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ESTUDIOS LATINOAMERICANOS

REFLEXIÓN

ARTURO ARDAO, LA IDEA Y EL NOMBRE DE AMÉRICA LATINA

LAURA FEBRES
Universidad Metropolitana. Caracas.
lfebres@unimet.edu.ve

1. PENSAMIENTO HISTÓRICO, CULTURAL Y EDUCATIVO DE AMÉRICA


LATINA dos conceptos que no son necesariamen-
te idénticos pero que Henríquez Ureña

A
rturo Ardao, filósofo uruguayo, na- siempre se empeña en fundir: la nación de
cido en 1912 y recientemente falle- origen del autor en cuestión y la América
cido en 2003, nos muestra un enfo- total. 2) Poseen ...el ansia de justicia y
que peculiar y creativo de lo que ha sido el libertad...
proceso de integración de América Latina, 3) Manifiestan inclinación literaria pero
a través de muchos de sus ensayos. El deber moral no los deja ser puros
hombres de letras ...Pudo como Rubén
Decía Pedro Henríquez Ureña, en va- Darío, sacrificarlo todo al solo ideal de
rios de sus artículos escritos en la década ser poeta; pero antes quiso acatar normas
de 1930-1940, que existían hombres en la de honrado;. Todo para este pensador,
América Hispánica que cumplían el papel tiene sentido ético. 4) Este sentido ético
los convierte en apóstoles genuinos en
de agentes integradores del continente y que
nuestra América.5) Trabajan sin descan-
tenían las siguientes características: so, ... sin ostentación ni propaganda por-
Estos americanos de excepción, a los cua- que creen que la acción es la salvadora.
les Henriquez Ureña rinde homenaje, son 6) Los caracteriza la singularidad en el
los ejemplos carnalizados del paradigma senti-do de que no se formó repitiendo
que debía seguir el intelectual latino- ajenas lecciones... ... se expresó, perso-
americano. Son los intelectuales con que nalmente 7) Como ya dijimos todos ellos
América debe contar para que se realice son originalmente hombres de letras, sin
en ella la integración. ... embargo terminan frecuentemente estu-
diando y aun siendo expertos en áreas
Las características de este modelo de inte-
históricas, científicas y filosóficas, lo que
lectual son las siguientes: 1) Todos aman
no empobrece su experiencia literaria sino
a su tierra. Henríquez Ureña manifiesta
la enriquece1.
este término comprensivo con una gran
frecuencia; generalmente tierra incluye

