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Colombia y su inserción

a la economía mundial
Colombia and its insertion to the global economy

Carlos Alberto Montoya Corrales*

Fecha de recepción: 01/04/2011 -


Fecha de aceptación: 27/05/2011

*
Magister en Ciencias Económicas por la Universidad Nacional de Colombia,
candidato a Doctor en Filosofía en la Universidad Pontificia Bolivariana.
Especialista en Alta Gerencia por la Universidad de Antioquia. Economista
por la Universidad Nacional de Colombia, Sociólogo por la Universidad de
Antioquia. Actualmente se desempeña como Profesor e Investigador de La
Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín - Colombia.
carlos.montoya@upb.edu.co

ISSN 1657-4206 I Año 15 I No. 32 I enero-junio 2011 I pp. 171-193 I Medellín-Colombia


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Colombia y su inserción a la economía mundial
CARLOS ALBERTO MONTOYA CORRALES

Resumen
Más allá de las políticas aperturistas y del reconocimiento otorgado a una economía
mundial ampliamente globalizada, es evidente que el gran reto de internacionalización
de las economías y sus empresas pasa por decisiones acertadas en materia de
cambio estructural en su producción y por la capacidad de adaptarse a las dinámicas
de cambio que exhibe la economía mundial. De ahí que muchas de las economías
de la región latinoamericana hayan visto frustradas sus intenciones en materia de
internacionalización y que sus estrategias se muestren realmente ineficientes, tal como
ocurre en el caso de la economía colombiana, que para los últimos años concentra la
atención en las posibilidades que derivan de un mayor acceso al mercado a los flujos
de Inversión Extranjera Directa, desconociendo que esta demanda de la existencia de
condiciones propias a una economía dinámica y en expansión. Lo que seguramente
traerá nuevas lecciones de la importancia de hacer corresponder la estructura
productiva a la lógica y patrón del comercio mundial.

Palabras clave
Internacionalización, estructura productiva, cambio estructural, comercio internacional,
Inversión Extranjera Directa.

Abstract
Beyond the policies aperturistas and of the recognition granted to a world widely included
economy, it is evident that the great challenge of internationalization of the economies
and his companies happens for a decisions succeeded as for structural change in his
production and for the aptitude to adapt to the dynamics of change that exhibits the
world economy. Of there that many of the economies of the Latin-American region have
seen his intentions frustrated as for internationalization and that his strategies prove to
be really inefficient, as it happens in case of the Colombian economy, that for the last
years it concentrates the attention in the possibilities that derive from a major access to
the market to the flows of Foreign Direct Investment, not knowing.

Key words
Internationalization, productive structure, structural change, international trade, Foreign
Direct Investment.

Clasificación JEL: f14, f15, f43, f59


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Nº 32 - Año 15 / enero-junio 2011

Marco institucional de la internacionalización

Las últimas dos décadas de la economía colombiana han estado acompañadas de


grandes propósitos asociados a la internacionalización de la producción y a la inserción
de empresas y sectores a la economía mundial, tal como se infiere de las orientaciones
institucionales, en las cuales es evidente el compromiso adquirido por los diferentes
gobiernos nacionales, para quienes la metas de crecimiento económico, las mejoras
en competitividad y en el bienestar de la población aparecen ampliamente vinculadas
a estos propósitos. El discurso de posesión del presidente Gaviria constituye una clara
referencia:

Debemos avanzar en un proceso de internacionalización de la economía colombiana. Este


comprende la modificación al régimen de inversión extranjera, los estímulos a la inversión
privada, la transformación de Proexpo en banco de exportaciones, las modificaciones al
funcionamiento del Instituto Colombiano de Comercio Exterior, la modernización del sistema
de transporte terrestre y del sistema de puertos, la recuperación de la red ferroviaria, la
reducción de tarifas aéreas y marítimas.

Sólo las naciones que exportan son capaces de superar sus crisis.

La apertura es eso: un proceso dinámico de modernización apoyado por el crecimiento de las


exportaciones y destinado a garantizarnos un puesto en el mercado mundial. Exportar más,
importar más, producir más, hacer más rica nuestra economía, y así generar más empleo. Ese
es el camino que recorrieron las naciones devastadas por la guerra y que son hoy potencias
industriales1.

En un contexto similar podría considerarse el compromiso del Presidente Pastrana para


quien el incremento de la oferta productiva exportable permitiría consolidar patrones de
internacionalización sostenibles a mediano y largo plazo.

El período de bajo crecimiento por el que atraviesa la economía colombiana, y sus


consecuencias especialmente intensas en el desempeño empresarial y en la generación
de empleo, han reactivado el debate sobre la formulación de una política de desarrollo
productivo con énfasis en el mercado internacional. El diseño de esta política debe favorecer

1 Apartes del Discurso de Posesión del Doctor César Gaviria Trujillo, pronunciado el 7 de agosto de 1990,
referentes a la internacionalización de la economía y a la política exterior a desarrollar en el próximo
cuatrenio. El Espectador, 8 de agosto de 1990, p. 13-A
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la adaptación del sector empresarial colombiano a los retos y oportunidades que se derivan
de los nuevos esquemas de organización industrial y del mayor grado de competitividad que
debe alcanzarse en el contexto internacional.

La premisa de insertar el aparato productivo colombiano en la economía mundial, responde


en general al proceso de globalización de la economía y, en particular, a la necesidad del
sector empresarial del país de alcanzar el nivel y desarrollo productivo que corresponda al de
las empresas líderes en la economía mundial. En este sentido, se buscará no sólo competir
con éxito en los diferentes mercados internacionales, sino también en el mercado doméstico
que presenta una creciente penetración de productos y servicios importados (Departamento
Nacional de Planeación - Colombia. Plan Nacional de Desarrollo. Cambio para construir la paz,
1998-2002. p. 428).

