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 E – 20-265-A-10

Anatomía de las cavidades


nasosinusales
J. Delmas, T. Radulesco, A. Varoquaux, J.-M. Thomassin, P. Dessi, J. Michel

La anatomía de las cavidades nasosinusales presenta varias particularidades. En primer


lugar, su complejidad las convierte en una región difícil de aprender por los profesionales
jóvenes, tanto anatomistas como radiólogos o cirujanos. En este artículo, además de
la presentación de la anatomía descriptiva clásica, los autores han querido puntualizar
los conceptos principales de anatomía quirúrgica y los elementos clave de la anatomía
radiológica nasal y sinusal. Se insistirá en las nuevas nomenclaturas, en particular del
sistema etmoidofrontal, para permitir una mayor adecuación con la nomenclatura utili-
zada en las publicaciones internacionales. Las numerosas ilustraciones que se presentan
permiten al lector familiarizarse con la anatomía normal y llaman su atención sobre las
principales variantes anatómicas que se pueden encontrar. En este artículo, se llama la
atención del lector sobre la utilización de la tomografía computarizada de haz cónico
(TCHC), que parece ser una técnica de imagen sinusal prometedora.
© 2018 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras clave: Agger nasi; Haller; Onodi; Kuhn; Receso frontal;


Tomografía computarizada de haz cónico

Plan cavidades se desarrollan a lo largo de la embriogénesis y


continúan su evolución hasta la edad adulta en algunos
■ Introducción 1 casos. Su desarrollo embriológico permite comprender sus
características definitivas y algunas variaciones anatómi-
■ Desarrollo de las cavidades nasosinusales 1 cas. Estas últimas pueden tener consecuencias sobre el
Fosas nasales 1 drenaje sinusal y aumentar el riesgo quirúrgico al modi-
Seno maxilar 2 ficar las relaciones anatómicas. La endoscopia ocupa en
Seno etmoidal 3 la actualidad un lugar importante, pues permite no sólo
Seno frontal 3 explorar las cavidades nasales y las vías de drenaje sinu-
Seno esfenoidal 3 sales, sino también el acceso quirúrgico a las cavidades
■ Anatomía de las cavidades nasosinusales 4 nasosinusales por vía endonasal. En opinión de los auto-
Seno maxilar 4 res de este artículo, su dominio es esencial. Por último, las
Seno etmoidal 7 pruebas de imagen, en particular la tomografía computa-
Seno frontal 11 rizada (TC), son una herramienta muy útil, pues permiten
Seno esfenoidal 13 mostrar las variantes anatómicas que dificultan el drenaje
Cavidades nasales 15 de las cavidades o que pueden hacer que la intervención
■ Conclusión 19 quirúrgica sea peligrosa.

 Desarrollo de las cavidades


 Introducción nasosinusales
Las cavidades nasosinusales constan de las fosas nasa-
Las cavidades nasosinusales se desarrollan de forma
les y los senos paranasales, que son cavidades neumáticas
variable a lo largo de la infancia. Conocer el crecimiento
excavadas en los huesos del macizo facial. Se distinguen
sinusal tiene interés para la clínica, en particular para la
los senos paranasales anteriores (seno frontal, etmoides
otorrinolaringología (ORL) pediátrica.
anterior y maxilar) de los senos posteriores (etmoides pos-
terior y esfenoides. Las cavidades nasales tienen una doble
función, respiratoria y sensorial, y están asociadas a las Fosas nasales
cavidades sinusales que filtran, calientan y humidifican el
aire inspirado, y drenan en las cavidades nasales [1, 2] . Las La nariz y las cavidades nasales se forman por cinco pro-
cavidades nasosinusales tienen una anatomía compleja, minencias faciales derivadas del 1.er arco branquial y que
cuyo conocimiento es un prerrequisito necesario para la aparecen al final de la 5.a semana (Fig. 1). Las fosas nasa-
comprensión de su fisiología y de su patología, y que les proceden de las placodas nasales, que corresponden
permite además aprender las técnicas quirúrgicas. Estas a unos engrosamientos ectodérmicos de la prominencia

EMC - Otorrinolaringología 1
Volume 47 > n◦ 2 > mayo 2018
http://dx.doi.org/10.1016/S1632-3475(18)89285-2
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frontonasal [2–4] . Las placodas nasales se invaginan para consta de una parte ascendente vertical y una parte des-
formar las fosas nasales primitivas, que se denominan cendente horizontal. La parte descendente de la primera
surcos olfatorios primitivos. Inicialmente, la membrana cresta da origen a la apófisis unciforme y su parte ascen-
oronasal separa las fosas nasales de la cavidad oral primi- dente al agger nasi. El primer surco da origen al meato
tiva (Fig. 2A). Se rompe en la 7.a semana, lo que provoca medio, el infundíbulo y el receso frontal. La parte ascen-
una comunicación entre la cavidad oral primitiva y la fosa dente de la segunda cresta da origen a la raíz tabicante de
nasal (Fig. 2B, C). El tabique nasal se desarrolla a par- la bulla. Las crestas 3.a , 4.a y 5.a dan origen, respectiva-
tir de la prominencia frontonasal. En la 9.a semana, la mente, al cornete medio, el cornete superior y el cornete
coana está en su posición definitiva, la cavidad nasal está supremo. Los meatos superiores y supremos provienen de
separada de la cavidad bucal gracias a la maduración de los surcos correspondientes [2–4] .
los paladares primario y secundario (Fig. 2D) y los senos
paranasales se desarrollan a partir de divertículos de la
pared lateral de la cavidad nasal. Existen dos divertícu-
Seno maxilar
los principales, uno que da origen a los senos anteriores y El seno maxilar es el primer seno que se desarrolla.
otro del que derivan los senos paranasales posteriores [2–4] . Hacia el 70.◦ día de gestación, aparece, justo por encima
Desde el punto de vista morfológico, la pared de la cavidad del cornete inferior, una pequeña cresta que se con-
nasal embrionaria presenta cinco crestas que formarán los vertirá en la unciforme. Poco tiempo después, el canal
cornetes etmoidales (Fig. 3). Estas crestas están separadas
por surcos de los que se originan los meatos. Cada cresta

Figura 1. Vista frontal de la cara de un embrión de 5 semanas. Figura 3. Pared lateral de una cavidad nasal embrionaria dere-
1. Ojo; 2. prominencia maxilar; 3. prominencia mandibular; 4. cha en vista axial. Las crestas cartilaginosas se numeran en rojo
prominencia frontonasal; 5. prominencia nasal medial; 6. promi- de 1 a 5. 1. Agger nasi; 2. bulla etmoidal; 3. etmoides anterior;
nencia nasal lateral; 7. placoda nasal. 4. etmoides posterior; 5. seno esfenoidal.

Figura 2. Corte sagital que pasa por la fosa nasal en el embrión. 1. Cavidad oral; 2.
lengua; 3. base del cráneo; 4. fosa nasal; 5. prominencia nasal medial; 6. membrana
oronasal; 7. ruptura de la membrana nasal; 8. coana primitiva; 9. lámina cribosa; 10.
cavidad nasal; 11. paladar primario; 12. coana definitiva; 13. paladar secundario; 14.
mandíbula; 15. maxilar; 16. labio superior; 17. labio inferior.
A. Corte sagital que pasa por la fosa nasal en un embrión de 6 semanas.
B. Corte idéntico que muestra la ruptura de la membrana oronasal.
C. Corte idéntico que muestra, en un embrión de 7 semanas, la comunicación entre la
cavidad oral primitiva y la fosa nasal.
D. Conformación definitiva en un embrión de 9 semanas.

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Figura 5. Esquema de un seno esfenoidal derecho en corte


sagital que ilustra el crecimiento del seno esfenoidal desde el
nacimiento a la edad adulta. En amarillo: contorno del seno a
los 3 años. En azul: contorno del seno a los 5 años. En verde:
contorno del seno a los 7 años. En violeta: contorno del seno
a los 12 años. En rojo: contorno del seno en la edad adulta.
1. Cornete supremo; 2. cornete superior; 3. cornete medio; 4.
cornete inferior; 5. silla turca; 6. esfenoides.

Seno frontal
Figura 4. Esquema de un seno maxilar derecho en corte
Los senos frontales se desarrollan a partir de una o de
coronal que ilustra el crecimiento del seno maxilar desde el naci-
varias excrecencias óseas de la región del receso frontal [7] .
miento a la edad adulta.
En menos ocasiones, los senos frontales provienen de una
En negro: seno maxilar durante el período fetal. En naranja: con-
celdilla etmoidal anterior que se desarrolla entre las dos
torno de la cavidad sinusal maxilar al nacer. En azul: contorno de
tablas del frontal. En la mayoría de los casos, esta celdi-
la cavidad sinusal maxilar a los 12 años. En rojo: contorno de la
lla es el infundíbulo, situado en el extremo superior del
cavidad sinusal maxilar en la edad adulta. 1. Órbita; 2. cavidad
canal uncibular. Sin embargo, todas las celdillas etmoida-
sinusal maxilar derecha; 3. tabique nasal; 4. cornete medio; 5.
les anteriores pueden dar origen al seno frontal. Los senos
cornete inferior.
frontales están ausentes al nacer. Aunque es variable, su
desarrollo comienza en promedio hacia los 2 años. A los
uncibular se forma por evaginación y se extiende lateral-
4 años, el seno frontal alcanza la mitad de la altura de la
mente a la fosa nasal. Se trata del sitio de origen del esbozo
órbita y se extiende justo por encima de la parte superior
del seno maxilar. Al nacer, el seno maxilar es pequeño y
de las celdillas etmoidales más anteriores. A los 8 años, la
mide, en promedio, 7 × 4 × 4 mm (el eje anteroposterior es
parte superior de los senos frontales está al mismo nivel
el mayor) [5] . En este estadio, el seno maxilar está en posi-
que el techo de la órbita y, a los 10 años, los senos fronta-
ción medial respecto a la órbita. Al final del primer año,
les alcanzan la porción vertical del hueso frontal [7] . Sólo
su porción más lateral no sobrepasa la región medial de la
son visibles radiológicamente a partir de los 7 años [8] . El
órbita. El seno maxilar es visible radiológicamente a partir
tamaño definitivo se alcanza después de la pubertad, hacia
del año de edad [5] . La neumatización maxilar alcanza el
los 20 años [9] .
conducto supraorbitario durante el segundo año de vida
y lo sobrepasa durante el 3.er y 4.◦ años para alcanzar el
hueso malar hacia los 9 años. El crecimiento lateral del
seno maxilar se continúa hasta los 15 años. En los lac- Seno esfenoidal
tantes, el piso del seno maxilar está situado al nivel del
El desarrollo del hueso esfenoides es complejo y en él
meato medio. Entre los 8 y los 9 años, el piso del seno
intervienen varios centros de osificación. Los dos centros
maxilar [6] está a la altura del piso de las fosas nasales
implicados en el desarrollo del seno esfenoidal son los
(Fig. 4). El seno continúa extendiéndose hacia abajo hasta
centros de los osículos de Bertin y los centros basiprees-
la erupción de los terceros molares. La altura definitiva del
fenoidales. En primer lugar, el centro basipreesfenoidal
piso del seno maxilar es muy variable dependiendo de los
medial se fusiona con los otros centros basipreesfenoida-
individuos [7] .
les para formar el futuro pico esfenoidal. Por último, los
osículos de Bertin se forman entre el 4.◦ y el 6.◦ mes de vida
intrauterina y corresponden a dos elementos osificados
Seno etmoidal de la parte más posterior de la cápsula nasal embrionaria
que se sitúan a cada lado del pico y constituyen aparen-
El seno etmoidal es el primer seno que se neumatiza temente una parte de la pared frontal del esfenoides [10] .
en los niños, lo que explica la frecuencia de las etmoidi- A los 3-4 años, el osículo de Bertin se incorpora al esfe-
tis en esta población [2–6] . Este seno comienza a formarse noides [8, 10] , y el seno aparece como una invaginación de
entre el 3.er y el 5.◦ mes de vida intrauterina a partir de la pared anterior del esfenoides (Fig. 3). El seno esfenoi-
la evaginación de la cavidad nasal. Las celdillas etmoi- dal es visible radiológicamente a los 4 años (Fig. 5). A los
dales anteriores son las primeras que aparecen a partir 5 años, el seno tiene el volumen de un guisante [8] . A los
de evaginaciones de la pared lateral de la cavidad nasal 7 años, el seno suele alcanzar la pared anterior de la silla
situadas al nivel del meato medio. Las celdillas etmoida- turca [7] . A los 10-12 años, el seno esfenoidal ha alcanzado
les posteriores se desarrollan a continuación a partir de su conformación adulta [8] .
evaginaciones situadas al nivel de la región del meato Algunos autores cuestionan actualmente el desarro-
superior (Fig. 3). Estas celdillas se expanden a continua- llo de los senos paranasales tal y como se ha descrito
ción entre la órbita y la lámina de los cornetes y pueden previamente. La teoría según la cual los senos maxilar,
colonizar otras regiones (cf «Variantes anatómicas») [2–6] . esfenoidal y frontal procederían de la colonización de
Al nacer, el etmoides anterior mide 5 mm de alto, 2 mm estos huesos por celdillas etmoidales no permitiría expli-
de largo y 2 mm de ancho. El etmoides posterior mide car ciertas características anatómicas como el drenaje del
5 mm de alto, 4 mm de largo y 2 mm de ancho. Estos seno esfenoidal en el receso esfenoetmoidal y no en una
senos alcanzan su tamaño definitivo alrededor de los celdilla etmoidal posterior. Un trabajo reciente, basado
12 años [2–6] . en el estudio mediante resonancia magnética (RM) de las