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Todas ellas, podemos decir que las Fue, por lo contrario, un episodio más
tenía Arturo Ardao a quien tuve la oportu- en el prolongado empeño de nuestra
nidad de conocer en sus años de exilio en América, como amaba decir Martí, o de
Venezuela entre 1980 y 1988, porque fue América la nuestra, como gustaba escribir
mi profesor y tutor de tesis de maestría en Rodó, por la definición de su identidad a
través de la determinación de su nombre.
la Universidad Simón Bolívar de Caracas. Ese empeño ha tenido mucho de drama.
Tal vez intuyendo él que probablemente me Las sucesivas generaciones, desde aque-
animaría a presentar un trabajo como éste llos fines del siglo XVIII a nuestros días,
algún día, me mandó desde Uruguay sus lo han venido sintiendo, cada una a su
libros escritos en Venezuela durante ese modo, pero siempre bajo la necesidad
tiempo, pero publicados en Montevideo. de dar respuesta a cambiantes desafíos a
Les explicaré, entonces, algunas de las la autonomía de su personalidad común.
líneas fundamentales de su pensamiento O sea, a su existencia misma. No saber
Latinoamericanista, expresadas en cuatro cómo llamarse es algo más que no saber
cómo se es; es no saber quién se es2.
de sus libros fundamentales: Estudios La-
tinoamericanos de Historia de las Ideas, No dudo que su reflexión filosófica
Génesis de la idea y el nombre de América sobre el espacio, contenida en su libro
Latina, La inteligencia Latinoamericana, Espa-cio e inteligencia, esté presente en el
y Nuestra América Latina. El primero de plan-teamiento original de Arturo Ardao
ellos publicado en Caracas, pero escrito en en cuanto al nombre y la idea de América
Montevideo; el segundo escrito y publicado Lati-na, pero esta última no será objeto de
en Caracas, los dos últimos escritos en Ca- nues-tro análisis aquí, ya que nos concreta-
racas, pero publicados en Montevideo. remos solamente a aquellos libros de tema
americanista.
Cuando hablé del proceso de integra-
ción de América Latina desde una óptica En el mismo libro Estudios Latinoame-
peculiar, me refiero a que su análisis del ricanos de Historia de las ideas, del que
proceso histórico que condujo a la integra- sacamos la cita anterior empieza a estudiar
ción de Latinoamérica no lo he observado la idea de América expresada en el nombre
en otro intérprete del suceso y de allí su Colombia3 denominación de “inequívoca
originalidad. Parte Arturo Ardao del estu- intención propagandística y proselitista”
dio riguroso de las ideas y los nombres que se-gún Ardao, que Francisco de Miranda
los latinoamericanos hemos tenido sobre utili-za para denominar a la América es-
América meridional, para explicar su pro- pañola.
ceso de integración. Las ideas y los nom- La abrumadora multiplicidad terminológi-
bres con que los latinoamericanos hemos ca en uso, desdibujaba su imagen, bien
pensado y designado el espacio americano, reduciéndola en una serie de nombres
demuestran una orientación clara hacia una (América, América del Sur, América
integración cada vez mayor de las distintas Meridional, Continente Americano, Con-
partes de Latinoamérica: tinente Sur Americano) a mera expresión
geográfica, bien manteniéndola en otra
1. FEBRES, Laura. Pedro Henríquez Ureña. Crítico de América. p.p. 128 y 129.
2. ARDAO, Arturo. Estudios Latinoamericanos de Historia de las ideas, “La idea de la Magna Colombia, de Miranda
a Hostos” (1975). p. 26.
3 . La utilización de Magna Colombia es convencional para distinguir a la construcción histórica, Gran Colombia, de
la denominación mirandina.

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serie (América Española, Hispanoamé- sur se clama por la defensa a través de la


