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Circuncidar El Oido
Circuncidar El Oido
Las leyes con respecto a la esclavitud aparecen de primero en las Ordenanzas. Hay dos
razones generales para esto. Primero, puesto que Israel recién había sido liberado de la
esclavitud en Egipto, era adecuado que su código legal comenzara con leyes que regularan
la esclavitud. Como hemos visto (Capítulo 2), estas leyes guardaban relación con la
legalidad del mismo éxodo, pues Faraón había violado estas mismas leyes.
Segundo, la acción dramática del libro del Éxodo como un todo es de la esclavitud al
reposo del Sabbath. El patrón sabático es establecido directamente en las Ordenanzas
(21:2), y las Ordenanzas cierran con la legislación sabática (23:10-19). Dios le había dicho
a Moisés que la prueba de Su Palabra sería que Israel le adoraría en el Monte Sinaí (3:12),
que se hallaba a distancia de un viaje de tres días (Sabbath) (3:18). Una vez que Israel llegó
Dios les dio Su ley, y les instruyó en el tiempo y lugar para la adoración. Las instrucciones
para el diseño del Tabernáculo culminan en las normas del Sabbath (31:12-17), y los
procedimientos para la edificación del Tabernáculo comienzan con normas sabáticas (35:1-
3).1 El libro cierra con el establecimiento definitivo de la adoración del Antiguo Pacto en el
mismo primer día del año nuevo. De este modo, el libro se mueve desde los rigores de la
esclavitud al orden mundial pecaminoso, al glorioso privilegio del reposo en el mismo
salón del trono de Dios.
Hay dos secciones en la legislación sobre la esclavitud, con respecto a los esclavos
varones y mujeres respectivamente.
La Biblia presenta una distinción entre los esclavos Hebreos y los esclavos que no
habían sido previamente miembros de los pactos. El esclavo Hebreo puede ser retenido
solamente por seis años, y luego es hecho libre, con dones (Deut. 15:12-15). El esclavo
comprado del paganismo, aunque es circuncidado inmediatamente (Éxo. 12:44; Lev. 22:11;
Gén. 17:12, 13), no era liberado al sexto año (Lev. 25:44-46), pero la ley sí le garantizaba el
1 Vea James B. Jordan, El Quebrantamiento del Sabbath y la Pena de Muerte. Una Visión Alterna (Tyler,
TX: Geneva Ministries, de próxima aparición).
2 Esta es mi propia traducción. Estoy en deuda con J. Wash Watts, Un Estudio de Sintaxis en el Hebreo del
Antiguo Testamento (Grand Rapids: Eerdmans, 1964) por ciertas características de la traducción. Cuando un
verso contiene más de una ley casuística, he separado el verso en segmentos, como el verso 3 en este punto.
derecho de ahorrar dinero y comprar su libertad (Lev. 25:49, 26).
Aunque Éxodo 21 no lo dice así, Deuteronomio 15 aclara que la única condición, aparte
del crimen, en la que un hombre Hebreo podría ser reducido legítimamente a la esclavitud
es en conexión con la deuda. Dado que todas las deudas eran canceladas al inicio del
séptimo año, ese era también el momento cuando los esclavos por deudas eran liberados.
Así pues, el séptimo año en Éxodo 21:2 no es necesariamente el séptimo desde el comienzo
de la esclavitud, sino que es el año sabático.3
Esto puede parecer un poco cruel, pero en realidad es para lo mejor. El propósito de la
esclavitud, como veremos, es entrenar a los hombres irresponsables para que se
conviertan en miembros productivos del pacto. Es por la protección de la esposa que ella no
es enviada con un hombre aparentemente irresponsable, quien pronto podría estar de nuevo
en una deuda seria. Ella tiene los deleites del matrimonio, y también la protección del amo.
Si su esposo genuinamente ha sacado provecho de este período como esclavo-aprendiz, él
será capaz de ahorrar dinero, y pronto comprará su libertad. Esto es justo para todos, pues el
amo recobra el dinero que pagó por la mujer que le proveyó al esclavo.
