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El Universo y La Mente
El Universo y La Mente
GRACIAS
2
PRESENTACIÓN
Que unidas con un glosario de las palabras empleadas, que por su natu-
raleza específica podrían causar problemas de comprensión para algunos
lectores, es lo que conforma el libro.
3
dades relativistas o lo mismo nos podemos transportar a nuestros origines y
ver como evolucionó nuestra mente y la conciencia de SER.
Cuestiones muy profundas están tratadas aquí con naturalidad y han si-
do expuestas en un lenguaje que llegue a todos.
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• Anotaciones de ciencia, datos y curiosidades Libreta I y II
• La Materia, ¿Viva? ¿”Inerte”?
• ¿Quién sabe la verdad?
• Rumores del saber.
• Curvatura del Espacio-tiempo.
• Hablando de Física I
• Hablando de Física II
• De cómo se formó la vida.
• La vida en otros mundos.
• Lo que ha pasado, lo que pasa y lo que pasará.
• Personajes de la Ciencia I y II
• Pensando con la pluma en la mano.
• La Casa de la Materia Oscura ¿En la quinta Dimensión?.
• Y otras muchas.
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Me he puesto al día con la Teoría de Cuerdas en su última versión, la
de Edgar Witten que se conoce como Teoría M. Todos los anteriores mode-
los conocidos como súper gravedad, súper simetría, la teoría de cuerdas, la
cuerda heterótica, han sido unificados en la Teoría M que, de manera bri-
llante, explica en un universo de más altas dimensiones, cómo se unifica la
Mecánica Cuántica y la Relatividad General, creando por fin una teoría
cuántica de la gravedad donde todas las fuerzas fundamentales del universo
están unidas sin que se produzcan infinitos.
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AGRADECIMIENTOS
Por último (no por ello menos destacado), al Dr. Ingeniero y Catedráti-
co Don Ricardo Arribas por su amable presentación de la obra que, en reali-
dad, valora más de lo que puedo merecer, llevado sin lugar a dudas por el
afecto mutuo que nos une.
El Autor.
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ÍNDICE
Página
Capítulo I:
8
Constantes universales y otros temas de física.
La importancia de las Constantes del Universo son aquí explicadas
por el Autor de manera clara y sencilla, con todas las implicaciones que
conllevan para que el universo sea tal como lo conocemos.
Capítulo II:
134
Pasado, presente y futuro. Una ilusión llamada Tiempo.
Habla de lo que se supone es el Tiempo con interesantes y didácticos
comentarios que lo enlazan con el espacio, entropía y con todo el universo
mismo.
Capítulo III:
267
Física, astronomía y astrofísica.
Aquí está presente la relatividad de Einstein, se explica cómo la masa
y la materia son dos aspectos de la misma cosa, el por qué el tiempo se ra-
lentiza y es relativo, y otras muchas cosas de interés.
Capítulo IV:
393
La expansión del universo. La expansión de la mente.
Aquí se explican cuestiones de profundo calado filosófico y el sentido
de la vida, su evolución y de la conciencia, en definitiva, de ser conscientes
de SER.
Capítulo V:
502
Glosario.
El Autor ha querido facilitar a los lectores la comprensión de palabras
que no pudieran comprender, haciendo una especie de diccionario de cien-
cia donde encontrará cuanto necesite para esclarecer sus ideas.
8
9
10
CONSTANTES UNIVERSALES
Y OTROS TEMAS DE INTERÉS.
Está muy claro que, nuestro mundo es como es, debido a una serie de
parámetros que, poco a poco, hemos ido identificando y hemos denominado
Constantes de la Naturaleza. Esta colección de números misteriosos son los
culpables, los responsables, de que nuestro universo sea tal como lo cono-
cemos que, a pesar de la concatenación de movimientos caóticamente im-
predecibles de los átomos y las moléculas, nuestra experiencia es la de un
mundo estable y que posee una profunda consistencia y continuidad.
Sí, nosotros también hemos llegado a saber que con el paso del tiempo,
aumenta la entropía y las cosas cambian. Sin embargo, algunas cosas no
cambian, continúan siempre igual, sin que nada les afecte. Esas, precisamen-
te, son las constantes de la naturaleza que, desde mediados del siglo XIX,
comenzó a llamar la atención de físicos como George Johnstone Stoney
(1.826 – 1.911, Irlanda).
Parece, según todas las trazas, que el universo, nuestro universo, alber-
ga la vida inteligente porque las constantes de la naturaleza son las que aquí
están presentes, cualquier ligera variación en alguna de estas constantes
habría impedido que surgiera la vida en el planeta que habitamos. El univer-
so con las constantes ligeramente diferentes habría nacido muerto, no se
hubieran formado las estrellas ni se habrían unido los quarks para construir
nucleones (protones y neutrones) que formaran los núcleos que al ser rodea-
11
dos por los electrones construyeron los átomos que se juntaron para formar
las moléculas y células que unidas dieron lugar a la materia. Esos universos
con las constantes de la naturaleza distintas a las nuestras, estarían privados
del potencial y de los elementos necesarios para desarrollar y sostener el ti-
po de complejidad organizada que nosotros llamamos vida.
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¿Quién, entonces, fabricó esos materiales complejos si en el universo
no había nadie?
Buena pregunta. Para contestar tengo que exponer aquí algunas carac-
terísticas de lo que es una estrella, de cómo se puede formar, como puede
ser, y cuál será su destino final. Veamos:
Lo que conocemos como estrella es una bola de gas luminosa que, du-
rante una etapa de su vida, produce energía por la fusión nuclear del hidró-
geno en helio. El término estrella, por tanto, no sólo incluye estrellas como
el Sol, que están en la actualidad quemando hidrógeno, sino también pro-
toestrellas, aún en formación y no lo suficientemente calientes como para
que dicha combustión nuclear haya comenzado, y también varios tipos de
objetos más evolucionados como estrellas gigantes y supergigantes, que es-
tán quemando otros combustibles nucleares, o las enanas blancas y las estre-
llas nucleares, que están formadas por combustible nuclear gastado.
La masa máxima de las estrellas puede rondar las 120 masas solares, es
decir, ser 120 veces mayor que nuestro Sol, y por encima de este límite sería
destruida por la enorme potencia de su propia radiación. La masa mínima
para poder ser una estrella se fija en 0’08 masas solares; por debajo de ella,
los objetos no serían lo suficientemente calientes en sus núcleos como para
que comience la combustión del hidrógeno y se convertirían en enanas ma-
rrones. Las luminosidades de las estrellas varían desde alrededor de medio
millón de veces la luminosidad del Sol para las más calientes hasta menos
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de la milésima de la del Sol para las enanas más débiles. Aunque las estre-
llas más prominentes visibles a simple vista son más luminosas que el Sol,
la mayoría de las estrellas son en realidad más débiles que éste y, por tanto,
imperceptibles a simple vista.
Como he dicho antes, el brillo de las estrellas (la luz y el calor) es el re-
sultado de la conversión de masa en energía (E = mc2), por medio de reac-
ciones nucleares, las enormes temperaturas de millones de grados de su nú-
cleo, hace posible que los protones de los átomos del hidrógeno se fusionen
y se conviertan en átomos de helio. Por cada kilogramo de hidrógeno que-
mado de esta manera, se convierten en energía aproximadamente siete gra-
mos de masa. De acuerdo con la famosa ecuación de Einstein (arriba rese-
ñada), los siete gramos equivalen a una energía de 6’3 × 1014 julios. Las re-
acciones nucleares no sólo aportan la luz y el calor de las estrellas, sino que
también producen elementos pesados, más complejos que el hidrógeno y el
helio que, posteriormente, son distribuidos por el universo, cuando al final
de la estrella, esta explota en supernova, lanzando sus capas exteriores al es-
pacio que de esta forma, deja “sembrado” de estos materiales el “vacio” es-
telar.
∗
Sol fusionando hidrógeno en helio.
14
nitudes aparentes y absolutas y el tipo espectral con la distancia en a. L., es
otra de las clasificaciones.
∗∗
1017 kg/m3. El material llega a estar tan junto que protones y electrones se funden y for-
man neutrones.
15
y de que nosotros estemos aquí para mirar a los cielos y contemplar su be-
lleza.
Stoney, podemos decir con seguridad, fue el primero que señaló el ca-
mino para encontrar lo que más tarde conoceríamos como constantes fun-
damentales, esos parámetros de la física que son invariantes, aunque su en-
torno se transforme. Ellas, las constantes, continúan inalterables como suce-
de, por ejemplo, con la velocidad de la luz c, que sea medida en la manera
que sea, esté en reposo o esté en movimiento quien la mide o la fuente de
donde parte, su velocidad será siempre la misma, 299.792.458 m/s. Algo
análogo ocurre con la gravedad, G, que en todas partes mide el mismo pa-
rámetro o valor: G = 6’67259 × 10-11 m3 s-2 Kg-1. Es la fuerza de atracción
que actúa entre todos los cuerpos y cuya intensidad depende de la masa de
los cuerpos y de la distancia entre ellos; la fuerza gravitacional disminuye
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con el cuadrado de la distancia de acuerdo a la ley de la inversa del cuadra-
do.
17
M j = (e 2 g )
1
2
= 10 −7 gramos
L j = (Ge 2 c 4 )
1
2
= 10 −17 metros
T j = (Ge 2 c 6 )
1
2
= 3 × 10 −16 segundos
Max Planck
18
puso en marcha la revolución cuántica de nuestra comprensión del mundo,
ofreció la primera descripción correcta de la radiación térmica (“espectro de
Planck”) y una de las constantes fundamentales de la naturaleza lleva su
nombre.
19
Mientras que Stoney había visto en la elección de unidades prácticas
una manera de cortar el nudo gordiano de la subjetividad, Planck utilizaba
sus unidades especiales para sustentar una base no antropomórfica para la
física y que, por consiguiente, podría describirse como “unidades naturales”.
En las unidades de Planck (del recuadro en rojo), una vez más, vemos
un contraste entre la pequeña, pero no escandalosamente reducida unidad
natural de la masa y las unidades naturales fantásticamente extremas del
tiempo, longitud y temperatura. Estas cantidades tenían una significación
sobrehumana para Planck. Entraban en La Base de la realidad física:
20
“Estas cantidades conservarán su significado natural mien-
tras la Ley de Gravitación y la de Propagación de la luz en el
vacío y los dos principios de la termodinámica sigan siendo vá-
lidos; por lo tanto, siempre deben encontrarse iguales cuando
sean medidas por las inteligencias más diversas con los métodos
más diversos.”
Max Planck
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“Lo que realmente me interesa es si Dios podría haber
hecho del mundo una cosa diferente; es decir, si la necesidad de
simplicidad lógica deja la más mínima libertad.”
Albert Einstein
Einstein hizo más que cualquier otro científico por crear la imagen mo-
derna de las leyes de la naturaleza. Desempeñó un papel principal en la
creación de la perspectiva correcta sobre el carácter atómico y cuántico del
mundo material a pequeña escala, demostró que la velocidad de la luz intro-
ducía una relatividad en la visión del espacio de cada observador, y encontró
por sí solo la teoría de la gravedad que sustituyó la imagen clásica creada
por Isaac Newton más de dos siglos antes que él. Su famosa fórmula de
E = mc2 es una fórmula milagrosa, es lo que los físicos definen como la au-
téntica belleza. Decir mucho con pocos signos y, desde luego, nunca ningún
físico dijo tanto con tan poco. En esa reducida expresión de E = mc2, está
contenido uno de los mensajes de mayor calado del universo: masa y ener-
gía, son la misma cosa.
22
10 y 26 dimensiones y es la teoría más prometedora para ser la candidata a
esa teoría final de la que hablan los físicos.
23
Por el contrario, la relatividad general era siempre necesaria cuando se
trataba con situaciones donde algo viaja a la velocidad de la luz, o está muy
cerca o donde la gravedad es muy intensa. Se utiliza para describir la expan-
sión del universo o el comportamiento en situaciones extremas, como la
formación de agujeros negros. Sin embargo, la gravedad es muy débil com-
parada con las fuerzas que unen átomos y moléculas y demasiado débil para
tener cualquier efecto sobre la estructura del átomo o de partículas subató-
micas, se trata con masas tan insignificantes que la incidencia gravitatoria es
despreciable. Todo lo contrario que ocurre en presencia de masas considera-
bles como planetas, estrellas y galaxias, donde la presencia de la gravitación
curva el espacio y distorsiona el tiempo.
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conocimiento existente y nos dejan al descubierto los límites de nuestras
teorías.
En los intentos más recientes de crear una teoría nueva para describir la
naturaleza cuántica de la gravedad ha emergido un nuevo significado para
las unidades naturales de Planck. Parece que el concepto al que llamamos
“información” tiene un profundo significado en el universo. Estamos habi-
tuados a vivir en lo que llamamos “la edad de la información”. La informa-
ción puede ser empaquetada en formas electrónicas, enviadas rápidamente y
recibidas con más facilidad que nunca antes. Nuestra evolución en el proce-
so rápido y barato de la información se suele mostrar en una forma que nos
permite comprobar la predicción de Gordon Moore, el fundador de Intel,
llamada ley de Moore, en la que, en 1.965, advirtió que el área de un transis-
tor se dividía por dos aproximadamente cada 12 meses. En 1.975 revisó su
tiempo de reducción a la mitad hasta situarlo en 24 meses. Esta es “la ley de
Moore” cada 24 meses se obtiene una circuiteria de ordenador aproximada-
mente el doble, que corre a velocidad doble, por el mismo precio, ya que, el
coste integrado del circuito viene a ser el mismo, constante.
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No debemos descartar la posibilidad de que seamos capaces de utilizar
las unidades de Planck-Stoney para clasificar todo el abanico de estructuras
que vemos en el universo, desde el mundo de las partículas elementales has-
ta las más grandes estructuras astronómicas. Este fenómeno se puede repre-
sentar en un gráfico que recree la escala logarítmica de tamaño desde el
átomo a las galaxias. Todas las estructuras del universo existen porque son
el equilibrio de fuerzas dispares y competidoras que se detienen o compen-
san las unas a las otras; la atracción y la repulsión. Ese es el equilibrio de las
estrellas donde la repulsión termonuclear tiende a expandirla y la atracción
(contracción) de su propia masa tiende a comprimirla; así, el resultado es la
estabilidad de la estrella. En el caso del planeta Tierra, hay un equilibrio en-
tre la fuerza atractiva de la gravedad y la repulsión atómica que aparece
cuando los átomos se comprimen demasiado juntos. Todos estos equilibrios
pueden expresarse aproximadamente en términos de dos números puros
creados a partir de las constantes e, h, c, G y mprotón.
α = 2πe2 / hc ≈ 1/137
αG = (Gmp2)2 / hc ≈ 10-38
Lo único que cuenta en la definición del mundo son los valores de las
constantes adimensionales de la naturaleza (así lo creían Einstein y Planck).
Si se duplica el valor de todas las masas no se puede llegar a saber, porque
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todos los números puros definidos por las razones de cualquier par de masas
son invariables.
∗
∝= 2πe 2 hc = 1 137
27
Lo más notable de este número es su dimensionalidad. La velocidad de
la luz, c, es bien conocida y su valor es de 299.792.458 m/segundo; la cons-
tante de Planck racionalizada, ћ, es h/2π = 1’054589×10 julios segundo; la
altura de mi hijo, el peso de mi amigo, etc, todo viene con sus dimensiones.
Pero resulta que cuando uno combina las magnitudes que componen alfa ¡se
borran todas las unidades! El 137 está solo: se escribe desnudo a donde va.
Esto quiere decir que los científicos del undécimo planeta de una estrella le-
jana situada en un sistema solar de la galaxia Andrómeda, aunque utilicen
Dios sabe qué unidades para la carga del electrón y la velocidad de la luz y
qué versión utilicen para la constante de Planck, también les saldrá el 137.
Es un número puro. No lo inventaron los hombres. Está en la naturaleza, es
una de sus constantes naturales, sin dimensiones.
Esperemos que algún día aparezca alguien que, con la intuición, el ta-
lento y el ingenio de Galileo, Newton o Einstein, nos pueda por fin aclarar
el misterioso número y las verdades que encierra. Menos perturbador sería
que la relación de todos estos importantes conceptos (e-, h y c) hubieran re-
sultado ser 1 ó 3 o un múltiplo de pi... pero ¿137?
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trataba de 2πe2 / hc, que abrevió con la letra griega “α” (alfa). No prestéis
atención a la ecuación. Lo interesante es esto: cuando se meten los números
conocidos de la carga del electrón, e-, la constante de Planck, h, y la veloci-
dad de la luz, c, sale α = 1/137. Otra vez 137 número puro.
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Alcance en Fuerza
Tipo de Fuerza Función
m relativa
Une Protones y Neutrones
Nuclear fuerte <3x10-15 1041 en el núcleo atómico por medio
de Gluones.
Es responsable de la ener-
-15 28 gía radiactiva producida de
Nuclear débil < 10 10 manera natural. Portadoras W
y Z-
Une los átomos para for-
mar moléculas; propaga la luz y
las ondas de radio y otras for-
Electromagnetismo Infinito 1039 mas de energías eléctricas y
magnéticas por medio de los
fotones.
Mantiene unidos los plane-
tas del Sistema Solar, las estre-
llas en las galaxias y, nuestros
Gravitación Infinito 1 pies pegados a la superficie de
la Tierra. La transporta el gra-
vitón.
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Constante magnética µ0 4π × 10-7 H m-1
Masa en reposo del electrón me 9,1093897 (54) × 10-31 Kg
Masa en reposo del neutrón mn 1,6749286 (10) × 10-27 Kg
Masa en reposo del protón mp 1,6726231 (10) × 10-27 Kg
Velocidad de la luz c 2,99792458× 108 m s-1
Constante de estructura fina α 2 π e2/h c
Unas pueden ser más constantes naturales que otras, pero lo cierto es
que, de momento, han servido como herramientas eficaces.
31
Einstein fue muy afortunado, ya que durante la última parte del siglo
XIX en Alemania e Italia, matemáticos puros habían estado inmersos en el
estudio profundo y detallado de todas las geometrías posibles sobre superfi-
cies curvas. Habían desarrollado un lenguaje matemático que automática-
mente tenía la propiedad de que toda ecuación poseía una forma que se con-
servaba cuando las coordenadas que la describían se cambiaban de cualquier
manera. Este lenguaje se denominaba cálculo tensorial. Tales cambios de
coordenadas equivalen a preguntar qué tipo de ecuación vería alguien que se
moviera de una manera diferente.
32
Quarks
Leptones Materia…
Hadrones
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electrones atraídos por la carga positiva de los núcleos, formaron los áto-
mos, que se unieron para formar moléculas, que se juntaron para formar la
materia, que más tarde, dio lugar al nacimiento de las primeras estrellas y
galaxias con sus variedades de objetos estelares, planetas, satélites, cometas,
meteoritos, etc.
1/α=137’085989561…
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De entre todos los que intentaron descubrir los misterios del 137, me
detendré un momento en Arthur Eddington, uno de los más grandes astrofí-
sicos del siglo XX, combinación de lo más profundo y lo fantástico. Más
que cualquier otra figura moderna es el responsable de poner en marcha los
inacabables intentos de explicar las constantes de la naturaleza por proezas
de numerología pura. Él también advirtió un aspecto nuevo y espectacular
de las constantes de la naturaleza.
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“Creo que en el Universo hay
15.747.724.136.275.002.577.605.653.961.181.555.468.044.717.
914.527.116.709.366.231.425.076.185.631.031.296 protones y el
mismo número de electrones”.
mpr/me ≈ 1840
2πhc/e2 ≈ 137
e2/Gmpr me ≈ 1040
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ellas podrían ser prescindibles? ¿Podrían haber sido diferentes
de lo que realmente son?... Surge la pregunta de si las razones
anteriores pueden ser asignadas arbitrariamente o si son inevi-
tables. En el primer caso, sólo podemos aprender sus valores
por medida; en el segundo caso es posible encontrarlos por la
teoría… Creo que ahora domina ampliamente la opinión de que
las (cuatro anteriores) constantes… no son arbitrarias, sino que
finalmente se les encontrará una explicación teórica; aunque
también he oído expresar lo contrario.”
Hay una anécdota que se cuenta sobre esto y que ilustra la dificultad de
muchos para reconciliar el trabajo de Eddington sobre las constantes funda-
mentales con sus monumentales contribuciones a la relatividad general y la
astrofísica. La historia la contaba Sam Goudsmit referente a él mismo y al
físico holandés Kramers:
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inverosímil. Kramers entendió mucho y reconoció que era un
completo absurdo. Tras la discusión, Goudsmit se acercó a su
viejo amigo y mentor Kramers y le preguntó: ¿Todos los físicos
se vuelven locos cuando se hacen mayores? Tengo miedo. Kra-
mers respondió, “No Sam, no tienes que asustarte. Un genio co-
mo Eddington quizá puede volverse loco pero un tipo como tú
sólo se hace cada vez más tonto”.
Paul Valéry
1080
1040
10120
38
Ya hemos visto que Eddington se inclinaba a relacionar el número de
partículas del universo observable con alguna cantidad que incluyera la
constante cosmológica. Esta cantidad ha tenido una historia muy tranquila
desde esa época, reemergiendo ocasionalmente cuando los cosmólogos teó-
ricos necesitan encontrar una manera de acomodar nuevas observaciones in-
cómodas. Recientemente se ha repetido este escenario. Nuevas observacio-
nes de alcance y precisión sin precedentes, posibilitadas por el telescopio
espacial Hubble trabajando en cooperación con telescopios sensibles en tie-
rra, han detectado supernovas en galaxias muy lejanas. Su pauta de brillo y
atenuación característica permite deducir su distancia a partir de su brillo
aparente. Y, sorprendentemente, resulta que están alejándose de nosotros
mucho más rápido de lo que cualquiera esperaba. La expansión del universo
ha pasado de ser un estado de deceleración a uno de aceleración. Estas ob-
servaciones implican la existencia de una constante cosmológica positiva
(Λ+). Si expresamos su valor numérico como número pero adimensional
medido en unidades del cuadrado de la longitud de Planck, entonces obte-
nemos un número muy próximo a
10-120
¿Qué vamos a hacer con todos estos grandes números? ¿Hay algo cós-
micamente significativo en 1040 y sus cuadrados y cubos?
39
Paul Dirac ocupó la cátedra lucaciana de matemáticas en Cambridge
durante parte del tiempo en que Eddington estuvo viviendo en los observa-
torios. Las historias que se cuentan de Paul Dirac dejan muy claro que era
un tipo con un carácter peculiar, y ejercía de matemático las 24 h. del día. Se
pudo saber que su inesperada incursión en los grandes números fue escrita
durante su viaje de novios (Luna de miel), en febrero de 1.937.
Los grandes números de que se valía Dirac para formular esta atrevida
hipótesis salían del trabajo de Eddington y eran tres:
= ct (e2/mec2) ≈ 1040
= e2/Gme mp ≈ 1040
= c3t/Gmp ≈ 1080
40
Aquí t es la edad actual del universo, me es la masa de un electrón, mp
es la masa de un protón, G la constante de gravitación, c la velocidad de la
luz y e la carga del electrón.
N1 ≈ N 2 ≈ N ∝ t
41
Dirac decidió acomodar este requisito abandonando la constancia de la
constante de gravitación de Newton, G. Sugirió que estaba decreciendo en
proporción directa a la edad del universo en escalas de tiempo cósmicas,
como
G∝ 1
t
42
ble demostraba que la vida había existido hace al menos quinientos millones
de años.
43
riando. Si realmente varía, la química de las etapas primitivas
sería completamente diferente, y la radiactividad también esta-
ría afectada. Cuando empecé a trabajar sobre la gravedad espe-
raba encontrar alguna conexión entre ella y los neutrinos, pero
esto ha fracasado.”
Pero lo que está claro es que, como ocurre siempre en ciencia, la pro-
puesta de Dirac levantó una gran controversia que llevó a cientos de físicos
a realizar pruebas y buscar más a fondo en el problema, lo que dio lugar a
nuevos detalles importantes sobre el tema.
El gran biólogo J.B.S. Haldane se sintió también atraído por las posi-
bles consecuencias biológicas de las teorías cosmológicas en que las “cons-
tantes” tradicionales cambian con el paso del tiempo o donde los procesos
∗
6.000 millones de años era la estimación de la edad del universo en esa época corregido
en 1.953.
44
gravitatorios se despliegan de acuerdo con un reloj cósmico diferente del de
los procesos atómicos (¿será precisamente por eso que la relatividad general
– el cosmos –, no se lleva bien con la mecánica cuántica – el átomo –?).
45
No podemos descartar la idea ni abandonar la posibilidad de que algu-
nas “constantes” tradicionales de la naturaleza pudieran estar variando muy
lentamente durante el transcurso de los miles de millones de años de la his-
toria del universo. Es comprensible por tanto el interés por los grandes nú-
meros que incluyen las constantes de la naturaleza. Recordemos que New-
ton nos trajo su teoría de la Gravedad Universal, que más tarde mejora Eins-
tein y que, no sería extraño, en el futuro mejorará algún otro con una nueva
teoría más completa y ambiciosa que explique lo grande (el cosmos) y lo
pequeño (el átomo), las partículas (la materia) y la energía por interacción
de las cuatro fuerzas fundamentales.
Así de curioso, ya podéis imaginar que fue uno de los que de inmediato
se puso manos a la obra para comprobar la idea de la constante gravitato-
ria variable de Dirac que podía ser sometida a una gran cantidad de pruebas
observacionales, utilizando los datos de la geología, la paleontología, la as-
tronomía, la física de laboratorio y cualquier otro que pudiera dar una pista
sobre ello. No estaba motivado por el deseo de explicar los grandes núme-
ros. Hacia mediados de la década de los 60 hubo una motivación adicional
para desarrollar una extensión de la teoría de la gravedad de Einstein que in-
cluye una G variable. En efecto, durante un tiempo pareció que las predic-
ciones de Einstein no coincidían en lo referente o sobre el cambio de órbita
de Mercurio que era distinta a las observaciones cuando se tenía en cuentra
la forma ligeramente achatada del Sol.
46
Robert Dicke, que este era el nombre del extraño personaje, y su estu-
diante de investigación Carl Brans, en 1.961, demostraron que si se permitía
una variación de G con el tiempo, entonces podía elegirse un ritmo de cam-
bio para tener un valor que coincidiera con las observaciones de la órbita de
Mercurio. Lamentablemente, se descubrió que todo esto era una pérdida de
tiempo. El desacuerdo con la teoría de Einstein a inexactitudes de nuestros
intentos de medir el diámetro del Sol que hacían que este pareciera tener una
forma de órbita diferente a la real. Con su turbulenta superficie, en aquel
tiempo, no era fácil medir el tamaño del Sol. Así que, una vez resuelto este
problema en 1.977, desapareció la necesidad de una G variable para conci-
liar la observación con la teoría.
Cuatro años más tarde desarrolló esta importante intuición con más de-
talle, con especial referencia a las coincidencias de los grandes números de
Dirac, en una breve carta que se publicó en la revista Nature. Dicke argu-
mentaba que formas de vidas bioquímicas como nosotros mismos deben su
propia base química a elementos tales como el carbono, nitrógeno, el oxíge-
no y el fósforo que son sintetizados tras miles de millones de años de evolu-
ción estelar en la secuencia principal. (El argumento se aplica con la misma
fuerza a cualquier forma de vida basada en cualesquiera elementos atómicos
47
más pesados que el helio). Cuando las estrellas mueren, las explosiones que
constituyen las supernovas dispersan estos elementos biológicos “pesados”
por todo el espacio, de donde son incorporados en granos, planetesimales,
planetas, moléculas “inteligentes” auto replicantes como ADN y, finalmen-
te, en nosotros mismos que, en realidad, estamos hechos de polvo de estre-
llas.
Esta escala temporal está controlada por el hecho de que las constantes
fundamentales de la naturaleza sean
Así pues, el valor que del gran número nos dio Dirac N(t) no es en ab-
soluto aleatorio. Debe tener un valor próximo al que toma N(t) cuando t esta
cercano el valor t(estrella).
48
“Para que el universo del Big Bang contenga las ladrillos
básicos necesarios para la evolución posterior de la complejidad
biológica-química debe tener una edad al menos tan larga, como
el tiempo que se necesita para las reacciones nucleares en las
estrellas produzcan esos elaborados elementos.”
Esto significa que el universo observable debe tener al menos diez mil
millones de años y por ello, puesto que se está expandiendo, debe tener un
tamaño de al menos diez mil millones de años luz. No podríamos existir en
un universo que fuera significativamente más pequeño.
49
pandiendo, tiene que tener un tamaño de miles de millones de años-luz para
que durante ese periodo de tiempo necesario pudiera haber fabricado los
componentes y elementos complejos para la vida. Un universo que fuera só-
lo del tamaño de nuestra Vía Láctea, con sus cien mil millones de estrellas
resultaría insuficiente, su tamaño sería sólo de un mes de crecimiento-
expansión y no habría producido esos elementos básicos para la vida.
50
formas de vida, como la nuestra, están basadas también en el carbono. No se
puede descartar formas de vida inteligente basadas en otros elementos, co-
mo por ejemplo, el silicio.
51
El hecho fundamental de nuestra existencia es que parece-
mos estar aislados en el cosmos. Somos los únicos seres raciona-
les capaces de expresarse en el silencio del universo. En la his-
toria del Sistema Solar se ha dado en la Tierra, durante un pe-
riodo de tiempo infinitesimalmente corto, una situación en la que
los seres humanos evolucionan y adquieren conocimientos que
incluye el ser conscientes de sí mismos y de existir… Dentro del
Cosmos ilimitado, en un minúsculo planeta, durante un minúscu-
lo periodo de tiempo de unos pocos milenios, algo ha tenido lu-
gar como si este planeta fura lo que abarca todo, lo auténtico.
Este es el lugar, una mota de polvo en la inmensidad del cosmos,
en el que el ser ha despertado con el hombre”.
52
teria inerte, se convirtió en un ser pensante que ahora es capaz de exponer
aquí mismo estas cuestiones. ¡Es verdaderamente maravilloso!
No podemos saber cuándo, pero sí tenemos una idea muy clara de có-
mo será dicho final. El universo es todo lo que existe, incluyendo el espacio,
el tiempo y la materia. El estudio del universo es la cosmología, que distin-
gue entre el Universo con “U” mayúscula, significando el cosmos y su con-
tenido, y el universo con “u” minúscula, que es normalmente un modelo
matemático deducido de alguna teoría. El universo real está constituido en
su mayoría por espacios aparentemente vacios, existiendo materia concen-
trada en galaxias formadas por estrellas y gas. El universo se está expan-
diendo, de manera que el espacio entre las galaxias está aumentando gra-
dualmente, provocando un desplazamiento al rojo cosmológico en la luz
procedente de los objetos distantes.∗
Existe una evidencia creciente de que el espacio está o puede estar lle-
no de una materia invisible, “materia oscura”, que puede constituir muchas
veces la masa total de las galaxias visibles (materia bariónica). Sabemos que
el origen más probable del universo está en al teoría conocida como del Big
Bang que, a partir de una singularidad de una densidad y energía infinita,
∗
Los objetos que se alejan, desplazan su luz hacia el rojo. Si se acercan, su luz se desplaza
hacia el azul. (Efecto Doppler)
53
hace ahora unos 15 mil millones de años, surgió una inmensa bola de fuego
que desde entonces no ha dejado de expandirse y enfriarse.
Pero hemos llegado a saber que el universo podrá ser abierto o cerrado.
Un universo que siempre se expande y tiene una vida infinita es abierto. Es-
to es un universo de Friedmann que postuló que el nuestro tenía una densi-
dad menor que la densidad crítica.
54
siempre, mientras que uno con densidad muy alta colapsara finalmente. Un
universo con exactamente la densidad crítica, alrededor de 10-29g/cm3, es
descrito por el modelo de universo de Einstein-de Sitter, que se encuentra en
la línea divisoria de estos dos extremos. Pero la densidad media de materia
que puede ser observada directamente en nuestro universo no representa la
cantidad necesaria para generar la fuerza de gravedad que se observa en la
velocidad de alejamiento de las galaxias, que necesita mucha más materia
que la observada para generar esta fuerza gravitatoria, lo que nos da una
prueba irrefutable de que ahí fuera, en el espacio entre galaxias, está oculta
esa otra materia invisible, la “materia oscura”, que nadie sabe lo que es, có-
mo se genera o de qué esta hecha. Así que, cuando seamos capaces de abrir
esa puerta cerrada ante nuestras narices, podremos por fin saber la clase de
universo que vivimos; si es plano, si es abierto e infinito, o si es un universo
que, por su contenido enorme de materia es curvo y cerrado.
55
otro universo, otro ciclo ¿pero aparecemos también nosotros en ese nuevo
universo?
Así las cosas, no parece que el futuro de la Humanidad sea muy alenta-
dor. Claro que los optimistas nos hablan de hiperespacio y universos parale-
los a los que, para ese tiempo, ya habremos podido desplazarnos garantizan-
do la continuidad de la especie Humana. Bien pensado, si no fuera así ¿para
qué tantas dificultades vencidas y tantas calamidades pasadas? ¿Para termi-
nar congelados o consumidos por un fuego abrasador?
56
BIOLOGÍA Y ESTRELLAS
Anónimo.
57
Vemos así que la bajísima densidad de materia en el universo es un re-
flejo del hecho de que:
Douglas Adams
¿Por qué nuestro universo no es mucho más viejo de lo que parece ser?
Es fácil entender por qué el universo no es mucho más joven. Las estrellas
tardan mucho tiempo en formarse y producir elementos más pesados que
son las que requiere la complejidad biológica. Pero los universos viejos
también tienen sus problemas. Conforme para el tiempo en el universo el
proceso de formación de estrellas se frena. Todo el gas y el polvo cósmico
58
que constituyen las materias primas de las estrellas habrían sido procesados
por las estrellas y lanzados al espacio intergaláctico donde no pueden en-
friarse y fundirse en nuevas estrellas. Pocas estrellas hacen que, a su vez,
también sean pocos los sistemas solares y los planetas. Los planetas que se
forman son menos activos que los que se formaron antes, la entropía va de-
bilitando la energía del sistema para realizar trabajo. La producción de ele-
mentos radiactivos en las estrellas disminuirá, y los que se formen tendrán
semividas más largas. Los nuevos planetas serán menos activos geológica-
mente y carecerán de muchos de los movimientos internos que impulsan el
vulcanismo, la deriva continental y la elevación de las montañas en el plane-
ta. Si esto también hace menos probable la presencia de un campo magnéti-
co en un planeta, entonces será muy poco probable que la vida evolucione
hasta formas complejas.
59
Júpiter que atrae hacia sí los cuerpos que llegan desde el exterior desviándo-
los de su probable trayectoria hacia nuestro planeta.
60
Cuando comento este tema no puedo evitar el recuerdo del meteorito
caído en la Tierra que impactó en la península de Yucatán hace 65 millones
de años, al final de la Era Mesozoica, cuando según todos los indicios, los
dinosaurios se extinguieron. Sin embargo, aquel suceso catastrófico para los
grandes lagartos, en realidad supuso que la Tierra fue rescatada de un calle-
jón sin salida evolutivo. Parece que los dinosaurios evolucionaron por una
vía que desarrollaba el tamaño físico antes que el tamaño cerebral.
61
En nuestro sistema solar la vida se desarrolló por primera vez sorpren-
dentemente pronto tras la formación de un entorno terrestre hospitalario.
Hay algo inusual en esto.
Este simple modelo indica la ruta que vincula las escalas del tiempo
bioquímico de evolución de la vida y la del tiempo astrofísico que determina
el tiempo requerido para crear un ambiente sustentado por una estrella esta-
ble que consume hidrógeno en la secuencia principal y envía luz y calor a
los planetas del Sistema Solar que ella misma forma como objeto principal.
62
verso grande y frío en el que es difícil la aparición de la vida, y en el supues-
to de que ésta aparezca, será muy parecida a la nuestra.
Brooke Shields
63
Brandon Carter y Richard Gott han argumentado que esto parece hacer-
nos bastante especiales comparados con observadores en el futuro muy leja-
no.
George W. Bush
64
de existir, no se formarían células y la vida se ausentaría del planeta, siendo
imposible alguna forma de vida.
65
Cuando a solas pienso en todo esto, la verdad es que no me siento nada
insignificante y nada humilde ante la inmensidad de los cielos. Las estrellas
pueden ser enormes y juntas, formar inmensas galaxias… pero no pueden
pensar ni amar; no tienen curiosidad, ni en ellas está el poder de ahondar en
el porqué de las cosas. Nosotros sí podemos hacer todo eso y más.
66
quearía el camino a los caminos astrofísicos nucleares hacia los elementos
bioquímicos necesarios para la vida.
Gráfico: Zona habitable donde la complejidad que sustenta la vida puede existir si
se permite que los valores que sustentan β y α varíen independientemente. En la zona
inferior derecha no puede haber estrellas. En la superior derecha están ausentes los
átomos no relativistas. En la superior izquierda los electrones están insuficientemente
localizados para que existan moléculas auto reproductoras altamente ordenadas. Las es-
trechas “vías de tranvías” distingue la región necesaria para que la materia sea estable
para evolucionar.
Woody Allen
67
Muchos han especulado con sugerencias diversas del principio antrópi-
co. John Wheeler, el científico de Princeton que acuñó el término “agujero
negro” y desempeñó un papel principal en su investigación, propuso lo que
él denominó el principio antrópico participatorio. Este no tiene que ver es-
pecialmente con las constantes de la naturaleza sino que está motivado por
la precisión de las coincidencias que permiten que exista vida en el cosmos.
¿Es posible, pregunta Wheeler, que la vida sea en algún sentido esencial pa-
ra la coherencia del universo? Pero por supuesto nosotros no somos de inte-
rés para las galaxias lejanas ni para la existencia del universo en el pasado
lejano antes de que pudiera existir la vida. Wheeler se sentía tentado a pre-
guntar si la importancia de los observadores al traer a la plena existencia la
realidad cuántica podía estar tratando de decirnos que los “observadores”,
definidos de forma adecuada, pueden ser en cierto sentido necesarios para
hacer nacer al universo. Es muy difícil darle a esto un sentido correcto por-
que en la teoría cuántica, con su principio de incertidumbre, la noción del
observador carece de una definición nítida. Es algo que registra informa-
ción. Una placa fotográfica valdría tanto como un vigilante nocturno.
68
bién podríamos imaginar que la vida podría existir en otras formas que hoy
llamaríamos “artificiales”, como máquinas muy avanzadas de vasta infor-
mación que procesan a velocidad de vértigo.
69
sitos de combustible pueden tener una pequeña fisura que haga explotar toda
la nave con sus tripulantes (ya ha pasado). Si verdaderamente existen civili-
zaciones adelantadas más pequeñas evitarían este y otros problemas, entre
los que estaría la imposibilidad de detectarlas por otras civilizaciones de bí-
pedos patosos que viven en planetas brillantes y ricos en materias primas y
que emiten constantes ruidos de ondas de radio al espacio exterior interpla-
netario como llamando a estos pequeños y diminutos seres que aquí pueden
encontrar, sin peligro a ser descubiertos, las fuentes que necesiten para ins-
talar colonias que viven y observar sin ser molestadas ni observadas.
70
cando hacia nosotros, que estamos en la Vía Láctea, y ambas galaxias ter-
minarán fundiéndose en una gran galaxia. Las temperaturas crecerán tanto
que moléculas y átomos se disgregarán. Una vez más, como en el futuro le-
jano, la vida tiene que existir en alguna forma incorpórea abstracta, quizá
entretejida en la fábrica del espacio y el tiempo. Resulta sorprendente que
esta supervivencia indefinida no está descartada mientras el tiempo se defina
de forma adecuada. Si el tiempo verdadero al que marcha el universo es un
tiempo creado por la propia expansión, entonces es posible que un número
ínfimo de “tics” de este reloj ocurra en la cantidad finita de tiempo que pa-
rece estar disponible en nuestros relojes antes de que alcance el Big Crunch.
Hay un último truco que podrían tener guardado en su manga esos su-
pervivientes súper avanzados en universos que parecen condenados a ex-
pandirse para siempre. En 1.949, el lógico Kart Gödel, amigo y colega de
Einstein en Princeton, le dio una sorpresa al demostrar que el viaje en el
tiempo estaba permitido por la teoría de la gravedad de Einstein. Incluso en-
contró una solución a las ecuaciones de Einstein para un universo en el que
esto ocurría. Hay teorías y propuestas más modernas en las que, una civili-
zación avanzada en el futuro, podrá viajar en el tiempo a través de un aguje-
ro de gusano; para ello tendrá que conseguir material-energía exótica que
impedirá el cierre de la boca de entrada del agujero (ver trabajos del físico
Kip S. Thorne).
