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MODELO DE CRECIMIENTO ECONÓMICO

El cardenismo (1934-1940):
Se sientan las bases del desarrollo capitalista, surge de un proyecto del Partido Nacional
Revolucionario ( PNR), que elabora un Plan Sexenal sin reelección que van integrando la
sucesión presidencial en México. El Plan Sexenal tiene un sentido popular y democrático,
buscaba reformar al Estado en cuatro puntos principales: El agrario, el obrero, el industrial
y el educativo. Buscaba no sólo el crecimiento de la economía sino la distribución de la
producción y del ingreso entre todos los miembros de la sociedad mexicana, pretendía un
desarrollo económico.

El Modelo de sustitución de importaciones.


1940 punto de partida del éste modelo, debido a los efectos de la segunda guerra
mundial, la demanda de los bienes mexicanos se elevó y trajo consigo una elevada tasa
de empleo. Algunas empresas incrementaron los turnos de trabajo para satisfacer las
demandas Internas que no podían ser satisfechas, porque los países europeos padecían
los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Otro factor que propició este modelo, fue la
política del presidente Ávila Camacho (1940-1946) porque prometió indemnizar a los ex
dueños de la industria petrolera mexicana, reconocer la deuda de los bonos vencidos y se
estimuló la inversión extranjera en los ramos de la manufactura y el comercio. También el
presidente Miguel Alemán (1946-1952) impulsó más este modelo. Controló fuertemente la
importación de bienes de consumo, pero fue flexible con los bienes de capital. México vio
llegar maquinaria y equipo extranjero adquiridos con las ganancias logradas durante los
años de guerra. Los empresarios mexicanos de ese tiempo, fueron también causa del
fortalecimiento de este modelo. Negociaron las paces con el Gobierno, aceptaron la
necesidad de una reforma económica y social, y pensaron en una expansión de los
mercados nacionales y extranjeros. Los beneficios se extendieron a toda la población, se
le conoce como la época del "milagro mexicano".

Modelo de desarrollo Estabilizador:


Modelo específico de México derivado de la intención del gobierno de intervenir en la
economía para controlar la industria se genera en los sexenio de Adolfo Ruíz Cortines
(1952-1958), Adolfo López Mateos (1958-1964) y Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970). El
modelo evita los factores desestabilizadores de origen externo o interno, como
devaluaciones, inflaciones, etc., para fomentar la industria en un desarrollo no
accidentado y sin conflicto que sea permanente, estable y estabilizador del orden social.
Es una continuación de políticas económicas industrialistas en nuestro país de 1952 a
1970 y las medidas son:
1. El crecimiento industrial se financió por las exportaciones agrícolas, mineras y el
turismo
2. A nivel interno, los productos agrícolas, mantuvieron el precio bajo al igual que la mano
de obra y facilito la capitalización de la industria.
3. Barreras para proteger el crecimiento de la industria nacional y no competir con la
internacional, se garantizó un mercado cautivo y apoyo en asuntos fiscales de crédito y de
infraestructura básica, el estado tuvo que ser empresario en comunicaciones y energía
con la economía mixta de empresas de capital público y privado.
La política de sustitución de importaciones fortaleció la industria pero trajo consigo una
serie de desequilibrios que obligaron a crear una política diferente, para seguir su
crecimiento se requería de tecnología pero los países extranjeros no colaboraban sino se
les dejaba invertir, además las medidas antes tomadas para impulsar el sector industrial
generaron alzas de precios y terminaron por encarecer la vida, para detener el aumento
constante de precios y saltar el obstáculo de la transferencia tecnológica que ponía al
desarrollo industrial, el desarrollo estabilizador limitaba los gastos del gobierno, frenaba
los aumentos salariales y abría las puertas a la inversión extranjera. El plan alcanzó sus
propósitos que algunos autores denominan como el milagro económico mexicano (1952-
1970). Los beneficios recayeron en los grandes industriales y en menor medida en la
población, quienes mantenían bajos ingresos y se hacían cada vez más pobres.