3 Un tratamiento más completo del tema de la esclavitud en la Biblia se encuentra en James B. Jordan,
Esclavitud y Liberación en la Biblia (por aparecer). Este capítulo frecuentemente condensa información
contenida en mayor extensión, y con una argumentación más completa, en ese libro.
4 Vea Jordan, Árboles y Espinos, (por aparecer) para una discusión más amplia de lo que quiere decir la
Biblia cuando llama “dioses” a los magistrados.
obedecerle. Esta es la circuncisión del oído del cual se habla en Jeremías 6:10 y en Hechos
7:51. Para entender esto plenamente, tenemos que hacer una corta excursión hacia la
doctrina Bíblica de la circuncisión.
La Circuncisión de la Oreja
En la Biblia la circuncisión significa al menos tres cosas interrelacionadas. Primero, es
una señal de muerte y de resurrección, pues ésta implica castración. Un hombre que ha sido
castrado no puede tener hijos, pues su órgano de generación está permanentemente muerto.
La circuncisión simbólicamente castra al hombre, pero deja su habilidad reproductiva aún
viva.5 Así pues, la circuncisión es una señal de nueva vida a través de la muerte, una señal
de renacimiento. El primer hijo de Abram, Ismael, fue concebido antes que Abram fuese
circuncidado, y fue un hijo de la carne (Gén. 16); pero Isaac fue concebido inmediatamente
después que Abraham fue circuncidado, y este fue un hijo del Espíritu (Gén. 17).6
Interesantemente, aquellos que rehúsen la circuncisión han de ser “cortados” (Gén. 17:14),
y aunque la castración literal no es lo que se tiene aquí en mente, el cortar a una persona del
pacto era lo mismo que cortarlo de la Simiente-Salvador que iba a venir al mundo para
salvación. De este modo, la misma palabra para circuncidar también se puede usar para
“cortar” (Sal. 90:6; 118:10-12). Particularmente gráfico es el Salmo 58:7 que usa la palabra
“circuncidar” para referirse a saetas a cuyas cabezas se les han cortado los extremos – es
obvio el paralelo con la castración.
Ahora, estos tres significados de la circuncisión también se aplican a los oídos, a las
manos y a los pies.10 Los pecadores no pueden servir a Dios, de manera que sus oídos,
manos y pies son, metafóricamente, cortados o traspasados con cuchillo. Al colocar la
sangre del sacrificio en la oreja, en el pulgar y en el dedo gordo de los sacerdotes (Lev.
8:23s.), y sobre el Israelita limpio (resucitado) (Lev. 14:14), Dios les aplicaba
ceremonialmente la muerte y la resurrección. Sin embargo, los enemigos de Dios son
permanentemente destruidos en manos y pies (Jue. 1:6, 7). Las manos y los pies de los
Israelitas limpios no solamente son (1) resucitados, sino que son también (2) revestidos en
el aceite del Espíritu (Lev. 14:28), y (3) liberados de los obstáculos del pecado.
La Biblia habla más específicamente con respecto a la oreja. Los oídos de los hombres
pecaminosos están éticamente atascados (Isa. 48:8), de manera que tienen que ser abiertos
(Isa. 42:20), y Dios entonces habla Su Palabra en los oídos de Sus siervos (Deut. 5:1; 31:28,
30; y muchos otros pasajes). Abrir el oído es, literalmente, “descubrir” el oído, usando la
misma palabra para descubrir la desnudez (“mostrar,” “revelar,” lit., “desnudar”: 1 Sam.
20:2, 12, 13; 22:8, 17; “destapar”: Ruth 3:4). El hombre cuyo oído ha sido abierto no
solamente escucha la Palabra de Dios, él también la obedece (Is. 50:5; Job 33:16; 36:10,
15). El hombre cuyo oído es abierto, o descubierto, es el verdadero siervo (esclavo) de Dios
7 Obviamente Sarai y Abram habían estado casados por mucho tiempo, pero Sara y Abraham pueden ver su
matrimonio consumado otra vez después de la circuncisión y el cambio de nombres en Génesis 17.