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Figura 6.
A. Corte coronal del macizo facial que
pasa por el seno maxilar izquierdo y el
cornete anterior izquierdo. 1. Crista galli;
2. lámina cribosa; 3. lámina perpendicular
del etmoides; 4. cornete medio; 5. apófisis
unciforme; 6. vómer; 7. cornete inferior;
8. fosa nasal; 9. etmoides; 10. hueso fron-
tal; 11. lámina papirácea; 12; órbita; 13.
hueso cigomático; 14. conducto infraorbi-
tario; 15. seno maxilar; 16. hueso maxilar.
B. Corte coronal del macizo facial que pasa
por el seno maxilar derecho y el cornete
anterior derecho. 1. Receso cigomático; 2.
receso alveolar; 3. receso palatino.

características de los senos que han sufrido una detención


de la neumatización, propone una teoría según la cual los
senos frontales, esfenoidales y maxilares se constituirían
en las fases iniciales del desarrollo por hueso cortical en
la periferia y un centro esponjoso compuesto de médula
ósea roja. La neumatización sinusal sería la consecuencia
de una transformación de la médula ósea roja en médula
ósea amarilla, seguida de su involución, responsable de la
producción de gas rico en óxido nítrico [11] .

“ Punto importante
• La cavidad nasal embrionaria presenta cinco
crestas cartilaginosas que forman los cornetes
etmoidales. Los surcos que separan estas crestas
dan origen a los meatos.
• El seno etmoidal es el primero que se neumatiza
en el niño.
• Al nacer, el seno maxilar tiene una posición Figura 7. Corte transversal de la fosa infratemporal (lado
izquierdo). Obsérvese que el nervio maxilar (V2) no es visible
medial respecto a la órbita y su crecimiento lateral
en este corte. 1. Pared posterior del seno maxilar; 2. cuerpo adi-
se continúa hasta los 15 años.
poso de la mejilla; 3. músculo masetero; 4. músculo temporal; 5.
• El seno esfenoidal es visible radiológicamente a
pterigoideo lateral; 6. nervio mandibular V3 (troncos anterior y
los 4 años y alcanza su conformación adulta hacia posterior); 7. cuello del cóndilo mandibular; 8. arteria temporal
los 10 años. superficial; 9. arteria alveolar posterosuperior; 10. hueso palatino;
• Los senos frontales son visibles radiológica- 11. fondo de la fosa pterigopalatina; 12. arteria maxilar interna;
mente a partir de los 7 años y alcanzan su 13. lámina lateral de la apófisis pterigoides; 14. trompa de Eus-
conformación adulta a los 20 años. taquio; 15. tensor del velo del paladar; 16. elevador del velo del
paladar; 17. pared faríngea; 18. ligamento esfenomandibular;
19. arteria carótida externa.

en su parte posteromedial justo debajo del cono orbita-


 Anatomía de las cavidades rio [8] . Esta cara permite el paso del nervio maxilar (V2)
al nivel del conducto infraorbitario. Este conducto se
nasosinusales sitúa en el tercio medio del techo del seno. A 1 cm
por detrás del borde orbitario, el conducto se dirige
Seno maxilar oblicuamente hacia abajo para llegar al agujero infraor-
bitario, que se sitúa 1 cm por debajo del borde orbitario
Anatomía descriptiva
(Fig. 6A). Sus relaciones son los elementos del conte-
Anatomía clásica nido orbitario;
El seno maxilar es una cavidad excavada en el interior • la cara posterolateral del seno maxilar es curva y marca
del hueso maxilar. Tiene una forma piramidal de vértice el límite con la fosa infratemporal, de la que cons-
lateral y de base medial. Por tanto, presenta tres caras: tituye la pared anterior (Fig. 7). Esta cara tiene un
• la cara superior (techo o cara orbitaria) del seno maxi- grosor mayor de 2 mm. Está recorrida en su parte
lar corresponde al piso orbitario. Está situada detrás del lateral por el conducto del nervio alveolar posterior
borde orbitario y tiene una orientación oblicua hacia (ramo de V2) y en la medial por el conducto pala-
arriba de delante hacia atrás y de lateral a medial. Por tino posterior y los conductos palatinos accesorios.
tanto, el punto más alto del seno maxilar está situado Por el conducto palatino posterior pasa el nervio

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Por tanto, hay cuatro comunicaciones óseas entre


el seno maxilar y la fosa nasal. Tres de estas cuatro
«aberturas» están tapizadas por mucosa (mucosa maxilar
en la parte lateral y nasal en la medial) y se denominan
fontanelas (anteroinferior, posteroinferior y posterosu-
perior). En estas fontanelas se puede abrir un ostium
accesorio (agujero accesorio de Giraldès). La abertura que
permanece permeable corresponde al ostium del maxilar,
que se sitúa en el borde superomedial del seno maxilar,
a alrededor de 1 cm del ángulo anteromedial y superior
de la cavidad antral. Corresponde al orificio de drenaje
del seno maxilar en la cavidad nasal. Este sistema de
drenaje puede descomponerse en tres partes: un orificio
nasal representa el ostium del seno maxilar, una depre-
sión antral denominada «fosita oval de Vilar-Fiol» y el
conducto del ostium [10] .
La cavidad sinusal (antro) [7, 10] está compuesta por
cinco recesos (Fig. 6B):
• el receso cigomático, que se extiende en el interior de
la eminencia malar o cuerpo del cigoma;
Figura 8. Esquema del tabique intersinusonasal derecho • el receso palatino, que es inconstante y en la mayoría
(de [13] ). 1. Seno frontal; 2. bulla etmoidal; 3. apófisis unciforme; de los casos, pequeño. Se desarrolla en el interior del
4. apófisis ascendente del maxilar; 5. fontanela anteroinferior; 6. paladar duro;
esqueleto del cornete inferior; 7. apófisis palatina del maxilar; 8. • el receso tuberositario (o tuberosidad del maxilar), que
ostium del seno maxilar; 9. fontanela posterosuperior; 10. seno se extiende hacia abajo por detrás del 3.er molar;
esfenoidal; 11. agujero esfenopalatino; 12. fontanela posteroin- • el receso alveolar, que se extiende hacia abajo al nivel
ferior; 13. lámina vertical del palatino; 14. apófisis pterigoides. de la apófisis alveolar del maxilar;
• el receso orbitario, excavado en la apófisis ascendente
del maxilar y que se detiene hacia la parte media del
palatino anterior y la arteria palatina descendente. Esta borde medial de la órbita.
cara se relaciona con los elementos de la fosa infra-
temporal. Esta última puede dividirse en tres regiones
anatómicas: la región de los músculos pterigoideos, la
región retromaxilocigomática y la región pterigopala-
tina [9, 12] . En la fosa infratemporal, la pared posterior
“ Punto importante
del seno maxilar se relaciona sucesivamente con el mús-
culo pterigoideo lateral, el nervio maxilar que penetra
• El hiato maxilar está cerrado por: el hueso lagri-
en la región después de su salida del agujero redondo mal por delante, la lámina vertical del palatino
mayor, así como la arteria maxilar interna, sinuosa, detrás, el hueso etmoides arriba, el hueso turbinal
que se apoya en la pared posterior del antro para lle- abajo y la apófisis unciforme lateralmente.
gar a la fosa pterigopalatina [10] . El nervio mandibular • Las cuatro comunicaciones óseas del seno maxi-
y sus ramos permanecen a distancia de la pared sinu- lar con la fosa nasal son:
sal [8] . La arteria maxilar interna tiene un trayecto – el ostium del seno maxilar (único orificio per-
variable, alejado de la pared sinusal en su porción meable en condiciones normales);
externa. Está más cerca de la pared y es menos varia-
– la fontanela anteroinferior;
ble en su trayecto cercano a su entrada en la fosa
pterigopalatina [8] ;
– la fontanela posteroinferior;
• la cara anterior del seno maxilar (o yugal) tiene forma – la fontanela posterosuperior.
cuadrilátera y consta de dos pilares óseos muy sólidos
(canino y cigomático) y una zona más frágil, la fosa
canina, en la que se puede realizar la trepanación ante- Variantes anatómicas
rior del seno maxilar. En su parte superior, 5-10 mm En ocasiones, una celdilla etmoidal posterior puede
por debajo del borde orbitario inferior, se encuentra el colonizar el seno maxilar y dividir el antro en dos. En
agujero infraorbitario con su pedículo (vasos infraor- tal caso, existe un tabique intrasinusal vertical que separa
bitarios en situación medial y nervio infraorbitario en el seno en un componente anterior y uno posterior. Cada
posición lateral) [8] ; uno drena en un ostium accesorio en la fosa nasal. Puede
• la base del seno maxilar es medial y constituye la parte existir un tabique horizontal que divida el antro en dos
inferior del tabique intersinusonasal. Se abre al nivel espacios, uno superior y uno inferior [14] .
del hiato maxilar, que es una amplia abertura cerrada En caso de hiperneumatización, la celdilla unciforme
por múltiples elementos anatómicos óseos y mucosos. inferior (celdilla de Haller) también puede colonizar el
El orificio u ostium del seno maxilar es, en condiciones seno maxilar [14] . En tal caso, está situada en la parte
normales, la única vía de comunicación entre el seno anterior y superior del seno, en contacto con el piso orbi-
maxilar y la fosa nasal. Este hiato (Fig. 8) está cerrado: tario y puede extenderse hasta el conducto infraorbitario.
◦ por delante, por el hueso lagrimal, por el que pasa la Cuando es grande, puede estrechar el infundíbulo o el
vía lagrimal, ostium maxilar (Fig. 9).
◦ detrás, por la lámina vertical del palatino, que es una El meato accesorio de Giraldès es un ostium supernu-
lámina ósea sólida por la que pasa la arteria esfeno- merario del seno maxilar situado en el interior del tabique
palatina al nivel del agujero esfenopalatino, intersinusonasal en el 40% de las personas. Es importante
◦ arriba, por el hueso etmoides, identificarlo en las pruebas de imagen preoperatorias, por-
◦ abajo, por el hueso turbinal (esqueleto del cornete que puede confundirse con el ostium del seno maxilar en
inferior), cirugía endoscópica. En este caso, la meatotomía media
◦ lateralmente, por la apófisis unciforme, que se inserta corre el riesgo de ser demasiado posterior y, por tanto, no
en el hueso turbinal, en la lámina vertical del pala- funcional, pues no engloba por delante el ostium del seno
tino y en el hueso etmoides. maxilar [13] .