De otra parte, una política económica abierta a la internacionalización de la economía,


centrada fundamentalmente en el aumento de las exportaciones y en la atracción de
inversión extranjera al país, sería el compromiso del Presidente Uribe en esta materia.
En la misma dirección podría mencionarse en énfasis puesto en los acuerdos de
competitividad y el enfoque de cadenas y clusters de producción, la identificación de
sectores de talla mundial, pivotes de la política de internacionalización de los últimos
ocho años en Colombia.

Infortunadamente el compromiso institucional de estas dos décadas no logra la


transformación productiva, el crecimiento ni el bienestar esperado. Un análisis
detallado de la política de apertura e internacionalización de la economía colombiana y
la dinámica de su sector externo arroja un balance precario; en la realidad la economía
colombiana no tiene una apertura significativa, tampoco logra un posicionamiento en
los mercados internacionales, tal como lo evidencia a partir del comportamiento de la
economía frente a otros países grandes y medianos de América Latina, Europa y Asia;
tampoco el país ha logrado avanzar en los esquemas de integración, ni convertirse en
un receptor dinámico de capitales extranjeros.

Y aunque son múltiples las causas y su naturaleza tanto endógena como exógena, no
puede omitirse la existencia de obstáculos estructurales que no ha logrado superar
la economía colombiana, tal como ocurre con la incapacidad de adaptación de sus
estructuras productivas a las dinámicas de cambio que experimenta el consumo en los
ámbitos mundial y regional. Esto es particularmente relevante si se tiene en cuenta que
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las oportunidades de acceso al mercado dependen en cierta forma de los atributos de


las mercancías y el tipo de servicios con los cuales participan los países en él. El éxito
o fracaso de las políticas de apertura, cualquiera sea la economía, dependen en gran
medida de la correspondencia existente entre la oferta exportable de los países y las
demandas manifiestas a nivel del comercio internacional. Aspecto éste poco consultado
al momento de definir estrategias de internacionalización en Colombia.

La situación se hace aún más compleja si se considera que los objetivos mismos de
competitividad y posible inserción a los mercados externos, exigen a las economías un
mayor grado de sofisticación de la producción, lo que se traduce en cambios a favor de
la agregación de valor, el uso creciente del conocimiento, la ciencia y la tecnología, y
más aún de una cultura a favor de la innovación; componentes todos ellos débiles en la
política económica del país y con marcadas limitaciones en materia presupuestal tanto
en gobiernos subnacionales como en el nacional.

Situación que es bien ilustrada a partir del comportamiento registrado por los países
del sudeste asiático durante los años 80 y 90, éstos constituyen una clara evidencia de
la forma como aquellas economías que logran adaptar su producción a la estructura
de consumo existente en el mundo, terminan por adquirir un mejor posicionamiento.
Basados en estrategias de agregación del valor y en el uso del desarrollo científico
tecnológico, estos países lograron cambios en la estructura de producción y de
exportación, que les permitieron destacarse como grandes exportadores a nivel
mundial e incluso protagonistas en la definición del patrón de intercambio mundial. En
general han sido las economías de Asia, junto a China y la India, quienes han ofrecido
mejores respuestas a estas dinámicas de cambios e incluso quienes desde el mundo
en desarrollo han contribuido a afianzar el patrón que define a la economía mundial en
términos de producción e intercambio. Este grupo de países ha producido una fuerte
transformación de la estructura de sus exportaciones dando cada vez más espacio a las
exportaciones dinámicas, a las manufacturas y en especial al comercio de servicios2.

En ello radica en parte la emergencia de algunas de los países, quienes superando


obstáculos al desarrollo han sometido a sus economías a importantes cambios que

2 Bien podría afirmarse que Japón ha sido uno de los más grandes propulsores de estas reglas de juego
hacia la competitividad internacional; las mismas que habrían de recoger las economías emergentes
de las últimas décadas. Más de tres cuartas partes de las principales exportaciones realizadas por
Japón durante los años ochenta y noventa pueden considerarse dinámicas; se destacaron la industria
automotriz, de computadoras, equipo de oficina y de equipo electrónico. 1985 y 1995.
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involucran estrategias agresivas de transformación productiva, fortalecimiento del


capital humano, incorporación de tecnologías y nuevos capitales. Es el caso de países
como Malasia, la India y China, quienes soportan su participación en los mercados
internacionales con base en su capacidad de innovación y sofisticación de la producción.
Situación de la cual no se alejan algunas de las economías de la región latinoamericana,
caso de México, Brasil y Chile, que suman a sus iniciativas aperturistas una creciente
participación como exportadores de bienes intensivos en tecnología.

Al margen de las distorsiones en los precios de las materias primas, que han terminado por
ponderar la participación de algunos productos agrícolas y mineros, el comportamiento
del comercio entre 2003 y 2007, reafirma la tendencia a favor de aquellos productos
mayormente sofisticados; es evidente un cambio en la estructura del comercio mundial,
tal como se infiere del crecimiento de las exportaciones de manufacturas, cuya tasa
de expansión fue más acelerada que la obtenida en los productos agropecuarios y las
industrias extractivas. Este mayor dinamismo en las exportaciones manufactureras
afianza el patrón de producción y consumo que favorece el valor agregado, factor
determinantes en el logro de la competitividad de las empresas y sus países. De acuerdo
con la tipología d especialización productiva industrial construida por Lall (2000), la
participación porcentual de los sectores en el comercio mundial fue para este periodo la
siguiente: sectores basados en recursos naturales 13.2%; sectores de baja tecnología
24.8%; sectores de mediana tecnología 34.0%; sectores de alta tecnología 28.0%.

