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En el entorno empresarial es muy importante la vestimenta que elijas para ir a trabajar, una
adecuada presentación personal proyecta el carácter, la dignidad, la capacidad intelectual y
profesional, cualidades que se identifican con el éxito, la alta autoestima y la imagen que
proyectamos de nosotras mismas y de la empresa.
La vestimenta de una mujer profesional en la oficina debe ser sobria, evita llevar demasiados
adornos, ni usar colores demasiado llamativos, sin dejar de lado la femineidad, no debes mostrar
una imagen seductora, ya que distrae tu desempeño como profesional y pierdes credibilidad
Si eres una de las mujeres que no tienes el sentido innato del estilo y la elegancia al vestir, no te
preocupes porque el buen gusto también se puede cultivar, una mujer viste con buen gusto cuando
escoge su vestimenta por la calidad del material, el corte y el entalle, teniendo en cuenta su figura,
estatura y la ocasión de uso, antes que el diseño novedoso, o la ultima tendencia, la clave está en
saber lo que te queda bien y vestir de acuerdo a tu personalidad sin exageraciones y extravagancias
Hablaré en detalle (en artículos separados) de cada una de las siguientes prendas:
La Combinación de Colores
La Blusa
La Falda
El Pantalón
La Chaqueta
El Traje
Las Medias
La Correa o Cinturón
Los Zapatos
La Cartera
El Portafolio
Después de la Oficina
En nuestro apartado de e-documentos, hemos colocado una tabla en la que se indica este
tipo de equivalencia, que nos puede ayudar a la hora de establecer este vestuario en una
pareja.
La secretarias son, en la mayor parte de las ocasiones, las primeras personas que
reciben a los clientes o invitados, y por lo tanto dan la primera imagen o impresión
de lo que puede ser la empresa.
Según el conocido autor, Manuel Antonio Carreño, una secretaria debe ser:
2. Debe vestir bien y, en la medida de lo posible, ser agradable, y porque no, lucir
atractiva. Debe evitar vestuarios demasiado llamativos o extravagantes.
5. Debe congeniar con sus compañeros de trabajo, pero sin llegar a tener
relaciones demasiado personales que puedan dar lugar a tener malas
interpretaciones.
6. Las comidas con el jefe y compañeros de oficina deberán ser de trabajo, dejando
para otras ocasiones las invitaciones con otra finalidad que no sea la de trabajo.