Desarrollo compartido.
Luis Echeverría Álvarez presidente de México (1970-1976) hace fuertes críticas al modelo
de desarrollo estabilizador y plantea un desarrollo compartido, los objetivos de este plan
se parecían a los que había perseguido el gobierno de Lázaro Cárdenas; satisfacer las
demandas mínimas de los trabajadores sin afectar los intereses financieros de las
empresas. Dejaron de recibir los apoyos empresarios, lo que paralizo la industria y por
consecuencia, la oferta de trabajo disminuyó. Con el propósito de estimular la demanda
de productos, el gobierno realizó grandes inversiones de infraestructura, adquiere
empresas en quiebra y otorga aumentos salariales, recurriendo a deudas externas y a la
emisión de la moneda. El mal desarrollo del sector agropecuario y la creciente población
favorecieron que México comenzara a importar alimentos. Una elevación de los precios
del petróleo obligó a elevar los combustibles de consumo nacional, lo que llevó a un gran
periodo inflacionario, que desembocó en una crisis económica.

Modelo del crecimiento económico acelerado (1976-1982).


Con Echeverría, el Estado se había convertido en un auténtico seguro del fracaso de los
negocios privados, ya que para evitar cierre de empresas las asumía el gobierno. Con el
tiempo, acumuló un gran número de empresas quebradas e ineficientes, que contribuían
al crecimiento del déficit público. Ante la resistencia y presión empresariales, encontró que
la única salida era el endeudamiento público externo, ruta que después magnificó López
Portillo. Sin embargo, nunca mejoró la distribución del ingreso; más bien empeoró.
Finalmente, la inflación y la inestabilidad de la balanza de pagos provocaron la primera
devaluación en 22 años, situación en la cual asumió la presidencia López Portillo.
Ya como presidente, su primera tarea era atender y controlar la crisis que se había
desatado por la devaluación y los desequilibrios tanto de la balanza de pagos y el
presupuesto público. Se llegó a un acuerdo con el FMI para instrumentar un programa de
estabilización. Propuso dividir su sexenio en dos años de recuperación, dos de
consolidación y dos de crecimiento más acelerado. Sin embargo, se encontró con
reservas crecientes de petróleo justo cuando escaseaba en el mundo. Por lo mismo, en
vez de resolver los desequilibrios existentes, se apostó a un precio elevado permanente
en el
petróleo.
El aumento exagerado del precio del petróleo llevó a una acumulación descomunal de
dólares por parte de los países árabes, que a su vez se depositaban en los bancos
norteamericanos. Este exceso de liquidez los llevó a incrementar sus préstamos también
en forma acelerada. Ante las promesas de abundancia en México, el gobierno cayó
víctima de un sobreendeudamiento que en pocos lugares se había visto. López Portillo
jugó con el bienestar mexicano un albur de que el precio del petróleo permanecería por
encima de 40 dólares por muchos años.

El modelo neoliberal.
Este modelo, detectado desde 1982 hasta la presidencia de Felipe Calderón, pretende la
reducción del gasto público, el combate a la inflación, la estabilidad financiera y el
fortalecimiento del ahorro interno. Los empresarios nacionales están encargados de
reactivar y llevar a cabo el nuevo impulso económico del país. Esta reorientación
consolidó la posición del gobierno para una apertura comercial radical y el establecimiento
del tratado de integración económica con Estados Unidos y Canadá.
Se da una época de gobiernos de cambio de política económica Algunos les llaman
tecnócratas o neoliberales, siendo su principal característica el impulso de la economía
libre mercado. Esto empieza con la disminución de aranceles a la exportación y el inicio
de nacionalizaciones/privatizadas, cobra impulso cuando ingreso de México al GATT en
enero de 1986, con Miguel de la Madrid y alcanza su apogeo con la firma del TLCAN bajo
el gobierno de Carlos Salinas, empieza a perder popularidad el nuevo modelo económico
después de la gran devaluación del peso mexicano frente al dólar en los primeros días del
gobierno de Zedillo.