En América Latina y el Caribe por el contrario - y muy a pesar de reconocer la importancia


de adelantar procesos de reconversión productiva que les permitan aprovechar las
economías a escala, lograr una especialización más eficiente y ganar espacio en
materia de competitividad- los países, incluyendo a Colombia, en su mayoría mantienen
significativos rezagos en la reconversión productiva; sus estructuras productivas aún
se muestran rígidas y el acceso a los mercados registran lentas dinámicas que los
mantienen atados a mercados tradicionales. Los nuevos modelos de competencia y
tecnologías; los nuevos conceptos de organización de la producción, definidos por las
ventajas competitivas basadas en conocimiento, innovación y tecnología, no logran
articular los intereses de empresarios, gobiernos y demás actores de la producción, lo
que se videncia en la limitada presencia de esquemas capaces de articular los modelos
y políticas del desarrollo, con las capacidades y potencialidades productivas en entornos
territoriales más dinámicos.
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Tabla 1
Ranking de Competitividad de los Países

WEF 2009 - 10 2008 -2009


País Posición Índice Posición
Suiza 1 5.60 2
Estados Unidos 2 5.59 1
Singapur 3 5.55 5
Suecia 4 5.51 4
Dinamarca 5 5.46 3
Finlandia 6 5.43 6

Chile 30 4.70 28
España 33 4.59 29
Puerto Rico 42 4.48 41
Portugal 43 4.40 43
Costa Rica 55 4.25 59
Brasil 56 4.23 64
Panamá 59 4.21 58
México 60 4.19 60
Uruguay 65 4.10 75
Colombia 69 4.05 74
El Salvador 77 4.02 79
Perú 78 4.01 83
Guatemala 80 3.96 84
Argentina 85 3.91 88
Trinidad y Tobago 86 3.91 92
Honduras 89 3.86 82
Jamaica 91 3.81 86
Rep. Dominicana 95 3.75 98
Guyana 104 3.56 115
Ecuador 105 3.56 104
Venezuela 113 3.48 105
Nicaragua 115 3.44 120
Bolivia 120 3.42 118
Paraguay 124 3.35 124

Tomado de: www.weforum.org/pdf/GCR09/GCR20092010fullreport.pdf


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La búsqueda de competitividad, y con ello el mejor posicionamiento en los mercados


internacionales, sigue siendo el gran reto para América Latina en general. Chile es
quien exhibe una posición destacada gracias a la labor acumulada de tantos años,
especialmente en lo que se refiere a calidad de su infraestructura, en la cual es líder
regional por tener las mejores vías, puertos, redes de telecomunicaciones, entre otras
asocias de naturaleza básica. En resultados globales Chile está lejos países como Costa
Rica, Brasil, Panamá México, Uruguay y Colombia, quienes de la región ocupan los
primeros lugares en el Ranking de competitividad del WEF (World Economic Forum, www.
weforum.org)3. En este sentido The Global Competitiveness Index 2010–2011, muestra
que a la región le cuesta avanzar; Chile se mantiene en una posición relativamente
favorable, entretanto Brasil y Colombia ganan algo al respecto, y México pierde seis
posiciones.

Estructura exportadora y dinámica de los mercados

A pesar de que los procesos de liberalización comercial contemplaron la posibilidad


de asumir procesos de reconversión industrial que les permitieran a las economías no
solo aumentar los niveles de productividad y competitividad, en medio de una cada vez
mejor asignación de los recursos productivos que condujeran a una especialización más
eficiente, la gran mayoría de los países de la región mantiene rezagos en este materia
(Cepal, 2008. p 53). Situación que queda reflejada en la rigidez de sus estructuras
exportadoras y de paso en la forma cómo registran una pérdida de importancia en los
mercados internacionales; pues es evidente que operan con estructuras débiles, las
cuales les dificultan la inserción a estos mercados.

Más allá de aprovechar las oportunidades de crecimiento, en momentos en los cuales


los países de la región puede seguir creciendo debido a que aún el nivel de actividad
económica se encuentra por debajo del PIB potencial, es importantes reconocer que el
crecimiento a largo plazo depende no sólo de una continua expansión de la inversión y de

3 El Modelo de Modelo de Competitividad del WEF 12 pilares y los agrupa en tres categorías, de acuerdo
a su relevancia dependiendo del desarrollo de la economía en evaluación: 1. Requerimientos básicos
para economías basadas en la explotación de recursos (instituciones; infraestructura; estabilidad
macroeconómica; salud y educación primaria), 2. Potenciadores de la eficiencia para economías
basadas en la eficiencia (educación superior y entrenamiento; eficiencia de los mercados de bienes y
servicios; eficiencia de los mercados laborales; sofisticación de los mercados financieros; disponibilidad
tecnológica; tamaño del mercado interno), factores de innovación y sofisticación para economías
basadas en la innovación (sofisticación de los modelos de negocio; innovación)
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la productividad factoriales, y que el énfasis deberá realizarse en un profundo cambio en


la composición de la estructura productiva que haga posible un crecimiento económico
de calidad. La escasa complejidad en la estructura productiva ha pasado a constituirse
en una de las causas principales del bajo impacto de los sectores exportadores en el
resto de la economía. Colombia no es la excepción.

