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El capítulo que ahora vamos a estudiar narra uno de los pocos milagros del Señor de los que Juan

nos ha dejado constancia. Se trata de un milagro que no encontramos en los otros evangelios y
que es narrado aquí con gran lujo de detalles. Su propósito sigue siendo el mismo que el de todo el
evangelio de Juan:

(Jn 20:30-31) "Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales
no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el
Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre."

2. Su conexión con el contexto

Pero antes de que comencemos a analizar el contenido de este capítulo, es importante que nos
detengamos un momento para ver su relación con el contexto.

En el capítulo anterior el Señor Jesús había afirmado que él es la Luz del mundo:

(Jn 8:12) "Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará
en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida."

Y el milagro que encontramos aquí en el que el Señor dio la vista a un hombre ciego de
nacimiento, sirve de ilustración de lo que Jesús está haciendo constantemente en su condición de
Luz del mundo.

También vimos al acabar el pasaje anterior que los judíos habían intentado matar a Jesús, y ahora
vamos a ver que su odio se extiende también a cualquiera que llegara a confesar que Jesús era el
Mesías.

3. Otros temas importantes que son tratados

Al estudiar este pasaje, pronto vamos a ver que es muy rico en enseñanzas espirituales.
Prestaremos especial atención a algunos temas importantes, como por ejemplo, el desarrollo de la
fe del hombre ciego, las luchas por las que tendrá que atravesar, las diferentes opiniones de la
gente en cuanto a la persona de Jesús, el temor y la resistencia de algunos a aceptarle como el
Mesías, la lucha entre la Luz y las tinieblas, el conflicto entre las tradiciones judías en cuanto al
sábado y la interpretación de Jesús, la persecución contra el Señor y también contra cualquiera
que se declarara discípulo suyo, y finalmente, la ruptura definitiva entre el judaísmo oficial y Jesús.

"Al pasar Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento"

Así que, con total seguridad y tranquilidad, el Señor se detuvo cuando "vio" al ciego que estaba
mendigando.

Con esto se nos revela la atención constante de Jesús hacia aquellas personas necesitadas que se
encontraba en su camino.

En cuanto al ciego de nacimiento, tenía que ser una persona bien conocida,  Además, llamaría
constantemente la atención de las personas que pasaban haciendo notar su triste situación a fin
de inspirar compasión
Pero al fin y al cabo, nadie podía hacer nada más por él que darle unas monedas y tratarle con el
mayor respeto. Nadie había podido cambiar la triste condición en la que había nacido.

"Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí,


¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido
ciego?"

Ellos no rogaron a Jesús que le sanara, sino que en lugar de eso hicieron una pregunta teológica,
que lejos de aliviar la situación del pobre ciego, aun le crearía mayor frustración, puesto que
daban a entender que de alguna manera se merecía lo que le estaba ocurriendo, ya que debía ser
el resultado de algún pecado.

"Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres,


sino para que las obras de Dios se manifiesten en él"

Ahora vamos a ver que Jesús sanó a aquel ciego, y esto sirvió para mostrar su gracia, su poder y
misericordia. Como el Señor decía, las obras de Dios se estaban manifestando en aquel hombre.

Dios, en su providencia, puede usar lo que a todas luces era una desgracia para traer gloria a su
nombre porque Dios siempre puede hacer que su nombre sea glorificado en cada circunstancia de
nuestras vidas

"Me es necesario hacer las obras del que me envió,


entre tanto que el día dura; la noche viene cuando
nadie puede trabajar"

El Señor era consciente de que ese tiempo era corto y no dejó pasar ninguna oportunidad de hacer
las obras de misericordia que su Padre le había dado para hacer. Así, cuando llegó el fin de su
ministerio terrenal pudo decir:

(Jn 17:4) "Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese."

Nosotros también debemos seguir su ejemplo y asegurarnos de utilizar bien nuestra vida para la
gloria de Dios en tanto que "el día dura". En el sepulcro, al cual todos nos encaminamos
apresuradamente, no hay tareas que cumplir. La noche se acerca y jamás podremos recuperar las
oportunidades perdidas.

"Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la


saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego"
También es interesante que nos fijemos en el método empleado para sanar al ciego. Aunque el
Señor podía sanar simplemente con su palabra, sin embargo, en algunas ocasiones como esta
usaba métodos que llamaban la atención, no sólo del enfermo, sino también de todos nosotros.
¿Por qué usar saliva para hacer lodo y untarlo en los ojos del ciego para luego hacerle ir a un
estanque a lavarse?

Seguramente, a los que estaban viendo al Señor usar su saliva para hacer lodo y untarlo en los ojos
del ciego, les habrá causado cierta repugnancia. Pero una vez más, lo que a los hombres les puede
parecer que son medios despreciables, contrastan con los gloriosos resultados que obtienen. ¿No
hay muchos que también consideran la cruz como un signo de locura y debilidad? Y sin embargo,
es por medio de la obra que Cristo realizó en el Calvario que nosotros hemos sido justificados,
santificados, redimidos..

Dicho todo esto, debemos añadir que los medios usados aquí, en sí mismos, carecían de todo
poder curativo intrínseco. Donde radicaba el poder era en la palabra del Señor y en la
obediencia a ella. Esta es la verdadera fe: cuando confiamos en lo que Dios ha dicho y actuamos
en consecuencia.

"Y le dijo: Vé a lavarte en el estanque de Siloé (que


traducido es Enviado)"

Tampoco el agua del estanque de Siloé poseía ninguna virtud curativa, pero tener que ir hasta allí
sirvió para poner a prueba la fe del ciego. Algo similar había ocurrido con Naamán, al que el
profeta Eliseo había mandado a lavarse siete veces en el Jordán si quería ser libre de su lepra (2 R
5:10). Si el ciego conocía esta historia, tal vez su recuerdo sirvió para animarle a hacer lo que ahora
le mandaba Jesús.

El nombre de "Siloé" significaba "enviado", y tenía que ver con el hecho de que las aguas eran
"enviadas" desde el manantial de Gihón, fuera de la ciudad, hasta ese estanque en el interior. 

nos hace pensar que este estanque es usado aquí como un símbolo. Por un lado nos recuerda que
el Padre había enviado a su Hijo al mundo para mostrar las obras de Dios, y el ciego era enviado
ahora por el Hijo a lavarse en el Siloé para que pudiera experimentar una de esas obras
maravillosas.

El ciego "fue entonces, y se lavó, y regresó viendo". La obediencia dio fruto y el ciego recobró la
vista inmediatamente. No podemos hacernos una idea de las emociones y sensaciones que aquel
hombre tendría en aquellos momentos. Recordemos que había sido ciego desde su nacimiento y
lo que ahora estaba descubriendo era un mundo completamente nuevo. No estaba recuperando
algo que había perdido, sino que había recibido una iluminación completamente nueva. Y algo
similar ocurre con todo aquel que se convierte a Cristo, porque él también llega a conocer una
nueva vida espiritual que antes desconocía.

Pero sin dejar al que había sido ciego y la alegría que sentía en esos momentos, no podemos pasar
por alto otro de los propósitos importantes de este milagro. Porque como habían anunciado los
profetas, y el mismo Señor había confirmado, una de las grandes pruebas de la venida del Mesías
sería la curación de los ciegos (Is 29:18) (Mt 11:4-5). Por lo tanto, este milagro era otra credencial
más de que Jesús era el Mesías prometido, y los líderes del judaísmo iban a tener amplia ocasión
de examinarla, tal como vamos a ver a continuación.

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