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La percepción del espacio americano
La proyección creada por Ptlomeo en el año 150 d.C., redescubierta en el s. XV y difundida
mediante imprenta, pone en marcha la experiencia moderna del viaje, con instrumentos y
cartografía cada vez más precisos, transformando la terraeincognitae, aquel espacio desconocido al
que se le temía, en territorios que debían ser explorados para de esta manera incluirlos en el
mundo conocido.
Por lo general, las fuentes escritas que hacen referencia a las sociedades americanas
prehispánicas corresponden a viajeros o cronistas europeos. Muchos de ellos han incurrido en
errores de interpretación causados por
la búsqueda de explicaciones para una
cultura sumamente diferente.
En efecto, los aborígenes no
compartían los mismos intereses que
los europeos y, por ende, los hechos
que ellos recordaban no coincidían
necesariamente con las
preocupaciones que traían los
conquistadores. Para los Incas, por
CÓDICE BOTURINI
ejemplo, no existía un sentido
cronológico y preciso de los relatos históricos, sino que CÓDICE COLOMBINO
intencionalmente se omitían de todo registro aquellos
sucesos que desagradaban al gobernante de turno.
Estas diferencias culturales se perciben claramente en la cartografía prehispánica, es decir, en
las primeras representaciones del espacio americano. En ella se refleja una cosmovisión muy
diferente a la europea, aunque también eran marcadas las diferencias entre los pueblos distintos
que habitaban la América prehispánica.
Las primeras representaciones europeas
El objetivo principal de la expedición de Cristobal Colón fue hallar una nueva ruta que partiera
desde occidente y llegara a Oriente. Cuando los españoles arribaron al actual territorio americano
creyeron haber llegado a las Indias orientales. Convencido de esto, Colón afirmó hasta su muerte
haber hallado la ruta transoceánica al continente asiático. Sin embargo, nuevos viajes y
exploraciones fortalecieron la teoría del nuevo continente. A medida que la observación práctica
chocaba con las ideas antiguas sobre la forma del mundo y las áreas que lo comprendían, se
fueron produciendo cambios profundos en los conceptos geográficos arraigados desde hacía
mucho tiempo. Las expediciones continentales continuaron hasta entrado el s. XVIII, cuando la
mayor parte de América, de Canadá hasta Tierra del Fuego, había sido estudiada y visitada por
varios exploradores.
En la Europa del s. XV,
el conociemiento de la
geografía de América
estaba basado
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primordialmente en las observaciones de exploradores y delineadas por cosmógrafos oficiales de
las respectivas coronas.
En 1507, Martin Waldseemuller publicó un atlas en el que adjudicaba el nombre de América, en
honor a Américo Vespucio, para las nuevas tierras. El cartógrafo representó un territorio americano
angosto y desproporcionado, aunque ya podían distinguirse tanto su extensión longitudinal como
las islas de lo que hoy denominamos América Central.
La cartografía prehispánica
Aunque están poco difundidos, las comunidades originarias de América también representaron su
territorio confeccionando numerosos mapas.
La cartografía aborigen tenía distintas intenciones: señalar barrios noble, ubicar ríos, montes y
poblados, indicar caminos, etc. Los materiales en los que se plasmaban eran también diversos,
como por ejemplo, piedras, fibras vegetales y pieles de animales.
Los cartógrafos prehispánicos desconocían proyecciones y escalas, realizaban sus
representaciones como si la tierra fuera plana y no cuidaban que las distancias entre los puntos
representados correspondieran a la realidad. Se distiguen los mapas que reproducen caminos o
trayectos y aquellos que corresponden a zonas claramente determinadas como ciudades, templos,
fortalezas, entre otros. En los primeros, la representación es simbólica, principalmente; en los
segundos, hay un mayor reflejo de la realidad.
La representación se hacia
por medio de símbolos fáciles de
comprender y los mapas eran
coloridos ya que se procuraba
imitar los tonos naturales. Por
ejemplo, las costas aparecían
como líneas paralelas onduladas
de color azul, y si en sus orilas
existía vegetación acuática, el
perímetro se formaba con líneas
verdes y amarillas. Los ríos se
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Los cambios sociales, políticos, económicos y culturales que implicaron la ruptura con la Edad
Media también se reflejaron en la cartografía. Abraham Ortelius y Gerhardus Mercator, los “padres
de la cartografía moderna”, representaron en sus obras nuevas formas de registrar la experiencia
sw los viajes. Ortelius, matemático y cartógrafo flamenco, publicó en 1570 el primer atlas moderno,
cuya estructura y forma de clasificar la información continúa utilizándose en la actualidad.
