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El cardenismo (1934-1940):
Se sientan las bases del desarrollo capitalista, surge de un proyecto del Partido Nacional
Revolucionario ( PNR), que elabora un Plan Sexenal sin reelección que van integrando la
sucesión presidencial en México. El Plan Sexenal tiene un sentido popular y democrático,
buscaba reformar al Estado en cuatro puntos principales: El agrario, el obrero, el industrial
y el educativo. Buscaba no sólo el crecimiento de la economía sino la distribución de la
producción y del ingreso entre todos los miembros de la sociedad mexicana, pretendía un
desarrollo económico.
Desarrollo compartido.
Luis Echeverría Álvarez presidente de México (1970-1976) hace fuertes críticas al modelo
de desarrollo estabilizador y plantea un desarrollo compartido, los objetivos de este plan
se parecían a los que había perseguido el gobierno de Lázaro Cárdenas; satisfacer las
demandas mínimas de los trabajadores sin afectar los intereses financieros de las
empresas. Dejaron de recibir los apoyos empresarios, lo que paralizo la industria y por
consecuencia, la oferta de trabajo disminuyó. Con el propósito de estimular la demanda
de productos, el gobierno realizó grandes inversiones de infraestructura, adquiere
empresas en quiebra y otorga aumentos salariales, recurriendo a deudas externas y a la
emisión de la moneda. El mal desarrollo del sector agropecuario y la creciente población
favorecieron que México comenzara a importar alimentos. Una elevación de los precios
del petróleo obligó a elevar los combustibles de consumo nacional, lo que llevó a un gran
periodo inflacionario, que desembocó en una crisis económica.
El modelo neoliberal.
Este modelo, detectado desde 1982 hasta la presidencia de Felipe Calderón, pretende la
reducción del gasto público, el combate a la inflación, la estabilidad financiera y el
fortalecimiento del ahorro interno. Los empresarios nacionales están encargados de
reactivar y llevar a cabo el nuevo impulso económico del país. Esta reorientación
consolidó la posición del gobierno para una apertura comercial radical y el establecimiento
del tratado de integración económica con Estados Unidos y Canadá.
Se da una época de gobiernos de cambio de política económica Algunos les llaman
tecnócratas o neoliberales, siendo su principal característica el impulso de la economía
libre mercado. Esto empieza con la disminución de aranceles a la exportación y el inicio
de nacionalizaciones/privatizadas, cobra impulso cuando ingreso de México al GATT en
enero de 1986, con Miguel de la Madrid y alcanza su apogeo con la firma del TLCAN bajo
el gobierno de Carlos Salinas, empieza a perder popularidad el nuevo modelo económico
después de la gran devaluación del peso mexicano frente al dólar en los primeros días del
gobierno de Zedillo.
Felipe Calderón
El 1 de diciembre de 2006, Vicente Fox le entregó la presidencia de la república al Lic.
Felipe Calderón Hinojosa en medio de una crisis política debido al resultado tan cerrado
en las Elecciones generales de México (2006) el 2 de julio.
Desde su llegada (fraudulenta) a la Presidencia de la República, Felipe Calderón decidió
emprender una “guerra” contra el narcotráfico para solucionar su déficit de legitimidad.
Pero lo hizo sin planeación, sin atajar las causas profundas del problema. No cabe duda,
el tráfico de sustancias ilegales es un asunto multinacional, pero no solamente eso: es
una cuestión económica, de pobreza en el país, de falta de oportunidades. Más de 400 mil
personas en México están relacionadas con el narcotráfico. Si en el país no existen las
condiciones para que miles de mexicanos puedan sobrevivir, las opciones son claras:
migrar a los Estados Unidos o integrarse de una u otra forma al negocio del narcotráfico.
Si no se soluciona esto, el problema continuará profundizándose. La manera como
Calderón afrontó al narco fue la más desatinada posible: con una supuesta “guerra”, una
guerra donde uno de los bandos estaba infiltrado por el otro. El fracaso, pues, era muy
anunciado, inexorable.
La caída de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) , de 3.91 por ciento, que estuvo en línea
con los descensos de los mercados internacionales, fue una sobre reacción de los
inversionistas a los anuncios de la Reserva Federal (FED, por sus siglas en inglés) ,
aseguró Luis Téllez.
El presidente de la BMV resaltó que este descenso del mercado mexicano (que fue la
mayor caída desde septiembre de 2011) no refleja la condición de la economía mexicana,
sino el nerviosismo por el escenario global.
"Los mercados ante la posible reducción y posible eliminación en 2014 del programa de
estímulos de largo plazo de la Reserva Federal, reaccionaron de forma muy violenta,
francamente no acabo de encontrar la racionalidad a esto. Creo que efectivamente hubo
una sobre reacción de los mercados y no tiene absolutamente nada que ver con los
fundamentales de la economía mexicana que siguen siendo muy sólidos”, expresó.
Durante la ceremonia por el 10 Aniversario del Mercado Global, explicó que este fue un
día complejo para los mercados en general, no solo para la BMV, pues el Dow Jones de
Estados Unidos cayó 2.34 por ciento, el Standard & Poors 500 2.50 por ciento; la bolsa de
Toronto 2.40; la alemana 3.27 por ciento; el Euronex 3.6 por ciento, entre otros.
En ese sentido, el directivo confío en que una vez que los participantes del mercado
hagan un análisis adecuado, habrá una estabilización de las variables financieras y una
recuperación de los mercados.
"Los mercados desgraciadamente no son tan racionales como a veces nos gustaría
pensar que lo son, y en muchas ocasiones predominan los espíritus animales más allá de
la racionalidad”, puntualizó.