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La pared superior, orbitaria o techo sinusal, tiene una


forma triangular con vértice posterior. El relieve del ner-
vio infraorbitario constituye su límite lateral. Presenta una
prolongación lateral: el receso cigomaticomalar o cigomá-
tico. La pared medial, o del ostium, está marcada por el
relieve del conducto nasolagrimal. Está excavada por la
fosita oval o fosita maxilar. Tiene la forma de una cubeta
limitada por un reborde en voladizo o cornisa, que es el
relieve de la inserción de la apófisis unciforme [9, 13, 15] . El
ostium del seno maxilar se abre por delante y por encima
de la fosita oval. La pared inferior o piso del seno maxi-
lar presenta a menudo relieves de aspecto protuberante,
correspondientes a las raíces dentarias. El receso alveo-
lar es una prolongación inferolateral del seno. La pared
posterolateral del seno maxilar es curva y separa la cavi-
dad sinusal de la fosa infratemporal. Presenta unos relieves
que son el conducto del nervio alveolar posterior lateral-
Figura 9. Celdilla de Haller. Tomografía computarizada del mente y los conductos palatinos posteriores y accesorios
macizo facial en corte coronal. La flecha indica la presencia de medialmente.
una celdilla de Haller izquierda.
Anatomía radiológica
La pared superior del seno maxilar puede ser oblicua y
Aspectos generales
asimétrica, lo que se observa con frecuencia en los senos
El análisis de las paredes óseas y mucosas de los senos
hipoplásicos y expone a una ruptura peroperatoria [13] .
se basa en la mayoría de los casos en la TC. Esta explora-
Por último, se observa con frecuencia una hiponeumati-
ción se realiza en la mayoría de los casos sin inyección de
zación del seno maxilar, que puede causar un enoftalmos.
contraste, debido al importante contraste natural entre el
En menos ocasiones, en el 15% de los pacientes, existe
aire contenido en las cavidades nasosinusales y las pare-
una hiperneumatización del seno maxilar [7] . El piso del
des óseas y mucosas. Se realizan reconstrucciones en los
seno maxilar tiene una situación más baja al nivel del pri-
tres planos del espacio. Para un análisis más detallado del
mer molar y del segundo premolar y está a alrededor de
contenido sinusal o de los tejidos blandos extrasinusales,
3-5 mm por debajo del piso de la fosa nasal. Las raíces de
se recomienda la RM [2, 15, 16] .
los tres molares y, con menos frecuencia, las raíces de los
Una nueva técnica, la tomografía computarizada de haz
premolares y del canino, se proyectan en el antro y for-
cónico (TCHC) tiende a suplantar a la TC, debido a su
man elevaciones del piso sinusal. En ocasiones, el hueso
baja dosimetría y al carácter tridimensional de su ima-
es dehiscente a este nivel, dejando la mucosa como única
gen. Según el informe de evaluación tecnológica de la
interfase entre las raíces dentales y la luz sinusal. Parece
Haute Autorité de Santé (HAS), publicado en 2009, la
que la neumatización de la parte inferior de la cavidad
TCHC es viable desde el punto de vista técnico como
está íntimamente relacionada con la erupción dental. El
prueba de imagen preoperatoria para explorar los senos
espacio que deja libre la raíz dental después de la erupción
y de forma peroperatoria para la navegación quirúrgica
se neumatiza, lo que incrementa la luz sinusal [7] .
durante la cirugía endoscópica nasosinusal [17] . Podría sus-
Vascularización del seno maxilar tituir a la TC para el estudio de las sinusitis, debido a su
El seno maxilar está vascularizado por las ramas de interés dosimétrico. Sin embargo, este informe precisa que
la arteria maxilar interna (rama terminal de la arteria se requieren estudios suplementarios comparativos para
carótida externa) [7, 8] . Las arterias infraorbitaria, palatina establecer conclusiones sobre los beneficios diagnósticos
mayor y alveolar proporcionan la irrigación sanguínea potenciales de la TCHC [17] .
en las diferentes regiones del seno. Además, las ramas En condiciones normales, la mucosa sinusal no es visi-
laterales de la arteria esfenopalatina y de la arteria facial ble. Los contornos óseos se estudian con precisión para
participan en esta red sanguínea. El retorno venoso se rea- identificar una posible lisis ósea o un aspecto patológico
liza, por delante, por la vena facial y, en la parte posterior, del hueso.
por la vena maxilar. Esta última se anastomosa con la vena Las pruebas de imagen deben centrarse en caracteri-
temporal superficial y forma la vena comunicante intra- zar la topografía de los senos afectados para definir si las
parotídea, que drena en la vena yugular interna. La vena ocupaciones sinusales están sistematizadas o no. El carác-
maxilar da origen a ramas destinadas a los plexos venosos ter sistematizado de las ocupaciones se basa en el respeto
pterigoideos, que se anastomosan con los senos durales a de la unidad de drenaje (anterior para los senos frontal,
través de la base del cráneo. Esta red venosa explica que las maxilar y etmoidal anterior, y posterior para las celdillas
sinusitis maxilares puedan complicarse con una meningi- etmoidales posteriores y el esfenoides). Se deben buscar las
tis [7, 8] . El drenaje linfático se realiza en dirección a los causas potenciales de las patologías (ocupación de aspecto
ganglios retrofaríngeos, yugulocarotídeos (sectores IIA, III tumoral, purulento o fúngico). Por último si es necesario
y IV) y submandibulares (IB). un tratamiento quirúrgico, se deben identificar las varian-
tes anatómicas con riesgo de complicación quirúrgica (cf
Inervación supra) [16] .
La inervación del seno maxilar procede de ramos ori- Cortes coronales
ginados de la 2.a división del trigémino. Se trata, en Los cortes coronales [15, 16] permiten ver el hiato maxilar,
particular, de los ramos del nervio alveolar superior, del así como visualizar la posición del ostium y su abertura.
nervio palatino anterior y del nervio infraorbitario [7, 8] . Hay que estudiar el tabique intersinusonasal. También
se aprecian las relaciones con la arcada dental maxilar,
Anatomía endoscópica que permiten mostrar el origen dentario de una sinusitis
maxilar. El receso cigomático y el conducto nasolagrimal
Los accesos endoscópicos del seno maxilar pueden rea-
también se visualizan. Por último, se observan la posición
lizarse por su cara medial (meatotomía media y/o inferior)
y la orientación del piso orbitario (Fig. 10).
o por su cara anterior (trepanación de la fosa canina
por acceso vestibular). La cavidad sinusal maxilar tiene Cortes axiales
forma cúbica, tapizada por una mucosa de tipo respirato- Los cortes axiales permiten explorar las paredes
rio [9, 13, 15] . anterior, medial y posterior del seno maxilar y sus

6 EMC - Otorrinolaringología
Anatomía de las cavidades nasosinusales  E – 20-265-A-10

Figura 10. Ostium natural del seno maxilar. Tomografía com-


putarizada del macizo facial en corte coronal. La flecha indica el
ostium del seno maxilar derecho.
Figura 11. Anatomía macroscópica: laberinto etmoidal dere-
relaciones [15] . Hay que prestar un interés particular al estu- cho (de [9] ). Corte lateral. 1. Celdilla etmoidal anterior; 2. cornete
dio de las relaciones de la pared posterior del seno con medio; 3. cornete inferior; 4. seno frontal; 5. arteria etmoidal
la fosa infratemporal. Estos cortes permiten observar el anterior; 6. celdilla suprabullar; 7. celdilla intrabullar; 8. arteria
receso alveolar del seno maxilar [16] . etmoidal posterior; 9. celdilla etmoidal posterior avanzada; 10.
Cortes sagitales celdilla etmoidal posterior retrasada; 11. seno esfenoidal.
Los cortes sagitales permiten aportar informaciones
complementarias sobre el piso orbitario, el conducto
infraorbitario y los vértices dentarios [16] .

“ Punto importante
• La prueba de imagen sinusal de referencia es
la TC del macizo facial en ventana ósea y cortes
coronales, sagitales y axiales.
• La TCHC está indicada desde 2009 como
prueba de imagen sinusal preoperatoria y la
navegación quirúrgica con prueba de imagen
peroperatoria.

Seno etmoidal
Anatomía descriptiva
Anatomía clásica
El seno etmoidal, o laberinto etmoidal, tiene forma de
un paralelepípedo rectangular irregular y ocupa toda la
masa lateral del etmoides. Es más grande en su parte pos-
teroinferior que en la anterosuperior [8] .
La masa lateral del etmoides está unida a la parte Figura 12. Sistematización etmoidal derecha en corte axial
externa de la lámina vertical del etmoides (o lámina cri- (de Terrier). 1. Celdillas meáticas, 2. celdillas de la unciforme; 3.
bosa). Está dividida en muchas celdillas (entre 5 y 14 según bulla etmoidal; 4. celdilla posterior avanzada; 5. celdilla posterior
los individuos). Estas celdillas están separadas entre sí centrada; 6. celdilla posterior retrasada (Onodi).
por las raíces tabicantes pertenecientes a los tres cornetes
principales (huesos primarios): cornetes medio, superior y una es constante: el agger nasi. La sistematización de
supremo (inconstante), y a los dos cornetes rudimentarios Terrier propone cuatro celdillas de la unciforme: termi-
(o secundarios): la bulla y la unciforme (Fig. 11). nal, anterior (agger nasi), posterior e inferior (o celdilla
El etmoides anterior consta de tres sistemas de celdillas de Haller). Estas cuatro celdillas son fáciles de recordar,
(Fig. 12): pues forman el acrónimo TAPI. Desembocan en la parte
• el sistema de la bulla, que se relaciona con la raíz más superior del canal uncibular [2, 10, 15] ;
tabicante de la bulla por delante, la raíz tabicante del • el sistema prebullar del meato medio (celdillas meá-
cornete medio detrás, la lámina de los cornetes en la ticas), que se relaciona con la raíz tabicante de la
parte medial y la lámina papirácea en la lateral. Este unciforme por delante y lateralmente, la raíz tabicante
complejo está constituido por 1-3 celdillas: la bulla, de la bulla detrás y lateralmente, así como el cornete
una celdilla suprabullar y una celdilla etmoidomaxilar. medio en la parte medial. Está constituido por tres cel-
Todas drenan en la parte posterior del canal uncibu- dillas: la celdilla premeática, la celdilla meática anterior
lar [2, 10, 15] ; (que da origen al conducto nasofrontal) y la celdilla
• el sistema prebullar de la unciforme (celdillas de la unci- meática posterior. Estas celdillas drenan en la parte baja
forme), que se relaciona con la rama ascendente del de la porción vertical de la unciforme [2, 10, 15] .
maxilar (apófisis ascendente del maxilar) por delante, Bent et al proponen una división del sistema frontoet-
la raíz de la bulla detrás, la raíz tabicante de la unci- moidal en seis grupos de celdillas distintos. En esta nueva
forme en la parte medial y el hueso lagrimal (unguis) nomenclatura, el etmoides anterior consta de las celdi-
y después la lámina papirácea en la parte lateral. Este llas del agger nasi, denominadas antiguamente celdillas
complejo está constituido por varias celdillas, de las que de la unciforme, las celdillas etmoidales suprabullares,

EMC - Otorrinolaringología 7
E – 20-265-A-10  Anatomía de las cavidades nasosinusales

denominadas antiguamente celdillas meáticas, y la bulla


etmoidal [18, 19] .
El etmoides posterior se divide en varias celdillas por la
raíz tabicante del cornete superior y la raíz tabicante del
cornete supremo (que es inconstante) (Fig. 12).
Se distinguen [2, 10, 15] :
• la celdilla posterior adelantada, que se relaciona con
la raíz tabicante del cornete medio por delante, la raíz
tabicante del cornete superior detrás, la lámina de los
cornetes lateralmente y la lámina papirácea medial-
mente;
• la celdilla posterior centrada, que se relaciona con la raíz
tabicante del cornete superior por delante y la raíz tabi-
cante del cornete supremo (si está presente) o la pared
anterior del seno esfenoidal detrás, la lámina de los cor-
netes lateralmente y la lámina papirácea medialmente;
• la celdilla posterior retrasada, celdilla preesfenoidal o Figura 14. Dehiscencia del techo del etmoides con probable
celdilla de Onodi, que se relaciona con la raíz tabicante meningocele o meningoencefalocele. Tomografía computari-
del cornete supremo por delante, la pared anterior del zada del macizo facial en corte coronal. La flecha indica la
seno esfenoidal detrás, la lámina de los cornetes lateral- dehiscencia del techo etmoidal izquierdo. Una RM complemen-
mente y la lámina papirácea medialmente. taria permitiría precisar el contenido de la lesión.
Estas celdillas drenan en el meato superior y en el meato
de Santorini (bajo el cornete supremo).

“ Punto importante
• El etmoides anterior se divide en tres sistemas
de celdillas: el sistema de la bulla, el sistema pre-
bullar de la unciforme (celdillas de la unciforme)
y el sistema prebullar del meato medio (celdillas
meáticas).
• El etmoides posterior consta de: la celdilla pos-
terior adelantada, la celdilla posterior centrada y
la celdilla posterior retrasada o celdilla de Onodi.