Por su parte, Mercator, geógrafo y cartógrafo de origen germano-holandés, confeccionó en 1569
un mapamundi a partir de una proyección cilíndrica, diferente de la cónica ptolomaica utilizada
hasta el momento. Se trata de una representación basada en el eje cartesiano, de manera que los
paralelos son rectas paralelas al eje de las abscisas, estando el Ecuador representado por dicho
eje; y los meridianos son rectas paralelas al eje de las ordenadas, estando el meridiano de origen, o
sea el Greenwich (0°), representado por dicho eje.
Actualmente se sigue considerando a Mercator como uno de los mayores cartógrafos de la
época de los descubrimientos; la proyección que concibió para su mapa del mundo resultó de un
valor incalculable para todos los navegantes. Con el paso del tiempo la precisión de los mapas
aumentó mucho debido a las determinaciones mas exactas sobre latitud y longitud, y a los cálculos
sobre el tamaño y forma de la tierra.
La cartografía, la conquista y la dominación
Las formas en que la sociedad representa un territorio, o una porción de este, están influidas por
el conjunto de conocimientos, concepciones y valoraciones que ese grupo social construye sobre la
naturaleza y sobre otras sociedades ajenas a ella.
Cuando las potencias europeas conquistaron el territorio americano impusieron sus propias
representaciones sobre el mundo conocido y desconocido. “La nueva cartografía” sobre el “nuevo”
continente constituyeron elementos claves durante la conquista ya que desestimaron la cultura de
los pueblos originarios y consolidaron los valores europeos por sobre los nativos. De igual manera,
la naturaleza fue valorizada y explotada en función de las necesidades de la sociedad europea,
llegando a considerarse a los propios pueblos originarios como un recurso natural más.
Los mapas no solo son herramientas que representan el espacio real y localizan elementos del
territorio, sino que también son poderosos instrumentos de dominación y legitimación. La elección
de una proyección determinada denota relaciones de poder. Por ejemplo, la proyección Mercator
representa con exactitud la franja central del planisferio, pero los territorios alejados del Ecuador
presentan grandes transformaciones,a la vez que el hemisferio norte aparece más grande que el
sur. Los mapas con esta proyección se difuncieron desde Europa y se utilizaron en la época de
expansión colonial con gran éxito. Como los países europeos eran las potencias dominantes que
viajaban hacia el nuevo mundo por la zona central, no se comprobó la deformación que sufrían
hasta mediados del siglo XIX.
La toponimia como elemento de dominación
Se denomina toponimia al estudio de los topónimos, es decir, de los nombres propios de los
lugares. El objetivo de esta sección es analizar el significado y el origen de las denominaciones, y
las sucesivas transformaciones que los mismos han experimientado a través de la historia.
Los nombres de los lugares pueden cambiar como consecuencia de acontecimientos históricos,
políticos o culturales. La dsominación de una sociedad sobre otra conlleva la imposición de la
cultura dominante y la destrucción o negación de la cultura de los dominados.
De esta forma, muchos lugares americanos que ya poseían denominaciones aborígenes fueron
“rebautizados” por los colonizadores. En Latinoamérica, las intenciones evangelizadoras de los
conquistadores orientaron la asignación de nombres ligados a la religión católica, como por ejemplo
Asunción o Santa Rosa. Procesos posteriores, relacionados con el avance de expediciones
militares hacia el interior y occidente del continente junto con la consecuente expulsión de los
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aborígenes, practicamente eliminaron la toponimia indígena. En algunos países como Bolivia,
México o Perú las denominaciones indígenas aún subsisten.
America del Norte, América Central y America del Sur: el agrupamiento de países está
determinado por la forma misma del continente, es decir, los dos grandes bloques de América
del Norte y del sur, unido por un territorio central angosto y con numerosas islas. Esta
organización predomina en los atlas o anuarios estadísticos, pero no refleja las dimensiones
socieconómicas o culturales de los países.
