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Sumiso Por Mi Jefe. Libro Uno - Myranda Wolf
Sumiso Por Mi Jefe. Libro Uno - Myranda Wolf
Copyright
Capítulo uno
Capítulo dos
Capítulo tres
Capítulo cuatro
Capítulo cinco
Capítulo seis
Capítulo siete
Otros libros de Myranda Wolf
Sumiso por mi jefe
Libro Uno
Myranda Wolf
Giro mi cuello y veo a nadie más y nadie menos que Matt Turner
acercándose a mi. El CEO de la compañía, vestido con un impecable traje
gris que acentúa sus hombros anchos y sus ojos claros. Camina con pasos
seguros hacia mi, y se sienta del otro lado del escritorio, sin siquiera
estrechar mi mano.
“Uhmm si, soy yo. Alex Lund” Titubeo como un idiota, luego trato de
relajar la tensión con un chiste que me hace sonar todavía más idiota “No
sabía que los CEO entrevistaban ellos mismos a los candidatos….”
Momento...
¿Porque lo estoy mirando de esa manera?
Yo no soy gay...
No soy gay
“De hecho, no hay nada que yo disfrute más que guiar a alguien
inexperto….” Turner dice mientras se adelanta y apoya ambos codos en su
escritorio. Su voz suena como terciopelo, y no puedo evitar darle una
interpretación sexual a esa frase.
“Te espero mañana a las ocho. Puntual.” me ordena mientras no aleja sus
ojos grises de los míos, Parece que me estuviese follando con ellos. Algo en
mi me insta a obedecerle, y asiento con mi cabeza.
“Si…” titubeo.
“Si ¿qué?” aprieta mi mano un poco más fuerte. Está marcando su dominio,
mostrándome quien manda, Normalmente lo mandaría al demonio, no
importa que tan prestigiosa sea la compañía o que tan buena sea la paga.
Pero una parte de mi disfruta muchísimo esa sensación de ser subyugado
por este hombre tan atractivo.
“Si, ¿señor?”
“Nos vemos mañana, Señor Lund….” Ese saludo suena tan íntimo como
obsceno, y creo que mi polla va a estallar allí mismo.
“¿De veras lo has conseguido?” los ojos de Tom se abren con una
incredulidad que es casi ofensiva. Pero se lo dejo pasar porque es mi amigo
hace más de cinco años. Y porque fue el único que me ofreció un lugar
donde vivir cuando no tenía donde caerme muerto.
“O sea que ahora podrás pagar mejor cerveza…” Tom dice risueño antes de
darle un sorbo a su propia botella.
“No nos apresuremos….” digo, recordando lo nefasta que fue mi entrevista.
“Los primeros meses seguramente voy a estar a prueba….”
“¿Por qué?” Linda rompe el abrazo “No seas tan pesimista. Ya has formado
contrato…¿no es cierto?¿y te ha entrevistado nadie menos que el CEO en
persona...”
“Si…” asiento y le doy otro trago a mi cerveza. Tan solo recordar las
palabra del Sr. Turner al firmar me hacían temblar las rodillas de una
manera más que extraña.
Sumiso...
Él corriéndose en mi garganta…
Basta.
“¡Oh vamos, abuelo!” Linda pone sus ojos en blanco “No todos los días te
contrata un súper millonario…”
“Si, Señor….”
“Tan solo….traten de no hacer tanto ruido esta noche ¿si?” digo poniendo
mis ojos en blanco y terminando mi cerveza individual.
Ni con nadie.
No quiero pensar en estas cosas ahora. Debo estar lúcido y descansado
mañana. No es momento de revolcarme en mi propia mierda y analizar
porque , en mis veintitantos años de vida, jamás realmente disfruté del sexo.
Ruedo en mi cama, con esperanzas que desde ese ángulo no pueda escuchar
tanto a Tom y a Linda. Me equivoco. De hecho, ahora los escucho con
mejor detalle, y noto que Linda dice “Si,Señor” entre lastimosos gemidos
de placer y dolor. Inmediatamente, Matt Turner viene a mi mente.
Basta
Pero no puedo dejar de recordar sus ojos grises, enmarcados por sus cejas
oscuras, pobladas y masculinas, su quijada cuadrada y sus labios generosos.
Recuerdo el olor de su loción de afeitar y mi polla comienza a despertar
bajo las sábanas. El calor me invade y mi corazón se acelera. Recuerdo su
cuerpo duro y torneado bajo ese impecable traje hecho a medida, y como su
polla abultaba sus pantalones.
Repito sus palabras dentro de mi mente una y otra vez: “Deberás complacer
todos mis deseos”, “Eres mio”, “Obediencia e inexperiencia”, y cada
palabra hace que mi polla pulse con más fuerza.
Intento luchar contra ello, pero no puedo. Mi polla duele mucho, y los
gemidos de Linda no ayudan. No porque escuchar a la novia de mi amigo
follar excite. De hecho, los gemidos de Linda me resultan irritantes, no
tengo idea como Tom puede excitarse escuchándola.
Pero en este momento, me imagino a mi mismo gimiendo así. Llamando
“Señor” a Matt Turner mientras él me castiga con su polla. Mientras
obedezco, como corresponde. Ahora imagino los arneses de cuero, látigos y
esposas que usan mis amigos, pero en mis muñecas, tobillos y espalda.
