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La segunda sesión estuvo a cargo del P. Álvaro Duarte, donde vimos como el Corazón
de María está pre-figurado en la Escritura, haciendo hincapié en el Antiguo Testamento,
desde una lectura cristológica. El uso que san Juan Eudes hace de la Biblia lo vemos
reflejado en los escritos sobre el corazón de María, se fija en toda la Biblia y busca a María
en ella, incluyendo el Antiguo Testamento. María estaba en el Plan de Dios y por esto san
Juan Eudes consideraba que ella debía estar a lo largo de la Sagrada Escritura. San Juan
Eudes va a tomar elementos significativos de muchos libros del Antiguo Testamento para
acuñarlos a la Virgen María, los cuales cuentan con un sentido mariológico y teológico de
gran relevancia para los postulados sobre el la Virgen Madre: “En el Antiguo Testamento
hay sombras de la Virgen María”, afirma el Padre Duarte, citando las palabras del Concilio
Vaticano II. Basándose en las Obras Completas VI de san Juan Eudes, el Padre Álvaro nos
presentó una lista de los títulos o elementos que se van a relacionar –gracias a san Juan
Eudes- con la Madre de Dios, entre estos figuran: el cielo, el sol, el centro de la tierra,
fuente del paraíso terrenal, la fuente sellada del Cantar, el mar, sus aguas mezcladas con
fuego, sus aguas son de cristal, la zarza ardiente, el arpa de David, el trono de Salomón, el
templo de Jerusalén, candelabro de oro, Arca de la Alianza, vaso de oro que contiene el
maná, Corazón de María, santuario, víctima, incensario del divino amor, entre otras (O.C
VI, 117-563). Dentro de este apartado, también se mencionó lo que otros Padres de la
iglesia ya habían comentado sobre la Virgen María, y se hizo referencia especial de san
Bernardino, quien se refirió a las siete llamas del corazón de María y que luego san Juan
Eudes recopilaría. San Juan Eudes se convierte en un maestro que sabe compaginar cada
relato bíblico con la figura de María, haciéndola brillar como la escogida desde la eternidad
por el Padre para ser la Madre del Salvador por la acción del Espíritu Santo.
3. Textos inspiradores del Nuevo Testamento
Finalmente, el Padre Fidel Oñoro nos comparte como san Juan Eudes citaría de diferentes
formas al Magnificat dentro de la Obra del Corazón de María, es uno de los grandes referentes, al
cual le dedicaría todo el libro décimo basado en este cántico que María pronuncia de sus labios en el
pasaje de la visitación. El Magnificat es el cántico del Corazón de María, dice el Padre Eudes, la
santa virgen hacen que broten los sentimientos que colman su alma -su corazón espiritual- a partir
del feliz momento de la encarnación del verbo. Así, el corazón corporal, nos relata el Padre Oñoro,
contribuyó, a su manera, a la explosión de este canto de amor. Sin duda este canto de amor fue
propiciado por el Espíritu Santo que ya fungía como su propio corazón espiritual. El Corazón de
María “danza” en el amor que de él brota y que se refleja en cada palabra del Magnificat. Diría
Benedicto XVI que “el Magnificat es el espejo del alma de María”, y es precisamente lo que san
Juan Eudes va a recopilar en sus escritos, que nos adentran a esa alma tan pura de la virgen que
invita a nuestros propios corazones a danzar en el amor de Dios que es nuestra alegría, que nos
“alegra el espíritu”.
Referencias bibliográficas
Oñoro, F. (2021). Un bordado de voces en la Escritura que hace brillar la figura de María.
Colombia: Unidad de Espiritualidad Eudista https://acortar.link/lF4S3g