Sexenio de Miguel de la Madrid (1982-1988)


De la Madrid llegó al poder en una de las épocas más difíciles del país, mucho debido a
su antecesor José López Portillo, quien nacionalizó la banca tres meses antes de salir del
poder. Como resultado, la inflación subió a un promedio de casi 100% cada año, el
desempleo creció a 15% entre 1983 y 1985 y hubo caídas drásticas en producción, sobre
todo en industrias gubernamentales, ya para ahí entonces anticuadas. Para resolver tales
problemas, emprendió la Renovación Moral de la sociedad, elaboró un Plan Global de
Desarrollo, estableció a nivel constitucional un sistema de planificación democrática y más
importante, inició con la apertura económica, la desregulación y descentralización así
como la privatización de empresas estatales, algo que seguiría bajo su sucesor; como
resultado, el número de paraestatales bajaron de 1155 en 1982 a 412 en 1988; el sistema
bancario se volvió a descentralizarse también durante ésta época de una forma
extraoficial. Ante la severa crisis económica (donde se alcanzó el 3,100 por ciento de
devaluación del peso), se establecieron los Pactos de Crecimiento Económico con los
diversos sectores sociales, mediante los cuales el gobierno subsidiaba parte de los
precios de los productos básicos y los productores/distribuidores se comprometían a no
aumentarlos.
Sexenio de Carlos Salinas
El sexenio de Carlos Salinas se caracterizó por un fuerte crecimiento económico y la
privatización de numerosas empresas paraestatales, cuya desincorporación se realizó en
condiciones de poca transparencia.
Destaca entre estos eventos la privatización bancaria, que al llevarse a cabo sin contar
con un marco regulatorio adecuado y dada la poca experiencia bancaria de sus
beneficiarios, desembocó en la crisis bancaria de 1995, cuya consecuencia fue la quiebra
de varios bancos y su posterior rescate bajo el polémico esquema del Fobaproa. De igual
modo, la privatización de Telmex se llevó a cabo sin prever la entrada de otros actores al
mercado, de modo que México acabó teniendo un monopolio privado que proporciona uno
de los servicios en telecomunicaciones más onerosos del mundo, junto con uno de los
hombres más ricos del orbe: Carlos Slim Helú.
Su principal acto en materia comercial fue la firma del Tratado de Libre Comercio de
América del Norte con los Estados Unidos y Canadá. El mismo día que dio inicio el
tratado ocurrió el levantamiento zapatista. Que era como una protesta a la maniobra que
estaba realizando salinas, que estaba dejando rezagado a una gran parte de la población
mexicana, es decir, salinas anunciaba que México estaba a punto de entrar a las filas de
los países de primer mundo, cuando irónicamente en algunas partes de territorio
(Chiapas), se vivía en condiciones precarias de vida. Entonces en movimiento zapatista
es una manifestación hacia la falacia que propugnaba salinas de Gortari, con su fanática
idea de que México pasaría a ser un país de primer mundo, después de firmar el TLC.
La columna vertebral de la política social de Salinas fue el llamado Programa Nacional de
Solidaridad, un esquema de financiación de obras públicas en zonas marginadas que
buscaba la participación comunitaria como eje. Con algunas importantes modificaciones y
con el nombre de Progresa durante el sexenio de Zedillo y Oportunidades, durante el
sexenio de Fox, estos programas han seguido constituyendo el tronco principal de la
política social del gobierno federal en México.
Gran parte de la estrategia financiera de Salinas se apuntalaba en deuda de corto plazo.
Ernesto Zedillo, su sucesor, incapaz de articular una estrategia de amortiguamiento de los
vencimientos de pagarés denominados en dólares, (Tesobonos), precipitó el advenimiento
de una de las peores crisis financieras que ha vivido México, conocida como error de
diciembre; y en el exterior como Efecto Tequila.