71
abuelo, su padre ni él mismo hubieran existido nunca. Tal suceso es imposi-
ble; hay una barrera o imposibilidad física que impide esta clase de parado-
ja. Stephen Hawking lo ha dejado claro, estas paradojas no pueden ocurrir
nunca aún en el caso de que alguna vez se consiga viajar en el tiempo.
Si este tipo de viaje hacia atrás en el tiempo es una vía de escape del fi-
nal termodinámico del universo, y nuestro universo parece irremediable-
mente abocado hacia ese final, hacia ese borrador termodinámico de todas
las posibilidades de procesamiento de información, entonces quizá seres sú-
per avanzados en nuestro futuro estén ya viajando hacia atrás, hacia el am-
biente cósmico benigno que proporciona el universo de nuestro tiempo. No
descarto nada. Si le dicen a mi abuelo hace más de un siglo y medio que se
podría meter un documento en una maquinita llamada fax, y el documento,
de manera instantánea, aparecería en otra máquina similar en Madrid, nos
habría tachado de locos.
72
Gráfico: Si se marcha en línea recta está claro quién va
delante de quién. Si se marcha en círculo cualquiera está delante
y detrás de cualquier otro.
Douglas Adams
¿Qué vamos a hacer con esta idea antrópica fuerte? ¿Puede ser algo
más que una nueva presentación del aserto de que nuestra forma de vida
compleja es muy sensible a cambios pequeños en los valores de las constan-
tes de la naturaleza? ¿Y cuáles son estos “cambios”? ¿Cuáles son estos
“otros mundos” en donde las constantes son diferentes y la vida no puede
existir?
73
En ese sentido, una visión plausible del universo es que hay una y sólo
una forma para las constantes y leyes de la naturaleza. Los universos son
trucos difíciles de hacer, y cuanto más complicados son, más piezas hay que
encajar. Los valores de las constantes de la naturaleza determinan a su vez
que los elementos naturales de la tabla periódica, desde el hidrógeno número
1 de la tabla, hasta el uranio, número 92, sean los que son y no otros. Preci-
samente, por ser las constantes y leyes naturales como son y tener los valo-
res que tienen, existe el nitrógeno, el carbono o el oxígeno.
74
por el frío absoluto, y el segundo modelo es el del universo cerrado que ter-
mina en una bola de fuego descomunal.
De hecho, estamos tan cerca de esta divisoria crítica que nuestras ob-
servaciones no pueden decirnos con seguridad cuál es la predicción válida a
largo plazo. En realidad, es la estrecha proximidad de la expansión a la línea
divisoria lo que constituye el gran misterio: a priori parece altamente poco
probable que se deba al azar. Los universos que se expanden demasiado rá-
pidamente son incapaces de agregar material para la formación de estrellas y
galaxias, de modo que no pueden formarse bloques constituyentes de mate-
riales necesarios para la vida compleja. Por el contrario, los universos que se
expanden demasiado lentamente terminan hundiéndose antes de los miles de
millones de años necesarios para que se tomen las estrellas.
Sólo universos que están muy cerca de la divisoria crítica pueden vivir
el tiempo suficiente y tener una expansión suave para la formación de estre-
llas y planetas… y ¡vida!
75
Gráfico: Sólo en el modelo de universo que se expande cerca de la divisoria críti-
ca (en el centro), se forman estrellas y los ladrillos primordiales para la vida. La expan-
sión demasiado rápida no permite la creación de elementos complejos necesarios para
la vida. Si la densidad crítica supera la ideal (más cantidad de materia), el universo será
cerrado y terminará en el Big Crunch.
El hecho de que aún estemos tan próximos a esta divisoria crítica, des-
pués de algo más de trece mil millones de años de expansión, es verdadera-
mente fantástico. Puesto que cualquier desviación respecto a la divisoria crí-
tica crece continuamente con el paso del tiempo, la expansión debe haber
empezado extraordinariamente próxima a la divisoria para seguir hoy tan
cerca (no podemos estar exactamente sobre ella).
76
vez más a la divisoria crítica. Si la inflación duró el tiempo suficiente, po-
dría explicar por qué nuestro universo visible está aún tan sorprendentemen-
te próximo a la divisoria crítica. Este rasgo del universo que apoya la vida
debería aparecer en el Big Bang sin necesidad de condiciones de partida es-
peciales.
77
El universo estaría compuesto de un 4 por 100 de materia bariónica, un
23 por 100 de materia oscura no bariónica y un 73 por 100 de energía oscu-
ra. Además, los datos dan una edad para el universo que está en 13’7 ± 0’2
×109 años, y un tiempo de 379 ± 8×103 años para el instante en que se liberó
la radiación cósmica de fondo. Otro resultado importante es que las primeras
estrellas se formaron sólo 200 millones de años después del Big Bang, mu-
cho antes de lo que se pensaba hasta ahora. Todavía no se han hecho públi-
cos los resultados del análisis de una segunda serie de datos, pese a que su
aparición estaba prevista para mayo de 2004 (más datos en
http://lambda.gsfc.nasa.gov).
El principio antrópico
Parece conveniente hacer una pequeña reseña que nos explique que es
un principio en virtud del cual la presencia de la vida humana está relacio-
nada con las propiedades del universo. Como antes hemos comentado de
pasada, existen varias versiones del principio antrópico. La menos contro-
vertida es el principio antrópico débil, de acuerdo con el cual la vida huma-
na ocupa un lugar especial en el universo porque puede evolucionar sola-
mente donde y cuando se den las condiciones adecuadas para ello. Este
efecto de selección debe tenerse en cuenta cuando se estudian las propieda-
des del universo.
78
El principio antrópico nos invita al juego mental de probar a “cambiar”
las constantes de la naturaleza y entrar en el juego virtual de ¿qué hubiera
pasado si…?
Siempre hemos sabido especular con lo que pudo ser o con lo que po-
drá ser si…, lo que, la mayoría de las veces, es el signo de cómo queremos
ocultar nuestra ignorancia. Bien es cierto que sabemos muchas cosas pero,
también es cierto que son más numerosas las que no sabemos.
79
Sabiendo que el destino irremediable de nuestro mundo, el planeta Tie-
rra, es de ser calcinado por una estrella gigante roja en la que se convertirá
el Sol cuando agote la fusión de su combustible de hidrógeno, helio, carbo-
no, etc, para que sus capas exteriores de materia exploten y salgan dispara-
das al espacio exterior, mientras que, el resto de su masa se contraerá hacia
su núcleo bajo su propio peso, a merced de la gravedad, convirtiéndose en
una estrella enana blanca de enorme densidad y de reducido diámetro. Sa-
biendo eso, el hombre está poniendo los medios para que, antes de que lle-
gue ese momento (dentro de algunos miles de millones de años), poder es-
capar y dar el salto hacia otros mundos lejanos que, como la Tierra ahora,
reúna las condiciones físicas y químicas, la atmósfera y la temperatura ade-
cuadas para acogernos.
El irreversible final está entre los dos modelos que, de todas las formas
que lo miremos, es negativo para la Humanidad (si es que para entonces aún
existe). En tal situación, algunos ya están buscando la manera de escapar.
80
que se inflan y a su vez continúan creando otras nuevas más allá de nuestro
horizonte visible. Cada burbuja será un nuevo universo, o mini-universo en
los que reinarán escenarios diferentes o diferentes constantes y fuerzas.
81
ciones que influyen en la interpretación de cualquier teoría cosmológica fu-
tura cuántico-relativista. Hasta que no seamos capaces de exponer una teo-
ría que incluya la relatividad general de Einstein (la gravedad-cosmos) y la
mecánica cuántica de Planck (el cuanto-átomo), no será posible contestar a
ciertas preguntas.
82
los árboles y las montañas a las propias estrellas, no son sino vibraciones del
hiperespacio.
83
Necesitaremos paciencia, mucha curiosidad que satisfacer y estar dis-
puesto a realizar el trabajo necesario. Cuando en 1.900, Max Planck, el físi-
co alemán escribió un artículo sobre la radiación de cuerpo negro que él de-
cía emitirse en paquetes discretos, no continuos, a los que llamó “cuantos”,
nadie fue capaz de suponer que allí estaba la semilla de lo que más tarde se
conocería como la Teoría de la Mecánica Cuántica que describía a la perfec-
ción el sistema matemático que nos descubrió el universo del átomo, de lo
muy pequeño, infinitesimal. Por los años de 1.925 y 1.926, Edwin
Schrödinger, Werner Heisemberg y otros muchos desarrollaron esta teoría
que derribó las barreras de creencias firmes durante siglos.
Niels Bohr
84
empiezan a dominar cualquier proceso físico, y nos da cuenta de las propie-
dades extrañas y “contraintuitivas” de las partículas subatómicas.
A. C. Clarke
85
fíos en el laboratorio durante más de medio siglo. No hay desviación expe-
rimental conocida de esta regla.
86
nos explica el mecanismo de las partículas elementales en el universo mi-
croscópico del átomo.
87
De la fuerza fuerte, el Nobel Steven Weinberg, uno de los creadores del
Modelo Estándar, escribió: “Existe una larga tradición de la física teórica
que no afectó a todos, ni mucho menos, pero ciertamente me afectó a mí: la
que decía que las interacciones fuertes [eran] demasiado complicadas para
la mente humana”.
Este modelo de la física que explica las fuerzas que interaccionan con
las partículas creadoras de materia, no incluye la fuerza de la gravedad.
88
6. Al menos 19 constantes arbitrarias que describen las masas de las
partículas y las intensidades de las diversas interacciones. Estas diecinueve
constantes deben ser introducidas a la fuerza; no están determinadas en mo-
do alguno por la teoría.
Así las cosas, está claro que hay que buscar otro modelo.
89
dad requeriría, siendo escueto, un par de páginas de esta libreta y parecería
un galimatías de símbolos complejos sólo entendibles por expertos.
Hace tiempo que los físicos tratan de mejorar el Modelo Estándar con
otras teorías más avanzadas y modernas que puedan explicar la materia y el
espacio-tiempo con mayor amplitud y, sobre todo, incluyendo la gravedad.
Así que retomando la teoría de Kaluza de la quinta dimensión, se propuso la
teoría de supergravedad en 1.976 por los físicos Daniel Freedman, Sergio
Ferrara y Peter van Nieuwenhuizen, de la Universidad del Estado de Nueva
York en Stoney Brook que desarrollaron esta nueva teoría en un espacio de
once dimensiones.
90
Para desarrollar la superteoría de Kaluza-Klein en once dimensiones,
uno tiene que incrementar enormemente las componentes del interior del
Tensor métrico de Riemann (que Einstein utilizó en cuatro dimensiones, tres
de espacio y una de tiempo para su relatividad general y más tarde, Kaluza,
añadiendo otra dimensión de espacio, la llevó hasta la quinta dimensión
haciendo así posible unir la teoría de Einstein de la gravedad, con la teoría
de Maxwell del electromagnetismo), que ahora se convierte en el superten-
sor métrico de Riemann.
Einstein Maxwell
Yang-mills
Quarks-
Maxwell
leptones
Yang-mills
Quarks-leptones
91
La supergravedad casi consigue satisfacer el sueño de Einstein de dar
una derivación puramente geométrica de todas las fuerzas y partículas del
universo. Al añadir la supersimetría al Tensor métrico de Riemann, la métri-
ca se duplica en tamaño, dándonos la supersimetría de Riemann. Las nuevas
componentes del súper tensor de Riemann corresponden a quarks y lepto-
nes, casi todas las partículas y fuerzas fundamentales de la naturaleza: la
teoría de la gravedad de Einstein, los campos de Yang-Mills y de Maxwell y
los quarks y leptones. Pero el hecho de que ciertas partículas no estén en es-
ta imagen nos obliga a buscar un formalismo más potente:
La teoría de Supercuerdas
Luz
Gravedad
(Einstein)
Maxwel
Fuerza Nuclear
? Materia
(Yang-mills)
Quarks-
Luz
Fotón leptones
(Maxwel)
Quarks
Materia - Quarks-leptones Leptones
Hadrones
92
dad, el gravitón, ponemos el signo de interrogación, ya que se sabe que esta
ahí en algún sitio pero hasta la fecha no ha sido detectado.
Por otro lado, los físicos están casi seguros de que los leptones no están
compuestos de partículas más pequeñas. Sin embargo, esta sospecha no se
tiene en el caso de los quarks; no se sabe qué puede haber detrás de ellos.
Tan sólo se ha llegado a desconfinarlos junto con los gluones y por un breve
periodo de tiempo de los protones y neutrones que los mantenían aprisiona-
dos, formando – en esos breves instantes – una materia plasmosa. No es raro
oir dentro de la comunidad científica a los físicos teóricos hablando de pre-
quarks.
93
Y describe las interacciones que estas partículas tienen con las cuatro
fuerzas fundamentales de la naturaleza, sobre todo con las nucleares fuerte y
débil y la electromagnética; la gravedad se queda aparte del Modelo Están-
dar, ya que su incidencia con las partículas elementales es inapreciable co-
mo consecuencia de las infinitesimales masas de éstas, y ya sabemos que la
gravedad se deja sentir y se hace presente cuando aparecen las grandes ma-
sas como planetas, estrellas y galaxias.
94
horizonte que podría concluir como la teoría definitiva tan largamente bus-
cada.
Está muy claro para los físicos que, aunque teóricamente, en la TSC∗ se
pueden unir todas las fuerzas, todavía tenemos que seguir sosteniendo que la
gravedad resulta una fuerza solitaria para todos los efectos, ya que ha resis-
tido todos los intentos para saber, con certeza, si finalmente se podrá unir a
las otras fuerzas de la naturaleza. La gravedad está descrita por la teoría de
la relatividad general de Einstein y tiene una naturaleza esencialmente geo-
métrica. Se entiende como la curvatura del espaciotiempo alrededor de un
objeto masivo. En los gráficos, generalmente, se representa como un objeto
pesado sobre una superficie fina y tensa (una pelota o bola pesada de jugar a
los bolos que dejamos encima de una sábana extendida tirando de las cuatro
95
esquinas). El peso de la bola (materia) hundirá la sábana (espaciotiempo)
con mayor intensidad en la distancia más cercana a donde se encuentre su
masa.
96
gravitatorio de estrellas masivas en la etapa final de su existencia como es-
trella, acabado el combustible nuclear y no pudiendo fusionar hidrógeno en
helio, fusiona helio en carbono, después carbono en neón, más tarde neón en
magnesio y así sucesivamente hasta llegar a elementos más complejos que
no se fusionan, lo que produce la última resistencia de la estrella contra la
fuerza de gravedad que trata de comprimirla, se degeneran los neutrones
como último recurso hasta que, finalmente, la estrella explota en supernova
lanzando al espacio las capaz exteriores de su material en un inmenso fogo-
nazo de luz; el equilibrio queda roto, la fuerza de expansión que contrarres-
taba a la fuerza de gravedad no existe, así que, sin nada que se oponga la
enorme masa de la estrella supermasiva, se contrae bajo su propio peso, im-
plosiona hacia el núcleo, se reduce más y más, su densidad aumenta hasta lo
inimaginable, su fuerza gravitatoria crece y crece, hasta que se convierte en
una singularidad, un lugar en el que dejan de existir el tiempo y el espacio.
Allí no queda nada, ha nacido un agujero negro y a su alrededor nace lo que
se ha dado en llamar el Horizonte de Sucesos, que es una región del espacio,
alrededor del agujero negro que una vez traspasada no se podrá regresar;
cualquier objeto que pase esta línea mortal, será literalmente engullida por la
singularidad del agujero negro. De hecho, el telescopio espacial Hubble, ha
enviado imágenes captadas cerca de Sagitario X-1, en el centro de nuestra
galaxia, donde reside un descomunal agujero negro que, en las fotos envia-
das por el telescopio, aparece como atrapa la materia de una estrella cercana
y se la engulle.
97
siempre fue desalentador; las respuestas eran irreconocibles, sin sentido,
como una explosión entre materia y antimateria, un desastre.
98
de Planck, facilitan el espacio suficiente para incluir todas las fuerzas y to-
dos los componentes de la materia, tratando de postularse como la Teoría de
Todo.
99
Estos conocimientos y otros muchos que hoy posee la ciencia es el fru-
to de mucho trabajo, de la curiosidad innata al ser humano, del talento de al-
gunos y del ingenio de unos pocos, todo ello después de años y años de evo-
lución pasando los descubrimientos obtenidos de generación en generación.
Y no sería extraño que, al igual que Einstein pudo salir del callejón sin
salida en el que estaba metido, hasta que por fin apareció la geometría espa-
cial curva de Riemann para salvarlo que, de la misma manera, Witten y
otros, puedan salir del escollo en el que han quedado aprisionados con la
teoría de supercuerdas, gracias a las funciones modulares de aquel extraño
matemático llamado Ramanujan que, como Riemann, murió antes de cum-
plir los treinta y cinco años.
100
En el ranking de los científicos más importantes del mundo, elaborado
en función del impacto de los artículos publicados por cada cual en las re-
vistas científicas, los trabajos realizados y los libros, etc, que es un buen in-
dicador de la carrera de cada uno, no parece haber ninguna duda en que Ed
Witten, el físico-matemático estadounidense, tiene el número uno de esa lis-
ta, y muy destacado sobre el segundo. Aunque es Físico Teórico, en 1.990,
la Unión Internacional de Matemáticos le concedió la Medalla Field, algo
así como el primeo Nobel en matemáticas que no concede la Academia Sue-
ca. Es la figura más destacada en el campo de las supercuerdas, un compli-
cado entramado teórico que supera el gran contrasentido de que las dos ver-
tientes más avanzadas de la física, la teoría relativista de la gravitación y la
mecánica cuántica, sean incompatibles pese a que cada una por separado es-
tén más que demostradas.
101
con naturalidad la teoría de la relatividad general y la teoría mecánico-
cuántica; ahí, cuando eso se produce, está presente la belleza.
Hace muchos años que la física persigue ese modelo, la llaman Teoría
de Todo y debe explicar todas las fuerzas que interaccionan con las partícu-
las subatómicas que conforman la materia y, en definitiva, el universo, su
comienzo y su final, el hiperespacio y los universos paralelos. Esa es la teo-
ría de supercuerdas.
102
hoy rige y, como la nueva teoría, el horizonte se ampliará enormemente; el
cosmos se presentará ante nosotros como un todo, con un comienzo muy
bien definido y un final muy bien determinado.
Para cuando eso llegue, sabremos lo que es, como se genera y dónde
están situadas la esquiva materia oscura y energía invisible que sabemos que
están ahí, pero no sabemos explicar ni el qué ni el por qué.
103
netas. Mientras tanto, el Sol habrá explotado en nova y se convertirá en una
estrella enana blanca. Sus capas exteriores serán lanzadas al espacio estelar
y el resto de la masa del Sol se contraerá sobre sí misma. La fuerza de gra-
vedad reducirá más y más su diámetro, hasta dejarlo en unos pocos kilóme-
tros, como una gran pelota de enorme densidad que poco a poco se enfriará.
Un cadáver estelar.
Ese es el destino del Sol que ahora hace posible la vida en nuestro pla-
neta, enviándonos su luz y su calor, sin los cuales, no podríamos sobrevivir.
104
La Unidad Astronómica es la distancia que separa al planeta Tierra del
Sol, y equivale a 150 millones de kilómetros; poco más de 8 minutos luz.
Ahora pensemos que con nuestras actuales naves que alcanzan veloci-
dades de 50.000 km/h, tratáramos de llegar a Alfa Centauro. ¿Cuándo llega-
ríamos, en el supuesto caso de que no surgieran problemas durante el viaje?
105
El primero será buscar soluciones para escapar de nuestro sistema so-
lar, lo que en un futuro lejano, y teniendo encuentra que el avance tecnoló-
gico, es exponencial, parece que dicho problema puede tener una solución
dentro de los límites que la lógica nos puede imponer. El segundo parece
más serio, ¡escapar de nuestro universo! Pero… ¿a dónde podríamos esca-
par? Stephen Hawking y otros científicos nos hablan de la posibilidad de
universos paralelos o múltiples; en unos puede haber condiciones para al-
bergar la vida y en otros no. ¿Pero cómo sabremos que esos universos exis-
ten y cuál es el adecuado para nosotros? ¿Cómo podremos escapar de este
universo para ir a ese otro?
Son preguntas que nadie puede contestar hoy. La Humanidad, para sa-
ber con certeza su futuro, tendrá que seguir trabajando y buscando nuevos
conocimientos y, para dentro de unos milenios (si antes no se destruye a sí
misma), seguramente, habrá obtenido algunas respuestas que contestarán es-
ta difícil pregunta que, a comienzos del siglo XXI, nadie está capacitado pa-
ra contestar.
106
de Higgs que proporciona la masa a todas las partículas, y tratará de despe-
jar interrogantes que en los aceleradores actuales no pueden ser contestados.
107
transmisoras y se llega a los quarks y leptones de la materia. Es la primera
teoría que ha sido capaz de unir la relatividad y la mecánica cuántica.
Max Planck nos trajo su cuanto de acción, h, que dio lugar a la mecáni-
ca cuántica al descubrir que la energía se transmite en forma discontinua
mediante paquetes discretos a los que llamó cuantos. También fue obra de
Planck perfeccionar las unidades de Stoney y nos dejó esas cantidades natu-
rales de tiempo, espacio, energía y masa.
108
onda nos dice la probabilidad que tenemos para encontrar esa partícula y en
qué lugar se encuentra.
El jefe de estación observa como para el tren que viaja a 60 km/h. Pue-
de ver como un niño que viaja con su padre, sentado junto a él, se asoma por
la ventanilla y arroja una pelota, en el mismo sentido de la marcha del tren,
impulsándola con una fuerza de 20 km/h. Si el que mide la velocidad de la
pelota es el jefe de estación, comprobará que ésta va a 80 km/h, los 60 km a
los que viaja el tren, más los 20 km a los que el niño lanzó la pelota; ambas
velocidades se han sumado. Sin embargo, si la velocidad de la pelota es me-
dida por el padre del niño que también va viajando en el tren, la velocidad
será de 20 km/h, sólo la velocidad de la pelota; no se suma la velocidad del
tren, ya que quien mide está montado en él y por lo tanto esta velocidad no
cuenta. La velocidad de la pelota será distinta dependiendo de quien la mida,
si el observador está en reposo o en movimiento.
109
Tal afirmación dio lugar a la conocida como paradoja de los gemelos.
Resulta que dos hermanos gemelos de 28 años de edad se han preparado,
uno para arquitecto y el otro para astronauta. El hermano astronauta se dis-
pone a realizar un viaje de inspección hasta Alfa Centauri y su hermano se
queda en la Tierra esperando su regreso.
110
hoy, cerca de un siglo después, se están recogiendo resultados. Así de pro-
funda, importante y compleja (dentro de su sencillez y belleza) son las ecua-
ciones de Einstein que un siglo después continua enviando mensajes nuevos
de cuestiones de vital importancia. La teoría M también tiene su origen en la
relatividad general que curva el espacio y distorsiona el tiempo en presencia
de grandes masas, haciendo posible la existencia de agujeros negros y aguje-
ros de gusano que según algunos, serán la posible puerta para viajar a otros
universos y a otro tiempo.
Cuestiones tan básicas como estas son ignoradas por la inmensa mayo-
ría del común de los mortales que, en la mayor parte de los casos tiene una
información errónea y deformada de las cosas que se han transmitido de
111
unos a otros de oída, sin base científica alguna y, generalmente, confundien-
do los términos y los conceptos.
En ese examen del conocimiento básico sobre el lugar donde nos en-
contramos o cómo funciona el Sol, los examinados se llevaron a sus casas
(como diría Aznar) un cero patatero. Lástima, pero así son las cosas, y lo
grave es que el resultado de la encuesta habría sido el mismo en cualquier
parte. A la inmensa mayoría de las veces en que alguien expone conoci-
mientos científicos, ocurre lo mismo, no va nadie del pueblo llano, ni por
curiosidad y, de ser así (he sido testigo), a los diez minutos están bostezan-
do. A esta mayoría, la inteligencia les persigue, pero ellos son mucho mas
rápidos.
112
Está claro que la mayoría de las veces, no hacemos la pregunta adecua-
da porque nos falta conocimiento para realizarla. Así, cuando se hacen nue-
vos descubrimientos nos dan la posibilidad de hacer nuevas preguntas, ya
que en la ciencia, generalmente, cuando se abre una puerta nos lleva a una
gran sala en la que encontramos otras puertas cerradas y tenemos la obliga-
ción de buscar las llaves que nos permitan abrirlas para continuar. Esas
puertas cerradas esconden las cosas que no sabemos y las llaves son retazos
de conocimiento que nos permiten entrar en esos nuevos compartimentos
del saber.
Siempre habrá gente que se preocupe por los demás y harán el trabajo
necesario para sacarles las castañas del fuego. Esa gente a la que me refiero,
son los “chiflados” científicos, siempre en las nubes todos ellos, y no como
los políticos “tan pendiente siempre de solucionar nuestros problemas”.
Pero dejemos el tema de la política para evitar que esto termine como
el rosario de la aurora. Contemplando lo que ocurre, la desfachatez de los
gobernantes que retuercen la ley para hacernos creer que esta dice todo lo
contrario que pretendía el legislador al promulgarla, para así conseguir sus
fines particulares y de partido a costa de dar una patada al trasero del bien
general. Contemplando esto, digo, me entrar ganas, asqueado, de realizar un
viaje en el tiempo y desaparecer de este mezquino, injusto e hipócrita mo-
mento.
113
tigo del vasto panorama de la Historia; coloca la aguja para el pasado o para
el futuro, señala el año que desea visitar y las guerras y civilizaciones pasan
vertiginosamente ante sus ojos y la máquina se detiene en el año, mes y día
que él señaló en una especie de dial.
Otra máquina del tiempo podría tener el siguiente aspecto. Si puede en-
contrarse materia exótica y dársele la forma de metal, entonces la forma
ideal sería probablemente un cilindro. Un ser humano está situado en el cen-
tro del cilindro. La materia exótica distorsiona entonces el espacio y el
tiempo a su alrededor, creando un agujero de gusano que se conecta a una
parte lejana del universo en un tiempo diferente. En el centro del vértice está
el ser humano, que no experimenta más que 1 g de tensión gravitatoria
cuando es absorbido en el agujero de gusano y se encuentra así mismo en el
otro extremo del universo.
114
mantener un agujero de gusano, como se ha dicho, con materia exótica que,
de momento, no parece fácil de conseguir.
Este concepto más bien simple se conoce con un título que suena com-
plicado: la condición de energía media débil (AWEC). Como Thorne tiene
cuidado de señalar, la AWEC debe ser violada; la energía debe hacerse tem-
poralmente negativa para que el viaje en el tiempo tenga éxito. Sin embargo,
la energía negativa ha sido históricamente anatema para los relativistas, que
advierten que la energía negativa haría posible la antigravedad y un montón
de otros fenómenos que nunca se han visto experimentalmente, y que desde
luego, nos vendrían como anillo al dedo para solucionar serios problemas.
115
Cuando Casimir publicó su artículo, se encontró con un fuerte escepti-
cismo. Después de todo, ¿cómo pueden atraerse dos objetos eléctricamente
neutros, violando así las leyes normales de la electricidad clásica? Esto era
inaudito. Sin embargo, 10 años después, en 1.958, el físico M. J. Sparnaay
observó este efecto en el laboratorio, exactamente como predijo Casimir.
Desde entonces, ha sido bautizado como el “efecto Casimir”.
Los dos físicos, Hawking y Thorne, muy amigos, tienen una apuesta
sobre el tema. ¿Quién la ganará? Puede suceder que la respuesta llegue
cuando ninguno de los dos exista.
Claro que, para ello, antes habrá que conseguir unificar la Relatividad
General de Einstein (la gravitación universal), con la Mecánica Cuántica de
Planck (el microcosmos, el átomo), lo que de nuevo nos lleva al punto de
partida:
“La teoría M o supercuerdas”
116
Lo gracioso de todo esto es que Stephen Hawking, que discrepa de la
propuesta de Kip. S. Thorne, ha propuesto una nueva teoría de agujeros de
gusano que es incluso más fantástica. En lugar de conectar el presente y el
pasado, Hawking propone utilizar agujeros de gusano ¡para conectar nuestro
universo con un número infinito de universos paralelos!
Por mi parte, con lo poco que sé, tengo más que suficiente. Algún día
lejos en el futuro podremos, como vaticinan estos dos grandes físicos de
hoy, viajar en el tiempo del mañana.
Está claro que todos estos temas futuristas son semillas de grandes con-
troversias entre los físicos que, en todo lo nuevo que surge redividen en dos
grupos, los que están a favor y los que no lo están.
117
la teoría de cuerdas que exige descender en el microcosmos hasta 10-33 cm,
la longitud de Planck que está dada por L p = (Gh c 3 ) , donde G es la
constante gravitacional, ћ es la constante de Planck racionalizada y c la ve-
locidad de la luz. El valor de la longitud de Planck es del orden de 10-35 m
(veinte órdenes de magnitud menor que el tamaño del protón 10-15 m). Para
llegar a esa longitud, se necesitan 1019 GeV, energía que nuestra tecnología
actual es incapaz de facilitarnos.
1 8π
¿Qué sería de la cosmología actual sin Rµv − gµνR = 2 GTµν ? Es la
2 c
ecuación de Einstein donde Tµν es el tensor energía-momento que mide el
contenido de materia-energía, mientras que Rµν es el Tensor de curvatura de
Riemann contraído que nos dice la cantidad de curvatura presente en el hi-
perespacio.
118
Los físicos teóricos realizan un trabajo impagable. Con imaginación
desbordante efectúan continuamente especulaciones matemáticas referidas a
las ideas que bullen en sus mentes. Claro que, de tener éxito, no sería la
primera vez que descubrimientos teóricos en la ciencia física terminan dan-
do en el claro y dejando al descubierto de manera espectacular lo que real-
mente ocurre en la naturaleza. Los ejemplos son muchos:
119
Uno de los problemas ligados a las supercuerdas y que más resalta es el
que tiene que ver con la propia pequeñez de las cuerdas, esos infinitesimales
objetos vibrantes. Mientras más pequeño es algo, más difícil es de ver. Estas
cuerdas son tan pequeñas que nuestra actual tecnología no es suficiente para
bajar a esa escala microscópica para permitirnos experimentar en esas di-
mensiones; la energía necesaria para ello (como ya dije antes) no está a
nuestro alcance en el mundo actual. Esa es la frustración de sus creadores y
adeptos; no pueden demostrarla o ver si están equivocados. En la ciencia, no
basta con sólo una bonita teoría bien elaborada y de fascinante presencia;
hay que ir más allá, experimentar y comprobar con certeza lo que nos está
diciendo.
120
En lo concerniente a cambios y transformaciones, el que más me ha lla-
mado siempre la atención es el de las estrellas que se forman a partir de gas
y polvo cósmico. Nubes enormes de gas y polvo se van juntando. Sus molé-
culas cada vez más apretadas se rozan, se ionizan y se calientan hasta que en
el núcleo central de esa bola de gas caliente, la temperatura alcanza millones
de grados. La enorme temperatura hace posible la fusión de los protones y,
en ese instante, nace la estrella que brillará durante miles de millones de
años y dará luz y calor. Su ciclo de vida estará supeditado a su masa. Si la
estrella es supermasiva, varias masas solares, su vida será más corta, ya que
consumirá el combustible nuclear de fusión (hidrógeno, helio, litio, oxígeno,
etc) con más voracidad que una estrella mediana como nuestro Sol, de vida
más duradera.
Para hacernos una idea y entender algo mejor la fuerza de gravedad que
puede generar la singularidad de un agujero negro (que es el destino final las
estrellas súper masivas), pongamos el ejemplo de un objeto más cercano, el
planeta Tierra.
121
sa cualquiera, desde una molécula de gas a una nave espacial. La velocidad
de escape de un cuerpo está dada por 2GM / R , donde G es la constante
gravitacional, M es la masa del cuerpo y R es la distancia del objeto que es-
capa del centro del cuerpo. Un objeto que se mueva con una velocidad me-
nor que la de escape entra en una órbita elíptica; si se mueve a una veloci-
dad exactamente igual a la de escape, sigue una órbita parabólica, y si el ob-
jeto supera la velocidad de escape, se mueve en una trayectoria hiperbólica
y rompe la atadura en que la mantenía sujeto al planeta, la estrella o el obje-
to que emite la fuerza gravitatoria.
Las singularidades de los agujeros negros están rodeados por una cir-
cunferencia invisible a su alrededor que marca el límite de su influencia. El
objeto que traspasa ese límite es atraído, irremisiblemente, hacia la singula-
ridad que lo engulle, sea una estrella, una nube de gas o cualquier otro obje-
to cósmico que ose traspasar la línea que se conoce como horizonte de suce-
sos del agujero negro.
122
La existencia de los agujeros negros fue deducida por Schwarzschild,
en el año 1.916, a partir de las ecuaciones de Einstein de la relatividad gene-
ral. Este astrónomo alemán predijo su existencia, pero el nombre de agujero
negro se debe a Wehleer.
En nuestra galaxia, con cien mil años luz de diámetro y unos doscien-
tos mil millones de estrellas, ¿cuántos agujeros negros habrá?
Para mí, la cosa está clara: el tiempo es imparable, el reloj cósmico si-
gue y sigue andando sin que nada lo pare, miles o cientos de miles, millones
y millones de estrellas súper masivas explotarán en brillantes supernovas
para convertirse en temibles agujeros negros.
Esa fuerza de la naturaleza que ahora está sola, no se puede juntar con
las otras fuerzas que, como se ha dicho, tienen sus dominios en la mecánica
cuántica, mientras que la gravitación residen en la inmensidad del cosmos;
123
las unas ejercen su dominio en los confines microscópicos del átomo, mien-
tras que la otra sólo aparece de manera significativa en presencia de grandes
masas estelares. Allí, a su alrededor, se aposenta curvando el espacio y dis-
torsionando el tiempo.
124
porará en el espacio y nuestro planeta será destruido por una
catástrofe de proporciones que ni podemos imaginar.”
Así las cosas, no parece que la Humanidad del futuro lo tenga nada fá-
cil. Primero tendrá que escapar, dentro de unos 4.000 millones de años del
gigante rojo en que se convertirá el Sol que calcinará al planeta Tierra. Se-
gundo, en unos 10.000 millones de años, la escapada tendrá que ser aún más
lejana; la destrucción será de la propia galaxia que se fusionará con otra ma-
yor sembrando el caos cósmico del que difícilmente se podría escapar que-
dándonos aquí. Por último, el final anunciado, aunque para más largo tiem-
po, es el del propio universo que, por congelación o fuego, tiene los eones
contados.
125
Si lo alcanzaremos o no, es imposible de contestar, no tenemos los da-
tos necesarios para ello. Incluso se podría decir que aparte de estas catástro-
fes futuras que sabemos a ciencia cierta que ocurrirán, seguramente existan
otras que están ahí latentes en la incertidumbre de si finalmente ocurren o
no, sólo pendiente de decidir lo uno o lo otro por parámetros ocultos que no
sabemos ni que puedan existir.
Sin embargo, tampoco es así. Que se sepa, no existe ningún otro grupo
inteligente que esté capacitado para tratar de todas estas cuestiones. Que la
especie humana sea consciente de dónde vino y hacia dónde va, en verdad
tiene bastante mérito, y más, si consideramos que nuestro origen está a par-
tir de materia inerte evolucionada y compleja que, un día, hace probable-
mente miles de millones de años, se fraguó en estrellas muy lejanas.
126
La característica más notable de la teoría de cuerdas (como ya he seña-
lado), es que la teoría de la gravedad de Einstein está contenida automáti-
camente en ella. De hecho, el gravitón (el cuanto de gravedad) emerge como
la vibración más pequeña de la cuerda cerrada, es más, si simplemente aban-
donamos la teoría de la gravedad de Einstein como una vibración de la cuer-
da, entonces la teoría se vuelve inconsistente e inútil. Esta, de hecho, es la
razón por la que Witten se sintió inicialmente atraído hacia la teoría de cuer-
das.
127
La teoría de cuerdas, a partir del descubrimiento Veneziano-Suzuki, es-
taba evolucionando hacia atrás buscando las huellas de Faraday, Riemann,
Maxwell y Einstein para poder construir una teoría de campos de cuerdas.
De hecho, toda la física de partículas estaba basada en teoría de campos. La
única teoría no basada en teoría de campos era la teoría de cuerdas.
Como antes expliqué, las cuerdas asociadas con los bosones sólo son
consistentes como teorías cuánticas en un espacio-tiempo de 26 dimensio-
nes; aquella asociadas con los fermiones sólo lo son en un espacio tiempo de
10 dimensiones. Ya se ha explicado antes que las dimensiones extras, ade-
más de las normales que podemos constatar, tres de espacio y una de tiem-
po, como la teoría de Kaluza-Klein, están enrolladas en una distancia de
Planck. De momento, inalcanzables.
128
lización, que plagan todos los intentos de construir una teoría cuántica de
campos que incorpore la gravedad. Hay algunas evidencias de que la teoría
de supercuerdas está libre de infinitos, pero se está a la búsqueda de la prue-
ba definitiva.
Habrá que tener siempre a mano las ecuaciones de Einstein, las funcio-
nes modulares de Ramanujan y el Supertensor métrico de ese genio mate-
mático que, al igual que Ramanujan, fue un visionario llamado Riemann.
Las historias de estos dos personajes, en cierto modo, son muy pareci-
das. Tanto Riemann como Ramanujan murieron antes de cumplir los 40
años y, también en ambos casos, en condiciones difíciles. Estos personajes
desarrollaron una actividad matemática sólo comparable al trabajo de toda la
vida de muchos buenos matemáticos.
∗
Paridad: Símbolo P. Propiedad de la función de ondas que determina su comportamiento
cuando todas sus coordenadas espaciales son invertidas.
129
la teoría cuántica, debo corregir algo esta afirmación, y para decirlo correc-
tamente debería decir: las leyes de la naturaleza se simplifican cuando se
expresan coherentemente en dimensiones más altas. Al añadir la palabra co-
herentemente hemos señalado un punto crucial. Esta ligadura nos obliga a
utilizar las funciones modulares de Ramanujan, que fijan en diez de dimen-
siones del espacio-tiempo. Esto a su vez, puede facilitarnos la clave decisiva
para explicar el origen del universo.
130
precisa de estas constantes y de las unidades que las describen (Stoney,
Planck, etc).
131
También de pasada hemos comentado sobre el principio de incerti-
dumbre de Heisemberg, la función de onda de Schrödinger, el cuanto de
Planck, el positrón de Dirac, la nueva teoría de Witten, el radio de
Schwarzschild que, a partir de las ecuaciones de Einstein dedujo la existen-
cia de agujeros negros con su singularidad y el horizonte de sucesos, punto
sin retorno de lo que pueda traspasar sus límites.
132
Muchos más también han hecho posible llegar al punto en que nos en-
contramos. Sería imposible mencionarlos a todos, sin embargo, aunque sin
mencionar sus nombres, dejemos aquí un homenaje a todos ellos junto con
nuestro agradecimiento; sin sus contribuciones todos nosotros estaríamos
peor.
Es bueno para el ser humano que sepa el por qué de las cosas, que se
interese por lo que ocurre a su alrededor, por su planeta que le acoge, por el
lugar que ocupamos en el universo, por cómo empezó todo, cómo terminará
y qué será del futuro de nuestra civilización y de la Humanidad en este uni-
verso que, como todo, algún día lejano del futuro terminará.
Para evitar eso se está trabajando desde hace décadas. Se buscan for-
mas de superar dificultades que nos hacen presas fáciles de los elementos.
La naturaleza indomable, sus leyes y sus fuerzas, hoy por hoy son barreras
insuperables, para poder hacerlo, necesitamos saber.
El saber nos dará soluciones para conseguir más energías, viajar más
rápido y con menos riesgos, vivir mejor y más tiempo, superar barreras hoy
impensables como las del límite de Planck, la barrera de la luz (para poder
viajar a las estrellas) y el saber también posibilitará, algún día, que nuestras
generaciones futuras puedan colonizar otros mundos en sistemas solares de
estrellas lejanas, viajar a otras galaxias, viajar a otro tiempo y, finalmente,
viajar para escapar de nuestro destino, a otros universos.
133
Sí, lo sé, algunos de los que esto puedan leer pensarán que estoy fanta-
seando, pero la verdad es que no he hablado con más seriedad en mi vida, ya
que, si no fuera como estoy diciendo, entonces, ¿para qué tantas calamida-
des, desvelos y sufrimientos?
Creo que la Humanidad tiene que cumplir su destino, primero en las es-
trellas lejanas, en otros mundos dentro y fuera de nuestra galaxia, y des-
pués…, ¿quién sabe?
134
135
136
PASADO, PRESENTE Y FUTURO
137
PRESENTACIÓN
El autor
138
Pasado, Presente y Futuro…
En realidad, una ilusión que se llama ¡Tiempo!