8 Bueno, no son circuncidadas en las partes privadas. Hay un rito que puede ser visto como una analogía de la
circuncisión en Deuteronomio 21:10-14. La mujer que está siendo “convertida” a la nación Israelita ha de
cortar sus uñas y rasurar su cabeza, lo mismo que cambiarse sus ropas (sobre esto, cf. Gén. 35:2). Es quitado
el cabello-gloria del paganismo, y crece una nueva gloria dentro del pacto (cf. 1 Cor. 11:15). Esto cumple
todos los tres significados de la circuncisión: el cambio de ropas, la transición de la muerte a la vida en el
pacto y la remoción del obstáculo para el matrimonio y la procreación (puesto que el Israelita no había de
casarse con una extranjera).
9 Vea Apéndice F.
10 Los tres significados de la circuncisión corresponden a los tres aspectos de la salvación: (1) la muerte-
resurrección guarda correlación con el juicio y la justificación; (2) la desnudez-ser vestido guarda correlación
con el dominio y la adopción-glorificación; y (3) la remoción del obstáculo guarda correlación con la
obediencia y la santificación. (Nota: No estoy correlacionando estos tres significados de la circuncisión, en
manera alguna, a la circuncisión de los oídos, las manos y los pies.) Sobre la relación de la resurrección con el
área de la justificación, vea R. B. Gaffin, Jr., La Centralidad de la Resurrección (Grand Rapids: Baker, 1978).
(2 Sam. 7:27; 1 Crón. 17:25).
Jeremías 6:10 y Hechos 7:51 hablan de aquellos falsos esclavos cuyos oídos no han sido
circuncidados, de manera que ni escuchan la voz del Señor ni le obedecen. Están muertos,
no resucitados. Están vestidos de hojas, no de Cristo. Están en la carne (el obstáculo de la
carne), no libres en el Espíritu. Debido a que no se arrepintieron, sus oídos fueron
cercenados. Vemos esto en todos los cuatro Evangelios, cuando Pedro corta la oreja del
esclavo del sumo sacerdote (Mat. 26:51; Mar. 14:47; Luc. 22:51; Juan 18:10).11 En el
huerto de Getsemaní es expuesta la desnudez del esclavo. Jesús vuelve a colocar la oreja,
dándole a Israel una última oportunidad de arrepentirse antes de destruirles en el año 70
d.C. Dios prefiere la obediencia (la oreja perforada) que el sacrificio (Salmo 40:6).12
Nuestro Señor Jesucristo fue circuncidado en la cruz. (1) Él sufrió la muerte, fue cortado
y no tuvo simiente personal (Is. 53:8). (2) Su desnudez fue expuesta. (3) En Su muerte,
nuestra carne pecaminosa (obstáculo) fue cortada. Sus manos y sus pies fueron horadados
(Sal. 22:16). Como resultado que Él tomara nuestro pecado sobre Sí mismo, Sus oídos
fueron tapados, de manera que no escuchó las reconfortantes voces de Su Padre y del
Espíritu Santo (Mat. 27:46).
11 El sumo sacerdote representaba al SEÑOR delante de Israel, de manera que su esclavo representaba a Israel.
12 El Salmo 40:6 declara, “Sacrificio y ofrenda no te agrada; has abierto mis oídos; holocausto y expiación no
has demandado.” Esto es parafraseado en Hebreos 10:5, “Sacrificio y ofrenda no quisiste; mas me preparaste
cuerpo.” De este modo el autor de Hebreos iguala la encarnación de Cristo con el hecho de haber tomado la
forma de un esclavo (Fil. 2:7). Cristo no era un esclavo nacido en casa por adopción, sino Hijo en Su propio
derecho. Él asumió la forma de aquellos que serían adoptados como esclavos-hijos. El lector podría tener en
mente tres categorías: Cristo el Hijo Verdadero, los Cristianos, quienes son esclavos-hijos, y los no Cristianos,
quienes son esclavos puros y simples.