rica, Continente Español Americano, unión. Y renace con caracteres angustio-
Continente Americano Español, Conti- sos la búsqueda del nombre común.
nente Hispanoamericano) atada de algún ... Justo Arosemena, de Panamá, parte
modo a la nacionalidad de la metrópoli. entonces de Nueva Granada, resucita el
Miranda en particular, debió sentirlo nombre de Colombia para proponerlo
intensamente. Hubo de llegarle, así, el so- de nuevo en su dimensión mirandina.
lemne momento de encarar el lanzamiento ...Hace más de veinte años que el águila
público, (a partir de 1800) por primera del Norte dirige su vuelo hacia las regio-
vez –e iba a ser como una proclama den- nes ecuatoriales... Entretanto, señores,
tro de otra proclama- del revolucionario Colombia duerme... Pero aún es tiempo
nombre, hasta entonces apenas escrito en si Colombia despierta. ...Preferimos de-
privado alguna vez, a que había llegado volver al ilustre genovés la parte de honra
tres lustros atrás: Colombia4 . y de gloria que se le había arrebatado:
nos llamaremos colombianos...5;
Esta denominación fue utilizada en un
documento público por primera vez en la Sin embargo, concluye Ardao este en-
constitución venezolana aprobada el 21 de sayo manifestando su predilección por el
julio de 1811 para denominar a Hispano- nombre América Latina, que según él pre-
américa, bajo la influencia de Francisco valecerá sobre Colombia como lo señalara
de Miranda. Eugenio María de Hostos en 1874.
“En una primera redacción del texto “Aquel conato de la Magna Colombia
transcrito se decía América donde después en el tercer cuarto del siglo XIX, resultó
se puso Colombia, figurando de este úl- sobrepasado, en cuanto conceptuación y
timo modo en la edición oficial hecha en denominación, por el nacimiento y desa-
Caracas por Juan Baillío, en 1812. Como rrollo de la idea y el nombre de América
lo ha señalado Ramón Díaz Sán-chez, Latina. Con más precisión, Latinoaméri-
debe atribuirse la corrección a la perso- ca. Pero ésta es, desde luego, otra histo-
nal influencia de Miranda, integrante del ria. Más extensa y más compleja”6.
Congreso Constituyente”. La historia del nombre América Latina
Esta denominación pierde momentánea- la continuará Ardao en su libro Génesis
mente su vigencia cuando se hace realidad de la Idea y el nombre de América Latina;
el sueño bolivariano de la Gran Colombia, sin embargo, no podemos dejar antes de
pero el término Colombia vuelve a intentar comentar otra ensayo contenido en el libro
ser restaurado con motivo de las invasiones Estudios Latinoamericanos de Historia
de las Ideas titulado El americanismo de
de Estados Unidos a estas tierras por un
Rodó.
corto periodo de tiempo.
Después de las anexiones en la década El americanismo en Rodó no puede ser
del 30 y de la guerra en México en la del separado del rasgo al que frecuentemente
40, la alarma vuelve muy grande con el está profundamente unido todo ameri-
filibusterismo de Walker en la del 50. canismo y es la “milicia americanista”7.
El año de 1856 fue el crítico. De norte a Rodó, según el análisis de Ardao, desa-
rrolló el americanismo en cuatro puntos
4. ARDAO, Arturo. Estudios Latinoamericanos de Historia de las ideas. “La idea de la Magna Colombia, de Miranda
a Hostos” Paréntisis nuestro (1975). p. 14.
5. Pág. 28.
6. Pág. 32.
7. Pág. 111.

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fundamentales: Americanismo literario, mayor de Latinoamérica.


Ame-ricanismo cultural, Americanismo
En este proceso Ardao reconoce que
político y Americanismo heroico.
existen tres períodos diferentes en nuestro
No disponemos aún de las obras com- esfuerzo de integración:
pletas de Arturo Ardao para poder desa- Sin perjuicio de eventuales precisiones
rrollar con detalle la presencia de estos ulteriores, lo anterior permite desde ya
cuatro puntos en sus escritos, como él las distinguir tres definidos períodos en el
desarrolló magistralmente en la obra de recorrido del americanismo literario has-
José Enrique Rodó, pero si podemos ha- ta aquella altura del siglo XIX: período
cerlo de manera exploratoria en los cuatro continentalista, 1821-1827; período na-
libros que hemos mencionado al principio cionalista, 1828-1845; período de nuevo
de esta ponencia. continentalista, de 1846 en adelante8.
El primero de ellos, el Americanismo Ardao piensa que en la Colonia pudo
literario se manifiesta en el conocimiento haber existido la idea de Americanidad,
que posee Arturo Ardao de la literatura de como la explicamos líneas más arriba, pero
Latinoamérica manifestada en su ensayo no la idea de americanismo como necesidad
Primera idea del Americanismo literario. de unión continental. De manera contraria
Allí establece una distinción entre dos ideas a la opinión generalizada sobre el origen
que van a ser fundamentales en sus obras, de nuestra necesidad de integración, nos
la idea de americanidad y la de americanis- dice:
mo. Llegados a este punto, la primera cosa
a establecer es que no pasa de un mal-
La primera, presente en la literatura entendido la creencia de que estuvimos
latinoamericana, aún en la Colonia cuan- culturalmente integrados bajo la colonia,
do la fuerza de la naturaleza de América que perdimos luego esa integración por el
hizo que los autores hablaran de un modo fraccionamiento de las nacionalidades, y
distinto a como se había escrito en Europa. que se trata de recuperarla por la reorga-
La segunda idea, el americanismo contiene nización de la perdida comunidad. Lo que
dos ideas distintas, una el americanismo nuestra América tuvo de unidad cultural,
a la vez que política y económica, en el
visto como la originalidad conscientemente período colonial, no fue otra cosa que la
buscada en la expresión americana y la otra, coparticipación en un sistema imperial
para Ardao la más importante y en la cual común, sin efectiva, comunicación entre
suele poner el énfasis, el americanismo sí de sus piezas componentes. Ella faltó,
como un programa consciente a favor de por supuesto, entre Hispanoamérica y
la América unida. Brasil, cuya dualidad de primer plano
puede reducirse a la unidad de aquel solo
En sus ensayos Primera idea del ameri- sistema imperial común, en cuanto siste-
canismo literario y Del Hispanoamerica- ma. Pero faltó, además, entre las distintas
nismo literario al latinoamericanismo regiones hispanoamericanas9;
literario demuestra nuestro autor el conoci-
miento extenso que tiene de nuestra litera- Sin embargo, el americanismo literario
tura, haciendo el recuento de su evolución no solamente se refiere a la literatura en
hacia una voluntad de integración cada vez sentido estricto como hablamos de ella en
8. ARDAO, Arturo. La inteligencia Latinoamericana. “Del hispanoamericanismo literario al latinoamericanismo lite-
rario” (1980). p. 47.
9. “Primera idea del americanismo literario” (1980). p.15.

