Está en la página 1de 4

¿DE QUÉ LADO ESTÁ JESÚS?

Mateo 13:18-23, viernes, julio 23 de 2021

La humanidad suele recurrir a las religiones para resolver


las contradicciones de la vida. Prácticamente todas las
religiones plantean un ideal de ser humano que no
corresponde con lo que somos sino con lo que deberíamos
ser. Vivir en tal tensión entre el ser y el deber ser (voluntad
divina) resulta en un llamado permanente a la conversión.
Otras veces se acude a rebajar el nivel de exigencia religiosa,
o a justificar que lo que se es corresponde con el ideal
religioso. Es el caso de los que sienten encarnar en ellos la
verdad divina y se sienten autorizados para hacer su propia
voluntad1 y sacar adelante sus propios intereses en nombre
de Dios. Se apoderan de Dios como lo soldados de la
Reconquista española haciendo de ¡Santa María! su grito de
guerra; los Cruzados con su consigna ¡Dios lo quiere!; los
centroeuropeos invadiendo territorios al grito ¡gesta del
Dios de los francos!; los soldados nazis con su inscripción
¡Dios con nosotros! (Gott mit uns); las batallas de Lepanto y
Murat a nombre de la Virgen; los musulmanes con su
consigna ¡guerra de Allá! e incluso el imperio
norteamericano con son moneda ¡En Dios confiamos! San
Bernardo de Claraval bendijo las Cruzadas y el exterminio de
los cátaros franceses. El escritor Dostoyevsky plantea el
dilema en los Hermanos Karamasov cuando el padre expresa
que si Dios no existe todo está permitido. Como si Dios
pudiera forzar al ser humano a hacer siempre el bien. Es el
caso de los fundamentalistas que a nombre de Dios han
masacrado pueblos enteros. Todas sus acciones estarían
redimidas por adelantados pues se sienten instrumentos en

1
Para algunos los casos de pedofilia en la iglesia corresponderían a tal ideología.
El papa Francisco ha señalado el clericalismo (poder del clero) como una de las
causas lamentables: a nombre de Dios reclamar dominio sobre otros.
las manos divinas. Se dio el caso cuando Lutero absolvió por
adelantado a sus príncipes en la masacre de campesinos y
seguidores de Tomás Müntzer porque no eran más que la
espada divina haciendo su justicia a herejes. ¿No será lo que
subyace a la crisis ecológica? Si Dios Creador existe entonces
la tierra es nuestra, parece ser el axioma teológico de la
destrucción del planeta 2 . Para otros, lo contario sería
igualmente sustentable: Si Dios no existe, entonces todo está
prohibido, pues el inconsciente no se liberaría de todo su
carga opresiva.
Para beneficiar a Israel, a veces, le tocaba a Yahvéh
aprobar sus excesos con otros pueblos. Israel obraba a
nombre de Yahvéh Shabbaot (Señor de los ejércitos). Pero
entraba en conflicto su supuesta justicia con su indeclinable
misericordia. El triunfo final sería de la misericordia y no de
la justicia. El conflicto interno tiene mucho de psicoanalítico
(tanto en el judaísmo como en el cristianismo) porque
escudriña el encuentro traumático entre el “yo” y las
exigencias que me hace el “otro” (el prójimo, el hermano, el
enemigo). El desafío es que coincida mi voluntad con la
voluntad divina; algunos místicos predicando la renuncia a la
voluntad propia; otros postulando un viaje al interior y
haciendo coincidir el retorno a sí mismo como el retorno a
Dios. Algo desconocido y lejano al judaísmo. De Dios nada es
expresable sin el encuentro con el otro, con la viuda, el
huérfano y el extranjero, con el que sufre. Es el dilema
Sócrates o Jesús. A nombre de Dios se puede hacer el mal,
como expresa Pascal: “Nunca se hizo el mal con mayor
crueldad y con mejor buena conciencia que cuando el mal se
hizo a nombre de Dios.” El amor a Dios como supresión de la
ética como ya se insinúa en la muy citada pero complicada

