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PARA TRABAJAR LA INDEPENDENCIA EMOCIONAL

Interdependencia emocional

Una persona que sufre dependencia emocional exagerada, se derrumbará


cada vez que su pareja no esté ahí para reafirmarlo. En el otro extremo, quien
pone su autonomía por encima de todo, hallará con dificultad el hilo que le
ayude a tejer una vida en pareja. Entre estas dos situaciones se encuentra la
interdependencia emocional, un estado necesario para la construcción de un
vínculo amoroso, erótico, profundo y sólido. Consiste en juntar la dependencia
emocional de ambos, pero de manera sana. Para ello se parte de cuatro
principios:

a) El otro es distinto y por eso tiene una forma diferente de amar, ser y
entender al mundo. La diferenciación es la que nos atrae hacia el otro y detona
el deseo; si la anulamos, perdemos la posibilidad de construir una pareja.

b) No somos propiedad ni propietarios del otro, así que no podemos esperar


que el otro satisfaga todas nuestras necesidades y llene nuestras carencias. La
pareja no es alguien a quien controlar u obedecer, es un compañero a quien se
pide opinión y apoyo.

c) Alguien que conoce sus necesidades y establece sus prioridades, sabe qué
le resulta indispensable para sentirse libre y amado. Comunicárselo a la pareja
es una muestra de madurez, confianza y honestidad. Si cada quien establece
sus límites, sabe cuáles son negociables a favor de la pareja y cuáles no.
(Como dice un conocido lema universitario: "La verdad nos hará libres".) Hablar
con honestidad desde el inicio es respetar el derecho de la otra persona para
decidir si se involucra o no con nosotros.

d) Respetar las necesidades propias y las de nuestra pareja hace


indispensable mantener cierta distancia para conservar las diferencias que nos
hacen ser nosotros mismos, desear y ser deseados.

¿Cómo tomar sana distancia? El que la pareja tome cierta distancia no quiere
decir que haya dejado de amarnos, sino que necesita volver a amarse a sí
mismo de la manera que conoce. Cuando el otro se aleja, es porque necesita
sentir que existe por sí mismo; si en ese momento uno se acerca, la necesidad
del otro por alejarse será más fuerte. Un foco preventivo es el tema del dinero.
Antes de formar una pareja, cada quien tenía cierta autonomía económica e
invertía su dinero en lo que mejor le convenía. Pero al formar una pareja esto
cambia. Entonces, cabe preguntarse si se tiene suficiente dinero para no
sentirnos en deuda con el otro (de manera simbólica, imaginaria o real), ya que
esto evita que no nos sintamos libres.

- La libertad tiene muchas caras: un espacio, un día, un restaurante, una


habitación, una tarde por semana exclusiva para nosotros mismos es un
territorio que debemos reservar para que cada miembro de la pareja haga lo
que desee sin sentirse obligado a darle explicaciones al otro.

- Sana distancia es que cada quien salga con sus amigos o con quien lo desee,
sin que hayan dudas o se sientan amenazados. Bien dice el dicho que los celos
son una cárcel... para ambos.

- Reconocer, valorar y respetar la cultura, los intereses y el trabajo de la pareja


(y de uno mismo) es una manera de respetar su libertad y fortalecer la
confianza en uno mismo. Esto se reconoce muy fácil en ciertas parejas que se
apoyan incondicionalmente, uno tiene la impresión de que "son más que dos".

- Aceptar que el otro tiene cierto poder sobre situaciones precisas, le permite
sentirse libre de ejercerlo. Eso no implica que use ese poder para vulnerar
nuestro derecho a ser libre. Parecería que hablamos de gobiernos o cuestiones
externas, pero los juegos de poder en la pareja existen y detonan equilibrios o
desequilibrios reales

- A nivel sexual, la sana distancia se establece en un plano muy sutil. Hacer


distancia implica no engancharse o sentirse aludido ante los comentarios de
nuestra pareja. Los juicios que emita sobre el cuerpo o el sexo son
apreciaciones subjetivas, no leyes universales. Confiar en lo que cada uno
tiene, amarse a sí mismo sin falsa modestia es conservar la libertad.

-Una sana distancia suele ser un poco dolorosa para el ego, pero siempre será
respetuosa con los sentimientos.
Test de independencia emocional

¿Eres una persona independiente o dependiente?


Te propongo de hacer el siguiente test, confeccionado por Lisa Bourbeau, para
ayudarte a responder a esta pregunta.
Te sugiero que tomes el tiempo necesario para contestar correctamente a cada
una de las preguntas.
Responde con una de las siguientes palabras:
Nunca A veces A menudo Siempre

1) Cambio de idea cuando alguien a quien aprecio tiene una opinión distinta a
la mía. _________

2) Me cuesta decidirme sin la aprobación o la opinión de alguien.________


3) Quiero que se me reconozca cuando me sacrifico por alguien.________

4) Necesito que me feliciten para creer que he actuado bien.________

5) Necesito ser extraordinario antes de felicitarme.__________

6) Pierdo el interés por lo que tengo que hacer cuando estoy solo._________
7) Necesito encender la radio o la televisión en cuanto llego a mi
casa._________

8) Me siento abandonado o rechazado cuando no se ocupan de mí. Busco la


atención de los demás.___________

9) Atraigo a gente con problemas. Se abren a mí con facilidad en busca de


ayuda.____________

10) Siento que no me queda tiempo para mí. Estoy demasiado ocupado
haciendo cosas por y para los demás.___________

Te sugiero que alguien que te conoce bien complete el cuestionario para ti para
verificar tus respuestas, ya que a veces nuestro ego nos juega malas pasadas y
no queremos vernos como somos de manera objetiva.

Puntúa tus respuestas como se indica a continuación:


Nunca = 0 A veces = 1 A menudo = 3 Siempre = 5

40 a 50 puntos = muy dependiente


20 a 40 puntos = medianamente dependiente
10 a 20 puntos = poco dependiente
0 a 10 puntos = enhorabuena, te tienes en una alta estima
Independencia Absoluta
Escrito por: Juan Sebastián Celis Maya - Autor Experto en Temas de Desarrollo Personal

Uno de los pilares principales del Desarrollo Personal es la congruencia.

Es decir, la correspondencia entre mente, cuerpo y alma; esto es, pensamientos,


acciones y convicciones.