----- o -----
139
Nos referimos al tiempo en múltiples ocasiones y para distintas situa-
ciones y motivos, como al referirnos a la duración de las cosas sujetas a
cambios, época durante la cual ocurrieron unos hechos, edad de los objetos,
estación del año, el período de vida de alguien desde que crece hasta que de-
ja de existir, ocasión o coyuntura de hacer algo, cada uno de los actos suce-
sivos en que dividimos la ejecución de un trabajo, y otros mil temas que re-
quieren la referencia temporal.
140
Minkowski, un antiguo profesor de Einstein, cuando repasó el trabajo
de la relatividad especial, se dio cuenta de que a partir de ese momento se
tendría que hablar del continuo espacio-temporal; el espacio y el tiempo de-
jan de estar separados, dejan de considerarse como entidades distintas, para
pasar a estar conectados; conexión que, desde el punto de vista matemático,
la dan las transformaciones de Lorentz.
141
La diferencia fundamental entre la mecánica clásica y la mecánica rela-
tivista radica en el hecho de que, en el primer caso, la velocidad de un cuer-
po es diferente para un observador en reposo y para otro en movimiento, es
decir, es un concepto relativo; sin embargo, en el segundo caso la velocidad
es un concepto absoluto, no cambia con el movimiento. No obstante, como
cociente que es entre dos magnitudes fundamentales, espacio y tiempo, el
hecho de que dos velocidades que deben ser diferentes sean iguales obliga a
que exista una variación en el espacio y el tiempo. Así, se debe producir un
acortamiento de los metros y un retrasamiento del tiempo. En la mecánica
de Newton, por el contrario, los metros y los segundos son invariables.
(1) (2)
t − t0
L = L0 1 − v 2 c 2 ;
1 − v2 c2
142
De donde se sigue que, L0 es la longitud en reposo (por ejemplo una
barra), L es la longitud cuando el objeto se desplaza a velocidad v y c es la
velocidad de la luz.
La mecánica clásica estudia los fenómenos a una escala tal que v < c,
por lo que estos cambios son apreciables.
Simultaneidad
vx
t−
x − vt c2
x' = ; y ' = y; z ' = z; t' =
(1 − β ) 2
(1 − β ) 2
143
• Los objetos se contraen en el sentido de su marcha si sus ve-
locidades son relativistas (cercanas a c, la velocidad de la luz).
144
partida tenía la misma edad, soportarán el transcurso de varias decenas de
años y ahora sean viejos.
( )
Así lo demuestra 1 − v 2 c 2 . Son los efectos predichos por la teoría
de la relatividad especial de Einstein; los tiempos son relativos al movimien-
to de los observadores. El reloj viajero es más lento en un factor = ecuación
arriba reseñada.
El Big Bang es la teoría más acertada del origen y evolución del uni-
verso que se originó a partir de un estado inicial de alta temperatura y densi-
dad que, desde entonces, ha estado siempre expandiéndose, y es precisa-
mente esta expansión la que da lugar al espacio (cada vez mayor) que abarca
el universo y, al mismo ritmo, crece o transcurre el tiempo inexorable.
145
puesto en este trabajo compensa sus posibles deficiencias y el lector sabrá
disculpar las mismas.
El tiempo será la mejor herramienta con la que podemos contar para re-
solver todos los problemas. Así lo dijo Hilbert:
146
En la tumba de David Hilbert (1862-1943), en el cementerio de Gotin-
ga (Alemania), dice:
147
está, de las imposibilidades físicas que, en este momento, no tenemos la ca-
pacidad intelectual para enumerar. La verdad es que nuestra especie es in-
mortal. Sí, lo sé, a nivel individual morimos pero…, debemos tener un hori-
zonte más amplio y evaluar una realidad más global y, sobre todo, a más
largo plazo. Todos dejamos aquí nuestro granito de arena, lo que consegui-
mos no se pierde y nuestras antorchas son tomadas por aquellos que nos si-
guen para continuar el trabajo emprendido, ampliar los conocimientos, per-
feccionar nuestros logros y pasar a la fase siguiente.
148
forma de luz y calor, energía termonuclear de la que, una parte, llega al pla-
neta Tierra y hace posible la vida.
149
Cuando dos moléculas de hidrógeno se junta con una de oxígeno
(H2O), tenemos el preciado líquido que llamamos agua y sin el cual la vida
no sería posible.
Así las cosas, parece lógico pensar que conforme a todo lo antes dicho,
los seres humanos deberán fijarse en los procesos naturales (en este caso el
Sol y su producción de energía) y, teniendo como tiene a su disposición la
materia prima (el hidrógeno de los océanos), procurar investigar y construir
las máquinas que sean necesarias para conseguir la fusión, la energía del
Sol.
150
Con una elección adecuada de los materiales para el propio
dispositivo de fusión, sus residuos no serán ninguna carga para las
generaciones futuras.
Para producir la energía de fusión sólo tenemos que copiar lo que hace
el Sol. Tenemos que hacer chocar átomos ligeros de hidrógeno para que se
fusionen entre sí a una temperatura de 15 millones de grados Celsius, lo que,
en condiciones de altas presiones (como ocurre en el núcleo del Sol) produ-
ce enormes energías según la formula E = mc2 que nos legó Einstein demos-
trando la igualdad de la masa y la energía.
¡TIEMPO!
Sí, es el tiempo el factor que juega a nuestro favor para conseguir nues-
tros logros más difíciles, para poder responder preguntas de las que hoy no
tenemos respuesta, y es precisamente la sabiduría que adquirimos con el pa-
so del tiempo la que nos posibilita para hacer nuevas preguntas, más pro-
fundas que las anteriores y que antes, por ignorancia, no podríamos hacer.
Cada nuevo conocimiento nos abre una puerta que nos invita a entrar en una
nueva región donde encontramos otras puertas cerradas que tendremos que
abrir para continuar nuestro camino. Sin embargo, hasta ahora, con el
“tiempo” suficiente para ello, hemos podido franquearlas hasta llegar al
momento presente en el que estamos ante puertas cerradas con letreros en
los que se puede leer: fusión, teoría M, viajes espaciales tripulados, nuevas
formas de materia, el gravitón, la partícula de Higgs, las ondas de energía de
151
los agujeros negros, hiperespacio, otros universos, materia oscura, y otras
dimensiones.
Todas esas puertas y muchas más nos quedan por abrir. Además, tene-
mos ante nuestras narices puertas cerradas que llevan puesto el nombre de:
genética, nanotecnología, nuevos fármacos, alargamiento de la vida media,
y muchas más en otras ramas de la ciencia y del saber humano.
Siempre encontramos las huellas del paso del tiempo, aparecen sutiles
efectos que delata el sentido del paso del tiempo, aunque es algo que no se
puede ver ni tocar, su paso se deja sentir, lo nuevo lo va convirtiendo en vie-
jo, con su transcurrir, las cosas cambian. La misma Tierra, debido a las fuer-
zas de marea, con el paso del tiempo va disminuyendo muy lentamente su
rotación alrededor de su eje (el día se alarga) y la distancia media entre la
Tierra y la Luna crece. El movimiento de un péndulo, con el tiempo dismi-
nuye lentamente en su amplitud por las fuerzas de rozamiento. Siempre está
presente ese fino efecto delator del sentido del paso del tiempo que va
creando entropía destructora de los sistemas que ven desaparecer su energía
y cómo el caos lo invade todo.
152
• ¿Por qué unas veces te parece que el tiempo “pasa rápido” y
otras veces “muy lento”?
• ¿Crees que el tiempo estaba antes del Big Bang? ¿Por qué?
153
Han pasado muchos periodos de tiempo desde entonces, y la humani-
dad, en verdad, aprovechó el tiempo. No quiero decir que en todos los ámbi-
tos humanos del comportamiento tengamos que felicitarnos, hay algunos
(aún hoy) de los que el sonrojo es inevitable, pero eso es debido a que la
parte animal que llevamos en nosotros está de alguna manera presente, y los
instintos superan a veces a la racionalidad. Aún no hemos superado el pro-
ceso de humanización. Sin embargo, los logros conseguidos no han sido po-
cos; el “tiempo” está bien aprovechado si pensamos que hace sólo unos mi-
les de años no sabíamos escribir, vagamos por los campos cazando y co-
giendo frutos silvestres y no existían organizaciones sociales ni poblaciones.
Desde entonces, el salto dado en todos los campos del saber ha sido tremen-
do.
Hemos podido saber que ese universo está en expansión y que las ga-
laxias se alejan las unas de las otras. Se ha podido deducir que el universo
surgió de una explosión a la que llamamos el Big Bang hace ahora 13.500
millones de años. A partir de una singularidad, un punto de energía y densi-
dad infinitas, surgió el universo que, desde entonces, junto con el espacio y
el tiempo continúa expandiéndose.
Surgieron los primeros quarks libres que se juntaron para formar pro-
tones y neutrones que, a su vez, se unieron y formaron núcleos que, al tener
energía positiva, atrajeron a los electrones, de energía negativa, formándose
así lo átomos estables.
154
Pero la expansión del joven universo continuó imparable. La tempera-
tura fue descendiendo y la simetría se rompió, lo que dio lugar a que donde
sólo había una sola fuerza aparecieran cuatro. Las fuerzas nucleares, fuerte y
débil, el electromagnetismo y la gravedad surgieron de aquella simetría rota
y como hemos dicho antes, surgieron los primeros quarks para, con los elec-
trones, fabricar la materia que está hecha de quarks y leptones. Más tarde, la
luz apareció al quedar libres los fotones y donde antes todo era opacidad,
surgió la transparencia. Pasaron unos doscientos mil años antes de que na-
cieran las primeras estrellas y se formaran las galaxias.
Ese inmenso tiempo que hemos tenido desde que asombrados mirába-
mos brillar las estrellas sobre nuestras cabezas sin saber lo que eran, o bien,
asustados nos encogíamos ante los rayos amenazadores de una tormenta o
huíamos despavoridos ante el rugido aterrador de la Tierra con sus temblo-
res de terremotos pavorosos o explosiones inmensas de enormes montañas
que vomitaban fuego.
155
Una de las propiedades del “tiempo” es que en su transcurrir pasan co-
sas. Estas cosas que pasan, estos sucesos, los reunimos y los guardamos, lo
llamamos historia y nos sirven para recordar y aprender. De lo bueno que
pasó para repetirlo y mejorarlo, de lo malo para procurar que no vuelva a
ocurrir.
Hace mil quinientos años que San Agustín, filosofo y sabio obispo de
Hipona, preguntó: “¿qué es el tiempo?” Y se respondió a sí mismo: “Si al-
guien me lo pregunta, sé lo que es. Pero si deseo explicarlo, no puedo
hacerlo”.
156
con más fortunas que otros, con más interés o con mejor lógica científica de-
jaron sus definiciones que, de todas formas, nunca llegaron a llenar ese va-
cío de una explicación convincente, sencilla, que todo el mundo comprenda
y que esté basada en principios naturales que nos digan su origen, su trans-
currir y, si es que lo hay, su final, porque ¿es el tiempo infinito?
Luego si el tiempo nació con el Big Bang, es probable que finalice con
el Big Crunch. Es una posibilidad.
157
Reloj de Cesio
158
Una vez dejada la reseña básica de lo que es el átomo y donde están si-
tuados los electrones por capas o niveles alrededor de su núcleo, veamos el
fenómeno principal de este comentario referido a “esquivar el tiempo”.
¿Por dónde hizo el viaje? ¿En qué lugar se escondió mientras desapare-
ció? ¿Cómo pudo aparecer simultáneamente en otro lugar, sin recorrer la
distancia existente entre el nivel de partida y el de llegada? Y, ¿cómo esqui-
vó el tiempo para que todo ocurriera simultáneamente?
Necesitamos tiempo para cambiar las cosas. Sobre todo, la cultura cien-
tífica de los pueblos. Hace pocas fechas sentí vergüenza en la sala de espera
de un consultorio médico. Todos los allí presentes, esperando su turno, leían
revistas de índole diversa (generalmente de las mal llamadas “del corazón”
que mejor deberían llamarse “de la degradación”). De pronto, en un grupito
de tres mujeres que no se recataban en contar sus intimidades en alta voz,
una soltó: ¡leamos el horóscopo!
Sinceramente creo que son los gobiernos los que fomentan este tipo de
sociedades “no pensantes” que se pueden guiar fácilmente con los progra-
159
mas “basura” de las televisiones que facilitan y colaboran a que no levante-
mos cabeza.
¡¡ Es una pena!!
Por otra parte, la pena que se siente por tal situación está fundada, prin-
cipalmente, en la impotencia que produce el comprobar la cantidad de ma-
ravillas que se pierden este número inmenso de personas que, desgraciada-
mente, nunca disfrutarán de los enormes logros y descubrimientos científi-
cos que desde hace miles de años, fueron y están siendo conquistados por la
humanidad de la que forman parte.
160
de estas cuestiones, todas tan importantes, serán desconocidas para el
99’99% de los encuestados. ¡Una auténtica calamidad!
Para seguir avanzando habrá que eliminar esta clase de sociedad abe-
rrante, lo que de nuevo nos lleva a la misma cruda realidad, necesitamos
tiempo… y buena voluntad. Pero sigamos con lo nuestro.
*
La medida de tiempo elegida es el segundo, que en las unidades del SI tiene el símbolo s y
su duración es igual a la duración de: hertzios = 9 192 631 770 periodos de la radiación co-
rrespondiente a la transición entre dos niveles hiperfinos del estado fundamental del átomo
de cesio-133.
161
perspectivas y formas o enfoques de mirar el tiempo, no me puedo resistir
aquí una reseña de lo que es el…
Tiempo de Planck
162
espectral particular de átomo de cesio-133, o nos referimos a lo que se co-
noce como tiempo civil, tiempo coordinado, tiempo de crecimiento, tiempo
de cruce, tiempo de integración, tiempo de relajación, tiempo dinámico o
dinámico de Baricéntrico, dinámico terrestre, tiempo terrestre, tiempo de
Efemérides, de huso horario, tiempo estándar, tiempo local, tiempo luz,
tiempo medio, etc, etc. Cada una de estas versiones del tiempo tiene una
respuesta diferente, ya que no es lo mismo el tiempo propio que el tiempo
sidéreo o el tiempo solar, o solar aparente, o solar medio, o tiempo terrestre,
o tiempo universal. Como se puede ver, la respuesta dependerá de cómo
hagamos la pregunta.
En realidad, para todos nosotros el único tiempo que rige es el que te-
nemos a lo largo de nuestras vidas; los otros tiempos, son inventos del hom-
bre para facilitar sus tareas de medida, de convivencia o de otras cuestiones
técnicas o astronómicas pero, sin embargo, el tiempo es sólo uno; ese que
comenzó cuando nació el universo y que finalizará cuando éste llegue a su
final.
163
Como contraposición a estas enormes densidades de las enanas blan-
cas, estrellas de neutrones y agujeros negros, existen regiones del espacio
que contienen menos galaxias que el promedio o incluso ninguna galaxia; a
estas regiones las conocemos como vacío cósmico. Han sido detectados va-
cíos con menos de una décima de la densidad promedio del universo en es-
calas de hasta 200 millones de años luz en exploraciones a gran escala. Estas
regiones son a menudo esféricas. El primer gran vacío en ser detectado fue
el de Boötes en 1.981; tiene un radio de unos 180 millones de años luz y su
centro se encuentra aproximadamente a 500 millones de años luz de la Vía
Láctea. La existencia de grandes vacíos no es sorprendente, dada la existen-
cia de cúmulos de galaxias y supercúmulos a escalas muy grandes.
Arthur C. Clarke
164
Recuerdo aquí uno de esos extraños casos que surgió el día 10 de Junio
de 1.854 con el nacimiento de una nueva geometría: la teoría de dimensio-
nes más altas que fue introducida cuando Georg Friedrich Bernhard Rie-
mann dio su célebre conferencia en la facultad de la Universidad de Göttin-
gen en Alemania. Aquello fue como abrir de golpe todas las ventanas cerra-
das durante 2.000 años de una lóbrega habitación que, de pronto, se ve
inundada por la luz cegadora de un Sol radiante. Riemann regaló al mundo
las sorprendentes propiedades del espacio multidimensional.
165
drían una delicada salud que les llevaría a una temprana muerte. La madre
de Riemann también murió antes de que sus hijos hubieran crecido.
166
Los estudios de Riemann no fueron un camino de rosas precisamente.
Alemania sacudida por disturbios, manifestaciones y levantamientos, fue re-
clutado en el cuerpo de estudiantes para proteger al rey en el palacio real de
Berlín y sus estudios quedaron interrumpidos.
167
hecho, hoy sabemos que muchos objetos matemáticos no pueden ser visua-
lizados, aunque puede demostrarse que en realidad, existen). Ptolomeo pue-
de pasar a la Historia como el hombre que se opuso a dos grandes ideas en
la ciencia: el sistema solar heliocéntrico y la cuarta dimensión.
168
curvatura del espacio en presencia de grandes masas. Precisamente, el tensor
de Riemann permitió a Einstein formular su teoría de la gravedad y poste-
riormente lo utilizo Kaluza y Klein para su teoría en la quinta dimensión de
la que años más tarde se derivaron las teorías de supergravedad, supersime-
tría y, finalmente, las supercuerdas.
169
El campo de Faraday, recordémoslo, era como un campo de granjero
que ocupa una región de un espacio bidimensional. El campo de Faraday
ocupa una región de un espacio tridimensional; a cualquier punto del espa-
cio le asignamos una colección de números que describe la fuerza eléctrica o
magnética en dicho punto. La idea de Riemann consistía en introducir una
colección de números en cada punto del espacio que descubriera cuánto es-
taba torcido o curvado.
⎛ g 11 g 12 g 13 g 14 ⎞
⎜ 21 ⎟
⎜g g 22 g 23 g 24 ⎟
⎜ g 31 g 32 g 33 g 34 ⎟⎟
⎜
⎜ g 41 g 42 g 43 g 44 ⎟⎠
⎝
170
El tensor de Riemann contiene toda la información necesaria para po-
der describir un espacio curvo en N-dimensiones. Se necesita dieciséis nú-
meros para describir el tensor métrico en un espacio tetradimensional. Estos
números pueden disponerse en una matriz cuadrada (seis de dichos números
son realmente redundantes; de modo que el tensor métrico tiene diez núme-
ros independientes).
171
Topológicamente hablando, el dibujo adjunto es equivalente a lo que
sería un agujero de gusano con boca de entrada y de salida en regiones que
nos llevarían a otro tiempo (así lo aseguró en 1.988, el físico Kip S. Thorne,
del MIT – Instituto Tecnológico de Massachuse en California –).
172
El trabajo de Riemann, al utilizar el espacio multidimensional, logró
simplificar las leyes de la naturaleza, es decir, para él, la electricidad y el
magnetismo y también la gravedad eran simplemente los efectos causados
por el arrugamiento o distorsión del hiperespacio.
173
Tenemos pendientes las preguntas sobre lo que encierra el número 137,
ese número puro y adimensional que se relaciona con e, el electrón del elec-
tromagnetismo, con h, el cuanto de acción de la constante de Planck, y con
c, la velocidad de la luz de la relatividad especial de Einstein. Es lo que de-
nominamos constante de estructura fina que es igual a 1/137 y resulta de los
productos de 2πe2/hc, pero, ¿por qué? El día que tengamos la respuesta
habremos despejado los misterios encerrados en e, h y c.
Henri Poincaré, físico y matemático francés, allá por el año 1.904 plan-
teó algo que desde entonces se conoce como: “La conjetura de Poincaré”.
La pregunta de Poincaré fue la siguiente: ¿Es la esfera la única variedad tri-
dimensional para la cual toda curva se contrae?
Desde que planteó este dilema hace ya más de un siglo, parece que na-
die ha resuelto tal problema.
174
Este extraño personaje, que vive con su madre en un piso de menos de
60 m2 y se mantienen con una corta pensión, se pasa el día investigando sus
teorías y números, y en los ratos libres sale al campo a buscar setas. Ha re-
chazado ofertas millonarias de universidades y multinacionales. Sólo está
interesado en su mundo particular, y cuando le parece, publica algún descu-
brimiento en internet.
Sí, sabemos que su presencia puede ser inferida por sus efectos sobre
los movimientos de las estrellas y galaxias, aunque no puede ser observada
directamente debido a que emite poca o ninguna radiación. Se piensa que
algo más del 90% de la masa del universo se encuentra en alguna forma de
materia oscura. Existen evidencias de materia oscura en las galaxias espira-
les en sus curvas de rotación. La existencia de materia oscura en los cúmu-
los ricos de galaxias puede ser deducida por el movimiento de las galaxias
constituyentes. Una parte de esta materia oscura puede encontrarse en forma
de estrellas poco masivas u objetos con masa del orden de la de Júpiter; di-
cha materia normal se describe como bariónica (los bariones son los proto-
nes, neutrones y otras partículas formadoras de materia que podemos ver).
Por otra parte, también puede existir materia oscura en el espacio entre ga-
laxias, ese espacio que llamamos vacío y que en realidad está abarrotado de
partículas virtuales que aparecen sin saber de dónde y en manos de una mi-
llonésima de segundo desaparece sin que sepamos a dónde, y que podría
hacer aumentar la densidad media del universo hasta la densidad crítica re-
querida para invertir la expansión actual.
Si la teoría del Bing Bang es correcta, como parece que lo es, debe de
existir una gran proporción de materia oscura en forma no bariónica (que no
podemos ver), quizás axiones, fotinos o neutrinos masivos, supervivientes
de las etapas tempranas del Big Bang y, ¿por qué no?, también podríamos
suponer que la materia oscura que tanto nos preocupa pudiera estar encerra-
da dentro de las singularidades de tantos y tantos agujeros negros que se han
debido formar a lo largo de los 13.500 millones de años que es la edad del
universo.
175
Los agujeros negros, cuya existencia se dedujo por Schwarzschild en
1.916 a partir de las ecuaciones de campo de Einstein de la relatividad gene-
ral, son objetos supermasivos, invisibles a nuestra vista (de ahí su nombre)
del que no escapa ni la luz; tal es la fuerza gravitatoria que generan que in-
cluso engullen la materia de sus vecinas, objetos estelares como estrellas
que osan traspasar el cinturón de seguridad que llamamos horizonte de suce-
sos.
Claro que mi pensamiento es eso, una teoría más de las muchas que
circulan. A veces me sorprendo al escuchar como algunos astrofísicos de re-
conocido nombre, sin pudor alguno, dogmatizan hablando de estas cuestio-
nes sobre las que no tienen la menor certeza.
Para que tengamos todas las respuestas que necesitamos para viajar a
las estrellas, tener energía infinita obtenida de agujeros negros, lograr el
176
traslado de materia viva a lugares distantes, dominar toda una galaxia, etc,
tendrán que transcurrir algunos eones* de tiempo.
*
Eón: periodo de 109 años, es decir, 1.000 millones de años.
177
Un agujero negro es lo definitivo en distorsión espaciotemporal, según
las ecuaciones de Einstein: está hecho única y exclusivamente a partir de di-
cha distorsión. Su enorme distorsión está causada por una inmensa cantidad
de energía compactada: energía que reside no en la materia, sino en la pro-
pia distorsión. La distorsión genera más distorsión sin la ayuda de la mate-
ria. Esta es la esencia del agujero negro.
178
Al espacio le ocurre igual.
1
Según Kip S. Thorne, sería posible utilizando un agujero de gusano, y para que esto sea
posible, se necesita materia exótica.
179
ecuaciones de Einstein y calcular el campo gravitatorio de una estrella ma-
siva estacionaria.
180
El puente de Einstein-Rosen conecta universos diferentes. Einstein creía que
cualquier cohete que entrara en el puente sería aplastado, haciendo así imposible la
comunicación entre estos dos universos. Sin embargo, cálculos más recientes
muestran que el viaje a través del puente, aunque podría ser muy difícil, no sería
imposible; existen ciertas posibilidades de que algún día se pudiera realizar
181
cionaria de Schwarzschild para un agujero negro no era la solución física-
mente más relevante de las ecuaciones de Einstein.
182
blancas y marrones, estrella de neutrones, agujeros negros y otros muchos
objetos espaciales). El universo se esta expandiendo, las galaxias se alejan
continuamente los unas de las otras. Existe una evidencia creciente de que
existe una materia oscura invisible, no bariónica, que puede constituir mu-
chas veces la masa total de las galaxias visibles. El concepto más creíble del
origen del universo es la teoría del Big Bang de acuerdo con la cual el uni-
verso se creó a partir de una singularidad infinita de energía y densidad a
inmensas temperaturas de millones de grados K, hace ahora unos 15.000 mi-
llones de años.
183
Universo Einstein-de Sitter, es un
universo plano. Densidad baja.
Es un universo abierto.
¡Ya veremos! Si con los 10-29 g/cm3 = 10-5 átomos/cm3 + la materia os-
cura, el universo resultante es el ideal y equilibrado para evitar el Big
Crunch que es el estado final del universo de Friedmaniano, cerrado, es de-
184
cir que su densidad excede a la densidad crítica, dicho universo se expande
desde el Big Bang inicial, alcanza un radio máximo, y luego colapsa hacia el
Big Crunch, donde la densidad de materia se volvería infinita al confluir to-
da la materia del universo en un punto de una energía, densidad y tempera-
tura infinitas. ¡Una singularidad !
El final del universo, sea cual fuere la densidad crítica, nunca será bue-
no para la humanidad. El universo cerrado nos achicharrará en una enorme
bola de fuego. El universo abierto nos congelaría con el termómetro mar-
cando el cero absoluto (-273,16º Celsius)1. ¿Qué más da el tipo de universo
que nos acoge? El final nos lo pondrá muy difícil.
Pues muy bien, todo eso está previsto que se acabe en unos 4.500 mi-
llones de años. Cuando nuestro Sol, estrella mediana amarilla del tipo G2V,
con un diámetro de 1.392.530 Km, con una masa de 1,989 x 1030 Kg, y, que
consume 4.654.000 toneladas de hidrógeno cada segundo, de las que
4.650.000 las convierte en helio y 4.000 toneladas son expulsadas al espacio
1
El cero absoluto está referido en realidad al punto cero de la escala de temperatura termo-
dinámica, igual a -273.16° Celsius ó -459,69° Fahrenheit. Se afirma la posibilidad de que
allí cese el movimiento molecular. El cero absoluto es teóricamente la temperatura más fría
posible, en la práctica es inalcanzable.
185
exterior en forma de luz y de calor, de lo que una pequeña parte llega a la
Tierra y nos permite vivir (como expliqué antes en alguna parte anterior de
este mismo trabajo).
1
4.000 millones de años (si antes no nos extinguimos como otras especies antes que noso-
tros).
186
¡Qué poca gente piensa en éstos graves problemas que tiene plantea-
dos, a plazo fijo, nuestra humanidad!
Con tal panorama, nadie podrá negar que la humanidad esté en pleno
proceso de “humanización”. Tenemos ingenios espaciales que nos envían
datos de las estrellas, robots que hacen fotos de planetas lejanos y hacen
análisis de la composición del terreno de las lunas de Júpiter o Saturno, saté-
lites orbitando la Tierra que nos facilitan las comunicaciones y nos envían
los parámetros del tiempo en los rincones más alejados del globo, ordenado-
res que se programan para que un láser opere un ojo humano o mil maravi-
llas más. Sin embargo, a pesar de todo eso, dentro de nosotros prevalece el
instinto animal salvaje que, de manera inconciente, nos hace desconfiar de
los demás y nos empuja incluso a matar, de forma inhumana, por defender
aquello que consideramos nuestro o que simplemente queremos. Y mientras
que sea así, la “humanidad” no sería humana al cien por cien. Parece que el
proceso continúa, aún falta bastante tiempo para alcanzar el nivel que, de
manera definitiva, nos distinga de los animales irracionales. De momento,
no hemos podido conquistar esa racionalidad que, por otra parte tanta falta
nos hace. En algunos aspectos, nos comportamos como auténticos idiotas.
187
Estamos inmersos en una sociedad del miedo. Si tenemos más armas el
vecino nos respetará y la paz está segura y, de paso, como somos más fuer-
tes, nos imponemos al otro. Pero ¿qué manera de pensar es esa?
Un futuro mejor
188
Ahora, cada uno de nosotros (por lo general) tiene lo que ha podido
conseguir, no lo que verdaderamente quería. ¿Cuántos magníficos médicos,
profesores, ingenieros o físicos no se habrán perdido por falta de apoyo?
Tenemos que poner los medios que sean necesarios para que todos po-
damos ser lo que realmente queremos ser, una de las bases de la felicidad
está en el principio de realizar aquello que más nos atrae.
¿Cuántas veces hemos oído decir… ¡me gusta tanto lo que hago que,
más que un trabajo es un disfrute!?
Está claro que la calidad, en todos los aspectos, estará presente allí
donde se esté desarrollando una actividad acorde con los deseos de las per-
sonas que la llevan a cabo. Quien desarrolla un trabajo no deseado se limita
a cumplir de cualquier manera, está todo el rato mirando el reloj deseando
que la jornada finalice. Por el contrario, quien hace aquello que de verdad le
gusta, lo hará a conciencia, buscará la perfección y la belleza en lo que hace,
y, mientras lo hace, estará tan inmerso en su mundo que, lo único que preva-
lece, es su trabajo.
Pues bien, ahí tendremos que llegar algún día para alcanzar el nivel re-
querido para solucionar los problemas que se nos vienen encima en el futu-
ro. ¿Que aún falta mucho? No tanto como a simple vista parece, el tiempo es
inexorable, y pasa, pasa, pasa y no deja de pasar. Me parece ayer mismo
cuándo con 20 años hice mi primera oposición.
189
Nuestros cerebros son tan complejos que se podrían definir como la máqui-
na pensante más poderosa del universo (más adelante, en la parte que he
llamado La expansión del Universo – La expansión de la mente, hablaremos
de ello).
190
Está claro que, si calentamos este gas de quarks y leptones, aún más, la
fuerza electromagnética y electrodébil se unen. Aparecen simetrías antes au-
sentes y las fuerzas electrodébil y fuerte se unifican y, aparecen las simetrías
superiores GUT [SU (5), O (10), o E (6)].
191
con precisión milimétrica. Se avanza en lo que denominamos nanotecnolo-
gía, una maravilla de artilugios microscópicos que permitirá (entre otras
muchas cuestiones), colocar un fármaco en el lugar exacto de nuestro orga-
nismo, el dañado, evitando así (como ocurre ahora) que partes sanas de
nuestro cuerpo soporte fármacos que ingerimos para curar partes dañadas
pero que, no podemos evitar que incida de manera generalizada en todas
partes. Podemos investigar en computación cuántica (teoría cuántica de la
luz) que permitirá la revolución tecnológica de crear y transmitir informa-
ción y crear ordenadores que permitirán cálculos a velocidades ahora impo-
sibles en ordenadores de plasma (Juan Ignacio Cirac, físico español de 41
años, director del Departamento de teoría del Instituto Max Planck, es el au-
tor y responsable de estos estudios). Se investiga en la energía de fusión que
estará lista para cuando en los próximos cincuenta años, cuando sea difícil
extraer gas y petróleo, se pueda suministrar la demanda mundial que está en
aumento creciente.
Para desplazarnos por la ciudad, por las calles, tendremos aceras móvi-
les que nos llevaran a cualquier parte. Traslados más rápidos serán cosa de
vagones subterráneos o de naves voladores que suplirán a los coches y des-
terrarán, casi por completo, los accidentes de tráfico que nuestro sistema ac-
tual de transporte nos hace padecer.
192
Para entonces, modernas naves surcarán el espacio exterior camino de
estrellas lejanas, ocupadas por sofisticados robots que irán enviando al pla-
neta Tierra datos y fotografías del cosmos que permitirá confeccionar rutas
y mapas para próximos viajes tripulados en aeronaves espaciales que utiliza-
ran nuevas técnicas de desplazamiento basada en la curvatura del espacio-
tiempo que, permitirá por vez primera, vencer o mejor burlar la barrera de la
velocidad de la luz sin traspasarla.
La luz
193
cuanto. Este renovado conflicto entre las teorías ondulatoria y corpuscular
fue gradualmente resuelto con la evolución de la teoría cuántica y la mecá-
nica ondulatoria. Aunque no es fácil construir un modelo que tenga caracte-
rísticas ondulatorias y cospusculares, es aceptado, de acuerdo con la teoría
de Bohr de la complementariedad, que en algunos experimentos la luz pare-
cerá tener naturaleza ondulatoria, mientras que en otros parecerá tener natu-
raleza corpuscular. Durante el transcurso de la evolución de la mecánica on-
dulatoria también ha sido evidente que los electrones y otras partículas ele-
mentales tienen propiedades de partícula y onda.
194
positrón es un hermano gemelo del electrón, a excepción de la carga que es
positiva.
Ahora se cree que los problemas asociados con el electrón deben ser
analizados utilizando electrodinámica cuántica en vez de electrodinámica
clásica.
electrón, e
muón, µ Con sus neutrinos asociados
tau, τ
Las tres partículas, electrón, muón y tau, son exactas, excepto en sus
masas. El muón es 200 veces más masivo que el electrón. La partícula tau es
1
Fuerzas no eléctricas postuladas para dar estabilidad a un modelo del electrón, evitando
las dificultades que surgen al postular el electrón como una carga puntual, diciendo así que
el electrón es una, distribución de carga de radio no nulo. Aquí entra en Tensión de Poinca-
ré.
195
unas 35.600 veces más masiva que el electrón. Los leptones interaccionan
por la fuerza electromagnética y la interacción débil. Para cada leptón hay
una antipartícula equivalente de carga opuesta (como explicamos antes, el
positrón es la antipartícula del leptón electrón). Los antineutrinos, como los
neutrinos, no tienen carga.
1
Fotónica.
196
Este pequeño comentario sobre la electrónica y la fotónica que antes
habéis leído, demuestra cómo el conocimiento y el dominio sobre estos dos
pequeñísimos objetos, el fotón y el electrón, nos ha dado unos beneficios in-
creíbles.
En 1.905 llegó Einstein para dar una de las evidencias físicas más im-
portante de la existencia de los átomos, al señalar que el fenómeno conocido
como movimiento browniano – el movimiento irregular, aleatorio de peque-
ñas partículas de polvo suspendidas en un líquido – podía ser explicado por
el efecto de las colisiones de los átomos del líquido con las partículas de
polvo.
Por aquella época ya había sospechas de que los átomos no eran, des-
pués de todo, indivisibles. Hacía varios años que J. J. Thomson, de Cam-
bridge, había demostrado la existencia de una partícula material, el electrón,
que tenía una masa menor que la milésima parte de la masa del átomo más
ligero. Se comprendió que estos electrones debían provenir de los átomos en
sí. Y, en 1.911, el físico británico Ernest Rutherford mostró finalmente que
los átomos de la materia tienen verdaderamente una estructura interna: están
197
formados por un núcleo extremadamente pequeño y con carga positiva, al-
rededor del cual gira un cierto número de electrones.
Durante mucho tiempo se creyó que los protones y neutrones que con-
forman el núcleo de los átomos eran partículas “elementales”, pero experi-
mentos en los aceleradores de partículas en los que colisionaban protones
con otros protones o con electrones a velocidades cercanas a la de la luz in-
dicaron que, en realidad, estaban formados por partículas aun más pequeñas.
Estas partículas fueron llamadas quarks por el físico de Caltech, el nortea-
mericano, Murray Gell–Mann, que ganó el Nobel en 1.969 por su trabajo
sobre dichas partículas y el modelo del óctuple camino.
• Up (arriba),
• Down (abajo),
• Strange (extraño),
• Charmed (encantado),
• Bottom (fondo) y
• Top (cima).
198
Los quarks son mucho más pequeños que la longitud de onda de la luz
visible y, por lo tanto, no paseen ningún color en el sentido normal de la pa-
labra. Así, los colores que le asignan los físicos están referidos a cuestiones
imaginativas para nombrar a las nuevas partículas a las que asignar colores
entre el rojo, verde y azul.
El Modelo Estándar de la física nos explica (con sus defectos) las partí-
culas elementales que conforman la materia: quarks, hadrones, leptones, etc.
También nos explica las fuerzas que interaccionan con estas partículas: la
nuclear fuerte y la débil, el electromagnetismo y la gravedad. Veamos algu-
na característica y para qué sirven dichas fuerzas, así como su alcance y po-
tencia.
199
Fuerza nuclear fuerte
Al contrario de las otras fuerzas, esta crece con la distancia. Tiene una
fuerza relativa de 1041. Es la responsable de mantener unidos a los protones
y neutrones en el núcleo atómico.
200
Las interacciones electromagnéticas
Puede explicar las fuerzas entre las partículas cargadas, pero al contra-
rio de las interacciones gravitacionales, puede ser tanto atractiva como re-
pulsiva.
La interacción gravitacional
1
Cualquiera de las teorías cuánticas de campos creadas para explicar las interacciones fun-
damentales. Una teoría gauge requiere un grupo de simetría para los campos y los potencia-
les (el grupo gauge). En el caso de la electrodinámica, el grupo es abeliano, mientras que
las teorías gauge para las interacciones fuerte y débiles utilizan grupos no abelianos. Esta
diferencia explica por qué la electrodinámica cuántica es una teoría mucho más simple que
la cronodinámica cuántica, que describe las interacciones fuertes y la teoría electro débil.
En la gravedad cuántica, el grupo es mucho más complicado aún que los grupos gange.
201
Su alcance, como el de la fuerza electromagnética, es infinito, y su
fuerza relativa es de 1. Su función es actuar entre los cuerpos masivos sobre
los que ejerce una fuerza atractiva en función de sus masas y de las distan-
cias que los separa, mantienen unidos los planetas alrededor del Sol, las es-
trellas en las galaxias y nuestros pies pegados a la superficie de la Tierra.
202
por dichas interacciones. El universo es como es porque las fuerzas son las
que son; si alguna de estas fuerzas fueran mínimamente distintas, si la carga
o la masa del electrón variaran sólo una millonésima, el universo sería otro
muy distinto y, seguramente, nosotros no estaríamos aquí para contarlo.
203
universo de lo muy pequeño con el universo de lo muy grande), el mundo
del átomo con el mundo de las galaxias.
Esa teoría puede ser la supercuerdas que está situada en una escala de
longitud de unos 10-35 metros y, como distancias muy cortas están asociadas
a energías muy altas, tienen una escala de energía de 1019 GeV, que está
muy por encima de la energía que cualquier acelerador de partículas en la
actualidad pueda alcanzar, o que con la tecnología actual podamos construir.
Las cuerdas asociadas con los bosones sólo son consistentes como teo-
rías cuánticas en un espacio-tiempo de 26 dimensiones; aquellas asociadas
con las fermiones sólo lo son en un espacio-tiempo de 10 dimensiones. Se
piensa que las cuatro dimensiones microscópicas surgen por un mecanismo
de Kaluza-Klein, estando las restantes dimensiones “enrolladas”, “compacti-
ficadas” para ser muy pequeñas.
204
puede dividir en dos iguales, o un lazo (una cuerda cerrada). Los estados de
una partícula pueden ser producidos por ondas estacionarias a lo largo de es-
ta cuerda. La combinación de la teoría de cuerdas y la supersimetría da lugar
a la teoría de supercuerdas.
Edward Witten
205
Así que Witten se ha enfrascado en la nada fácil tarea de unir la mecá-
nica cuántica con la gravedad mediante la teoría de supercuerdas que, según
él, nos puede incluso descubrir el instante mismo de la creación. El aspecto
clave de esta teoría, el factor que le da su potencia tanto como su unicidad,
es su geometría inusual. Las cuerdas (como ya dije antes) pueden vibrar au-
toconsistentemente sólo en 10 y 26 dimensiones.
206
más largas. El punto clave es que todas estas correcciones cuánticas o dia-
gramas cerrados son finitos y calculables. Esta es la primera teoría cuántica
de la gravedad en la historia de la física que tiene correcciones cuánticas fi-
nitas (recordemos que todas las teorías previas conocidas – incluyendo la
teoría original de Einstein, la de Kaluza-Klein y la teoría de supergravedad –
fallaban en este criterio clave).
Lazos
207
Las ecuaciones de Einstein ya no resultaban ser fundamentales; podían deri-
varse de la teoría de cuerdas de la que formaban parte. Einstein pensaba que
la geometría por sí sola explicaría un día todas las propiedades de la mate-
ria; para él la materia era sólo un nudo o vibración del espacio-tiempo, ni
más ni menos. Los físicos cuánticos, por el contrario, pensaban de manera
distinta a la de Einstein, es decir, que el tensor métrico de Riemann-Einstein
podía convertirse en un gravitón, el paquete discreto de energía que trans-
porta la fuerza gravitatoria y, en este preciso punto, aparece la cuerda, que
según todos los indicios puede ser el “eslabón perdido” entre la mecánica
cuántica y la relatividad general, el que permita la unificación entre ambas
teorías de manera natural y complete el circulo de una teoría de “todo” que
explique el universo, la materia y el espacio-tiempo con todas sus constantes
universales y las fuerzas de la naturaleza que lo rigen todo.