Variantes anatómicas
Una celdilla etmoidal posterior puede colonizar el cor-
nete medio y constituir así una concha bullosa (Fig. 13).
Es una variante anatómica que se observa en el 30% de la Figura 15. Dehiscencia de la lámina papirácea. Tomografía
población [14] . Una celdilla etmoidal anterior (del grupo computarizada del macizo facial en corte axial pasando por el
de las celdillas de la unciforme) coloniza la apófisis frontal laberinto etmoidal. La lámina papirácea derecha está respetada.
del maxilar y se convierte en el agger nasi. Tiene una posi- La flecha indica la dehiscencia de la lámina papirácea izquierda.
ción justo medial a la inserción anterior del cornete medio
y presenta relaciones muy íntimas con el hueso lagrimal. Una celdilla etmoidal anterior puede colonizar el techo
Puede repercutir sobre el drenaje del seno frontal [2, 7] . de la órbita y convertirse en una celdilla etmoidal supraor-
bitaria. Cuando no se identifica en la etapa preoperatoria
una celdilla supraorbitaria, la cirugía del seno frontal
puede culminar en fracaso [18] .
Una celdilla etmoidal puede colonizar también el piso
orbitario y convertirse en una celdilla de Haller, deno-
minada también celdilla etmoidal infraorbitaria (Fig. 9).
En algunos casos, las celdillas de Haller pueden compro-
meter el drenaje del seno maxilar [2, 14, 15] . Una celdilla
etmoidal posterior puede colonizar el esfenoides y con-
tactar con el nervio óptico. En tal caso, se habla de
celdilla de Onodi. Si la celdilla de Onodi está muy des-
arrollada, la carótida interna puede protruir en su pared
posterior. Por tanto, su identificación radiológica es esen-
cial [18] . Una celdilla etmoidal posterior puede colonizar
el seno maxilar y dar un aspecto de doble antro. En el
10% de la población, se observa una diferencia de altura
de 2 mm entre la parte derecha y la parte izquierda del
techo etmoidal. Esta asimetría se localiza en la mayoría
de los casos en la parte anterior del techo etmoidal y
debe identificarse sistemáticamente en las pruebas de ima-
gen preoperatorias [14] . El techo etmoidal también puede
Figura 13. Concha bullosa. Tomografía computarizada del estar dehiscente y representar un riesgo de lesión menin-
macizo facial en corte coronal. La flecha indica una concha goencefálica peroperatoria (Fig. 14). En ocasiones, existe
bullosa desarrollada a partir del cornete medio izquierdo. una dehiscencia de la lámina papirácea [14] que puede

8 EMC - Otorrinolaringología
Anatomía de las cavidades nasosinusales  E – 20-265-A-10

Figura 16. Variaciones anatómicas de la


apófisis unciforme.
A. Tomografía computarizada del macizo
facial en corte coronal pasando por el
meato medio. Neumatización de la apó-
fisis unciforme izquierda indicada por la
flecha.
B. Tomografía computarizada del macizo
facial en corte coronal. Inserción de la
apófisis unciforme izquierda en la lámina
papirácea indicada por la flecha.

A B

favorecer la penetración orbitaria durante la cirugía


endoscópica (Fig. 15). Por último, las variaciones ana-
tómicas de la apófisis unciforme pueden dar lugar a un
estrechamiento del meato medio y favorecer las sinusitis,
como en el caso de las apófisis unciformes neumatizadas
(Fig. 16A), u horizontalizadas. Otras variaciones anatómi-
cas complican la intervención quirúrgica, como sucede
con las apófisis unciformes horizontalizadas que se adhie-
ren al borde orbitario o incluso las apófisis unciformes
verticalizadas, cuya parte superior se inserta en la lámina
orbitaria o en el techo etmoidal (Fig. 16B). En el caso
de una apófisis unciforme hipoplásica, la unciformecto-
mía es difícil, en particular en su inserción anterior en la
prominencia lagrimal [18] .
Vascularización
El etmoides anterior esta vascularizado por las arterias
del meato medio procedentes de ramas de la arteria esfe-
nopalatina y de la arteria etmoidal anterior que discurre
por la parte alta de la raíz tabicante de la bulla. La vas-
cularización arterial del etmoides posterior procede de la
arteria del cornete superior y de la arteria etmoidal poste-
rior, que discurre por la parte alta de la raíz tabicante del
cornete superior [8] . El drenaje venoso confluye hacia el
seno cavernoso, la vena facial y el plexo pterigomaxilar.
Los linfáticos comunican con los sistemas linfáticos de las Figura 17. Corte transversal de una cavidad orbitaria izquierda
fosas nasales y de las meninges por vía transósea [8] . pasando por el etmoides, donde se observan las relaciones late-
rales y posteriores del laberinto etmoidal. 1. Esfenoides; 2. arteria
Inervación etmoidal posterior; 3. nervio nasal; 4. arteria etmoidal anterior;
La inervación depende del sistema trigeminosimpático 5. recto medial; 6. alerón ligamentario interno; 7. saco lagrimal;
de las fosas nasales, así como del filete esfenoetmoidal de 8. quiasma óptico; 9. recto superior rechazado; 10. arteria oftál-
Luschka y el nervio nasal interno [8] . mica; 11. nervio óptico; 12. recto lateral; 13. alerón ligamentario
externo; 14. ojo.
Relaciones del laberinto etmoidal
Varían en función de la neumatización (cf «Variantes • relaciones superiores: seno frontal y fosa craneal ante-
anatómicas»): rior. Por delante, el hueso frontal está más o menos
• relaciones laterales: el laberinto constituye el elemento neumatizado entre sus dos tablas (seno frontal), pero
esencial de la lámina papirácea o pared medial de la también más atrás (bulla frontal, celdilla supraorbita-
órbita [20] . Se articula por delante con el hueso lagri- ria). El orificio inferior del seno frontal está en contacto
mal y la apófisis frontal del maxilar. Se relaciona con con las celdillas etmoidales anteriores. La parte hori-
el saco lagrimal situado en el canal lagrimal y el conte- zontal del hueso frontal recubre de forma más o
nido orbitario (periostio, cono musculoaponeurótico, menos completa las celdillas etmoidales y se articula
cápsula de Tenon). En la parte superior, discurre la arte- medialmente con el hueso etmoides. Este hueso más
ria oftálmica que da origen a las arterias etmoidales grueso (hard white roof) está más o menos colonizado
anterior y posterior (Fig. 17); por la neumatización etmoidal. Esto se traduce por

EMC - Otorrinolaringología 9
E – 20-265-A-10  Anatomía de las cavidades nasosinusales

Abertura de la bulla
La abertura de la pared anterior de la bulla da acceso
al sistema bullar (celdillas bullar y suprabullares). El
techo etmoidal se visualiza después de la abertura de
las celdillas suprabullares. La arteria etmoidal anterior
se sitúa al nivel del techo en la parte más superior de
la raíz tabicante de la bulla. En ocasiones es dehiscente
a este nivel y puede causar hemorragias peroperatorias
importantes.
Abertura de la raíz tabicante del cornete medio
Este procedimiento da acceso al etmoides posterior.
Esta región es más amplia que el etmoides posterior. La
última celdilla etmoidal posterior se encuentra en la ver-
tical de la pared posterior del seno maxilar. Se trata de
una referencia esencial para evitar entrar lateralmente
en el seno esfenoidal. La arteria etmoidal posterior dis-
curre sobre el techo etmoidal, pero es más fina que la
Figura 18. Vista endoscópica de una fosa nasal izquierda. anterior.
Meato medio izquierdo - Marco del opérculo; 1. Cornete nasal
medio; 2. prominencia lagrimal; 3. apófisis unciforme; 4. bulla Anatomía radiológica
etmoidal; 5. tabique nasal; 6. hendidura olfatoria.
La TC en corte axial, coronal y sagital sin inyección de
variaciones de altura observadas en la unión entre la contraste permite apreciar todo el laberinto etmoidal y sus
lámina cribosa y el techo etmoidofrontal [8] . Las prin- relaciones importantes [21] .
cipales relaciones de esta cara son el lóbulo frontal y
Cortes coronales
las bandeletas olfatorias en el canal olfatorio situado
medialmente. Las arterias etmoidales anterior y poste- En los cortes coronales [2, 15, 16] , se puede apreciar la con-
rior discurren por el techo del laberinto etmoidal; figuración general del laberinto etmoidal. Se identifica
• relaciones mediales: lámina cribosa. La lámina de la lámina orbitaria y la unión de la lámina cribosa del
los cornetes constituye el límite medial del laberinto etmoides con el hueso frontal, para detectar una posible
etmoidal y lo separa de la hendidura olfatoria. Esta asimetría de altura de los techos etmoidofrontales. Tam-
lámina de los cornetes se articula con el hueso frontal. bién hay que buscar una dehiscencia del techo etmoidal
Existen muchas variaciones de altura, con extremos de (Fig. 14).
1 a 16 mm [8, 20] ; Se visualizan la región del meato medio y sus relaciones
• relaciones posteriores: fosa craneal anterior y esfenoi- con el piso orbitario [16] .
des. La relación entre la cara posterior del laberinto La apófisis unciforme es fácil de identificar. Se inserta
etmoidal y el esfenoides es muy variable. No es infre- por delante en el hueso lagrimal y en la pared anterior de la
cuente observar la presencia de una celdilla etmoidal bulla mediante su raíz tabicante [14, 18] . Puede insertarse en
por encima y lateralmente al esfenoides. Por tanto, el la lámina orbitaria y conllevar un riesgo de lesión orbitaria
nervio óptico puede estar muy cerca de las celdillas pos- durante la unciformectomía (Fig. 16).
teriores. La parte libre de la cara anterior del esfenoides El cornete medio se identifica al nivel de su zona de
situada entre el tabique nasal y la lámina de los corne- inserción superior y de su raíz tabicante, que separa el
tes corresponde al receso etmoidoesfenoidal. El ostium etmoides anterior y el etmoides posterior. Su parte ante-
del seno esfenoidal se encuentra en esta zona (Fig. 17); rior, que es vertical, no es bien visible en los cortes
• relaciones inferiores: cavidad nasal. La porción infe- coronales, al contrario que su porción posterior horizon-
rior del laberinto es visible en la cavidad nasal con (de tal. El canal meático uncinoturbinal, que es el lugar de
delante hacia atrás) la parte baja del canal uncibular, drenaje de las celdillas meáticas (celdillas suprabullares de
la parte inferior de la bulla etmoidal y la parte inferior Kuhn) se identifica entre el cornete medio medialmente
horizontal de la raíz tabicante del cornete medio; y la apófisis unciforme lateralmente. El canal uncibular se
• relaciones del laberinto con las otras cavidades sinusa- sitúa entre la bulla etmoidal detrás y la apófisis unciforme
les: el laberinto etmoidal entra en contacto con todas por delante. El ostium maxilar se localiza en su porción
las otras cavidades sinusales: arriba y por delante con posterior. El canal retrobullar, lugar de drenaje de las cel-
el seno frontal, abajo con el seno maxilar, detrás con el dillas bullares se sitúa entre la bulla etmoidal y el cornete
seno esfenoidal [9] . medio [15, 18] . Se puede identificar la presencia de una cel-
dilla del agger nasi, de una celdilla de Haller o de una
celdilla supraorbitaria (Fig. 9).
Anatomía endoscópica Por último, estos cortes permiten analizar las relacio-
La anatomía endoscópica del etmoides sólo puede nes sinusales con el endocráneo y la órbita en caso de
apreciarse cuando se realiza una etmoidectomía, que lesión [16] .
corresponde a la abertura de todas las celdillas etmoida- Se visualiza el etmoides posterior, pero su sistematiza-
les. La vía endoscópica es actualmente la vía de referencia ción se estudia en los cortes axiales.
para la realización de este procedimiento [15] . En este artí- Cortes axiales
culo, se describe la etmoidectomía total de delante hacia Estos cortes permiten visualizar de forma completa la
atrás. sistematización etmoidal, así como analizar las relaciones
Unciformectomía con la órbita, el nervio óptico y el esfenoides. Hay que
La unciformectomía vertical es el primer tiempo de la identificar las posibles variaciones asociadas a un riesgo
etmoidectomía total (Fig. 18). Permite la exposición de quirúrgico, como una dehiscencia de la lámina orbitaria
las celdillas prebullares. La resección de la parte medial de (Fig. 15).
la apófisis unciforme expone las celdillas de la unciforme Reconstrucciones sagitales
(celdillas del agger nasi en la clasificación de Kuhn) [15, 18] . Son indispensables y permiten visualizar las relaciones
La resección de la raíz tabicante de la unciforme expone del etmoides con el seno frontal, el esfenoides y la base
las celdillas meáticas [15] . Estas celdillas se denominan cel- del cráneo [16] . Los cortes sagitales son particularmente
dillas suprabullares en la clasificación de Kuhn [18] . útiles en patología tumoral y traumática para estudiar