Podríamos decir que una persona ha alcanzado un gran nivel de Desarrollo


Personal, cuando cuenta con gran congruencia en diferentes áreas de su vida.

Y justamente hoy quiero tocar el tema de la independencia, que a pesar de que es


algo con lo que las personas sueñan, realmente muy pocos consiguen, y esto es
debido a la falta de Congruencia.

Pongámonos serios, si realmente quieres lograr grandes cosas en la vida, debes


contar con una gran congruencia transversal a todos los aspectos de tu vida.

Por ejemplo, si tu objetivo de vida es ayudar a las demás personas, ésto debe ser
tanto una convicción que tengas internamente, como una pasión que surja de tu
alma, algo que ames y finalmente con lo que te veas identificado para actuar
independientemente de las situaciones.

En términos de Independencia, ser congruentes significa que no sólo debes buscar


la independencia financiera; sino también la independencia emocional y afectiva.

Si cuentas con independencia en alguno de éstos aspectos y en los otros careces de


ella, justamente lo que ocurre en tu vida es algo denominado Falta de
Congruencia.
Y contar con gran congruencia en la vida realmente no es muy sencillo que
digamos, pero todo comienza con una decisión consciente de cambio, para actuar
conforme a los principios y valores.

En otras palabras, debes tener claro en la vida, los principios que regirán tus
pensamientos y actitudes, y posteriormente actuar congruentemente acorde a
dichos principios.

En mi caso, uno de los principios más importantes que rigen mi vida, es el de la


independencia, o la libertad en todo sentido.

Independencia Absoluta

Esto implica que para ser independiente de manera transversal en mi vida, no


puedo depender de absolutamente nadie, para nada.

Pero no te confundas aquí, ésto no significa que no necesite a nadie, una cosa es
necesitar de otras personas (para hacer transacciones de cualquier tipo, por
ejemplo) y la otra es depender de una persona específicamente.

Una cosa es que necesitemos amor, afecto y cariño, y la otra es que dependamos
de nuestra pareja para ser felices.

Ser congruentes con la independencia significa liberarnos de la dependencia que


pueden generar las personas, los lugares y las cosas.

No necesitas a una persona específica para ser feliz, a pesar de que necesites
afecto y cariño, ser independiente significa que puedes ser feliz sin importar con
quiénes te rodees.
Ser emocionalmente independiente también significa que puedes ser feliz y gozar
de autocontrol incluso en situaciones difíciles, y que por más complejo que pueda
parecer el camino, nunca bajes la cabeza.

Y finalmente, ser independiente financieramente, implica que no dependas de un


empleador para obtener tus ingresos, tu bienestar y tu calidad de vida; por
supuesto necesitarás de otras personas para ganar dinero sea cual sea tu modelo
de negocio, pero no tendrás la preocupación de depender de nadie.

Si alguien te impide avanzar, le permites llegar al siguiente. Si no te compró éste


cliente, te comprará el que llegue más tarde. Si no te hizo feliz tu pareja, alguien
podrá disfrutar de estar a tu lado y hacerte disfrutar.

No necesitas depender de la gente, ni de los lugares, ni de las cosas para ser feliz,
abundante y estar en completa paz, armonía y bienestar.

Lo que necesitas es independencia, y como ya lo mencioné anteriormente, todo…


Absolutamente TODO empieza con una decisión.

¿Ya la has tomado?


Hay un tema que despierta interés y que al mismo tiempo confunde. Me refiero
a la idea de conseguir “independencia emocional”. Han surgido interrogantes
como ¿acaso independencia emocional significa que no te afecten los
sentimientos ajenos?... Ese no es precisamente el objetivo. No se trata de que
te afecten o no te afecten. Más bien se trata de que sepas lo que te pasa y lo
que está sucediendo. Que tengas una visión micro y macro, a la vez. Aunque
sé muy bien que eso requiere un aprendizaje y un entrenamiento. Ahora bien,
se puede acceder a ello.

Ciertamente la no afectación contradice el propósito que nos moviliza cuando


buscamos la proximidad emocional y el contacto social. Más bien se trata de
empatizar con lo que le pasa al otro, sabiendo que si siente tristeza es algo que
puedes entender porque a ti te ha pasado alguna vez, aunque los códigos
internos y la forma particular de experimentarla es personal a cada ser
humano.

La relación con otra persona conlleva superar el sentimiento de separación, el


conflicto natural que surge de la diversidad, y la posibilidad de sentirte aislado
ante el riesgo de que el otro se enfade o no te acepte como eres.

Sin embargo conviene conocer que el deseo de proximidad emocional es un


resultado evolutivo de supervivencia, incorporado biológicamente por la
selección natural en las hembras, ya que éstas son más proclives al contacto
social para garantizar la protección de las crías. En nuestra especie la mujer lo
reclama aún más y vive con mayor desazón emocional los distanciamientos y
las rupturas cuando una relación lleva tiempo de convivencia. Los circuitos
neuronales en el cerebro femenino tienen una orientación diferente.

“Los cerebros femenino y masculino procesan de diferentes maneras los


estímulos, oír, ver, sentir y juzgar lo que otros están sintiendo”. Las mujeres y
los hombres tienen el mismo número de células cerebrales, sin embargo los
sistemas cerebrales de uno y del otro operan de forma diferente. Son afines en
gran medida y compatibles, sin embargo, “realizan y cumplen los mismos
objetivos y tareas utilizando circuitos distintos”. Las anteriores afirmaciones son
de Louann Brizendine, neuróloga e investigadora de la estructura del cerebro
femenino.

Referirnos a esta diferencia puede ayudarnos a entender que las relaciones, la


pareja, el cuidado de los hijos, son las orientaciones evolutivas primordiales del
cerebro femenino, que además se acentúan y se refuerzan culturalmente.
Durante años se ha generado un debate sobre si las tendenciales emocionales
de las mujeres eran sólo producto de la socialización. Sin embargo, además del
sentido común, hay un proceso de influencia hormonal que empieza en el útero
de la madre que conecta a chicos y chicas con impulsos diferentes.

Un curioso ejemplo es el que describe la doctora Louann Brizendine de una de


sus pacientes que “regaló a su hija de tres años y medio muchos juguetes
unisex, entre ellos un vistoso coche rojo de bomberos en vez de una muñeca.
La madre irrumpió en la habitación de su hija una tarde y la encontró acunando
al vehículo en una manta de niño, meciéndolo y diciendo: no te preocupes,
camioncito, todo irá bien”.

