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Bronquiolitis

La bronquiolitis es una infección respiratoria que afecta a la vía aérea pequeña y,


principalmente, a los bronquiolos, originando edema, aumento en la producción de
moco y, por lo tanto, obstrucción. Es la infección del tracto respiratorio inferior más
frecuente en el lactante y constituye la primera causa de hospitalización en los
menores de dos años, especialmente en menores de doce meses. Se calcula que,
durante una epidemia, el 10% de los lactantes contraerán la enfermedad y las
tasas de ingreso hospitalario alcanzan entre el 2-5%, con un incremento
importante en los últimos 10 años. Las razones de este incremento de las
hospitalizaciones por bronquiolitis no son del todo conocidas, pero parecen tener
un origen multifactorial, incluida la mayor supervivencia de los lactantes
prematuros(6,7).

En general, se acepta la definición que McConnochie hizo en 1983 de la


bronquiolitis como: “primer episodio agudo de sibilancias, en el contexto de un
cuadro respiratorio de origen viral, que afecta a lactantes menores de 24 meses”.
Las diferentes guías consultadas coinciden en señalar que la bronquiolitis afecta a
lactantes menores de 24 meses; sin embargo, no existen evidencias para
considerar la edad como un requisito que excluya el diagnóstico de bronquiolitis(

Etiología
El virus respiratorio sincitial es el principal agente etiológico de la
bronquiolitis, especialmente durante las epidemias en pacientes
hospitalizados.
La bronquiolitis es típicamente producida por una infección viral y el virus
respiratorio sincitial (VRS) es la causa más frecuente (75% de los casos)(7),
especialmente durante las epidemias y en los pacientes hospitalizados, seguido
del rinovirus. Otros virus que se aíslan con menos frecuencia incluyen:
parainfluenza, metaneumovirus, influenza, adenovirus, coronavirus y bocavirus
humano, descubierto en el año 2005. La coinfección viral puede ocurrir en la
tercera parte de los lactantes pequeños hospitalizados con bronquiolitis. Además,
las infecciones del tracto respiratorio inferior y los episodios de sibilantes en
lactantes pueden estar asociados con infección por Mycoplasma pneumoniae(8).

El VRS es un virus ARN de la familia de los paramixovirus. Se pueden distinguir


dos subtipos, el A y el B, capaces de producir la enfermedad. El VRS es
responsable de un amplio espectro de enfermedades, que afectan exclusivamente
al tracto respiratorio, en todas las edades y en todas las partes del mundo. La
mayoría de los niños menores de dos años han sido infectados por el VRS;
durante la infección presentan coriza y faringitis, y sólo un pequeño porcentaje de
casos se asocia con afectación de la vía respiratoria inferior, sobre todo con
bronquiolitis; aunque también con neumonía y bronquitis.

Alrededor del 70% de los lactantes serán infectados por el VRS durante su primer
año de vida y el 22% desarrollarán enfermedad sintomática(7).
La infección por VRS no garantiza inmunidad permanente o prolongada, pudiendo
desarrollar de nuevo la enfermedad durante un nuevo contagio.

Epidemiología
Epidemiología

La bronquiolitis se presenta en epidemias durante el invierno y principios de


la primavera. Existen algunos factores de riesgo para el desarrollo de la
infección. La mortalidad, en general, es baja.
La bronquiolitis se presenta en epidemias durante el invierno y principio de la
primavera, generalmente durante los meses de noviembre a marzo, aunque
pueden aparecer casos esporádicos a lo largo de todo el año.

Afecta, sobre todo, a lactantes menores de 12 meses, con una incidencia máxima
entre 3 y 6 meses(7-11). El contagio del VRS se produce por el contacto con
partículas aéreas, secreciones y superficies contaminadas. El virus penetra en el
cuerpo a través de las mucosas de los ojos, la nariz o la boca.