Sexenio de Ernesto Zedillo


La presidencia de Ernesto Zedillo estuvo marcada por la crisis financiera más severa del
siglo con repercusiones internacionales llamada fuera del país como Efecto Tequila.
Zedillo y Salinas se culparon mutuamente de la crisis. Carlos Salinas, responsabilizó al
llamado error de diciembre que fue la táctica de libre flotación de la paridad peso-dólar (la
cual había estado controlada en el sexenio de Salinas) en diciembre de 1994, la cual
causó una fuga masiva de divisas ante la situación política del país (levantamiento del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional, asesinato de Colosio y otros políticos, etc.).
El precio del dólar incrementó cerca del 100% inmediatamente, causando quiebras de
miles de compañías, desempleo y que muchos deudores se vieran impedidos de pagar
sus deudas. El gobierno de Zedillo ideó el Fondo Bancario de Protección al Ahorro,
FOBAPROA para apoyar a la banca nacional contra los deudores.

Sexenio de Vicente Fox.


Antes de ser elegido como presidente, Fox prometió en su campaña que proporcionaría a
cada mexicano la oportunidad de un trabajo en México. En la práctica, Fox ha dependido
en gran parte de una política de migración hacia los Estados Unidos como manera de
proporcionar los medios de subsistencia a los obreros mexicanos. La política de migración
se ha convertido en pieza principal de las relaciones con los Estados Unidos y la prioridad
del gobierno de México. Fox es un promotor entusiasta de una política de fronteras
abiertas que permita el libre tránsito de personas entre los dos países. Su más reciente
solicitud al gobierno de los Estados Unidos fue la de crear un Plan de Trabajadores
Huéspedes que según Fox proporcionará una mayor seguridad a los EUA - "Lo mejor que
le puede suceder a ambos países es que tengan un flujo ordenado y controlado de la
migración hacia los Estados Unidos, [...]".
En el sexenio de Fox se han implementado políticas sociales tales como becas a
estudiantes de escasos recursos de nivel primaria y secundaria, preescolar, maternal y
apoyo económico a familias marginadas. Estas dos medidas son consideradas por el
gobierno como causa de una "notable" reducción en el número de pobres en México,
opinión que es compartida por algunos organismos internacionales. De modo adicional,
ha intentado aumentar la capacidad de asistencia en los servicios de salud a personas sin
seguridad social, introduciendo el llamado Seguro Popular. A finales de 2005, el
presidente Fox declaró su intención de aplicar un plan de ayuda económica a personas
ancianas de escasos recursos que se implementará en marzo de 2006.
Según la ONU, en su informe sobre Índice de Desarrollo Humano, México es considerado
un país de desarrollo alto, por encima de Brasil, Venezuela o Colombia. Incluso países de
rápido crecimiento como China o India tienen un desarrollo peor que el de México. Sin
embargo, su IDH es rebasado por Chile, Argentina o Costa Rica, Además de casi estar
cerca, en la lista, con países de desarrollo medio y de estar junto a Mauricio, el país más
desarrollado de África.
Lamentablemente, el Banco Mundial, por su parte, mostró que el poder de compra del
mexicano es muy bajo, similar al de Botswana, dando a demostrar una de las
vulnerabilidades que aún faltan por ser resueltas en México para el desarrollo de su
población

Felipe Calderón
El 1 de diciembre de 2006, Vicente Fox le entregó la presidencia de la república al Lic.
Felipe Calderón Hinojosa en medio de una crisis política debido al resultado tan cerrado
en las Elecciones generales de México (2006) el 2 de julio.
Desde su llegada (fraudulenta) a la Presidencia de la República, Felipe Calderón decidió
emprender una “guerra” contra el narcotráfico para solucionar su déficit de legitimidad.
Pero lo hizo sin planeación, sin atajar las causas profundas del problema. No cabe duda,
el tráfico de sustancias ilegales es un asunto multinacional, pero no solamente eso: es
una cuestión económica, de pobreza en el país, de falta de oportunidades. Más de 400 mil
personas en México están relacionadas con el narcotráfico. Si en el país no existen las
condiciones para que miles de mexicanos puedan sobrevivir, las opciones son claras:
migrar a los Estados Unidos o integrarse de una u otra forma al negocio del narcotráfico.
Si no se soluciona esto, el problema continuará profundizándose. La manera como
Calderón afrontó al narco fue la más desatinada posible: con una supuesta “guerra”, una
guerra donde uno de los bandos estaba infiltrado por el otro. El fracaso, pues, era muy
anunciado, inexorable. 