El que los investigadores reconozcan que el cerebro de la mujer esté más


orientado y preparado para la comunicación, la proximidad emocional y la
disolución de conflictos, nos disuade de enfrentamientos y continuos reproches
a nuestros compañeros masculinos, sin que ello sea motivo para que ellos se
excusen de abrirse a la visión femenina en una época donde se enfatiza la
importancia de la inteligencia emocional para el éxito personal, profesional,
social y la convivencia sana.

No obstante, volviendo al punto de empatizar en vez de afectarnos o no por lo


que siente el otro, recomiendo tener presente que las emociones son
vinculantes, en muchos casos determinantes, más no son exclusivas para el
discernimiento de lo que está sucediendo o de lo que están necesitando las
personas cuando se comunican. Sobre todo porque las emociones están
directamente unidas a nuestros recuerdos, que actúan como referentes para
nosotros, sin embargo pueden distorsionar lo que está sucediendo,
especialmente cuando están conectados a una gran carga de negatividad,
producto del rencor.

El aislamiento es la consecuencia natural del rencor. Por ello, ahora es mayor


el número de personas que caen en el escepticismo, en relaciones esporádicas
nada vinculantes, que viven solas sintiéndose solitarias, o algo ermitañas. La
actitud que prima en estas situaciones es precisamente la de no vernos
afectados por el otro, o por lo que le pasa al otro. Compramos o vendemos la
superficialidad emocional para no vernos confrontados con nuestros
sentimientos. Si nos anticipamos a no esperar que un estado crítico nos obligue
a mirar lo que nos pasa, y nos animamos a la práctica de aclararnos
emocionalmente, podemos conseguir que nuestras emociones se conviertan en
avisos e indicadores claves para empatizar con nosotros mismos y con el
cambio personal.

Es fácil caer en cierta confusión que pueda llevarnos a pensar que se trata de
casarnos con nosotros mismos, encerrados, aislados y recreados en nuestra
visión de las cosas, insensibles a lo que está pasando con el otro. Hacer pareja
contigo mismo trasciende una visión egocéntrica en donde tú te lo guisas y tú
te lo comes a tu manera, según tu conveniencia. Ese paso de comunión, que
permite poder ser tú mismo,va unido a la autorregulación emocional apoyada
en valores íntegros propios, que sirven de soporte a tus experiencias con los
demás; para que éstas te permitan sentir; para que los sentimientos te
conmuevan y lo que sucede no pase por ti sin dejar huella.

Emocionarnos, sentir, es lo que hace que toda experiencia genere un impacto


en nosotros, ahora bien, para que se dé una impronta significativa que nos
movilice a una intención de nuevas posibilidades, llenando nuestra vida de
creatividad, de imaginación, de colores y de aprendizajes, es necesario el
soporte que te da una autoestima vinculada a valores personales. Entonces es
posible la capacidad de confiar en nosotros mismos, en el otro y por supuesto
en las relaciones. Buena semana.

Video complementario pinchando aquí.

Publicado por Graciela Large de la Hoz en 00:08

Nieves dijo...

Hacer pareja contigo mismo..... ser independiente y autonomo , no


quiere decir no necesitar a otro y pedir ayuda cuando hace falta, no
quiere decir no darla cuando es útil. Al contrario, tenerte en cuenta,
vivir, SER desde tí mismo, y desde la misma esencia, te permite VER
las emociones como lo que son. No somos nuestras emociones, no
somos nuestros miedos. Ellos están presentes por varios motivos,
algunos nos salvan la vida frente a un peligro real, otros eran peligros
en el recuerdo y seguimmos pensando que es aí, otros son peligros
previstos en el futuro... A mi parecer nuestras emociones son
síntomas, balizas que nos indican que hay dentro de nosotros, nos
ayudan a seguir el camino si sabemos escucharlas, ser conscientes
de ellas. Sin adoptar un papel de juez, sino de sabio, para poder dar
el siguiente paso un poco mejor. Si lo vemos así, no es más fácil
manejarnos cuando una emoción parece que nos desborda y nos
impide ver y actuar ?
viernes, 31 de agosto de 2012

INDEPENDENCIA EMOCIONAL
Se puede ser libre manteniendo una relación afectiva sólo cuando las dos personas
son maduras e independientes.

La madurez emocional, y la libertad nos permiten expresarnos abiertamente, sin


miedos, y compartir sin dependencia.

Cuando hay madurez emocional no hay "necesidad" en la relación, sólo hay un


libre compartir con respeto y aceptación de todo lo que es y siente cada uno.
Cuando gozamos de este tipo de libertad emocional, podemos vivir intensamente y
en plenitud nuestra relación porque no hay lugar al engaño ni a la fustración.

La necesidad del "otro", la necesidad de "control", el dudar de sus pasos o


acciones, es una constante presión que no nos deja desarrollarnos como personas
y no nos deja disfrutar de la vida.

Cuando hay dependencia, hay control, miedo, espectativa, discordancia, peleas y


constantemente se cree que todo es pasajero, y asi se pasa el tiempo en la
relación; esperando que llegue el momento en que la relación sea idílica, y
eso...nunca llega, y mientras, se te va pasando la vida.

Las personas libres y emocionalmente maduras gozan de una autentica humildad,


y comprensión inagotables, que además brindan espontáneamente, sin pedir nada
a cambio, y nunca de manera interesada, y que por supuesto no se ha de
confundir con sumisión.

La persona liberada tiene una verdadera humildad que nunca degenera en


servilismo. Tanto puede ser un amo y maestro como un niño, según el momento.

La persona libre puede amar sin miedo, porque confía y cree en la persona que le
acompaña, no tiene dudas, ya que su relación se basa en la honestidad y
confianza, por tanto, tampoco sufre por temor a ser engañada.

Una persona así nunca deja de confiar, porque si alguna vez alguien abusa de su
manera de ser, o le engaña, tiene muy claro que ella no tiene nada a perder,
porque da lo mejor de sí, y si lo que recibe no es tan puro como su honestidad y
confianza, no le afectará traumaticamente, porque sabe que lo ocurrido no ha sido
causado por su proceder.

Y añado textualmente un pensamiento de A. Strano que dice:


"Una persona liberada es la que confía sin temor de ser engañada, que
cree que cuando hay honestidad el Universo le dará protección; que su
comportamiento es de tal índole que incluso si otros hacen mal uso de
dicha confianza ella o él no pueden perder".

