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objetivo general: familiarizarnos con este tipo de energía y tener en cuenta los

riesgos asociados a este la manera de prevenirlos y su importancia en las


ramas industriales
Introducción
Los trabajadores a lo largo de su jornada laboral se encuentran expuestos a
múltiples riesgos laborales, algunos con carácter ergonómico, otros ligados a la
seguridad o a la carga de trabajo. Pero, también, existen riesgos laborales
ligados al medio ambiente de trabajo, entre ellos, las exposiciones a
radiaciones, clasificado dentro de contaminante físico.
Los contaminantes físicos se atribuyen a formas de energía que pueden
encontrarse en el medio ambiente y ocasionar daños a la salud, por ejemplo, el
ruido, las vibraciones y las radiaciones.
Todos sabemos que es el ruido, una vibración o estar sometido a temperaturas
extremas, sin embargo el concepto de una radiación es más complejo de
entender. Las radiaciones son formas de transmisión de energía, tanto en
forma de ondas como de partículas subatómicas. Aunque no nos damos
cuenta, en nuestro día a día estamos sometidos a pequeñas radiaciones, tanto
naturales como artificiales, sin ir más lejos el campo magnético de la Tierra es
una forma de radiación.
Las radiaciones pueden ser ionizantes, más conocidas como aquellas
radiaciones electromagnéticas con una alta frecuencia y energía. Estas pueden
encontrarse en elementos químicos como el uranio de forma natural y en las
instalaciones de centrales nucleares o en los rayos X de forma artificial. Los
trabajadores que se encuentran expuestos a estas radiaciones artificiales
corren graves riesgos para la salud, dado que la sustancia radiactiva
permanece en el organismo tras su exposición, ocasionando vómitos,
alteraciones celulares irreversibles o malformaciones en la descendencia,
incluso a largo plazo cáncer.
Por otro lado, existen las radiaciones no ionizantes, que tienen una baja
energía y no provocan daños para salud semejantes a los anteriores. Estas
radiaciones son mucho más comunes y las encontramos en nuestro hogar al
usar el microondas o el móvil. Además, se localizan, entre otros, en puestos de
trabajos relacionados con hornos industriales o fundiciones.
Al hablar de sobreexposición a las radiaciones se hace referencia a las ondas
electromagnéticas de gran intensidad que pueden penetrar en la materia
orgánica y causar daños a nivel celular.
La radiación electromagnética es la forma de energía con mayor presencia en
el universo; en nuestro planeta se encuentra de manera natural y de manera
antrópica, en muchas aplicaciones tecnológicas, de modo que su uso se ha
venido generalizando y diversificando a prácticamente todas las actividades del
hombre: comunicaciones, aplicaciones médicas, hogar e industria en general.
La falta de familiaridad técnica con este tipo de energía hace que los factores
de riesgo asociados a su uso no sean siempre tenidos en cuenta con la debida
importancia. De sus consecuencias, se sabe con mayor precisión y objetividad
sobre aquellas correspondientes a las radiaciones ionizantes por la mayor
gravedad de sus efectos, que tiene que ver con la aparición de cáncer. Las
radiaciones no ionizantes han sido materia de muchas especulaciones que han
creado temores infundados y, en el peor de los casos, han llevado a aplicar
medidas de control sin el menor respaldo científico. No obstante, la
investigación sobre sus efectos ha sido permanente y se tienen fundamentos
bien estructurados que, sin ser aún definitivos, sí permiten su utilización dentro
de un grado razonable de seguridad. Cabe agregar que la organización
mundial de la salud (OMS), sugiere aplicar el principio de la precaución ante la
duda de las exposiciones a radiación no ionizante. El encargado de supervisar
los temas seguridad e higiene industrial debe identificar las radiaciones
estableciendo con claridad las diferencias entre las ionizantes y las no
ionizantes y el modo de valorar el riesgo para proceder a establecer las
medidas de control según el caso.
marco teórico
3. Efectos de las radiaciones sobre el organismo:
Efectos de las radiaciones ionizantes:
La radiación ionizante es un tipo de energía liberada por los átomos en forma
de ondas electromagnéticas (rayos gamma o rayos X) o partículas (partículas
alfa y beta o neutrones). La desintegración espontánea de los átomos se
denomina radiactividad, y la energía excedente emitida es una forma de
radiación ionizante.
Las causas de las radiaciones ionizantes son debidas fundamentalmente al
ejercicio de profesiones que requieren el uso de equipo de rayos X, o que
manejen radiaciones Alfa, Beta o Gamma.
TABLA . Efectos de las radiaciones ionizantes en la salud.
CANCTIDAD POR EFECTOS CONCECUENCIAS
RADIACION
40 Gy* Produce un deterioro En este caso el individuo
severo en el sistema muere
vascular humano, que aproximadamente en las
desemboca en un siguientes
edema (acumulación de 48 horas a la exposición.
flujos) cerebral.
10y 40 Gy Los trastornos El individuo muere hacia
vasculares son menos los diez
serios, pero se produce días siguientes a
la perdida de fluidos y consecuencia
electrolitos que pasan a del desequilibrio
los espacios osmótica, del
intercelulares y al tracto deterioro de la medula
gastrointestinal. ósea y de la
infección terminal.
Entre 1.5 y 10 Gy Se destruye la medula La persona puede morir
ósea provocando cuatro
infección y hemorragia. o cinco semanas
después de la
exposición.
De 3 a 3,25 Gy Perdida de la medula
ósea.
FUENTE:libro seguridad e higiene
Los efectos de los Rayos X se manifiestan en múltiples síntomas de acuerdo
con la intensidad, el tiempo de exposición, la edad y las características
individuales, en manifestaciones como:
o Afecciones de la piel.
o Alteraciones del sistema hematopoyético.
o Cáncer.