CAÍDA DE LA BOLSA MEXICANA DE VALORES

La caída de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) , de 3.91 por ciento, que estuvo en línea
con los descensos de los mercados internacionales, fue una sobre reacción de los
inversionistas a los anuncios de la Reserva Federal (FED, por sus siglas en inglés) ,
aseguró Luis Téllez.

El presidente de la BMV resaltó que este descenso del mercado mexicano (que fue la
mayor caída desde septiembre de 2011) no refleja la condición de la economía mexicana,
sino el nerviosismo por el escenario global.

"Los mercados ante la posible reducción y posible eliminación en 2014 del programa de
estímulos de largo plazo de la Reserva Federal, reaccionaron de forma muy violenta,
francamente no acabo de encontrar la racionalidad a esto. Creo que efectivamente hubo
una sobre reacción de los mercados y no tiene absolutamente nada que ver con los
fundamentales de la economía mexicana que siguen siendo muy sólidos”, expresó.

Durante la ceremonia por el 10 Aniversario del Mercado Global, explicó que este fue un
día complejo para los mercados en general, no solo para la BMV, pues el Dow Jones de
Estados Unidos cayó 2.34 por ciento, el Standard & Poors 500 2.50 por ciento; la bolsa de
Toronto 2.40; la alemana 3.27 por ciento; el Euronex 3.6 por ciento, entre otros.

En ese sentido, el directivo confío en que una vez que los participantes del mercado
hagan un análisis adecuado, habrá una estabilización de las variables financieras y una
recuperación de los mercados.

"Los mercados desgraciadamente no son tan racionales como a veces nos gustaría
pensar que lo son, y en muchas ocasiones predominan los espíritus animales más allá de
la racionalidad”, puntualizó.

El presidente de la BMV dijo que hubo un comportamiento contradictorio debido a que el


presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, anunció que se veía una mejoría en la
economía de Estados Unidos, pues el desempleo cayó sustancialmente y aumentó la
confianza del consumidor, al igual que el consumo.

Asimismo, hay un mayor inicio de casas en ese país, entre otros indicadores positivos, por
lo que comentó que si se mantenía esta dinámica, hacia finales de este año comenzaría a
reducirse el estímulo monetario.

"Lo interesante es que las noticias que dio el presidente de la FED son muy positivas,
precisamente lo que busca la política económica es que se reestablezca el crecimiento, el
empleo, el consumo", a lo que se suma que el déficit fiscal va a caer de 7.0 por ciento del
año pasado a 4.0 por ciento este año, resaltó.

Por ello, insistió en que una vez que se analicen todas estas variables, la calma regresará
a los mercados y la BMV se recuperará.

TEORÍA DE KEYNESIANA

Surgimiento de la teoría keynesiana

Hacia principios de los años 30 del siglo pasado el mundo entraba en una crisis muy
profunda, los niveles de desempleo y marginación se extendieron por la debacle conocida
como la “Gran Depresión” que, iniciada en Estados Unidos, se dilató a todo el mundo
capitalista. Por aquel entonces reinaba en el mundo académico económico las teorías de
los denominados clásicos, expresión que Karl Marx usó para envolver las ideas de
economistas como Adam Smith y David Ricardo; a los que Keynes sumará los nombres
de John S. Mill, Francis Edgeworth, Alfred Marshall y Arthur Pigou.

Los pensadores clásicos suponían pleno empleo para todos los factores de la producción,
si bien hay momentos de la vida económica en que esto no sucede así, afirmaban que
hay una clara tendencia a su cumplimiento. Si la economía demora en llegar a su
equilibrio, esto sucede por la existencia de intervenciones por parte del gobierno o de
poderes monopólicos que impiden el correcto funcionamiento de la competencia. Sólo
admitían la existencia de paro voluntario, es decir, los individuos que deciden por propia
voluntad no ofrecer sus servicios en el mercado laboral al salario vigente; y paro friccional,
que incluye los individuos que cambian de trabajo y al hacerlo transcurre un tiempo desde
el cese de la última ocupación hasta el comienzo de la nueva.

