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El gas natural se originó hace millones de años como producto de la

descomposición de las plantas y animales que fueron atrapados en el interior de


la Tierra, bajo gruesas capas de fango, arena y lodo.

Como otros combustibles fósiles, el gas natural se encuentra atrapado entre


formaciones rocosas.  Estas formaciones pueden ser de tres clases: las rocas
permeables o porosas, las rocas impermeables que impiden que el gas natural
escape de sus depósitos, y la capa rocosa cercana a la superficie terrestre (Sial).

El gas natural es una mezcla de gases entre los que se


encuentra en mayor proporción el metano. La proporción
en la que se encuentra este compuesto es del 75% al 95% del
volumen total de la mezcla. El resto de los componentes son
etano, propano, butano, nitrógeno, dióxido de carbono, sulfuro
de hidrógeno, helio y argón.

Obteccion del gas

El gas obtenido de los yacimientos de hidrocarburos es procesado para separar el


metano de otros gases, como el propano, butano e hidrocarburos más pesados. Además,
como  es extraído de la rocas, contiene compuestos de azufre que si no son eliminados
podrían generar emisiones de gases que generan la lluvia ácida, peligroso contaminante
atmosférico.
Una vez que el gas es extraído y procesado, puede ser transportado, ya sea por
gasoductos o siendo convertido en gas natural licuado –enfriándolo a 160°C bajo cero–.
Luego se carga en barcos para llegar a plantas de licuefacción que vuelven a
transformarlo en gas y lo distribuyen a los consumidores.

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