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Categorías Greimasianas

Angie Valeria López Riascos

Universidad del Cauca

Facultad de Ciencias Humanas y Sociales

Programa de Licenciatura en Literatura y Lengua Castellana

Popayán

2022
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Categorías Greimasianas
Detrás de la muerte y la brújula se esconde una gran paradoja, ya que es el azar el
que se encarga de llevar a cabo la venganza de Scharlach, a pesar de que este tiene el saber
matar no sabe cómo llevar a cabo su hazaña, sino por medio de un programa de base, de
un programa de acción que le ayuda a repensar la situación, pero ¿en qué momento el azar
brinda la maravillosa idea de vengarse? A partir del instante en el que Lönnrot revela
información sobre la investigación y los posibles nombres de Dios que había estudiado en
la escena del crimen de Marcelo Yarmolinsky, mas muy a su pesar, esta pista es la que
traza el destino final del detective, pues su enemigo supo interpretar aquella pista.

En ese mismo sentido, es posible decir que Scharlach es un sujeto motivado, un


sujeto intencional, ya que él desea, él quiere tener su objeto de anhelo; la venganza, pues
esta disyunto de esa posibilidad, al mismo tiempo que está en conjunción con ese mundo
criminal que en cierta manera posibilita su deseo. No obstante, su tranquilidad es nula
hasta no alcanzar su capricho, lo que provoca una tensión disfórica que lo lleva a perseguir
su objetivo.

Así entonces, es importante hablar cómo se establece el contrato de comunicación


entre estos dos personajes, pues a diferencia de una Vendetta, donde había una
comunicación directa entre la anciana y Vivaracha, en la Muerte y la Brújula parece no ser
así, pues la comunicación entre ambos es muy difícil, empezando por la situación jurídica
tan distante en la que se encuentran el uno del otro. Por un lado, Scharlach desde el bando
criminal y por otro, Lönnrot que se apega completamente al estado de derecho, este
contexto entorpece la comunicación, pero no su fin último, tampoco pretende que la
muerte de Lönnrot tenga un propósito político.

Por ende, es necesario entender que en el universo axiológico de los personajes no


es posible un contrato, pero entonces ¿Cómo se da el proceso de comunicación? Cuando el
propósito es un hacer-saber, en donde el manipulador (Scharlach) empuja al destinatario-
manipulado hacia una carencia de libertad, es decir, hacia una manipulación. Claro está
que, Scharlach fue inteligente, pues supo leer la identidad de Lönnrot, ya que este era un
hombre perspicaz y agudo que se asemejaba con Auguste Dupin. Se puede decir que no
hay una comunicación personalizada, una confrontación entre ambos es imposible, por
eso, Scharlach elige una comunicación indirecta que se produce sobre la base de las
categorías de la veridicción (categoría Greimasiana y semiótica).
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Estos procesos veridictorios son cuatro: la verdad, que esta relacionada con el ser y
el parecer, ejemplo: es médica y lo parece; la ilusión, el engaño o la mentira, que esta en
correspondencia entre el parecer y la verdad, pero con la negación de la verdad, ejemplo:
la médica parece médica por su atuendo, sin embargo, no lo es; la falsedad, ejemplo: la
médica no parece médica y tampoco lo es y por último, el secreto, ejemplo: es médica,
pero no lo parece. En ese orden de ideas es preciso decir que hay unas transformaciones
modales de la veridicción a lo largo del relato que se dan entre el ser y parecer, de ahí que
el narrador de la Muerte y la Brújula organice la narración de tal forma que en un principio
el lector encuentra personajes que no son ni parecen autores del crimen, de modo que,
cuando ocurre un asesinato el autor del delito se camufla entre inocentes con la condición
de no parecer un malandro o criminal, es decir, su culpabilidad queda en secreto.

En este punto la figura de Auguste Dupin cobra mucho sentido, pues es él, en este
caso Lönnrot quien se encarga de develar el misterio del crimen, por medio de una ardua
investigación que lleva a unos posibles sospechosos, que no son criminales, pero lo
parecen, por tanto, es correcto afirmar que el enjuiciamiento de Lönnrot se dio por medio
del engaño y mentira que cráneo Scharlach. De tal forma que, el estatuto de la verdad que
encierra al crimen se ciñe sobre la conjunción del ser y el parecer, pues después de la
indagación, Lönnrot adquiere la competencia descriptiva, que le permite comprender a
través de uno de sus narradores que ese personaje que es un mafioso no lo parezca, pero
¿qué signos le hacen pensar que es un mafioso? Ninguno, pues es ahí donde se halla el
gran secreto, puesto que es mafioso y no lo parece.

No obstante, la anterior afirmación abre un gran interrogante ¿el narrador de los


tres asesinatos relata la historia sobre la base de la verdad, el engaño, la falsedad o el
secreto? Es una combinación entre el engaño y la verdad, empero, se puede decir que
también esconde el secreto, pues camufla los asesinatos con la venganza. Esto se
comprueba en la parte final del relato, cuando Lönnrot es apresado por los esbirros de
Scharlach y estos le hacen la pregunta de sí él esta interesado por los nombres de Dios, es
aquí donde se construye la relación entre el ser y el parecer y donde se produce la
venganza.

Por último, es importante hablar un poco sobre las novelas y cuentos policiacos, ya
que emplean en sus narraciones cada una de las categorías Greimasianas, que posibilitan el
develamiento de la identidad, en este caso, del asesino, pero no desde una narración lineal,
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sino una llena de giros y secretos.

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