208
tos de la naturaleza. Los campos pueden describir el magnetismo de la natu-
raleza de las galaxias y la gravitación, o pueden describir la teoría electro-
magnética de Maxwell, la teoría métrica de Riemann-Einstein, los campos
de Yang-Mills encontrados en el Modelo Estándar, y así todas las formas
conocidas de materia y energía han sido expresadas en términos de teoría de
campos. Las estructuras, entonces, como los temas y variaciones en una sin-
fonía, son repetidas constantemente.
¿Pero las cuerdas? Las cuerdas no parecen ser una estructura preferida
por la naturaleza en el diseño de los cielos. No vemos cuerdas en el espacio
exterior. De hecho no las vemos por ninguna parte.
209
prendida por la humanidad desde que, en el preciso momento en que surgió
aquella primera célula original que fue capaz de dividirse para replicarse a sí
misma, se dio el primer paso para el nacimiento de la vida en nuestro plane-
ta. Pero esa es otra cuestión que será tratada en otro próximo trabajo, ahora
volvamos al tema de la teoría de cuerdas de la física.
210
Gross se siente satisfecho pensando que Einstein, si viviera, disfrutaría
con la teoría de supercuerdas que sólo es válida si incluye su propia teoría
de la relatividad general, y amaría el hecho de que la belleza y la simplici-
dad de esa teoría proceden en última instancia de un principio geométrico,
cuya naturaleza exacta es aún desconocida.
Witten llega incluso a decir que “todas las ideas realmente grandes en
la física, son retornos de la teoría de supercuerdas”. Con esto, él quiere de-
cir que todos los grandes avances en física teórica están incluidos en la teo-
ría de supercuerdas. Incluso afirma el hecho de que la teoría de supercuerdas
fue “un accidente del desarrollo intelectual en el planeta Tierra, ocurrido
antes de su tiempo”. Y continúa diciendo: “En alguna parte en el espacio
exterior, otras civilizaciones en el universo pudieron haber descubierto
primero la teoría de supercuerdas y derivado de ella la teoría de la relativi-
dad general que lleva dentro”.
211
GUT que se hubiese intentado jamás. Esta simetría es mucho mayor que el
grupo de simetría que aparece en el Modelo Estándar, dado por SU(3) ×
SU(2) × U(1) que es un subconjunto de la anterior donde está acomodado
también (dada su amplitud) el Modelo Estándar.
Podemos concluir diciendo que las simetrías que vemos a nuestro alre-
dedor, desde un arco iris a las flores y a los cristales, pueden considerarse en
última instancia como manifestaciones de fragmentos de la teoría decadi-
mensional original. Riemann y Einstein habían confiado en llegar a una
comprensión geométrica de por qué las fuerzas pueden determinar el movi-
miento y la naturaleza de la materia.
212
do que si este accidente fortuito no hubiese ocurrido, entonces la teoría no se
hubiese descubierto hasta bien entrado el siglo XXI. Esto es así porque su-
pone una neta desviación de todas las ideas ensayadas en este siglo. No es
una extensión natural de tendencias y teorías populares en este siglo que ha
pasado; permanece aparte.
La teoría nació casi por casualidad en 1.968 cuando dos jóvenes físicos
teóricos, Gabriel Veneziano y Mahiko Suzuki, estaban hojeando indepen-
dientemente libros de matemáticas. Figúrense ustedes que estaban buscando
funciones matemáticas que describieran las interacciones de partículas fuer-
temente interactivas. Mientras estudiaban en el CERN, el Centro Europeo de
Física Teórica en Ginebra, Suiza, tropezaron independientemente con la
función beta de Euler, una función matemática desarrollada en el S. XIX por
el matemático Leonhard Euler. Se quedaron sorprendidos al descubrir que la
función beta de Euler ajustaba casi todas las propiedades requeridas para
describir interacciones fuertes de partículas elementales.
213
Según he leído, durante un almuerzo en el Lawrence Berkeley Labora-
tory en California, con una espectacular vista del Sol brillando sobre el
puerto de San Francisco, Suzuki le explicó a Michio Kaku mientras almor-
zaban la excitación de descubrir, prácticamente por casualidad, un resultado
parcialmente importante. No se suponía que la física se pudiera hacer de ese
modo casual.
Así que, como la teoría de cuerdas fue descubierta hacia atrás y por ca-
sualidad, los físicos aún no conocen el principio físico que subyace en la
teoría de cuerdas vibrantes y sus maravillosas propiedades.
214
del siglo XX no deberían haber tenido el privilegio de estudiar
esta teoría muy avanzada a su tiempo y a su conocimiento. No
tenían (ni tenemos ahora mismo) los conocimientos y los prerre-
quisitos necesarios para desarrollar dicha teoría, no tenemos los
conceptos correctos y necesarios.”
215
absurdos que destruyen las maravillosas propiedades de la teoría. Afortuna-
damente, estos términos indeseados aparecen multiplicados por (N-10). Por
consiguiente, para hacer que desaparezcan estas anomalías, no tenemos otra
elección cuántica que fijar N = 10. La teoría de cuerdas, de hecho, es la úni-
ca teoría cuántica conocida que exige completamente que la dimensión del
espacio-tiempo esté fijada en un número único, el diez.
Estas funciones modulares son tan misteriosas como el hombre que las
investigó, el místico del este. Quizá si entendiéramos mejor el trabajo de es-
te genio indio, comprenderíamos por qué vivimos en nuestro universo ac-
tual.
216
matemáticas. Una función que aparece una y otra vez en la teoría de las fun-
ciones modulares se denomina (como ya he dicho otras veces) hoy día “fun-
ción de Ramanujan” en su honor. Esta extraña función contiene un término
elevado a la potencia veinticuatro.
Para comprender este misterioso factor de dos (que añaden los físicos),
consideramos un rayo de luz que tiene dos modos físicos de vibración. La
luz polarizada puede vibrar, por ejemplo, o bien horizontal o bien vertical-
mente. Sin embargo, un campo de Maxwell relativista Aµ tiene cuatro com-
ponentes, donde µ = 1, 2, 3, 4. Se nos permite sustraer dos de estas cuatro
componentes utilizando la simetría gauge de las ecuaciones de Maxwell.
Puesto que 4 – 2 = 2, los cuatro campos de Maxwell originales se han redu-
cido a dos. Análogamente, una cuerda relativista vibra en 26 dimensiones.
Sin embargo, dos de estos modos vibracionales pueden ser eliminados
cuando rompemos la simetría de la cuerda, quedándonos con 24 modos vi-
bracionales que son las que aparecen en la función de Ramanujan.
217
cuerda vibra en diez dimensiones porque requiere estas funciones de Rama-
nujan generalizadas para permanecer auto consistente. Dicho de otra mane-
ra, los físicos no tienen la menor idea de por qué 10 y 26 dimensiones se se-
leccionan como dimensión de la cuerda. Es como si hubiera algún tipo de
numerología profunda que se manifestara en estas funciones que nadie com-
prende. Son precisamente estos números mágicos que aparecen en las fun-
ciones modulares elípticas los que determinan que la dimensión del espacio-
tiempo sea diez.
Con diez años, lo mismo que pasó antes con Riemann, ya destacaba y
sorprendía a todos con sus enormes poderes de cálculos. Siendo niño rederi-
vó la identidad de Euler entre funciones trigonométricas y exponenciales.
1
El apunte sobre Ramanujan fue incluido en otro de mis trabajos. Sin embargo, el presente
cuaderno trata temas expresamente solicitados para utilizar en unos seminarios de física, y
se me pidió incluir el tema “Ramanujan”.
218
que le causó la brújula que le regaló su tío cuando estaba enfermo siendo un
niño, no podía apartar la mirada de la aguja que siempre indicaba hacia el
mismo sitio, y se preguntó una y mil veces por la fuerza invisible que la
obligaba a dirigirse hacia esa dirección. Para Riemann, fue la lectura del li-
bro de matemáticas de Legendre. Para Ramanujan, fue cuando se sumergió
en un oscuro y olvidado libro de matemáticas escrito por George Carr. Este
libro ha quedado inmortalizado desde entonces por el hecho de que señaló la
única exposición conocida de Ramanujan a las modernas matemáticas occi-
dentales. Según su hermana: “Fue este libro el que despertó su genio. Él se
propuso establecer por sí mismo las fórmulas dadas allí. Como no tenía la
ayuda de otros libros, cada solución era un trabajo de investigación por lo
que a él concernía… Ramanujan solía decir que la diosa Namakkal le inspi-
raba las fórmulas en sueños”.
Así estaban las cosas cuando decidió escribir algunos de sus trabajos a
las tres matemáticos más famosos de Inglaterra y Europa.
219
Algo que inquietaba a Hardy; no podía dejar de pensar en aquella extraña
carta.
220
Por desgracia, ni Hardy ni Ramanujan parecían interesados en la psico-
logía a los procesos de pensamiento mediante los cuales Ramanujan descu-
bría estos increíbles teoremas, especialmente cuando este diluvio material
brotaba de sus sueños con semejante frecuencia. Hardy señaló: “Parecía ri-
dículo importunarle sobre cómo había descubierto este o ese teorema cono-
cido, cuando él me estaba mostrando media docena cada día de nuevos teo-
remas”.
En 1.919 volvió a casa, en la India, donde un año más tarde murió en-
fermo.
221
dad en una caja en el Trinity Collage. Esto se conoce ahora con el nombre
de “Cuaderno Perdido” de Ramanujan.
Por mi parte creo que Ramanujan fue un genio matemático muy ade-
lantado a su tiempo y que pasarán algunos años hasta que podamos descifrar
al cien por ciento sus trabajos, especialmente, sus funciones modulares que
guardan el secreto de la teoría más avanzada de la física moderna, la única
capaz de unir la mecánica cuántica y la gravedad.
Como saben los físicos, los “accidentes” no aparecen sin ninguna ra-
zón. Cuando están realizando un cálculo largo y difícil, y entonces resulta de
repente que miles de términos indeseados suman milagrosamente cero, los
físicos saben que esto no sucede sin una razón más profunda subyacente.
Hoy, los físicos conocen que estos “accidentes” son una indicación de que
hay una simetría en juego. Para las cuerdas, la simetría se denomina sime-
tría conforme, la simetría de estirar y deformar la hoja del universo de la
cuerda.
222
ca, deben ser milagrosamente satisfechas cierto número de identidades ma-
temáticas, que son precisamente las identidades de la función modular de
Ramanujan. ¡Increíble!, pero cierto.
223
“¡Qué extraño sería que la teoría final se descubriera du-
rante nuestra vida! El descubrimiento de las leyes finales de la
naturaleza marcará una discontinuidad en la historia del inte-
lecto humano, la más abrupta que haya ocurrido desde el co-
mienzo de la ciencia moderna en el siglo XVII. ¿Podemos imagi-
nar ahora como sería?”
Steven Weinberg
224
Para agitar más aún la controversia, Glashow escribió incluso un poe-
ma que termina así:
Fue una verdadera pena que los políticos de EEUU dieran al traste con
el proyecto SSC (Supercolisionador Superconductor) por su enorme coste
de más de 11 mil millones de dólares para construirlo en las afueras de Da-
llas, Texas, con una circunferencia de 85 Km y rodeado de enormes bobinas
magnéticas donde los físicos habrían podido verificar de manera indirecta la
teoría decadimensional, además de haber encontrado partículas exóticas ta-
les como la misteriosa partícula de Higgs predicha por el Modelo Estándar.
Es la partícula de Higgs la que genera la ruptura de simetría y es por lo tanto
el origen de la masa de los quarks. Por consiguiente, la anulación de este
proyecto del supercolisionador de partículas nos ha privado de encontrar el
“origen de la masa”. Todos los objetos que tienen peso deben su masa a la
225
partícula de Higgs. Incluso, había una posibilidad de que el SSC encontrara
partículas exóticas más allá del Modelo Estándar, como “axiones”, que po-
drían haber ayudado a explicar la materia oscura. También el gravitón, la
partícula mediadora en la gravedad, está pendiente de ser encontrada.
226
Hasta la fecha, el rayo cósmico más energético detectado tenía una
energía de 1020 electrón voltios. Esta cifra supone una increíble energía diez
millones de veces mayor de la que se habría producido en el SSC. Dentro de
este siglo, seguramente, será difícil alcanzar con nuestras máquinas, energí-
as aproximadas. Aunque esta fantástica energía es todavía cien millones de
veces menor que las energías necesarias para sondear la décima dimensión,
se espera que energías producidas en el interior profundo de los agujeros
negros en nuestra galaxia se acercaran a la energía de Planck. Con grandes
naves espaciales en orbita deberíamos ser capaces (seremos) de sondear en
lo más profundo de estas estructuras gigantescas de fuentes energéticas que,
abundantemente, están repartidas a lo largo y ancho del universo.
227
medes o Europa. Los transportes de hoy serán reliquias del pasado y nos
trasladaremos mediante sistemas de transportes más limpios, rápidos y ex-
entos de colisiones. Tendremos computadoras de cifrado cuántico que harán
más seguras las comunicaciones y el intercambio de datos será realmente el
de la velocidad de c, así en todos los campos del saber humano.
228
tuida de espacios vacíos y, siendo así, los neutrinos pueden atravesarla sin
rozar siquiera sus átomos; de hecho, pueden atravesar la Tierra como si ni
siquiera existiera y, al mismo tiempo, también nosotros somos atravesados
continuamente por billones de neutrinos emitidos por el sol, incluso por la
noche.
“No siempre es tan fácil decir cuáles son las preguntas fá-
ciles y cuáles las difíciles. En el siglo XIX, la pregunta de por
qué el agua hierve a 100 grados era desesperadamente inaccesi-
ble. Si usted hubiera dicho a un físico del siglo XIX que hacia el
S. XX sería capaz de calcularlo, le habría parecido un cuento de
hadas… La teoría cuántica de campos es tan difícil que nadie la
creyó completamente durante veinticinco años.”
229
Lo mismo que otros muchos, no creo que tengamos que esperar un si-
glo antes de que nuestro ingenio y nuestras máquinas puedan sondear de
manera indirecta la décima dimensión; alguien sabrá, durante ese periodo de
tiempo, resolver esa teoría de campos de cuerdas o alguna otra fórmula no
perturbativa. El problema es teórico, no experimental. Necesitamos alguien
con el ingenio y la inteligencia necesaria (además de un enorme índice de
observación), para saber “ver” lo que probablemente tenemos ante nuestras
narices, utilizando para ello todos los datos e indicios existentes de gente
como Einstein, Kaluza y Klein, Veneziano y Suzuki, el cuarteto de cuerdas
de Princeton, Michio Kaku, Witten…, y tantos otros.
230
El problema reside en que obligamos a la teoría de supercuerdas a res-
ponder preguntas sobre energías cotidianas, cuando su “ámbito natural” está
en la energía de Planck. Energía que sólo fue liberada en el propio instante
de la creación. Es decir, la teoría de supercuerdas es una teoría de la propia
creación, así nos puede explicar todas las partículas y la materia, las fuerzas
fundamentales y el espacio-tiempo, es decir, es la teoría del propio universo.
231
correcto de interacciones… Esto constituyó una fuente de exci-
tación en su momento.”
Un profano, al oír esto por primera vez, puede quedar intrigado para
preguntar: ¿por qué no calcular simplemente qué solución se adapta o pre-
fiere la cuerda? Puesto que la teoría de cuerdas es una teoría bien definida,
parece enigmático que los físicos no puedan calcular la respuesta.
232
prohibida si los electrones fuesen tratados como partículas clásicas. El que
haya una probabilidad finita de que un electrón haga un túnel entre una re-
gión clásicamente permitida a otra que no lo está, surge como consecuencia
de la mecánica cuántica. El efecto es usado en el diodo túnel. La desintegra-
ción alfa es un ejemplo de proceso de efecto túnel.
233
La sábana que tenemos es pequeña y la cama es grande. Con esfuerzo
logramos encajar las cuatro esquinas, pero la tensión es demasiado grande;
una de las bandas elásticas salta de una esquina, y la sábana se enrolla. Este
proceso se llama ruptura de simetría. La sábana uniformemente estirada po-
see un alto grado de simetría. Se puede girar la cama 180º alrededor de
cualquier eje y la sábana permanece igual. Este estado altamente simétrico
se denomina falso vacío. Aunque el falso vacío aparece muy simétrico, no
es estable. La sábana no quiere estar en esta condición estirada. Hay dema-
siada tensión y la energía es demasiado alta. Pero la sábana elástica salta y
se enrolla. La simetría se rompe y la sábana pasa a un estado de energía más
baja con menor simetría. Si notamos la sábana enrollada 180º alrededor de
un eje ya no volvemos a tener la misma sábana.
234
Las transiciones de fase no son nada nuevo. Trasladémoslo a nuestras
propias vidas. En un libro llamado Pasajes, el autor, Gail Sheehy, destaca
que la vida no es un flujo continuo de experiencias, como parece, sino que
realmente pasa por varios estadios, caracterizados por conflictos específicos
que debemos resolver y por objetivos que debemos cumplir.
235
Las transiciones de fases pueden ser también asuntos bastante explosi-
vos. Por ejemplo, pensemos en un río que ha sido represado. Tras la presa se
forma rápidamente un embalse con agua a enorme presión. Puesto que es
inestable, el embalse está en el falso vacío. El agua preferiría estar en su
verdadero vacío, significando esto que preferiría reventar la presa y correr
aguas abajo, hacia un estado de menor energía. Así pues, una transición de
fase implicaría un estallido de la presa, que tendría consecuencias desastro-
sas.
236
Así pues, el estado de máxima simetría es con frecuencia también un
estado inestable, y por lo tanto corresponde a un falso vacío.
237
Puesto que el peso promedio de los protones en los productos de fisión,
como el cesio y el kriptón, es menor que el peso promedio de los protones
de uranio, el exceso de masa se ha transformado en energía mediante
E = mc2. Esta es la fuente de energía que subyace en la bomba atómica.
Cuando alguien oye por vez primera la historia de la vida de las estre-
llas, generalmente (lo sé por experiencia), no dice nada, pero su rostro refle-
ja escepticismo. ¿Cómo puede vivir una estrella 10.000 millones de años?
Después de todo, nadie ha vivido tanto tiempo como para ser testigo de su
evolución.
238
forma de luz y calor, de la que una parte nos llega a la Tierra y hace posible
la vida. Se calcula que al Sol le queda material de fusión para otros 4.500
millones de años. Cuando transcurra dicho periodo de tiempo, se convertirá
en una gigante roja, explotará como nova y se transformará finalmente en
una estrella enana blanca. Para entonces, ya no podremos estar aquí.
Tendremos que dominar la energía del Sol, ser capaces de fabricar na-
ves espaciales que sean impenetrables a las partículas que a cientos de miles
de trillones circulan por el espacio a la velocidad de la luz, poder inventar
una manera de imitar la gravedad terrestre dentro de las naves para poder
hacer la vida diaria y cotidiana dentro de la nave sin estar flotando todo el
tiempo y, desde luego, buscar un combustible que procure velocidades rela-
tivistas, cercanas a c, ya que de otra manera, el traslado por los mundos cer-
canos se haría interminable. Finalmente, y para escapar del sistema solar,
habría que buscar la manera de romper la barrera de la velocidad de la luz.
¿Viajar en el tiempo?
239
La mayoría de los científicos que no han estudiado seriamente las ecua-
ciones de Einstein, desprecian el viaje en el tiempo como una tontería, algo
que sólo es aplicable a relatos sensacionalistas e historias fantásticas. Sin
embargo, la situación que realmente nos encontramos es bastante compleja.
240
materia-energía suficientemente poderosas para forzar la curvatura del tiem-
po y permitir el viaje en el tiempo. Sin embargo, las concentraciones de ma-
teria-energía para doblar el tiempo hacia atrás son tan enormes que la relati-
vidad general deja de ser válida y las correcciones cuánticas empiezan a
dominar sobre la relatividad. Así pues, el viaje en el tiempo requiere un ve-
redicto final que no puede ser pronunciado a través de las ecuaciones de
Einstein, que dejan de ser válidas en los campos gravitatorios extraordina-
riamente grandes, donde esperamos que la teoría cuántica de la gravedad se
haga dominante.
De todas las maneras y desde todos los ángulos que lo podamos mirar,
si algún día las máquinas del tiempo son posibles, el peligro estaría servido.
¿Quién sería el encargado de controlar su uso? ¿Quién se encargaría de con-
trolar al encargado? y así podríamos seguir indefinidamente, tal es el volu-
men de gravedad del problema que generaría la existencia de máquinas del
tiempo para viajar hacia atrás o hacia delante.
241
cambiado el curso de nuestras vidas que están regidas, siempre, por la cau-
salidad. Todo lo que ocurre es la consecuencia de lo que ocurrió.
Por mi parte (es una humilde opinión), creo más fácil que consigamos
burlar el límite impuesto por la velocidad de la luz (digo burlar, esquivar, no
superar) o conseguir, como lo hacen en la serie Star Trek, trasladarnos me-
diante desintegración molecular que se integra en el punto de llegada de
manera instantánea al momento exacto de la partida, que viajar hacia atrás
en el tiempo.
242
Por otra parte, si lo pensamos detenidamente, la cuestión del tiempo no
es nada fácil de entender; en realidad, es una ilusión pensar en él en tres fa-
ses que llamamos pasado, presente y futuro. El tiempo es algo que inexora-
blemente no deja de fluir a medida que se expansiona el universo, siempre
está avanzando, no tiene intermitencias para que podamos decir: ¡estamos
en el presente! Sería mentira. En realidad, vivimos siempre en un instante
del futuro cercano al presente-pasado.
¿Quién no ha oído decir alguna vez? “Hay que ver lo mayor que está
este niño, parece que fue ayer cuando nació”.
243
¡Claro que no!
Si es así como realmente sucede, ¿todos los universos que han existido
antes o que existirán después tendrán las mismas propiedades que este nues-
tro?
R ≈ ћc /Λ ≈ 10-13 cm.
244
De nuevo, como me ocurre con frecuencia, me he pasado de un tema
(el Big Crunch) a otro (los quarks), así que cerremos este capítulo del Big
Crunch que está referido a un estado final de un universo cerrado de Fried-
mann (es decir, uno en el que la densidad excede a la densidad crítica). Di-
cho universo se expande desde el Big Bang inicial, alcanza un radio máxi-
mo, y luego colapsa hacia un Big Crunch, donde la densidad de la materia
se vuelve infinita después de que la gravedad haga parar la expansión de las
galaxias que, lentamente al principio, y muy rápidamente después, comenza-
rán a desplazarse en sentido contrario, desandarán el camino para que toda
la materia del universo se junte en un punto, formado una singularidad en la
que dejaría de existir el espacio-tiempo. Después del Big Crunch debería
haber otra fase de expansión y colapso, dando lugar a un universo oscilante.
universo que se va y universo que viene.
245
Parece que la función de las placas metálicas paralelas consiste en ge-
nerar la materia o energía exótica necesaria para que las bocas de entrada y
salida del agujero de gusano permanezcan abiertas y, como la materia exóti-
ca genera energía negativa, los viajeros del tiempo no experimentarían fuer-
zas gravitatorias superiores a 1g, viajando así al otro extremo de la galaxia e
incluso del universo o de otro universo paralelo de los que promulga Step-
hen Hawking. En apariencia, el razonamiento matemático de Thorne es im-
pecable conforme a las ecuaciones de Einstein.
Este concepto más bien simple se conoce con un nombre que suena
complicado: la condición de energía media débil (average weak energy con-
dition, o AWEC). Como Thorne tiene cuidado en señalar, la AWEC debe
ser violada; la energía debe hacerse temporalmente negativa para que el via-
je en el tiempo tenga éxito. Sin embargo, la energía negativa ha sido históri-
camente anatema para los relativistas, que advierten que la energía negativa
haría posible la antigravedad y un montón de otros fenómenos que nunca se
han visto experimentalmente.
Pero Thorne señala al momento que existe una forma de obtener ener-
gía negativa, y esto es a través de la teoría cuántica.
246
existe realmente una agitada actividad, con billones de partículas y antipar-
tículas apareciendo y desapareciendo constantemente. Aparecen a partir de
la “nada” y vuelven a desaparecer en el “vacío”. Puesto que son tan fugaces,
son, en su mayoría, inobservables, y no violan ninguna de las leyes de la fí-
sica. Estas “partículas virtuales” crean una fuerza neutra atractiva entre estas
dos placas que Casimir predijo que era medible.
247
En principio nos permitiría determinar si la condición AWEC es físi-
camente realizable, y si la entrada del agujero de gusano permanece abierta
para que los viajeros del tiempo puedan disfrutar de un viaje al pasado.
248
“Una niña es misteriosamente abandonada en un orfanato de cierto
lugar en el año 1.945. La niña, Jane, crece solitaria y triste, sin saber quié-
nes son sus padres, hasta que un día se siente extrañamente atraída por un
vagabundo. Ella se enamora de él, pero precisamente cuando parece que
las cosas empiezan a ir bien para Jane, ocurren una serie de desastres. En
primer lugar, se queda embarazada del vagabundo, que seguidamente des-
aparece. En segundo lugar, durante el complicado parto, los doctores des-
cubren que Jane tiene dos conjuntos de órganos sexuales y, para salvar su
vida, se ven obligados a transformar quirúrgicamente a “ella” en “él”. Fi-
nalmente, un misterioso extraño rapta a su hija de la sala de partos.
Años más tarde, en 1.970, entra en un bar solitario y cuenta, entre co-
pa y copa, su patética historia a un viejo camarero. El compasivo camarero
ofrece al vagabundo la oportunidad de vengarse del extraño que la dejó
embarazada y abandonada, a condición de que se una al “cuerpo de viaje-
ros del tiempo”. Ambos entran en una máquina del tiempo y el camarero
deja al vagabundo en 1.963. El vagabundo se siente fuerte y extrañamente
atraído por una joven huérfana, que luego deja embarazada.
249
dojas pueden causar mareos cuando tratamos de desentrañar la retorcida pa-
rentela de Jane.
I. B. S. Haldane
250
Hawking ya no dedica el grueso de su energía creativa al campo que le
hizo mundialmente famoso: los agujeros negros, que ahora ya están supera-
dos. Él persigue una pieza mayor: la teoría de campo unificado. La teoría de
cuerdas, recordémoslo, empezó como una teoría cuántica y posteriormente
absorbió a la teoría de la gravedad de Einstein. Hawking, partiendo como un
puro relativista clásico más que como un teórico cuántico, enfoca el proble-
ma desde el punto de vista inverso. Él y su colega James Hartley parten del
universo clásico de Einstein, y luego ¡cuantizan el universo entero!
251
ma muy aproximada a la de mi cuerpo. Sin embargo, algo de la nube se ex-
tenderá por todo el espacio, más allá de Júpiter e incluso más allá del Siste-
ma Solar, aunque allí sea prácticamente nula. Esto significa que existe una
probabilidad muy grande de que yo esté, de hecho, sentado en mi sillón y no
en el planeta Júpiter. Aunque parte de mi función de onda se extienda inclu-
so más allá de la Vía Láctea, hay sólo una posibilidad infinitesimal de que
yo este sentado en otra galaxia.
252
La cosmología cuántica de Hawking también supone que la función de
onda del universo permite que estos universos colisionen. Pueden desarro-
llarse agujeros de gusano que unan estos universos. Sin embargo, estos agu-
jeros de gusano no son como los que describí antes para viajar en el tiempo
según dice Thorne y que conectan diferentes partes dentro del mismo espa-
cio tetradimensional. Los nuevos agujeros de gusano conectan universos en-
tre sí.
253
Nuestro universo puede ser uno entre un número infinito de universos
paralelos, cada uno de los cuales está conectado a los demás por una serie
infinita de agujeros de gusano. El viaje por estos agujeros de gusano es po-
sible pero extremadamente improbable.
Veamos:
254
Particularmente, creo que la vida llegó a este planeta por una serie de
circunstancias muy especiales: tamaño, temperatura y distancia al Sol (idó-
nea para no morir congelados o asados por una temperatura extrema), su
atmósfera primitiva, las chimeneas marinas, la mezcla de elementos, y su
transformación evolutiva, el oxígeno, la capa de ozono, los mares y océanos
¡el agua!, etc, etc.
Nuestro Sol, gracias al cual podemos existir, es una de las cien mil mi-
llones de estrellas que contiene nuestra galaxia. Existen miles de millones
de sistemas solares compuestos por estrellas y planetas como los nuestros.
¿En verdad se puede pensar que somos los únicos seres vivos inteligentes de
la galaxia?
255
La luz viaja por el espacio a razón de 299.792.458 m/s, una Unidad As-
tronómica es igual a 150 millones de Km (la distancia que nos separa del
Sol). El pársec es una unidad galáctica de distancias estelares, y es igual a
3’2616 años luz o 206.265 unidades astronómicas. Existen para las escalas
galácticas o intergalácticas, otras medidas como el kiloparsec (Kpc) y el
megaparsec (Mpc).
Con este negro panorama por delante habrá que esperar a que un día en
el futuro, venga algún genio matemático y nos de la fórmula para burlar esta
256
barrera de la velocidad de la luz, para hacer posible visitar otros mundos po-
blados por otros seres.
También cabe esperar que sean ellos los más adelantados y nos visiten
a nosotros.
Según todos los indicios que la ciencia tiene en su poder, no parece que
por ahora y durante algún tiempo, tengamos la posibilidad de contactar con
nadie de más allá de nuestro sistema solar. Por nuestra parte existe una im-
posibilidad de medios. No tenemos aún los conocimientos necesarios para
fabricar la tecnología precisa que nos lleve a las estrellas lejanas a la bús-
queda de otros mundos. En lo que se refiere a civilizaciones extraterrestres,
si las hay actualmente, no deben estar muy cerca; nuestros aparatos no han
detectado señales que dejarían las sociedades avanzadas mediante la emi-
sión de ondas de radio y televisión y otras similares. También pudiera ser,
no hay que descartar nada, que estén demasiado adelantados para nosotros y
oculten su presencia mientras nos observan, o atrasados hasta el punto de no
emitir señales.
De cualquier manera, por nuestra parte, sólo podemos hacer una cosa:
seguir investigando y profundizando en el conocimiento del universo para
desvelar sus misterios y conseguir algún día (aún muy lejano), viajar a las
estrellas, única manera de escapar del trágico e inevitable final de nuestra
fuente de vida, el Sol. Dentro de unos 4.000 millones de años, como ya he
dicho antes (páginas anteriores), el Sol se transformará en una estrella gi-
gante roja cuya órbita irá más allá de Mercurio, Venus y seguramente la Tie-
rra. Antes, la temperatura evaporará toda el agua del planeta Tierra, la vida
no será posible. El Sol explotará como estrella nova y lanzará sus capas ex-
teriores al espacio exterior para que su viejo material forme nuevas estrellas.
257
Después, desaparecida la fuerza de fusión nuclear, la enorme masa del Sol,
quedara a merced de su propio peso y la gravedad que generará estrujará,
literalmente, al Sol sobre su núcleo hasta convertirla en una estrella enana
blanca de enorme densidad y minúsculo diámetro (en comparación con el
original). Más tarde, la estrella se enfriará y pasará a engrosar la lista de ca-
dáveres estelares.
258
gión mal entendida o por intereses, siempre dará el mismo resultado: la
muerte de muchos inocentes que, en definitiva, nada tuvieron que ver en el
conflicto. Los culpables e inductores, todos estarán seguros en sus refugios
mientras mueren sus hermanos.
259
unos pocos dispongan para ellos y sus familias de riquezas que, bien distri-
buídas, seguramente arreglarían la pobreza y sacarían de la miseria a muchí-
simas personas que, como se suele decir a menudo, también “son hijos de
Dios”. Por mi parte, y ante la cruda realidad que desde hace siglos tenemos,
lo dudo mucho, ya que de ser así, Dios habría hecho algo por sus desgracia-
dos hijos que, sin embargo, además del hambre, la enfermedad y la pobreza,
de vez en cuando tienen un regalito en forma de tifón, huracán con olas gi-
gantes que arrasan sus miserables viviendas o algún volcán que despierta y
les quema las casas y cosechas inundando sus aldeas de cenizas y lava can-
dente.
Todo esto, algún día en el futuro lejano, cuando la humanidad por fin
tenga cumplido su largísimo periodo de humanización, establezca la auténti-
ca igualdad de derechos y obligaciones para todos que hoy, aunque se pone
en los libros legales, nadie lleva realmente a la práctica y es sólo un anuncio
de lo que algún día será una realidad. De momento, la cruda realidad es in-
moral.
1
Principio en virtud del cual todo el universo observable debe ser como es, en lugar de ser
de otra manera, pues de otra forma no nos sería posible observarlo. Hay principio antrópico
débil y principio antrópico fuerte. Ver diferencias.
260
los protones se desintegran con demasiada rapidez, o las estrellas no pueden
fabricar los elementos pesados por encima del hierro, o el Big Crunch tiene
lugar demasiado deprisa porque su densidad crítica sobrepasa en mucho a la
ideal y no da tiempo a que pueda comenzar la germinación de la vida, y así
sucesivamente. De hecho, un número infinito de estos universos paralelos
están muertos, sin las leyes físicas que puedan hacer posible la vida tal co-
mo la conocemos.
En tal universo paralelo (el nuestro), las leyes de la física eran compa-
tibles con la vida que conocemos. La prueba es que nosotros estamos aquí
para tratar esta cuestión. Si esto es cierto, entonces quizá no haya que invo-
car a Dios para explicar por qué la vida, por preciosa que sea, es posible en
nuestro universo. Sin embargo, esto reabre la posibilidad del principio an-
trópico débil, es decir, que coexistimos con nuestros universos muertos y
que el nuestro sea el único compatible para vida.
Cuando esta idea fue propuesta por primera vez por Niels Bohr y Wer-
ner Heisemberg, Einstein se revolvió contra ella. “¿Existe la luna sólo por-
que la mira un ratón?”, le gustaba preguntar. Según la teoría cuántica, en su
más estricta interpretación, la Luna, antes de que sea observada, no existe
realmente tal como la conocemos. “La Luna puede estar, de hecho, en uno
261
cualquiera de entre un número infinito de estados, incluyendo el estado de
estar en el cielo, de estar explotando, o de no estar allí en absoluto. Es el
proceso de medida que consiste en mirarla el que decide que la Luna está
girando realmente alrededor de la Tierra”. Decía Einstein con ironía.
Para decidir si el gato está vivo o muerto, debemos abrir la caja y ob-
servar al gato. Sin embargo, ¿cuál es el estado del gato antes de que abramos
la caja? Según la teoría cuántica, sólo podemos afirmar que el gato esta des-
crito por una función de onda que describe la suma de un gato muerto y un
gato vivo.
262
Puesto que todas las “observaciones” implican un observador, entonces de-
be haber alguna “conciencia” en el universo. Algunos físicos como el pre-
mio Nobel Eugene Wigner, han insistido en que la teoría cuántica prueba la
existencia de algún tipo de conciencia cósmica universal.
Sin embargo, existe una tercera forma de tratar esta paradoja, denomi-
nada teoría de los muchos universos. Esta teoría (como el principio antrópi-
co) no gozó de mucho favor en la última década, pero está siendo revitaliza-
da por la función de onda del universo de Stephen Hawking.
263
uranio se desintegra mediante un proceso sin radiaciones, y en otros univer-
sos las constantes universales que existen en el nuestro, son totalmente dife-
rentes y no dan posibilidad alguna para la existencia de seres vivos. Está cla-
ro que cualquier variación que en principio pudiera parecer sin importancia,
como por ejemplo la carga del electrón, podría transformar radicalmente
nuestro universo.
264
La topología es la geometría de los objetos elásticos o flexibles que
cambian de forma pero tienen las mismas propiedades que antes de ser esti-
rados, achatados, etc. Se pueden retorcer pero no cortar ni pegar.
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la topología recibió
un gran impulso con los trabajos de Poincaré, matemático francés muy in-
fluyente en el posterior desarrollo de diversas áreas de las matemáticas y de
la física. En particular, en 1.904 planteó la conjetura que lleva su nombre y
que no se ha resuelto hasta el siglo XXI. Este problema ha sido un motor pa-
ra la investigación en topología de todo el siglo pasado y se ha llegado a su
resolución con ideas nuevas y apasionantes.
265
Se pasó un siglo entero antes de que un genio de las matemáticas, el
extraño G. Perelman, pudiera demostrar la conjetura de Poincaré. Tan extra-
ño es el personaje que no ha querido venir a España a recibir la medalla
Field conquistada con su trabajo reconocido por todos sus colegas y que re-
cibiría de manos del Rey de España. Se desconoce si aceptará el premio en
metálico de 1 millón de dólares que lleva consigo dicho triunfo de resolver
la conjetura.
¡Misterios de la vida!
266
Un día Einstein fue conducido a postular la teoría de la relatividad ge-
neral partiendo de un principio físico, el principio de equivalencia (que la
masa gravitatoria y la masa inerte de un objeto son iguales, de modo que to-
dos los cuerpos, por muy grande que sean, caen en la Tierra a la misma ve-
locidad). Sin embargo, no se ha encontrado todavía la contrapartida del
principio de equivalencia para la teoría de cuerdas.
Basta repasar los logros de los últimos 150 años en las distintas ramas
del saber humano para asombrarnos de la enorme capacidad de trabajo, sa-
crificio, inventiva e ingenio de nuestra especie que, sobre todo, tiene ¡¡cu-
riosidad!!
267
268
269
FÍSICA, ASTRONOMÍA
Y ASTROFÍSICA
270
sesión del conocimiento de las cosas, de las leyes de la naturaleza, sentimos
con fuerza la conciencia de “SER”, ese pensamiento que nos lleva a un nivel
superior, un nivel inmaterial y sublime al que hemos llamado alma y que en
realidad es el don de la sabiduría, el saber buscar y encontrar el por qué de
las cosas.
¿Qué es…?
Así que en el presente trabajo, vamos a explicar una serie de cosas que
ocurren y están aquí con nosotros en el universo, e incluso forman parte de
nosotros mismos o hace posible que nosotros podamos estar aquí.
¿Qué haríamos, por ejemplo, sin la gravedad que nos mantiene bien
unidos a la superficie del planeta?
271
El comienzo de este trabajo, la primera media página, está lleno de pre-
guntas y podríamos llenar toda la libreta preguntando algunas de las cosas
que no sabemos.
272
tein, nos explica y demuestra que el espacio–tiempo está íntimamente rela-
cionado con la distribución de materia en el universo, y nos dice que el es-
pacio se curva en presencia de masas considerables como planetas, estrellas
o galaxias (entre otros).
273
Hemos mencionado antes la relatividad del tiempo que para el mismo
suceso será distinto en función de quién sea el que cronometre; por ejemplo,
el tiempo transcurre más despacio para el astronauta que en nave espacial
viaja a velocidades próximas a c, la velocidad de la luz. Según la teoría de la
relatividad especial de Einstein, en el caso antes señalado, el tiempo del as-
tronauta viajero avanza más lentamente en un factor que denotamos con la
ecuación (1 − v 2 c 2 ) , cuando lo mide un sistema de referencia que viaja a
una velocidad v relativa al otro sistema de referencia; c es la velocidad de la
luz. Este principio ha sido verificado de muchas maneras; por ejemplo,
comparando las vidas medias de los muones rápidos, que aumentan con la
velocidad de las partículas en una cantidad predicha en este factor de la an-
terior ecuación.
274
ideal, de alrededor de 10-29 g/cm3, es descrito por el modelo al que antes nos
referimos conocido como de Einstein–de Sitter, que se encuentra en la línea
divisoria de estos dos extremos. La densidad media de materia que puede
ser observada directamente en nuestro universo representa sólo el 20% del
valor crítico. Puede haber, sin embargo, una gran cantidad de materia oscura
que elevaría la densidad hasta el valor crítico. Las teorías de universo infla-
cionario predicen que la densidad presente debería ser muy aproximada a la
densidad crítica; estas teorías requieren la existencia de materia oscura.
275
de gravedad de planetas, satélites y grandes objetos cosmológicos, es impor-
tante.
276
Por haberlo mencionado antes me veo obligado a explicar brevemente
el significado de “cuerpo negro”, que está referido a un cuerpo hipotético
que absorbe toda la radiación que incide sobre él. Tiene, por tanto, una ab-
sortancia y una emisividad de 1. Mientras que un auténtico cuerpo negro es
un concepto imaginario, un pequeño agujero en la pared de un recinto a
temperatura uniforme es la mejor aproximación que se puede tener de él en
la práctica.
No puedo continuar adelante sin explicar aquí lo que son las partículas
elementales como “constituyentes fundamentales” de toda la materia del
universo.
