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AUTONOMÍA DEL DERECHO DE FAMILIA

Para que una ciencia jurídica pueda considerarse autónoma, es necesario y suficiente que
sea bastante extensa, que amerite un estudio conveniente y particular, y que además
contenga doctrina homogénea, dominando el concepto general común y distinto del
concepto general informatorio de otra disciplina; que posea un método propio, es decir,
que adopte procedimientos especiales para el conocimiento de la verdad constitutiva del
objeto de la ingadación.

Para determinar si existe autonomía del Derecho de Familia del Derecho Civil, debemos
analizar si en el mismo se observan los siguientes criterios:

• Legislativo.
• Científico.
• Didáctico.
• Jurisprudencial.
• Procesal.

Criterio Legislativo.

En opinión de Guijarro, dos manifestaciones han aparecido durante el presente siglo,


en orden a la regulación legal de la familia; la inclusión de normas sobre la familia en
las Constituciones Políticas de los Estados; y el sistema de derecho civil con la
autonomía de las reglas sobre la familia, en efecto, numerosas Constituciones
modernas suelen incluir, en mayor o menor medida, disposiciones reguladoras de la
organización familiar, como es el caso de Argentina, Alemania, Bolivia, Brasil y
Colombia entre otros.

Por su parte, otros países han reconocido plena independencia al derecho de familia
en el campo legislativo, como es el caso de Polonia, Bulgaria, Francia, entre otros.

En México estuvo vigente la Ley sobre Relaciones Familiares, expedida el 9 de abril de


1917, y publicada en el Diario Oficial de fecha 14 del mismo mes y año, de esta
manera, el derecho familiar había cobrado cierta autonomía en el campo legislativo,
sin embargo al ponerse en vigor el Código Civil. Dejó de regir, revirtiéndose todas las
materias de que trataba dicho ordenamiento.

Cabe señalar que en la república mexicana, el Estado de Morelos cuenta con su Código
Familiar, publicado en el Periódico Oficial del Estado número 4481, de fecha 06 de
Septiembre de 2006, y reformada en diversas ocasiones.

Criterio Científico.

Existe en torno al Derecho de Familia una verdadera manifestación doctrinal, puede


decirse que es uno de los campos que han despertado últimamente el más vivo
interés entre los tratadistas del derecho; unas veces las obras se intitulan, para no
dejar margen a la duda y se ocupan exclusivamente de las relaciones familiares; otras
veces dentro de los tratados generales se incluyen uno o dos tomos dedicados
exclusivamente al estudio del grupo familiar. En ambos casos es evidente la intención
de tratar al Derecho de Familia como una unidad con sustantividad propia, siendo en
ese sentido, numerosas las obras publicadas bajo el nombre preciso de Derecho de
Familia.

En México al parecer no existe ninguna obra titulada expresamente Derecho de


Familia, sin embargo si se conoce con ese nombre porciones de tratados generales de
Derecho Civil, en algunas obras como la de Rojina Villegas, Rafael de Pina, por lo tanto
es obvio que el Derecho de Familia, tiene adquirido dentro de la doctrina, un
indiscutible rango científico.

Las Universidades de Derecho del mundo, suelen incluir el estudio del Derecho de
Familia dentro de los cursos de Derecho Civil que se imparten en sus aulas, como es el
caso de las Universidades en Buenos Aires, Brasil, Chile, Guatemala, Nicaragua, entre
otros, en las que se incluye un curso de Derecho de Familia distinto y contemporáneo
al de Derecho Civil; encontrándose también una marcada tendencia al estudio del
Derecho de Familia en algunos países Socialistas.

En nuestro país el derecho de familia constituye parte importante del curso de


Derecho Civil que se imparte en la licenciatura en derecho, en la Facultad de Derecho
de la Universidad Autónoma de México.

Por otra parte, es importante destacar que en los años de 1965, 1966 y principios de
1967, bajo la coordinación del Dr. Fernando Flores García, se llevaron a cabo los cursos
intensivos para la preparación de maestros especializados en Derecho Civil, que
tuvieron una duración de cuatro semestres con asistencia diaria; dentro de los cuales
se incluyeron entre otras materias, la Institución del Derecho Familiar, Lineamientos
del Derecho Familiar y Bases para la Unificación de la Familia en México.

