que le ordenaban los agentes de la autoridad, por lo que la
actuación de éstos estaría justificada al menos lo suficiente para impedir la calificación de la detención como
ilegal." A continuación expone la doctrina de esta Sala sobre el delito de detención ilegal, recordando que se
trata de un delito intrínsecamente doloso. Y, en base a todo ello, concluye que "no ha quedado acreditado que
los agentes con conocimiento de la posible ilegalidad de la actuación que estaban llevando a cabo, procedieran
del modo en que lo hicieron, no pudiéndose calificar como ilegal su actuación (...)."
Excluye, por tanto, en contradicción con el relato de hechos probados, el elemento subjetivo consistente en el
conocimiento por parte de los agentes "de la posible ilegalidad de la actuación que estaban llevando a cabo".
Esta contradicción dificulta su comprensión pues el relato fáctico refiere una detención ilegal, fue detenido sin
causa que lo habilite, que se niega en la fundamentación de la sentencia. En otros términos, la motivación que
se efectúa en la sentencia contradice el hecho y no explica ni justifica suficientemente la falta de adecuación
que se observa entre el relato de hechos probados y el fallo absolutorio.
Todo ello determina que el Tribunal de instancia deba dar a la resolución nueva redacción en este punto, ya
que, con arreglo a dispuesto en los artículos 901 y 901 bis a) de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, no procede
una condena en la instancia casacional como es pretendido por el recurrente.
Por ello, procede casar y anular parcialmente la sentencia dictada por el Tribunal de instancia, reponiéndola
al estado anterior al de dictar sentencia, para que por las mismas magistradas dicten nueva resolución
subsanando el defecto arriba expresado.
De esta manera, estimamos en parte los motivos segundo y tercero, por lo que ha de quedar sin resolver el
motivo primero.
CUARTO.- Por vía del artículo 849.2° de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, se alega, como cuarto motivo del
recurso formulado por el Sr. Hipolito , error en la apreciación de la prueba resultante de documentos que
demostrarían la equivocación del juzgador, sin estar contradichos por otros elementos probatorios.
1. Respecto del motivo de casación por error en la apreciación de la prueba esta Sala (sentencias núm.
936/2006, de 10 de octubre, 778/2007, de 9 de octubre y 424/2018, de 26 de septiembre), viene exigiendo para
su éxito la concurrencia de los siguientes elementos: 1) Ha de fundarse, en una verdadera prueba documental,
y no de otra clase, como son las pruebas personales aunque estén documentadas en la causa; 2) Ha de
evidenciar el error de algún dato o elemento fáctico o material de la sentencia de instancia, por su propio
y literosuficiente poder demostrativo directo, es decir, sin precisar de la adición de ninguna otra prueba ni
tener que recurrir a conjeturas o complejas argumentaciones; 3) Que el dato que el documento acredite no se
encuentre en contradicción con otros elementos de prueba, pues en esos casos no se trata de un problema
de error sino de valoración, la cual corresponde al Tribunal, artículo 741 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal;
4) Que el dato contradictorio así acreditado documentalmente sea importante en cuanto tenga virtualidad
para modificar alguno de los pronunciamientos del fallo, pues si afecta a elementos fácticos carentes de tal
virtualidad el motivo no puede prosperar ya que, como reiteradamente tiene dicho esta Sala, el recurso se da
contra el fallo y no contra los argumentos de hecho o de derecho que no tienen aptitud para modificarlo.
Por tanto--se dice en la sentencia de esta Sala núm. 765/2001, de 19 de julio- el motivo de casación alegado
no permite una nueva valoración de la prueba documental en su conjunto sino que exclusivamente autoriza
la rectificación del relato de hechos probados para incluir en él un hecho que el Tribunal omitió erróneamente
declarar probado, cuando su existencia resulta incuestionable del particular del documento designado, o bien
para excluir de dicho relato unos hechos que el Tribunal declaró probados erróneamente, ya que su inexistencia
resulta de la misma forma incuestionable del particular del documento que el recurrente designa. Además,
como se ha dicho, es preciso que sobre el particular cuestionado no existan otros elementos de prueba, ya
que en esos casos, lo que estaría bajo discusión, sería la racionalidad del proceso valorativo por la vía de la
presunción de inocencia en caso de sentencias condenatorias o de la interdicción de la arbitrariedad, en todo
caso, aunque sus efectos de su estimación fueran distintos el referido vicio de error en la valoración probatoria