13 En Jueces 11:31 Jefté ofrece sacrificar a cualquiera que nazca de primero en su casa después de la batalla.
El salir pasando a través de las puertas puede verse como un nacimiento. El umbral es también un lugar de
muerte, donde el nacimiento se deshace: “Entonces la mujer de Jeroboam se levantó y se marchó, y vino a
Tirsa; y entrando ella por el umbral de la casa, el niño murió” (1 Rey. 14:17). Vea también Jueces 19:27. La
importancia de la puerta como un lugar de transición de la muerte a la vida es subrayada por la afirmación de
Jesús de ser La Puerta (Juan 10:1-9).
14 La comparación del cuerpo humano con una casa es bastante común en la Escritura. Vea, por ejemplo, Ecl.
12:3, 4; 1 Cor. 6:19; Juan 2:21. Las piernas son explícitamente comparadas con pilares o postes de las puertas
esclavo nacido en casa es abierto para escuchar y obedecer la palabra de su amo.
Aquí vemos otra vez porqué las Ordenanzas comienzan con esta ley de la adopción del
esclavo nacido en casa, pues ayuda a explicar qué es lo que estaba sucediendo en el éxodo.
La sangre del prepucio-circuncisión corriendo por las piernas es funcionalmente equivalente
a la sangre de la Pascua corriendo sobre los postes de las puertas, y estos son equivalentes a
la sangre del oído-circuncisión corriendo sobre los postes de la puerta. Así, la Pascua puede
verse como significando a Israel pasando de ser un esclavo (sujeto de posesión) a volverse
hijos adoptados de la casa de Dios. Salir de las casas-vientres muertas de Egipto era
equivalente a mudarse a la casa de Dios.16
Cuando llevamos el Evangelio a los incrédulos, los abordamos como esclavos (sujetos
de posesión), que viven en la casa del Amo y que comen las migajas que caen de la Mesa
del Señor (lo que algunas veces es llamado “gracia común”). Los invitamos a ir a la puerta
de entrada y que sean adoptados como esclavos-hijos nacidos en casa. Les mostramos la
sangre de la circuncisión del oído de Jesucristo sobre la puerta, y les informamos que si
confían en esta sangre se pueden convertir en Amigos del Rey, y podrán sentarse a la Mesa
en Cantares 5:15. El contexto de Éxodo 4:24-26, la amenaza contra el primogénito (vv. 22-23), aclara la
conexión con la Pascua. El ángel de la muerte era el aspirante a ajusticiador en Éxodo 4, pero cuando miraba
la sangre en los postes de la puerta, pasaba de lado (Éxo. 12:13, 23). Vea el Apéndice F.
15 El salir del pecado es siempre equivalente a entrar en el Reino. No hay lugar neutral. De este modo, el dar
vueltas por el desierto fue una anomalía en el proceso de redención. Así como el Mar Rojo se partió cuando
Israel dejó Egipto, así el Jordán se partió cuando entraron a Canaán. Tan pronto como entraron fueron
circuncidados, para “quitar el oprobio (vergüenza) de Egipto” (Jos. 5:9). Supuestamente, la primera Pascua
había quitado la vergüenza de Egipto. Una vez más hay aquí una conexión entre la circuncisión y la Pascua:
Teológicamente han de ser vistas como un evento. La colina de los prepucios (Jos. 5:3) se convierte en un
indicador sangriento en la entrada a Canaán, la tierra prometida y casa del pueblo de Dios. Inmediatamente
después de esta circuncisión se celebró la Pascua (Jos. 5:1).
16 Robert North, Sociología del Jubileo Bíblico. Analecta Biblica Investigationes Scientificiae in Res Bíblicas
4 (Roma: Instituto Bíblico Pontificio, 1954), p. 151. Vea el Capítulo 8 para mayor investigación sobre este
asunto. No estoy de acuerdo en que la novia era “comprada” en esta transacción.
del Señor como miembros plenos de la casa y herederos. Les hacemos saber que en tanto
que estén vivos viven en la casa del Señor, y participan de ciertos beneficios de la muerte
del Hijo; pero que si rehúsan la oferta de convertirse en esclavos-hijos adoptados,
eventualmente serán echados fuera y perderán todos los beneficios.
7 Y cuando alguno vendiere su hija por sierva, no saldrá ella como suelen salir los
siervos.