Efectos de las radiaciones no ionizantes


Puede decirse que absolutamente en todas las actividades laborales, familiares
y sociales las personas están expuestas a ellas, pues constantemente se
reciben radiaciones solares, lumínicas, por equipos generadores de energía
calórica, por aparatos de telecomunicaciones y radio, equipos de cómputo,
televisores y muchas otras; sin embargo, para que exista un verdadero riesgo
se requiere que su intensidad y tiempo de exposición las hagan
presumiblemente nocivas. Sus efectos están determinados por la clase de
radiación, así:
Ultravioleta: la exposición a este tipo de radiaciones se manifiesta
principalmente en los ojos y en la piel, produciendo en los ojos conjuntivitis
(fotoqueratoconjuntivitis); y en la piel quemaduras de intensidad acorde al
tiempo de exposición y se considera como un factor determinante en la
aparición del cáncer de la piel.
Radiación UV C (100 nm a 290 nm): estos rayos son los más peligrosos y sus
efectos biológicos van desde la acción germicida, que se utiliza en laboratorio,
hasta la alteración de proteínas, ácidos nucleicos y otros materiales biológicos
complejos, a los que se les ha atribuido el cáncer. Los provenientes del sol y
del espacio, son filtrados por las diferentes capas atmosféricas, un aumento
mínimo en la proporción de estos rayos en la superficie del planeta bastaría
para incrementar el número de casos de cáncer de piel, alteraciones del
sistema inmunológico, cataratas en los ojos y daños graves en otras áreas
productivas como la ganadería y la agricultura. Esta radiación no se encuentra
normalmente en la superficie de la tierra, solamente se encuentra en fuentes
artificiales como lámparas ultravioletas germicidas o en el arco de soldadura
eléctrica.
Radiación UV B (290 nm a 320 nm): los rayos UV B son causantes de
quemaduras de piel con eritema doloroso y ampollas. Si una persona se
expone durante mucho tiempo a estos rayos, tendrá mayores posibilidades de
adquirir cáncer de piel. En los ojos estos rayos UV B favorecen la opacidad del
cristalino dando origen a las cataratas, pterigios y carnosidades.
Radiación UV A (320 nm a 400 nm): producen la estimulación de la producción
de melanina en la piel, favoreciendo el bronceado de la piel y las reacciones de
fotosensibilidad.
Esta radiación también es emitida por las llamadas “luces negras” o UVA,
usadas en los salones de bronceado. Recientemente la Organización Mundial
de la Salud (OMS), ha desaconsejado el uso de dichas cámaras por asociarlos
al cáncer de piel.
Infrarroja: es la frecuencia en que más eficientemente se transfiere el calor por
radiación.
Los efectos físicos de los rayos infrarrojos incluyen la absorción por resonancia
y por su gran longitud de onda, mayor penetración, mientras que los efectos
biológicos incluyen la dilatación de los vasos sanguíneos y refuerzan el
metabolismo. En casos de sobre exposición pueden ocasionar afecciones
oculares tales como cataratas y eventualmente ceguera y quemaduras
cutáneas.
Microondas (MO) y radiofrecuencia (RF): Se dividen sus efectos en térmicos y
no térmicos.
Por ser generadoras de calor, los órganos más afectados son aquellos que
tienen menos irrigación sanguínea, es decir, los menos vascularizados, ya que
tienen dificultades para liberar el calor por falta de irrigación, como el caso de
los ojos y los testículos. En los ojos favorece la formación de cataratas,
opacidades del cristalino y otras similares; en los testículos el aumento de
temperatura produce la muerte de los espermatozoides sin que se haya
registrado compromiso en la espermatogénesis, los efectos desaparecen
cuando cesa la exposición.
A las MO y RF se les han atribuido algunas alteraciones, por sus efectos
térmicos, sobre el sistema nervioso y el comportamiento, el sistema
cardiovascular, efectos oculares, neuroendrocrinos, hematopoyéticos, sobre la
