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Nuestra Señora de Luján – PARTRONA DE LA ARGENTINA.

Por el año 1630 vivía en Córdoba un piadoso hacendado portugués,


quien deseando dedicar una capilla a la Madre (de Dios en su estancia de
Sumampa, pidió a un amigo suyo residente en el Brasil le enviara una
imagen de Nuestra Señora. Este le envió dos pequeñas estatuas de la pura
y limpia Concepción, las cuales llegadas a Buenos Aires fue ron confiadas
para su traslado a una tropa de carretas que se dirigía a las provincias del
norte.

Vadeado el río Lujan detúvose la caravana frente a una humilde choza,


morada a la sazón de cierto individuo dueño de una estancia sita en las
inmediaciones, donde hizo noche. Al día siguiente reanudóse la marcha,
pero por más esfuerzos que hicieron las robustas bestias para mover el
vehículo de las sagradas imágenes, negábase a rodar como enclavado en
la tierra por invisible fuerza. Añadiéronse nuevas yuntas de bueyes,
azuzándolos los carreteros con igual resultado. Aconsejaron entonces al
dueño del carretón que los descargara de cuantos bultos llevaba, que eran
a la verdad bien pocos. Así se hizo y al punto se movieron los animales
sin el menor esfuerzo. Discurriendo entonces en tan inexplicable suceso
algún - prodigio de lo alto, repitióse la prueba varias veces
comprobándose que el impedimento provenía de uno de los cajones.

El cual abierto resultó contener una hermosa efigie de la Purísima


Concepción. Al punto todos los presentes postrados en tierra veneraron a
la Madre de Dios que por modo tan singular había querido elegir aquella
tierra para morar en ella. La imagen fué depositada en el aposento más
decente de la choza cercana transformado en modesta capilla. Venía en la
expedición un pequeño esclavo africano, el negrito Manuel, que durante
cuarenta años se dedicó al cuidado de la imagen, muriendo en opinión de
santidad después de haber experimentado innumerables favores del cielo.
En 1685 se edificó la primera capilla alrededor de la cual comenzó a
surgir una pequeña población que andando el tiempo habría de ser la
Villa de Lujan. Otras dos capillas cobijaron la sagrada imagen, hasta que
en 1887 se colocó la piedra fundamental de la suntuosa basílica actual,
inaugurada en 1910. En aquel mismo año fué solemnemente coronada.
Innumerables y continuos son los portentos con que la virgen favorece a
sus fieles devotos como la atestiguan los millares de exvotos suspendidos
en las paredes del templo y las frecuentes peregrinaciones que de todas las
provincias argentinas y países vecinos acuden al célebre santuario.

Reflexión: No es uno solo el portento obrado por nuestra amadísima


Patrona; la copia incalculable de ofrendas que adornan su altar
proclaman el inmenso número de extraordinarios beneficios concedidos
por su mano maternal a los que en ella confiaron: y los exvotos de oro y
plata que penden allí, diciendo están con elocuente y poderosa voz que es
superior el número de lágrimas enjugadas en el santuario al de los granos
de arena que afianzan las piedras de sus muros.

Oración: Vuelve, Señor, propicio tus ojos a la devoción de tu pueblo y por


los méritos e intercesión de la Bienaventurada

Virgen María concédenos los dones de tu gracia en esta vida y la salud


eterna en los cielos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

FLOS SANCTORVM.

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