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nuestros días, sino que abarcaba los campos Continuamos con su comentario sobre
donde podía manifestarse el espíritu huma- la América Poética de Juan María Gutié-
no, por lo que el americanismo literario era rrez, nacida después del florecimiento del
muchas veces americanismo cultural. Romanticismo y de la fragmentación de
En cualquier caso, la idea del america- América española en distintas literaturas
nis-mo literario se dio desde el primer na-cionales, la cual fue publicada en Val-
momento subsumida en un amplio y paraíso entre 1846 y 1847 por entregas:
diversi-ficado concepto de americanismo Aparte de lo que como manifestación de
cultural, del cual a veces es parte, pero continentalidad representaba, por sí sola,
más a menudo expresión equivalente10. la naturaleza de la obra misma, al igual
que el padrinazgo poético y la colabora-
Dentro de este americanismo cultural
ción personal de Bello, ciertos párrafos
figura el americanismo filosófico, campo del citado prólogo de Gutiérrez tienen
que va a ser privilegiado en la obra de es-pecial significación para la historia
Arturo Ardao en ensayos como: El lati- del unionismo intelectual de Hispano-
noamericanismo filosófico de ayer y hoy, e américa:
Historia de las ideas filosóficas en América Nos guía en la publicación que anuncia-
Latina que pertenecen al libro que venimos mos una intención seria. La tenemos por
analizando La inteligencia latinoamericana acto de patriotismo, mirando en ella uno
y que merecen un estudio detallado, en un de los testimonios que aún faltan para
trabajo aparte convencer de que en el pensamiento ame-
ricano hay elevación, nobleza y unidad. A
Al americanismo literario se le reco- tal categórica afirmación unitaria seguían
noce su inicio en 1823 en Londres, en La estas palabras:
alocución a la poesía cuando Andrés Bello Al ver cómo en pueblos tan apartados
expresaba: luce la llama de una misma inspiración;
Tiempo es que dejes ya la culta Europa, el mismo amor por la patria, las mismas
Que tu nativa rustiquez desama, esperanzas de mejora y de engrandeci-
Y dirijas el vuelo a donde te abre miento; igual entusiasmo por las institu-
El mundo de Colón su grande escena11. ciones nacidas de la emancipación; igual
encanto ante la naturaleza virgen, lozana
No obstante, tiene como antecedente y maravillosa del Nuevo Mundo, creemos
muy importante la Biblioteca Columbiana que no se podrá negar, que a más de
en Lima, publicada por el neogranadino aquella armonía que proviene de la co-
Juan García del Río en 1821. Continúa des- munidad de religión y de idioma, existe
otra entre las Repúblicas Americanas: la
pués la elaboración del programa america-
armonía del pensamiento13.
nista en la generación de la Independencia
y luego en la del Romanticismo. Luego de esta antología poética apa-
Conforme a ellas, más allá de las con- reció en Santiago de Chile en 1861 el
génitas anticipaciones americanistas de Juicio crítico de algunos poetas hispano-
la literatura colonial y del despertar na- americanos publicado por Miguel Luis y
cional de la generación neoclásica de la Gregorio Víctor Amunátegui, “los poetas
Independencia –incluida la proclama de 10. Pág. 13.
Alocución a la poesía, 1823- el america- 11. Pág. 7.
nismo literario alcanza la plenitud de su 12. Pág. 8.
configuración histórica en la doctrina y 13. “Del hispanoamericanismo literario al latinoame-
la hora de nuestro romanticismo. Mojón ricanismo literario” (1980). p.p. 49 y 50.
decisivo: La cautiva, 183712.