Es difícil establecer la incidencia real de la bronquiolitis; ya que, en primer lugar,


los criterios clínicos para definir la enfermedad difieren según los autores y, con
frecuencia, se incluyen en los estudios bronquiolitis y asma del lactante de forma
indiferente. Por otra parte, los estudios de incidencia sólo incluyen a los que
requieren hospitalización y son muchos los casos de bronquiolitis leve que son
resueltos en Atención Primaria. La incidencia anual varía según los autores entre
el 7 y el 20%, y la incidencia por hospitalización se estima entre el 1 y el 3%.

Son factores de riesgo para el desarrollo de bronquiolitis: hacinamiento(9), ingreso


hospitalario, tener hermanos mayores(7-9,12,13) (sobre todo si comparten
habitación), asistencia a guardería(7-9,12) y exposición al humo del tabaco(7-
9,12,13), especialmente si la madre fuma durante el embarazo. La lactancia
materna prolongada, cuatro meses o más, actúa como factor protector(7,9,13).

Existen algunos grupos que tienen mayor riesgo de desarrollar un cuadro grave de
bronquiolitis VRS positivo, como: los lactantes menores de tres meses(7,8,10,13-
15); los prematuros(8-12,14) (<35 semanas de edad gestacional)(7,13,15);
aquellos que tienen enfermedad pulmonar crónica(7-15), tales como enfermedad
pulmonar crónica del prematuro o displasia bronco-pulmonar, fibrosis quística,
enfisema lobar o hipoplasia pulmonar; cardiopatías con repercusión
hemodinámica(7-15); inmunodeprimidos (7-11,13-15); y los que padecen
enfermedad neuromuscular crónica(8).

La mortalidad, en general, es baja cuando la población a la que afecta son niños


previamente sanos. Las tasas de mortalidad por bronquiolitis han permanecido
estables desde la década de los 70; mientras que, la mortalidad global por
patología respiratoria ha disminuido. La mortalidad por VRS en niños con
cardiopatía congénita también ha disminuido del 37 al 3% entre 1976-1980 y
1983-1990, respectivamente. La tasa de mortalidad global en niños hospitalizados
por bronquiolitis por VRS es inferior al 2%(8).

Diagnóstico

Fisiopatología

El virus se propaga desde las vías respiratorias superiores a los bronquios de


mediano y pequeño calibre y a los bronquiolos, y provoca necrosis epitelial y
desencadena una respuesta inflamatoria. El edema y la exudación causan
obstrucción parcial, que es más pronunciada durante la espiración e induce
atrapamiento aéreo. La obstrucción completa y la absorción del aire atrapado
pueden provocar múltiples zonas de atelectasia, que pueden ser exacerbadas al
respirar altas concentraciones de oxígeno inspirado.

Signos y síntomas

Por lo general, el lactante afectado presenta síntomas de infección de las vías


respiratorias superiores con dificultad respiratoria progresiva caracteriza por
taquipnea, retracciones y tos sibilante o perruna. Los lactantes pequeños (< 2
meses) y los recién nacidos prematuros pueden presentar episodios de apnea
recurrentes, seguidos por la resolución de la apnea y el comienzo de signos y
síntomas más típicos de bronquiolitis en 24 a 48 h. Los signos de dificultad
respiratoria son cianosis perioral, retracciones cada vez más profundas y
sibilancias audibles. Suele haber fiebre, aunque no siempre. Al principio, los
lactantes impresionan en buen estado y no comprometidos pese a la taquipnea y
las retracciones, pero pueden tornarse cada vez más letárgicos a medida que
progresa la infección. La hipoxemia es la regla en los lactantes con compromiso
más grave.

Los vómitos y la disminución de la ingesta oral pueden causar deshidratación.


Con el cansancio, las respiraciones pueden volverse superficiales e ineficaces, lo
que lleva a la acidosis respiratoria. La auscultación revela sibilancias, espiración
prolongada y, a menudo, estertores finos. Muchos niños presentan otitis media
aguda asociada.