Las personas maduras emocionalmente hablando, saben respetar y no utilizar el


pasado ni los errores para reprochar. No hacen de su relación una competición, ni
necesitan estar constantemente encima de todo lo que concierne a su pareja,
porque entienden, comprende, y disfrutan la libertad en confianza. No necesitan
estar re-confirmando la relación ni los sentimientos.

La necesidad de control y de marcar territorio sobre la persona amada, no es mas


que una carencia afectiva, una falta de autoestima y una dependencia emocional
insana hacia alguien para llenar los propios vacíos.

Alcanzar esta madurez no es fácil, se va adquiriendo si asimilas y aprendes con los


errores y trabajas tu interior.

Seguimos creciendo, seguimos aprendiendo.... y aprendiendo a ser libres, inshallah


“La dependencia emocional tiene como principal síntoma la falta de autoestima”
afirma la psicóloga española Olga Castanyer. Sostiene que la sociedad actual
promueve una serie de complejos que invalidan al individuo y le impiden
desarrollarse como persona autómata. El miedo a la independencia, a la
libertad, al qué dirán, a poner límites y a decir que no inducen a la pérdida de la
identidad de la persona. Esto provoca un déficit de autoestima que incapacita al
individuo a la hora de tomar decisiones propias. Para sentirse bien busca la
aprobación de otra persona adoptando una actitud de sumisión que conduce a
relaciones de dependencia emocional.

La persona con baja autoestima no se sabe digna de ser querida y valorada.


Necesita de alguien que le dé esa valoración y pasa a depender
emocionalmente de los demás. Las causas de esa falta de autoestima se las
suele encontrar en la infancia y en la educación recibida. Si a una persona le
han hecho crecer y se ha desarrollado con la sensación de que se le quiere de
una forma condicionada a una serie de objetivos como pueden ser el obtener
buenas notas o el portarse bien, necesitará en un futuro el beneplácito de su
entorno para confiar en sí misma.

Desde la infancia, muchos padres tienden a sobreproteger a sus hijos


impidiéndoles desarrollar una conducta independiente pasada la adolescencia.
Los niños creen que no son dignos de confianza y siguen dependiendo de su
entorno. Si gente de su círculo se droga, por ejemplo, el miedo a no ser
aceptado provocará que el adolescente también lo haga. Más adelante esta
persona pasará a depender de su pareja y mantendrá una relación tóxica.

También existen los casos de madres y padres castrantes. “Este tipo de


dependencia se da en numerosos casos de padres que presentan un déficit
afectivo y utilizan a sus hijos para cubrirlo. Entonces, dependen de que sus
hijos sean maravillosos y estupendos, o de que los puedan exhibir, para poder
sentirse realizados”, explica la psicóloga.

Esta dependencia afectiva genera a su vez una dependencia emocional en el


futuro hacia los hijos, ya mayores. Es el caso del hombre de 40 años que vive
con su madre y que no puede independizarse porque ésta no le deja irse. Le
hace sentirse culpable con amenazas de que ella se quedará sola si él se va.
Existen casos de hijos de 60 años o más que dependen de su madre que tiene
90 años y padece alzhéimer.

La persona que presenta una dependencia emocional puede detectarla si


presta atención a sus conductas y sentimientos. El sujeto experimenta una
sensación de vacío, de no ser él mismo. Cuando hace algo que no quiere,
siente que se falta al respeto a sí mismo y algo se agita en su interior.

El sentimiento de culpa está presente y se convierte en un instrumento para


hacer dependiente a la persona. Con chantaje emocional y la culpabilización de
la persona se puede “tener a alguien agarrado toda la vida”.

La culpa incapacita al individuo para superar una situación difícil de forma sana
y provoca un bloqueo que le impide sentirse bien. La persona con esos
sentimientos puede verse a sí misma desde fuera y analizar sus emociones y
decisiones desde una perspectiva al margen de la culpa.

La falta de asertividad también juega un papel importante en la dependencia


emocional. No basta con decir que no. Hace falta además tener autoestima
para poder decirlo sin sentirse culpable.

Muchos jóvenes desarrollan una dependencia del grupo, que tiene que ver con
la imagen, con encajar y no desentonar para poder estar en armonía con la
sociedad. Este tipo de dependencia aparece cada vez más temprano.

Los límites entre la dependencia emocional y una dependencia sana se los


establece en función de las necesidades de la persona. Todos tenemos la
necesidad de sentirnos queridos o de pertenecer a un grupo. Son rasgos muy
humanos. El problema aparece cuando la persona cruza el límite de dejar de
ser uno mismo con tal de “ser querido” y “aceptado”.

Nuestra sociedad fomenta la dependencia emocional para “no desentonar” y


fijar con más facilidad pautas de comportamiento y de consumo. Es más fácil
controlar a personas con baja autoestima y que no toman decisiones que a
personas que sepan hacia dónde van.
“NO ESTÁ TODO PERDIDO”. CONSEJOS PARA MEJORAR TU
RELACIÓN DE PAREJA

Por: Mª del Carmen Camacho Gil

Psicóloga

Este artículo de autoayuda está dirigido a mujeres que desearían hacer

una terapia de pareja, pero sus parejas no quieren oir hablar de un psicólogo.

Las personas son lo que son, no lo que a nosotros nos gustaría que
fueran. Acéptalo de una vez. A lo mejor él no querrá asistir a ninguna terapia,
ni leer ese libro que a ti te pareció tan interesante y que crees os podría ayudar
en vuestra relación de pareja, quizás no va a reconocer que tiene un problema,
y mucho menos intentar un cambio. Probablemente no es que no quiera,
todo el mundo quiere ser feliz y sentirse amado. Quizás no sepa hacerlo
mejor, no crea que puede hacerse mejor o no esté preparado para tomar
decisiones o intentar un cambio.
¿Prefieres tener razón a ser feliz? Ya sabemos que una pareja es cosa de
dos. Qué él podría tomar también la iniciativa y tratarte mejor. Todo eso es
cierto, también lo es que sólo puedes cambiar aquellas cosas que dependen de
ti.
Si estás dispuesta a no quedarte de brazos cruzados, esperando a que
la vida, el tiempo, la suerte o los demás te resuelvan la vida, haz algo
ya.