A pesar del avance productivo que incorporan algunas actividades consideradas de


mayor nivel de sofisticación por el uso de tecnologías y mano de obra calificada, como
es el caso de la industria del plástico y la producción de maquinaria y equipo y de los
reconocidos avances en las industrias de alimentos y confecciones, entre otras, y de los
significativos avances en materia de exportación, que les permitieron pasar de 5.200
millones de dólares en 1990 a 32.853 millones de dólares en el 2009; estas siguen
siendo poco estables; el valor obtenido para el 2009, representa una baja de 12,7%
con respecto a 2008, cuando registraron 37.625 millones de dólares, y si se compara
este valor con algunas cifras de países de similar tamaño en la región, es claro que los
32.853 millones del 2009, que su presencia en los mercados internacionales no es
destacable. Todavía más, si se considera el periodo 1990-2008, Colombia mantuvo
una participación relativamente estable en el comercio mundial, oscilando entre 0.20
y 0.26%, lo cual es precario frente a los logros de las llamadas economías emergentes,
quienes paulatinamente lograban ampliar de manera significativa su participación. De
otra parte, las exportaciones colombianas siguen comandadas por el carbón, café,
petróleo, ferroníquel, banano, carne bovina, confecciones (camisetas y pantalones),
flores y oro, que poco determinan las características en cuanto a estructura del comercio
y las tendencias del mercado mundial.

Colombia: ¿Una estrategia de internacionalización


basada en el comercio?

Una de las premisas en las que se soporta el objetivo de internacionalización de la


economía colombiana lo constituyen las bondades del comercio. Se señala la existencia
de una serie de beneficios potenciales asociados, tales como: el mejor asignación
de los recursos, el aprovechamiento de las economías a escala, la mayor eficiencia
productiva y los impactos favorables para combatir la pobreza; tal como se infiere de las
experiencias vividas en algunos países emergentes, que de la mano de la liberalización
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de sus mercados han logrado un crecimiento sostenido en sus economías y mejoras


sustanciales en materia de empleo y en su PIB per-cápita. Sin embargo los logros en
esta materia no le han permitido a Colombia una inserción eficiente, al tiempo que
permanecen un sin-número de interrogantes no sólo en términos de la existencia de un
patrón claro de producción, también en cuanto a la posibilidad de lograr en el mediano
plazo una estructura exportadora ajustada a las dinámicas de consumo que exhibe la
economía regional y en general la economía mundial.

Como en los inicios de la apertura de la economía, en los primeros años de los


noventa, todavía para Colombia está latente el compromiso por alcanzar la adecuada
combinación entre las señales que emite el mercado internacional, la estructura de
producción y las expectativas realizadas con respecto a las propuestas liberalizadoras y
de inserción a los mercados. Sigue pendiente la solución a los problemas estructurales
que acompañan a la economía: la carencia de ahorro, los bajos niveles de productividad,
la heterogeneidad de la estructura productiva, el fortalecimiento de su capital humano
entre otros. Desafortunadamente aún se evidencia un escaso compromiso frente a las
innovaciones tecnológicas y su impacto en la evolución de sistemas socioeconómicos
desarrollados, todos ellos determinantes para el buen desempeño en una economía
mundial globalizada y altamente competitiva.

Después de dos décadas de importantes compromisos institucionales, Colombia avanza


en su propósito de internacionalización en medio de una lenta transformación de su base
material, aún no se evidencian saltos significativos en su estructura productiva y en la
forma cómo esta impacta a su sector externo; como si se habrán dado en países de la
región, casos de México, Chile y Brasil. Más de dos décadas de promesas institucionales
y de señales referidas a la internacionalización de los mercados no han logrado que
Colombia defina con claridad la estrategia que le permita un cambio en su estructura
productiva y por ende en su comercio exterior.

Las lecciones de las economías emergentes aún no logran calar en gobiernos y


empresarios. En Asia Pacífico se evidencian un modelo de desarrollo que se caracteriza
por tener un núcleo nacional empresarial importante, de tal manera que el sector
público asume una estrategia industrial a largo plazo consistente en protegerse en
la línea de las importaciones desarrollando la producción. Se trata, por tanto, de una
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planificación central-estatal, apoyado en una política del aprendizaje industrial nacional


consistente en una orientación a un proceso selectivo de sustitución de importaciones
e industrialización para exportar. El modelo subordina la dimensión financiera a la
industrial y el Estado adapta sus tipos de interés a la industrialización. Asimismo,
atiende al sector agrícola para que solucione los problemas alimenticios de la población
sin recurrir a la importación. El resultado es una actividad económica compleja que les
ha permitido alcanzar posiciones importantes en el contexto de la economía mundial.

Los más recientes casos exitosos de internacionalización, Malasia, la India y China,


han centrado la atención en desarrollo estratégicos basados en el uso intensivo de
tecnologías y en el fortalecimiento de su capital humano, con reconocidos impactos
en el crecimiento sostenido. Y aunque son variadas las causas que explican el éxito,
entre las que se cuentan: el progreso de sus instituciones y la capacidad de las mismas
para lograr armonizar la economía doméstica con los mercados internacionales, el éxito
de estas economías bien puede resumirse en cambios en sus estructuras productivas
ajustadas a la estructura del consumo en el ámbito internacional.