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presupone la autarquía demostrativa del documento que ha de serlo desde dos planos: 1º) El propiamente
autárquico, lo que se ha venido denominando como literosuficiente, es decir que no precise de la adición
de otras pruebas para evidenciar el error; y 2º) que no resulte contradicho por otros elementos de prueba
obrantes en la causa, como, siguiendo lo expresamente establecido en el precepto, viene también señalando
una reiterada doctrina jurisprudencial" ( STS 310/2017, de 3 de mayo).
2. En el caso de autos, el recurrente designa como documentos que evidencian el error del Tribunal los informes
médicos obrantes en autos relativos a la contusión ocular, los informes del médico forense obrantes a los folios
50 a 54, 144 y 152 y las fotografías en las que se aprecia la contusión ocular que sufrió, obrante al folio 60.
Considera el recurrente que tales documentos ponen de manifiesto el error del Tribunal al alcanzar sus
conclusiones sobre el medio empleado por el agente Sr. Landelino para golpearle en su ojo izquierdo.
En el desarrollo de este motivo, se refiere a los testimonios de los amigos que le acompañaban, Sra. Joaquina
y Sr. Emilio , quienes manifestaron que el agente golpeó al recurrente en el ojo, con la porra que llevaba.
Igualmente invoca el informe emitido por el Médico Forense que fue ratificado en el acto del Juicio Oral donde
manifestó que la forma de causación fue un golpe contuso pudiendo haber sido producido por un puñetazo u
otro tipo de objeto contundente, como por ejemplo, una porra.
Señala además que en las fotografías aportadas se aprecian claramente dos líneas paralelas de piel enrojecida
que van desde la nariz hasta la ceja izquierda. Esta línea a su juicio corresponde a la marca de la porra o
defensa policial.
Considera que estas pruebas confirman las manifestaciones de los testigos en el sentido de que el recurrente
fue golpeado con una porra.
Es evidente que lo que pretende el recurrente con la designación de tales documentos, no es la acreditación de
un error. Lo que busca el recurrente es que este Tribunal proceda a realizar una nueva valoración de la prueba a
partir de esos documentos. La vía de impugnación elegida por el recurrente exige designar un documento que
por su contenido asertivo entre en abierta colisión con el hecho probado o suponga la necesidad incorporación
al relato fáctico de un hecho relevante para la subsunción. No es documento, por tanto, la documentación de
la prueba pericial practicada en el juicio oral sobre la que el recurrente realiza una valoración distinta de la
obtenida por el Tribunal a quien compete la valoración de la prueba. Tampoco lo es la testifical practicada en
las personas de la Sra. Joaquina y del Sr. Emilio .
La jurisprudencia de esta Sala (SSTS 14/10/1985, 26/12/1986, 10/07/87, 04/07/1988, 18/01/1989,
15/01/1990, 17/01/1991 y 17/02/1992) permite excepcionalmente la posibilidad de acreditar el error en la
apreciación de la prueba fundándose en la prueba de peritos, equiparándola a la documental a los efectos del
número 2 del art. 849 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, cuando habiendo un solo informe de esta clase o
varios coincidentes, y no existiendo otras pruebas sobre el mismo hecho, bien se ha tomado dicha prueba de
modo incompleto, mutilado o fragmentario, bien se ha prescindido de la misma de modo no razonable llegando
a conclusiones divergentes, opuestas o contrarias a las expuestas por los peritos, todo ello, en definitiva, a fin
de corregir errores evidentes, dando así el debido cumplimiento al mandato de interdicción de la arbitrariedad
de los poderes públicos proclamado por el art. 9.3 de la Constitución Española, que es el verdadero fundamento
de esta excepcional doctrina jurisprudencial que extiende la aplicación del número 2 del art. 849 de la Ley
de Enjuiciamiento Criminal, más allá de lo que permite su redacción literal ( SSTS. 17/09/1988, 20/11/1989,
26/03/1990, 30/11/1990 y 17/02/1992).
Sin embargo, en el caso examinado los documentos designados no entran en colisión con los hechos
probados. Lejos de ello, en éstos se recoge el resultado lesivo del Sr. Hipolito de acuerdo con la prueba pericial
practicada, como el Tribunal explica oportunamente después en la fundamentación jurídica de la sentencia.
La lectura del fundamento de derecho segundo evidencia que el Tribunal ha examinado y valorado los
documentos designados por el recurrente. Precisamente el examen de las fotografías aportadas por el
recurrente junto al informe Médico Forense es lo que ha llevado al Tribunal a considerar no acreditado que el
acusado Sr. Landelino utilizara la defensa en el ataque perpetrado contra el recurrente. Destaca para ello el
Tribunal que la Médico Forense explicó en el acto del Juicio Oral que "la forma de causación de las lesiones fue
un golpe contuso, producido por un puñetazo u otro tipo de objeto". Resulta evidente pues que, atendiendo a
las características de la lesión, el golpe recibido por el recurrente pudo ser dado con el puño o con otro tipo de
objeto, lo que puede sustentar las versiones, totalmente contradictorias, ofrecidas por las partes en conflicto.
En definitiva, los razonamientos de la Audiencia se ajustan a las reglas de la lógica y son ajenos al error que
se denuncia en el motivo examinado, que en consecuencia debe ser rechazado.