Entonces la teoría clásica intentaba explicar cómo asignar los recursos productivos, el
desempleo no era un problema a resolver y como los mercados son autorregulables, los
niveles de desempleo pronto serían reducidos por las mismas fuerzas que operan en el
mercado, evitando así un gran desempleo. Estos economistas pronto caen en descrédito
puesto que se hace casi imposible sostener dichas teorías ante la abrumadora realidad de
la crisis de 1929.
Es en este contexto donde aparece en la escena de la teoría keynesiana. Keynes fue un
economista inglés que impuso una nueva forma de pensar la economía capitalista
instaurando un marco teórico que traería aparejadas renovadas políticas. Realmente
nació un paradigma diferente que dominó la escena político-económica desde el fin de la
Segunda Guerra Mundial y hasta principios de los 70, período que algunos llaman “la
edad de oro del capitalismo”, pues la economía global experimentó un crecimiento sin
precedentes en la historia.

La obra cumbre de Keynes editada en 1936 titulada “The General Theory of Employment,


Interest and Money” constituye la esencia de su contribución a la teoría económica en
general y es donde a partir de la cual, junto con otros estudios previos, se conforma lo que
hoy conocemos como la macroeconomía. Resaltaba el término “general” por entender que
las ideas clásicas sólo eran aplicables a un caso particular y ésta dejaba de lado todo un
cúmulo de situaciones que necesitaban ser explicadas. Con ella ataca principalmente el
supuesto de pleno empleo, intentando demostrar que el capitalismo se desarrolla en
condiciones fluctuantes de la actividad económica y que dicho pleno empleo es sólo un
caso específico. Además la teoría es general porque apunta a explicar el funcionamiento
del sistema económico en su totalidad y no analizar sólo el ámbito de un mercado como lo
hacía hasta entonces la teoría clásica.

Hipótesis subyacentes de la Teoría Keynesiana

Inflexibilidad de salarios: El mercado por sí solo no es autorregulable al menos con la


rapidez necesaria, el hecho de que por un tiempo considerable no siempre los mercados
están correctamente equilibrados se da por la existencia de rigideces en los precios,
especialmente si hablamos de salarios nominales en el mercado laboral. La teoría clásica
falla al esperar que el mismo exceso de oferta en el mercado laboral, léase desempleo,
sea el propulsor de una baja en el salario que logre eliminar tal desequilibrio; pues,
siguiendo a Keynes, los clásicos no están considerando la existencia y actuación de las
asociaciones obreras y la legislación de protección social que son parte integrante de la
escena económico-política1.

Teoría de la demanda efectiva: Para la teoría keynesiana, el empleo total depende de la


demanda total y el paro es el resultado de una falta de demanda total. La demanda
efectiva se manifiesta en el gasto de la renta, si aumenta la renta de una comunidad
también aumentará su consumo, pero éste menos que aquella. Por lo tanto, para que
haya una demanda suficiente para mantener el nivel de empleo, se debe verificar un nivel
de inversión equivalente a la diferencia entre la renta y el consumo. Por ello podemos
decir que la inflexibilidad de salarios no es el único factor que desencadena el desempleo,
aun cuando exista competencia perfecta en los mercados y todos los precios
milagrosamente se ajustaran instantáneamente, las decisiones de los inversores influirán
sobre la demanda efectiva y por último en el nivel de empleo.

Por otro lado, no sólo el desempleo, también la inflación depende del volumen de
demanda efectiva; cuando la demanda es deficiente se produce el desempleo y cuando la
demanda es excesiva se produce la inflación. Keynes acepta la conclusión tradicional de
que los aumentos de la cantidad de dinero llevarán a aumentos en el nivel de precios,
pero difiere en el proceso causal. El impacto inicial del aumento en la cantidad de dinero
disminuye los tipos de interés, lo que aumenta la demanda efectiva por inversión,
asociada a un aumento de la renta, del empleo y de la

producción. Es a causa del incremento en el costo de la mano de obra que los precios
también comienzan a subir.