Imagino a Matt Turner sometiéndome con todos esos artilugios que en su
momento me parecieron risibles. Una descarga eléctrica recorre todo mi
cuerpo, y siento que todos mis sentidos se están despertando por primera
vez.
Imagino la polla del Sr Turner en mi boca ahora, muerdo mis labios con
frustración mientras subo y bajo mi mano más rápido. Necesito saber que
sabor tiene, necesito sentir su miembro duro sobre mi lengua, sentirlo
empujar hasta lo más profundo de mi garganta. Mis manos están esposadas
detrás de mi espalda, así que es él quien toma el control, embistiendo rápido
con sus caderas, follando mi boca, No puedo tocarlo, no puedo sujetarme de
sus muslos ni su cintura. Tan solo puedo permanecer de rodillas como buen
sumiso, dejando mi boca abierta de par en par para que mi Señor la folle a
su gusto.
Me masturbo más rápido, casi desesperado ahora, y mi cuerpo se arquea
contra mi voluntad en la cama. Ya me olvidé del empleo, de todo, ya no
puedo escuchar a Tom y linda follando en el cuarto continuo. Mi mente está
ocupada imaginándome desnudo y de rodillas en la oficina de Matt turner,
chupandole la polla. ël me sujeta el cuello con fuerza, demostrando quien
manda, y yo me lo meto hasta el fondo de la garganta. Me ahogo con su
polla dura, pero se la sigo chupando, y el embiste dentro de mi boca sin
piedad.
No voy a mantenerme duro por mucho tiempo; siento como mi polla vibra
anticipando mi orgasmo. Dejo escapar otro gemido, ya sin miedo de que
nadie me escuche, y me concentro en mi fantasía. Imagino los músculos
duros de Matt delante mío, imagino su abdomen firme chocando contra mi
nariz mientras llena mi boca con su polla, imagino sus manos fuertes
jalando de mi cabello, mostrandome su dominancia, imagino el sabor de su
semen caliente chorreando por mi garganta y mi rostro.
Con esa imagen final, mi propio semen se dispara con furia. Dejo escapar
un gemido de placer, y todos los músculos de mi cuerpo se tensan, para
luego aliviarse deliciosamente. Mis manos están húmedas con mis propios
fluidos, y sé que hice un desastre con las sábanas. Mi pecho sube y baja
mientras recupero mi aliento, y el placer aun me recorre con más calma.
En Matt Turner
Mi nuevo jefe.
Esto no puede ser bueno. Miro hacia un costado y veo la hora en el reloj de
la mesa de luz. Son las 3:53 A.M. En aproximadamente cuatro horas voy a
ver cara a cara al hombre con el cual he fantaseado recién. No sé de dónde
sacaré fuerzas para mirarlo a la cara. Esa hermosa cara, tan masculina y
fuerte.
He fantaseado con otro hombre. Eso no significa que yo sea gay, me repito
una y mil veces mientras giro en mi cama nervioso. Todo el mundo siente
curiosidad a veces, y mientras estas cosas pasen solo dentro de mi cabeza, y
no en la vida real, no hay de qué preocuparse.
No muchas.
¿Y tú?
Las fantasías son meras fantasías. Además, estuve bajo demasiado stress
estos últimos meses, desempleado y recuperándome de la ruptura con
Laura. Seguro es tan solo un escape para mi mente agotada. Nada más.
Nunca me he sentido atraído por los hombres, ni siquiera en la escuela,
cuando todos “experimentaban” con su sexualidad.
Yo soy heterosexual…
Siempre lo he sido...
¿Verdad?
Capítulo Tres
Genial, no solo soy el nuevo, sino que encima soy el único en llegar tarde.
Matt Turner está de pie en la cabecera de la mesa. Hoy está usando un traje
negro, impecablemente hecho a medida, como de costumbre, y una corbata
gris claro que resalta sus hermosos ojos. Se ha afeitado al ras pero una
irresistible sombra de barba hace su presencia en su mandíbula cuadrada,
tan masculina.
“¿Va a tomar asiento, Sr. Lund?” su voz es un suspiro tan íntimo como
autoritario.
“Si…¿qué?”
“Sí, Señor…” digo mientras tomo asiento. Esa frase no hace más que
recordarme mis fantasías de la noche anterior, así que necesito toda mi
fuerza de voluntad para no tener una erección allí mismo, en la mesa de
juntas.
Y Turner se ve tan bien, con ese traje negro que marca su espalda ancha, y
la tela de su camisa estirada por sus firmes pectorales. Una vez más, mis
ojos van a su entrepierna, imaginando el tamaño de su polla. Pero ta solo
por un segundo, asustado de que me puedan descubrir, levanto mi mirada
hacia su rostro. Cuando nuestros ojos se encuentran, Matt Turner me ofrece
una media sonrisa que envía una descarga eléctrica por todo mi cuerpo.
“Buen chico, Alex…” me dice, y ahora si que mi polla despierta bajo mis
pantalones. Mierda, justo ahora. Estoy sudando, y no puedo dejar de
imaginar a Turner follándome allí mismo, sobre la mesa de conferencias.
Pero fantasear con que otro hombre te folle el culo ya es otro nivel...
Lo necesito…
“¡Señor Lund! ¡No voy a decírselo dos veces…!” la orden de Matt turner
me trae de nuevo a la realidad. Cuando lo miro, noto que todos me están
observando con desaprobación.
