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Francisco Galera
Editorial GEU, Granada, 2009, págs.: 13-18, 59-61.
ISBN/ISSN: 978-84-9915-067-3
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LA ENSEÑANZA DE LA LECTURA
Y LA ESCRITURA: TEORÍA Y PRÁCTICA
GRUPO
EDITORIAL
UNIVERSITARIO
©El autor
Edita: Grupo Editorial Universitario
ISBN: 978-84-9915-067-3
Depósito Legal: GR-2880-2009
Imprime: Lozano Impresores S.L.L.
Distribuye: Grupo Editorial Universitario
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CAPÍTULO 1
La enseñanza de la lectura y la escritura:
preliminares
1. IMPORTANCIA Y ACTUALIDAD
El idioma de lectura, tanto para los lectores ocasionales como para los
habituales, es el castellano (99,2%), seguido del catalán/valenciano (4,4%),
inglés (0,7 %), gallego (0,4%), francés y euskera (0,2%).
El 81, 1 % de los niños menores de trece años afirma leer libros diaria o
semanalmente. El 57,4% de los niños lectores lo hace por elección propia y
porque les apetece, el 21,4% lee porque se los han recomendado, pero les
gusta y un 21,1% lee por obligación o por estudios. Un dato interesante es
que el 96,8% de los niños afirma que leen porque sus profesores les animan
a leer.
Otros datos:
<<A los 12 años, sólo un 2% dice que no le gusta leer y no lo hace nunca.
A los 15, ese grupo ya es del 18%, y de ahí para arriba» (Mª Jesús Pérez, del
Instituto de Calidad del Sistema Educativo, en El Mundo, 7 de abril de 2006).
Los editores asocian el fracaso escolar al sistema de préstamo de libros de
texto. Para el director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de
España, Antonio María Ávila, «es una fórmula contraria a la pedagogía,
como se ha demostrado en Francia, que lo está retirando ahora tras aplicarlo
durante años. El alumno debe usar el libro, subrayarlo y estropearlo. El niño
tiene que ser el propietario del libro, al margen de contar con el apoyo de
las bibliotecas escolares» (El Mundo, 14 de junio de 2008).
En Andalucía, en comunicación lingüística, de acuerdo con las pruebas
realizadas al inicio de 5º de Primaria, del 4.45 (sobre seis) que obtuvieron en
2006, pasaron el año pasado a 3.87 y éste, a 3.6. Los responsables del
informe alertan de sus pobres resultados en la parte de la prueba centrada
en expresión escrita, por lo que creen necesario «abordar con mayor intensidad»
sus capacidades para elaborar textos escritos, «cuidando la presentación, el
orden y la caligrafía» (El País, 4 de julio de 2009).
Según el barómetro de hábitos culturales realizado por el Centro de
Investigaciones Sociológicas (CIS) durante el mes de junio de 2009, los
motivos fundamentales de los españoles para no leer son dos: porque no les
gusta (un 37, 6%) o porque no tienen tiempo (el 22%). Tan sólo para el 1,1%
la razón es el precio del libro. Además, el 39% afirma que nunca les leyeron
cuentos o libros cuando eran niños. Por otro lado, más del 40% de los
españoles lee prensa «todos o casi todos los días», porcentaje que baja hasta
el 26% cuando se pregunta por los libros. (El País, 16 de julio de 2009).
Para los profesores Mendoza, López y Martas (1996: 285), «la enseñanza-
aprendizaje de la lectoescritura es una cuestión fundamental, no sólo desde una
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perspectiva didáctica, sino como eje en torno al cual gira el desarrollo cognitivo de
la persona. No debemos olvidar que, pese al gran avance de la tecnología, vivimos
en un mundo que utiliza, todavía, primordialmente como medio de transmisión de
sus conocimientos y valores la escritura». Aun así, hoy es una evidencia que las
nuevas tecnologías, y en particular Internet, están influyendo en todos los ámbitos
de nuestras vidas y, por supuesto, en la lectoescritura, cuya vertiente funcional y
utilitaria (organización de nuestra vida diaria -horarios, números de teléfono, catálogos
de venta, textos profesionales, de cocina ... -, comunicación personal -cartas,
mensajes ... -, ocio -periódicos, revistas, libros ... ) se acrecienta cada día. Vargas
Llosa pronostica que «el libro resistirá el embate de las nuevas tecnologías, pero los
lectores se reducirán a una minoría». Pero, en esta polémica libro tradicional-libro
electrónico, no olvidemos algunos datos como:
Una encuesta entre un millar de profesionales del sector en la Feria de
Francfort de 2008 concluye que en 2018 los libros electrónicos en cualquiera
de los formatos imaginables superará en volumen de negocio a los herederos
de la galaxia Gutenberg.
Ya en 2005 Google anunció que volcaría 15 millones de libros en su servidor,
provenientes de fondos públicos como bibliotecas o instituciones culturales,
para que cualquiera los pueda consultar gratis. (El País, 10 de abril de 2005).