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estudiados fueron 15, correspondientes a Comprueba Arturo Ardao como la idea


ocho países”14. de la latinidad de América como adjetivo
nace por primera vez en la mente de un
El siguiente gran paso en la evolución
francés, pero la sustantividad aparece en la
de la integración americana es estudiado
pluma de un americano, siguiendo un pro-
por Arturo Ardao, no sólo en La Inteli-
ceso histórico que señala a continuación:
gencia Latinoamericana, sino también en
el libro Génesis de la idea y el nombre de En una primera etapa, aun después de
América Latina publicado durante su exilio esa Independencia no existen ni la idea
en Caracas. ni el nombre de América Latina; en una
segunda, hace su aparición la idea, pero
Mantiene Arturo Ardao que el Colom- sin la compañía del nombre, en el carácter
biano José María Torres Caicedo es “El sustantivo que llegaría a asumir; en una
entronizador del nombre América Latina tercera, aparece el nombre con que la idea
como denominación continental15. Pero cuaja históricamente18.
además de este mérito, fue también el En la primera etapa, como estudiará
primero que reunió la expresión latinoame- después Arturo Ardao en su ensayo Prime-
ricanista no sólo en el campo de la poesía
ra idea del Americanismo literario será la
sino también en otros campos:
Americanidad, es decir la descripción del
... su continentalismo literario tuvo de paisaje y la realidad lo que esté presente,
innovador no sólo la temprana introduc- pero no la intención necesaria de nuestra
ción de la terminología latinoamericanis- unión, porque formábamos parte de una
ta, llamada a tanto éxito un siglo más
tarde. Lo caracterizó, además, el haber monarquía. La idea de América latina
abordado por primera vez la unidad de aparece por primera vez en la Introducción
la literatura hispanoamericana en diver- al libro Cartas sobre la América del Norte
sos géneros, no únicamente en el de la escrita en 1836 por Michel Chevalier. Allí
poesía16. expresa éste en primer lugar:
En este libro editado en Caracas por Las dos ramas, latina y germana, se han
el Centro de Estudios Latinoamericanos reproducido en el Nuevo Mundo. Améri-
Rómulo Gallegos, expresa que el nombre ca del Sur es, como la Europa meridional,
América Latina comienza a gestarse con católica y latina. La América del Norte
gran fuerza también en la década de los pertenece a una población protestante y
anglosajona.
cincuenta del siglo XIX debido al avance de
Norteamérica sobre Hispanoamérica: Y Agrega Arturo Ardao:
La latinidad atribuida a partir de entonces La idea de una América latina quedaba
a nuestra América, asume su real sentido así establecida, con el correlativo ensan-
a través del contraste con la condición che de su filiación histórica, en el juego
sajona atribuida también desde entonces de nuevos valores a escala universal.
–no antes- a la América Septentrional. No será sino en la década del 50 que la
América Sajona y América Latina cons-
14. Pág. 50.
tituyen, por lo tanto, típicos conceptos
15. Pág. 52.
correlativos, de una correlación por la 16. Pág. 52.
expresada antítesis entre dos Américas, 17. ARDAO, Arturo. Génesis de la idea y el nombre de
fuera de la cual carecen de explicación, América Latina (1980). p. 8.
a la vez que por virtud de la cual resultan 18. Pág. 25. Negrilla en el original.
históricamente inseparables17.