277
También dio lugar al descubrimiento de unas 200 partículas “elementa-
les” de vida corta, algunas de las cuales eran claramente más elementales
que las otras. En la clasificación actual existen dos clases principales de par-
tículas
Los bariones están formados por tres quarks y los mesones por dos
quarks (un quark y un antiquark). En la teoría quark, por tanto, las únicas
partículas elementales realmente, son los leptones y los quarks. Al contrario
que los electrones y protones, que poseen cargas exactamente iguales en va-
lor absoluto pero de signos opuestos (positiva el protón y negativa el elec-
trón), los quark tienen cargas que son fracciones de la carga electrónica (+
2/3 ó -1/3 de la carga electrónica).
El protón, siendo un barión, está constituido por tres quarks, uud (2/3 +
2/3 - 1/3 = 1) y el neutrón por udd (2/3 - 1/3 -1/3 = 0), para cada variedad de
quark existen los equivalentes antiquarks que se denotan u , d , c , s , t , b , que
278
tienen valores exactos al quark pero con signos opuestos en su carga eléctri-
ca.
R ≈ hc Λ ≈ 10 −13 cm
279
finamiento de los quarks obliga a que estos no puedan escapar uno del otro;
lo impiden los gluones, los bosones intermediarios de la fuerza nuclear fuer-
te que es la única fuerza que crece con la distancia, al contrario que las otras
fuerzas que con el alejamiento se debilitan. Es posible que a muy altas tem-
peraturas, como las existentes en el universo primitivo, los quarks pudieran
estar libres. Esta temperatura a la que esto ocurre es conocida como tempe-
ratura de desconfinamiento.
280
mantiene firmemente asentados a la superficie del planeta. Aunque la teoría
clásica de la gravedad fue la que nos dejó Isaac Newton, la teoría macroscó-
pica bien definida y sin fisuras de la gravitación universal es la relatividad
general de Einstein, mucho más completa y profunda.
281
cribe con la electrodinámica cuántica, que es una forma sencilla de teoría
gauge.
Por motivo parecido, aunque antes hemos descritos los grupos o fami-
lias más importantes de partículas, lógicamente sólo se nombraron las más
comunes, importantes y conocidas como:
282
Protón, que es una partícula elemental estable que tiene una
carga positiva igual en magnitud a la del electrón y posee una masa
de 1’672614×10-27 Kg, que es 1.836’12 veces la del electrón. El pro-
tón aparece en los núcleos atómicos, por eso es un nucleón que está
formado por partículas más simples, los quarks.
283
se llaman electrones libres. Su antipartícula es el positrón, predicha
por Paul Dirac.
Los piones como los kaones y otros mesones, como hemos dicho
son una subclase de los hadrones; están constituidos por pares
quark–antiquark y se cree que participan en las fuerzas que mantie-
nen a los nucleones juntos en el núcleo. Al principio se pensó que el
muón era un mesón, pero ahora se incluye entre los leptones como la
variedad intermedia entre el electrón y la partícula tau.
284
Como dije antes, existe una lista interminable de partículas que necesi-
tarían esta libreta completa para hablar de ellas, así que me he limitado a los
más importantes en la composición de la materia.
Al comienzo del trabajo aparecen una serie de preguntas de las que al-
gunas ya tienen aquí su respuesta y por seguir (más o menos) el orden, pare-
ce que ahora tengo que explicar el significado de agujero negro.
Las estrellas, enormes bolas de gas y polvo luminosas que desde su na-
cimiento producen energía por la fusión nuclear del hidrógeno para formar
helio. El término, por tanto, no sólo incluye estrellas como el Sol, que están
en la actualidad quemando hidrógeno, sino también protoestrellas, aún no lo
suficientemente calientes como para que dicha combustión haya comenza-
do, y varios tipos de objetos evolucionados como las estrellas gigantes y su-
pergigantes, que están quemando otros combustibles nucleares más comple-
jos que el hidrógeno, o las enanas blancas y las estrellas nucleares, que están
formadas por combustibles nuclear gastado.
La masa máxima de una estrella es de unas 120 masas solares, por en-
cima de la cual sería destruida por su propia radiación. La masa mínima está
calculada en 0’80 masas solares; por debajo de ella, los objetos no serían lo
suficientemente calientes en sus núcleos como para que comience la com-
bustión del hidrógeno, y se convertirían en enanas marrones. Las luminosi-
dades de estrellas varían desde alrededor de medio millón de veces la lumi-
nosidad del Sol para las más calientes hasta menos de una milésima de la
del Sol para las enanas más débiles. Aunque las estrellas más prominentes
visibles a simple vista son más luminosas que el Sol, la mayoría de las estre-
llas son en realidad más débiles que éste y, por tanto, imperceptibles a sim-
ple vista.
285
Las estrellas brillan como resultado de la conversión de masa en ener-
gía por medio de reacciones nucleares, siendo las más importantes las que
involucran al hidrógeno. Por cada kilogramo de hidrógeno quemado de esta
manera, se convierte en energía aproximadamente siete gramos de masa (el
7 ‰). De acuerdo a la famosa ecuación E = mc2, los siete gramos equivalen
a una energía de 6’3×1014 julios. Las reacciones nucleares no sólo aportan el
calor y la luz de las estrellas, sino que también producen elementos más pe-
sados y complejos que el hidrógeno y el helio.
De hecho, nuestra presencia aquí sería imposible sin que el material del
que estamos hecho (polvo de estrellas), no se hubiera fabricado antes en al-
guna estrella lejana, hace miles de años y seguramente a muchos años luz de
nuestro sistema solar.
286
masa, estrella de bario, estrella de bariones, estrella de campo, estrella de
carbono, de circonio, de estroncio, de helio, de población I extrema, de po-
blación intermedia, estrella de la rama gigante asintótica, de litio, de manga-
neso, de manganeso-mercurio, de mercurio-manganeso, de metales pesados,
de neutrones, de quarks, de referencia, de silicio, de tecnecio, de tipo inter-
medio, de tipo tardío, de tipo temprano, estrella del polo, estrella doble, es-
trella enana, estrella estándar, evolucionada, etc, etc.
287
Dicho esto, ahora sí estamos preparados para comprender mejor lo que
es un agujero negro.
288
lla. La estrella está formada por una inmensa nube de gas y polvo que a ve-
ces tiene varios años luz de diámetro. Cuando dicho gas (sus moléculas) se
va juntando se produce un rozamiento que ioniza los átomos de la nube de
hidrógeno que se juntan y se juntan cada vez más, formando un remolino
central que gira atrayendo al gas circundante, que poco a poco va formando
una inmensa bola. En el núcleo, la fricción es muy grande y las moléculas
apretadas al máximo por la fuerza de gravedad, por fin produce una tempe-
ratura de varios millones de grados K que es la causante de la fusión de los
protones que forman esos átomos de hidrógeno. La reacción que se produce
es una reacción en cadena; comienza la fusión que durará todo el tiempo de
vida de la estrella. Así nacen las estrellas cuyas vidas están supeditadas al
tiempo que tarde en ser consumido su combustible nuclear, el hidrógeno que
mediante la fusión es convertido en helio.
289
Según sean estrellas medianas como nuestro Sol, grandes o muy gran-
des, lo que antes era una estrella, cuando finaliza el derrumbe o implosión,
cuando la estrella es aplastada sobre sí misma por su propio peso, cuando
finalice digo, tendremos una estrella enana blanca, una estrella de neutrones
o un agujero negro.
En la práctica es más fácil que los agujeros negros estén rotando y que
no tengan carga eléctrica, forma conocida como agujero negro de Kerr. Los
agujeros negros no son totalmente negros; la teoría sugiere que pueden emi-
tir energía en forma de radiación Hawking.
290
ni la luz puede escapar de él. En la singularidad, dejan de existir el tiempo y
el espacio; podríamos decir que el agujero negro está fuera, apartado de
nuestro universo, pero en realidad deja sentir sus efectos ya que, como antes
dije, se pueden detectar las radiaciones de rayos X que emite cuando engulle
materia de cualquier objeto estelar que se le aproxime más allá del punto lí-
mite que se conoce como horizonte de sucesos.
Por otra parte, los acontecimientos que ocurren fuera del horizonte de
sucesos en un agujero negro, tienen un comportamiento como cualquier otro
objeto cósmico de acuerdo a la masa que presente. Por ejemplo, si nuestro
Sol se transformara en un agujero negro, la Tierra seguiría con los mismos
patrones orbitales que antes de dicha conversión del Sol en agujero negro.
291
medida que atrae masa hacia él y se la traga introduciéndola en la singulari-
dad. Las evidencias observacionales nos invitan a pensar que en muchos
centros de galaxias se han formado ya inmensos agujeros negros supermasi-
vos que han acumulado tanta masa (absorciones de materia interestelar y es-
trellas) que su tamaño másico estaría bordeando el millón de masas solares,
pero su radio de Schwarzschil no supera ni las 20 UA (unidad astronómica =
150 millones de Km), mucho menor que nuestro sistema solar.
292
un artículo anexo de otro anterior de Oppenheimer sobre las estrellas de
neutrones. En este último artículo, describió de manera magistral la conclu-
sión de que una estrella con masa suficiente podía colapsarse bajo la acción
de su propia gravedad hasta alcanzar un punto adimensional; con la demos-
tración de las ecuaciones descritas en dicho artículo, la demostración quedó
servida de forma irrefutable que una estrella lo suficientemente grande, lle-
gado su final al consumir todo su combustible de fusión nuclear, continuaría
comprimiéndose bajo su propia gravedad, más allá de los estados de enana
blanca o de estrella de neutrones, para convertirse en una singularidad.
Desde entonces, muchos han sido los físicos que se han especializado
profundizando en las matemáticas relativas a los agujeros negros. John Mal-
her (que los bautizó como agujeros negros), Roger Reyrose, Stephen Haw-
king, Kip S. Thorne, Kerr y muchos otros nombres que ahora no recuerdo,
han contribuido de manera muy notable al conocimiento de los agujeros ne-
gros, las cuestiones que de ellas se derivan y otras consecuencias de densi-
dad, energía, gravedad, ondas gravitacionales, etc, que son deducidas a par-
tir de estos fenómenos del cosmos.
293
Se afirma que las singularidades se encuentran rodeadas por un hori-
zonte de sucesos, pero para un observador, en esencia, no puede ver nunca
la singularidad desde el exterior. Específicamente implica que hay alguna
región incapaz de enviar señales al infinito exterior. La limitación de esta
región es el horizonte de sucesos, tras ella se encuentra atrapado el pasado y
el infinito nulo futuro. Lo anterior nos hace distinguir que en esta frontera se
deberían reunir las características siguientes:
294
de Schwarzschild puede ser calculado usándose la ecuación para la veloci-
dad de escape:
Vesc = (2GM R )
1
2
Para el caso de fotones u objeto sin masa, tales como neutrinos, se sus-
tituye la velocidad de escape por la de la luz c2.
Así hemos comprendido que, a mayor masa del cuerpo del que se pre-
tende escapar, mayor será la velocidad que necesitamos para escapar de él.
Veamos algunas:
295
Como se ve en el cuadro anterior, cada objeto celeste, en función de su
masa, tiene su propia velocidad de escape para que cualquier cosa pueda sa-
lir de su órbita y escapar de él.
∆S = Q/T
Sin embargo, todos los procesos reales son en un cierto grado cambios
irreversibles y en cualquier sistema cerrado un cambio irreversible siempre
está acompañado de un aumento de la entropía.
296
En un sentido más amplio, la entropía puede ser interpretada como una
medida del desorden; cuanto mayor es la entropía, mayor es el desorden.
Una típica estrella de neutrones, con una masa poco mayor que la del
Sol, tendría un diámetro de solo unos 30 Km, y una densidad mucho mayor
que la que habría en un terrón de azúcar con una masa igual a la de toda la
humanidad.
297
Cuanto mayor es la masa de una estrella de neutrones, menor es su diá-
metro. Se cree que las estrellas de neutrones tienen un interior de neutrones
superfluidos (es decir, neutrones que se comportan como un fluido de visco-
sidad cero), rodeados por una corteza sólida de más o menos 1 Km de gro-
sor compuesta por elementos como el hierro.
298
la actualidad hay considerables evidencias de que al menos algunos de ellos
se originan a partir de enanas blancas que han colapsado en estrella de neu-
trones después de una acreción de masa de una estrella compañera, forman-
do lo que se conoce como púlsar reciclado.
Nuestro universo es igual en todas partes. Las leyes que rigen en todo
el universo son las mismas. La materia que puebla el universo, gases estela-
res, polvo cósmico, galaxias con cientos de miles de millones de estrellas y
sistemas planetarios, también son iguales en cualquier confín del universo.
Todo el universo, por lo tanto, está plagado de agujeros negros y de estrellas
de neutrones. En realidad, con el transcurso del tiempo, el número de estos
objetos masivos estelares irá en aumento, ya que cada vez que explota una
estrella supermasiva, nace un nuevo agujero negro o una estrella de neutro-
nes, transformándose así en un objeto distinto del que fue en su origen. De
gas y polvo pasó a ser estrella y después se transformó en un agujero negro
o en una estrella de neutrones.
GALAXÍA
299
banda alrededor del cielo, la Vía Láctea; de ahí que a la propia Galaxia se la
denomine con frecuencia Vía Láctea.
El Sol se encuentra a una distancia que está entre 26.000 y 30.000 años
luz del centro galáctico, en el Brazo de Orión.
300
ten algunas evidencias de una estructura en forma de barra en las regiones
centrales y el bulbo.
Todas las galaxias son sistemas de estrellas, a menudo con gas y polvo
interestelar, unidas por la gravedad. Las galaxias son las principales estruc-
turas visibles del universo. Varían desde las enanas con menos de un millón
de estrellas a las supergigantes con más de un billón de estrellas, y un diá-
metro desde unos pocos cientos a mas de 600.000 años luz. Las galaxias
pueden encontrarse aisladas o en pequeños grupos, como el nuestro conoci-
do Grupo Local, o en grandes cúmulos como el Cúmulo de Virgo.
301
cas cuando el gas se convertía rápidamente en estrellas, y las espirales si la
transformación de estrellas era lo suficientemente lenta como para permitir
crecer de forma significativa un disco de gas.
302
Galaxia head-tail: Una elíptica en la que una intensa emisión de radio
en el núcleo está acompañada por una cola irregular de radioemisión difusa
que se extiende cientos de miles de años luz. Es una radación sincrotrón de
electrones energéticos.
Galaxia anular: Inusual galaxia con anillo luminoso bien definido al-
rededor de un núcleo brillante. El anillo puede parecer suave y regular, o
anudado y deformado, y puede contener gas y polvo además de estrellas.
Un ejemplo es la galaxia de la Rueda de Carro.
Galaxia con bajo brillo superficial (LSB): Tipo de galaxia cuya den-
sidad de estrellas es tan baja que es difícil detectarla frente al fondo del cie-
lo. Se desconoce la proporción de galaxias con bajo brillo superficial en re-
lación a las galaxias normales, pudiendo representar una parte significativa
del universo. Muchas de estas débiles galaxias son enanas, situadas particu-
larmente en cúmulos de galaxias; algunas son tan masivas como las grandes
espirales, por ejemplo, Malin-1.
303
completas. Se disponen de manera que capas sucesivas puedan aparecer
normalmente en lados opuestos de la galaxia. Alrededor del 10% de las elíp-
ticas brillantes presentan envolturas, la mayoría de ellas en regiones de baja
intensidad o densidad de galaxias. No se conoce ninguna espiral con una es-
tructura de capas de ese tipo. Podrían ser el resultado de una elíptica gigante
que se come una compañera.
Galaxia de anillo polar: Raro tipo de galaxia, casi siempre una ga-
laxia lenticular, que tiene un anillo luminoso de estrellas, gas y polvo orbi-
tando sobre los polos de su disco. Por tanto, los ejes de rotación del anillo y
del disco forman casi un ángulo recto. Dicho sistema puede ser el resultado
de una colisión, una captura de por maneras, o la unión de una galaxia rica
en gas con la galaxia lenticular.
304
Se podría continuar explicando lo que es una galaxia elíptica, enana,
compacta azul, esferoidal enana, espiral (como la Vía Láctea), espiral ené-
sima, espiral barrada, interaccionante, irregular, lenticular, peculiar, star-
burst, primordiales… etc, sin embargo, creo que ya se ha dejado constancia
aquí de los datos necesarios para el que lector tenga una idea de lo que es
una galaxia. Así que decido finalizar el apartado de galaxias, reflejando un
cuadro del Grupo Local de galaxias en el que está situada la nuestra.
305
Enana de Phoenix 390
Enana de Tucana 870
Leo II 215
Enana de Ursa Minor 63
Enana de Carina 87
Enana de Draco 76
306
¡Una barbaridad!
Claro que algo bueno debíamos tener. Se nos dio la mujer, un ser mu-
cho más fuerte que nosotros los hombres, capaz de darnos hijos y de mante-
307
ner unida la familia. Mientras que el hombre es (por regla general), el sumi-
nistrador, el que proporciona el sustento, la mujer es la que influye en los
valores más importantes del hombre; ella, durante la niñez, le graba en su
limpia mente esos mensajes que perduraran durante toda la vida. Dará la
impronta de su carácter y la personalidad futura. Mientras el padre trabaja,
la madre dedica horas y horas a los niños, y sus enseñanzas y consejos los
acompañarán durante sus vidas. En el colegio y en la universidad la enseñan
cosas que no sabían, en sus casas les enseñan la educación y a ser hombres y
mujeres que se miran en el espejo de sus padres.
308
Este trabajo no es sobre política, así que retomaré la física y la astro-
nomía de la que momentáneamente me he apartado.
Big Bang
Hablaremos ahora del Big Bang, esa teoría aceptada por todos y que
nos dice cómo se formó nuestro universo y comenzó su evolución hasta ser
como ahora lo conocemos.
∗
, ∗∗ Especificadas más adelante
309
tos, en vez de una emisión continua. A estas distancias, la gravedad está au-
sente para dejar actuar a la mecánica cuántica.
310
Para fijar más claramente los hechos se debe extender la explicación
evolutiva del universo en las fases principales que son:
De la materia
De la radiación
Periodo entre 10-43 s (la era de Planck) y 300.000 años después del Big
Bang. Durante este periodo, la expansión del universo estaba dominada por
los efectos de la radiación o de las partículas rápidas (a altas energías todas
las partículas se comportan como la radiación). De hecho, la era leptónica y
la era hadrónica son ambas subdivisiones de la era de radiación.
311
La era de radiación fue seguida por la era de la materia que antes se re-
seña, durante la cual los partículas lentas dominaron la expansión del uni-
verso.
Era hadrónica
Corto periodo de tiempo entre 10-6 s y 10-5 s después del Big Bang en
el que se formaron las partículas atómicas pesadas, como protones, neutro-
nes, piones y kaones entre otras. Antes del comienzo de la era hadrónica, los
quarks se comportaban como partículas libres. El proceso por el que se for-
maron los quarks se denomina transición de fase quark-hadrón. Al final de
la era hadrónica, todas las demás especies hadrónicas habían decaído o se
habían desintegrado, dejando sólo protones o neutrones. Inmediatamente
después de esto el universo entró en la era leptónica.
Era Leptónica
Intervalo que comenzó unos 10-5 s después del Big Bang, en el que di-
versos tipos de leptones eran la principal contribución a la densidad del uni-
verso. Se crearon pares de leptones y antileptones en gran número en el uni-
verso primitivo, pero a medida que el universo se enfrió, la mayor parte de
las especies leptónicas fueron aniquiladas. La era leptónica se entremezcla
con la hadrónica y ambas, como ya dije antes, son subdivisiones de la era de
la radiación. El final de la era leptónica se considera normalmente que ocu-
rrió cuando se aniquilaron la mayor parte de los pares electrón-positrón, a
una temperatura de 5×109 K, más o menos un segundo después del Big
Bang. Después, los leptones se unieron a los hadrónes para formar átomos∗
∗
Ver pág. 265 y siguientes.
312
Así se formó nuestro universo, a partir de una singularidad que explotó
expandiendo toda la densidad y energía a unas temperaturas terroríficas, y a
partir de ese mismo instante conocido como Big Bang, nacieron, como her-
manos gemelos, el tiempo y el espacio junto con la materia que finalmente
desembocó en lo que ahora conocemos como universo.
313
cuestiones que, por lo menos a mí, no han quedado claras y me llevan a pre-
guntas tales como:
La masa del Sol es de 2×1033 gramos. Esto significa que la cantidad to-
tal de materia en el universo tiene una masa de: 1022×2×1033 ó 2×1055
gramos. Lo que podemos reseñar: 20.000.000.000.000.000.000.000.000.000
000.000.000.000.000.000.000.000.000, que es igual a veinte nonillones.
Miremos ahora al revés. La masa del universo está concentrada casi por
entero en los nucleones∗ que contiene. Los nucleones son partículas diminu-
∗
Nucleones: partículas que constituyen los principales componentes del núcleo atómico
(protones y neutrones).
314
tas y hacen falta 6×1023 de ellas para formar una masa equivalente a un gra-
mo.
De esta manera, por cada 142 nucleones hay 116 electrones (para com-
pensar los 116 protones). Para mantener la proporción, los 1’2×1079 nucleo-
nes del universo tienen que ir acompañados de 1×1078 electrones. Sumando
los nucleones y electrones, tenemos un número total de 2’2×1079 partículas
de materia en el universo. Lo cual se puede escribir como:
22.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.00
0.000.000.000.000.000.000.000.000.000 (ó 22 tredecillones).
315
nes, pero son partículas sin masa. Veintidós tredecillones es, después de to-
do, un número apreciable para un universo de importancia.
Claro que siempre podemos especular. Isaac Asimov decía que por su
parte, “la respuesta podía estar en la existencia de “energía negativa” que
igualara la “energía positiva” ordinaria, pero con la particularidad de que
cantidades iguales de ambos se unirían para dar nada como resultado”
(igual que +1 y -1 sumados dan 0).
Una vez destruidos todos los pares materia antimateria, quedó el so-
brante de partículas positivas que es la materia de nuestro universo.
316
polvo que giraban lentamente, fragmentándose en vórtices turbulentos que
se condensaban finalmente en estrellas.
Dicho proceso fue mucho menos eficaz en las afueras de las galaxias
espirales. Las estrellas se formaron en números muchos menores y sobró
mucho polvo y mucho gas.
Nosotros, los habitantes del planeta Tierra, nos encontramos en los bra-
zos espirales de nuestra galaxia, estamos situados en la periferia a unos
30.000 años luz del centro galáctico y vemos las manchas oscuras que pro-
yectan las nubes de polvo contra el resplandor de la Vía Láctea. El centro de
nuestra propia galaxia queda oscurecido por tales nubes.
317
El tipo de átomo más común en el universo, después del hidrógeno y el
helio, es el de oxígeno. El oxígeno puede combinarse con hidrógeno para
formar grupos oxidrilo (HO) y moléculas de agua (H2O), que tienen una
marcada tendencia a unirse a otros grupos y moléculas del mismo tipo que
encuentren en el camino, de forma que poco a poco se van constituyendo
pequeñísimas partículas compuestas por millones y millones de tales molé-
culas. Los grupos oxidrilo y las moléculas de agua pueden llegar a constituir
una parte importante del polvo cósmico.
318
La Tierra recoge cada día miles de millones de partículas de polvo (“micro-
meteoroides”). Los científicos espaciales se interesan por ellas por diversas
razones; una de ellas es que los micrometeoroides de mayor tamaño podrían
suponer un peligro para los futuros astronautas y colonizadores de la Luna.
319
los núcleos atómicos en contacto mutuo, el diámetro de la esfera disminuiría
hasta un nivel de 1/100.000 de su tamaño original.
320
primen de manera increíble hasta que se degeneran y emiten una fuerza que
contrarresta la gravedad, quedándose estabilizada como estrella de neutro-
nes.
La densidad global del Sol hoy día es de 1’4 gramos/cm3. Una estrella
de neutrones a partir del Sol tendría una densidad que se reflejaría mediante
1.400.000.000.000.000 gramos por cm3. Es decir, un centímetro cúbico de
una estrella de neutrones puede llegar a pesar 1.400.000.000 (mil cuatro-
cientos millones de toneladas). ¡Qué barbaridad!
Está claro que podrá hacerlo mientras radie energía y nos envie luz y
calor que la haga posible tal como la conocemos.
321
Nadie diría que con este consumo tan alto de hidrógeno por segundo, el
Sol pudiera durar mucho tiempo, pero es que ese cálculo no tiene encuenta
el enorme tamaño del Sol. Su masa totaliza 2.200.000.000.000.000.
000.000.000.000 (más de dos mil cuatrillones) de toneladas. Un 53% de esta
masa es hidrógeno, lo cual significa que el Sol contiene en la actualidad una
cantidad de 1.166.000.000.000.000.000.0000.0000.000 toneladas.
Para completar datos diré que el resto de la masa del Sol es casi todo
helio. Menos del 0’1 por 100 de su masa está constituido por átomos más
complicados que el helio. El helio es más compacto que el hidrógeno. En
condiciones idénticas, un número dado de átomos de helio tiene una masa
cuatro veces mayor el mismo número de átomos de hidrógeno. O dicho de
otra manera: una masa dada de helio ocupa menos espacio que la misma
masa de hidrógeno. En función del volumen – el espacio ocupado –, el Sol
es hidrógeno en un 80 por ciento.
Pero las cosas no son tan simples. El Sol es una estrella de segunda ge-
neración, constituida a partir de gas y polvo cósmico desperdigado por estre-
llas que se habían quemado y explotado miles de millones de años atrás.
Así pues, la materia prima del Sol contenía ya mucho helio desde el princi-
pio, lo que nos lleva a pensar que el final puede estar algo más cercano.
A medida que el Sol siga radiando, irá adquiriendo una masa cada vez
mayor ese núcleo de helio y la temperatura en el centro aumentará. En últi-
322
ma instancia, la temperatura sube lo suficiente como para transformar los
átomos de helio en átomos más complicados. Hasta entonces el Sol radiará
más o menos como ahora, pero una vez que comience la fusión del helio,
empezará a expandirse y a convertirse poco a poco en una gigante roja. El
calor se hará insoportable en la Tierra, los océanos se evaporarán y el plane-
ta dejará de albergar vida en la forma que la conocemos.
La esfera del Sol, antes de explotar para convertirse en una enana blan-
ca, aumentará engullendo a Mercurio y a Venus y quedará cerca del planeta
Tierra, que para entonces será un planeta yermo.
Los astrónomos estiman que el Sol entrará en esta nueva fase en unos 5
ó 6 mil millones de años. Así que el tiempo que nos queda por delante es
como para no alarmarse todavía. Sin embargo, el no pensar en ello… no pa-
rece conveniente.
323
de su eje vaya disminuyendo poco a poco. Las mareas actúan como freno
sobre la rotación de la Tierra, y como consecuencia de ello, los días terres-
tres se van alargando un segundo cada mil años.
Así pues, la Luna, con una reserva inicial de energía muy pequeña, so-
cavada rápidamente por los grandes bultos provocados por la Tierra, tuvo
que sufrir una disminución relativamente rápida de su periodo de rotación.
Hace seguramente muchos millones de años debió de decelerarse hasta el
punto de que el día lunar se igualó con el mes lunar. De ahí en adelante, la
Luna siempre mostraría la misma cara hacia el planeta Tierra.
324
ras no cambian de posición a medida que la Luna gira alrededor de la Tierra,
los bultos no experimentan ningún nuevo cambio ni tampoco se produce ro-
zamiento alguno que altere el periodo de rotación del satélite. La luna conti-
nuará mostrándonos la misma cara indefinidamente; lo cual, como veis, no
es ninguna coincidencia, sino la consecuencia inevitable de la gravitación y
del rozamiento.
Durante unos ochenta años, por ejemplo, se pensó que Mercurio (el
planeta más cercan al Sol y el más afectado por la fuerza gravitatoria solar)
ofrecía siempre la misma cara al Sol, por el mismo motivo que la Luna ofre-
ce siempre la misma cara a la Tierra. Pero se ha comprobado que, en el caso
de este planeta, los efectos del rozamiento producen un periodo estable de
rotación de 58 días, que es justamente dos tercios de los 88 días que consti-
tuyen el período de revolución de Mercurio alrededor del Sol.
Hay tantas cosas que aprender que el corto tiempo que se nos permite
estar aquí es totalmente insuficiente para conocer todo lo que nos gustaría.
¿Hay algo más penoso que la ignorancia?
325
en la desembocadura, donde fluye suave y tranquila. Por eso fluye el agua
río abajo hasta el mar (si no fuese por la lluvia, todas las aguas continentales
fluirían montaña abajo hasta el mar y el nivel del océano subiría ligeramen-
te. La energía gravitatoria total permanecería igual, pero estaría distribuida
con mayor uniformidad).
Una rueda hidráulica gira gracias al agua que corre ladera abajo: ese
agua puede realizar un trabajo. El agua sobre una superficie horizontal no
puede realizar trabajo, aunque esté sobre una meseta muy alta y posea una
energía gravitatoria excepcional. El factor crucial es la diferencia en la con-
centración de energía y el flujo hacia la uniformidad.
326
Clausius afirmó, por tanto, que en la naturaleza era regla general que
las diferencias en las concentraciones de energía tendían a igualarse. O di-
cho de otra manera: que la entropía aumenta con el tiempo.
327
decimos que el universo se “degradará” cuando toda la energía se haya igua-
lado.
328
La entropía está ineludiblemente unida al tiempo, ambos caminan jun-
tos. En procesos elementales en los que intervienen pocos objetos es impo-
sible saber si el tiempo marcha hacia delante o hacia atrás. Las leyes de la
naturaleza se cumplen igual en ambos casos. Y lo mismo ocurre con las par-
tículas subatómicas.
329
En efecto, las cosas toman un giro extraño cuando el tiempo se invier-
te, que el verlo nos hace reír.
Por eso la entropía se denomina a veces “la flecha del Tiempo”, porque
su constante aumento marca lo que nosotros consideramos el “avance del
tiempo”.
Según esta teoría podría ser posible que cosas extrañas llegaran a ocu-
rrir si el proceso del universo, siempre en expansión, caminando hacia de-
lante en el tiempo, de pronto se invirtiera y comenzará una andadura hacia
atrás, al pasado, caminando al revés al invertirse la flecha del Tiempo.
Cambiemos de tema.
Para contestar esta pregunta hay que advertir al lector que la energía
suministrada a un cuerpo puede influir sobre él de distintas maneras. Si un
martillo golpea a un clavo en medio del aire, el clavo sale despedido y gana
energía cinética o, dicho de otra manera, energía de movimiento. Si el marti-
llo golpea sobre un clavo, cuya punta está apoyada en una madera dura e in-
330
capaz de moverse, el clavo seguirá ganando energía, pero esta vez en forma
de calor por rozamiento al ser introducido a la fuerza dentro de la madera.
331
convierte en velocidad y más la que se transforma en masa. Observamos
que, aunque el cuerpo siga moviéndose cada vez más rápido, el ritmo de
aumento de velocidad decrece. Como contrapartida, notamos que gana más
masa a un ritmo ligeramente mayor.
Todo esto no es pura teoría, sino que tal como ha sido comprobado, es
la realidad de los hechos.
332
la luz), las partículas aumentan sus masas; sin embargo, nunca han logrado
sobrepasar el límite de c, la velocidad máxima permitida en nuestro univer-
so.
La única respuesta que podemos dar hoy es que así, es el universo que
nos acoge y las leyes naturales que lo rigen, donde estamos sometidos a
unas fuerzas y unas constantes universales de las que la velocidad de la luz
en el vacio es una muestra.
A menudo se oye decir que las partículas no pueden moverse “más de-
prisa que la luz” y que la “velocidad de la luz” es el límite último de veloci-
dad.
Pero decir esto es decir las cosas a medias, porque la luz viaja a veloci-
dades diferentes dependiendo del medio en el que se mueve. Donde más de-
prisa se mueve la luz es en el vacío: allí lo hace a 299.792’458 Km/s. Este sí
es el límite último de velocidades que podemos encontrar en nuestro univer-
so.
333
Einstein en su teoría de la relatividad especial de 1.905, nos decía que
en nuestro universo nada puede ir más rápido que la luz. También nos dejó
dicho que masa y energía don dos aspectos de una misma cosa. Que la mate-
ria se puede convertir en energía (ahí está la bomba atómica como demos-
tración) pero, ¿es posible hacer lo contrario y convertir energía en materia?
334
O digámoslo de otro modo: si fuese posible convertir en energía eléc-
trica la energía representada por un solo gramo de materia, bastaría para te-
ner luciendo continuamente una bombilla de 100 vatios durante unos 28.200
años.
Nada tiene de extraño, por tanto, que las bombas nucleares, donde se
convierten en energías cantidades apreciables de materia, desaten tanta des-
trucción.
335
pensadora, no explican de dónde precede la fuente de energía que utilizan y,
que según lo que se ve, tendría que ser inagotable.
Antes de que llegara Einstein, los físicos del siglo XIX creían que la
materia y la energía eran dos cosas completamente diferentes. Materia es to-
do aquello que ocupaba un espacio y que poseía masa. Y al tener masa tam-
bién tenía inercia y respondía al campo gravitatorio. La energía en cambio,
no ocupaba espacio ni tenía masa, pero podía efectuar trabajo. Además, se
pensaba que la materia consistía en partículas (átomos), mientras que la
energía, se componía de ondas.
Por otra parte, esos mismos físicos del XIX creían que ni la materia ni
la energía, cada una por su parte, podía ser creada ni destruida. La cantidad
de materia del universo era constante, igual que la cantidad total de energía.
Había pues una ley de conservación de la energía y de conservación de la
materia.
Albert Einstein, en 1.905, les demostró que la masa es una forma muy
concentrada de energía. La masa podía convertirse en energía y viceversa.
Lo único que había que tener en cuenta era la ley de conservación de la
energía. En ella iba incluida la materia.
Hacia los años veinte se vio además que no se podía hablar de partícu-
las y ondas como si fuesen dos cosas diferentes. Lo que se consideraban
partículas actuaban en ciertos aspectos como si de ondas se tratara, y lo que
normalmente se consideraban ondas actuaban en ciertos aspectos como par-
tículas.
336
La luz está compuesta por fotones y precisamente ya se ha dicho que es
la luz la que tiene el record de velocidad del universo al correr a unos
300.000 Km/s, exactamente 299.792’458 Km/s.
¿Y los neutrinos?
Parece claro, por tanto, que si los neutrinos tienen una masa en reposo
nula, no son materia. Por otro lado, hace falta energía para formarlos, y al
alejarse se llevan algo de ella consigo, de modo que son una forma de ener-
gía.
337
partícula tau, que es el neutrino tauónico (Vt). Cada forma tiene su propia
antipartícula.
Neutrón desintegrado n → p + e − + ve
Protón desintegrado p → n + e + + ve
338
El mencionar la desintegración me ha traído a la memoria otros mate-
riales que también se desintegran de manera natural y que son materiales
fértiles, o que sin serlo, se pueden transformar en otros que sí lo son.
339
el reactor está rodeado por una capa de uranio ordinario (que en su mayor
parte es uranio-238), los neutrones que van a parar allí son absorbidos por el
uranio-238 y, aunque no pueden hacer que el uranio-238 se fisione, sí pue-
den provocar otros cambios que finalmente, producirán plutonio-239. Sepa-
rando este plutonio-239 del uranio (tarea muy fácil), puede ser utilizado co-
mo combustible nuclear practico para la fisión.
En este punto, sin dejar de elogiar la inteligencia del hombre que ha sa-
bido encontrar la manera de transformar una materia inservible en otra prac-
tica, hay que decir que la energía de fisión nuclear genera también muchos
problemas.
340
Como estará comprobando al lector de este trabajo, el autor ha querido
esta vez diversificar los temas y plasmar una variedad múltiple que facilite
el conocimiento de distintas cosas que ocurren en la naturaleza, o que la
mano del hombre hace que ocurran, y todas estas cuestiones tratadas aquí
van encaminadas a resolver preguntas que en alguna ocasión nos hemos po-
dido hacer, tales como:
¿Por qué al calentar un metal se pone primero rojo, luego naranja, des-
pués amarillo, pero a continuación blanco en lugar de seguir el espectro y
ponerse verde?
Esto no quiere decir que a una temperatura dada sólo se emitan ondas
de radio largas, un poco más arriba sólo ondas de radio cortas, luego sólo
microondas y después sólo infrarrojos. En realidad, se emite toda la gama de
radiaciones, pero siempre hay una radiación máxima, es decir, una gama de
longitudes de onda que son las más radiadas, flanqueadas por cantidades
menores en el lado de las energías bajas y por cantidades todavía más pe-
queñas en el de las altas.
341
re una importancia especial, porque entra ya en la región de la luz visible ro-
ja. El objeto reluce entonces con un rojo intenso.
Los objetos más calientes aún que el Sol radian todas las longitudes de
ondas de luz visible y en cantidades todavía mayores, pero el máximo de ra-
diación se desplaza al azul, de modo que la mezcla se desequilibra y el blan-
co adquiere un tinte azulado.
Toda esta travesía se produce para objetos calientes que emiten “espec-
tros continuos”, es decir, que radian luz en la forma de una ancha banda de
longitudes de ondas. Ciertas sustancias en condiciones adecuadas, radian só-
lo luz de determinadas longitudes de onda. El nitrato de bario radia luz ver-
de cuando se calienta, y con ese fin se lo utiliza en los fuegos de artificio,
“calor verde”, podríamos decir.
342
¡Qué bonito es saber!
343
terior y el centro, más débil será la atracción del núcleo central sobre los
electrones de esa última capa de electrones.
Quiere esto decir que el gas inerte más complejo es también el menos
inerte. El gas inerte de estructura atómica más complicada es el radón. Sus
átomos tienen una distribución electrónica de (2,8,18,32,18,8). El radón, sin
embargo está sólo constituido por isótopos radiactivos y es un elemento con
el que difícilmente se pueden hacer experimentos químicos. El siguiente en
orden de complejidad es el xenón, que es estable. Sus átomos tienen una dis-
tribución electrónica de (2,8,18,18,8).
Para finalizar diré que los gases nobles (gases inertes, gases raros) es-
tán clasificados en el grupo 18 (antiguamente 0) de la tabla periódica de dos
344
elementos y se definen por símbolos que responden a: helio (He), neón
(Ne), argón (Ar), kriptón (Kr), xenón (Xe) y radón (Rn).
Con todo lo anteriormente expuesto sobre los gases nobles, espero que
el lector del trabajo aquí reflejado pueda tener una idea más amplia y un co-
nocimiento más certero sobre lo que en realidad son los denominados como
“gases nobles”.
Thales de Mileto, uno de los siete sabios de Grecia, así lo entendió; de-
jó a un lado a los Dioses y expresó sus ideas empleando la lógica observan-
345
do la naturaleza. Él fue el primero que se dio cuenta de la importancia que
tenía el agua para la vida. Empédodes, otro pensador, dijo que todo estaba
formado por cuatro elementos: aire, agua, tierra y fuego que, combinados en
la debida proporción se convertirían en los distintos materiales de los que
estaban formados todas las cosas. Demócrito de Abdera nos habló de algo
invisible e indivisible como el componente más pequeño de la materia, le
llamó a-tomo o átomo. Sócrates, Aristóteles o Platón (y otros) nos introduje-
ron en el campo de la filosofía, y Anaximandro, Anaxímedes, Pitágoras, Eu-
clides y muchos más, nos enseñaron astronomía, matemáticas-geometría,
medicina, etc.
346
Adquirir nuevos conocimientos tiene unos efectos curiosos, me expli-
co: han sido muchas las puertas que han sido abiertas desde que, hace ahora
2.500 años, Thales, Empédodes, Demócrito y todos los demás nos cedieron
sus ideas. Estas ideas se profundizaron, depuraron y perfeccionaron hasta
que han servido de llaves para abrir de par en par las puertas que nos lleva-
rían a desvelar secretos profundamente escondidos en la naturaleza.
Aquí están los efectos curiosos a que me refería antes. Hemos encon-
trado otras muchas puertas cerradas de las que no tenemos las llaves para
poder abrirlas y continuar el camino emprendido, o dicho de otra manera:
adquirir nuevos conocimientos nos posibilita para hacer nuevas preguntas
que, antes de tenerlos, no sabíamos ni formular.
Por ejemplo:
¿Qué pasaría con los pasajeros de una nave espacial que, traspasado el
horizonte de sucesos de un agujero negro, se dirigiera hacia la singularidad?
347
De esta forma tan simple nos damos cuenta que, a nuevos conocimien-
tos, nuevas preguntas. Cada vez que aprendemos cosas nuevas nuestra men-
te los conecta a las ya conocidas, agranda nuestro horizonte del conocimien-
to y nos predispone para buscar nuevas incógnitas que resolver, nuevas pre-
guntas que realizar, nuevas puertas que abrir a nuestro entendimiento.