Parece que en 2018 los libros electrónicos superarán en volumen de negocio
a los editados en papel, aunque uno y otro sector serán complementarios. Sin
embargo, el 50% de los españoles no ha oído hablar jamás del libro electrónico.
En los Estados Unidos de América el periódico impreso ha perdido 13
millones de ejemplares mientras el periódico digital, en un lapso brevísimo
de tiempo, ha pasado de cero a 7 5 millones.
Nos parece que para un tipo de lector el libro impreso es insustituible, pero
esto no es incompatible con el libro electrónico, que es un soporte técnico que da
muchas posibilidades.
De acuerdo con Isabel Solé (1992: 32): «Conseguir que los alumnos aprendan
a leer correctamente es uno de los múltiples retos que la escuela debe afrontar. Es
lógico que sea así, puesto que la adquisición de la lectura es imprescindible para
moverse con autonomía en las sociedades letradas, y provoca una situación de
desventaja profunda en las personas que no lograron ese aprendizaje». Uno de los
objetivos básicos de la Educación Primaria es capacitar al alumnado para que lea
de forma comprensiva, reflexiva e interpretativa, algo que primero ha de adquirir
el futuro maestro de esta etapa educativa. Para la LOGSE uno de sus propósitos
es proporcionar a todos los niños una educación común, que haga posible la adquisición de los
elementos básicos culturales, los aprendizajes relativos a la expresión oral, a la lectura y al
cálculo aritmético... (Artículo 12).
CAPÍTULO 4
La lectura como proceso didáctico
son muchos los aspectos y los niveles de intervención que se tendrán en cuenta;
por ello, se habla de un proceso multinivel: desde los procesos inferiores y perceptivos
(ojo-oído), hasta los superiores, integración de significados a través de los
procesamientos sintáctico y semántico.
La lectura es, por tanto, un proceso muy complejo que requiere dedicación y
esfuerzo y la comprensión lectora, el reto de toda la tarea que nos planteamos los
docentes para que consigan los alumnos el gran objetivo que nos marca la propia
LOGSE como hemos señalado más arriba. Prueba de esta complejidad del concepto
de lectura son sus múltiples finalidades (Mendoza, 1998b:31-32): a) Leer para obtener
información (aprender y saber, desarrollar los propios conocimientos, investigar,
conocer las opiniones de otros, seguir unas instrucciones); b) Leer para interactuar
(conocer las opiniones de otros, participar, actuar, transmitir un texto a un auditorio);
c) Leer para entretenerse (soñar, divertirse, obtener un goce estético, evadirse,
disfrutar intelectiva y estéticamente). Es positivo para el Área de Lengua y Literatura
que donde más claro consenso encontrara la Comisión de Humanidades, tras intensas
y a veces apasionadas discusiones, al emitir el dictamen de junio de 1998, fuera en
la enseñanza de la Lengua y en la creación de hábitos de lectura.
Las perspectivas de estudio sobre el tema son múltiples (psicológicas, lingüísticas,
pedagógicas, sociales). Pero sobre todo, desde la perspectiva psicológica y más
específicamente desde las aportaciones de la Psicología Cognitiva y de la teoría del
procesamiento de la información es de donde nos han venido los últimos datos
sobre lo que significa comprender un texto y por ende, aunque no con tanta
profusión, cómo enseñar a comprender un texto.
Desde el ángulo de la investigación existe una pléyade de autores ligados al
tema de la comprensión lectora: Smith, Kintsch y Van Dijk, Rumelhart, Cook y
Reichardt, Spiro, Trabasso, Meyer, Black y un sinfín más ... ; y entre los de nuestro
país: De Vega, Verdugo, Cuetos, Alonso y Mateas, Solé, Sánchez, García Madruga,
Del Río, Puente y otros muchos que sería imposible enumerar en estas líneas.
En el campo de la enseñanza, sin embargo, los estudios son más limitados.
Esto se debe a que no todo modelo teórico tiene que dar origen a una práctica
educativa, aunque gran parte de los autores mencionados hacen referencia a ella.
También hemos de señalar que, al ser la comprensión lectora tan compleja, no es
fácil aglutinar, en torno a este concepto, una metodología concreta, más bien se
hacen inferencias al campo de la instrucción pero no como un sistema acabado,
sino como sugerencias abiertas. No obstante, ya existen algunas obras con el propósito
directo de instruir en la comprensión lectora: Cooper, D. (1990), Sánchez, E.
(1993), Colomer, T. y Camps, A.(1996), Mendoza, A. (1998) y otros.
La opinión del profesor Mendoza (1998a: 172) es muy clara: «a partir de los
supuestos, centrados en el enfoque de la recepción, la reorientación didáctica de la
lectura requiere análisis de los condicionantes y factores que intervienen en los
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