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adjetivación se sustantive, dando paso al Y culmina el estudio de Ardao acerca


nombre América Latina. de este colombiano y su vinculación con
la creación del nombre de América Latina
El sustantivo aparecerá el 26 de setiem-
diciendo:
bre de 1856 de la pluma del colombiano
José María Torres Caicedo, en un poema A 1886 corresponde la última manifesta-
titulado Las dos Américas donde se lee: ción de unionismo latinoamericano hecha
pública por Torres Caicedo, que nos ha
La raza de la América latina sido posible registrar. En acto homenaje
al frente tiene la sajona raza19 a José de San Martín, celebrado en París,
declaró:
Ardao hace este estudio para desmentir Yo he pensado siempre que todos los
la idea de que el nombre América Latina latinoamericanos debemos rendir un
surgió de pluma francesa por primera vez, tributo de amor, de reconocimiento y de
como se ha acostumbrado pensar. Y por veneración a todos los grandes hombres
eso nos explica en el siguiente párrafo de América que nos han hecho nacer a
aclaratorio: la vida de hombres libres y de pueblos
independientes, cualquiera sea el lugar
Las explicaciones precedentes no son de de su nacimiento. Para mí, colombiano,
ninguna manera ociosas. Existe la equi- que amo con entusiasmo mi noble patria,
vocada creencia, varias veces repetida en existe una patria más grande: la América
los últimos tiempos, de que la denomina- Latina22.
ción América Latina no surgió sino en la
década del 60, por obra de Napoleón III, Según Ardao, a pesar de la importancia
con el fin de justificar su odiosa aventura que el paso dado por José María Torres
mexicana. Temprano producto, como
Caicedo tiene para la integración del Con-
en realidad fue, de la resistencia hispa-
noamericana al imperialismo americano tinente, se ha cometido una gran injusticia
del norte, vendría a resultar, según esa histórica con él porque no se reconoce lo
versión, el engendro intelectual y polí- que hizo en la Historia de nuestras letras y
tico de una de las formas históricas del de nuestra integración.
imperialismo francés. Ciertamente que
en su momento éste intentó –sin éxito- En un total de 1417 páginas, los tres
su aprovechamiento propagandístico. volúmenes de Ensayos biográficos y de
Pero eso es, por supuesto, otra cosa. Tal crítica literaria, que fue propósito de su
equivocada creencia tiene por fuente un autor continuar, abarcaron el examen
estudio publicado en 1968 por el investi- de 56 escritores....En la historia de la
gador norteamericano John Pelhan, bajo literatura hispanoamericana, América
el título Panlatinismo, la intervención Poética, el pionero volumen antológico
francesa en México y el origen de la continentalista de Juan María Gutiérrez,
idea de Latinoamérica20. ha tenido más fortuna que la olvidada obra
del colombiano: ha sido así, en especial, a
Continúa Torres Caicedo con su voca- partir del celebrado ensayo de Rodó Juan
ción Latinoamericanista, y en 1865 publica María Gutiérrez y su época, que figura
en París su libro titulado Unión Latino- en el Mirador de Próspero. No menciona
Americana: a Torres Caicedo; tampoco lo recuerda
19. Pág. 83. Negrilla en el original.
Su sólo título constituía una divisa que 20. Págs. 86 y 87. Negrilla en el original.
aspiraba a sustituir la entonces agotada, 21. Pág. 111.
para el conjunto de los países del sur del 22. Pág. 127.
hemisferio, de Unión Americana21.