RECUERDA:

1. Si tú no está s bien, nada lo estará .


La dedicación y falta de tiempo por el trabajo, el niño, la casa, las discusiones,
etc. es objetivo. Tu actitud hacia esa circunstancia y todo lo que piensas y
sientes es subjetivo, y ahí puedes intervenir desde ahora mismo.
Tienes que estar bien contigo misma, serenarte, despojarte de los sentimientos
de culpa, ser capaz de recuperar tu independencia emocional y perder el miedo
a estar sola contigo misma. Tienes que desear estar con él, pero no necesitar
estar con él. Tienes que perder el miedo a perderlo.
“Quizás os parezca raro pero el primer paso está en comprender lo que sucede en
vuestra relación y la única manera de conseguirlo es mirando dentro de vosotros
mismos.
Si tenéis el valor de permanecer solos con vosotros mismos, os daréis cuenta que cada
día seréis más fuertes para abordar vuestros problemas, de esta forma os sentiréis
libres y capaces de pasar a la acción.
Una vez superado el miedo a la soledad, abandonareis todo resentimiento hacia el otro,
porque seréis independientes. Apenas lo hagáis, os daréis cuenta que la infelicidad y la
insatisfacción que sentíais desaparecen.
Probad y experimentad el perdón, intentad dar más bien que esperar a recibir, tened
paciencia y sed constantes, y os sorprenderéis transformados. ¡Mejoraréis!

(Paloma Gascón. Psicoterapeuta.)

2. Demuéstrale que está s de su lado, SIEMPRE...


Tenéis que pasar progresivamente del miedo a la confianza. No “voy a hacer
esto o aquello para que no se enfade”, sino porque “verle feliz me compensa y
me hace feliz a mí también”.
Tenéis que recuperar la confianza en el otro, la confianza de que me quiere aun
sin ser perfecta/o, elige cada día estar conmigo libre y voluntariamente, puedo
mantener su amor a pesar de que no estemos de acuerdo en todo.
La bronca termina siendo un mecanismo de defensa mediante el cual consigo
controlar al otro, ya que por las buenas parece no dar resultado. La bronca
lleva al miedo, y el miedo a medio-largo plazo al deterioro de la relación, ya
que nos sentimos tensos, humillados, manipulados, etc.
Para recuperar la confianza necesitamos sentir que se pone en mi lugar, que
está de mi parte, que no es mi enemigo/a sino la persona que me quiere, que
tiene en cuenta mis necesidades y deseos tanto como los suyos propios.
Volvemos a la idea primera. TIENES QUE ESTAR A BIEN CONTIGO para no
necesitar demostrar nada, ni justificarte por nada. Si no, lo que sucede es que
nuestro comportamiento se centra en intentar que el otro se ponga en nuestro
lugar y que nos dé la razón.
Que nos den la razón cuando nosotros no nos ponemos en el lugar de las otras
personas es difícil, porque el otro siente lo mismo que tú, quiere que le
comprendan y le den la razón, alguno tiene que empezar, ¿por qué no
reconocer que los dos tenemos razón?

PARA GENERAR CONFIANZA:


• Pilla haciendo algo agradable a tu pareja (Ej.: Te ayuda recogiendo la
mesa, se ocupa del niño, llega de buen humor, etc.) y reconóceselo con un
beso, una sonrisa o una palabra amable. Que se dé cuenta de que te gusta, no
te quedes pensando “qué mosca le abra picado”, “algo querrá”,... y pongas
mala cara o te quedes indiferente. A todas las personas nos gusta gustar, si se
da cuenta de que así lo consigue tienes más posibilidades de que repita esas
conductas agradables.
Importante: NUNCA se te ocurra aprovechar que hace algo bueno para
echarle la charla o intentar solucionar conflictos de otro tipo, Ej.: “si
fueses así siempre que bien nos iría”, “ves como cuando quieres puedes
resultar adorable”, etc.
• Cuando tengas que dar tu opinión, primero le escuchas atentamente y
luego le dices:
 “ENTIENDO QUE...” (Demuestras que has comprendido su idea, muestras empatía y, si
es posible los puntos de acuerdo con su postura)
 “TAMBIÉN ES CIERTO QUE...” (Procura no usar un PERO... porque parece que lo
anterior no vale. Das tu opinión o argumentas con hechos otro punto de vista distinto
al escuchado. Si vas a dar tu opinión subjetiva, utiliza mensajes “YO”, habla por ti, y no
te metas en descalificaciones hacia los demás)

 “POR LO TANTO SUGIERO... O ¿QUÉ PODRÍAMOS HACER?...” (Propones un cambio


que satisfaga a ambas partes)