Criterio Jurisdiccional

La creación de tribunales especializados en materia familiar, constituye actualmente


más que una realidad, un constante deseo.

La Autonomía jurisdiccional del Derecho de Familia en México podemos decir que es


un tanto parcial, ya que no contamos con verdaderos tribunales de familia, cuestiones
básicas de la organización familiar se tramitan ante los juzgados civiles del fuero
común.
Criterio Institucional.

Se refiere a la determinación de si la rama jurídica en cuestión posee instituciones


propias, distintas en particular de aquellas perteneciente a la disciplina de que
pretende se autonomía.

Decía José Barroso Figueroa que para el modo de ver el criterio institucional es el más
importante, porque mientras los demás se refieren a cuestiones externas o
incidentales haciendo depender de su eventual acontecer la autonomía de una rama
del conocimiento jurídico, aquel se refiere al aspecto sustantivo, al contenido mismo
de la disciplina, es decir no se queda en el examen periférico sino va a la médula
misma del problema.

La perspectiva histórica del Derecho familiar demuestra que desde hace mucho tiene
características especiales, que siempre han hecho de él un sector muy particular del
Derecho civil, donde se le ha enclavado tradicionalmente, esto obedece a que, como
han repetido prácticamente todos los autores que abordan la materia, las relaciones
familiares antes que un contenido jurídico, lo tienen ético y natural. Sin embargo hasta
principios de siglo las relaciones de índole familiar eran consideradas más bien de
derecho privado, ya que el Estado vacilaba en trasponer el umbral del hogar e
intervenir francamente en su organización, hoy en día esa inhibición estatal ha sido
superada y es notable y creciente su intervención, que por otra parte, tanto jurídica
como filosóficamente es justificada. Todo ello ha originado un desplazamiento que
empuja al derecho de familia del derecho privado, si no precisamente hacia el derecho
público

Encontramos pues un cambio profundo de espíritu entre el Derecho Familiar


tradicional y el nuevo, donde el Estado se arroga cada vez mayores funciones
antiguamente encomendadas al grupo familiar; el Estado impone o vigila la educación
de los hijos, así como obliga a los padres a proporcionarles alimentos.

Si bien esta razón de índole general bastaría por si sola para justificar la autonomía
institucional del Derecho de Familia, la disección particular de cada una de sus
instituciones llevará a fortalecer estas conclusiones.

De todo lo anterior podemos apreciar que poco a poco las instituciones que integran
el derecho de Familia van cobrando una tendencia y originalidad propia, que se rige
por principios generales pero exclusivos de ellas, que están animadas de un idéntico e
inconfundible espíritu y que giran en torno a un objeto que es el grupo familiar, que
no es de otra disciplina y que tiene en síntesis:
Principios Básicos.
Espíritu común y definido.
Objeto de conocimiento exclusivo.

Siendo esto suficiente para consagrar la autonomía institucional del Derecho de


Familia.

Criterio Procesal

El Derecho de Familia tiene procedimientos particulares, si bien estos procedimientos


se tramitan ante tribunales que no conocen exclusivamente de cuestiones relativas al
grupo familiar, muchas veces sin embargo los procedimientos se asemejan a los de
otro género de negocios, pero esto es inconveniente, de ahí la tendencia doctrinal a
crear ciertos principios en la reglamentación jurídica procesal familiar

Atendiendo a los criterios vertidos con anterioridad no es posible darle una solución
unitaria al problema, pues dentro de cada legislación y realidad nacionales varía la
intensidad con que se dan los factores que sirven para apreciar si el Derecho de
Familia ha alcanzado su autonomía.

Al parecer, en los países socialistas el Derecho de Familia es una rama autónoma del
Derecho.

En nuestro país como en muchos otros el Derecho de Familia se encuentra aún dentro
del Derecho Civil. Tal y como se nos presenta es resultado de la socialización que ha
sufrido, en general la ciencia jurídica. Debido a la naturaleza de las relaciones que
rigen y al impostergable que el Estado tiene comprometido en el desarrollo del cuerpo
familiar, el Derecho de Familiar ha sido uno de los campos más fuertemente
permeado por el fenómeno socializador.

La permanencia del Derecho de Familia dentro del Civil, opera más bien por inercia
que por la meditada intención de que así ocurra.