El interés como premio por no atesorar dinero: En la teoría keynesiana, el dinero


desempeña las funciones de ser unidad de cambio, medida de cuenta y reserva de valor.
Considerando esta última función, los que poseen más renta de la que consumen tienen
como alternativas atesorar dinero, prestarlo a una determinada tasa de interés o invertir
en una actividad que brinde cierto beneficio. Si las personas deciden acumular riqueza en
forma estéril, debe haber un por qué al tomar esta decisión. Para Keynes cada individuo
posee una preferencia por la liquidez que combinada con la cantidad de dinero determina
la tasa real de interés en un momento dado. Es decir, la gente atesora dinero porque
existe incertidumbre acerca de la evolución de las variables económicas y con ello “los
poseedores de dinero tienen un tipo de seguridad del que no gozan los poseedores de
otras especies de riqueza.”2

Consideraciones del ciclo económico: La demanda agregada privada se compone de


consumo privado e inversión privada, esta última es la fuente principal de impulsos que
desencadenan fluctuaciones económicas; las decisiones de inversión dependen a su vez
de las expectativas sobre la rentabilidad futura, las cuales tienden a ser inestables. Los
cambios en el optimismo o pesimismo de los inversores Keynes los denominó “animals
spirits” y los señaló como los causantes de desplazamientos en la demanda agregada y, a
través de ella, en el producto agregado y en los niveles de desempleo.

Como los mercados no son autorregulables, se hace necesaria la aplicación por parte de
las autoridades económicas de políticas fiscales y/o monetarias para contrarrestar el ciclo,
esto es medidas expansivas en el presupuesto público y en la oferta monetaria durante
los períodos de estancamiento del producto. Pues si existe desempleo, esto es por una
demanda efectiva deficiente, ésta a su vez se da por un nivel bajo de inversión; ante ello
caben dos acciones por parte del gobierno: una es la política fiscal a través de la
expansión en inversión pública que suplante a la privada y otra es la política monetaria a
través de la variación en la cantidad de dinero que modifique la tasa de interés3 y haga
atractivas nuevas inversiones por parte de los privados.

Crisis de la teoría keynesiana y contribución neo-keynesiana

Hacia principios de la década del 70 el mundo experimentó una nueva crisis conocida
como estanflación, es decir estancamiento del producto conjuntamente con inflación de
precios, que puso en tela de juicio e hizo caer en descreimiento al paradigma de la teoría
keynesiana. Las ideas de política del gran economista del 30 resultaban en un embrollo
frente al gran problema económico mundial, llegando muchos a culpar de tal crisis a las
políticas inspiradas en las propuestas formuladas por Keynes.

Se entendía, siguiendo el modelo keynesiano, que un exceso de demanda efectiva podía


provocar inflación y una demanda efectiva deficiente el desempleo, pero no era
considerada la posibilidad de ocurrencia de ambos problemas a la vez.

Esto dio lugar, por un lado, al surgimiento a nuevas teorías que atacaban los postulados
keynesianos y, por otro, a principios de los años 80 una nueva generación de
economistas hiciera una revisión de las ideas keynesianas originarias, sobre todo en el
Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y en la universidad de Harvard, los que
pasaron a denominarse neo-keynesianos.

Entre sus ideas podemos destacar: Las explicaciones de fondo de las causas por las
cuales ocurre la rigidez de precios introduciendo la competencia imperfecta en los
mercados, por una parte. Y por otra la enumeración de más factores que originan el ciclo
económico como la existencia de fallos de mercado, fricciones nominales en la demanda
o rigideces reales en los precios, además de reconocer que las oscilaciones en la oferta
monetaria provocan fluctuaciones y generan ciclos, de forma que el dinero no es neutral.

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