América desarrollada y subdesarrollada: este recorte territorial agrupa los países según su
situación económica y su calidad de vida. Así, se distingue una América desarrollada ( Estados
Unidos y Canadá) y una América subdesarrollada, que reúne al resto de los países del
continente.
Los países desarrollados se caracteizan por tener economías muy industrializadas, adelantos
tecnológicos, modernos centros urbanos y buena calidad de vida, una elevada esperanza de
vida y una reducida mortalidad de la población. En cambio, los países subdesarrollados serían
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aquellos donde la mayor parte de la población viven en condiciones de pobreza, las economías
son escasamente industrialiadas y dependen de la exportación de productos agrarios y mineros.
Esta clasificación resulta errónea si se piensa que los países siguen una trayectoria única, en la
que se pasa por distintas etapas desde una situación de subdesarrollo hasta alcanzar el
desarrollo. Si se analizan los procesos sociales y económicos desde una perspectiva histórica,
puede observarse que la realidad es más compleja, que los países realizan distintos recorridos
y que sus condiciones de vida también dependen de sus vínculos con el resto del mundo. Por
ello, algunos especialistas señalan que es necesario ver al desarrollo y subdesarrollo como dos
caras del mismo proceso. De esta forma, para que existan países desarrollados deben existir
países subdesarrollados. Además, al interior de los países, pueden distinguirse zonas
desarrolladas y otras menos desarrolladas.
América Latina y América anglosajona: este agrupamiento descansa en el criterio histórico-
cultural del pasado colonial y la lengua oficial. De esta forma, se diferencian los territorios de
pasado anglosajón y los de herencia latina.
La ruta del puente de tierra plantea que el hombre llegó a América al cruzar el Estrecho de
Bering, que en esa época era un itsmo: la Beringia. Este itsmo formaba un puente de tierra de
unos 1500 km de ancho que unía Asia con América. Los animales fueron los primeros en
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cruzarlo. Un tiempo después, las primeras oleadas humanas llegaron y poblaron América del
Norte.
La ruta costera sostiene que el hombre llegó al continente utilizando botes para bordear las
costas del océano Pacífico e ir asentándose desde Alaska hasta Sudamérica.
La ruta del Pacífico postula que hubo oleadas migratorias que salieron de las islas de Oceania
y de australia y cruzaron el Pacífico usando pequeñas embarcaciones. Otros estudiosos afirman
que algunos grupos pudieron cruzar el océano a través de la Antártida. En ambos casos, su
punto de llegada fueron las costas sudamericanas.
La ruta del Atlántico propone que el hombre habría cruzado el océano Atlántico tras partir
desde Europa. Quienes postulan esta ruta se basan en las similitudes que existen entre las
herramientas de piedrahalladas en América del Norte y en Europa.
En términos generales, estas teorías no se excluyen mutuamente; por el contrario, permiten
concluir que el poblamiento de América no fue producto de la migración de un solo grupo
humano sino de la lenta colonización realizada por varias comunidades a través de diferentes
rutas.
Los primeros habitantes
Hoy sabemos que hace al menos 8000 años, diversos pueblos originarios se encontraban
distribuidos a lo largo del continente americano. Caracterizar a estos grupos, sin embargo, no es
tarea sencilla. Las evidencias disponibles son parciales y muestran importantes diferencias entre
ellas, probablemente porque estos grupos fueron cambiando a través del tiempo. En general,
conocemos más sobre aquellos grupos que tuvieron mayor desarrollo y, por lo tanto, dejaron
vestigios que nos permiten estudiarlos: construcciones, depósitos de materiales, restos de
instrumentos, etc. También se sabe bastante más sobre los pueblos que tuvieron contacto con los
colonizadores, quienes dejaron registros escritos, dibujos y pinturas sobre ellos.
Si tenemos en cuenta su organización social, sus actividades productivas, la forma en la que se
establecieron y transformaron el territorio y las consecuencias de los contactos con los europeos,
las comunidades indígenas pueden agruparse en dos grandes conjuntos.
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Mayas,aztecas,incas
Entre los pueblos originarios de América suelen destacarse los
mayas, incas y aztecas porque alcanzaron una organización social y
una producción cultural que motivó la admiración, así como la
codicia, de los conquistadores europeos. A su llegada en el siglo XV
los españoles se interesaron especialmente por conocer y conquistar
estos pueblos que habían concentrado mayor poder y bienes, en
especial, oro y plata. Tambien se los conoce, desde una perspectiva
europea, como grandes civilizaciones de América. Entre sus técnicas
se destacan las que les permitían desarrollar cultivos para abastecer
de alimentos a toda la población.