Hablando por mí, puedo decir que tras mucho años de estudio y de in-
teresarme por la ciencia, podría hablar en cualquier momento de cómo se
formó el universo, como surgieron los primeros quarks para formar protones
y neutrones que, a su vez, se unieron par formar los núcleos y después, al
ser rodeadas por electrones atraídos por la carga positiva del núcleo, forma-
ron los átomos que unidos forman la materia de la que están hechos todas
las cosas, desde una estrella a un simple árbol, el océano o nosotros mismos.
Podría contarles como nacen y mueren las estrellas para que, de ellas,
surjan enanas blancas, estrellas de neutrones o agujeros negros.
348
Estaríamos horas y horas hablando de la libertad asintótica de los quark
o de su confinamiento en una región con radio de valor R ≈ hc/Λ ≈ 10-13 cm,
y de los 8 gluones que los mantiene unidos por medio de la fuerza nuclear
fuerte.
349
La energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma, si un cuerpo
experimenta un cambio en su estado. Cuando un cuerpo está aislado, es de-
cir, cuando no puede ceder energía al exterior ni recibirla, la suma de todas
las formas de energía que posee se mantiene constante, aunque dentro del
propio sistema cerrado que representa el cuerpo sí se están produciendo
transformaciones de energía de una u otra forma (entropía).
Ec = 1/2 mv2
350
Existen dos tipos de reacciones nucleares que liberan energía: la fisión y la
fusión nuclear. La fisión consiste en la ruptura de un núcleo pesado en otros
dos núcleos que, a su vez, liberan neutrones. Los neutrones desprendidos
pueden romper otros núcleos de uranio-235 (U235), que al fisionarse vuelven
a liberar neutrones. La repetición del proceso determina una propagación de
la fisión a toda la masa: la reacción en cadena, que provoca la liberación de
gran cantidad de energía. Este procedimiento tiene un enorme inconvenien-
te: la radio-actividad de alta peligrosidad para los seres humanos. Las radia-
ciones nucleares liberan partículas que producen cáncer y mutaciones en los
seres vivos. Por otra parte, los residuos no se pueden reciclar y exigen ser
escondidos en las profundidades de la Tierra, enterradas en cajas herméti-
camente cerradas de plomo. El sistema es muy costoso y peligroso; estos re-
siduos están activos durante cientos de años.
351
La fusión nuclear es una energía limpia, sin radiaciones nocivas como
ocurre con la fisión nuclear. La materia prima para generar este tipo de
energía, el hidrógeno, lo tenemos en inagotables cantidades en nuestro pla-
neta: el agua de los ríos, mares y océanos. El problema reside en que para
fusionar átomos de hidrógeno en átomos de helio, se requiere producir tem-
peraturas iguales a las que reinan en el núcleo de nuestro Sol y que pueden
alcanzar los 15’6 millones de K en una densidad de 148.000 Km/m3. Nues-
tra tecnología actual no está capacitada para ello… de momento.
Pero como antes decía, este es el problema más acuciante que tiene
planteada la humanidad. En un futuro no muy lejano, las fuentes de energías
actuales se habrán agotado y para entonces, tenemos que haber encontrado
nuevas fuentes, como por ejemplo la fusión, en la que se está trabajando e
investigando ya. Esta clase de energía tiene la ventaja de ser más completa,
no contamina, los residuos se podrían reciclar, la materia prima (el hidróge-
no del agua de los mares y océanos) sería barata e inagotable lo que redun-
daría en los gastos para producirla y por derivación, en su precio final al pú-
blico. Por otra parte se evitarían los enormes costes de almacenaje de los de-
sechos de la energía de fisión nuclear tan dañino para la vida.
Esto comenzará a pasar de aquí a cien años. Después pasarán varios si-
glos hasta que aprendamos la manera de aprovechar la energía de los aguje-
ros negros. También se buscará el camino para obtener energía de la anti-
materia, será dominado un nuevo sistema de viajar por traslación instantá-
nea, los vehículos y naves aéreas como hoy los conocemos serán reliquias
del pasado.
352
La mecánica cuántica (el salto cuantico del electrón) nos desvelará el
secreto de cómo el electrón puede, al recibir un fotón, desaparecer del nivel
nuclear que ocupa para de manera instantánea, y sin necesidad de recorrer la
distancia que los separa, aparecer como por arte de magia en un nivel supe-
rior. Copiaremos el salto cuántico para viajar. Nos introduciremos en un ca-
bina, marcaremos las coordenadas, pulsaremos un botón y desapareceremos
en Madrid y de manera instantánea, apareceremos de la nada en otra cabina
igual situada en Nueva York a 6.000 Km de distancia.
Mucho antes de que todo eso empiece a suceder, tenemos que haber re-
suelto el problema de la mudanza. Nuestra casa ahora es la Tierra, un plane-
ta que cuando ocurra el inevitable, quedaría calcinado. Hasta que eso llegue
(faltan 4.000 millones de años) tenemos que pensar en las soluciones: inven-
tar naves de tecnología muy avanzada, de enormes dimensiones, que alcan-
cen increíbles velocidades, que sean autónomas en la producción de alimen-
tos y fabricación de objetos de todo tipo, que anule la gravedad cero del es-
pacio exterior, etc, etc, etc.
353
Ese es el segundo gran problema que nuestros descendientes tendrán
que resolver. Posiblemente, esté siendo muy optimista al pensar que la
humanidad podrá llegar hasta ese lejano punto del futuro. No sería descabe-
llado pensar que mucho antes nos destruyamos nosotros mismos o por con-
secuencias naturales… un meteorito, por ejemplo.
De todas maneras ese es, en teoría, el final que espera al universo, y an-
te tal infinito problema, el hombre comienza a especular con hiperespacios y
universos de múltiples dimensiones para huir de la cruda realidad. La huma-
nidad es verdad que no lo tiene nada fácil.
354
Hacer un recorrido pormenorizado de la contribución y aportación de
cada uno de los hombres y mujeres que, con su esfuerzo, genio y talento,
han contribuido para hacer posible que ahora, a principio del siglo XXI, ten-
gamos el nivel de conocimiento que tenemos en los distintos ámbitos o dis-
ciplinas de la ciencia, sería una ingente tarea de años que llenaría una gran
biblioteca con miles y miles de volúmenes que explicaran los muchos pasos
dados, los descubrimientos, los inventos, las teorías, y las ideas que, final-
mente quedaron como leyes inamovibles como fiel reflejo de la naturaleza
misma que, en realidad, es la que esconde todas los secretos que para seguir
adelante, necesitaremos desvelar.
Como antes decía, han sido muchas las puertas que han sido abiertas
para descubrir detrás de cada una, un misterio tal como el comienzo y for-
mación del universo, el descubrimiento de la existencia de las cuatro fuerzas
fundamentales, de las constantes universales, el movimiento de las galaxias
por la expansión del universo, el descubrimiento del núcleo en el átomo que
forma la materia de la que están hechas todas las cosas, de los quarks,
hadrones, y leptones, las matemáticas, la física, la química, la astronomía, y
también la filosofía, todo ello formando una ingente y descomunal obra que
parece imposible que se llevara a cabo por unos insignificantes seres, habi-
tantes de un insignificante planeta, que dependen para vivir de la luz y el ca-
lor de un insignificante Sol (una estrella mediana, amarilla, de la clase G2)
que forma parte de un conjunto de cien mil millones de soles que conforman
la galaxia Vía Láctea que, a su vez, es una más entre los cientos de miles de
millones de galaxias que pueblan el universo.
355
El lenguaje mediante sonidos guturales vino a cambiarlo todo. Allí em-
pezó el entendimiento inteligente de seres que de animales irracionales, evo-
lucionaron hasta llegar a pensar por sí mismos, tener conciencia de SER y
preguntarse de dónde venía y hacía dónde caminaba.
Nadie puede negar que en los últimos doscientos años hayamos avan-
zado más que en los 10.000 años anteriores. Claro está que nos hemos apro-
vechado de las experiencias e inventos de los que nos precedieron. Apren-
dimos de los errores (no siempre) y mejoramos sus descubrimientos que
fueron puntos de apoyo que hicieron más fácil el trabajo. Igualmente, los
que nos seguirán se encontrarán con buenos puntos de apoyo para seguir
avanzando.
356
raciones en relación al universo, ya que si nos ceñimos al ámbito planetario
terrestre, la humanidad tiene una importancia de 1ª magnitud.
Los problemas a los que antes me refería, no sé si todos ellos, pero los
que tengan solución será de la mano de las matemáticas y de la física, las
ramas de la ciencia que son la base de todas los demás.
De lo que no puede haber duda alguna es sobre el destino final del uni-
verso, de una u otra forma quedará destruido. Lo mismo será si estamos en
un universo abierto que se expansionará eternamente, como si estamos en un
universo cerrado que se contraerá sobre sí mismo. En el primero reinará el
frío del cero absoluto, todo quedara congelado y muerto. En el segundo será
el fuego el que en una enorme bola de feroz temperatura lo arrasará todo.
Tanto en uno como en toro caso, el resultado será el mismo: ausencia de vi-
da.
357
La entropía no deja de hacer su trabajo en el sistema cerrado que es el
universo que irremediablemente verá crecer el desorden y disminuir la ener-
gía; es la ley de la naturaleza, y contra dicha fuerza nada podemos hacer, es
imparable y lo mismo que no podemos parar el tiempo, tampoco podemos
parar los acontecimientos naturales que el paso del mismo conlleva. Las co-
sas se deterioran, nosotros envejecemos y los terrenos fértiles se erosionan y
desertizan. Ricos ecosistemas, con el paso del tiempo, se convierten en para-
jes yermos donde la vida desaparece.
De esa manera, en una fracción del tiempo del universo, para nuestro
ámbito particular han pasado muchísimas cosas; hemos vivido muchísimas
experiencias, hemos aprendido, hemos tenido efímeros momentos de felici-
dad y también momentos de dolor, nos hemos sacrificado por conseguir co-
sas para nuestros hijos, cuando parece que todo está logrado y hemos alcan-
zado la meta…. nos tenemos que marchar.
Desde luego, nada puede negar que el tiempo es relativo, ya nos lo ex-
plicó Einstein en su teoría de la relatividad especial, el tiempo será largo o
corto según quién lo mida y quién lo esté observando.
358
verso. Sin embargo, ese tiempo insignificante, para un ser humano es enor-
me, es muy valioso, es toda su vida.
Algunos científicos nos dicen que el tiempo no existe y que sólo se tra-
ta de una ilusión de nuestros sentidos, el pasado, el presente y el futuro es
sólo una ilusión de una misma cosa que nosotros llamamos tiempo.
Escribiendo esta página, miro hacia arriba y veo lo que escribí en el pa-
sado, miro el bolígrafo y veo lo que escribo en el presente… pero sigo mi-
rando y ante mis propios ojos veo avanzar la punta del boli sobre el papel y
en fracciones de segundo lo que es presente es ya pasado y paso de inmedia-
to al futuro, ya que la hoja que estaba limpia y blanca pasa al otro plano de
estar llena de letras.
Riemann y Ramanujan
359
Destacó tanto que fue enviado al máximo exponente de los matemáti-
cos europeos de aquel momento, Gauss, con el que estudió y amplió su
mente en aquella Alemania del siglo XIX.
Al igual que Riemann antes que él, tenía un don especial para las ma-
temáticas. Su aspecto era algo grosero, de físico bajo de estatura y gordito.
Cualquier libro de matemáticas que caía en sus manos era literalmente devo-
rado por Ramanujan.
360
Habiendo escrito una carta a varios de los mayores matemáticos del
momento en Europa, éstos ingleses, al recibirla y ver el garabateo contenido
en unas cuartillas los arrojaron a la papelera sin más. La excepción fue Har-
dy, un matemático de Cambridge que, fascinado, leyó y releyó una y otra
vez el simple texto mal escrito que, sin embargo, contenía más de 100 teo-
remas matemáticos que no sabía resolver.
Ahora, aquellas libratas encontradas son conocidas por todos como los
“cuadernos perdidos de Ramanujan”, y en ellos están reflejadas las funcio-
nes modulares, que seguramente tengan la solución para la teoría de super-
cuerdas.
361
De esta manera, contando muy brevemente la historia de estos dos per-
sonajes, os pongo un ejemplo de que no es aconsejable dejarse llevar por las
apariencias de un primer momento; hay que profundizar y mirar más aden-
tro.
Viajar al espacio.
362
La imaginación de los seres humanos siempre ha sido muy rica y fruc-
tífera en inventar cosas para regocijar el pensamiento, y de acontecimientos
reales han pasado a su enaltecimiento convirtiéndolos en leyendas, unas ve-
ces basadas en hechos reales y otras debidas a una imaginación desbordante.
Leyendas de Apolo
La leyenda de Jacinto.
La leyenda de Cipariso.
363
Quien no ha oído alguna vez las leyendas de:
Orfeo y Eurídice.
Eco y Narciso.
Pigmalión y Galatea.
Hero y Leandro.
Píramo y Tisbe.
Aretusa y Aefeo.
Polifemo y Galatea.
Psique y Cupido.
Dafne.
Aracne.
Clitia.
Midas.
Dédalo e Ícaro.
Minos y el Minotauro.
El Ave Fénix.
Orión.
Anfitrión.
Edipo.
Tántalo.
Orestes y Electra.
364
También, cómo no, historias de los grandes Héroes que perduran en el
recuerdo de todos como:
Perseo.
Belerofonte.
Jasón.
Teseo.
Heracles.
Todos los de Troya: Ulises, Aquiles, Agamenón, y otros.
365
cer con su ingenio al Cíclope Polifemo de un solo ojo en la frente y, mien-
tras tanto, su esposa Penélope soportaba el asedio de sus admiradores que,
dando por muerto a Ulises, querían reinar en Ítaca casándose con Penélope,
contra la voluntad de ella y de su hijo Telémaco.
No es nada fácil dar una definición del tiempo, los intentos de hacerlo
terminar a menudo dando vueltas y vueltas hasta llegar al punto de partida.
Sin ir más lejos, en mi último trabajo (09/09/06) de título “Pasado, Presente
y Futuro. Una ilusión llamada Tiempo”, intenté explicar lo que es el tiempo
366
y hablé de él desde distintos ángulos y bajo distintos puntos de mira. Duran-
te muchas páginas trate el tiempo y me remonte hasta el Big Bang como
fuente de su nacimiento, allí, junto a su hermano el espacio, nació el tiempo.
El fotón de uno a otro espejo realizando el viaje de ida y vuelta mil mi-
llones de veces en un segundo. El fotón no tiene masa y su velocidad es la
de la luz, 299.792.458 m/s.
367
O dicho de otra manera, viajar a velocidades cercanas a la de la luz ralentiza
el tiempo, así lo determina la teoría de la relatividad especial de Einstein. El
tiempo transcurre más lentamente para un individuo en movimiento que pa-
ra otro individuo que se encuentre en reposo. Si el razonamiento absoluta-
mente sencillo que nos ha llevado a esta conclusión es correcto, entonces,
¿no tendríamos, por ejemplo, que poder vivir más tiempo estando en movi-
miento que permaneciendo inmóviles? Después de todo, si el tiempo trans-
curre más lentamente para un individuo en movimiento que para uno que es-
tá quieto, esta disparidad se podrá aplicar también, además de al tictac de un
reloj, al latido de un corazón y al deterioro de algunas partes del cuerpo. Es-
to es así, y se ha confirmado directamente, no para la esperanza de vida de
los humanos, sino para ciertas partículas del microespacio: los muones∗.
No obstante, existe una pega importante que nos impide proclamar el
hallazgo de la fuente de la juventud.
∗
Muón: partícula elemental de la familia de los leptones, 200 veces más masivo que el
electrón, carga -1.
368
no del transcurso del tiempo. Esta es una demostración muy directa y expre-
siva del efecto que produce el movimiento en el paso del tiempo. Si las per-
sonas pudieran moverse tan rápido como estos muones, su esperanza de vi-
da subiría hasta los 800 años, al multiplicarse por el mismo factor 10 de los
muónes.
Me explico:
369
arroja una pequeña pelota de goma en el mismo sentido de la marcha del
tren, y la velocidad alcanzada por la pelota es de 20 Km/h.
Cada observador nos dará una medida distinta del mismo suceso y am-
bas medidas serán las correctas.
370
En otras ocasiones, comentando esto mismo, hice referencia al conoci-
do, o más bien conocida paradoja de los gemelos. Uno, astronauta que parte
para Alfa Centauro, y el otro, profesor que le despide. Ambos tienen 38
años. La nave parte hacia la estrella vecina y hace el viaje de ida y vuelta a
la velocidad de la luz, descansando un día para estudiar de cerca la estrella.
Al regreso, el hermano gemelo del astronauta va a recibirlo y cuando éste
desciende de la nave, tiene la edad de 46’6 años, mientras que él ya está pre-
jubilado y con el cabello blanco, tiene mucha más edad.
¡Qué locura!
371
Sí, es algo complicado, más de lo que pueda parecer, y sin embargo
muy real.
Así que durante la vida de 800 años al que antes aludíamos, en realidad
podríamos hacer exactamente las mismas cosas que en la vida de 80 años,
sólo que más lentamente.
372
luz, cuando nos estamos acercando a ella, la energía que se traducía antes en
velocidad, a partir de cierto punto se convierte en masa. No podemos olvidar
que E = mc2, nos dice que la masa es energía y la energía es masa, son dos
aspectos de la misma cosa.
373
De esta lectura podemos sacar la conclusión de que nuestra intuición se
equivoca: la información que nos transmite se limita al movimiento habitual
que es extremadamente lento en comparación con la velocidad de la luz, y
estas velocidades tan pequeñas oscurecen el verdadero carácter del espacio y
el tiempo que sí revela la relatividad especial en su auténtica naturaleza y
demuestra que difieren radicalmente de cualquier concepción previa. Sin
embargo, entenderlo no era fácil; nosotros no nos movemos a la velocidad
de la luz, así que lo que percibe nuestros sentidos está adecuado a lo que
ven. Einstein pronto se percató de esto y también se dio cuenta de que entre
las numerosas repercusiones derivadas de la revelación de la relatividad es-
pecial, una era especialmente profunda: la afirmación de que nada podía so-
brepasar la velocidad de la luz que, por otra parte, resultaba incompatible
con la reverenciada teoría de la gravitación universal de Newton. Así la rela-
tividad especial, mientras resolvía un conflicto, hacía surgir otro.
Y, desde luego, otro tercer Nobel por su relatividad general; los tres
trabajos son de tal profundidad e importancia y tuvieron tanta trascendencia
para el mundo de la física y la cosmología que, podemos decir sin temor a
equivocarnos, que los tres trabajos cambiaron el transcurso del mundo.
374
Dos verdades incompatibles
Nos encontramos con que las dos teorías en las que se basan los enor-
mes avances realizados por la física durante el último siglo (avances que han
explicado la expansión de los cielos y la estructura fundamental de la mate-
ria) son mutuamente incompatibles. Cuando se juntan ambas teorías, aunque
la formulación propuesta parezca lógica, aquello explota; la respuesta es un
sinsentido que nos arroja un sin fin de infinitos a la cara.
Así que si tú, lector, no has oído nunca previamente hablar de este fe-
roz antagonismo, te puedes preguntar a que está debido. No es tan difícil en-
375
contrar la respuesta. Salvo en algunos casos muy especiales, los físicos es-
tudian cosas que son o bien pequeñas y ligeras (como los átomos y sus par-
tes constituyentes), o cosas que son enormes y pesadas (como estrellas de
neutrones y agujeros negros), pero no ambas al mismo tiempo. Esto signifi-
ca que sólo necesitan utilizar la mecánica cuántica, o la relatividad general,
y pueden minimizar el problema que se crea cuando las acercan demasiado;
las dos teorías no pueden estar juntas. Durante más de medio siglo, este
planteamiento no ha sido tan feliz como la ignorancia, pero ha estado muy
cerca de serlo.
376
No creo que eso pueda ser así. Mi opinión es que aún no hemos encon-
trado la llave que abre la puerta de una teoría cuántica de la gravedad, es de-
cir, una teoría que unifique de una vez por todas las dos teorías más impor-
tantes de la física: mecánica cuántica + relatividad general.
Esto es sólo una parte de las buenas noticias, porque además, la teoría
de las supercuerdas (abreviando teoría de cuerdas) hace que esta unión
avance dando un paso de gigante. Durante 30 años, Einstein se dedicó por
entero a buscar esta teoría de unificación de las dos teorías, no lo consiguió
y murió en el empeño; la explicación de su fracaso reside en que en aquel
tiempo, las matemáticas de la teoría de supercuerdas eran aún desconocidas.
Sin embargo, hay una curiosa coincidencia en todo esto, me explico:
377
majestuoso baile de las galaxias o de las estrellas binarias bailando un valls,
la bola de fuego del Big Bang y los agujeros negros) todo está comprendido
dentro de un gran principio físico en una ecuación magistral.
Isaac Newton y sus leyes del movimiento nos decía que si alguien pu-
diera correr a una velocidad suficientemente rápida podría emparejarse con
un rayo de luz que se esté emitiendo, y las leyes del electromagnetismo de
Maxwell decían que esto era totalmente imposible. Einstein, en 1.905, vino
a solucionar el problema con su teoría de la relatividad especial y a partir de
ahí le dio un vuelco completo a nuestro modo de entender el espacio y el
tiempo que, según esta teoría, no se pueden considerar separadamente y co-
mo conceptos fijos e inamovibles para todos, sino que por el contrario, el
espacio-tiempo era una estructura maleable cuya forma y modo de presen-
tarse dependían del estado de movimiento del observador que lo esté mi-
diendo.
378
clusiones de Einstein es que ningún objeto (de hecho, ninguna influencia o
perturbación de ninguna clase) puede viajar a una velocidad superior a la de
la luz. Einstein amplió su teoría en 1.915 – relatividad general – y perfec-
cionó la teoría de la gravitación de Newton, ofreciendo un nuevo concepto
de la gravedad que estaba producida por la presencia de grandes masas, tales
como planetas o estrellas, que curvaban el espacio y distorsionaban el tiem-
po.
379
cuántica, lo cual era sin duda alguna el problema central de la física moder-
na.
∗
Teoría de Kaluza de 5 dimensiones, 4 de espacio y una de tiempo. Una de espacio está en-
rollada en el límite de Planck.
380
M de mágica dada su perfección de planteamientos que han llevado a esta
teoría a unas alturas del conocimiento científico de la física y de las mate-
máticas que están al alcance de pocos el poder comprender plenamente.
381
Más de un siglo después, su sueño de una teoría unificada se ha convertido
en el Santo Grial de la física moderna. Los físicos-matemáticos más presti-
giosos del mundo están convencidos de que en la teoría de cuerdas puede
estar la respuesta al sueño de Einstein que él no pudo alcanzar porque, entre
otras razones, en su tiempo no se conocían las matemáticas que son necesa-
rias para plasmarla. Incluso ahora, a principios del siglo XXI en que la teo-
ría está muy avanzada, son necesarias matemáticas que aún nadie es capaz
de inventar para llegar al fondo de la esperada respuesta final.
Ante todo estos planteamientos que tratan los cerebros más privilegia-
dos del mundo para descubrir el misterio final del universo, la materia, el
espacio-tiempo y las fuerzas fundamentales que interaccionan con las partí-
culas fundamentales o elementales de las que todo está hecho, nos podría-
mos parar a pensar y preguntarnos:
¿Es posible que las maravillas de la vida y del universo sean meros re-
flejos de unas partículas microscópicas implicadas en una danza sin sentido,
totalmente coreografiados por las leyes de la física?
382
Formamos parte del universo y estamos hechos por los materiales
complejos que sólo se pueden formar en las estrellas. El polvo estelar de su-
pernova que hizo posible nuestra existencia se formaría, seguramente, hace
miles de millones de años en estrellas situadas a miles o millones de años
luz de distancia.
Toda la materia conocida está formada por los quarks que forman pro-
tones y neutrones que forman los núcleos que al ser rodeados por los elec-
trones, componen los átomos, que al unirse dan lugar a células, que juntas
conforman la materia.
Así también estamos formados todos nosotros, que con esos materiales
complejos y en unas condiciones muy especiales de un planeta Tierra primi-
tivo, bombardeado por enormes tormentas, acribillado por rayos y partículas
y radiaciones cósmicas como las ultravioletas y gamma, en los océanos y
mares primigenios y en una enrarecida atmósfera, surgió la primera célula
que fue capaz de multiplicarse para que miles de años y de millones de años
después, tras una larga y penosa evolución, apareciéramos nosotros, unos
seres capaces de pensar y de tener conciencia de su propia existencia, buscar
en sus orígenes y mirar en su futuro, sentir unos sentimientos muy profun-
dos que nos elevan a una categoría muy por encima de todas las demás co-
sas conocidas y, en este punto, tras toda esta larga reflexión, yo mismo me
digo que sí, la ciencia nos demuestra que aunque nos parezca mentira, aun-
que lo clasifiquemos como “milagro”, todos nosotros, a pesar de estar dota-
dos de esos sentimientos, estamos hecho de ese mismo ingrediente que lla-
mamos materia formada por partículas diminutas que a partir de algo inani-
mado e inerte, dio lugar a lo que somos ahora.
383
fases pasan a la categoría de una ley o norma que se utiliza para continuar
investigando en la buena dirección.
Otros han sido partidarios de la teoría del caos y argumentan que a me-
dida que el nivel de complejidad de un sistema aumenta, entran en juego
nuevos tipos de leyes. Entender el comportamiento de un electrón o un
quark es una cosa; utilizar este conocimiento para comprender el comporta-
miento de un tornado es otra muy distinta. La mayoría está de acuerdo con
este aspecto. Sin embargo, las opiniones divergen con respecto a si los fe-
nómenos diversos y a veces inesperados que pueden darse en sistemas más
complejos que las partículas individuales son realmente representativos del
funcionamiento de los nuevos principios de la física, o si los principios im-
plicados son algo derivado y están basados, aunque sea de un modo terri-
blemente complicado, en los principios físicos que gobiernan el ingente nú-
mero de componentes elementales del universo.
384
cido que surge sin aviso previo; cuando conocemos bien lo que puede ocu-
rrir nos preparamos para evitar daños.
385
propiedades respectivas) surgen a partir de aspectos esenciales y tangibles
de la geometría del universo. Si la teoría de cuerdas es correcta, la estructura
microscópica de nuestro universo es un laberinto multidimensional ricamen-
te entrelazado, dentro del cual las cuerdas del universo se retuercen y vibran
en un movimiento infinito, marcando el ritmo de las leyes del cosmos.
Claro que, siendo todos los indicios muy buenos, para ser serios, no
podemos decir aún que las predicciones sean definitivas y comprobables pa-
ra estar seguros de que la teoría de cuerdas ha levantado realmente el velo
de misterio que nos impedía ver las verdades más profundas del universo,
sino que con propiedad se podría afirmar que se ha levantado uno de los pi-
cos de ese velo y nos permite vislumbrar algo de lo que nos podríamos en-
contrar.
386
Witten, un físico-matemático de mucho talento, máximo exponente y
punta de lanza de la teoría de cuerdas, reconoce que el camino que está por
recorrer es difícil y complicado. Habrá que desvelar conceptos que aún no
sabemos que existen.
387
un gran triunfo el que estemos buscando respuestas escondidas en lo más
profundo de las entrañas del cosmos.
388
de 10-43 segundos, o lo que es lo mismo, el tiempo que pasó desde la explo-
sión hasta el tiempo de Planck fue de:
0,000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.001 de 1 se-
gundo. En la fórmula, G es la constante universal de Newton, ħ es la cons-
tante de Planck racionalizada y c es la velocidad de la luz.
Hasta tal punto llegan los físicos en sus cálculos para tratar de adecuar
los conocimientos a la realidad por medio del experimento.
389
Ante tal imposibilidad material, los físicos y matemáticos continúan
por el camino de la teórica y de las comprobaciones indirectas que, aunque
mucho más lenta, está dando muy buenos resultados.
Todas estas versiones: tipo I, tipo IIA, tipo IIB, heterótica 0 (32) y
heterótica E8×E8, en realidad son partes de una sola teoría que las une a to-
das y que provisionalmente se ha dado en llamar teoría M.
Aunque todavía queda mucho trabajo por hacer, hay dos características
esenciales de la teoría M que los físicos todavía no han descubierto. En pri-
mer lugar, la teoría M tiene once dimensiones (diez espaciales y una tempo-
ral). Más o menos del mismo modo que Kaluza descubrió que una dimen-
sión espacial adicional permitía realizar una fusión inesperada de la relativi-
dad general y el electromagnetismo (Einstein–Maxwell), los especialistas en
teoría de cuerdas han constatado que una dimensión espacial adicional
dentro de dicha teoría (la teoría de cuerdas normal tiene nueve dimensiones
de espacio y una de tiempo), permite realizar una síntesis profundamente sa-
tisfactoria de las cinco versiones de esta teoría.
390
Además, esta dimensión espacial adicional no está tirada de los pelos,
al contrario; los expertos en teoría de cuerdas que con 11 dimensiones todos
los razonamientos anteriores son exactas y que así se pueden completar,
demostrando que la dimensión número 11 había pasado desapercibido hasta
ahora.
Resumiendo
391
Se comentó sobre:
¾ El universo.
¾ La mecánica cuántica.
¾ La velocidad de la luz, límite de la velocidad del universo.
¾ La curvatura del espacio.
¾ La distorsión del tiempo.
¾ Relatividad especial y general.
¾ Unidades de Planck.
¾ Los tipos de universos posibles, según densidad crítica.
¾ La masa y la energía en E = mc2.
¾ De cómo se puede parar el tiempo mediante la velocidad.
¾ Quarks, hadrones y leptones.
¾ La confinación de los quarks.
¾ Las fuerzas fundamentales.
¾ Mesones: partículas mediadoras en las interacciones.
¾ Estrellas: de neutrones y agujeros negros.
¾ Entropía.
¾ Galaxias. Grupo Local. Unidades de distancias cosmológicas.
¾ Teoría de supercuerdas y Teoría M.
392
La teoría M, de once dimensiones, significa tantas cosas como quera-
mos y tantas respuestas como preguntas podamos formular:
El Autor.
393
394
395
LA EXPANSIÓN DEL UNIVERSO,
LA EXPANSIÓN DE LA MENTE.
CAPÍTULO I
396
La cosmología también tiene aspectos filosóficos, o incluso teológicos,
en el sentido de que trata de comprender por qué el universo tiene las pro-
piedades observadas.
397
A todo esto, para mí, el conocimiento está inducido por el interés. La
falta y ausencia de interés aleja el conocimiento. El interés puede ser de dis-
tinta índole: científico, social, artístico, filosófico, etc. La gama es tan am-
plia que existen conocimientos de todas las posibles vertientes o direccio-
nes, hasta tal punto es así que nunca nadie lo podrá saber todo sobre todo.
Cada uno de nosotros puede elegir sobre los conocimientos que prefiere ad-
quirir y la elección está adecuada a la conformación individual de la sensibi-
lidad e inteligencia de cada cual. Allí, en alguna parte, está el germen del in-
terés-curiosidad de cada cual.
Pero toda la realidad está encerrada en una enorme burbuja a la que lla-
mamos universo y que encierra todos los misterios y secretos que nosotros,
seres racionales y conscientes, perseguimos.
398
La falta de comprensión ciertamente no se debe a una falta de atención
en los círculos filosóficos o científicos. Desde que René Descartes se ocupa-
ra del problema, pocos han sido los temas que hayan preocupado a los filó-
sofos tan persistentemente como el enigma de la conciencia.
Para Descartes, como para James más de dos siglos después, ser cons-
ciente era sinónimo de “pensar”: el hilo de pensamiento de James no era
otra cosa que una corriente de pensamiento. El cogito ergo sum, “pienso,
luego existo”, que formuló Descartes como fundamento de su filosofía en
Meditaciones de prima philosophía, era un reconocimiento explícito del pa-
pel central que representaba la conciencia con respecto a la ontología (qué
es) y la epistemología (qué conocemos y cómo lo conocemos).
Claro que tomado a pie juntillas, “soy consciente, luego existo”, nos
conduce a la creencia de que nada existe más allá o fuera de la propia con-
ciencia y, por mi parte, no estoy de acuerdo. Existen muchísimas cosas y
hechos que no están al alcance de mi conciencia. Unas veces por imposibili-
dad física y otras por imposibilidad intelectual, lo cierto es que son muchas
las cuestiones y las cosas que están ahí y, sin embargo, se escapan a mi limi-
tada conciencia.
399
Muchos han sido los que han querido explicar lo que es la consciencia.
En 1.940, el gran neurofisiólogo Charles Sherrington lo intentó y puso un
ejemplo de lo que él pensaba sobre el problema de la consciencia. Unos po-
cos años más tarde también lo intentaron otros, y antes, el mismo Bertrand
Russell hizo lo propio, y en todos los casos, con más o menos acierto, el re-
sultado no fue satisfactorio por una sencilla razón: nadie sabe a ciencia cier-
ta lo que en verdad es la consciencia y cuales son sus verdaderos mecanis-
mos; de hecho, Russell expresó su escepticismo sobre la capacidad de los
filósofos para alcanzar una respuesta:
400
cierta autonomía, en realidad todo está interconectado y el funcionamiento
de una cosa incide directamente en las otras.
Pocas dudas pueden caber a estas alturas del hecho de que poder estar
hablando de estas cuestiones, es un milagro en sí mismo.
401
punto de vista puede considerarse un ente digno del estudio científico per-
fectamente legítimo.
Ninguna descripción, por prolija que sea, logrará nunca explicar clara-
mente la experiencia subjetiva. Muchos filósofos han utilizado el ejemplo
402
del color para explicar este punto. Ninguna explicación científica de los me-
canismos neuronales de la discriminación del color, aunque sea enteramente
satisfactoria, bastaría para comprender cómo se siente el proceso de percep-
ción de un color. Ninguna descripción, ninguna teoría, científica o de otro
tipo, bastará nunca para que una persona daltónica consiga experimentar un
color.
403
conocimientos científicos similares y específicos: físicos, matemáticos,
químicos, etc, hace que el número de coincidencias sea más elevado; más
personas ven la misma respuesta al problema planteado. Esto nos sugiere
que la mente está en un estado virgen que cuenta con todos los elementos
necesarios para dar respuestas pero que necesita experiencias y aprendizaje
para desarrollarse.
Hay cosas que no pueden ser sustituidas, por mucho que los analistas y
especialistas de publicidad y marketing se empeñen; lo auténtico siempre
será único. Si acaso, el que más se puede aproximar es el poeta.
404
Precisamente de ahí surge el dicho: “nadie escarmienta por cabeza aje-
na”. Para aprender necesitamos equivocarnos nosotros mismos, el error de
otros no nos vale.
Nunca será lo mismo lo que nos han contado que lo que hemos vivido.
Bien es verdad que existen parcelas del conocimiento que son puramente
teóricas y se aprenden sin necesidad de práctica alguna.
405
te que me permita, a partir de una simple huella, llegar al fondo de la cues-
tión origen del fenómeno.
Nadie ha podido explicar nunca como llegan esos fogonazos de luz del
conocimiento a unas pocas mentes elegidas.
406
Pero debemos confiar en nosotros mismos, en ese cerebro que aún no
conocemos y que en abril de 2.003, por ejemplo, nos llevó a completar con
éxito la secuenciación de 3.000 millones de letras de ADN presentes en el
genoma humano.
Hace 30 años todo esto era un sueño; nadie se atrevía a pensar siquiera
con que este logro sería posible algún día, ¡secuenciar 3.000 millones de
grafos de ADN!
Está claro sin embargo que dadas todas las dimensiones del ser huma-
no, que incluyen aspectos tanto materiales como espirituales, será necesario
mucho, mucho, mucho tiempo para llegar a conocer por completo todos los
aspectos complejos encerrados en nuestro interior.
407
cer, y otras nefastas como el SIDA que asolan nuestro mundo. El conoci-
mento de la psique, de nuestra propia conciencia, será mucho más lento.
Casi todas las enfermedades que nos aquejan están y tienen su origen
en los genes. Otras dolencias están relacionadas con el entorno en el que vi-
vimos, la forma de vida elegida por nosotros mismos (tabaco, alcohol, dro-
ga, etc), y una parte de los trastornos que padecemos (los más difíciles de
curar), están situados en nuestras mentes, las más desconocidas.
408
con distintos olores, con extraños sonidos y ni siquiera el cielo de hace vein-
te millones de años era parecido al que hoy podemos contemplar en una no-
che cualquiera. Las constelaciones de estrellas eran de otras formas y mos-
traban configuraciones distintas de las que ahora están allá arriba. Muchas
de las estrellas que hoy admiramos en las noches de cielo despejado aún no
habían aparecido y otras que entonces brillaban ya no existen.
Pongo este ejemplo de algo que conozco para mostrar los cambios irre-
versibles que se producen a medida que avanza la línea del tiempo. Al igual
que se produjeron en nuestro mundo, se producirán en nuestros conocimien-
tos. Nuestro nivel de conciencia también, de manera irreversible, evolucio-
na. A medida que a nuestro cerebro llegan nuevos datos sobre cuestiones
muy diversas, éste los va reciclando, ordenándolos, interrelacionándolos y
finalmente clasificándolos de manera tal que los tiene dispuestos para co-
nectarlos a nuevos datos y nuevas informaciones que, por distintos medios,
naturales o artificiales, aparecen para sumarse a las que ya existen, y de esta
forma hemos ido avanzando desde aquella materia “inerte” a la materia
compleja y pensante que somos los seres vivos inteligentes.
409
saltos estaban en refugio seguro entre las ramas de los árboles, hasta donde
ningún depredador podía perseguirles. En este escenario en el que había po-
co riesgo, alimentos abundantes y las condiciones más favorables para la re-
producción, surgieron nuestros antepasados.
410
tadas al medio, con piel cubierta de pelo fuerte y espeso, impermeable,
adaptados al clima lluvioso y la humedad ambiental, en donde el sudor era
totalmente ineficaz para refrigerar el cuerpo.
411
acechaban desde el cielo, desde el suelo o desde las propias ramas de los ár-
boles en los que el Ardipithecus ramidus pasaba la totalidad de su existen-
cia.
412
bién podían percibir con mayor antelación el peligro. Por supuesto, estos
cambios positivos también incidieron en el despetar de sus sentidos.
En las latitudes más bajas, como en el este africano, la mayor aridez del
clima favoreció que prosperara un tipo de vegetación hasta entonces desco-
nocido, más propio de las zonas desérticas. También se incrementaron las
sabanas de pastos, casi desprovistas de árboles, semejantes a las praderas,
las estepas o las pampas actuales.
Por aquellos tiempos habitaba la zona del este de África el primer re-
presentante del género Homo:
413
El Homo habilis, un antecesor mucho más próximo a nosotros que
cualquiera de las anteriores especies, con una capacidad craneal de entre 600
y 800 cm3 y que ya era capaz de fabricar utensilios de piedra, aunque muy
toscos. Es conveniente tener en cuenta que la aparición de una nueva espe-
cie no tiene por qué coincidir necesariamente con la extinción de la prece-
dente. En realidad, muchas de estas especies llegaron a convivir durante mi-
les de años.
Pero también resulta un misterio cómo fue posible que nuestro cerebro
evolucionara a la velocidad a la que lo hizo: en apenas tres millones de años
el volumen cerebral pasó de 450 a 1.300 cm3. Esto representa un crecimien-
to de casi 30 mm3 por siglo de evolución. Si consideremos una duración
media de treinta años para cada generación, han pasado unas cien mil gene-
raciones desde Lucy hasta nosotros, lo que supone un crecimiento medio de
9 mm3 de encéfalo por cada generación.
414
cuestión de la evolución del cerebro se plantean grandes cuestiones: ¿Para
qué necesitaron nuestros antecesores un cerebro grande? ¿Por qué la evolu-
ción desarrolló una estructura que permite sembrar una huerta, componer
una sinfonía, escribir una poesía o inventar un tensor métrico que nos permi-
ta operar con dimensiones más altas curvas del espacio?
415
El gráfico nos muestra cómo el aumento del tamaño y complejidad del
cerebro a lo largo de la evolución se acompañó de un incremento del gasto
energético.
Está claro que el cerebro necesita energía. Sin embargo, no quiere decir
que cuanto más comamos más crecerá y más inteligentes seremos. El cere-
bro crece porque se ejercita, es el órgano pensante de nuestro ser, allí se ela-
boran todas las ideas y se fabrican todas las sensaciones, y su mecanismo se
pone en marcha para buscar soluciones a problemas que se nos plantean, pa-
ra estudiar y comprender, asimilar nuevos conceptos, emitir teorías y plan-
tear cuestiones complejas sobre múltiples problemas que el ser humano ma-
neja en los distintos ámbitos del saber científico y técnico, o simplemente de
conocimientos especializados de la actividad cotidiana. Todo esto hace fun-
cionar al cerebro, a veces al límite de sus posibilidades, exigiéndole más de
416
lo que es capaz de dar y exprimiendo su energía hasta producir agotamiento
mental.