10 EMC - Otorrinolaringología
Anatomía de las cavidades nasosinusales  E – 20-265-A-10

Figura 19. Corte coronal del hueso frontal que pasa por los
senos frontales. 1. Prolongación supraorbitaria; 2. bulla frontal;
3. tabique interfrontal; 4. seno frontal de tamaño intermedio;
5. conducto nasofrontal izquierdo. Las flechas azules indican el Figura 20. Corte sagital de un conducto nasofrontal
trayecto del drenaje del conducto nasofrontal en el meato medio izquierdo. 1. Celdillas suprabullares (en rojo); 2. celdillas del
homolateral. etmoides posterior (en azul); 3. seno esfenoidal; 4. cola del cor-
nete medio; 5. cornete nasal inferior; 6. seno frontal; 7. conducto
las estructuras óseas de la base del cráneo. Permiten un nasofrontal; 8. agger nasi; 9. canal uncibular; 10. bulla etmoidal;
análisis adecuado del techo etmoidofrontal en el estudio 11. ostium natural del seno maxilar.
preoperatorio (Fig. 14).

importante de la bulla o de las celdillas del agger


Seno frontal nasi estrecha este receso, confiriéndole un auténtico
aspecto de conducto nasofrontal. Otras celdillas, dis-
Anatomía descriptiva tintas de las celdillas etmoidales anteriores, pueden
Anatomía clásica relacionarse con el conducto nasofrontal; se origi-
En este parágrafo, se describen las características de un nan en el receso frontal y se denominan celdillas del
seno frontal de tamaño medio. Los senos frontales son dos infundíbulo frontal (frontal infundibular cells). En la
cavidades neumáticas asimétricas separadas por un tabi- mayoría de los casos, el receso frontal tiene forma de
que y que se desarrollan en el espesor del hueso frontal, en reloj de arena y drena en el canal uncibular. Depen-
la unión de la escama y de la porción horizontal. Se pro- diendo de la inserción anterior de la unciforme, el
yectan por encima de la parte anterior de la fosa nasal y conducto puede drenar delante o medialmente a éste.
de la órbita, y se comunican con la fosa nasal homolateral Por último, cuando la unciforme se inserta en la base
por el conducto nasofrontal [8] . del cráneo o en el cornete medio, el conducto puede
Cada seno frontal tiene una forma de pirámide triangu- abrirse en el etmoides anterior lateralmente o detrás
lar compuesta por cuatro caras (Fig. 19): de la unciforme;
• una cara anterior o cutánea [8] ; • una cara interna o intersinusal [8] : se trata de un tabique
• una cara posterior o cerebral: es una lámina delgada anteroposterior, constituido por una lámina de tejido
de hueso compacto frágil, de alrededor de 1-2 mm de óseo compacto fino y frágil, en ocasiones dehiscente,
grosor, que en ocasiones es dehiscente. Está atravesada que separa los dos senos frontales. Por definición, se
por las anastomosis entre la red venosa intrasinusal y trata de un tabique medial, pero con mucha frecuencia
los plexos venosos extradurales. Esta cara se relaciona está desviado por el predominio de un seno respecto al
con (de la superficie a la profundidad) las meninges y otro. En ocasiones, puede haber tabiques accesorios que
después el lóbulo frontal [8] ; dividen el seno frontal en varias celdillas. En la clasifi-
• una cara inferior u orbitonasal [8] : esta pared consti- cación de Kuhn, estas celdillas se denominan celdillas
tuye el piso del seno frontal y puede dividirse en dos del tabique interseptal del seno frontal [18] . Esta par-
segmentos (Fig. 19): ticularidad debe apreciarse en las pruebas de imagen
◦ el segmento orbitario: se define como la parte situada preoperatorias para optimizar la intervención quirúr-
por encima y lateralmente respecto a la sutura del gica.
frontal con la lámina papirácea y la unciforme y, Kuhn propone una división del sistema de celdillas
detrás, con la mitad medial del arco orbitario, etmoidofrontales en seis grupos distintos de celdillas que
◦ el segmento etmoidonasal: está limitado lateral- son [18, 19] :
mente por el segmento orbitario, por delante por la • las celdillas del agger nasi descritas previamente;
raíz nasal, medialmente por el tabique intersinuso- • las celdillas supraorbitarias: se trata de celdillas
nasal y detrás por la escotadura etmoidal del frontal. etmoidales anteriores (del grupo de las celdillas supra-
El receso frontal es la vía de drenaje del seno fron- bullares), que nacen detrás del receso frontal y se
tal en la cavidad nasal homolateral (Fig. 20). Mide, extienden al techo orbitario neumatizando la parte
en promedio, 2-4 mm de diámetro y 15-20 mm de orbitaria del hueso frontal;
largo y sigue un trayecto oblicuo en sentido poste- • las celdillas suprabullares descritas previamente;
roinferior de 30-40◦ [14] . Su orificio superior se sitúa • las celdillas frontales: Bent y Kuhn, distinguen cuatro
en el punto declive del segmento etmoidonasal de la tipos de celdillas frontales (Fig. 21):
pared inferior del seno frontal y, más precisamente, ◦ el tipo 1 es una celdilla única por encima del sistema
a 1 cm de la línea media, ligeramente lateral al techo de celdillas del agger nasi que no se extiende al seno
de la fosa nasal. El receso frontal es un conducto frontal,
limitado por el espacio presente entre el techo del ◦ el tipo 2 está constituido por celdillas múltiples situa-
agger nasi delante y debajo, el techo de la bulla das también por encima del agger nasi sin extensión
etmoidal y las celdillas suprabullares detrás, la lámina al seno frontal,
papirácea lateralmente y la raíz tabicante del cor- ◦ el tipo 3 es una celdilla única, originada del agger
nete medio delante [22] . Por tanto, una neumatización nasi, que se extiende al seno frontal,

EMC - Otorrinolaringología 11
E – 20-265-A-10  Anatomía de las cavidades nasosinusales

Figura 21. Celdillas frontales según


Kuhn (de [23] ). AN: celdillas del agger nasi.
A. K1, K2.
B. K3, K4.

◦ el tipo 4 es una celdilla única, aislada e independiente mismo sucede con la hiperneumatización de las celdillas
del agger nasi que se sitúa en el seno frontal; del agger nasi y las celdillas suprabullares [14, 18] .
• las bullas frontales (Fig. 19): se trata de celdillas etmoi- Por último, la identificación preoperatoria de los dis-
dales que protruyen bajo el piso del seno frontal. Su tintos grupos de celdillas, en particular la existencia de
localización y tamaño son variables. Cuando están una celdilla supraorbitaria, permite evitar un fracaso de la
presentes, se desarrollan preferentemente entre el orifi- cirugía funcional [7, 14] .
cio del conducto nasofrontal y el segmento orbitario
del seno, o incluso por delante del conducto naso- Vascularización
frontal, rechazando hacia detrás su orificio superior. La vascularización arterial proviene de la arteria etmoi-
En menos ocasiones, pueden desarrollarse hacia atrás, dal anterior y de las arterias del meato medio [8] . El drenaje
separando el orificio del conducto nasofrontal de la venoso corresponde a las venas que atraviesan las pare-
lámina cribosa [8] . Pueden comprometer el drenaje del des óseas del seno para unirse por delante a las venas
seno frontal estrechando el calibre de su orificio de dre- subcutáneas, debajo a las venas orbitarias y detrás a las
naje y causar sinusitis crónicas [24] ; venas intracraneales que confluyen hacia el seno sagital
• las celdillas del tabique interseptal del seno frontal (cf superior.
supra). El drenaje linfático se realiza por una red poco densa
que drena en los sistemas linfáticos de las fosas nasales y
de las meninges.

“ Punto importante Inervación


La inervación del seno frontal depende del sistema
trigémino-simpático de las fosas nasales y del nervio oftál-
El receso frontal está limitado por: mico de Willis a través de sus ramos frontales interno y
• el techo del agger nasi por delante y debajo; externo, así como nasal interno [8] .
• el techo de la bulla etmoidal y de las celdillas
suprabullares detrás; Anatomía endoscópica
• la lámina papirácea lateralmente;
El acceso endoscópico del seno frontal puede realizarse
• la raíz tabicante del cornete medio por delante.
por vía endonasal, por vía etmoidal o por vía externa,
realizando dicho acceso a través de su cara anterior [9, 15] .
Acceso endoscópico del seno frontal
Variantes anatómicas por vía endonasal
El seno frontal es el que presenta las variaciones anató- El primer tiempo quirúrgico consiste en una etmoi-
micas más frecuentes y más importantes. Estas últimas son dectomía anterior, que permite identificar el techo
asimétricas y sus mecanismos no se conocen con detalle. etmoidofrontal, los orificios meáticos y de las celdillas de
El tamaño de los senos frontales es muy variable y per- la unciforme separados por la raíz tabicante de la apófisis
mite definir tres tipos de senos [8] : unciforme (cf «Anatomía endoscópica»). La ablación com-
• los senos de tipo intermedio. Son los más frecuentes y pleta de todos los tabiques de la «estrella de los canales»
se han descrito previamente; (apófisis unciforme y su raíz tabicante, pico de la bulla y
• los senos pequeños. Se trata de senos localizados en la su asta medial) amplía el orificio de drenaje del seno fron-
apófisis orbitaria interna que no alcanzan la porción tal [15] . La introducción del endoscopio en el conducto
vertical del frontal. Esta categoría también incluye las ampliado de este modo permite observar:
agenesias sinusales frontales uni o bilaterales; • la pared posterior del seno frontal cuya curvatura en
• los senos grandes, que se caracterizan por una cavidad sentido anterosuperior comienza por delante del relieve
aérea de gran tamaño, que puede llegar a constituir un de la arteria etmoidal anterior [9] ;
neumoseno dilatante. La neumatización puede exten- • la pared anterior del seno frontal en la unión de la
derse a las prominencias frontales laterales, la apófisis apófisis frontal del maxilar y del hueso frontal [9] .
orbitaria externa y el malar, la bóveda orbitaria en toda
su longitud, la raíz nasal, el arco superciliar y la glabela. Acceso del seno frontal por vía externa
Además de las variaciones de tamaño del seno Se pueden emplear varias incisiones y modalidades para
frontal, existen variaciones anatómicas susceptibles de la realización de la ventana ósea con el fin de acceder a
comprometer su drenaje al estrechar el calibre de su con- la pared anterior del seno frontal por endoscopia [23, 25] .
ducto [7, 14, 18] . Otras conformaciones anatómicas pueden La endoscopia del seno frontal permite visualizar en la
dar lugar a un fracaso de la cirugía funcional [7, 14, 18] . parte inferomedial, en posición declive, la parte alta del
La presencia de una celdilla supraorbitaria, de una bulla orificio nasal del seno frontal. Este último tiene forma de
frontal y de celdillas frontales como las descritas por Bent embudo. Las paredes posterior, inferior y medial también
y Kuhn puede dar lugar a sinusitis frontales crónicas. Lo se visualizan.

12 EMC - Otorrinolaringología
Anatomía de las cavidades nasosinusales  E – 20-265-A-10

Figura 22. Receso etmoidoesfe-


noidal y sus variaciones. 1. Ner-
vio óptico; 2. carótida interna;
3. receso etmoidoesfenoidal; 4.
etmoides posterior; 5. ostium esfe-
noidal; 6. seno esfenoidal.
A. Receso etmoidoesfenoidal en
conformación anatómica clásica.
B. Receso etmoidoesfenoidal en
caso de neumatización de la cli-
noides anterior con prominencia
del nervio óptico y de la carótida
interna.
C. Receso etmoidoesfenoidal en
caso de hiponeumatización esfe-
noidal.