audición, genéricos y sobre la reproducción. Como efectos No térmicos se han
citado interferencias con membranas biológicas y con fenómenos bioeléctricos
y existen indicios no confirmados sobre alteraciones en la transmisión de la
información genética.
Debido a que el organismo humano tiene un funcionamiento electromagnético
se han atribuido alteraciones de las ondas cerebrales, se han reportado efectos
fisiológicos negativos, tales como pérdida de memoria, dificultad en la
capacidad de concentración, supresión del umbral emocional; enlentecimiento
de los procesos intelectuales, ansiedad y episodios de sueño interrumpido,
irritabilidad en un porcentaje estadísticamente mayor de individuos expuestos
de manera continuada a los efectos de campos de emisión de aparatos de
microondas, tanto si se trata de aparatos para cocinar o de estaciones de
transmisión.
Todos estos efectos son de difícil medición y tampoco son atribuibles a esta
única causa.
Láser (Amplificación de Luz por Emisión Estimulada de Radiación por sus
siglas en inglés Light Amplification by Stimulated Emission of Radiation): la
amplia variedad de láseres existentes, en cuanto a potencia, duración de la
emisión y longitud de onda, no permite hablar de un grupo homogéneo de
riesgo. De acuerdo con la norma UNE-EN60825-1/A2-2002, La clasificación de
productos láser, los efectos están determinados por su clase, así:
o Clase 1: Productos Láser que son seguros en todas las condiciones de
utilización razonablemente previsibles, incluyendo el uso de
instrumentos ópticos en visión directa.
o Clase 1M: Láseres que emitiendo en el intervalo de longitudes de onda
(λ) entre 302.5 y 4000 nm son seguros en condiciones de utilización
razonablemente previsibles, pero que pueden ser peligrosos si se
emplean instrumentos ópticos para visión directa.
o Clase 2: Láseres que emiten radiación visible en el intervalo de
longitudes de onda comprendido entre 400 y 700 nm.
o Clase 2M: Láseres que emiten radiación visible (400 a 700 nm). La
protección ocular se consigue normalmente por las respuestas de
aversión, incluido el reflejo palpebral, pero la visión del haz puede ser
peligrosa si se usan instrumentos ópticos.
o Clase 3R: Láseres que emiten entre 302.5 y 106 nm, cuya visión directa
del haz es potencialmente peligrosa pero su riesgo es menor que para
los láseres de clase 3B. Necesitan menos requisitos de fabricación y
medidas de control del usuario.
o Clase 4: Láseres que pueden producir reflexiones difusas peligrosas.
Pueden causar daños sobre la piel y pueden constituir un peligro de
incendio. Su utilización precisa extrema precaución. Incluye láseres
capaces de provocar lesiones cuando se les mira directamente. Debe
colocarse rótulo de advertencia.
Frecuencia extremadamente baja ELF: los campos de frecuencia
extremadamente baja ELF (por sus siglas en inglés: Extreme Low Frequency),
son los de frecuencias inferiores a 300 Hz. A este nivel de frecuencia tan bajo
las radiaciones que se propagan en el aire a la velocidad de la luz (300 *106
m/s) y tienen longitudes de onda muy largas (6000 km a 50 Hz, y 5000 km a 60
Hz); en ellos, los campos eléctricos y magnéticos actúan independientemente y
se deben medir por separado. El campo eléctrico depende de la diferencia de
potencial o tensión y el campo magnético depende de la corriente.
FIGURA. Espectro electromagnético

FUENTE: Rincón educativo

conclusiones
o la radiación es un contaminante físico presente en nuestro diario vivir
aunque en pequeñas cantidades
o conocer este tipo de energía nos ayuda también a prevenirla
o industrialmente equipos que emiten radiación ionizante son hasta la
fecha necesarios en muchos campos de la industria
o es muy importante contar con excelentes medidas de radio protección
para el personal que trabaja con estos equipos

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