En América Latina, los casos de Brasil, México, Chile, podría asociarse al de países
que reconocen la importancia de adoptar un nuevo patrón de producción, en los que
se destaque el uso intensivo de capital humano y tecnología y se adopte la estrategia
de innovación; al menos así se infiere del avance de sus exportaciones que incorporan
algún valor agregado y contienen alta tecnología. Colombia, por el contrario, como se
sustenta más adelante se aleja de estas tendencias, sus exportaciones de productos
de alta tecnología la ubican por debajo del promedio del resto de países de la región,
sus exportaciones se continúan respaldando en productos tradicionales; lo que se ha
convertido en un nuevo obstáculo de accesos a un comercio cada vez más exigente y a
favor de producción e intercambio de bienes y servicios con mediano y alto contenido
tecnológico, por cierto las actividades más dinámicas en los últimos años en el mercado
mundial (Urrutia, 1993. p.25).
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Tabla No 2
Exportaciones industriales colombianas según desarrollo tecnológico.

Industrias de Alta Tecnología 1996 1999 2002 2004 2006


Farmacéutica 125,50 172,60 239,30 227,10 290,20

TOTAL ALTA TECNOLOGIA 125,50 172,60 239,30 227,10 290,20

Maquinaria y aparatos eléctricos 311,90 232,40 336,40 565,70 697,50

Vehículos automotores, trailers y semi-trailers 185,00 81,20 358,50 458,00 780,00

Productos químicos excluyendo farmacéuticos* 438,40 402,90 705,10 569,30 807,90

Equipos de ferrocarril y transporte 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00

TOTAL MEDIANA-ALTA TECNOLOGIA 935,30 716,50 1.400,0 1.593,0 2.285,4

TOTAL MEDIANA-ALTA Y ALTA TECNOLOGIA 1.060,8 889,10 1.639,3 1.820,1 2.575,6

PARTICIPACIÓN % DE MEDIANA-ALTA Y ALTA


29,9% 26,3% 33,7% 29,8% 29,9%
EN EXP. MANUF.

Productos de caucho y plástico** 418,10 388,50 549,40 897,30 1.226,80

Metales básicos y productos fabricados en


110,20 171,30 261,10 466,10 581,90
metal

TOTAL MEDIANA BAJA TECNOLOGIA 528,30 559,80 810,50 1.363,40 1.808,70

Industrias de baja tecnología          

Reciclaje y manufacturas no clasificadas en


198,40 200,80 342,10 201,80 904,60
otras categorías

Maderas, pulpa, productos de papel, impresos y


223,00 259,30 369,10 470,10 616,00
publicaciones

Productos alimenticios, bebidas y tabaco 568,00 618,00 730,00 979,00 1.269,00

Textiles, productos textiles, cueros y calzado 972,30 851,80 968,20 1.280,70 1.453,60

TOTAL BAJA TECNOLOGÍA 1.961,70 1.929,90 2.409,40 2.931,60 4.243,20

TOTAL MEDIANA BAJA Y BAJA TECNOLOGÍA 2.490,00 2.489,70 3.219,90 4.295,00 6.051,90

PARTICIPACIÓN % DE MEDIANA BAJA Y BAJA


70,1% 73,7% 66,3% 70,2% 70,1%
EN EXP. MANUF.

TOTAL EXPORTACIONES MANUFACTURERAS 3.550,80 3.378,80 4.859,20 6.115,10 8.627,50

* Incluye la totalidad de los productos que el Banco de la Republica Clasifica bajo químicos, excepción hecha
de los plásticos-polímeros y cauchos

Fuente: Universidad Sergio Arboleda. Exportaciones Colombianas 1996-2006. Bogotá: Digiprint, 2007.
p.342.
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Al respecto se observa que las industrias de alta y mediana tecnológica que participaban
en 1996 con un 29.9%, tenían en el año 2006 un porcentaje similar; las industrias de
mediana y baja tecnología tampoco han variado su participación. Estos datos muestran
la incapacidad del país para transformar su industria exportadora hacia sectores con
mayor tecnología; sin embargo, lo más preocupante y es que cerca del 70.0% de las
exportaciones se ubiquen por debajo del espectro tecnológico, lo que demuestra el
rezago en términos de su estructura productiva. De otra parte, industrias como la
automotriz, -que es de ensamblaje y de propiedad de empresas trasnacionales- realizan
su investigación y desarrollo fuera de Colombia; y farmacéutica, que exporta genéricos
que requieren menor investigación y desarrollo, o son de propiedad de laboratorios
internacionales; de ahí que aún en los productos de alta tecnología no se evidencia que
la investigación y el desarrollo le impriman nuevas dinámicas a la producción exportable
colombiana (Universidad Sergio Arboleda, 2007, pp. 172-174).

En este escenario cobran particular importancia las políticas para afectar a los
determinantes a largo plazo, y que buscan impulsar la transformación productiva,
fomentar la innovación y el cambio tecnológico, fortalecer las instituciones y acumular
capital humano en cantidad y calidad; en las actuales condiciones de producción y
comercio es claro que se les debe conceder una presencia más activa en las redes
globales de valor, si se quiere consolidar los progresos en la integración de los mercados
regionales. También es necesario formalizar y ejecutar estrategias para reforzar la
infraestructura institucional y la cooperación público-privada. Y no es patrimonio de las
economías desarrolladas ni de los grandes centros de investigación el reconocimiento
de que si no hay avances en estas áreas, será difícil conseguir tasas elevadas y estables
de crecimiento que contribuyan a la equidad y a la cohesión social (CEPAL, 2008, pp.
23-26).