La bronquiolitis es una infección viral aguda de las vías respiratorias


inferiores que afecta a niños < 24 meses y se caracteriza por dificultad
respiratoria, sibilancias y/o estertores crepitantes. El diagnóstico se
sospecha por la anamnesis, incluida la presentación durante una epidemia
identificada; la causa principal, el virus sincitial respiratorio, puede
detectarse mediante una prueba rápida. El tratamiento es de sostén, con
oxígeno e hidratación. Por lo general, el pronóstico es excelente, pero
algunos pacientes presentan apnea o insuficiencia respiratoria.

A menudo, la bronquiolitis aparece en epidemias y afecta, en su mayoría, a


niños < 24 meses, con una incidencia máxima entre los 2 y los 6 meses. La
incidencia anual en el primer año de vida es de alrededor de 11 casos/100 niños.
En el hemisferio norte templado, la mayoría de los casos se producen entre
noviembre y abril, con una incidencia máxima entre enero y febrero.

Fisiopatología

El virus se propaga desde las vías respiratorias superiores a los bronquios de


mediano y pequeño calibre y a los bronquiolos, y provoca necrosis epitelial y
desencadena una respuesta inflamatoria. El edema y la exudación causan
obstrucción parcial, que es más pronunciada durante la espiración e induce
atrapamiento aéreo. La obstrucción completa y la absorción del aire atrapado
pueden provocar múltiples zonas de atelectasia, que pueden ser exacerbadas al
respirar altas concentraciones de oxígeno inspirado.

Signos y síntomas

Por lo general, el lactante afectado presenta síntomas de infección de las vías


respiratorias superiores con dificultad respiratoria progresiva caracteriza por
taquipnea, retracciones y tos sibilante o perruna. Los lactantes pequeños (< 2
meses) y los recién nacidos prematuros pueden presentar episodios de apnea
recurrentes, seguidos por la resolución de la apnea y el comienzo de signos y
síntomas más típicos de bronquiolitis en 24 a 48 h. Los signos de dificultad
respiratoria son cianosis perioral, retracciones cada vez más profundas y
sibilancias audibles. Suele haber fiebre, aunque no siempre. Al principio, los
lactantes impresionan en buen estado y no comprometidos pese a la taquipnea y
las retracciones, pero pueden tornarse cada vez más letárgicos a medida que
progresa la infección. La hipoxemia es la regla en los lactantes con compromiso
más grave.

Los vómitos y la disminución de la ingesta oral pueden causar deshidratación.


Con el cansancio, las respiraciones pueden volverse superficiales e ineficaces, lo
que lleva a la acidosis respiratoria. La auscultación revela sibilancias, espiración
prolongada y, a menudo, estertores finos. Muchos niños presentan otitis media
aguda asociada.

Incidencia y prevalencia de la Bronquiolitis


La bronquiolitis se presenta con mayor frecuencia en los bebés y niños de
género masculino, es mayor en aquellos niños que no han sido alimentados con
leche materna y en los que viven en condiciones de hacinamiento. Es más
frecuente durante los dos primeros años de vida, con un pico máximo de
incidencia en edad comprendida entre los primeros 3 y 6 meses de vida, llegando
a afectar a un 75% de los lactantes en su primer año de vida. Se calcula que del 2
al 3% de los niños contagiados van a requerir hospitalización, y de ellos el 2 al 6%
un ingreso en cuidados intensivos. Suele tener una mortalidad muy baja, del 0 a
1,5% en países industrializados.

Diagnóstico

 Evaluación clínica
 Oximetría de pulso
 Radiografía de tórax para los casos más graves
 Prueba de antígeno de virus sincitial respiratorio (RSV) en material de
lavado o aspirado nasal en niños con compromiso grave

El diagnóstico de la bronquiolitis se sospecha por la anamnesis, el examen físico