Los aztecas ocuparon la meseta central mexicana. Su capital, Tenochtitlán, había sido
construida en una isla de tierras pantanosas sobre el lago Texcoco, donde la principal actividad
económica practicada era la agricultura. El crecimiento de la población, la necesidad de
mayores cantidades de alimentos y la escasez de tierras aptas para el cultivo llevaron a los
aztecas a desarrollar el cultivo en chinampas. La técnica concistía en formar, con estacas,
franjas rectangulares y angostas de tierra;entre ellas se dejaban canles para la circulación de
canoas. El paso siguiente era agregar varias capas de vegetación acuática ybarro para formar
el suelo. Se plantaban árboles alrededor de las franjas para que sus raíces fijaran el suelo. Allí
se cultivaba principalmente el maíz.
Los incas ocuparon los Andes centrales de América del Sur, donde crearon un vasto imperio
que dominó a muchos otros grupos indígenas. Aprovecharon el relieve montañosos para
realizar distintas actividades y técnicas de produccion en ambientes muy diferentes. En las
sierras, los incas superaron las dificultades que tenían para cultivar debido a la inclinación del
relieve y a la
falta de agua. Para ello, cortaban y rellenaban con tierra y abono el terreno, formando así
amplios escalones o terrazas; también modificaron el recorridode los ríos por medio de una red
de canales de riego que llevaba agua a las terrazas.
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Cuando llegaron los conquistadores, estas civilizaciones concentraban la mayor parte de la
población. Todas ellas sufrieron un impacto negativo muy fuerte. A pesar de esto, sus
descendientes y la influencia de sus culturas perduraron a través del tiempo y están muy presentes
especialmente en países latinoamericanos como México, Perú y Bolivia.
América después de 1492
En 1492, tras la llegada de Colón a las Antillas, comenzó un nuevo período que se caracterizó
port la conquista y colonización del continente americano. Para comprender la importancia de este
período, es necesario entender algunas cuestiones claves:
La apropiación real y simbólica de los territorios indígenas por parte de los reinos europeos. En
aquella época, los monarcas competían por incrementar sus dominios, porque era la forma de
tener mayor poder. Esto hizo que españoles, portugueses, británicos, franceses y holandeses
se apropiaran de cada centímetro de América. Sin embargo, no todo el espacio fue ocupado de
forma efectiva o material, es decir que en algunas zonas, por mas que figuraran en los papeles
como apropiadas, no se asentó población o alguna autoridad política europea.
España y Portugal se repartieron los territorios descubiertos en América Central y del Sur
practicamente en su totalidad, excepto algunas áreas pequeñas, aunque muy importantes, que
serían dominadas por otras potencias como Gran Bretaña o Francia. Estas últimas, por su
parte, tendrían más presencia en América del Norte.
Además de objetivos políticos, la colonización tuvo objetivos económicos. La ocupación de
territorios indígenas se organizó en función de la explotación y exportación de las riquezas que
había en cada región. En cambio, los territorios deonde no había recursos o no podían
producirse riquezas, no fueron ocupados efectivamente.
La obtención de riquezas y recursos solo fue posible cuando se contó con mano de obra. Para
los colonizadores fue fundamental dominar a la población indígena ya que representó una parte
muy importante de los trabajadores empleados en las tareas más duras, como la minería.
Cuando la población originaria no era suficiente, se recurria al trabajo de los esclavos traídos de
Africa.
Estas caracterísitcas fueron comunes a todas las colonias, pero la forma en la que se
implementaron variaron mucho según el tipo de actividades o los diversos colonizadores.
Desde mediados del siglo XV, los europeos buscaron nuevas rutas comerciales que les
permitieran llegar a Asia oriental; así “descubrieron” América, sin proponérselo. Un encuentro
entre el “nuevo” y el “viejo” mundo, que cambia la historia de ambos.
Con la conquista europea, América se insertó en el mercado mundial, y sus productos que
dieron mayor impulso al intercambio comercial, fueron una de las principales fuentes de
ganancias y de riquezas de algunos sectores de la sociedad europea. La apropiación de
territorios y riquezas, incrementó el poder político de los reinos que poseían colonias,
disminuyendo el poder de aquellos que no las tenían.