Al momento, y ante la dificultad para desatar aspectos que dinamicen la participación


de Colombia en el mercado mundial, es claro que a Colombia le cuesta hacer buen
uso de las ventajas y ampliar la gama de mercados de destino, todavía más, no se
vislumbra el aprovechamiento de ventajas dinámicas que contribuyan a una estructura
de producción más vasta, densa y diversificada, que permita participar en la elaboración
de nuevos productos real o potencialmente atractivos, por su alto valor agregado o por
la inducción de incrementos de productividad (p. 55).
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Gráfico 1
Países seleccionados índices de preparación tecnológica
(Ordenados según el índice global calculado)

Tomado de: http://www.eclac.org/publicaciones/xml/6/36906/ PANORAMA_DE_LA_


INSERCION_INTERNACIONAL_2008_2009_vf.pdf

En correspondencia con el sector externo, si se considera el comportamiento de la


oferta exportable del país desde 1960, es claro que Colombia se ha tomado casi 40
años para duplicar sus exportaciones per-cápita, lo que contrasta con el desempeño
de países como Brasil y Chile, que han logrado incrementar sus exportaciones en unas
10 veces en igual periodo, y México que logro incrementarlas unas 14 veces (Husmann
and Klinger 2008). Situación que se refleja en el lento proceso de expansión de las
exportaciones per-cápita (Gráfico No 2). Una ligera comparación de las exportaciones
per- cápita en relación con otros países de la región, sindican que en Colombia son
relativamente bajas.
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Gráfico 2
Exports per capita: 1960 – 2003

Source: World Bank WDI. Exports of goods and services in constant 2000 dollars divided by total
population, scaled to 100 in 1960.

As of 2004, exports per capita in Colombia were among the bottom third in Latin America (see
below).

Tomado de: http://www.cid.harvard.edu/cidwp/pdf/182.pdf

El reto de internacionalización asumido en el país desde hace más de dos décadas


no resulta realmente significativo, tampoco las exportaciones aparecen como un
motor importante del crecimiento de la economía. Ciertamente la canasta actual de
exportaciones no es lo suficientemente grande para jalonar el crecimiento, al tiempo
que las exportaciones no registran un balance importante en términos de grado de
sofisticación que permitan prever en un futuro cercano su mayor crecimiento. El nivel de
sofisticación de los productos exportables, como se mencionó anteriormente es bajo y
se corresponde con el poco dinamismo exportador. Los espacios atractivos para nuevos
productos son relativamente escasos, y cuando más le permitirán al país el propiciar
cambios parsimoniosos en cuanto a su estructura productiva y su participación en el
comercio.
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Colombia y su inserción a la economía mundial
CARLOS ALBERTO MONTOYA CORRALES

Tabla 3
Largest contributors to Colombia´s Open Forest, 2005

PRODY Exports, US M
Product Product Name Contribution
(ppp) (2005
3920 Other plaets..., of plastics, not r 22338 112 19021
3921 Other plates, sheets, film, foil an 20355 76 18953
5906 Rubberized textile fabrics 19817 3 18753
9402 Medical, surgical chairs, having rota 19366 5 18748
2918 Carboxylic acids with oxygen functi 25142 24 18106
8203 Files, rasps, pliers, pincers, tweezers 17856 4 17993
3005 Wadding, gauze, etc with pharmaceut 18201 14 17796
2904 Sulphobnated, nitrated or nitrosated 8134 8 17736
2928 Organic derivatives of hydrazine or 23187 6 17650
8546 Electrical insulators of any materi 16943 11 17643
7007 Safety glass, consisting of toughene 31065 24 17546
7503 Nickel waste and scrap 16756 14 17281
4822 Bobbins, spools, cops and similar s 32079 1 17166
3904 Polymers of vinyl chloride and halo 15470 216 16970
4902 Newspapers, journals and periodical 20574 24 16815

Tomado de: http://www.cid.harvard.edu/cidwp/pdf/182.pdf

La inversión extranjera directa y cambios en la estructura


productiva

Si bien es cierto que el escenario de posibilidades de mejoramiento de las condiciones


de producción y comercio depende de la capacidad que adquiere el país para convertirse
en un importante receptor de capitales, y que la llegada de nuevas inversiones en los
últimos años anima el propósito de internacionalización de los sectores productivos y
sus economías, es necesario aclarar que la existencia de factores de cambio a favor
de la competitividad, el grado de sofisticación de la producción y el peso relativo en
los mercados, son indicativos del acceso y el tipo de capitales que puedan ingresar
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Nº 32 - Año 15 / enero-junio 2011

a la economía. Las decisiones entorno a los movimientos internacionales de factores


de producción pasan por también por un análisis agudo del comportamiento de las
economías con respecto a la economía internacional, ya que estos son y serán relaciones
económicas que afectan a las estructuras económicas internas de cada uno de los
países que intervienen en tales flujos.

Al respecto, la Inversión Extranjera registra un elevado grado de concentración, tal como


se evidencia de su comportamiento en los primeros años del 2000. El 70% tiene como
origen y destino a los países desarrollados, y más del 80%, de la que se dirige a los que
están en desarrollo, se ha concentrado en 20 países (Maesso, s.f. p. 6). Las tendencias
de la Inversión Extranjera entre el 2000 y 2004 señalan que los países asiáticos
industrializados y los que estarían en transición de Europa central y oriental presentado
un alto potencial de atracción del capital, lo que habría dejado en desventaja a los
países latinoamericanos. Esos países tienen salarios relativamente bajos, continuas
mejoras en infraestructura, acelerados procesos de mejoramiento de su capital humano
y ofrecen perspectivas de fuerte crecimiento de la capacidad adquisitiva. Lo que indica
que no todos los países se benefician de la entrada de inversiones, pues los flujos están
muy concentrados geográficamente y benefician a las tres o cuatro grandes economías
de la región (p. 18).

