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INTRODUCCION

La inteligencia emocional es la capacidad para identificar, guiar, desarrollar y


canalizar estas emociones para que nos ayuden a conseguir nuestros objetivos
y propósitos. Es evidente el por qué del desarrollo de la inteligencia
emocional para nuestra vida personal, pero también, y en gran medida, para
nuestra vida profesional.
Realiza una síntesis donde expliques como entiendes afecta la
inteligencia emocional a las operaciones de una empresa

Tener inteligencia emocional también significa percibir de forma adecuada


cómo funciona el mundo y actuar de manera apropiada y responsable.
Aristóteles describe esta capacidad como la habilidad de “enfadarse con la
persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el
propósito justo y del modo correcto”.

El papel de la inteligencia emocional dentro de las empresas se puede


encontrar principalmente en el liderazgo, donde es indispensable una
interacción social eficiente para lograr el máximo desempeño de un equipo.

Un líder con inteligencia emocional reducida carecerá de la habilidad para


gestionar, motivar y dirigir a los miembros de su equipo de trabajo. No podrá
verlos como seres humanos que funcionan con base en emociones, sino como
piezas en un tablero de ajedrez que funcionan siempre de la misma manera;
ante frustraciones o malos resultados para su equipo, probablemente su
respuesta será el enojo y la ira en contra de los empleados.

Pero, la inteligencia emocional no se trata solo de nosotros, sino también de


nuestra relación con los demás. Esto implica desarrollar un alto nivel de
empatía y una adecuada gestión de nuestras relaciones interpersonales, un
factor que es vital dentro de una empresa. Un verdadero profesional necesita
desarrollar habilidades para gestionar sus emociones y aportar al equilibrio de
su ambiente de trabajo.

Las emociones generan  sentimientos que surgen como reacción a un hecho


externo o interno y sirven como mecanismo comunicativo afectando al
pensamiento y a las acciones de la persona.

Entre las emociones  más frecuentes en el trabajo, podemos encontrar: la


satisfacción, el entusiasmo, la confianza, la alegría, el pesimismo, el enojo, la
desesperación, el orgullo, el miedo, la decepción, la ansiedad, la preocupación,
la frustración, la incertidumbre, la culpa, la tristeza y muchas otras.  
Las emociones en sí, no son ni positivas ni negativas, depende del significado
que se les adjudique. Los eventos tampoco tienen un significado emocional, es
nuestra interpretación de ellos la que distorsiona frecuentemente la realidad.
Manejar las emociones significa algo muy diferente a extinguirlas, implica
entenderlas, regularlas y canalizarlas dirigiendo las situaciones a nuestro
beneficio y el de la organización.

Es sumamente importante un manejo adecuado de las  emociones ya que de lo


contrario puede obstruirse  la comunicación, se producen conflictos, se
deterioran las relaciones interpersonales, lo que afecta al desempeño y baja el
nivel de productividad en la organización.

 ES importante conscientizar a las empresas sobre el impacto favorable que


podría tener desarrollar este tipo de inteligencia en su gente.

La forma de cómo los individuos se sienten tiene una influencia muy importante
en su comportamiento laboral.  Contrariamente a lo que se piensa, los
sentimientos son un factor preponderante en el mundo del trabajo; todos
tenemos sentimientos y es  una necesidad relacionarse, especialmente cuando
consideramos la cantidad de tiempo que invertimos  en el medio laboral.

Cuando los sentimientos son ignorados o minimizados, es natural que nos


invada la soledad, la frustración, la desesperación, nos sentimos
desconectados, incomprendidos, enojados.    

Las organizaciones son el lugar perfecto para promover el aprendizaje de las


competencias de la Inteligencia Emocional. El trabajo cumple un rol central en
la vida de las personas,  por consiguiente nuestra identidad, autoestima y
actitudes están afectadas por las experiencias laborales, ya sea positiva o
negativamente.

La inteligencia emocional puede predecir el éxito en la vida ya que influye en


cómo las personas interactúan con sus clientes, compañeros e incluso con sus
jefes o empleados. La IE también desempeña un gran papel en la forma en que
los trabajadores manejan el estrés y el conflicto, así como también en el
desempeño general en el trabajo.
CONCLUSION

La inteligencia emocional en el trabajo interviene en la buena toma de


decisiones, en la calidad de las relaciones interpersonales y el apropiado
control de inquietudes como frustración, apatía y estrés, entre otras.

Para todo trabajador es importante contar con las herramientas necesarias


para controlar sus emociones y ser productivo sin importar las complejidades o
retos que se presenten en el trabajo. Sin embargo, de manera particular la
inteligencia emocional es necesaria para directivos o personas que tengan bajo
su responsabilidad el desempeño de un grupo de personas. 
OPINION PERSONAL

La actualidad laboral exige entender a las personas, motivarlas y hacerlas


trabajar en un propósito en común. Es por ello que el desarrollo de inteligencia
emocional es indispensable para ejecutivos y gerentes de alto nivel.

Si no se toman en cuenta las emociones como factor decisivo en las acciones y


trabajo de las personas, difícilmente se logrará que los integrantes de un
equipo lleguen a las metas trazadas por la organización.

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