En ese sentido, en un futuro no muy lejano, el derecho familiar alcanzará su plena


autonomía al dar cumplimiento a todos los factores que este proceso a necesitado,
entonces abandonará el derecho privado para convertirse en una rama del derecho
social.

Por su parte Baqueiro, señala que para que una parte del Derecho pueda adquirir
independencia, se requiere que posea:

Independencia Doctrinal, en cuanto se impartan cursos y existan tratados específicos


sobre la materia.
Independencia Legislativa, en tanto existan ordenamientos especiales, para regularla
(leyes y códigos).

Independencia Judicial, en lo que se refiere a la creación de tribunales propios,


procedimiento especial y jueces dedicados exclusivamente a ella.

En México, actualmente existen tribunales y jueces específicos para atender a los


asuntos familiares, sin embargo, su doctrina y regulación, la enseñanza de éstas y la
legislación correspondiente

aún forman parte del derecho civil.


2.2. Etapa expositiva

La primera etapa del proceso es la postulatoria, también conocida como


fase expositiva, polémica o introductoria de la instancia. Esta primera etapa
tiene por objeto que las partes expongan sus pretensiones ante el juez, así
como los hechos y preceptos jurídicos en que se basan. Esta etapa se
concreta en los escritos de demanda y de contestación de la demanda del
actor y del demandado respectivamente.

Esta etapa se inicia con la presentación de la demanda y concluye con la


celebración de la audiencia previa, de excepciones procesales y de
conciliación, su finalidad reside en fijar la litis, es decir, centrar el objeto del
debate, por lo que con los escritos respectivos se recogerán los puntos de
controversia, sobre los cuales el juez tiene la obligación de resolver en su
totalidad, sin que su contenido pueda variar o modificarse.

En esta etapa el juzgador al recibir el escrito inicial de demanda debe


resolver sobre su admisibilidad, y ordenará que practique el emplazamiento
en contra de la parte demandada en caso de que aquélla se encuentre
ajustada a derecho. Si esta reúne los requisitos del art. 255 y 95 del
CPCDF, y se hizo acompañar de los documentos base de la acción y
justificativos de la personalidad; si el escrito inicial reúne los requisitos
formales el juzgador deberá dictar un auto admisorio.

En caso de que el demandado haga valer la reconvención al contestar la


demanda, deberá correr traslado (significa que los autos quedan en la
secretaria del juzgado para que se impongan de ellos los interesados) al
actor para que conteste ésta.

2.3. Audiencia previa de conciliación

Art. 272-A del CPCDF, una vez contestada la demanda y, en su caso, la


reconvención, el juez señala de inmediato fecha y hora para la celebración
de una audiencia previa y de conciliación, en la que procurara el
advenimiento de las partes, en caso contrario, el juez examinará las
cuestiones relativas a la depuración del juicio, es decir, resolverá lo que
proceda en relación con las excepciones procesales opuestas por las partes.

Esta audiencia previa tendrá dos objetivos principales:

a) Que las partes lleguen a un arreglo a instancia del tribunal ante el que
comparecen en el juicio. Esta fase dentro del juicio será a cargo del
secretario conciliador del juzgado, como lo dispone el art. 60 de la LOTSJDF.
b) Que al no existir conciliación, el juez depure el procedimiento, estudiando
las excepciones procesales que las partes hayan opuesto y que se subsanen
los posibles errores, como los de debido acreditamiento de la personalidad o
en la demanda, o en la contestación de ésta.

Características

1. Oralidad A diferencia de las demás etapas en el proceso, esta audiencia


se lleva a cabo de manera oral, es decir, se prescinde de los escritos de las
partes, pues en primera instancia el secretario conciliador tratará de
proponer mecanismos de solución a las partes, y éstas a su vez tratarán de
llegar a un arreglo.

2. Celebración Se llevará a cabo dentro de los 10 días siguientes a la fecha


en que se haya contestado la demanda y, en su caso, la reconvención.

3. Conciliación Estará a cargo del secretario conciliador adscrito al juzgado,


a fin de evitar que el juez pueda viciar su imparcialidad al ofrecer medidas
alternativas para resolver el conflicto.

Requisitos para que se apruebe un convenio judicial:

a) Que no contravenga el orden público

b) Que se estudie previamente la legitimación procesal de las partes.

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