América según los europeos
El descubrimiento y colonización de América
significó tambien una profunda conmoción en las
formas de imaginar y representar el mundo. La
imaginación geográfica, es decir, las ideas y
creencias respecto de los distintos lugares, que
tenían los europeos, debió adaptarse para tratar
de comprender el nuevo mundo.
Esto fue así porque la América que los
europeos descubrieron no solo contradecía lo
que en aquel momento se creía sobre la forma y
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las dimensiones de la Tierra, sino porque tambien mostró una realidad muy distinta de la que, por
entonces, se aceptaba. Una de las cuestiones más importantes y difíceles de resolver fue el hecho
de que América estuviese habitada, hasta llegaron a preguntarse si esos habitantes eran humanos.
Conocer como eran esas culturas diferentes y cuáles eran sus costumbres y sus formas de vida fue
motivo de gran interés por mucho tiempo.
Comprender lo que veían no resultó una tarea sencilla
para quienes llegaron a América y comenzaron a
explorarla. En principio recurrieron a la comparación con
sus lugares de origen; por eso varios lugares de América
Latina recibieron nombres inspirados en lugares
europeos: Nueva España, Nueva Granada; Córdoba,
Valencia.
También se vió a la naturaleza como una fuente
inagotable de recursos. Muchos mapas representaban
los recursos que resultaban de interés para su
aprovechamiento, como si la geografía del continente que se acababa de descubrir se limitara a
coincidir con lo que se esperaba obtener en sus distintos lugares.
Vemos así como la imaginación geográfica también desempeñó un papel muy importante en la
apropiación y conquista del continente y en su incorporación al mundo conocido y recorrido.
América en la etapa colonial
A partir del siglo XVI, América se convirtió en un gran espacio colonial. España, Portugal, Gran
Bretaña, Francia, los Países Bajos (Holanda) y Dinamarca se fueron apropiando de diferentes
porciones del territorio, donde ejercieron el dominio político, económico y cultural sobre las
poblaciones originarias.
Las bases naturales de América constituían una extraordinaria oferta, que se imaginaba como
practicamente ilimitada o inagotable. A partir de entonces, las formas de asentamiento y de
transformación de los medios naturales fueron muy distintas de las que practicaban los pueblos
originarios.
Las actividades dejaban de tener como fin principal cubrir las necesidades directas de las
comunidaddes y, al igual que los territorios donde se llevaban a cabo, se organizaron para extraer o
producir bienes, tales como minerales y cultivos tropicales, especialmente para el mercado y la
exportación. Más allá del interés económico de las metrópolis coloniales, el período colonial
representó también una nueva etapa del poblamiento para América. Una gran cantidad de persona
migraron desde el viejo hacia el nuevo mundo y se establecieron en numerosos asentamientos
rurales y urbanos.
No siempre los límites formales de un territorio colonial coincidieron con el área ocupada y
poblada en forma efectiva. Es decir, gran parte del espacio americano estaba apropiada pero no
ocupada por los colonizadores; seguía ocupada parcialmente por pueblos originarios que no habían
caído bajo el sometimiento colonial. Se trataba de territorios indígenas considerados por los
colonizadores, como áreas de frontera.
El territorio colonial español
El territorio que reivindicaron a partir de 1492 fue el de mayor extensión. Sus primeras grandes
conquistas fueron los imperios azteca e inca, que tenían tesoros de plata y oro. El descubrimiento
de los yacimientos mineros en la zona montañosa del oeste dio gran impulso a la colonización
española; luego se desarrollaron la producción agrícola y ganadera, y la exportación de alguno de
sus productos, como el azúcar, el cacao y los cueros.
Las áreas que los españoles ocuparon no solo contaban con recursos de interés para ellos, sino
que eran también las más densamente pobladas por los indígenas, lo que les permitió contar con
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una abundante mano de obra. En los lugares donde ésta no era suficiente, trajeron esclavos de
África
La sociedad colonial se formó con una gran mezcla de grupos étnicos que tenían diferentes
derechos, obligaciones y prestigio social; en el escalón más alto estaban los españoles, que
monopolizaban el dominio político.
A lo largo de la etapa colonial se organizaron los siguientes tipos de asentamientos:
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