Estoy de regreso donde mi vida y yo nos separamos.
Estoy hablando con la cafetera, con las toallas para el rostro dobladas junto al lavabo, con el aire acondicionado que conspira con mis enemigos. Incluso ahora, en medio de mis extremos mis ojos están secos, y si salto repetidamente contra la ventana puedo decirle a mí mismo que estoy siendo levantado por una gran alegría– hasta que el vidrio golpea mi rostro y grito tu viejo nombre. La habitación está vacía, solitaria como una naturaleza muerta, pero las manchas de agua hablan con tu voz, Hónrame, hónralo todo.
Carencia de centro estructural
Estructura de la in–coherencia Primer verso: replanteamiento del arkhé y el telos; el origen y el fin. o Consolida esta forma con “en medio de mis extremos”, un posicionamiento en un no–lugar. No hay un significado trascendental, pero sí un sentido de la trascendencia en al intrascendencia: no se canta a la trascendencia sino que se consigue la trascendencia cantando sobre algo intrascendente. o Así, el del Penitente es un lirismo que intenta procurar la pregunta en vez de la respuesta, materializando la citabilidad, procura la inquisición en vez de la afirmación, la indecibilidad en vez del dictum. CRÍTICA: Desestabilizar: ¿Por qué lo leo así? ¿Por qué lo entiendo así?