8
JURISPRUDENCIA

QUINTO.- De conformidad con las previsiones del artículo 901 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, la
desestimación del recurso adhesivo formulado por la Abogada del Estado en representación de D. Landelino ,
conlleva su condena en costas. La estimación parcial del recurso formulado por D. Hipolito determina declarar
de oficio las costas de su recurso.

FALLO
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey y por la autoridad que le confiere la Constitución, esta sala ha decidido
1) Desestimar el recurso el recurso adhesivo formulado por la Abogada del Estado en representación de D.
Landelino , contra la sentencia núm. 656/2018, dictada el 22 de noviembre, por la Sección Vigesimonovena
de la Audiencia Provincial de Madrid, en el Rollo de Sala núm. 1283/2018, en la causa seguida por delito de
lesiones.
2) Imponer a D. Landelino el pago de las costas ocasionadas en su recurso.
3) Desestimar el motivo cuarto del recurso de casación interpuesto por D. Hipolito .
4) Ha lugar a dicho recurso de casación por estimación de sus motivos segundo y tercero relativo a
quebrantamiento de forma e infracción de derecho constitucional, en su modalidad de derecho a una
resolución motivada, y por ello anulamos la sentencia recurrida solo en el extremo a que se refiere el tercer
fundamento de derecho de la presente resolución.
5) Devolver las actuaciones a la Sección Vigesimonovena de la Audiencia Provincial de Madrid para que, con
libertad de criterio, dicte nueva sentencia sobre los extremos señalados en el mencionado fundamento de
derecho tercero de esta misma resolución.
6) Declarar de oficio las costas del recurso formulado por D. Hipolito .
7) Confirmar, en lo que no se oponga a lo expuesto, la sentencia núm. 656/2018, dictada el 22 de noviembre,
por la Sección Vigesimonovena de la Audiencia Provincial de Madrid, en el Rollo de Sala núm. 1283/2018, en
la causa seguida por delito de lesiones.
8) Comunicar esta resolución a la mencionada Audiencia, a los efectos legales, con devolución de la causa,
interesando acuse de recibo.
Notifíquese esta resolución a las partes haciéndoles saber que contra la presente no cabe recurso e insértese
en la colección legislativa.
Así se acuerda y firma.
Andrés Martínez Arrieta Ana María Ferrer García Vicente Magro Servet
Carmen Lamela Díaz Ángel Luis Hurtado Adrián

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