En el siguiente cuadro se puede observar el comportamiento de la Inversión Extranjera


Directa – IED -, que se ha dirigido recientemente hacia América Latina. En 2008, la IED
en América Latina y el Caribe marcó un nuevo récord histórico, pese a que experimentó
una marcada desaceleración respecto del año anterior; sin embargo, estos resultados
obedecen a que gran parte de las inversiones realizadas obedecieron a decisiones
tomadas antes de la crisis. Las corrientes de IED hacia la región en 2008 superaron
en un 13% a las del año anterior (CEPAL, 2009), lo que es especialmente notable, si se
tiene en cuenta la reducción del 25% que se observó en los flujos de inversión hacia los
países desarrollados, y del 15% a nivel mundial (CEPAL, 2009, p. 67).
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Colombia y su inserción a la economía mundial
CARLOS ALBERTO MONTOYA CORRALES

América Latina y el Caribe:


inversión extranjera directa, 1999-2008

Diferencia
Diferencia
Subregión o 1999- 2004- relativa
2007 2008 absoluta
país 2003* 2008* 2007-2008
2007-2008
(en porcentajes)
América del
43.365 57.297 75.520 89.862 17.342 24
Sur
México 20.295 22.974 27278 21950 -5329 -20
Centroamérica 2.134 5.296 7.045 7.554 509 7
Caribe 3.067 5.997 6.314 8.935 2.621 42
Total 68.860 91.564 11.157 128.301 15.144 13,4

Tomado de: http://www.eclac.org/publicaciones/xml/6/36906/PANORAMA_DE_LA_INSERCION_


INTERNACIONAL_2008_2009_vf.pdf

Las cifras en materia de inversión extranjera directa en Colombia evidencian un


aumento significativo para el país, sin embargo los aumentos a partir de los ochenta son
el resultado en parte de la forma como la regulación económica, orientada a una mayor
flexibilidad en el movimiento de los capitales estaría ofreciendo mayores posibilidades.
Para la época la política jurídica y económica de la inversión extranjera cambio de
rumbo ostensiblemente; el efecto que tuvo la modificación es evidente, pues a partir
de las primeras modificaciones, es decir desde 1985 los flujos de capital iniciaron
un vertiginoso ascenso, al punto que en 1984 no superaban dichos flujos la cifra de
quinientos, y según cifras suministradas por el departamento técnico del Banco de la
República, durante 2008 la inversión extranjera directa (IED) en Colombia alcanzó una
cifra de US$10.583 millones, el monto más alto registrado en el país en su historia
económica; lo que representa un incremento de 17% frente a la cifra registrada en 2007
(US$9.049 millones). Sin embargo, esta poco logra vincularse con el sector productivo
manufacturero, que es finalmente el llamado a lograr la transformación productiva que
requiere el país. Para el año 2009, prácticamente el 80% de la inversión la concentraron
minas y canteras (incluyendo carbón), petróleo y los establecimientos financieros;
entretanto la industria manufacturera absorbió apenas un 5 por ciento de total.

Datos disponibles para 2009 indican que el destino geográfico de los proyectos de
manufactura anunciados en 2009, deja prácticamente a Colombia como un país con
muy baja participación y con escasas posibilidades de acceso a capital y tecnología,
proveniente de la inversión extranjera en esta materia. México aparece como el destino
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principal, en términos de montos anunciados, en industrias de intensidad tecnológica


alta (72%) y baja (82%), mientras que el Brasil es el principal destino de las industrias
de intensidad media-baja (55%) y media-alta (52%); Costa Rica, es el tercer destino más
importante de América Latina y el Caribe en proyectos de alta tecnología.

Los proyectos anunciados de IED en manufactura durante prácticamente la primera


década del 2000, se han concentrado en los sectores de tecnología media-baja y media-
alta y los proyectos de alta tecnología; siendo precisamente las economías más grandes
de la región (el Brasil, México y la Argentina), quienes capturaron la mayor parte de los
montos anunciados. Colombia prácticamente ha estado ausente de esta realidad, lo
que esto coincide con el hecho de que para el periodo más del 50% de su IED, se ha
dirigido a los sectores de recursos naturales.

Lo anterior reafirma el hecho de una correspondencia entre los flujos de inversión


extranjera y el grado de sofisticación de la producción, aspecto que deja a la economía
Colombia en una posición muy desventajosa. Todavía más, si consideramos el
comportamiento de los proyectos la IED en manufactura de alta tecnología, es claro que
esta continua siendo no sólo para Colombia sino para América Latina y el Caribe en la
cual aún se deben realizar grandes esfuerzos, ya que la proporción de estos proyectos
con respecto al total sigue siendo baja y gran parte de los que se concretan están
destinados a actividades de bajo valor agregado.

Ahora bien, si se considera que no obstante los beneficios de la IED identificados por
la teoría económica, no suelen en realidad corresponderse con la evidencia empírica, y
que no es posible entrar en el escenario de una relación universal entre la presencia de
empresas transnacionales y las externalidades positivas en la productividad dentro de
la misma industria en la que se asientan, no habría razones para pensar en afincar las
expectativas de cambio en la estructura productiva y en la dinámica del sector externo
a partir del mayor flujo de inversiones extranjeras en Colombia. El camino por recorrer
implica fortalecer la producción nacional y acercarla a esquemas de producción de alta
tecnología. Contario a lo que ocurre en las producciones de mediana y baja tecnología,
la IED en la industria manufacturera de alta tecnología tiene un alto potencial como
fuente de transmisión de conocimiento, sin embargo ella no opera, y menos en
aquellos sectores con menos grado de sofisticación, sino existe en el país receptor una
estrategia integral para el desarrollo del sector manufacturero, de manera que los flujos
recibidos puedan contribuir a la transferencia de tecnología y al fortalecimiento de las
capacidades locales de absorción.
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Colombia y su inserción a la economía mundial
CARLOS ALBERTO MONTOYA CORRALES