Mierda….
“Yo...eh…” la voz me tiembla y una vez más fantaseo con saltar por uno de
los ventanales del edificio “Lo siento, no he preparado nada aún. Como es
mi primer día, no sabía que….”
Turner pone sus manos en los bolsillos de su pantalón y gira. Los lamebotas
aplauden sus discursito de pie y lentamente se van retirando de la sala de
conferencias. Turner se queda acomodando unos archivos sobre la mesa.
“¿Si, Alex?” me responde sin siquiera dirigirme la mirada, tan solo sigue
acomodando las carpetas sobre la mesa.
“Y-yo tan solo quería disculparme por no tener mi informe listo. Realmente
no sabía que en mi primer día yo debía….” Dios, sueno como un verdadero
idiota. Pero mejor idiota que desempleado e indigente.
“Espero que no tome mi distracción como una falta de entusiasmo por
trabajar en Turner Corp….”
“E-estoy muy agradecido, Señor.” esta es la charla más larga que hemos
tenido hasta ahora y soy un verdadero desastre, No se que coño sentir.
Parezco una puta quinceañera “Una oportunidad aquí no se presenta todos
los días….”
“¿Te excita estar bajo mi mando?” Turner me vuelve a preguntar con otro
suspiro tan íntimo como penetrante.
“S-sí, Señor…”la voz me tiembla, y pienso que no voy a poder tolerar esto
mucho tiempo más.
“Nos vemos mañana, Señor Lund…” me dice antes de tomar los archivos y
retirarse de la sala, dejándome solo, confundido y con una erección tan
dolorosa como frustrante.
Cuando llego a casa esa noche, mil preguntas todavia me torturan. Es obvio
que ya no puedo llamarme a mi mismo heterosexual después de cómo
reacciono ante Turner.
Aunque; jamás he tenido sexo con un hombre. Tal vez las fantasías no
cuentan….
“¡Hoy sí salimos a festejar!” Linda me amenaza. Tanto ella como Tom están
vestidos íntegramente de cuero negro.
“Por la ropa que están usando….creo que adivino que estilo de antro han
elegido….” digo mientras observo a Linda, con un pantalón ajustadísimo de
cuero y un no menos ajustado corsé que hace que sus pechos salten a la
vista. Tom también lleva pantalones de cuero y una camiseta que
transparenta sus diminutos músculos pectorales. También lleva puesto más
delineador negro que Linda. En otra situación, me hubiese reído a
carcajadas, pero estoy demasiado agotado hoy.
“Unos amigos nos han invitado a una fiesta y pensamos que podríamos
matar dos pájaros de un tiro….”Tom me dice.
Me quedo en silencio,
Capítulo cuatro
Aunque el verdadero extraño debo ser yo; con mis gafas gruesas, mis ropas
aburridas y mi expresión de pertenecer a otro planeta.
Linda y Tom se encuentran con sus amigos enseguida, ataviados con las
mismas ropas sadomaso que ellos. Son gente agradable, a pesar de sus
látigos, cadenas y collares de perro. Los tragos comienzan a ir y venir de
nuestra mesa, todos me felicitan por mi nuevo empleo en la prestigiosa
Turne Corp. y hacemos un brindis por ello.
“Voy al baño….” digo mientras me pongo de pie. Tan solo deseo que esta
noche termine de una puta vez.
“No lo sé….”toda esta charla me pone muy nervioso “Cabello negro, ojos
grises…”
Cejas pobladas
Un poco de barba
Una vez afuera, vemos que han despejado la pista de baile y que se había
improvisado un mini escenario. La gente se agrupaba alrededor de una
cabina con paredes transparentes, dentro de la cual se podía divisar dos
figuras masculinas casi desnudas.
“Es un show...a veces los hacen aquí….” Tom dice sin prestar mucha
atención “ Pero esta noche creo que es para gays….”
Estudio cada detalle de la figura del Amo, preso de una extraña fascinación.
Su espalda es ancha y su piel parece marfil, donde sus firmes músculos
están perfectamente esculpidos. Le coloca una mordaza a su esclavo con
manos firmes y luego procede a sujetar sus manos y tobillos a una especie
de columpio de cuero que está instalado en el centro de la cabina.
A mi lado, una persona del público saca una de la escena foto con su móvil.
No pasa un segundo que un gorila de seguridad le quita la cámara sin
reparos.
Una vez que el esclavo está suspendido en el aire, firmemente sujetado por
las correas de cuero negro, el Amo comienza a azotarlo con un látigo de
nueve colas. Azota sus muslos, su estómago y su polla sin piedad. Con cada
azote, el muchacho gime de dolor y placer a través de su mordaza. Su rostro
está enrojecido y los azotes no paran. Observo como los biceps del Amo se
retuercen y contraen con cada golpe, y mi polla se pone dura. Luego gira a
su esclavo en el columpio y comienza a azotar su trasero. Golpe tras golpe,
la suave piel de sus nalgas se torna rosada, luego, roja, y luego púrpura.
Cada azote parece precipitar al muchacho hacia el orgasmo; su polla está
tan dura como la mía, y la saliva chorrea a través de su mordaza.