En 1.891, Sir Arthur Keit enunció que en los primates existe una rela-
ción inversa entre el tamaño del cerebro y el del intestino: “Un primate no
puede permitirse tener a la vez un sistema digestivo grande y un cerebro
también grande”.
417
La alimentación a base de plantas es de más baja calidad que la dieta a
base de carne, por eso una forma de aumentar la calidad dietética de una
alimentación es incrementar la cantidad de comida de procedencia animal
(huevos, carne, insectos, pescados, reptiles, etc).
418
La evolución pudo haber optado por otras soluciones, por ejemplo la de
incrementar la cantidad total de energía en forma de alimento, permitiendo
así la existencia de energía necesaria para un gran cerebro y un gran aparato
digestivo, lo cual sería al menos chocante, ya que lo racional es que tenga-
mos que alimentarnos para vivir y no que vivamos para alimentarnos.
419
El cerebro humano contiene 600 gramos de estos lípidos tan especiales
imprescindibles para su función. Entre estos lípidos destacan los ácidos gra-
sos araquidónico (AA, 20:4 W-6) y docosahexaenoico (DHA, 22:6 W-3);
entre los dos constituyen el noventa por 100 de todos los ácidos grasos po-
liinsaturados de larga cadena en el cerebro humano y en el resto de los ma-
míferos.
Una buena provisión de estos ácidos grasos es tan importante que cual-
quier deficiencia dentro del útero o durante la infancia puede producir fallos
en el desarrollo cerebral.
420
ácidos grasos poliinsaturados de larga cadena, una combinación ideal para
hacer crecer el cerebro.
Esta es otra de las razones en las que se apoyan algunos para sugerir
que nuestros antecesores se adaptaron durante algunos cientos de miles de
años a un entorno litoral, posiblemente una vida lacustre, en el “océano fa-
llido” de los grandes lagos africanos, y que nuestra abundante capa de grasa
subcutánea es la prueba de esta circunstancia de nuestra evolución.
421
África hace ahora unos trescientos mil años. Otros estudios se han realizado
mediante el análisis del polimorfismo del cromosoma Y.
Pero tanto unos estudios como otros han dado el resultado similar. Los
estudios del material genético del cromosoma Y confirman que la humani-
dad tuvo un antepasado varón que vivió en África hace unos doscientos mil
años; sería la “Teoría del Adán Negro”. Estudios del gen de la hemoglobina
ratifican que todas las poblaciones humanas modernas derivan de una po-
blación ancestral africana de hace unos doscientos mil años compuesta por
unos seiscientos individuos.
422
muscular. El desarrollo de armas que podían matar a distancia con eficacia y
sin requerir gran esfuerzo, como los propulsores, las hondas y más tarde el
arco y las flechas, hicieron innecesaria una excesiva robustez. En general
eran muy parecidos a nosotros y hasta tal punto es así que si cogiéramos a
uno de estos individuos, lo lleváramos a la peluquería, le pusiéramos un
buen traje y lo sacáramos de paseo, se confundiría con el resto de la gente
sin llamar a atención.
En todo esto que estamos tratando, tenemos que luchar con dos pro-
blemas enormes:
1. Nuestra ignorancia
423
Anselmo, San Agustín y Santo Tomás, exponiendo en contra la tesis más
sencilla y coherente para explicar el surgir de alas en los pájaros, aletas en
los peces y la misma vista, dejando las creencias religiosas o viejos senti-
mientos y creencias tribales nacidas desde la ignorancia y el miedo a lo des-
conocido.
Mucho he reflexionado sobre el tema y para mí, sólo para mí, tengo
una respuesta.
Pero el que es práctico, como Pascal por ejemplo, planteó el mismo di-
lema en términos de apuesta y concluyó que era menos arriesgado confiar en
Dios que en su inexistencia porque el ser humano no tiene nada que perder
si hay un ente superior.
Es una manera como otra cualquiera de ver las cosas, he leído tantas
versiones sobre la existencia de Dios que ya nada me sorprende. Algunos
continúan buscando las pruebas y sigo desde lejos las noticias que se publi-
can a tal respecto, claro que la noción de Dios, como cualquier otro material
psíquico, tal vez pueda probarse algún día que está muy cerca, posiblemente
contenida en nuestra herencia genética, es decir, que podría tratarse de un
producto más de nuestra mente pensante que obtiene recursos sin límites pa-
ra cada ocasión, sacando tan prodigiosos hallazgos que vienen a dar una es-
peranza divina a una humanidad atormentada y sin horizonte de futuro.
Hace años leí un libro, el autor se llamaba Dean Hamer, que hace mu-
cho creyó descubrir un gen que llamó VMATZ, que sería la sede cerebral de
la espiritualidad y, en consecuencia, el responsable de las ideas humanas de
una deidad absoluta necesaria para el mantenimiento de la vía psíquica, e
424
incluso, para la conservación de la especie a través de este espíritu superior
que nos hace amar a nuestros hijos que son la prueba suprema de la existen-
cia de Dios.
Nuestro cerebro es mucho más que una fría computadora y puede dar
respuestas a problemas no previstos, repentizando soluciones adecuadas a
las necesidades. El poder de los sensores naturales que posee el cerebro
humano es enorme y su capacidad impensable. Las experiencias conscientes
de nuestra especie están profundamente adoptadas por los genes y las neu-
ronas “recuerdan” cuando reciclan los datos en los procesos del pensamien-
to. Es la evolución.
425
lo en nuestras mentes y que no es posible tocar. Allí residen los pensamien-
tos, se forjan los sentimientos, conviven las ideas y nace lo mejor y lamen-
tablemente, lo peor de nosotros.
Hace mucho tiempo, siendo yo mucho más joven, pasé por una fase de
recogimiento espiritual en la que mi principal preocupación era comprender
lo que significaba el SER, la conciencia, el alma, el espíritu…, eran concep-
tos todos ellos que escapaban a mi entendimiento.
Está claro que yo no estoy capacitado para dar estas explicaciones que
escapan a mi entendimiento y me limito a expresar mi parecer sobre lo poco
que conozco y sobre mis propias experiencias.
426
Los aspectos inconscientes de la actividad mental, como las rutinas
motoras y cognitivas, así como los recuerdos, intenciones y expectativas in-
conscientes, las preocupaciones y los estados de ánimos, desempeñan un
papel fundamental a la hora de conformar y dirigir nuestras experiencias
conscientes. Todo está siempre estrechamente relacionado, nada ocurre en
nosotros que no esté unido a lo que pasa en nuestro entorno, somos una par-
te de un todo que se llama universo y aún cuando somos autónomos en el
pensamiento y en la manera de obrar, existen condicionantes exteriores que
inciden de una u otra manera en nosotros, en lo que somos.
Sí, por todas estas fases del estudio y del pensamiento he tenido que
pasar para llegar a una simple conclusión:
∗
Sólo en el sentido de algo grande y sublime, creador y poseedor de pensamientos.
427
demos medir. En un futuro muy lejano, seguramente nuestro cerebro se con-
vertirá en energía pura, luz cegadora.
Mientras eso llega, algunos curiosos como yo, con más voluntad que
conocimientos, tratan de especular con ideas y conceptos que nos puedan
dar alguna luz sobre tan complicado problema.
Está claro que como me ha comentado mi amigo José Manuel Mora es-
ta misma mañana, la materia tiene memoria y es precisamente esa memoria,
la que hace posible el avance de nuestros conocimientos a través de la mente
que, sin duda, está directamente conectada con el resto del universo y las
fuerzas que lo gobiernan, que son las que hacen posible su funcionamiento
tal como acontece.
Entender las claves que explican el devenir de la vida sobre este plane-
ta, con la idea en el horizonte de aspiraciones intelectuales a que nos aboca
la conciencia del SER, no resulta fácil. La complejidad de la empresa exige
tener en cuenta múltiples factores que no siempre estamos preparados para
comprender.
428
contró reflexiones sobre la herencia citoplasmática y datos sobre las bacte-
rias, entonces no muy consideradas en el estudio del origen de la vida.
Merece por su interés, que sepamos lo que ella dijo y lo que piensa so-
bre este interesante asunto.
429
“La asociación de esos pequeños organismos con aspectos
negativos se explica por el origen de su estudio científico, que
siempre estuvo relacionado con descubrimientos ligados a la in-
vestigación en torno a enfermedades. Junto a esta idea, lo cierto
es que pensamos en formas ideales que corresponden al esque-
ma platónico de hace casi 30 siglos, cuando en realidad no exis-
ten tales ideas sino organismos que interaccionan con el medio
ambiente en el que se encuentran. Esta colaboración recibe el
nombre de ecología. De hecho, el concepto de independencia no
tiene sentido en este campo: al margen de los microbios mori-
ríamos inmediatamente.”
Aquel día, como casi todos los días de mi vida, aprendí cosas nuevas y
muy interesantes que me confirmaron que nuestras vidas podrían ser cual-
quier cosa, menos simples. Es tal el nivel de complejidad implicado que,
precisamente por eso, no somos capaces de explicarla al completo, sólo va-
mos dominando parcelas limitadas que algún día, al ser unidas, nos darán
las respuesta.
Como ya apuntaba al principio de esta parte del libro, cada ser humano
es una consecuencia, cambiante en el tiempo, de la interacción entre una do-
tación genética única y una serie de experiencias, también única, en el mun-
do. Y es por ello que el hombre no viene predeterminado al mundo. Y es de
esta manera además que en alguna medida, el hombre puede soñar en una
libertad que le permite hacerse a sí mismo. A ello, que no es nuevo, hay que
añadir hoy otra dimensión de trascendencia no imaginable.
Somos frágiles, estamos marcados por genes que nos pueden traer en-
fermedades complejas de todo tipo que ponen en peligro nuestras vidas.
Cierto que el ser humano puede nacer con genes mutados, y de hecho es el
caso, que predisponen a padecer enfermedades. Pero esto no es suficiente,
en absoluto, para que haya aparición clínica de estas enfermedades que lla-
mamos complejas y que son las más como las poligénicas como la esquizo-
frenia, el alzheimer o el parkinson, una arteriosclerosis, hipertensión, algún
tipo de diabetes o de cáncer y junto a todas estas, una larga lista de enferme-
dades.
430
Sin embargo, podemos tener el gen y éste quedar dormido para siem-
pre, si no lo despertamos. Para que tal cosa ocurra es necesario que esos ge-
nes mutados, en su acción e interacción entre ellos y con otros genes, inter-
accionen a su vez con el medio ambiente que rodea al individuo y sus estilos
de vida y haga que la enfermedad se exprese. De ello, y como corolario, se
deduce una idea realmente revolucionaria, y esta es que el ser humano po-
dría vivir sin enfermedades, al menos sin las más importantes que nos ace-
chan, si conociésemos esos determinantes ambientales, decisorios y al que
se ha puesto el nombre de “ambioma”.
No podemos cerrar los ojos a esta realidad; esta nueva área de conoci-
mientos, el ambioma, nos llevará a darnos cuenta que tiene ingredientes que
influyen, y a veces poderosamente, en el individuo y en su desarrollo a lo
431
largo de su vida, hasta tal punto que se cree pueda ser el factor determinante
para acortarla en el tiempo.
432
Hace más de treinta años que Gross, Politzer y Wilczek desvelaron el
enigmático funcionamiento de la llamada interacción fuerte, una de las cua-
tro fuerzas fundamentales que rigen el universo y que actúa como un pega-
mento cósmico para mantener unida la materia. Su trabajo reveló cómo los
quarks, las diminutas partículas que forman los nucleones de los átomos, in-
teraccionan entre sí para mantenerse unidos.
433
“No estaba claro que fuera un adelanto en aquel momento.
La teoría que propusimos era descabellada en muchos aspectos
y tuvimos que dar muchas explicaciones – reconoció el investi-
gador.”
Pero estas no son las únicas similitudes, ni siquiera las más profundas
que existen entre las distintas fuerzas que rigen el universo. De hecho, los
434
científicos esperan que en última instancia todas las interacciones conocidas
sean en realidad la manifestación variada de una sola fuerza que rige y go-
bierna todo el cosmos.
Sabemos que los quarks (hasta el momento) son las partículas más ele-
mentales del núcleo atómico donde forman protones y neutrones. La inter-
acción fuerte entre los quarks que forman el protón es tan intensa que los
mantiene permanentemente confinados en su interior, en una región R ≈
hc/Λ ≈ 10-13 cm, y allí la fuerza crece con la distancia; si los quarks tratan de
separarse la fuerza aumenta (confinamiento de los quarks), si los quarks es-
tán juntos los unos a los otros la fuerza decrece (libertad asintótica de los
quarks). Nadie ha sido capaz de arrancar un quark libre fuera del protón.
435
Así que la cromodinámica cuántica (QCD) describe rigurosamente la
interacción fuerte entre los quarks y en el desarrollo de esta teoría, como se
ha dicho, jugaron un papel fundamental los tres ganadores del Nobel de Fí-
sica de 2.004, cuyas fotos y nombres hemos puesto antes.
436
de nuestro mundo y de la vida inteligente a partir de esta materia inerte
creada y evolucionada después en las estrellas.
437
La pregunta clave, ¿de qué se compone la materia de nuestro universo?
y ¿cómo llegó a convertirse en lo que es?
438
John Ellis, uno de los investigadores del CERN, ha dicho: “si no en-
contramos la partícula de Higgs, esto supondría que todos los que nos dedi-
camos a la física teórica llevamos 35 años diciendo tonterías”.
Espero que no sea así y que la dichosa partícula aparezca. Herman Ten
kate, otro físico del CERN, se atreve a predecir que la partícula de Higgs
aparecerá antes de ocho meses a partir del comienzo de la búsqueda en los
primeros meses de 2.008.
De todo eso hemos estado tratando en las páginas de este libro; hemos
realizado un viaje a través de las brumas del tiempo para explorar aconteci-
mientos pasados relacionados con nuestra evolución.
¿Qué es lo que nos apartó tan decisivamente de todas las otras especies
con las que compartimos el planeta? ¿En qué momento de nuestra historia
evolutiva aparecieron las diferencias que nos separaron de las demás criatu-
ras? ¿La denominada “mente” (o mundo mental) es algo específico de los
humanos o se trata de un rasgo general de la psicología animal? ¿Por qué
surgió el lenguaje? ¿Qué es eso que llamamos cultura y que muchos consi-
deran el sello de la Humanidad? ¿Somos la única especie que puede presu-
mir de ella? Y quizás la pregunta más crucial de todas: ¿por qué estas dife-
rencias nos escogieron a nosotros y no a otras especies?
439
Son preguntas que a veces no sabemos contestar y sin embargo sabe-
mos que alma-mente y cuerpo conforman un conjunto armonioso que hacen
de nosotros seres únicos en el universo.
Al igual que todo lo grande está hecho de cosas pequeñas, lo que en-
tendemos por felicidad esta compuesto de efímeros momentos en los que
ocurren cosas sencillas, que la mayoría de las veces ni sabemos apreciar.
440
Todos quedamos marcados para el resto de nuestras vidas en relación a
lo que de niño nos han enseñado, nos han querido y el entorno familiar en el
que nos tocó vivir, son cosas que se graban a fuego en la mente limpia del
niño, que de esta manera comienza su andadura en la vida condicionado por
una u otra situación que le hace ser alegre y abierto o taciturno, solitario y
esquivo, con una fuerte vida interior en la que, para suplir las carencias y
afectos, se crea su propio mundo mental y privado.
Todas las cosas son, pero no de la misma manera. Hay esencia y sus-
tancia que conviven para conformar al sujeto que ES. “Somos” parte del
universo y estamos en el tiempo/espacio para desarrollar una misión que ni
nosotros mismos conocemos. Vamos imparables hacia ella y actuamos por
instinto. Nos dieron las armas necesarias para ello: inteligencia, instinto y
curiosidad. Estos tres elementos nos transportan de manera imparable hacia
el futuro inexorable que nos está reservado.
Estoy totalmente seguro de que nuestros cerebros ven el mundo que les
rodea bajo su propia perspectiva, es decir, lo filtra y en buena medida lo
crea. El cerebro no es pasivo, sino que todo lo que percibe lo transmite “a su
manera”, desde su propia percepción, desde su propia realidad, desde su
441
propio mundo físico de todos los sucesos y experiencias que tiene registra-
dos, para conformar un entorno y un mundo de las propias ideas.
442
bros que, por lógica, serían diametralmente opuestos. No se descarta la po-
sibilidad de civilizaciones que, basadas en el carbono como la nuestra, esté
conformada por seres similares o parecidos a nosotros.
Así las cosas, el sueño de comunicarnos con otros seres vivos e inteli-
gentes situados en otro lugar de nuestra galaxia o en otras galaxias lejanas,
es eso, un sueño. No hemos sido capaces ni de comunicarnos con los seres
vecinos que comparten con nosotros el planeta Tierra. Claro que estarán ahí,
en algunos planetas lejanos sustentados por estrellas similares a la nuestra.
Sin embargo, dependiendo de la masa y la atmósfera de esos planetas, así
serán sus conformaciones físicas.
Se deduce que, como el niño pequeño que nos hace gestos y al que mi-
ramos sin entender, nuestra civilización es muy joven, está en el tiempo del
balbuceo, tiene que aprender aún muchas cosas y, a nivel cósmico, eso lleva
tiempo. Lo que sí es seguro es que ningún vecino cercano está por los alre-
dedores, ya que de ser así, nuestra actual tecnología lo habría detectado.
También podría ocurrir que tengamos cerca una civilización más atrasada en
la que no se emiten señales que podamos escuchar, pero el estudio de los
planetas situados en un radio de diez años luz no parecen idóneos para que
ello sea así.
443
llevarán muy lejos. Sin duda encontraremos a otros seres, y aprenderemos
un lenguaje cósmico y universal que dentro de muchos eones nos permitirá
esa comunicación que hoy, a muchos, les parece imposible, claro que son
personas de nuestra especie con escasa visión de futuro, cortos de entende-
deras y, sobre todo, carentes de ilusión y fantasía.
Los hay que, cortos de mira, son incapaces de visualizar nuestro desti-
no. No tienen una idea clara de lo que es nuestra mente, de lo que puede lle-
gar a conseguir cuando evolucione lo necesario. En la escala del tiempo
cósmico, en realidad, somos unos bebés. ¿Qué seremos capaces de hacer
cuando seamos mayores? Cuando comentando sobre estos temas algunos
expresan su pensamiento de la imposibilidad de ir a otros mundos habitados,
no puedo evitar el recuerdo de aquel presidente de una prestigiosa Sociedad
Científica de Londres, que en una conferencia multitudinaria dijo: “Ningún
aparato más pesado que el aire podrá volar nunca”. Poco después remontó el
vuelo el primer avión.
He dicho muchas veces que nuestro origen está en las estrellas, el único
sitio donde se podía fabricar el material del que estamos hechos, y también
me he cansado de decir que nuestro destino está en las estrellas; algún día,
tendremos que dejar nuestro querido planeta Tierra para buscar acomodo en
otros mundos más o menos lejanos.
444
Recientemente, el mismo grupo ha refinado sus observaciones que han
revelado la presencia de dos compañeros del anterior: a 10 millones de ki-
lómetros de la estrella orbita Gliese 581c, de sólo unas 5 veces la masa te-
rrestre; y a 37M kilómetros, Gliese, que pesa como 8 Tierras. Ambos son ne-
tamente mayores que nuestro planeta y menores que los gigantes de hielo
(Urano y Neptuno, 14 y 17 masas terrestres). En los últimos años, este tipo
de planetas inexistentes en el Sistema Solar se han venido denominando su-
pertierras.
445
animales más pequeños en números enormes. Podrían existir incontables
planetas-insectos.
446
la patente n° 6.754.472 ha sido concedida a Microsoft y ampara los meca-
nismos o procedimientos para “transmitir datos y energía utilizando el cuer-
po humano”. Se trata, según aparece, de aprovechar la conductividad de la
piel para conectar una serie de dispositivos electrónicos por todo el cuerpo.
447
cripción cuántica. La diferencia fundamental (dicho en plan coloquial) era
que la física clásica creía en la realidad de los fenómenos, mientras que la
cuántica pensaba que el estado del sistema depende del observador.
448
Jerome Bruner, un avispado psicólogo del pasado siglo, contó una con-
versación que había mantenido con Bohr acerca de la complementariedad
del pensamiento y la emoción. El físico le confesó que su principio se le
había ocurrido meditando sobre si debía castigar o no a su hijo que había
hecho una trastada. “Me di cuenta de que no se puede juzgar al mismo tiem-
po a la luz del amor y a la luz de la justicia”. En fin, había caído en el mis-
mo problema en que se habían enfrascado los teólogos medievales al pre-
guntarse si Dios podía ser a la vez justiciero y misericordioso.
Todo esto viene a cuento porque acabo de leer un artículo del profesor
Marina, que nos cuenta sobre un tal Shahriar S. Afshar y sus experimentos
en el Institute for Radiation Induce Studies (Boston). Este señor cree haber
encontrado, o mejor, dice haber demostrado que Bohr estaba equivocado.
Dicho más técnicamente, se puede seguir el rastro de un fotón sin alterar el
patrón de interferencias. Considera que la realidad tiene propiedades defini-
das y evaluables.
Pero da un paso más. Entre el fotón y la onda, escoge la onda. Más aún,
piensa que si el resultado de sus experimentos se repite usando otras partícu-
las, es la mecánica cuántica entera la que está en dificultades. Y ya en el
disparadero, obtiene una última consecuencia. Si el fotón no existe, habría
que retirarle a Einstein el Premio Nobel que ganó en 1.921.
449
¿Tendremos que cantar el réquiem por el fotón?
Hay veces en las que está bien tomarse las cosas desde el punto de vis-
ta más distendido y coloquial, no siempre podemos estar tan serios.
Son tantas las pruebas y los exámenes que ha pasado con éxito la me-
cánica cuántica que lo de ese tal Afshar me parece una broma. El cuanto de
energía de Planck como punto de partida desarrolló un sistema de teoría
cuántica que se utilizó para explicar las propiedades de los átomos y molé-
culas, donde ese “cuanto” era el punto de partida. Se incorporó el principio
de indeterminación de Heisenberg y la longitud de onda de De Broglie para
establecer la dualidad onda–corpúsculo, en la cual está basada la ecuación
de Schrödinger y su función de onda. Esta forma de mecánica cuántica se
llama mecánica ondulatoria. Un formalismo alternativo pero equivalente es
la mecánica matricial, basada en operadores matemáticos.
Sabiendo todo esto y conociendo algo de las bases sobre las que opera
la mecánica cuántica, la pretensión de ese tal Afshar me parece una idiotez y
algo ridícula, además de osada e impertinente. ¿No sabe que en boquita ce-
rrada no entran moscas? Que demuestre primero y hable después.
450
Creo haberle dedicado más tiempo del necesario a este comentario, así
que pasaremos a otra cosa.
El fotón, como partícula con masa en reposo nula que recorre el espa-
cio vacío a 299.792.458 metros por segundo, puede ser considerado como
una unidad de energía igual a hf, donde h es la constante de Planck y f es la
frecuencia de la radiación en hertzios. Son necesarios para explicar el fenó-
meno fotoeléctrico y otros fenómenos que requieren que la luz tenga carác-
ter de partícula.
Newton nos descubrió que la luz del Sol o luz blanca era el producto de
la mezcla de todos los componentes coloreados; hizo pasar un rayo de luz
por un prisma y la habitación donde hacía el experimento, sus paredes, se
llenaron de luciérnagas luminosas de muchos colores. El arco iris estaba allí,
del rojo al violeta, descompuestos en mariposas luminosas.
451
da a un estado superior de conexión total con el universo, será la LUZ. Ahí,
dentro de los rayos luminosos, estarán grabados todos los recuerdos, toda la
conciencia de la Humanidad que, para entonces, será otra cosa y sonreirá al
ver que un día muy lejano discutían de tiempo, de materia, de…
452
La familia de los hadrones es la clase de partícula subatómica que in-
teraccionan fuertemente, e incluye protones, neutrones y piones. Los hadro-
nes son o bien bariones, que se desintegran en protones y que se cree están
formados por tres quarks, o mesones, que se desintegran en leptones o foto-
nes o en pares de protones y que se cree que están formado por un quark y
un antiquark.
453
Parece mentira cómo a veces, cuando estoy inmerso en mis más pro-
fundos pensamientos y tengo una conexión directa con algo que intuyo su-
perior, lo veo todo más claro, todo es más fácil. A ver si en uno de estos
momentos puedo enganchar esas fluctuaciones de vacío en la 5ª dimensión.
Me parece que debe estar cerca, ronda mi cabeza, me induce ideas nebulosas
y se va corriendo rápidamente. A ver si finalmente me pasa a mí como le
pasó a un amigo al que su padre le decía: “Felipe, la inteligencia te persigue,
corre detrás de ti, pero tú eres mucho más rápido.”
También hemos dicho que el mundo que nos rodea es el que nos facili-
ta nuestra parte sensorial, la mente, y que este mundo, siendo el mismo,
puede ser muy diferente para otros seres cuya conformación sensorial sea
diferente a la nuestra. Parece que realmente es así, lo que es para nosotros,
para otros no lo será, y tenemos que tener en cuenta esta importante variable
a la hora de plantearnos ciertos problemas que, de seguro, tendremos que
afrontar en el futuro. Hay diferentes maneras de resolver el mismo proble-
ma, sólo tenemos que tratar de entenderlos.
454
Así quedó sentado que el modelo atómico estaba completo basado en
un núcleo consistente en protones y neutrones rodeados en su órbita, de un
número suficiente de electrones que equilibraba la carga nuclear y lo hacía
estable.
Pero este modelo no era suficiente para explicar la gran estabilidad del
núcleo, que claramente no podía mantenerse unido por una interacción elec-
tromagnética, pues el neutrón no tiene carga eléctrica.
455
siendo un barión, está constituido por tres quarks, uud (dos quarks up y un
quark down), y el neutrón por udd (un quark up y dos dowm).
Para que los quarks estén confinados en el núcleo dentro de los nucleo-
nes, es necesario que actúe una fuerza, la nuclear fuerte, que entre los quarks
se puede entender por el intercambio de ocho partículas sin carga y sin masa
en reposo, llamadas gluones (porque mantienen como pegados a los quarks
juntos). Aunque los gluones, como los fotones que realizan una función si-
milar entre los leptones, no tienen carga eléctrica, sí tienen una carga de co-
lor. Cada gluón transporta un color y un anticolor. En una interacción un
quark puede cambiar su color, pero todos los cambios de color deben estar
acompañados por la emisión de un gluón que, de inmediato, es absorbido
por otro quark que automáticamente cambia de color para compensar el
cambio original.
El universo de los quarks puede resultar muy complejo para los no es-
pecialistas y como no quiero resultar pesado, lo dejaré aquí sin explicar el
mecanismo y el significado de los sabores y colores de los quarks que, por
otra parte, es tema para los expertos.
Esta teoría de los quarks completamente elaborada está ahora bien es-
tablecida por evidencias experimentales, pero como ni los quarks ni los
gluones han sido identificados nunca en experimentos, la teoría no se puede
decir que haya sido directamente verificada. Los quarks individuales pueden
tener la curiosa propiedad de ser mucho más masivos que los hadrones que
usualmente forman (debido a la enorme energía potencial que tendrían
cuando se separan), y algunos teóricos creen que es, en consecuencia, impo-
sible desde un punto de vista fundamental que existan aislados. Sin embar-
go, algunos experimentales han anunciado resultados consistentes con la
presencia de cargas fraccionarias, que tendrían los quarks no ligados y en
estado libre.
456
Mirad cómo es nuestra naturaleza. Resulta que aún no hemos podido
identificar a los quarks, y sin embargo hemos continuado el camino con teo-
rías más avanzadas que van mucho más allá de los quarks; ahora hemos
puesto los ojos y la mente sobre diminutas cuerdas vibrantes, filamentos
cien mil veces más pequeños que los quarks y que serían los componentes
más elementales de la materia.
Sobre eso tengo algo que decir: si finalmente resulta que dichos dimi-
nutos artilugios están ahí, tampoco serán los componentes finales, pero el
avance será muy significativo. La teoría de supercuerdas, ahora refundida
por E. Witten en la teoría M, nos dará muchas respuestas.
Ese algo cósmico superior, dice José Manuel, toca con su varita mágica
al científico de turno que es iluminado y el encargado de publicar al mundo
el nuevo acontecimiento. Pero como un seguro, a veces hace que distintos
científicos sean elegidos para hallar el mismo descubrimiento en distintos
lugares y sin tener conocimiento el uno del trabajo del otro, resulta que am-
bos llegan al mismo resultado.
457
También comentamos sobre la memoria de la materia. Todo el univer-
so es materia que en cada momento ocupa el lugar y el estadio que le ha to-
cado vivir. Nosotros, materia también, pensamos y tenemos memoria. ¿Qué
clase de materia fuimos antes? ¿De dónde hemos venido? ¿Qué traíamos
grabados en nuestros componentes? ¿Qué recuerdos dormidos traemos al
nacer? ¿Acaso no tiene memoria una montaña? ¿Y un río? ¿Y un desierto?
Sí, creo que sí, espero que sí. La materia tiene memoria, lo único que
ocurre es que nosotros somos demasiado jóvenes para saber extraerla, es al-
go que excede a nuestras capacidades actuales.
Cuando aquel momento mágico termina te sientes mejor, con más fuer-
zas para continuar luchando contra toda la mediocridad y adversidad que te
rodea y, sobre todo, sabes un poco más sobre la verdad del mundo, del uni-
verso, de la materia que, desde luego, SÍ HABLA. A veces nos habla dema-
siado fuerte, pero insistirnos en no querer escuchar.
458
¡Pues nada! A pesar de sus gritos de socorro, nosotros insistimos en
nuestra ignorancia interesada en continuar fastidiándola.
¡Ah!, pero eso sí, la materia nos habla y tiene sus recuerdos, sólo tene-
mos que aprender a escucharla y a saber leer lo que en ella está escrito. Al-
gunos lo hacen.
459
De muchas de las cosas que nos quedan por aprender, no sabemos ni
hacer una simple pregunta. El motivo: no sabemos ni que tales cosas puedan
existir
En otra parte, otra mente pensante tiene el eslabón que nos falta para
completar con éxito la teoría. Algunas buenas ideas se pierden por esa falta
de comunicación, y dos personas que han tenido las dos mitades de un todo
no han podido unirlos para ofrecer tal logro al mundo.
460
expresar su principio, y hasta que su amigo Grossman (al que pidió ayuda)
no le envió una copia de la conferencia que había dado Riemann, no pudo,
con enorme asombro, descubrir que en aquellos papeles estaba escrito algo
llamado tensor métrico que habiendo sido ignorado por los físicos durante
60 años resolvía todos sus problemas que, por cierto, había sido resuelto
hacía muchos años por Riemann, Ricci, y Levi-Civita… El logro de Rie-
mann era el más grande.
461
Imaginación:
Es precisamente esa imaginación sin límite la que hace posible que re-
creemos esos nuevos mundos que, aunque no son reales en el nuestro, no
462
quiere decir que no existan en algún otro lugar del universo, que ¡es tan
grande! Es casi tan grande como nuestro poder para imaginar.
Imaginación:
De esta manera podría continuar durante mil folios y contar una bella
historia de personajes que irían viviendo situaciones conforme quisiera mi
imaginación. Historia que podría situar en cualquier época y en cualquier
parte del mundo, y nos contaría cualquier historia que en ese momento nos
apeteciera. Tenemos a nuestra disposición un enorme tesoro que, muchas
veces, no sabemos aprovechar.
Bueno, lo que trato de decir con tanta palabrería es que estamos en po-
sesión de una herramienta de enorme poder, el cerebro. ¿Qué se nos puede
resistir? Creo que con tiempo por delante, nada.
463
Después continuaremos teniendo nuevas ideas y conocimientos, con la
dichosa teoría M que aún nos queda muy lejos. Para verificarla necesitaría-
mos disponer de la energía de Planck.
Ese nuevo universo de dimensiones más altas donde todo tiene cabida
cualquier interacción incorporando supersimetría y en la que los objetos bá-
sicos son objetos unidimensionales (supercuerdas).
Las cuerdas asociadas con los bosones sólo son consistentes como teo-
rías cuánticas en un espacio–tiempo de 26 dimensiones; aquellas asociadas
con fermiones sólo lo son en un espacio–tiempo de 10 dimensiones. Se
piensa que las cuatro dimensiones microscópicas surgen por un mecanismo
464
de Kaluza–Klein, estando las restantes dimensiones “enrolladas” para ser
muy pequeñas en la longitud de Planck.
465
A ver qué matemáticas podemos tener en las próximos 30 años, cuando
tengamos la fusión para producir energía barata, y entonces, seguramente,
Witten o cualquier otro nuevo genio nos daría una agradable sorpresa.
466
Fue el primer filósofo que escribió un tratado sistemático de metafísica
y definió el objeto de esta disciplina. Andrónico, como antes decía, se topó
con unos manuscritos del maestro, situados más allá de los libros de la física
(Ta meta ta physika), de ahí el nombre: metafísica. No es de extrañar, por lo
tanto, que esta palabra que connota un tipo de conocimiento transfísico,
haya sido utilizada por numerosas doctrinas ocultistas de toda índole.
467
La frase tiene guasa. En tan simple expresión está encerrada la verdad
del universo. Nosotros hablamos de “ser” y queremos referirnos a lo que
piensa y siente, a lo que tiene conciencia.
468
sino en la propia ciencia que, como sabemos, no está al margen de presu-
puestos metafísicos.
469
Desde niño fui un tipo curioso, todo me interesaba. Es posible, no lo sé,
que parte importante de mi comportamiento sea debido a que cuando tenía
dos años quedé impedido de mi pierna izquierda, y aquello que me restaba
posibilidades físicas me empujó a refugiarme más tarde en la lectura y en el
yo interior. He tenido una vida interior muy potente que, estoy seguro, forta-
leció mis sentidos y mi mente.
Una manera de competir con los demás (para no ser menos), era la de
saber más, era una forma de imponer mi criterio sobre el de los otros que, de
alguna manera, se sometían a ese mayor saber.
Después de los abrazos y saludos (hacía más de 20 años que nos sepa-
ramos), me recordaba:
“A mis hijos les he referido muchas veces las historias que tú nos con-
tabas a los niños del barrio.” Nunca he olvidado al monarca Argantonio, y
todas aquellas tradiciones de carácter histórico recogidas por Estesícoro
(raíces argénteas del río Tartessos), Anacreonte (longevidad de su monarca
Argantonio), Hecateo (habla de una tal Helibyrge, ciudad de Tartessos),
470
Herodoto (Tartessos como imperio de gran riqueza más allá de las Colum-
nas de Hércules, así como de relaciones con los focenses), Eforo, Aristófa-
nes, Estrabón (Tartessos como ciudad, río, región y centro de concentración
de metales) y Avieno, que ofrece la más abundante información de índole
geográfica. La ciudad llamada Tartessos esta identificada por aquí, cerca de
lo que hoy es Huelva.
471
Erguido en el punto más alto de la isla canaria de La Palma, por encima
del mar de nubes y envuelto en la cristalina atmósfera que proporcionan los
vientos alisios, el Gran Telescopio de Canarias (GTC) está a punto de ver su
primera luz el próximo 13 de julio. El observatorio, que será una de las más
importantes instalaciones científicas españolas, recibirá así su bautizo astro-
nómico y podrá mirar al cielo por primera vez, pese a que no se espera que
funcione a pleno rendimiento hasta dentro de un año.
¡SUERTE!
472
hecho de que, al menos por amistad, resalten lo que escribo, de alguna ma-
nera me incentivan para seguir.
Pero la mayoría de las veces tengo ideas que me gustaría comentar con
otras personas que entiendan estas inquietudes del SER, del universo, de la
materia o del espacio–tiempo y sin embargo, no encuentro ninguna a mi la-
do, así que he terminado acostumbrándome a una charla conmigo mismo
con el bolígrafo y el papel a mano, así al menos, no se pierde todo lo que
pasa por mi cabeza.
473
ma a esta cuestión, como ya he comentado antes, en alguna parte de este
mismo trabajo, la cuestión se formuló así: todo conocimiento arranca o nace
de nuestras experiencias sensoriales, es decir, los datos que nos suministran
nuestros cinco sentidos, pero no todo en él procede de estos datos. Dicho de
otra manera, hay en nosotros dos fuentes o potencias distintas que nos capa-
citan para conocer, y son la sensibilidad (los sentidos) y el entendimiento o
inteligencia. Ésta no puede elaborar ninguna idea sin los sentidos, pero tam-
bién éstos son inútiles sin la ayuda del entendimiento. Es como un conjunto
simétrico, algo perfectamente acoplado para formar un todo.
474
Mi hija María estudia música desde los 8 años; ahora ha cumplido 22 el
doce de junio de 2.007. Es pianista profesional y estudia 2º de clave (música
antigua) y 2º de Pedagogía en el Real Conservatorio Superior de Música de
Madrid, y recientemente (aunque continúa sus estudios) ha obtenido una
plaza en el Mº de Cultura, concretamente en la Compañía Nacional de Tea-
tro Clásico, donde toca el clave. Es algo provisional, pero ella está muy
animada por lo que supone para su reconocimiento profesional.
La música enaltece al ser humano, nos eleva y nos hace mejores. Una
música que nos llega y es capaz de despertar nuestros sentimientos, nos
puede transportar muy lejos, allí donde encontraremos el amor y la felicidad
que, en este mundo nuestro, está escondida.
475
modales, cuya importancia fue decisiva en el desarrollo de la música medie-
val.
Como veo que esto se me va de las manos y puedo terminar este traba-
jo escribiendo una historia de la música, mejor lo dejo y me dedico a lo que
en realidad me debo: el pensamiento, el saber, la inteligencia, la mente, el
universo de lo sensorial, etc, etc, etc.
Todo existe y puede ser explicado a partir de esas tres disciplinas, ab-
solutamente todo. Empezando por nosotros mismos que, si lo pensamos de-
tenida y profundamente, veremos que somos números (el pensamiento, la
complejidad, lo que llamamos alma que, en realidad, es un conglomerado de
infinitos circuitos eléctricos e impulsos sensoriales-números que nos permi-
ten ser), somos física (la materia de la que está formado nuestro cuerpo y
nuestro cerebro), y somos química (los componentes y flujos que discurren
por nosotros y nos permiten desarrollar las funciones físicas y psíquicas que
nos hace ser lo que somos).
476
Por eso decimos que algunas de las simetrías son directamente físicas.
Algunos ejemplos son las reflexiones y las rotaciones en las moléculas y las
translaciones en las redes cristalinas. Existen simetrías más generales y abs-
tractas como la invariancia CPT y las simetrías asociadas a las teorías gau-
ge.
477
Pero como muestra osadía no tiene límites, sin haber comprobado aún
experimentalmente la teoría de la supersimetría, ya tenemos otra teoría que
va mucho más allá en la búsqueda de unificación de las fuerzas de la natura-
leza.
LA TEORÍA DE SUPERCUERDAS
478
Falta mucho en el proceso de evolución para que alcancemos un nivel
aceptable, para poder ser clasificado como un grupo inteligente racional.
Mientras tanto unos pocos a sufrir, tratando con sus ridículos medios
de luchar contra esas fuerzas descomunales y destructivas. ¿Ganarán ellos∗?
¡Sería una pena!
Si dentro de unos miles de años pudiera volver para releer estas líneas,
me sonreiría, al ver que llevaba toda la razón. ¡Un destello!
∗
Ellos son en este caso los “malos".
479
Tenemos tanta riqueza en nosotros mismos que es una auténtica pena
que no estemos más preocupados por obtener el verdadero rendimiento que
en descubrir nuevas armas para destruir.
Por cierto, y cambiando de tema, tengo que recordar aquí a Stanley Mi-
ller, investigador del origen de la vida a quien mencioné ampliamente en
uno de mis trabajos.
480
aquella mezcla bombardeada eléctricamente surgían varios de los aminoáci-
dos que constituyen los ladrillos a partir de los cuales surgió el edificio de la
vida en el planeta tierra.
Como me gusta hacer con todos aquellos que con su trabajo han ayu-
dado a la humanidad para seguir avanzando, sea este pequeño recuerdo con
mi humildad homenaje.
481
una molécula simétrica sin líneas espectrales intensos en ondas de radio o
milimétricas.
Así, brillando en el vacío estelar, las estrellas dan luz y calor a los pla-
netas de sus sistemas solares. Precisamente esa luz y ese calor es la pérdida
de masa de las estrellas que fusionan hidrógeno en helio y una pequeña par-
482
te se va de la estrella para calentar y alumbrar planetas. La potencia energé-
tica desprendida por una estrella en equilibrio es enorme en relación con
nuestros estándares, y si esa potencia depende de la velocidad a la que unos
núcleos se transforman en otros, los de hidrógeno en helio, los de helio en
litio, etc, parece razonable suponer que la composición del gas del horno
termonuclear varíe con el tiempo, disminuyendo la cantidad de hidrógeno al
tiempo que aumentan otros elementos. La energía desprendida se obtiene
precisamente a partir de esa masa gastada utilizando la ya conocida ley de
equivalencia de Einstein E = mc2.