2
Postulado básico de la llamada teoría del Diseño Inteligente que adopta la
Prosperity Gospel (teología de la Prosperidad). Un Dios absolutamente
capitalista que desea que sus seguidores lo sean también.
fórmula de san Agustín: “Ama y haz lo que quieras”. Una
interpretación perversa sería: ama a Dios y haz al prójimo lo
que quieras.
Lo anterior para decir que la lectura alegórica de la
parábola de la “siembra pródiga” puede esconder intereses
distanciados de lo que pudo ser la parábola original de Jesús
y acomodados a la comunidad cristiana. Parece esconder una
concepción dualista similar a la del imperio romano: “Quien
no está con nosotros, está contra nosotros”. Un mundo dividió
entre “nosotros” y “ellos”, buenos y malos, ángeles y
demonios, Dios y el diablo. Un dualismo que también
heredaron los judíos de Babilonia y fue introducido por
algunos padres de la iglesia en el cristianismo. Las palabras
del reinado de Dios, que eran para todos pero algunos no las
entienden y sin embargo son arrebatadas por el Maligno. Las
parábolas como enigmas extraños solo para algunos
entendidos. Las parábolas como un lenguaje críptico y
esotérico. Precisamente junto al camino encuentra Jesús a
Bartimeo y pide a los cristianos que recojan a sus invitados
de los caminos, los marginados, los desechados del sistema
social y religioso de entonces. Los mismos cristianos fueron
antes llamados “los del camino”. Ahora es el Maligno el
habitante de los caminos.
Hay otros que no tienen raíces (desarraigados) para la
palabra y los arrastra la tormenta. Estos no parecen dignos
de la predicación. Si tipifican algunos primeros cristianos
que volvieron a su antigua vida entonces es imagen válida
para la época ¿podemos hacerla válida para todos los
tiempos? El apóstol Pablo tipifica la lucha interior de todo
ser humano: «Puesto que no hago el bien que quiero, sino que
obro el mal que no quiero. Y, si hago lo que no quiero, no soy
yo quien lo obra, sino el pecado que habita en mí.» (Rm
7:19-20). Somos a la vez justos y pecadores, malos santos y
malos pecadores. Sería preferible decir, de forma menos
maniquea, que obramos a veces como humanos y a veces
como divinos (movidos por la gracia). Nos mueven nuestros
propios intereses muchas veces, pero también la gracia
divina muchas otras. Cuando hacemos el bien no nos
pertenece como ya lo expresaban san Bernardo de Claraval y
san Alberto Magno: “Propiamente propio no tenemos más que
nuestro pecado, pues el bien que hacemos pertenece a Dios.”
Cuando actuamos racionalmente a veces lo hacemos en bien
del otro y a veces en daño del otro. El mensaje cristiano es de
responsabilidad frente a los demás pues cada creyente debe
sentirse responsable de la suerte de La humanidad.
Quizás la imagen de la siembra en medio de espinas sea la
mejor representación de la mayoría de los seres humanos.
Somos mezcla de espinas y de rosas. Lo que el mensaje de
Jesús nos trae es un regalo de libertad y responsabilidad
frente a los demás. Quizás hemos exaltado más la libertad
(individual y burguesa) que la responsabilidad (frente a los
demás y la naturaleza). Pocos o quizás ninguno puede
declararse tierra buena para el evangelio pues para todos es
un mensaje difícil de vivir aunque sea fácil de entender.
En la lectura alegórica de la parábola se dieron lecturas
cabalísticas del producido. Se pretendió ver la Trinidad en el
30%, los días de la creación en el 60% y la perfección en el
100%. La parábola del trigo y la cizaña tiene al final una
mejor solución a la cosecha: «No, no sea que, al recoger la
cizaña, arranquéis a la vez el trigo.» (Mt 13:29). Los criterios
humanos de cosecha o producción pueden ser bastante
interesados y egoístas. A Noé le toca acomodar en el arca
animales puros e impuros (según las ideas cultuales del
judaísmo). Seguramente muchos cristianos se declararon a sí
mismos tierra buena y declararon a otros polvo del camino,
tierra pedregosa, tierra de espinas. Como los soldados
alemanes: ¡Dios con nosotros!, y no con los enemigos. Pero
realmente Dios estaba era con los judíos gaseados en los
campos de concentración. Cuando se triunfa en una batalla,
Dios se solidariza con los vencidos, no con los vencedores.

También podría gustarte