Asimismo, hay un mayor inicio de casas en ese país, entre otros indicadores positivos, por
lo que comentó que si se mantenía esta dinámica, hacia finales de este año comenzaría a
reducirse el estímulo monetario.
"Lo interesante es que las noticias que dio el presidente de la FED son muy positivas,
precisamente lo que busca la política económica es que se reestablezca el crecimiento, el
empleo, el consumo", a lo que se suma que el déficit fiscal va a caer de 7.0 por ciento del
año pasado a 4.0 por ciento este año, resaltó.
Por ello, insistió en que una vez que se analicen todas estas variables, la calma regresará
a los mercados y la BMV se recuperará.
TEORÍA DE KEYNESIANA
Hacia principios de los años 30 del siglo pasado el mundo entraba en una crisis muy
profunda, los niveles de desempleo y marginación se extendieron por la debacle conocida
como la “Gran Depresión” que, iniciada en Estados Unidos, se dilató a todo el mundo
capitalista. Por aquel entonces reinaba en el mundo académico económico las teorías de
los denominados clásicos, expresión que Karl Marx usó para envolver las ideas de
economistas como Adam Smith y David Ricardo; a los que Keynes sumará los nombres
de John S. Mill, Francis Edgeworth, Alfred Marshall y Arthur Pigou.
Los pensadores clásicos suponían pleno empleo para todos los factores de la producción,
si bien hay momentos de la vida económica en que esto no sucede así, afirmaban que
hay una clara tendencia a su cumplimiento. Si la economía demora en llegar a su
equilibrio, esto sucede por la existencia de intervenciones por parte del gobierno o de
poderes monopólicos que impiden el correcto funcionamiento de la competencia. Sólo
admitían la existencia de paro voluntario, es decir, los individuos que deciden por propia
voluntad no ofrecer sus servicios en el mercado laboral al salario vigente; y paro friccional,
que incluye los individuos que cambian de trabajo y al hacerlo transcurre un tiempo desde
el cese de la última ocupación hasta el comienzo de la nueva.
Entonces la teoría clásica intentaba explicar cómo asignar los recursos productivos, el
desempleo no era un problema a resolver y como los mercados son autorregulables, los
niveles de desempleo pronto serían reducidos por las mismas fuerzas que operan en el
mercado, evitando así un gran desempleo. Estos economistas pronto caen en descrédito
puesto que se hace casi imposible sostener dichas teorías ante la abrumadora realidad de
la crisis de 1929.
Es en este contexto donde aparece en la escena de la teoría keynesiana. Keynes fue un
economista inglés que impuso una nueva forma de pensar la economía capitalista
instaurando un marco teórico que traería aparejadas renovadas políticas. Realmente
nació un paradigma diferente que dominó la escena político-económica desde el fin de la
Segunda Guerra Mundial y hasta principios de los 70, período que algunos llaman “la
edad de oro del capitalismo”, pues la economía global experimentó un crecimiento sin
precedentes en la historia.
Por otro lado, no sólo el desempleo, también la inflación depende del volumen de
demanda efectiva; cuando la demanda es deficiente se produce el desempleo y cuando la
demanda es excesiva se produce la inflación. Keynes acepta la conclusión tradicional de
que los aumentos de la cantidad de dinero llevarán a aumentos en el nivel de precios,
pero difiere en el proceso causal. El impacto inicial del aumento en la cantidad de dinero
disminuye los tipos de interés, lo que aumenta la demanda efectiva por inversión,
asociada a un aumento de la renta, del empleo y de la
producción. Es a causa del incremento en el costo de la mano de obra que los precios
también comienzan a subir.
Como los mercados no son autorregulables, se hace necesaria la aplicación por parte de
las autoridades económicas de políticas fiscales y/o monetarias para contrarrestar el ciclo,
esto es medidas expansivas en el presupuesto público y en la oferta monetaria durante
los períodos de estancamiento del producto. Pues si existe desempleo, esto es por una
demanda efectiva deficiente, ésta a su vez se da por un nivel bajo de inversión; ante ello
caben dos acciones por parte del gobierno: una es la política fiscal a través de la
expansión en inversión pública que suplante a la privada y otra es la política monetaria a
través de la variación en la cantidad de dinero que modifique la tasa de interés3 y haga
atractivas nuevas inversiones por parte de los privados.
Hacia principios de la década del 70 el mundo experimentó una nueva crisis conocida
como estanflación, es decir estancamiento del producto conjuntamente con inflación de
precios, que puso en tela de juicio e hizo caer en descreimiento al paradigma de la teoría
keynesiana. Las ideas de política del gran economista del 30 resultaban en un embrollo
frente al gran problema económico mundial, llegando muchos a culpar de tal crisis a las
políticas inspiradas en las propuestas formuladas por Keynes.
Esto dio lugar, por un lado, al surgimiento a nuevas teorías que atacaban los postulados
keynesianos y, por otro, a principios de los años 80 una nueva generación de
economistas hiciera una revisión de las ideas keynesianas originarias, sobre todo en el
Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y en la universidad de Harvard, los que
pasaron a denominarse neo-keynesianos.
Entre sus ideas podemos destacar: Las explicaciones de fondo de las causas por las
cuales ocurre la rigidez de precios introduciendo la competencia imperfecta en los
mercados, por una parte. Y por otra la enumeración de más factores que originan el ciclo
económico como la existencia de fallos de mercado, fricciones nominales en la demanda
o rigideces reales en los precios, además de reconocer que las oscilaciones en la oferta
monetaria provocan fluctuaciones y generan ciclos, de forma que el dinero no es neutral.