483
En una supernova, en orden decreciente tenemos la secuencia de nú-
cleos H, He, O, C, N, Fe, que coincide bastante bien con una ordenación en
la tabla periódica que es:
Pero está claro que todo el proceso estelar evolutivo inorgánico nos
condujo desde el simple gas y polvo cósmico a la formación de estrellas y
nebulosas solares hasta los planetas, la Tierra en particular, en cuyo medio
ígneo describimos la formación de las estructuras de los silicatos, desple-
gándose con ello una enorme diversidad de composiciones, formas y colo-
res, asistiéndose, por primera vez en la historia de la materia, a unas mani-
festaciones que contrastan con las que hemos mencionado en relación al
proceso de las estrellas.
Desde el punto de vista del orden es la primera vez que nos encontra-
mos con objetos de tamaño comparables al nuestro, en los que la ordenación
de sus constituyentes es el rasgo más característico.
484
¿No os hace pensar que nosotros estemos hechos, precisamente, de lo
que llamamos materia inerte?
Pero el mundo inorgánico es sólo una parte del inmenso mundo mole-
cular. El resto lo constituye el mundo orgánico, que es el de las moléculas
que contienen carbono y otros átomos y del que quedan excluidos, por con-
venio y características especiales, los carbonatos, bicarbonatos y carburos
metálicos, los cuales se incluyen en el mundo inorgánico.
485
El número de especímenes atómicos es finito, existiendo ciertas razo-
nes para suponer que hacia el número atómico 173 los correspondientes nú-
cleos serían inestables, no por razones intrínsecas de inestabilidad “radiacti-
va” nuclear, sino por razones relativistas. Ya antes me referiría a las espe-
cies atómicas, naturales y artificiales que son de unos pocos millares; en
cambio, el número de moléculas conocidas hasta ahora comprende varios
millones de especímenes, aumentando continuamente el número de ellas
gracias a las síntesis que se llevan a cabo en numerosos laboratorios reparti-
dos por todo el mundo.
Desde las moléculas más sencilla, como la del hidrógeno con un total
de 2 electrones, hasta las más complejas, como las de las proteínas con mu-
chos miles de ellos, existe toda una gama, según decía, de varios millones.
Esta extraordinaria variedad de especies moleculares contrasta con la de las
especies nucleares e incluso atómicas.
486
Dejando aparte los núcleos, la información que soportan los átomos se
podría atribuir a la distribución de su carga eléctrica, y en particular a la de
los electrones más débilmente ligados. Concretando un poco se podría admi-
tir que la citada información la soportan los orbitales atómicos, pues son
precisamente estos orbitales las que introducen diferencias “geométricas”
entre los diferentes electrones corticales.
487
cidad que posee dicho átomo para unirse consigo mismo, dichas moléculas
pueden considerarse como un esqueleto formado por cadenas de esos áto-
mos.
488
Si prescindimos de las orgánicas, el resto de las moléculas que resultan
de la combinación entre los diferentes átomos no llega a 100.000, frente a
los varios millones de las primeras. Resulta ranozable suponer que toda la
enorme variedad de moléculas existentes, principalmente en los planetas ro-
cosos, se haya formado por evolución de los átomos, como corresponde a un
proceso evolutivo. La molécula poseería mayor orden que los átomos de
donde procede, esto es, menor entropía. En su formación, el ambiente se
habría desordenado al ganar entropía en una cierta cantidad tal, que arrojarse
un balance total positivo.
Las así llamadas, son cuerpos formados por moléculas idénticas, entre
las cuales pueden o no existir enlaces químicos. Veremos varios ejemplos.
Las sustancias como el oxígeno, cloro, metano, amoníaco, etc, se presentan
en estado gaseoso en condiciones ordinarias de presión y temperatura. Para
su confinamiento se embotellan, aunque existen casos en que se encuentran
mezcladas en el aire (os podéis dar una vueltecita por el polo químico de
Huelva).
489
Podemos conseguir que la intensidad de esas fuerzas aumente tratando
de disminuir la distancia media entre las moléculas. Esto se puede lograr
haciendo descender la temperatura, aumentando la presión o ambas cosas.
Alcanzada una determinada temperatura, las moléculas comienzan a sentir
las fuerzas de Van der Waals y aparece el estado líquido; si se sigue en-
friando aparece el sólido. El orden crece desde el gas al líquido, siendo el
sólido el más ordenado. Se trata de una red tridimensional en la que los nu-
dos o vértices del entramado están ocupados por moléculas.
490
aprieto si le preguntásemos dónde se puede encontrar aisladamente indivi-
duos moleculares que respondan a esa composición. Le podemos orientar
diciéndole que en el gas Cl H o en el vapor de agua existen moléculas como
individualidades. En realidad y salvo casos especiales, por ejemplo, a tem-
peraturas elevadas, no existen moléculas aisladas de sal, sino una especie de
molécula gigante que se extiende por todo el cristal. Este edificio de cristal
de sal consiste en una red o entramado, como un tablero de ajedrez de tres
dimensiones, en cuyos nudos o vértices se encuentran, alternativamente, las
constituyentes, que no son los átomos de Cl y Na sino los iones Cl- y Na+.
El primero es un átomo de Cl que ha ganado un electrón, completándose to-
dos los orbitales de valencia; el segundo, un átomo de Na que ha perdido el
electrón del orbital s.
Hablemos de cuerpos.
491
Hoy sabemos que son colectividades de átomos isotópicos.
492
El granito, por ejemplo, consiste básicamente en una mezcla de tres
cuerpos compuestos: cuarzo, mica y feldespato. ¿Quién puede decir hoy lo
que seremos mañana?
En todos los cuerpos que hemos estado considerando hasta ahora, las
moléculas, los átomos o los iones se hallan situados en los nudos de la co-
rrespondiente red, así que, los electrones de esos individuos se encuentran
también localizados en el entorno inmediato de esos lugares. Podríamos de-
cir que la densidad electrónica es una función periódica espacial, lo que sig-
nifica que al recorrer la red siguiendo una determinada dirección irían apa-
reciendo altibajos, es decir, crestas y valles de la densidad electrónica.
Vamos a precisar un poco. Supongamos, para fijar las ideas, que tene-
mos un trozo de plata metálica pura. En los nudos de la red correspondientes
los átomos han perdido su electrón de valencia, pero ocurre que cada uno de
estos electrones forma una colectividad que se halla desparramada o disper-
sa por todo el sólido. Una primera imagen de esta situación fue establecida
por el gran físico italiano Enrico Fermi, por lo que se habla de un gas elec-
trónico, llamado también de Fermi, que llenaría los espacios libres, es decir,
no ocupados por los iones metálicos.
493
Sin entrar en detalles que desviarían nuestra atención hacia otros con-
ceptos fuera de los límites de lo que ahora estoy pretendiendo, utilizaré el
mismo lenguaje que para las estructuras de núcleos y átomos.
Esa fusión de los niveles atómicos da lugar a las bandas. Esta imagen
equivaldría a considerar un metal como un átomo gigante en el que los nive-
les energéticos poseyeran una anchura finita.
494
Cuando un cuerpo sobrepasa unas determinadas dimensiones, aparece
algo que conocemos como fuerza gravitatoria y que se deja sentir en la for-
ma que todos conocemos y que da lugar primeramente a la fusión de los di-
versos materiales que forman los cuerpos.
495
universo superior en velocidad a la luz, resulta que nada podrá escapar de un
agujero negro.
Quarks
Nucleones
Núcleos
Átomos
T Moléculas
O Sustancias
D Cuerpos
Planetas (Vida)
O
Estrellas
Galaxias
Cúmulos de galaxias
UNIVERSO
496
Claro que, explicar todo esto en un repaso breve como el que aquí
hemos dado no es nada fácil; se necesitaría más tiempo y una elaboración
más esmerada. Sin embargo, teniendo en cuenta que el presente libro está
hecho como disfrute de un enamorado de la ciencia, que sin ánimo de lucro
ha sido elaborado a ratos perdidos con el único deseo de que llegue a perso-
nas interesadas en estos temas, si alguna de ellas aprende alguna cosa al
leerlo, el autor estará más que pagado.
497
Como veréis, todos estos que han opinado en las distintas maneras en
que pudo llegar aquí la vida, saben tanto de ello como sé yo, o sea, nada.
¡La Nada!
Que gracias a todas las confluencias de los parámetros a los que antes
me refería, no es nuestro caso.
498
De nuestros antepasados ancestrales, sus entornos y formas de vida, su
evolución. El enorme camino recorrido.
499
Todo en el universo es equilibrio, y de la misma manera, nosotros los
seres vivos, tenemos el equilibrio en la unión de esas dos partes que hacen el
todo, haciendo posible la continuidad.
Hoy, con sorpresa, al coger un libro para consultar, leo algo manuscrito
en él en la última hoja en blanco. Aquello llama mi atención, leo atentamen-
te y textualmente dice:
“Con la edad que tengo, 27 años, son pocos los libros que
he comprado y leído, pero de lo que estoy seguro es que este li-
bro es un auténtico coñazo con mil nombres raros y cuestiones
que no entiendo”.
500
Tampoco todos podemos ser médicos, ingenieros o catedráticos. Sin
embargo, seamos lo que seamos, todos somos necesarios en nuestra misión
en la sociedad, y debemos y podemos ser medianamente cultos.
501
Ya lo dije en otras ocasiones, la conexión de todas las cuestiones del
universo nos lleva a la simetría unificadora. Cuando se adquiere cierto do-
minio del conocimiento de las cosas se adquiere la capacidad de explicar
gran cantidad de parámetros naturales de manera sencilla.
Tenemos que mirar más la naturaleza, ¿hay algo más bello? En ella, si
la observamos con detenimiento, encontraremos respuestas que nos facilitan
una vida mejor. Sin embargo, no todos miramos lo que debemos y lo impor-
tante es ignorado, la mayoría de las veces, para atender a otras cuestiones
vacías y artificiales que, en realidad, no valen nada. Se ha terminado este
apartado y espero que os guste y entretenga algunas de las cuestiones que
aquí se tratan, y si de camino aprendéis algo, mucho mejor
El Autor
502
Glosario
Aberración de la luz estelar
Absorción, líneas de
Aceleración
Acelerador de partículas
503
el segundo caso, la máquina recibe el nombre de colisionador). A
velocidades cercanas a la de la luz, la masa de la partícula aumenta
diez veces, lo que eleva enormemente la energía liberada en el im-
pacto (E=mc2). La explosión resultante provoca la producción de
partículas exóticas, que son analizadas en su conducta cuando atra-
viesan un detector de partículas y así se ha ido descubriendo los
componentes de la materia.
ADN
Agujero de gusano
504
tos aparentemente muy distantes, incluso, entre galaxias.
Agujeros negros
505
Andrómeda, Galaxia de
Ángstrom
Anión
Anisotropía
La luz que llega con igual intensidad desde todas las direc-
ciones (la luz del Sol, la de una bombilla en una habitación) es iso-
trópica.
506
anisotrópico. La radiación cósmica de fondo es generalmente iso-
trópica, o lo que es lo mismo, su intensidad es la misma en todas
las partes del cielo, pero se han detectado pequeñas anisotropías
que, se piensa, reflejan el movimiento propio de la Tierra relativo
al marco del universo como un todo.
Antiátomo
Antimateria
Materia formada por partículas con igual masa y espín que las
de materia ordinaria, pero con carga opuesta. Se ha producido ex-
perimentalmente antimateria, pero es difícil encontrarla en la natu-
raleza. Por qué esto es así es una pregunta que debe responder el
estudio del universo primitivo, en el que, según parece, había más
electrones que positrones, protones que antiprotones y neutrones
que antineutrones, de tal manera que, una vez destruida toda la ma-
teria y antimateria igual en número, el sobrante es la materia que
forma el universo (dejando aparte la materia oscura que no sabe-
mos -aún- lo que es).
507
Antrópico, principio
Año-Luz
Asimetría
Asintótica, libertad
508
trías gauge no rotas pueden tener libertad asintótica. Por el contra-
rio, la electrodinámica cuántica predice que la interacción entre
partículas disminuye como resultado del apantallamiento dieléctri-
co; la libertad asintótica para los quarks implica que ocurre un an-
tiapantallamiento. Físicamente, la libertad asintótica postula que el
estado de vacío para los gluones es un medio que tiene paramagne-
tismo de color; es decir, el vacío antiapantalla las cargas de color.
Asteroide
Pequeños cuerpos que giran alrededor del Sol entre las órbitas
de Marte y Júpiter en una zona alejada entre 1'7 y 4'0 unidades as-
tronómicas del Sol (cinturón de asteroides). El tamaño de estos ob-
jetos varía desde el más grande, Ceres (con un diámetro de 933
km), a los objetos con menos de 1 km de diámetro. Se estima que
hay alrededor de 10 cuerpos con diámetro mayor de 250 km y unos
509
120 cuerpos con diámetros por encima de 130 km.
Astrofísica
510
les de millones de años en estrellas situadas a miles o cientos de
miles de años-luz de nuestro Sistema Solar. ¡Qué insignificante
somos comparados con la enormidad del universo!
Astronomía invisible
Astronómica, unidad
Átomo
511
moviéndose. El número de electrones es igual al de protones y,
siendo la carga de estas positivas y la carga de aquellas negativa
pero equivalentes, el resultado final del total de la carga es cero y
procura la estabilidad entre cargas opuestas pero iguales.
Azar
512
ciones exactas, sino sólo en términos de probabilidades. En la físi-
ca clásica se pensaba que el azar sólo regía donde la ignorancia li-
mitaba nuestra comprensión de un mecanismo subyacente de cau-
sación estricta. Pero en la interpretación de Copenhague de la me-
cánica cuántica, se describe el azar como inherente a todas las ob-
servaciones de la naturaleza.
Barión
Big Bang
513
unos 15 mil millones de años. Esta teoría explica de forma satisfac-
toria la expansión del universo, la radiación de fondo de microon-
das observada, característica de la radiación de cuerpo negro a una
temperatura de 3 K y la abundancia observada de helio en el uni-
verso, formado por los primeros 100 segundos después de la explo-
sión a partir del deuterio a una temperatura de 10.000.000.000 K.
Ahora es considerada generalmente como más satisfactoria que la
teoría de estado estacionario de un universo quieto e inamovible.
La teoría del Big Bang fue desarrollada por primera vez en 1.927
por A. G. E. Lamaitre (1.894-1.966) y retomada y revisada en
1.946 por George Camow (1.904-1.968). Han sido propuestas va-
rias variantes de ella.
514
cosmos. Doscientos mil años más tarde surgieron las primeras es-
trellas, se formaron las galaxias y, partir de la materia inerte, noso-
tros, la especie humana que, hoy, tan pretenciosa, quiere explicar
como ocurrió todo.
Big Crunch
Binaria, estrella
Bolas de pegamento
Para mejor comprensión del lector diré que gluón es una par-
tícula que tiene por única misión retener confinados a los quarks
515
dentro del núcleo, formando protones y neutrones. La palabra glue,
en inglés significa pegamento, de ahí el nombre del gluón (más in-
formación en la fuerza nuclear fuerte).
Bosones
Caltech
Campo
516
Carbono, reacción de
Causación, Causalidad
Cefeida variable
517
amarillas variables pulsantes es llamadas así por su prototipo, Del-
ta Cephei. Este término general y aplicado comúnmente a más de
un tipo estelar, en particular a los cefeadas clásicas antes mencio-
nadas Delta Cephei, y a los menos numerosas estrellas conocidas
como W Virginia.
Centauros A
CERN
518
(materia con antimateria) a 50 GeV. Situada en Ginebra, Suiza.
Cero absoluto
Chandrasekhar, límite de
Ciclo
519
el que todos sus parámetros vuelven a su valor original una vez en
cada conjunto de cambios. La duración de un ciclo es llamada el
período, y el ritmo de repetición del ciclo, llamado la frecuencia, es
medido en hertzios.
Ciencia
Colapso gravitacional
520
neutrones y las supermasivas, estas sí, serán agujeros negros.
Color
521
de su longitud de onda; su saturación, dependiendo del grado en el
que se aleja de la luz blanca, y su luminosidad.
Cometas
Condición inicial
Condición límite
522
la termodinámica, y el escenario en el que se destruye la función de
onda (Ψ) en la mecánica cuántica. Toda ecuación de la física puede
reducirse en principio a dos fundamentos: las condiciones iniciales
y las condiciones límites.
Confinamiento
Esta ley nos dice que la magnitud total de una cierta propie-
dad física de un sistema, como la masa, energía o carga se mantie-
ne invariante incluso cuando hay intercambio de esa propiedad en-
tre los componentes del sistema.
Conservación, Leyes de
Esta ley nos dice que la magnitud total de una cierta propie-
dad física de un sistema, como la masa, energía o carga, se mantie-
nen invariante incluso cuando hay intercambio de esa propiedad
entro los componentes del sistema.
Constantes fundamentales
523
La carga de un electrón, la velocidad de la luz en el espacio vacío,
la constante de Planck, la constante gravitacional, la constante
eléctrica y la constante magnética, la constante de estructura fina.
Se piensa que son todas ellas ejemplos de constantes de los que se
pueden denominar fundamentales.
524
1.928) y G. E. Fitzgerald (1.851-1.900) en 1.892 para explicar el
resultado negativo del experimento de Michelson-Morley. A la
contracción se le dio un marco teórico en la teoría especial de la re-
latividad de Einstein. En esta teoría, un objeto de longitud l0 en re-
poso en un sistema de referencia parecerá, para un observador en
otro sistema de referencia que se mueve con velocidad relativa v
con respecto al primero, tener longitud l0 (l − v 2 / c 2 ) , donde c es la
velocidad de la luz. La hipótesis original atribuída esta contracción
a una contracción real que acompaña al movimiento absoluto del
cuerpo. La contracción es en cualquier caso despreciable a no ser
que v (velocidad) sea del orden de c (velocidad de la luz).
Corrimiento al rojo
525
La llamada densidad crítica es la densidad media de materia
requerida para que la gravedad detenga la expansión del universo.
Un universo con una densidad muy baja se expandirá por siempre,
mientras que uno con una densidad muy alta colapsará finalmente.
Un universo con exactamente la densidad crítica, alrededor de 10-29
gr/cm3, es descrito por el modelo Einstein-de Sitter, que se encuen-
tra en la línea divisoria de estos dos extremos.
Cósmicos, rayos
526
Cosmología
Cosmología constante
Coulomb, barrera
527
Creacionismo
Cromodinámica cuántica
528
las distancias entre ellos tienden a cero. Debido a la libertad asintó-
tica, la teoría de perturbaciones puede ser usada para calcular los
aspectos de alta energía de las interacciones fuertes, como las des-
critas por el modelo de partones.
Cuanto
Cuerdas, teoría de
529
teoría de cuerdas, la súpersimetría y la súper gravedad, y la cuerda
heterótica, ha dado lugar a la teoría de supercuerdas y, a su vez, to-
das ellas han desembocado en la teoría M de Edgard Witten que las
engloba a todas como partes de un todo.
530
Cúmulo de estrellas
Darwinismo o darvinismo
14
7 N +n → C+ p
14
6
531
carbono estable comienza a disminuir al desintegrarse el radiocar-
bono. La razón 14C/12C del espécimen puede ser medida, permi-
tiendo calcular el tiempo que ha transcurrido desde que el árbol fue
cortado.
DCT
532
Deceleración, parámetro de
Degeneración
533
Densidad crítica. (densidad de materia)
Desacoplamiento
534
curridos unos 200 ó 300.000 años).
Desintegración beta
Deuterio
535
Dilatación del tiempo
Dirac, cosmología de
536
Dirac, ecuación de
EDC
Einstein, Albert
537
las y tuvo un enorme y rápido impacto en la cosmología que, a par-
tir de esta teoría, se convirtió en una verdadera ciencia.
Electrodébil, teoría
538
Electrodinámica
Electrodinámica cuántica
Electromagnética, fuerza
539
bio de unos fotones virtuales. Igual que las interacciones gravitato-
rias, el hecho de que las interacciones electromagnéticas sean de
largo alcance significa que tienen una teoría clásica bien definida
dada por las ecuaciones de Maxwell. La teoría cuántica de las in-
teracciones electromagnéticas se describe con la electrodinámica
cuántica, que es una forma sencilla de teoría gauge.
Electrón
540
llamado el radio clásico del electrón, dado por r0 = e2/(mc2) =
2'82x10-13 cm, donde e y m son la carga y la masa respectivamente,
del electrón y c es la velocidad de la luz.
Electrón-voltio
Electronuclear, fuerza
541
Emisión, líneas de
Emisividad
Enana blanca
542
la presión de degeneración de los electrones.
Enana marrón
543
Enana roja
Encanto
Energía
544
clear o energía química); la energía cinética es la energía del mo-
vimiento y es usualmente definida como el trabajo que será reali-
zado sobre un cuerpo que posee esa energía cuando es llevado al
reposo.
Entropía
545
siempre está acompañado por un aumento de la entropía.
Escape, velocidad de
546
Espacio
Espacio cuántico
Espectro
547
y galaxias.
Espín
548
Cuando decimos espín nos estamos refiriendo al momento
angular intrínseco, es parte del momento angular total de una partí-
cula, átomo, núcleo, etc, distinto de su momento angular orbital.
Estado estable
Estándar, modelo
549
ciones gravitacionales clásicas.
Estocástico, enfriamiento
550
Estrella
551
vista.
552
de campo, de carbono, de circonio, de estroncio, de helio, de
población I extrema, de población intermedia, estrella de la
rama gigante asintótica, de litio, de manganeso, de metales
pesados, de quarks, de silicio, de tecnecio, etc, etc, etc.
Aunque las estrellas son los objetos más importantes del uni-
verso (sin ellas no estaríamos aquí), creo que, con la explicación
aquí resumida puede ser suficiente para que el lector obtenga una
idea amplia y fidedigna de lo que es una estrella.
Evolución
553
rada.
Particularmente creo que las especies, todas las que han exis-
tido, tenían un determinado tiempo de duración antes de mutar y
extinguirse como tal especie, dejando en su lugar otra especie más
avanzada y con mejores condiciones físicas para la adaptación en
la evolución del planeta en el que, no lo olvidemos, la entropía va
realizando su trabajo con el paso del tiempo.
554
blaron y reinaron en la Tierra durante 150 millones de años y des-
aparecieron hace ya unos 65 millones de años.
Exclusión, principio de
555
galaxias es el de fusionarse en una enorme galaxia.
Fase, transición de
556
gundo orden.
Fermi
557
Fue uno de los grandes de la física teórica y experimental y
de él son aquellas simpáticas anécdotas que se cuentan:
Fermión
Feynman, diagrama de
558
los niveles de energía en los espectros de los átomos son de gran
importancia para demostrar la realidad física de las fluctuaciones y
la polarización del estado de vacío. QED es una teoría gauge para
el que el grupo gauge es abeliano.
Física
559
mental para comprobar la otra (con el límite de un techo en energía
y en tecnología).
Fisión nuclear
560
de uranio-235 por un neutrón lento puede proceder como sigue:
235
U + n → 148La + 85Br + 3n
Fon
561
Fondo, radiación de
Fonón
Fósiles
562
Fotón
Foucault, péndulo de
Fraunhofer, líneas de
563
derado como un caso extremo de la difracción de Fresnel, pero es
más práctico para explicar los patrones producidos por una rendija
o por muchas rendijas.
Fuerza
564
Fuerza electromagnética
Fuerza gravitacional
565
El hipotético cuanto de gravitación, el gravitón, es también un
concepto útil en algunos contextos.
566
Las interacciones débiles son descritas por la teoría electro-
débil, que las unifica con las interacciones electromagnéticas.
Modelo Weinberg-Salam.
Fusión nuclear
567
los núcleos reactivos tienen energías cinéticas muy altas. Estas al-
tas energías implican temperaturas del orden de 108 K.
Galaxia
568
gulares no tienen estructura o forma aparente.
*Pársec: De símbolo pc. Unidad estelar de 3'2616 años-luz ó 206.265 unidades astronómicas, ó 30'857x1012 Km
Gamma, rayos
569
La teoría gauge en la red es utilizada para hacer cálculos en
algunas teorías gauge con fuertes acoplamientos, como la cromo-
dinámica cuántica, en los que muchas de las características impor-
tantes de la teoría no se pueden obtener por la teoría de perturba-
ciones.
570
bil, que es la teoría unificada de las interacciones débiles y elec-
tromagnéticas.
Gauss
Gluones
571
de fuerza que mantiene unidos los quarks.
Gravitón
GTU
Hadrones
572
verdaderamente elementales, y como antes he reflejado, los hadro-
nes son o bien bariones o bien mesones. Los bariones se desinte-
gran en protones que se cree están formado por tres quarks, y los
mesones que se desintegran en leptones o protones o en pares de
protones y que se cree están formados por una pareja quarks y an-
tiquarks.
Hawking, proceso de
573
de rayos gamma, neutrinos y pares electrón-positrón.
Heaviside-Lorentz, unidades de
574
muy utilizadas en física de partículas y en relatividad en vez de las
unidades SI, ahora empleadas para propósitos generales en la físi-
ca.
Heliocéntrica
Hertzsprung-Russell, diagrama
Gráfico que revela una relación entre los colores y las magni-
tudes absolutas de las estrellas, frente a una medida de su tempera-
tura (bien su tipo espectral o bien su índice de color).
575
hacia la parte inferior derecha del diagrama.
576
la teoría, incluyendo los bosones W y Z, hayan sido confirmadas.
Hilbert, espacio de
577
La dimensión del espacio de Hilbert no tiene nada que ver la
dimensión física del sistema. La formulación en el espacio de Hil-
bert de la mecánica cuántica fue propuesta por el matemático nor-
teamericano nacido en Hungría John von Neumann (1.903-1.957)
en 1.927.
Hiperdimensional
Hipótesis
578
terminado de fenómenos; menos vasta y no tan bien confirmada
como una teoría. La hipótesis mantiene una idea que puede o no
ser cierta. Sin embargo, algunas hipótesis sobre las cuales no existe
ya ninguna duda han permanecido con el nombre de hipótesis sin
ninguna explicación clara (por ejemplo, hipótesis de Avogadro).
579
dos como una ley.
Hubble, constante de
Indeterminación, principio de
580
constante de Planck.
Inercia
581
se mantiene en reposo a no ser que actúe sobre él una fuerza exter-
na, y un cuerpo en movimiento continúa moviéndose a velocidad
constante y en línea recta a no ser que actúe sobre él una fuerza ex-
terna. Esta es una formulación de la primera ley del movimiento de
Newton. La masa de un cuerpo es una medida de su inercia.
Ingravidez
582
Interacción
Invarianza
583
siempre es la misma, 299.792'458 Km por segundo.
Isótopos
584
neutrón) y el tritio (1 protón, 2 neutrones) son isótopos del hidró-
geno.
Isotropía
585
Julio
Juno
Jupiterianos
Kaluza-Klein, teoría de
586
embocado en la teoría de supercuerdas y en la teoría M.
587
con Einstein como padrino o tutor que lo avalaba.
Kaón
588
Láser
Leptones
589
En anti-electrón es el positrón, predicho por Paul Dirac antes
de su descubrimiento, y siendo gemelo del electrón, e-, sólo se di-
ferencia en la carga (e+) que para el positrón es positiva, como su
nombre indica.
Ley
Línea de universo
590
verso de la partícula.
Los rayos de luz pueden ser tratados como las líneas de uni-
verso de los fotones. Las líneas de universo de las partículas some-
tidas a la influencia de un campo gravitacional son geodésicas en el
espacio-tiempo. La línea de universo de un fotón cerca de una es-
trella, como el Sol, es ligeramente doblada debido a que la luz está
siendo desviada por el campo gravitacional del Sol, como predice
la teoría de la relatividad general de Einstein.
Liofilización
Lisura, problema de la
591
teria oscura! Pero, ¿qué es esta misteriosa materia?
Local, Grupo
592
• Enana de Aquarius (DD0210)
• Sagittarius (SagDIG)
• Enana de Sculptor
• Enana de Antlia
• And III
• LGS3
• Enana de Sextans
• Enana de Phoenix
• Enana de Tucana
• Leo II
• Enana de Ursa Minor
• Enana de Carina
• Enana de Dracon
Mach, principio de
593
que se conoce como número de Mach, que está referido al cociente
entre las velocidades relativas de un fluido y un cuerpo rígido y la
velocidad del sonido en ese fluido bajo las mismas condiciones de
temperatura y presión.
Magnetón
Masa
594
cisa sobre ella.
mg = Fd2/MG
mi = mg
595
Aunque la masa se define formalmente utilizando el concepto
de inercia (Mach), es medida habitualmente por gravitación. El pe-
so (W) de un cuerpo es la fuerza con que un cuerpo es atraído gra-
vitacionalmente a la Tierra, corregida por el efecto de la rotación, y
es igual al producto de la masa del cuerpo y la aceleración en caída
libre (g), es decir, W=mg.
596
m0
m=
1 − v2 / c2
Máser
Materia oscura
597
La materia no bariónica ha sido propuesta como posible com-
ponente de materia perdida del universo. En este caso podría tratar-
se de neutrinos, si tuvieran masa en reposo no nula, o de partículas
hipotéticas llamadas WIMPS (partículas masivas débilmente inte-
raccionantes).
598
largo del universo, en los agujeros negros.
599
Hay muchos posibles candidatos de materia oscura fría; como
axiones, fotinos y agujeros negros primordiales (de baja masa y
surgidos en el universo temprano).
Materialismo
600
tos y los sueños que en realidad, son el resultado de las conexiones
eléctricas de nuestro cerebro, que siempre está activo, y aún en
sueños, puede reflejar cuestiones de nuestra actividad cotidiana, de
nuestros conocimientos, e incluso de ideas profundamente escon-
didas en la mente de cada uno de nosotros que aunque nos parez-
can absurdos, en realidad relejan nuestras preocupaciones, nuestros
miedos e incluso nuestras ilusiones.
601
Mecánica
Mecánica cuántica
602
Einstein, basado en el trabajo de Planck sobre la radiacicón
de cuerpo negro que se emitía por pequeños paquetes de energía de
manera discontinua, a los que llamó cuantos, realizó uno de sus
mejores trabajos y contribuciones a la ciencia, que todos conocen
como "efecto fotoeléctrico", en el que llamó fotón al cuanto de luz,
y fue precisamente por este trabajo, publicado en 1.905, por el que
le concedieron el premio Nobel de física (cosa que no todos cono-
cen), en lugar de por su teoría relativista. Su efecto fotoeléctrico
ocurre en las frecuencias ultravioletas o superiores, pero para algu-
nos materiales (que tienen bajas funciones de trabajo) ocurre con
luz.
Em = hf - Φ
Megapársec
603
Mesones
Mirar hadrones.
MeV
Microondas
Microondas de fondo
604
Cuando en casa ponemos la tele y no tenemos sintonizada
ninguna emisora o canal, lo que aparece en la pantalla es lo que
familiarmente llamamos nieve, que en realidad, es radiación de
fondo de microondas captada por la antena de nuestra tele.
Molécula
605
formada por la combinación química de uno o más tipos de áto-
mos. Por ejemplo, el agua está constituida por dos átomos de
hidrógeno y un átomo de oxígeno; por tanto, tiene la molécula
H2O.
Momento angular
Monopolo magnético
606
los muy pesados (con masas del orden de 1016 GeV).
Muón
Neutrinos
607
nuestros cuerpos, sin tocarlos.
Neutrón
Neutrones, estrella de
608
los protones están tan juntos que pueden combinarse para formar
neutrones.
Newton
609
querida para comunicar a una masa de 1 Kg una aceleración de 1
ms-2.
F = m1m2G/d2
Nodo
610
Notación binaria
Nova
Núcleo
611
La carga positiva del núcleo está determinada por el número
de protones que contiene (número atómico) y en el átomo neutro
está compensado por un número igual de electrones, que se mue-
ven alrededor del núcleo, y cuya carga eléctrica negativa anula o
compensa a la positiva de los protones.
A=Z+N
612
ordenadores.
6. El centro galáctico.
Nucleones
Nucleosíntesis, nucleogénesis
Omega
613
"cerrar" el universo y, con el tiempo, detener su expansión.
Onda, función
614
la frontera, la solución es un conjunto de soluciones, mejor de fun-
ciones de onda permitidas de la partícula (autofunciones); cada una
correspondiente a un nivel de energía permitido.
∇ 2 Ψ + 8π 2 m( E − U )Ψ / h 2 = 0
Onda-partícula, dualidad
Ondas
615
Está referido a la perturbación periódica en un medio o en el
espacio. En una onda viajera (u onda progresiva) la energía es
transferida de un lugar a otro por las vibraciones.
616
Pronto oiremos que Kip S. Thorne ha detectado y medido las
ondas gravitacionales de los agujeros negros.
617
tas altamente elípticas y con todas las inclinaciones.
*UA: Unidad Astronómica, que es la distancia que nos separa del Sol y vale 150.000.000 Km.
Órbita
618
órbita elíptica se determina por su excentricidad, e, y la longitud de
su semieje mayor, a.
1 − (v 2 / c 2 )
619
permanece sobre la Tierra es mayor que el transcurrido para el ge-
melo astronauta que, por los efectos relativistas de la velocidad
más alta, ha sido frenado y transcurre más lentamente.
Paralaje
620
la Tierra en vez de desde dentro de su centro. La paralaje anual es
causada por el movimiento de la Tierra alrededor del Sol, siendo el
cuerpo celeste observado desde la Tierra en vez desde el centro
Sol. La paralaje secular está causada por el movimiento del Siste-
ma Solar relativo a las estrellas fijas.
Pársec
Partícula alfa
621
Partícula beta
Partícula elemental
622
notan por u, d, c, s, t y b. Tienen todos sus antiquarks que se de-
nominan igual pero con una raya horizontal encima, por ejemplo
up (u) sería u.
Partícula lambda
623
Partícula omega menos
Partícula psi
Partícula sigma
624
Partícula tau
Partícula virtual
625
partículas virtuales que bullen en esa "nada" para surgir y desapa-
recer continuamente en millonésimas de segundo. ¡Los misterios
del universo!
Pión
Planck, constante de
Iν = 2hv3c-2 / [exp(hv/kT) - 1]
626
Planck, Era de
Planck, longitud de
Planck, masa de
m p = hc / G
627
nan con energías por partícula equivalente a ella (a través de
E=mc2), requiere una teoría cuántica de la gravedad.
Planck, tiempo de
628
Planck, unidades de
Plasma
629
de gas. A muy altas temperaturas, del orden de 50.000 K en ade-
lante, las colisiones entre las partículas del gas causan una ioniza-
ción en cascada de este. Sin embargo, en algunos casos, como en
lámparas fluorescentes, la temperatura permanece muy baja al estar
las partículas del plasma continuamente colisionando con las pare-
des del recipiente, causando enfriamiento y recombinación. En
esos casos, la ionización es sólo parcial y requiere un mayor aporte
de energía.
Pluralidad de mundos
630
llones que pueblan el universo), tiene más de 100.000 millones de
estrellas, miles de millones de Sistemas Solares, cientos de miles
de planetas, muchos miles y miles de estrellas como el Sol de ta-
maño mediano, amarillas de tipo G.
Protoestrella
Protogalaxia
Protón
631
clasifica como barión. Está hecho por dos quarks up y un quark
down y es, consecuentemente, una partícula masiva con 938'3
MeV, algo menos que la del neutrón. Su carga es positiva y su lu-
gar está en el núcleo de los átomos, por lo que se les llama de ma-
nera genérica con los neutrones con la denominación de nucleones.
Púlsar
632
gantes y otros a partir de enanas blancas. Se piensa que puedan
existir cien mil en la Vía Láctea.
Quark
633
De todas las maneras no quiero dejar pasar la oportunidad de
dejar aquí mi idea, muy particular, de que más allá de los quarks,
existen partículas cien mil veces más pequeñas que, como filamen-
tos dorados y vibrantes, se mueven a la velocidad de la luz y, para
mí, serán las auténticas partículas elementales de la materia, claro
que, de momento, no existen medios ni energías capaces de com-
probar este hecho. Pero ahí queda la idea.
Quasars
634
el universo tenía sólo una décima parte de la edad actual.
635
el premio.
Radiactividad
636
La radiactividad natural es el resultado de la desintegración
espontánea de radioisótopos que aparecen en la naturaleza.
Radiométrica, datación
Por estos sistemas se han datado rocas con una edad de 3.500
millones de años (casi la edad total de la Tierra).
637
Rayos X
Relatividad, teoría de la
638
propuestas por Albert Einstein (1.879-1.955).
m0
m=
1 − v2 / c2
639
los objetos aumentaban su masa a medida que se acercaban a dicha
velocidad que Einstein llamó c, que c era la velocidad límite de
nuestro universo, que la masa y la energía eran dos aspectos de una
misma cosa.
640
atolladero.
641
de la gravedad, es mucho, muchísimo más.
642
que contarlo así. De todas formas, creo que el lector tendrá alguna
idea mejor y más completa de la teoría relativista después de cono-
cer mi reseña.
Relativista
643
Estamos en la era bebé de los viajes espaciales. Probamos con ro-
bots y es posible que en 20 ó 25 años el hombre pueda is al planeta
Marte, o lo que es lo mismo, la era de piedra de los viajes espacia-
les.
Renormalización
Las teorías para las que existen resultados finitos para todos
los cálculos en teoría de perturbaciones, tomando un número finito
de parámetros de los experimentos y usando renormalización, son
644
llamadas renormalizables.
Richter, escala de
645
Salto cuántico
Schrödinger, ecuación de
∇ 2 Ψ + 8π 2 m( E − U )Ψ / h 2 = 0
646
cula.
Serie principal
SETI
Simetría
647
grupos.
648
La simetría quedó rota, la opacidad se convirtió en transpa-
rencia que dio paso a los fotones de luz. La única fuerza reinante
entonces se rompió y se convirtió en las que ahora conocemos, y
200 millones de años más tarde aparecieron las primeras estrellas.
Singularidad
Sólidos platónicos
649
Sombra, materia en la
Subatómica, partícula
Suma de historias
650
Supercuerdas, teoría de
651
características de las supercuerdas son compatibles con los hechos
experimentales observados en las partículas elementales, como la
posibilidad de que las partículas no respeten la paridad, lo que en
efecto ocurre en las interacciones débiles.
Supersimetría
652
ventadas; ni ese genio llamado Witten, las conoce.
Tensor métrico
Teoría
653
rías, como he indicado en alguna parte de esta misma libreta, son
también tanto epónimas como descriptivas de la materia a la que se
refieren (por ejemplo, teoría de Einstein de la relatividad o la teoría
de Darwin de la evolución).
Tiempo
654
formación que se recibe de él.
Topología
Tritio
655
Túnel cuántico
Unidad astronómica
UA.
656
Unidad fundamental
Unidades c.g.s.
Unidades del SI
657
El sistema tiene siete unidades base y dos unidades dimensio-
nales (antes llamadas unidades suplementarias), de las que todas
las demás unidades pueden ser derivadas.
• Unidades coherentes
• Unidades de radiación
• Unidades electromagnéticas
• Unidades electrostáticas
• Unidades fundamentales
• Unidades gaussianas
• Unidades geometrizadas
• Unidades imperiales
• Unidades m.k.s.
• Unidades naturales
• Unidades p.L.s.
• Unidades racionalizadas
• Unidades suplementarias
• Unidades adimensionales
Unificada, teoría
658
tre clases aparentemente dispares de partículas. Más generalmente
teoría que reúne una amplia gama de fenómenos fundamentales pe-
ro diferentes bajo un solo principio, como el descubrimiento de
Maxwell de que la luz y el magnetismo son aspectos de una sola
fuerza magnética.
659
Uranio
Vacío
660
Vacío theta
661
Van Allen, cinturones de
Estas fuerzas son mucho más débiles que las que surgen por
los enlaces de valencia y son inversamente proporcionales a la sép-
tima potencia de la distancia entre los átomos o moléculas.
662
c) Fuerzas de dispersión que surgen por pequeños dipolos ins-
tantáneos en los átomos.
Velocidad de escape
Velocidad de la luz
2'99792458x108 ms-1
663
en el vacío durante un intervalo de tiempo de:
1/(2'99792458x108) segundos
Cs = C0 (1 + t / 273)
664
Velocidad orbital
V = gR 2 (2 / r − 1 / a)
Velocidad relativista
665
que estamos dando al cuerpo se traduce en el aumento de la masa
de ese cuerpo que al no poder ser acelerado más absorbe la energía
y la convierte en masa.
Vida media
Weinberg-Salam, modelo de
Yang-Mills, teoría de
Zeeman, efecto
666
Zoo, hipótesis del
667