No puedo tolerarlo ni un segundo más y comienzo a tocar mi polla dura por
sobre la tela de mis pantalones. Miro sobre mi hombro instintivamente, con
miedo de que el gorila de seguridad venga a echarme. Pero entre el público
hay hombres masturbándose, e incluso uno está de rodillas chupándole la
verga otro hombre íntegramente vestido de látex. Sin pensarlo dos veces;
abro mi cierre y libero mi polla dura. Mi único miedo es que Tom y Linda
me vean.
Los dedos siguen embistiendo dentro del muchacho, hasta que la mano
entera de su Amo está dentro de él. Dejó escapar un gemido de placer y
frustración mientras me masturbo más rápido. El puño del Amo entra y sale
sin piedad, dilatando al máximo a su esclavo, que se retuerce de placer en
su columpio. Y mi mano sube y baja de mi polla, anunciando un orgasmo
tan potente como próximo.
Turner folla el rostro del muchacho por unos segundos más, y yo observo
como cada músculo de su espalda y abdomen se contrae deliciosamente con
cada embestida.
Allí es cuando yo debo ser más cuidadoso que nunca. Debería alejarme; ir
al baño, limpiarse y volver a la mesa con mis amigos como si nada hubiese
sucedido. Pero estoy tan confundido por lo que acabo de ver que me quedo
petrificado en mi lugar.
No me ha visto
No me ha visto
¿O si?
Capítulo Cinco
Pero más bien ¿que demonios hacia Matt turner en un antro sadomaso?
y ¿porque deseo con cada fibra de mi ser ser yo el torturado y dominado por
mi nuevo jefe?
Tomo un respiro hondo antes de entrar a su oficina. Intento por todos los
medios posibles de borrar de mi mente las imágenes de la noche anterior,
pero es imposible.
“Si, adelante, Alex” Matt Turner está de pie detrás de su escritorio, con los
relucientes ventanales de su oficina detrás de su espalda. Hoy lleva un
impecable traje azul marino que resalta su espalda ancha. “Cierra la
puerta….” me ordena mientras me hace un gesto con los dedos para que me
acerque. Su otra mano esta relajadamente en el bolsillo de su pantalón.
Trato de no fijar la mirada en su entrepierna pero no puedo resistirme.
Pero Turner no hace nada; tampoco dice nada, tan solo me observa. Y su
mirada gris es tan penetrante que no puedo soportarla. Tampoco puedo
soportar el silencio, apenas interrumpido por mi respiración.
“Ya sabes porque estas aqui, Alex…” me dice luego de otro silencio.
“Uhmm si, Señor. He preparado algunos conceptos básicos para la próxima
campaña…” Trato de desviar la conversación.
“No es por eso que estás aquí,” Turner me interrumpe, cortante y severo.
Ahora si siento que mi corazón va a explotar. No digo nada, tan solo trato
de controlar mi respiración y miro hacia el suelo. DE pronto, siento los
dedos de Matt turner jugando con mi cabello. Ese simple toque me hace
estremecer.
“Sé que me has visto anoche, Alex….” su tono de voz es profundo, casi
como una amenaza acaramelada.
Tan solo puedo asentir con mi cabeza. Mi polla comenzó a pulsar bajo mis
pantalones y apenas puedo respirar. No puedo creer que esto está realmente
pasando.
Estoy muy nervioso, y no tengo idea de qué hacer. Decido hacer lo mismo
que haría con mi propio miembro; escupo sobre mi mano derecha y
comienzo a masturbar a Turner. Este deja escapar un gruñido de placer
mientras mi mano sube y baja. Pero mi jefe tiene otros planes
para mí:
Esas palabras hacen que mi polla se ponga todavía más dura, pero la ignoro.
No puedo tocarme a mi mismo, de todas maneras. No con mis manos detrás
de mi espalda como un prisionero. Turner deja escapar una exhalación de
placer mientras su polla entra y sale de mi boca. Luego la retira con un
movimiento repentino y yo aprovecho para tomar un respiro hondo.
“Sí que eres bueno en esto…”me dice mientras tomo sus bolas en mi boca,
saboreándola “Te he elegido bien….”
Cuando dice eso siento que voy a correrme allí mismo, en el piso de su
oficina. Pero me controlo, y me concentro en deslizar mi lengua por los
testículos de mi jefe.
“Así es...te gusta que te folle la garganta, ¿verdad?” Turner gruñe de placer
mientras sus caderas aceleran el ritmo y sus manos sujetan mi cabeza con
más fuerza.
De pronto, siento que él tapa los orificios de mi nariz con sus dedos, a la
vez que empuja su polla más hacia adentro. Puedo tolerarlo apenas unos
segundos, cuando Turner me deja ir. Mi pecho sube y baja con violencia
mientras recupero mi aliento. Luego escupo en la polla de Turner y
continúo chupándosela.
Mi propia polla duele como los mil demonios, comprimida bajo la tela de
mis pantalones, Mis rodillas también duelen, pero aun asi sigo tomando el
miembro de mi jefe cada vez más profundo en mi garganta. Las últimas
embestidas son descontroladas y brutales, privándome de todo aire. Pero lo
deseo; deseo que Turner se corra en mi boca, deseo saborear y tragar su
semen.
Matt Turner deja escapar un largo sonido de placer y alivio, mientras su
semilla corre caliente por mi garganta y su polla pulsa contra mi lengua. Es
la mejor sensación de mi vida, Hasta ahora.
Cuando mi jefe me deja ir, estoy luchando por recuperar mi aliento, todavía
de rodillas. El sabor de Turner en mi boca es algo increíble.
