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El vestuario de la mujer profesional

Enviado por Adriana Arias el 26/02/2009 a las 3:20 PM


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En el entorno empresarial es muy importante la vestimenta que elijas para ir a trabajar, una
adecuada presentación personal proyecta el carácter, la dignidad, la capacidad intelectual y
profesional, cualidades que se identifican con el éxito, la alta autoestima y la imagen que
proyectamos de nosotras mismas y de la empresa.

La vestimenta de una mujer profesional en la oficina debe ser sobria, evita llevar demasiados
adornos, ni usar colores demasiado llamativos, sin dejar de lado la femineidad, no debes mostrar
una imagen seductora, ya que distrae tu desempeño como profesional y pierdes credibilidad

Si eres una de las mujeres que no tienes el sentido innato del estilo y la elegancia al vestir, no te
preocupes porque el buen gusto también se puede cultivar, una mujer viste con buen gusto cuando
escoge su vestimenta por la calidad del material, el corte y el entalle, teniendo en cuenta su figura,
estatura y la ocasión de uso, antes que el diseño novedoso, o la ultima tendencia, la clave está en
saber lo que te queda bien y vestir de acuerdo a tu personalidad sin exageraciones y extravagancias

Hablaré en detalle (en artículos separados) de cada una de las siguientes prendas:

La Combinación de Colores

La Blusa

La Falda

El Pantalón

La Chaqueta

El Traje

Las Medias

La Correa o Cinturón

Los Zapatos

Las joyas o Accesorios

La Cartera

El Portafolio

El Friday Look o Look Casual

Después de la Oficina

También se le conoce como traje de noche. Por similitud al vestuario masculino


podemos decir que es la prenda de más etiqueta del vestuario femenino. Aunque los
diseños están muy influenciados por la moda, podemos decir que se caracterizan por su
elegancia y por la utilización de telas de gran calidad: rasos, sedas, terciopelos, etc.
También los complementos deberán ser de gran calidad.
Para elegir un vestido de "etiqueta" cuenta con una amplia variedad de posibilidades:
discretos escotes, tirantes sugerentes, espaldas al aire ... pero siempre manteniendo el
gusto y la elegancia. El vestido deberá ser largo cubriendo en su totalidad las piernas; se
recomienda vestir medias, aunque no se vean las piernas. Los zapatos deberán ser altos
y de tacón fino, a juego con el vestido. El bolso pequeño, de mano, de metal, carey o de
tela con pedrería o brocados. Respecto a las joyas, pocas y de calidad (un collar, unos
pendientes y alguna pulsera y sortija).

Las perlas y los diamantes siguen siendo las reinas de la


noche: son elegantes y no se pasan de moda. Los vestidos
de noche, admiten incrustaciones de pedrería, lentejuelas y
diseños más lujosos que los vestidos de día. Los colores,
por regla general, oscuros (el negro sigue siendo el rey)
aunque la moda influye mucho en ello. Admite vistosos
complementos como los guantes largos hasta el codo o por
encima de el. Abrigos de fantasía, o de visón, echarpes,
mantones, etc.

Aunque algunos diseñadores como Ives Saint Laurent han


creado el "esmoquín femenino" con pantalón, no puede ni debe cambiarse por el vestido
largo. Es elegante, pero aún no es equiparable al vestido de noche. Al esmoquin y frac
de los caballeros, les corresponde por norma general, el traje largo de las señoras,
aunque en determinadas ocasiones, al esmoquin le puede corresponder el traje de cóctel,
si la ocasión no es demasiado formal.

Si aplicamos el término etiqueta de una forma literal, al


igual que se hace con los trajes de caballero, podemos
concluir que no existe la "etiqueta femenina".

No al menos, en el sentido más estricto, de los parámetros


que rigen la misma, al ser un término bastante difícil de
aplicar en los vestidos femeninos y, al carecer de unas
normas fijas como en la etiqueta masculina. No existe la
"uniformidad" que teóricamente se exige para una
"etiqueta" general.

Las mujeres, tienen amplia libertad para vestir a la hora de


ir de "etiqueta", aunque siempre deben regirse por el buen gusto, ciertas reglas o pautas,
y de vez en cuando, por la moda.

No obstante, dentro de esta variedad, vamos a dar unas


pautas generales, que debemos tener en cuenta, cuando
acudimos a algún tipo de evento o acto en el que se requiere
vestuario de etiqueta.

Se marcan conceptos básicos, dentro de los cuales nos


podemos mover en cuanto a diseños, colores y tejidos, pero
siempre respetando esas características básicas que deben cumplir nuestros vestidos.

También deberíamos conocer, las equivalencias que existen entre el vestuario de


etiqueta masculino y el femenino, para establecer un nivel de igualdad en el vestuario de
ambos y no caer en una cierta disparidad a la hora de vestir de etiqueta.

En nuestro apartado de e-documentos, hemos colocado una tabla en la que se indica este
tipo de equivalencia, que nos puede ayudar a la hora de establecer este vestuario en una
pareja.

La secretarias son, en la mayor parte de las ocasiones, las primeras personas que
reciben a los clientes o invitados, y por lo tanto dan la primera imagen o impresión
de lo que puede ser la empresa.

Según el conocido autor, Manuel Antonio Carreño, una secretaria debe ser:

1. Eficiente, discreta y respetuosa.

2. Debe vestir bien y, en la medida de lo posible, ser agradable, y porque no, lucir
atractiva. Debe evitar vestuarios demasiado llamativos o extravagantes.

3. Debe llevar un maquillaje y peinado adecuados.

4. Debe tener relaciones cordiales pero impersonales con su jefe.

5. Debe congeniar con sus compañeros de trabajo, pero sin llegar a tener
relaciones demasiado personales que puedan dar lugar a tener malas
interpretaciones.

6. Las comidas con el jefe y compañeros de oficina deberán ser de trabajo, dejando
para otras ocasiones las invitaciones con otra finalidad que no sea la de trabajo.

7. Debe ser discreta y prudente, y no revelar conversaciones u otro tipo de


información que pueda escuchar en las distintas reuniones o conversaciones en las
que esté presente.

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