Anatomía radiológica
Cortes coronales
Permiten visualizar las relaciones del seno frontal con
la órbita y el etmoides anterior, visualizar el conducto
nasofrontal y mostrar las posibles variaciones anatómi-
cas causantes de sinusitis crónica (hiperneumatización
del agger nasi, bullas frontales) o de fracaso de la cirugía
funcional (tabicaciones múltiples de senos hiperneumati-
zados, presencia de una celdilla supraorbitaria). El tabique
intersinusal también se visualiza [2, 16] .
Cortes axiales
Los cortes axiales permiten apreciar las relaciones de
la cara posterior del seno frontal con el endocráneo. Las Figura 23. Hueso esfenoides en vista superior. 1. Surco quias-
relaciones con la órbita también se estudian [2, 9, 16] . mático; 2. ala menor; 3. ala mayor; 4. agujero redondo; 5.
agujero oval; 6. agujero espinoso; 7. yugo esfenoidal; 8. con-
Cortes sagitales ducto óptico; 9. apófisis clinoides anterior; 10. silla turca; 11.
Las reconstrucciones sagitales son indispensables y per- dorso de la silla.
miten apreciar las relaciones anteriores y posteriores del
seno frontal, así como sus relaciones con el etmoides un canal transversal en continuidad con el conducto
anterior. El conducto nasofrontal y sus relaciones con las óptico, y la región hipofisaria, que corresponde a la silla
estructuras contiguas se estudian en estas reconstruccio- turca. La pared superior [10] se relaciona con las menin-
nes [2] . ges, las cintillas olfatorias, el quiasma óptico, que se
apoya en la tienda de la hipófisis a 1 cm por detrás del
canal óptico y la hipófisis (Fig. 23);
Seno esfenoidal • pared posterior: es una lámina ósea de 15-20 mm de
grosor. Se relaciona con la lámina cuadrilátera del esfe-
Anatomía descriptiva
noides (arriba), el canal basilar del hueso occipital
Anatomía clásica (abajo) y el vértice de los peñascos (lateralmente) [8] .
Los senos esfenoidales son dos cavidades neumáticas Esta pared presenta relaciones con las meninges (la
asimétricas, situadas en el centro del macizo facial y des- duramadre contiene el seno occipital transverso), los
arrolladas en el cuerpo del hueso esfenoides. Ambas están elementos vasculonerviosos subaracnoideos (tronco
separadas entre sí por un tabique delgado. Cada seno se basilar y los dos nervios abducens) y el puente;
abre en la parte posterosuperior de la fosa nasal corres- • pared lateral o pared oftalmológica: es una pared fina
pondiente. Existen numerosas variaciones de tamaño y, que se relaciona, de detrás hacia delante [8] , con la celda
en este artículo, sólo se describe el seno esfenoidal de tipo del seno cavernoso, el conducto óptico, el extremo
medio, que es el más frecuente. medial de la tienda esfenoidal y el extremo posterior
Los senos esfenoidales tienen una forma irregular, pero de la pared medial de la órbita. En su cara medial, se
que se puede equiparar aproximadamente a un cubo de pueden observar varios relieves importantes (Fig. 24);
seis paredes [8] : • tabique intersinusal: es una pared delgada, en ocasiones
• pared anterior o nasal: es una pared muy delgada, que se dehiscente, que separa ambos senos esfenoidales. En la
engruesa en la línea media. Constituye la vía de acceso mayoría de los casos, sólo es vertical y medial en su
quirúrgico del seno por vía endonasal. Está excavada parte más anterior. Detrás, puede desviarse en todos los
por el ostium esfenoidal, que se abre en el receso etmoi- planos del espacio. Este tabique presenta a menudo una
doesfenoidal (Figs. 8 y 22); inserción en el conducto carotídeo u óptico, por lo que
• pared inferior o piso: se relaciona con el cavum. Tiene el acceso quirúrgico del esfenoides conlleva un riesgo
un grosor de 3-10 mm (Fig. 8); muy elevado [14, 15, 18] .
• pared superior o techo; es la pared del seno que se rela-
ciona con las fosas craneales anterior y media. Su cara Variantes anatómicas
endocraneal puede dividirse en tres regiones que son, Existen variaciones importantes de la neumatización de
de delante hacia atrás: la región olfatoria, que corres- los senos esfenoidales. La neumatización del seno esfe-
ponde al pico esfenoidal, la región óptica, que forma noidal durante el desarrollo se produce de delante hacia

EMC - Otorrinolaringología 13
E – 20-265-A-10  Anatomía de las cavidades nasosinusales

Figura 24. Vista interna de la pared lateral de un seno esfe-


noidal izquierdo. 1. Relieve del conducto óptico; 2. relieve de la Figura 26. Neumatización de la base de las apófisis pteri-
carótida interna; 3. relieve del conducto del nervio maxilar (V2); goides con prominencia de los nervios vidianos. Tomografía
4. relieve del conducto del nervio vidiano; 5. silla turca. Hay que computarizada del macizo facial en corte coronal centrado en
destacar que los relieves 3 y 4 son inconstantes. los senos esfenoidales. Las flechas blancas indican la neumatiza-
ción de las apófisis pterigoides derecha e izquierda. Las puntas
de flecha indican la prominencia de los nervios vidianos derecho
e izquierdo en el seno esfenoidal correspondiente.

Figura 25. Neumatización de las apófisis clinoides anterio-


res con prominencia del conducto óptico en el seno esfenoidal.
Tomografía computarizada del macizo facial en corte axial. Las
flechas negras indican la neumatización de las apófisis clinoides
derecha e izquierda. Las flechas blancas indican la prominencia Figura 27. Prominencia de la carótida interna en el seno esfe-
de los nervios ópticos derecho e izquierdo en el seno esfenoidal noidal. Tomografía computarizada del macizo facial en corte
correspondiente. axial centrado en el esfenoides. Las flechas blancas indican la
prominencia bilateral de las arterias carótidas internas en la cavi-
atrás (cf embriología). Por ello, y debido a factores poco dad sinusal esfenoidal. La punta de flecha indica la presencia de
conocidos, la cavidad sinusal puede estar más o menos un tabique sinusal accesorio insertado en el conducto carotídeo
próxima a la pared posterior del cuerpo esfenoidal. Esto izquierdo.
permite definir tres tipos de senos esfenoidales, depen-
diendo de sus relaciones con la pared anterior de la silla
turca: el 60% alcanza el borde anterior de la silla turca inserción lateral. El tabique interesfenoidal puede inser-
y se proyectan bajo su piso, denominándose «selares», tarse en el conducto carotídeo (Fig. 27).
el 40% alcanza sólo el borde anterior y se denominan El nervio óptico está especialmente expuesto a los
«preselares» y, por último, menos del 1% de los senos traumatismos peroperatorios y a la difusión de las infec-
esfenoidales no están neumatizados. Estos últimos consti- ciones [2, 14, 18] en caso de neumatización de la clinoides
tuyen una contraindicación para la cirugía hipofisaria por anterior con prominencia del conducto óptico en la cavi-
vía transesfenoidal [7, 18, 25] . dad sinusal (Fig. 25).
La cavidad sinusal principal también puede neumatizar Una celdilla de Onodi hiperneumatizada puede exten-
las estructuras óseas contiguas. Se observa, en particular, derse a la parte anterolateral del seno esfenoidal, que en
una neumatización del ala mayor del esfenoides en el 48% tal caso es hipoplásico, provocando una modificación de
de la población. El ala menor del esfenoides, la apófisis las referencias quirúrgicas habituales. Si existe una neu-
clinoides anterior (Fig. 25), la apófisis pterigoides (25%) matización asociada de la apófisis clinoides anterior, el
(Fig. 26), la apófisis orbitaria del palatino y la apófisis basi- conducto del nervio óptico protruye en la celdilla de
lar también pueden estar neumatizadas [7, 26] . Por último, Onodi, lo que tiende a aumentar el riesgo quirúrgico [14, 18] .
el vómer, hueso impar medial que constituye la parte pos- La hiperneumatización del seno esfenoidal suele aso-
terior del tabique nasal, puede estar neumatizado. ciarse a una prominencia del conducto óptico arriba y por
La carótida interna puede ser procidente en el seno delante, y del conducto carotídeo arriba y detrás en el seno
esfenoidal por dehiscencia de la pared ósea de la caró- esfenoidal [2] .
tida interna intracavernosa (Fig. 27). Esta conformación Por último, en ocasiones existe una dehiscencia del
anatómica favorece su lesión quirúrgica [2, 14, 18] . El riesgo techo esfenoidal, que aumenta el riesgo de lesión hipo-
es mayor cuando el tabique interesfenoidal presenta una fisaria peroperatoria (Fig. 28).

14 EMC - Otorrinolaringología
Anatomía de las cavidades nasosinusales  E – 20-265-A-10

del techo esfenoidal presenta un abombamiento corres-


pondiente al relieve de la silla turca;
• la pared lateral del seno esfenoidal presenta dos relieves
importantes (Fig. 24):
◦ el relieve del nervio óptico, arriba, que en algu-
nos casos puede estar denudado o ser procidente. El
conducto óptico está situado en el ángulo posterosu-
perior entre las paredes lateral, posterior y superior,
y cruza horizontalmente el conducto carotídeo de
lateral a medial [18] ,
◦ el relieve de la arteria carótida interna, al nivel de la
unión de las paredes posterior y lateral. Este relieve
es variable y puede presentarse como un abomba-
miento focal de la pared o marcar todo el trayecto
intracavernoso de la arteria [18] ;
• la pared medial corresponde al tabique intersinusona-
sal;
Figura 28. Dehiscencia del techo esfenoidal izquierdo. Tomo- • la pared inferior del seno.
grafía computarizada del macizo facial en corte coronal centrado
en el seno esfenoidal. La flecha blanca indica la presencia de una
dehiscencia del techo esfenoidal izquierdo.

Vascularización
“ Punto importante
La cavidad sinusal esfenoidal está revestida por una Las tres referencias anatómicas que delimitan el
mucosa delgada de tipo respiratorio que está poco vas-
área de esfenoidotomía endoscópica son:
cularizada y contiene algunas glándulas cerca del ostium.
• cola del cornete superior;
La vascularización arterial procede de dos sistemas [8] :
• el sistema carotídeo externo a través de la arteria del
• tabique nasal;
conducto pterigoideo y de la arteria pterigopalatina, • coana.
que son ambas ramas de la arteria maxilar interna;
• el sistema carotídeo interno a través de la arteria etmoi-
dal posterior.
Anatomía radiológica
Las venas que drenan el seno esfenoidal llegan a la fosa
pterigomaxilar y se anastomosan con las venas maxilares Cortes coronales
internas. Muchos ramos venosos perforan directamente la Permiten apreciar el grado de neumatización, en par-
pared lateral para drenar en el seno cavernoso o en el seno ticular lateralmente hacia el nervio óptico, la carótida
coronario de la silla turca. Este segundo elemento es par- interna y las apófisis pterigoides [2, 15, 16] . La neumatización
ticularmente importante para explicar las complicaciones de las apófisis pterigoides no aumenta el riesgo quirúrgico.
venosas de las sinusitis esfenoidales [8] . Se pueden analizar las relaciones con la base del cráneo
Los linfáticos drenan en los ganglios retrofaríngeos [8] . (Fig. 26).
Cortes axiales
Inervación
En los cortes axiales [2, 15, 16] , se estudian la neumatiza-
La inervación del seno esfenoidal depende esencial-
ción del seno y las variantes anatómicas derivadas de ésta.
mente del sistema trigémino-simpático de las fosas nasales
Se pueden observar las relaciones con el etmoides poste-
y del nervio etmoidal posterior [8] .
rior, el conducto óptico y la carótida interna. El ostium
esfenoidal también puede identificarse, así como el tabi-
Anatomía endoscópica que interesfenoidal y su inserción posterior (Figs. 25 y 27).
La endoscopia del seno esfenoidal se realiza después Cortes sagitales
de efectuar una esfenoidotomía, es decir, la abertura de Las reconstrucciones sagitales permiten visualizar las
su pared anterior. En este artículo, se presenta la esfe- relaciones anteriores e inferiores. Se estudian las relacio-
noidotomía por vía transnasal, por acceso del receso nes superiores del seno con la hipófisis y la base del cráneo.
etmoidoesfenoidal (Figs. 22 y 29). Las tres referencias ana- Se evalúan la neumatización de la cavidad y las variantes
tómicas que marcan el área de la esfenoidotomía son el anatómicas derivadas de ésta [2, 15, 16] .
cornete superior, el tabique nasal y la coana [15] . Para tener
una visualización adecuada del receso etmoidoesfenoidal,
la óptica se sitúa en posición medial respecto a la raíz tabi- Cavidades nasales
cante del cornete medio. Si éste es voluminoso, su cola
Anatomía descriptiva
se puede resecar para facilitar la exposición. A continua-
ción, se identifica el ostium del seno esfenoidal, que está Anatomía clásica
situado al nivel de la cola del cornete nasal superior. Suele Ambas cavidades nasales están separadas por un tabique
describirse que la parte posteroinferior de la cola del cor- medial, el tabique nasal. En la mayoría de los casos, son
nete superior se sitúa encima y medialmente al ostium asimétricas y presentan cuatro paredes: una pared medial
esfenoidal [18] . A continuación, se realiza la esfenoidoto- que corresponde al tabique nasal, una pared lateral, una
mía introduciendo parcialmente el extremo de una pinza pared inferior o piso, y una pared superior que pertenecen
recta, con las puntas cerradas, en el ostium. Después de a la base del cráneo [12] .
progresar 3-4 mm, esta pinza se abre imprimiéndola un Pared superior de las cavidades nasales (Fig. 30), que
movimiento lento de rotación. El orificio ampliado de este constituye el techo de dichas cavidades. Puede dividirse
modo permite la introducción de una pinza de Citelli para en tres porciones que son, de delante hacia atrás [8] :
ampliar la abertura en sentido medial e inferior [15] . Una • la zona frontonasal: es gruesa y está constituida por la
vez abierta la pared anterior, se puede efectuar la sinusco- cara posterior de los huesos nasales y el hueso frontal al
pia, que permite identificar: nivel de la espina y de la parte medial del seno frontal;
• el techo del seno esfenoidal, que suele estar en conti- • la zona olfatoria (denominada también «etmoidal»):
nuidad con el techo etmoidal. La parte posteromedial es frágil y está constituida por la lámina cribosa del