y la aparición de la enfermedad como parte de una epidemia. Una exacerbación
del asma, que a menudo es precipitada por una infección por virus respiratorios,
puede causar síntomas similares a la bronquiolitis, pero es más probable en un
niño > 18 meses de edad, en especial si se han documentado episodios previos
de sibilancias y antecedentes familiares de asma. El reflujo gástrico con
aspiración de contenido gástrico también puede provocar un cuadro clínico de
bronquiolitis; los episodios múltiples en un lactante pueden ser indicios para este
diagnóstico. En ocasiones, la aspiración de un cuerpo extraño causa sibilancias y
debe ser considerada si el comienzo es súbito y no se asocia con
manifestaciones de infección de las vías respiratorias superiores. La insuficiencia
cardíaca asociada con cortocircuito izquierda-derecha que se manifiesta a los 2-
3 meses de edad también puede confundirse con bronquiolitis.
En los pacientes con sospecha de bronquiolitis, debe establecerse la oximetría
de pulso para evaluar la oxigenación. No se requieren estudios complementarios
adicionales en casos leves con concentraciones normales de oxígeno, pero en
caso de hipoxemia y dificultad respiratoria grave, una radiografía de tórax, que
suele mostrar hiperinsuflación pulmonar, depresión del diafragma y trama hiliar
prominente, avala el diagnóstico. Pueden hallarse infiltrados como resultado de
atelectasias y/o neumonía por RSV; la neumonía por RSV es relativamente
común entre los lactantes con bronquiolitis por RSV.

La prueba rápida para el antígeno de RSV en hisopados o aspirados nasales


confirma el diagnóstico, pero en general no es necesaria; puede reservarse para
los pacientes con enfermedad lo suficientemente grave para requerir
hospitalización porque puede guiar las decisiones de aislamiento y asignación de
camas. Otras pruebas de laboratorio son inespecífica y no se indican en forma
sistemáticas; alrededor de dos tercios de los niños tienen recuentos de
leucocitos de 10.000 a 15.000/mcL (10 a 15 × 10 9/L). La mayoría tiene 50-75%
de linfocitos.

DIAGNOSTICO
El diagnóstico de la bronquiolitis se basa principalmente en los síntomas, que se
presentan en un lactante menor de 2 años, y que coinciden con una epidemia de
VRS en la comunidad. El cuadro clínico comienza como un catarro de vías altas,
con: estornudo, tos, rinorrea y, en ocasiones, febrícula o fiebre; y en el transcurso
de 2 ó 3 días, se intensifica la tos, aparecen los síntomas de obstrucción de la vía
respiratoria inferior con aumento del trabajo respiratorio, taquipnea e irritabilidad.
En los casos más graves, la dificultad respiratoria es marcada, y presenta rechazo
de las tomas de alimento y postración.

Las pausas de apnea pueden ser un síntoma de bronquiolitis, sobre todo en


lactantes pequeños y prematuros(7-9), y constituyen un factor de riesgo
importante para desarrollar un cuadro grave. Las pausas de apnea pueden
constituir el primer síntoma de bronquiolitis en estos pacientes(9). El VRS puede
producir pausas de apnea en lactantes, incluso sin signos de bronquiolitis(8).

La presencia de una fiebre alta (=39,5° rectal) obliga a descartar otras causas
antes de hacer el diagnóstico de bronquiolitis de manera exclusiva(7).

A la exploración física, podemos encontrar: taquipnea, tiraje subcostal, intercostal,


supraesternal y aleteo nasal. A la auscultación pulmonar, el hallazgo más común
son los sibilantes espiratorios, aunque los crepitantes finos inspiratorios y los
subcrepitantes no son infrecuentes. En muchas ocasiones, los sibilantes pueden
escucharse con el oído desnudo sin ayuda del fonendoscopio (sibilantes audibles
o weezing).
Dado el curso clínico de la bronquiolitis, se recomienda reevaluar, dentro de las
primeras 72 horas del inicio de los síntomas, a todos los lactantes menores de 12
meses que, en época epidémica, consulten por un catarro de vías altas.

La duración media de la bronquiolitis típica es de 12 días, aunque hasta el 18% de


los afectados continúan con síntomas a los 21 días y hasta el 9% después de 28
días. Los padres deberán ser informados al respecto

Pronóstico

El pronóstico es excelente. La mayoría de los niños se recuperan en 3-5 días sin


secuelas, aunque las sibilancias y la tos pueden continuar durante 2-4 semanas.
La mortalidad es < 0,1% cuando la atención médica es adecuada. Se sospecha
un aumento de la incidencia de asma en los niños que han tenido bronquiolitis en
la primera infancia, pero la asociación es controvertida porque los niños que más
tarde desarrollan asma podrían haber sido más gravemente afectados por el
VSR y, por lo tanto, es más probable que buscaran atención médica. La
incidencia parece disminuir a medida que los niños crecen.