“El piso también….” me dice mientras señala con su dedo índice los
pequeños charcos de su semen que cayeron al suelo.
El resto del día laboral lo paso tan frustrado como confundido. Lucho
contra reloj para terminar mis conceptos para la campaña antes del final del
dia. Tengo la tonta esperanza de que concentrarme en mi trabajo me aclare
la mente, pero es en vano. No dejo de pensar en el sabor de Matt Turner en
mi boca, y en los deseos de sentirlo de nuevo.
Unas horas antes de mi horario de salida, la secretaria de Matt Turner se
acerca de nuevo a mi cubículo y me entrega un sobre de papel. Cuando ella
se aleja, lo abro y encuentro una tarjeta con una dirección impresa. Al
dorso, leo escrito con el puño y letra de Matt Turner:
“No pienso ir….” digo para mis adentros. El sujeto me hace chuparle la
polla en su oficina y luego e deja con las ganas,¿y espera que yo vaya
arrastrándome a su departamento esa noche?
Yo quería
Aún quiero….
Ni loco. No importa que Matt turner sea el hombre más atractivo que he
visto en mi vida, o que la experiencia que tuve en su oficina fuera la más
poderosa y liberadora de toda mi vida. No iré. No soy tan sumiso.
Si lo eres...
Por supuesto, son las 20:55 y ya estoy en la puerta del complejo de Matt
Turner, duchado, cambiado y listo para follar. Me anuncio con el guardia de
seguridad en la entrada y este confirma por teléfono con Turner antes de
dejarme pasar.
Una vez dentro del complejo, tomo el elevador hasta el primer piso, con mi
ansiedad al tope. Luego de eventos recientes, es obvio que soy, al menos,
bisexual. Eso está claro. Pero nunca he estado con un hombre antes;
¿debería haber traído condones? ¿o lubricante? Supongo que Turner ya
tendrá todo previsto. Espero.
Salgo del elevador y atravieso un pequeño pasillo. No necesito golpear la
puerta; Turner me abre.
“Si, gracias….”
“Si, lo que sea. Gracias” mi voz tiembla “Crei que alguien como tú tendría
sirvientes…”
“Siempre he sido dominante ¿sabes? Pero tan solo hace unos años me he
metido en este “submundo”....” es la primera vez que lo oigo hablar de esa
manera tan natural. Podría escucharlo por horas y horas “¿Y tú? ¿cuándo
descubriste que eras sumiso?”
No hay otro lugar donde preferiría estar en este momento; sin embargo
recuerdo brevemente al esclavo del antro, como las lágrimas rodaban por el
rostro del muchacho cuando Turner le metía su puño hasta el fondo y siento
una oleada de pánico.
Un experimento.
Sin sentimientos.
“Me gusta cómo te ves….” me dice antes de morderme los labios de nuevo
“con los pezones hinchados y doloridos….” les da un pequeño pellizco a
cada uno con ambas manos antes de ir directo a desabrochar mi pantalón.
“Si, Señor….”
Pero al cabo de unos minutos, justo cuando más temo correrme, Turner se
detiene. Dejo escapar un quejido de frustración, mi polla todavía pulsando
sin su mano alrededor de ella.
Desde mi postura, no puedo ver lo que hace, pero sé que se alejó de cama
por unos instantes silenciosos. Cuando menos lo espero, siento otro golpe
en mis nalgas, pero no de una mano humana. Dejó escapar un grito de dolor
y asombro, mientras unas cosquillas ardientes queman la piel de mi trasero.
Giro mi rostro lo poco que me lo permite mi cuello, y con el rabillo del ojo
veo a Matt Turner con el látigo de nueve colas en su mano.
Un segundo azote sigue, más fuerte que el anterior, seguido por otro gemido
más fuerte de mi parte.
“Me gusta como gritas….” Turner suspira “Pero creo que será más
divertido oírte gritar a través de esto….”
Cuando siento que no puedo tolerar un golpe mas, Turner parece leerme la
mente y se detiene. Respiro hondo, recuperando mi aliento con mi cuerpo
inmóvil tendido sobre la cama. Mi polla está latiendo con una fuerza
increíble, y creo que manche las sabana de mi jefe con algo de pre-semen.
Turner también me sonríe; obviamente era la respuesta que quería oír, pero
no iba a forzarme de lo contrario. Se pone de pie y deja el látigo de lado.
Observo su figura; su espalda musculosa y ancha cubierta de sudor, sus
músculos contraídos por el esfuerzo de los latigazos. Aún está usando sus
pantalones de seda negros, pero su polla dura está abultando en su
entrepierna. Tan solo verla me hace agua la boca, y mi propia polla late con
más fuerza contra el colchón. Luego Turner camina de nuevo hacia el borde
de la cama y yo lo pierdo de vista. Pero siento sus manos acariciar la piel
lastimada de mi trasero y dejo escapar un suspiro.
Eso parece complacer a mi jefe. Pero por los minutos siguientes, nada
pasa. Giro un poco mi cuello, lo máximo que mi postura me permite, y
alcanzo a ver a Matt Turner quitándose sus pantalones de seda. Su polla está
dura como una roca, y tan solo verla con el rabillo del ojo me enciende por
completo.
“Bueno, ¿cómo puedo negarme a un pedido así?” dice mientras retira sus
dedos de mi interior. Yo tan solo puedo responder con un gemido lastimoso.