EMC - Otorrinolaringología 15
E – 20-265-A-10  Anatomía de las cavidades nasosinusales

Figura 29. Referencias anatómicas de la esfenoidotomía endoscó-


pica.
A. Vista endoscópica del receso esfenoetmoidal izquierdo. 1. Cornete
superior; 2. tabique nasal; 3. ostium esfenoidal izquierdo; 4. coana.
B. Vista endoscópica.
C. Colocación de la óptica. 1. Ostium esfenoidal; 2. proyección del
ostium esfenoidal en la pared anterior del esfenoides; 3. esfenoides; 4.
óptica y su haz luminoso.

Figura 31. Cornete nasal inferior derecho en vista medial. 1.


Apófisis etmoidal; 2. apófisis maxilar; 3. conducto nasolagrimal;
4. apófisis lagrimal.

palatino anterior, que se sitúa sobre el tabique a 1,5 cm


del borde anterior del piso. La lámina horizontal del pala-
tino forma su tercio posterior. Se relaciona debajo y por
delante con el borde alveolar y las raíces de los incisivos
y con la bóveda palatina debajo y detrás [8] .
Figura 30. Paredes de las cavidades nasales. Fosa nasal Pared lateral de las cavidades nasales: puede equipararse
izquierda, tabique nasal. 1. Espina nasal del hueso frontal; 2. a un cuadrilátero de 4 cm de lado. Es un tabique sagital con
hueso nasal; 3. lámina perpendicular del etmoides; 4. cartílago oblicuidad superoinferior y de medial a lateral. Constituye
septal; 5. crista galli; 6. lámina cribosa del etmoides; 7. esfe- el tabique intersinusonasal. Se divide en tres regiones que
noides; 8. vómer; 9. lámina horizontal del palatino; 10. apófisis se definen respecto a los cornetes [8] .
palatina del maxilar; 11. conducto palatino anterior. Región turbinal. Representa los tres cuartos de la
pared externa y consta de los cornetes y los meatos. Los
etmoides por delante y la apófisis etmoidal del esfenoi- cornetes son láminas óseas delgadas, con una oblicuidad
des detrás; inferomedial y enrolladas sobre sí mismas con una cur-
• la zona esfenoidal: consta de un segmento anterior ver- vatura de concavidad lateral. Cada cornete consta de una
tical que corresponde a la cara anterior del cuerpo del base de implantación lateral, un borde libre medial (divi-
esfenoides y un segmento posterior, oblicuo en sentido dido en cabeza, cuerpo y cola) situado en la cavidad nasal,
posteroinferior, que corresponde a la cara inferior del una cara medial nasal y una cara lateral orientada hacia el
cuerpo del esfenoides. tabique intersinusonasal que forma con él un meato. Exis-
Pared inferior de las cavidades nasales (Fig. 30), que ten tres cornetes contantes (superior, medio e inferior) y
constituye el piso de dichas cavidades. En sus dos ter- cornetes inconstantes [12] :
cios anteriores, está constituida por la apófisis palatina • el cornete inferior (Figs. 8 y 31) es el más largo de los
del hueso maxilar. Presenta, en esta porción, el conducto cornetes y mide 3,5-4 cm. Es un hueso independiente.

16 EMC - Otorrinolaringología
Anatomía de las cavidades nasosinusales  E – 20-265-A-10

◦ el meato medio es la confluencia de drenaje de


los senos anteriores (Figs. 8 y 32). Tiene forma de
embudo aplanado transversalmente, abierto debajo
y por delante. Está limitado medialmente por la cara
lateral cóncava del cornete medio. Su cara externa
consta de:
– un segmento anterior o maxilar que se relaciona
con el agger nasi y el conducto nasolagrimal. Este
último está excavado en el borde posterior de la
apófisis ascendente del maxilar y completado por
la unciforme arriba y la apófisis unciforme del cor-
nete inferior abajo [8, 15] ,
– un segmento posterior que se relaciona con la
lámina vertical del palatino [8, 15] ,
– un segmento medio, que consta de los relieves de
la unciforme y de la bulla etmoidal, los canales
Figura 32. Paredes laterales de las cavidades nasales que uncibular y retrobullar, así como los orificios de
muestran los meatos y los orificios de drenaje sinusales en la cavi- las celdillas [8, 15] ;
dad nasal. Fosa nasal izquierda. En rojo: canal uncibular. En azul: ◦ el meato superior [8, 15] : está limitado arriba por la
canal retrobullar. 1. Meatos de las celdillas etmoidales posterio- inserción del cornete superior, medialmente por la
res; 2. cornete supremo; 3. cornete superior; 4. cornete medio; cara lateral del cornete superior y lateralmente por la
5. cornete inferior; 6. bulla etmoidal; 7. conducto nasofrontal; cara medial de la masa lateral del etmoides. En él dre-
8. meatos de las celdillas de la unciforme; 9. meatos de las cel- nan las celdillas etmoidales posteriores (Figs. 8 y 32),
dillas meáticas; 10. ostium natural del seno maxilar; 11. orificio ◦ el meato de Santorini [8, 15] es un meato situado bajo
del conducto lagrimal. el cornete supremo. En él drenan las celdillas etmoi-
dales posteriores (Fig. 32).
Región preturbinal [8, 12] . Consta de un segmento
Su borde superior presenta una oblicuidad inferior y anterior, que corresponde a la pared medial de la pirá-
posterior. Se inserta en la cresta turbinal inferior de mide nasal, y un segmento posterior, que corresponde a
la apófisis ascendente del maxilar por delante y en la la pared lateral de la fosa nasal situada por delante de los
cresta del palatino detrás. Presenta tres apófisis: la apó- cornetes (Figs. 8 y 32).
fisis maxilar (que desciende y ocupa toda la parte del Región supraturbinal [8, 12] . Es la porción plana y lisa
hiato maxilar situada por debajo del borde superior comprendida entre la línea de inserción de los cornetes
del cornete), la apófisis lagrimal (que asciende hacia la etmoidales y la lámina cribosa. Mide 5 mm de altura por
unciforme y completa medialmente el tercio inferior delante y 8 mm de altura detrás. Al nivel posterior, forma
del canal lagrimal para formar el conducto lagrimal) y junto con la cara anterior del esfenoides una depresión
la apófisis etmoidal inconstante (que se dirige hacia la denominada «receso esfenoetmoidal» (Fig. 32):
apófisis unciforme del etmoides); • el tabique nasal: está constituido por un esqueleto
• el cornete medio (Figs. 8 y 32): es un cornete etmoi- osteocartilaginoso compuesto por la lámina perpendi-
dal que prolonga hacia abajo la lámina de los cornetes. cular del etmoides arriba y detrás, el vómer debajo y
Ocupa toda la longitud de la masa lateral del etmoides, detrás, y el cartílago cuadrangular por delante (Fig. 30).
a la que sobrepasa por delante y por detrás. Mide un pro- Los distintos componentes del tabique nasal pueden
medio de 40 mm de largo. Su borde superior se inserta presentar variaciones anatómicas. El vómer puede ser
en su parte más anterior en la cresta turbinal supe- bífido. La lámina perpendicular del etmoides puede
rior de la apófisis ascendente del maxilar. En sus cuatro estar neumatizada. Uno de los componentes del tabi-
centímetros posteriores, se inserta en la lámina de los que nasal puede estar ausente. Por último, el tabique
cornetes, dirigiéndose primero hacia abajo y hacia atrás, nasal puede estar desviado en su porción ósea o car-
y después horizontalmente hacia el ángulo posteroinfe- tilaginosa, o presentar un espolón óseo. La lámina
rior de la masa lateral. Detrás, se fija en la cresta turbinal perpendicular del etmoides muy pocas veces está
superior del palatino. El cornete medio puede presentar desviada [10] .
una convexidad paradójica con una frecuencia del 11%
en la población. Esta conformación anatómica estrecha Vascularización
el meato medio y complica su acceso quirúrgico [14] ; Las fosas nasales presentan un sistema sanguíneo pro-
• el cornete superior mide un promedio de 17 mm, fuso y complejo que consta de redes intramucosas,
es inconstante y es un cornete etmoidal (Fig. 32). El arterias, venas de drenaje y un sistema linfático.
cornete supremo, inconstante, es un cornete etmoi- Las redes intramucosas están situadas en el corion y
dal situado por encima del cornete superior (Fig. 32). constan de redes arteriales, venosas y capilares. En la
Cada cornete delimita con la pared lateral de la cavidad mucosa respiratoria, incluyen elementos característicos
nasal una zona denominada meato. Existen tres mea- que intervienen en la regulación de la circulación local.
tos principales que se relacionan con los tres cornetes Estos elementos son:
principales: • el tejido cavernoso, que se encuentra principalmente
◦ meato inferior (Figs. 8 y 32): tiene forma de embudo al nivel de la cara medial del cornete inferior, del
aplanado transversalmente, abierto debajo y detrás, y borde inferior del cornete medio, de la cola del cor-
cerrado por delante. Está limitado medialmente por nete superior, del perímetro del agujero esfenopalatino
la cara lateral cóncava del cornete inferior. Lateral- y del tubérculo del tabique. Este tejido está constituido
mente, está limitado en su tercio anterior por la pared por paredes venosas particulares provistas de una capa
lateral formada a este nivel por la apófisis ascendente gruesa de fibras musculares lisas. Las regiones en las que
del maxilar, en su tercio medio por la parte inferior están presentes son auténticas zonas eréctiles [8] ;
del hiato maxilar cerrada por la apófisis maxilar del • los dispositivos de bloqueo, que son engrosamientos de
cornete inferior y en su tercio posterior por la cara la pared vascular [8] ;
medial de la lámina vertical del palatino. El orificio • las anastomosis arteriovenosas [8] ;
inferior del conducto lagrimal se sitúa en el meato Vascularización arterial. La vascularización arte-
inferior, a alrededor de 1 cm de la cabeza del cornete rial [8, 12] procede de dos sistemas carotídeos (Fig. 33).
inferior [8, 15] , El sistema carotídeo externo, responsable del 75% de la

EMC - Otorrinolaringología 17
E – 20-265-A-10  Anatomía de las cavidades nasosinusales

realiza por nervios comunes, y la inervación sensorial, que


emplea vías diferentes. La inervación de las sensibilidades
general y vegetativa depende de nervios procedentes del
trigémino, a través de sus ramos oftálmico (V1) y maxilar
(V2).
La inervación sensorial de la cavidad nasal procede de
las prolongaciones de las células del epitelio neurosen-
sorial de la zona olfatoria, que se agrupan, atraviesan la
lámina cribosa y hacen sinapsis con las neuronas de los
bulbos olfatorios [8, 12] .