Importante: Recuerda que son 3 pasos y por ese orden, y que SIEMPRE tienes
que empezar por demostrarle que te pones en su lugar y que respetas su punto
de vista con un entiendo que... antes de dar tu opinión o de pedir algo. Trata
de abrir el diálogo y la negociación en lugar de cerrarla con ataques personales,
exigencias, malos modos, gestos de impaciencia, etc.
Ejemplos:
- (Ej.: Te propone un plan que no te apetece demasiado)
Entiendo que quieras quedar con tu hermano para no perder el contacto. Yo
comparto tu misma opinión sobre su mujer, así que qué te parece si vemos la
forma de no dedicarle todo el día a esa visita.
EVITA DECIR COSAS COMO: Sabes que no soporto a fulanita, y tu hermano me
parece un... por consentirla... Creía que a ti tampoco te gustaba..., la verdad es
que no te entiendo (es decir terminas metiéndote o con la persona que es de su
agrado o con él mismo, o pones obstáculos para permitir ese encuentro.
Entiendo perfectamente que te apetezca pasar unos días con... También es
cierto que hemos tenido una semana muy complicada y apenas hemos podido
pasar un rato a gusto los 3 juntos (refiriéndote al niño). Para mí es importante
que reservemos algo de tiempo para estar nosotros solos juntos en familia,
seguro que si pensamos con calma en una solución para hacer ambas cosas la
encontraremos (abrir el abanico de alternativas, no se trata de ahora o nunca,
de todo o nada, podemos reservarnos un fin de semana distinto o un puente,
una mañana o una tarde, negociar.)
EVITA DECIR COSAS COMO: “Y nosotros cuándo, a ver si te enteras de una vez
que tu familia somos nosotros. Eres un cobarde, no sabes nunca decir que no a
los demás y siempre nos sacrificas a nosotros”.
- (Ej.: No colabora en las tareas domésticas porque dice estar cansado)
Entiendo que tienes poco tiempo para ti con tanto trabajo, (también es cierto) a
mí me pasa lo mismo (mensaje yo), entre la casa y el niño estoy un poco
agobiada. ¿Qué te parece si recogemos esto rápidamente entre los dos y nos
tumbamos un poquito en el sillón a ver la película? Dicen que es muy buena.
(sugerencia)
EVITA DECIR COSAS COMO: “A ver si te crees que yo no estoy cansada, si te
agobia la casa y llevas 5 minutos, imagínate yo que paso toda la tarde aquí con
el crío, qué egoísta eres”.
- (Ej.: Se queja de cenar varias veces lo mismo)
Entiendo que te aburras de comer una cosa, a mí también me pasa, quizás
podrías darme alguna idea para variar el menú. Con el tiempo que tengo tiene
que ser algo fácil de hacer.
EVITA: Picarte. No escuches lo que no se te ha dicho, no te precipites sacando
conclusiones o haciendo interpretaciones negativas de las palabras del otro.
Céntrate en el tema y no personalices cualquier comentario que se te haga. No
estés a la defensiva, no tienes que defenderte de nada y si así fuera que sean
más explícitos contigo.
• Sé cariñosa y demuéstrale tu afecto habitualmente, incluso cuando no estéis
de buenas. Utiliza muchos te quiero y el contacto físico (besos, abrazos,
sonrisas). Que tu gesto sea agradable, destierra el “morro choto”, los gestos
desairados, las voces.
Tú misma mejorarás con el cambio. Williams James (un prestigioso psicólogo)
decía: ¿estamos tristes porque lloramos o lloramos porque estamos tristes? El
cambio físico influye en nuestro cambio mental y a la inversa.
RECUERDA: No le regañes. Utiliza una forma positiva de expresión, habla de lo
que deseas y no de lo que quieres evitar.
Ejemplo, se puede decir:
- Ya era hora que llegaras a casa, o
- Cuanto me alegra que ya hayas llegado a casa, tenía ganas de verte.
(Si quería decir lo primero, ¿por qué digo lo segundo? Estoy deseando verle y
consigo nada más llegar montarla para que nos enfademos y nos demos la
espalda en la cama)
Si estás enfadada por algo que ha hecho recuérdale que tu enfado no
pone en peligro tu amor hacia él. A veces es bueno antes de hacer una
crítica comenzar por un halago, y si puedes terminar con otro mejor (Ej.: Te
quiero mucho y si algo no deseo es que discutamos más por problemas
domésticos. Siento no estar de acuerdo con lo que me propones, mi opinión es
que... / Otro Ejemplo: Me pareces un buen padre. Creo que en este caso, no
estás teniendo suficiente paciencia para...)
Deja de estar enfadada todo el rato, eso se consigue:
- No creyéndote mejor que los demás (cada vez que le culpas tan duramente
por algo es porque se te olvida que también tú tienes defectos),
- Evitando los “campos de minas” (aquellos asuntos con los que eres
especialmente susceptible),
- No provocando la ira de los demás (pinchando y señalando sus defectos, a
veces gratuitamente),
- No sobrecargándote de trabajo o de responsabilidad más de lo estrictamente
necesario. El estrés produce irritabilidad (seguro que puedes reducir la carga
que te auto impones, ¿qué más da si hoy no paso el aspirador y me tumbo un
rato a descansar?, mímate más)
• No seas tan perfeccionista, y deja de criticarle. Es sólo un ser humano
tan imperfecto como tú. No estés corrigiéndole continuamente por cosas
nimias. (Ej.: Te has dejado la leche fuera de la nevera, te ha quedado la camisa
un poco arrugada, vaya pelos que te has dejado hoy, anda que me has dado un
beso al llegar, etc.)
• Deja de competir. Los dos estáis en el mismo equipo. ¿Por qué tienes que
demostrarle que eres más lista, más intuitiva, más rápida, que sufres más, que
cocinas mejor, qué pones más de tu parte, etc.? ¿Tan insegura te sientes que
tienes que ir demostrando lo que vales montando y ganando batallas? No
conseguirás así su aprecio y valoración, lo que conseguirás es que se resienta,
se sienta atacado, humillado y contraataque.
EVITA FRASES DEL TIPO: “Todavía vas por ahí, a mí me ha dado tiempo a...”,
“Que poco ojo tienes para las personas, ya te dije yo que...”, “¿Ya estás
cansado? ... llevo yo desde está mañana...”.
Si es él el que compite, deja que sea para él una necesidad, no entres al trapo.
En el fondo lo que está pidiendo a gritos es amor y reconocimiento, dejará de
hacerlo en cuanto mejore su autoestima y/o no se sienta amenazado. No te
inmutes, puedes reconocerle su virtud sin menospreciarte tú. La clave está en
no comparar ni compararse con los demás. Frases como: “cada uno tiene sus
virtudes” o “reconozco tus virtudes, por eso te quiero” puede ser suficiente, si
la cosa se pone fea, puedes añadir.. “¿Puedes hablar de ti sin hablar de mí por
favor?”
• Dale un voto de confianza. Si hay algo que no entiendas, simplemente
PREGUNTA POR QUÉ SIN PONERTE A LA DEFENSIVA, evitarás muchas
discusiones y meteduras de pata por ser malpensada. Las personas solemos
tener un motivo más o menos razonable para hacer lo que hacemos. Escucha lo
que tiene que decir.
Ejemplo:
- Llega tarde a casa... ¿ha sucedido algo?/ en lugar de “bonitas horas de llegar
a casa”
- Llega de mal humor... ¿has tenido un mal día?/ En lugar de “eres
insoportable”.
- Se pone a la defensiva... ¿he dicho algo que te haya molestado?/ En lugar de
“a ti no hay quien te hable, cómo te pones por nada”.
- Grita al niño... ¿qué ha pasado?/ En lugar de “para un rato que le ves le estás
gritando”.