Factores de riesgo
Principales factores de riesgo :
Menores de tres meses
Prematuridad (<29 semanas)
Cardiopatías/ enfermedades pulmonares crónicas
Otros factores de riesgo :
Tabaquismo (materno/familiar)
Ausencia de lactancia materna
Edad materna
Nivel socioeconómico bajo
Polución ambiental
Posibles complicaciones de la Bronquiolitis
Estamos hablando de una patología leve, sin embargo, algunos bebés-niños
corren el riesgo de desarrollar complicaciones y requerir mayores cuidados como
la hospitalización. Las siguientes complicaciones son posibles en ciertos casos:

 Neumonía.
 Una parte de los pulmones puede colapsar (atelectasia).
 Mayor riesgo de desarrollar asma más adelante.
 Deshidratación.
 Apnea.
 Cianosis por la falta de oxígeno (piel/labios azules).

TRATAMIENTO FISIOTERAPEUTICO
Una vez se ha realizado el diagnóstico establecido, y el pediatra considera que es
necesaria la intervención fisioterapeutica
Se empieza con un lavado de nariz, con suero fisiológico, durante el cual el
fisioterapeuta aprovechará para dar varios consejos a la hora de hacerlo en casa.
Acto seguido, mediante presiones a nivel torácico y abdominal, el profesional
llevará a cabo el drenaje de los bronquios provocando el desplazamiento de las
secreciones hacia la boca del bebé. En un momento determinado, provocará,
mediante la estimulación de la tos, la expulsión de los mocos. A veces,
durante la sesión, no observamos la expulsión por boca de los mocos, esto es
porque el niño los traga y los expulsará en las heces.
Por regla general, entre 4 y 6 sesiones serán suficientes para drenar el total
de los bronquios. Aunque los resultados suelen verse desde el primer día, el
ritmo de sesiones indicadas por el fisioterapeuta debe ser respetado para asegurar
la efectividad del tratamiento. En casos excepcionales, el número de sesiones
podría verse aumentado, nunca sobrepasando las 10.
}

Causas

La bronquiolitis se produce cuando un virus infecta los bronquiolos, que son las
vías respiratorias más pequeñas de los pulmones. La infección hace que los
bronquiolos se hinchen y se inflamen. La mucosidad se acumula en estas vías
respiratorias, lo que dificulta que el aire fluya libremente dentro y fuera de los
pulmones.

La mayoría de los casos de bronquiolitis son causados por el virus sincicial


respiratorio. El virus sincicial respiratorio es un virus común que infecta a casi
todos los niños hasta los 2 años de edad. Los brotes de infección por el virus
sincicial respiratorio ocurren cada invierno, y los individuos pueden reinfectarse, ya
que una infección previa no parece causar una inmunidad duradera. La
bronquiolitis también puede ser causada por otros virus, incluidos los que causan
la gripe o el resfriado común.

Los virus que causan la bronquiolitis se propagan fácilmente. Se pueden contagiar


a través de las gotitas en el aire cuando alguien que está enfermo tose, estornuda
o habla. También puedes adquirirlos tocando objetos compartidos —como
utensilios, toallas o juguetes— y luego tocándote los ojos, la nariz o la boca.

TIPOS:

Hay dos tipos principales de bronquiolitis:


La bronquiolitis viral aparece en lactantes. La mayoría de los casos de bronquiolitis
viral se deben al virus sincitial respiratorio (VSR). Los brotes virales ocurren cada
invierno y afectan a niños menores de 1 año.

La bronquiolitis obliterante es una afección rara y peligrosa que se observa en


adultos. Esta enfermedad causa cicatrices en los bronquiolos. Esto bloquea los
conductos de aire creando una obstrucción de las vías respiratorias que no se
puede revertir.

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