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OSHÚN

Esta representa al amor y a las aguas dulces, es decir, a los ríos. Desde otros
puntos de vista es aquella que da intensidad de los sentimientos, la sensualidad
humana, el amor y la feminidad. Asimismo, es vista como la protectora y
defensora de las embarazadas. No obstante, en su interior ella lleva severidad,
sufrimiento e inmensa tristeza, por lo que, puede castigar de forma inigualable.
En la mayoría de los casos es vista con mucha debilidad por diversos motivos,
como su belleza, su alegría exterior, por su relación con el dinero y las joyas y por
el hecho de ser mujer, pero como se mencionó anteriormente puede castigar y al
momento de hacerlo puede ser muy estricta y severa.
Los rituales por lo general van enfocados al amor, fertilidad, problemas
económicos, entre otras cosas.
Oshún es la deidad que representa el amor, las emociones y sentimientos,
además es símbolo de femineidad y fertilidad. Protectora de las mujeres y de los
vientres maternos, Oshún también es dueña del río, el oro, la miel y la dulzura.
No obstante, es una Orisha de fuerte ímpetu, muy severa, inflexible e intolerante a
las injusticias, sobre todo cuando una mujer es víctima de violencia o cuando se
interrumpe un embarazo.
Oshún es la única Orisha que no perdona y es más estricta con sus hijos que con
el resto de personas, ella es como el río, indetenible, no da vuelta atrás.
Cuando se la respeta y se la invoca adecuadamente, posee las claves del amor, el
éxito y el embarazo.
Se dice que Oshún es el protector de los pobres y la madre de todos los
huérfanos.
Oshún exuda sensualidad y todas las cualidades asociadas con el agua fresca y
fluida del río. Su brillante carisma puede iluminar una habitación, y su exuberante
figura femenina sugiere fertilidad y erotismo.
Lo interesante de esta diosa es que debajo de su encantadora belleza y actitud
locuaz, hay un sentimiento de tristeza y soledad.
Oshún Ololodí:
Es la apetebí de Orula, es una de las Oshún más viejas, tranquila y paciente. Es
un poco sorda por lo que en lugar de tocarle campana para pedirle, se le toca un
cencerro. Tampoco usa el habitual color amarillo característico de esta Orisha, por
lo que se le cambia por color naranja, mostaza o beige.

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