Unos segundos más tarde, siento las dos manos fuertes de Turner
sujetándome de la cintura. Su toque me hace temblar. Siento la punta dura
de su polla presionando contra mi entrada y me muerdo los labios con
anticipación. Siento que mi corazón me va a estallar.
Entra en mi con un movimiento vigoroso, pero lento. Dejo escapar un grito
de dolor y placer. Mi cuerpo se arquea, pero las ataduras de mis muñecas
me sujetan. Turner también me mantiene en mi lugar con sus manos firmes.
Su polla se abre paso dentro de mi, ensanchando mis músculos internos con
un placer delicioso, que borda en el dolor. No paro de emir, extasiado,
mientras mi propio miembro late con furia contra el colchón.
Una vez que Turner entra por completo dentro de mi, deja escapar un
gruñido de placer increíble. Y yo me siento orgulloso de haber sido yo
quien le provocó ese sonido. Cuando su polla esta entera dentro de mi, el
dolor comienza a desvanecerse. Turner se mueve hacia atrás y adelante
lentamente, cuidando cada movimiento. Sus manos sujetan mi cintura con
dominancia y yo respiro hondo.
Turner comienza a mecer sus caderas con más bríos ahora, su polla embiste
en mi interior. Las piernas me tiemblan a la vez que Turner acelera su ritmo.
Su polla entra y sale de mi, y con cada empujón mi propia polla se acerca
más a su orgasmo.
“Sí, señor” las lágrimas ruedan por mis mejillas y apenas puedo respirar.
“Lo has hecho muy bien….” dice con voz relajada mientras me acaricia el
cabello con una dulzura inusual.
Capítulo siete
“Lo que sea….de veras...cualquier cosa esta bien….” le digo con una
sonrisa, y ella se retira.
Miro hacia la mesita de luz blanca junto a la cama y encuentro mis gafas.
También hay un sobre a su lado. Me pongo las gafas y lo leo:
“Alex,
Pensé que este dormitorio seria mas comodo que el calabozo.
Has sido tan buen chico que hoy tienes permitido llegar unas horas tarde a
la oficina.
Siéntete como en casa
PD: Pero quiero esos informes para hoy, de lo contrario deberé castigarte
M”
Cuando recuerdo que dejé los informes en casa, y que no los tendré listos
para hoy bajo ninguna circunstancia. sonrió con satisfacción y mi polla
despierta lentamente bajo las sábanas.
-Fin-
¡Hola!
Me hace muy feliz que hayas elegido mi libro, ojalá lo hayas disfrutado
mucho. Si quieres leer más romances eróticos gay, puedes encontrar todas
de mis historias aquí.
Vuelve a sentarse a mi lado, esta vez un poco más cerca. Sostiene el guión
en su mano, lo hojea un poco y luego me lo entrega a mí. Yo ya lo he
memorizado hace dos días, pero le doy una leída rápida. En este capítulo no
hay ninguna transición importante en la historia. Pero hay un giro
interesante en lo que concierne a nuestros personajes; Lord Howell
finalmente se quiebra ante las torturas de Lord Draven y acepta ser su
siervo entre sollozos. Releer esa escena luego de mi episodio de ayer me da
una sensación completamente distinta. Mi polla comienza a cosquillear bajo
mis jeans.
“¡Por favor! ¡Por favor, para!” recito mis líneas. No sé por qué Colin me
necesita a mí para ensayar esta escena, 70% de mi diálogo en ella son
súplicas y llantos.
El guión estipula que Draven azota a Howell un par de veces antes de que
mi personaje hable de nuevo. Solo pensar en mí mismo atado semidesnudo
a una columna de piedra me acelera el pulso.
“¡Piedad! ¡Por favor! ¡Piedad!…” leo sin ponerle emoción a mis palabras.
“Sí ¿Qué?”
“Sí…Amo…”
“Bueno, parece que te sabes tus líneas….” Digo, buscando una excusa para
retirarme.
“¿De qué mierda estás hablando? Ya sabes cómo es; me van a atar a una
columna de cartón, y te van a dar un látigo de plástico para que me azotes la
espalda…” el cuarto me da vueltas, realmente necesito irme.
“Las compre hace un tiempo, quería usarlas con Ally, pero a ella le espantó
la idea….” Colin se encoje de hombros mientras juega con las esposas entre
sus dedos. Lo contemplo por unos segundos, y trato de imaginar cómo se
sentiría ese frío acero contra mi piel. Solo pensar en eso hace que mi polla
se retuerza “Pienso que nos serán útiles ahora….”
“¿Quieres esposarme?” la voz me tiembla. Ruego con todas mis fuerzas que
diga que sí.
“¿Qué tienes en mente entonces?” resoplo, dejando caer mis manos hacia
los costados. Colin solo me sonríe y me toma del antebrazo. Ese simple
toque me hace temblar. Lo sigo sin cuestionarlo, mientras sus ojos parecen
destellar. Me guía hacia una columna de concreto que hay entre su sala de
estar y su cocina, que sirve para separar esos dos ambientes.
Sin palabras y jadeando un poco envuelvo la columna con mis dos brazos,
como Colin me indica. Una vez que mis manos se encuentran, siento el frío
acero en mis muñecas. Sé que Colin terminó de esposarme cuando oigo el
clic detrás de la columna. Nunca antes un simple sonido me había excitado
tanto. Mi mejilla y mi pecho están presionados contra la columna, mis
caderas y piernas un tanto separadas de ella.