8 Si no agradare a su señor, por lo cual no la tomó por esposa, se le permitirá que se
rescate, y no la podrá vender a pueblo extraño cuando la desechare.
9 Mas si la hubiere desposado con su hijo, hará con ella según la costumbre de las hijas.
10 Si tomare para él otra mujer, no disminuirá su alimento, ni su vestido, ni el deber
conyugal.
11 Y si ninguna de estas tres cosas hiciere, ella saldrá de gracia, sin dinero.
Parece haber una contradicción entre este pasaje y Deuteronomio 15:12 que dice “Si se
vendiere a ti tu hermano hebreo o hebrea, y te hubiere servido seis años, al séptimo le
despedirás libre.” Aquí se deja salir a la mujer en el año sabático. Sin embargo, la
contradicción se resuelve fácilmente. Si la mujer es comprada con el propósito de
convertirse en esposa, ella no sale libre, porque el matrimonio es permanente. Sin embargo,
si la mujer es comprada solo para el trabajo, para ser una servidora de la señora, por
ejemplo, ha de ser regresada a la casa de su familia en el año sabático.
Con respecto a la hija vendida para ser esposa, se puede observar lo siguiente.
Ordinariamente, un esposo le proveía a su esposa lo que se llama “dinero de la novia” que
era una forma de seguro para ella. Robert North explica: “La compra de la novia
generalmente se hacía por el padre de la joven. La dama se quedaba con el pago, al menos
en algunos casos, en la forma de monedas engarzadas a su cuerpo como ornamentos, de
manera que si en algún momento se le extendía el divorcio no quedara totalmente
desprovista; además, la avaricia de su esposo le disuadiría de rendir precipitadamente el
control de tales activos tangibles.”17 En el caso de la hija vendida en esclavitud, este dinero
de la novia iba al padre de la chica en lugar de ir hacia ella. Así que era una esposa sin
propiedad o seguro, y por lo tanto no era una mujer libre. Éxodo 21:7-11 habla de tal tipo
de chica como la esposa del amo o de uno de sus hijos, pero los versículos 2-6 indican que
la muchacha podría ser comprada para llegar a ser esposa o una de las esclavas del amo.
Esto sería parte del contrato al momento de la venta. Mendelssohn señala que documentos
de Nuzi revelan que el status del hombre con quien la chica se casaba estaba escrito en el
contrato cuando ella era vendida.18 Debido a que la esclava-esposa sin seguro estaba
expuesta a mayores riesgos que su contraparte libre, se incluyen provisiones especiales en la
ley para protegerla.
17 Isaac Mendelssohn, La Esclavitud en el Antiguo Cercano Oriente (New York: Oxford, 1949), pp. 10ss.
18 El verbo para “velar” puede verse que tiene algún grado de tono sexual en Cantares 2:7; 3:5; 4:16; 5:2; 8:4.
La frase “velando y respondiendo” puede verse fácilmente como una referencia discreta a los placeres de la
sexualidad. Para opiniones alternativas de Éxodo 21:10, vea Jordan, Esclavitud y Liberación (por aparecer).
El verso 8 puede leerse en cualquiera de dos maneras, dependiendo de cómo uno
interprete una partícula Hebrea. En una lectura el amo la había designado a ella para él
mismo, pero una vez que la chica llegara a la edad sexual madura él cambiaba de opinión.
La lectura alternativa dice que ella no era del agrado del amo, y él no la designaba a nadie.
De cualquier forma la chica no va a casarse después de todo. Al amo no se le permite
venderla fuera de la familia pactal, aunque posiblemente podría venderla a otra familia. Sin
embargo, su propia familia tiene el primer derecho de redención en este caso. En el segundo
caso, el amo la contrataba no para esposa sino para nuera. La chica debía ser tratada como
una hija (v. 9), lo que hace que esto sea un contrato de adopción. Un tercer caso, entendido
a partir de Éxodo 21:4s., es que la chica fuese comprada con el propósito de ser dada como
esposa a un esclavo.