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Henríquez Ureña23. de Rodó él define el pensamiento de este


autor diciendo que sus categorías medulares
La importancia de Rodó, en relación no son americanistas; pero que sin embar-
con el americanismo, no sólo radica en go el americanismo es un capítulo muy
la escritura de este ensayo famoso sobre importante en su obra, podemos afirmar
Juan María Gutiérrez, sino en haber uti- que esto también puede ser dicho acerca
lizado con frecuencia la expresión que da de Arturo Ardao.
título al volumen de ensayos que venimos
comentando de Arturo Ardao: La inteli- Se cometería, sin embargo, un grave
error si se pensara, no ya que el ameri-
gencia americana. Para Ardao era muy canismo encierra o define la totalidad de
importante precisar qué era la inteligencia la producción de Rodó, sino, aun, que
y luego explicar como este término podría constituye su parte medular. Lo medular
convertirse en americano. está en el conjunto de sus ideas filosófi-
cas, éticas, estéticas, políticas, y sociales,
El escribiría antes del libro mencionado, para limitarnos, en una distinción con-
otro titulado Espacio e inteligencia donde vencional, a las categorías más generales
define estos conceptos universalmente, sin y comprensivas. Cierto es que en su
la concreción americana. Su último libro americanis-mo participan accesoriamente
todas y cada una de esas categorías. Pero
también contiene el término inteligencia y
el cuerpo fundamental de ellas, en sus
lleva por título “Lógica de la razón y lógica contenidos doctrinarios más intrínsicos,
de la inteligencia”. le es independiente25.
Citaremos aquí un pequeño párrafo de El continentalismo literario hispano-
Ardao sobre la inteligencia contenido en americano en Rodó se da en una nueva
Espacio e inteligencia en un ensayo titulado generación literaria, la del Modernismo:
De hipótesis y metáforas:
Grabemos entre tanto, como lema de
La inteligencia ama al caos: lo ama por el nuestra divisa literaria, esta síntesis de
placer que le produce ordenarlo. nuestra propaganda y nuestra fe: Por la
unidad intelectual y moral de Hispa-
En la inteligencia, la intuición es el eros noamérica. Todo ello para preparar el
del logos. triunfo de la unidad política, vislumbrada
La sabiduría, no ya el saber, es inaccesi- por la mente del libertador, al reunir las
ble por la sola razón o la sola intuición; irradiaciones de la inteligencia america-
es por la inteligencia que se accede a la na, por la fuerza de la comunidad de los
sabiduría. ideales y las tradiciones26.
La razón es autognosis del espacio su- Para continuar hablando de su ensayo
puesto en reposo; la inteligencia lo es del Hispanoamericanismo literario al lati-
del espacio en movimiento: en su real
noamericanismo literario, ensayo que nos
fluencia temporal24.
ha permitido hacer esta pequeña síntesis
Cuando en su ensayo El americanismo sobre la obra de Arturo Ardao, continua-

23. La inteligencia latinoamericana. “Del hispanoamericanismo literario al latinoamericanismo literario” (1980). p.


55.
24. Espacio e inteligencia. “De hipótesis y metáforas” (1983). p. 151.
25. Estudios latinoamericanos de Historia de las ideas. “El americanismo de Rodo” (1970). p. 112.
26. La inteligencia latinoamericana. “Del hispanoamericanismo literario al latinoamericanismo literario” (1980). p.

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remos dentro del proceso de integración había fundado en París la Sociedad de la