Con el rabillo del ojo veo a Colin caminar hacia atrás mío. Por unos
segundos nada ocurre, y yo siento mi polla latir con dolor. Me duele aún
más cuando siento la mano de Colin abrazándome por atrás de mi cintura y
acariciándomela con fuerza por encima de mis jeans.
Puedo sentir los dientes de Colin mientras sonríe contra la piel de mi nuca.
Me muerde suavemente, pero con urgencia, y yo gimo aún más fuerte.
Acelera su ritmo, frotando mi polla más rápido y más fuerte. Se siente mil
veces mejor que mi propia mano y el placer me ciega. Pero justo cuando
creo que voy a tener el orgasmo más explosivo de mi vida. Colin se detiene.
Gimo y me retuerzo de frustración, pero las esposas y la columna restringen
mis movimientos.
“¡Por favor! ¡Por favor, para!” mi frustración sexual hace que mis súplicas
suenen mucho más convincentes que de costumbre. Pero lo último que
deseo es que Colin pare; quiero sus manos encima mío como hace unos
segundos.
“¡Piedad! ¡Por favor! ¡Piedad!…” grito, y esas suplicas nunca sonaron tan
reales. Me toma unos momentos darme cuenta lo que acaba de ocurrir;
Colin me está azotando con mi propio cinturón. Pero no en la espalda, como
dice el guión, sino en un lugar mucho más sensible y obsceno.
Un segundo azote hace que la piel de mis nalgas arda aún más. Siento como
la electricidad corre a través de mi cuerpo, y mi polla comienza a gotear
contra mi voluntad. Pero aun no me he corrido, solo un poco de pre semen
me anuncia que mi orgasmo está peligrosamente cerca. Un tercer azote
sigue; más fuerte que los anteriores. O tal vez se siente así porque mi piel
está sobre sensitiva, ardiendo, hinchada. Gimo y entrelazo mis dedos
sudorosos del otro lado de la columna.
“¡Por favor! Haré lo que sea…” ruego mientras siento el cuero de mi propio
cinturón besar cruelmente la piel adolorida de mis nalgas.
Colin se detiene.
Escuchar su voz jadeante por el esfuerzo hace que mi polla duela. Pero es
un dolor exquisito.
Descripción:
Una antigua rivalidad tiene a las dos casas más importantes el reino
enfrentadas; los Bowen y los Fyre. Ambas familias tienen dos jóvenes
herederos: el tímido y racional Lord Andre Bowen, y el salvaje, ávido
cazador Lord Demien Fyre.
Una noche, Lord Andre Bowen perderá su rumbo en el bosque, solo para
ser encontrado por Lord Demien Fyre y sus perros de caza, quien lo tomara
prisionero.
Pero hay algo que los dos muchachos nobles están ocultando a sus familias.
Fragmento:
“Eso solo si alguien se entera que estás aquí….” Lord Demien Fyre le
dirigió una sonrisa malévola “Relájese, Lord Bowen….tengo todo tipo de
juegos planeados para usted….”
La venda había cubierto sus ojos por tanto tiempo que Andre perdió la
noción del tiempo. La última imagen que recordaba era ser arrastrado a las
mazmorras subterráneas del Castillo Fyre en el medio de la noche. Sus
manos y sus pies estaban atados a lo que él suponía era la pared, y todo su
cuerpo estaba desnudo. No sentía frío, de hecho podía sentir la proximidad
de algunas antorchas a su alrededor, y Andre supuso que estaba en una
mazmorra.
Sus brazos estaban extendidos por sobre su cabeza, y sus piernas desnudas
estaban abiertas, haciendo que los músculos de sus muslos tirasen con algo
de dolor. El silencio a su alrededor solo era interrumpido por el suave
crepitar del fuego de las antorchas. Andre sabía que Demien Fyre era quien
lo había atado; aun con sus ojos vendados, podía identificar el aroma de su
piel y el calor de su tacto. Era una sensación tan increíble como intoxicante,
y Andre no luchó ni dijo una palabra durante todo el proceso.
Cuando Andre creyó que finalmente iba a quedarse dormido, atado contra
la pared, oyó la puerta abrirse. Todo su cuerpo se arqueó, poniéndose en
alerta. Tener la visión imposibilitada era tan frustrante como excitante.
Escuchó unos leves pasos acercarse y supo que era Demien. El aroma de su
cabello y piel lo delató.
Luego de unos instantes que parecieron eternos, Andre sintió los dedos de
Demien recorriendo su pecho con parsimonia. Necesitaba tanto su tacto que
el muchacho gimió de placer.
Sin advertencia, los dientes de Demien fueron otra vez hacia el cuello de
Andre, haciéndolo gemir. Luego siguieron su camino hacia abajo,
succionando y mordiendo sus pezones con furia mientras Andre gritaba. El
cuerpo del muchacho prisionero se retorcia de placer, aun atado a la pared
con gruesas cadenas. Su polla ya estaba definitivamente dura, clamando por
la atención de su Amo. Pero Demien seguía jugando con sus muslos y
caderas, ignorando por completo al miembro duro y adolorido.