3. Si está el ambiente muy tenso por su parte o por la tuya... aplaza la


conversació n para otro momento. Las cosas no son ahora o nunca.
Ej.: “Ahora estamos muy alterados y nos podríamos decir cosas de las que
luego nos arrepintiéramos, por favor dejemos esta conversación para más
tarde, ¿qué tal mañana después de acostar al niño? Seguro que mañana, más
tranquilos, vemos todo este asunto de otra manera. No tenemos que llegar a
un acuerdo de forma inmediata, tenemos tiempo”
A veces, si la alterada eres tú, puede bastar con que controles tu impulsividad,
¿cómo? Desaparece por un rato de la escena, vete al servicio, a otra habitación,
a la calle con cualquier excusa, deja que tu adrenalina vuelva a los niveles
normales y elige qué quieres hacer, cómo quieres actuar.
Respira profundamente y destensa tus músculos, piensa en amor, en
abundancia, en que todo tiene una salida, en el fin positivo de las cosas (de
todo se aprende, hay cosas que llevan su tiempo, etc.). Se trata de encontrarte
a ti misma y conectar con tus deseos, y no de reaccionar a lo loco y a la
defensiva, alejándote del fin último y bueno de tus deseos (ser felices,
amarnos, ayudarnos, entendernos, resolver dificultades, permanecer unidos,
etc.)

4. Perdó nate. No te culpes si no logras estar encantadora todo el tiempo.


La gente perfecta es repelente. Si fueras una santa estarías en los altares y no
en el salón de tu casa. Perdónate, sé tan buena contigo misma como tú eres
con quienes más quieres. Sé tu mejor amiga y date consuelo cuando te sientas
triste o avergonzada por algo que hayas hecho o dicho. Piensa cómo podrías
haberlo hecho mejor y qué has aprendido de esta situación. Paga una sola vez
por tus errores. No te engañes, martirizarte por ello no te hace mejor persona,
no soluciona el problema ni es un consuelo para la persona que hemos
afectado. Es sencillamente un sufrimiento inútil.
Existe un truco para cuando metemos la pata, rebobinar. Siempre puedes
decir: “¡qué mal ha sonado eso que he dicho! Rebobino, como si no te hubiese
dicho nada ¿vale?” Y empiezas de nuevo. También puedes decir, “creo que no
voy bien, empiezo de nuevo”, e imaginariamente pasar la cinta hacia atrás.
Vuelves a colgarte el bolso, el abrigo, sales por la puerta y entras de nuevo
como si fuese la primera vez que lo haces (si eso fue lo que ocurrió
inmediatamente antes de meter la pata.
El sentido del humor es muy importante para quitarle hierro al asunto, y liberar
tensiones.
Discúlpate pero no te pases pidiendo perdón o convencerás al otro de que lo
que has hecho es terrible. Un “no siempre conseguimos estar a la altura de las
circunstancias, he metido la pata lo siento”, o “aunque mi intención era buena,
no lo he sabido hacer, lo lamento”, es suficiente.
EVITA DECIR COSAS COMO: soy un desastre, no hago más que amargarte la
vida, nunca aprenderé, no se como me aguantas, etc., ni te beneficia a ti ni es
un consuelo para los demás.
Si metes la pata, y no sabes como sacarla, siempre puedes hacer algo para no
empeorar más las cosa, dejar de meterla. Agacha las orejas y déjalo correr, no
trates de justificarte más. Un “quizás me he precipitado” (reconociendo el
error) y no volver a sacar el tema puede ser suficiente. Ya se olvidará, pero
desde luego será más difícil si no dejas el tema en paz.

5. Apó yate en lo que sí va bien.


A veces mostramos un sesgo perceptivo importante al valorar lo que nos
sucede. Es como si nos pudiéramos unas gafas con cristales de un color y a
partir de ahí toda nuestra realidad se tornara de ese mismo color.
No es cierto que todo vaya de mal en peor. Piensa en aquello que sí funciona y
recuérdaselo para que él también lo vea y se sienta menos frustrado y más
animado para resolver las diferencias.
Ej.: Puede ser un mal amo de casa, pero jugar mucho con el niño. Puede ser un
poco muermo pero muy trabajador, podéis discutir mucho pero también
quereros con locura, podéis tener poco dinero pero reíros mucho juntos.

6. No bloques las negociaciones má s de lo que está n.


En lugar de tratar el tema de forma dicotómica (blanco o negro) trata de
encontrar soluciones “grises” abriendo el abanico de alternativas sobre las
cuales negociar. Ej.: No es “sí” o “no” compramos un equipo de música.
Podemos negociar precio, momento de comprarlo, formas alternativas de
escuchar música (a través del ordenador, portátil,...), etc.
A veces, cuando no estamos de acuerdo en algo, nos atrincheramos en
nuestras posiciones y creemos que llegar a acuerdos es cada vez más difícil por
no decir imposible.
Para poder avanzar en cualquier intento de acuerdo o negociación, llegados a
un punto de no avance, debemos apoyarnos en lo que sí estamos de acuerdo
para sentir que no estamos tan alejados y que podemos seguir avanzando.
Hazle ver que estáis de acuerdo en lo básico.
Ej.: Tú quieres una cosa para el niño y él otra, relativa a cuidados, educación,
etc. Decir: “Los dos estamos de acuerdo en una cosa, buscamos lo mejor para
el niño, ¿verdad?”.
Ej.: Él quiere pasar el fin de semana de una manera y tú de otra. Decir: “Al
menos estamos de acuerdo en que no nos apetece quedarnos en casa, bueno
ya es algo”.
Encontrar por fin un “SÍ” después de tanto “NO”, hace que sea más fácil seguir
dialogando, y encontrar otro “SÍ” más adelante.
Tomamos inercia con nuestras respuestas, consigue muchos “SIES” seguidos
hablando de aquello en lo que sí estáis de acuerdo.