Hay tres cosas que el esposo-amo de la esclava-esposa debe hacer por ella. Primero, no
ha de disminuirle su “carne.” Esta palabra se usa para carne en el Salmo 78:20, 27 y
Miqueas 3:2, 3, y parece referirse al buen alimento. Cuando el pueblo se cansó del maná,
querían alimento más apetitoso, llamado “carne” en el Salmo 78:20, 27. Así pues, el amo ha
de proveerle no solamente de alimentos, sino de alimentos tan buenos como el que comen
los otros miembros de su familia.
La ocasión para el maltrato de su esclava-esposa por parte del amo es su matrimonio con
una segunda mujer. Claramente, sin embargo, el maltrato de la mujer por cualquier razón
sería base fundamental para el divorcio. Y claramente esto es un divorcio, siendo el
maltrato la base de fundamento. Aquellos que insisten en que la esposa debe permanecer
con su marido, aún si él la golpea o abusa de ella de otra forma, están completamente fuera
de lugar con la Escritura en este punto.
Si una esclava esposa puede obtener un divorcio por maltrato, ¿qué con respecto a una
esposa libre? Esta es una pregunta difícil de contestar. Una esposa libre en Israel tenía
ciertos privilegios, particularmente el acceso a una considerable propiedad monetaria (el
dinero de la novia). El tener esta propiedad le daba una posición de poder con su esposo. De
hecho, las mujeres libres en los tiempos patriarcales tenían sus propias tiendas y sus propios
19
sirvientes. La esposa en Cantares tenía su propia vivienda. De este modo, quizá una mujer
libre no podía demandar un divorcio sobre la base del maltrato. Por otro lado, el maltrato
probablemente ni siquiera se presente en el caso de una mujer libre.
Para aplicar esta ley hoy necesitamos preguntarnos si la moderna esposa Americana es
más como la esposa libre Israelita (con cantidades de poder y propiedad independiente), o
más como la esposa esclava. Sin tener la intención de insultar a nadie, pienso que la esposa
moderna es más como la esposa esclava, teniendo relativamente poco poder independiente.
La prueba de esto, para mí, es el hecho que los hombres golpean a sus esposas tan
frecuentemente en esta sociedad y se las arreglan como si nada. De modo que, al extender la
equidad de esta ley, por analogía ética, creo que hoy a las mujeres se les debiese permitir
plantear la demanda de divorcio sobre la base fundamental de maltrato serio.
La Esclavitud en la Biblia20
Como criatura de Dios, el hombre fue creado para estar delimitado por Dios como su
Señor. En rebelión contra Dios el hombre tendrá cualquier cosa menos a Dios como su
señor; sin embargo, el hombre tendrá un señor, pues el hombre es, por naturaleza, un
súbdito, un esclavo de alguien o de otro. Generalmente hablando cuando los hombres
rechazan a Dios como Señor terminan con otros hombres como sus amos. Los tiranos
antiguos y los tiranos modernos encuentran a las masas más que dispuestas a llegar a ser sus
esclavos, siempre y cuando se les den migajas de pan y circos ocasionales. (También ayuda,
para la elite tirana, formular su régimen en el lenguaje aceptable de la democracia y de los
derechos humanos.)
Puesto que Dios aprueba la institución de la esclavitud doméstica para los hombres
caídos, está claro que es, en algunas maneras, una bendición. Primero que todo, es una
bendición en que restringe la pereza natural y las tendencias anti-dominicales de los
hombres pecaminosos. Idealmente los malvados son forzados a trabajar por los justos sea
que lo quieran o no; de hecho, esto se presenta como una bendición futura para el pueblo de
Dios en Isaías 14:2 y 61:5.
Segundo, es una bendición en el hecho que entrena hombres para trabajar, y lo hace en
el mejor ambiente posible, el de la familia u hogar. En el hecho que el esclavo está
vinculado al hogar, que no se le paga por su labor, y que es azotado por desobediencia, el
esclavo es realmente un niño adulto, y está recibiendo en sus años adultos el mismo tipo de
educación formativa que los niños reciben. La Biblia contempla que habrá un fin de esta
pedagogía, al menos para el esclavo fiel convertido, después de lo cual toma su lugar como
un ciudadano tardío pero ahora maduro.