“Mira que duro te has puesto ya….” Demien rió por lo bajo, alejando sus
dientes de la piel de Andre por unos segundos “Oh, por supuesto, no puedes
verlo asi…” y procedió a quitarle la venda de los ojos a Andre con dedos
cuidadosos “Ahora si, mira que puta tan necesitada que eres….”
Cuando Andre finalmente pudo ver, dio un vistazo rápido a su alrededor.
Confirmó sus sospechas anteriores; estaba en una mazmorra con paredes de
piedra y antorchas iluminando en cada rincón.
“Por favor…¿que?”
“¡Por favor, tóqueme!” Andre gimió entre sollozos, su polla dolía tanto
“Tóqueme,Amo, por favor….”
Andre tan solo podía gemir y jadear mientras su Amo lo complacia con su
mano firme. Sus muslos estaban ardiendo y su polla pulsaba con placer, Un
placer que había retrasado demasiado tiempo.
Andre abrió sus ojos en shock ante tal orden. Dicha tarea era imposible.
Especialmente cuando Demien lo frotaba cada vez más fuerte y más rápido,
precipitando su orgasmo con violencia. Retorciéndose contra la pared,
Andre comenzó a respirar hondo mientras Demien aumentaba su velocidad.
“Soy un Lord de una casa noble, de seguro sabes que tengo otras
obligaciones además de tí….” Demien respondió con extra cortesía
mientras se colocaba su capa negra por sobre sus hombros. “Mi padre debe
estar esperándome para cenar. Tal vez tomemos algo de vino después….”
La amenaza tácita en su voz hizo que Andre temblara y bajase a ista. Pero
Demien se acercó y puso un dedo en su barbilla, obligándolo a hacer
contacto visual con él.
“No te preocupes, Andre. Volveré…”
Fragmento
Aunque ignoraba qué tipo de “servicios” Sebastien requeriría de él esa
medianoche, Brook se dirigió a su recamara luego de asearse. Suponía que
sería por el mismo motivo que Mason lo mandaba a llamar a veces; para
follar. Pero había algo tan desconocido y misterioso con respecto al
atractivo Lord que le decía a Brook que sus deseos serían muy diferentes a
los de su hermanastro. Sean los que sean, Brook estaba más que dispuesto a
complacerlos.
“Me alegra que estés aquí…” la voz de Sebastien era un suspiro ronco,
acompañado por el sonido del suave chisporrotear del fuego. El corazón de
Brook latia tan fuerte que creyó desvanecerse. “Quitate la ropa….”
Tan directo como su hermano, Brook pensó. Pateo sus botas a un lado y
comenzó quitándose la camisa. Pronto su torso desnudo estaba frente a los
ojos hambrientos de Sebastien, quien observaba la escena complacido y
sentado sobre su cama. Su torso también estaba desnudo y sostenía una
copa de vino en su mano derecha. Mientras Brook terminaba de desvestirse,
sus ojos estudiaron el pecho desnudo de Sebastien. Sus músculos eran
suaves pero fuertes, su piel parecía marfil y sus ojos brillaban como los de
un demonio bajo la luz del fuego. Sorbía de su vino parsimoniosamente
mientras Brook se desataba los pantalones y exponia su polla, ya dura, ante
su nuevo Amo.
Una vez que Brook estuvo completamente desnudo frente a Sebastien, este
se tomó sus largos minutos para examinar cada milímetro de su cuerpo con
sus ojos. Parecía que iba a devorarlo por completo, a pesar de que no movió
ni un dedo. Brook sintió un escalofrío recorrerle; estar tan expuesto,tan
vulnerable a la merced de Sebastien era demasiado para soportar.
“Tienes una buena polla…” Sebastien tomó un último sorbo de vino y dejó
su copa en la mesita al lado de la cama. “Esta muy dura, ¿acaso te duele?”
“Seré muy obediente, Amo…”a Brook le tembló la voz una vez más; ya sea
por la presencia intrigante de Sebastien, o por el hecho de ser dominado por
él, nunca se había sentido tan ansioso y excitado en toda su vida.
“¿Te gustaría que te toque, como lo hice esta mañana?” Sebastien disfrutaba
regodeándose en el sufrimiento del muchacho.
“Tendrás que rogar mucho mejor que eso…” Sebastien rió por lo bajo, con
un toque de crueldad que excitó aún más a Brook. “Ponte de rodillas…”
“Es verdad….Amo….”
“Por supuesto….”Sebastien rió por lo bajo una vez más. Luego hizo un
movimiento rápido con sus dedos para desatar sus pantalones y su polla
estuvo libre, dura y enrojecida. Esa visión hizo que a Brook se le hiciera
agua la boca “Pero yo no soy mi hermano….”
Brook sintió como su pecho se llenaba de aire, haciéndole difícil respirar.
Había estado con varios hombres en su vida, pero nunca había sido la parte
pasiva. El follaba, no se dejaba follar por nadie. Pero tampoco podía negar
como había fantaseado la noche anterior con la polla de Sebastien enterrada
bien profundo en su culo.
Brook camino en cuatro patas hacia su Amo, avanzando despacio sobre sus
manos y rodillas. Sebastien lo esperaba sentado en el borde de su cama con
su polla al aire, dura como un mástil.
Pero su polla seguía doliendo, recién en ese momento Brook recordó que él
también necesitaba alivio.
“Amo….¿lo he complacido?” el muchacho suplicó.