6. Trata de no obsesionarte por lo de siempre.


¿Qué es lo de siempre? Su madre, su trabajo, las tareas domésticas. A cada
uno le da por una cosa. Cuidado con las obsesiones, sólo conseguirás sacar las
cosas de quicio y hacer el problema más gordo.
Quien busca, encuentra. Saca ese asunto de tu vida. No lo nombres, no lo
menciones, no hables de ello. Sólo dejará de ser un problema cuando dejes de
darle protagonismo en tu relación de pareja.
Si es una cuestión de tomar decisiones, tómalas y actúa en consecuencia, pero
deja de “marear la perdiz”.
¿Por qué sacamos una y otra vez cosas como lo mal que me sentó lo que
hiciste el día tal...? (Lo que me dolió un comentario, un gesto, una acción),
¿hasta cuando lo vas a estar recordando y culpabilizando o haciéndole sentir
mal por aquello? Ya va siendo hora de que olvides. Recuerda: Nosotros damos
permiso a las personas para que nos puedan hacer daño, reviviendo malos
recuerdos me golpeo una y otra vez, sacando punta a lo de siempre, me golpeo
una y otra vez. ¡Basta ya!
7. No dediques toda tu energía en preocuparte por tu relació n de pareja.
No le dediques toda tu energía ni todo tu tiempo a darle vueltas al asunto.
Recuerda el primer consejo. Si tú no estás bien, nada lo estará.
Pensamos con más claridad cuando tomamos distancia de nuestros problemas.
Tomamos distancia cuando diversificamos nuestra atención, nos olvidamos por
un rato del asunto y podemos volver a ello viéndolo desde otro punto de vista,
con otro ánimo, con otras experiencias.
Cuídate mucho, date caprichos (los hay muy baratos: oír música, darte un
baño, comprarte un libro, quedar con una amiga, etc.)
Refuerza tu autoestima, haz cosas (dentro de tus posibilidades) que te
permitan sentirte mejor contigo misma y que no tengan nada que ver con él.
Puede ser tan sencillo como hacer una nueva receta de cocina, ir a la
peluquería, apuntarte a un curso, conversar amigablemente con alguien
desconocido, cuidar tu dieta, hacer ejercicio, etc. Se trata de aprender alguna
habilidad nueva, ponernos pequeñas metas o simplemente disfrutar de cosas
sencillas.
No seas catastrofista pensando todo lo que va mal y lo que podría ir aún peor.
Se positiva, disfruta de lo que la vida te ofrece, de lo que sí va bien, de lo que
aún puede ir mejor. Cambiará tu estado de ánimo, la importancia que le das a
las cosas, tu actitud ante las dificultades.
Primera y última regla: QUIÉRETE.
Primer y último objetivo: SÉ FELIZ.
Primera y última obligación: CUÍDATE.
Primer y último derecho: RESPÉTATE.
Hasta la religión, que (siendo o no creyente) ha calado en nuestra cultura y
nuestra educación y que tanto nos habla de pecados, tiene entre sus premisas
“amarás al prójimo como a ti mismo”. Comienza por ti para saber cual es la
medida en la que puedes amarle a él.
¡SUERTE!.
Para evitar la dependencia emocional empieza por cambiar el termino necesito
por el de me gustaría; deja de actuar como se supone que debes y sé tú
misma; toma conciencia de tus derechos, soluciona tus problemas y toma tus
propias decisiones. Tú eres la responsable de ti misma y para ello empieza a
aumentar tu autoestima mejorando tu autocuidado físico, psíquico y personal.
No descuides tus relaciones sociales y practica actividades que te resulten
satisfactorias para fomentar así tu autonomía personal. Walter Riso en su libro
Amar o depender propone una serie de pautas para fomentar la
independencia afectiva y superar el apego en forma de adicción. Puede serte
útil para empezar a realizar el cambio necesario. Según Eduard Punset la
felicidad es la ausencia de miedo. Tu felicidad está en ti, no la vivas a través
de tu pareja.

Pasos para deshacerte de la Dependencia Emocional y Aumentar la


Autoestima

En el anterior artículo te estuve hablando de la


dependencia emocional un tema la verdad bastante amplio e
interesante que es preciso que tomes en cuenta si es que has caído en
la dependencia emocional con tu pareja o con los demás. Aquí te
brindaré 5 pasos importantes a seguir para que dejes atrás la
dependencia emocional además puedas aumentar la autoestima.
Es importante recalcar que no solo te debes apartar de depender
emocionalmente de otra persona sino también mejorar la autoestima. Los
beneficios de aumentar la autoestima es que vas a recuperar el amor propio,
lograrás respetarte, tener más confianza y eso contribuirá a que tu pareja te
respete, tenga más confianza en ti y logre amarte.
Sigue estos 5 pasos para que puedas dejar de ser dependiente emocional
además puedas mejorar la autoestima que es la base para poder amar y
amarte, tenlos en cuenta son los siguientes:
1. Analiza tu dependencia a que se debe, ponte a pensar como fue tu niñez,
como fue tu relación con tus otras parejas, que es lo te decían, quizás te
comentaron algo sobre tus celos en exceso, sobre tu control excesivo, sobre tu
inseguridad. Es probable que si analizas como fue tu pasado puedas encontrar
la respuesta a tu dependencia y que puedes hacer para corregirte y lograr tener
una relación sana. Ten en cuenta que si se has repetidos los mismos
comportamientos con tus anteriores parejas es que algo anda mal en ti no en
ellos.
2. Ten en cuenta que las personas deben ser independientes, deben tener su
espacio, su identidad propia. Si solo piensas en verte reflejada en tu pareja
quiere decir que estás perdiendo tu identidad. Has lo posible por tener tus
propias actividades, sal con tus amigas, practica algún deporte o algo que te
guste así podrás enfocarte en otras cosas y dejarás respirar a tu pareja de lo
contrario lo perderás, por tu inseguridad y tu baja autoestima.
3. Disfruta de tu pareja, no estés pensando que te va dejar, que las cosas no
van a resultar o estés haciéndote películas en la cabeza sobre tu relación.
Disfruta el presente con tu pareja el futuro es incierto.
4. No esperes el cambio en tu pareja, cambia tu primero, no esperes que él
siempre te apoye en todo económicamente, en los estudios, en el trabajo, inicia
tus propios retos piensa como si estuvieras sola.
5. Concéntrate en aumentar la autoestima, esto te va permitir aceptarte tal
como eres con tus defectos y virtudes, sentirte amada, tener respeto hacia tu
persona, pensar en ti ante que en los demás. Si tú te amas, te respetas y te
tienes confianza eso lo reflejaras y tu pareja sentirá lo mismo por ti, porque
para pedir amor y respeto primero lo tienes que sentir por ti misma.
Estos son los 5 pasos básicos que debes tener en cuenta para recuperar tu
identidad y dejar tu dependencia emocional lograrás además aumentar la
autoestima, tener una relación feliz y saludable y tu calidad de vida será mucho
mejor.
Un Saludo de Éxito
Valeria Saavedra
Creadora del Curso: http://vencetubajaautoestima.com/detalles
Es importante para mí tu opinión, me gustaría que me dejaras un comentario
del artículo, que te ha parecido, si has podido aplicar algunos de los consejos y
que tal te fue. Me interesa saber cuáles son tus frustraciones y que te gustaría
mejorar en tu vida, yo personalmente te contestaré.

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