De manera característica, los paganos reducen a los hombres a la esclavitud a través del
secuestro de foráneos, un crimen capital en la Escritura (Éxo. 21:16). En la Biblia, las
personas pueden entrar en esclavitud como resultado de la deuda, o para hacer restitución
por el robo (Éxo. 22:3); o, si son paganos, pueden ser comprados de manos de comerciantes
o adquiridos a través de la guerra (Lev. 25:42, 44, 45; Núm. 31:26-47; Deut. 21:10-14).
Desde el punto de vista de la Biblia, si un hombre ya es un esclavo, es mejor para él ser
comprado por un creyente y ser puesto en un hogar Cristiano que seguir siendo un esclavo
en el paganismo; así, los Cristianos pueden comprar esclavos, aunque no pueden
involucrarse en el secuestro.21
21 Tales esclavos extranjeros, aunque incircuncisos, no salían libres en el año sabático, como lo aclara
Levítico 25:46. Sin embargo, el impulso total de la ley es la producción de hombres libres, ya sea siervos
adoptados nacidos en casa o plenamente libres. Así pues, la tendencia en una sociedad piadosa es que quienes
Sin embargo, la esclavitud no fue diseñada para ser el paraíso. (Nota: No estamos
hablando del esclavo-hijo adoptado y nacido en casa, sino de los meros esclavos.) Los
esclavos pueden ser azotados para extraerles su trabajo, pues a diferencia de los hombres
libres, no tienen ningún incentivo económico para trabajar, y aquellos que no son creyentes
no pueden verse impulsados por motivos evangélicos o por disciplina eclesiástica. Lo que
queda es la vara, y Salomón recomendó la rigurosidad (Prov. 29:19, 21; cf. 13:24). El
sentido común dicta que la parte apropiada del cuerpo humano a la que ha de aplicarse la
vara son las nalgas, las que están bien rellenas. Algunos amos podrían excederse de esta
restricción de sentido común, y si le hacen algún daño irreparable al esclavo, él ha de salir
libre debido a eso. Éxodo 21:26, 27 especifica la pérdida del ojo o de un diente, pero
cualquier daño permanente sería equivalente.
Un buen de mala fama que cornee a una persona libre hasta matarla trae la muerte sobre
su dueño (Éxo. 21:29), aunque en este caso es posible una compensación monetaria (vv.
30s.). Sin embargo, en el caso del esclavo muerto, el dueño del buey no es ejecutado, sino
que nada más paga 30 ciclos de plata al dueño del esclavo.
Ser esclavo era correr algo de riesgo: el riesgo de ser golpeado hasta morir, de perder un
ojo o un diente, de ser expuesto a bueyes que corneaban. ¿Son injustas estas leyes?
Obviamente no, siendo las leyes de Dios. Para entender esta situación únicamente es
necesario tener en mente que la esclavitud es un remedio para el pecado, y que la meta de
la esclavitud es su propia auto-eliminación. Si la esclavitud fuese un paradisíaco sueño
socialista, muchas personas se verían atraídas hacia ella como un escape del vivir
responsable. La condición de esclavitud se hace lo suficientemente difícil como para que
los hombres se vean desalentados a entrar en ella, y son animados a buscar ganar su
libertad.
Observaciones Prácticas
La esclavitud aún está bastante con nosotros en los últimos años del siglo veinte. El
ejemplo más notable es el comunismo, que ha esclavizado a vastas porciones del mundo.
En los Estados Unidos, grandes grupos de personas se han acercado al gobierno nacional,
en años recientes, rogando ser puestos bajo la tutela del estado, demandando pan y circo; y
este es el caso también a través de toda Europa Occidental. Además, el tráfico de carne
humana continúa caracterizando al mundo Musulmán.
tengan esclavos se vean presionados a elevar a sus esclavos al status de ciudadanos responsables (a través de
la instrucción), y les permitan ganar y ahorrar dinero extra, y compren así su libertad.