latinoamericana con la figura de Pedro Unión Latinoamericana, que junto a los
Henríquez Ureña, quien contempla al Brasil países hispanoamericanos incluyó Haití;
en la denominación y confección de sus dos representantes de este país fueron, aun,
de los más activos colaboradores. No
últimas obras: Las Corrientes Literarias en
tuvo lugar, en cambio, la participación de
la América Hispánica (1949 en español) y Brasil, pero por motivaciones puramente
La Historia de la Cultura en la América políticas: era como unión de Repúblicas
Hispánica (1947). que desde años atrás venía concibiendo y
predicando la Unión Latinoamericana28.
Por primera vez además de la intención
de reunir a Brasil dentro de la denominación Sin embargo no era el tiempo para
del continente, se estudia su producción li- estu-diar a toda la América Latina en su
teraria primero y luego en la segunda obra, trabajo, todavía. El nombre América Latina
su producción cultural, con la del resto de se im-pondría en la segunda mitad del siglo
América española. Todos los autores ante- XX.
riormente nombrados a pesar de utilizar la Con sus altibajos, el polémico nombre
denominación América a secas o América América Latina como denominación
Latina, estudiaron solamente la producción continental, no dejó de ir creciendo desde
de América española. Pedro Henríquez fines del siglo pasado hasta fines de la
Ureña, autor dominicano (1884-1936), es el primera mitad del presente. Su efectivo
primero que estudia a la América española espaldarazo internacional lo tuvo en
y a la América portuguesa conjuntamen- 1948, al crearse en las Naciones Unidas
la Comisión Económica para la América
te. Paso que considera Ardao como muy
Latina, CEPAL. En el estricto campo
importante dentro de nuestro proceso de de la integración cultural del continen-
integración. te, recibió inmediata confirmación por
parte del llamado Primer Congreso de
Al mismo tiempo aparecía La gran lite-
Universidades Latinoamericanas, cele-
ratura iberoamericana (1945) del chileno brado en Guatemala en 1949, del que
Arturo Torres Rioseco, elaborada en los surgió la Unión de Universidades de
Estados Unidos. “La apertura de la nueva América Latina, UDUAL; no faltaron
etapa, por lo que a la literatura se refiere, allí congresistas que resistieron el nom-
quedaba afianzada”27. bre, proponiendo para la nueva entidad,
pese a la participación de Haití, ya el de
Una vez trabajado en conjunto el Hispanoamérica, ya el de Iberoamérica:
concepto de Literatura Hispánica o ibe- se olvidaba la jurisdicción –y por lo
roamericana, el siguiente paso en nuestra mismo legitimidad- de cada uno en la
integración sería trabajar la Literatura La- región geográfico-cultural que también a
tinoamericana en su conjunto incluyendo cada uno le es propia. Una nueva carrera
Haití. Ya José María Torres Caicedo: inició entonces el nombre, especialmente
acelerada en los últimos lustros29.
Había empezado, es cierto, aplicando
el nombre América Latina sólo a la de Concluye Ardao este ensayo Del his-
origen español. Pero ya en 1875 había panoamericanismo literario al latinoame-
dicho: Hay América anglosajona, di- ricanismo literario señalando que existe
namarquesa, holandesa, etc.; la hay
española, francesa, portuguesa; y a este 27. Pág. 67.
grupo, ¿qué denominación científica 28. Pág. 69.
aplicarle sino el de latina? Y en el mis-
mo año 1879 de aquel informe literario,

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también un latinoamericanismo de accesión BIBLIOGRAFÍA


para incluir dentro de Latinoamérica a las
literaturas latinoamericanas caribeñas y a
las literaturas latinoamericanas indígenas ARDAO, Arturo. Estudios latinoamericanos
de Historia de las ideas. Caracas: Monte Avila
que han sido las últimas en integrarse al Editores, 1978.
estudio total de la literatura latinoameri-
cana. Génesis de la idea y el nombre de América Latina.
Caracas, Centro de Estudios Latinoamericanos
Rómulo Gallegos, 1980.

Espacio e inteligencia. Caracas: Equinoccio, Editorial de la Universidad Simón Bolívar, 1983.


Nuestra América Latina. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental, 1986.
La Inteligencia Latinoamericana. Montevideo: Universidad de la República, 1987.
Lógica de la razón y lógica de la inteligencia. Montevideo: Biblioteca de Marcha, Universidad de la
República, 2000.
SASSO, Javier. “Ardao, Arturo”. En: Diccionario enciclopédico de las letras en América. Caracas:
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