“ Punto importante
La vascularización arterial de las fosas nasales
depende en un 75% del sistema carotídeo externo
y en un 25% del sistema carotídeo interno.
Figura 33. Vascularización de las cavidades nasales (de [27] ). 1.
Rama del tabique nasal; 2. tabique nasal levantado; 3. rama nasal
externa de la arteria etmoidal anterior; 4. ramas alares de la arte-
ria nasal; 5. anastomosis entre la rama septal inferior de la arteria Anatomía endoscópica
esfenopalatina y la arteria palatina mayor en el conducto incisivo;
6. anastomosis entre la rama septal de la arteria esfenopalatina En un primer tiempo, se visualiza el vestíbulo, que
y la arteria palatina mayor en el conducto incisivo; 7. rama sep- corresponde a la entrada de la cavidad nasal. Es un con-
tal y nasal lateral de la arteria etmoidal posterior; 8. rama septal ducto tapizado por un revestimiento interno cutáneo en
posterior de la arteria esfenopalatina; 9. arteria esfenopalatina; el que se implantan las vibrisas. A través de su orifi-
10. agujero esfenopalatino; 11. ramas nasales posterolaterales de cio inferior o superficial, la cavidad nasal se comunica
la arteria esfenopalatina; 12. arteria maxilar; 13. arteria palatina con el exterior. Su orificio superior o profundo marca el
mayor. inicio de la cavidad nasal [9] . El orificio profundo tiene
una sección 1,4-1,6 veces mayor que el orificio superfi-
vascularización de las cavidades nasales, y el sistema caro- cial. El orificio profundo corresponde a la zona de unión
tídeo interno, del que depende el otro 25%. entre el revestimiento cutáneo y mucoso. Es piriforme,
Las arterias procedentes del sistema carotídeo son: más amplio en su parte inferior. La parte superior y afi-
• la arteria esfenopalatina, que proviene de la arteria lada de este orificio profundo constituye la válvula nasal.
maxilar interna y se divide en una rama externa y una Esta última está formada por el borde caudal del cartí-
rama interna: lago lateral superior lateralmente (limen nasi) y por la
◦ la arteria de los cornetes (rama externa), destinada parte superior del cartílago cuadrangular medialmente,
a la vascularización de la pared lateral de la cavidad que forma un ángulo diedro. La parte inferior de este ori-
nasal a través de las arterias del cornete medio y del ficio se denomina región infra o subvalvular; la cabeza
cornete inferior, del cornete inferior se proyecta en ella. La región valvular
◦ la arteria nasopalatina (rama interna), que da origen asocia la válvula propiamente dicha y la región infraval-
a la arteria del cornete superior, y se anastomosa con vular. Controla la dirección de las corrientes de aire. La
la arteria palatina descendente en el conducto pala- válvula septoturbinal, más posterior, es una unidad anato-
tino anterior. Participa en la formación de la mancha mofisiológica limitada medialmente por el tabique nasal
vascular. La arteria del cornete superior vasculariza y lateralmente por la mucosa del cornete inferior. El papel
el cornete superior, el meato correspondiente y las de la válvula septoturbinal consiste en regular la resisten-
celdillas etmoidales posteriores; cia nasal [28] . A continuación, se explora el tabique nasal.
• la arteria facial, que da dos colaterales, la arteria labial El borde posterior del tabique marca el límite interno de
superior y la arteria del ala nasal, así como una rama la coana [15] .
terminal denominada «arteria angular». En la pared lateral de la cavidad nasal, se visualizan los
Las arterias procedentes del sistema carotídeo interno cornetes y los meatos:
provienen de la arteria oftálmica y son la arteria etmoidal • el cornete inferior es el primer relieve visible cuando
anterior y la arteria etmoidal posterior (Fig. 17). se introduce el endoscopio. Su cabeza, engrosada, se
Las ramas arteriales procedentes de los dos sistemas sitúa a alrededor de 1 cm de la abertura piriforme. Su
carotídeos se anastomosan entre sí, en particular en cola, afilada y libre, forma parte de la pared lateral de la
la región anteroinferior del tabique nasal, donde for- coana y se encuentra a alrededor de 10 mm del orificio
man una profusa red anastomótica denominada «mancha tubárico [15] ;
vascular» o «zona vascular de Kiesselbach». Esta zona se • el meato inferior [15] está situado bajo el cornete inferior,
sitúa a alrededor de 1 cm del orificio nasal a ambos lados cuya cabeza marca el límite anterior. Se explora con más
del tabique. facilidad, de detrás hacia delante. El orificio inferior del
Drenaje venoso. El drenaje venoso se realiza por conducto lagrimal se identifica en su cuadrante antero-
venas anteriores que confluyen en la vena facial, venas superior, alrededor de 1 cm por detrás de la cabeza del
posteriores que desembocan en el plexo maxilar interno cornete inferior (Fig. 34);
y venas superiores que drenan en la vena oftálmica [8, 12] . • el cornete medio se identifica por encima y por detrás
Drenaje linfático. Las redes intramucosas están dis- del cornete inferior, mide 40 mm de largo y presenta
puestas en una capa superficial subepitelial y una capa una concavidad medial. Su cola forma la pared late-
profunda yuxtaperióstica. Drenan hacia los ganglios ral del receso etmoidoesfenoidal. Su cabeza está situada
parotídeos, los ganglios subdigástricos y los ganglios retro- en el marco del opérculo formado por la arista septal
faríngeos laterales [8, 12] . superior medialmente y el pliegue preturbinal de Terrier
lateralmente. El pliegue preturbinal es una zona que
Inervación une la inserción superior de la cabeza del cornete medio
La inervación de las fosas nasales es de tres tipos: iner- con el dorso del cornete inferior; corresponde al relieve
vación de las sensibilidades general y vegetativa, que se del agger nasi (Fig. 35). Por fuera de la cara lateral del

18 EMC - Otorrinolaringología
Anatomía de las cavidades nasosinusales  E – 20-265-A-10

Figura 34. Meato inferior derecho y ori-


ficio lagrimal inferior.
A. Esquema. 1. Cornete inferior; 2. orificio
del conducto lagrimal; 3. coana; 4. pared
lateral de la cavidad nasal.
B. Vista endoscópica.

de la coana debajo. Su pared posterior [15] está marcada por


la abertura del ostium esfenoidal (Fig. 29).
La parte inferior de la pared posterior de las cavida-
des nasales corresponde a las coanas, compuestas por el
arco coanal superior y el umbral coanal inferior; forman
el orificio posterior de la cavidad nasal [9, 15] .

 Conclusión
La anatomía de las cavidades nasosinusales es com-
pleja. Sin embargo, su conocimiento y su dominio son
esenciales para el clínico, con el fin de comprender la fisio-
patología de las afecciones nasosinusales, pero también
para el cirujano con el fin de realizar un tratamiento qui-
Figura 35. Pliegue preturbinal de una fosa nasal derecha rúrgico eficaz sin lesionar las estructuras nobles situadas
(de [9] ). 1. Agger nasi; 2. cornete medio; 3. dorso del cornete en la periferia de los senos. Las pruebas de imagen sinusa-
inferior; 4. ostium del seno maxilar; 5. tabique nasal. les, representadas esencialmente por la TC sin contraste,
que tiende a sustituirse por la TCHC, es una herramienta
muy útil para estudiar la anatomía, comprender la pato-
cornete medio, se encuentra el meato medio, del que
logía y planificar mejor el tratamiento quirúrgico.
constituye la pared medial. Su cola es una referencia
importante, pues el agujero esfenopalatino está exca-
vado en la lámina vertical del palatino, a 1 cm por detrás
de la cola del cornete medio [9, 15] ;
 Bibliografía
• el meato medio [15] presenta tres relieves al nivel de la [1] Martin-Duverneuil N. Anatomie et imagerie du massif facial
porción anterior, su pared lateral, que son, de delante normal chez l’adulte. EMC (Elsevier Masson SAS, Paris),
hacia atrás: la prominencia lagrimal, la apófisis unci- Radiologie et imagerie médicale – musculosquelettique –
forme y la bulla etmoidal (Fig. 18). neurologique – maxillofaciale 2014;9(3):1–21 [30-830-A-
La estrella de los canales [15] (rondpoint bullar de Terrier) 10].
es una zona situada en la parte superior del canal uncibu- [2] Williams M. Radio-anatomie des cavités naso-sinusiennes.
lar (infundíbulo etmoidal). Es posible detallar esta zona En: Dubrulle F, Martin-Duverneuil N, Moulin G, editores.
con una óptica de 70◦ . Las tres ramas de la estrella están Imagerie en ORL. Issy-les-Moulineaux: Elsevier Masson;
formadas por los picos de la bulla, del cornete medio y 2010. p. 3–14.
de la unciforme (Fig. 18). Estas ramas están separadas por [3] Sadler TW. Special embryology-Head and neck. En: Sadler
los canales siguientes: el canal meático, que es anterior, TW, editor. Langman’s medical embryology. Philadelphia:
el canal uncibular, que es inferolateral, y el canal retrobu- Lippincott Williams and Wilkins; 1994. p. 363–402.
llar, que es superomedial. En el extremo inferior del canal [4] Naidich TP, Zimmerman RA, Bauer BS, Altman NR, Bila-
uncibular, se encuentra el ostium maxilar. El meato medio niuk LT. Midface: embryology and congenital lesions. En:
presenta en su porción más posterior una zona depresi- Som PS, Curtin HD, editores. Head and neck imaging. St
ble que corresponde a la zona de las fontanelas en la que Louis: CV Mosby; 1996. p. 4–13.
se observa en ocasiones un orificio accesorio de Giraldès, [5] Ritter R. The paranasal sinuses: anatomy and surgical tech-
nique. St Louis: CV Mosby; 1978.
y una zona más resistente que corresponde a la lámina
[6] Alberti P. Applied surgical anatomy of the maxillary sinus.
vertical del palatino.
Otolaryngol Clin North Am 1976;9:3–20.
El cornete superior puede visualizarse si el endoscopio
[7] Naidich TP, Zimmerman RA, Bauer BS, Altman NR, Bila-
se dirige hacia arriba [15] . La parte posterior de su borde niuk LT. Anatomy and physiology. En: Som PS, Curtin HD,
libre está situada unos milímetros por fuera del ostium editores. Head and neck imaging. St Louis: CV Mosby; 1996.
esfenoidal. Su pared lateral constituye la pared medial del p. 3–60.
meato superior, en el que puede observarse el ostium de [8] Legent F, Perlemuter L, Vandenbrouck Cl. Cahiers
las celdillas etmoidales posteriores. d’anatomie ORL. Paris: Masson; 1980, 134p.
Por último, se explora la pared posterior de las cavidades [9] Klossek JM, Desmons C, Serrano E, Percodani J. Anatomie
nasales. Su parte superior corresponde al receso etmoi- des cavités nasosinusiennes. EMC (Elsevier Masson SAS,
doesfenoidal, que está situado medialmente respecto al Paris), Oto-rhino-laryngologie 1997:1–0 [20-265-A-10].
meato superior. Está limitado por el tabique nasal medial- [10] Terracol J, Ardouin P. Anatomie des fosses nasales et des
mente, el cornete superior lateralmente y la parte superior cavités annexes. Paris: Maloine; 1965.

EMC - Otorrinolaringología 19
E – 20-265-A-10  Anatomía de las cavidades nasosinusales

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J. Delmas, Interne.
T. Radulesco, Chef de clinique assistant.
Service d’ORL et chirurgie cervico-faciale, CHU La Conception, 147, boulevard Baille, 13385 Marseille cedex 5, France.
A. Varoquaux, MD-PhD, Professeur des Universités, praticien hospitalier.
Service de radiologie, CHU La Conception, 147, boulevard Baille, 13385 Marseille cedex 5, France.
J.-M. Thomassin, Professeur des Universités, praticien hospitalier.
P. Dessi, Professeur des Universités, praticien hospitalier.
J. Michel, MD-PhD, Praticien hospitalo-universitaire (Justin.MICHEL@ap-hm.fr).
Service d’ORL et chirurgie cervico-faciale, CHU La Conception, 147, boulevard Baille, 13385 Marseille cedex 5, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Delmas J, Radulesco T, Varoquaux A, Thomassin JM, Dessi P, Michel
J. Anatomía de las cavidades nasosinusales. EMC - Otorrinolaringología 2018;47(2):1-20 [Artículo E – 20-265-A-10].

Disponibles en www.em-consulte.com/es
Algoritmos Ilustraciones Videos/ Aspectos Información Informaciones Auto- Caso
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