22 Shalom Paul señala que esta estipulación es absolutamente única en el material legal del Antiguo Cercano
Oriente. Esto es también verdad de la protección del esclavo contra el daño corporal permanente de Éxodo
21:26s. Cf. Shalom Paul, Estudios en el Libro del Pacto (Leiden: Brill, 1970), pp. 69, 78.
El comercio de esclavos existía a través de toda África mucho antes de la llegada de los
comerciantes blancos, y las crueldades del comercio Europeo de esclavos no eran
necesariamente peores que las condiciones de las gentes esclavizadas en África en ese
momento. Las ventajas para aquellos esclavos que sobrevivían el viaje a los Estados Unidos
eran considerables, tanto material como espiritualmente. Aunque hubo en verdad señores
crueles en el Sur, una civilización Cristiana servía para refrenar la mayoría de los excesos, y
los líderes Cristianos trabajaban para instituir mejores leyes en este sentido. Sin embargo, el
fracaso del Sur de ser consistentemente Cristiano en este punto resultó en la destrucción de
la civilización Sureña. Los teólogos Sureños estaban frecuentemente más interesados en la
observancia detallada y rigurosamente excesiva del Sabbath semanal que en los asuntos
más importantes de la ley: la misericordia, la justicia y la fidelidad (Mat. 23:23). No había
posición por la cual los esclavos pudiesen obtener su libertad, y tampoco se respetaban las
leyes bíblicas que normaban la esclavitud. Los teólogos colaban el mosquito sabático y se
tragaban el camello sabático. Debido a que la liberación de la esclavitud hacia la libertad
sabática es tan central a la teología Bíblica, la hipocresía de las iglesias Sureñas en este
punto no podía sino requerir la ira de Dios.23
Debido a este trasfondo, el término ‘esclavo’ apenas puede usarse en alguna manera
positiva en la literatura Americana. Las provisiones benéficas de la esclavitud doméstica
Bíblica podrían ser reintroducidas en la sociedad, pero algún otro término, tal como
‘servidumbre por contrato,’ tendría sin duda que ser usado en su lugar. La servidumbre por
contrato como un medio para pagar deudas es manifiestamente preferible a la prisión del
deudor por un lado o a las declaraciones irresponsables de bancarrota por el otro. La
esclavitud por robo, para hacer restitución, es manifiestamente preferible a la ejecución o al
encarcelamiento de los ladrones. Tales personas podrían ser vendidas a negocios locales o a
grandes corporaciones (“familias”), para establecer términos, para ser entrenados,
supervisados y rehabilitados. Tristemente, las únicas sugerencias a tono con estas líneas al
presente es el “trabajo-ficencia,” que es una forma de esclavitud al estado (forzar a la gente
a trabajar con el propósito de conseguir prestaciones y asistencia estatista), y la esclavitud al
estado es algo muy diferente a la servidumbre por contrato en un negocio familiar.24
23 La defensa más magnífica de la esclavitud del Antiguo Sur es Robert L. Dabney, Una Defensa de Virginia
(1867, reimpreso por Sprinkle Publications, Harrisonburg, VA). Dabney argumenta que la Biblia permite la
esclavitud, pero también argumenta que ya no estamos sujetos a observar las leyes Mosaicas con respecto a la
esclavitud. Esta conveniente posición, un enfoque híbrido a la Escritura, ilustra apropiadamente la naturaleza
contradictoria de la teología evangélica de los años recientes. La historia de la esclavitud en América ilustra el
punto que un enfoque casual a las regulaciones bíblicas que rodean a la esclavitud doméstica conduce a
mucho abuso y sufrimiento.
24 El lector debe tener en mente que la esclavitud doméstica no implica un pequeño escenario familiar.
Abraham tenía 318 hijos adoptados nacidos en casa quienes estaban entrenados para la guerra (Gén. 14:14).
No hay forma de saber cuántos esclavos regulares tenía. Su familia indudablemente se contaba en los miles.
Así pues, la servidumbre por contrato a grandes negocios se corresponde fácilmente a la esclavitud doméstica
Bíblica. Una vez que un hombre haya cancelado su deuda, él podría escoger continuar con la compañía como
un empleado, una situación análoga a la adopción.