Conclusiones

No puede negarse que la economía actual es esencialmente internacional y cada vez lo


será más. Al menos así lo indica la forma cómo se intensifica la competencia extranjera,
aumentan las presiones para salir a otros mercados, se establecen patrones de
producción en el mundo basados en el uso del conocimiento, la ciencia y la tecnología,
entre otras manifestaciones propias a una economía de mercado ampliamente
globalizada. Aspecto que parece crear una cierta perplejidad en no pocos gobiernos y
empresarios que aún no logran descifrar el impacto sobre sus negocios e incluso la forma
de ofrecer respuestas eficaces que les permitan no sólo mantenerse en el mercado sino
aprovechar las ventajas que del mismo se derivan y alcanzar un mayor posicionamiento
y obtener mejores rendimientos. En ello radica en afán de internacionalización de las
empresas y las naciones, tan evidente en los países de la región latinoamericana, desde
hace ya un poco más de dos décadas.

En este sentido, y aunque pueda existir consenso alrededor de la importancia


estratégica que representa el llamado a la internacionalización de las economías,
empresas y sectores dados los beneficios a largo plazo de la inserción en los mercados
internacionales, el éxito de las iniciativas de internacionalización dependen no sólo de
reformas de apertura y su sostenibilidad en el tiempo; se requiere implementar reformas
políticas e institucionales, establecer nuevas formas de organización y especialización
de la producción e incluso garantizar el acceso a recursos más productivos, todo ello de
manera coordinada, pues si bien es cierto que no existe consenso absoluto en relación
con la gradualidad y la secuencia de las reformas, es claro que el éxito de las estrategias
de internacionalización se mide en la forma cómo se insertan las economías a la órbita
del comercio y cómo crece su participación en el mercado de capitales, en particular
para los países en desarrollo cómo logran convertirse en escenarios clave de atracción
de capital.

Al respecto, el comportamiento de la economía colombiana en los últimos años deja


claro que para alcanzar altas tasas de inserción a los mercados se requiere de la
predisposición de los agentes para definir planes y dedicar recursos con horizontes
temporales de mediano o de largo plazo; lo que también es válido para las decisiones
asociadas a la formación de capital humano y a la innovación, pues la inserción no
se alcanza con la simple exposición de las economías y sus sectores productivos a
los mercados internacionales; se requiere aumentar las capacidades productivas y
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competitivas, elementos determinantes en medio de una estructura de comercio cada


vez más sofisticada. La relación entre los cambios en la estructura productiva y la mayor
participación de las economías en los mercados externos constituye un gran esfuerzo
en pro de un mayor desarrollo, y ello no es tarea fácil para las economías en desarrollo
como Colombia.

Los avances en materia de competitividad en Colombia siguen siendo limitados; al igual


que la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, uno de los obstáculos que
ha venido enfrentando el país para mejorar la competitividad, aumentar su participación
en el comercio internacional, constituirse en un receptor de inversión extranjera directa
y elevar sus tasas de crecimiento, ha sido su debilidad de su estructura productiva, el
escaso avance de sectores promisorios basados en altas y medianas tecnologías; así
lo evidencia el poco avance en áreas tales como el desarrollo de nuevos productos
y procesos, la formulación de estrategias de negocios para participar en las cadenas
internacionales de valor y participación en redes de agregación de valor en el ámbito
internacional.

Una estrategia integral para el desarrollo del sector manufacturero (e incluso del
sector productor de alimentos en Colombia) que le permita avanzar hacia esquemas
de mayor sofisticación de la producción, nuevas formas organizacionales basadas en la
asociatividad y el fortalecimiento de redes de producción a nivel nacional e internacional,
es el camino que tendrá que recorrer la economía colombiana si realmente desea
alcanzar tasas sostenidas de crecimiento en participación tanto en los mercados de
exportación, como en los de capitales. Al respecto, constituye un imperativo reforzar
el componente asociativo de la innovación y la competitividad, integrar los centros
tecnológicos en actividades de investigación y de negocios, generar sinergias y crear una
masa crítica de recursos humanos. El crecimiento económico y el cambio estructural
esta dado por un proceso circular entre el crecimiento y el cambio en las estructuras
que se adoptan, y en ello radica el éxito de las iniciativas de internacionalización.

Si se consideran las capacidades existentes y las características de la estructura


productiva actual de los países de Colombia a la pregunta: ¿es posible crear un
sendero de crecimiento sostenido de las exportaciones que posicione mayormente
los productos, empresas y sectores en los mercados internacionales, al tiempo que el
país se convierta en un escenario clave de atracción de capitales?, la respuesta no es
otra que un resultado positivo está en función de los avances en materia de inversión,
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Colombia y su inserción a la economía mundial
CARLOS ALBERTO MONTOYA CORRALES

innovación y diversificación productiva. Los resultados de las últimas dos décadas, si


bien muestras avances importantes, no logran corresponderse con las necesidades
que se derivan de una economía global y ampliamente competitiva. Hoy la economía se
muestra rezagada en cuanto a los ritmos de asimilación de los cambios y a su capacidad
de adaptación, y en consecuencia no sólo no es probable que se logre un rápido avance
del proceso de diversificación productiva, ni menos que la economía y sus sectores
productivos ofrezcan verdaderas respuestas de que impulsen las fuerzas del mercado.

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